EL CENTRO ARQUEOLÓGICO DE L’ALMOINA EN VALENCIA

July 31, 2017 | Autor: Albert Ribera | Categoría: Urban archaeology, Archaeological Musealization, Musealization of Archaeological Sites
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Descripción

MINISTERO DEI BENI E DELLE ATTIVITÀ CULTURALI E DEL TURISMO Soprintendenza Speciale per i Beni Archeologici di Roma

ARCHEOLOGIA E CITTÀ: RIFLESSIONE SULLA VALORIZZAZIONE DEI SITI ARCHEOLOGICI IN AREE URBANE

a cura di ALICE ANCONA, ALESSIA CONTINO, RENATO SEBASTIANI

PALOMBI EDITORI

MINISTERO DEI BENI E DELLE ATTIVITÀ CULTURALI E DEL TURISMO Soprintendenza Speciale per i Beni Archeologici di Roma

Archeologia e Città: Riflessione sulla valorizzazione dei siti archeologici in aree urbane Atti del Convegno internazionale tenuto a Roma presso il Museo Nazionale Romano di Palazzo Massimo alle Terme, l’11 e il 12 febbraio 2010 A cura di A. Ancona, A. Contino, R. Sebastiani

Soprintendente Mariarosaria Barbera Testi di C. Aguarod Otal, A. Ancona, P. Baldassarri, J. Beltrán de Heredia Bercero, A. Bottini, M. Barbera, A. Capodiferro, L. Capodiferro, A. Contino, M. Cultraro, L. D’Alessandro, C. Delogu, R. Erice Lacabe, C. Gialanella, P. Lanciano, M.-O. Lavendhomme, M. G. Maioli, D. Manacorda, F. Morandini , A. Philippon, M. Piranomonte, P. Quaranta, A. Ribera i Lacomba , F. Riccio, F. Rossi, G. Scichilone, M. Sorti, G. Tortelli, N. Tsoniotis, L. Vendittelli. DVD a cura di SAF per la cultura e l’ambiente s.r.l. e CAYARTE NETWORK S.R.L. Si ringrazia la dott.ssa Rita Paris e i suoi collaboratori per l’organizzazione della sala conferenze di Palazzo Massimo alle Terme Si ringrazia il personale del Museo di Palazzo Massimo alle Terme per la collaborazione durante lo svolgimento del convegno Un ringraziamento particolare al dott. Angelo Bottini, già Soprintendente Speciale per i Beni Archeologici di Roma, per aver reso possibile l’organizzazione del convegno In copertina: Veduta aerea dell’area di scavo del Nuovo Mercato Testaccio. (SAF per la cultura e l’ambiente s.r.l.)

© 2012 Tutti i diritti spettano a Palombi & Partner Srl via Gregorio VII, 224 00165 Roma www.palombieditori.it Progettazione, realizzazione grafica e assistenza redazionale a cura della Casa Editrice Nessuna parte di questa pubblicazione può essere memorizzata, fotografata o comunque riprodotta senza le dovute autorizzazioni. ISBN 978-88-6060-600-6

INDICE

IL COMPLESSO RAPPORTO TRA ANTICO E MODERNO NELLE METROPOLI CONTEMPORANEE: IL CASO DI ROMA Angelo Bottini

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SITI ARCHEOLOGICI IN AREA URBANA: L’ESEMPIO EUROPEO

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LA INCORPORATIÓN DA LA CIUDAD DEL PRESENTE: LA MUSEALIZACIÓN DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO EN BARCELONA Julia Beltrán de Heredia Bercero – Museu d’Història de Barcelona

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I MUSEI ARCHEOLOGICI IN SITU DELLA CITTÀ DI ZARAGOZA. LA RUTA DI CAESARAUGUSTA, UNA SCOMMESSA PER LA CONOSCENZA E LA DIFFUSIONE DEL PATRIMONIO Carmen Aguarod Otal – Ayuntamiento de Zaragoza

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LOS MUSEOS DE LA RUTA DE CAESARAUGUSTA: UNA EXPERIENCIA DE CALIDAD Y RENTABILIDAD SOCIAL Romana Erice Lacabe – Ayuntamiento de Zaragoza

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EL CENTRO ARQUEOLÓGICO DE L’ALMOINA EN VALENCIA Albert Ribera i Lacomba – Sección de Investigación Arqueológica Municipal – Ayuntamiento de Valencia

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MUSÉE DES DOCKS ROMAINS À MARSEILLE BILAN ET PERSPECTIVES Annie Philippon – Service des musées – Ville de Marseille

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TAVOLE A COLORI

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MUSÉE DE LA VILLE DE PARIS ET CRYPTE ARCHÉOLOGIQUE DU PARVIS NOTRE-DAME Jean-Marc Lerì – Musée Carnavalet – Musée de la Ville de Paris

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LA PLACE DE L’ARCHÉOLOGIE PRÉVENTIVE DANS LE PROJET D’URBANISME EN FRANCE Marie-Odile Lavendhomme – Institut national de recherches archéologiques préventives

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LA CITTÀ ANTICA A NORD DELL’ACROPOLI E LE SUE SOPRAVVIVENZE NEL PAESAGGIO URBANO DI ATENE CONTEMPORANEA Nikos Tsoniotis – Ministero greco della Cultura e del Turismo (UP.PO.T.) Ia Soprintendenza alle Antichità Preistoriche e Classiche (A/ EPKA)

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SITI ARCHEOLOGICI IN AREA URBANA: L’ESEMPIO ITALIANO

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IL MUSEO DIFFUSO DEL RIONE TESTACCIO Alice Ancona*1; Alessia Contino*1; Lucilla D’Alessandro*2; Francesca Riccio*3; Renato Sebastiani*1 *1 Soprintendenza Speciale per i Beni Archeologici di Roma; *2 Soprintendenza per i Beni Archeologici del Lazio *3 Ministero per i Beni e le Attività Culturali – Ufficio Unesco

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L’EDIFICIO ARTIGIANALE DI

STORIE DI ARCHEOLOGIA URBANA A ROMA: L’EDIFICIO DELL’AUDITORIUM E IL PROGETTO DI RENZO PIANO, PONTE MILVIO E I MAUSOLEI DELLO STADIO FLAMINIO Marina Piranomonte – Soprintendenza Speciale per i Beni Archeologici di Roma

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MUSEO NAZIONALE ROMANO - CRYPTA BALBI. DAGLI SCAVI AL MUSEO Laura Vendittelli – Soprintendenza Speciale per i Beni Archeologici di Roma

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RIFLESSIONI SULLA VALORIZZAZIONE DI ALCUNI SITI E “PUNTI” ARCHEOLOGICI DI ROMA: ESQUILINO E ALTRO ANCORA Mariarosaria Barbera – Soprintendente Speciale per i Beni Archeologici di Roma

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ARCHEOLOGIA E CITTÀ: BRESCIA. DAL MUSEO DELLA CITTÀ ALL’AREA ARCHEOLOGICA DELLE DOMUS DELL’ORTAGLIA Francesca Morandini*1, Filli Rossi*2, Giovanni Tortelli*3 *1 Musei Civici d’Arte e Storia di Brescia; *2 Soprintendenza per i Beni Archeologici della Lombardia *3 Giovanni Tortelli-Roberto Frassoni Architetti associati DUE CASI DI MUSEALIZZAZIONE DA SCAVO URBANO: LA “DOMUS DEI TAPPETI DI PIETRA” A RAVENNA E LA “DOMUS DEL CHIRURGO” A RIMINI; INTERVENTI E PROBLEMATICHE Maria Grazia Maioli – Soprintendenza per i Beni Archeologici dell’Emilia Romagna IL RIONE TERRA DI POZZUOLI TRA TUTELA E VALORIZZAZIONE Costanza Gialanella – Soprintendenza Speciale per i Beni Archeologici di Napoli e Pompei

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EL CENTRO ARQUEOLÓGICO DE L’ALMOINA EN VALENCIA Albert Ribera i Lacomba Sección de Investigación Arqueológica Municipal Ayuntamiento de Valencia

El “Centre Arqueològic de l’Almoina”, gracias a su contenido original, los diversos edificios antiguos que lo componen, es más que un museo arqueológico, es un privilegiado espacio para la interpretación de la historia urbana de Valencia. Además de un valioso conjunto de ruinas arqueológicas, también se encuentran hallazgos extraordinarios de episodios históricos con un elevado valor emblemático para la ciudad, como sería la identificación del lugar del martirio de San Vicente1 y el descubrimiento de algunas de las víctimas de la destrucción de Valencia en el 75 a.C.2 A un nivel más simbólico, pero siempre a partir de una rica base material, se dispone de varias evidencias de la fundación de la ciudad3 y de lo que fueron los inicios del cristianismo4. Entre los edificios que se presentan al público hay una amplia gama de categorías. Unos, los más, se podrían considerar estándares, ya que se conocen otros semejantes en diferentes lugares. Sería el caso del Alcázar islámico5, el foro romano de la época Imperial con todos sus edificios anexos, especialmente la curia y la basílica6, la Via Augusta o la factoría7. Sin embargo, otros sólo se pueden catalogar como excepcionales dentro de un contexto geográfico muy amplio, donde entrarían el baptisterio y el grupo episcopal8, el circo9 o los distintos ritos de fundación10. Por último, algunos de ellos se considerarían únicos en su género, como el Santuario de Asklepios11, las termas12 (fig. 1) y el horreum13 republicanos y la peculiar necrópolis visigoda. Para llegar a la situación actual, en la que desde 2007 se han abierto al público las excavaciones, han debido de pasar muchos años desde aquel lejano 1985 en que el Ajuntament de València asumió la iniciativa de actuar en este espacio tan emblemático de la ciudad. Desde entonces se desarrollaron trece campañas de excavaciones arqueológicas y se realizaron multitud de estudios científicos sobre los hallazgos en publicaciones y congresos especializados, que han sido básicos para asegurar su exacta identificación y entender su funcionamiento, necesaria fase previa a su correcta exposición pública. Ha sido un camino arduo y largo que felizmente ha concluido en un moderno centro acondicionado para los

ciudadanos y visitantes, emplazado en pleno corazón de la ciudad histórica, y que es una plataforma excepcional desde la que se puede recorrer la Valencia monumental14. En su entorno más cercano, además de la Catedral, la Basílica de los Desamparados y el Almudín medieval, hay pequeños, pero interesantes lugares histórico-arqueológicos, algunos únicos en su clase como la Cárcel de San Vicente, otros no tan singulares pero de indudable interés, caso de los baños medievales de estilo árabe conservados junto al palacio de los Almirantes de Aragón. A su alrededor se distribuyen algunos de los museos más relevantes de Valencia: el Nacional de Cerámica, el de Bellas Artes o el de la Ciudad. Ya más alejados, pero siguiendo el hilo conductor del antiguo trazado del Turia se llega al Museu de Prehistòria de València, al Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) y al Museu d’Història de València. Para más información se puede consultar la página web del Ajuntament de València, www.valencia.es Los precedentes del lugar. La creación del espacio El Centro Arqueológico de l’Almoina se encuentra en una situación topográfica privilegiada, ya que está ubicado en pleno corazón de la ciudad: al lado de la catedral y de la basílica de Nuestra Señora de los Desamparados, la patrona de la ciudad. El nombre actual viene de la institución medieval de l’Almoina, dependiente del cabildo catedralicio, que ocupaba parte del espacio que ahora abarca el centro cultural (fig. 2), y que en su momento fue como la casa de la Caridad, donde se atendía y alimentaba a los pobres. Con el tiempo, el edificio se fue adaptando a otras funciones, como convertirse en cárcel para los refugiados amparados por la inmunidad eclesiástica hasta finales del siglo XVIII. Una vez suprimida dicha inmunidad se convirtió en almacén. Restos de un arco ojival de esta construcción eran visibles hasta hace pocas décadas en el solar. La excavación ha sacado a la luz la planta de este edificio, compuesto por una única nave que recorría el solar en sentido norte-sur y en el que se alternaban diversos contrafuertes y apoyos para los arcos desaparecidos. Se extendía de un extremo a otro de la manzana, de manera que su fachada daba a la plaza de 37

ARCHEOLOGIA E CITTÀ

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fig. 2. La plaza de l’Almoina a finales del siglo XIX

l’Almoina, a la cual dio nombre, y la trasera, a la calle del Almudín. Se conocen incluso unos planos de 1830. En 1875 una parte del edificio fue vendida y se demolió para construir viviendas15. Aunque tanto la institución como el edificio que la albergaba desaparecieron, su recuerdo ha permanecido en la toponimia viaria, dando nombre aún a la plaza que separa la catedral del Centro Arqueológico. La formación de un inmueble tan grande de forma casi cuadrada, 50 x 51 metros con una superficie de 2.500 m2,,se debió a la ancestral intención de levantar un gran edificio religioso para el culto católico, que serviría como grandiosa ampliación, hacia el lado oriental, de la basílica de Nuestra Señora de los Desamparados16. El abandono de este ambicioso proyecto, una vez que en la postguerra ya se habían comprado las parcelas y efectuados los derribos en toda la manzana que ocupa el solar, fue lo que provocó la existencia de este gran espacio vacío y la necesidad de adoptar una solución urbanística. Durante los años anteriores al inicio de la intervención arqueológica municipal (1985) el lugar se había convertido en un indecoroso solar prácticamente abandonado en pleno centro monumental de Valencia, junto a la misma catedral. En 1985, el Ayuntamiento de Valencia pactó con la Archicofradía de los Desamparados convertir este lugar en un jardín privado, denominado “Jardín Litúrgico”, y se fijó un plazo de 10 meses para la realización de excavaciones arqueológicas. Los numerosos hallazgos monumentales que inmediatamente tuvieron lugar plantearon primero la necesidad de continuar las excavaciones y, con el tiempo, aconsejaron modificar la solución urbanística para permitir la conservación y exposición de los restos arqueológicos. Las Excavaciones Arqueológicas Entre 1985 y 2005 el Ayuntamiento de Valencia realizó 13 grandes campañas de excavaciones arqueológicas que pusieron de manifiesto la extraordinaria importancia y el 38

buen estado de conservación de los edificios descubiertos, que constituyen la mejor muestra material de las diversas culturas que se han asentado en Valencia, desde su fundación por los romanos en el 138 a.C., a la época musulmana, pasando por los primeros tiempos cristianos y la época visigoda. La extraordinaria riqueza arqueológica de l’Almoina obliga a que en estas breves paginas tan sólo haya espacio para trazar una síntesis muy esquemática de su contenido, cuyo desarrollo bibliográfico se puede seguir en una reciente recopilación17 Un resumen de estos largos trabajos sería: - 13 largas campañas plurimensuales (1985-2005) - 2.500 m2 de superficie excavados: 50 x 51 metros. - 5 metros de profundidad. - 2.150 años de historia: 23 siglos. Los numerosos restos se pueden agrupar en cinco grandes periodos histórico-arqueológicos correspondientes a cinco ciudades superpuestas: - romana republicana: 138-75 a.C. - romana imperial: siglos I a V d.C. - visigoda: siglos VI a VIII. - islámica: siglos X a XIII) - medieval: siglos XIII a XV. En total se han exhumado e identificado 30 edificios, más o menos, que ordenados por los grandes periodos serían: - Época romana republicana18: baños (termas)19, almacenes (horrea), santuario de Asclepios20, foro, tabernae, Vía Herculea y calles principales (cardo y decumano máximo), ofrendas de fundación. - Época imperial romana: pórtico del foro, basílica, curia, mercado (macellum), collegium21, factoría productiva22, horno de cerámica23, fuentes, Vía Augusta y calles principales (cardo y decumano máximo), reforma y ampliación del santuario de Asclepios24, Aedes Augusti25. - Época visigoda26: baptisterio, edificio martirial con ábside de herradura, noria, edificio poligonal27, 3 necrópolis superpuestas y dispersas28. - Época islámica: zoco, acueducto, palacio (Alcázar), viviendas, cementerios reales (rawda), noria, alberca, fortificación interior29. - Época medieval: edificio de l’Almoina, casas30. Las primeras campañas de excavación arqueológica, con sus espectaculares resultados, desde un primer momento tuvieron una amplia y positiva acogida mediática, que permitieron que poco a poco se fueran dando a conocer

El centro arqueológico de l’Almoina en Valencia

entre la ciudadanía, en paralelo a su estudio y difusión entre la comunidad científica. Muy pronto se vio el indudable interés e importancia de unos crecientes restos que había que considerar tan arqueológicos como arquitectónicos, a la par que históricos. La constatación y asunción de esta nueva y rica realidad patrimonial en un entorno urbano también extraordinario, por monumental y simbólico, motivó que, tras algún pequeño paréntesis, desde el Ayuntamiento de Valencia se afrontará el tema con decisión y pleno consenso general para sacarlo adelante y convertirlo en un equipamiento cultural. Planteamientos de la intervención La primera década de los trabajos en l’Almoina se dedicó casi exclusivamente a tareas de índole arqueológica (fig. 3), etapa que concluyó en 1997. Desde 1998 ya se trabajó en el proyecto urbanístico para hacer accesibles las excavaciones por debajo de una nueva plaza, tal como se puede ver en la actualidad. La paulatina aparición de este conjunto arqueológico planteó desde un principio una serie de condicionantes, que fueron los que marcaron el camino a seguir. En concreto, las prioridades básicas que fueron la razón de ser y configuraron el desarrollo del proyecto fueron dos: - asegurar la conservación y perdurabilidad de los restos antiguos; - hacer accesible el lugar al público, como la mejor

representación material de las diversas culturas que se han desarrollado en Valencia. La asunción de estas 2 prioridades básicas fue consecuencia lógica de propuestas técnicas patrimoniales, de arqueología y arquitectura, vinculadas con las enormes posibilidades de difusión cultural, materializadas en decisiones políticas a nivel local, siempre autorizadas por las instancias regionales. La enorme dimensión urbana y cultural del proyecto de l’Almoina, que desde 1985 se gestionó desde la Concejalía de Cultura, aconsejó en 1996 que su planificación y desarrollo se gestionara entre las Concejalías de Cultura y Urbanismo del Ayuntamiento de Valencia, ya que sus características, necesidades y competencias incidían plenamente en las prioridades de sus respectivos campos de actuación. De Cultura, por su vertiente de evidente interés patrimonial, investigación científica y divulgación histórica. De Urbanismo, por la no menos evidente necesidad de integrar este gran espacio dentro de un entorno urbano tan consolidado y especialmente representativo y definitorio de la imagen de la ciudad de Valencia, como son los alrededores de la Catedral y la Basílica de Nuestra Señora de los Desamparados. Los objetivos principales del proyecto han sido, pues, el conocimiento, consolidación, adecuación y difusión de los restos arqueológicos como paso previo a la apertura al publico de este lugar tan especial, que habría de servir de punto de encuentro de las diversas civilizaciones que se han sucedido en la ciudad y su integración armónica en la trama urbana

fig. 3. Las excavaciones de l’Almoina en 1996 39

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fig. 4. Las obras de construcción de la nueva plaza en 2004

actual, en la dinámica cultural y en el cada vez más concurrido recorrido itinerario turístico. La ejecución de las diversas fases del proyecto ha supuesto la intervención de recursos de procedencia diversa. En un primer momento, durante la etapa de exclusiva excavación arqueológica (1985-1997), la mayor parte de los recursos financieros y humanos procedieron de convenios entre el Ayuntamiento de Valencia y el antiguo Instituto Nacional de Empleo (INEM) del Ministerio de Trabajo, lo que permitió la contratación de gran número de mano de obra procedente del desempleo. Al mismo tiempo, estos trabajos arqueológicos sirvieron para llevar a cabo proyectos de formación y capacitación técnica de estudiantes y licenciados, a través de contratos en prácticas de primer empleo. Dentro de esta política educativa, también participó la Universidad de Valencia, incluyendo l’Almoina dentro de sus programas de clases prácticas, que se coordinaron con las campañas de excavación. Con posterioridad, tras la decisión de ejecutar un proyecto de gran transcendencia urbana, el Servicio de Proyectos Singulares de la Delegación de Urbanismo del Ayuntamiento asumió la gestión administrativa y la financiación de la fases posteriores, que consistieron en la consolidación de los restos 40

de los edificios hallados, el diseño del proyecto, la redacción del plan director y de la ejecución de las diversas obras subsiguientes, al tiempo que se continuaban las tareas de investigación y supervisión arqueológica, siempre con la participación de los técnicos de la Delegación de Cultura. La empresa municipal A.U.M.S.A. fue quien gestionó toda esta fase final y definitiva del proyecto. El principal problema jurídico a lo largo de todo el proceso fue el de la titularidad privada del suelo, que se fue solucionando a través de varios convenios preliminares entre la propiedad y el Ayuntamiento, para concluir con un acuerdo final de permuta temporal de terrenos en la periferia para construir iglesias a cambio del solar de la antigua Almoina. Este acuerdo, además, incluía el diseño básico de la plaza. Cronología básica El largo devenir del desarrollo de este proyecto aconseja presentar esquemática y ordenadamente lo que han sido los momentos claves de su recorrido: 1985: convenio entre el Ayuntamiento de Valencia y la Archicofradía de los Desamparados para convertir el solar en un jardín tras las excavaciones arqueológicas. Septiembre de 1985: inicio de la excavación arqueológica

El centro arqueológico de l’Almoina en Valencia

fig. 5. Aspecto exterior de la plaza y del Centro Arqueológico de l’Almoina

por la Delegación de Cultura. 1985-1991: seis largas campañas de excavación arqueológica en extensión. 1990: instalación de un vallado diáfano que permitía ver las excavaciones desde el exterior. 1996: la Delegación de Urbanismo se hace cargo de la gestión de l’Almoina. Diciembre de 1997: final de la excavación arqueológica. Mayo de 1998: inicio de las obras de consolidación. 1999. Decisión de conservar las ruinas bajo una plaza. Mayo de 1999: apertura provisional al público. Diciembre de 1999: convenio con la propiedad. 2000. Convenio de permuta con la propiedad, la Iglesia, 2000. Redacción del Plan Director del Centro Arqueológico. Enero de 2002: cierre de la instalación provisional e inicio de las obras finales de consolidación y del perímetro 2002-2003. Redacción del proyecto arquitectónico. Junio 2003: finalización de las obras del perímetro y de la consolidación. 2004. Adjudicación de la obra de la plaza (fig. 4). Junio 2004: inicio de las obras de la plaza. Junio de 2006: finalización de las obras en la plaza.

2006: redacción del proyecto museográfico. Noviembre de 2006: inicio de las obras de instalación museográfica. Diciembre de 2007: inauguración del Centro Arqueológico 2008: la Delegación de Cultura recupera la gestión de l’Almoina. El proyecto urbanístico y arquitectónico Sus elementos esenciales fueron: - Creación de una plaza nueva (fig. 5), entre 3 plazas (la de l’Almoina, la Virgen y la de San Luis Beltrán) y un entorno de alto valor monumental: Catedral, Almudín, Basílica de la Virgen, Museo de la Ciudad, Palacio Arzobispal,..… - Debajo de la plaza, un cuadrado de 50 x 50 metros sostenido por una trama de pilares, se visitan las ruinas. - Solucionar el problema de las altas medianeras que habían quedado a la vista tras los derribos del inmueble, lo que se consiguió levantando un nuevo y necesario edificio al este de la nueva plaza que albergaría las instalaciones precisas para su funcionamiento y mantenimiento. - Otro cuerpo más pequeño se abrió en el ángulo noroeste de la nueva plaza para colocar la obligatoria salida de 41

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fig. 6. Reconstrucción infográfica del ángulo sudeste del foro romano

emergencia y, al mismo tiempo, mantener la reconstrucción de la columnata del pórtico del foro realizada en 1999. - Un elemento original y la vez importante fue proponer que el área central de la plaza estuviera acristalada para dotar de luz natural el futuro espacio subterráneo. Esta superficie acristalada se concibió cubierta con una pequeña lámina de agua, lo que evitaba el grave problema del mantenimiento de un piso de cristal al aire libre. Para la planificación de todo el espacio se tomaron como referencias una serie de elementos arqueológicos a los que adaptó el diseño de la plaza, como sería el caso de: El estanque reproduce y abarca la planta de esas termas sobre los pilares que sostienen su estructura y rodean el edificio sin afectarlo, creando un espacio totalmente diáfano y bien delimitado que está en el centro de la instalación. Al mismo tiempo, el estanque acristalado funciona como un lucernario que permite la entrada de la luz natural matizada por el agua y condicionada por el horario y el tiempo atmosférico. De esta manera se ha conseguido una gran variabilidad lumínica diaria que, según las horas, permite contemplar y disfrutar desde el mismo lugar de efectos visuales diversos. Así, durante el día, la lámina de agua desde fuera insinúa los restos arqueológicos, a modo de un sugerente reclamo para entrar a verlos, mientras que, por 42

la noche, los efectos de la cuidada iluminación interior permiten tener, desde el exterior, una nítida imagen del interior. La fachada del Centro Arqueológico sigue la trama romana del santuario de Asclepios y sus cimientos se asientan sobre los del edificio romano. La orientación general de la plaza y la interior de los nuevos edificios sigue la trama romana, casi desaparecida en Valencia, mientras que su perímetro externo se ha acoplado al de la antigua manzana derribada a mediados del siglo XX. El edificio B, al noroeste, protege la columna del pórtico del foro, que se ve desde el exterior, anunciando al visitante potencial lo que se puede encontrar. La construcción, al mismo tiempo, ha perpetuado la trama urbana existente antes de los derribos del siglo XIX y sirve de salida de emergencia. Los bancos de la plaza reproducen los muros del horreum que se encuentran justo por debajo. Características de los elementos originales Las excavaciones arqueológicas de l’Almoina forman un espacio amplio, diverso, rico y, por ende, complicado caracterizado por:

El centro arqueológico de l’Almoina en Valencia

fig. 7. Reconstrucción infográfica del grupo episcopal visigodo

- abundancia de edificios, unos excepcionales o únicos, otros más habituales a nivel general, pero siempre de interés en el contexto regional o local. - superposición y reutilización continua de elementos urbanos, normalmente de sólida factura, que al utilizarse durante varias épocas se mantuvieron en buen estado. - estado de preservación diverso, desde alzados y pavimentos muy bien conservados, en unos casos, a edificios que sólo mantienen parte de sus cimientos. Normalmente se suele conocer bien su planta general. - no sólo hay edificios sino que se han identificado las evidencias de hallazgos de otra índole, tan evidentes y extraordinarios como de alto valor simbólico y especialmente valiosos y esenciales para conocer y comprender la historia de Valencia. Serían los espectaculares casos de los ritos de fundación de la ciudad31, el lugar del martirio de San Vicente Mártir32 o la fehaciente y macabra escena real de la destrucción de Valencia en el 75 a.C.33 - cultura material mueble muy rica: epigrafía, cerámica, vidrio, armas, monedas, pintura mural, escultura. Planteamientos didácticos La rica heterogeneidad de las excavaciones de l’Almoina es su característica y reto principal: diacronía, superposición, complejidad, en suma, mucha historia y arquitectura en poco espacio. Normalmente, como se ve en estas jornadas, los museos y espacios visitables se refieren a una época, a un tema o a un edificio. En l’Almoina hay varios edificios de épocas y funciones diversas que permiten abordar cuestiones históricas, arqueológicas, urbanísticas o religiosas. La pretensión no ha sido explicar únicamente la excavación de l’Almoina, sino, a partir de ella, como extraordinario hilo conductor, hacer entender la evolución de la ciudad misma desde sus fases más antiguas. Es más un Museo de Historia Urbana o de un yacimiento entendido

fig. 8. Levantamiento fotogramétrico de las excavaciones de l’Almoina

en el sentido total, o sea, Valencia, más que un centro de interpretación de una excavación concreta y limitada espacialmente por los edificios actuales. El problema principal ha sido hacer comprensible esta compleja diversidad a los visitantes. El sistema ha sido intentar agrupar cada periodo en espacios distintos. A grandes rasgos, la fase medieval e islámica se presentan en la planta baja; la romana y visigoda en el subterráneo. Se ha recurrido a reconstrucciones audiovisuales de los edificios (fig. 6 - fig. 7, Tav. 7) y a maquetas de los conjuntos edilicios para explicar el urbanismo de cada periodo. El itinerario aprovecha la trama viaria romana en la mayor parte de su recorrido (fig. 8, Tav. 8), por lo que su visita se asemeja a un paseo por la ciudad romana siguiendo la misma ruta que se usaba hace 2000 años. Pero las características de este espacio impone que los visitantes tengan que realizar un recorrido en una sola dirección constreñido por las pasarelas, lo que, además, y a pesar de ser un espacio amplio, impone que el aforo sea muy limitado y que se tenga que controlar. También se explica la situación del entorno urbano de los restos que se presentan, ya que la mayor parte de ellos forman parte de conjuntos arquitectónicos que sobrepasan el área ocupada por el Centro Arqueológico, como sería el caso de la Vía Augusta (fig. 9) del foro romano, el circo, el grupo episcopal visigodo y el gran conjunto palatino del Alcázar islámico34. 43

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A escala local, pues, se ha conseguido que los visitantes descubran la realidad de un pasado que hasta entonces había sido especialmente inaccesible y desconocido. A nivel nacional, esta reciente experiencia se ha integrado con otras similares desarrolladas en otras ciudades, algunas también presentes aquí, como Barcelona y Zaragoza, a las que se les podrían añadir otras más, caso de Cartagena, Gijón, Alcalá de Henares, Badalona. Este conjunto arqueológico en el futuro se debe convertir en el centro de partida para iniciar y organizar los recorridos históricos y monumentales de Valencia. La fácil accesibilidad y, por ende, la captación visual de una realidad histórica plural, que hasta entonces no era conocida, ha permitido, en un lapso de tiempo relativamente corto, que se haya formado una nueva concienciación cívica hacia la protección del patrimonio cultural. Se ha conseguido, pues, a través de la divulgación en directo de este legado cultural, que la gente ha asumido como propio, crear un cambio positivo entre la opinión publica de la ciudad hacia el interés y la importancia de su variado patrimonio histórico.

fig. 9. La Vía Augusta y su proyección figurada al exterior

La Realidad presente La materialización de este proyecto ha supuesto convertir un gran solar, abandonado durante décadas, y situado en una de las zonas más emblemáticas de la ciudad, en un polo de atracción cultural y en el principal punto de referencia para conocer las raíces históricas y culturales de Valencia. Su adecuación ha supuesto ganar un espacio para el disfrute de los ciudadanos y ha mejorado la calidad de su entorno. El principal elemento de medición de la importancia del proyecto han sido la numerosa afluencia de visitas y el positivo consenso general que la creación de este centro cultural ha generado en la ciudad. Gracias a la apertura al público de esta zona los ciudadanos de Valencia pueden ver directamente y reconocer como propio, una serie de edificios antiguos con los que Valencia ha enriquecido su legado monumental. Antes de esto, la ciudadanía no era consciente que hubiera existido algo anterior al siglo XIII, ante la ausencia de cualquier elemento material palpable en la ciudad actual. 44

Futuro Al ser una compleja y gran instalación de vida reciente, su montaje todavía no se puede dar por concluido, a falta de culminar una serie de actividades que se pueden concretar en: Ajustes y mejoras de funcionamiento y subsanación de algunos defectos de la obra y de la instalación. Implantar un estricto sistema de seguimiento y control de las condiciones de humedad y temperatura para evitar el deterioro de los restos arqueológicos y asegurar su conservación futura. Corrección y actualización de algunos de los contenidos a partir de los resultados de la más reciente investigación. Edición de una guía de visita Edición de cuadernos didácticos Edición de un libro de gran formato sobre los resultados de las excavaciones. Ampliación del sistema de acceso que permita compaginar las actuales visitas de grupos con las individuales. En esta misma línea, habría que preparar también un sistema de audioguías. Completar la actual y aún provisional página Web con la posibilidad de realizar una visita virtual a partir de un levantamiento fotogramétrico que serviría de hilo conductor. Plan de exposiciones, tratando de incidir sobre temática histórica. Coordinación con otros centros museísticos y culturales de la ciudad dedicados a la misma finalidad. Establecer contactos de cooperación con otros centros europeos y se va a intentar participar en programas culturales de la Unión Europea.

El centro arqueológico de l’Almoina en Valencia

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RIBERA, ROSSELLÓ 1999. ALAPONT et alii 2010. 3 RIBERA 1998. 4 RIBERA, ROSSELLÓ 1999. 5 PASCUAL, VIOQUE 2010. 6 MARÍN et alii 1999. 7 ÁLVAREZ et alii 2005. 8 RIBERA 2005. 9 RIBERA 1998b. 10 RIBERA 2010. 11 ALBIACH et alii 2009. 12 MARÍN, RIBERA 2010. 13 RIBERA, 2011. 14 RIBERA 2010b. 15 RUBIO, VIOQUE 2010. 16 APARICIO 1972. 17 ESCRIVÀ et alii 2010, pp. 79-82.

RIBERA 1998. MARÍN, RIBERA 2010. 20 ALBIACH et alii 2009. 21 MARÍN et alii 1999 22 ÁLVAREZ et alii 2005. 23 MARÍN, RIBERA 2005. 24 ALBIACH et alii 2009. 25 JIMÉNEZ, RIBERA 2005. 26 RIBERA, ROSSELLÓ 2000. 27 RIBERA 2008. 28 ALAPONT, RIBERA 2008. 29 PASCUAL, VIOQUE 2010. 30 RUBIO, VIOQUE 2010. 31 RIBERA 2010. 32 RIBERA, ROSSELLÓ 1999. 33 ALAPONT et alii 2010. 34 RIBERA 2010b. 45

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