EL CONCEPTO BÍBLICO DE LA JUSTICIA DIVINA

EL CONCEPTO BÍBLICO DE LA JUSTICIA DIVINA Ceferino Díaz Ruiz

En la Biblia, el concepto de la justicia divina ha requerido de la invención y la integración de nuevos conceptos para fortalecer la credibilidad del mismo, ya que para muchas personas es algo difícil de aceptar, porque no ven que sea un principio infalible en la vida real. En su forma inicial, el concepto de la justicia divina estipulaba que a las personas justas las cosas le van bien porque Dios las bendice y a las injustas les van mal porque Dios las maldice. El fallo de este concepto es que en la vida real hay justos que las cosas les van mal e injustos que las cosas le van bien. Para que fuera un principio infalible, a los justos las cosas siempre tendrían que irles bien y a los injustos, mal. Para corregir este fallo, el libro «Job» introdujo el concepto de Satanás como un ángel que hace sufrir a los justos y enseña que si uno continúa siendo justo aun cuando sufre injustamente, el sufrimiento eventualmente cesará y las cosas nos irán mejor que antes de que comenzaramos a sufrir. En la vida real todos vemos que no siempre ocurre así; no es un principio infalible. Este libro tampoco explica por qué a muchos injustos las cosas les van tan bien. Si en la vida real hay justos que las cosas les van mal e injustos que las cosas les van bien, la tesis de la justicia divina —que Dios bendice a los justos y maldice a los injustos— necesita nuevos conceptos que la sustenten, pues el concepto de Satanás no es suficiente. Por esto, fue necesario incluir el concepto de la vida después de la muerte. Salomón dio un adelanto de esto cuando en Eclesiastés 3:17 dijo: «Así que pensé: “Dios ha planeado un momento para juzgar todo lo que hace la gente. Él juzgará a buenos y malos”» (PDT). Este concepto nos permite creer que si la justicia divina no alcanza a uno en esta vida, ineludiblemente le alcanzará en la próxima, después de la resurrección. Esto, aunque no lo podemos probar —tampoco podemos probar que sea falso—, es una idea necesaria (una creencia) que nos permite confiar en Dios y dejar la justicia en sus manos, pues cuando creemos que la justicia divina es infalible e ineludible, también creemos que Dios es perfecto y tenemos paz.