El cristianismo en Egipto. ¿El pasado en el presente?, en Café de Letras, nº 4

July 26, 2017 | Autor: C. Caravaca Guerrero | Categoría: Ancient Egyptian Religion, Cristianismo Primitivo, Anthropology of Religion
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Descripción

El cristianismo en Egipto. ¿El pasado en el presente? Consuelo Isabel Caravaca Guerrero Estamos asistiendo en los últimos tiempos a un enaltecimiento de la violencia religiosa en Egipto. Este país siempre ha sido un “punto caliente” en materia religiosa debido a la confluencia de varios cultos. Sin embargo, este hecho no es nuevo sino que se remonta a hace varios siglos. Si leemos la prensa o vemos el telediario, diariamente aparecen noticias sobre enfrentamientos entre los musulmanes y la minoría cristiana presente en Egipto. Pero ¿desde cuándo esta última población se encuentra asentada en el valle nilótico? Realmente, en la actualidad es complejo establecer con seguridad cuando exactamente comienza el cristianismo en Egipto. La tradición que nos ha llegado siempre nos ha llevado a creer que San Marcos, discípulo de San Pedro, fue quien fundó una gran sede eclesiástica en Alejandría. La carta de Claudio a los alejandrinos parece corroborar esta información al decir que la predicación cristiana en Egipto comenzó en el año 41. La realidad es que solo a partir del siglo II es cuando contamos con una lista de los obispos de Alejandría1 y será a partir de este siglo cuando veamos el cristianismo extendido por casi toda la geografía del Nilo, llegando a constatar que en el siglo V la Iglesia copta de Alejandría contaba con unos 4.000.000 de fieles2. Si el cristianismo pudo penetrar en Egipto, fue debido a que esta zona de gran reputación histórica, se encontraba en un momento de agotamiento de su civilización y con grandes convulsiones en el interior de su sociedad. La aparición del cristianismo en el Antiguo Egipto se da a finales de la época helenística, dando lugar a una matización de los cultos. Los griegos habían introducido unas pinceladas de su politeísmo en el monoteísmo judío, produciéndose así una helenización parcial del cristianismo. También es importante tener en cuenta que debido al carácter politeísta de la antigua sociedad egipcia, el culto del Dios único fue poco a poco asimilado como un culto más en su extenso pabellón teológico. Antes de la llegada del cristianismo, los judíos se habían extendido por todo el Mediterráneo desde el 536 a.C., momento en que como consecuencia de la destrucción del templo de Jerusalén, tendrá lugar la diáspora judía. Esta dispersión del pueblo judío, unido a la presencia de éstos como mercenarios en los ejércitos de Alejandro Magno y más tarde en los romanos, o también como esclavos y comerciantes, hará que cuando el cristianismo penetre en Egipto, exista un fuerte sustrato judío con algunas características grecorromanas. Este sustrato precedente, será muy importante en los primeros estadios de la religión cristiana puesto que ayudará a la difusión y consolidación del cristianismo en territorio egipcio. Será en este contexto en el que surjan los Padres de la Iglesia. Para éstos, hombres y mujeres tenían el mismo derecho de pensar, pues ambos se encontraban dentro de la milicia de Dios. En sus teorías defendían que la mujer gozaba de un alma igual de fuerte 1

Lebreton, J., Zeiller, J., Historia de la Iglesia. El nacimiento de la Iglesia, Valencia, Edicep, 1978, vol. I: 287. 2 Santos Hernández, Á., Iglesias Orientales separadas. El nacimiento de la Iglesia, Valencia, Edicep, 1998, vol. XXX: 35.

que los hombres y por ello también podía difundir la doctrina cristiana. La única acción a la que se oponían los Padres de la Iglesia era que las mujeres pudiesen absolver los pecados, misión que les estaba vedada. Egipto es la cuna de la vida monástica; tanto eremítica, con los santos Antonio y Pablo; como cenobítica en el siglo IV con Pancomio. Los contactos del pueblo de Dios con Egipto quedan reflejados en la Biblia, ejemplos de ellos son la historia de José, la de Moisés, la huida de la sagrada familia hacia Egipto etc. Esto refleja la presencia en Egipto de gran número de colonias hebreas y la existencia de comunicaciones, bastante cordiales, entre Palestina y Egipto, antes de la introducción del cristianismo. A través de las historias expuestas anteriormente, vemos que existía un intenso contacto entre ambos pueblos, y que a pesar de las diferencias y discordancias que evidentemente se daban entre estas culturas, dicho contacto dio como resultado una aculturación, reflejada en algunos aspectos como por ejemplo en Los Diez Mandamientos que fueron tomados de las normas egipcias. Digo aculturación, que no sinecismo, puesto que tanto los unos como los otros eran celosos de sus ritos y cultos. Sin embargo, debido a la propia conciencia egipcia, los profesantes de esta religión serían más permeables a los cultos de la religión hebrea, siempre sin prescindir de su milenaria doctrina religiosa. Por lo tanto, cuando la Iglesia copta se implante en Egipto, Cristo sería asemejado con su tradicional dios Osiris, ya que ambos compartían una muerte no merecida y el don de la resurrección, eran triunfadores sobre la muerte. También la Virgen María gozará de un gran fervor al ser asimilada como Isis junto a Horus niño que sería el Niño Jesús. Ante la llegada del cristianismo, cultos como el de Isis adoptaron un atavío helénico para competir con las ideas cristianas. Aunque finalmente el cristianismo incorporó a su doctrina algunas características esenciales de las religiones paganas como el culto a Isis y a Cibeles. En la actualidad, podemos ver claramente las semejanzas existentes en algunos aspectos o puntos de la religión cristiana con la egipcia, por ejemplo: mucho antes de la idealización de la Virgen María por ser “inmaculada”, la diosa Isis también concibió un hijo sin cometer “pecado”, desde la visión cristiana. Las dos quedan embarazadas por la gracia divina, pariendo a un hijo que será el portador de la luz y la vida a la humanidad. En ambas religiones, el Dios desciende a la tierra para engendrar a su propio hijo, sin embargo, divergen en cuanto a la forma de concepción; la Virgen María concibió mediante un nuevo e inaudito misterio de la encarnación, sin ningún concurso del semen masculino3, mientras que en Egipto, si hay una unión con el dios, que está presente en el Mito de Isis y Osiris. Este mito estará presente incluso en la realeza, por ejemplo en la unión de Ra con la dama Ruddyedet, la cual según el Papiro de Westcar, dio a luz a los futuros faraones de la V Dinastía o el nacimiento de la reina Hatshepsut, mediante la unión del dios Amón con la reina Ahmose. Se observa cómo a pesar de la distancia cronológica, el mito está presente en toda la civilización egipcia, hecho que no ocurre en el cristianismo. Ambas religiones también tienen en común; la existencia de una huida para salvar a los pequeños4 y una creencia en la vida en el más allá, reflejada en el acto de la resurrección5.

3

Ambrosio de Milán: La virginidad. La educación de la Virgen. Exhortación a la virginidad, Madrid, Ciudad Nueva, 2007: 16, 98. 4 Isis huirá con Horus niño a las marismas para salvarse de la persecución llevaba a cabo por Seth. 5 Gracias al aliento vital que le insufla Isis, Osiris conseguirá volver a la vida y pasar a ser el rey del inframundo.

El análisis y estudio de la estatuaria refleja como el culto egipcio de Isis va variando con el devenir del tiempo. Mientras, en la estatuaria romana se observa como Isis puede aparecer o no con Horus, llevando el pelo rizado suelto o llevándolo recogido con un moño, también se representará con un aguamanil con agua del Nilo y un sistro. Gradualmente se aprecia un distanciamiento del ideario egipcio y aparecerá escenificada con un velo sobre la cabeza, asemejándose más a la imagen cristiana de la Virgen María. Con el cristianismo, Isis se convierte en una diosa-mujer más cercana a la visión que actualmente existe sobre la Virgen María. Los romanos intentaban gobernar Egipto con mano de hierro, pero sin meterse con sus costumbres, ya que para los egipcios el núcleo que los aglutinaba era la religión, bien la antigua o el nuevo cristianismo. Cualquier ofensa a sus costumbres acababa en disputa, incluso entre ellos mismos, como el pasaje que cuenta Plutarco 6 en el cual los habitantes de Oxirrinco (ciudad del pez) mataban a un perro y se lo comían como venganza hacia los habitantes de Cinópolis (ciudad de los perros) los cuales se comían a los esturiones. Cuando estos habitantes del Nilo pasaron a formar parte del seno de la Iglesia, continuaron usando métodos abusivos contra los dominadores, como podían ser picarles la cara y ojos con hierros punzantes, arrastrarlos por el suelo, arrancarles los dientes, quebrantarle los miembros7, etc. Al principio fueron sobre todo los esclavos los que abrazaron el cristianismo, como consecuencia de la atracción que ejercía sobre ellos el amor fraternal y la sociología que propugnaban los cristianos. Más tarde, el resto de la sociedad comenzó a ver en el cristianismo un elemento de oposición al Imperio Romano. El premio de la inmortalidad del cristiano atrajo a muchos de los paganos y tomo fuerza frente a las creencias locales. A pesar de todo, los dioses antiguos seguían presentes, no con su antiguo brillo y representación estatal, pero sí en la vida popular. Estos antiguos dioses seguían presentes en las creencias de la sociedad, la cual no dejó de usar sus amuletos como medio de protección, o al menos, no en el ámbito familiar o privado, produciéndose una dicotomía que nada tenía que ver con la esfera pública. Por lo tanto, la adoración del nuevo dios no excluyó la adoración de los dioses antiguos. Unos dioses que con el paso de los años fueron desapareciendo y dando lugar al nacimiento de los santos, que serían los que suplirían estas funciones de protección. Sería a partir del siglo III cuando la religión “egipcia greco-romana”, comience a caminar hacia su ocaso, pasando a insertarse algunas de sus fiestas y cultos en la religión cristiana. Ante la situación que sufre el Imperio Romano, parece que otra de las razones de la conversión de Egipto es el temor y la angustia que se apodera de los paganos, pero el politeísmo sigue presente, se ora ante estatuas, se llevan amuletos, se ruega a los astros, etc. Clemente de Alejandría observa que también la ley ha honrado incluso a los paganos, y no alimenta el odio respecto a quienes actúan mal8. Recuerda que hay que ser condescendiente con los egipcios, puesto que tiempo atrás los hebreos habían sido huéspedes en territorio egipcio. Esto es síntoma del íntimo contacto existente entre estas dos culturas, que a simple vista parecen tan distintas pero que habían tenido que aprender a convivir. A pesar, de la cierta tolerancia que parece desprenderse, Clemente 6

Plutarco, De Isis y Osiris, VII: 5. Disponible en: http://es.scribd.com/doc/51822472/De-ISIS-yOSIRIS-Plutarco [Consultado el 31 de Marzo de 2013]. 7 Burckhardt, Jacob, Del paganismo al cristianismo. La época de Constantino el Grande, México D.F., Efe, 1996: 122. 8 Clemente de Alejandría, Stromata I. Cultura y religión, Madrid, Ciudad Nueva, 1996, cap. XVIII, 88.1.

considera «egipcio» al pagano y deja entrever la benevolencia de Dios con los egipcios, a pesar de que lleven una vida pecaminosa. A causa de estas valoraciones, aún en el 415, la filósofa Hipatia - muy instruida en matemáticas, astronomía, filosofía, mecánica, geometría etc., todas ellas las trasmitía a sus alumnos en su escuela de Alejandría - sería lapidada y su cadáver descuartizado por extremistas cristianos, al no soportar éstos las ideas de una mujer filósofa que se basaba en los antiguos cultos y ciencias. Estos cristianos coptos, a pesar de ser una minoría, son considerados descendientes de los antiguos egipcios. La marginación de este grupo social y la lucha por conseguir los mismos derechos que los pertenecientes a la religión musulmana está siendo motivo de sentencias de muerte y de constantes enfrentamientos, aún más radicalizados tras la Primavera Árabe. Diariamente encontramos noticias9 referidas a actos que acaban con las vidas de personas cuyo único error es profesar un distinto credo. Los enfrentamientos se producen en ambas direcciones, tanto por parte del bando musulmán como por parte del bando cristiano. Sin duda una postura poco entendible en pleno siglo XXI, en donde los enfrentamientos por religión ya deberían de estar más que superados y sobre todo cuando ambas religiones pertenecen a las denominadas «religiones del libro». Ambas partes ganarían en intereses si llegasen a un acuerdo de convivencia, en donde se respetasen los derechos de ambos grupos a profesar sus creencias. La violencia no les dará la calma.

9

http://www.elmundo.es/elmundo/2013/02/03/internacional/1359869423.html [Consultada el 01 de Marzo de 2013]. http://www.publico.es/internacional/453244/cinco-muertos-en-un-choque-entre-

cristianos-y-musulmanes-en-egipto [Consultada el 07 de Abril de 2013]

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