El demos ático en el s.VI: entre la actuación y la conciencia política y el clientelismo, Dialéctica histórica y compromiso social. Homenaje a Domingo Plácido, Pórtico, Zaragoza, 2010, 57-75

June 7, 2017 | Autor: Miriam Valdés Guía | Categoría: Archaic Greek history, Ancient Greek History, Archaic Greece, Solón, Solon of Athens
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El demos ático en el s.VI: entre la actuación y la conciencia política y el clientelismo* MIRIAM VALDéS GUíA Universidad Complutense de Madrid Es un placer para mí poder ofrecer en honor de Domingo Plácido, mi director de tesis y maestro en el acercamiento y en la comprensión de la historia, estas líneas sobre un tema que sin duda le ha interesado siempre, como es el del papel y el protagonismo de demos en las luchas sociales, económicas y políticas del arcaísmo griego en Atenas. Precisamente ha sido objeto de debate recientemente este “protagonismo del demos” ateniense en los acontecimientos que rodearon las reformas clisténicas, dentro de una discusión más amplia asociada con el origen de la democracia ateniense1. Vamos a tratar de mostrar, a través de esta reflexión fundamentada en las fuentes, el proceso —en el contexto de una percepción de la historia en la que el factor del cambio, del dinamismo y de la transformación es esencial— por el que el demos ateniense, en la acepción de conjunto de la comunidad que no pertenece a la elite2, va adquiriendo, en los acontecimientos y las luchas del arcaísmo griego, una conciencia y una capacidad de

* Este artículo se ha realizado dentro del marco del Proyecto de investigación “Proceso de formación de la polis de Atenas: identidad cultural y religiosa, territorio y sociedad” (HUM2006-0902) 1 Papel del demos: J. Ober, “Revolution matters: democracy as demotic action (a response to Kurt. A. Raaflaub)”, in I. Morris, K. Raaflaub, eds., Democracy 2500? Questions and Challenges, Dubuque, Iowa, 1998, 67-85; J. Ober, Athenian legacies : essays on the politics of going on together, Princeton, New Jersey, 2005. Ver nota 3. Para la discusión del origen de la democracia ateniense: J. Ober, Ch.W. Hedrick, eds., Dēmokratia: a conversation on democracies, ancient and modern, Princeton, New Jersey, 1996; más bibliografía: M. Valdés, “Los griegos inventaron la democracia... ¿O fuimos nosotros?”, La Historia y su Mitos: la Antigüedad Revisitada, M.C. Cardete, ed., Siglo XXI, Madrid. En prensa. 2 Para dos acepciones de demos: M.I. Finley, Democracy Ancient and Modern, London, 1973, 12. En todo el texto nos vamos a referir al sentido de demos como los que no son la elite.

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actuación (tanto a través de las instituciones como al margen pero también en asociación con ellas) que apuntan, como señala Ober en diversos trabajos3, a cierta autonomía y personalidad política independiente de las directrices marcadas por la aristocracia del Ática. Esto no significa que no se den a la vez ambos fenómenos en distinto grado, pues precisamente ésta es la principal característica de la complejidad social y política del arcaísmo griego: por una parte empieza a producirse una actuación reivindicativa, en el terreno socioeconómico y cada vez con mayor frecuencia en el ámbito político, consciente de objetivos e intereses concretos por parte del demos, en un contexto de stasis “vertical”; por otra parte, se da un persistente (incluso en época clásica aunque con “formas distintas”) “seguimiento de sus jefes” (en palabras de Solón, fr 5, lin. 84), en el contexto de un clientelismo local de carácter social, económico y político; este seguimiento de los líderes (aristócratas) se lleva a cabo incluso cuando éstos no son ya los habituales aristoi de las localidades en las que se asientan y trabajan el campo los miembros del demos, sino los definidos posteriormente como “prostates tou demou”5, que trascienden las barreras del clientelismo local, pero actúan, en el contexto más amplio del demos del Ática, en cierto modo, también como “patrones” y “protectores” de ese demos, como podría ser el caso de los tiranos en Atenas6. Precisamente el hecho de poder comprender los acontecimientos del s.VI o de finales del s.VII a la luz de la imbricación de las relaciones clientelares en el contexto de fidelidades y dependencias regionales fuertemente arraigadas (derivado de un regionalismo acusado como consecuencia de una unificación política compleja y larga del territorio a través de un sinecismo político consensuado por nobles de raigambre local en constante “stasis horizontal”7) con la stasis vertical de rebelión del demos frente a los nobles, proporciona explicación a determinadas contradicciones aparentes como, por ejemplo, la existencia de la facción de los Diacrioi, denominada por Heródoto como Hyperakrioi y según él, de nueva creación8. 3 J. Ober, Mass and elite in democratic Athens: rhetoric, ideology, and the power of the people, Princeton, New Jersey, 1989; Idem, The Athenian revolution: essays on ancient Greek democracy and political theory, Princeton, New Jersey, 1996. 4 Todos los fragmentos los citamos por la edición de F. Rodríguez Adrados, Líricos griegos. Elegíacos y yambógrafos arcaicos, vol., I, Barcelona, 1956. 5 Ver por ejemplo: Arist., Ath., 2.3; 20.4; 28.2. 6 J. Gallego, “Control social, participación popular y patronazgo en la Atenas clásica”, Circe 12, 2008, 187-206. 7 M. Valdés, “El proceso de sinecismo del Ática: cultos, mitos y rituales en la “primera polis” de Atenas”, Gerión, 19, 2001, 127-197. 8 Hdt., 1.59. Ver más adelante en el texto.

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Las noticias que tenemos para los acontecimientos del s.VII son muy escasas y el recuerdo en autores posteriores está posiblemente distorsionado. En cualquier caso es significativo que prácticamente no se oiga hablar de ningún papel de la asamblea del demos (frente a la apella espartana en la Retra9), lo que no implica que no existiera e incluso que no hubiera tenido un papel en los orígenes de la polis10. En cualquier caso, posiblemente la asamblea prácticamente no se reunía y cuando lo hacía no tenía un papel soberano ni una capacidad de decisión que descansaba en las magistraturas más importantes como la de arconte, y sobre todo en el consejo (o consejos) aristocráticos en los que se participaba según el linaje, aristinden11. Sin duda había momentos en los que se reunía al demos, presumiblemente en asamblea como podría indicar, aunque no hay testimonios directos, la probable existencia de un lugar —o lugares— específicos para este tipo de reuniones, como el Theseion en el “ágora de Cécrope” o el santuario de Afrodita Pandemos en el “ágora vieja”12; el demos también se reuniría (posiblemente en los mismos espacios mencionados en Atenas) en ocasiones festivas como durante las Sinecias, fiestas que conmemoraban la unificación del Ática y en la que se participaba por fratrías, lo que indica un agrupamiento desde esta institución que era, en esas fechas, la única por la que se acreditaría la pertenencia ciudadana en un momento en el que la ciudadanía se está todavía definiendo y perfilando13. Cabe suponer por las noticias que tenemos del s.VII, que esta participación en la asamblea de ciudadanos se daría además de infrecuentemente, quizás de forma parcial 9 Plut, Licurgo, 6-7 (con restricciones). Tirteo, fr. 3 (Rodríguez Adrados). Interpretación “democrática” e la Retra y bibliografía: J. Christien, F. Ruzé, Sparte. Géographie, mythes et histoire, Paris, 2007, 49 ss. 10 Así lo piensa Morris para la segunda mitad del s.VIII, momento de “formación de la polis” según este autor, en el que se produce una “isonomía” (algo que consideramos exagerado, sin descartar cierto papel del demos en las últimas fases de la unificación): I. Morris, Archaeology as Cultural History. Words and Things in Iron Age Greece, Oxford 2000, p. 155 ss y p. 288 ss. Asamblea homérica: E. Scheid-Tissinier, “Laos et dèmos, le peuple de l'épopée”, L'Antiquité Classique 71, 2002, pp. 19-25. 11 Instituciones del s.VII Arist., Ath. 3. Ver M. Valdés, “Areópago y prítanos ton naukraron: crisis política a finales del s.VII a.C. (de Cilón a Solón)”, DHA 28/2, 2002, 65-101. 12 Ágora vieja: Apolodoro FGrH 244 F 113 = Harp., s.v. Pandemos. Theseion desde al menos la época de Pisístrato: Arist., Ath., 15.4; M. Valdés, “El Theseion, lugar de refugio de esclavos: sus orígenes y función en el “ágora vieja” de Atenas”, in D. Plácido et al., Las edades de la dependencia durante la Antigüedad, Madrid, 2000, 41-54. 13 Sinecias: M. Valdés, “Sinecias, basileis y ley de Dracón: preeminencia eupátrida en los cultos políticos y control aristocrático de las fratrías en el s.VII a.C.”, Polifemo 4, 2004, 62-78. Definición progresiva de la ciudadanía: P.B. Manville, The Origins of Citizenship in Ancient Athens, New Jersey, 1980.

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e incompleta, siendo sin duda el demos de la parte central (de la llanura del Pedión) los más asiduos o “habituales” asistentes. Además en las ocasiones en las que podría inferirse una actuación del demos en los acontecimientos que se narran del s.VII, éste tiene una actuación sin duda dependiente de sus “jefes”. Cuando en el episodio de Cilón, el demos (que celebra tal vez a las afueras de la ciudad la fiesta de las Diasias) acude en masa (pandemei) a la acrópolis para impedir la tiranía de Cilón, se trata posiblemente de miembros del demos cercanos a la ciudad y por tanto de la llanura del Pedión14; además su reacción fue aparentemente ilógica, si se tiene en cuenta el apoyo popular a las tiranías15, por lo que cabe suponer que actuaron en dependencia de sus líderes, de los aristócratas afines, en el sentido local o territorial, es decir, sin duda los más cercanos a la facción del asty/Pedión, de la que hablan las fuentes para el arcaísmo ático16. Medio siglo después, salvando las distancias (pues esta nueva “reacción” se da en la “arena política” a través de instituciones de la ciudad), se produce un episodio similar con Damasias que termina con la elección de un arcontado excepcional de diez miembros, cinco Eupátridas, tres agroikoi y dos demiourgoi, es decir los nobles del asty/Pedión junto con el demos de la zona en la que tenían su ascendiente y sus tierras17. No sólo los nobles del asty/Pedión estarían en contra del atentado ciloneo sino también nobles de otras zonas como los Alcmeónidas, conocidos por las fuentes posteriores como los líderes de la Paralia, el territorio al sur del Ática que incluía

Hdt., 5.71; Thuc., 1.126; Plut., Sol., 12.1. Cf. Valdés, art.cit. “Areópagos y prítanos”. Ver por ejemplo: Platón, República, 565d-566e; Aristóteles, Política, V,10 1310b. No se sabe prácticamente nada de Cilón, salvo que era el yerno del tirano de Mégara; es posible que su tiranía fuera simplemente un acaparamiento de poder por parte de una facción sin contar con “promesas” o apoyo al demos suficiente, o que no lograra romper la barrera del clientelismo local como estamos argumentando. Apoyo popular a la tiranía: M. Valdés, El nacimiento de la autoctonía ateniense: cultos, mitos cívicos y sociedad de la Atenas del s.VI a.C., Madrid, 2008, 196197. 16 División del Ática entre los hijos de Pandión en tres territorios (asty/Pedión, Diacria y Paralia): Sófocles en Egeo, TGrF F 24; Sch. Ar., Lys., 58; sch. Ar., V., 1223; Str., 9.1.5 y 6 -392(Andrón FGrH 10 F 14 y Filócoro FGrH 328 F 107 = Str., 9.1.6 -392-); Phot., s.v. Paraloi y Pedion; Et. M., s.v. Diacria; Paus., 1.5.4. M. Valdés, “Delimitación territorial y fronteras: la imagen mítica del sinecismo ático y su antigüedad en la tradición”, Polifemo 7, 2007, 253-273. Es posible que los Bouzygai, familia del Pedión, estén implicados en el culto de Zeus Miliquio de las Diasias, y por tanto, que dirigieran el acto festivo. Cf. M. Valdés, “Bouzyges nomothetes: purification et exégèse des lois sacrées à Athènes”, La norme en matiere religieuse (Kernos supplement 21), Liège, 2009, 293-320. 17 Arist., Ath., 13.2. T.J. Figueira, “The Ten Archontes of 579/8 at Athens”, Hesperia 53, 1984, 447-473. 14 15

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desde la Mesogea hasta Sunio18. En el juicio a los Alcmeónidas, por la masacre de los cilónidas, y en su expulsión19 se ve claramente proyectada la lucha de facciones aristocráticas, la stasis horizontal entre, fundamentalmente, los del Pedión, y los de la Paralia. Por eso puede interpretarse tanto el juicio de Mirón de Flia (distrito cercano al asty) como la legislación y las medidas de Dracón (afín a la acrópolis20) y la purificación de Epiménides, como una reacción “eupátrida” (de los nobles de la parte central del Ática)21 frente a nobles como Megacles procedentes del sur del territorio. En este sentido, si podemos dar alguna credibilidad a la “constitución de Dracón” en Aristóteles, lo que es en cierto modo dudoso22, se percibe quizás un reconocimiento de los que llegan al nivel de hoplitas (o visto por el lado contrario, una exclusión de la asamblea de los que no lo son), lo que lleva a pensar sobre todo en labriegos de estas características de la parte central del Ática es decir, fundamentalmente de nuevo, de la parte del Pedión, lo que recordaría las alusiones unos años después, al desarme de Pisístrato de hoplitas que serían también, según distintos autores, de esta parte central de Atenas, del Pedión23.

18 Territorios del Ática antes de Clístenes: nota 16. Alcmeónidas, líderes de Paralia: J.K. Davies, Athenian Propertied Families, Oxford 1971, 368 ss; P.J. Bicknell, Studies in Athenian Politics and Genealogy, Wiesbaden, 39 ss; J.M. Mck Camp, “Before Democracy: Alkmaionidai and Peisistratidai”, in W.D.E. Coulson et al., eds., The Archeology of Athens and Attica under the Democracy, Oxford, 1994, 7-12. La “Paralia” comprendería también territorio interior que en el s.V se denominaba Mesogaia, pues Tucídides (2.55) dice que los peloponesios, tras saquear “el Pedión”, entraron en la llamada “ten paralon gen” hasta Laurion. Cf R.J. Hopper, “Plain, Shore and Hill in Early Athens”, ABSA 56, 1961, 190. 19 Plu., Sol., 12 y Arist., Ath., 1.1. Valdés, art.cit. “Areópagos y prítanos”. 20 Drakon, serpiente que guardaba la acrópolis: Hdt. 8.41.2. Quizás pertenece a los Eteobútadas (donde le nombre de Dracóntides se repite: Davies, op.cit., Athenian, 169 ss): cf. Valdés, art.cit. “Areópagos y prítanos”, 75. 21 Valdés, art.cit. “Areópagos y prítanos”. Epiménides: A. Mele, M. Tortorelli Ghidini, eds., Epimenide cretese, Napoli, 2001; M. Valdés, “El culto a Zeus y a las Semnai en Atenas arcaica: Exégesis eupátrida y purificación de Epiménides”, Ostraka Anno XI, n.1, 223-242 (con bibliografía). 22 Arist., Ath., 4. P.J. Rhodes, A Commentary on the Aristotelian Athenaion Politeia, Oxford 1981, 86-87; K. von Fritz, “The Composition of Aristotle’s Constitution of Athens and the so-called Dracontian Constitution”, Cph 49, 1954, 73-93; F. Ruzé, Délibération et pouvoir dans la cité grecque de Nestor à Socrate. Paris 1997, 342-50. 23 Reclutamiento de hoplitas del asty: M. Valdés, Política y religión en Atenas arcaica, 2002, 123-124. Episodio del desarme de Pisístrato: E.L. Wheeler, “The General as Hoplite”, in V.D. Hanson ed., Hoplites, the Classical Greek Battle Experience, London-New York, 1991, 133-134. F.J. Frost, “The Athenian Military before Cleisthenes”Historia 33, 1984, 291; A.J. Holladay, “The Followers of Peisistratus”, G&R 24, 1977, p. 52.

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Nos encontramos, pues, tanto en el asunto de Cilón, como en el de Damasias o en el caso de Pisístrato con una posible oposición a intentos de tiranía por parte de un demos procedente en su mayor parte del Pedión y que “sigue a sus jefes en relaciones de patronazgo —clientelismo”24, aunque, como veremos ahora, ya en época de Pisístrato existe una “fisura” importante en ese demos que puede también “cambiar de bando” y seguir al tirano. ¿Cuál es la estructura y el tejido social de la sociedad ateniense del s.VII? Aunque existen pocos datos, quizás la ley conservada de Dracón de homicidios nos da la clave para comprender este entramado, aplicando a aspectos sociales, económicos y políticos, la “estructura” de funcionamiento de un procedimiento judicial como, en este caso, el homicidio involuntario25. En el texto de la ley queda claro que los que inician el proceso judicial son “los basileis”, los que deciden la sentencia son los “éfetas” o “los 51”, elegidos según las fuentes desde Dracón aristinden, pero según otras noticias, que los vinculan al Areópago, “sólo Eupátridas”26. Por último, y como elemento más importante para lo que estamos reflexionando, las personas implicadas cuando faltaba la familia eran, en el contexto de la fratría, diez aristoi elegidos por “los 51”. Esto demuestra la agrupación del demos en la fratría (de carácter local y personal27) y la existencia en ellas de personajes más importantes, aristoi, es decir familias de linaje (gene) y sin duda ricas, que tienen un papel en este caso en discusiones de tipo judicial, pero que también tendrían un protagonismo político, pues serían susceptibles de ser elegidos como arcontes y de entrar a for24 Para éstas: C. Mossé, “Peut-on parler de patronage dans l’Athènes archaique et classique”, in Religion et anthropologie de l’esclavage et des formes de dépendence, Paris, 1994, 29-36; M.I. Finley, Politics in the Ancient World, Cambridge 1983, 32 ss; P. Millet, “Patronage and its avoidance in classical Athens”, en Patronage in Ancient Society, A. Wallace-Hadrill ed., London-New York, 1989, 18 ss; T.W. Gallant, Risk and Survival in Ancient Greece, Oxford 1991, 159 ss; J. Bintliff, “Territorial Behaviour and the Natural History of the Greek Polis”, in E. Olshansen, H. Sonnabend, eds., Stuttgarten Kolloquium zur Historischen Geographie des Altertums, 4, 1990, Amsterdam, 1994, 219 ss; N.F. Jones, Rural Athens under the Democracy, Philadelphia, 2004, 68 ss. Gallego, art.cit. Control. Especialmente renovado en el s.IV: D. Plácido, “Las relaciones clientelares en la evolución de la democracia ateniense”, Circe 12, 2008, 225-242. 25 IG I2 115 = IG I3 104. Cf. Valdés, art.cit. Sinecias. Otra fuente para adentrarse en el exclusivismo de los aristócratas del Ática son los enterramientos: A.M. D’Onofrio, “Le trasformazioni del costume funerario ateniese nella necropoli pre-soloniana del Kerameikos”, AION ArchStAnt, XV, Napoli, 1993, 143-171; F. de Polignac, “Rites funéraires, mariage et communauté politique”, Metis 11, 1996, 197-207. 26 Poll., 8.125. Androción FGrH 324 F 4a; Filócoro FGrH 328 F 20b. “Pero sólo de los Eupátridas”, traducción de “plen ex eupatridon” tomada de Máximo el Confesor (Comentario a Dionisio Areopagita, Patr.Gr., vol 4, col 17 y 18: “sed nobilibus tamen”). 27 G.W. Jr. Hedrick, Phratry Shrines of Attica and Athens, Hesperia 60, 1991, 241-268; R. Osborne, Demos: the Discovery of Classical Attika, Cambridge 1985, 73.

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mar parte del consejo aristocrático de la ciudad, el Areópago. El demos, y en este caso fundamentalmente el demos incluido en las fratrías, posiblemente campesinos, están bajo la influencia, en cuestiones de arbitrios o disputas por homicidio, pero también probablemente en caso de lindes o de herencias (como Hesíodo y Perses), de nobles propietarios que tenían sus posesiones en sus mismas zonas; en cualquier caso, como ocurre también con Hesíodo, al mismo tiempo, en ocasiones tienen que acudir ya en estas fechas para este tipo de cuestiones al centro, al asty, a las instituciones comunes de la polis que están representadas o gestionadas por estos mismos aristócratas únicos susceptibles de ser elegidos como magistrados y en el consejo aristocrático, aunque cabe supone que con un peso mayor de ciertos aristoi más preponderantes y de mayor riqueza y, sobre todo, de nobles de la zona central del Ática, el Pedión. Si en un terreno judicial, en el campo del homicidio, los aristoi locales tienen un papel con respecto a los campesinos de su mismo territorio, cuánto más en situaciones de crisis y en discusiones concernientes a la tierra. Estos aristócratas que en muchos casos son los mismos que imparten justicia en el asty (basileis y éfetas) en el Ática, son como los basileis “devoradores de dones” de Hesíodo28, que no sólo deciden en cuestiones como el homicidio sino también en asuntos de préstamos, “créditos”, deudas, herencias, límites de tierras, etc. A partir de aquí se entiende el papel posterior de los “jueces por demos” de Pisístrato, renovado por Pericles, que según Aristóteles dirimen disputas y “conceden créditos a bajo interés”29. Las relaciones asimétricas y desiguales se manifiestan en esta época (y desde época geométrica) de modo especial en las relaciones económicas, según un modelo en el que puede suponerse la posibilidad de la existencia de un demos con cierta autonomía y capacidad para auto-sustentarse (como Hesíodo) pero también, en cierto modo, dependiente, especialmente en los momentos de crisis ocasionales y estacionales30, de la “ayuda” de los ricos, y con ciertas obligaciones y prestaciones de cara a esos aristoi, como queda claro en Homero31. 28 Hesíodo, Op., 249 ss. Para Hesíodo: S.A. Nelson, God and the land. The metaphysics of farming in Hesiod and Vergil, Oxford 1998, 35-36; P. Millet, “Hesiod and his world”, PCPE 210, 1984, 81-115; A.T. Edwards, Hesiod's Ascra, University of California Press, 2004. 29 Arist., Ath., 16.5. Tirano y agricultura: A. Baccarin, “Olivicoltura in Attica fra trasformazione e crisi”, Darch 8, 1990, 29-33. Reintroducidos con la democracia en tiempos de Pericles: Arist., Ath. 54.2. 30 Crisis: Gallant, op.cit.; P. Garnsey, “El campesinado: subsistencia y supervivencia”, in J. Gallego, ed., El mundo rural en la Grecia antigua, Madrid, p. 71 ss; R. Sallares, The Ecology of the Ancient Greek World, London, 1991. 31 Scheid-Tissinier, art.cit. W. Donlan, “The relations of power in pre-state ad early state polities”, in L. Mitchell y P. Rhodes, eds., The Development of the Polis in Archaic Greece, London,

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Es en este contexto y panorama, en el que hay que contar también con personajes más o menos desclasados, los thetes homéricos, que realizan trabajos estacionales y viven permanentemente en el mundo de la dependencia e incertidumbre económica y social, con la posibilidad de convertirse en esclavos de forma inmediata32, en el que se crea la “esclavitud por deudas” como forma de servidumbre comunitaria; la deuda persigue crear una “mano de obra” dependiente, una servidumbre interna permanente33. ésta es la situación que encontramos en la Atenas presoloniana: la radicalización de una situación, en la que las relaciones asimétricas se han llevado al extremo y no respetan ciertas reglas de equilibrio y mantenimiento del sistema, lo que condujo a la primera stasis claramente “vertical” conocida de la historia del Ática; esta stasis no se manifiesta en primer lugar, en estos momentos, en el terreno político, pues el demos carece prácticamente de instancias para ello y las que existen están manipuladas y controladas por nobles, aunque cabe conjeturar por los poemas de Solón, que hay determinados espacios para la propaganda política y los discursos de cara al demos34; la stasis consiste más bien en abierta rebelión de carácter violento, que está reflejada claramente en los poemas de Solón, quien pone de relieve los motivos económicos y sociales y la radicalización de las relaciones “patronazgo-clientelismo” por parte de la aristocracia35. La ruptura de las relaciones de dependencia por

1997, 45-46. Relaciones del demos con sus dirigentes en la que priman los “regalos” no institucionalizados: M.I. Finley, El mundo de Odiseo, Madrid, 1985 (1954), 114-117. Los nobles esperan del demos ciertas obligaciones y sobre todo el pago de derechos y cánones: Hom., Il., 9.154-155 = 9. 297-298 ; Il., 13. 218; Il., 16.605 (Thoas, honrado como un dios por el pueblo); Il., 17. 250 (beben el “vino público”). En la Odisea: Od., 23.357-8; Od., 13.14-15; Od., 19.196-197; Od., 22.55-57. Esto engendra tensiones: Hes., Op., 39, 221. Ver M. Valdés, “Dependencia y marginación en Homero y en Hesíodo”, XXXIII Convengo GIREA. Dépendance et marginalisation de l’antiquité à l’Âge contemporaine (Naples-Ascea 30 septembre-3octobre 2009), en prensa. 32 M. Valdés, “Thetes before and after Solon: the integration of a dependent class in the citizenry”, The Sixth International ISOS Conference: Slavery Citizenship and the State (Nottingham, 2006). Cf. Hom., Il., 21. 441-455. 33 M.I. Finley, La Grecia antigua. Economía y sociedad, Crítica, Barcelona 2000 (1953), p. 182; M. Valdés, “La tierra “esclava” del Ática en el s.VII a.C.: campesinos endeudados y hectémoros”, Gerión 24.1, 2006, 143-161. 34 Ambigüedad en estos discursos: A. Domínguez Monedero, Solón de Atenas, Barcelona, 2001, 39 ss. Cf. Solón, fr. 2 (Salamina); fr. 3 (Eunomía); fr. 4. Después de sus reformas: cf. Fr. 11, fr. 23 (habla de promesas que había realizado). Protagonismo del demos en el s.VI en la elección de sus líderes: B.M. Lavelle, Fame, Money, and Power. The Rise of Peisistrato and “Democratic” Tyranny at Athens, Ann Arbor, 2005, 75-77 (con Solón y con Pisístrato). 35 Especialmente fr. 3 y fr. 4.

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parte del demos no se hace de forma “programada” o consciente sino como consecuencia de un “abuso de poder” de la aristocracia, de manera que se rompe cierto “equilibrio” de las propias relaciones desiguales que en otros contextos (por ejemplo en la Atenas de época clásica) funcionan sin que la explotación llegue a un límite inaceptable que lleva a una revuelta abierta; esta radicalización36 tiene como consecuencia un sometimiento sistemático de la población a la servidumbre/esclavitud y una degradación del campesinado, siendo despojados de tierras aquellos que las poseían37. Aquí la dependencia política y social frente al patrono no funciona porque es el propio “patrono” quien abandona unas determinadas “reglas” de cierta ayuda en momentos de crisis a cambio de prestaciones múltiples (también en picos estacionales) que muestran una explotación “controlada”, y que permiten al aristócrata la obtención de un prestigio y una consideración social con consecuencias políticas (lo que indica por tanto, en cierto modo, un papel de la opinión pública y del demos reunido en asamblea como en Homero38); son los aristócratas locales, los de las mismas zonas de los campesinos despojados (los encargados de dirimir las cuestiones diversas en determinadas circunstancias), los que se quedan abiertamente y de forma “menos disimulada” de la habitual (ya reconocible en los “devoradores de dones” de Hesíodo), más sistemática o radicalizada, con las tierras trabajadas por el demos de su entorno, en un contexto de transformaciones económicas del que no conocemos todo el alcance39. Por eso, aunque habría ciertos sectores minoritarios (parte del demos más acomodado, ricos no nobles que quieren integrarse en el poder y en la nobleza) que pudieron esgrimir reivindicaciones fundamentalmente políticas, las exigencias eran sin duda económico-sociales y de justicia, como se ve por la propaganda y los “slogans” que ya funcionarían en esos momento: el reparto de tierra y la abolición de deudas.40 Que se expresa muy bien en el verso de Solón: “temblando ante el semblante de sus amos” (fr. 24); cf. M. Valdés, “Peur et contrainte des dépendants ratifiés par pratiques judiciaires et religieuses: les paysans atimoi de l’Attique archaïque », in A. Serghidou, ed., Peur de l’esclave, peur de l’esclavage en Méditerranée ancienne (Discours, représentations, pratiques), Besançon, 2007, 99-114. 37 Cf. Valdés, art.cit. La tierra. 38 Asamblea homérica: Scheid, art.cit. 39 Cf. M. Valdés, “Mercado de esclavos en Atenas Arcaica”, in M. Garrido, ed., Routes et Marchés d’Esclaves, Paris, 275-319 (con bibliografía). 40 Al menos están vigentes por lo que realiza Solón: la cancelación de deudas y la liberación del demos junto con otras medidas judiciales (cf. M. Valdés, “El modelo político de Solón: la aplicación de Dike y la participación del demos en la politeia”, SHHA 23, 2005, 57-74), negándose a un “reparto igualitario de la tierra” (isomoiria: fr. 23, lin., 21, que sí le atribuye Aristóteles, Po36

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A pesar de que recientemente se ha querido reinterpretar la historia arcaica más en la línea de luchas de facciones y de heterías aristocráticas41, no hay duda de que la stasis de tiempos de Solón, descrita por el poeta, es una stasis vertical, una lucha social que implica a dos clases básicamente, así percibidas por el propio Solón: la elite y el demos, definidos como dos bandos contrapuestos42. Aunque la ruptura tal y como está presentada por Solón, Aristóteles o Plutarco43 parece casi total, sin duda, no dejaron de funcionar las relaciones de dependencia y de clientelismo, pero se quebraron o quedaron dañadas de forma grave, además de que hay que contar e incluir en este demos, como es percibido por Solón (al menos al incluirlos en sus reformas políticas), a los más desfavorecido (thetes y hectémoros), algunos de ellos (trabajadores estacionales) con una mayor desvinculación o una menor relación personal con los nobles al no poseer tierras (kleros) y tener incluso, como aparece en Homero, un carácter itinerante y una menor raigambre local44. Esta stasis vertical se da al mismo tiempo e imbricada con las luchas de las heterías aristocráticas. De hecho las fuentes siguen hablando, para antes y lítica, 1266b), lo que implica una reivindicación en este sentido; en el juramento de los heliastas, rehecho hacia finales del s.VI, se estipula la prohibición de la “cancelación de las deudas” y del “reparto de tierras” así como “traer a los exiliados”: Dem., Timócrates (24), 149. 41 Por ejemplo G. Anderson, The Athenian Experiment. Building an imagined political community in ancient Attica, 508-490 B.C., Ann Arbor, 2003 (cf. Crítica de M. Valdés, Gerión 25.2, 2007, 165-170). J. Blok interpreta las leyes de enterramiento de Solón como únicamente concernientes a la polución y no como medida para frenar la stasis vertical: J. Blok, “Solon’s funerary laws”, in J.H. Blok, A.P.M.H. Lardinois, eds., Solon of Athens. New Historical and Philological Approaches, Leiden-Boston, 197-247 (cf. M. Valdés, Gerión 25.2, 2007, 170-173). 42 Sol., fr. 5: “Pues di al pueblo tanto honor (geras) cuanto le basta…; y de los que tenían el poder y eran considerados por sus riquezas, también de estos me cuidé…; me mantuve en pie colocando ante ambos bandos mi fuerte escudo y no permití que ninguno de ellos venciera contra la injusticia; como mejor seguirá el pueblo a sus jefes es si no se le deja demasiado suelto ni se le oprime…”; o también el fr. 24: “y de otro lado escribí leyes tanto para el hombre del pueblo como para el rico… Un malvado ambicioso que como yo hubiese tomado en sus manos el aguijón, no habría contenido al pueblo en sus límites”; o el fr. 25: “Si me es dado acusar claramente al pueblo, jamás habrían podido ver ni en sueños con sus ojos lo que ahora tienen… Y los más poderosos y fuertes me alabarían y harían su amigo… pues si algún otro que yo hubiese alcanzado mi cargo no habría contenido al pueblo….; mientras que yo fui como una piedra de término, situado entre los dos bandos como en tierra de nadie” (Trad. Rodríguez Adrados). Esto no significa que dentro del demos no haya heterogeneidad (thetes, thetes-hectémoros, campesinos pequeños con un kleros, campesinos más acomodados caracterizados como hoplitas, artesanos, enriquecidos no nobles dedicados a la artesanía y al comercio…). 43 Ver nota anterior y Arist., Ath., 5; 11.2; 12. Plut., Sol., 13.3-6. 44 Thes akleros: Hom., Od., 11.490. Aoikos: Hes., Op. 600-603. Temporalidad estacional: Hom., Il., 21.444; Hes., Op. 600-603. Cf. Hom., Od., 15.305-324. Viajeros, xenoi, vagabundos: Hom., Od., 18. 357-361; Od., 14, 102; Hom., Od., 15.305 ss; Od., 19.70 ss.

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después de las reformas de Solón, de facciones aristocráticas: los de la Paralia, los del Pedión y los de la Diacria45. Están unidas e interrelacionadas ambas staseis. Solón es presentado por Aristóteles (Ath., 2.3; 28.2) como el primer “prostates tou demou”, es decir el primer líder que se pone por encima de los bandos de nobles y de la solidaridad local, como “patrón” de “todo” el demos. No es casual que se le atribuya, como a Teseo, el culto de Afrodita Pandemos, “de todo el demos”, así como un juramento de fidelidad a las leyes impuesto a todo el pueblo que él había “congregado”46. Esta realidad se ve reflejada en cierto modo en los poemas de Solón, en los que se percibe claramente que realiza una “propaganda” de cara al demos y lo incita, en un contexto público, el ágora, a reiniciar la conquista de la isla de Salamina47. Solón se erige en “patrón” de todo el pueblo al que “libera”, pero no para repartir la tierra (al menos de forma igualitaria: Sol., fr. 23, lin. 21), sino para intentar conseguir que el demos siguiera “mejor a sus jefes” (fr., 5, lin. 7); en sus propias palabras “dio al demos tanto honor (geras) cuanto le basta sin quitar ni añadir nada a su estimación social (time)” (Sol., fr.5, lin. 1-2), lo que da razones para pensar que el demos (la asamblea, como la apella espartana) había podido tener cierto papel —del que en cierto modo había sido “despojado”— en el origen de polis, como sugieren, por un lado el análisis de Morris, y, por otro, el ejemplo de la asamblea homérica, que en cualquier caso no tiene capacidad de decisión pero sí influencia en la opinión “pública”como “voz colectiva”48. Sea como fuere, después de las reformas de Solón se produce un cambio muy importante, pues se empieza a oír hablar del papel de demos (hubiese o no tenido antes la asamblea algún protagonismo, en cualquier caso cercenado en el s.VII, sobre todo a finales del mismo) y de su actuación en el ámbito político (en la asamblea y en el Consejo49), influenciado, sin duda, por los aristoi de sus mismas zonas (como en el episodio de Damasias: Arist., Ath., 13.2), 45 Hdt., 1.59.3. Arist., Ath., 13.4-5: Plut., Sol., 13. Cf. sch. Aristófanes, Avispas, 1223; Phot., s.v. paraloi. 46 Afrodita Pandemos fundado por Teseo: Paus., 1.22.3; por Solón: Harp., s.v. Pandemos (Nicandro de Colofon FGrH 272 F 9). Juramento de todo el pueblo (de los heliastas) y de los arcontes: Hdt. 1.29.2; Arist., Ath., 7.1; en Plutarco (Sol., 25.3), es del Consejo y de los arcontes; cf. Hsych., s.v. treis theoi. Solón testimonia que “congrega” a todo el pueblo: Fr. 24, lin., 1-2. Cf. M. Valdés, “La Sisactía de Solón y el juramento de los heliastas”, ARYS, 2, 1999, 37-49. 47 Ver nota 34. Papel del demos, proclive a buscarse un tirano, en la elección de Solón: Domínguez Monedero, op.cit. Solón, 2001, 16-18. 48 Ver nota 10. 49 Consejo de Solón como Heliea (con posibilidad de transferencia, éfesis, a la asamblea también en versión judicial, Heliea) con un papel restringido del demos: M. Valdés, “Espacio político, espacio religioso de Atenas en el s.VI: los cultos de Zeus, Apolo y Deméter y el Consejo-Heliea

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pero también de forma autónoma y con criterio propio. El demos es el interlocutor de Solón en el poema en el que toca la cuestión de la guardia concedida a Pisístrato, por lo que parece que el tema se discutió en la asamblea que tuvo la capacidad de decidir, quizás, podríamos conjeturar, en su versión como tribunal (Heliea)50: “Y si por vuestra culpa os han ocurrido cosas penosas, no echéis a los dioses la culpa de ellas; pues vosotros mismos les habéis llevado al poder al darles una guardia, y es por causa de esto por lo que habéis caído en infame esclavitud. Cada uno de vosotros camina con pasos de zorra, pero todos reunidos (en asamblea?) tenéis la manera de ser del papanatas: atendéis a los discursos y a las palabras de un hombre astuto y no miráis a ninguna de las cosas que suceden” (Sol., fr. 8).

Esta versión que encontramos en el propio Solón se repite en Aristóteles, Heródoto y Plutarco, aunque sólo este último menciona de forma explícita que fue la asamblea la que concedió la guardia. Heródoto señala que el tirano se dirigió al ágora, lo que lleva a pensar en la asamblea, y ratifica que “el pueblo” concedió la guardia51. Aristóteles confirma que Pisístrato “persuadió al pueblo” (Arist., Ath. 14.1) lo que apunta también a un discurso y al poder de “peitho” en la asamblea. Por último Plutarco señala: “Desde entonces (heridas de Pisístrato) la chusma (plethos) estaba dispuesta a luchar por Pisístrato y el pueblo se reunió en asamblea. Aristón propuso que se concedieran cincuenta maceros a Pisístrato como escolta personal (…). Al ver que los pobres estaban decididos a contentar a Pisístrato y le vitoreaban… El pueblo aprobó el decreto y además no le regateó a Pisístrato el número de los maceros”.52

Se constata, pues, no sólo un papel y un protagonismo del demos, de forma independiente de los aristócratas, sino también una capacidad de decisión púde Solón”, DHA, 27/1, 2001, 83-111. A partir de Solón el conflicto social será fundamentalmente un conflicto político: Domínguez Monedero, op.cit. Solón, 55. 50 Plutarco (Sol., 18.2) afirma que Solón permitió la participación política activa incluso de los thetes que podían asistir a la asamblea y juzgar. En la Constitución de Atenas (9.1) se dice que el legislador concedió al demos el derecho de apelar al tribunal y en la Política (II, 1274a) Aristóteles señala que Solón “institucionalizó” al pueblo, creando los tribunales compuestos por todos los ciudadanos. 51 Hdt., 1.59: “Puso (Pisístrato) en práctica el siguiente plan: se hirió a sí mismo y a los mulos que llevaba, y condujo el carro hasta el ágora, como si hubiera escapado a unos supuestos enemigos que hubiesen intentado darle muerte cuando se dirigía al campo, y pidió al pueblo poder disponer de una guardia personal en atención a sus anteriores méritos en la campaña llevada a cabo contra los megareos…” (Trad. C. Schrader). 52 Plut., Sol., 30.2-4 (Trad. A. Pérez Jiménez).

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blica, política, que antes no tenía o la tenía anulada. Pisístrato, como Solón, también realizó sin duda una campaña de propaganda, que incluía no sólo la guerra de Mégara (como Solón con Salamina), sino asimismo promesas económicas que atraen al demos en su conjunto, pero especialmente a los más desfavorecidos (thetes y exhectémoros que en algunos casos tampoco tenían unos vínculos tan estrechos con los aristoi locales por su desarraigo). De nuevo son las fuentes las que hablan de éstos como seguidores de Pisístrato. Plutarco menciona a los pobres en el texto citado y en otro pasaje a “la chusma de los thetes especialmente odiosa para los ricos” como sus secuaces (Plut., Sol., 29.1); también Aristóteles menciona a los que “se habían quedado sin créditos (tierras concedidas en régimen de hectemorado?) por su pobreza y los impuros en su estirpe (genos) por miedo” (Arist., Ath., 13.5); sin duda se refiere a aquellos integrados en la ciudadanía con Solón (thetes y hectémoros), antes proscritos y desclasados, y con el riesgo todavía de ser expulsados de la misma, como ocurrió después de los tiranos antes de Clístenes y certifica el propio Aristóteles para este colectivo (Arist., Ath., 13.5)53. Es en el contexto de este grupo de los thetes como clase censitaria de Solón, y especialmente los thetes no propietarios de pequeñas parcelas, jornaleros del campo que se moverían de un lado para otro, o artesanos concentrados en el asty, donde se encuentran los que tienen menos que perder si siguen al tirano, porque además probablemente poseen un vínculo personal menor con los aristoi de las distintas zonas (aunque dependerían de ellos para el trabajo estacional54) que los pequeños y medianos labriegos propietarios de un kleros (en algunos casos también thetes en el sentido, ahora nuevo, de “clase censitaria”). No es casual que entre los seguidores de Pisístrato, en su tercera toma de poder, se hable de sus partidarios del asty y de los demos (Hdt., 1.62). Precisamente esto lleva a plantearse de qué modo se imbrican en estos momentos, por un lado, la stasis horizontal de las heterías aristocráticas que man-

53 M. Valdés, “De la esclavitud por deudas a la esclavitud mercancía: formas de dependencia en Atenas arcaica”, in Forme di dipendenza nelle società di Transizione, XXXII Colloquio internazionale G.I.R.E.A, Messina, 15-17 Maggio 2008, Messina (en prensa). 54 Esta dependencia se ve claramente en el término pelatai (“los que están cerca de”) que las fuentes identifican con los thetes y hectémoros (Arist., Ath., 2.2; Dion. Hal., Antiquitates romanae, II, 9, 2-3) y sí aparecen, a diferencia de los hectémoros, en las fuentes de Atenas del s.IV (próximos a los thetes): Plat., Euthryph. 4 c habla de un pelates que trabaja (ἐθήτευεν) la tierra de su patrón y al que éste deja morir de hambre y frío tras descubrir que ha matado a un esclavo; cf. sch., Plat., Euthryph, 4 c (pelates como sirviente y que es alquilado y sirve por su pobreza y necesidad). Valdés, art.cit. Thetes (con bibliografía).

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tienen con el demos de las “zonas donde labran el campo” (Arist., Ath., 13.5) unas relaciones de patronazgo, y por otra parte la stasis vertical, que se ha puesto de manifiesto de forma tan virulenta en tiempos de Solón y que empieza a tomar también, de modo especial, un “cariz” político, pues determinados elementos señalan a que el demos adquiere una “personalidad” política y una conciencia propia para actuar de forma conjunta. La comprensión de la relación compleja de ambas vertientes de la stasis es la que proporciona por otra parte una explicación coherente a las contradicciones de las fuentes sobre las distintas facciones de estos momentos, especialmente la divergencia entre, por un lado Aristóteles y Plutarco, que hablan de los Diacrioi, y por otro lado Heródoto que señala una tercera facción nueva de Hyperakrioi. No se trata sólo de facciones territoriales, pues más bien son enfrentamientos de nobles con sus seguidores que tienen sin embargo una fuerte raigambre local o regional como consecuencia de un proceso de sinecismo y de la “división” del Ática en zonas durante y a partir de esa unificación, lo que queda reflejado en las fuentes con las alusiones a la Paralia, la Diacria y el asty/Pedión55. Por otra parte no se trata tampoco de erradicar cualquier cuestión territorial o suprimir, como hace Lavelle, a la facción de los Diacrioi56, nobles de territorios alejados procedentes de la zona este del Ática, desde Maratón hasta Braurón57. Tampoco puede sostenerse la interpretación anacrónica del propio Aristóteles, coincidente en cierto modo con facciones políticas de su propia época: oligarcas, moderados y demócratas58. Las tres facciones aristocráticas coinciden con nobles que tienen a sus seguidores (heterías) pero también una relación de patronazgo con el demos de las zonas de donde proceden o tienen sus tierras, y las fuentes los agrupan por territorios que se distinguieron y en los que quizás se dividió el Ática (tal vez con una finalidad de regulación de la participación política?)59 en la formación de la polis: asty/Pedión, Diacria y Paralia. La irregularidad se encuentra en la facción de Pisístrato de la Diacria. ¿Por qué? Simplemente porque, como hará Clístenes posteriormente y como había hecho, de forma menos evidente, Solón, Pi-

55 Ver notas 16 y 45. Facciones territoriales: R. Sealey, “Regionalism in Archaic Athens”, Historia 9, 1960, 155-180. Ver interpretación y bibliografía en Valdés, op.cit. Política, 107 ss. 56 Lavelle, op.cit. Fame, 67. 57 Etym. M., s.v. Diacria (montañas de Eubea); Hsych., s.v. Diakreis: alude a esta zona como el territorio comprendido entre el Parnes y Braurón. Diacria llamada también “el jardín de Eubea” en Sófocles en Egeo, TGrF F 24. 58 Arist., Ath., 13. 59 Valdés, op.cit. Política, cap. 5.

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sístrato “incluye en su facción al demos”60, de modo que se rompe el clientelismo local y miembros del demos de otros distritos (de los “demos” en palabras de Heródoto, 1.62) y del asty (cabe suponer que varios demiourgoi) se desvinculan de los aristócratas de sus zonas (o no tenían, como thetes itinerantes, una relación tan fuerte con ellos) para apoyar al tirano. Se rompe de nuevo, sobre todo cabe suponer, por parte de los menos favorecidos del demos, el “seguimiento a sus jefes” que preconizaba Solón. Por eso la facción de Pisístrato ya no es una hetería aristocrática apoyada (o vista con indiferencia y apatía) por el demos de su zona de origen, sino que es, como bien señala Heródoto, una facción “nueva”, en la que entra el demos de otros territorios pero también, presumiblemente, sobre todo, el demos de su propio territorio (los diacrioi o hyperakrioi), procedentes de Braurón o de Maratón61. De lo que no hay duda es de que los seguidores de Pisístrato son miembros del demos y especialmente thetes, del mismo modo que también los maceros son miembros del demos como señaló Lavelle62, así como muchos de los que lucharon en Leypsydrion contra los “agathoi kai eupatridai”63. Este colectivo de seguidores de Pisístrato coincide en gran medida con los designados por Aristóteles en la Política como “esclavos metecos” que Clístenes incluye en las tribus y que habían sido expulsados del cuerpo cívico con el diapsephismos posterior a la tiranía que afectó, como señala la Constitución de Atenas (13.5), a los pobres sin créditos y a los que tenían miedo por no ser de estirpe pura, es decir los nothoi o bastardos en sentido figurado de la ciudadanía, los thetes seguidores de Pisístrato64. Desde esta perspectiva también

60 Lo que no quita la posibilidad de “coqueteos” también de Megacles con el demos y de cercanía a posiciones tiránicas de los Alcmeónidas en el s.VI, como señala Lavelle, op.cit. Fame, p. 87 ss; este autor destaca en su obra la importancia del apoyo popular a la tiranía. En este sentido: P. Lévêque, “Formes de contradictions et voies de dévelopment à Athènes de Solon à Clisthènes”, Historia, 27, 1978, 522-549; V. Gouschin, “Pisistratus' leadership in A.P 13.4 and the establishment of the tyranny of 561/560 B.C.”, CQ 49.1, 1999, 24 ss. 61 Se da una importancia por ejemplo al héroe Lico (de esta zona) con Pisístrato: M. Valdés, “Entre el Consejo de Solón y el de Clístenes: Heliea en época de Pisístrato?”, Gerión 21.1, 2003, 73-91. 62 Que los considera doryphoroi como apuntan otras fuentes: B.M. Lavelle, “Herodotos, Skythian Archers, and the doryphoroi of the Peisistratids”, Klio 74, 1992, 78-97; idem, op.cit. Fame, 95-96. 63 Valdés, op.cit. El nacimiento, 73 con n. 638. 64 Pol., 1275b32-7; D. Plácido, “Esclavos metecos”, in N. Marín Díaz, ed., Homenaje in memoriam Agustín Díaz Toledo, Granada-Almería, 297-303. Nothoi y korynephoroi: M. Valdés, “Los Cérices en Atenas arcaica y los Misterios de Agra: korynephoroi de Pisístrato e iniciación eleusina”, Jerarquías religiosas y control social en el mundo antiguo, Valladolid 2004, 169-184.

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se entiende que Pisístrato “desarme”65 (al menos en un primer momento hasta consolidar su poder) a los hoplitas, que serían campesinos acomodados que llegaban a costearse el armamento, posiblemente procedentes en su mayoría (al menos en esta asamblea convocada por Pisístrato), del asty/Pedión, que habían apoyado a los Eupátridas, a la facción del Pedión (liderada por Licurgo) en la crisis de Damasias y sin duda en el momento del atentado de Cilón. El demos que empieza a tener personalidad política propia como tal ya en tiempos de Solón, va consolidándose en este sentido con los inicios de la tiranía y su sostenimiento al que contribuyó de forma eficaz66; pero con los tiranos, sin duda, su personalidad se define sobre todo en términos de pertenencia a la comunidad ciudadana, pero no tanto en sentido político pues no tendrían acceso a la toma de decisiones, sino como “atenienses” procedentes de toda el Ática (y por tanto también el demos rural) que participa y se integra en las fiestas de la ciudad, de la polis (celebradas en el asty: Dionisias, Panateneas, Misterios) y se reconoce en los héroes y mitos que las acompañan, como Heracles, Triptólemo o Erictonio, hijo de la Tierra y del dios artesano Hefesto67. Al demos liberado (cf. Sol., fr. 24) de Solón que se identifica con Gea Eleuthera y posiblemente con Zeus Eleutherios68, y que había comenzado a actuar como tal en el terreno político, se le da la posibilidad (especialmente y como novedad, a los de más baja extracción social) de reconocerse como ciudadanos atenienses; igualmente se propicia el tratar de liberarlos judicial y económicamente (a través de los jueces por demos) del clientelismo local, pero también en el plano cultural (con los Hermes de Hiparco) y “psicológico”, a través de aspectos religiosos; en este sentido tiene una importancia capital la probable integración de las Dionisias en la ciudad en estos momentos y la activa participación del demos en ésta y o tras fiestas, así como la promoción del dios Eleuthereus, precisamente por ser conocido como el “liberador” (como el dios con los epítetos Lysios y Lyaios) que “desata los frenos de la

Sin duda también fueron integrados algunos extranjeros (xenoi como dice Aristóteles) de los que llegaron con él en su tercera toma de poder. 65 Arist., Ath., 15.4. Ver nota 23. 66 Posibilidad de Heliea y actuación judicial del demos en tiempos de Pisístrato: Valdés, art.cit. Entre el Consejo. Papel del demos: Lavelle, op.cit. Fame. 67 Política religiosa del tirano: S. Angiolillo, Arte e Cultura nell’Atene di Pisistrato e dei Pisistratidi, Bari, 1997. Más cauto: H.A. Shapiro, Art and Cult under the Tyrants in Athens, Mainz, 1989. Para más bibliografía: Valdés, op.cit. El nacimiento (importancia de Hefesto y Gea). 68 M. Valdés, “El culto a Zeus Eleutherios en época arcaica: liberación de esclavitudes/dependencias y constitución de ciudadanías”, Histoire, Espaces et Marges de l’Antiquité, 2, Hommages à Monique Clavel-Lévêque, Besançon, 2003, 291-323.

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lengua y da a la palabra una gran libertad”, o “preside el término de las fatigas de la jornada” y “quita del ánimo la inhibición de sujeción, permitiendo tratar con otros con sinceridad y franqueza”69. El único “patrón” que el tirano quiere que reconozca el demos es él mismo, en quien se mezclan, como algo propio de las características del “estado” arcaico, lo privado y personal con lo “estatal” o público70; esta imbricación se percibe también en los mismos aristoi que dirimían disputas en el territorio (en el contexto de las fratrías) coincidentes en ocasiones con los basileis (o éfetas), oficiales de la polis elegidos aristinden para impartir justicia en el asty. De nuevo, y para terminar, en el momento del final de la tiranía (que en cierto modo contiene en sí su propio fin al poner término a la grave crisis económica y social que la suscitó), se vuelve a percibir el protagonismo y la actuación política del demos en su conjunto. La lucha de facciones y heterías aristocráticas se renueva, y Clístenes, como Pisístrato, al estar en situación de desventaja “incluye al demos en su hetería”71. Pero en este caso el demos no es sólo capaz de elegir a Clístenes como su líder para que defienda sus intereses sino que él mismo puede oponerse, sin la presencia de Clístenes (que se encuentra en el exilio), a Iságoras y a los espartanos en la Acrópolis; en este caso acuden, como con Cilón, no tanto en dependencia de sus jefes aristocráticos ni contra la tiranía, sino contra la posibilidad de renovación de un régimen oligárquico, de nobles (y además posiblemente de nobles específicamente de una determinada facción, el Pedión, como pretendía Iságoras con su “consejo” de 300)72; por otra parte la oposición armada ante la iniciativa de Iságoras, que supone un entrenamiento militar, parte de una decisión política en el “Consejo”. No vamos a entrar a considerar si éste es el antiguo consejo de Solón de 400 revivido ahora o una primera versión del Consejo clisténico de 50073, pero sí que el episodio muestra que en efecto el demos puede manifestar personalidad autónoma, políticamente hablando, y cierta conciencia política con una actuación coherente con sus intereses. Dentro de este demos habría

69 Cf. Valdés, op.cit. El nacimiento, 175-220. Lysios y Lyaios: Plut., Quaest. Conv., I , 613c.Plut., Quaest. Conv., III, 654f Plut., Quaestiones convivales, VII, 716 b-c; G. Casadio, Il vino dell'anima. Storia del culto di Dioniso a Corinto, Sicione, Trezene, Roma 1990, 126 ss. Cf. Phot., s.v. Lysioi theoi y Phot., s.v. Lysioi teletai. 70 Por ejemplo en las construcciones: E. Greco, “Note di topografia e di urbanistica III”, AION(archeol), Nuova Serie N. IV, 1997, p. 208. Patronazgo del tirano: Gallego, art.cit. Control, n. 4 (con bibliografía) y p. 8: ambigüedad entre público y privado. 71 Arist., Ath., 10.1. Cf. También Hdt., 5.69 72 Arist., Ath., 20. 73 Valdés, art.cit. Entre el Consejo (con bibliografía).

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hoplitas pero también sin duda miembros más desfavorecidos, thetes, que habían quedado en muchos casos expulsados de la ciudadanía y que Clístenes reintegra en ella74. La soberanía en estos momentos (como se ve por los primeros decretos75) se afirma en el demos en su conjunto y en su proyección política, la asamblea. A pesar de ello no sólo los puestos dirigentes o magistrados y quizás el Areópago, en manos de los nobles y ricos, tienen un papel importante en el contexto político, sino que también sin duda seguía funcionando el vínculo tradicional de deferencia y clientelismo frente a los potentados locales en cada una de los territorios del Ática, ahora dividida en tres zonas distintas76, pues si no, no habría tenido sentido el interés de Clístenes en su reforma de las tribus y las tritties por “mezclar”, como señala Aristóteles, zonas y familias77. Por un lado se quiere desvincular del todo el linaje de la participación política y por otro posiblemente quiere debilitarse el clientelismo local que se manifestaba en el terreno político, ampliándose además la ciudadanía78. Sin duda el clientelismo sigue vigente todavía en tiempos de Cimón, o incluso de Pericles que reaviva los “jueces por demos”79, y aunque la práctica y la ideología de la democracia contribuyeron a minarlo, como supone Millet80 (aunque podrían verse ciertos síntomas de revivificación en el s. IV81), no se erradicó completamente al menos en contexto rural, como supone Jones82; sin embargo, a pesar de una probable existencia de este patronazgo local que podría reconocerse en las inscripciones honorarias de los demos, según este autor, existen también, en este contexto, mecanismos derivados de la demo-

Ver nota 64. Fundamentalmente el de Salamina de finales del s.VI: R. Meiggs, D. Lewis, A Selection of Greek historical inscriptions to the end of the fifth century B.C., Oxford 1988, 26-7; otros decretos tempranos pero ya un poco posteriores (del 485): IG I3 4 (administración del Hekatompedon) o IG I3 105: republicación de un decreto anterior, de inicios del s.V, definiendo los poderes del Consejo. 76 Asty, Paralia, Mesogea: F. Jacoby, Die Fragmente der Griechischen Historiker (FGrH), b suppl., Nos 323a-334, Leiden 1954, vol. I, 431. 77 Arist., Ath., 21. Cf. Gallego, art.cit. Control. 78 Para las reformas clisténicas: P. Léveque, P. Vidal-Naquet, Clisthène l’Athenian, Paris, 1964. 79 Cimón: Plut., Cim., 10. Arist., Ath., 27.3. Teopompo (Ateneo 12.533 a-c = FGrHist 115 F 89). Gallego, art.cit. Control. Jueces por demos: ver nota 29. 80 Millet, art.cit. Patronage. 81 Gallego, art.cit. Control, 12. Plácido, art.cit. Las relaciones clientelares. 82 Jones, op.cit. Rural, 68 ss. 74 75

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cracia, como las liturgias obligatorias (en los propios demos)83, o medios de subsistencia adicionales proporcionados por la polis (gracias en gran medida al imperialismo), que repercuten también en los campesinos; de este modo la obligación del demos frente a los ricos no sólo no llegaría a los extremos de la explotación del arcaísmo griego, sino que además, las muestras de deferencia parecen traducirse simplemente, al menos en el s.V, en los honores encauzados por los demos (institución pública), que repercutían en cierto prestigio conveniente políticamente para los ricos a nivel local y de la polis. Podemos concluir que el demos ático va adquiriendo durante el s.VI un protagonismo, una conciencia y una capacidad de actuación política autónoma que preparan el terreno a la democracia, pero que no pueden entenderse, en el contexto histórico de Atenas de esos momentos, desvinculados de las relaciones de patronazgo y de clientelismo social, económico y político que se manifiestan de distintos modos y de forma constante durante todo este período e incluso en fechas posteriores.

83 Cf. Gallego, art.cit. Control, 9 ss (también para la discusión en torno al grado de patronazgo-clientelismo y a las formas que adquiere en época clásica con bibliografía) y 13. Diferencias entre liturgias (obligatorias) y evergesía privada (pero con proyección pública) creadora de dependencias y renovada específicamente desde la Guerra del Peloponeso: Plácido, art.cit. Las relaciones clientelares.

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