El costo económico de no compartir las tareas en el hogar (o por qué debemos reflexionar en el día de la mujer)

EL COSTO ECONÓMICO DE NO COMPARTIR LAS TAREAS EN EL HOGAR (O POR QUÉ DEBEMOS REFLEXIONAR EN EL DÍA DE LA MUJER) Por Wilson Hernández Breña (Artículo publicado en el Blog de CIAD) 10/03/2015

Antes de felicitar a una mujer por su día, veamos este dato: las mujeres dedican un 60% más de horas de trabajo en el hogar (doméstico y cuidado de sus miembros) que los hombres. Mientras ellas dedican 55 horas semanales a este tipo de trabajo, ellos contribuyen con 35. En otras palabras, de las 90 horas (55+35) que en promedio necesita el hogar cada semana, 55 son contribución de la mujer. No hemos comparado cualquier hombre y mujer. Hemos hecho el contraste únicamente entre mujeres y hombres en situación de pareja (casados o convivientes) y donde –dato importante– ambos trabajan fuera del hogar. Las cifras se refieren, por tanto, al trabajo por fuera de las horas de trabajo. Precisemos ahora la fuente de los datos. Provienen de

El costo agregado de la

la Encuesta Nacional Urbano-Rural sobre género y familia (2012) del Instituto de Opinión Pública de la

distribución desigual de

Pontificia Universidad Católica del Perú, la cual

las tareas del hogar

utilizaremos en lo que resta del artículo.

equivale al 0.7% del

Bueno, “¿y?”, pensarán algunos a la vez que alzan los

Producto Bruto Interno

hombros.

del 2012 (año de la

No vamos a abordar la discusión sobre la división de

encuesta que usamos) y

roles por género. El objetivo es otro, más particular:

al 3.8% del Presupuesto de Apertura del Sector Público para el mismo

calcular el costo de esa distribución desigual a partir de los datos de la encuesta ya citada (i) para cada mujer promedio y (ii) para el país. En otras palabras, nos preguntamos ¿cuál es el costo

año. Ahora suena mejor

de oportunidad de que exista una distribución no

(o mejor dicho, peor).

igualitaria de las tareas del hogar en una pareja donde ambos trabajan?

1 Disponible en http://ciad.pe/?p=935

¿Qué es la distribución igualitaria? La igualdad implica que hombre y mujer (ambos como pareja laborando fuera de casa) dediquen el mismo número de horas al trabajo en el hogar. Esto es, según los resultados de la encueta, 45 horas cada uno por semana. Este es el estándar de distribución igualitaria del trabajo en el hogar (50%/50%). Manteniendo los demás factores constantes, cualquier dedicación distinta a favor o en contra del hombre o la mujer genera una distribución desigual. En el escenario actual, la igualdad es solo un ideal. Las mujeres dedican 20 horas semanales más que la distribución igualitaria. Este es el costo “crudo” de la desigualdad, en el sentido que identifica la magnitud de la diferencia pero aún no la monetiza.

Fuente: Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Elaboración propia.

¿Cuánto cuesta la desigualdad en términos desagregados? Hagamos un último cálculo. ¿A cuánto equivale ese costo individual si tomamos en cuenta que en el Perú existen 5.6 millones de mujeres casadas o en situación de convivencia (exactamente 5’643,633, según el INEI)? La operación es bastante fácil. Hay que multiplicar el costo anual (S/. 1.980) por la cantidad citada. El resultado no señala poca cosa: S/. 3.6 mil millones (exactamente S/. 3’639’014,558).

2 Disponible en http://ciad.pe/?p=935

Aclaremos. Esta cifra no representa ningún desembolso. Es simplemente una forma de calcular el valor de lo no realizado por haber trabajado en el hogar por un número de horas por encima del estándar igualitario. Este costo de oportunidad probablemente tenga poco impacto en la actividad económica. Por tanto, es fácil invisibilizarlo. Pero no lo perdamos de vista. El costo agregado de la distribución desigual de las tareas del hogar equivale al 0.7% del Producto Bruto Interno del 2012 (año de la encuesta que usamos) y al 3.8% del Presupuesto de Apertura del Sector Público para el mismo año. Ahora suena mejor (o mejor dicho, peor).

Más reflexión, menos felicitación Cuantificar, tal como lo hemos hecho, es solo un primer paso para visibilizar la desigualdad. Es más, estos cálculos pueden refinarse (considerar la distribución de los datos, el tipo de trabajo, las horas de trabajo, el peso ideológico, entre otros factores). El siguiente paso está en discutir y sensibilizar. Pero es más fácil decirlo que hacerlo cuando las estructuras de las sociedad dificultan el cambio. Cerremos con un dato: según la misma encuesta, el 28% de las mujeres y el 41% de hombres (en situación de pareja donde ambos trabajan) opinaron a favor que el “deber” de ellas es cuidar su casa y su familia, y el de ellos ganar dinero. Empecemos por mirarnos, discutir y reflexionar. Luego felicitemos por justas razones.

3 Disponible en http://ciad.pe/?p=935