El Cementerio de la Sacramental de San Isidro. Un Elíseo romántico en Madrid

May 24, 2017 | Autor: Carlos Saguar Quer | Categoría: Architecture, Funerary Architecture, Cemeteries, 19th Century Architecture, Historical cemeteries
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Descripción

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PUBLICACION BIMESTRAL

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FUNDACION

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NUMERO 202

1

LAZARO GALDIAN.O

FUNDADOR: JOSE CAMON

AZNAR (i)

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CARLOS SAGUAR QUER CONFECCIONADOR:

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El Maestro del Tríptico de Orleáns en el Museo Lázaro Galdiano y Museo Arqueológico Nacional

JOHN F. MOFFITT Velázquez y el significado del retrato ecuestre barroco MARIA JESUS SANCHEZ BELTRAN Jarrones de porcelana del Buen Retiro CARLOS SAGUAR OUER

El cementerio de la sacramental de San lsidro. Un Elíseo romántico en Madrid

cRoNtcAs FRAGONARD, PINTOR DEL INSTANTE Y DE LA ALEGRIA DE VI. VlR, por Lauriane Fallay d'Este CRONICA DE ITALIA, por Marianna Minola de Gallotti CRONICA DE BARCELONA, por Jaume Socías Palau EXPOSICIONES EN MADRID, por Elena Flórez EL ARTE EN MADRID, por Francisco Prados de la Plaza BIBLIOTECA

Francisco Pacheco, L'Art de la Peinture (Antonio Urrutia). Mercedes Jos López, La Capilla de San Telmo (María José Ouintana de Uña). Carmen Gracia, El Tribunal de las Aguas. Ferrándiz ante la modernidad lRafael Gil Salinas). Jill Blake, Cómo solucionar sus problemas de diseño de interiores (Juan Antonio Yeves). Publicaciones recibidas

Entrada al cementer¡o de la sacramental de San lsidro. Madrid.

FOTOGRAFIAS: Electa. Milán. Re,¡nion des Musees Nationaux, París. S¿ ,4vila. Fundación Caixa de Pensions, Galería Maeght, F. Catalá Roca, Arc Mas, Barcelona. Museo Arqueológico Nacional, Museo del Prado, Insti Central de Conservación y Restauración,C. Saguar, J. A. Yeves, Madrid.

E,L CEMETVTE,RIO DE LA SACRAMEIVTAL DT, SA¡/ ISIDRO UN ELISE,O ROMAI,{TICO EIV MADRID PoT CARLOS SAGUAR OUER

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Andrés (irngulo NE.). lE22

El cementerio de San Isidro, el de más antiguo origen de los conservados en Madrid, es uno de los conjuntos arqui-

tectónicos más importantes de la villa y, en su género, comparable a algunos de los más bellos de Europa. Se encuentra emplazado al SO de la capital, pasado el Manzanares, a espaldas de la ermita de San Isidro del Campo. Ofrezco a continuación. como primicia, una apretada síntesis de su historia, incluida en la investigación que vengo realizando desde hace años sobre la arquitectura funeraria madrileña del siglo XIX. La Archicofradía Sacramental de San Pedro, San Andrés y San Isidro la cual dependen ermita y cemente-dede la unión en una sola de varias antirio- es el resultado guas cofradías establecidas en diferentes parroquias de Madrid. Aparte de rendir culto al Santísimo Sacramento, tuvo a su cargo desde el siglo XVI una humanitaria labor

de socorro de sus miembros más necesitados, amparándolos en Ia pobreza y en la enfermedad-mediante un montepío, casa de pobres y hospital de su propiedad, al tiempo que atendía al entierro de sus individuos en el cemenferio parroquial e iglesia de San Andrés y en las sepulturas que poseía en la ermita de San Isidro, extramuros de la ciudad. (M. Mesonero Romanos, Las sepulturas de los hombres ilustres en los cementerios de Madrid, Madrid, 1898, pp. 83-118; J. del Corral, Los cementerios de las sacramentales, Madrid, 1954, pp. 74-20; P. Navascués Palacio, , en Madrid, vol. 1,

Madrid, 1979, pp. 306-312.) PATIO DE SAN

PF],DRO

AI ponerse en práctica

Ia prohibición de sepultar en las iglesias con la apertura, en 1809, del Cementerio General 223

del Norte, los miembros de la sacramental solicitaron licencia para continuar enterrando en las sepulturas y bóvedas de la ermita. El 8 de marzo de 1811. el ministro del

Interior, marqués de Almenara, concedió la autorización, siempre y cuando los enterramientos se verificasen al aire libre, en paraje cercado y siguieran satisfaciendo los derechos en sus respectivas parroquias.

De esta forma la sacramental se vio en la necesidad de construir un cementerio que sería el primero de Madrid con carácter particular. Las obras, proyectadas y dirigidas por el arquitecto José Llorente, de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, avanzaron con gran celeridad. El 16 de julio de 1811 don Rafaellsidoro de Hervias, vicario de Madrid, bendijo personalmente el nuevo cementerio con la solemnidad del ritual romano, inaugurándose cinco días después. El aspecto decoroso, aunque modesto, del pequeño cementerio, así como el carácter de perpetuidad de los enterramientos, que tanto contrastaba con las continuas extracciones de los cementerios generales, hizo que el número de miembros de la sacramental creciera rápidamente, obligando a llevar a cabo sucesivas reformas y ampliaciones.

El resultado final sería el patio de San Pedro. Lloren-

te, conciliando el decoro con la economía, construyó un reducido espacio claustral de forma rectangular en el que seguía el sistema de nichos empleado por Villanueva en el Cementerio General del Norte (ver Goya, n.' 196, 1981 , pp.2l3-22I). Las pandas de dicho patio, originariamente cubiertas con pizarra, configuran cuatro pórticos arquitrabados que preservan de la intemperie las andanas de nichos. El sistema de construcción empleado por Llorente es de neta tradición popular: cornisa con canecillos y zapatas apoyadas en pies derechos de madera de sección cuadrangular que confieren a la edificación un cierto aire de patio de parador castellano o de > casfiza. Es una arquitectura ligera y sin pretensiones, pero no exenta de gracia y armonía. La última morada se erigía como un trasunto del vivir cotidiano. La regularidad del patio de San Pedro es sólo aparente y en ello se dejan ver las sucesivas intervenciones y aumentos, realizados a medida se iban agotando los nichos vacantes. En el centro de Ia galería sur se abre la puerta del pequeño camposanto, fluy sencilla, con un frontón bajo el cual una lápida rememora su fundación en el año 1811.

El carácter poco perdurable de los materiales empleados obligó a realizar continuas reparaciones. Difícilmente habría llegado hasta nosotros sin la restauración de 791718, llevada a cabo por el arquitecto de Ia sacramental Da-

niel Zavala Alvarez, que consolidó la estructura y sustituyó los podridos apoyos de madera por otros de hormigón de la misma forma que los primitivos. En cuanto a las sepulturas, las hay de varios tipos: nichos individuales y de familia, enterramientos de galería y enterramientos de suelo en lo que debió ser jardín del patio y hoy no es más que un sucio espacio cubierto de hierbas crecidas que acentúan el estado de lamentable abandono en que se encuentra el recinto. PATIO DE SAN ANDRES

En 1828 eran ya pocas las sepulturas disponibles en el patio de San Pedro y la construcción de un segundo patio se hacía cadavez más urgente. Con esa intención la sacramental se dirigió al Rey, su protector y hermano mayor, para que confirmase la gracia de construcción de 1811, concedida bajo el reinado de José Bonaparte. La confir224

mación llegó por una Real Orden de 9 de febrero de 1829. De nuevo las obras fueron encomendadas a Llorente. Esta vez el arquitecto, que en el ínterin había trabajado para la sacramental de San Sebastián, planeó un patio que doblaba las dimensiones del anterior. En 1832 comenzaron las obras; grandes cantidades de tierra tuvieron que ser removidas, pues el terreno se elevaba de forma bastante pronunciada a espaldas de la ermita. Adosado a la crujía norte del patio de San Pedro, el nuevo patio se presentaba .Aún hoy, tras la restauración de Daniel Zavala,los dos patios forman un conjunto perfectamente unitario y constituyen un valioso testimonio de la más antigua arquitectura cementerial conservada en Madrid. El patio de San Andrés (fig. 1), construido a un nivel ligeramente más bajo que el de San Pedro, se beneficia de una mayor regularidad en la disposición de los apoyos, ya que Llorente lo proyectó desde un principio con sus dimensiones definitivas. El centro de las galerías se subraya con un arco de medio punto rematado por un frontón, excepto en la crujía norte, donde se alza una sencilla capilla de planta cuadrada. Al morir Llorente en 1834 (tenía cincuenta y dos años), Ramón Pardo le sucedió como arquitecto de la sacramental, ocupándose de la continuación de las obras hasta su total conclusión en 1838. Madoz se refiere de pasada al jardín (con cuatro cuadros>>, ya de antiguo ocupado por sepulturas de suelo, y cita el monumento funerario de Jordá, , que no ha llegado hasta nosotros. Répide habla del encanto misterioso de este patio, de su jardín, . Poco resta hoy de aquella dulzura melancólica, aparte de algunas bellas lápidas neoclásicas, muchas bárbaramente mutiladas. En el terreno, un único ciprés al iado de la capilla; sepulturas rotas y levantadas semicubiertas por la vegetación inculta, muros que ceden, tejados hundidos completan un vergonzoso espectáculo de ruina y desolación. PATIO DE SAN ISIDRO

A poco de su terminación, el patio de San Andrés se reveló incapaz de atender a las crecientes solicitudes de enterramiento, planteándose de nuevo la necesidad de ampliar el cementerio con un patio de mayores dimensiones que los existentes. En esta ocasión la floreciente situación económica de la cofradía alentó la idea de una arquitectura sólida y perdurable que utilizando un lenguaje más culto estuviera en consonancia con los ilustres mtembros agregados a la corporación. A este nuevo aumento corresponderían dos proyectos de Isidro Yelázquez para En forma muy similar carta de 9 de marzo de

-ensu proyecto al duque 1852- explicaba Enríquez

de

Planta del patio de la Purísima Concepción, 1852

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10. Francisco

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1750 11. José de Hermosilla, Proyecto de Palacio Real'

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por las galerías se Abrantes: Ciertamente, 1á intervención de Enríquez en el cementerio de San Isidro era más que suficiente para cimentar la iáÁ" áp cualquier arquitectó. Ei^t9ma funerario ya lo,haUiu ttufu¿o anteriorm'ente: en 1830' con diecinueve años' Enríquez presentó en la Academia madrileña un proyecto que concordaba perfectamente con el rigor á" "J-"nt".io neoclásico imperante en la époóa (A-GonzálezDíaz"'El ."Á"nt"tio español en los siflos XVIII.y. XIX", AEA' n'". \ll-,-lé1ó, ppi :oz-+, láms."III y X).'^.Ahora, mediado el tigió, iu act'ii"¿ de Enríquez le manifiesta decididamente ni-r1tii.irtu, como decía i)aveda, ,,admirador de la verdaáera belleza alli donde la inspiración la produjo>' nuestro arcuitecto demuestra su interés por la árquitectura á.ra.bc de ingreso en la Academia-' por la. romanrca -áit.utto Alvarez Mon del patio de San Isry bizantina

dro-

o. como a continuación veremos, por la arquitectu-

paleocristiana. ra-Éxtendido

en un declive bastante pronunciado' el pa¡que fúnebre del nuevo patio de la Purísima Concepción forma de hipó;;;";¡; ru p.rí."tto sémicircular

áio-or,,

dec?a

grandiosa serie de 17 Enríquez-, con una-"de

jui"iiut'"nfuzadas m^ediante 16 pabellones destacados tanel ío en planta como en alzado: viene a la memoria interminaEsta de Antolini' oiou..ü del Foro Bonaparte j-más de doscientas columnas de ti;"*;;át fórticos al i"rt" . o"ofítico en el proyecto de Enriquez- permitió incremennichos' uiq"it".to disponer un g.án número, de satist"O'. pti rot de los pabe-llones ile enlace' con lo cual Una sacramental' la de intereses los iá.iu'.n-ptidamente *piff" á" pfanta circular debería alzar su cúpula en la cota más alta del cementerio dominando el conjunto' Para el planteamiento general de la obra. hay que contar .on éi p..ibut,l" conocim'íento por parte de E1ríquez del proy..to de Palacio Real incluido- po.r .J-o-s-e de Hermosilla fn su trutudo de Arquitectura Civil (l 750)' con el^que guarda evidentes correspondencias (D' Rodriguez Kulz' iO" tu utopía a la acaclemia...>' Fragmentos, r: 3, 1984' pp. 62. 15-i6). (fig. 1l). Ambos proyectos,mantienen una ñruy semejante'entre edificio y jardines' iá";ió" "tpuóiui entre un núcleo cuadrado o rectangular y un espaclo semlcircular más dilatado. Aunque inversamente dispuesto' ;;;;;. en los dos casos un cbnsiderable desnivel resuelto pái -eaio de una grandiosa escalera' La enorme exedra 'norticada ideada pot Hermosilla, con su teatro en.el cenel i;,' ;;;pit. án'J ptuno tle Enríquez' que suslituye el lograr para pabellones teatro por la capilla e intercala

-palteón

jardín del patio de la Purísima 12. José Núñez Cortés, Trazado clefinitivo del Concepción, 1851.

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al patio de t3 Francisco Enríquez Ferret. Fachada tlel pabellón de acceso Purísima ConcePción.

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