El Corral del Santo de Andilla. Restauración y reutilización de una construcción ganadera tradicional.

July 23, 2017 | Autor: Javier Hidalgo Mora | Categoría: Architecture, Cultural Heritage, Heritage Conservation, Patrimonio Cultural, Etnologia
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Descripción

El corral del Santo de Andilla. Restauración y reutilización de una construcción ganadera tradicional Javier Hidalgo Mora1, Raquel Soler Porras2

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Arquitecto | [email protected] Arquitecto | [email protected]

Resumen: Desde el siglo XVIII y hasta la primera mitad del siglo XX, se produjo en Andilla una proliferación de la construcción de corrales de montaña, debido tanto al incremento de cabezas de ganado como al alejamiento de éste de los pueblos al centrarse el pastoreo en las zonas de monte. Los corrales son construcciones que suelen presentar una morfología rectangular o cuadrangular, y cuyas características arquitectónicas coinciden con las habituales de la arquitectura vernácula de La Serranía. Constan de un espacio descubierto y otro cubierto de una altura con el tejado a un agua hacia el “descubierto”. El corral del Santo, situado junto a la necrópolis ibérica de “El Carnoso”, ha sido restaurado con el objetivo, entre otros, de servir como elemento auxiliar de apoyo a éste importante conjunto arqueológico. Palabras Clave: arquitectura tradicional, restauración, reutilización, paisaje, etnología, sostenibilidad.

1. INTRODUCCIÓN Históricamente el aprovechamiento del territorio a través de las actividades agrarias y forestales ha constituido la base socioeconómica de Andilla. La ganadería extensiva, ovina y caprina principalmente, ha constituido históricamente y hasta hace tan solo unas décadas, una de las bases económicas del municipio. Su desarrollo, debido a la existencia de un relieve accidentado que dificultaba la actividad agrícola y la existencia de grandes zonas aptas para el pastoreo, se vio también favorecido por una reglamentación de usos ganaderos que prácticamente impedía la realización de otras actividades productivas. Como muestra de la relevancia secular de la ganadería un recuento del siglo XVI recogía la existencia de 8600 cabezas de ganado en Andilla (Rodrigo, 1999:89). Durante el siglo XVIII se produjo en todas las comarcas valencianas una importante expansión agrícola, lo que se tradujo en La Serranía en una reducción de los pastos que derivó puntualmente en la disminución del volumen de ganado.

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En 1945 se produjo un hito decisivo para la evolución de la ganadería andillana: la prohibición de las cabezas de ganado cabrío. Esta norma, como recoge Carles Rodrigo (1999:90), quedaba enmarcada en el conjunto de medidas estatales de lucha contra la erosión de los montes y el aumento de la producción maderera nacional, apoyada en la disminución de la presión ganadera y el fomento de las repoblaciones forestales.

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Esta prohibición provocó una drástica disminución del volumen ganadero local, la reorientación del sector y una grave crisis demográfica lo que refleja hasta qué punto la ganadería jugaba un papel importante en la economía local Este hecho supuso al mismo tiempo el abandono de la mayor parte de los corrales ganaderos de montaña y el inicio de su degradación constructiva hasta llegar a la situación actual en que la práctica totalidad de ellos se encuentra en ruinas. 2. EL CORRAL DE MONTAÑA. ANÁLISIS TIPOLÓGICO Durante los siglos XVIII y XIX se desarrolló en la comarca de La Serranía un nuevo modelo poblacional que tuvo continuidad hasta la primera mitad del siglo XX. Una de las consecuencias más importantes fue la proliferación de nuevos asentamientos que respondían al progresivo alejamiento de las zonas agrícolas de los núcleos de población principales. El número de corrales ganaderos aumentó en esta época, especialmente en el término de Andilla. Los factores que propiciaron este incremento fueron tanto el crecimiento de la cabaña ganadera como el alejamiento de ésta de los cascos urbanos para situarse en el monte. La proliferación de los corrales también tuvo que ver con el abandono progresivo de los abrigos rocosos o cuevas que se fueron sustituyendo lentamente por construcciones ganaderas. Los corrales de ganado eran construcciones destinadas a guardar el ganado durante las noches o en los días de climatología adversa en las que no solía alojarse el pastor que lo acompañaba, ya que no se

aprecia, como ocurre en otras comarcas, una estancia diferenciada para ellos. Estas construcciones, muy numerosas en el municipio de Andilla, se encuentran dispersas por distintos parajes del término, representando, junto con el bancal o ribazo, la construcción tradicional más relevante del paisaje agroforestal andillano. Los corrales de montaña se sitúan en su mayor parte en la falda de los montes, en lugares accesibles a vías de paso de ganado, cercanos a los pastos, y en ocasiones visibles en la distancia constituyendo hitos paisajísticos. Si la orografía lo permite suelen estar orientados al sur para protegerse de los vientos fríos y aprovechar el soleamiento. Se solían construir sobre superficies no cultivables y sobre suelos rocosos para facilitar su limpieza y extracción del estiércol (Besó, 2004: 96). Son construcciones que suelen presentar una morfología rectangular o cuadrangular, y cuyas características arquitectónicas coinciden con las habituales de la arquitectura vernácula de La Serranía y otras comarcas del interior de la provincia de Valencia y las limítrofes de Teruel. Suelen constar de un espacio descubierto y otro cubierto de una altura con la cubierta a un agua con pendiente hacia el descubierto. Los corrales de montaña suelen responder a un mismo sistema estructural formado por muros de carga y cubierta de rollizos de madera que apoyan directamente sobre ellos. El espacio cubierto suele ser de dos crujías; el muro de carga intermedio suele estar perforado por grandes arcos de mampostería o en ocasiones por vanos adintelados. En cuanto a su construcción resulta común a todos ellos el empleo de materiales locales y pobres, así como de sistemas constructivos simples que no presentan demasiadas dificultades en su ejecución, puesto que normalmente se construían en lugares alejados de la población y donde el acceso de materiales era complicado, por ello se utilizaban en la medida de lo posible recursos materiales cercanos al emplazamiento elegido para erigir el corral. Estructuralmente el Corral del Santo responde al sistema propio de su tipología. Estaba resuelto con muros de mampostería ejecutada prácticamente en seco, utilizándose únicamente mortero de barro para asentar los mampuestos. Puntualmente y de forma más selectiva, se empleaba mortero de cal para regularizar superficies como jambas o parte inferior de los aleros, reforzar ciertos elementos como arcos, o en reparaciones puntuales de la fábrica de mampostería. Aunque los mampuestos no presentan una regularidad morfológica, suelen estar careados, presentando al menos dos caras sensiblemente planas (intradós y extradós del muro) utilizándose piedras pequeñas, ripios o fragmentos de tejas para acuñar o calzar los mampuestos y rellenar los huecos entre éstos para su mejor asiento.

En las esquinas y jambas, para reforzarlas, se utilizan piezas más regulares y de mayor tamaño; en el corral del Santo tanto los sillarejos de las esquinas como de parte de los muros han sido probablemente reutilizados de los encachados tumulares de la necrópolis ibérica adyacente, por lo que presentan una excepcional regularidad si los comparamos con los de otros corrales. Los muros de carga transversales no solían estar trabados con los muros de cerramiento, lo que demuestra la pobreza de las soluciones constructivas de estos corrales. Los corrales no presentan ventanas más allá de algún pequeño respiradero de unos 20x20 cm., formado por la simple eliminación de algún mampuesto y la colocación de una piedra de mayor tamaño a modo de dintel sobre el hueco resultante. La ventilación e iluminación se realizaba por el hueco de acceso al corral y por el de comunicación del cubierto con el descubierto. La cubierta, con una pendiente aproximada del 35%, se resolvía mediante el sistema de rollizos -o palos como se les denomina en la zona- y cañizo, o en menor medida ramas. Esta solución se asocia generalmente a este tipo de cubierta, por la capacidad que tienen las cañas y las ramas de adaptarse a la irregularidad de los troncos sin escuadrar. Si era posible, los rollizos eran de madera de sabina o travina, muy compacta y de grano fino, empleada en esta zona para la realización de vigas y postes al ser muy resistente a la putrefacción; en su defecto se utilizaba pino o encina. Las vigas se apoyan directamente en los muros de mampostería, realizándose en ellos una especie de cajeado configurado con mortero de cal. Las cañas se disponían transversalmente sobre la estructura de rollizos, atadas entre sí mediante una cuerda de esparto. En sentido longitudinal se intercalaban como refuerzo unas cañas maestras de mayor diámetro. Sobre la superficie del cañizo se disponía un rehenchido de mortero de yeso de asiento, sobre el que se aparejaban las tejas tomadas con mortero de barro y cal. Se colocaban piedras en el perímetro de la cubierta contra la acción del viento. Los muros se dejaban sin enlucir tanto interior como exteriormente. 3. ESTADO PREVIO A LA INTERVENCIÓN Las estructuras y fábricas originales del corral habían sido objeto de una lenta pero progresiva degradación por efecto del paso del tiempo, de la acción antrópica y de la exposición a las acciones meteorológicas. Como corresponde a su tipología, se trata de una construcción de factura pobre y en ciertos aspectos no bien resuelta técnicamente. En este sentido observamos la falta de traba de los muros interiores transversales a los cerramientos. Este problema de origen constructivo provocó un cuadro patológico variado: derrumbes y

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FIG. 1.

Planta y secciones del corral del Santo

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Estado del “descubierto” antes de la intervención

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Estado del “cubierto” antes de la intervención.

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Fotografía aérea. A: Corral del Santo. B: Necrópolis ibérica

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pérdidas de fábrica, grietas de considerable tamaño y el desplome, muy visible, de parte de los muros.

sin duda los tiene- debe ir encaminada a la preservación y acrecentamiento de ellos.

Otros agentes influyeron decisivamente en la degradación de esta construcción, especialmente los atmosféricos y la ausencia de mantenimiento derivada de la pérdida del uso. Esto además favoreció el libre crecimiento de plantas y arbustos que dañaron enormemente las estructuras existentes.

De acuerdo con la “Carta del Patrimonio Vernáculo Construido”, ratificada por la 12ª Asamblea General del ICOMOS celebrada en México del 17 al 24 de Octubre de 1999, el Patrimonio Tradicional o Vernáculo construido es la expresión fundamental de la identidad de una comunidad, de sus relaciones con el territorio y al mismo tiempo, la expresión de la diversidad cultural del mundo. En este documento se definen unas “Líneas de Acción” como son la investigación previa a la intervención, el respeto a la integridad de la configuración original, la continuidad de los sistemas tradicionales de construcción, etc., criterios que han sido seguidos estrictamente en la restauración del Corral del Santo.

A todo esto hay que añadir que el corral se vio afectado por el terrible incendio que asoló Andilla en el verano del año 2012, arruinando lo poco que quedaba de la cubierta original y de las puertas de madera. 4. OBJETIVOS DE LA INTERVENCIÓN El conjunto arqueológico de “El Carnoso” se localiza a 1,7 km al sur de la aldea de La Pobleta (Andilla) y está constituido por tres elementos de época ibérica de extraordinario interés: un pequeño poblado amurallado, un edificio singular de planta rectangular y una necrópolis tumular asociada a los dos elementos anteriores. En el verano de 2014 se llevó a cabo la primera fase de excavación de la necrópolis ibérica tumular del Carnoso dirigida por el equipo de arqueólogos formado por Ana Sabater, Josep Burriel y Juan José Ruiz. El proyecto de intervención en el conjunto arqueológico, promovido por la Conselleria de Cultura y por el Ayuntamiento de Andilla, incluía la recuperación del corral de montaña adyacente al yacimiento para que pudiera ser utilizado en las sucesivas campañas como centro auxiliar de apoyo, y durante el resto del año como centro de interpretación y de recepción de visitantes del yacimiento. La gran distancia existente entre este lugar, ubicado en lo alto de un cerro, y el núcleo urbano más cercano, así como la dificultad de su acceso, que sólo puede realizarse peatonalmente a través de una senda de unos 2,5 km. de recorrido, aconsejaba disponer de una construcción cercana que sirviera de apoyo. La afortunada circunstancia de que existiera un corral junto al yacimiento nos hizo tener claro que esta necesidad se vería completamente cubierta reutilizando este elemento puesto que podía cumplir perfectamente esta función al mismo tiempo que recuperábamos un elemento clave del paisaje cultural andillano. 5. CRITERIOS DE LA INTERVENCIÓN La intervención en el patrimonio arquitectónico requiere una atención especial, más aún si cabe cuando se trata de intervenir en la arquitectura tradicional, un patrimonio vulnerable y poco valorado.

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En primer lugar la actuación debe apoyarse en el conocimiento máximo del bien sobre el que se pretende intervenir a través de estudios históricos, tipológicos y documentales, levantamientos gráficos, análisis de materiales y técnicas constructivas, estudios patológicos, etc. Cualquier intervención en un edificio que reúna valores patrimoniales -y el corral objeto de nuestra intervención

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El criterio general de la intervención se ha basado en la conservación y la recuperación de todos los elementos tanto funcionales como constructivos y estructurales que caracterizan tipológicamente este ejemplo de la arquitectura tradicional de La Serranía. Nos enfrentamos al proyecto planteándonos la cuestión desde la perspectiva del conocimiento actual de la intervención, restauración y conservación del patrimonio construido. El conocimiento de las teorías de la restauración y la reflexión en torno a ellas, nos ayudó a plantear las pautas de intervención y las directrices proyectuales. Entre otros aspectos, los añadidos necesarios que se han realizado, han sido señalados claramente, de tal manera que la restauración no puede conducir a engaño ni representar una falsificación de un documento histórico. En este sentido se justifica la inserción de nuevos huecos de iluminación natural como elementos de formalización contemporánea, necesarios para su nuevo uso pero que no existían históricamente. En el caso de que se hubieran reproducido unos huecos a la manera “tradicional”, de forma mimética inspirándonos en otras construcciones vernáculas (viviendas temporeras, almazaras, etc.) estaríamos incurriendo en un “falso histórico” y en un “falso tipológico”, lo que conduciría a un engaño y representaría una falsificación tipológica del corral de montaña, que carecía de ventanas para su ventilación e iluminación. En este caso la adopción del acero oxidado como material para estos elementos deriva de su compatibilidad cromática con el edificio, pero también de su clara distinción: se trata de un material netamente contemporáneo que no obstante se integra a la perfección en la fábrica de mampostería del corral (diacronía armónica). Hemos considerado todas las operaciones de restauración bajo un perfil sustancialmente conservador, estableciendo un nuevo uso compatible con los valores constructivos y etnológicos del bien y que no supone una alteración del organismo constructivo ni de su carácter tipológico. Igualmente importante ha sido respetar y salvaguardar la autenticidad de los elementos constructivos, de su materialidad.

En resumen, creemos que las pautas generales a seguir actualmente en el campo de la intervención en el patrimonio construido, tanto de carácter monumental como tradicional, y que se han seguido en este caso, más allá de la adhesión a unos criterios u otros, deben inexorablemente pasar por un estudio serio y un profundo análisis de la historia y tipología del edificio y su contexto y paisaje, la realización de unos levantamientos rigurosos y de reconocimientos exhaustivos constructivos, estructurales, patológicos, etc., la elaboración de un proyecto detallado de conservación y puesta en valor, el compromiso de un mantenimiento periódico y la respuesta proyectual contemporánea, participativa y cuidadosa con el mantenimiento del bien. 6. DESCRIPCIÓN DE LA INTERVENCIÓN Tras el desbroce y la limpieza del interior del corral se procedió al desmontaje de la cubierta de la que se recuperaron para su reutilización las escasas tejas todavía existentes. A continuación se desmontaron las partes de los muros que presentaban un mayor riesgo de ruina a causa de su excesivo desplome. A partir de aquí, y teniendo como premisa el respeto a la estructura original tanto constructiva como morfológicamente, se comenzaron a reconstruir los muros de mampostería. Se trabaron los muros transversales con los longitudinales utilizándose siempre mortero de cal aérea para consolidar y reforzar la fábrica sin alterar la solución constructiva. Una vez se finalizó la reconstrucción de los muros de la parte cubierta se procedió a la reparación de los del descubierto. En esta parte los muros habían sufrido menos al no tener que soportar la carga de la cubierta por lo que sólo fue necesario completar algunos faltantes y regularizar la línea de coronación de los muros de cerramiento. Puesto que el corral iba a adoptar un nuevo uso existía la necesidad de introducir luz natural en la parte cubierta del mismo. Por ello se insertaron dos nuevos huecos de geometría perfectamente cuadrada en la fachada oeste como elementos de formalización contemporánea. Se ha explicado el por qué de la adopción del acero oxidado como material para estos elementos en el epígrafe anterior. El empleo de chapas de 1 cm de espesor para formalizar estos huecos los convertía en elementos estructurales, lo que además permitió prescindir del uso de dinteles. Tras la restauración de los paramentos verticales se procedió a reconstruir la cubierta siguiendo el mismo sistema tradicional con el que se construyó originalmente. Los rollizos de madera, fueron seleccionados entre los pinos que presentaban un tronco más regular y uniforme de los situados en las inmediaciones del corral. Tras ser descortezados se les aplicó una imprimación incolora en base agua como protección preventiva contra insectos xylófagos y hongos de pudrición y como base para el protector de acabado. Los

rollizos, se apoyaron directamente en el muro de mampostería, al que se le realizó un cajeado revestido con mortero de cal a la manera tradicional. Finalmente se completó el tratamiento de la madera con un acabado protector al agua de color nogal. Posteriormente sobre los palos se dispuso el tablero de cañizo y sobre él un rehenchido de yeso “armado” en la parte superior con una malla de fibra de vidrio blanca de 110gr/m2. Sobre este rehenchido se colocó una lámina de doble capa de polipropileno y capa interna porosa que actúa como barrera impermeable y transpirable para proteger del agua tanto el cañizo como la estructura de madera. Sobre esta lámina se vuelve a aplicar una capa de yeso que regulariza al mismo tiempo la superficie. Por último se colocaron las tejas árabes tomadas con mortero de cal. Una vez concluidos los trabajos en la cubierta se colocaron la puerta de acceso al corral así como la puerta de comunicación entre el cubierto y el descubierto. Ambas habían desaparecido por causa del incendio del año 2012, por lo que reprodujimos el modelo tradicional de puerta que aún pudimos observar entre las ruinas de otros corrales similares cercanos. La madera de las nuevas puertas se trató, como se había hecho con los rollizos, con protector al agua color nogal para resistir a la intemperie. Por último se procedió, tras haber eliminado al principio las plantas superiores parásitas que habían invadido el interior del corral, a la regularización de la superficie pisable. Para ello se extendió una malla anti-hierbas de polipropileno de 130g/m2 en toda la superficie interior para evitar la aparición de nuevas plantas invasivas. Sobre esta tela se colocaron gravas que lastran la malla al tiempo que ofrecen un pavimento natural y totalmente reversible. Finalmente se consolidó el revestimiento de mortero de cal existente en los arcos para evitar transformar su materialidad y arrebatarle su antigüedad y autenticidad. También se sanearon las partes que habían perdido la adherencia y se restituyeron las lagunas con mortero de cal coloreados en masa con la adición de tierras naturales de color rojizo del entorno inmediato y áridos locales para garantizar una mejor integración en el conjunto. Para el relleno de estas zonas se aplicó el mortero y se repasó con una esponja para sacar a relucir el árido y conseguir una mayor armonización textural de las superficies. 7. CONCLUSIONES La restauración del Corral del Santo ha supuesto la recuperación de un elemento característico, propio e inseparable del paisaje cultural de La Serranía como un recurso cultural, didáctico y turístico fundamental para el desarrollo local. Los criterios y metodología empleados para esta intervención, que ya han sido descritos en este artículo, han permitido además de promover el conocimiento sobre los materiales tradicionales y su

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puesta en obra, integrar un uso compatible, sostenible y coherente con los valores propios de la arquitectura tradicional. Para hacer viable la reutilización de esta antigua construcción ganadera se ha mantenido su autenticidad, buscando la compatibilidad y coherencia material, constructiva y estructural pero sin olvidar la incorporación de nuevas soluciones que faciliten su adaptación a los nuevos usos. Teniendo en cuenta que las principales bases de la arquitectura tradicional son la optimización de recursos y su vinculación con el territorio, se ha promovido a través de esta intervención el desarrollo de redes profesionales de trabajadores locales especializados en la ejecución de este tipo de construcciones. La arquitectura tradicional forma parte de nuestra historia, del paisaje y de la memoria colectiva, es exponente de la cultura, seña de identidad de un pueblo y símbolo de su lucha por adaptarse a las condiciones naturales del territorio. Y hoy es además un recurso económicamente sostenible de desarrollo para el futuro.

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Conozcamos, recuperemos, valoricemos y aprovechemos este rico e importante patrimonio. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Besó, A. (2004): La construcció dels paisatges rurals valencians. Una aproximació a les principals tipologies d´arquitectures disperses, Universitat de València, Valencia. García, M. y Zaragozá, A. (2000): Arquitectura rural primitiva en secà, Generalitat Valenciana, Castellón. Rodrigo, C. (1999): Geografía de Andilla, Ayuntamiento de Andilla, Valencia. Rodrigo, C. (2000): La Serranía: análisis geográfico comarcal, Centro de Estudios La Serranía, Valencia. Vegas, F. y Mileto, C. (2011): Aprendiendo a restaurar. Un manual de restauración de la arquitectura tradicional de la Comunidad Valenciana, Colegio Oficial de Arquitectos de la Comunidad Valenciana, Valencia.

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VV.AA. (2002): Tras los pasos de Cavanilles. Arquitectura rural en la Serranía del Turia, Centro de Estudios La Serranía, Valencia. VV.AA. (2014): Plan Nacional de Arquitectura Tradicional, Instituto de Patrimonio Cultural de España, Madrid.

FIG. 5.

Trabajos de recuperación de los muros del corral.

FIG. 6.

Colocación de los nuevos huecos de acero oxidado.

FIG. 7.

Exterior de los marcos de los huecos de la fachada oeste.

FIG. 8.

Colocación de los “palos” y el cañizo.

FIG. 9.

Interior de la cubierta.

FIG. 10.

Acceso después de la intervención.

FIG. 11.

Interior del corral después de la intervención.

FIG. 12.

Corral del Santo después de la intervención

FIG. 13.

El Corral del Santo como elemento del paisaje.

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