El debate agencia-estructura en el constructivismo una perspectiva meta-teórica.

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Descripción

UNIVERSITAT AUTÒNOMA DE BARCELONA

El debate agencia-estructura en el constructivismo: una perspectiva meta-teórica. Máster en Relaciones Internacionales, Seguridad y Desarrollo

Autor: Adrià Camino Fideu Tutor: Oriol Costa Fecha: 08/09/2015

Resumen El debate agencia-estructura es transversal en las Ciencias Sociales. La dificultad de establecer un acuerdo en este debate se debe a que las posiciones relativas de los diferentes autores no pueden ser contrastadas por otros, puesto que en realidad, están hablando un “idioma” diferente. El debate ha sido heredado por la teoría constructivista, dividiéndola desde finales de los 90 debido a la falta de visibilidad de la agencia en las investigaciones. El presente trabajo trata acerca del debate agenciaestructura en el seno de la teoría constructivista, desde una perspectiva meta-teórica de la filosófica de la producción del conocimiento. El análisis de cómo el debate ha dividido la teoría constructivista, revela cómo el problema de la agencia y la estructura no tan solo se mueve en el terreno ontológico, sino que también se mueve en el terreno epistemológico y metodológico. Palabras

clave:

Debate

agencia-estructura,

meta-teoría,

constructivismo,

intersubjetividad, epistemología, ontología, metodologia

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1. Introducción El debate agencia-estructura es transversal en las Ciencias Sociales, debido a las dificultades pertinentes a estas disciplinas de establecer qué es y qué no es ciencia. Por tanto, el debate, que muchas veces se identifica como tan solo ontológico, lo es también epistemológico y metodológico. La dificultad de establecer un acuerdo en este debate se debe a que las posiciones relativas de los diferentes autores no pueden ser contrastadas por otros, puesto que en realidad están hablando un “idioma” diferente. E.H. Carr expone esta idea en “What is History?”; Los hechos históricos están ahí independientemente del historiador, y es el historiador quien decide lo que es importante y lo que no. Desde esta perspectiva, no se puede entender o discutir el trabajo de un “científico social” si no se comprende primero el punto de vista desde el cual lo está apreciando. Por otro lado, su punto de vista nada tendrá que ver con la supuesta cualidad científica, sino con las ideas preconcebidas del “científico social”, que están arraigadas en un contexto social determinado (Carr, 1946). Así mismo, el verdadero problema del debate agencia-estructura es que no siempre es claro que los distintos autores estén entendiendo el problema en los mismos términos o incluso que estén hablando del mismo problema; ya que, en ocasiones encontramos cuestiones consideradas epistemológicas por algunos autores, consideradas metodológicas por otros. Un claro ejemplo es la asignación de “explicar o entender” en la que algunos autores lo enmarcan en el terreno epistemológico, mientras que otros lo ven como una cuestión metodológica (Wight, 2006:90). Este hecho presenta al debate agente-estructura como inconmensurable, ya que los términos en los que se debate sobre el problema, son abstractos y presentan una gran dificultad en establecer un criterio de cuándo acaba uno y empieza otro. La manera en la que definimos estos elementos es crucial para poder entender cómo se relacionan entre ellos. Es necesario, por tanto, establecer los criterios por los cuales definimos epistemología, ontología y metodología, así como, bajo qué condiciones se interrelacionan. En el presente trabajo expondré el debate agencia-estructura dentro de la teoría constructivista de Relaciones Internacionales, desde una perspectiva filosófica de la producción del conocimiento. El análisis lo desarrollo a partir de las consideraciones epistemológicas, ontológicas y la metodológicas del constructivismo y cómo éstas interaccionan, generando en definitiva, los “problemas” del debate. 4

El trabajo se divide en cuatro partes y unas conclusiones finales. En los diferentes apartados expongo la visión constructivista, haciendo hincapié en el pensamiento de distintos autores, al final de cada apartado se puede encontrar las “consideraciones” en las que interpreto el ideario constructivista a modo de conclusiones. El primer apartado está expuesta la visión de Colin Wight sobre la relación entre epistemología, ontología y metodología, en la que argumenta como estos términos guardan relación con el debate agencia-estructura en las relaciones internacionales, en su libro “Agents, Structures and International Relations” de 2006. En el segundo apartado, entrando ya en el constructivismo, trato la “vía media epistemológica” desde el materialismo/idealismo y positivismo/reflectivismo, e introduzco la intersubjetividad epistemológica como una de las piedras angulares de la teoría. El tercer apartado corresponde al terreno donde tradicionalmente se ha localizado el debate agenciaestructura, la ontología. En este apartado trato la “vía media ontológica” entre el materialismo y el idealismo y entre agencia y estructura, la intersubjetividad ontología y la lógica de lo apropiado como teoría de la acción constructivista. El cuarto apartado corresponde a lo que desde mi punto de vista tiene mucho que decir acerca del debate agencia estructura en el constructivismo, la metodología. En este último apartado expongo las diferencias entre Explicar y Entender, según Martin Hollis y Steve Smith, y hago un repaso de las asunciones metodológicas que han tenido más influencia en el constructivismo.

2. Meta-teoría; entre la epistemología, la ontología y la metodología La epistemología, ontología y metodología son ramas de la meta teoría, y no se pueden entender ni explicar por separado, puesto que forman parte de un todo. Cualquier intento de investigarlas por separado, sin tener en consideración las otras dos sería un despropósito. Esto es debido, en parte a que estas tres ramas, son abstractas y muy difusas, y que presentan una gran dificultad al definir sus terrenos, cuando acaba una y empieza otra. Es necesario, por tanto, antes de entrar en el análisis de cómo el debate agencia estructura ha/está dividiendo el constructivismo, establecer la relación entre epistemología, ontología y metodología, sin la cual el subsiguiente análisis no tendría razón de ser.

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2.1 Epistemología, ontología y metodología En tanto que la epistemología, ontología y metodología forman parte de la ciencia, y no de un conjunto de ideas dogmáticas, como la religión, no son inmutables y tienen la capacidad de cambiar a lo largo de la investigación. Este hecho es lo que hace que sean falseables y tengan validez científica. No tendría sentido, desde esta perspectiva, que las posiciones epistemológicas sean escogidas por criterios previos a la investigación y que esta no tenga ninguna interacción con los procesos de la investigación, ya que el hecho de tomar ciertas posiciones epistemológicas pueden dejar fuera del análisis características explicativas fundamentales para entender o comprender el objeto de estudio. Aun así, cualquier investigación social, al igual que en las ciencias naturales, funcionan a modo de ensayo y error. Se establecen unas asunciones o hipótesis previas bajo un marco teórico preestablecido y se analizan los resultados, dando validez o no a la investigación. Por eso, es fundamental para cualquier estudio establecer unos criterios epistemológicos, sin los cuales no se podrían establecer asunciones previas al estudio. Por tanto, si bien el punto de partida siempre es ontológico, hay una precondición epistemológica previa que todo científico social debe hacer, aunque esta tan solo sea una idea vaga de qué conocimiento aceptamos y qué conocimiento rechazamos. De esta manera, cualquier estudio sin una epistemología previa seria arbitrario. Para poder establecer cuál es el objeto conocido, primero debemos saber cómo podemos llegar a conocer ese objeto; puesto que mientras la ontología tiene relación con los objetos, la epistemología tiene relación con los objetos conocidos. Si la posición epistemológica no es capaz de aceptar o validar el conocimiento de las diferencias entre estos dos objetos, ontológicamente, este mundo ideal estaría compuesto solo por un objeto. Desde esta perspectiva, epistemología y ontología, aunque están separadas analíticamente, están siempre vinculadas (Wight, 2006:232). Esto no quiere decir que la posición epistemológica sea inmutable y que no pueda cambiar una vez asumida la posición ontológica y/o metodológica (Wight, 2006; 227). Wight argumenta a favor de un cierto pragmatismo en las asunciones epistemológicas, en el sentido en que, en muchos casos, adoptar una epistemología previa a las posiciones ontológicas puede dejar fuera de la investigación componentes explicativos 6

fundamentales. Es por ello que Wight asume que en realidad, las posiciones epistemológicas son en todo caso elegidas a posteriori y que guardan una estrecha relación con una determinada ontología y metodología. De esta manera, las ideas o la intersubjetividad, son elementos que no eran concebibles desde algunas posiciones epistemológicas, aunque en realidad estaban ahí, siendo componentes del mundo social. Aun así, y aunque la asignación final a cualquier epistemología se haga a posteriori, teniendo en cuenta las consideraciones ontológicas y metodológicas, antes de establecer de qué está compuesto el mundo, se establece una posición epistemológica más o menos consciente, sin la cual no podríamos llegar a conocer. Así, la posición ontológica está íntimamente ligada a la primera posición epistemológica del científico social. El rechazo a la idea de que las bases epistemológicas sean ahistóricas e inmutables, no tiene por qué implicar que toda investigación científica no tenga unas bases epistemológicas previas al estudio (Wight, 2006). Puesto que cualquier debate epistemológico y metodológico, dejando de lado la ontología, no tendría razón de ser, la ontología toma prioridad en una investigación, aunque esta prioridad está íntimamente ligada a la relación con la epistemología y la metodología. El vínculo fundamental que existe entre ontología y metodología es debido a que la validez de las técnicas y procedimientos tienen que guardar relación con el objeto de estudio. Cada objeto de estudio requiere métodos diferentes, así como estándares epistemológicos distintos. Desde esta perspectiva, no se puede aplicar la misma metodología que se aplica al estudio del genoma humano, en los estudios sociales. Parte de la definición de los usos de metodología, contempla “la capacidad de proveer conocimiento de la cuestión investigada”; se deduce un vínculo entre metodología y ontología, de esta manera Wight argumenta que investigación metodológica esta intrínsecamente ligada a las consideraciones ontológicas (Wight, 2006), en tanto que diferentes objetos de estudio requieren diferentes métodos o incluso, que las diferentes características del objeto requieren unos métodos específicos adecuados (Hollis & Smith, 1991). De esta manera, desde la metodología, se examinan y evalúan la aptitud de los procesos de investigación y sus técnicas en términos del objeto de estudio.

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Son por tanto necesarias las consideraciones ontológicas para establecer una metodología coherente con la investigación. Aun así, y entrando en el debate agenciaestructura, cabe destacar que en realidad no hay tal cosa como una ontología individualista y/o una ontología estructuralista; puesto que, un individualista ontológico consideraría que solo existen los individuos, así cómo un estructuralista ontológico consideraría que tan sólo existe la sociedad y rechazaría la existencia de los individuos (Wight, 2006:64). Encontramos aquí la relación entre ontología y metodología, debido a que, un individualista metodológico consideraría que sólo los individuos tienen capacidad explicativa, así como un estructuralista metodológico consideraría que lo que realmente tiene capacidad explicativa es la sociedad en su conjunto, y no los individuos desagregados. Pero en todo caso, ni los individualistas metodológicos niegan la existencia de la sociedad, ni los estructuralistas metodológicos niegan la existencia de los individuos. Desde esta perspectiva un individualista ontológico está intrínsecamente obligado a ser un individualista metodológico, para ser consistente (Wight, 2006:64). Sin embargo, un individualista metodológico, no tiene por qué ser individualista ontológico. La relación entre metodología y epistemología es muy estrecha, puesto que en muchas ocasiones se confunden los términos. Para que una investigación sea consistente las consideraciones epistemológicas y metodológicas deben estar en plena sintonía. Mientras que las consideraciones epistemológicas determinan como debería ser estudiado el mundo social de una manera consistente, en la que se especifiquen los terrenos en los que se aceptan o se rechazan creencias, la metodología, provee los elementos cualitativos y cuantitativos, mediante los cuales se obtiene conocimiento de la cuestión investigada. Este conocimiento debe ser validado por una posición epistemológica concreta, de otra manera, cualquier “conocimiento” generado no sería conocimiento propiamente dicho. Por otro lado, la metodología también se ocupa de evaluar dichos procesos y métodos, y esta evaluación no solo la hace en términos puramente metodológicos, sino también epistemológicos. No tendría sentido, desde este punto de vista, establecer unos procesos en una investigación que generasen un conocimiento que cierta epistemología, escogida a priori, no aceptase. En ese caso, se debería cambiar las consideraciones metodológicas, para que estuviesen de acorde con las epistemológicas y si no fuera posible, y siguiendo en parte el pragmatismo 8

epistemológico, cambiar la posición epistemológica. De esta manera no se podría concebir una investigación con una epistemología racionalista, pero que sin embargo se utilizasen métodos de investigación basados en la observación y la experiencia, como experimentos controlados. Así, si el objeto de estudio requiere de ese tipo de métodos, el investigador deberá cambiar su posición epistemológica o adaptar de alguna manera la relación ontológica y metodológica. Y avanzando lo que desarrollaré en los siguientes apartados, parte del problema agencia-estructura, tiene su origen en la relación ontología y metodología. No es concebible, para muchos constructivistas, la posición ontológica de Wendt, que combina tanto la agencia como la estructura, pero que utiliza una metodología estructuralista sin intentar combinarla también con una metodología individualista, de esta manera le da más peso a la estructura de lo que debería tener según su posición ontológica, dando poca consistencia a su investigación y tachándolo, muchas veces, de reduccionista (Hollis & Smith, 1991). La metodología está también intrínsecamente ligada a la epistemología, en cuanto a que el conocimiento resultante de los diferentes métodos de investigación debe pasar un proceso de validación. Por otro lado, si la metodología debe establecer unos métodos adecuados en relación al objeto de estudio y el conocimiento resultante de los diferentes métodos de investigación debe pasar un proceso de validación, la epistemología se constituye como una variable interviniente en la relación ontología y metodología.

3.Vía media epistemológica El articulo de Emmanuel Adler; “Seizing the Middle Ground: Constructivism in World Politics” de 1997, mantiene que el constructivismo es la única aproximación que ha conseguido realmente establecerse en la vía media epistemológica entre el racionalismo y el relativismo. Así, asume que el constructivismo es un intento de crear un puente entre dos filosofías de las ciencias sociales muy separadas; positivista/materialista e idealista/interpretativa (Adler, 1997). Por un lado, tenemos la posición que ha dominado la teoría de las relaciones internacionales desde el periodo de entre guerras y que estableció la prominencia del Realismo, como la gran teoría de RRII. La tradición positivista/materialista heredada de las ciencias naturales, y que durante décadas se ha constituido como la única forma de hacer una “buena ciencia”, desde que E.H Carr propuso la ruptura con el idealismo, y 9

que tomaría fuerza con Morgenthau. La tradición positivista/materialista se basa en la asunción de que el objeto existe en el mundo independientemente del investigador, y es mediante la observación, la manera en la que llegamos a conocer el objeto conocido. Tiene como punto de partida que, como en las ciencias naturales, el objeto es independiente de la interpretación del observador, es decir cualquier investigador que estudie ese objeto lo podrá observar en los mismos términos. Puesto que la realidad es una y no muchas, cabe la posibilidad de establecer grandes leyes universales objetivas. Dejan de lado las cuestiones ontológicas y epistemológicas, aquellas que de carácter más filosófico, prefieren explicar el comportamiento y las respuestas a las fuerzas físicas del mundo material (Adler, 1997). Por otro lado tenemos, la posición reflectivista o post-positivista. Esta tradición de pensamiento se basa en la asunción de que el objeto de estudio y el investigador no pueden separarse. En otras palabras, debido a la subjetividad, el objeto es conocido sólo en los términos en los que el investigador social los interprete. Para los reflectivistas no existe un mundo, sino muchos, de esta manera el objeto no existe independientemente del observador. Desde esta perspectiva solo las ideas importan y pueden ser estudiadas. Ya que no se pueden dar explicaciones racionales y objetivas de los hechos sociales, se debe estudiar la organización discursiva. Estas dos posiciones se pueden relacionar con las aproximaciones onto-epistemológicas de Woolgar sobre la realidad de las ideas. Desde esta perspectiva, el racionalismo guardaría

un

vínculo

con

la

aproximación

reflexiva;

la

realidad

existe

independientemente del conocimiento humano, y esta realidad puede ser representada y descrita con precisión.

El reflectivismo tiene un vinculo con la aproximación

constitutiva; aunque no rechazan la existencia del mundo material, creen que no puede ser conocida fuera del lenguaje humano, tan solo importa la organización discursiva (Adler, 1997). El constructivismo se mantiene en la vía media entre el racionalismo/objetivo y el reflectivismo/subjetivo, puesto que mientras no niega la existencia del mundo natural, externa al pensamiento y con la capacidad de observarlos como objetos conocidos independientes de las practicas discursivas, no es sino mediante el significado social que los agentes le den a esos objetos lo que hace que tengan valor (Guzzini, 2000). Según 10

esta consideración epistemológica, el dinero tiene valor en cuanto el significado social o colectivo, pero el trozo de metal o papel del cual está hecho el “dinero” existe independientemente del significado que se le otorga. Así, según Winch, no podemos conocer el mundo independientemente del lenguaje que utilizamos; el mundo real esta socialmente construido, nuestra idea de lo que es y lo que no es dada por los conceptos que utilizamos colectivamente (Winch, 1958: 15). De ese modo, nuestras interpretaciones están basadas en un sistema compartido de códigos y símbolos, sin los cuales no podríamos entender la realidad (Guzzini, 2000). En definitiva, el constructivismo se basa en la idea de que la observación no es una recolección pasiva o una mera percepción subjetiva, si no que los objetos están construidos. El constructivismo epistemológico se opone al idealismo ya que los principios del conocimiento no son solo internos al discurso, sino constituidos socialmente mediante prácticas; el conocimiento es una construcción social (Guzzini, 2000). 3.1 Intersubjetividad Epistemológica La intersubjetividad epistemológica se basa en el supuesto en que la manera por la cual adquirimos el conocimiento no es tan solo un registro pasivo de experiencias o una mera percepción subjetiva, sino que los objetos del conocimiento están construidos (Guzzini, 2000). El mundo social es intersubjetivo porque los distintos individuos que viven en él se relacionan, forman vínculos, valores y procesos de interpretación colectivos. Desde la perspectiva intersubjetiva, el conocimiento tan solo tiene lugar dentro del marco de significación aceptado e interiorizado por los individuos de una sociedad. La manera en la que validamos el conocimiento adquirido está sujeta a los conceptos que colectivamente utilizamos (Winch, 1958), el conocimiento esta socialmente constituido mediante prácticas institucionales (Guzzini, 2000, [Bourdieu, 1980]). La capacidad de reflexión o aprendizaje de los individuos es posible mediante la significación del mundo material (Adler, 1997: 322). Según Schütz los individuos obtienen conocimiento mediante su biografía y su identidad, es decir, la posición que tienen en el espacio-tiempo (Rizo, 2007). En este sentido la cultura, entendida como el conjunto de significados subjetivos, funciona como un marco en cual el individuo 11

recurre en busca de una comprensión que no puede lograr mediante su identidad y experiencia. Los significados intersubjetivos son el conocimiento colectivo, compartido por los miembros de una sociedad, que capacita a los individuos a poder comprender las prácticas sociales (Adler, 1997). Desde esta perspectiva, entender los conceptos que pertenecen al marco institucional es entender el mundo social (Hollis y Smith, 1991[Winch, 1958]). En relación a ello Winch afirma que las instituciones de la ciencia, mediante tradiciones, teorías y paradigmas, involucran prácticas y procesos que validan el conocimiento (Guzzini, 2000). 3.2 Consideraciones Epistemológicas La epistemología es la rama de la ciencia que concierne al “conocimiento”; su definición, tipo de conocimiento posible, grados o niveles de conocimiento, fuentes y criterios (Wight, 2006:231). Las preguntas epistemológicas son aquellas que conciernen a la naturaleza y el origen del conocimiento, es decir, aquellas que se mueven en la aceptación o el rechazo de creencias, ¿cómo adquirimos el conocimiento? Y ¿cómo podemos validar ese conocimiento? La epistemológica constructivista se basa en la asunción de que el conocimiento esta socialmente construido mediante las practicas y procesos institucionales (Guzzini, 2000), manteniendo un vinculo con la sociología del ámbito, es decir, los procesos mediante los cuales los académicos son preparados y constituyen sus identidades disciplinarias (Farrell, y Finnemore, 2009). El conocimiento forma parte de una institución específica, con sus procesos y prácticas que lo validan o rechazan (Winch, 1958). Winch afirma que entender los conceptos que pertenecen al marco institucional es entender el mundo social, así, para entender como adquirimos el conocimiento debemos entender los conceptos mediante los cuales una especifica institución científica lo valida. El conocimiento esta socialmente construido porque la manera en la que lo obtenemos obedece a las prácticas intrínsecas de lo que colectivamente creemos como ciencia. Las consideraciones epistemológicas del constructivismo son esenciales para entender el debate agencia-estructura dentro de la misma teoría ya que, la noción de la estructura y de sus efectos, algo tan abstracto e intangible, solo puede formar parte de esta realidad socialmente construida y la podemos estudiar, únicamente por los conceptos que 12

utilizamos en la ciencia social, y en definitiva, en las Relaciones Internacionales. De la misma manera, el conocimiento que obtenemos debe estar siempre en tela de juicio ya que la razón que no admite una crítica en sí misma, se convierte en un dogma (Guzzini, 2000:152 [Habermas, 1985]).

4. Vía media ontológica La vía media ontológica del constructivismo recae en dos ejes. Por un lado, se posiciona entre el materialismo y el idealismo, por otro, el constructivismo se posiciona entre la estructura y la agencia. Para desarrollar una argumentación coherente, vinculándolo con sus implicaciones epistemológicas comentadas más arriba, empezaré hablando sobre las implicaciones ontológicas de la vía media entre el materialismo y el idealismo. El constructivismo tiene un gran potencial para posicionarse como la nueva gran teoría de Relaciones Internacionales (Guzzini, 2000). En cuanto a su capacidad para poder ser crítico con las teorías materialistas pero sin caer en el “hermeneutismo” de las teorías relativistas (Guzzini, 2000), introduciendo las ideas en las teorías de Relaciones Internacionales sin obviar el mundo material fenomenológico. Ontológicamente, el constructivismo no solo no niega la existencia del mundo material, sino que además cree que los agentes actúan de acuerdo con ello. Aun así, el papel que juegan las ideas en la organización, distribución y estructuración del mundo social es innegable, y cualquier investigación que no las contemple está dejando fuera del estudio una parte fundamental de la comprensión del mundo (Wendt, Adler, Guzzini, Winch…). Así, las Relaciones Internacionales se constituyen principalmente de factores sociales, que son factores tan solo por el acuerdo humano. No debemos olvidar que el constructivismo no es una teoría política, si no una teoría social (Adler, 1997). De hecho, en la mayoría de artículos e investigaciones constructivistas hay una clara distinción, introduciendo la intersubjetividad, entre los hechos brutos, aquellos que son casi naturales y que no tienen valor explicativo y los hechos socialmente construidos. Así, tal y como afirma Guzzini: “el constructivismo… se opone a la idea de que los hechos puedan constituirse ellos mismos como objetos conocidos independientemente 13

de las practicas discursivas” (Guzzini, 2000). Por ejemplo, el metal o el papel del cual está hecho el dinero existe independientemente del valor intersubjetivo que le damos a esa moneda o billete, pero ese metal o papel constituirá tan solo un hecho en bruto, sin valor explicativo, lo que le da valor explicativo al dinero es la idea intersubjetiva. Ya que; “nuestra idea de lo que pertenece al reino de la realidad es dado por nosotros en los conceptos que utilizamos” (Winch, 1958: 15), no podemos entender la realidad independientemente de los significados colectivos. Siendo la intersubjetividad la piedra angular de la teoría constructivista, lo que realmente es importante a la hora de analizar un objeto o acción, es el significado social de este, un significado que puede ser interpretado por todos los miembros de una sociedad puesto que, las interpretaciones están basadas en un sistema compartido de códigos y símbolos (Guzzini, 2000). Aún pareciendo dos ejes analíticamente separados, podemos encontrar un vinculo entre el dualismo materialismo/idealismo y agencia/estructura. Debido a la intersubjetividad, muchos

constructivistas

perciben

las

“ideas”

con

características

puramente

estructurales, posiblemente herencia de las asunciones de Peter Winch. Las ideas son entendidas como la institucionalización del conocimiento colectivo, es decir, el medio y el fin de los procesos sociales; moldean, definen y propulsan los límites de la acción de los agentes, como veremos más adelante cuando entremos en las teorías de la acción constructivistas, a saber: Lógica de lo Apropiado y Lógica de la Costumbre. A pesar de ello, el constructivismo se posiciona en la vía media ontológica en el debate agencia y estructura, tomando gran parte del dualismo ontológico de Giddens (Sending, 2002). De esta manera la asunción más importante y conocida del constructivismo “La anarquía es lo que los estados hacen de ella” (Wendt, 1987,1992, 2003…), no debe ser tomada a la ligera, puesto que de esta asunción se pueden deducir dos de los principios fundamentales de las consideraciones ontológicas del constructivismo, que la agencia y la estructura están mutuamente construidas y la intersubjetividad ontológica. 4.1 Intersubjetividad ontológica Parte de la solución propuesta por el constructivismo al debate agencia-estructura, no solo recae en la constitución de una vía media ontológica, en la que los agentes y las estructuras están en una posición de igualdad en la investigación, sino que además 14

propone una solución muy elegante a la relación que los dos partes tienen, la intersubjetividad. La intersubjetividad supone un nuevo enfoque de la relación agencia-estructura. Basada en una de las asunciones fundamentales de la teoría constructivista “la anarquía es lo que los estados hacen de ella” (Wendt, 1987,1992, 2003…). Se debe entender, en primera instancia, que no quiere decir que un estado o agente aislado pueda cambiar los efectos estructurales, sino que son los significados colectivos, la intersubjetividad, de todos los agentes de un sistema lo que puede causar el cambio. Por otro lado, si la estructura tiene efectos en los agentes, lo hace en relación a esos significados sociales y no como un ente inmutable constituido por sí mismo. Puesto que la intersubjetividad se fundamenta en los significados colectivos institucionalizados en el sistema internacional mediante normas y reglas, una norma no tiene un valor mayor que aquel que colectivamente se le da (Bucher, 2014). La intersubjetividad ontológica, ha sido criticada debido a su facilidad de proveer explicaciones estructurales, dejando de lado la parte de la explicación agencial. De hecho, la falta de visibilidad de la agencia en las investigaciones constructivistas ha dividido la teoría desde finales de los 90 (Checkel, 1998). Muchos de los autores que critican el bagaje estructural de la teoría y claman por una mayor atención a la parte agencial, basan su estudio en el cambio ocasionado por los agentes en las normas y reglas que se constituyen en un periodo determinado (Bucher, 2014). En el articulo “Acting abstractions: Metaphors, narrative structures, and the eclipse of agency” de 2014, Bucher hace una critica a aquellos constructivistas que aclaman por una mayor atención a la parte agencial en las investigaciones, argumentando que caen en una falacia ontológica: “La práctica de posicionar a las normas como sujetos da lugar a estructuras narrativas que substituyen las normas por los mismos agentes, creando, de esta manera una “ilusión de la agencia” (Bucher, 2014…Jackson and Nexon, 1999: 294). Bucher, expone cómo el modelo del ciclo de vida de las normas (Finnemore y Sikkink, 1998) y las estructuras narrativas han sido instrumentales en el eclipse de la agencia en las investigaciones empíricas. Así, aparecen investigaciones en las que las normas 15

tienen vida; las normas alcanzan un punto de inflación, las normas caen en cascada y las normas se difunden, tomando el lugar del agente en la narrativa científica (Bucher, 2014). El proceso por el cual una norma se propaga, el ciclo de vida de las normas (Finnemore y Sikkink, 1998) consta de tres etapas; (1) el surgimiento de la norma, (2) desarrollo de la masa crítica y su posterior cascada, (3) la internacionalización de la norma (Bucher, 2014). En la primera etapa, “la emergencia de la norma”, son los agentes aquellos que tienen interés en que una norma específica aún no ampliamente aceptada se propague. Aun así, según Bucher, la agencia en esta parte del proceso no está suficientemente teorizada (Bucher, 2014). La segunda etapa, “el desarrollo de una masa crítica”, hay un momento en el que la adaptación de la norma llega a un punto de inflación y cae como si de una cascada se tratase, facilitando la difusión de la norma. En este punto, la agencia toma un papel pasivo, ya que la norma se propaga siguiendo la lógica de “la lucha por el reconocimiento” (Wendt, 2003), por aquellos que buscan “legitimidad, conformidad y estima” (Finnemore y Sikkink, 1998: 903). La tercera etapa es la internacionalización de la norma, aunque la agencia juegue un rol visible, este rol está ligado a la “lógica de lo apropiado”, subyugando una vez más a la agencia dentro del “juego” estructural, ya que, como veremos más adelante, tan solo revalidan las estructuras internacionalizadas (Bucher, 2014). Encontramos, entonces, una falacia ontología, puesto que están equiparando las normas a los agentes. Las normas son la conceptualización de los significados colectivos. Si entendemos que, en la teoría constructivista, las normas constitutivas son una parte fundamental de la estructura y en las investigaciones están substituyendo a la agencia por las normas, ¿en qué lugar queda la agencia al final? Aún así cabe destacar que la crítica de Bucher al constructivismo agencial, aunque se trate en primera instancia de un problema ontológico, es derivado de un problema metodológico. 4.2 Teoría de la acción: Lógica de lo Apropiado La lógica de lo apropiado es uno de los pilares fundamentales de la teoría de la acción en el constructivismo. Tiene la capacidad de proveer una explicación más o menos coherente de cómo actúa un agente en una situación determinada. Pero también conlleva un problema intrínseco, ya que, la lógica de lo apropiado subyuga al agente en las 16

condiciones estructurales, desproveyéndolo de la capacidad de actuar en sus propias condiciones subjetivas. En otras palabras, la lógica de lo apropiado es una teoría de la acción estructural, en la que los agentes tan solo pueden reproducir la estructura en sus acciones (Hopf, 2010). La lógica de lo apropiado está en sintonía con las consideraciones ontológicas del constructivismo, ya que intenta proveer una explicación de la actuación del agente teniendo en cuenta la combinación del agente y de la estructura, así como la intersubjetividad. Pero aún siendo, en primera instancia, consistente ontológicamente, la lógica de lo apropiado no es una buena teoría de la acción constructivista (Sending 2002, Hopf, 2010 Bucher, 2014). Por un lado tiene en cuenta la identidad o rol que juega el agente en el mundo social, por otro lado el agente tan solo puede actuar en función de las normas y reglas por las que se rigen las prácticas sociales, siendo la parte estructural de la lógica de lo apropiado (Sending, 2002). Siguiendo la lógica de lo apropiado, un agente actuará según tres elementos combinados; lo hará en función del rol o identidad que juegue en el mundo, en una situación determinada y siguiendo las normas y reglas que constituye dicha práctica. La lógica de lo apropiado explica la acción política, acorde con una situación especifica que determina el contexto institucional en la que una acción toma lugar y donde los actores interpretaran la situación y actuarán de una determinada manera según su identidad institucional. La interpretación de la situación es el proceso de la lógica de lo apropiado en el que el actor o agente tiene una mayor capacidad de decisión según su propia identidad, ya que una situación A, puede ser percibida o interpretada de maneras muy diferentes entre dos actores que tengan unas características e identidades institucionales muy similares y en definitiva, es lo que puede hacer que actúen de una manera diferente. De esa manera, si un actor percibe la situación “A” como una amenaza y otro actor no la percibe como tal, aplicaran normas totalmente diferentes (Sending, 2002). Así, la situación y las instituciones actúan como variables independientes que definen el contexto de la acción (March y Olsen: 1989). Desde la perspectiva de la Lógica de lo Apropiado, una acción implica “evocar una identidad o rol especifico y que esa identidad o rol sea acorde con una situación específica” (March y Olsen, 1998: 951). Por lo tanto, cada actor decide actuar interpretando la situación, y 17

decidirá el marco institucional apropiado en el cual proceder, teniendo en cuenta su identidad y el marco regulativo. Cabe destacar

la distinción de March y Olsen entre la identidad y la identidad

institucional. Mientras la primera es quizás la que tiene una relación directa con la interpretación de la situación y el contexto de la acción, la segunda es la que marca el comportamiento del actor, ya que debido a su identidad institucional, el actor, tendrá motivación de cumplir con los deberes y obligaciones que conllevan moverse en el terreno institucional. Así, la asunción fundamental de la Lógica de lo apropiado es que los actores actúan acorde con las reglas apropiadas a un contexto especifico y a una identidad institucionalmente definida, y están motivados a hacerlo, no por el interés propio o sanciones externas, si no porque el actor ha interiorizado los deberes y obligaciones que definen su identidad institucional (March y Olsen: 1989). Las reglas acumulan la información de las practicas institucionales, y establecen cómo debe actuar el actor en un contexto determinado (Sending, 2002). Las instituciones son, en definitiva, un marco que acumula practicas, procedimientos y normas que tienen la función de ordenar una parcela del sistema internacional. March y Olsen apuntan: “La noción principal es que la vida se organiza por un conjunto de significados compartidos y prácticas que se asimilan como dadas. Los actores políticos actúan y se organizan acorde con esas reglas y prácticas que están construidas socialmente, públicamente conocidas, anticipadas y aceptadas. Las acciones de los individuos o los colectivos ocurren conforme esas prácticas y significados colectivos, que pueden ser llamados identidades e instituciones” (March and Olsen, 1995:30) 4.3 Consideraciones Ontológicas Posicionarse en la vía media en el debate agencia-estructura supuso un cambio sustantivo, no solo en cómo los académicos trataban el debate, sino también cómo percibían las Relaciones Internacionales. Aún así, este hecho ha supuesto una serie de problemas, debido a la dificultad de producir investigaciones en las que tanto la agencia como la estructura estuviesen en una posición de igualdad. Desde esta perspectiva me sumo a la manera en la que Sending (2002) y Bucher (2014) ven el debate, entendiéndolo como un problema fundamentalmente metodológico. El vínculo fundamental que existe entre ontología y metodología es debido a que la validez de las 18

técnicas y procedimientos tienen que guardar relación con el objeto de estudio (Wight, 2006) La crítica de Sending a la Lógica de lo Apropiado, es un claro ejemplo de cómo la metodología afecta al debate, ya que aunque el agente tiene

cierta capacidad de

decisión, mediante la interpretación que haga de una situación determinada, siempre se moverá dentro del marco institucional. Éste es uno de los motivos que utiliza Sending (2002) para localizar a la Lógica de lo Apropiado en el apartado de “Sistemas” dentro de la matriz de Martin Hollis (Hollis, 1996: 359), puesto que la Lógica de lo Apropiado enfatiza el contexto institucional o la racionalidad normativa de la acción. Aún así March y Olsen entienden la Lógica de lo Apropiado como una teoría de la acción individualista (March y Olsen, 1998). Matriz de Martin Hollis (1996: 359)

March y Olsen entienden que las instituciones proveen las heramientas mediante las cuales los individuos interpretan las situaciones, y que estas instituciones són producidas por una comunidad politica homogenea, con valores, conjunto de interpetaciones y conceptos del “bien común” compartidos por todos los miembros (Sending, 2002). Este hecho dificulta la capacidad del individuo para interpretar las situaciones de una manera diferente. Es decir, el trato que da a los “significados subjetivos”, que en primera instancia hacen que un actor pueda interpretar una situación acorde con sus propias asunciones, queda finalmente subyugado por los significados colectivos provistos mediante las instituciones. 19

La Lógica de lo Apropiado no provee el cambio de las normas o reglas mediante la interpretación o la acción individual, haciendo que la interpretación o acción de los individuos tan solo puedan reproducir la estructura normativa (Sending, 2002). Este hecho choca de una manera directa con las asunciones ontológicas del constructivismo; “la anarquía es lo que los estados hacen de ella”. En la Lógica de lo Apropiado las constricciones de la anarquía, entendidas como estructura, son constantemente reproducidas por los estados, sin posibilidad de ser interpretada de otra manera (Sending, 2002). De esta manera, Sending argumenta que tiene más afinidad con las explicaciones holistas que con las individualistas. Esto abre de nuevo el debate agencia estructura, evidenciando un fallo metodológico, más que un fallo epistemológico u ontológico. Ya que, no tan solo está más cerca del holismo que del individualismo, sino que además se posiciona en el cuadrante de “Sistemas”, que es en el que interaccionan “Explicar” y “Holismo” (Sending, 2002).

5. ¿Vía media metodológica? Hasta ahora, en los capítulos anteriores, hemos visto como tanto la intersubjetividad epistemológica como la ontológica son consistentes, o al menos tienen la potencionalidad de serlo, con la igualdad en una investigación de agente y estructura. En el siguiente apartado expondré lo que creo que es la esencia del debate agenciaestructura dentro del constructivismo, la metodología, y de qué manera esta está afectando a la investigación constructivista. 5.1 Explicar y Entender Tal y como exponen Martin Hollis y Steve Smith, las ciencias sociales se desarrollan en dos tradiciones intelectuales. La primera es la tradición de las ciencias naturales aquella que introduce el método científico en los albores del siglo XVI. La segunda es aquella que se fundamenta en la historia y en la escritura de la historia desde dentro, desarrollada en el siglo XIX (Hollis y Smith, 1991). Estas dos tradiciones han dividido las teorías sociales, y consecuentemente, también las Relaciones Internacionales. Explicar o Entender forman parte de los debates metodológicos de las ciencias sociales y pueden clasificarse en estas dos tradiciones, entendiendo que “Explicar” seria la forma 20

o el objetivo de la tradición de las ciencias naturales, mientras que “Entender” seria el objetivo de la tradición más vinculada a la sociología reflexiva, teniendo como un fuerte exponente a Max Weber, Peter Winch o Alfred Schütz. Martin Hollis y Steve Smith argumentan que las Relaciones Internacionales como disciplina ha sido muy influenciada por la ciencia natural, así la corriente principal de las teorías en la disciplina ha tendido a proveer explicaciones científicas (Hollis y Smith, 1991). Esto puede ser debido a la voluntad de algunos teóricos de establecer las Relaciones Internacionales como una ciencia per se, separada de otras ciencias sociales (Neumann, 2014). A la vez, la voluntad de algunos autores constructivistas de establecer el constructivismo como la nueva gran teoría de las Relaciones Internacionales (Adler, 1997), puede haber tenido un efecto sobre la metodología usada, haciendo que en muchas ocasiones se provean explicaciones científicas, se establezcan mecanismos causales o se introduzcan leyes universales, haciendo que la teoría tome un bagaje más estructural del que ontológicamente debería tener. 5.1.1 Explicar Los primeros que aplicaron el método científico fueron los realistas, intentando localizar mecanismos causales y estableciendo leyes universales, como en las ciencias naturales, buscando romper con los Idealistas, criticados por ser poco prácticos (Hollis y Smith, 1991). Así, Carr y Morgenthau rechazaron la perspectiva y los elementos idealistas del Idealismo, con la voluntad de hacer la disciplina “científica” y la asunción de ver el mundo tal y como es. El positivismo se hace patente en los 6 principios de Morgenthau, en especial en el primer principio; “la política, al igual que toda la sociedad, obedece a leyes objetivas que arraigan en la naturaleza humana”. A su vez, en el cuarto principio; “El realismo político se niega a identificar las aspiraciones morales de una nación en particular con los preceptos morales que gobiernan el universo”, rechazando, de esta manera, las ideas en el estudio de las Relaciones Internacionales. Así, el Positivismo, objetiviza el estudio de las Relaciones Internacionales como si del mundo natural se tratase. El Positivismo y el Conductivismo han sido las metodologías que han liderado la disciplina desde principios del siglo XX hasta los años 70, instituidas en el Realismo. Los Realistas, aplicando el Positivismo y el Conductismo, dejan de lado la perspectiva 21

ideacional, las percepciones, las interpretaciones, por tal de dar explicaciones simples y poder aplicar de una manera más eficaz el método científico. Establecen metáforas como “los estados como cajas negras” y les dan un valor de “Homo Economicus”: estados racionales, maximizadores de utilidad en búsqueda del interés propio. Así, mediante la experiencia y la observación, los positivistas tratan a los estados como si fuesen átomos, que se mueven por leyes físicas y sin que estos tengan una capacidad real de ejercer sobre esas fuerzas, de esta manera pueden establecer mecanismos causales y leyes universales (Hollis y Smith, 1991). Desde esta perspectiva, parece más fácil tomar un bagaje estructural que individualista para mantenerse consistente con la metodología de explicaciones científicas. Ya que, mientras que se puede afirmar sin ningún tipo de pudor que el Sol va a salir mañana y el resto de nuestras vidas, no se puede afirmar que un estado A va actuar igual en una situación X que un estado B (con las mismas características que el estado A) en la misma situación. O incluso que un estado A vaya a actuar igual en el caso en que se encuentre más de una vez en la misma situación; X1, X2…X8. Así, las explicaciones causales se mueven de una manera más cómoda en el terreno estructural, igual que las leyes universales. Debido a que, las leyes generales que gobiernan el mundo natural deben ser “necesarias y constantes” (Hollis y Smith, 1991). 5.1.2 Entender Puesto que el Constructivismo, a diferencia del realismo o el liberalismo, no es una teoría política per se, sino una teoría social en la que se basa las teorías constructivistas de política internacional (Adler, 1997), debería estar más arraigada a la tradición sociológica y a la metodología expuesta por Weber, Winch o Schütz, fundamentada en la comprensión. Tal y como expone Max Weber en Economía y Sociedad; “la ciencia de la sociedad intenta la comprensión interpretativa de las acciones sociales” (Weber, ----). El hecho más obvio del mundo social es que, a diferencia del mundo natural que se puede objetivizar, el mundo social es subjetivo, es decir, lo que pasa en él tiene significado para sus habitantes (Hollis y Smith, 1991: 68). Esta tradición hace el significado central en la investigación e intenta producir una metodología específica para el mundo social, basada en la comprensión de las acciones 22

sociales (Hollis y Smith, 1991). Rompiendo con el Materialismo y el Positivismo que habían sido la corriente principal de pensamiento en las Relaciones Internacionales, introduce las ideas y estudia los símbolos, signos, significados y el lenguaje. Tal y como exponen Hollis y Smith, desde la perspectiva del Positivismo, no habría diferencia entre parpadear y guiñar el ojo, puesto que es el mismo acto fisiológico. La única diferencia radica en que mientras que parpadear no tiene un significado subjetivo, es tan solo un acto reflexivo, guiñar el ojo puede tener un significado que los actores en ese contexto le quieran dar (Hollis y Smith, 1991:72). Encontramos en las cuestiones metodológicas un vacío de producción científica constructivista (Adler, 1997, Guzzini, 2000 Finnemore, 2009…) que ha hecho que el constructivismo se mueva dentro de un marco metodológico muy amplio. Así, podemos ver cómo el constructivismo fluctúa entre explicar y entender. Los primeros constructivistas, quizás con la voluntad de ofrecer una alternativa al Realismo, pero sin tener que caer en el yugo del reflectivismo, y el intento de abrirse hueco en el panorama científico de la disciplina (Guzzini, 2000), utilizan una metodología que pudiese ser vista con buenos ojos desde posiciones Positivistas. Cuando March y Olsen exponen la lógica de lo apropiado, lo hacen desde esta perspectiva metodológica, al fin y al cabo no hay una diferencia metodología entre la lógica de lo apropiado y la lógica de consecuencias (March y Olsen, 1989). Incluso Alexander Wendt llega a defender la teleología como método en el artículo “¿Por qué un estado mundial es inevitable?” (Wendt, 2003), hecho que parece inconcebible dentro de la teoría constructivista a Vaughn P. Shannon (Shannon, 2005). Acercar al Constructivismo, no tan solo al Positivismo, sino a cualquier metodología que se fundamente en la explicación de mecanismos causales, lógicas y leyes universales, hace que la teoría tome un carácter más estructural de lo que debería (Shannon, 2005). Cuando los autores constructivistas toman una metodología, basada en la explicación y el método científico, caen en el yugo de la estructura, ya que es más fácil dar explicaciones causales en el marco estructural, entendiendo que la estructura es un ente fijo que modifica el comportamiento de los agentes, estados o individuos. Así, Cuando Wendt propone la inevitabilidad de un estado mundial mediante la teleología, está yendo en contra de los principios del constructivismo (Shannon, 2005). A la vez, 23

cuando March y Olsen proponen la Lógica de lo Apropiado, están cometiendo una falacia ontológica, convirtiendo a las normas en sujetos y, en definitiva, dando más peso a la estructura (Sending, 2002). Mientras que la base o el fundamento de la teoría constructivista tanto epistemológico como ontológico es la intersubjetividad, encontramos que en ocasiones no tan solo no se están llevado a cabo investigaciones metodológicamente consistentes con la epistemología, sino que además esto provoca una ruptura con el dualismo ontológico, hecho que ha llevado a debates en la teoría desde principio de los años 90 (Checkel, 1998).Ya que la intersubjetividad puede ser fácilmente localizable en la matriz de Martin Hollis, esta se posiciona en la vía media entre el holismo y el individualismo, pero siempre y en todo caso desde la comprensión. Interpretación propia del matriz de Martin Hollis (1996: 359)

Ya que los significados subjetivos tienen que ver con el individuo, el mundo social es intersubjetivo porque los distintos individuos que viven en él se relacionan y forman vínculos, valores comunes y procesos de interpretación colectivos, puesto que el mundo social constituye un marco de significación que tiene sentido para todos los individuos dentro de él, generando culturas con formas de vida y procesos institucionalizados. Esta cultura es interpretada por sus habitantes, organizando, dirigiendo y moldeando sus relaciones y formas de vida. Aún así, el marco de significación, y en definitiva las 24

culturas, son generadas por la acción individual e instituida por la acción social (Rizo, 2007).

5.2 La comprensión como una metodología intersubjetiva Aunque una metodología intersubjetiva basada en la comprensión, tiene la potencionalidad de ser más consistente con las consideraciones dualistas ontológicas del constructivismo, cabe destacar que no todas las aproximaciones metodológicas comprensivas/interpretativas son dualistas. En este apartado expondré tres autores que han tenido una gran influencia en la metodología comprensiva en el constructivismo, todos tratando la intersubjetividad desde puntos de vista diferentes. Entre los autores encontramos a Weber, que expone una metodología individualista y una propuesta de vía media entre la explicación y la comprensión. En segundo lugar, encontramos a Winch, que es la contraparte estructural, dándole más peso a los procesos institucionalizados como forma de intersubjetividad. Finalmente, entraremos en las asunciones metodológicas de Schütz, que se posiciona en la vía media entre el individualismo de Weber y el estructuralismo de Winch, introduciendo la fenomenología de las ideas. 5.2.1 Max Weber Max Weber distingue, en su libro Economía y Sociedad, dos metodológicas científicas: la primera “Erkläsen”, el tipo de explicación causal de las ciencias naturales, el segundo “Verstehen”, el tipo de comprensión o entendimiento de la ciencia social. Desde la perspectiva de que la ciencia social estudia la acción social y “toda acción humana, cuando esta tenga un significado subjetivo” (Weber, 1922). El Verstehen de Weber ha sido utilizado por los autores constructivistas, no solo como una metodológica científica social, sino también como una Ontología, de lo que está constituida la Realidad (Adler, 1997). Para Weber es un hecho que las ideas tienen significado para los actores sociales, pero va más allá estableciendo dos tipos de ideas. Lo que pretenden los actores con sus acciones no solo depende de la ideología del actor (subjetividad), sino también de su idea de cómo funciona y se organiza el mundo social y cómo los otros actores pueden 25

actuar; puesto que el ser humano es un ser social no puede tan solo ser subjetivo, sino debe ser también intersubjetivo. De esta manera el concepto de intersubjetividad que establece Weber, en el “Versthen” es mediante la empatía, la capacidad de “meterse en la piel de otra persona”, así, podemos comprender como actuará un actor en una determinada situación, imaginando como actuaríamos nosotros en esa misma situación (Hollis y Smith, 1991). La propuesta metodológica de Weber para establecer el significado correcto o el “código de significados” correctos a una acción es la “Comprensión Explicativa” (Erklärendes Verstehen), que radica en tres métodos; Histórico, Sociológico y Tipoideal (Hollis y Smith, 1991). El modelo histórico es utilizado para comprender qué motiva a un actor a actuar en una determinada situación. Cuando un individuo decide coger un avión por ejemplo, debemos observar que ha llevado a ese individuo a hacer esa acción, ¿ha recibido recientemente una suma extra de dinero? ¿ha cambiado de empleo? Mirando el trasfondo histórico podemos comprender las acciones individuales. El modelo sociológico es, desde una perspectiva de metodología intersubjetiva, el que más influencia ha tenido sobre la metodología constructivista, es cuando entendemos la acción de un individuo desde la perspectiva de un marco o practica institucional, es decir, la acción de un individuo corresponde a unas normas o practicas institucionales especificas. Cuando un estado A decide cerrar su embajada en el estado B, es una declaración de intenciones de parar la relación entre estos dos países. Finalmente el modelo de tipo-ideal, se da cuando creamos un mundo ideal cerrado y en muchas ocasiones cíclico, en la que las distintas posiciones tienen un valor separado, distinto y claro: Lógica de consecuencias, Lógica de lo apropiado, Teoría de juegos etc. Así, Weber propone un nuevo tipo-ideal, la burocracia. Su concepto de burocracia es un tipo ideal cerrado donde los procedimientos institucionales son la única fuente de la acción. Weber argumenta que, tanto “explicar” como “entender” tienen partes interesantes en el estudio del mundo social y que las consideraciones finales sobre metodología en la ciencia social debería ser una combinación de ambas. Aún así, la tradición hermenéutica es escéptica con esta asunción de Weber, ya que la combinación de estas dos tradiciones no sólo no es difícil, sino que hay una gran probabilidad de que sea imposible (Hollis y Smith, 1991:91)

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5.2.2 Peter Winch Si Weber utiliza una metodología individualista basada en la comprensión, Peter Winch es su contra parte, la visión estructuralista de una metodología basada en la comprensión. Winch lleva la intersubjetividad al extremo estructural, mantiene que no solo no puede haber acción fuera de un marco normativo, sino que además para entender completamente la acción se debe entender las reglas y los procedimientos institucionales. Para Winch, las relaciones sociales son expresiones de las ideas sobre la realidad social (Winch, 1958: 23); si las ideas de la realidad social están constituidas por las prácticas institucionales, las relaciones sociales las reproducen. Desde esta perspectiva, entender los conceptos que pertenecen al marco institucional es entender el mundo social, puesto que el mundo social son, en definitiva, las prácticas sociales organizadas en instituciones. Esto

hace recabar en la pregunta: ¿qué papel juega, entonces, el

individuo? Weber proponía un actor/individuo/agente racional, un cazador de gangas (Hollis y Smith, 1991). Desde esta perspectiva, el actor no siempre toma la acción que le da más utilidad pero sí la que tiene la mayor utilidad esperada, de esta manera si X tiene una mayor utilidad esperada que Y, el actor decidirá hacer X, aunque al fin y al cabo Y sea la mejor elección. Pero la racionalidad instrumental de Weber es obviada por Winch, ya que las intenciones y motivaciones están directamente relacionadas con las conductas en una situación socialmente definidas. Entonces, aunque no se niegue la racionalidad instrumental de los individuos, éstos siempre estarán sometidos a las constricciones institucionales, ya que, las motivaciones de los individuos no determinan sus formas de vida, actuar o comportamiento, sino que sus formas de vida interiorizadas mediante las prácticas sociales, determinan sus motivaciones (Hollis y Smith, 1991). Aún así, la visión de Winch es compatible con la “wertrational” (valor-racional) de Weber, puesto que el objetivo, provenga de donde provenga, de la acción es tan deseado por el individuo que no se calculan los costes marginales para conseguirlo. Winch muestra su rechazo a las explicaciones causales de las ciencias naturales, defendiendo que no es concebible entender la acción o comportamiento de los distintos estados mediante unas reglas científicas generales, puesto que su visión del mundo son 27

tan diferentes que no podemos tratarlos como participantes de un mismo mundo. Vinculándolo a los tipos-ideales de Weber, si dos estados no juegan al mismo juego no pueden entenderse en los mismos términos, ya que, “nuestra idea de lo que pertenece al reino de la realidad es dado por nosotros en los conceptos que usamos” (Winch, 1958: 15). Dado las consideraciones subjetivas de los actores, éstos pueden ver el mundo de maneras distintas, y según Winch, vivir en realidades distintas y por ende, constituir formas de vida distintas. Desde esta perspectiva ¿cómo se pueden establecer leyes generales para el comportamiento de los distintos actores, viviendo realidades sociales distintas? Winch es relativista y estructuralista por convicción. Relativista porqué entiende que no solo hay un mundo social, sino muchos. Y estructuralista porque los actores no ven el mundo bajo sus propias consideraciones subjetivas, sino mediante las prácticas y normas institucionalizadas y hacen que no pueda haber acción fuera de ellas. La vinculación que establece entre la ciencia y la religión, es esclarecedora para entender su visión relativista de la filosofía de la ciencia. Tanto la ciencia como la religión ordenan las experiencias mediante el significado de las reglas, diciendo como el actor debe proceder en cada situación. Y aunque las instituciones de la ciencia, ejemplificadas en tradiciones, teorías y paradigmas, involucran unas prácticas y procesos que validan el conocimiento, la religión valida el conocimiento mediante las escrituras sagradas, la figura de un ente superior que ordena el mundo y los procesos institucionales propios como rezar, qué atuendos vestir etc. Aún así, lo realmente valioso en la asunción de Winch, es que ambas se auto-justifican en sus propios procesos internos, declarando lo que es real y que pensamientos son consistentes con esa realidad (Hollis y Smith, 1991:89). 5.2.3 Alfred Schütz Entre el individualismo de Weber y el estructuralismo de Winch, encontramos la propuesta metodología intersubjetiva, basada en la fenomenología de Schütz. La visión metodológica de Schütz tiene como objetivo la interpretación de los significados del mundo social y de las acciones de los sujetos sociales (Rizo, 2007). La fenomenología, en su metodología se sustenta principalmente en el mundo conocido y en las experiencias intersubjetivas que son compartidas por los miembros de una 28

sociedad. A partir del mundo fenomenal y las relaciones de los fenómeno-sujetos, se obtienen las señales

para poder interpretar los significados que constituyen, en

definitiva, la realidad social (Rizo, 2007). Desde la perspectiva de Schütz, los fenómenos están dados, existen independientemente de la reflexión de los sujetos pero lo que es importante estudiar es el significado que los individuos dan a los fenómenos, que sin la interpretación y significación tan solo constituirían hechos en bruto (Guzzini, 2000) (Rizo, 2007). Como se puede deducir, las consideraciones onto-epistemologícas de Schütz son compatibles con la posición mediadora de Steve Woolgar (1983) (Adler, 1997), expuesta anteriormente en el apartado epistemológico; aún así, cabe destacar que Schütz no tan sólo asume que los fenómenos son materiales, sino también ideales o imaginarios. La introducción de la vida cotidiana y el sentido común, juegan el papel estructural en las consideraciones de Schütz. Los individuos viven en el mundo de la vida cotidiana, aunque con una actitud natural (Rizo, 2007) no es pasiva, puesto que están en constante relación con otros, interpretando los significados de los fenómenos y, en definitiva, generando el sentido común. Para Schütz, el sentido común se asemeja a las prácticas institucionalizadas de Winch, en el sentido en que la realidad es entendida mediante los conceptos que otorga el sentido común, estos conceptos también organizan, regulan y moldean a los individuos y sus relaciones. Aun así, el individuo no es pasivo y no reproduce constantemente la estructura, si no que es reflexivo. Su biografía y su experiencia inmediata determina su identidad y su posición en el mundo social respecto a los “otros” (Rizo, 2007). Es desde su perspectiva, única e irreproducible, mediante la cual el individuo significa el mundo, al mismo tiempo que se significa a sí mismo, ya que la identidad, el “yo”, está en cambio constante (Rizo, 2007). La intersubjetividad de Alfred Schütz, recaba en la idea de que un individuo no puede interpretar sus acciones, constituidas como experiencia inmediata,

pero sí puede

interpretar las acciones de los otros individuos del mundo social, puesto que sus acciones son constituidas como fenómenos, que pueden ser significados (Rizo, 2007). Las relaciones intersubjetivas no son espaciales ni temporales. No son espaciales puesto que no hace falta formar parte de la relación para poder entender su significado y poder 29

interactuar con el fenómeno; hace una distinción entre “nosotros”, “vosotros” y “ellos”. Son atemporales, porque se puede interactuar con los contemporáneos, aquellos sujetos que están viviendo en el mismo tiempo que el individuo. Pero también es posible interactuar con los predecesores, aquellos que vivieron antes del sujeto, pero que sus acciones y significados han sido heredados mediante la “cultura” y que el individuo puede dar significado. Por último, Schütz contempla también a los sucesores, los que están por venir, no existe una relación directa, pero el individuo puede orientar sus acciones hacia ellos, y los sucesores, al igual que el individuo con los predecesores, pueden significar, interpretar e interactuar con los fenómenos pasados (Schütz, 1979). Cuando Schütz afirma que el individuo vive en el mundo cotidiano de una manera natural, no quiere decir que esté constantemente condicionado por las constricciones estructurales, ni que actúe de una manera racional, ni que analice el coste-beneficio para maximizar la utilidad de las acciones. Se puede vincular a la orientación “tradicional” de las acciones sociales de Weber (Weber, 1968 [1952] 12), donde el individuo se mueve por costumbre, por lo tanto sus acciones son no intencionadas, inconscientes, involuntarias y sin esfuerzo (Hopf, 2010: 541). Aún así, la intersubjetividad de Schütz, cae en la cuenta que las acciones tienen, en cualquier caso, significado y que, aunque el actor no tenga una intención para realizar una acción concreta, aunque no esté motivado por otra cosa que por la costumbre, su acción puede ser interpretada por otros. La metodología de Alfred Schütz introduce el conjunto de las relaciones interpersonales y las actitudes y comportamientos de los individuos que son reproducidas y reflejadas en otros mediante la cultura, pero que también tienen la capacidad de modificarla mediante la reflexión e interpretación constante de los sujetos. La aportación a la metodología intersubjetiva de Schütz se basa en la asunción de que los significados están socialmente construidos. Desde esta perspectiva, los individuos tienen la capacidad de percibir y actuar según su propia identidad y la estructura, entendida como “cultura” o “sentido común” no constriñe, sino educa, moldea y facilita la interpretación de los individuos (Rizo, 2007). 5.3 Consideraciones metodológicas La metodología juega un papel decisivo en cualquier teoría, ya que las consideraciones ontológicas y epistemológicas se pueden poner en tela de juicio sin una metodología 30

consistente con el objeto de investigación y con la capacidad de generar conocimiento que se pueda validar epistemológicamente. En el apartado anterior he expuesto las dos tradiciones que han desarrollado la producción científica en las Relaciones Internacionales. Explicar y Entender no solo constituye un método, un proceso mediante el cual podemos generar unos conocimientos validos y consistentes con el objeto conocido, al existir un vínculo entre epistemología y ontología, constituye la manera en la que entendemos la ciencia. Desde esta perspectiva, la tradición que se fundamenta en la comprensión o el entendimiento tiene la capacidad de generar este conocimiento, en cuanto que el constructivismo es una teoría social y las Relaciones Internacionales forman parte de la ciencia social. Puesto que, tal y como apuntan Martin Hollis y Steve Smith, si el mundo social es una creación humana, hay razones para sugerir que el objetivo de las Relaciones Internacionales debería ser entender en vez de explicar (Hollis y Smith, 1991; 67). Por otro lado, cabe destacar, tal y como he sugerido en este apartado, que hay un vinculo entre una metodología explicativa y las consideraciones estructurales, teniendo en cuenta que las leyes generales que gobiernan el mundo natural deben ser “necesarias y constantes”. Así, las leyes causales forman correlaciones que necesitan fuerzas estructurales para explicarse (Hollis y Smith, 1991); aunque una metodología fundamentada en la comprensión tiene la capacidad de deshacerse de las consideraciones explicativas como los mecanismos causales o las leyes universales, y en definitiva, del bagaje estructural, no todas las metodologías interpretativas se posicionan fuera del estructuralismo.

6. Consideraciones finales En el presente trabajo he tratado el debate agencia-estructura en el seno de la teoría constructivista, desde una perspectiva meta-teórica de la filosófica de la producción del conocimiento. A lo largo del trabajo, he desarrollado la idea de que en cualquier investigación científica la Epistemología, la Ontología y la Metodología tienen que estar en plena sintonía, ya que estos elementos forman parte de un conjunto de ideas a la que llamamos Ciencia. Desde esta perspectiva, el dilema agencia/estructura, no podía tratarse tan sólo de un problema ontológico, tal y como ha sido visto tradicionalmente.

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El estudio del caso de la teoría constructivista es revelador y puede servir de ejemplo de cómo el debate no tan solo se mueve en el terreno ontológico, sino que también se mueve en el terreno epistemológico y metodológico. Si partimos de la base de que el debate se mueve fundamentalmente en el terreno ontológico, el constructivismo no debería haber heredado el problema de la agencia y la estructura, puesto que se posiciona en la vía media ontológica entre esta dicotomía. Además, ningún autor constructivista niega la dualidad ontológica, ni que agencia y estructura están mutuamente construidas. De hecho, la intersubjetividad ontológica se basa en el supuesto de que “la anarquía es lo que los estados hacen de ella” (Wendt, 1987); en este sentido la agencia tiene capacidad de cambiar la anarquía, debido a que la estructura esta socialmente construida, pero a su vez, la agencia necesita de la estructura: los significados, las instituciones, prácticas y procesos sociales, para poder entender el mundo. Aún así, tal y como argumenta Wight, la posición ontológica no es fundamental para entender el debate, puesto que un individualista ontológico puro estaría negando la existencia de la sociedad y a su vez, un estructuralista ontológico puro estaría negando la existencia de los individuos (Wight, 2006:64). Desde este punto de vista de Wight, la metodología juega un papel importante, ya que el debate agenciaestructura solo puede formar parte de esta realidad socialmente construida y la podemos estudiar, únicamente por los conceptos que utilizamos en la ciencia social (Winch, 1958). La epistemología, entonces, se constituye como una variable interviniente en la relación entre ontología y metodología. De la misma manera que no podemos entender una acción fuera de los significados colectivos, intersubjetivos, y que estos significados están instaurados en las prácticas institucionales, la misma producción científica está formada por procesos institucionalizados (Winch, 1958). Desde este enfoque, la manera en la que podemos llegar a entender el mundo social dependerá de los significados colectivos institucionalizados en la idea de lo que es y lo que no es hacer buena ciencia. Así, el debate agencia-estructura se debe a las practicas y procedimientos internos de la ciencia social.

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Si la metodología tiene un vínculo con la ontología, en cuanto a que el método tiene que adecuarse al objeto estudiado (Hollis & Smith, 1991), se ha utilizar una metodología que sea consistente con el dualismo ontológico de la teoría constructivista. Debido a que la intersubjetividad es la piedra angular de la teoría constructivista, una metodología basada en la comprensión, como las asunciones metodológicas de Max Weber, Peter Winch o Alfred Schüz, pueden ser consistentes con las asunciones ontológicas y epistemológicas. Aún así, aunque una metodología intersubjetiva basada en la comprensión, tiene la potencialidad de ser más consistente con las consideraciones dualistas ontológicas del constructivismo, cabe destacar que no todas las aproximaciones metodológicas comprensivas/interpretativas son dualistas, como he expuesto en el apartado metodológico del trabajo. Es por eso necesario, generar una metodología basada en la comprensión incluyendo las aportaciones de Weber, Winch y Schüz pero a la vez específica, para ser consistente con las consideraciones ontológicas y epistemológicas del constructivismo. Emanuel Adler, argumentaba en 1997, que el hecho de que el constructivismo tuviese una preferencia sobre la producción de conocimiento acerca de ontología y epistemología sobre metodología, era un serio problema, ya que afectaba a la potencial contribución de un mejor entendimiento de las Relaciones Internacionales en cuanto a la teoría constructivista (Adler, 1997: 320). Esta poca teorización sobre metodología, puede haber llevado al debate agencia-estructura a dividir el constructivismo. Aún así, cabe destacar que desde el principio del nuevo milenio, ha habido una mayor teorización metodológica (Bucher, 2014, Farrell & Finnemore, 2009, Sending, 2002, Hopf, 2010…).

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