El cementerio andalusí de Tauste

July 24, 2017 | Autor: F. Gutiérrez Gonz... | Categoría: Al Andalus (Islamic History), Al-Andalus archaeology, Arqueologia Medieval
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Descripción

Tauste en su historia

Actas de las XII Jornadas

Sobre la Historia de Tauste 14 al 18 de Febrero de 2011

© de los textos: sus autores Edita: Asociación Cultural “El Patiaz” Maquetación e impresión: Gráficas Jalón D.L.:

Queda prohibida la reproducción total o parcial de la presente obra, sin autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. Reservados todos los derechos.

Índice

Tauste en la Transición (1975-1982). Una visión desde la prensa............... 9 Diego Iturriaga Barco

Una puerta al renacimiento en Aragón. El retablo mayor de Tauste........ 35 Luisa Miñana Rodrigo. Fernando Sarría Abadía

Las aves de Tauste......................................................................................... 55 Javier Blasco Zumeta

El cementerio andalusí de Tauste................................................................ 67 Fco. Javier Gutiérrez González Miriam Pina Pardos

Los orígenes del Canal de Tauste en ........................................................ 115 el Archivo del Sindicato de Riegos (ss. XIII - XVI) Juan José Morales Gómez

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Índice

Seguramente el programa de las XII Jornadas de Historia fue uno de los que más expectativas había levantado. Dos meses antes habían aparecido, promovido por la Asociación “El Patiaz”, unas tumbas en la calle José M. Conget que el arqueólogo que dirigió la excavación no dudó en catalogar como musulmanas. Se había descubierto lo que a partir de entonces llamamos “Necrópolis Musulmana de Tauste”. La conferencia que iba a impartir en aquellas Jornadas el arqueólogo que dirigió la excavación, Francisco Javier Gutiérrez González, acompañado de la antropóloga Miriam Pina Pardos, venía acompañada de una expectación que atrajo a un numeroso público y que no se vería defraudado. Pero no por ello quedó eclipsado el resto de las ponencias que ahora recogemos en este libro. Podemos recordar la apasionante conferencia sobre el curioso mundo de las aves de Tauste que tan atractivamente presentó uno de los mejores conocedores de la fauna regional, Javier Blasco Zumeta. Diego Iturriaga Barco nos proporcionó una interesante visión de Tauste en la Transición Política Española desde la prensa. Luisa Miñana Rodrigo y Fernando Sarriá Abadía nos abrieron una puerta al Renacimiento desde el retablo mayor de la iglesia de Tauste. Completó el ciclo de conferencias Juan José Morales Gómez con un sorprendente estudio sobre los Orígenes del Canal de Tauste, que había iniciado gracias a una beca que le había concedido nuestra asociación en colaboración con la Junta del Canal de Tauste, tema que sigue estudiando y que seguramente nos ha de proporcionar valiosa información sobre nuestra historia.

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Prólogo

Tenemos en nuestras manos esta actas que, sin duda, nos ayudarán a recordar aquellos datos y a fijarlos en nuestro saber colectivo, uno de los objetivos de nuestra asociación. Si es así, y no dudamos que lo es, estaremos felices de los esfuerzos invertidos en la organización de las Jornadas. Alguien dijo que “feliz el pueblo cuya historia se lee con aburrimiento”. Parece que quien la pronunció estaba haciendo referencia a una historia centrada en hechos luctuosos o desastrosos. Pero no cabe duda de que estos componen una pequeña parte, pero hay muchísimos más, pequeños o grandes avances realizados por personas anónimas que permanecen ausentes de los grandes libros de historia y que la disciplina histórica tradicional olvida o acalla pero que son los que, en gran parte, nos han hecho progresar y llegar donde estamos. Y eso, como este libro tejido de pequeñas cosas y de héroes anónimos, no tiene nada de aburrido. A ellos, como a los anónimos actuales, no les podemos olvidar porque, como expresaba un poeta, “somos su silencio y su tiempo”. JNA

Prólogo

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Ponencias

XII Jornadas sobre la Historia de Tauste 14 al 18 de Febrero de 2011

Tauste en la Transición (1975-1982). Una visión desde la prensa

Diego Iturriaga Barco

Universidad Internacional de La Rioja

La historia, en ocasiones, se escribe a partir de una herradura, de una cuchillada a destiempo, de una frase oportuna. Rodolfo Serrano y David Serrano Cuando la muerte siega todos los demás lazos, aún queda el nombre. John Maxwell Coetzee

Objetivos Si analizamos la diferente bibliografía referida a la transición democrática y a la consolidación democrática en España nos podemos percatar que, en su gran mayoría, son obras de carácter general. Observamos un acercamiento a este periodo fundamental para entender nuestro tiempo, pero desde un punto de vista excesivamente global. Lo cierto es que es difícil recoger en un único volumen el conjunto de hechos y procesos históricos que se suceden en un período concreto de tiempo y es aún mucho más difícil cuando ese periodo es tan importante para la historia de un país. Así pues, encontramos muchas obras que versan sobre la transición y la plena democracia en el conjunto del país, pero no encontramos obras más específicas que centren este período temporal en espacios geográficos más concretos, en nuestro caso la provincia de Zaragoza o en localidades determinadas como puede ser Tauste. Es cierto que últimamente en diferentes comunidades están proliferando obras que debemos encuadrar dentro de la corriente llamada “historia local” o “historia regional”, algo que está siendo apoyado desde diferentes instituciones de las comunidades autónomas. Pero lo cierto es que, aunque en los últimos años se ha comenzado a trabajar en este sentido, aún podemos hablar de una falta de trabajos en Aragón entendida como entidad autonómica. Para suplir este vacío bibliográfico se convocan ayudas para estudios o investigaciones sobre temas locales, dentro de las cuales se enmarca este trabajo. El interés del presente estudio reside en la unión de la corriente histórica y la corriente sociológica para estudiar la evolución de la localidad de Tauste en un periodo tan fundamental como es el de la transición democrática. Un proceso marcado por la aprobación de la actual constitución, que ahora cumpla 11 Tauste en la Transición (1975-1982). Una visión desde la prensa

su trigésimo aniversario, y en el que pasamos de ser una sociedad marcada por un régimen autoritario a ser una sociedad democrática. En principio, el objetivo fundamental ha sido un acercamiento a la singularidad de la localidad de Tauste a nivel nacional. Es decir, hacer un estudio exhaustivo de las referencias que se hacen de esta localidad en España ayudándonos de una de las fuentes fundamentales para la investigación en este tipo de trabajos como es la prensa. El objetivo principal de este trabajo es recopilar toda la información1 que en la principal prensa periódica nacional y regional se recogió sobre esta localidad en este período histórico fundamental en nuestra historia más reciente, con el objetivo de poder tener disponible una relación de todos los documentos publicados en este tiempo para que pueda servir para futuros estudios y futuras investigaciones sobre aspectos locales. Todo ello a partir de la inclusión de las referencias más o menos explícitas que los principales diarios hayan hecho de Tauste pero con la particularidad de valorar y comentar dichos “recortes” para no presentar un trabajo meramente expositivo y falto de valoración, algo más propio de la historiografía decimonónica. Con este trabajo de investigación encuadrado dentro de la Beca de Investigación “Villa de Tauste” no hacemos sino reafirmar uno de los proyectos de la Asociación Cultural “El Patiaz” como es el de la “Localización de datos sobre Tauste”. Con este trabajo se aunaría las principales referencias a nivel nacional que existen sobre Tauste entre los años 1975 y 1982, creando así un catálogo bibliográfico con grandes posibilidades de consulta y que igualmente podría servir de elemento iniciador de nuevas investigaciones en otros ámbitos temporales.

Metodología y fuentes utilizadas Este trabajo se debe enmarcar en lo que la historiografía ha dado a llamar historia local o regional, un tipo de historiografía que en los últimos tiempos está creciendo en importancia, tal y como apuntábamos líneas arriba. 1 Del conjunto de referencias, en este artículo se explicita una selección. Quizás en un futuro el conjunto de la investigación se cosifique en un libro monográfico sobre el tema.

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Uno de los pilares fundamentales sobre los que se debe asentar un trabajo de ámbito regional enmarcado temporalmente en la historia del tiempo presente es el análisis de la prensa. No hemos de olvidar que la prensa es indispensable para el estudio del siglo XX ya que proporciona una información indispensable para entender de una forma más concreta los procesos históricos. No podemos obviar que el estudio de la prensa es uno de los elementos más importantes para hacer estudios de historia del tiempo presente y es que, en estas publicaciones periódicas, encontramos otro tipo de información de la que podemos encontrar en monografías relativas al tema que estamos investigando. Y precisamente este ha sido el pilar sustentante de este proyecto. Se ha estudiado la principal prensa nacional y regional, buscando toda información que se refiera a esta localidad. La metodología de este trabajo se ha basado en la localización de estas referencias, así como en la copia de dichas noticias e informaciones entre los años 1975 y 1982. Uno de los pilares fundamentales de estos meses de investigación ha sido el estudio in situ en bibliotecas y archivos. Dentro de las bibliotecas el trabajo principal se ha llevado a cabo en la Biblioteca de la Universidad de La Rioja, Universidad Pública de Navarra y muy especialmente en la Biblioteca Nacional Española (en sus sedes de Paseo de la Castellana de Madrid y de Alcalá de Henares), donde se me ha permitido el trabajo con documentos de muy difícil acceso. Desde estas líneas me gustaría agradecer el apoyo y buen hacer de la mayor parte de funcionarios de estas instituciones públicas. El trabajo principal para esta investigación ha consistido, como es fácilmente imaginable, en la visualización uno por uno de cada uno de los cinco periódicos estudiados en cuestión entre el 20 de noviembre de 1975 (muerte de Franco) y el 28 de octubre de 1982, día de elecciones generales en España y que historiográficamente se ha utilizado como la fecha paradigmática que suponía el fin de la transición española. En un principio, la pretensión de este trabajo era bien diferente y consistía en la confrontación de dos pesos pesados de la prensa española como son el diario “El País” y “Heraldo de Aragón”. Sin embargo, desde el tribunal que formó parte de la valoración de las propuestas presentadas se creyó oportuno incluir otros medios de prensa fundamentales en este tiempo como son “Amanecer”,

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“Andalán” y “El Noticiero”. Periódicos que por otra parte finalizaban su vida por diferentes circunstancias entre los últimos meses de la década de los setenta y la década de los ochenta. Por esta razón, y debido a la gran cantidad de información que de estos diarios hemos podido extraer, hemos preferido hacer un trabajo de investigación en el que los cinco diarios jugasen el mismo papel protagonista. En cuanto a la temática podemos afirmar que es diversa, recogiendo informaciones de carácter político, social, económico, religioso, personal... destacando especialmente las de vida cotidiana y aquellas referidas a la conformación de la vida de los taustanos. El lector se percatará de esta característica a medida que vaya leyendo las páginas de este trabajo. Con esta estructura y con la captación de todo tipo de informaciones sin prejuicio de su contenido, el trabajo sin lugar a dudas ha ganado en calidad, en volumen, para mayor satisfacción de quien lo firma pero, sobre todo, de quien lo lee, ya que encontrará entre sus manos un trabajo coherente desde el punto de vista espacial, pero también temporal. Además, desde estas líneas habría que remarcar que este tipo de trabajos deben ser considerados de “iniciación”, para que de alguna manera provoquen la curiosidad de los interesados en la historia de Aragón. Quien esto firma quedaría plenamente satisfecho si este trabajo es tomado como excusa por cualquier lector para ampliar determinados conocimientos o, por qué no, para comenzar una investigación superior que culminase en una tesis doctoral, algo absolutamente necesario y a lo que desde la Universidad de Zaragoza se debería dar respuesta.

La localidad de Tauste a través de la prensa periódica: análisis de la documentación presentada y valoración crítica A continuación, el lector encontrará en cinco sub-apartados la información que sobre Tauste hemos encontrado en los diarios “El País”, “Heraldo de Aragón”, “Amanecer”, “Andalán” y “El Noticiero”, siguiendo un esquema de lo más general a lo más particular. En todos los subapartados el esquema seguirá el mismo orden: breves apuntes históricos del periódico, trascripción de las

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noticias más importantes y comentarios para que el lector pueda ampliar sus inquietudes dependiendo de sus gustos personales. a) Referencias a Tauste en el diario “El País” (desde noviembre de 1975 a noviembre de 1982) “El País” fue fundado por José Ortega Spottorno y salió a la luz por primera vez el 4 de mayo de 1976, seis meses después de la muerte de Franco, y a principios de la transición española. Fue el primer periódico de clara vocación demócrata en un contexto en el que el resto de periódicos españoles venían de una larga historia en el franquismo.

La villa de Tauste en “El País” En cuanto al tema que nos atañe en estas páginas y como era previsible imaginar las noticias encontradas que hablasen de una forma más o menos directa de Tauste han sido cuantitativamente menores de las que podemos encontrar en cualquier otro medio de espectro regional. Entre todas ellas destacaremos las seis noticias siguientes: Noticia 1: Madrid y Athlétic finalistas de la Copa de España de juveniles Noticia 2: Ventaja del Aragón en la final de aficionados Noticia 3: REPORTAJE: Los regadíos, esperanza del desarrollo de Aragón El canal de Tauste, la primera gran obra La primera gran obra de regadío fue el canal de Tauste, que se terminó en 1256 (según Costa, fue también el primero de Europa). Su zona regable es de 8.000 hectáreas de las provincias de Navarra y Zaragoza, de las que corresponden a esta última cerca de 6.000. La segunda obra de envergadura fue el canal Imperial de Aragón, comenzado en la época de Carlos V y terminado en 1784. Su construcción fue decisiva para la configuración y desarrollo de la comarca que tiene como centro a Zaragoza. Con las obras de regulación ha llegado a regar 27.500 hectáreas. Ahora, las demandas cada vez mayores de abastecimiento de agua a la ciudad de Zaragoza y la necesidad de ampliar la zona regable precisan un aumento

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de la capacidad del canal e, incluso, su prolongación. Sería fundamental el revestimiento completo del trazado, que en parte se ha ejecutado con aportaciones de los propios regantes. Según los estudios realizados, y concretamente el del Consejo Económico Sindical Interprovincial del Ebro (CESIE), se podrían alcanzar en los próximos veinte años 829.000 hectáreas de regadío. Se incluye aquí un ambicioso proyecto: el gran canal de la margen derecha del Ebro, de dudosa ejecución, pese a que se presentó un anteproyecto en junio de 1974, que permitiría regar en Zaragoza, otras 163.000 hectáreas, y, sobre todo, 54.000 en Teruel, la provincia más necesitada, ya que sólo posee el 7,5 % de todo el regadío aragonés. Este proyecto es una aspiración conjunta de Aragón, Logroño, Navarra y Alaya -que también se beneficiarían-, pero haría inviable otros proyectos de aprovechamiento del Ebro, y concretamente el gran trasvase al Pirineo oriental. Noticia 4: Homenaje a las banderas Noticia 5: Encierro de los trabajadores de dos empresas zaragozanas Noticia 6: Las industrias del BIC Tauste Ganadera. Ostenta cerca del 20%, estando el resto repartido entre la Caja de Ahorros de la Inmaculada y ganaderos de la comarca aragonesa de Las Cinco Villas. Dedicada a la cría, selección y mejora de razas. Reparte dividendo. b) Referencias a Tauste en el diario “Heraldo de Aragón” (desde febrero de 1976 a octubre de 1982).

Periódico decano de la prensa diaria aragonesa. Nace en Zaragoza el 20 de octubre de 1895, fundado por Luis Montestruc, periodista que ya había creado anteriormente “La República”. El centenario del periódico, que se cumplió el 2 de septiembre de 1995, auspició una serie de actos para celebrar un acontecimiento que solamente unos contados rotativos alcanzan a cumplir.

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Tauste en “Heraldo de Aragón” La información que encontramos sobre Tauste en “Heraldo de Aragón” es variada, tanto en su forma como en su disposición en el periódico. De esta forma, encontramos referencias a la villa taustana en diferentes epígrafes del periódico como Información Regional, Reportajes turístico, Zaragoza Hoy, En torno a la provincia, Aristas de la Región, etc, aunque sí predomina una sobre las demás: Información Regional. Es precisamente en esta sección donde encontramos la primera referencia a Tauste en este marco temporal de transición política que está viviendo España. El 26 de febrero de 1976 (página 23) “Heraldo de Aragón” titula: “Es necesario iniciar nuestro desarrollo industrial. Los propios agricultores podrían reimplantar el cultivo de la remolacha, levantando una azucarera”, información que será recurrente en otros periódicos y que refleja la importancia que una incipiente industria puede tener en determinados medios rurales aragoneses. Otra particularidad de la paginación en este medio es la ausencia de la misma en más de una ocasión. Así ocurre el 21 de abril donde en cuatro páginas se informa de la actualidad festiva en Tauste: “Tauste en fiestas”, gran titular en el que se incluyen otros de variada información: - Dos grandes expropiaciones restarán al Ayuntamiento de Tauste unas ocho mil hectáreas. - Las de Tauste, fiestas de tradición y arraigo populares. - Las Clarisas, una orden radicada en Tauste desde 1629. - “Tauste Ganadera”, el mayor complejo de vacuno de España. - De los tiempos heroicos al moderno equipamiento. Los hermanos Arrondo, pioneros de la extinción de incendios. - La residencia de Ancianos “Virgen de Sancho Abarca”. Su creación se debe a la iniciativa del párroco y la contribución del pueblo. - Programa de las fiestas de Tauste. Además de por las diferentes informaciones que estas noticias transmiten, estas cuatro páginas tienen un valor testimonial importantísimo, tanto por la gran cantidad de material fotográfico que recoge (Tauste Ganadera, residencia de ancianos, reina y damas de honor...) como por el material publicitario

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que, por otra parte, habrá que señalar que prácticamente se repite respecto a otros medios de prensa: Talleres electromecánicos Santafé, Talleres Gadea, S.L., Gráficas Latorre, Crédito Rural. Caja de Ahorros de Zaragoza, Aragón y Rioja, La Mutua de Accidentes de Zaragoza, Óptica Criss, Caja Rural Provincial, Cooperativa del Campo “San Miguel” o Mutua de Seguros de Aragón, son algunos de los ejemplos publicitarios que podemos observar junto a un recuadro a tres columnas del propio ayuntamiento de Tauste: “La comisión permanente de festejos del Ilustrísimo Ayuntamiento de la villa de Tauste saluda a todos sus vecinos y visitantes con motivo de las fiestas en honor de la Virgen de Sancho Abarca. Tauste, abril 1976”. Ya entrados en 1978, el 29 de enero (página 27), la noticia a dos columnas da cuenta del “Programa de obras municipales”. A través del texto que firma Alberto Latorre Mozo, conocemos que el Ayuntamiento había presentado la solicitud de obras para la pavimentación de la calle Germán, urbanización y pavimentación de la calle Santa Clara, parque de bomberos o para los depósitos reguladores de aguas. Un presupuesto que ascendía a 25 millones de pesetas de las cuales el 50 por ciento serían de aportación municipal. Ya en marzo de 1979, el día 28, en la página 13 y entre anuncios de carácter electoral (curiosamente vemos en uno de ellos a Luis Germán Zubero, colaborador del periódico-revista “Andalán”, también analizado en estas páginas), conocemos un incendio que sembró la alarma en Tauste, coyuntura que aprovechan en la villa para reivindicar un parque de bomberos. Exactamente es lo que dice el titular: “Los vecinos de Tauste desean un parque de bomberos”. La preocupación ganadera vuelve a colación en “Heraldo de Aragón” el 5 de enero de 1980 (página 23) con la presentación de una conferencia: “Disertación del Dr. Sierra Alfranca sobre mejora ovina”. Una conferencia organizada por la Cooperativa de Ganaderos San Simón y San Judas de Tauste y que fui impartida por el Dr. Sierra, eminente catedrático de la Facultad de Veterinaria de Zaragoza. Según palabras del propio doctor sierra “el techo de la producción de nuestra oveja está aún muy alto y debemos prestarnos todos, técnicos y ganaderos, a trabajar conjuntamente para elevar la producción ovina, como lo demanda el aumento del consumo interior y su posible ampliación cara a nuestros mercados exteriores”.

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Llegando ya a mayo, encontramos un anuncio reseñable para este trabajo, dentro de la sección del periódico denominada ECONOMÍA Y FINANZAS. Como puede ser más previsible, el documento que encontramos este 6 de mayo de 1980 (página 20) es un anuncio de la Junta General de accionistas de Tauste Ganadera, S. A. Tras la convocatoria de día, lugar y hora del evento se exponen los ocho puntos del orden del día que se discutirán, entre los que podemos destacar la Constitución de la Junta o la aprobación del balance, cuenta de pérdidas y ganancias, y memoria correspondiente al año 1979. Como se comenta a lo largo de estas páginas el elemento cultural y artístico es una constante en los medios escritos aragoneses en este tiempo de transición política y social. En este sentido debemos entender la noticia que encontramos el 16 de mayo de 1980 (sin numerar): “Las esculturas de Z. Pellicer a su paso por Tauste”, una noticia recogida a tres columnas y acompañada por una de las esculturas del propio artista. Además de los consabidos datos logísticos de la exposición encontramos una interesante entrevista que el corresponsal hace a Zacarías Pellicer. El 25 de abril de 1981 (sin paginar), encontramos una breve pero curiosa noticia que muestra perfectamente como a pesar de haber transcurrido menos de tres décadas en términos cronológicos, en términos de avance tecnológico parecen haber transcurrido siglos: “Ampliación telefónica en Tauste”. Dice así la nota: “Siguiendo el plan de mejoras y atención de la demanda que la Compañía Telefónica viene realizando de acuerdo con el plan cuatrienal en la provincia, ha entrado en servicio en Tauste una ampliación de 400 líneas automática cuya numeración está comprendida entre los número 855400 al 855799. Con esta ampliación se atiende la creación de la nueva zona urbana telefónica a efectos de tarifas, de la localidad de Sancho Abarca. Las nuevas instalaciones de los peticionarios de dichas localidades se seguirán cumplimentando paulatinamente a medida que vayamos ultimando la red exterior de cables”. En la sección INFORMACIÓN REGIONAL es donde encontramos una nueva referencia a Tauste, en este caso el día 27 de febrero de 1982 (página 26).

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Es apenas una nota de prensa entre informaciones más importantes (sobre Belchite o Tarazona) sobre el Carnaval: “Tauste. Actos del Carnaval para hoy y mañana”. Una vez más encontramos una nota cultural, aunque bien es cierto que en esta ocasión en plan telegráfico: “Exposición de Calero en Tauste”, que podemos encontrar el 11 de julio de 1982, en la página 18, y concretamente bajo el epígrafe LAS CINCO VILLAS, algo que será una constante a partir de este tiempo. La siguiente noticia, sin lugar a dudas es una de las más llamativas (si no la más) de todas las que podemos encontrar a lo largo de este trabajo de investigación. La encontramos en el ejemplar de “Heraldo de Aragón” del 25 de agosto de 1982 (página 19), y su curioso titular es el siguiente: “Extraño caso de desecación circular de alfalfa, en Tauste. Algunos vecinos aseguran que se trata de la acción de un ovni. Para los expertos en agricultura el caso no tiene explicación a simple vista”. Información que es acompañada de tres fotografías en las que se pueden ver los extraños círculos (de escasas dimensiones, dicho sea de paso) así como al propietario del terreno junto a uno de los técnicos de extensión agraria. De esta forma relataba el corresponsal los comentarios de los taustanos sobre el suceso: “no se mate usted el cuerpo, que eso de la alfalfa lo ha hecho un ovni. Es que lo vi yo la otra noche cuando estaba regando en la huerta alta y también lo vieron otras personas. Pero como todo el mundo se ríe de estas cosas, pues todo el mundo se calla. [...] Era como una rueda gigantesca de camión de color butano, y vino de la parte de Castellar casi a ras de tierra. Después debió aterrizar en Cascajos porque de tanto que bajó lo perdí de vista y al momento se levantó y vino hacia mí y me escondí horrorizado en un campo de maíz. Desapareció por los montes de las Bardenas a gran velocidad”. La última referencia Tauste que encontramos en “Heraldo de Aragón” en este marco temporal estudiado nos lleva al 24 de octubre de 1982, y más concretamente en su página 21, con el siguiente titular: “Las cinco villas. Respuesta a una llamada de socorro”. Noticia donde el corresponsal informa de que “los integrantes de los destacamentos y puestos de socorro de la Cruz Roja de Tauste y Ejea de los Caballeros están haciendo una llamada a la solidaridad con los damnificados de aquellas provincias hermanas [Albacete, Alicante,

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Murcia y Valencia], con una respuesta de las diversas instituciones, organismos, entidades y personas que ya ha hecho posible la salida de un cargamento de enseres y alimentos hacia su punto de destino”. c) Referencias a Tauste en el diario “Amanecer” (desde noviembre de 1975 a junio de 1979)

Con los subtítulos “Diario de FET y de las JONS”, “Diario Aragonés del Movimiento” y, finalmente, “Diario Aragonés”, nació en las instalaciones del “Diario de Aragón” tras apropiarse de su propiedad (recordemos que “Diario de Aragón” se había significado a favor del Frente Popular) el 11 de agosto de 1936. Su peso ideológico fue siempre su característica definitoria, haciendo su vinculación al régimen franquista inviable cualquier tipo de reforma tras noviembre de 1975. Es precisamente en esta fecha, cuando el periódico comienza sus problemas, donde se enmarcan las noticias que a continuación hemos destacado como las más importantes en relación a Tauste. Finalmente, el Consejo de Ministros decretó su cierre el 15 de junio de 1979 cuando contaba con una tirada diaria de 2503 ejemplares, 75 empleados y con unas pérdidas anuales de 55 millones de pesetas. Tauste en “Amanecer” Tras las archiconocidas portadas de las ediciones especiales de los diarios el 20 de noviembre de 1975 con el repetido titular: “Franco ha muerto”, encontramos seis días después la primera referencia a Tauste en “Amanecer”, que como “no podía” ser de otra manera, se refería en exclusiva a la muerte del dictador gallego. Concretamente en su página 11: “Solemnes funerales por José Antonio y por el Caudillo”. Por el gran valor documental del texto, a continuación transcribiremos una selección del mismo: “Desde que la villa tuvo noticia de la muerte de Franco, las familias recluidas en sus hogares seguían expectantes ante las pantallas de los

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televisores y muchos de ellos rezando el Santo Rosario por su alma, y así hasta el pasado día 22, a las seis de la tarde, en que tuvo lugar un solemne funeral de “corpore insepulto”, concelebrado en la parroquia por los sacerdotes de la misma, y cuya homilía corrió a cargo del reverendo don Desiderio Celma, encargado de la misma, quien ensalzó la figura católica sin par del Jefe del Estado desaparecido. Asistieron las autoridades locales al frente, presidida por el alcalde y jefe local, don Javier Sánchez Ezquerra, así como numerosos fieles y escolares, sin omitir, en correcta formación, la Cruz Roja local, que con sus secciones masculina y femenina, así como sus numerosas secciones infantiles, con sus distintivos y marcialidad, ocuparon el pasillo de la nave central de pie. Sin ninguna duda, fue el detalle más significativo de funeral celebrado. Tauste siente en lo más hondo la muerte del Caudillo y la esperanza de verse, como el resto de los españoles, bien regido por el nuevo Rey don Juan Carlos I, al que de todo corazón le deseamos lo mejor para la Patria y la Monarquía instaurada”. Una nueva noticia referida a Tauste en este medio la encontramos el 7 de diciembre de 1975 (página 10) y dice así: “Urgente rotulación de la Plaza del Generalísimo”, texto mediante el cual el corresponsal insta a volver a rotular el nombre de la plaza del Generalísimo tras las obras acometidas en el ayuntamiento. Sin lugar a dudas, esta noticia expone el miedo del diario “Amanecer” a que dicha plaza volviera a recobrar su legítimo nombre de Plaza de la Constitución, modificada por los insurgentes en el año 1938. En la misma noticia se recoge diversa información sobre pavimentación de calles y plazas, así como en lo referente a las Oficinas de Correos y Telégrafos. En el santo e inocente día de 28 de diciembre de 1975 (página 10) el titular sugerido por Berroy es: “Celebración de la Navidad con gran recogimiento”. La primera referencia de 1976, la encontramos el 9 de enero (página 12) y como es previsible, hace balance de las pasadas navidades y fiesta de los Reyes Magos: “Brillante cabalgata de los Reyes Magos”. Igualmente se apunta la celebración de un “Festival benéfico para ancianos”, información toda ella acompañada por una fotografía de los “Reyes Magos”, “entre el entusiasmo

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de los niños, al descender de sus carrozas para adorar al Niño Dios, del belén instalado en la Residencia de Ancianos “Nuestra Señora de Sancho-Abarca”, de esta villa taustana”. Pasan las semanas y nos acercamos a las fiestas de la localidad. De lo que se hace eco “Amanacer”, el 7 de abril de 1976, en su página 8: “Brillante proclamación de la reina de las fiestas, señorita Azucena Tudela Lorente”, información que se acompaña con una fotografía del jotero Ángel Galé, campeón de jotas, que interpretó al final del acto unas jotas alusivas a la nueva reina que acababa de proclamarse. Bajo el epígrafe LAS BARDENAS. PORTAVOZ DE LAS CINCO VILLAS, la noticia recogida el 9 de junio de 1976, en su página 9 es la siguiente: “TAUSTE. Brillante clausura del curso de cultura organizado por la Institución Fernando el Católico”. El 30 de julio de 1976, concretamente en su página 10, se hace referencia a la “Celebración del cuarenta aniversario del 18 de julio”, como no podía ser de otra manera en un periódico con este perfil ideológico (en este sentido, es llamativo ver como en la parte inferior de esta misma página encontramos un anuncio de otro medio de prensa también afín al franquismo: “Arriba” es noticia. Compruébelo) Tauste, según el corresponsal, “celebró el cuarenta aniversario del 18 de julio con un baile público en la Plaza del Generalísimo y por la tarde otro animado baile-concierto por la banda de música en los jardines de la Rosaleda, apreciándose gran animación en las calles y plazas de la villa para concurrir en el santuario de Nuestra Señora de Sancho-Abarca, donde la afluencia de moradores fue extraordinaria”. Una nueva información de temática religiosa, aunque también de carácter artístico (aunque a este plano se le de menos importancia en el diario) es la que podemos leer en el ejemplar de 20 de enero de 1977 (página 9): “La Iglesia sigue en ruinas”. Texto al que acompaña una fotografía del “ruinoso estado en que se encuentra la iglesia de San Antón, como puede apreciarse por la puerta de entrada, donde por los agujeros pueden verse se introducen los niños en sus juegos al escondite, con el riesgo que supone un posible desprendimiento de obras de fábrica”.

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Una noticia de gran trascendencia y de carácter económico es la que se recoge en la página 8 del día 3 de febrero de 1978: “TAUSTE. Más de 25 millones para el Plan de Cooperación Provincial”. En el texto se incluyen desglosadas las cantidades que serán invertidas en cada una de las obras a realizar como, por ejemplo, en la calle Germán, en los depósitos de aguas o en el Parque de Bomberos. “Un ambicioso proyecto que esperamos tenga una pronta realización, ya que todas estas obras proyectadas son necesarias, y asimismo en una buena realización en pro y beneficio de nuestra villa, éste es el último trabajo ocupado por el cesante secretario de la Corporación, destinado a la provincia valenciana, don Juan José Serrano Arnal”. Ya en el mes de abril, concretamente el 5 de abril de 1978 (página 8), encontramos una noticia de sumo interés: “TAUSTE. Se crea el Instituto Nacional de Bachillerato”, información que curiosamente ocupa menos líneas que la segunda noticia que podemos leer: “Inauguración y bendición del nuevo bar-restaurante de Don Jesús Pola”. Las noticias de Tauste que se recogen en “Amanecer” se repiten con el paso del tiempo y un buen ejemplo de esto es el titular que encontramos el 15 de septiembre de 1978, en su página 8: “TAUSTE. Peregrinación masiva al Santuario de Nuestra Señora de Sancho Abarca”. O la del 21 de septiembre de 1978, página 8: “TAUSTE. Fiestas Patronales en honor de la Virgen de Sancho-Abarca”, o incluso la del 12 de octubre de 1978, página 9: “TAUSTE. Fiestas de la coronación de la Virgen de Sancho-Abarca”, artículo que acaba con un acuciante: “¿Se marchan el párroco y sacerdotes?”. Ya nos adentramos en 1979, año final de la existencia de “Amanecer”, donde en la página 8 del ejemplar del 3 de enero de 1979 leemos como era habitual por estas fechas: “TAUSTE. La villa celebró las navidades”. Finalmente, la última noticia que se refiere a Tauste en el diario “Amanecer” es la siguiente: “Cambios en la numeración telefónica”, recogida en la página 8 del ejemplar de 15 de junio de 1979. Dos días después, el 17 de junio de 1979, “Amanecer” publicará su última portada con un titular explícito: “Todo Aragón, con nosotros”, en el que denunciaban el cierre decidido por el Consejo de Ministros de este diario y de otros. Pese a las protestas este diario jamás volvería a amanecer.

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d) Referencias a Tauste en el periódico-revista “Andalán” (desde noviembre de 1975 a diciembre de 1982)

“Andalán” llenará un hueco y será revulsivo y aglutinante de quienes creían en un Aragón a tono con su historia y posibilidades, siendo conformado como una mesa de tres patas: izquierda, aragonesismo y cultura. Despertó una conciencia regionalista aragonesa que no tenía otro cauce de expresión. La cultura se limitaba a lo que las autoridades oficiales del régimen entendían por cultura. La oposición a la dictadura y el deseo de una sociedad democrática se abrían paso a pesar de la censura y la represión. En enero de 1987 aparecía el último número. En sus quince años de existencia puso una nota alternativa entre los medios de comunicación. Nacida para reavivar las señas de identidad aragonesas, con clara vocación cultural y progresista, la hora del cierre llegaba (como a tantas otras revistas de izquierdas: “Triunfo”, “Cuadernos para el Diálogo”, “La Calle”, “Viejo Topo”, etc.) por problemas económicos, cambio en la oferta y demanda informativa, y un difícil relevo generacional. La escasa presencia de Tauste en Andalán La presencia de la villa de Tauste en “Andalán” podríamos calificarla como “irrisoria”. Mientras encontramos noticias de Zaragoza, Huesca, Teruel, Caspe, Tarazona, Fabla, Monzón, Ariño, Biescas o la más cercana Ejea de los Caballeros, la presencia de Tauste se reduce a la mínima expresión. De esta forma nos retrotraemos hasta el 1 Noviembre de 1976, día en el que se publica el número 100 de Andalán en cuyas páginas 8-10 encontramos el siguiente titular: “¿Así se industrializa una región?”. En dicho artículo encontramos diferentes datos industriales de Tauste en formato tabla junto al de otras localidades. Dichos datos nos proporcionan la información siguiente de la localidad: Extensión del municipio en Hectáreas: 40.510 Ha. Habitantes del municipio: 7.288 habitantes

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Personas activas del municipio: 1.961 personas Población activa de la zona de influencia: 3.278 personas Superficie del Polígono en metros cuadrados: 1.220.000 metros cuadrados Igualmente, en el cuerpo de la noticia se recoge la problemática de la industrialización (o de la falta de la misma) que se vivía en la década de los años setenta del siglo XX, no ya sólo en Tauste sino en toda la región. El artículo firmado por Lydia Vilalta y EQUIPO TRES no duda en dar consejos para el futuro industrial de la región, una constante en este medio de prensa durante toda su historia: “Las posibilidades de salida para una industrialización incipiente la vemos en función de paliar la desertización ya existente en algunos municipios pequeños. La instalación de empresas en los lugares donde el exceso de mano de obra joven les obliga a emigrar a otros lugares, sería la vía adecuada para frenar estas corrientes migratorias e incluso facilitar el regreso. Pequeñas industrias que se gestionaran localmente y cuyos beneficios revirtieran, directa o indirectamente, en mejoras sociales para los productores. Al tiempo que evitarían ciertos desequilibrios regionales. Evidentemente, serían industrias no contaminantes, ni nocivas, ni peligrosas. Y cualquiera de ellas tendría que pagar un canon al municipio, según el volumen de su producción, por el uso de los recursos naturales. Habrá que esperar hasta 1978 para ver una noticia acerca de la villa de Tauste en toda su extensión. Precisamente bajo el referente Tauste encontramos el siguiente titular: “Mar de fondo en el Instituto”. Igualmente, en las primeras ediciones de 1979 de “Andalán” encontramos bajo la firma de Colectivo de Sociología, un estudio sociológico sobre Tauste, bajo el título: “La juventud no encuentra salidas”, cuyo subtítulo rezaba de la siguiente forma: “Con una asistencia masiva a las charlas y una participación muy viva en los coloquios ha respondido el pueblo de Tauste durante la Semana Cultual celebrada en los últimos días de diciembre. En la Semana se presentaban los resultados de un ambicioso estudio sociológico sobre los

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problemas y las expectativas de la juventud de Tauste comprendida entre los 16 y los 25 años. La investigación, tanto por el número de temas abordados como por la profundización alcanzada, constituye un valioso documento sociológico, ya que los problemas e inquietudes de los jóvenes de Tauste son representativos de la juventud rural aragonesa”. La siguiente noticia, referenciada por Plácido Díez, lleva por título: “Los ultras se revuelven”, mostrando el estado a inicios de los años ochenta de los falangistas en la villa. Las reflexiones de Díez son sugerentes y apuntan elementos claves para entender la coyuntura político-social de este tiempo: “Tauste puede servir como ejemplo de que la guerra civil no está superada todavía en algunos pueblos aragoneses. El intento de los socialistas que gobiernan el Ayuntamiento de sustituir el monolito de “Caídos por Dios y por España” y la lápida existente en los muros de la iglesia, por una inscripción que recordara a “Todos los muertos de la guerra civil española, 1936-1939”, ha desencadenado una furiosa reacción de la extrema derecha local, que está dispuesta a impedir que el acuerdo del Ayuntamiento democrático se aplique”. “Andalán” es un periódico con inquietudes políticas pero no deja de lado, en especial en su última época, el plano cultural. En este sentido tenemos que entender la siguiente referencia al teatro de Tauste, recogida en 1980: “La Ginesta, un primer paso”. En la misma línea que el artículo dedicado al grupo de teatro La Ginesta, podemos englobar el publicado el 28 de agosto de 1981 en “Andalán”, firmado por Salvador Gracia y titulado: “Tauste: un Ayuntamiento volcado en la cultura”. En este texto no se duda en calificar a Tauste como un “remanso para el espíritu” frente a la mayoría de los pueblos aragoneses. Se habla de actividades teatrales, musicales, pictóricas y escultóricas en las que se involucra la mayor parte de la ciudadanía taustana, liderada sabiamente, según Gracia, por el alcalde socialista Carlos Alegre. La última referencia que recogemos de Tauste en “Andalán” en este tiempo hace referencia ala “Vieja y nueva agricultura. Bardenas, por ejemplo”, en el que encontramos diferentes referencias a Tauste al hacer un repaso de la evolución de la agricultura desde el siglo XVIII hasta los años ochenta del siglo XX.

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e) Referencias a Tauste en el diario “El Noticiero” (desde noviembre de 1975 a junio de 1977)

Órgano de la prensa católica y de la derecha aragonesa, apareció el 1 de junio de 1901. Su primera redacción, administración y talleres estuvieron en San Miguel, 14 (anterior sede de “La Derecha”, imprenta de Mariano Estar) de Zaragoza. El 30 de enero de 1923 se convierte en Sociedad Anónima, y su redacción se trasladaría al edificio de Coso, 79 (actual Coso, 71), donde permanecería más de cincuenta años, hasta su traslado al edificio de Avenida de Cataluña, que será inaugurado en 1977, pocos meses antes de su desaparición marcada por una etapa crítica, de difícil situación económica para el periódico, cuya modernización técnica y cambio de locales no hará sino agravar el enorme déficit acumulado, lo que llevará al cierre del veterano diario, que deja de aparecer el 15 de junio de 1977, paradójicamente el día de las primeras elecciones generales de la nueva democracia española. Tauste en “El Noticiero” La primera referencia que encontramos en el diario “El Noticiero” tras la muerte del general Francisco Franco es la que lleva por título “Franco oró ante la Virgen de Sancho Abarca en 1942. Chaquetas de pana de agricultores alfombraron el suelo a su paso”, concretamente el 27 de noviembre de 1975 (página 20). Entre el texto y después de un nuevo título “Dolor por la muerte del Caudillo” podemos leer el siguiente texto: “Nuestra Villa, al igual que toda la nación, ha sentido profundamente la pérdida de Franco, que ha ido consumiéndose ardorosamente al servicio de su amada España. Hemos visto a gentes sencillas, humildes y espontáneas, enormemente conmovidas ante esta irreparable pérdida nacional que no por presentida ha sido menos llorada. Es evidente que el pueblo llano amaba entrañalmente a Franco, pues no en balde han transcurrido tantos y tantos años bajo su jefatura que nos han traído prosperidad y progreso para toda España. Diego Iturriaga Barco

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Franco se ha consumido lentamente dándose todo a su pueblo, fundiéndose en el ambiente todo de España, ahora quiéranlo o no, ese espíritu y esa doctrina de Franco se ha impregnado en la propia esencia nacional. Franco ha muerto, pero su espíritu, su obra, su imagen, continuarán grabados indeleblemente en toda la tierra española y hasta en la propia mentalidad de los españoles. Esa postrera alocución de Franco ha sido verdaderamente impresionante y ahora toca a todos los españoles seguirla en todos sus puntos. Aragón, Tauste, tierra de hombres fuertes, ha llorado hondamente la muerte de su invicto Caudillo, que durante años vivió en nuestra tierra y que ha muerto bajo el manto de nuestra Virgen. Nuestro Rey ahora coge el timón de la Patria; que Dios le dé esa certera mano necesaria para capear los temporales y llevarnos por la senda del bienestar y del progreso”. El 6 de abril de 1976 (página 18) la localidad de Tauste es reconocida periodísticamente con la inclusión de una noticia a seis columnas o, lo que es lo mismo, ocupando el total de la página. Actitud por parte de “El Noticiero” que se explica con el siguiente titular: “Visita del ministro de Agricultura a la Cooperativa San Miguel y a Tauste Ganadera. Los presidentes de las Juntas de Colonos de Sancho Abarca y Santa Engracia, expusieron sus problemas”. Como anecdótico podemos definir la inclusión igualmente de la dedicatoria que el ministro Virgilio Oñate hace en el libro de honor de Tauste Ganadera y que el periodista recoge íntegramente: “Tauste Ganadera me ha proporcionado una experiencia gratísima. La perfección de las instalaciones. La profesionalidad de todo el personal. El claro planteamiento empresarial. Y... la belleza del ganado, deja huella imborrable en mi ánimo, como ejemplo a proponer a todos. Deseo sinceramente que el éxito les acompañe. Tauste, 5 de abril de 1976”. El 18 de abril de 1976 encontramos entre las páginas de “El Noticiero” 29 Tauste en la Transición (1975-1982). Una visión desde la prensa

un cuadernillo especial “Extra Fiestas” de doce páginas y en el que se recogen diferentes noticias entre las que podemos destacar las siguientes: “Fiesta en honor de Nuestra Señora de Sancho Abarca”; “Entrevista con la Reina y Damas de Honor”; “Recuerdo a Mary Carmen Pellicer”; “Ruralismo y urbanismo”; “Ángel Galé, un gran campeón de jotas”; “El presidente de la Comisión de Festejos, expone lo más destacado de los próximos días”; “El alcalde expone ampliamente la problemática municipal”; “El equipo de fútbol, visto por su presidente”; “Ricardo Alonso, un portero famoso”; “Programa de fiestas”; “Opiniones de un conocido industrial”. Un documento realmente interesante tanto por sus textos, pero también por sus fotografías, entrevistas y publicidad. En este sentido, contamos con anuncios como los de “Talleres Dionisio Brun”, “Talleres Electromecánicos R. Gajate”, “Bebidas Refrescantes El Siglo”, “Sandersa Industrial”, “Nacional Hispánica Aseguradora”, “Supermercados Sabeco”, “Óptica Criss”, “Bar Las Vegas”, “Decoraciones Tudela”, “Cooperativa del Campo San Miguel”, etc. A través del análisis de estos textos publicitarios podemos encontrar negocios que perduran, otros que han desaparecido... y elementos curiosos como los números de teléfono de tres cifras de Tauste frente a los de seis cifras de la capital zaragozana. Una noticia curiosa para al menos el no taustano o el desconocedor de los entresijos particulares de la villa, es la que se recoge el 8 de mayo de 1976 (página 18): “Se renovará el voto de ayunar hoy todos los seres vivientes de la villa. La tradición data de hace 555 años”. Noticia que es explicada de la siguiente forma por CHARES: “El día 8 de mayo, fiesta de San Miguel es fiesta mayor en la villa de Tauste. Para celebrarlo, la cooperativa del campo “San Miguel” que fue por cierto, recientemente galardonada con título merecidísimo de “Cooperativa Ejemplar”, por lo cual la felicitamos, conjuntamente con la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos, ha programado una serie de actos. Por la mañana tendrá lugar en el atrio de la ermita de San Antón, una misa dedicada a San Miguel, por cuya intercesión se librara a Tauste de una devastadora plaga de langosta allá por el año 1421. Ahora, a la friolera de 555 años después, será renovado el voto al Santo, por el cual

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todos los seres vivientes de la villa, personas y animales, ayunarán todos los 8 de mayo, hasta que la procesión, con el Santo a la cabeza, regrese al tempo parroquial”. Encontramos nuevas referencias a Tauste Ganadera el 26 de junio de 1976 (página 22): “Importará de Estados Unidos trescientas nuevas novillas, Tauste Ganadera”, titular que por otra parte muestra perfectamente la evolución del estilo periodístico en estas últimas décadas. Se da cuenta del continuo proceso de expansión de la sociedad anónima Tauste Ganadera, mostrando por otra parte una visión personal muy lejana de lo que debe ser la objetividad de un periodista: “Felicitamos nuevamente al consejo rector de esta importante sociedad ganadera aragonesa, orgullo de Aragón entero, por su brillante gestión como así mismo por haberse suscrito recientemente al acta de acción concertada con el Estado en la producción carne-leche. Vaya con nuestro reconocimiento la afirmación de que esta ganadería diplomada constituye verdaderamente una explotación modélica digna de la mejor suerte. CHARES”. Una noticia trágica (que igualmente recogen el resto de medios) es la que se recoge el segundo día de febrero de 1977 (página 16): “Masiva manifestación de duelo por la muerte de dos jóvenes”, en el que se recoge el accidente de tráfico ocurrido en las proximidades de la localidad navarra de Valtierra y que ocasionó la muerte a los jóvenes taustanos Joaquín Gil Usán y Fermín Hernández Barrutia: “Los dos jóvenes taustanos junto con un amigo navarro, encontraron fulminante muerte al colisionar el coche que conducían con un camión, a la entrada de la citada localidad navarra. La fatídica racha que sufre Tauste de trágicas muertes, se ha visto aumentada con la de estos jóvenes llenos de simpatía y bondad, por lo que eran muy queridos por todos los taustanos”. Como curiosa y realmente llamativa se puede definir la siguiente noticia recogida en el diario el 23 de febrero de 1977 (página 16): “Aclaración sobre las profesiones extinguidas y que han cambiado de nombre”, en la que la habitual firma de CHARES cambia por la de CARLOS CHAMORRO ARESES (veterinario). Ante un reportaje aparecido en “El Noticiero” en el que se hablaba de las profesiones que por aquel entonces no existían o habían cambiado de nombre, el habitual corresponsal del periódico no duda en ejercer en esta ocasión de veterinario con una prolija explicación y exposición de datos.

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El 6 de abril de 1977 (página 16), encontramos una noticia que une el plano religioso con el plano artístico: “Hoy, reinauguración del órgano de la iglesia parroquial”, en cuyo cuerpo podemos leer: “El órgano de la parroquia de Santa María de Tauste, remozado, lleno de nuevos matices musicales, vuelve a expandir sus notas después de muchos años de inactividad. Nos congratula sobremanera que en nuestra parroquia vuelva a sonar el viejo órgano, ahora plenamente restaurado. Nuestra felicitación a todos cuantos han hecho posible esta mejora y al organista restaurador don Luis Galindo, cuyo concierto de esta noche se verá sin duda alguna muy concurrido”. El 13 de abril de 1977 (página 16) de nuevo encontramos una información acompañada por material gráfico de la protagonista de la noticia: “Isabel Puerta: Una taustana conductora de maquinaria agrícola y de vehículos pesados”. En el texto se incluye una entrevista que firma Carlos Pascual y de la que entresacaremos las últimas preguntas que reflejan muy bien la dimensión social y privada de este tiempo: “- ¿Qué mujer has admirado siempre? - Antes a Agustina de Aragón, y ahora a Lola Flores. A la primera por su valor y a la segunda por su arte. - Una última pregunta, Isabel: ¿Hasta cuándo seguirás llevando maquinaria agrícola y vehículos pesados? - Hasta que me case, que creo será dentro de un año”. La última noticia que sobre Tauste recoge “El Noticiero” nos lleva hasta el 4 de mayo de 1977 (página 13): “Progreso creciente en la industria láctea de la localidad”, donde en él se recoge que “Tauste Ganadera, S.A. celebró en los salones de la Casa Consistorial de la villa sus juntas Ordinaria y Extraordinaria. Asistieron muchos de sus socios accionistas y presidió junto con el Consejo de Administración de la Sociedad, su presidente don José Cruañes Oliver. Por el presidente se dio cuenta de la marcha de la sociedad y leyó la memoria del pasado año 1976. Por la Junta se acordó la ampliación del capital social a cien millones de pesetas y se aprobó la memoria felicitando al Consejo por su brillante gestión”. Estas serían las últimas palabras de “El Noticiero” sobre Tauste.

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Bibliografía Libros y artículos de revistas: Blasco, J., Historia de la Prensa zaragozana, Zaragoza, 1947. Fernández, E. y Forcadell, C., Historia de la prensa aragonesa, Zaragoza, 1979. Domínguez Lasierra, J.: “Heraldo de Aragón. Desde 1939 hasta la actualidad”, en Historia del Periodismo en Aragón, Zaragoza, 1990. Domínguez Lasierra, J. et al., Imágenes de un siglo. Heraldo de Aragón 1895-1995; catálogo de la exposición conmemorativa del centenario del periódico, Zaragoza, 1995. Dueñas, J. A. y Serrano, A. (coord.), Historia del periodismo en Aragón, Diputaciones de Zaragoza, Huesca y Teruel y Asociación de la prensa de Zaragoza, Zaragoza, 1990. Forcadell, C., et. al., Andalán 1972-1987: los espejos de la memoria, Zaragoza, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja, 1997. Mainer Baqué, J. C., “Olvidar Andalán”, en Trébede. Mensual aragonés de análisis, opinión y cultura, nº 67, 2002, pp. 22-25.

Prensa periódica: “Amanecer” “Andalán” “El Noticiero” “El País” “Heraldo de Aragón”

Recursos electrónicos: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/ARAGoN/Desaparece/ periodico/aragones/And alan/elpepisoc/19870211elpepisoc_8/Tes/ http://www.enciclopedia-aragonesa.com/

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Una puerta al renacimiento en Aragón. El retablo mayor de Tauste

Luisa Miñana Rodrigo

Licenciada en Filosofía y Letras

Fernando Sarría Abadía

Licenciado en Filosofía y Letras

El retablo mayor de la Iglesia Parroquial de Tauste fue objeto de la Tesis de Licenciatura realizada por Fernando Sarría Abadía, y leída en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza en 1985.

1. Introducción La concepción y realización del retablo mayor de la iglesia parroquial de Santa María de Tauste se inscribe dentro de una época especialmente renovadora y fructífera en la historia social y artística de Aragón. El siglo XVI, fundamentalmente en su primera mitad, fue tiempo de relevancia política, de bonanza económica y prosperidad (sobre todo en la ciudad de Zaragoza, que en buena medida tira del Reino) y también de inquietud intelectual y renovación constructiva y artística. Muchos ciudadanos, más o menos acaudalados, y muchos artesanos/artistas contribuyeron a llenar de casas nuevas las calles de la capital, a remozar las iglesias y a amueblarlas de capillas al estilo antiguo, retablos de pintura y escultura. Los nobles, los burgueses mercaderes que querían ser nobles, y los propios autores de los encargos artísticos competían en la ciudad por hacer la obra más hermosa y suntuosa. Este afán se traslada igualmente a otros territorios del reino, configurándose el siglo XVI como el de la difusión de la estética renacentista en Aragón y el de la ejecución de un elevadísimo número de trabajos. Entre estos trabajos, debemos situar el retablo mayor de la iglesia parroquial de Santa María de Tauste, al que hay que considerar sin ninguna duda como uno de los más importantes y paradigmáticos por diversas razones: - Por ser un ejemplo imprescindible e impresionante (tanto por su calidad, aportación estilística y estética, como por su envergadura) del muy particular género del retablo eclesial, a mitad de camino entre la arquitectura y la escultura, sin desdeñar en su ejecución además la importancia de la pintura decorativa y el dominio de los parámetros dramáticos de la representación artística. Esta importancia del retablo taustano no debemos pensarla circunscrita al ámbito aragonés; sino que, si la historiografía nacional hubiera sido en general más justa y ajustada con la totalidad de las manifestaciones artísticas del territorio español, menos centrípeta, debería figurar igualmente entre las obras nacionales más decisivas de su género y época. - Por ser un episodio esencial en la introducción y difusión de los modelos plásticos renacentistas en Aragón, tanto en arquitectura, como en escultura. Otros retablos especialmente significativos en Aragón y cercanos al de Tauste cronológicamente, como el del Pilar o San Miguel

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de los Navarros -ambos en Zaragoza- destacan por su calidad general y por la importancia de sus trabajos escultóricos, en ambos casos debidos a Damián Forment y su importante taller. Pero aun con ello, no presentan una concepción íntegramente debida a la estética antigua resucitada por el Renacimiento italiano; lo cual sí ocurre en el retablo mayor de Santa María de Tauste. - Por ser un nudo crucial -como se verá a lo largo de este artículo- para el conocimiento de las formas de trabajo de los talleres escultóricos aragoneses de la época, tanto en su organización profesional interna, como en las diferentes fórmulas de colaboración que entre los diversos talleres se producían. Una y otra cuestión son básicas para entender y explicar las creaciones artísticas del momento. - Y también, por ser para el investigador un laboratorio esencial a la hora de caracterizar y definir algunas de las más relevantes personalidades artísticas (Gil Morlanes hijo, Gabriel Joli, Juan de Salas, Juan de Moreto). Ello es posible debido a su coetánea ejecución respecto al retablo de Santiago en La Seo zaragozana y las obras de la Capilla de San Miguel de Jaca, ya que en todos ellos aparecen prácticamente los mismos talleres escultóricos, como contaremos.

2. Datos documentales El 22 de noviembre de 1520 los Justicias Jurados, Concejo y Universidad de la villa de Tauste encargan a los imagineros Gil de Morlanes -hijo- y Gabriel Joli, mediante capitulación notarial certificada por García Sallent, la realización del retablo mayor de la iglesia de Santa María de Tauste. Según consta en el documento de finiquito, corroborado el 7 de junio de 1524, el importe de los trabajos que se acordó fue de 17.600 sueldos jaqueses1. Gil de Morlanes y el francés Gabriel Joli habían establecido el 9 de febrero de 1520 un contrato de sociedad, por cuatro años, según el cual se comprometían a trabajar a medias todas las obras de imaginería, mazonería o cualquier otra obra en piedra, alabastro o madera que a cualquiera de los dos les ofrecieran el reino 1

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A.H.P.Z. Luis Navarro, 1524, ff. 100-100v. Publicado en ABIZANDA Y BROTO, M (1917). Documentos inéditos para la historía artística y literaria de Aragón. Volúmen II. La Editorial. Zaragoza. p. 117

de Aragón2. En principio era una alianza perfecta entre un taller poderoso y de sólida economía, como el de Gil de Morlanes, pero falto de un imaginero de calidad, y otro, el de Joli, magnífico escultor, todavía de pequeñas dimensiones y posiblemente de reciente constitución, tras el muy probable paso del imaginero francés por el taller de Damián Forment3. De hecho, en menos de un año la compañía había conseguido dos importantísimos trabajos: este de Tauste, y el retablo de la capilla de Santiago en La Seo de Zaragoza, propiedad de María de Alagón, capitulado el 7 de mayo de 15204. El concejo de Tauste debió imponer la autoría de Gabriel Joli para toda la imaginería del retablo, quedándose encargado Morlanes de su mazonería. Sin embargo aparecieron problemas entre ambos artistas que dificultaron el proceso de ejecución del retablo mayor de Tauste. Estas desavenencias, cuya naturaleza desconocemos, desembocaron finalmente en la cancelación del contrato de sociedad el 26 de abril de 1521, según figura a pie de página del mismo texto contractual. La ruptura en principio no afectaba a las obras contratadas antes de la misma, aunque Joli se negó a ejecutar la totalidad de las imágenes del retablo mayor de Tauste. Por ello, Morlanes buscó a otro escultor, Juan de Salas, con quien el 25 de abril ya había firmado una capitulación y concordia de la que fueron testigos los imagineros Juan de Moreto y Martín de Jaurégui5. Morlanes indica que intentará convencer a “los de Tauste” para que acepten que Salas se encargue de la mitad de las imágenes. Salas, por su parte, se compromete a hacerlas tan buenas como la mitad restante, que sería ejecutada por Joli. El pago a su trabajo serán 120 ducados de oro, quedando en manos de Moreto y el pintor Antón de Aniano otros cinco ducados, por si los mereciese al acabar la obra. Salas dispondría del taller de Morlanes y sus instalaciones para trabajar. También se incluye, entre otras cláusulas, que Morlanes podría hacer algunas imágenes, si quisiese, y que en ese caso se le descontaría su precio a Salas. Finalmente, pues, el retablo mayor de Tauste se llevó a cabo concluyéndose como muy tarde en 1524, ya que existe, como indicamos, el finiquito firmado el 2 3 4 5

A.H.P.Z. Juan de Aguas, 1520, ff. 44-46. Publicado en ABIZANDA Y BROTO, M (1917), p. 111. SERRANO GRACIA, Raquel (1993). “Gabriel Joly”, en La Escultura del Renacimiento en aragón. Museo e Instituto de Humanidades Camón Aznar. Ibercaja. Zaragoza. pp. 206-215 A.H.P.Z. Ximeno Gil, 1520, f. 69. Publicado en ABIZANDA Y BROTO, M (1915). Volumen I, pp. 119-120. A.H.P.Z. Domingo Monzón, 1521, ff. 108-109 v. Publicado en ABIZANDA Y BROTO, M (1917), pP. 115117.

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7 de junio de ese año entre las partes implicadas y por un total de 970 sueldos, en cumplimiento de los 17.600 que en total costó la obra. Solamente conocemos tres pagos intermedios realizados a los artistas por parte del concejo de Tauste: uno de 2.000 sueldos (19 de mayo de 1521), otro de 190 libras (1 de agosto de 1521), y un tercero de 2.000 sueldos (1 de octubre de 1521)6. Pocas veces nos encontramos con obras sobre las que se conserven tantas pruebas documentales como ésta del retablo mayor de Tauste, y con tal cantidad de indicios para la investigación contenidos en los textos. Estos y el análisis estilístico del retablo nos han hecho establecer la distribución de autorías que más adelante detallamos, y que en resumen atribuiría a Gil Morlanes la mazonería del retablo y algún grupo escultórico, y a Gabriel Joli y Juan de Salas la imaginería en su práctica totalidad7. El 9 de agosto de 1525 Juan de Moreto otorga a Morlanes un albarán por valor de 1.000 sueldos que había recibido de éste “por vistiar” y “para acabar” el retablo de Tauste8. La redacción de este documento es muy confusa, pero lo más lógico es deducir que Moreto había desempeñado la labor de arbitraje del retablo por parte de Morlanes, y que en todo caso tuvo que llevar a cabo algún pequeño trabajo final que exigieran los encargantes para dar por concluida definitivamente la relación contractual. No tardó mucho el retablo en sufrir algún percance, ya que en la visita pastoral realizada por el visitador general don Mateo Caballero, durante el arzobispado de don Fadrique de Portugal (1532-1539), se ordena reparar la imagen de Nuestra Señora y del Jesús9. Sabemos también que el retablo tuvo puertas, que se mandaban pintar en la visita pastoral girada por don Hernando de Aragón en septiembre de 1543, y de nuevo en 1544. El arzobispo, como es notorio, destacado mecenas del renacimiento aragonés, apreció la calidad de la obra del retablo mayor de Tauste e instó a su buena conservación10. 6 7

A.H.P.Z. Pedro Garín, 1521, ff. 97, 129 y 160v. Las biografías artisticas de los autores del retablo mayor de Tauste pueden encontrarse en: SERRANO GRACIA, Raquel (1993), MIÑANA RODRIGO, M.L. (1993). “Juan de Moreto” y HERNANSANZ MERLO, A. (1993) “Gil Morlanes, el joven” en La Escultura del Renacimiento en aragón. Museo e Instituto de Humanidades Camón Aznar. Ibercaja. Zaragoza. pp. 237-249 y 252-255. 8 A.H.P.Z. Juan Arruego, 1525, ff. 415-416. 9 Archivo Parroquial de Tauste. Quinqui Libri. Tomo I, ff. 131-132. 10 Archivo Parroquial de Tauste. Quinqui Libri, 1542. Tomo II, f. 156v. 1544. Tomo II, f. 126v.

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Por último, hay que citar las reparaciones, limpiezas y barnizados realizados en el retablo por la empresa “Arte Sacro Navarro” en 1966 y 1967, y que han contribuido al aspecto actual del mismo. Entre lo llevado a cabo destaca la colocación, en el lugar que antes ocupaba el sagrario barroco, del grupo de la Resurrección, y de los profetas exentos Isaías y Daniel, sobre sus correspondientes dobles columnas. Igualmente realizaron la nueva hornacina y el panel decorado sobre ella.

3. Análisis tipológico y estilístico El retablo mayor de Tauste se talló en madera de pino, dorada y policromada. Estructuralmente, responde al tipo de “retablo de entrecalles”, ampliamente utilizado en Aragón durante la primera mitad de siglo XVI (figura 1). Se trata de una fórmula que permite conservar la antigua costumbre de introducir ciclos iconográficos paralelos al discurso principal respetando el sentido de la ordenación arquitectónica renacentista. Para ello se diseñan en el cuerpo del retablo las llamadas entrecalles (en puridad alineaciones de casas más estrechas), que flanqueando las calles principales permiten situar series de apóstoles y santos sin crear confusión en el argumento doctrinal del retablo, ya que se establece una jerarquía espacial entre las casas principales y las secundarias11. Con arreglo a este concepto general, el retablo mayor de Tauste se construyó con los siguientes elementos: El sotabanco, limitado a los extremos laterales del retablo, está constituido por paneles decorados, enmarcados por pilastras de profusa decoración. Se eleva sobre un zócalo y lo cierra una cornisa. El banco se articula en siete hornacinas, separadas por columnas pareadas (que son una innovación en el momento de construcción del retablo), sobre las que se disponen figuras exentas. El banco apoya sobre zócalo corrido y se corona en entablamento. Tras las columnas se disponen las características contrapilastras decoradas, y sobre las hornacinas paneles de bella ornamentación. El cuerpo principal está integrado por dos pisos y tres calles, la central más ancha, separadas por cuatro entrecalles, flanquedas por columnas y sus 11 SERRANO GRACIA, R. y alt (1992). El retablo aragonés del siglo XVI. Diputación General de Aragón. Zaragoza. pp. 70-74.

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correspondientes retropilastras. Todas las casas son hornacinas, con excepción de tres de las cuatro caras de que dispone el cubo giratorio que se encuentra en la calle central del segundo piso. Se trata de un sorprendente recurso (que aparece también en el retablo de la Cartuja de Burgos), que al girar va mostrando cuatro escenas diferentes, lo cual permite disponer de la más adecuada a la época litúrgica. En una de sus caras se dispuso el expositor, que por su tamaño parece emular los de La Seo y El Pilar. Es circular y está ornado por una corona de cabezas de ángeles. Como el cubo giratorio tiene acceso desde una pequeña estancia situada detrás del retablo, el Santísimo podía quedar teatralmente iluminado desde allí mediante lámaparas, convirtiendo al retablo en una enorme custodia-expositor. Un zócalo corrido sostiene el primer piso que a su vez se cierra en un entablamento (fotografia 1). El segundo piso no dispone de zócalo, aunque sí de entablemento final. El ático está integrado por una casa rectangular, delimitada por entrecalles. Descansa sobre zócalo y soporta un entablamento rematado en frontón curvo. El retablo dispone de polseras a lo largo del cuerpo principal, apoyadas sobre figuras tenentes. Fueron profusamente decoradas. La decoración es en el retablo mayor de Tauste un elemento de importancia principal por dos razones: una, su riqueza y calidad, que contribuye indudablemente en buena parte a la excelencia del conjunto de la obra; otra, que este conjunto decorativo constituye sin duda uno de los hitos fundamentales para la consolidación de las formas ornamentales renacentistas en Aragón, que parece llevarse a cabo entre 1519 y 152112. El camino trazado en este sentido por los talleres de Foment y de los Morlanes desemboca ahora en la producción de un conjunto de retablos, donde a excepción del mayor de San Miguel de los Navarros (Zaragoza), obra de Formente, juegan un papel decisivo Gil de Morlanes, hijo, y el florentino recién llegado Juan de Moreto. El contacto entre ambos escultores fue decisivo para la implantación definitiva del grutesco en los retablos aragoneses, momento que se concretaría en la plasmación de un repertorio de raigambre toscano-lombarda, según modelos de finales del quattrocento e inicios del cinquecento en este retablo de Tauste y en la capilla Lasala de Jaca (encargada a Juan de Moreto, que contó 12 SERRANO GRACIA, R. y alt (1992). pp. 104-136.

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con la colaboración de Gil Morlanes y Juan de Salas para llevarla a cabo). El vocabulario ornamental desplegado en ambas obras ofrece claras semejanzas y paralelismos entre sí, tanto tipológicos como de composición morfológica. Vamos a centrarnos, no obstante en el repertorio taustano. El lenguaje desplegado en el retablo de Tauste incide en los elementos de hibridación zoo-vegetal, cobrando relevante importancia los motivos fantásticos (dragones, grifos, etc), a los que se añaden máscaras, antorchas, candelabros, jarrones, trofeos, formas vegetales, etc., y todo dentro del vocabulario del grutesco. Las referencias de origen italiano para todos estos motivos se localizan en obras como el Palacio Ducal de Urbino, la Certosa de Pavía o Santa María de los Milagros de Venecia, que a su vez son sucesos esenciales en la difusión del grutesco en Italia. En Urbino, encontramos las típicas sucesiones de acantos y capullos con roleos de semejante tipología a los que se suceden en Tauste. El águila y el grifo, que forman parte de algunas de las composiciones más destacadas del retablo (figuras 2 y 3) aparecen también en Urbino, desde donde llegarán a Venecia de la mano de los artistas lombardos que trabajaron en el Palacio de Urbino. Precisamente, lombardos como Francesco di Simone y Domenico Roselli, alumnos de Pietro Lombardo, fueron los autores de las ornamentaciones de la Sala de la Audiencia del Palacio Ducal, donde se desarrolla un repertorio icónico de resabios todavía arqueológicos, que reúne candelabros, aves, máscaras, delfines, cuernos de la abundancia, etc. Todos ellos, con diferentes diseños, modificados según las fuentes de transmisión, llegan a Tauste (figura 4). De hecho, la composición ornamental del sotabanco del retablo mayor de Tauste presenta una organización de los motivos ornamentales (máscara, dragones, aves, candelabro, cartela y roleos) totalmente similar a la dispuesta en alguno de los paneles decorativos de Santa María dei Miracoeli, realizados por el taller de Pietro Lombardo. Un elemento típico de la escultura decorativa lombarda son los medallones con busto, formados por una corona de frutos, flores y hojas, de formulación eminentemente ornamental, tal y como fueron trabajados en el retablo mayor de Tauste.

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Un eco diferente, proveniente de los artistas que trabajan en Roma, influidos por el descubrimiento de la Domus Aurea a finales del siglo XV, se percibe en las espléndidas y sencillas composiciones de candelieri que cubren las contrapilastras del retablo mayor de Tauste. Las similitudes se aprecian especialmente con respecto al repertorio desarrollado por Pinturicchio. Todas las referencias apuntadas, que no son exclusivas por otra parte, nos sirven para ejemplificar el contexto y momento italianos donde pueden rastrearse los más directos ascendentes de los modelos ornamentales de Tauste, y que globalmente han de concretarse por un lado en tipologías toscanolombardas anteriores al descubrimiento de la Domus Aurea, y por otro, conocidos ya los grutescos de ésta, a sus interpretaciones más fieles y arqueológicas. Este último término parece venir refrendado por la concomitancia existente entre los elementos decorativos del retablo mayor de Tauste con algunas composiciones y motivos recogidos en colecciones de dibujos que reproducen grutescos de la Domus Aurea o recrean nuevos modelos a partir de aquellos. Existen notables analogías, por ejemplo, entre los trofeos incluidos en el Codex Escurialensis y los que hallamos en el retablo mayor de Tauste. Igualmente, el Codex Barberini conserva un dragón dibujado por Giulano da Sangallo, interpretado de un motivo de la Domus Aurea, y que aparece acompañado de jarrón y acanto según un morfema usado repetidamente en Tauste. Si los cuadernos de dibujos, desde los más conocidos y divulgados italianos, hasta los más humildes y anónimos que tuvieron que existir en cada taller artístico, incluidos por supuesto los aragoneses, desempeñaron un destacadísimo lugar en la transmisión de modelos ornamentales, tampoco hay que olvidar la contribución de las ilustraciones de libros. La comunidad de vocabulario entre la ornamentación impresa y el relieve decorativo es total. Podemos recurrir a algún ejemplo concreto. La Biblioteca Mediceo Laurenziana de Florencia guarda la Biblia de Matías Corvino, que muestra orlas de candelieri con los mismos elementos y tipologías de Tauste13. Candelieri de iguales características, así como trofeos de semejante definición a los existentes en Tauste, se encuentran también en el manuscrito del tratado De Spiritu Santo, de Dídimo, cuyas ilustraciones realizadas en Florencia se deben a Gherardo y Monte del Fora14. 13 Puede verse la ilustración referida en La scultura decorativa del primo rinasciemento (Actas del I Convegno Internazionale di studi. Pavia, septiembre 1980). Ed. Viella. Roma. 1983. Tabla XX, fig. 5. 14 CHASTEL, A (1982). Arte y humanismo en Florencia en la época de Lorenzo el Magnífico. Ed. Cátedra. Madrid.

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De Venecia procede una Historia de la Humanidad, de Filippo da Bergamo, impresa en 1513, cuyas páginas se ornamentan, entre otros morfemas, con candelieri confeccionados a base de acantos, máscaras, delfines, águilas, trofeos, etc, que tiene claras analogías con los utilizados por Morlanes y también por Moreto15. En cuanto a las imprentas peninsulares, nos interesa sobre todo el área de la Corona de Aragón, puesto que, como sabemos, uno de los caminos naturales de introducción del renacimiento en Aragón fue el Levante. El parentesco de los repertorios ornamentales de Tauste con libros impresos en la zona oriental de la península demuestra cuando menos una comunidad cultural en la Corona de Aragón durante el primer tercio del siglo XVI. A modo de ejemplo, podemos considerar una compilación de los privilegios de las órdenes menores, impresa en Barcelona en 1523, y en la que se observa una orla con dragones adosados del tipo existente en el retablo mayor de Tauste16. El mismo acerbo decorativo se patentiza en los libros nacidos en Zaragoza. De la famosa imprenta de Jorge Cocci salió el “Missale cesaraugustano” que presenta en su portada parejas de dragones en su orla superior y delfines en la inferior17. Hemos aludido a la raíz toscano-lombarda del vocabulario decorativo del retablo mayor de Tauste. Igualmente puede decirse del tratamiento estilístico de dichos motivos ornamentales integrados en las estructuras arquitectónicas. Hay una tendencia clara a la hiper-ornamentación, aprovechándose prácticamente todas las superficies libres (frisos, paneles sobre hornacinas, frentes de pilastras y basamentos, columnas). No obstante, nunca la ornamentación llega a enmascarar las líneas constructivas, ni la potencia estructural de los elementos arquitectónicos. Además la estricta obediencia a la simetría a que se someten todas las composiciones confiere claridad a las mismas, a pesar de su reiteración. En lo que se refiere al trabajo de talla, Morlanes evidencia en Tauste una cierta evolución respecto a su obra inmediatamente anterior, el retablo de Santiago en La Seo de Zaragoza. Se ha acentuado ahora el sentido del volumen, persiguiéndose una talla más redondeada, aunque subsiste la tendencia a trabajar uniformemente las superficies y el tratamiento algo aristado de los contornos. 15 Existe un ejemplar de esta obra en la Biblioteca Universitaria de Zaragoza. 16 Ver también un ejemplar de dicha obra en a Biblioteca Universitaria de Zaragoza. 17 VINDEL, P. (1930-34). Manual del bibliófilo hispano-americano (1475-1850). 12 volúmenes. Madrid.

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El discurso iconográfico del retablo mayor de Tauste responde a una formulación mixta de loa mariana, en el que se mezclan episodios del ciclo de la Vida de la Virgen y de la Vida y Pasión de Cristo. Ambos ciclos son, tanto por separado, como de esta forma conjunta, los más representados en los retablos aragoneses del siglo XVI18. En Tauste nos encontramos con la siguiente ordenación iconográfica: - En el banco del retablo: como temas marianos, la Anunciación, Pentecostés y la Dormición de la Virgen; entre los temas cristíferos, la Adoración de los Pastores, Adoración de los Reyes, Resurrección (de reciente incorporación, como dijimos) y Ascensión. - En el primer piso: Virgen entronizada, con el Niño Jesús y San Juanito, en Santa Conversación con dos santos que la flanquean y ocupan las calles laterales, Santo Domingo y San Dionisio. - En el segundo piso del retablo: temas hagiográficos relativos a la Muerte de Santo Domingo y al Martirio de San Dionisio; el Nacimiento de la Virgen (tema mariano) y la Circuncisión y la Presentación en el Templo (temas cristíferos). - El ático acoge el tradicional Calvario. Este discurso doctrinal se completa con un apostolado dispuesto en las entrecalles. En el banco se han incorporado figuritas exentas de santos diversos sobre columnas pareadas. Las fuentes iconográficas de las escenas pueden rastrearse en la tradición norteuropea e italiana de los siglos XV y XVI, y sobre todo parecen encontrarse en los grabados de Martín Schongauer, Alberto Durero y Marcantonio Raimondi, aunque no se pueden descuidar otras obras y autores19. En cuanto a la atribución de autorías sobre la imaginería del retablo, se realizó en su día una primera aproximación que todavía mantenemos en líneas generales, a pesar de lo complicado que resulta realizar este tipo de distribuciones mediante los meros análisis estilísticos. Guardando por lo tanto las debidas precauciones, cabe entender como realizadas por Gabriel Joli las siguientes imágenes: Anunciación, Adoración de los Pastores (fotografía 2), 18 SERRANO GRACIA, Raquel (1993). “Tipología e iconogrfía de los retablos”, en La Escultura del Renacimiento en aragón. Museo e Instituto de Humanidades Camón Aznar. Ibercaja. Zaragoza. pp. 65-80. 19 Puede encontrarse un análisis pormenorizado de estos aspectos en la Tesis de Licenciatura sobre el retablo mayor de Tauste, realizada por Fernando Sarría.

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Adoración de los Reyes (banco), Santiago Apostol, Santo Domingo, San Pedro, San Dionisio (primer piso del cuerpo), Muerte de Santo Domingo, San Juan Evangelista y los dos apóstoles de las entrecalles de la derecha del retablo (segundo piso del cuerpo), y por último el Calvario. Juan de Salas por su parte habría tallado las escenas de La Ascensión, Pentecostés, Dormición de la Virgen y las figuritas exentas que se hallan en el banco, las imágenes de San Pablo y San Matías en el primer piso, y en el segundo piso la figura del apostol situado en la entrecalle extrema de la izquierda; igualmente los dos apóstoles que flanquean el Calvario parecen de Salas. El taller de Morlanes llevaría a cabo las figuras y escenas que se encuentran en las cuatro caras del cubo giratorio del segundo piso y la figura del Dios Padre situado sobre el cubo, además de la escena del Martirio de San Dionisio en el primer piso. El Gabriel Joli del retablo mayor de Tauste es el relacionado estilística y documentalmente con escultores franceses llegados a la Península, como Bigarny, Chanterenne, Joao de Ruao y Felipe Hudart20. En estos momentos Joli trabaja apoyándose en una gran riqueza gestual, mediante la adecuación del movimiento y el contraposto, donde se aúnan la quietud idealizada y el reposo con la vitalidad realista y la emoción. El diálogo que se establece entre las figuras genera un cierto dinamismo en las escenas. El concepto del movimiento es en Tauste en general más narrativo y descriptivo que interiorizado. En una etapa posterior Joli evolucionará desde estos planteamientos a una personal interpretación del manierismo florentino, obviando los detalles y buscando a través del dinamismo interior de las figuras la expresión de una emotividad plástica muy acorde con el sentimiento religioso. En Tauste, destaca la calidad de algunas de las imágenes talladas por Joli, en especial las de Santiago el Mayor y San Pedro. Por su parte, Juan de Salas, que posteriormente viajaría a Mallorca para trabajar en la catedral de Palma, está en estos momentos en pleno desarrollo y maduración de su estilo, admitiendo y recogiendo influencias con las que más tarde elaborará una plástica que da fruto más por el esfuerzo del trabajo artesano, que por el genio artístico. En la obra realizada para Tauste busca en cierta forma emular a Joli: dota a sus figuras de mayor volumen mediante el 20 SERRANO GRACIA, S. et alt (1989). “Gabriel Joly y la corriente escultorica francesa”. V Coloquio de Arte Aragonés. Diputación General de Aragón. Zaragoza.

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planteamiento algo acartonado de los plegados, e igualmente imita el trabajo de los rostros de las figuras del francés, sin conseguir ni la fuerza ni la gracia de las de éste. Utiliza en general Salas un canon corto y volúmenes anchos, lo que produce sensación de ligera desproporción, mientras que para los rostros se apoya en expresiones y rasgos tópicos, sin individualización. Respecto a Gil Morlanes, el retablo de Tauste ha dado a entender desde el principio lo que posteriores investigaciones fueron corroborando: la escasa calidad del artista y de su taller en cuanto a las labores de imaginería. De ahí su necesidad de formar compañías con imagineros, para poder contratar retablos de escultura. Si en Tauste tuvo al final que hacerse cargo de alguna escena seguramente no fue por su voluntad, sino por que Salas se tuvo que ocupar de una buena parte del retablo de la capilla de San Miguel de Jaca y podría estar sobrecargado de trabajo. De todas formas, eligió aquellas escenas que sin duda pasarían más despercibidas a la visión del espectador. El interés que por sí mismo y en el contexto evolutivo de la escultura aragonesa renacentista tiene el retablo mayor de Tauste se completa sin duda con la importancia de su policromía, que se conserva prácticamente en su integridad, aunque se han efectuado repintados, en especial en el banco y sotabanco. El dorado y pintado de los retablos en el siglo XVI constituía una fase más del proceso de construcción de la obra. Ello se debe a que, además de ser una eficaz forma de decoración, tenía en los retablos de madera la utilidad práctica de protegerlos de agentes nocivos como la carcoma, termitas y polillas, aunque resultara por otra parte un procedimiento caro y costoso de ejecutar21. La policromía del retablo de Tauste se encuadra dentro de las tendencias generales imperantes en la primera mitad de siglo, durante la cual se prefirió ante todo la suntuosidad de la obra, por lo que se destacaba el oro por encima de otro tipo de labores decorativas. En este sentido el retablo presenta superficies doradas, sin ninguna labor decorativa, junto a otras en las que se ha practicado la técnica del estofado grabado o esgrafiado, a base de motivos vegetales o geométricos. Otra técnica muy aplicada en Tauste es la del estofado uniforme de pintura en los campos de decoración, a base de azul y rojo, y algo de blanco. 21 SERRANO GRACIA, R. y alt (1992). pp. 225-243.

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4. Análisis iconológico El retablo es una contribución española a la historia del arte y una de las creaciones estéticas más sugestivas, útiles y dúctiles con que ha contado la Iglesia Católica para enseñar y persuadir22. Es un instrumento pedagógico de la liturgia católica, y como tal tiene la misión de narrar a través de imágenes y escenas los principales episodios del cristianismo. Esta idea básica para todos los retablos se hace primordial en los retablos mayores de las iglesias, que debían aleccionar en las verdades de la fe y en los misterios de la salvación a una población, en su mayoría iletrada, a la que se debía ilustrar y emocionar a un tiempo. En el retablo mayor de Tauste, la mezcla de temas marianos y cristíferos se realizan mediante la recurrencia al ciclo de los Gozos de la Virgen. La Virgen es la advocación titular del retablo, y se han buscado los sucesos decisivos dentro de la liturgia y la tradición cristiana que relacionan las figuras de Cristo y su madre. A ello hay que añadir el apostolado y las figuras de los santos Dionisio y Domingo, que aparecen junto a la Virgen, en una Santa Conversación, introduciendo los temas hagiográficos en el retablo. Un lectura iconológica elemental indica como en el banco se establece ya la especial relación entre la Virgen y su Hijo. En el primer piso, se plantea la Santa Conversación, en el centro de la cual la Virgen entronizada y rodeada de ángeles músicos, sostiene en sus brazos al Salvador. La identificación del Niño como Salvador queda apoyada por la presencia a su lado de San Juanito, el precursor. Este sostiene en su mano un pajarillo, que refleja el alma del pecador, refugiado en Jesús y María para escapar de los pecados. Por otra parte, la presencia de María subraya el nacimiento humano de Cristo, siendo un grupo pregnante, que engloba los misterios de la Anunciación y Maternidad de María. Los santos sirven aquí como introductores entre los fieles y la Virgen. Santo Domingo colocó su orden bajo el patronato y patrocinio de la Virgen, e introdujo el Santo Rosario como oración especialmente dedicada a María. San Dionisio está presente en la Dormición de la Virgen y por ella guardó durante toda su vida una gran devoción. 22 PALOMERO, JM (1983). El retablo sevillano del renacimiento. Diputación Provincial de Sevilla. Sevilla.

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Nos encontramos, de esta manera, con un camino que conduce al fiel hacia lo alto. En él, la Virgen (símbolo de la Iglesia), Santo Domingo y San Dionisio (predicador y fundador de una orden religiosa el primero, obispo y filósofo, relacionado con la conversión, el segundo), y lo santos apóstoles (pilares fundamentales del crecimiento y desarrollo del cristianismo, es decir, de la Iglesia), sirven de conductores hacia el tema de la muerte en la cruz, situado en el ápice del retablo. La Pasión de Cristo es el principio fundamental de la salvación para los cristianos. En este mismo contexto hay que citar la importancia del óculo-expositor, que al guardar la sagrada forma, convierte el retablo en un símbolo eucarístico. Sobre el óculo aparece la representación de Dios Padre, y recordemos que la eucaristía recuerda y renueva el sacrificio de Cristo. En este sentido hay que señalar la leyenda inscrita en el óculo: TANTUM ERGO SACRAMENTU VEREMUR (“Así pues veneremos grandemente el sacramento”). Esta sentencia pertenece al Pange Lingua, himno debido a Santo Tomás de Aquino, que se interpretaba en la celebración del Corpus Christi. El retablo queda así convertido en un enorme sagrario, donde se representa el sacrificio de Cristo para la salvación del hombre y el camino de éste hacia aquella. Queda por reseñar el contenido simbólico de los elementos decorativos, que van acompañando y marcando el mensaje cristiano a través de un discurso paralelo, de origen clásico y pagano, realizado mediante unas imágenes recuperadas y reinterpretadas por el neoplatonismo cristiano23. Los motivos utilizados en Tauste pertenecen a un contexto clásico siempre vinculado a lo funerario y lo religioso, y que se concreta ahora en una simbología referente a la redención del alma y a la victoria espiritual, que en este caso se realizaría gracias al sacrificio de Cristo. En el basamento del retablo los elementos que encontramos son numerosos: mascarones, que representan la transformación, el cambio24; bichas o dragones, con una tipología de basilisco, que suelen representar la eternidad25; aves, 23 GOMBRICH, E.H. (1983). Imágenes simbólicas. Alianza Forma. Madrid. 24 CUMONT, F (1942). Recherches sus les symbolismes funeraires des Romains. París. p.162 25 ORIAPOLLINIS (HORAPOLO) (1551). De sacris notis et sculpturis, libri duo. París. Libro I, núm 1. “... los que quieren representar la eternidad, pintan una serpiente, cuya cola envuelve el resto de su cuerpo. Los egipcios le llaman en su lengua uraeum, los griegos, basilisco”.

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posiblemente grullas, que simbolizan al alma buena y prudente, o también la vigilancia26; antorchas, que se entiende como símbolo de la vida27; trofeos, que llenan las pilastras, trasunto de la idea victoriosa, en nuestro caso se aplicaría a la victoria sobre la muerte28. La lectura dentro del discurso cristiano podría entenderse como la transformación de la vida terrena en la más superior vida eterna, a través de la victoria sobre la muerte. Los elementos que continúan apareciendo en el resto del retablo van incidiendo sobre la misma idea. Así, en el banco, volvemos a encontrar los basiliscos, flanqueando un mascarón. Tenemos águilas sobre guirnaldas, como reflejo del alma humana sobre el símbolo de la religación29. Hay en el entablamento del banco un friso con delfines afrontados, imagen de la salvación30. Y en el friso del entablamento del primer piso, una decoración de bichas (basiliscos) afrontadas a un jarrón con frutos, que podría descifrarse como la victoria de la eternidad sobre los deseos humanos y terrenos31. Como último dato simbólico, señalaremos en el friso del segundo piso la aparición de cuernos de la abundancia que representan la paz eterna, el goce divino y la felicidad32. Cerramos esta breve lectura simbólica apuntando el significado del oro en su uso en los retablos: la inteligencia y la iluminación divina, así como los bienes

26 CIRLOT, J.E. (1982). Diccionario de símbolos. Labor. Barcelona. Recoge el significado de la grulla como símbolo de la justicia, la longevidad y el alma buena y solícita. VALERIANO, G.P. (1567). Hieroglyphica sive de sacris aegyptiorum aliarumque gentium literis commentarii Joannis Pierii Valerianii. Basilea. Libro XVII, f. 128 v: “La grulla tiene en último término pocos significados, de los cuales la mayoría, como el de la diligencia humana y las familias rectamente guiadas por la razón, son vulgares. Pero referiré sobre todo alguno como el que representa al jefe que custodia los ejércitos contra los ataques de los enemigos”. El mismo autor cita otro simbolismo de la grulla, la prudencia (f. 128 v). 27 ORIAPOLLINIS (HORAPOLO) (1551) Libro II, núm. 123. Habla el autor sobre el simbolismo de la lámpara, pero por extensión es aplicable igualmente a la antorcha. 28 La significación de los trofeos, extensible a la victoria sobre la muerte, puede fundamentarse ya en su aparición en los monumentos funerarios romanos. 29 ORIAPOLLINIS (HORAPOLO) (1551) Libro I, núm. 7. (sub voce “accipiter”, es decir ave rapaz, que puede aplicarse al águila, representación de aquella usada normalmente). “¿De qué modo se indica el alma? El ave rapaz es considerada como el alma...”. La guirnalda se entiende como símbolo de religación, de unión, relacionada con todos los elementos de conexión. CIRLOT, J.E. (1982). p. 232. 30 VALERIANO, G.P. (1567). LIBRO XXVII. Se le concede al delfín cierto valor como psicopompo. 31 CIRLOT, J.E. (1982). pp. 208 y 259. Comenta lasignificación del jarrón como símbolo de “contienente”, y de los frutos como transunto de los deseos humanos. 32 VALERIANO, G.P. (1567). LIBRO LVI.

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espirituales33. Los demás colores empleados (azul y rojo preferentemente) tienen una significación muy variable, que no es posible desentrañar en este escueto análisis iconológico.

33 CIRLOT, J.E. (1982). p. 344. Explica la simbología del oro, como representación de la luz solar y de la inteligencia divina, así como de los bienes espirituales.

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Las Aves de Tauste

Javier Blasco Zumeta

Maestro y aficionado a la naturaleza

LAS AVES DE TAUSTE Escribir una nota breve sobre las aves de Tauste es complicado debido al elevado número de especies que pasan o viven en su término, habiéndose citado bastante más de 200 tipos diferentes entre las que residen todo el año, crían en verano, invernan, pasan regularmente en sus migraciones o aparecen esporádicamente. A ello contribuye el que Tauste está situada en un lugar estratégico por donde pasan los migrantes europeos y posee un elevado número de ambientes distintos, que tienen sus especies adaptadas. Los más importantes son los siguientes.

MEDIOS ARBOLADOS En el monte el bosque es de pino carrasco (Pinus halepensis) acompañado habitualmente por un matorral alto y denso. Los ríos y puntos de agua suponen la creación de unas condiciones de humedad y presencia de nutrientes que motivan el desarrollo de unos bosques galería, o sotos, ajenos a las condiciones ambientales de su entorno. Aparece así una formación lineal que acompaña el fluir del agua compuesta por árboles con densos sotobosques de zarzas y otras plantas trepadoras. Finalmente, huertas tradicionales, campos de frutales o jardines urbanos pueden ser un sustituto de la floresta original para unas pocas especies muy adaptables.

LA ESTEPA Fuera de la influencia de los ríos que la surcan, el término de Tauste está sometida a unas condiciones climáticas extremas con precipitaciones escasas e irregulares, veranos calurosos, con temperaturas de hasta 40º en la época de menos lluvias, inviernos fríos y un viento dominante, el cierzo, con una gran capacidad desecadora. Si se añaden suelos yesosos, arcilloso-limosos o salinos y una secular actividad deforestadora y de presión ganadera, el resultado son unas comunidades de plantas de pequeño porte y ralas que dejan amplias superficies de suelo sin cubrir: son los ambientes esteparios.

CORTADOS Los cortados, como las rallas de La Negra, ofrecen una verticalidad aprovechada por un grupo de aves hasta el punto de que algunas están tan

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especializadas, que la existencia o no de un cortado será decisiva en la presencia o ausencia de la especie. Una ventaja importantísima que el cortado proporciona a las aves es ofrecerles seguridad en el emplazamiento del nido, ya que son lugares inaccesibles a los predadores terrestres. También para las especies predadoras la altura del cortado significa un lugar donde otear el campo de caza con más facilidad. La pared expuesta al sol se calienta con rapidez, incluso en invierno, lo que genera corrientes ascendentes de aire que arrastran pequeños insectos voladores. El primer fenómeno lo aprovechan las grandes aves planeadoras, como el buitre, el alimoche o el águila real, para elevarse sin esfuerzo y el “aeroplacton” generado en el roquedo es la base de la alimentación de aviones roqueros, aviones comunes y vencejos. Algunas de estas especies han sido capaces de encontrar en edificios, puentes y otras infraestructuras un sustituto del roquedo originario habiendo ampliado así su primigenia área de distribución, siendo este el caso del gorrión chillón, la chova piquirroja, el colirrojo tizón y, en menor medida, el avión roquero, que así pueden estar presentes también en la tierra llana.

MEDIOS HÚMEDOS El agua, tanto estancada como corriente, es un hábitat rico en vida. Desde el plancton vegetal y animal hasta la orla de carrizos y aneas o los bosques galería sustentan o dan cobijo a un elevado número de especies de aves que aprovechan esos recursos alimenticios o la cobertura vegetal para nidificar o simplemente dormir seguros. En un origen, fuera de los ríos, los puntos de agua del término eran lagunas más o menos salobres que se caracterizan por la alta productividad de microorganismos pero con el inconveniente de su estacionalidad, por lo que estos lugares ofrecen unos recursos óptimos sólo en épocas concretas del año y son visitados por tanto por especies oportunistas o en paso. La puesta en regadío de amplias superficies ha supuesto salpicar el término de albercas, estancas y balsas de regulación, además de una intrincada red de acequias, que ofrecen aguas estancadas que han sido colonizadas por ánades, fochas, zampullines o somormujos entre otras especies nadadoras. Igualmente se han creado pequeñas y grandes manchas de carrizal que han supuesto una notable ampliación del área de distribución de las pequeñas aves palustres. Los cultivos

Javier Blasco Zumeta

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de regadío suponen un recurso alimenticio complementario para muchas aves acuáticas, destacando los arrozales como enclaves de interés prioritario en la conservación de las aves acuáticas y un lugar privilegiado para su observación.

ESPACIOS ABIERTOS Los medios abiertos, antes circunscritos a claros en el bosque o en suelos difíciles donde el arbolado no podía progresar, ocupa hoy amplias superficies del término municipal debido a la deforestación por causa humana. Igualmente, lo que antes era sólo sotobosque arbustivo es lo que ha permanecido una vez eliminados los árboles y, así, romerales, coscojares o aliagares son el máximo exponente de la vegetación acogiendo a una fauna de aves específica que no necesita del árbol.

AVES URBANAS El caso urbano, con sus edificios, jardines y cercanías humanizadas, ofrecen a las aves alimento, cobijo donde guarecerse y nidificar y, en algunos casos, cobertura frente a depredadores, recursos que pueden ser aprovechados siempre y cuando la especie sea capaz de soportar el estrés que produce la presencia del ser humano.

LISTADO DE AVES DEL TÉRMINO DE TAUSTE NOMBRE OFICIAL

NOMBRE_CIENTIFICO

AMBIENTE

ESTATUS

Abejaruco común

Merops apiaster

Espacios abiertos

Estival

Abejero Europeo

Pernis apivorus

Medios arbolados

Estival

Abubilla

Upupa epops

Espacios abiertos

Estival

Acentor común

Prunella modularis

Medios arbolados

Presente todo el año

Agachadiza chica

Lymnocryptes minima

Medios húmedos

Invernante

Agachadiza común

Gallinago gallinago

Medios húmedos

Invernante

Agateador común

Certhia brachydactyla

Medios arbolados

Presente todo el año

Águila pescadora

Pandion haliaetus

Medios húmedos

En paso

Águila real

Aquila chrysaetos

Cortados

Presente todo el año

Aguililla calzada

Hieraaetus pennatus

Medios arbolados

Estival

Aguilucho cenizo

Circus pygargus

Espacios abiertos

Estival

Medios húmedos

Presente todo el año

Aguilucho occidental

lagunero Circus aeruginosus

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Aguilucho pálido

Circus cyaneus

Espacios abiertos

Presente todo el año

Aguja colinegra

Limosa limosa

Medios húmedos

En paso

Aguja colipinta

Limosa lapponica

Medios húmedos

En paso

Alcaraván común

Burhinus oedicnemus

Estepa

Estival

Alcaudón común

Lanius senator

Espacios abiertos

Estival

Alcaudón real

Lanius excubitor

Espacios abiertos

Presente todo el año

Alcotán europeo

Falco subbuteo

Espacios abiertos

Estival

Alimoche común

Neophron percnopterus

Cortados

Estival

Alondra común

Alauda arvensis

Espacios abiertos

Presente todo el año

Alondra ricotí

Chersophilus duponti

Estepa

Presente todo el año

Ánade azulón

Anas platyrhynchos

Medios húmedos

Presente todo el año

Ánade friso

Anas strepera

Medios húmedos

Invernante

Ánade rabudo

Anas acuta

Medios húmedos

Invernante

Ánade silbón

Anas penelope

Medios húmedos

Invernante

Andarríos chico

Actitis hypoleucos

Medios húmedos

Estival

Andarríos grande

Tringa ochropus

Medios húmedos

Invernante

Ánsar campestre

Anser fabalis

Medios húmedos

Invernante

Ánsar común

Anser anser

Medios húmedos

Invernante

Archibebe común

Tringa totanus

Medios húmedos

Estival

Arrendajo

Garrulus glandarius

Medios arbolados

Presente todo el año

Autillo

Otus scops

Espacios abiertos

Estival

Avefría

Vanellus vanellus

Medios húmedos

Invernante

Avetorillo

Ixobrychus minutus

Medios húmedos

Estival

Avetoro Común

Botaurus stellaris

Medios húmedos

Presente todo el año

Avión común

Delichon urbica

Aves urbanas

Estival

Avión roquero

Ptyonoprogne rupestris

Cortados

Estival

Avión zapador

Riparia riparia

Espacios abiertos

Estival

Avoceta

Recurvirostra avosetta

Medios húmedos

Invernante

Azor común

Accipiter gentilis

Medios arbolados

Presente todo el año

Bigotudo

Panurus biarmicus

Medios húmedos

Presente todo el año

Bisbita alpino

Anthus spinoletta

Espacios abiertos

Invernante

Bisbita arbóreo

Anthus trivialis

Medios arbolados

Estival

Bisbita campestre

Anthus campestris

Espacios abiertos

Estival

Bisbita común

Anthus pratensis

Espacios abiertos

Invernante

Búho chico

Asio otus

Medios arbolados

Presente todo el año

Búho real

Bubo bubo

Cortados

Presente todo el año

Buitre leonado

Gyps fulvus

Cortados

Presente todo el año

Buitrón

Cisticola juncidis

Espacios abiertos

Presente todo el año

60

Busardo ratonero

Buteo buteo

Medios arbolados

Presente todo el año

Buscarla pintoja

Locustella naevia

Medios húmedos

En paso

Buscarla unicolor

Locustella luscinioides

Medios húmedos

En paso

Calamón

Porphyrio porphyrio

Medios húmedos

En paso

Calandria común

Melanocorypha calandra

Estepa

Presente todo el año

Cárabo común

Strix alluco

Medios arbolados

Presente todo el año

Carbonero común

Parus major

Medios arbolados

Presente todo el año

Carbonero garrapinos

Parus ater

Medios arbolados

Presente todo el año

Carraca

Coracias garrulus

Espacios abiertos

Estival

Carricerín cejudo

Acrocephalus paludicola

Medios húmedos

En paso

Carricerín común

Acrocephalus schoenobaenus

Medios húmedos

En paso

Carricerín real

Acrocephalus melanopogon

Medios húmedos

Invernante

Carricero común

Acrocephalus scirpaceus

Medios húmedos

Estival

Carricero tordal

Acrocephalus arundinaceus

Medios húmedos

Estival

Cerceta carretona

Anas querquedula

Medios húmedos

En paso

Cerceta común

Anas crecca

Medios húmedos

Invernante

Cernícalo primilla

Falco naumanni

Estepa

Estival

Cernícalo vulgar

Falco tinnunculus

Espacios abiertos

Presente todo el año

Chocha perdiz

Scolopax rusticola

Medios arbolados

Invernante

Chochín

Troglodytes troglodytes

Medios arbolados

Presente todo el año

Chorlitejo chico

Charadrius dubius

Medios húmedos

Estival

Chorlitejo grande

Charadrius hiaticula

Medios húmedos

Invernante

Chotacabras gris

Caprimulgus europaeus

Medios arbolados

Estival

Chotacabras pardo

Capprimulgus ruficollis

Medios arbolados

Estival

Chova piquirroja

Pyrrhocorax pyrrhocorax

Espacios abiertos

Presente todo el año

Cigüeña blanca

Ciconia ciconia

Aves urbanas

Estival

Cigüeña negra

Ciconia nigra

Medios húmedos

En paso

Cigüeñuela común

Himantopus himantopus

Medios húmedos

Estival

Codorniz

Coturnix coturnix

Espacios abiertos

Estival

Cogujada común

Galerida cristata

Espacios abiertos

Presente todo el año

Cogujada montesina

Galerida thecklae

Espacios abiertos

Presente todo el año

Colirrojo real

Phoenicurus phoenicurus

Espacios abiertos

En paso

Colirrojo tizón

Phoenicurus ochrurus

Espacios abiertos

Presente todo el año

Collalba gris

Oenanthe oenanthe

Espacios abiertos

Estival

Collalba negra

Oenanthe leucura

Cortados

Presente todo el año

Collalba rubia

Oenanthe hispanica

Espacios abiertos

Estival

Combatiente

Philomachus pugnax

Medios húmedos

En paso

Cormorán grande

Phalacrocorax carbo

Medios húmedos

Invernante

61 Las aves de Tauste

Javier Blasco Zumeta

Corneja negra

Corvus corone

Espacios abiertos

Presente todo el año

Correlimos común

Calidris alpina

Medios húmedos

En paso

Correlimos gordo

Calidris canutus

Medios húmedos

En paso

Críalo

Clamator glandarius

Espacios abiertos

Estival

Cuco

Cuculus canorus

Medios arbolados

Estival

Cuervo

Corvus corax

Espacios abiertos

Presente todo el año

Culebrera europea

Circaetus gallicus

Espacios abiertos

Estival

Curruca cabecinegra

Sylvia melanocephala

Medios arbolados

Presente todo el año

Curruca capirotada

Sylvia atricapilla

Medios arbolados

Presente todo el año

Curruca carrasqueña

Sylvia cantillans

Medios arbolados

Estival

Curruca mirlona

Sylvia hortensis

Medios arbolados

Estival

Curruca mosquitera

Sylvia borin

Medios arbolados

Estival

Curruca rabilarga

Sylvia undata

Espacios abiertos

Presente todo el año

Curruca tomillera

Sylvia conspicillata

Espacios abiertos

Estival

Curruca zarcera

Sylvia communis

Espacios abiertos

Estival

Escribano cerillo

Emberiza citrinella

Espacios abiertos

Presente todo el año

Escribano montesino

Emberiza cia

Espacios abiertos

Presente todo el año

Escribano palustre

Emberiza schoeniclus

Medios húmedos

Invernante

Escribano soteño

Emberiza cirlus

Medios arbolados

Presente todo el año

Esmerejón

Falco columbarius

Espacios abiertos

Invernante

Estornino negro

Sturnus unicolor

Aves urbanas

Presente todo el año

Estornino pinto

Sturnus vulgaris

Espacios abiertos

Invernante

Focha común

Fulica atra

Medios húmedos

Presente todo el año

Fumarel común

Chlidonias niger

Medios húmedos

En paso

Gallineta común

Gallinula chloropus

Medios húmedos

Presente todo el año

Ganga

Pterocles alchata

Estepa

Presente todo el año

Garceta común

Egretta garzetta

Medios húmedos

Invernante

Garceta grande

Egretta alba

Medios húmedos

Invernante

Garcilla bueyera

Bubulcus ibis

Medios húmedos

Presente todo el año

Garcilla cangrejera

Ardeola ralloides

Medios húmedos

Estival

Garza imperial

Ardea purpurea

Medios húmedos

Estival

Garza real

Ardea cinerea

Medios húmedos

Presente todo el año

Gavilán común

Accipiter nisus

Medios arbolados

Presente todo el año

Gaviota cana

Larus canus

Medios húmedos

Invernante

Gaviota patiamarilla

Larus cachinnans

Medios húmedos

Invernante

Gaviota reidora

Larus ridibundus

Medios húmedos

Invernante

Gaviota sombría

Larus fuscus

Medios húmedos

Invernante

Golondrina común

Hirundo rustica

Aves urbanas

Estival

Gorrión chillón

Passer petronia

Espacios abiertos

Presente todo el año

62

Gorrión común

Passer domesticus

Aves urbanas

Presente todo el año

Gorrión molinero

Passer montanus

Espacios abiertos

Presente todo el año

Grajilla

Corvus monedula

Espacios abiertos

Presente todo el año

Grulla común

Grus grus

Medios húmedos

En paso

Halcón peregrino

Falco peregrinus

Cortados

Presente todo el año

Herrerillo capuchino

Parus cristatus

Medios arbolados

Presente todo el año

Herrerillo común

Parus caeruleus

Medios arbolados

Presente todo el año

Jilguero

Carduelis carduelis

Espacios abiertos

Presente todo el año

Lavandera blanca

Motacilla alba

Medios húmedos

Presente todo el año

Lavandera boyera

Motacilla flava

Medios húmedos

Estival

Lavandera cascadeña

Motacilla cinerea

Medios húmedos

Presente todo el año

Lechuza campestre

Asio flammeus

Espacios abiertos.

Invernante

Lechuza común

Tyto alba

Aves urbanas

Presente todo el año

Lúgano

Carduelis spinus

Medios arbolados

Invernante

Martín pescador

Alcedo atthis

Medios húmedos

Presente todo el año

Martinete

Nycticorax nycticorax

Medios húmedos

En paso

Milano negro

Milvus migrans

Espacios abiertos

Estival

Milano real

Milvus milvus

Espacios abiertos

Presente todo el año

Mirlo capiblanco

Turdus torquatus

Medios arbolados

Invernante

Mirlo común

Turdus merula

Medios arbolados

Presente todo el año

Mito

Aegithalos caudatus

Medios arbolados

Presente todo el año

Mochuelo común

Athene noctua

Espacios abiertos

Presente todo el año

Mosquitero común

Phylloscopus collybita

Medios arbolados

Presente todo el año

Mosquitero musical

Phylloscopus trochillus

Espacios abiertos

En paso

Mosquitero papialbo

Phylloscopus bonelli

Medios arbolados

Estival

Oropéndola

Oriolus oriolus

Medios arbolados

Estival

Ortega

Pterocles orientalis

Estepa

Presente todo el año

Pájaro moscón

Remiz pendulinus

Medios arbolados

Presente todo el año

Paloma bravía

Columba livia

Cortados

Presente todo el año

Paloma torcaz

Columba palumbus

Medios arbolados

Presente todo el año

Paloma zurita

Columba oenas

Medios arbolados

Presente todo el año

Papamoscas cerrojillo

Ficedula hypoleuca

Medios arbolados

En paso

Papamoscas gris

Muscicapa striata

Medios arbolados

Estival

Pardillo común

Carduelis cannabina

Espacios abiertos

Presente todo el año

Pato colorado

Netta rufina

Medios húmedos

Invernante

Pato cuchara

Anas clypeata

Medios húmedos

Invernante

Pechiazul

Luscinia svecica

Medios húmedos

Invernante

Perdiz roja

Alectoris rufa

Espacios abiertos

Presente todo el año

Petirrojo

Erithacus rubecula

Medios arbolados

Presente todo el año

63 Las aves de Tauste

Javier Blasco Zumeta

Pico menor

Dendrocopos minor

Medios arbolados

Presente todo el año

Pico picapinos

Dendrocopos major

Medios arbolados

Presente todo el año

Picogordo

Coccothraustes coccothraustes

Medios arbolados

Invernante

Pinzón real

Fringilla motifringilla

Medios arbolados

Invernante

Pinzón vulgar

Fringilla coelebs

Medios arbolados

Presente todo el año

Piquituerto común

Loxia curvirostra

Medios arbolados

Presente todo el año

Pito real

Picus viridis

Medios arbolados

Presente todo el año

Polluela bastarda

Porzana parva

Medios húmedos

En paso

Polluela chica

Porzana pusilla

Medios húmedos

En paso

Polluela pintoja

Porzana porzana

Medios húmedos

En paso

Porrón bastardo

Aythya marila

Medios húmedos

Invernante

Porrón Europeo

Aythya ferina

Medios húmedos

Invernante

Porrón moñudo

Aythya fuligula

Medios húmedos

Invernante

Porrón pardo

Aythya nyroca

Medios húmedos

En paso

Rascón europeo

Rallus aquaticus

Medios húmedos

Presente todo el año

Reyezuelo listado

Regulus ignicapillus

Medios arbolados

Presente todo el año

Reyezuelo sencillo

Regulus regulus

Medios arbolados

Invernante

Roquero rojo

Monticola saxatilis

Cortados

Estival

Roquero solitario

Monticola solitarius

Cortados

Presente todo el año

Ruiseñor bastardo

Cettia cetti

Medios arbolados

Presente todo el año

Ruiseñor común

Luscinia megarhynchos

Medios arbolados

Estival

Sisón común

Tetrax tetrax

Estepa

Presente todo el año

Somormujo lavanco

Podiceps cristatus

Medios húmedos

Presente todo el año

Tarabilla común

Saxicola torquata

Espacios abiertos

Presente todo el año

Tarabilla norteña

Saxicola rubetra

Espacios abiertos

En paso

Tarro blanco

Tadorna tadorna

Medios húmedos

Invernante

Terrera común

Calandrella brachydactyla

Estepa

Estival

Terrera marismeña

Calandrella rufescens

Estepa

Presente todo el año

Torcecuello

Jynx torquilla

Medios arbolados

Estival

Tórtola común

Streptopelia turtur

Medios arbolados

Estival

Tórtola turca

Streptopelia decaocto

Aves urbanas

Presente todo el año

Totovía

Lullula arborea

Espacios abiertos

Presente todo el año

Trepador azul

Sitta europaea

Medios arbolados

Presente todo el año

Triguero

Miliaria calandra

Espacios abiertos

Presente todo el año

Urraca

Pica pica

Espacios abiertos

Presente todo el año

Vencejo común

Apus apus

Aves urbanas

Estival

Vencejo real

Apus melba

Cortados

Estival

Verdecillo

Serinus serinus

Espacios abiertos

Presente todo el año

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Verderón común

Carduelis chloris

Medios arbolados

Presente todo el año

Zampullín común

Tachybaptus ruficollis ruficollis

Medios húmedos

Presente todo el año

Zampullín cuellinegro

Podiceps nigricollis

Medios húmedos

Estival

Zarapito real

Numenius arquata

Medios húmedos

En paso

Zarcero común

Hippolais polyglotta

Medios arbolados

Estival

Zorzal alirrojo

Turdus iliacus

Espacios abiertos

Invernante

Zorzal charlo

Turdus viscivorus

Medios arbolados

Presente todo el año

Zorzal común

Turdus philomelos

Medios arbolados

Presente todo el año

Zorzal real

Turdus pilaris

Espacios abiertos

Invernante

65 Las aves de Tauste

El Cementerio andalusí de Tauste

Fco. Javier Gutiérrez González

Licenciado en Geografía e Historia, Especialidad Ciencias de la Antigüedad

Miriam Pina Pardos

Licenciada en Periodismo y en Antropología Social y Cultural

Agradecer la estupenda colaboración de Moisés López en el desarrollo de los trabajos de campo; así como la participación de los arqueólogos Fernando Gallardo (en campo) y Christian Belsué (informe).

La necrópolis andalusí de Tauste, a raíz de las Catas arqueológicas en la avenida J. M. Conget. Este informe explica los resultados que hemos obtenido en la cata realizada entre el 28 de octubre y el 2 de noviembre de 2010 en el lugar de referencia1, promovida por la Asociación cultural el Patiaz de Tauste y con el permiso de intervención en el vial municipal del M. I. Ayuntamiento de la villa de Tauste. El motivo que originó el comienzo de la investigación fue la propuesta de El Patiaz de que en esta zona hubo un cementerio musulmán. El proceso está explicado en el blog http://taustezagri.blogspot.com.es/2011/01/como-se-encontro-el-cementerio-zagri-de.html y que yo resumo en la confluencia de perspicacia, conocimiento y un esforzado amor por su pueblo de los integrantes de la asociación. La excavación se reveló ciertamente sencilla en cuanto a la estratigrafía y la secuencia pudo ser apreciada con claridad, llegando a reconocer una única modificación en la utilización del espacio a lo largo del tiempo, una zanja contemporánea y su posterior relleno, que redujo la superficie de restos conservados hoy en día a la mitad de la cata realizada, habiendo podido excavar tan sólo unos 10 m2 de necrópolis islámica, en lugar de los 20 m2 abiertos en total. Podemos asegurar que el espacio excavado fue utilizado en época andalusí como necrópolis, y que la secuencia de hechos que se produjo a lo largo de mil años no dejó otra huella que la erosión natural y el corte contemporáneo UE 2 y el posterior relleno UE 3 en la segunda mitad del siglo XX. Pasamos a explicar estos restos.

Elementos contemporáneos Como ya hemos avanzado se halló una zanja contemporánea que arranca bajo la calzada actual alrededor del centro de la cata realizada y va profundizando hacia el oeste hasta alcanzar un metro de profundidad desde el plano cero planteado en la esquina norte de la cata que se encuentra a 264,51 m SNM. Sus dimensiones superan las de la cata, extendiéndose más allá de los lados norte, sur y oeste. 1

El informe preceptivo ante la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón fue entregado con el expediente número 417/2010. Los materiales muebles fueron depositados en el Museo de Zaragoza con la referencia 511/2010.

69 El cementerio

andalusí de Tauste

El relleno de esta zanja esta compuesto de tierra arcillosa oscura con abundante materia orgánica y fragmentos de ladrillo, tejas, cerámica y vidrio que pertenecen al siglo XX, así como algún fragmento óseo humano arrancado de las tumbas medievales.

Figura 1. Zanja moderna al oeste de la cata, y tumbas islámicas ya vaciadas al este

Figura 2. En el corte Oeste vemos el relleno del siglo XX y restos óseos (originarios de la necrópolis) redepositados en el relleno contemporáneo

Javier Gutiérrez González Miriam Pina Pardos

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Figura 3. Detalle de la zanja moderna que eliminó la necrópolis en la zona oeste de la cata

Cementerio musulmán Descripción general De las tumbas detectadas pueden extraerse una serie de elementos comunes, que pasamos a describir a continuación, dejando las peculiaridades de cada enterramiento para sus fichas específicas. • Individuo en conexión anatómica colocado sobre su costado derecho, con la cara enfilada hacia el sureste. • Estructura mínima. Como mucho algo de adobe o arcilla compacta, colocado en el lateral sureste de la fosa. Cubierta de caballón de tierra limoso-yesíferas blanquecina muy limpia y de granulación muy fina; muy perdido, pero detectado en los márgenes de las fosas. • Fosa excavada en el suelo arcilloso vegetal (UE 17) de una potencia de unos 50 cm antes del nivel natural de margas yesíferas. En la zona predominan los materiales formados en el periodo Terciario y durante el mioceno, constituidos por yesos masivos alabastrinos alternando con yesos terrosos, margas yesíferas y margas calcáreas. este nivel de medio metro de espesor en la zona de la cata, en el cual se excavan las fosas tiene elementos de esos tres materiales predominantes, mezclados en una granulación fina, con escasa densidad de elementos orgánicos y en el que no se ha detectado ningún elemento arqueológico.

71 El cementerio

andalusí de Tauste

• Algo muy peculiar de estas fosas es que tiene su lado oeste cortado en recto, mientras que su lado este esta algo socavado en cueva, lugar en el cual detectamos los restos blanquecinos del caballón de cubierta (ver figura 9). De este modo se les apoya la cadera y coxis en el lado oeste, mientras que los brazos y pecho parecen quedar protegidos por esa pequeña oquedad. Similar preparación se halló hace un par de años en la almacabra de Ejea de los Caballeros. Es posible que este tipo de paredes laterales cóncavas podamos ponerlas en relación con la existencia de covachas (shaq o ladj) en tumbas más complejas2. • El suelo o piso del cementerio en su momento de uso parece no haberse conservado en este punto, pues no hemos detectado ningún cambio entre la tierra en la que se excavan las fosas (UE 17), en cuya parte superior se apoya directamente el preparado de zahorra y hormigón contemporáneo de la calzada de la avenida J. M. Conget. Un anciano nos ha comunicado que realizó personalmente el nivelado mecánico de esta calle para su asfaltado y que no vio ningún esqueleto. Si hemos de tomar este espontáneo dato como cierto, podemos deducir que la superficie de paso de la necrópolis ha sido totalmente eliminado, al menos en este punto, llegando hasta nosotros tan sólo los extremos exteriores del caballón de cobertura de algunas tumbas. • La cota media a la que hallamos ese extremo de caballón de cubierta se sitúa entre los 40 y 50 cm bajo el asfalto actual de la calle, entre los 264, 10 y 264,00 m SNM. La cota media de fondo de fosa de inhumación de los individuos adultos está entre los 60 y los 83 cm bajo el plano cero, es decir entre los 263,91 y los 263,68 m SNM. • El estado de conservación de los huesos es medio en los individuos adultos, si bien la acidez de la arcillas han afectado notablemente al esqueleto infantil, de tal modo que se encontró desmaterializado en buena parte.

2

Javier Gutiérrez González Miriam Pina Pardos

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OLCINA DOMÉNECH, M.; TENDERO PORRAS, E.; GUILABERT MAS, A. 2008: “La maqbara del Tossal de Manises (Alicante), Lucentum XXVII, Alicante: 213-227.

Figura 4. Aspecto de todas las fosas de enterramientos vistas desde el Oeste

Figura 5. Zanja moderna y enterramientos detectados del cementerio musulmán

73 El cementerio

andalusí de Tauste

Figura 6. Dos vistas de la Tumba 1

Figura 7. Tumba 1. Detalle de cubierta de limos yesíferos blanquecinos endurecidos y fosa socavada en su lado Este

Figura 8. Tumbas 2 y 3

Javier Gutiérrez González Miriam Pina Pardos

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Figura 9. Tumbas 2 y 3

Figura 10. Tumba 2. Detalles de fosa

75 El cementerio

andalusí de Tauste

Figura 11. Tumba 3 cortada por zanja UE 2. Vista cenital

Estudio antropológico básico La antropología forense puede aportar datos cruciales en dicha investigación arqueológica. El examen minucioso de un esqueleto nos revela muchas características de la persona fallecida.

Figura 12. Esqueleto de Tumba 1

Javier Gutiérrez González Miriam Pina Pardos

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No todos los huesos aparecen en un estado óptimo de conservación. El enterramiento ha podido ser modificado y los huesos erosionados por la acción de la naturaleza o del hombre. Por ello, es fundamental identificar los restos, cuantificar la cantidad de huesos existentes y reconstruir el esqueleto. A partir de ahí, estableceremos una división entre las modificaciones ante mortem y post mortem, y sus causas. Antes que nada, hay que determinar el sexo y la edad de la persona a la que pertenecían los restos. La longitud y el tamaño de los huesos nos aporta pistas sobre el sexo, pero la diferencia fundamental se halla en la morfología de la pelvis y el cráneo.

Figura 13-Pelvis del esqueleto de la Tumba 2

Las mujeres presentan una pelvis más ancha, destinada a favorecer el parto. En los hombres, en cambio, no existe variación. Al examinar los huesos de la pelvis, sólo hay que observar la inclinación del sacro y de la sínfisis pubiana. El arco púbico tiene forma de U invertida en la mujer, y de V en el hombre. El dimorfismo puede observarse a simple vista.

Figura 14. Cráneo del esqueleto de la Tumba 1

77 El cementerio

andalusí de Tauste

En el cráneo, la parte de la nuca en el hombre está más desarrollada que en la mujer. También se observa la frente más hundida en el hombre y vertical en la mujer. El hueso frontal es menos ancho en el varón y el arco zigomático (la zona del pómulo) es más robusto, ancho y alto, igual que la abertura nasal. Además, el espesor mandibular es mayor. En general, las formas de un cráneo femenino son más finas, gráciles y delgadas.

Figura 15. Cráneo del esqueleto de la Tumba 4

De acuerdo con la observación y la medición de los huesos largos, aquí nos hemos encontrado con dos esqueletos masculinos (Tumbas 1 y 2) y uno femenino (Tumba 3). También se ha recuperado un cráneo infantil, muy deteriorado, que no permite siquiera determinar el sexo. Una vez conocido el sexo de los esqueletos adultos, podemos medir los huesos largos para determinar la estatura. Además, analizamos los restos para conocer su edad, generalmente se divide entre adultos y pre-adultos. Existen una serie de fórmulas para ello.

Figura 16. Fémur del esqueleto de la Tumba 1

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- Determinar el grado de cierre de los extremos de las articulaciones (sinostosis) de los huesos largos. Estas soldaduras aportan cronología de los 16 a los 22 años. Por ejemplo en los varones, la epífisis alrededor del tobillo se une cerca de los 16 años, en tanto que el de las rodillas sobre los 17 años, los de las muñecas a los 19 años y los de la clavícula a los 20 años.

Figura 17. Suturas craneales del esqueleto de la Tumba 1

- Determinar la soldadura (obliteración) de las suturas craneales: Durante la infancia y la adolescencia, los huesos craneales están completamente separados. En los niños se notan al tacto hendiduras (fontanelas). En la edad adulta comienzan a cerrarse las suturas.

Figura 18. Dientes del esqueleto infantil de la Tumba 4

- Estudio de las piezas dentales: La edad de los niños se puede llegar a averiguar por la uniformidad y desarrollo dental (de 28 a 32 piezas dentales cuando se desprenden los denominados dientes de “leche”). Hay que analizar el patrón de desgaste para determinar la edad. - Determinar el grado de desgaste en la carilla auricular (de la pelvis), la sínfisis pubiana y la articulación condrocostal. En esta última, se examina el perfil de la cuarta costilla. En el individuo juvenil, el extremo es romo, ligeramente ondulado. Con la edad, la superficie se va hundiendo y aparece una corona en el borde.

79 El cementerio

andalusí de Tauste

Figura 19. Pubis del esqueleto de la Tumba

Con este examen hemos podido determinar varios aspectos de los esqueletos hallados: • El estudio de las piezas dentales del cráneo infantil (tumba 4) indica que se trata de un niño/a de 3 a 5 años. • El esqueleto de la tumba 1 pertenecería a un varón de 20 a 35 años. • El esqueleto de la tumba 2 sería de un varón de mayor edad, de 30 a 45 años. El estudio paleopatológico indica la presencia de lesiones artrósicas e incluso una osteoporosis en los cuerpos vertebrales. • El esqueleto de la tumba 3 pertenecería a una mujer. Presenta degeneración en una de las extremidades inferiores. Apareció sin uno de los pies, aunque no hay constancia de una lesión en el la tibia que determinase que le había sido amputado.

Figura 20. Vértebras del esqueleto de la Tumba 2

Javier Gutiérrez González Miriam Pina Pardos

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PALEOPATOLOGÍA La paleopatología estudia el origen y evolución de las enfermedades a través de los restos hallados. Para ello se analiza: - El patrón de desgaste dental: si hay presencia de caries, abcesos, hipoplasia del esmalte (defecto del desarrollo de los tejidos duros del diente) y reabsorción alveolar, que sería indicio de una infección periodontal.

Figura 21. Mandíbula del esqueleto de la Tumba 1

- Observación de las malformaciones óseas: determinar si son genéticas, enfermedades infecciosas o parasitarias (lepra, tuberculosis, sífilis, polio…).

Figura 22. Cráneo del esqueleto de la Tumba 2

- Observar los traumatismos: Una fractura con reacción vital deja huella, una especie de callo en los huesos. También se pueden observar vestigios de trepanaciones, heridas de armas en el hueso, producto de lesiones contundentes.

81 El cementerio

andalusí de Tauste

- Tumores malignos y benignos.

Figura 23. Posible sección en el sacro del esqueleto de la Tumba 1

Figura 24. Rozamiento en la rótula del esqueleto de la Tumba 2

Figura 25. Esqueleto de la Tumba 2

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Sin duda, con la simple observación realizada no se puede hacer un análisis completo de los restos. Un estudio radiográfico de los huesos puede aportar nuevos datos, mientras que un análisis de ADN puede indicarnos incluso si existe algún parentesco. En el caso de estos restos hallados de la necrópolis andalusí de Tauste, sería necesario hacer una exploración más completa para sacar conclusiones relevantes. Esto nos anima a continuar con un trabajo muy prometedor.

Conclusiones Podemos concluir que los cuerpos enterrados aquí lo fueron cuidando de mantener su posición en decúbito lateral derecho y que su masa facial está orientada hacia la Meca, por lo que pertenecen a una necrópolis musulmana. La ausencia de ajuar en estos cementerios hace que no podamos precisar su cronología. El dominio islámico en este enclave debió desarrollarse a lo largo de la etapa andalusí hasta comienzos del siglo XII, momento en el que la conquista cristiana haría que la mayoría de los musulmanes abandonasen la localidad. Los resultados obtenidos las dataciones radiocarbónicas realizadas por el Laboratorio de Geocronología (situado en el Instituto de Química-Física Rocasolano) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Madrid, ha suscitado una nueva controversia. El cuadro resumen es el que adjuntamos a continuación (Programa de calibración: OxCal 3.10, curva INTCAL09, 2 sigma). REFERENCIA

CÓDIGO LAB.

EDAD C-14

EDAD CALIBRADA

(años BP)

(años cal. AD)

Tumba 1

CSIC-2180

1072 ± 32

890 - 1020 (95,4%)

Tumba 2

CSIC-2235

1286 ± 31

650 - 780 (95,4%)

Tumba 3

CSIC-2234

1133 ± 28

860 - 990 (92,7%)

Figura 26. Resultados de los análisis de C14

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Es decir, un primer enterramiento (tumba 2) fechado entre la segunda mitad del siglo VII y los tres primeros cuartos del siglo VIII, otro (tumba 3) fechado en los siglos IX-X y un tercero (tumba 1) más centrado en el siglo X. Estas fechas nos hacen suponer ciertas cosas: - Que, quizá, los enterramientos iban rellenando los huecos libres, lo que hace que hayamos encontrado juntos tres de cronología diversa. - La presencia de un enterramiento del siglo octavo asegura el muy temprano asentamiento de población musulmana en Tauste. De hecho, hasta el momento es la fecha absoluta más antigua para un individuo enterrado mediante rito islámico en todo Aragón3. Esto podría explicar la noticia oral de un vecino de la localidad sobre inhumaciones talladas en roca natural de piedra de yeso, halladas en el solar cercano (nº 43 de la misma avenida J. M. Conget), durante las obras de construcción de una vivienda. En el proceso de vaciado del citado solar se apreciaron esqueletos colocados en decúbito supino, (es decir boca arriba). Si esto es cierto, es algo que sólo puede darse en una etapa temprana de la dominación islámica, en la que la ortodoxia no era tan rígida como en siglos posteriores. En ese caso sí pudo existir un cementerio común para individuos de religión cristiana y musulmana, aunque pudieran estar concentrados en zonas diferenciadas. Quizá, lo que tengamos aquí sea un cementerio anterior (inmediato o no), que influyera en que el cementerio musulmán comenzase en esta zona; de modo parecido a como ocurre en Marroquíes Bajos y en Laguardia (Jaén) o en Mértola (Portugal). Es más, si fuese un cementerio visigodo de los llamados “de campo”, sí tendría sentido que se hallase a tanta distancia (casi 400 metros de la muralla de piedra del núcleo de población medieval). Toda esta hipótesis reside sobre varias suposiciones no comprobables hasta que puedan realizarse intervenciones arqueológicas de carácter científico en esa zona. Podemos plasmar algunas ideas sobre el conjunto de la necrópolis. En cuanto a la densidad de enterramiento, lo reducido de la zona excavada no permite una hipótesis fiable, pero podemos deducir una ocupación intensa del espacio en esta zona. 3

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Dato proporcionado amablemente por el arqueólogo de la Diputación General de Aragón D. José Ignacio Royo.

Creemos que lo lógico es pensar que la almacabra, desde la salida de la ciudad medieval, correría a lo largo del camino de salida hacia Zaragoza, concretamente al este de la actual calle de Alfonso I. Desde ahí se extendería hacia el este, sin que podamos precisar concretamente su extensión. A lo largo del periodo de uso iría ampliándose según las necesidades.

Figura 27. Localización de la cata en el parcelario urbano de Tauste

A través de referencias orales he conocido la posible existencia de enterramientos en distintos solares ya construidos, entre la citada calle de Alfonso I, calle Huesca y avenida Sancho Abarca; testimonios que se recogen en el plano adjunto (Figura 28). Por todo ello podríamos lanzar una hipótesis de trabajo sobre la extensión de la necrópolis que abarcase, al menos, esa extensión, aunque deberá investigarse en el futuro para delimitar correctamente la superficie. ¿Cómo fue de grande? Si hacemos una extrapolación, tendremos que cada 100 m2 habría 24-25 enterramientos, por lo que en los mínimos 17.880 m2 propuestos podrían estar sepultados unos 4.300 individuos aproximadamente. Eso suponiendo que la densidad sea la misma en toda la zona, lo cual es poco

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probable. Habitualmente la zona cercana a la puerta de salida de la ciudad tenía más densidad de enterramientos que los límites exteriores. Es evidente que estas suposiciones deben ser corroboradas o refutadas por futuras investigaciones que delimiten completamente la necrópolis, en especial en sus lados este y sur.

Figura 28. Lugares de dónde se tiene información verbal de haber aparecido restos humanos y destacado en círculo el solar nº 43 con restos humanos, quizá cristianos

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Figura 29. Hipótesis sobre la extensión mínima de la necrópolis musulmana de Tauste

Figura 30. Extrapolación sobre el número de tumbas de la necrópolis

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Queda pendiente comprobar hasta dónde llegaba la extensión de la ciudad medieval; las viviendas y edificaciones de todo tipo en las que vivieron y trabajaron las personas, cuyos esqueletos ahora hemos encontrado. Si seguimos las propuestas de Jaime Carbonel en su blog personal4, tendremos una primera fundación islámica dentro del muro de piedra, y un segundo arrabal al sureste, en el entorno de San Antón.

Figura 31. Hipótesis de trabajo sobre el urbanismo medieval de Tauste.

Si la necrópolis ahora descubierta confirmase su delimitación hasta la plaza de Felipe V, cabría pensar que otro nuevo y gran arrabal se creó hasta allí, de cuya mezquita no se tiene conocimiento arqueológico aún. Este arrabal englobaría parte del camino de llegada desde Zaragoza (ya propuesto por Jaime Carbonel), en el que pudo haber otros enterramientos precedentes a los ahora descubiertos, cercanos a la salida sureste de la medina. La posible mezquita debería localizarse junto a ese camino principal y en ella confluirían otras vías principales del arrabal. 4

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http://taustezagri.blogspot.com. Y en especial: http://www.elpatiaz.es/descargas/tauste_siglo_XI.pdf

Tomando las propias palabras de Jaime Carbonel: El hallazgo y las conclusiones inmediatas que de esto derivan suponen un vuelco total de la interpretación de la historia de Tauste admitida hasta ahora, pues, según la misma, cuando Alfonso I consuma su conquista, prácticamente no tenía siquiera entidad de población, limitándose a unas pocas casas ubicadas en lo que o que ahora se conoce como “Barrio Nuevo”. Sólo las ideas de Carlos Laliena ponían algo de sensatez a esta tradición historiográfica que negaba un pasado andalusí para Tauste. Es cierto que son escasas las menciones en las fuentes escritas, pero ello no impide que existiese una población de cierta entidad. Desde ahora un nuevo periodo histórico se abre a los investigadores y un importante pasado empieza a ser recuperado, gracias al empuje de la Asociación Cultural “El Patiaz”. Bibliografía A. CANDON MORALES (2001) “A necrópole islâmica de Mertola”, Arte Islamica, Museu de Mertola, pp. 83-99. C. LALIENA CORBERA (2005) “Frontera y conquista feudal en el valle del Ebro desde una perspectiva local (Tauste, Zaragoza, 1086-1200)”, V Jornadas sobre la Historia de Tauste. (2005) “Frontera y conquista feudal en el valle del Ebro desde una perspectiva local (Tauste, Zaragoza, 1086-1200)”, Studia Historica, Hª Medieval 23, pp. 115-138. J. LORENZO JIMÉNEZ (2010), La dawla de los Banu Qasi: origen, auge y caída de una dinastía muladí en la frontera superior de Al-Andalus, CSIC Estudios árabes e islámicos. Monografías; 17. Madrid. S. MACIAS (1992) “A Basilica pañeocristià e as necrópoles paleocrista e islámica de Mértola: Aspectos e problemas”, XXXIX Corso de Cultura sull´arte ravennate e bizantina. Aspetti e problemi di archeologia e storia dell´arte della Lusitania, Galizia e Asturir tra Tardoantico e Meioevo, Ravena, pp. 401-434. (1993) Um espaço funerário. Museu de Mértola - Basílica Paleocristã, Campo Arqueológico de Mértola, Mértola, pp. 31-62.

E. MANZANO MORENO (2006) “Los Cambios en el ritual funerario”, Conquistadores, Emires y Califas. Los Omeyas y la formación de al-Andalus, Ed. Crítica, pp.268-273.

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J. L. SERRANO PEÑA y J. C. CASTILLO ARMENTEROS (2000) “Las necrópolis medievales de Marroquíes Bajos (Jaén)”, Arqueología y Territorio Medieval 7, pp. 93-115. Mª P. TORRES y M. ACIÉN (Eds.) (1995) Estudios sobre cementerios islámicos andalusíes, Universidad de Málaga. J. ZOZAYA (1998) “771-856: Los Primeros Años del Islam Andalusi o una Hipótesis de Trabajo, Ruptura o Continuidad. Pervivencias islámicas en al-Andalus, Cuadernos Emeritenses 15, Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, pp. 83142.

ANEXO Antes de realizar las correcciones a este artículo ha tenido lugar la tercera campaña en la necrópolis andalusí de Tauste. Tras la segunda campaña que tuvo lugar a finales de 2011 y en la que aparecieron otros tres enterramientos de individuos adultos, aunque en mal estado de conservación; en octubre de 2012 hemos realizado una cata en el patio del nº 41 de la avenida Conget de Tauste5. Aunque se de forma apresurada, junto a los miembros de la Asociación Cultural “El Patiaz”, hemos creído conveniente incorporar los resultados en forma de este anexo. No hemos hallado rastro de ninguna otra fase histórica que no sea la de la necrópolis islámica, pero sí hemos comprobado que las noticias orales que hacían referencia a tumbas excavadas en la roca eran ciertas. Estás son tumbas de rito musulmán como las localizadas hasta ahora, sólo que han coincidido en que el fondo de la fosa se encuentra excavado en una capa natural de piedra de yeso; formación geológica habitual en esta zona. A parte de ciertas construcciones y de labores agrícolas de arado del siglo XX, que han afectado a la totalidad de las tumbas en su parte superior, podemos resumir esta intervención en varios puntos: 5

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El Expediente administrativo del Gobierno de Aragón es el 161/2012 y los restos hallados serán depositados en el Museo de Zaragoza con la sigla 12.106. Quiero agradecer la amplia participación de los miembros de la Asociación Cultural “El Patiaz” en el desarrollo de la excavación. Sin su entusiasmo no hubiera sido posible la realización de la misma y el avance en la investigación.

Figura 32. Marcas de surcos de reja de arado contemporáneo que afectaron a los rellenos de arcilla de las tumbas medievales. A la izquierda el pozo contemporáneo UE 26

• De las tumbas detectadas pueden extraerse una serie de elementos comunes, prácticamente iguales a los vistos en la intervención de 2010 como la colación del cadáver típicamente islámica y una estructura mínima. • Fosa excavada en el suelo arcilloso, conservada mínimamente por la acción de la erosión y de las actividades contemporáneas. En la zona de la cata, en el cual se excavan las fosas tiene elementos de los tres materiales predominantes citados más arriba. Una de esas capas configura unos 25 cm. de piedra de yeso de asentamiento casi horizontal, con

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alguna ondulación. En ella se concluyen los fondos de las fosas de varios enterramientos; a excepción de la Tumba 18, que lo perforó totalmente, colocando el individuo por debajo de la cota de la capa de piedra de yeso.

Figura 33. Tumba 18 cortando la capa de piedra de yeso y a una cota inferior a la Tumba 12

• El suelo o piso del cementerio en su momento de uso parece no haberse conservado en este punto, pues no hemos detectado ningún cambio entre la tierra en la que se excavan las fosas. Podemos deducir que la superficie de paso de la necrópolis ha sido totalmente eliminado por la erosión y las afecciones antrópicas, al menos en este punto y en lo que respecta a los enterramientos más modernos. Sin embargo, en la Tumba 11 hallamos una estructura de arcilla compacta en el lado Este de la fosa, cubriendo en parte el relleno de la tumba; por lo que lo identificamos como la cubierta. Cubría un rebaje identificado al Este del esqueleto, aparentemente en escalón. Cabe la posibilidad de que, al ser la cubierta, la tierra del entorno se fuera acumulando alrededor y al excavar diera la

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sensación de zanja, cuando en realidad forma la cubierta. Esto implicaría haber detectado el nivel de crecimiento, por acumulación de tierra, de una de las fases de la necrópolis; que en este caso es de unos 15 cm aproximadamente. Por otra parte, bien pudiera corresponder a una fosa en escalón como las halladas en otras necrópolis. • Esta es la novedad más importante que ha proporcionado la presente campaña: la existencia de dos o tres fases diferenciadas de enterramientos en la necrópolis. La cota media a la que hallamos las tumbas parece configurar tres capas de enterramientos. A pesar de lo poco definitorio de este tipo de datos, quizá se correspondan con tres fases de utilización del cementerio. En principio, y teniendo en cuenta sólo los individuos adultos, tenemos las Tumbas 9, 10, 12, 13 y 19 cuyas fosas oscilan entre los 264,50 y 264,60 m SNM. Más profundas están las Tumbas 11, 15 y 17 entre los 264,37 y los 264,42 m SNM. Por último, la Tumba 18 llegó hasta los 264,28 m SNM; siendo además la tumba cuya orientación se diferencia algo más del conjunto restante (a pesar de que hay que tener en cuenta que sólo conservamos la mitad de ella). • La ausencia de ajuar en estos cementerios hace que normalmente no podamos precisar su cronología. Sin embargo el único fragmento cerámico hallado (en el relleno de la Tumba 17), ayuda a confirmar y completar los resultados de los análisis de C14 efectuados a los restos halados en la cata de 2010. Este fragmento de panza de ataifor melado, con goterones de manganeso bajo cubierta, abarca una cronología desde el siglo X hasta el siglo XII. Así se cubren las fechas históricas de dominio islámico en las que no hallamos enterramientos en la cata de 2010.

Figura 34. Fragmento de ataifor de los siglos X a comienzo del XII

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• En cuanto a la densidad de enterramiento, la cercanía de las tres catas realizadas permite una hipótesis fiable, y deducir una ocupación intensa del espacio en esta zona, especialmente si se confirma en el futuro la existencia de varias capas de enterramientos. Ello confirmaría la estimación mínima de enterramientos en esta necrópolis, para la superficie ya propuesta en 2010 de veinte mil metros cuadrados, de unos 4.500 individuos adultos. • El espacio sin tumbas documentado al norte del área excavada quizá pueda pertenecer a una calle del cementerio. Estas suposiciones deben ser corroboradas o refutadas por futuras investigaciones que delimiten completamente la necrópolis, en especial en sus lados norte, este y sur.

Figura 35. Vista general de los enterramientos detectados en 2012

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Figura 36. Plano general de los enterramientos detectados en 2012

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Figura 37. Plano general de los enterramientos detectados entre 2010, 2011 y 2012

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TERCERA CATA ARQUEOLÓGICA EN LA AVENIDA OBISPO CONGET (TAUSTE). Octubre 2012 Las siguientes líneas tienen como objeto el análisis de los restos humanos encontrados durante la tercera excavación de la necrópolis musulmana en Tauste (Zaragoza), organizada por la Asociación Cultural El Patiaz de la localidad. El material de estudio son 12 esqueletos, la mayoría incompletos, existiendo 9 correspondientes a adultos y 3 a individuos infantiles. La orientación y forma de enterramiento, hacia la Meca, en decúbito lateral y sin ajuar, ratifican la pertenencia de los restos a una necrópolis islámica. Se realiza un análisis básico de cada uno de los individuos, para determinar edad y sexo, además de un estudio paleopatológico empírico.

ANÁLISIS ANTROPOLÓGICO Tumba 9 En la numerada como tumba 9 se localiza un esqueleto casi completo, perteneciente a una mujer de avanzada edad, dado el desgaste presente en los restos. Biometría: Según el índice craneal, el esqueleto presenta un dolicrocráneo. La medición de los huesos largos se utiliza para determinar la estatura del individuo. De acuerdo con las tablas de Pearson, ésta rondaría el 1,55 m. Las tablas de Trotter-Glesser aportan un resultado un poco mayor, 1,60m., más correspondiente a la medición in situ del esqueleto en el momento de la exhumación. Determinación del sexo: El cráneo presenta un ínion redondeado y una apófisis mastoides poco marcada. Los arcos supraciliares son poco robustos y el hueso frontal presenta poca oblicuidad. La mandíbula cuenta con una región mentoniana poco prominente. La pelvis es ancha, el arco ventral está bien definido y el sacro está inclinado. Todos estos marcadores indican que se trata un individuo de sexo femenino. Determinación de la edad: Se lleva a cabo el análisis de desgaste dental, superficie esternal, carilla auricular, sínfisis pubiana y sinostosis de las suturas craneales.

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La superficie del extremo de la costilla presenta pared adelgazada, hueso poroso y un canal profundo, correspondiente al desgaste de grado 5 (ISCAN), que revelaría una edad entre 33 y 46 años. La morfología de la carilla auricular es macroporosa, con superficie irregular y actividad retroarticular. Grado 7-8 de acuerdo con los criterios de Meindl y Lovejoy, lo que indica una edad entre 50 y 60 años. En la sínfisis pubiana, el tubérculo púbico está diferenciado, con presencia de una superficie granulosa en las zonas ventral y dorsal. La cara está aplanada, con alguna depresión y existen erosiones superiores. Grado IV-V según Suchey-Brooks, atribuyendo una edad de 48,1, con un margen de 14,6 años. Las suturas craneales están completamente obliteradas en su situación coronal, sagital y lamboidea. No hay presencia de sutura metópica. Según el criterio de Dérobert-Fully, la edad estaría comprendida entre 45 y 60 años. En cuanto al análisis dental, se conservan casi todas las piezas de arcada superior e inferior, apareciendo gran desgaste en ellas, lo que ratifica la hipótesis de una edad avanzada. Las piezas presentan un desgaste desigual en la superficie molar. Aparece expuesta gran parte de la dentina en cada tipo de diente, desde incisivos a molares. Siguiendo a Brothwell y Guerasimov, se determina un intervalo de edad entre 40 y 50 años. Análisis paleopatológico: Presencia de marcadores de edad avanzada, como el desgaste y alisado de conexiones entre falanges y metacarpos, así como erosión ósea, con porosidad en las cabezas de los huesos largos. Signos artrósicos en vértebras, con exostosis espiculosa en forma de osteofitos y aplanamiento en vértebras lumbares (foto1). Presencia de nódulos de Schmörl por degeneración debido al envejecimiento. Se aprecia además el desgaste de los discos intervertebrales por efecto del rozamiento.

Foto 1: Osteofitos y nódulos en vértebra lumbar.

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Marcado retroceso alveolar presente en mandíbulas superior e inferior. Se observa la pérdida de piezas dentales ante-mortem con posterior reabsorción alveolar. Aparece hipoplasia dental en incisivos y un absceso en la arcada superior. Algunas piezas presentan además caries y cálculos, así como desgaste en la cúspide (foto2).

Foto 2: Caries y cálculos en piezas dentales.

El individuo presentaba robustez en el miembro superior del cuerpo. Se aprecian entesopatías en falanges y cúbito, con recrecimiento en la parte superior de la cabeza (fotos 3 y 4).

Foto 3: Marcadores de estrés en falanges

Foto 4: Recrecimiento en cabeza del cúbito

Tumba 10 En la tumba 10 se localiza un esqueleto incompleto que consta tan solo de la mitad inferior del cuerpo. Se conservan ambos fémures y tibias, fragmentos de peroné y algunos huesos del pie. Determinación del sexo: Se realiza una medición de los huesos largos disponibles. Dicha medición indica valores asociados al sexo masculino, hipótesis que combina con la robustez de los huesos conservados (presencia de inserciones tendinosas muy marcadas en el peroné).

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Determinación de la estatura: Se aplican a los parámetros de medición de fémur y tibia las tablas de Pearson y Trotter-Glesser para determinar la estatura, que variaría entre 1,60 y 1,62 metros. Determinación de la edad: No existen elementos de estudio suficientes, dada la ausencia de suturas craneales, costillas y piezas dentales. Tampoco se puede realizar un análisis concluyente de la pelvis, que aparece fragmentada. No obstante, el estudio patológico indica una edad avanzada. Análisis paleopatológico: Aparecen signos de desgaste en mesetas tibiales, compatibles con la degeneración propia de la edad, así como recrecimientos artrósicos en el cuello del fémur (foto5) y necrosis en la fosa de conexión con el músculo obturador interno. Se aprecia la presencia de una zona lisa y regular por encima de la superficie articular del cóndilo medial femoral, compatible con la faceta de Charles, que indicaría una actividad de acuclillamiento (foto 6).

Foto 5: Artrosis en el cuello de la cabeza femoral.

Foto 6: Zona lisa en la superficie del cóndilo medial del fémur, compatible con la faceta de Charles.

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Tumba 11 Se exhuma un esqueleto casi completo, pero en muy mal estado de conservación debido a la acción del terreno. Se realiza un análisis del cráneo y esqueleto postcraneal. Determinación del sexo: El estudio biométrico de los huesos largos aporta valores compatibles con el sexo masculino. La hipótesis se ratifica mediante la observación de la robustez de los huesos y los marcadores sexuales del cráneo. Se observan órbitas oculares bajas, glabela saliente e ínion apuntado. El gónion es anguloso y el mentón prominente. Además, se observa un sacro largo y excavado y una aguda escotadura ciática. Determinación de la estatura: Se aplican los parámetros biométricos con las tablas de Pearson y Trotter-Glesser para determinar una estatura entre 1,60 y 1,65 m. Determinación de la edad: No se puede llevar a cabo un análisis de las suturas craneales, ya que la presión del terreno ha fragmentado el cráneo. Se observa un desgaste dental avanzado, con presencia de grandes círculos de dentina expuesta en los dientes molares, lo que nos acerca a una edad aproximada a los 45 años de acuerdo con los criterios de Brothwell. La degeneración presente en los huesos, examinada durante el análisis patológico, apoya esta conclusión. Análisis paleopatológico: La característica más relevante de este esqueleto es la presencia de una trepanación en el hueso parietal izquierdo del cráneo. Se trata de una trepanación por barrenado, de forma circular y presencia del surco de incisión de la herramienta. Los bordes no son abruptos, sino biselados y existe regeneración en el perímetro, lo que indica recuperación en vida (foto 7).

Foto 7: Trepanación en el cráneo, por técnica de barrenado, con supervivencia.

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La cara interna del cráneo en el área de la trepanación presenta surcos de recuperación en vida. En la zona anexa, se aprecia surcos vasculares y porosidades, con desaparición de las celdillas diploicas y excrecencias espiculosas, que parecen indicar algún tipo de infección posterior a la trepanación, tal vez a causa de la herida. Esta observación podría corresponderse con una lesión osteomielítica (foto 8).

Foto 8: Trepanación y posible lesión osteomielítica.

Basándonos en esta observación, se analizan los huesos largos en busca de otras lesiones compatibles con osteomielitis, hallando presencia de abscesos y porosidades en tibia (foto 9) y cabeza de fémur, así como afectación en los cuerpos de las vértebras lumbares, con presencia de desgaste de los discos intervertebrales y nódulos de Schmörl. También se aprecia un amplio desgaste en la carilla auricular de la pelvis, completamente desintegrada.

Foto 9: Abscesos en cabeza tibial.

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Tumba 12 Se conserva cráneo y mayor parte de los huesos largos. Se lleva a cabo análisis biométrico de los mismos. El índice craneal se corresponde con un dolicocráneo. Determinación del sexo: La medición de los huesos largos arroja valores compatibles con sexo masculino. Se observan marcadores en el cráneo: glabela saliente, órbita definida, ínion marcado y apófisis mastoides pronunciada. La escotadura ciática angulosa y la excavada forma del sacro apuntan también a un varón, al igual que la robustez en miembro superior e inferior, con marcadas inserciones ligamentosas en húmero, cúbito y radio, tibia y peroné. Determinación de la estatura: Se aplican los valores biométricos con las tablas de Pearson y Trotter-Glesser, determinando una estatura entre 1,58 y 1,62m. Determinación de la edad: Se analiza la morfología de la carilla auricular de la pelvis, que presenta una superficie granulada, con osteofitos aislados. No se registran resultados concluyentes de la sínfisis pubiana, debido a la fragmentación de la pelvis. La obliteración de las suturas craneales es casi completa. No hay presencia de sutura metópica. El desgaste dental es moderado, según el criterio de Brothwell. Se establece para el individuo un intervalo de edad entre 40 y 45 años. Análisis paleopatológico: Se observan diversas entesopatías en falanges, así como exostosis calcáneas (espinas) en ambas rótulas y calcáneo, correspondientes con marcada actividad de acuclillamiento y caminatas (foto 10). También se aprecian recrecimientos en la inserción del obturados del fémur, el olécranon del cúbito y el epicóndilo lateral del húmero.

Foto 10: Osteofitos en calcáneo y rótulas.

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Se aprecian signos artrósicos con exostosis en falanges distales y proximales de las manos. Los cuerpos vertebrales, especialmente los correspondientes a las lumbares, aparecen desgastados y muchos de ellos necrosados debido a su degeneración. Se aprecia además aplanamiento vertebral debido a la edad (foto 11). Se observa enfermedad periodontal, con retroceso alveolar moderado en arcada superior y reabsorción alveolar tras pérdida de dientes en vida (foto 12).

Foto 11: Desgaste de cuerpos vertebrales.

Foto 12: Arcada superior que muestra retroceso alveolar por enfermedad periodontal.

Tumba 13 Se exhuma un esqueleto incompleto con signos de degeneración avanzada y huesos fragmentados. Se lleva a cabo el estudio biométrico de los huesos disponibles. El índice craneal corresponde a un dolicocráneo. Se observa la presencia de huesos wormianos en lambda. Determinación del sexo: No se puede realizar un estudio concluyente la pelvis debido a su fragmentación, por lo que se analizan los marcadores craneales. Se observa robustez mandibular y marcada apófisis mastoides, por lo que se determina sexo masculino.

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Determinación de la estatura: Se aplica la medición del húmero, único hueso largo disponible, para la determinación de la estatura de acuerdo con los criterios de Pearson y Trotter-Glesser, concluyendo una altura entre 1,60 y 1,65. Determinación de la edad: Se realiza un análisis de la sinostosis de las suturas craneales en base a los criterios de Dérobert y Fully. No hay presencia de la sutura metópica, el resto están completamente obliteradas, determinando un intervalo de edad de 45 a 50 años. Se estudia el desgaste dental de acuerdo a las tablas de Brothwell, determinando un desgaste entre moderado y avanzado en la superficie de los tres molares, con la conclusión de un intervalo de edad entre 33 y 45 años. Análisis paleopatológico: Presencia de enfermedad periodontal, con retroceso alveolar, hipoplasia del esmalte, abscesos fistulosos y sarro en las piezas dentales. Aparece una marcada patología vertebral, con numerosos nódulos en el núcleo corporal. Se observa un avanzado desgaste del espacio intervertebral, con presencia de hernias discales y aplastamiento (fotos 13 y 14).

Foto 13: Desgaste intervertebral con herniación.

Foto 14: Aplastamiento dorsal con desgaste del disco intervertebral, llegando casi hasta la fusión.

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Tumba 14 En la tumba 14 se exhuma un individuo infantil alofiso, del que se conservan fragmentos de cráneo, las diáfisis de los huesos largos, así como pelvis en formación y algunos cuerpos vertebrales (foto 15). No se puede determinar el sexo. Para determinar la estatura, se aplica la medición biométrica con los criterios de Pineau y Sterwart, determinando una estatura en torno a los 98 cm. Determinación de la edad: La mayoría de los huesos largos no presentan epífisis formada. Sí está formada la clavícula derecha, primer hueso del cuerpo que se osifica, y una de las vértebras dorsales está casi soldada. Dado que la soldadura con los huesos del arco se origina a partir del tercer año, se determina una edad entre los 2 y los 4 años.

Foto 15: Esqueleto de individuo infantil.

La mandíbula presenta piezas dentales deciduas, con incisivos ya formados y caninos y molares sin formar. Se observa la presencia de gérmenes de dientes permanentes (foto 16). La formación dental indica un intervalo de edad, de acuerdo con los estadios de Schour y Massler, entre los 3 y 4 años.

Foto 16: Mandíbula con dientes de leche y gérmenes de piezas permanentes.

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Tumba 15 En la tumba 15 se exhuma un esqueleto completo, con evidentes signos de degeneración. Se realiza la toma y posterior análisis de valores biométricos de los huesos largos e índice craneal, que corresponde a un dolicocráneo. Determinación del sexo: Los parámetros de medición de los huesos largos corresponden a un esqueleto de mujer. El cráneo presenta un ínion poco marcado, apófisis mastoides redondeada y mandíbula poco prominente. La pelvis presenta un arco ventral bien diferenciado y una escotadura ciática redondeada, signos de los que se concluye que se trata de un individuo de sexo femenino. Determinación de la estatura: Se aplican las tablas de Pearson, DuppertiusHadden y Trotter-Glesser con las medidas de fémur, tibia, radio y húmero. Se establece una estatura de 1,58 metros. Determinación de la edad: No se puede analizar el grado de obliteración de las suturas craneales ya que el cráneo se encuentra fragmentado debido a la presión del terreno. Se examina la sínfisis pubiana, de acuerdo con los estadios propuestos por Suchey y Brooks. La superficie es granulosa, no presenta crestas, pero sí algún osteofito aislado, y el margen está casi completo, por lo que se determina una edad entre 28 y 48 años. La morfología de la carilla auricular es también granular y áspera, correspondiente al estadio 4, según Meindl y Lovejoy, y a una edad de 35 a 39 años. Una conclusión similar ofrece el análisis del desgaste dental, de moderado a avanzado, con exposición de la dentina en la superficie de los molares y pérdida de la corona en una de las piezas, estableciendo la edad entre 33 y 45 años. Análisis paleopatológico: Se observa la presencia de patología dental, con marcado retroceso alveolar en la arcada superior (foto 17).

Foto 17: Sarro y retroceso alveolar.

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Se observa reabsorción alveolar por pérdida en vida de piezas dentales. Existen caries con afectación a la cavidad pulpar y acumulación de sarro en varias piezas, así como desgaste y deformación de las coronas. Aparecen signos de artrosis en el metacarpo del pulgar izquierdo (foto 18) y las vértebras lumbares. Se aprecia aplastamiento en los cuerpos vertebrales y osteofitos en los extremos (foto 19).

Foto 18: Signos artrósicos en metacarpo.

Foto 19: Aplastamiento y osteofitos vertebrales.

Tumba 16 Se exhuma esqueleto infantil, del que tan solo se conservan fragmentos del cráneo y de algunos huesos largos. Los restos están muy estropeados por la acción del terreno, pero de su pequeño tamaño se deduce una corta edad. No es posible determinar sexo ni estatura con los restos disponibles. Determinación de la edad: Se conservan piezas dentales sin raíz completa: cuatro incisivos superiores, tres caninos y seis molares, además de tres gérmenes de primer molar permanente (foto 20). De acuerdo con los estadios de crecimiento de Schour y Massler, se establece una edad en torno a los 2 años.

Foto 20: Piezas dentales de individuo infantil.

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Tumba 17 En la tumba 17 se exhuma un esqueleto completo. El cráneo aparece en mal estado de conservación y muy fragmentado, por lo que no es posible determinar índice craneal. Determinación del sexo: Se supone sexo masculino en la primera observación dadas las grandes proporciones de los huesos largos. El estudio biométrico ratifica amplias mediciones (fémur de 47 cm.), correspondientes a los parámetros de un varón, y apoyadas por la robustez de los restos conservados. No hay registro de marcadores del cráneo más allá de un ínion muy pronunciado. La mandíbula ofrece rasgos marcados. El sacro es largo y excavado. La pelvis está muy fragmentada y su análisis no ofrece resultados concluyentes. Se determina sexo masculino. Determinación de la estatura: Se realiza la aplicación de las medidas de los huesos largos de acuerdo con las tablas de Pearson, Dupertius-Hadden y TotterGlesser, arroja resultados entre 1,72 y 1,76 metros. Determinación de la edad: Las suturas que se observan en el cráneo (muy mal conservado) muestran una acentuada obliteración. El intervalo de edad oscilaría entre 30 y 70 años (Broca) y 40 y 50 años (Dérobert-Fully). El estudio dental indica una edad madura, con un estadio de desgaste 4-5, según Perizonius, y estableciendo una edad de 33 a 45 años de acuerdo con los criterios de Brothwell. No hay registro de la pelvis. Análisis paleopatológico: Se observa degeneración propia de la edad en las vértebras y signos atrósicos, con moderada pérdida de los discos cartilaginosos, aplanamiento de los cuerpos vertebrales y algunos osteofitos. Se aprecia asimismo una exostosis perifoveal en las cabezas de ambos fémures, asociada a la artrosis (foto 21). El húmero presenta un orificio epitrócleo coronoideo por actividad de extensión del codo.

Foto 21: Exostosis perifoveal por artrosis.

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Además, se aprecian marcas de entesopatías en falanges y la espina tibial (foto 22).

Foto 22: Marcas entesopáticas en falanges.

Tumba 18 Se exhuma tan solo el miembro superior del esqueleto. Se conserva el cráneo, fragmentado, costillas, 21 vértebras, húmero, cúbito y radio izquierdos, clavícula izquierda y manubrio. Al ser el esqueleto más antiguo, ya que se encontraba en la capa más profunda, aparece muy estropeado por la acción del terreno. Determinación del sexo: Se observa apófisis mastoides pronunciada y mentón prominente en la mandíbula inferior, compatible con sexo masculino. La biometría de los huesos largos indica lo mismo. Se determina sexo masculino. Determinación de la estatura. Se aplica la medición de los huesos largos combinada con los parámetros de Pearson y Trotter-Glesser, arrojando un intervalo de estatura entre 1,62 y 1,65 metros. Determinación de la edad: No se conserva la pelvis. El cráneo se encuentra fragmentado y no hay registro de las suturas. La superficie costal presenta margen irregular, con leve depresión del canal articular y apariencia granulada. Se determina un intervalo de edad entre 36 y 32 años (ISCAN). El desgaste dental es más pronunciado en incisivos, con exposición de la dentina. Los molares no presentan un desgaste acusado y conservan las cúspides. De acuerdo con los criterios de Brothwell, se determina una edad entre 25 y 35 años. Análisis paleopatológico: Se detecta patología oral con moderado retroceso alveolar, así como abscesos fistulosos y caries en alguna pieza dental. La cara vestibular de los dientes se encuentra más desgastada debido a una mordida no centrada.

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Se observa formación desigual en el pedículo de la apófisis transversa de una de las vértebras cervicales (foto 23).

Foto 23: Formación anómala en cervical.

Las vértebras presentan algunos nódulos de Schmörl en sus cuerpos, debido a una leve degeneración por la edad. La desviación de la apófisis espinosa (foto 24) en las dorsales sugiere algún tipo de escoliosis.

Foto 24: Nódulo en cuerpo vertebral y desviación de la apófisis espinosa.

Tumba 19 Se exhuma un esqueleto sin huesos largos completos, por lo que no se puede llevar a cabo un estudio biométrico. Determinación del sexo: Apenas hay marcadores para realizar una afirmación concluyente, aunque el arco superciliar poco saliente y la apófisis mastoides redondeada indican sexo femenino. No existen parámetros para determinar la estatura. Determinación de la edad: Los huesos del cráneo se encuentran fragmentado, por lo que no se puede analizar la sinostosis de las suturas. Se conserva un fragmento de pelvis con carilla auricular que presenta estrías y

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superficie granulada, correspondiente a la fase 3 (Lovejoy) y a un intervalo de edad comprendido entre 30 y 34 años. El análisis dental arroja diferentes resultados, ya que existe un desgaste desigual, desde exposición de la dentina hasta pérdida casi total de la corona con exposición de la cavidad pulpar en piezas como el segundo premolar. En todo caso, se trata de un desgaste avanzado, que, de acuerdo con los criterios de Brothwell, establecería la edad entre 33 y 45 años. Análisis paleopatológico: Se detectan entesopatías en varias falanges. Los cuerpos vertebrales presentan cierta degeneración, con un leve aplastamiento lumbar. Ambas mandíbulas presentan enfermedad periodontal, con un absceso sobre el segundo premolar de la arcada superior derecha. Tanto dicha pieza como los premolares de la arcada superior izquierda presentan caries y un desgaste patológico con pérdida casi completa de corona y exposición de la cavidad pulpar. Se aprecia la existencia de un diente ectópico tras la pieza 16 (foto 25).

Foto 25: Desgaste en premolares y diente ectópico.

Tumba 20 Se exhuma un esqueleto infantil, en muy mal estado de conservación, compuesto por fragmentos de cráneo, algunas falanges en formación y fragmentos de huesos largos. No es posible determinar sexo ni estatura. Determinación de la edad: Se conservan algunas piezas dentales: cinco molares, tres caninos y dos incisivos, todos ellos decidios. Tan solo los incisivos están formados. De acuerdo con los estadios de erupción dental descritos por Schour y Massler, se estable un intervalo de edad entre 18 meses y 2 años (foto 26).

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Foto 26: Dientes conservados en la tumba 20.

CONCLUSIÓN Puestos en relación los actuales resultados de este análisis con los restos exhumados en la pasada cata arqueológica, se concluye que todos los restos pertenecen a esqueletos de tronco racial caucasoide y muestran patologías comunes, como la artrosis, asociada al lógico desgaste a causa de la edad, o la enfermedad periodontal, muy marcada en la mayoría de los esqueletos de individuos adultos, con abundante desgaste dental, así como hipoplasia, caries y cálculos en las piezas, provocados por una fuerte actividad masticatoria y la ausencia de una higiene dental apropiada en la época. La trepanación es una técnica conocida desde la antigüedad e indica una intervención con fines quirúrgicos o rituales. Una operación de este tipo que se solventa con éxito y con la supervivencia del sujeto indica un conocimiento avanzado de esta práctica.

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Los orígenes del Canal de Tauste en el Archivo del Sindicato de Riegos (ss. XIII - XVI) Juan José Morales Gómez1

Licenciado en Filosofía y Letras, Especialidad de Historia Medieval

1. INTRODUCCIÓN1 1

El presente estudio se ha beneficiado de una ayuda económica del Sindicato de Riegos de Tauste y ha contado en todo momento con el apoyo y asistencia de la Asociación Cultural El Patiaz y, señaladamente, de D. Jesús Alegre, miembro de la misma, a quienes quiero hacer constar mi reconocimiento. Este trabajo partió de una conferencia impartida el 18 de febrero de 2011 cuando la investigación sobre la materia se encontraba todavía en curso y los resultados eran provisionales. Así se expuso al comienzo de la charla. Como podrán fácilmente verificar los que asistieron a la misma, hay una distancia entre lo que se presentó aquel día y las presentes páginas, pienso que para mejor.

El Canal de Tauste es, aún para los parámetros actuales, una obra hidráulica de envergadura. Dependiente del Ebro y dedicado íntegramente al riego, cuenta actualmente con un aforo concesional autorizado de 9,305 m3/sg en origen y una longitud oficial de 42 kms., que se corresponden con la jurisdicción del Sindicato de Riegos del Canal de ese nombre y abarcan desde la toma de aguas, sita en el término de Cabanillas, hasta el límite del término de Tauste con Remolinos2. Desde un punto de vista funcional no obstante puede considerarse que tiene en torno a 60 kms. pues, tras abandonar Tauste, el cauce, aunque considerablemente mermado y con otra denominación (acequia de Remolinos), continúa hasta retornar al río a la altura de la población de Cabañas de Ebro. Esta puntualización no es baladí, pues sobre este extremo la bibliografía ha arrastrado tradicionalmente un baile de cifras, incluso en un mismo trabajo3, que suscita en primera instancia no poca incertidumbre. Los orígenes de su trazado, tal como hoy lo conocemos, se remontan a mediados del siglo XVI, aunque con unos precedentes medievales de extraordinario interés, como tendremos ocasión de ver4. Fue resultado de un acuerdo entre los municipios navarros de Cabanillas y Fustiñana y la Orden de San Juan del Hospital, señora temporal de los mismos, con el concejo aragonés de Tauste, al que muy poco después se sumó, aunque de una forma sui géneris, 2

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Canal de Tauste 1987-2007, [Tauste], Sindicato de Riegos del Canal de Tauste, [2007], pp. 12-13; Reglamento del Sindicato de Riegos del Canal de Tauste, aprobado por la Confederación Hidrográfica del Ebro el 29 de mayo de 1986 (vigente), art. 1, véase en http://www.geoscopio.com/empresas/tauste/ (15/12/2012). Como sucede con LLAURADÓ Y FABREGAS, Andrés, Tratado de aguas y riegos, vol. II, Hidrología agrícola de España, Madrid, Imprenta de Moreno y Rojas, 1884 (2ª ed. corregida y aumentada), que si en un primer momento habla de un recorrido de 44.586 ms. (p. 352) poco más adelante lo troca en 59 kms. (p. 354). Aunque desde luego dista mucho de ser el canal más antiguo de Europa, como se viene repitiendo en medios divulgativos periódicamente. Semejante infundio viene de muy atrás. A decir de ESTEBAN CHAVARRÍA, Juan P., Memorias históricas de Fustiñana (Navarra), Zaragoza, Tipografía La Académica - F. Martínez, 1930, p. 52, su procedencia primigenia es un comentario de Joaquín Costa. Pero no he podido dar con la cita original en la obra publicada de ese autor. Sea como sea, sólo puede achacarse a un desproporcionado acceso de entusiasmo.

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la población también navarra de Buñuel. Su actual fisonomía, sin embargo, data esencialmente de fines del siglo XVIII en que, tras pasar a formar parte del patrimonio real en 1781 y ser incorporado al proyecto del Canal Imperial -a partir de ese momento se hablará de la empresa de los Canales Imperial y Real de Tauste- fue objeto de una profunda remodelación bajo la dirección de Pignatelli que supuso, entre otras cosas, multiplicar por más de dos la capacidad de su aforo5. Aunque por supuesto ha habido mejoras posteriores. La categoría formal de Canal fue adquirida tras la remoción de fines del Setecientos, que antes nunca fue calificado de otra cosa que de Cequia; un tránsito coincidente con el del actual Canal Imperial y otras muchas grandes conducciones españolas. Pero la nomenclatura de Tauste es mucho más antigua. Viene dada por el singular protagonismo histórico de esta villa en su erección y se constata desde los primeros tiempos de su intervención, en la segunda mitad del siglo XV. Debió ser la denominación más corriente a lo largo de los siglos. Procede del habla coloquial, tal y como la Acequia era conocida comunment o vulgarment, como precisan de vez en cuando los documentos. De ahí desciende su primer nombre oficialmente reconocido, el Canal Real de Tauste, acuñado en los tiempos de Pignatelli, que dará paso al vigente. Pero en tiempos históricos ese nominal no tuvo plena fijeza, no siendo difícil encontrar la Acequia designada también como de Ebro o, aunque más raramente, de Cabanillas, Fustiñana y Tauste y aun del Prior de San Juan, con diferentes variantes. El hallazgo de estos apelativos de forma aislada en la documentación ha sugerido a algunos autores que la Acequia recibió nombres diferentes, según las épocas6. Sí parece que en los momentos de arranque de sus dos fases de fundación, mediados de los siglos XV y XVI, la situación, todavía muy indefinida, propició el predominio de la denominación más simple y genérica de Acequia d´Ebro, como sucedió por 5

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Para un detalle de estas obras hasta 1787 véase PONZ, Antonio, Viage de España…, t. XV, Madrid, Viuda de Ibarra, Hijos y Compañía, 1788, pp. 156-175. La perspectiva general del conjunto de la intervención en la Descripción de los Canales imperial de Aragón i Real de Tauste…, del Conde Sástago, Zaragoza, Francisco Magallón, 1796 (existen dos reediciones facsímiles recientes promovidas por el Centro de Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo que datan de 1984 y 1998, la primera formando parte de un compendio documental y gráfico misceláneo sobre el Canal Imperial titulado precisamente Canal Imperial de Aragón, la segunda exenta), especialmente pp. 132-136. El problema es que la atención dedicada al Canal de Tauste en esta obra es muy exigua, algo reconocido por el propio autor que se excusa asegurando dar de el una completa descripción acompañada de laminas en el futuro (p. 132), promesa no obstante que dejó incumplida. El debate es antiguo constatándose opiniones al respecto desde el siglo XIX. Véase, por ejemplo, MADOZ, Pascual, Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, vol. XIV, Madrid, Imprenta del Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de Pascual Madoz, 1849, p. 676.

otra parte con otras sangraderas del gran río en las mismas circunstancias7. Esta designación también tiende a prevalecer en la documentación referida a los asuntos internos de Tauste, pero pienso que por razones eminentemente prácticas: en ese contexto, la Acequia d´Ebro es una identificación mucho más precisa y determinante que de Taust8, como es patente. Pero, fuera de esas situaciones, la forma más ordinaria de reconocimiento sería la última mencionada, lo que no es óbice para que todos estos títulos coexistan e incluso sean intercambiables: hasta en un mismo documento se puede encontrar en un momento dado al caz nombrado como de Taust y, poco después, de Ebro9.

2. Balance historiográfico No puede decirse que el Canal de Tauste sea un desconocido en la hidráulica histórica española, aunque para el gran público carece de toda notoriedad, en parte porque no posee la espectacularidad de otras obras coetáneas, como la Mina de Daroca, la traída de aguas de Teruel o el Canal Imperial de Aragón, pero también por la total falta de difusión de sus indudables valores. No obstante, en el campo de los especialistas de la historia de los regadíos y, aunque con menos énfasis, de la ingeniería hidráulica, pasa por ser una relevante realización del Quinientos, no ya a escala regional sino incluso nacional. Así es reconocida en la mayoría de las síntesis sobre la materia10, mereciendo incluso figurar en 7

La misma Acequia Imperial, al principio, en la fase de planeamiento, era llamada de este modo, FERNÁNDEZ MARCO, Juan Ignacio, El Canal Imperial de Aragón. Estudio Geográfico, Zaragoza, Junta del Canal Imperial de Aragón, Departamento de Geografía Aplicada del Instituto Juan Sebastián Elcano, 1961, pp. 83-85. En Ribaforada se habla en el siglo XIII de otra cequia d´Ebro, FOREY, A. J., “Notes on irrigation in north-easter Spain during the XIIth and XIIIth century”, Anuario de Estudios Medievales 17 (1987), p. 124. Etc. 8 Por ejemplo, en cierta sentencia arbitral promulgada en 1615 para poner remedio a la desastrosa situación de la hacienda del concejo de Tauste, las numerosas alusiones a la Acequia -que forma parte del patrimonio municipal- la motejan invariablemente d´Ebro, PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “Intervención de la monarquía en los asuntos municipales de gobierno en tiempos de crisis: sobre las ordenanzas de la Villa y las obras del Canal de Tauste a principios del siglo XVII”, Tauste en su historia. Actas de las XI Jornadas sobre la Historia de Tauste, (8 al 12 de febrero de 2010), Tauste, Asociación Cultural “El Patiaz”, 2012, doc. 28. 9 Véase un ejemplo de 1488 en nota 126. 10 Centrándonos en las más recientes, véanse, para el ámbito aragonés, entre otros: COLÁS LATORRE, Gregorio, “Las transformaciones de la superficie agraria aragonesa en el siglo XVI: los regadíos, aproximación a su estudio”, Congreso de Historia Rural. Siglos XV al XIX, Madrid, Casa de Velázquez-Universidad Complutense, 1984, p. 525 y ss.; PÉREZ SARRIÓN, Guillermo, “Regadíos, política hidráulica y cambio social en Aragón, siglos XV-XVIII”, en PÉREZ PICAZO, Mª Teresa, y LEMEUNIER, Guy (eds.), Agua y modo de producción, Barcelona, Crítica, 1990, pp. 225-226; BLÁZQUEZ HERRERO, Carlos, y PALLARUELO CAMPO, Severino, Maestros del agua, Zaragoza, Gobierno de Aragón, 1999, vol. I, p. 337 y ss.; MATEOS ROYO, José Antonio, “Expansión económica, intervención pública y desarrollo tecnológico preindustrial: la política hidráulica municipal en Aragón durante el siglo XVI”, Llull 61 (2005), pp. 138-139. Para el nacional: BERNABÉ GIL, David, “Política

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obras de cierto prestigio y aparato -y fuerte carácter selectivo- como el Catálogo de treinta canales españoles anteriores a 1900 de José Antonio Fernández Ordóñez y colaboradores11 o el catálogo de la gran exposición Felipe II, los ingenios y las máquinas que abordaba monográficamente la Ingeniería y obras públicas en la época de Felipe II12. De hecho, en los siglos XVIII y XIX, hasta la irrupción de los grandes planes contemporáneos de colonización y regadío, la noción de que el Canal taustano era, en su género, la segunda infraestructura más importante del reino de Aragón, sólo por detrás del Imperial, tuvo su predicamento13, una apreciación en la que, por supuesto, interviene un cierto componente de emulación local, cuando no otros intereses, pero que no deja de denotar la importancia de la obra. En esta línea, algunos autores actuales llegan hasta a plantear la hipótesis de que la importancia económica del taustano fue superior a la del Imperial, al menos hasta la ampliación de Pignatelli14.

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hidráulica en la España de los Austrias”, en ALBEROLA, Armando (ed.), Cuatro siglos de técnica hidráulica en tierras alicantinas, Alicante, Instituto de Cultura Juan Gil Albert-Diputación Provincial, 1995, p. 75; LEMEUNIER, Guy, “Hidráulica agrícola en la España mediterránea, ss. XVI-XVII. La formación de los regadíos clásicos”, en BARCIELA LÓPEZ, Carlos, y MELGAREJO MORENO, Joaquín (eds.), El agua en la Historia de España, Alicante, Universidad, 2000, p. 78; LÓPEZ GÓMEZ, Antonio, “Presas y canales de riego en los siglos XVI y XVII”, en GIL OLCINA, Antonio, y MORALES GIL, Alfredo (coords.), Hitos históricos de los regadíos españoles [ponencias del Seminario celebrado en Alicante, 1990], Madrid, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, 1992, p. 108, etc. La única excepción relevante la constituye SEGURA GRAIÑO, Cristina (dir.), Historia de los regadíos en España (...A.C.-1931), Madrid, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, 1991, para quien el Canal de Tauste constituye un fracaso (vid. pp. 314 y 317). Considerando que este trabajo no parece manejar ninguna fuente desconocida para los demás, que llegan a conclusiones diametralmente opuestas, no cabe sino deducir que se trata de un error de interpretación. Cabe decir en su disculpa que el objetivo de esta obra es tan ambicioso -presentar una panorámica al completo de toda la hidráulica histórica española- que resulta casi imposible no incurrir en algún tipo de olvido o yerro. Le dedica íntegro un capítulo, pp. 134-145. Este libro fue editado por el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y la Comisión de Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo en Madrid en 1986. Vid. pp. 230-231. La edición de esta obra corrió a cargo de la Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, Madrid, 1998 (reed. en 1999). ITURRI DEL RONCAL, Basilio, Historia de Nuestra Señora de Sancho Abarca, Pamplona, Alfonso Burguete, 1729 (reed. de Víctor Angoy Sancho, Tauste, 1992), p. 70. Cartas sobre riegos por un aficionado, Zaragoza, Tipografía de Juan C. Cavero, [1873] (2ª ed. corregida y aumentada), p. 53. Este último trabajo se publicó originalmente en el periódico El Imparcial Aragonés, por entregas, en el año 1869. No es difícil, sobre todo en el ámbito de los historiadores de la ingeniería, encontrar desde fechas tempranas estas Cartas atribuidas a Mariano Royo, rector que fue del Canal Imperial entre 1865 y 1900. Véanse algunos ejemplos en nota 24. Aunque la lectura del texto revela una personalidad muy afín a la administración del Canal y defensora a ultranza de su gestión, no encuentro ninguna prueba firme que sostenga semejante imputación. Es más, la obrita, al menos en su segunda edición, que es la que he manejado (llegó a reeditarse una tercera vez de la mano de la Federación Aragonesa, Zaragoza, Imprenta y fotograbado del Heraldo, 1913), incluye una carta proemio dirigida a mi mejor amigo Mariano Royo que, en primera instancia, hace francamente sorprendente la propuesta. BLÁZQUEZ HERRERO, Carlos, y PALLARUELO CAMPO, Severino, óp. cit., vol. I, p. 337. Carlos Blázquez vuelve a reiterarla en su artículo “Entre el desierto y la vega: Tauste y sus obras hidráulicas”, Tauste en su historia. Actas de las III Jornadas sobre la Historia de Tauste (10 al 14 de diciembre de 2001), Tauste, Patronato de la Casa de Cultura - Ayuntamiento, 2003, p. 247.

Esta indudable trascendencia contrasta de forma muy llamativa con el pobre conocimiento que tenemos de los primeros siglos de su historia. El repaso de la bibliografía sectorial revela un tratamiento tan sumario como reiterativo: poco más o menos el mismo puñado de noticias repetidas una y otra vez con escasas variantes y, lo que resulta más significativo, sin mención casi nunca de las fuentes de información primaria; todo lo más -y no siempre- la remisión a algún trabajo anterior. Remontándonos de cita en cita hemos podido verificar que la mayor parte de lo que hoy sabemos sobre la trayectoria histórica más pretérita del Canal de Tauste es una herencia, poco actualizada, de mediados del siglo XIX, fruto de una coyuntura muy concreta. La muerte de Fernando VII en 1833 señaló el arranque del desmantelamiento definitivo del Antiguo Régimen. La situación resultante, muy fluida, de cambios acelerados y acusada inestabilidad política se caracterizó, en el contexto que nos interesa, por una contestación generalizada y socialmente amplia a la estructura heredada de la administración de los Canales Imperial y de Tauste, una institución al fin y al cabo de carácter feudal. Concluirá con la devolución del segundo a sus propietarios originales en 1848 -los municipios de Cabanillas, Fustiñana, Buñuel y Tauste- y una variación muy sustancial de la naturaleza y condiciones de explotación del Imperial15. Pero no antes de un debate, del que estamos mal informados pero que suponemos duro, entre la dirección de los Canales y los regantes, que la prensa se encargó de hacer del dominio público. Eso supuso, en el caso del Canal de Tauste, dar amplia publicidad a los antecedentes históricos de la obra, pues en esas diatribas uno de los argumentos fundamentales de las quejas contra la empresa de los Canales y, por extensión, el Estado era, precisamente, la vulneración de los derechos históricos de los pueblos condueños por la absorción de 1781. Son estos materiales y estas pasiones el punto de partida de la redacción de los tres textos que, aun hoy, siguen siendo las fuentes de información fundamentales para la historia del Canal de Tauste: - la voz correspondiente del Diccionario de Pascual Madoz, que aparece en 184916. 15 Este proceso es bien estudiado por FRANCO DE ESPÉS, Carlos, “De enfiteutas a propietarios: la disolución del Antiguo Régimen en las tierras del Canal Imperial de Aragón”, en CHUST CALERO, Manuel (ed.), De la cuestión señorial a la cuestión social. Homenaje al profesor Enric Sebastià, Valencia, Universitat de València, 2002, pp. 39-58. 16 MADOZ, Pascual, óp. cit., p. 676.

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- la Memoria de los Canales de Aragón de Joaquín Alcorisa, director de los Canales por aquel entonces, impresa en 1839 y, más concretamente, dentro de ella, una Contestación -el autor hace acopio en la publicación de diferentes materiales- a un artículo inserto en el número 34 del periódico titulado El Aragonés17 sobre pago de derechos al Canal de Tauste18. - las Cartas sobre riegos por un aficionado, de autor anónimo, que dedican la Carta Setima íntegra al Canal de Tauste y ven la luz inicialmente en forma de artículos periodísticos en 1869 para, poco después, ser reunidos y editados en forma de opúsculo19. Mención aparte merecen las historias locales algo posteriores de Juan Esteban Chavarría, Memorias históricas de Fustiñana20, y la más breve de Mariano Supervía Lostalé, Tauste21, que, como es lógico, dedican algunos pasajes a la trayectoria del Canal. Son relatos muy sucintos que no inciden más que en los jalones cronológicos básicos, ya relacionados en los trabajos anteriores, y no aportan información novedosa más que de forma limitada -además de alguna fábula-, pero tienen el atractivo de que manejan directamente documentación primaria, que no siempre ha perdurado, de la que incluso extraen citas textuales. Con todo, su influencia ha sido inapreciable y no han tenido apenas proyección fuera del círculo estrictamente local. Volviendo a los tres textos principales, vale la pena destacar que no se trata de reposadas elaboraciones historiográficas sino de discursos polémicos hijos de su actualidad, con posicionamientos muy netos a favor de la postura de los antiguos municipios condueños el primero y de la dirección de los Canales los otros dos. Aun hoy, la utilización de uno u otro de estos auténticos alegatos se presenta en no pocas ocasiones de forma excluyente, casi partidista, 17 No he podido localizar número alguno de esa cabecera. 18 ALCORISA, Joaquín, Memoria sobre los Canales de Aragón. Memoria dirigida en 26 de marzo de 1839 a la Dirección General de Caminos y Canales sobre la cuota que debería cobrarse en frutos este año por los derechos líquidos del agua que la empresa de los Canales de Aragón suministra a los regantes, Zaragoza, Imprenta de Roque Gallifa, 1839, pp. 57-65. Este texto es reproducido de nuevo, sin apenas variaciones, en ALCORISA, Joaquín, Memoria sobre los canales de Aragón titulados Imperial y de Tauste que Joaquín Alcorisa, del Consejo de S.M. y Director de los mismos, tiene el honor de ofrecer a la Regencia Provisional del Reino, Zaragoza, Imprenta de Roque Gallifa, 1841, p. 10 y ss. 19 Para las cuestiones relativas a su edición y autoría véase nota 13. 20 Óp. cit. 21 En MONTSERRAT DE BONDÍA, Sebastián, y PLEYÁN DE PORTA, José, Aragón histórico, pintoresco y monumental, vol. II, Zaragoza, Imprenta del Aragón histórico, 1885, pp. 103-124. La pequeña síntesis que dedica al Canal (pp. 106-108) reproduce literalmente un texto facilitado por Mariano Laborda, pariente de Mariano Supervía y Secretario del Sindicato de Riegos por entonces.

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demostrando que el trasfondo de esa confrontación de hace tantos años todavía sigue, sutilmente, vigente22. No obstante tal circunstancia no afecta a los propósitos de las presentes páginas. El manejo de los datos históricos más lejanos en el tiempo es en estos trabajos un motivo de interés secundario. Es su presente y los acontecimientos más próximos que lo han conformado lo que les preocupa. No se detendrán por tanto en ellos más que lo imprescindible. Vistos fríamente, para todo lo anterior al siglo XVIII, apenas pasan de la categoría de apretadas sinopsis, muy positivistas, por lo demás muy semejantes entre sí. Con sus limitaciones, sirvieron, con todo, para rescatar esta obra del olvido23. Rápidamente asumidos sus contenidos, y en particular las Cartas, por la historiografía sectorial de su tiempo, el Canal de Tauste ocupa desde entonces un lugar en la historia hidráulica española24. 22 No puede ser casual que dentro de la sólida corriente vindicativa de la gestión estatal de los Canales y sus indudables logros, en general, y la figura y labor de Pignatelli, en particular, la obra de Alcorisa y, sobre todo, las Cartas sean publicaciones reconocidas y valoradas, mientras que el Diccionario de Madoz pase prácticamente inadvertido, vid. por ejemplo SÁENZ RIDRUEJO, Fernando, “Algunos aspectos poco conocidos en la historia del Canal Imperial de Aragón”, en Canal Imperial de Aragón, Madrid, Centro de Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo, 1984, vol. II, pp. 31-70. A la inversa, resulta muy significativo que en las escasas y concisas ediciones promovidas por el Sindicato de Riegos del Canal de Tauste divulgativas de su trayectoria, siempre en forma de folletos, el relato histórico siga al pie de la letra la redacción de Madoz, aunque sin citar la procedencia, vid. Historia resumida del Canal de Tauste, [Tauste], Sindicato de Riegos del Canal de Tauste, [1987], y Canal de Tauste 1987-2007…, óp. cit. Una pequeña observación: en estos dos últimos textos se constata una errata en relación con el original de Madoz -y con la realidad-: el privilegio que dio lugar a la erección definitiva de la Acequia data de 1529, no de 1524, como se presenta en estas publicaciones. El mismo yerro se constata en FERNÁNDEZ ORDÓÑEZ, José Antonio (dir.), Catálogo de noventa presas y azudes españoles anteriores a 1900, Madrid, Comisión de Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo, 1984, p. 136. Aunque el dato carece de indicación de procedencia deriva sin duda del texto anterior -o de una fuente común a ambos- pues la frase utilizada es exactamente la misma. Considerando que se trata de un trabajo aureolado de cierto prestigio, el error se ha debido transferir a muchas otras publicaciones. Probablemente sea el caso, pues se constata lo mismo, de CORTES GIMENO, Rafael, “Las obras hidráulicas medievales. Algunos aspectos técnicos”, Paisajes rurales y urbanos: métodos de análisis en Historia Medieval. III Seminario de Historia Medieval, Zaragoza, Universidad, 1994, p. 95, o el de SÁENZ RIDRUEJO, Fernando, “Ingeniería y obra pública civil”, en SILVA SUÁREZ, Manuel (ed.), Técnica e Ingeniería en España I. El Renacimiento, Zaragoza, Real Academia de Ingeniería, Institución Fernando El Católico (I.F.C.) y Prensas Universitarias de Zaragoza, 2004, p. 362, sin mención de autoridad, de nuevo, en ninguno de los dos. 23 Para el mundo erudito del siglo XVIII el Canal de Tauste era un completo desconocido. Un trabajo tan atento a las estructuras económicas de su entorno y tan interesado en documentar sus orígenes como la Historia de la economía política de Aragón de Ignacio de Asso (Zaragoza, Francisco Magallón, 1798) es incapaz de aportar dato alguno sobre sus antecedentes limitándose a adjudicarle una perduración inmemorial (p. 69). Lo mismo sucede con el contemporáneo Viage de España de Antonio Ponz, óp. cit., una extensa descripción en 18 volúmenes de la España de la época que dedica una gran atención a las obras públicas y sus avatares históricos, pero que, al referirse a la nuestra, no pasa de describir el estado de las labores de ampliación que se estaban realizando en aquellos momentos (t. XV, pp. 156-175). Ni siquiera la fuertemente localista Historia de Nuestra Señora de Sancho Abarca del Padre Iturri, óp. cit., aporta dato objetivo alguno sobre lo que presenta, con razón, como uno de los motivos más sobresalientes del orgullo autóctono (p. 70). 24 La Carta dedicada a Tauste fue, pocos años después, reproducida literalmente en la obra de Llauradó i Fábregas, Tratado de aguas y riegos..., óp. cit., pp. 352-358, un título relevante y de gran influencia en su momento. Al filo del Novecientos esta Carta sería extractada por Pablo Alzola en su Historia de las Obras Públicas en España, Bilbao,

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El problema es que el tema apenas ha pasado de ahí, alargando la sombra de estos textos de forma inusitada, hasta prácticamente nuestros días. Muchas veces, no obstante, no de forma directa, sino a través de varios escalones de intermediarios que, más a menudo de los que sería deseable, han silenciado sus referencias. De esta manera se ha propiciado tanto un enmascaramiento del auténtico origen de la información como la falsa sensación de que el tema había recibido más tratamiento que el que era verdadero. Con un problema añadido: con tantas transmisiones, además habitualmente acríticas, el más pequeño error, incluso una simple errata en el lugar menos adecuado, ha supuesto desviaciones que van -o pueden ir- popularizándose poco a poco y que contribuyen todavía más a diluir el perfil de la obra, que en algunos de sus hitos cronológicos llega a transmitir una impresión un tanto flotante25. Poco es lo que realmente se ha aportado con posterioridad, no ya a nivel de enfoques o planteamientos, sino ni siquiera de simple información adicional, y además de una forma tan desperdigada como puntual. En este panorama tan poco alentador cabe, con todo, destacar por su particular valor testimonial, el artículo, ya casi centenario, El problema de la variación del clima en la cuenca del Ebro de Andrés Giménez Soler que aporta algunas noticias de primera mano sobre el Canal procedentes del Archivo Municipal de Tauste, presa de las llamas en 193426; no son demasiadas ni todo lo exactas que cabría desear, como tendremos ocasión de comprobar, pero tienen el mérito de poner en valor por primera vez los precedentes medievales de la obra. Igualmente, el primer acercamiento Imp. Casa de Misericordia, 1899, p. 145, uno de los libros de cabecera de los estudiosos de la historia de la ingeniería española durante varias generaciones, hoy considerado un clásico. De hecho, existen tres reeds. posteriores de esta obra a cargo todas ellas del Colegio de Ingenieros, Caminos, Canales y Puertos (1979, 1994 y 2001). Una advertencia: tanto Llauradó como Alzola atribuyen las Cartas a Mariano Royo, véase al respecto nota 13. 25 Vid. el ejemplo más notorio en nota 22. Otro caso: LÓPEZ GÓMEZ, Antonio, óp. cit., señala en p. 108 que Buñuel consiguió participación en el proyecto en 1538, remitiendo como fuentes a Madoz, las Cartas sobre riegos y el Catálogo de Fernández Ordóñez que coinciden en señalar para ello 1558. Etc. No siempre se trata de este tipo de pequeños, aunque molestos, detalles, también se constatan errores de interpretación, en ocasiones de bulto, como el de la obra dirigida por Cristina Segura, Historia de los regadíos en España…, que veíamos en la nota 10. 26 Este trabajo apareció en las Memorias de la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Zaragoza I (1923), pp. 1-138. El trabajo de campo que realizó este autor para la elaboración de su estudio comprendió una visita a Tauste, donde recibió todo tipo de facilidades, tanto para acceder a los archivos municipal y parroquial de la localidad -a los que califica de interesantísimos- como para visitar las obras hidráulicas del término, gracias a los buenos oficios del alcalde del momento. Su agradecimiento consta en el propio texto acompañado de un comentario muy del gusto de la época: me complazco en manifestarlo por lo mucho que dice en pro de la cultura de aquella villa cuyos vecinos sienten el patriotismo como muy pocos (p. 44).

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monográfico al Canal de Tauste, aparecido en el Catálogo de treinta canales españoles anteriores a 1900 de Fernández Ordóñez, que se concentra sin embargo en la descripción de la construcción existente, limitándose en el apartado histórico a amalgamar los materiales ya conocidos27. Finalmente, el recentísimo volumen que dedican al Canal de Tauste Montserrat Vega y Miguel Ángel Pallarés; un texto notable, que maneja mucha información inédita y puede calificarse sin exageración como la aportación más significativa al conocimiento general del Canal desde hace siglo y medio, pero cuyos fines y planteamientos no son científicos sino divulgativos, con un punto de evocación28. En resumen, la historia del Canal de Tauste, hoy por hoy, descansa de forma preponderante sobre materiales divulgativos o periodísticos, muchos de ellos muy añejos, que si han sido útiles para resaltar la importancia de la obra, carecen de auténtica proyección historiográfica y de soporte documental verificable. El propósito de las presentes páginas es, precisamente, intentar cubrir ese hueco, si bien de forma parcial, centrándonos en los primeros siglos de andadura del Canal hasta su definitiva consolidación, que puede fijarse hacia 1561. Se trata de reunir todas las noticias dispersas, contrastar con la documentación disponible los datos hasta ahora manejados, depurándolos y despejando eventuales incertidumbres, llenar lagunas hasta donde sea posible y, en definitiva, avanzar en el conocimiento de la infraestructura y su encuadre en el contexto histórico. Y, sobre todo, hacerlo con rigor, método y talante crítico. No es un objetivo sencillo. Como se ha dicho en diferentes ocasiones, la profundización en el pasado del Canal de Tauste choca con un grave problema de fuentes. En este sentido, la virtual pérdida de los fondos históricos de los archivos de los pueblos condueños, protagonistas eminentes de su construcción primitiva, es un serio impedimento. Pero no es menos cierto que es algo que no se ha intentado seriamente nunca.

27 Óp. cit., pp. 134-145. 28 VEGA MAS, Montse, y PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, Canales de Zaragoza: Tauste, Zaragoza, Diputación Provincial, 2010, como es norma en este género de publicaciones, sin referencias documentales. La mayor parte de los datos utilizados en este libro anteriores al 1600, referidos específicamente a la Acequia -que son los que nos interesan-, son reunidos en un apretado compendio por PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “Intervención de la monarquía en los asuntos municipales…”, óp. cit., pp. 143-148, pero sin avances dignos de mención -ni siquiera a nivel de fuentes, que vuelven a silenciarse en la mayoría de las ocasiones-, fuera de la transcripción de un texto del que hablaremos más adelante; este trabajo sí en cambio suministra material novedoso de principios del Seiscientos.

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3. La base documental El punto de partida básico que utilizamos es la documentación del Archivo del Sindicato de Riegos del Canal de Tauste (A.S.R.C.T.) que ha sido examinada sistemáticamente29. Es el candidato más obvio y de hecho ya ha sido explorado en el pasado por otros autores, si bien no de forma metódica. Pero a priori no es el ideal. El Sindicato surge en 1849, inmediatamente después de la devolución del cauce por el Estado, y, evidentemente, su archivo custodia documentación primordialmente a partir de esa fecha. No obstante, también guarda alguna anterior, aunque ciertamente escasa, sobre todo en su forma original. De esta última modalidad, los ejemplares anteriores al último tercio del siglo XVIII apenas suman una docena de ejemplares, generalmente relacionados con causas judiciales. Los más antiguos fueron redactados en la década de 1570, si bien a veces reproducen o extractan textos más pretéritos. Deben de proceder del fondo municipal de Tauste de donde debieron extraerse en la segunda mitad del siglo XIX o comienzos del XX, para servir de sustento documental a alguna actuación o como simple curiosidad, y nunca fueron devueltos; en puridad, una acción irresponsable desde el punto de vista administrativo o archivístico pero que libró a ese puñado de papeles de la destrucción sufrida por el Archivo del Ayuntamiento en 193430. De ese pequeño conjunto el documento más relevante es el original en pergamino -el único de todo el fondo del Sindicatode la confirmación por Felipe IV en 1626 del privilegio para poder construir la Acequia, concedido a Tauste primigeniamente por Carlos I en 152931. La documentación empieza a abundar algo más, sin alardes, a partir de la integración de la Acequia en el patrimonio estatal en 1781. Un buen volumen son copias de escritos de fines del siglo XVIII y las primeras décadas del siglo XIX de la administración de los Canales Imperial y Real de Tauste fruto, sin duda, de las reclamaciones del Sindicato, uno de cuyos primeros actos fue encargar a su Subdirector recoger de los archivos de la direccion del Canal Imperial 29 En diferentes visitas realizadas a lo largo del año 2010. La consulta de este fondo recibió todo tipo de facilidades por parte del Presidente del Sindicato en esos momentos, D. José Francisco Berna Gil, y la encargada de la Secretaría, Dª Rosa Giménez Lainez, a quienes quiero transmitir mi gratitud. 30 Posiblemente, el responsable de estas traslaciones sea Mariano Laborda Villoque, Secretario del Sindicato de Riegos a fines del siglo XIX, una persona muy interesada en el pasado local: él es el que facilita los materiales sobre el Canal para la pequeña historia de Tauste que publica el obispo Supervía en 1885 -vid. nota 21- y el que redacta en 1902 el prólogo de las Memorias históricas de Fustiñana de Juan P. Esteban Chavarría, óp. cit., aunque la obra no se edita hasta 1930. 31 Se transcribe en nuestro Apéndice, doc. 3.

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los papeles referentes a la Acequia, utiles y enseres que fueron de la Administración de la misma32. Aunque también existe documentación de esas fechas procedente de los municipios. La que resulta de mayor interés para nuestros fines es una serie de demandas de los ayuntamientos a la administración de los Canales y otros organismos e instituciones en relación, bien con la rebaja de la alfarda exigida, bien con la restitución de la titularidad de Canal. Estos escritos, como es natural, basan su argumentación en la enumeración de los viejos derechos históricos de las villas. Particular aliciente ofrece una serie de transcripciones de documentos, muchos de ellos del siglo XVI, realizadas en Tudela entre junio y julio de 1847. Se trata de testimonios literales… que obran en los protocolos de escribanos difuntos custodiados por Francisco de Paula Anchorena, escribano público del número de Tudela, el cual certifica su fiel trasunto con sus originales. Son piezas muy formales donde, invariablemente, se hace constar que se realizan por orden de 1 de junio de 1847 del Juez de Primera Instancia de Tudela atendiendo a la solicitud presentada en dicho Juzgado la víspera por Pedro Sainz de Baranda, caballero de la Orden de Carlos III y regidor honorario de la villa de Madrid, como propietario, mayor contribuyente y apoderado especial de las villas de Buñuel, Fustiñana, Cabanillas y Tauste… para acompañar a una instancia que tienen presentada a S.M. por el Ministerio y Secretaria de la Gobernación sobre la acequia y Canal de Tauste incorporado en el Canal Imperial de Aragon. Se trata, sin duda, de documentos que sirvieron para armar el expediente administrativo que dio lugar finalmente a la restitución de 1848 y que, tras la constitución del Sindicato al año siguiente, serían depositados en su archivo a título de antecedentes. Su importancia para nuestros propósitos es difícil de magnificar. A partir de las referencias que estos duplicados detallan ha sido posible localizar algunas de las escrituras originales en el Archivo Municipal de Tudela (A.M.T.), donde se guardan actualmente los protocolos notariales históricos de esta población. Desgraciadamente, no de todas. No obstante el contraste de las que sí se han hallado con las copias correspondientes de 1847 revela que la calidad de éstas últimas es, considerando el tiempo y circunstancias en que se realizaron, alta. Fuera de algunas malas lecturas y elipsis muy localizadas y de la actualización al gusto del tiempo de la ortografía y la grafía de algunas palabras, 32 Acuerdo de la Junta ordinaria del Sindicato de 7 de noviembre de 1849, reiterado en Junta de 2 de octubre de 1850. A.S.R.C.T., Caja 78, sin signatura, Numero 1. Año 1850. Expediente para sacar del Archibo del Canal Imperial copia de los papeles que correspondan y convengan a la Acequia…, s.f.

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la fidelidad al texto primario es, en lo sustancial, poco menos que absoluta. Su uso por tanto, fuera de las prevenciones más básicas, es tan legítimo como fiable. Las pesquisas en el Archivo Municipal de Tudela, aunque distaron de ser minuciosas, aportaron adicionalmente algún testimonio suplementario. Estos materiales se han complementado con algunos documentos ya publicados y otros hallazgos puntuales de otras procedencias. El corpus resultante, sin ser especialmente nutrido, basta para aquilatar la larga y compleja génesis del Canal de Tauste, si bien con fuertes desequilibrios, tanto temporales como espaciales, pues, en general, la información sobre el tramo navarro, como la correspondiente a la etapa renacentista, es mucho más rica que la relativa al trecho aragonés y el periodo medieval.

4. El arranque. La primera Acequia de Cabanillas y Fustiñana (siglo XIII) La primera noticia documentada de regadíos en la ribera izquierda tudelana data de 1203 en que el rey Sancho el Fuerte pactó con el concejo de Tudela llevar agua del Ebro a la partida de Traslapuente, desde Mirapex hasta el Congusto de Cabanillas, un topónimo éste último que va a ser frecuente en estas páginas y que conviene identificar con precisión: se refiere a una rambla, que puede identificarse con el hogaño denominado barranco de Tudela donde en la Edad Media se localizaba el límite entre Cabanillas y Tudela (véase Mapa 1)33. Volviendo al proyecto de 1203, es posible que no se tratase de una nueva iniciativa sensu stricto, sino de una empresa anterior de carácter local que, por la razón que fuese, había quedado en suspenso y para cuya reactivación se solicitó el auxilio regio34. A los efectos, el monarca se comprometía a levantar y mantener a su costa una presa in Ibero -más bien azud, pues una presa en el Ebro, 33 La carta de población de Cabanillas, fechada en 1127, sentencia: et quod habeatis toto uestro termino sicut pertinet ad Cabanillas: de illo congosto qui est de iuso Tudela usque ad Cabanillas et de Cabanillas usque ad illam alffondeqam que est iusta Fostinianna, LEMA PUEYO, José Ángel, Colección Diplomática de Alfonso I de Aragón y Pamplona (11041134), San Sebastián, Eusko-Ikaskuntza, 1990, doc. 169. La naturaleza de rambla del Congosto se declara expresamente en un documento de 1474, vid. doc. 2 de nuestro Apéndice. Sin duda se trata del hoy conocido como barranco de Tudela, una gran torrentera que baja desde las Bardenas, cerca de cuya desembocadura en el Ebro se sitúan las lindes municipales actuales de Tudela y Cabanillas. No debe confundirse con otro barranco homónimo que se encuentra en el término de la vecina Fustiñana, El Congosto fue también el nombre que se dio, seguramente por extensión, a una partida entre Cabanillas y Tudela, amojonada en 1596, YANGUAS Y MIRANDA, José, Diccionario histórico-político de Tudela, Zaragoza, Imprenta de Andrés Sebastián, 1823, p. 74. 34 Como cree ibid., p. 269, en nota.

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en el sentido de hoy en día, es algo en estos momentos impensable- y abrir una acequia hasta la intersección con el camino de Arguedas; de ahí en adelante, el tramo hasta el Congusto, corría a cargo de los tudelanos. Más allá de este punto, la extensión de las obras quedaba a la voluntad del rey siempre y cuando, por supuesto, sobrase caudal. En cualquier caso, si los propietarios de Cabanillas accedían al riego debían contribuir conjuntamente con los de Tudela en el mantenimiento de la acequia35. El experimento no debió resolverse de forma demasiado satisfactoria, si es que tuvo algún efecto. En el mejor de los casos, no tuvo una perduración excesiva. A mediados del siglo XIV se realizaron importantes obras para traer agua del Aragón a las tierras de Traslapuente36 y, un siglo antes, los vecinos de Cabanillas, asociados con los de Fustiñana, ensayaron una solución propia, que es el punto de partida del Canal de Tauste. Toda la bibliografía sobre el Canal coincide en señalar que sus orígenes se remontan a un privilegio otorgado por el rey de Navarra Teobaldo II en 125337. Personalmente prefiero hablar de antecedentes. El Canal de Tauste fue el saldo final de dos proyectos inicialmente independientes, aunque superpuestos, el de Cabanillas y Fustiñana y la titular del dominio jurisdiccional de estas villas, la Orden de San Juan del Hospital, por un lado38, y el del concejo de Tauste, por otro. Acabarán confluyendo y convirtiéndose en uno, pero no antes de muchos avatares. 35 Publica el documento MARICHALAR, Carlos, “Colección Diplomática del Rey Don Sancho VIII, el Fuerte, de Navarra”, Boletín de la Comisión de Documentos de Navarra 1934, pp. 191-192. 36 Cf. LEROY, Béatrice, “Una riqueza frágil: el agua en la ciudad a fines de la Edad Media, el ejemplo de Tudela”, en VAL VALDIVIESO, Mª Isabel del (coord.), Usos sociales del agua en las ciudades hispánicas a fines de la Edad Media, Valladolid, Universidad, 2002, p. 308 y ss. 37 Es muy común no obstante su atribución a 1252. El error es antiguo. Figura ya en las Cartas sobre riegos y en los textos de Madoz y Alcorisa, desde donde se ha difundido. Pero también en documentos de la primera mitad del siglo XIX e incluso anteriores. Es comprensible. La data que se lee en el original -la referencia de su publicación en la nota 39- es, literalmente, dada en Esteylla, lunes, vigilia de Santa Maria de março, en el aynno de mil et doscientos et cinquanta et dos. Pero hay que tener en cuenta que la dinastía de Champaña, que se inicia precisamente con Teobaldo I, introduce en la cancillería navarra un sistema de datación de procedencia franca que hace coincidir el comienzo del año con el día de Pascua de Resurrección, cf. MARTÍN GONZÁLEZ, Margarita, Colección diplomática de los Reyes de Navarra de la Dinastía de Champaña. Teobaldo I (1234 - 1253), San Sebastián, Eusko-Ikaskuntza, 1987, pp. 10-11, de forma que finalmente el año correcto es 1253. 38 El origen del señorío se remonta a 1142 en que estas villas fueron donadas por García Ramírez, rey de Navarra, a la Orden, la cual las puso al cargo de un comendador. A fines del siglo XII la encomienda se desdobló en dos, una para cada localidad, aunque fue frecuente que la titularidad de ambas recayese en una sola persona. GARCÍA LARRAGUETA, Santos Agustín, El Gran Priorado de Navarra de la Orden de San Juan de Jerusalén. Siglos XII-XIII, vol. I, Estudio preliminar, [Pamplona], Institución Príncipe de Viana, 1957, pp. 91, 99 y 174-175. El texto de la donación en id., vol. II, Colección diplomática, doc. 18.

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El texto de este privilegio no se conserva en el Archivo del Sindicato, no obstante es conocido39. Es tan sencillo como breve. El rey Thibalt, en remisión de sus pecados y beneficio de las almas de sus antecesores, autoriza a los frailes hospitalarios et todos aquellos qui son herederos -esto es, propietariosen Fostinnana et en Cabaniellas de abrir cequia et de sacar el agua de Ebro por las termineras de Cabanniellas et de Festinnana… por regar nuestros campos et los campos de los devanditos herederos, sin otras condiciones que la indemnización de los daños causados a terceros al obrar la acequia y la apertura en la presa de una canera que permitiese el paso de embarcaciones y que denota el vigor de la navegación fluvial ya por estas fechas. Esta concesión fue ejecutada. En el privilegio dado a Tauste en 1444, precisamente para lo propio, una de las opciones que se barajan a la hora de ubicar el nuevo azud es rehacer la existencia en Mosquera por do antiguamente fue hecha por la Orden e los Concellos de Cabanillas y Fustiñana hasta Congosto, en aquella parte que antiguamente fue hecha y esta señalada40. Ya hemos hablado del Congosto de Cabanillas. Mosquera era una partida del término de Tudela situada justo enfrente de aquel, al otro lado del río41. En otras palabras, el azud y toma de la acequia medieval de Cabanillas y Fustiñana se encontraban, poco más o menos, donde están los del contemporáneo Canal de Tauste. El pueblo siguiente Ebro abajo es Buñuel, cuyo núcleo de habitación se encuentra al otro lado del río, en la margen derecha, pero parte de cuyo término se extiende por la izquierda, al menos hoy en día, aunque nada podemos asegurar para la época de que estamos tratando pues el lecho del río ha variado mucho con el correr de los siglos. Allí, el Hospital, aunque nunca llegó a hacerse con la jurisdicción como en Cabanillas y Fustiñana, contó con un patrimonio importante; lo suficiente como para justificar la fundación de una encomienda en el lugar que se documenta de las últimas décadas del siglo XII en 39 Ha sido publicado por ibid., vol. II, doc. 341 (con data de 1252), y MARTÍN GONZÁLEZ, Margarita, óp. cit., doc. 157. También figura en ESTEBAN CHAVARRÍA, Juan P., óp. cit., doc. 2, p. 209, pero en una versión no íntegra y además, en expresión del propio autor, desaliñada. 40 Véase la referencia de origen en nota 62. 41 El topónimo se conserva hoy en día, pero circunscrito a un área más reducida que la que designaba históricamente. Sobre las partidas del término de Tudela y su localización en el siglo XIII, véase ORCÁSTEGUI GROS, Carmen, “Tudela durante los reinados de Sancho el Fuerte y Teobaldo I (1194-1253)”, Estudios de Edad Media de la Corona de Aragón 10 (1975), pp. 63-142. Incluye un mapa en pp. 58-59.

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adelante42. Considerando este vínculo y el peso de la lógica de la rentabilización de esfuerzos, resulta tentador pensar que la acequia se prolongase hasta las tierras de Buñuel, aunque tal cosa supusiera una vulneración de la literalidad de las estipulaciones del privilegio. Pero si fue así, ninguna evidencia que lo pruebe ha sobrevivido. Nada sabemos igualmente de cuando la acequia entró en funcionamiento ni de sus vicisitudes posteriores, fuera de que en 1444, como hemos visto, el azud estaba fuera de servicio desde hacía tiempo -desde principios de siglo, si no antes43 - y con él necesariamente todo el sistema que sustentaba44, aunque todavía había memoria y señales de donde había estado enclavado. Pero, considerando los protagonistas y el contexto, todo conduce a pensar que su construcción no se demoró mucho con respecto a la promulgación del privilegio. Los siglos XII y XIII fueron una época en el Valle medio del Ebro de expansión de los sistemas hidráulicos, de la mano de un fuerte auge demográfico y un acusado aumento de la presión humana sobre el territorio45. En este proceso, uno de los protagonistas principales fueron precisamente las Órdenes Militares -y en particular las del Temple y el Hospital- que se constituyeron en agentes especialmente activos de la ampliación de los regadíos, en los que 42 GARCIA LARRAGUETA, Santos Agustín, óp. cit., vol. I, pp. 99 y 174-176. 43 En 1410 los vecinos de Cabanillas estaban construyendo dos norias, señal segura de que la parada ya no funcionaba. En 1442 se documenta a los de Fustiñana también haciendo uso de estas máquinas. MONTEANO, Peio J., Los navarros ante el hambre, la peste, la guerra y la fiscalidad. Siglos XV y XVI, Pamplona, Universidad Pública de Navarra, 1999, pp. 123 y 116-117 respectivamente. 44 Ciertas obras realizadas en 1561 descubrirían en la zona vestigios de una antigua acequia enterrada con signos, no tanto de destrucción, como de abandono, vid. nota 307. Posiblemente fuera ésta. Su dejación tras la ruina del azud, combinada con las deposiciones sedimentarias de las avenidas del Ebro -y hubo varias en las primeras décadas del Cuatrocientos que debieron ser espectaculares- acabarían sepultándola ocultando todo rastro de su existencia. 45 Como se verifica, por ejemplo, en el entorno de la ciudad de Huesca o el señorío de Rueda, entre otros lugares, cf. LALIENA CORBERA, Carlos, “Los regadíos medievales en Huesca: agua y desarrollo social, siglos XII-XV”, en LALIENA CORBERA, Carlos (coord.), Agua y progreso social. Siete estudios sobre el regadío en Huesca, siglos XII-XX, Huesca, Instituto de Estudios Altoaragoneses, 1994, pp. 22-30, y, del mismo, “El Císter en el valle medio del Ebro: repoblación y roturaciones en el dominio del monasterio de Rueda”, Anuario de Estudios Medievales 16 (1986), p. 100 y ss. La mayoría del no excesivo número de trabajos disponibles sobre el tema se ciñen, sin embargo, a un área concreta. A nivel de síntesis no cabe citar más que la teoría explicativa general enunciada por LALIENA CORBERA, Carlos, “Agua y progreso social en Aragón, siglos XII-XVIII”, en ¿Agua pasada? Regadíos en el Archivo Histórico Provincial de Zaragoza, [catálogo de exposición] Zaragoza, Gobierno de Aragón, 2008, pp. 59-66, y el estudio de la fuerte implicación de la Orden del Temple en los regadíos de, fundamentalmente, los reinos de Aragón y Navarra de FOREY, A. J., óp. cit., pp. 119-132. Para la situación concreta de las Cinco Villas vid. PIEDRAFITA PÉREZ, Elena, “Infraestructura económica de los Concejos de las Cinco Villas: regadíos, molinos y hornos (siglos XII-XIV)”, Aragón en la Edad Media 12, 1995, pp. 30-44 y, de la misma, Las Cinco Villas en la Edad Media, siglos XI-XIII. Sistemas de repoblación y ocupación del espacio, Zaragoza, I.F.C., 2000, pp. 250-268.

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Mapa 1. Tramo navarro del Canal de Tauste. Planta general (Según J. A. Fernández Ordóñez)

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debieron de ver un instrumento especialmente eficaz para la repoblación de sus tierras y el incremento de sus rentas. No cabían muchas más opciones con las condiciones climáticas de la zona, tan próximas a la aridez, sobre todo en el fondo del Valle. Pero tratándose de infraestructuras muy costosas, tanto de construcción como de manutención, y que requerían influencia en la corte, de quien dependía la expedición de los permisos oportunos, así como, a menudo, de acuerdos de colaboración entre varias instancias jurisdiccionales, el fuerte poderío económico de las Órdenes y su no menor ascendiente político y social fueron determinantes. Su capacidad en este ámbito fue tal que incluso tomaron a su cargo el desarrollo y gestión de sistemas hidráulicos por cuenta de terceros, a título de promotoras y/o administradoras, a cambio, por supuesto, de ciertas compensaciones46. Es lo que sucede, por poner un ejemplo de las Cinco Villas, en 1200 en Sos en que el concejo dona a los hospitalarios, que tenían una encomienda en la cercana Castiliscar, un campo con la única condición de que lo pusieran en regadío, significativamente sin siquiera fijar los límites de la finca, que se extendería tantum quantum potest mandare et irrigare. El objetivo es claro: implicar en la dilatación del regadío del término a los poderosos sanjuanistas con la esperanza de que ello redunde, de un modo u otro, en el beneficio de toda la comunidad47. Pero en este ambiente tan dinámico la realización de la acequia de Fustiñana y Cabanillas no es una obra más. Partía del Ebro, un río, como es de sobra sabido, de copioso caudal y susceptible de grandes avenidas que constituía un auténtico desafío para las posibilidades de las técnicas de derivación fluvial contemporáneas. Como se ha señalado en infinidad de ocasiones, la desarrollada hidráulica musulmana evitó en España de forma casi sistemática los grandes cursos alimentándose primordialmente de ríos relativamente modestos y aun de fuentes, pozos y aguas torrenciales. La conquista cristiana no modificaría estos hábitos más que poco a poco y de forma, inicialmente, discreta. De hecho, la noción de que el aprovechamiento sustancial del Ebro se demora hasta el 46 Sobre la actuación de la Órdenes en este terreno, en general, vid. LEDESMA RUBIO, María Luisa, Templarios y hospitalarios en el Reino de Aragón, Zaragoza, Guara, 1982, pp. 196-202. Sobre la del Temple en concreto, FOREY, A. J., óp. cit. Particularmente espectacular es la intervención de los frailes en el desarrollo y organización de los regadíos del Valle del Cinca, CASTILLÓN CORTADA, Francisco, “Política hidráulica de templarios y sanjuanistas en el valle del Cinca”, Revista de Historia Jerónimo Zurita 35-36 (1979), pp. 381-445. 47 PIEDRAFITA PÉREZ, Elena, Las Cinco Villas…, óp. cit., pp. 267-268.

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siglo XVI es moneda corriente entre los estudiosos48. De ahí, la trascendencia de estas primeras obras de contención y distribución, sin duda modestas en comparación con las que permitirán el gran avance de los perímetros irrigados a partir del Quinientos -en Aragón la misma Acequia de Tauste y, por supuesto, la Imperial-, pero que son los primeros ensayos sobre los que, sin duda, se asienta la gran expansión posterior.

5. Tauste y el regadío del Arba en la Edad Media La organización del regadío en el valle de los Arbas se remonta, como mínimo, a la época musulmana, aunque es muy poco lo que sabemos al respecto fuera de que la reconquista cristiana sancionó los repartos de agua -reales o supuestos- que aquella había establecido. Las evidencias son sucintas pero muy elocuentes. En 1124 Alfonso I concedía a los vecinos de Ejea el disfrute de las aguas a partir de Luna además de las de illo termino de Unocastello, de Sancto Aroman en adelante, en los mismos términos que illas solebat habere Exeya in tempus de Molmozor49, que tal vez se trate de Almanzor (c. 938-1002)50. Por otra parte, la carta de población de Tauste, otorgada conjuntamente por Ramiro II y Ramón Berenguer IV en 113851, confirmaba la división del caudal del Arba entre 48 Especialmente radical se muestra en este sentido LEMEUNIER, Guy, “Hidráulica agrícola…”, óp. cit., p. 56 y ss. 49 LEMA PUEYO, José Ángel, óp. cit., doc. 135. 50 Muhammad ibn Abi Amir, más conocido por su título, al-Mansur bi-Allah (el victorioso de Dios), castellanizado como Almanzor. Como es sabido Almanzor dirigió una serie de agresivas campañas contra los reinos cristianos pirenaicos en las últimas décadas del siglo X. En una de ellas, en el 997, capturaría cincuenta caballeros cristianos en Uncastillo, seguramente como resultado de la toma de la plaza. Si en los tiempos de Molmozor se podía disponer de las aguas del termino de Unocastello a favor de la musulmana Ejea, eso solamente puede significar que en aquellos momentos esa localidad debía, de algún modo, obediencia al califato. Y Uncastillo volvió a la órbita cristiana, ya para siempre, en las primeras décadas del siglo XI, lo que deja muy pocas opciones. Que yo sepa, nadie ha planteado esta hipótesis que, sin embargo, parece plausible si bien hace que el fondo de la cuestión tome un cariz vidrioso. De ser correcto lo anterior, no deja de resultar llamativo que en una localidad como Ejea, que tras la ocupación aragonesa conserva una población musulmana escasa, aparentemente residual, se guardase memoria en 1124 de una situación cuya vigencia debía, como mínimo, haberse devaluado hacía en torno a un siglo o tal vez más pero que resultaba tan beneficiosa para los intereses colectivos. Sobre las alternativas de la frontera de los Arbas en el siglo X y comienzos del XI, una perspectiva cómoda en PIEDRAFITA PÉREZ, Elena, Las Cinco Villas…, óp. cit., pp. 21-38. 51 El texto ha llegado a nosotros a través de transcripciones decimonónicas un tanto deficientes. Sigo la reconstrucción realizada por PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “La carta de población de Tauste y la frontera navarro-aragonesa a la muerte de Alfonso I el Batallador”, Aragón en la Edad Media 10-11 (1993), Homenaje a María Luisa Ledesma Rubio, pp. 683-704. Más información en, del mismo, “Territorio y sociedad: La carta de Población de Tauste de 1138”, Tauste en su historia. Actas de las I Jornadas sobre la Historia de Tauste (13 al 17 de diciembre de 1999), Tauste, Patronato de la Casa de Cultura - Ayuntamiento, 2001, pp. 62-103

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Tauste y Ejea quomodo in tempore de Almoradir, con toda probabilidad Áhmad ibn Sulayman al-Muqtadir, rey de la taifa zaragozana entre 1046-108252. Seguramente en las Cinco Villas, como parece ser que fue la norma en el Valle medio del Ebro, la ocupación cristiana no supuso en el ámbito hidráulico ninguna ruptura: las infraestructuras fueron reaprovechadas y el statu quo de los aprovechamientos respetado, al menos en principio, aunque con una modificación profunda de su naturaleza, como es lógico, al tratarse de una sociedad muy distinta53. Pero estas pautas y otras que con certeza debieron existir, pero que no han llegado a nosotros, no impidieron que en toda la comarca los conflictos por el agua fueran frecuentes, como por otra parte sucede en todas las áreas de regadío peninsulares durante la Edad Media y después. En el caso de Tauste, ya tempranamente, Alfonso II tuvo que intervenir en 1175 para zanjar una disputa surgida con los hombres de Pradilla y su señor Blasco Romeo, a los que el rey reconoció su derecho a regar la torre de Aspro con toda el agua que descendit de Exea inferius et transit per Taust dos días y una noche al mes, invocando los usos in tempore christianorum et sarracenorum54. Pero los choques más severos fueron con Ejea, con la que se mantuvieron diferentes pleitos entre los siglos XIV y XVI por el levantamiento de nuevos azudes que amenazaban con trastocar las cotas de agua establecidas55. Con todo, los recursos hídricos de Tauste de estos siglos eran notoriamente escasos. El Valle bajo del Arba observa en este ámbito un déficit muy acusado. La climatología es muy parca en precipitaciones -en torno a los 400 mm. anuales de media-, el río carece de afluentes y no hay prácticamente pozos ni fuentes, solamente algunas pequeñas lagunas y balsas, habitualmente salobres 52 PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “La carta de población de Tauste…”, óp. cit., nota 30. 53 SARASA SÁNCHEZ, Esteban, “La economía hidráulica en el valle medio del Ebro ¿un ejemplo de pervivencia o de nueva implantación tras la conquista cristiana?”, Aragón en la Edad Media 8 (1989), Al profesor emérito Antonio Ubieto Arteta en homenaje académico, pp. 633-646. En Aragón donde mejor se ha estudiado este fenómeno es en la cuenca del Aguasvivas, cf. SESMA MUÑOZ, J. Ángel, UTRILLA UTRILLA, Juan F., LALIENA CORBERA, Carlos, Agua y paisaje social en el Aragón medieval. Los regadíos del río Aguasvivas en la Edad Media, Zaragoza, Ministerio de Medio Ambiente, 2001. 54 SÁNCHEZ CASABÓN, Ana Isabel, Alfonso II Rey de Aragón, Conde de Barcelona y Marqués de Provenza. Documentos (1162-1196), Zaragoza, I.F.C., 1995, doc. 200. 55 PIEDRAFITA PÉREZ, Elena, “Relaciones entre los Concejos cincovilleses en los siglos XIII y XIV: conflictos y solidaridades”, Suessetania 13 (1993), p. 107. Para los siglos XV y XVI vid. JERICÓ LAMBÁN, José Luis, y MENJÓN RUIZ, Mª Sancho, “La huella del agua”, La huella del agua en Ejea de los Caballeros, Ejea, Ayuntamiento, Diputación Provincial de Zaragoza, 2003, pp. 29-33.

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y/o estacionales, útiles tan solo como abrevaderos. El único curso de agua significativo es el propio Arba. Pero su aforo es tan exiguo como irregular: 5,85 m3/sg. de módulo absoluto y, hasta los actuales aportes del Canal de Bardenas, durísimos estiajes estivales que podían llegar a dejar el cauce totalmente seco56. Además, tras las sucesivas sisas de los pueblos aguas arriba, llegaba históricamente a Tauste, en expresión de Giménez Soler en los años 20, mermadísimo y tan profundo como la Huerva en Zaragoza57. Los límites que ello impondría al regadío local, como igualmente los problemas para la vida cotidiana en general, son fáciles de imaginar y hacen comprensible que la vocación económica principal de Tauste, como la de todas las Bajas Cinco Villas, fuera sin discusión la ganadería hasta prácticamente el siglo XX. La descripción de Antonio Ponz de los trabajos de rehabilitación del Canal de Tauste por Pignatelli a partir de 1781 habla de que, con anterioridad a los mismos, con el Canal fuera de servicio, la tierras de la huerta alta de Tauste por la escasez de las aguas del rio Arva, con que se regaban, eran pocos los años que la sembraban, y aun en estos se les perdian las cosechas por falta de agua; esta insuficiencia -añade- era tan acusada que afectaba incluso a la provisión de agua de boca, que tenía que ser transportada desde el Ebro con mucho trabajo, pues el par de mulas mejores no hacia sino dos viages en todo el dia al Ebro vendiendo publicamente el agua, lo que afectaba hasta la limpieza de las casas, con mil desordenes christianos y politicos que no podian evitar por la gran distancia58. Probablemente el autor está cargando las tintas. Las fuentes que maneja para su relato proceden de la empresa de los Canales que, en un lógico deseo de autojustificación, sobreponderarían las dificultades preexistentes59. Pero tampoco creo que demasiado. En este sentido, es muy sintomático que la última sentencia medieval por cuestiones hidráulicas entre Tauste y Ejea, que data de 1442 y fue promulgada por la propia reina María, lugarteniente general por Alfonso V, su marido, en el reino de Aragón 56 Para la climatología y régimen fluvial de esta parte de la cuenca véase FERRER REGALES, Manuel, El valle medio y bajo del Arba, Zaragoza, Departamento de Geografía Aplicada del Instituto Juan Sebastián Elcano, 1958, pp. 19-30. 57 GIMÉNEZ SOLER, Andrés, “El problema de la variación del clima…”, Memorias de la Facultad de Filosofía…, óp. cit., pp. 100 y 101. 58 PONZ, Antonio, óp. cit., pp. 169 y 170-171. 59 Según SÁENZ RIDRUEJO, Fernando, “Algunos aspectos poco conocidos…”, óp. cit., Ponz no hace otra cosa que transcribir, con escasas modificaciones, un informe de 1784 de uno de los técnicos que trabajaban en las obras, Fernando Martínez Corcín o Corrín, que se conserva en el Archivo del Canal Imperial de Aragón.

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y en Cataluña -lo que da idea de la importancia que se concedió a la disputa-, a la hora de hablar de la utilidad de la dita agoa para los de Tahust solamente especifique expresamente bever e abevrar sus bestiares60. Aunque, desde luego, existían contemporáneamente tierras en regadío en Tauste, queda muy claro cuales eran las prioridades e, indirectamente, la situación general.

6. La Acequia de Tauste en el siglo XV. La construcción y sus problemas Es en el contexto descrito, marcado por la penuria y la carencia de alternativas sencillas, en que hay que entender un proyecto, para la época, tan atrevido como costoso: la traída al término de aguas provenientes del Ebro, algo que, considerando la situación geopolítica de Tauste, lindante con la muga, y la tendencia a la planitud del Valle Medio del Ebro, solamente podía partir de Navarra. Es una de las partes más desconocidas de la historia del Canal. La toma fue autorizada en 1444, mediante privilegio, por Carlos, Príncipe de Viana y lugarteniente general de su padre Juan II, rey de Navarra, éste último, a partir de la muerte en 1458 de su hermano, Alfonso V el Magnánimo, también rey de Aragón. El A.S.R.C.T. guarda, desde luego, memoria de la existencia de este documento pero no su tenor. De otras procedencias no he podido dar más que con una cita parcial, más o menos textual, en un par de historias locales. No ofrece plenas garantías pues, aparte de actualizar la ortografía de forma evidente, carece de indicaciones de origen convincentes. Pero no hay nada mejor y el fondo parece plausible. La reproduzco a continuación literalmente. Para la correcta comprensión de este texto conviene aclarar que, aparte del Congosto de Cabanillas, existe otro barranco del Congosto o Congostos en el término de Fustiñana, que todavía se llama así hoy61: se concede a los vecinos de Thaust facultad de hacer una presa dentro del Ebro desde Cabanillas a Congosto -entiéndase, de Fustiñana-, donde bien visto les sera, o rehacer la existente en Mosquera por do antiguamente fue hecha por la Orden e los Concellos de Cabanillas y Fustiñana hasta Congosto -entiéndase de Cabanillas-, 60 Archivo Municipal de Ejea de los Caballeros, Pergaminos, A.5.2. 61 En 1561 también se le nombra como Congostillo, vid. nota 307.

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en aquella parte que antiguamente fue hecha y esta señalada o en cualquier parte que mejor o mas sanamente entiendan que facer se deba62. Los divulgadores decimonónicos de la historia del Canal de Tauste fueron muy displicentes con sus antecedentes medievales en general y con los eventuales resultados del privilegio de 1444 en particular. De hecho, Madoz y las Cartas sobre riegos llegan hasta a silenciar la existencia de esta concesión, que solamente es recogida en los trabajos de Supervía y Alcorisa, si bien negando que tuviese consecuencia alguna apreciable63. Posteriormente, Esteban Chavarría y, sobre todo, Giménez Soler, en su visita al Archivo Municipal de Tauste antes de su destrucción, encontraron pruebas que apuntaban lo contrario, como veremos en seguida, pero, por razones que ignoro, estas noticias no han tenido casi ninguna repercusión, limitándose comúnmente la bibliografía actual a prolongar los planteamientos del siglo XIX sin apenas matices64. Podemos afirmar que un tramo, cuando menos estimable, sí llegó a realizarse. El azud, que dio en llamarse de Taust, se levantó finalmente por do antiguamente como preveía, entre otras posibilidades, el privilegio. Un documento de 1474 lo localiza en el rio de Ebro, que afronta de una part con termyno de Tudela llamado Mosquera e de la otra cont barranco del Congosto65. Los primeros beneficiarios volvieron a ser de nuevo, por tanto, Cabanillas y Fustiñana y, más allá, Buñuel y otros pueblos, aunque siendo el destinatario del privilegio de Tauste, evidentemente, conforme a algún tipo de dependencia y a cambio de 62 ESTEBAN CHAVARRÍA, Juan P., óp. cit., p. 71. No da ningún dato acerca de la fuente de su información. Este mismo pasaje aparece también en SIERRA URZAIZ, Francisco, “Compendio histórico de la villa de Cabanillas”, Revista del Centro de Estudios Merindad de Tudela 5 (1993), p. 48, aunque cambia algunos detalles de la ortografía. En este caso sí se incluyen referencias, otros dos trabajos de corte localista, pero que son inencontrables. 63 ALCORISA, Joaquín, Memoria sobre los Canales…, 1839, óp. cit., p. 57; SUPERVÍA LOSTALÉ, Mariano, “Tauste”, en MONTSERRAT DE BONDÍA, Sebastián, y PLEYÁN DE PORTA, José, Aragón histórico…, óp. cit., p. 107. 64 Hasta donde alcanzo, solamente revindican las obras del Cuatrocientos VEGA MAS, Montse, y PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, óp. cit., p. 60 y ss. apoyándose en parte de la documentación que vamos a comentar a continuación. 65 Vid. doc. 1 de nuestro Apéndice. El dique es también mencionado incidentalmente en 1471: con ocasión de la donación por el rey a uno de sus fieles de una serie de inmuebles y derechos en Tudela se precisa que uno de ellos, el molino y azud llamados de Arnalt Renalt, se encuentran entre el puente de la ciudad y el azud de Tahut, IDOATE, Florencio, Catálogo del Archivo General de Navarra. Sección de Comptos. Documentos, T. XLVIII, Años 1461-1499, Pamplona, Diputación Foral de Navarra, 1968, doc. 399. En torno a este extremo, como en tantos otros, la falta de datos documentados ha dado alas a todo tipo de especulaciones, incluida la de que la acequia del Cuatrocientos no contaba con recurso de retención alguno y capturaba el agua por la simple inclinación natural del terreno, una posibilidad apuntada por Andrés Giménez Soler, óp. cit., p. 102, a la que concedió pábulo hasta una figura de la talla de José María Lacarra en su clásico Aragón en el pasado, Madrid, Austral, 1972, p. 128.

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ciertas compensaciones que, sin embargo, desconocemos. La titularidad de la obra, como puede constatarse, era municipal, una circunstancia absolutamente común durante las Edades Media y Moderna, y los gastos, por tanto, corrieron a cuenta del presupuesto concejil aunque, como es obvio, acabaran repercutiendo de un modo u otro sobre los regantes. Las obras debieron de empezar muy pronto y avanzar con una cierta celeridad. Con anterioridad a mayo de 1447 la Acequia había alcanzado ya, como mínimo, la raya con Aragón y estaba en funcionamiento: el 15 de dicho mes y año Carlos, Príncipe de Viana, hacía donación perpetua a Pedro de Verayz, consejero suyo y alcalde de la corte pamplonesa, en remuneración de sus servicios, de aquella tierra blanqua que le pertenecía en el termino llamado del Congosto de Fustinyana, que era muga con el termino de Taust y limitaba con el dicho Congosto, con la cequia que va a Taust e con la carrera que va de Fustinyana a Taust, especificando que dicha tierra solia ser mont et agora es regadio por razon de la dicha cequia66. Este es el origen de la finca y casa de campo actualmente conocida como Torre de Leoz, que se localiza, efectivamente, justo al lado del Canal, casi en la frontera con Aragón y a unos 5 o 6 kms. al Este del barranco de Congostos, aunque hogaño ya no pertenezca administrativamente al término de Fustiñana sino a la Comunidad de las Bardenas. Muchos años después, a fines del siglo XVIII, esta heredad, conocida por entonces como Torre de Aperregui, era propiedad in diviso del teniente coronel Francisco de Aperregui y su hermano Baltasar de Aperregui, regente de la Real Audiencia de Aragón67. Estos personajes en 1782, con las obras de la ampliación de la Acequia en plena efervescencia, dirigen una representacion al rey quejándose de la empresa de los Canales y, en particular, de su rector, Pignatelli, que pretende hacerles pagar cierta contribución por los aprovechamientos hidráulicos que disfrutan. Como es habitual en este tipo de escritos, los peticionarios se remontan a los antecedentes más remotos de sus derechos, que 66 Archivo General de Navarra, Sección de Comptos, Documentos, Caja 154, Nº 28. Es una copia de 1501. La localización de este documento ha sido posible gracias a la regesta del mismo incluida en IDOATE, Florencio, Catálogo del Archivo General de Navarra. Sección de Comptos. Documentos, T. XLVI, Años 1444-1450, Pamplona, Diputación Foral de Navarra, 1967, doc. 646. Incluye una transcripción de este documento ESTEBAN CHAVARRÍA, Juan P., óp. cit., doc. 4, pp. 211-213, pero con errores de lectura y sin dar referencia de origen. 67 La posesión de esta Torre, que también en algún momento se llamó de Veraiz, por la familia Aperregui se remonta, como mínimo, a principios del siglo XVIII. Comprendía cincuenta cargas de tierra. ESTEBAN CHAVARRÍA, Juan P., óp. cit., pp. 101-102 y 147.

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llevan, precisamente, a 1447, fecha desde la cual sostienen que siempre han disfrutado del riego de la Acequia de Tauste sin pagar impuesto, ni carga alguna. Afortunadamente para nosotros, la reclamación de los Aperregui, en línea con las costumbres de su tiempo, es prolija y se recrea en todo tipo de detalles, incluidas las circunstancias de la génesis de la Acequia, con precisiones de gran interés. Algunas nos confirman lo ya conocido: su cobertura jurídica en el privilegio de 1444 que consta que tubo efecto y que en el día se mantiene en pie la -parte- correspondiente a Navarra y su Azud, o Presa, y que con el nombre de Azequia de Tauste, estubo y esta corriente, por los años de 1447 hasta el presente68. Otras nos aportan información muy reseñable: poco después de la apertura, no contenta la Villa de Tauste de tener su Riego, pasando la Azequia y las Aguas por el Reyno de Navarra (que dio principio en su territorio a la Presa o Azud y a la Azequia) quiso ser tan absoluta Señor de uno y otro, que a pocos años fueron tales la controversias, las disputas, las contiendas y aun las pendencias y desgracias, que motivaron aquella celebre sentencia arbitral, dispuesta por el mismo Señor D. Juan Rey de Navarra, en el año 1457. En ella se descubre la distincion con que aquellos Juezes miraron el asunto y el territorio, separando el uno del otro -el tramo navarro del aragonés-, con lo que se esplicaron en la misma, a la que se remite, exiviendo copia de los dos capítulos, que hacen al caso. Y que las tiene en su Archivo la Villa de Tauste. Aunque hay que manejar esta fuente con cuidado pues, como buen alegato de parte, es muy tendencioso y defiende sin disimulo alguno el papel y los intereses navarros -que son los de los peticionarios- hasta extremos que llegan a la fabulación69, en lo esencial parece bien informado. En verdad, hubo conflictos prácticamente desde el principio. Siempre los había con este tipo de novedades, que debían de levantar tales expectativas que desataban el antagonismo más inusitado entre las comunidades interesadas70. 68 Se está refiriendo únicamente al tramo navarro pero aun así, la última apreciación, en lo que toca a la Torre de Leoz, es una generalización que admite matizaciones, vid. nota 137. 69 El escrito no duda en sostener hechos tan inciertos como, por ejemplo, que la parte navarra del Canal se encontraba en perfectas condiciones en el momento de la redacción, algo desmentido por las numerosas reparaciones hechas por Pignatelli de las que nos informan las memorias de obras contemporáneas, vid. nota 5. O que la mayor parte del trazado discurría por Navarra (cinco leguas) y muy poco por Aragón (una legua), cuando realmente más de la mitad del recorrido de la época corría por tierras de este último reino. Baltasar de Aperregui, como regente de la Audiencia, debía tener mucha experiencia en este tipo de exposiciones. El texto completo de la representacion ha sido publicado por SÁENZ RIDRUEJO, Fernando, “Algunos aspectos poco conocidos…”, óp. cit., Apéndice II, no así el croquis que la acompañaba. 70 Un solo ejemplo: la entrada en funcionamiento de la Acequia de Manresa en 1383 dio lugar a tal cantidad de pendencias entre esa población y los pueblos vecinos que Alfonso V, intentando atajarlos, puso la obra bajo la protección real en 1428, FERNÁNDEZ ORDÓÑEZ, Fernando, óp. cit., p. 137.

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Se constatan ya en documentación coetánea: hacia febrero de 1450 el recibidor de Tudela escribe a los oidores de la Cámara de Comptos de Pamplona disculpándose por no haber podido acudir a una comparecencia a la que le habían convocado pues, a causa de ciertas quexas que al senyor rey vinieron de los de Bunyuel diziendo por los Thaust serles fechas muchas fuercas e quebrantamientos en cierto reguerio nuevo que en sus terminos ha seydo fecho, el senyor rey me mando que, con don Pero Barayz -que ya conocemos- ensemble, oviesse a yr de comission suya a ver a ojo los agravios fechos por los ditos de Thaust e fazer relacion de lo que havia seydo fecho, con la repuesta (sic.) o desencusa que los ditos de Thaust darian71. Estos enfrentamientos debieron de alcanzar grandes proporciones, hasta el extremo de motivar la intervención directa del rey Juan II en 1457, a la que aludían los Aperregui. Desafortunadamente, fuera de sus vagas apreciaciones, no contamos con ningún dato suplementario, lo que hace muy arriesgado intentar avanzar en el análisis. Lo único que parece claro es que el fallo fue favorable a los puntos de vista de las villas navarras más que a los de Tauste; de otra manera el viciado discurso de los Aperregui no se felicitaría de la justicia del rey. Durante estos debates, las obras de la Acequia, que estaba todavía inconclusa con respecto al plan original, debieron quedar detenidas, o poco menos. Acusarían también, posiblemente, la grave situación de inestabilidad interna que vivía contemporáneamente Navarra: la guerra civil abierta que enfrentó a partir de 1451 a Juan II con su hijo y heredero, el Príncipe de Viana, como cabezas visibles de los dos grandes partidos en que se había dividido el reino, agramonteses y beaumonteses, con implicaciones incluso internacionales. Estos enfrentamientos perdurarían de forma discontinua durante decenios, aun después de la muerte tanto del príncipe como del monarca. Aunque la ribera tudelana quedó sólidamente en manos del bando agramontés -que era el del rey-, contando con el apoyo aragonés, y no conoció episodios bélicos dignos de mención, la inseguridad reinante debió de ser un importante factor coadyuvante. Ni siquiera Tauste, como el resto de las poblaciones de la comarca -sobre todo las Altas Cinco Villas y la Valdonsella-, se vieron libres de alarmas, 71 Archivo General de Navarra, Sección de Comptos, Documentos, Caja 155, Nº 21, II. El documento, que es original, no precisa el año. La atribución de 1450 viene dada por la de los manuscritos entre los que se encontraba, siguiendo a IDOATE, Florencio, óp. cit., doc. 910. Una pequeña precisión: Idoate refleja como única data documentada el 3 de enero. Efectivamente, es la que se lee en la carta, pero debe tratarse de un error del redactor pues en el cuerpo de la misiva se hace alusión a hechos y circunstancias pasadas, pero más o menos próximas, que tuvieron lugar los días 25 y 26 de enero; no puede tratarse por tanto del 3 de enero sino de febrero.

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correrías y episódicos actos hostiles por parte de los beaumonteses y sus aliados castellanos durante mucho tiempo72. Esta puede ser una de las razones por la que la sentencia por las diferencias en torno a la Acequia, de las que la corona navarra estaba informada como veíamos ya desde 1450, si no antes, se demorase hasta 1457. Despejada la cuestión, los círculos oficiales debían esperar que los trabajos recuperasen ritmo. Pero no fue así. La reacción fue una resolutiva carta de Juan II -un hombre muy autoritario- de 3 de mayo de 1458, que ha permanecido inédita hasta hoy y constituye un testimonio particularmente expresivo de la situación en esos momentos73. El mero hecho de que el rey de Navarra y lugarteniente general del rey de Aragón intervenga directamente en una iniciativa puramente local, que no beneficiaba ni perjudicaba señaladamente a ninguna de las propiedades patrimoniales reales, ni en la que la monarquía realizaba inversión inmediata alguna, ya es elocuente. El asunto es de envergadura y Juan II tiene fundadas esperanzas en que su feliz término supondrá augmentar (la villa de Tauste) en vezinos e pobladores en assaz grant numero e encreçer los drechos e regalias que´l senyor rey ha e debe haver en aquella. En consecuencia, el rey quiere acabar a toda costa la obra, que debe estar detenida ante el curso fluvial local, pues el texto establece la necesidad de que el agua de Ebro passe sobre la Arba e riegue los terminos de la dicha villa. Al efecto, nombra un delegado regio, Johan de Sada, habitante de Tauste, un personaje perteneciente al estamento de la baja nobleza74, al que encarga expresamente acabar la dicha cequia. Para ello le dota de amplias potestades -de hecho, el poder e vezes del dicho senyor rey- y un no menor margen de maniobra: el comisionado puede recurrir a todo tipo de medios, incluidas las captiones de personas e… todos los otros remedios e compulsiones que vistas vos seran, para cumplir la 72 Un seguimiento pormenorizado del conflicto en LACARRA DE MIGUEL, José María, Historia política del reino de Navarra. Desde sus orígenes hasta su incorporación a Castilla, Pamplona, Aranzadi, vol. III, 1973, p. 267 y ss. Para la perspectiva local véase PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “Conto de los Caballeros del sueldo, hombres de a pie y espías: gastos de guerra del año 1463 en Cinco Villas”, Suessetania 15-16 (1996-97), pp. 124-136. 73 Véase su transcripción en nuestro Apéndice, doc. 1. Debo la verificación de este texto y el servicio de la reproducción oportuna a los buenos oficios de Dª Isabel Canellas Anoz, facultativa del A.C.A., a quien estoy muy reconocido por su amabilidad. 74 El documento no especifica otra condición que la de habitant en la villa de Tahust, pero sin duda es el mismo Johan de Sada que en 1461-62 cobra diferentes sumas por sus servicios como caballero a sueldo en la vigilancia de la frontera navarra, un ministerio característico de los miembros del estamento militar, PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “Conto de los Caballeros del sueldo…”, óp. cit., pp. 133, 134 y 136. En las últimas décadas del Cuatrocientos se documenta a un escudero de ese nombre domiciliado en Tauste en PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “Documentos notariales sobre la villa de Tauste a finales de la Edad Media procedentes del Archivo Histórico de Protocolos Notariales de Zaragoza”, Suessetania 21 (2003), docs. 56, 87, 233, 369, 370, 371, 394 y Anexo II. Es, con toda probabilidad, el mismo o, a lo sumo, un descendiente directo suyo.

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voluntad real; el concejo y oficiales de Tauste quedan expresamente sometidos a sus órdenes so pena de una sanción muy considerable, 1.000 florines, para los contraventores. El problema fundamental, al menos según la carta, viene dado por las resistencias y divisiones internas de la propia comunidad, que han debido condenar a la parálisis la acción del municipio: es la turbacion e storbo (de) algunos singulares de la villa susodicha, movidos por algunas proprias passiones, interesses e malos zelos, así como la oposición a contribuyr e pagar en l´acabament e perfection de la dicha cequia e puentes de aquell. ¿Pero a qué obedecen esas desavenencias tan graves? Enlazamos aquí con las informaciones de Giménez Soler. Según este autor, la obra era dirigida por el taustano Juan de Rada, que tomó por su cuenta la construcción con ayuda de maestros vizcaínos. Y se detuvo efectivamente al llegar al Arba pero, fundamentalmente, por problemas técnicos -al hallarse ser necesario ahondar más la caja para llevar el agua el otro lado del río- complicados con insolidaridades internas: los egoísmos de los que ya regaban no querían que se continuase. Finalmente, como esto traía grandes dificultades, se suspendió lo que restaba. Solamente el apoyo firmísimo del rey Juan II, cuyas ideas respecto a la grandeza y riqueza de los pueblos parecen las de un contemporáneo de gran ilustración, y la energía del taustano Juan de Rada, alma de la obra, permitieron que la empresa siguiese adelante. La financiación del proyecto fue aportada por el banquero de Zaragoza Luis de Santángel, padre del que fue quemado vivo por judaizante y factor del asesinato de San Pedro Arbués,… que Tauste se obligó a devolver en treinta y tres anualidades de diecinueve mil doscientos sueldos cada una, lo que arroja un total de 633.600 sueldos jaqueses (ss. js.)75. Esa cifra es descomunal para la época76, incluso para una infraestructura tan ambiciosa como la presente, pero sobre todo resulta desproporcionada para una población como Tauste, por entonces de menos de 300 fuegos fiscales en conjunto77. Destruida la documentación municipal histórica taustana, cualquier posibilidad de comprobación de estos datos está descartada. ¿Qué credibilidad podemos darles? Giménez Soler es un autor solvente en líneas generales, pero 75 GIMÉNEZ SOLER, Andrés, óp. cit., pp. 101-102. 76 Para hacerse una idea de lo que significaba en el contexto, baste decir que el rendimiento neto global anual del impuesto del General de Aragón, la fuente de ingresos más importante de la hacienda del reino, no alcanzó en ocasiones esa suma en los años centrales del Cuatrocientos, SESMA MUÑOZ, J. Ángel, “Trayectoria económica de la hacienda del Reino de Aragón”, Aragón en la Edad Media 2 (1979), p. 195, en nota. 77 No tenemos datos ciertos sobre la demografía de Tauste a mediados del siglo XV, pero los más cercanos en el tiempo permiten aproximarnos lo suficiente, vid. nota 140.

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en esta ocasión pecó un tanto de ligereza y bastante más de vaguedad, para empezar porque prescindió de cualquier pormenor cronológico preciso. Desde luego, algunas de sus afirmaciones son, no ya perfectamente plausibles, sino hasta verificables. La misiva que hemos analizado anteriormente procede de los registros de Cancillería del A.C.A. Sin duda cuando Giménez Soler habla del apoyo firmísimo de Juan II tiene ante sus ojos el original, tal vez entre otros materiales. Otras son perfectamente razonables, como la justificación de la detención de la obra por errores de nivelación que hacían necesario ahondar más la caja. El encabezamiento de la carta de 1458, super reparanda çequia, y las alusiones en el cuerpo, ya no al acabament de la Acequia, sino también a su perfection adquieren así un nuevo sentido, nada retórico78. No tendría nada de particular. Toda obra de regadío por gravedad en el Valle Medio del Ebro tiene que contar con un óbice severo: la extraordinaria tendencia a la horizontalidad de todo este territorio que exige un control de la pendiente exquisito79, algo que, cuando se trataba de trechos extensos, requería, con el instrumental de la época, un alto grado de pericia técnica que era más bien raro80. De hecho, constituyó una fuente de problemas tan seria como relativamente corriente. Las inversiones realizadas en el siglo XIV por los regantes del término zaragozano de la Almozara para sacar agua del Ebro para sus tierras se perdieron, entre otras razones por la falta de verificación cierta de una cota suficiente81. Sus solicitudes de ayuda al concejo de Zaragoza fueron el punto de partida de la Acequia Imperial, ya en el siglo XVI, que solucionó definitivamente el problema llevando su boquera a Fontellas (Navarra). Aún así, la Imperial no se libró de complicaciones por esta razón: nunca pudo pasar de los llanos de Pinseque -y hubo periodos que 78 Vid. Apéndice 1. 79 El desnivel actual del Canal de Tauste varía normalmente entre los 16 y los 4 cms. por km. aunque hay tramos con valores menores, incluso nulos. El del Canal Imperial arroja unas cifras parecidas. FERNÁNDEZ ORDÓÑEZ, Fernando, óp. cit., pp. 144-145 y 156 respectivamente. 80 El desconocido aragonés que escribió en el último tercio del siglo XVI uno de los primeros tratados sobre ingeniería hidráulica que se conocen, los Veinte y Un Libros de los Yngenios y Maquinas, tenía una pobre opinión sobre la formación, sobre todo teórica, de los técnicos del ramo de su tiempo llegando a sostener, al tratar de la modulación de las conducciones hidráulicas, que la mayoría, si acaso aciertan, no es por artificio, mas es acaso [azar] (f. 287). Un siglo antes no creo que la situación fuera mucho mejor. Esta obra también se hace eco de las dificultades que envolvían la nivelación, cosa de mucho y mas artifiçio de lo que el vulgo se piensa (f. 49). El manuscrito de este texto, que se conserva en la Biblioteca Nacional, permaneció inédito hasta 1983 en que fue editado por el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos a partir de una transcripción de José Antonio García Diego. En 1996 fue editado de nuevo en facsímil por la Fundación Juanelo Turriano. 81 FERNÁNDEZ MARCO, Juan Ignacio, óp. cit., pp. 57-58.

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no llegó ni allí-, al parecer a causa de una nivelación defectuosa82. A fines del siglo XV la aljama mora de Cortes construyó una acequia que tomaba el agua en el puente de Tudela; su planeamiento fue tan deficiente que jamás llego a funcionar a pesar de que el monto de los gastos fue impresionante: 30.250 florines83. A escala peninsular, aun en la segunda mitad del Quinientos, con un nivel técnico más desarrollado, algunas de las nivelaciones más delicadas fueron encargadas a grandes figuras del mundo técnico y científico, como el relojero y astrónomo Juanelo Turriano, a quien Felipe II encargó una tarea tan ardua como la propuesta española para la reforma del calendario promovida por el Papa Gregorio XIII, o el matemático y también astrónomo Jerónimo Muñoz, autor del Libro del Nuevo Cometa, publicado en Valencia en 1573, que mereció los elogios del gran investigador danés Tycho Brahe (1546-1601)84, lo que da idea tanto de la complejidad que por entonces envolvía a estos trabajos como de la incertidumbre que suscitaban. Pero el relato de Giménez Soler, en otras ocasiones, más bien suscita confusión. Da la sensación de que el paso de este investigador por los archivos locales taustanos fue tan rápido como sumario y que se resolvió en unas apresuradas notas, no siempre bien contrastadas, que debían más al voluntarismo que al rigor. Sin despreciar su valor, su lectura debe ser crítica. Resulta difícil admitir, por ejemplo, que Juan de Rada llevase la voz cantante en la empresa por encima del comisionado regio Juan de Sada. Dada la similitud de estos nominales lo más probable es que sean la misma persona y que Rada no sea más que una mala lectura de Giménez Soler85. 82 Esa fue la causa aducida por diferentes dictámenes técnicos en el siglo XVIII, aceptada por la generalidad de los estudios dedicados a la historia del Canal. Recientemente BLÁZQUEZ HERRERO, Carlos, y PALLARUELO CAMPO, Severino, óp. cit., vol. I, p. 313 y ss., han propuesto una explicación diferente: no hubo tales vicios y la Acequia Imperial no llegó físicamente a Zaragoza porque no era necesario; conectada con la red de acequias preexistente, el agua que conducía -que era lo realmente importante- sí lo hacía. La hipótesis es ingeniosa y sugerente, pero el caso es que las quejas por los enronamientos de la Imperial fueron poco menos que continuas, lo que puede deberse a un defectuoso mantenimiento, pero también a esos problemas de nivelación, cf. PÉREZ SARRIÓN, Guillermo, El Canal Imperial y la navegación hasta 1812, Zaragoza, I.F.C., 1975, p. 36 y ss. 83 MONTEANO, Peio J., óp. cit., p. 124. 84 Cit. Felipe II, los ingenios y las máquinas. Ingeniería y obras públicas en la época de Felipe II, [Madrid], Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 1998, p. 53. 85 Por nuestra parte podemos asegurar sin resquicio de duda que el documento de 1458 procedente del A.C.A. que manejamos se dirige inequívocamente a Johan de Sada. Apoya lo dicho el que en la bibliografía local y corpus documentales disponibles sobre la historia local taustana no sea excesivamente difícil encontrar individuos llamados Johan de Rada residentes en la localidad, pero no he podido hallar ninguno en las décadas centrales del Cuatrocientos con la edad y prestigio social que, sobre el papel, cabría esperar del fautor de un negocio tan de altos vuelos como la Acequia; sí en cambio con el apelativo de Johan de Sada, como veíamos en nota 74.

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El capítulo de la financiación todavía resulta más sospechoso. El Luis de Santángel al que se refiere -hubo varios sucesivos- es un personaje histórico bien conocido. Jurista de prestigio y acaudalado patricio zaragozano -aunque no banquero, sensu stricto-, fue consejero y colaborador habitual del rey Juan II y una personalidad muy influyente en su tiempo. Fallecido en 1467, sus hijos serían efectivamente procesados y condenados por la Inquisición en 1486-87 y el primogénito, llamado precisamente Luis, ejecutado, aunque no en la pira como señalaba el autor de El problema de la variación del clima, sino por decapitación, conforme al privilegio de su status de caballero86. Como era usual entre las familias pudientes de la época, los Santángel desarrollaron una intensa actividad crediticia entre cuyos usuarios está perfectamente probado que Tauste ocupó un lugar destacado. Pero el planteamiento de esas relaciones, tal como son presentadas por Giménez Soler, es muy poco verosímil. La deuda pública en el Aragón de fines de la Edad Media en el momento que empezaba a barajar cifras mínimamente cuantiosas, se canalizaba habitualmente bajo la forma de censales, préstamos en los que no se establecía el plazo de amortización, el cual quedaba abierto a la libre voluntad del deudor siempre y cuando pagase puntualmente los intereses o pensiones correspondientes. Lo que Giménez Soler nos transmite, tomado al pie de la letra, es un contrato extrañísimo para su tiempo, casi inédito. Por otra parte 633.600 ss. js., más de 30.000 libras, es una cantidad astronómica, como decíamos, difícil de movilizar incluso para un hombre de tantos posibles como Luis de Santángel, y más en metálico. Pero lo que se hace ya increíble es que, de reunirla, la pusiese a disposición de una villa como Tauste, sin especial peso, de un solo envite, a despecho de todo riesgo. A la inversa, no es menos dudoso que una población con menos de 1.500 habitantes asumiese tan bruscamente semejante carga, a sumar al resto de las obligaciones y gravámenes que ya gravitaban sobre el concejo -que no debían ser pequeños-, por muy tentador que resultara el objetivo perseguido. Semejantes posibilidades, sencillamente, no se sostienen. La operación que tan resumidamente describe Giménez Soler, más que un préstamo convencional, debía tratarse de una concordia de quitament, 86 Sobre la figura del zaragozano Luis de Santángel y su familia se ha escrito mucho. Y todavía más de su homónimo valenciano. La síntesis más reciente acerca del primero en MOTIS DOLADER, Miguel Ángel, “El linaje de los Santángel en el Reino de Aragón”, Aragón Separad, Zaragoza, Diputación Provincial, Ibercaja, 2004, pp. 251-302, vid. especialmente p. 263 y ss.

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el recurso que se utilizaba cuando el volumen de censales que obligaba a un concejo era tan alto que amenazaba con asfixiarlo económicamente; el equivalente a lo que hoy llamaríamos un plan de saneamiento hacendístico. Consistía en alienar a un hombre de negocios, normalmente bajo la forma de una arrendación, una serie de rentas y contribuciones vecinales durante un periodo de tiempo determinado a cambio de que, a lo largo de éste, el tomador fuese liquidando o, como se decía en la época, luyendo de forma escalonada los censales previamente designados. Este es el esquema esencial, si bien los detalles, que podían ser extraordinariamente complejos, eran susceptibles de variar mucho87. El procedimiento a veces también se utilizaba, supletoriamente, para conseguir dinero fresco para un fin u otro. En Tauste tenemos un muy buen ejemplo unos pocos años posterior, relacionado además con la construcción de otra infraestructura hidráulica, aunque mucho más modesta: la estanca de Valdespartera88. En 1479 el concejo de Tauste conviene con Paulo Ram y los hermanos Johan y Luis de Johan Sánchez, mercaderes, ciudadanos de Zaragoza, la cesión de: el producto de la primicia, vinteno e quaranteno de la dicha villa desde 1487 hasta 1504; la percepción del producto de la arrendación de esos mismos derechos entre 1480 y 1487, que ascienden a 9.300 ss. js. anuales, los cuales la villa el año 1477, anticipadamente, había adjudicado a ciertos terceros; más, por último, el cobro de 600 ss. js. anuales adicionales en metálico, que pagará el concejo directamente a los tomadores para el mes de agosto de cada ejercicio de los 24 que está previsto dure el contrato, salvo el último año, 1504, en que serán 3.650. A cambio los arrendadores: realizarán el quitament de seis censales que obligan a Tauste y suman 110.660 ss. js. de principal y 5.533 de pensión anual en tandas de 10.000 ss. js., la primera en 1483, la segunda en 1486 y a partir de ahí, cada dos años; pagarán entretanto los intereses anuales de dichos censales; finalmente, adelantarán, por subvencion e ayuda de la expensa fazedera en la estanca 87 Véanse diferentes ejemplos en ABELLA SAMITIER, Juan, “La deuda pública de los municipios aragoneses en los siglos XIV y XV”, Anuario de Estudios Medievales 39, 1, (2009), pp. 47-64. 88 Este documento ha sido publicado por PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “Documentos notariales…”, óp. cit., doc. 82, pp. 119-122. Un caso similar, aunque más tardío y con un componente técnico más importante, es el concierto del capítulo de los herederos de la Acequia del Rabal de Zaragoza con Martín de Guinea en 1573, por el se contrataba la reconstrucción del azud de esta Acequia y los trabajos de mantenimiento del mismo y del cauce más la luición de un censal que obligaba a dicho capítulo en 18.000 libras de principal y 18.000 ss. j. de pensión, BLÁZQUEZ HERRERO, Carlos, y PALLARUELO CAMPO, Severino, óp. cit., vol. I, pp. 333-334.

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clamada de Val d´Espartera, 4.340 ss. js., de acuerdo con las instrucciones que recibirán de cuatro diputados elegidos por la villa al efecto89. Es conveniente advertir que la mayor parte de los censales que se pretenden luir son propiedad del caballero Luis de Santángel, menor -el mismo que pocos años después será ajusticiado-, titular de cuatro de ellos por un total de 88.660 ss. js., y que tanto estos censales como los dos restantes que engloba el contrato, que son propiedad del mercader zaragozano Martín Bernat, fueron convenidos originalmente a un determinado interés que fue reducido no obstante al vintemil por mil -es decir el 5 %- por… concordia entre la villa e los dichos crehedores fecha. No son las únicas cargas que pesan sobre la hacienda de Tauste en esos momentos90, pero sí deben ser aquellas cuya amortización más urge pues el documento habla de que la villa está obligada al dito mosen Luys a rebajar cada año 5.500 ss. js. del capital que le adeuda. El convenio entre Tauste y Luis de Santángel, mayor, debió ser seguramente de este corte, al menos en lo fundamental, aunque a una escala mucho mayor. Giménez Soler nos lo presenta excesivamente simplificado, dando a una parte -la financiación de la obra de la Acequia-, el valor del todo. Lo más creíble es que esas en torno a 30.000 libras -hay que descontar el previsible margen de beneficio del tomador- no se refieran por tanto a los costes de la labra de la Acequia sino al total, o poco menos, de la deuda viva de Tauste, más los eventuales adelantos de líquido que prevé aportar Santángel en el momento, que desgraciadamente Giménez Soler no especifica, en que se redacta el contrato. Los gastos realizados o que se esperaban realizar en la Acequia debían suponer un porcentaje importante de esa masa pecuniaria, pero no el conjunto. Más allá de especulaciones, ciñéndonos a lo tangible, dos cosas están probadas. Por un lado, Luis de Santángel, mayor, realiza en la década de 1460 pagos de pensiones censales a terceros en nombre de Tauste, en un 89 Esta última suma fue efectivamente librada en 1489 según consta en el oportuno albarán, PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “Documentos notariales…”, doc. 214, pp. 140-141. 90 Otros censales la obligan, como por ejemplo los dos que en 1460 tomó de Pedro Lacabra, menor de días, médico, ciudadano de Zaragoza, de 500 y 375 ss. js. de pensión anual respectivamente, pagaderos cada 12 de febrero, y 7.500 de propiedad, en conjunto. Pedro La Cabra, al fallecer, dejaría heredero universal de sus bienes a su padre Pedro Lacabra, mayor. Cuando este último redacta su testamento en 1491 dispone, entre otros bienes, de estos dos censales que, obviamente, no han sido luidos. MARÍN PADILLA, Encarnación, Maestre Pedro de la Cabra (médico converso aragonés del siglo XV, autor de unas coplas de arte menor), Zaragoza, 1998, pp. 64, 169 y ss. y 178 y ss. Entre la documentación reunida por PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “Documentos notariales…”, óp. cit., se encuentran los albaranes de las pensiones de diferentes añadas de estos censales, hasta finales del Cuatrocientos; los últimos los extiende María Lacabra, viuda de Pedro Lacabra, en 1497, ibid., docs. 393 y 397.

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comportamiento típico de los arrendadores de rentas y tomadores de quitaments91, lo que indica que el concierto tuvo efectivamente lugar, probablemente en algún momento de la década de 1450. Por otro, que es uno de los grandes acreedores del concejo, pues desde luego los censales que posee su hijo Luis que hemos visto más arriba -y que solo son una parte de los que Tauste le adeudaba92- deben ser heredados de su padre, si no todos, sí la mayor parte. De todas formas el concierto, pasado un tiempo, debió suspenderse, no obteniendo los resultados que perseguía. Desconocemos cual fue su grado de cumplimiento pero, fuera cual fuese, todo debió irse al traste con la rebelión catalana de 1462 contra Juan II, un acontecimiento que precipitó una larga y costosa guerra, hasta 1472, que implicó, entre otras cosas, un fuerte y perentorio incremento de la presión fiscal de la corona sobre los concejos aragoneses, que no pudo ser atendida más que con la emisión masiva de deuda pública. Para el erario taustano, cuya situación debía ser ya muy comprometida, significó el colapso. En 1467 -el mismo año de la muerte de Luis de Santangel, mayorla propia reina tuvo que mediar entre el concejo y los acreedores de Tauste con una sentencia de la que, una vez más, no sabemos positivamente otra cosa que fue promulgada93. Es de suponer que de ella se derivaría la rebaja de las intereses debitorios al 5 % que hemos visto con los censales de Luis de Santángel y que debió aplicarse al conjunto de la deuda consolidada local94. En 1468 y los años siguientes se documenta la intervención de Bartolomé de 91 En junio de 1462, por ejemplo, hace efectivo uno de estos pagos a favor de Pedro Lacabra, menor, MARÍN PADILLA, Encarnación, óp. cit., p. 116. Posteriormente, los tomadores del quitament de 1479 realizarán actos homólogos y, del mismo modo, otros arrendadores de rentas del concejo de Tauste, vid. ibid., p. 66, en nota, y PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “Documentos notariales…”, óp. cit., docs. 105, 191, 200, 202, 205 etc. 92 La condena de Luis de Santángel, menor, por la Inquisición supuso, aparte de su condena a muerte, la confiscación de sus bienes. El inventario de los mismos contempla en los últimos años de la década de 1480 todavía cinco censales sobre Tauste por un capital total de 78.060 ss. j., que producía un interés de 3.994 ss. y 8 dineros (ds.) js. al año, aun después de las luiciones parciales contempladas en el quitament de 1479, que algún tipo de efecto debieron tener. Y hay que contar que Luis de Santángel, menor, transfirió en 1479 a su primogénito, llamado también Luis, con ocasión de su matrimonio con Ventura de Embún, entre otras rentas, censales sobre el concejo de Tauste por valor de 16.067 ss. j. de principal y 803 ss. y 4 ds. js. de pensión. MOTIS DOLADER, Miguel Ángel, óp. cit., pp. 270 y 274. Estos últimos censales fueron expresamente excluidos de la confiscación inquisitorial, PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “Documentos notariales…”, óp. cit., doc. 159, p. 133. Véanse los albaranes de las pensiones percibidas por la Inquisición de los taustanos, por razón de las pensiones de estas obligaciones, en ibid., docs. 168, 173, 202, 203, 204, 230 etc. 93 La noticia en MARÍN PADILLA, Encarnación, óp. cit., p. 64, en nota. 94 Esta medida también interesó, por ejemplo, a los censales sobre Tauste que poseía el ya mencionado Pedro Lacabra, ibid., pp. 64-65. La rebaja de las tasas de interés de los censales solía ser una de las consecuencias típicas de los actos de conciliación protagonizados por la corona entre los concejos y sus acreedores, véanse ejemplos en ABELLA SAMITIER, Juan, óp. cit.

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Reus, señor de Luceni, comisario designado por el rey en los fechos et negocios de Tauste, en la liquidación y regularización de las pensiones censales atrasadas de este concejo95. Así pues, lo que latía bajo las resistencias a la continuación de la Acequia documentadas en la carta regia de 1458, tal vez tuviera un componente de los egoísmos particulares de que nos habla Giménez Soler, pero también una sobrecarga debitoria y contributiva que, aunque sería mucho peor unos años más tarde, debía ser ya agobiante y que se exacerbaba todavía más ante la tesitura de los nuevos esfuerzos que requería, no ya la prolongación de lo ya realizado, sino la enmienda de los errores técnicos preexistentes. Hasta el mismo comunicado regio reconoce que la fabrica construyda por los hombres de la dita villa de Thaust, lo ha sido no sin grandes trabaios e despesas de la dicha villa, officiales e singulares de aquella96. Es un factor, sin duda, de peso. Pero posiblemente no el único. El sufragio de los enormes costes resultado de la erección y mantenimiento de las infraestructuras de riegos fue causa ordinaria de rebeldías y disensiones en las comunidades tradicionales que se materializaban, sobre todo, en intentos de elusión de alfardas y derramas. Son los que se detectan en Tauste cuando el rey autoriza a Juan de Sada a usar cualquier tipo de coacción contra los contradictores de sus órdenes, de forma que forçedes e compellezcades (a aquellos) a contribuyr e pagar en l´acabament e perfection de la dicha cequia. Pero lo cierto es que, por altas que fueran las expensas, estas indisciplinas no solía interferir comúnmente en la marcha de las obras, ni precisaban de la intervención de ninguna instancia de poder foránea, si la oligarquía que controlaba los puestos de decisión del concejo estaba realmente decidida97. ¿Pero realmente lo estaba en el caso de Tauste? Sin duda había fisuras y, posiblemente, desde el principio. 95 MARÍN PADILLA, Encarnación, óp. cit., pp. 64-65. 96 Véase para esta cita del documento y las siguientes Apéndice 1. 97 Por ejemplo, en La Almunia de Doña Gomina se acometió en el siglo XVI un ambicioso programa de ampliación de regadíos que implicó grandes gastos. La reacción de muchos particulares fue oponerse a que la acequia pasara por sus heredades -para no tener que contribuir-, ignorar el abono de alfardas y repartimentos etc. La oposición del estamento clerical debió ser tan generalizada que una ordenanza de 1550 prohibió el riego de las heredades de los clérigos que rehusaran pagar. Las obras, con todo, siguieron adelante. MARTÍNEZ TORRES, Isabel, “Aproximación al estudio de los regadíos de La Almunia de Doña Godina en el siglo XVI”, I Jornadas sobre el Estado Actual de los Estudios sobre Aragón (Teruel, 1978), Zaragoza, Universidad, 1979, p. 372. Un comportamiento parecido se constata con ocasión de la apertura de la Acequia de las Fuentes, decidida por los jurados zaragozanos en 1472: un grupo de propietarios interesados se negó a pagar la parte que les correspondía de los gastos renunciando de antemano a hacer uso del agua de la acequia. FALCÓN PÉREZ, Isabel, Zaragoza en el siglo XV. Morfología urbana, huertas y término municipal, Zaragoza, Ayuntamiento, I.F.C., 1981, p. 136.

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Las tensiones endógenas en los concejos bajomedievales aragoneses eran moneda relativamente corriente. Motivos y ocasiones no faltaban. Pero en los casos en que la documentación local ha desaparecido -como en Tauste- es difícil rastrearlos, salvo cuando alcanzan proporciones lo suficientemente respetables como para que las autoridades superiores tomen cartas en el asunto. Resulta extraordinariamente sugerente en este sentido que uno de los no demasiados conflictos de esta categoría que tenemos documentados en Tauste en la Edad Media coincida con la anualidad en que la Acequia recibe el beneplácito oficial de Carlos de Viana: 1444. Si el privilegio data del 25 de mayo de ese año, el 10 de junio siguiente la reina María, lugarteniente general del reino de Aragón, escribe cuatro cartas desde Valencia a oficiales aragoneses que bosquejan un ambiente tenso: Cristóbal Ortiz, justicia de la villa, denunciado ante la corte por Pedro de Larraz y Sancho de San Juan, vecinos de Tauste, está siendo investigado por el merino de Zaragoza, dice la reina, por las querellas que havemos d´ell d´algunos excesos, injurias e que no se havia bien en su officio; también los jurados de Tauste están siendo sometidos a inquisicion por el merino en virtud de cierta comission del rey; finalmente, está siendo enjuiciado un tal Pascual de Fago, natural de Tauste, por una causa que, aunque desconocemos, debe de ser de enjundia pues el encargado de instruir el proceso es nada menos que el Gobernador del reino, a quien escribe la reina recomendándole independencia y equidad pues dizese que (la denuncia ha sido realizada) a instigacion de algunos qui lo quieren mal, los quales se movrian mas por passion que por zelo de jusiticia e que por contumacia e odio lo perseguirian98. Nada prueba la conexión del proyecto de la Acequia con estos litigios, que tal vez obedezcan a otro tipo de debates99, aunque la coincidencia cronológica es tan exacta que es difícil resistir la tentación de relacionarlos. En cualquier caso, es incuestionable que la actuación, en general, del equipo de gobierno que negoció la obtención del privilegio de la Acequia -o al menos los pasos 98 A.C.A., Cancillería, Registro 3034, fs. 98v-99v. Informa de esta referencia FALCÓN PÉREZ, Mª Isabel, “Ordenaciones reales a ciudades de Aragón en el siglo XV”, En la España Medieval 21 (1998), p. 282. 99 Ibid., pp. 271-292, los vincula a los disturbios y escándalos que, con cierta frecuencia, daba lugar la designación de oficiales municipales en todo el reino, argumento que sirvió para justificar el cambio del sistema de elección de estos cargos, que pasó de la cooptación, que era el vigente, al de la insaculación, impuesto por la realeza precisamente por estas fechas. Pero no deja de ser una especulación, pues los textos nada pormenorizan sobre los fundamentos de esas actuaciones, ni en este sentido ni en ningún otro.

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finales- suscitaba controversias y que la cohesión interna de la población en vísperas de encarar un designio de tan altas miras y que iba a requerir -y eso debía ser diáfano para todo el mundo- enormes sacrificios, no era neta, aunque nos resulte imposible valorar la importancia y extensión de la fractura. Vista la evolución de los acontecimientos, ese descontento no haría más que aumentar. Y no estamos hablando de antagonismos aislados o irrelevantes. Ciñéndonos ya específicamente a la Acequia, cuando Juan II en 1458 se lamenta de la turbacion e storbo de algunos singulares de la villa no se está refiriendo, sin género de duda, a gente común sino a individuos de peso, con capacidad de bloqueo efectivo. Aunque la misiva no da más detalles, no es difícil adivinar cual puede ser el núcleo principal de las obstrucciones: los beneficiarios de la principal fuente de riqueza del lugar, los ganaderos. Organizados en un ligallo o cofradía desde 1410, debían constituir uno de los grupos de presión más importantes del lugar, con un fuerte ascendiente en el concejo. En 1459 el acta de una reunión del capítulo de esta cofradía anota el nombre de 22 miembros: son Ahe, San Juan, Ayerbe, Rada, Oblitas, Frontín100… los mismos patronímicos que se reiteran en los cargos públicos del municipio desde hace siglos101. Y los ganaderos no podían ver con buenos ojos las limitaciones para la libre circulación de rebaños y la eventual roturación de pastizales que suponía la Acequia102. Y aunque no cabe plantear la cuestión en términos de una confrontación maniquea, simplista y sin matices -granjeros versus pastores-, entre otras razones porque las elites pecuarias locales, por mucho que dependieran sus ingresos de los rebaños, también tenían intereses 100 Cf. FERNÁNDEZ OTAL, José Antonio, “La Casa de Ganaderos de Tauste. Notas sobre su Historia Medieval y Moderna”, Tauste en su historia. Actas de las I Jornadas sobre la Historia de Tauste (13 al 17 de diciembre de 1999), Tauste, Patronato de la Casa de Cultura - Ayuntamiento, 2001, pp. 104-171, especialmente pp. 106-108. El listado de cofrades de 1459 en p. 156. 101 Hoy en día no existe ningún estudio monográfico sobre el régimen de gobierno taustano ni sus munícipes, de forma que los datos están muy dispersos. Los bloques de información más importantes en: CUELLA ESTEBAN, Ovidio, y TARRAGONA, Rosa, Archivos parroquiales de la diócesis de Zaragoza II, Zaragoza, Diputación Provincial, 2001, pp. 155-302; PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “Documentos notariales…”, óp. cit.; PIEDRAFITA PÉREZ, Elena, Las Cinco Villas…, óp. cit., pp. 337-339. 102 La conversión de partidas de monte reservadas al ganado en terrenos de cultivo -mediase a no el regadío- podía ser causa de disturbios muy violentos, como los que tuvieron lugar en Cariñena en 1560. Uno de los motivos que desencadenaron en el Aragón a fines del Quinientos los sangrientos choques entre pastores montañeses y agricultores moriscos de la ribera del Ebro fue precisamente éste. COLÁS LATORRE, Gregorio, y SALAS AUSENS, José Antonio, Aragón en el siglo XVI. Alteraciones sociales y conflictos políticos, Zaragoza, Universidad, 1982, p. 35.

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en otras esferas y, por supuesto, la agricultura, no cabe duda de que era un sector, en conjunto, al que no se le podía pedir ni mucha complicidad ni demasiada abnegación103. En 1444 la fuerza de un proyecto tan prometedor para el conjunto de la comunidad -y que seguramente también beneficiaba a estos potentados, por lo menos a algunos104 - debió de sobreponerse a sus prejuicios y desconfianzas, lo suficiente al menos para que una partida prestase su aquiescencia. Pero dentro de ciertos límites, en relación, sobre todo, con el monto y el reparto de los gastos, que en 1458 debían estar ya desbordados. Nada sabemos de seguro al respecto para la fecha, pero resulta muy revelador que un siglo después, con la nueva labra de la Acequia de Tauste ya definitivamente encauzada, estos conflictos sí estén plenamente constatados y alcanzado tal grado de virulencia que obligan a intervenir al propio Gobernador del reino, que se desplaza a fines de 1560 a la villa para poner asiento en ciertas disensiones y pasiones que havia entre los labradores y ganaderos sobre quien havia de pagar los gastos que había supuesto la fábrica105. Y hay que tener presente que la coyuntura económica general de mediados del Quinientos era notablemente más positiva que la de cien años antes. Las obras de fines del siglo XVIII se desarrollarán, de nuevo, en medio de las protestas y resistencias de los dueños de rebaños, y no solo en el entorno del Canal de Tauste sino también del Imperial106. Las reticencias, como mínimo, de los poderosos ganaderos, los defectos técnicos de la obra y los incrementos de costes que suponía su corrección, una deuda concejil en camino de hacerse inmanejable, un fallo judicial reciente -el de 1457-, si no lesivo para la villa, lejos de sus expectativas… Era demasiado. La fuerza y calidad de los opositores a la Acequia hacia 1458, apoyada sin duda por un descontento popular más o menos amplio causado por la 103 La postura de los ganaderos ante estos proyectos es más bien ambigua, no sólo en Tauste, también en otros lugares. Pasó lo mismo, por ejemplo, en la huerta murciana bajomedieval donde la expansión del regadío chocó frecuentemente con la primacía de los intereses pecuarios de la oligarquía. Pero como ésta simultaneaba esas actividades con las agrícolas, su oposición nunca fue absoluta ni permanente. MARTÍNEZ MARTÍNEZ, María, “Control, usos y defensa del agua en Murcia (siglos XIII-XV)”, en MARTÍNEZ MARTÍNEZ, María, et alii, El agua en la Historia, Valladolid, Universidad, 1998, p. 26. Estoy convencido de que si los grandes cabañeros de Tauste se hubieran opuesto, en bloque y frontalmente, a la obra de la Acequia desde el principio, es difícil que ésta llegase siquiera a ser planteada. 104 El mejor ejemplo es el señor de Canduero, del que hablaremos más adelante. 105 Doc. 4 de nuestro Apéndice. Volveremos sobre la cuestión. 106 PÉREZ SARRIÓN, Guillermo, Agua, agricultura y sociedad en el siglo XVIII. El Canal Imperial de Aragón, 1766-1808, Zaragoza, I.F.C., 1984, pp. 375-381. FERNÁNDEZ MARCO, Juan Ignacio, óp. cit., p. 97 y ss.

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intensificación de las exacciones, debieron resultar irresistibles y acabaron invirtiendo la primitiva voluntad del concejo que dejó en suspenso el proyecto, como nos transmitía Giménez Soler. Pero la facción defensora de la Acequia, que también contaría con apoyos nada desdeñables, no se resignó y recurrió a la corona. Sus argumentos debieron de ser muy persuasivos pues Juan II, informado -no puede ser más que por los partidarios de la Acequia- que´l no dar perfection a la çequia nuevament construyda por los hombres de la dita villa de Thaust… es dar occasion a la destruction, depopulation e irreparable danyo de la dicha villa e hombres de aquella y con el señuelo del incremento de los ingresos de la monarquía en Tauste, como veíamos más atrás, decide tomar partido y opta por una medida de excepción: asumir el impulso de la obra poniendo a su frente a un agente directo suyo, Johan de Sada, a cuyo mandato -no puede ser casual- somete las autoridades concejiles. El tono conminatorio y las alusiones a la eventual necesidad de usar la coerción para compeller a oficiales y particulares en pro de l´acabament e perfection de la dicha cequia dejan pocas dudas acerca de que el comisionado va a encontrar muy poca colaboración para cumplir su misión en un amplio sector de la población. Y no es para menos, pues el rey presta su autoridad pero nada más: la financiación de la empresa siguen pesando íntegramente sobre la villa. Sería muy interesante saber el lugar que ocupa ese delegado -acaso el cabecilla más señalado de la opción a favor de la continuación- en el entramado social y económico de Tauste. La información disponible no es excesiva ni particularmente explícita, pero aun con todo resulta expresiva. Johan de Sada desciende de un linaje de caballeros y escuderos107 arraigado en Tauste, aparentemente, desde antiguo108, que ha tenido una cierta participación en 107 No es difícil encontrar personajes con ese apellido ostentando tal condición en la documentación local. Solo un ejemplo: las diferentes listas de concejantes registradas en 1415 en relación con la resolución de ciertos problemas del gobierno local incluyen a Martín de Sada, escudero, que también es justicia de la villa en aquellos momentos, y a los caballeros Aznar y Ferrán de Sada, MARURI ORRANTIA, David, “Cinco Villas de Aragón. Noticias genealógico-heráldicas de don Isidoro Gil de Jaz”, en Suessetania 17 (1998) Addenda, p. 233 y ss. Pero no como infanzones: entre las más de setenta salvas de infanzonía de taustanos que se conocen entre 1200 y 1400 no se encuentra ni un solo Sada. Cf. FALCÓN PÉREZ, Isabel, Prosopografía de los infanzones de Aragón (1200-1410), Zaragoza, Universidad, 2003, y, de la misma, Los infanzones de Aragón en la Edad Media, Zaragoza, I.F.C., 2008. 108 Ya en 1253 se documenta a dona Agnes de Sada como propietaria de un campo en el término, CUELLA ESTEBAN, Ovidio, y TARRAGONA, Rosa, óp. cit., doc. 11, p. 158. Otras noticias posteriores de Sadas taustanos en ibid., docs. 76, 80, 85, 92 etc. El problema es que son datos muy disgregados que no permiten asegurar si estos Sada descienden de un mismo tronco común o pertenecen a familias diferentes, aunque homónimas, que se suceden de forma más o menos casual a lo largo del tiempo. El que Sada sea, por estos siglos, un apellido relativamente corriente en la comarca tampoco ayuda. Los Sada sí son en cambio uno de las estirpes más relevantes a fines de la Edad Media de la cercana población de Sos; en su casa nace en 1452 el futuro Fernando el Católico.

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el ejercicio de las responsabilidades públicas locales109. Pero no hay noticia, significativamente, de que tenga relación alguna con la Casa de Ganaderos, ni ahora ni más tarde110. Por otra parte, el patronímico desaparece pronto del entorno de las clases rectoras locales, no mucho después del 1500111.

7. El alcance y el declive de la obra del Cuatrocientos ¿Pero, después de todo, fueron llevados a cabo los deseos del rey? ¿Cruzó la Acequia de Tauste el Arba a pesar de todos los obstáculos? Si hemos de creer a Giménez Soler sí112. Pero, una vez más, este autor se traiciona. Si así fuera, encontraríamos en la documentación taustana posterior a, aproximadamente, 1460 alguna mención a la Acequia de Ebro o a una Acequia nueva en un área de regadío reciente más o menos próxima a la villa. Y no hay ni el menor indicio113. 109 En 1395 Martín de Sada era jurado de Tauste, VISPE MARTÍNEZ, Joaquín, “Tauste en el siglo XIV”, Tauste en su historia. Actas de las II Jornadas sobre la Historia de Tauste (27 de noviembre al 1 de diciembre de 2000), Tauste, Patronato de la Casa de Cultura - Ayuntamiento, 2002, p. 88. En 1415 este mismo Martín de Sada -o un homónimo suyo- ostentaba el justiciazgo, vid. nota 107. En otras ocasiones los Sada aparecen como procuradores del municipio con misiones concretas: en 1283 Aznar de Sada es el representante del concejo en relación con los sucesos de la Unión; en 1388 Martín de Sada, mayor de días, figura igualmente como tal en una sentencia sobre límites; en 1496 Johan de Sada es nombrado sindico e procurador de Tauste ante la Junta de Ejea. Vid., respectivamente, GONZÁLEZ ANTÓN, Luis, Las Uniones aragonesas y las Cortes del reino (1283-1301), Zaragoza, C.S.I.C., Escuela de Estudios Medievales, 1975, vol. II, pp. 39, 118 y 119, ESTEBAN CHAVARRÍA, Juan P., óp. cit., doc. 3, p. 210, y PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “Documentos notariales…”, óp. cit., docs. 369 y 370, p. 161 y ss. 110 Vid. FERNÁNDEZ OTAL, José Antonio, óp. cit. 111 Si en 1496 Johan de Sada representa al concejo ante la Junta de Ejea, vid. nota 109, en 1544 la confección, supervisada por un comisario real, de la lista de vecinos que reúnen los requisitos para el desempeño de los diferentes cargos públicos de Tauste no registra a nadie apellidado así, SAN VICENTE PINO, Ángel, Colección de fuentes de derecho municipal aragonés del bajo Renacimiento, Zaragoza, Universidad, 1970, doc. 8. De ahí en adelante tampoco hay rastros de Sadas entre la aristocracia taustana, cf. MARURI ORRANTIA, David, óp. cit., pp. 222-238; BERRAONDO URDAMPILLETA, Mª Jesús, “Infanzones de las Cinco Villas”, Suessetania 11 (1990), pp. 47-50; más específicamente, CORTES USÁN, Miguel Ángel, “Los Infanzones y la Heráldica de la Villa de Tauste”, Tauste en su historia. Actas de las IV Jornadas sobre la Historia de Tauste (9 al 13 de diciembre de 2002), Tauste, Ayuntamiento, 2005, pp. 85-142 112 GIMÉNEZ SOLER, Andrés, óp. cit., p. 102. 113 Hay ciertamente una alusión en 1472 a cierta viña en los Cascallos que limita con cequia de Camponuevo et con cequia nueva et con cequia de los Cascallos, PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “Documentos notariales…”, óp. cit., doc. 28, p. 112. Pero los Cascallos, como Camponuevo, son dos pagos dentro del término de Tauste de regadío antiguo. La acequia de los Cascallos está ya documentada en 1323, FERNÁNDEZ OTAL, José Antonio, óp. cit. p. 122, mientras que Camponuevo está ya surcado por brazales en el siglo XIII, CUELLA ESTEBAN, Ovidio, y TARRAGONA, Rosa, óp. cit., docs. 8 y 33, pp. 157 y 163. Probablemente sea el mismo curso que un documento de 1378 identifica como la cequia nueva del Moliniello, ibid., doc. 90, p. 179. Tampoco deben confundirnos las menciones contemporáneas a la cequia mayor, que debe nacer en el Arba, pues corre por Valdespartera, un área al Norte del caserío, cerca del camino de Ejea, según se describe en un texto de 1494, PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “Documentos notariales…”, óp. cit., doc. 323, p. 155. En otros documentos se habla de la cequia mayor de Camponuevo, como por ejemplo en CUELLA ESTEBAN, Ovidio, y TARRAGONA, Rosa, óp. cit., doc. 116, pp. 187-188.

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Todavía peor: el propio Giménez Soler, contradiciéndose implícitamente, aporta una noticia del perdido Archivo Municipal de Tauste que se hace eco de que la Acequia no estaba sirviendo para afianzar población y riqueza en el lugar, como cabría suponer si todo fuera bien, sino para justo lo contrario: cuando esta villa construyó su canal, temeroso el concejo de perder habitantes, braceros principalmente -por el contexto, más se trataría de renteros-, por llamarlos señores o terratenientes de otros pueblos de los beneficiados por la obra, acordó que el vecino de Tauste que cultivara en términos que no fueran de la villa no regara del canal, y si lo hacía en cualquier mes que no fuera el de abril o mayo que pagase setenta sueldos de multa, pero si lo hacía en éstos, que perdiera la cosecha114. Una vez más hay que condolerse de que nuestro transmisor prescindiera de otra concreción temporal que el siglo, el XV, lo que empobrece cualquier interpretación. Pero lo que resulta indiscutible es que los beneficios de la infraestructura en Tauste, en comparación con otras poblaciones, eran menores, lo que no puede deberse más que a sus limitaciones locales. Habida cuenta de la amplitud del territorio regable en Tauste por la Acequia, si esta estuviese plenamente operativa, resulta dudoso que faltara trabajo, se escatimaran salarios o se exigiesen rentas ingratas hasta el punto de que la fuerza laboral del pueblo se emplease en otras partes. O, aún haciéndolo, que los huecos generados no pudiesen ser rellenados, si no con facilidad -el Cuatrocientos es un tiempo parvo en brazos-, sí sin complicaciones insalvables por foráneos que acudiesen al reclamo de un agua de riego medianamente abundante y accesible. La toma de las medidas represivas reseñadas es, por tanto, un claro signo de debilidad de la Acequia en Tauste. Esta disposición tiene otra vertiente de interés. Las restricciones se aplican a los taustanos que cultivan tierras en otras partes pero que siguen manteniendo la vecindad y están por tanto bajo la jurisdicción del concejo; de lo contrario serían inmunes a su autoridad. Dejando aparte los casos en que el rentero explotase las heredades a través de subarrendamientos, que serían los menos, esas fincas tenían que estar relativamente cerca del caserío, pues de lo contrario, por la ley de rendimientos decrecientes, la operación sería insostenible115. Y en 114 GIMÉNEZ SOLER, Andrés, óp. cit., p. 73 115 Tauste, con una población muy concentrada y un término municipal extensísimo, tuvo esa ley siempre en contra hasta la fundación de los nuevos poblados de colonización ligados al Canal de Bardenas en el siglo XX. La situación a fines del siglo XVIII es muy ilustrativa, cf. PÉREZ SARRIÓN, Guillermo, Agua, agricultura y sociedad…, óp. cit., pp. 89-90.

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el trayecto del Canal, antes de alcanzar el Arba, no había poblaciones próximas a la plaza, ni siquiera casas de campo, con una sola excepción: Canduero, un pequeño habitat rayano al Ebro, entre el Arba y la circunscripción de Novillas, al S.O. de Tauste, cuyo término se benefició históricamente de la Acequia (véase Mapa 2). Documentado ya en las primeras décadas del siglo XII116, en la Baja Edad Media era un fundo con un núcleo de población mínimo, calificado de torre o casa117 y asimilable, por consiguiente, al modelo de los mases fortificados tan relativamente corriente en el agro medieval. En 1351, por donación de Pedro IV118, se convirtió en un señorío particular que, a fines de la Edad Media, era propiedad de los Íñiguez de Montagut o Monteagudo y más tarde, por entronque familiar, de los Ximénez de Ayerbe, ambos ilustres apellidos taustanos119. Es muy probable que la Acequia llegase hasta allí en la segunda mitad del Cuatrocientos, como veremos enseguida. Y si lo hizo, su señor no dejaría pasar la oportunidad de rentabilizar su heredad y realizar roturaciones en sus tierras, que hasta ese momento no debían de estar dedicadas más que a pastos, requiriendo una abundante mano de obra de la que no disponía y a la que tuvo que atraer ofreciendo condiciones ventajosas -el mecanismo clásico de rotas y repoblaciones-. Esos trabajadores acudirían preferentemente, como es lógico, de lugares cercanos más desfavorecidos, generando la alarma entre los potentados oriundos que verían peligrar, a su vez, la explotación de sus posesiones, como parece ser sucede en Tauste. En rigor, todo esto no son más que suposiciones, apoyadas tan solo en datos indirectos. Pero no deja de ser muy sintomático que a mitad del siglo XVI sí esté bien documentada la fuerte implicación del señor de Canduero en el proceso de refundación de la Acequia de Tauste120. 116 Es ya nombrado entre las lindes de Tauste en la carta de población, PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “La carta de población de Tauste…”, óp. cit., p. 686. Según este autor su origen pudo ser un puesto militar de control del Ebro, como los que existieron en Gallur y Pradilla en la época de la conquista cristiana. Las décimas de Canduero fueron donadas por Alfonso I (1104-1134) poco después de la definitiva toma de Tauste a los musulmanes, que tuvo lugar hacia 1121, LALIENA CORBERA, Carlos, “Frontera y conquista feudal en el valle del Ebro desde una perspectiva local (Tauste, Zaragoza, 1086-1200)”, Studia Histórica. Historia Medieval 23 (2005) p. 124. 117 En 1351, SINUÉS RUIZ, Atanasio, y UBIETO ARTETA, Antonio, El patrimonio real en Aragón durante la Edad Media, Zaragoza, Anubar, 1986, doc. 1703, p. 283. 118 Ibid. 119 FERNÁNDEZ OTAL, José Antonio, óp. cit., p. 134. 120 Vid. nota 257.

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Decididamente, la Acequia no llegaba al Arba. Pero si alguna duda cupiese, queda definitivamente despejada cuando en 1474 Juan II revoca, no abiertamente pero sí de facto, la concesión de la toma y dispone del azud de Taust a su albedrío, aun reconociendo que los del dicho lugar de Taust hayan fecho el dicho azud o presa. Su justificación es que avemos seydo bien informados e certificados como los del dicho lugar de Taust en manera nenguna pueden ni podrian gozar ni se aprobechar del dicho azud p[ar]a el fin que dada les fue gracia e permiso de lo fazer, es a saber, que mediante aquel dicho azut podiessen llevar agua p[ar]a regar los terminos e tierras del dicho lugar de Taust. A continuación lo dona, en concepto de gracia e merced perpetua en agradecimiento de servicios prestados, a Pierres de Peralta, condestable de Navarra y conde de San Esteban, con el fin específico de que pueda regar las tierras de su casa de Belver o Belber u otras cualesquiere. Pero comprendiendo también todo tipo de aprovechamientos, lo que no puede aludir más que a la facultad del condestable de repartir el agua del azud al resto de los regantes de la Acequia tributaria, evidentemente contra la satisfacción del canon correspondiente121. Belver, que era una adquisición reciente del beneficiario122, se localizaba inmediatamente a continuación del bocal de la Acequia de Tauste, antes de llegar a Cabanillas (véase Mapa 1)123. Este texto, prácticamente desconocido124, es el más antiguo que se conserva íntegro en el Archivo del Sindicato. No es de muy buena calidad y es comprensible pues es una copia, como poco, de tercera mano, expedida por la

121 Vid. este texto en Apéndice 2. 122 En el completísimo estudio sobre las elites nobiliarias navarras bajomedievales de RAMÍREZ VAQUERO, Eloisa, Solidaridades nobiliarias y conflictos políticos en Navarra, 1387-1464, Pamplona, Gobierno de Navarra, Institución Príncipe de Viana, 1990, los capítulos dedicados a los Peralta (pp. 159-166 y 337-342) ignoran toda referencia a este dominio. Deduzco por tanto que su incorporación al patrimonio de este linaje es posterior a 1464, fecha límite del periodo que abarca la obra, y fruto también probablemente de la magnanimidad del soberano. 123 En 1552 se dice que el azud de nuestra Acequia se encuentra encima y junto a la cassa y termino de Belber en el dicho Regno de Nabarra, Archivo Municipal de Tudela (A.M.T.), Protocolo notarial de Nicolás Pérez del Calvo, vecino de Tudela, 1552, p. 883. Vid. otras alusiones similares de esas mismas fechas en notas 235 y 237. En 1564 Pedro de Aybar, casero de la cassa de Belber, presta declaración en cierto proceso. La identificación del testigo precisa que esta Belber entre Tudela y Cabanillas, A.M.T., Protocolo notarial de Nicolás Pérez del Calvo, vecino de Tudela, 1565, p. 77. YANGUAS Y MIRANDA, José, óp. cit., p. 72, confirma que fue señorio con jurisdiccion particular correspondiente al antiguo condestable de Navarra mosen Pierres de Peralta y lo sitúa en la orilla izquierda del Ebro confinante al Canal de Tauste, de donde se riega, y… los terminos de Cabanillas, con una extensión de 1.900 robadas. 124 Este documento solamente había sido utilizado hasta hace poco por VEGA MAS, Montse, y PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, óp. cit., p. 62. Prácticamente ultimada la redacción de estas páginas, he tenido noticia de su transcripción y publicación por PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “Intervención de la monarquía en los asuntos municipales…”, óp. cit., doc. 3, autor con el que he debido trabajar de forma paralela. De todas formas, sin afán de desmerecimiento alguno, me sigo quedando con mi versión.

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Mapa 2. Tramo aragonés del Canal de Tauste. Planta general (Según J. A. Fernández Ordóñez)

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Administración del Canal Imperial sobre mediados del siglo XIX125. Pero en lo esencial su lectura no admite dudas. Así pues, según este testimonio, más allá de las dificultades financieras y las querellas intestinas, lo que finalmente impidió la terminación de la Acequia fueron los vicios de diseño, que se revelaron tan pertinaces que acabaron persuadiendo al rey que su resolución era poco menos que imposible. Pero la regia motivación tiene lagunas. En 1458 el propio rey Juan subrayaba la necesidad perentoria de que la Acequia pasase el Arba. Dieciséis años después pretende que no regaba el territorio taustano ni lo haría jamás. En puridad sí había llegado al término: en 1488, el cauce de la Acequia, que nada indica que estuviese fuera de uso, servía como referencia para fijar los mojones de los términos de Tauste y Novillas, exactamente igual que hoy126. Y el trazado intentaba ahorrar pendiente a toda costa -cierto pasaje de ese documento alude a un lugar en que la ceyquia de Tahust si pone dentro la cantera- lo que garantiza que todavía llegaba más allá127, probablemente hasta la partida de Canduero, como comentábamos anteriormente. Pero, por lo que ya hemos dicho, no hasta los terrenos tradicionales de huerta de Tauste en torno al Arba, que tal vez es a lo que se esté refiriendo el soberano. Con todo, si el azud se mantenía treinta años después del arranque de la obra en uso y suficiente buen estado como para ser apetecible, no podía ser más que porque había recibido el mantenimiento adecuado, lo que solo puede justificarse con algún tipo de rentabilidad inmediata y no solamente en el tramo navarro, como demuestra el alcance aragonés del álveo. Parece evidente que el rey está cargando las tintas con un propósito: vestir una decisión muy discutible. 125 Fruto sin duda de las gestiones del recién nacido Sindicato, vid. nota 32. Para la tradición documental y los detalles formales vid. nota 312. 126 Se trata de una sentencia arbitral que establece, entre otras cosas, que las mugas enpecen primerament desde donde comienca el llano de Falset, d´ende el rio de Ebro fasta Mont Real el Viello, por el pie debaxo de la cantera, y despues que de alli suban alto las mugas por la cantera fasta en el lugar donde la ceyquia de Tahust si pone dentro la cantera, segunt por nosotros es estado senyalado, y de alli adelante sea la ceyquia vulgarment dicha la ceyquia de Ebro muga entre los dos dichos terminos ata las canteretas pequenyas que estan cerqua la Val de Contienda. El documento no es original sino una copia de 1513. A.H.P.Z., Pergaminos, Nº 221. El cambio de nombre no debe engañarnos. Se trata, inequívocamente, de la misma Acequia. 127 Ibid. Sin duda se está refiriéndose a un tramo especialmente constreñido entre el farallón que cierra la llanura fluvial y el río donde, en efecto, se sitúan las lindes vigentes de Tauste y Novillas. En este punto, hoy conocido como la Cuesta de los Yesos (véase Mapa 2), también la caja actual muerde el escarpe para poder seguir adelante, VEGA MAS, Montse, y PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, óp. cit., p. 91.

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A lo largo de la Edad Media se asiste a un proceso progresivo de patrimonialización hidráulica. El agua, de ser un bien de pertenencia real o señorial, pero de carácter esencialmente público, pasa a convertirse, de forma cada vez más general, en una posesión privada de la que se dispone libremente como un elemento más del propio peculio. En el caso de los monarcas se convierte en una regalía, es decir, en un bien cuya pertenencia es inherente a la condición de coronado y del que éste dispone sin trabas ni sujeción a ningún fin o derecho de interés general128. Su instrumentalización con fines de recompensa de adhesiones políticas se hará corriente, a veces en claro perjuicio de otros interesados y del bien común129. Pero el caso presente supone un paso más allá: el rey dispone no solamente del recurso sino incluso de las infraestructuras asociadas al mismo realizadas por terceros, so color del incumplimiento del fin para que el que habían sido autorizadas, sin plantear siquiera la posibilidad de una indemnización, lo que resulta absolutamente desmesurado. No tengo noticia de precedentes ni paralelos de algo así en los reinos hispánicos. Más bien de todo lo contrario: privilegios de obras hidráulicas que, o bien no fueron ejecutadas nunca, o bien tardaron muchos años -hasta siglos- en ser terminadas, a veces hasta simplemente empezadas, sin que ello supusiera reversión alguna y mucho menos incautación de ningún género130. 128 El trabajo más clásico sobre este tema es el de LALINDE ABADIA, Jesús, “La consideración jurídica de las aguas en el derecho medieval hispánico”, Anales de la Universidad de La Laguna VI (1968-69). 129 Un caso muy expresivo es el de Riaza (Segovia), una población que pertenecía al obispo segoviano pero que en 1430 fue enajenada a la corona a cambio de un juro de heredad de 770 florines. Inmediatamente a continuación fue transferida a la jurisdicción del todopoderoso condestable Alvaro de Luna, con todos los derechos anexos y, especialmente, las mineras e veneros de fierro e ferrerias que son en el dicho lugar. Seguramente ése debía ser el auténtico motivo de la donación, pues la carta real especificaba que el nuevo señor estaba autorizado a extraer el mineral que quisiera y a usar a su placer las aguas de los ríos del término para esos menesteres. Pocos años después, en 1438, el concejo se quejaría al rey de que, por le tomar las aguas de los dichos rios, éstos llegaban tan mermados que la villa no tenían caudal ni para regar ni para impulsar molinos ni batanes, solicitando la revocación de la donación al condestable para evitar la despoblación del lugar. El rey no solamente desoiría esta súplica sino que, poco más tarde, confirmaría todas y cada una de las mercedes hechas en Riaza a Alvaro de Luna. Cit. MARTÍN CEA, Juan Carlos, “La política municipal sobre el agua en los concejos de la cuenca del Duero a fines de la Edad Media”, en VAL VALDIVIESO, Mª Isabel del (coord.), Usos sociales del agua en las ciudades hispánicas a fines de la Edad Media, Valladolid, Universidad, 2002, pp. 86-87. 130 La Estanca de Borja, por ejemplo, fue sancionada por un privilegio en 1328, pero no fue construida hasta más de dos siglos después, LOMBA SERRANO, Concepción, Borja, arquitectura civil, siglos XVI-XVII, Borja, Centro de Estudios Borjanos, 1982. La escasez e irregularidad del aforo del Turia motivó que los regantes de la Huerta valenciana buscaran aportes de agua suplementarios desde la Edad Media. Con estos fines, el concejo valenciano consiguió en 1393 el permiso real para trasvasar aguas del Júcar, desde Tous, a su término, un proyecto que, a pesar de que fue objeto de diferentes estudios y planificaciones, jamás fue ejecutado. Con idéntico objetivo Juan I, en 1404, dará poder a Valencia y catorce lugares más para prolongar la Acequia Real de Alcira hasta Catarroja o hasta el mismo Turia. La concesión apenas se materializó en nada tangible hasta

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La decepción en Tauste debió ser descomunal. Seguramente daría lugar a algún tipo de gestiones ante el trono, pero sin resultado apreciable. Juan II, que mantuvo hasta el fin de sus días la titularidad de las coronas aragonesa y navarra -aunque esta última cada vez de forma más nominal-, muere en 1479, dejando paso en Pamplona a una nueva dinastía de ascendencia francesa, la casa de Foix, desvinculada de la aragonesa, lo que marca distancias y hace todavía más incierta cualquier reclamación. Pero entretanto el problema del agua en Tauste sigue tan acuciante como siempre, mientras que la disponibilidad del abasto va a peor. Estamos muy mal informados de lo que sucede en las décadas finales del Cuatrocientos, pero todo apunta a que la situación de la Acequia evoluciona de forma cada vez más negativa. En la década de 1490 debe fraguarse algún tipo de crisis, tan aguda, que los distintos implicados pasan a seguir su propio camino al filo del 1500. Cabanillas y Fustiñana, envueltas en graves desavenencias con el señor de Belver131, solicitan la confirmación del privilegio original de 1253 a la infanta Catalina, lugarteniente de los reyes de Navarra, que emite en 1499 el mandamiento correspondiente a la Cámara de Comptos pamplonesa, la cual finalmente expide el documento en 1504132. que el Duque de Hijar, arrogándose el privilegio, consiguió llevar adelante la empresa… en la segunda mitad del Setecientos. Es la hoy conocida como Acequia Real del Júcar. GUAL CAMARENA, Miguel, Estudio históricogeográfico sobre la Acequia Real del Júcar, Valencia, Institución Alfonso el Magnánimo, 1979, pp. 69-77. La misma Acequia Imperial no consiguió sensu stricto alcanzar lo que era su objetivo primario, el término de Zaragoza, hasta fines del siglo XVIII; entra dentro de lo posible que por lacras técnicas, vid. nota 82. Solamente para salvar el obstáculo que suponía el Jalón empleó cerca de cuarenta años, contando desde el comienzo de las obras, BLÁZQUEZ HERRERO, Carlos, y PALLARUELO CAMPO, Severino, óp. cit., vol. I, pp. 319-321. Bien es cierto que la Imperial dependió siempre directamente de la corona. 131 Según las Cartas sobre riegos…, óp. cit., p. 53. 132 Desconozco si se conserva en alguna parte. Desde luego no en el A.S.R.C.T. donde, sin embargo, sí se detectan diversas alusiones. La más detallada es una certificación de Francico de Paula Anchorena, notario público de Tudela, por la que da fe de que entre las notas, protocolos y papeles de mi escribania y oficio se encuentran un trasunto o copia por vidimus puesto en patente despachada por las gentes (sic.) oidores de la Camara de Comptos reales o jueces de finanzas, un mandamiento mediante de Dña. Catalina, infanta de Navarra, lugarteniente por los muy egregios D. Juan y Dña. Catalina, por la gracia de Dios reyes de Navarra, duques de Nemuse… firmado el uno, so el sello de la Chancillería, en Pamplona a 16 de diciembre de 1499, en nombre de S.M. por Martin de Rutia y Martin de Alegria, sus secretarios, y la otra en dicha ciudad, bajo el sello de la Camara de Comptos, veinte y ocheno dia del mismo mes y año 1504, por sus oidores D. Gurpide, D. Pedro Marcilla de Caparroso y D. Irigoyen, en la cual se insiere e inserta una real carta de donacion, merced, privilegio, poder o facultad real concedida y dada en Estella, pendiente el gran sello, signada de la real mano, lunes, vigilia de Santa Maria de marzo, año 1252 -realmente 1253, véase nota 37-, por don Chilbat, don Tibaut o don Tobaldo, por la gracia de Dios rey de Navarra. Esta certificación formaba parte de una reclamación de Tauste, Cabanillas y Fustiñana dirigida las Cortes en 1822 dentro de la batería de quejas que, prolongándose en el tiempo, llevaría finalmente a la devolución del Canal en 1848. Pero el expediente original no se conserva o al menos no sabemos donde está. Lo cita anterior procede de un trasunto de ese expediente, certificado de nuevo por el notario Anchorena en Tudela el 4 de julio de 1847, que se encuentra en el A.S.R.C.T., Caja 179,

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Paralelamente, el de Belver desaparece de escena, aunque a mediados del Quinientos todavía pretende ostentar unos derechos sobre la obra que nadie más reconoce133. Tauste, por su parte, debe otear un horizonte tan negro que da un golpe de timón y gesta un proyecto alternativo tan espectacular como temerario, tanto, que no puede ser entendido más que en clave de desesperación: nada menos que traer agua de riego desde el río Aragón. Sorprendentemente consigue involucrar en el mismo a Fernando el Católico que, acaso en un gesto tácito -también poco costoso- de apaciguamiento tras los excesos de su regio progenitor, se aviene en 1498 a dirigirse al monarca navarro en los siguientes términos: fazemos vos saber como los de nuestra villa de Tauste d´este nuestro regno d´Aragon nos han significado que, a causa de la grande necesidad que tienen de agua, querrian facer cequia que saliese del río d´Aragon por los términos de Caseda, Gallipienzo y Carcastillo, que son de vuestro regno de Navarra concluyendo con la solicitud del permiso correspondiente134. En otras palabras, los taustanos soñaban con una variante del actual Canal de Bardenas, hechura del siglo XX, una idea absolutamente quimérica a fines de la Edad Media que, como no podía ser de otro modo, no se materializó en nada positivo. Como sabemos, uno de los beneficiarios del tramo navarro de la Acequia de Tauste en el Cuatrocientos -y tras la nueva refundación de mediados del siglo XVI, también después- es el pueblo de Buñuel, sobre todo la partida de su término denominada el Espartal, que se localiza justo al lado de la Torre de Leoz, anteriormente citada135. En 1514 el señor de Buñuel, Juan de Mendoza, llega a una concordia con sus vasallos sobre los aprovechamientos del lugar. Una de las cláusulas delimita los derechos de pasto del Espartal: el ganado menudo de los vecinos podrá hacer uso de esas hierbas desde la Santa Cruz de Mayo hasta San Martín y el ganado mayor todo el año; el resto del tiempo la pastura es del señor

sin signatura, Despojo de las 2 zequias, vieja y nueba. Tudela. Navarra. Año de 1822 (en el dorso), s.f. Dentro de los trabajos decimonónicos clásicos sobre la historia del Canal de Tauste, estos datos en torno al 1500 solo son reflejados por Madoz y, parcialmente, por las Cartas sobre riegos. 133 Vid. nota 237. 134 Cit. GIMÉNEZ SOLER, Andrés, óp. cit., p. 102, a partir de un documento perdido del Archivo Municipal de Tauste. En esta ocasión no caben desconfianzas pues, aparte de la cita textual, recoge la referencia de localización: año 1498, Arch. Mun. de Tauste, al f. 62 de un tomo en folio del legajo 8°. El dato había sido ya recogido anteriormente por SUPERVÍA LOSTALÉ, Mariano, óp. cit., p. 113, pero de forma muy vaga. Esta noticia, realmente excepcional, ha sido muy utilizada por los estudiosos posteriores de la hidráulica histórica aragonesa y española. 135 No confundir con otra partida de la vecina Fustiñana llamada igual: el Espartal o el Espartalico.

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que, posiblemente, la arrendará a pastores trashumantes montañeses136. Con semejante uso, es obvio que el Espartal no recibe riego desde hace tiempo137, lo que solamente puede significar que la Acequia de Tauste ya no da servicio en este tramo y, por descontado, tampoco más allá. Según todos los indicios, en algún momento a fines del siglo XV la Acequia ha dejado de funcionar y, desde aproximadamente el 1500 o poco después, solamente Cabanillas y Fustiñana, que tras la revalidación de sus viejos derechos han vuelto a abrir su Acequia privativa, disfrutan del agua del Ebro. El contexto se retrotrae al del siglo XIII, saldándose el proyecto cuatrocentista de la Acequia de Tauste con un fracaso sin paliativos.

8. Las peculiaridades de la Acequia tardomedieval. Hasta aquí los hechos desnudos de la crónica local. Pero ¿qué sentido tienen a nivel global? Aunque a la postre la empresa naufragase, lo cierto es que la intentona de Tauste en el siglo XV resulta extraordinariamente interesante por lo peculiar de su desarrollo y circunstancias. En primer lugar por la cronología. En las síntesis explicativas de la historia de los regadíos aragoneses y españoles hoy en boga, la expansión de los sistemas hidráulicos tradicionales se relaciona con etapas demográficamente expansivas138. La mayor necesidad de alimentos, unida al alza de los precios, en un contexto en que los intercambios y los mercados se van estructurando cada vez más, anima al incremento de la producción agraria, tanto por medios extensivos -aumento de las roturaciones-, como intensivos -intensificación de los regadíos-. Es lo que sucede en los siglos XII-XIII, cuando se gesta la Acequia de Cabanillas y Fustiñana, y es lo que se reitera en el siglo XVI, el momento del afianzamiento ya definitivo de la de Tauste. Pero la Baja Edad Media es justamente lo contrario: una fase de profunda depresión. En el reino de Aragón, como en el resto de Europa, las catástrofes del Trescientos se encadenan, provocando una caída brutal de la población que, arrancando de mediados del siglo XIV, se extiende hasta principios del XV, 136 Cit. FERNÁNDEZ MARCO, Juan Ignacio, óp. cit., p. 69. 137 Y por tanto lo más razonable es que tampoco la Torre de Leoz. 138 Para Aragón véanse, entre otros, LALIENA CORBERA, Carlos, “Agua y progreso social en Aragón…”, óp. cit., y PÉREZ SARRIÓN, Guillermo, “Regadíos, política hidráulica y cambio social en Aragón, siglos XV-XVIII” en PÉREZ PICAZO, Mª Teresa, y LEMEUNIER, Guy (eds.), Agua y modo de producción, Barcelona, Crítica, 1990, pp. 212-270.

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para pasar a un periodo de atonía en las décadas centrales de esa centuria y, solamente en el último tercio del Cuatrocientos, empezar a mostrar síntomas de recuperación, aunque las cifras demográficas anteriores a la Peste Negra queden todavía lejos139. Y Tauste no es ninguna excepción. Al revés: si en algo despunta es en la profundidad con que vive la recesión y en la lentitud de su vuelta al ascenso poblacional. Si en el fogaje de 1405 contabilizó 262 casas, incluidas las hebreas, en el de 1495, con los judíos ya expulsados, 272. El saldo de prácticamente un siglo se reduce a un modesto incremento de menos de un 4 %, un porcentaje muy inferior a la media de la comarca y del propio reino para el mismo periodo, que se situó en torno al 20 %140. Cabe asegurar que en esta perdida de posiciones el fiasco de la traída de aguas tuvo su influencia: sus consecuencias, nada neutrales -unas abultadas deudas comunes a cambio, a la postre, de nada-, debieron potenciar la emigración. Lo dicho no quiere decir que en los siglos XIV y XV la acometida de nuevas empresas hidráulicas sea desconocida. Las hay, por supuesto, y aun de cierto fuste, como la realización de la Acequia de Manresa141, la continuación de la de Alcira -precursora de la actual Real Acequia del Júcar142- o, por poner un ejemplo aragonés, la edificación de la presa de Malpasillo por el concejo de Belchite a principios del siglo XV143. Solamente que son mucho menos 139 LALIENA CORBERA, Carlos, “La Edad Media”, en FERNÁNDEZ CLEMENTE, Eloy (dir.), Historia de Aragón, Madrid, La Esfera de los Libros, 2008, pp. 330-331. El estado de la cuestión más reciente sobre la demografía bajomedieval de la Corona de Aragón en FELIU, Gaspar, “Evolución y asentamiento de la población”, en SESMA MUÑOZ, Ángel, La Corona de Aragón en el centro de su historia. Aspectos económicos y sociales (1208-1458) (Zaragoza y Calatayud, noviembre de 2009), Zaragoza, Gobierno de Aragón, 2010, pp. 31-58. 140 ABELLA SAMITIER, Juan, Sos en la Baja Edad Media: una villa aragonesa de frontera, Zaragoza, I.F.C., 2012, pp. 35-37. El título de esta obra no debe llamar a engaño pues, aunque obviamente se centra en la historia de Sos, dedica un muy aprovechable capítulo a la evolución de la población de las Cinco Villas en la Baja Edad Media. Nada sabemos más preciso de la evolución demográfica de Tauste a lo largo de esos años. Sirva de punto de comparación la de Sos, la única población de la comarca con la que contamos con más pormenores: tomando como punto de partida la década de 1440, el decenio siguiente registra un pequeño repunte, que parece obedecer a una coyuntura local muy específica, para hundirse en los años 60 y comenzar a ascender a partir de los 70 de forma sostenida. Ibid., p. 144 y ss. 141 En funcionamiento todavía hoy, tiene una longitud de más de 25 kms. La obra recibió el visto bueno real en 1339, pero la construcción se complicó mucho, no entrando en servicio hasta 1383. Cf. SARRET LARBÓS, Joaquim, La céquia de Manresa, Manresa, Estampa Católica, 1906. 142 Esta arteria de regadío nació como una iniciativa de la corona a mediados del siglo XIII. En algún momento de la segunda mitad del siglo XIV el cauce salva la rambla de Algemesí mediante un sifón o cano, una obra de ingeniería, para la época, extraordinaria. GUAL CAMARENA, Miguel, óp. cit., pp. 53-55. 143 Sus dimensiones son: 15 ms. de altura por 6 de longitud en la base y más de 5 de anchura. Se arruinó en la primera mitad del siglo XVI. SESMA MUÑOZ, J. Ángel, UTRILLA UTRILLA, Juan F., LALIENA CORBERA, Carlos, óp. cit., pp. 99-100. Los embalses, en el sentido estricto del término, son muy poco comunes en los siglos medievales.

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generalizadas que en otros periodos históricos, al menos en el estado actual de nuestros conocimientos. La Acequia de Tauste forma parte de este grupo de iniciativas un tanto contracorriente, lo que constituye un punto de singularidad, aunque no de excepcionalidad. Pero lo que sí ya resalta como francamente raro es que Tauste obtuviera licencia para realizar la acometida de la Acequia en tierras navarras, un estado al fin y al cabo extranjero, en un tiempo en que el proceso de definición de la conciencia y fronteras nacionales de los diferentes reinos hispánicos estaba ya muy avanzado144. Uno de los escollos más serios a los que se enfrentaba el trazado de nuevas infraestructuras hidráulicas durante los siglos medievales y modernos era la extraordinaria fragmentación jurisdiccional, típica del Antiguo Régimen. En el momento en que se planificaba un itinerario medianamente largo era inevitable su paso por tierras de concejos y señoríos ajenos que podían plantear -y de hecho lo hacían con entusiasmo- todo tipo de exigencias y obstrucciones, que degeneraban muy habitualmente en inacabables pleitos antes, durante y después de la ejecución de las obras. Pero, normalmente, siempre existía algún vínculo, un marco de referencia: cuando menos, la obediencia a un mismo señor o testa coronada o, más normalmente, la pertenencia a un mismo reino o territorio con unas instituciones y un sustrato legal, aun dentro de la multiplicidad de situaciones característica de aquellos tiempos, común. Una iniciativa como la de la Acequia de Tauste, más allá de esos círculos, resulta casi inusitada. Cabe argüir, como se ha hecho en ocasiones, que la aprobación del proyecto taustano por Carlos de Viana en 1444 se lucró de un cierto trato de favor por los lazos consanguíneos entre los titulares de la coronas navarra y aragonesa: Alfonso V, rey de Aragón, era hermano de Juan, rey de Navarra, y, por tanto, tío carnal del Príncipe de Viana. Pero es una premisa muy débil. En verdad, la eficacia de esos nexos de afinidad en el terreno de la cooperación interestatal era muy escasa, por no decir nula. Prácticamente todas las familias 144 Véase el ejemplo aragonés en SESMA MUÑOZ, J. Ángel, “Estado y nacionalismo en la Baja Edad Media. La formación del sentimiento nacionalista aragonés”, Aragón en la Edad Media 7 (1987), pp. 245-273, y, del mismo, “El sentimiento nacionalista en la Corona de Aragón y el nacimiento de la España moderna”, en RUCQUOI, Adelina (coord), Realidad e imágenes del poder. España a fines de la Edad Media (Madrid, noviembre de 1987), Madrid, Ámbito, 1988, pp. 215-232.

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reales de la Península estaban emparentadas entre sí en mayor o menor grado, lo que de por sí no propiciaba especialmente ningún tipo de entendimiento y mucho menos de colaboración, a cualquier nivel. Podrían, acaso -y sólo acaso-, haber tenido un papel si hubiera estado en ciernes algún tipo de unión dinástica entre Aragón y Navarra. Pero en 1444, con el Magnánimo ciertamente sin descendientes legítimos pero con menos de cincuenta años y gozando de buena salud, semejante contingencia no era más que una probabilidad entre muchas otras. A todos los efectos, el privilegio a favor de Tauste fue una concesión a un concejo de una potencia perfectamente reconocible como foránea que, en puridad, abría una brecha en la integridad del concepto de la unidad territorial y jurisdiccional del reino navarro y sus recursos, lo que no podía ser visto por los regnícolas y, sobre todo, sus instituciones más que con suspicacia, cuando no con hostilidad. En su género, es un acto del que encuentro muy pocos precedentes en toda la Edad Media hispánica y ninguno equiparable, sobre todo en lo tocante a magnitudes y grado de cumplimiento. Cabe citar, por ejemplo, el privilegio concedido por Enrique II de Castilla con anterioridad a 1372 a la ciudad de Valencia para derivar caudales por tierras de dicho monarca desde la cabecera del río Cabriel, un afluente del Júcar, al Guadalaviar, que nunca pasó de la fase de proyecto145. O, por citar un caso más cercano, la concesión en 1376, también de Enrique II de Castilla, a favor de Tudela para beneficiarse de las aguas del río Alhama -un pequeño curso que nace en la vertiente castellana del Moncayo y que, tras fertilizar la vega de Ágreda, pasa a Navarra para desembocar en el Ebro a la altura de Alfaro, de nuevo en tierras castellanas- que tuvo muchos problemas para ser ejecutada, siempre pendiente de las cambiantes relaciones diplomáticas entre las cortes respectivas146. Por otra parte, la distancia entre Valencia, la urbe más pujante de la Corona de Aragón en la Baja Edad Media, o 145 El tenor del privilegio no se conoce pero en 1372, con ocasión del nombramiento por los jurados valencianos de una comisión que estudiase el asunto, se dice que se encontraba en l´archiu de la sala de la dita ciudad. Publica este documento GUAL CAMARENA, Miguel, óp. cit., doc. 35, pp. 121-122. Valencia también se interesó en el siglo XIV y, sobre todo, el XV por incrementar el aforo del Turia con las aguas de un par de lagunas situadas en los términos de Santa Cruz de Moya (Cuenca) y Tortajada (Teruel), en la cabecera del Guadalaviar. Es decir, en territorios de los reinos de Castilla y Aragón. Pero debían ser operaciones de muy poca monta pues las negociaciones se realizaron directamente con los lugareños y, de cualquier modo, no consta que llegaran a cuajar en nada efectivo. GLICK, Thomas F., Regadío y sociedad en la Valencia medieval, Valencia, 1988, p. 162. 146 Cf. LEROY, Béatrice, óp. cit., p. 307. Al parecer, el pleno aprovechamiento de estos derechos por Tudela se demoró hasta el siglo XVII, cf. FLORISTÁN SAMANES, Alfredo, La ribera tudelana de Navarra, Zaragoza, Institución Príncipe de Viana, 1951, p. 120.

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Tudela, la población ribereña más importante del curso superior del Ebro, con Tauste, una simple villa -y, a nivel general, no de las mayores-, no puede ser más llamativa. Y es que, aun con el amparo de una resolución formal del rey o, en este caso, de su lugarteniente, no cabe menospreciar las dificultades a las que se enfrentaba el beneficiario de una gracia de este tipo. El ejemplo de Zaragoza es muy expresivo. La obtención de agua de riego del Ebro era una vieja aspiración de la ciudad. Ya en 1339 Pedro IV otorgó un privilegio a los terratenientes de las partidas zaragozanas de Romareda, Miralbueno, Huerva Vieja, Plano, Cantalobos y las Fuentes con ese fin. Sería revalidado en 1510, esta vez ya a nombre del concejo, previendo la toma en Novillas o Gallur. Pero en esos lugares el nivel era insuficiente. La única forma de garantizar el éxito del nuevo curso era colocar la boquera en Navarra, como quedó patente en los estudios técnicos preliminares encargados por la ciudad. Esa solución era gravosa económicamente pero, sobre todo, muy compleja de articular política y jurídicamente pues interesaba a muchas jurisdicciones diferentes y, sobre todo, suscitaba profundos recelos en el reino vecino. La perspectiva se juzgó tan arriesgada que, finalmente, los munícipes solicitaron a Carlos I que la corona asumiese la infraestructura como propia, a lo que éste accedió en 1529; de ahí el nombre de Acequia Imperial. No se engañaban los zaragozanos: aun a pesar de esa vinculación, los problemas con las autoridades navarras empezaron de forma prácticamente inmediata y serían una constante en toda la historia de la Imperial147. Es decir, que aquello que acobardó a la poderosa ciudad de Zaragoza en el siglo XVI, con un rey común en Aragón y Navarra, fue emprendido ochenta años antes por una villa como Tauste, sin particular influencia, en un contexto en que la cohesión entre esos reinos, ya de por sí relativa en el Quinientos, era todavía menor. Ciertamente la entidad de las obras no es plenamente equiparable, pero la de los promotores lo es mucho menos. Es realmente sorprendente, casi pasmoso. No puede entenderse dentro de los términos habituales, solamente como resultado de una coyuntura excepcional. En la primera mitad de la década de 1440 el poder en Navarra está en manos de Carlos, el Príncipe de Viana por antonomasia, como lugarteniente 147 PÉREZ SARRIÓN, Guillermo, El Canal Imperial y la navegación…, óp. cit., p. 31 y ss.

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general del rey Juan II, su padre, el cual, absorbido por entonces por las luchas de poder en Castilla, apenas interfiere148. Junto al Príncipe se alinean un grupo de estirpes nobiliarias entre las que descuellan netamente los Beuamont, una rama bastarda de la familia real navarra que surge en la segunda mitad del siglo XIV y se va encumbrando progresivamente, alcanzando su cenit con, justamente, el Príncipe Carlos. Criado entre ellos, el de Viana les entrega su confianza y les colma de todo tipo de mercedes y honores, lo que, tratándose de una personalidad como la del de heredero, cuya munificencia se hizo proverbial, es mucho decir149. La cabeza visible del linaje desde 1432 es Luis de Beaumont, conde de Lerín, pero probablemente el miembro del clan que alcanza mayor privanza es Juan de Beaumont, hermano menor del anterior, que ejerció de ayo del Príncipe durante su infancia y mantuvo con él durante toda su vida una fuerte intimidad. Una de las principales dignidades de Juan de Beaumont es la de Gran Prior de la Orden de San Juan en Navarra, cuyo nombramiento formal recibe en 1441, aunque ya venía actuando como tal desde tiempo atrás. A través de él controla el extenso patrimonio de la Orden en el reino, del que forman parte, como sabemos, Cabanillas y Fustiñana, unas encomiendas sobre las que Juan de Beaumont demuestra un interés personal muy vivo: en 1446, muy significativamente, adquiere su titularidad directa por permuta150. Pero estas encomiendas están pasando por una pésima coyuntura. La crisis demográfica bajomedieval fue dura en toda Europa pero alcanzó la categoría de catástrofe en la ribera tudelana que, para el periodo entre 13661428, pasa por ser la comarca más deprimida de toda Navarra151. La situación de debilidad es patente en Cabanillas y Fustiñana que se muestran incapaces de sostener el sistema hidráulico que erigieron en el siglo XIII, teniendo que recurrir desde principios del XV para seguir regando a norias -un recurso siempre de mucho menor potencial- y aun con apuros y afanes. En 1410 el rey Carlos III de Navarra perdonaba a Cabanillas cierto cargo impositivo en atención al esfuerzo que estaba realizando la villa para construir dos de estos ingenios. En 1442 se aplicaba lo propio a Fustiñana para poder reparar los suyos, destruidos

148 LACARRA DE MIGUEL, José María, Historia política del reino de Navarra…, óp. cit., p. 250 y ss. 149 Una crónica muy documentada de la formación y ascenso de este linaje en RAMÍREZ VAQUERO, Eloisa, óp. cit., pp. 124-135. 150 Ibid., p. 133. 151 MONTEANO, Peio J., óp. cit., pp. 48-49.

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por una crecida del Ebro el año anterior152. La devaluación de las rentas del señorío debía ser notoria y la amenaza de la despoblación una posibilidad muy real. En medio de tan desolador panorama, es plausible pensar que el proyecto taustano fuese contemplado por Juan de Beaumont como una oportunidad de revitalizar estas encomiendas que, obviamente, se beneficiarían de un curso que iba a partir de su territorio. No era una opción muy ortodoxa, pero la gravedad de la situación y la ausencia de otras alternativas, debió de decidirle. Contando con su crucial apoyo ante el Príncipe, Tauste lograría el citado permiso de 1444. Para redondear el negocio, en 1446, seguramente coincidiendo con la llegada del agua a los campos del señorío sanjuanista, Juan de Beaumont obtenía el patronazgo directo de las encomiendas en cuestión, como veíamos. Por supuesto no se trata más que de una hipótesis, pero tratándose de una proposición tan insólita no cabe otra explicación. Era muy difícil, por no decir imposible, que semejante demanda de un concejo forastero y con un ascendiente tan limitado tuviese la más mínima posibilidad sin el respaldo de un valedor motivado y de mucho peso en la corte navarra, como Juan de Beaumont. Corrían malos tiempos para embarcarse en aventuras de calado, pero la ocasión era irrepetible y Tauste se arriesgó. Mas la tarea se reveló superior a sus fuerzas. Por si no bastasen las carencias financieras, las cortapisas técnicas y las discordias internas, las específicas circunstancias que dieron lugar a la concesión la hacían potencialmente muy vulnerable a cualquier modificación del signo político, lo que en el convulso escenario de la historia navarra de la segunda mitad del Cuatrocientos eran palabras mayores. Juan II, frustradas sus aspiraciones y secuestradas sus rentas castellanas en 1444, se vuelve hacia el reino del que era titular y, a despecho de su condición de mero monarca consorte, empieza a ejercer cada vez más como soberano efectivo desplazando sin tacto ni miramientos al Príncipe y sus fieles. Carlos, candidato directo en la línea de sucesión del trono navarro jurado como tal por las cortes en 1421, al poco de su nacimiento, y heredero formalmente designado por la reina Blanca, su madre -que expira en 1441-, de los bienes y dignidades dinásticos, difícilmente podía avenirse a semejante postergación. Las fricciones entre padre e hijo se fueron agravando hasta desembocar en 1451 152 Ibid., pp. 116-117 y 123.

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en una auténtica guerra civil en la que los Beaumont, como cabía esperar, se decantan incondicionalmente por la causa del Príncipe. La muerte de éste en 1461 no implica apaciguamiento alguno, enconándose la pugna hasta fracturar el reino en dos facciones irreconciliables, envueltas en una contienda banderiza esclerotizada que, manipulada por Aragón, Castilla y Francia, perdurará de forma difusa hasta prácticamente la ocupación castellana de 1512153. Frente a los Beaumont y su bando se alzan los agramonteses, liderados por los Navarra y, sobre todo, los Peralta, una estirpe esta última con sólidos intereses en la ribera tudelana en la que Juan II se apoya tan ostensible como ciegamente y a la que multiplica sus muestras de favor154. El caudillo principal de este linaje es Pierres de Peralta, a favor de quien Tauste se ve desposeída del azud de forma tan lesiva como tajante en 1474. Todo adquiere así sentido. Si algo significa este acto es la categórica prevalencia de las necesidades políticas de Juan II en la pugna por el poder en Navarra, por encima de cualquier otra consideración, y el autoritarismo de su concepción de la majestad. Pero también la total indefensión de Tauste, huérfana de todo apoyo en un país profundamente dividido que, además, no es el suyo. Nacida la concesión como una gracia regia a un tercero en la que Tauste tiene un papel poco menos que instrumental, los derechos de la villa desaparecen del mismo modo y por la misma lógica -la de la lucha partidista-, que en la agitada coyuntura navarra contemporánea alcanza cotas despiadadas.

9. La Acequia de Fustiñana y Cabanillas en la primera mitad del siglo XVI La superación de la crisis bajomedieval arranca, como señalábamos más arriba, en el último tercio del Cuatrocientos y eclosiona ya, con todas sus consecuencias, en el siglo XVI, una época de esplendor económico y crecimiento demográfico. Las instituciones, pletóricas de optimismo ante el futuro, se comprometen en ambiciosos programas de obras públicas en los que las hidráulicas tendrán un papel muy destacado. Las iniciativas surgen un poco por todas partes155. 153 Véase detalladamente todo este periplo en LACARRA DE MIGUEL, José María, Historia política del reino de Navarra…, óp. cit., pp. 257-434. 154 Sobre los Peralta vid. RAMÍREZ VAQUERO, Eloisa, óp. cit., pp. 159-166 y 337-342. 155 Para el Quinientos aragonés vid. específicamente COLÁS LATORRE, Gregorio, óp. cit., y MATEOS ROYO,

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En el caso que nos ocupa, esta reacción es ya perceptible en torno al 1500: Cabanillas y Fustiñana se empeñan en resucitar su vieja Acequia propia, aquello de lo que fueron incapaces en el Cuatrocientos156. Lo deben conseguir a principios de la centuria, coincidiendo más o menos con la ratificación del viejo privilegio del rey Teobaldo, aunque no he encontrado testimonios que lo prueben más que de la década de 1530 en adelante. Se trata de una quincena de textos de matriz notarial conservados en el Archivo del Sindicato relacionados con la administración de la Acequia, ya consolidada, de los dos pueblos o de Cabanillas y Fustiñana, aunque algunos actos individualicen el tramo correspondiente a Fustiñana como la cequia mayor de esta localidad o, abreviadamente, la cequia de Fustiñana157. Han llegado a nosotros en forma de copias, realizadas a mediados del siglo XIX, casi todas bajo el elocuente encabezamiento de azequia vieja158. Son de temática variada. Las piezas más antiguas, redactadas en 1533, versan sobre las acciones emprendidas por Cabanillas y Fustiñana contra el señor de Belver -con el que parece que mantienen las mismas malas relaciones de fines del Cuatrocientos- y su casero, el cual ha derribado dolosamente un pontigo de la Acequia cegándola con los escombros, de forma que no les ba gota de agua para regar sus terminos y panes159. José Antonio, óp. cit. A nivel nacional, entre otros, LEMEUNIER, Guy, “Hidráulica agrícola…”, óp. cit., y, muy especialmente, BERNABÉ GIL, David, óp. cit. 156 Una panorámica de la comarca para estas fechas en ORTA RUBIO, Esteban, “La Ribera tudelana bajo los Austrias. Aproximación a su estudio socioeconómico”, Príncipe de Viana 43 (1982), pp. 723-868. Información también aprovechable en FLORISTÁN SAMANES, Alfredo, óp. cit. 157 No cabe que se trate de un brazal del venero principal o de otra acequia distinta: un documento de 8 de mayo de 1552 habla expresamente de que esta Acequia mayor viene del rio de Hebro (A.M.T., Protocolo notarial de Nicolás Pérez del Calvo, vecino de Tudela, 1552, p. 457) y no tiene mucho sentido que Fustiñana asumiese el costo de abrir un curso propio desde el río teniendo aprovisionamiento disponible con el que comparte con Cabanillas. 158 Esta mención aparece como una pequeña nota identificativa, a modo de etiqueta, en una esquina del dorso de estas copias, salvo en cuatro de ellas, que reproducen textos entre 1550-1552, en donde se trueca por azequia nueba, que es una de las denominaciones que se da en esta documentación a la Acequia de Tauste propiamente dicha. Es un error del copista pues su excavación no empezó hasta la publicación de la concordia entre la Orden de San Juan, Fustiñana, Cabanillas y Tauste de, precisamente, 1552 y, por tanto, no pueden referirse más que a la azequia vieja de Cabanillas y Fustiñana. Sobre estas reproducciones decimonónicas ya hemos hablado anteriormente en el epígrafe dedicado a la base documental. 159 Son cuatro documentos: una carta testimonial del hecho, fechada el 26 de febrero, una procura a pleitos del concejo de Fustiñana de ese mismo día y dos compromisos de los concejos de Fustiñana y Cabanillas de, respectivamente, el 5 y el 12 de septiembre de dicho año poniendo en manos del licenciado Martín Jiménez, vecino de Pamplona, la resolución del litigio en calidad de árbitro. Las cuatro piezas en A.S.R.C.T., caja 179, sin signatura, Azequia vieja. Tudela. Navarra. Año de 1533. Poderes compromisales de las villas, vezinos y concejos de Fustiñana y Cabanillas… (en el dorso), s.f.

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De fechas posteriores hay documentos relacionados con el azud, que en 1536 estaba necesitado de reparaciones urgentes: el 5 de noviembre de ese año, tres oficiales de Fustiñana protestan ante sus homólogos de Cabanillas por su desinterés en contribuir en los gastos para cerrar la azut o quiebra de aquel, de forma que esta por acabar la dicha obra y se ha recrecido el daño que saben bien en el azut del Ebro de los dos pueblos, declinando cualquier responsabilidad subsiguiente160. Se localizaba en donde habían estado sus antecesores medievales, encima y junto a la cassa y termino de Belber en el dicho Regno de Nabarra, en expresión de un texto de 1552161. Su mantenimiento corriente se arrendaba, dando lugar a periódicos ajustes de cuentas entre las partes, como el que tuvo lugar el 24 de julio de 1539, en las afueras de Tudela, junto al Ebro, en que, reunidas las autoridades concejiles de Cabanillas y Fustiñana con Lucas de Ventán -tal vez de Uzcueta-, Pedro Pardos y Antón de Ribaforada, canteros encargados de estas tareas, confrontaron debes y haberes de los últimos cuatro años -contados desde el mes de enero más cerca pasado-, resultando un saldo en contra de los canteros de 9 ducados viejos162. La relación de estos artífices con la Acequia se remonta, como mínimo, a 1533163. También, como era habitual, se arrendaba la escombra de la Acequia, que se solía hacer en torno al mes de agosto, lo que indica que los cultivos predominantes eran de ciclo invernal, cereales sobre todo. En 1535 la limpia de la cequia de los pueblos de Cabanillas y Fustiñana se adjudicó a Menaut de Olleta, vecino de Cabanillas, por cuatro años. Debía realizarse cada año entre principios 160 A.S.R.C.T, col. facticia (despacho de secretaría), sin signatura, Azequia vieja. 13º. Tudela. Navarra. Año de 1536. Requirimiento y protexta de la villa de Fustiñana a la de Cavanillas… (en el dorso), s.f. Supongo que este documento es al que da pie a VEGA MAS, Montse, y PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, óp. cit., p. 104, para hablar de que en 1536 hubo ciertos roces entre las dos poblaciones a cuenta de la Acequia, sin más explicaciones. 161 La cita procede del preámbulo de la concordia pactada ese año entre Cabanillas, Fustiñana y Tauste; su referencia, en nota 203. 162 A.S.R.C.T., caja 197, sin signatura, Azequia vieja. 15º. Tudela. Navarra. Año de 1539. Ajuste de quenta entre las villas de Fustiñana y Cabanillas y 3 canteros… (en el dorso), s.f. El documento no precisa la procedencia de los obreros, que debe ser Tudela, vid. nota siguiente. Entre los testigos del acto figura otro cantero, Pedro de Garmendia, miembro de una familia de constructores de origen vasco muy activa en la Ribera tudelana durante el segundo tercio del Quinientos, cf. TARIFA CASTILLA, Mª Josefa, La arquitectura religiosa del siglo XVI en la merindad de Tudela, Pamplona, Gobierno de Navarra, 2005, especialmente pp. 109-110. 163 En la carta testimonial del derrocamiento del pontigo de 1533 que citamos en la nota 159 los testigos son Lucas de Uzcueta, Pedro de Pardo, Anton de Ribaforada y Juan Salvatierra -el único que firma el documento pues los demás no saben escribir-, todos vecinos de la ciudad de Tudela, sin indicación de oficio. Seguramente fueron convocados para dictaminar, a título técnico, el incidente, en función de algún tipo de relación previa. Lucas de Uzcueta y Lucas de Ventán son, sin duda, la misma persona: el contexto ya es sintomático, pero la reiteración de un nominal tan poco habitual en la época como Lucas rebasa los límites de la casualidad. La diferencia de apellidos debe obedecer a un error de lectura del transcriptor del siglo XIX.

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de agosto y mediados de septiembre, sacando todos los nibeles del suelo de la cequia y el anchario, como estaba antes, y echando la tierra de las vertientes afuera. A los efectos, los pueblos se comprometían a suministrar al arrendador, si éste lo precisaba, cien peones que serían requeridos, llegado el caso, el 20 de agosto. El precio pactado fue 6 groses y 4 cornados por cahíz por cada un año de toda la tierra que es uso y costumbre d´estar en la limpia de la cequia, la mitad a entregar a los ocho días de empezada la escombra y el resto, una vez finalizada esta. La recaudación corría a cargo de un colector que para el año 1535 fue Francisco de Agramunt, vecino de Cabanillas, por 16 florines de Navarra de salario. La gestión de Olleta no tuvo un comienzo muy brillante. El 4 de octubre de 1535 los jurados de Cabanillas y Fustiñana inspeccionaron la Acequia hallando en algunas partes que estaba mal limpia, por lo que condenaron al dicho Menaut que ponga entre año, siempre que menester fuere, cuarenta peones y estos haya de dar siempre que por los jurados fuere requerido164. Expirado el plazo de esta arrendación, en 1539 se convocó una nueva, de la que se conserva el pliego de condiciones, muy similares a las anteriores, si bien en esta ocasión el plazo se circunscribió estrictamente al mes de agosto, se previó que los tomadores percibirán un adelanto a cuenta de 50 florines -de a 15 groses cada uno- y se fijó el ahondamiento mínimo: por lo menos, donde haya inconveniente, haya de tener cuatro pies el suelo (es decir, sobre un metro), de lo que se deduce que la profundidad normal debía ser mayor. En el mismo documento se plasmó el precio del remate, cuatro tarjas y quince cornados por cahíz, y la firma a los licitadores que fueron finalmente contratados, Martín Blázquez y Pedro de Arnedo, en fe de su compromiso165. También hay noticias de la construcción de infraestructuras asociadas. El 12 de enero de 1550 los jurados de Fustiñana hicieron pregonar las prescripciones para la realización, bajo la forma de arrendación, de dos obras paralelas. Por un lado, tres paraderas en la cequia de Fustiñana de piedra labrada y calcina para sacar agua de la cequia a los brazales, cada una con sus correspondientes pilares de piedra a cada lado y sus cerros para cerrar con la puerta, para que no pase agua por la de abajo, y además cubiertas por losados. Se situarían: una en la puente, otra en la portiguela y otra en el Espartal, ésta última contando adicionalmente 164 Estos dos documentos se localizan en A.S.R.C.T., caja 179, sin signatura, Azequia vieja. 12º. Tudela. Navarra. Año de 1535. Arrendamiento de la limpia de la azequia de las dos villas... (en el dorso), s.f. 165 A.S.R.C.T., caja 197, sin signatura, Azequia vieja. 15º. Tudela. Navarra. Año de 1539. Ajuste de quenta entre las villas de Fustiñana y Cabanillas y 3 canteros… (en el dorso), s.f.

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con un suelo del forado, para que no la afonde el agua. Además de lo anterior, dos -aunque el traslado del XIX hable, de forma equívoca, también de cinco, en ocasiones- albellones, es decir desagües, también de piedra y de calcina y cerrado[s] con losas encima, localizados el uno en el molino y otro en la fila del olibar del molino de viento. A entregar, todo terminado, el mes de marzo siguiente. Por otro, un cerro de tierra… muy bien pisado con los pies por la parte de la puente arriba, hacia el monte, por donde estaba marcado con estacas de tamariz. De este modo se esperaba canalizar las avenidas de un barranco, que también debía ahondarse, porque se haga mas espacioso… para que pare el agua, hasta el nivel del suelo viejo. La tierra extraída engrosaría el cuerpo del dique. Dado que el talud se interponía con el camino real, las cláusulas contractuales también contemplaban facer buen bajadero, llano… para que puedan pasar los caminantes. El plazo de ejecución previsto era hasta el mes de abril. Estas obras fueron subastadas a candela ese mismo día, adjudicándose la primera a mestre Juan de Jaso o Ichaso166, vecino de Fustiñana, por 7 ducados y 7 reales, y la segunda a Pedro de Cabanillas, también morador del mismo lugar, por 47 ducados. La contratación fue solemnizada formalmente el 27 de enero. La relación entre estos dos arrendadores era muy estrecha pues el uno figura como fianza en el contrato del otro y viceversa167. Considerando que no hay noticia alguna de que Pedro de Cabanillas estuviese implicado en alguna de las muchas construcciones que por estas fechas se documentan en la comarca 166 El apellido de este personaje figura en el documento como Jaso pero en otras escrituras del Archivo del Sindicato puede venir como Ychaso, Echaso, Chaso o Echasu. 167 Ambos textos en A.S.R.C.T., caja 197, sin signatura, Azequia nueba. Tudela. Navarra. Año 1550. Concierto mediante subastas publicas entre la villa de Fustiñana y Juan de Jaso… (en el dorso), s.f. Los originales deben encontrarse en el A.M.T. donde han sido vistos por BLÁZQUEZ HERRERO, Carlos, y PALLARUELO CAMPO, Severino, óp. cit., vol. I, p. 338, en nota, referencia que no he tenido ocasión de comprobar. Pero estos autores no han interpretado bien estos documentos pues mezclan las dos obras hablando de las paraderas de un dique. Su identificación del contratista, ibid., vol. II, pp. 608-609, también debe corregirse: lo relacionan con el reputado alarife zaragozano Juan de Jaso, documentado entre 1504-1552, desde 1540 maestro de la ciudad de Zaragoza, un personaje bien conocido gracias sobre todo al trabajo de GÓMEZ URDÁÑEZ, Carmen, Arquitectura civil en Zaragoza en el siglo XVI, Zaragoza, Ayuntamiento, 1987, vol. I, p. 24, y vol. II, pp. 207-208. En realidad, se trata de un maestro de obras navarro más modesto, aunque homónimo. Juan de Jaso o Ichaso aparece en la documentación del Archivo del Sindicato avecinado en Fustiñana y comprometido, como tendremos ocasión de ver, en diferentes obras asociadas con la Acequia de la década de 1530 en adelante. Estas noticias son coherentes con las que aporta TARIFA CASTILLA, Mª Josefa, óp. cit., pp. 71, 471 y 475, que lo rastrea en el A.M.T. caracterizado como obrero de villa residente en Fustiñana ya en 1531 y ocupado en la ampliación y mantenimiento de las fábricas parroquiales de Cabanillas y Fustiñana en las décadas de 1530 y 1540. Una última precisión: en las contrataciones de 1550 que hemos visto Juan de Ichaso no firma el documento pues manifiesta no saber escribir. Sin embargo, al participar en 1562 en la tasación de ciertas obras de la Acequia en calidad de maestro de villa (vid. nota 282), sí lo hace de su mano, lo que hace presumible que en esta ocasión se trate de una persona diferente, probablemente un hijo suyo que heredó tanto el nombre como el oficio de su padre.

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de Tudela -ni en ninguna otra parte- y que ni siquiera recibe el tratamiento de maestre, característico de los profesionales del ramo, cabe pensar que en realidad no es más que el fiador de la operación. Pero la obra documentada más importante de estos años en relación con la Acequia, evidencia también de la vitalidad de los tiempos, es la reedificación del molino comunal de Fustiñana. Ya en 1538 el concejo nombra procuradores al alcalde y jurados del lugar y a los vecinos Juan Navarro, Miguel Ortiz, Juan Martínez, Juan de Almazán y maese Juan de Ichaso para que dirijan su construcción en la cequia del pueblo, con poderes para ordenar cualquiera reparticion que para el dicho molino fuere menester, asi en carros, como en peones, como en reparticion de dineros168. Pero esta tentativa no debió obtener resultados pues el 8 de mayo de 1552, en vísperas del acuerdo para el alargamiento de la Acequia hasta Tauste, el concejo de Fustiñana y los herederos del regadío del lugar suscriben una concordia para hedificar, poner y hazer moliente y corriente, a perpetuo, un molino farinero en el dicho regadio y canpo, donde mas hutil y conbeniente fuere, como antigamente lo solian tener, sirviéndose de todas las aguas sobradas de la dicha cequia mayor de Fustinyana. Quedan encargados de supervisar la edificación el alcalde y jurados locales más el justicia Antón del Arco, menor, y, de nuevo, mestre Juan de Ichaso, previendo su conclusión en un plazo cortísimo: tres meses169. Esta vez sí fue adelante. Y con celeridad. A los pocos días, el 22 de mayo, el concejo de Fustiñana nombra procuradores para que comparezcan ante los senyores alcaldes de la Corte Mayor d´este Reino de Navarra, por causa de la denunciacion de nueba hobra presentada ante ese tribunal por razón del dicho molino por el priorado de San Juan, que seguramente debe sentir amenazados sus derechos señoriales170. 168 A.S.R.C.T., caja 197, sin signatura, Azequia vieja. Tudela. Navarra. Año 1538. Procurazion de la villa de Cabanillas para reclamar del Gran Prior de Navarra… (en el dorso), s.f. 169 A.S.R.C.T., caja 197, sin signatura., Azequia nueba. Tudela. Navarra. Año 1552. Asiento, capitulacion y concordia entre la villa, vecinos y herederos del campo regadio de Fustiñana… (en el dorso), s.f. El original se encuentra en A.M.T., Protocolo notarial de Nicolás Pérez del Calvo, vecino de Tudela, 1552, pp. 457-468. 170 A.S.R.C.T., col. facticia (despacho de secretaría), sin signatura, Azequia nueba. Tudela. Navarra. Año 1552. Poder para defender en los tribunales reales de Navarra una inibicion o denunciacion… (en el dorso), s.f. El original en A.M.T., Protocolo notarial de Nicolás Pérez del Calvo, vecino de Tudela, 1552, pp. 393-396. Tanta precipitación no puede ser inocente. El 8 de marzo precedente, el concejo de Fustiñana nombraba procuradores para negociar con Tauste la ampliaciación de la Acequia, A.S.R.C.T, col. facticia (despacho de secretaría), sin signatura, Azequia nueba. Tudela. Navarra. Año 1552. Carta perpetua de asiento, ajuste, concierto, capitulacion y concordia otorgada entre el Prior de Navarra… (en el dorso), s.f. El acuerdo se cerrará el noviembre siguiente. Parece evidente que los vecinos de Fustiñana quieren tener operativa su aceña sobre la Acequia antes de que Tauste vea reconocido algún derecho sobre la misma, en previsión de que, cuando lo obtenga, pueda interponer algún obstáculo a su construcción. Todo esto a sabiendas de que, si dicho engrandecimiento se realizaba, sería casi inevitable que el

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Noticias posteriores confirman la existencia de un molino en Fustiñana, del mismo modo que otro en Cabanillas171. Pero de todos estos documentos, el más relevante para la cronología de la Acequia es el nombramiento el 5 de noviembre de 1538 de Lope de Alaba, alcalde y vecino de Cabanillas, como procurador del municipio para reclamar al Gran Priorado de la Orden de San Juan de Navarra ciertas sumas pendientes, que se han ido acumulando de doce años a esta parte, por diferentes conceptos, entre otros, los gastos que se han fecho, primeramente, en el pontigo de la cequia de los pueblos de Cabanillas y Fustiñana, y mas de lo que se gasto en la cequia llamada el Soto, entre Belber y Cabanillas, de la paradera y cequia del Sosal, y mas del gasto que se ha hecho en el azut de los dichos pueblos172. Sugiere que la Acequia debía estar ya en funcionamiento en la década de 1520 y, con toda probabilidad, también antes. Debía tratarse de un curso modesto cuyo caudal no sobrepasaría, en el mejor de los casos, los 700 litros por segundo, de los que correspondían a Fustiñana las 6/10 partes y el resto a Cabanillas, proporción que también se aplicaba al reparto de gastos e ingresos173.

molino sufriera perjuicios, como de hecho así fue, vid. nota siguiente. 171 En 1557 Fustiñana y Tauste solventan en una concordia una serie de cuestiones relacionadas con la ampliación de la Acequia hasta esta última población. Al abordar una de ellas, como contrapartida de cierta concesión de Tauste, la otra parte perdono e perdona los danios del molino y las faltas del regar causadas por los de Tauste. A.M.T., Protocolo notarial de Rodrigo de Huarte, vecino de Tudela, 1556-57, p. 648. En 1561-63 el licenciado Victoria, comisionado por el Real Consejo de Navarra para dirimir las discordias en torno a la Acequia de Tauste, emitirá una larga serie de mandatos entre los que no faltan alusiones a los molinos de Cabanillas y Fustiñana, A.S.R.C.T., col. facticia (despacho de secretaría), sin signatura, Declaraciones hechas por el licenciado Vitoria, comissario por su Magestad…, fs. 2v, 16v, 18r, 25v etc. El de Fustiñana, según una bareacion de 1562 se ubicaba, siguiendo la Acequia, a unos 1.300 ms. antes del partidero de la Serna, cf. nota 295. En esta localidad existió un molino concejil hasta el siglo XIX, salvo un periodo en que quedó bajo el control de la Empresa de los Canales. Transferido a manos privadas, laboraba todavía, tras ser sometido a reformas de consideración, en la década de 1930 bajo el nombre comercial de Fábrica de Harinas de Nuestra Señora de la Peña, ESTEBAN CHAVARRÍA, Juan P., óp. cit., pp. 73 y 103. El edificio subsiste en la actualidad. 172 Además, el procurador debe exigir la cuota parte que a la Religion y al dicho señor Prior le cabe de pagar en todos los pleitos que ha llevado la dicha villa de Cabanillas con el rey en defension de los montes y goce de aquellos, y por el gasto que se hizo en el pleito que se llebo con Tudela, cuando ponia impedimiento en el plantar en el monte propio del pueblo, y en buscar las escripturas y otras diligencias que se han fecho. A.S.R.C.T., caja 197, sin signatura, Azequia vieja. Tudela. Navarra. Año 1538. Procurazion de la villa de Cabanillas para reclamar del Gran Prior de Navarra… (en el dorso), s.f. 173 La capitulaciones para la ampliación de la Acequia convenidas en 1552 con Tauste atribuirán a Cabanillas una muela de agua (unos 260 ls. por segundo) y a Fustiñana una muela y media (en torno a 390 ls.), como veremos más adelante. Véanse las pautas distributivas de debes y haberes aludidas, en ese mismo documento -su referencia en nota 203-, caps. I, IIII y XXII.

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10. HACIA LA CONFORMACION DEFINITIVA DE LA ACEQUIA DE TAUSTE. LOS MOVIMIENTOS DE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVI Tauste, entretanto, participa también de la prosperidad y desarrollo generales. El censo local se incrementa de tal modo que la visita pastoral de Mateo Caballero, legado del arzobispo de Zaragoza D. Federico de Portugal (1532-1538), ordena ampliar la iglesia de Santa María por quanto el pueblo de la dicha villa ha crecido mucho, despues que la dicha iglesia parroquial se fizo, y comodamente no pueden caber en ella los dias de domingo todas las personas de la dicha villa para oyr los oficios dominicales174. Las actividades económicas, por su parte, son lo suficientemente boyantes como para permitir la asunción de gastos suntuarios del calibre del nuevo retablo mayor de la iglesia de Santa María, pieza clave del Primer Renacimiento aragonés, cuya factura se elevó a la muy respetable suma, para una fábrica de esta naturaleza, de 19.700 sueldos. Fue labrado entre 1520-1524 por dos de los artífices más afamados del momento, Gil de Morlanes el joven y Gabriel Joly175. En semejante contexto, la cuestión del regadío era inevitable que volviese a resurgir. Pero Tauste tiene que partir de cero y, sin posibilidad de elección, lidiar con el mismo tipo de obstáculos con que se encontró en el Cuatrocientos: para empezar, conseguir la pertinente licencia para realizar la toma en el vecino reino de Navarra, con todo lo que ello implicaba. No era una meta sencilla, como ya hemos expuesto, pero las circunstancias habían cambiado un tanto. La vida era más fácil, el dinero fluía, los realizaciones hidráulicas cundían y, lo que era más importante en esos momentos, la unión dinástica de los reinos peninsulares había conseguido dotarlos de un interlocutor común, atemperar sus beligerancias y normalizar sus relaciones -aunque cada uno siguiese manteniendo su identidad y los mutuos recelos perviviesen-, aparte de aquietar lo peor de las pasiones y confrontaciones políticas internas, al menos de momento. Además, Tauste tuvo la inmensa suerte de que un agente de mucho predicamento, la opulenta ciudad de Zaragoza, estuviese planteando 174 Cit. MENJÓN RUIZ, Mª Sancho, “El patrimonio artístico de la villa de Tauste”, Tauste en su historia. Actas de las I Jornadas sobre la Historia de Tauste (13 al 17 de diciembre de 1999), Tauste, Ayuntamiento, 2001, p. 41. Una valoración global de la demografía aragonesa en el Quinientos en SERRANO MARTÍN, Eliseo, “Aragón moderno”, en FERNANDEZ CLEMENTE, Eloy (dir.), Historia de Aragón…, óp. cit., pp. 406-410 175 SARRIA ABADIA, Fernando, y MIÑANA RODRIGO, Mª Luisa, “El retablo mayor de la iglesia parroquial de Santa María de Tauste”, Suessetania 17 (1998), pp. 10-19.

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ante el Emperador por aquellas fechas una idea muy similar a la suya, aunque de mayor magnitud. Carlos I, persuadido de los beneficios de la expansión de los regadíos para la prosperidad de sus reinos y el acrecentamiento de sus rentas176, prestó, no ya su apoyo, sino incluso su implicación directa mediante cédula de 22 de junio de 1529: es el acta de nacimiento de la Acequia Imperial. Ya sea por casualidad o por cálculo, Tauste debió realizar sus gestiones paralelamente a las de Zaragoza y, lucrándose sin duda de ese precedente y de la buena disposición regia, obtuvo, apenas un mes más tarde, el 27 de julio de 1529 el privilegio para que del dicho rio de Hebro… podays façer una o muchas açut o açutes, cequia o cequias o almenaras, fuentes e abrevadores177, con solo dos condiciones: indemnizar convenientemente a los dueños de las tierras que afectase la apertura del nuevo curso y no interferir en los açut o açutes, cequia o cequias, fechos o fazederos de y por la ciudad de Çaragoça, lo que, aparte de significar la indudable prevalencia de la capital, insinúa la relación que existió en el impulso de ambos proyectos. La existencia de este privilegio era conocida, prácticamente, desde siempre, pero no su contenido178. El texto se conserva en el A.S.R.C.T., incluido en una confirmación original de 1626, y es publicado por primera vez en el Apéndice de este trabajo179. La motivación es clara: los oficiales y universidad de la villa de Tauste, dice el preámbulo del documento, dessean y les conviene mucho, por el bien universal de aquella villa, de sacar una cequia de agua del rio Hebro… que se deve facer pora regar mucha parte de los terminos y montes de la dicha villa, que por falta de agua muchos anyos se os pierden los panes y agora estan por arar y culturar, e facer açutes, fuentes e abrevadores dentro y fuera de la dicha villa, lo qual seria aumentar y decorar la dicha villa y acrecentar en muy mayor numero de vecinos. Ese deseo es satisfecho por el rey, que les da licencia para sacar del río agua sin limitaciones, realizar a los efectos las obras y construcciones que sean oportunas180, que quedan bajo el amparo del soberano, y mudarlas tantas quantas vezes sera menester, así como llevar la Acequia 176 Al parecer, el Emperador estaba sinceramente ilusionado con las posibilidades del proyecto, cf. FERNÁNDEZ MARCO, Juan Ignacio, óp. cit., p. 85. 177 Sobre el año de emisión de este privilegio se ha arrastrado tradicionalmente cierta confusión. Ya en el siglo XIX ALCORISA, Joaquín, Memoria…, 1839, óp. cit., p. 57, lo data equivocadamente en 1527. Posteriormente ha sido atribuido en obras recientes de cierta autoridad a 1524, de nuevo erróneamente, vid. nota 22. 178 Lo único que se sabía de su tenor, fuera del objeto principal, eran unas breves citas textuales, más bien poco significativas, publicadas por SUPERVÍA LOSTALÉ, Mariano, óp. cit., p. 107. 179 Doc. 3. 180 Çequias abiertas… minas, gallipuentes... boqueras, siquiere embocadores, receptaculos de agua y otras qualesquiere obras y edificios.

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por qualesquiera tierras, terminos y montes, asi de realenco como de senyorio. El agua que corra por la Acequia se declara perpetuamente propria de la dicha villa de Taust para los riegos, abrevadores, usos d´ellos y d´ella y de sus terminos, sin que persona alguna pueda poner impedimento ni tomar para regar ni para otros usos la dicha agua ni alguna parte de aquella sin expressa voluntad de la dicha villa. Este discurso tan maximalista tiene su parte de retórica: en todos los sistemas de riego tradicionales los pueblos de aguas arriba siempre tenían mucho que decir. Ni siquiera una obra como la Acequia Imperial, arropada por la máxima instancia de poder, se libró de negociar las condiciones de su paso por el territorio navarro, no solo con las instituciones de ese reino, sino incluso a nivel local181. Lo mismo le sucedería a Tauste. El alma de la operación ha sido Jaime de Rada, mensajero y portavoz de las pretensiones del concejo de Tauste ante la corte, que ha cumplido su papel de forma tan convincente que es incluso citado expresamente en el texto del privilegio182. Es interesante consignar que los Rada son un linaje de infanzones radicado en Tauste como mínimo desde el siglo XIII183, que forma parte, como cabía esperar, de la elite gobernante autóctona184. Pero tal vez lo más notable es que un cierto número de sus miembros forma parte de la Casa de Ganaderos 181 Las poblaciones de Ribaforada, Buñuel y Cortes plantearon en 1530 una serie de contraprestaciones que iban desde la garantía de un cierto caudal para el riego de sus tierras hasta la construcción de los puentes necesarios y de defensas en las márgenes del río, en previsión de cualquier modificación de su régimen a causa del establecimiento de la presa. Fueron aceptadas en su mayor parte. Cartas sobre riegos…, óp. cit., pp. 25-26. 182 En 1486 Fortuño y Jaime de Rada, hermanos, escuderos habitantes de Tauste, tenían sendos sendos hijos menores de edad que se llamaban Jaime de Rada, PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “Documentos notariales…”, óp. cit., doc. 163, p. 134. Posiblemente el fautor del privilegio sea uno de ellos. 183 Las referencias a los Rada en la documentación parroquial de Tauste son abundantes ya desde fechas tempranas, cf. CUELLA ESTEBAN, Ovidio, y TARRAGONA, Rosa, óp. cit. En el siglo XIV tres Radas domiciliados en Tauste reclamaron y obtuvieron sus respectivas salvas de infanzonía: Andrés de Rada en 1318 y los hermanos Martín y Ximeno Martínez de Rada en 1354, FALCÓN PÉREZ, Isabel, Los infanzones de Aragón en la Edad Media…, óp. cit., pp. 176 y 194. 184 En 1544, con ocasión de la confección de la matrícula de personas idóneas para la ocupación de cargos concejiles, se insaculan en la bolsa de segundo jurado de infanzones, sobre un total de 34 candidatos, cinco apellidados Rada, dos de los cuales repiten en la bolsa del clavario. El acto se realiza en presencia de los oficiales en ejercicio, uno de los cuales es el jurado Juan de Rada. SAN VICENTE PINO, Ángel, óp. cit., doc. 8, pp. 8589. Juan de Rada era también jurado en 1538, PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “La Gabardilla y Mira, en Tauste hace quinientos años”, Suessetania 18 (1999), doc. 22, p. 78. En septiembre de 1552, lo era Fortuño de Rada, A.S.R.C.T, col. facticia (despacho de secretaría), sin signatura, Azequia nueba. Tudela. Navarra. Año 1552. Carta perpetua de asiento, ajuste, concierto… (en el dorso), s.f. En 1421 igualmente Juan de Rada, GARCÍA HERRERO, Mª Carmen, TORREBLANCA GASPAR, Mª Jesús, “San Miguel y la plaga de langosta (claves para la interpretación del voto taustano de 1421)”, Aragón en la Edad Media 10-11, (1993), p. 303. Etc.

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taustana185, lo que podría indicar que el proyecto cuenta con el placet de, por lo menos, una parte de los propietarios pecuarios que tanta influencia tienen en la población186. Tauste se pone en marcha de nuevo. Poco más tarde sus movimientos son lo suficientemente notorios como para que los diputados del reino estimen oportuno informar al Emperador, el 30 de diciembre de 1530, que a nuestra noticia ha llegado como la villa de Tahust, una de las principales d´este Reino, visto la gran seca y necesidad que ay de aguas en este Reyno, determina con muchos lugares a ella anexos, por el bien universal de todos, de sacar una acequia del rio Ebro, tres leguas mas abaxo de una que antiguamente se saco dentro del Reyno de Navarra y queriendo poner por efecto su voluntad no ha faltado, segun somos informados, quien se lo ha querido estorvar187. Efectivamente, el concejo taustano estaba tratando la nueva toma de la Acequia con Buñuel, el pueblo siguiente aguas abajo de Cabanillas y Fustiñana, como ya se preveía en el privilegio, en que se barajaba para ello el termino de Novillas o el termino de Bonell aunque, prudentemente, se dejaban abiertas otras posibilidades: o donde mas commoda y perfectamente parecera. El papel de Buñuel es otro de los puntos oscuros del pasado del Canal. La información disponible, hasta ahora, sobre su participación era mínima188. Y sin embargo la restitución por el Estado en 1848 incluyó a esa población como condueña -condición que mantiene hoy- reconociéndola oficialmente como partícipe de la erección original, en plano de igualdad con Cabanillas, Fustiñana y Tauste, lo que ha causado extrañeza a más de un estudioso189. En realidad es una historia, aunque no muy venturosa, con mucha trayectoria, que se desvela 185 FERNÁNDEZ OTAL, José Antonio, óp. cit., p. 138. 186 Como ya hemos señalado, la hostilidad de los ganaderos a los proyectos de irrigación no siempre era neta e irreductible, cf. nota 103. 187 Biblioteca de la Real Academia de la Historia, Col. Salazar y Castro, ms. K-47, f. 59r. Esta referencia fue aportada originariamente por COLÁS LATORRE, Gregorio, y SALAS AUSENS, José Antonio, óp. cit., p. 35, pero no me limito a copiarla: he consultado el original y completado la cita que ofrecían estos autores. La data de 24 de enero de 1531 atribuida en el Catálogo de la Colección Salazar y Castro -consultable en línea en http://www.rah. es/biblioteca.htm (15-12-2012)- a este documento, nº de inventario 41.303, está equivocada; la correcta es la que se señala. En relación a los agentes del estorbo a que se alude, ESTEBAN CHAVARRÍA, Juan P., óp. cit., p. 72, responsabiliza el fracaso final de esta nueva intentona a dificultades financieras y ciertos entorpecimientos interpuestos por Cabanillas, Fustiñana y el Gran Prior sanjuanista de Navarra, pero no se con qué fundamento. 188 Tan sólo Madoz recoge su entrada, junto al conde de Buñuel, en la empresa con una séptima parte en 1558, sin más, lo que aun siendo tan escueto ni siquiera es exacto, como tendremos oportunidad de verificar. Es la única información manejada por toda la bibliografía posterior. 189 Como, por ejemplo, a SUPERVÍA LOSTALÉ, Mariano, óp. cit., p. 108.

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ahora gracias a dos escritos de alegaciones de Tauste redactados a mediados del siglo XVII en el curso de una causa judicial entre dicha villa y Buñuel. En ellos se recogen, desde el principio, los lances principales de la agitada relación de esas dos comunidades por causa de la Acequia, ofreciéndonos una oportunidad magnífica para rellenar ese hueco de nuestros conocimientos190. El punto de partida es justamente 1531. En sus propias palabras: queriendo pues Tauste disponer la execucion d´este intento el año de 1531, para allanar la dificultad que se le ofrecia de sus grandes gastos y con esperança de tener aiuda y algun alibio en ellos, comunicaron su intento a la villa de Buñuel y al conde de Lodossa, señor d´ella, y conferida la materia, por no haberse ajustado entre si las partes, dejaron sus diferencias en poder de arbitros que las decidiessen, que fueron Juan Amigo, vecino de Tudela, y Juan Castillo, vecino de Alagon191. Esta sentencia, que fue promulgada el 30 de marzo de 1531 y ratificada por los interesados en los meses siguientes192, constaba de 24 apartados. Los alegatos del Seiscientos no reproducen el texto íntegro, que debía ser muy extenso, pero sí lo resumen e incluso copian algunos ítems -en concreto los 13º, 14º y 15º, que se referían al reparto de gastos-, lo que basta para hacerse una idea cabal de lo fundamental193. El bocal, según establece el punto 1º, se abriría enfrente del barranco del Congosto de Fustiñana, que ya ha sido mencionado en estas páginas. A continuación traspasaría la llanura fluvial, que en este punto es muy estrecha, y se internaría en el farallón que la cierra por una mina o tunel que desembocaría en la bajada de la Peña Roja -un topónimo que no hemos podido localizar-, junto a Candepuerca, para continuar por el demas termino de Buñuel hasta salir al Espartal194, que es termino de la mesma villa, aunque proprio del conde de Lodossa195. Más allá nada se decía en este documento, pues siendo a cuenta 190 Forman parte de un cuadernillo constituido por diferentes piezas independientes de los siglos XVII y XVIII agrupadas por un criterio temático: los pleitos entre Buñuel y Tauste por la Acequia. Se halla en A.S.R.C.T, col. facticia (despacho de secretaría), sin signatura. Los documentos que nos interesan ocupan los fs. 23-42 y 43-62. Este cuadernillo carece de título, no así los autos a que hacemos mención que figuran con los encabezamientos de: pleitos y sentencias entre la villa de Buñuel y Tauste sobre derechos de la 1ª y obligaciones de la 2ª en la Acequia y agua que esta le dio a aquella en virtud de concordias, el primero, y papel en derecho por la villa de Tauste sobre la Azequia de Ebro, el segundo. 191 Ibid., f. 46v. 192 Ibid., f. 32v. 193 Ibid., fs. 26r-32v y también, muy brevemente, 46v-47r. Los puntos que se transcriben, en fs. 26v-32r. Todas la citas que se harán a continuación se localizan, de no mediar advertencia en contrario, en estas páginas a las que, para evitar prolijidades, remito con carácter general. 194 El Espartal de Buñuel es la partida que, a principios del siglo XVI, hemos visto dedicada a pastos, vid. supra. 195 La mina aparece mencionada en estos textos en diferentes ocasiones pero su ubicación no aparece expresa. La deduzco de la frase: principiando la çequia del barranco del Congosto o vocal y que la çequia discurra y buelba a salir a la bajada de la Peña Roja (f. 46v). Debía ser la parte del trazado más espectacular pues sirvió, en un momento dado, para identificar al conjunto, vid. nota 199.

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exclusivamente de Tauste, quedaba fuera del alcance y el interés del acto. Pero debía tratarse de un itinerario muy colgado del escarpe de las elevaciones circundantes pues una sentencia judicial posterior, que también compendia una de las exposiciones del Seiscientos que estamos empleando, hablando de esta intentona, la recuerda como la vez que intentaron llebar -la Acequia- mas alta, por el monte y bardenas196. En el cauce que corría por el término de Buñuel, las disposiciones de 1531 preveían abrir dos partideros, uno para los vecinos del pueblo, y otro, algo más adelante, para D. Juan de Navarra y Mendoza, señor del lugar, con el que regaría el Espartal. Absorberían, entre los dos, la quinta parte del agua del agua que discurriese por la Acequia; el resto quedaba a libre disposición de Tauste. Pero ese aforo solamente sería accesible cuando D. Juan y los de Buñuel pagasen a Tauste, a cargo de quien quedaba la construcción, una fracción de las costas197: - un quinto de la erección de los partideros, contribuyendo cada beneficiario directo por el suyo. - una octava parte de los gastos del azud, el bocal, el cauce, la mina etc., desde la toma hasta el punto en que los vecinos de Buñuel tomaran su agua, a medias entre éstos y el conde de Lodosa. - de ahí en adelante, del intervalo desde ese primer partidero hasta el del Espartal, el de Mendoza correría con un quinto de la expensa. Este esquema se repetía en el reparto de los costes de mantenimiento, comprendida la limpieza: del primer tramo, un quinto entre Buñuel y D. Juan, del segundo, hasta el partidero del Espartal, otro quinto a cuenta exclusivamente del noble; finalmente, el entretenimiento de los partideros quedaba a cargo exclusivo de sus usuarios. 196 Ibid., f. 40r. 197 En 1532 Juan de Sariñena, uno de los técnicos más reputados en el Aragón de su tiempo, nombra a un procurador para capitular con el pueblo de Buñuel el trazado en su término de una acequia desde el Ebro. PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “Intervención de la monarquía en los asuntos municipales…”, óp. cit., nota 189, piensa que podría tratarse de la Acequia de Tauste, lo que permitiría poner un nombre al director de obras, además, de categoría. Pero quedando la construcción en manos de Tauste y ciñéndose la participación de Buñuel a un plano puramente financiero, como acabamos de ver, tal posibilidad se hace muy extraña. Es más verosímil que se trate de la Imperial que sabemos que se estaba labrando simultáneamente al otro lado del río -el término de Buñuel se extiende por ambas márgenes- y en cuya planificación está probado que había tenido que ver Juan de Sariñena unos años atrás. Es la propuesta de BLÁZQUEZ HERRERO, Carlos, y PALLARUELO CAMPO, Severino, óp. cit., vol. I, p. 316.

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La sentencia de 1531 se extendía sobre muchas otras cuestiones: la elección de dos zabacequias por Tauste para regir la Acequia (punto 8º), el régimen de apertura y cierre de los partideros y las penas aplicables a quienes lo vulnerasen (puntos 4º al 7º), las pautas para dividir entre Buñuel y su señor el antedicho quinto de agua (punto 10º), los plazos y el procedimiento que se había de seguir para la escombra (punto 9º), la erección de puentes y gallipuentes que permitiesen el paso de los ganados de Buñuel y el conde de Lodosa a los pastos de las Bardenas (punto 16º) y hasta la largura y anchura que debía tener el cauce (punto 2º), entre otras, pero de las que apenas tenemos pormenores pues nuestros transmisores del Sesiscientos se conformaron con su simple enumeración. No funcionó. Y no es difícil imaginar por qué. Desde un punto de vista técnico, si algo caracteriza a los sistemas hidráulicos tradicionales es su rigidez. Las posibilidades del acuífero, la pendiente y las curvas de nivel, así como el tamaño del perímetro que se pretende irrigar, determinan de forma poco menos que absoluta los trazados hidráulicos históricos que apenas admiten modificaciones y, realmente, se fosilizan en el tiempo198. La pretensión de Tauste en estos momentos es precisamente lo contrario: llevar la captación río abajo, hasta Buñuel, y trazar un nuevo itinerario intentando compensar la correspondiente pérdida de desnivel mediante la perforación de un túnel en la cantera y la sobreelevación del lecho de la Acequia por sus vertientes. Vanas ilusiones. El proyecto empezó efectivamente a ejecutarse. El 24 de septiembre de 1533 Johan del Saso, preso en Fustiñana, en la casa de Johan de Fornos, lugarteniente del merino de Tudela, confiesa ante dicho lugarteniente que el pasado 21 de septiembre yendo de Fustiñana a la mina de Tauste, a donde trabajaba, robó en compañía de otro hombre cincuenta uvas de las viñas de Fustiñana. El oficial le condena a una pena de vergüenza pública -permanecer en la plaza de dicha villa, encima de una escalera, con una sarta de uvas al cuello durante media hora- y al destierro de la localidad y sus términos durante doce meses, si bien, considerando que´s honbre que gana su vida en la dicha mina, limita la prohibición del barranco del Congosto a esta parte199. Pero no parece que la conducción fuese 198 BARCELÓ PERELLÓ, Miquel, “El diseño de espacios irrigados en Al-Andalus: un enunciado de principios generales”, en CARA BARRIONUEVO, Lorenzo (coord.), El agua en zonas áridas. Arqueología e historia. Hidráulica tradicional de la provincia de Almería, Almería, Instituto de Estudios Almerienses, 1989, pp. 2013-2047. 199 A.M.T., Protocolo notarial de Juan Martínez, vecino de Fustiñana, 1533, s.f. Por otra parte, en el relato de las pendencias entre Buñuel y Tauste que nos hacen los antedichos textos del Seiscientos -la referencia en nota 190-, todavía salen a colación los gastos de la cequia vieja (fs. 50v y 54v) o de la cequia antigua que sacaron, que era la de las minas (f. 59v).

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llevada a término, pues no hay una sola noticia de que llegase a dar servicio200. Con todo, resulta comprensible que la villa aragonesa se dejase tentar. Le sobraban motivos. El trazado desde Buñuel rebajaba el número de partícipes a la hora de compartir el volumen hidráulico extraído y suponía un acortamiento del curso y de las infraestructuras asociadas requeridas (puentes, acueductos, almenaras, pontigos…) que significaría un ahorro de costes muy atractivo, como se señalaba en el informe de los diputados de 1530. Pero además, y tal vez lo más decisivo, Cabanillas y Fustiñana tenían pasablemente asegurada con su Acequia privativa una cierta provisión de agua de riego -no era el caso de Buñuelque las colocaba en una posición muy cómoda para negociar sobre la materia con cualquier población aguas abajo. Y aunque es dudoso que una propuesta de ampliación de su comunidad de riegos les fuera indiferente -el gravoso entretenimiento de las infraestructuras hidráulicas en el Antiguo Régimen hacía que cualquier posibilidad de compartir esa carga fuera, en principio, digna de consideración-, podían perfectamente imponer sus condiciones sin demasiadas cortapisas. Es lo que la de Aragón debía querer evitar. Mas los imponderables técnicos hicieron vacuas esas reticencias.

11. La gestación del proyecto. Las concordias de 1552 y 1553 Veinte años después, en los primeros meses de 1552, tras recuperarse del último revés y presuntamente resignada ante lo inevitable, Tauste se puso en contacto con las dos villas navarras y con la Orden de San Juan para retomar el asunto. Esta vez sería la definitiva. Los navarros dejaron muy clara su postura desde el principio. A la hora de nombrar sus representantes para concertar el acuerdo, tanto Cabanillas como Fustiñana expresaron, con escasas variantes, que el acto se realizaba en razon y a causa que los dichos de Tauste quieren, segunt dicen, bolber a sacar la cequia de Ebro que principiaron a sacar antigoamente y se les perdio, la cual cequia es ahora de Fustiñana y Cabanillas, y piden a las dichas villas de Fustiñana y Cabanillas se les permita e consienta y de lugar para poder sacar la dicha cequia. El Gran Prior sanjuanista de Navarra no se quedó atrás: sus procuradores debían contratar y negociar con los 200 Las ordenanzas municipales de Tauste se renuevan en 1544 contemplando, entre las incumbencias de los oficiales del concejo, velar por el buen estado y gobierno de la red de acequias del término; se habla de la Estanca Baja, de las cequias principales, de las del término del Cardal, de las de Traslarba etc. pero en ningún momento se menciona que alguna provenga del Ebro. Publica el documento SAN VICENTE PINO, Ángel, óp. cit., doc. 7, vid. especialmente pp. 74-75 y 78.

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procuradores que la villa de Tauste embia acerca de que la dicha villa de Tauste dice que quiere llevar y sacar una cequia de agua del rio de Ebro y llebar aquella para regar los campos y terminos de la dicha villa de Tauste, la cual dicha agua dice que ha de llebar por la misma cequia que los dichos lugares y mis tierras se riegan, y porque la dicha agua no se puede llevar ni pueden hacer sin el consentimiento de dichos lugares y mio y sin primero contratar y concertarse con ellos y conmigo…201 La concordia alcanzada, que fue solemnizada el 10 de noviembre de 1552, de consuno, por los notarios Juan Portolés, vecino de Tauste, y Nicolás Perez del Calvo, vecino de Tudela202, regirá las relaciones entre los titulares de la Acequia hasta su paso al Estado a fines del siglo XVIII, y es, por tanto, uno de los documentos más trascendentes de la historia del Canal203. Su existencia era conocida por la historiografía desde mucho tiempo atrás, si bien lo que sabíamos de su contenido se limitaba a un muy somero resumen realizado por el autor de las Cartas sobre riegos204, que se ha venido repitiendo machaconamente desde el siglo XIX hasta prácticamente hoy205. Vale la pena dedicarle atención. Se trata de un texto extenso y complejo, organizado en 24 capítulos, cuya pretensión parece ser no dejar un cabo sin atar en previsión de futuros litigios, que efectivamente se sucedieron ininterrumpidamente. Su desequilibrio es patente: la mayor parte del articulado no es otra cosa que un largo listado de los requerimientos impuestos a Tauste por las villas navarras, que se 201 Estos tres documentos en A.S.R.C.T, col. facticia (despacho de secretaría), sin signatura, Azequia nueba. Tudela. Navarra. Año 1552. Carta perpetua de asiento, ajuste, concierto, capitulacion y concordia otorgada entre el Prior de Navarra… (en el dorso), s.f. También se incluyen aquí los poderes emitidos por Tauste para la ocasión, por supuesto en un tono mucho más neutro. Se trata de copias de mediados del siglo XIX. Las datas originales son: 8 de marzo de 1552 para la procura de Fustiñana, 9 de marzo para la de Cabanillas, 21 de septiembre la de Tauste y, finalmente, 24 de octubre la del Gran Prior. 202 La otorgaron: Oger Pasquier, justicia de Tudela, en su calidad de procurador del Gran Prior de Navarra, Cristóbal de Artieda y Lope de Longares, por Tauste, Juan de Cabanillas -que es vecino de Tudela-, Pedro Cabanillas, Antón del Arco, mayor, y Martín de Villava, por Fustiñana, y Pedro de Berrozpe -vecino de Tudela-, Pedro de Milagro, menor, y Pedro de Alaba, por Cabanillas. 203 Prueba de ello son las numerosas menciones, sinopsis y transcripciones parciales que de él se encuentran en los papeles históricos del Archivo del Sindicato, que sin embargo solamente conserva una versión íntegra, expedida y certificada por nuestro ya viejo conocido Francisco de Paula Anchorena el 30 de junio de 1847. Se localiza en A.S.R.C.T, col. facticia (despacho de secretaría), sin signatura, Azequia nueba. Tudela. Navarra. Año 1552. Carta perpetua de asiento, ajuste, concierto, capitulacion y concordia otorgada entre el Prior de Navarra… (en el dorso), s.f. La matriz notarial original se encuentra en A.M.T., Protocolo notarial de Nicolás Pérez del Calvo, vecino de Tudela, 1552, pp. 881-906, con algún deterioro; es la que se voy utilizar preferentemente para las citas textuales, por razones obvias, aunque para facilitar consultas en cualquiera de las dos versiones he preferido remitir, en vez de a la foliación, al número de capítulo. 204 Óp. cit., p. 53. Hubo algunos anteriores, pero todavía más sucintos, vid. por ejemplo ALCORISA, Joaquín, Memoria…, 1839, óp. cit., p. 57. 205 Los únicos que se apartan de él y aportan algo más de información, demostrando que han manejado directamente la fuente, son VEGA MAS, Montse, y PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, óp. cit., p. 107.

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presentan constantemente formando un frente común206, como precio de su imprescindible colaboración. Las cuestiones constructivas centran el grueso de su interés, pero aún con todo, su perspectiva es amplia, alcanzando hasta materias aparentemente nimias, como las artes permitidas para pescar en la Acequia (cap. XV) o el derecho a lavar la ropa en la misma de los vecinos de Cabanillas y Fustiñana (cap. VIII), lo que convierte a este documento en una buena muestra de las prevenciones y posibles puntos de tergiversia que envolvían los sistemas de regadío tradicionales de carácter intermunicipal. Las capitulaciones de 1552 parten de una declaración de principios del tono ya anunciado en las procuras: Cabanillas, Fustiñana y el Gran Prior en quanto al uso y gozo que tienen en el dicho açut, gamella y cequia para sacar y llebar agua, acogen a perpetuo a la villa y concejo de Taust, para que todos juntos saquen del rio de Ebro la nueva Acequia (cap. II). Subrayemos la caracterización dada a la acción: acoger, una simple palabra, pero que dará mucho juego en las controversias posteriores de la Orden y las villas navarras con Tauste. En consonancia, la idea general que subyace en todo el documento es que todas las mejoras y modificaciones que se han de realizar en la Acequia se justifican fundamentalmente para dar riego a Tauste, la cual, en buena lógica, debe sufragarlas prácticamente en solitario. La de Aragón se convierte así en la responsable poco menos que única de la fisonomía última de la Acequia, que es el argumento con el que contratacará la interesada, llegada la hora de esos debates. El objetivo era sacar del Ebro, a plena capacidad, un caudal de 8 muelas, equivalentes a poco más de 2 m3 por segundo207, un aforo modesto para lo que 206 Prolongan incluso nexos de su antigua comunidad de riegos particular: si el agua escasea, Cabanillas y Fustiñana compartirán la que les corresponda retomando la antigua fórmula de prorrateo que tenían por costumbre (caps. IIII y XXIIII); lo mismo se aplica a la división de ciertos ingresos (cap. I); si Tauste no cumple sus compromisos, Cabanillas y Fustiñana resucitarán sus viejos acuerdos para seguir explotando la Acequia en el mesmo usso y costunbre que antes d´este capitulado tenian y lo abian ussado y acostumbrado (cap. XXII)… 207 La muela es la medida tradicional de potencia hidráulica más usual en Aragón, Cataluña y Navarra. Equivalía, teóricamente, al agua necesaria para mover una determinada muela de molino, de ahí el nombre. Sin embargo, como es usual en la metrología histórica, la muela no tenía el mismo valor en unos lugares que en otros. La catalana, por ejemplo, se ajustaba a los 57 ls./sg., REAL SOCIEDAD ECONÓMICA ARAGONESA DE AMIGOS DEL PAÍS, Proyecto de un código general de aguas precedido de un proyecto de módulo o medida legal de aguas corrientes, Zaragoza, Imprenta y litografía de Agustin Peiró, 1860, p. 16, mientras que la usada en la comarca de Tarazona lo hacía a los 180 ls./sg., según informa CASAS TORRES, José Manuel, Aragón. Cuatro ensayos, Tomo II, Los hombres y su trabajo. La economía, Zaragoza, Banco de Aragón, 1960, p. 110, etc. El problema es que hoy en día es un tema totalmente inédito, lo que me no me deja otra opción que dar por buena la correspondencia a 260 ls./ sg. que, adoptada por la dirección del Canal Imperial poco después de la asunción oficial en España del sistema métrico en 1849, se normaliza en Aragón en la segunda mitad del siglo XIX, de forma tan generalizada, que es incluso recogida en la voz oportuna de las ediciones del Diccionario de la Lengua Castellana de la Real Academia de fines del Ochocientos (consultables en línea). Al parecer, esta equivalencia tiene relación con la muela

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hoy estamos acostumbrados y que resulta casi ridículo si lo ponemos en relación con el esfuerzo y la inversión que su trasvase suponía, pero que en la época era un auténtico hito208. Por supuesto, se trata de una estimación puramente indicativa que no tiene otro fin que facilitar el cálculo de la compartición de derechos y cargas: de esas ocho muelas, una quedaba asignada a Cabanillas, una y media a Fustiñana y las cinco muelas y media restantes a Tauste, contra la contribución de cada socio a los gastos de conservación ordinarios -limpieza, sobre todoy extraordinarios -reparaciones y mejoras- de los tramos e infraestructuras comunes en la misma proporción, como pauta general. Desde el azud y el bocal hasta la muga de entre Cabanillas y Fustinyana, todo comprendido, se sostenía con el concurso de las tres poblaciones en el porcentaje citado209; de ahí en adelante, hasta el partidero que se ha de hazer devaxo la Serna de Fustinyana, del mismo modo, pero entre Fustiñana y Tauste solamente, sin contar con Cabanillas; más allá era cuestión exclusiva de Tauste (cap. II)210. Todo esto hablando en términos generales, pues determinadas infraestructuras se regían por pactos específicos211. zaragozana, definida en las Ordenanzas de los Montes y Huertas de 1593 de esa ciudad del siguiente modo: una muela de agua para moler trigo en cequia o parte llana y que no tiene pendiente, ha de ser de ancho tres cuartas y de hondo otras tres cuartas del codo de la ciudad de Zaragoza, es decir un cuadrado de 0,579 ms. de lado, un espacio por el que efectivamente pueden pasar, cumpliéndose ciertas condiciones, 260 ls./sg., según calculó la SOCIEDAD ECONÓMICA ARAGONESA DE AMIGOS DEL PAÍS, óp cit., pp. 17-22. 208 Baste decir que no hallo en el Aragón del Quinientos más que dos regaderas con un pronóstico de caudales documentado mayor: la de Candeclaus, en el tramo bajo del Gállego, y la zaragozana del Arrabal, ambas con diez muelas, vid., respectivamente, BOLEA FORADADA, Juan Antonio, Los riegos de Aragón, Huesca, Grupo Parlamentario Aragonés Regionalista de las Cortes de Aragón, 1986, p. 124, y BLÁZQUEZ HERRERO, Carlos, y PALLARUELO CAMPO, Severino, óp. cit., vol. I, p. 334. Es posible que fuera el caso de algunas más, como seguramente la Imperial, pero no consta. Pero tampoco muchas, pues lo más común eran cifras mucho menores. En las visitas efectuadas en la segunda mitad del siglo XVI a los azudes y acequias del tramo final del Jalón no se registra ninguna acequia con una corriente superior a tres muelas y sí unas cuantas con, incluso, menos de una, ibid., vol. I, pp. 346-347. Hay que reconocer, sin embargo, que el Jalón es un río que ha soportado históricamente una tremenda presión, con múltiples sangrados a lo largo de toda su cuenca que hacían que llegase a menudo a su desembocadura, sobre todo en verano, prácticamente seco. 209 En este punto el cap. XI incurre en una contradicción. Hablando de la preservación de puentes y pontigos este item lleva el compromiso de Cabanillas más adelante, hasta passado el puente y pontigo y barranco del Sosar, que esta devaxo la [muga] del termino de Cabanillas, assi como lo han usado y acostumbrado pagar [y contri]buyr entre las dichas dos villas de Fustinyana y Cabanillas. La disposición será rechazada por los interesados en el acto de loación de la concordia, al final del documento, donde hacen constar que ay un capitulo que dize que an de contribuyr los de Cabanillas en la linpia hordinaria de la cequia asta debaxo de la puente del Sosar, que, por quanto nunca an con[tri]buydo sino asta la muga de Cabanillas y Fustinyana, que [tampoc]o de aqui adelante quieren contribuir sino asta alli, como [siem] pre lo an acostumbrado. 210 Sobre este principio básico insisten tangencialmente los caps. VII, VIIII, XI (teniendo presente la corrección de la nota anterior), XII, XVIIII etc. 211 La limpieza de los escorrederos, por ejemplo, es responsabilidad exclusiva de Tauste, estén donde estén (cap. XIIII), menos el que canaliza el barranco de Santa Engracia hasta el Ebro, que se escota entre la aragonesa y Fustiñana a medias (cap. XIII). También contribuye Fustiñana con Tauste, pero esta vez en sus cuotas acostumbradas, en el sostenimiento del acueducto que cruza el barranco citado, que está un poco más adelante

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En realidad, la incertidumbre del volumen de agua real que podía discurrir por la Acequia era alta. De hecho, la concordia lo único que determina realmente es el alcance hidráulico de las villas navarras atribuyendo el remanente a Tauste, ya fueran cinco muelas y media o más o menos (cap. II)212. En los casos más acusados de escasez, cuando no corriese por el cauce más que una muela o menos, el acuerdo se suspendía, siendo todo el caudal para los navarros, a repartir conforme a la costumbre observada hasta ahora en su sociedad: dando seys dias o seys partes d´ella a Fustinyana y quatro dias o quatro partes a los dichos de Cabanillas (cap. IIII); cuando se alcanzasen las dos muelas, que dexen pasar la una muela para la dicha villa de Tahuste y la otra muela se repartan, como dicho es (cap. IIII). En contrapartida, como ya adelantábamos, se imputa a la villa aragonesa el peso de la realización y financiación de la mayor parte de la obra nueva necesaria y todo lo que de ella se derivase, al menos tal y como estaba planificado en aquellos momentos: - el agrandamiento del azud (cap. VIIII). - el ensanchamiento y ahondamiento del álveo de la antigua Acequia de Cabanillas y Fustiñana (cap. X) y, por supuesto, su prolongación ex novo desde el partidero de la Serna hasta Tauste, trayecto que se esperaba llebar hazia la parte del monte, si el peso diere lugar213 (cap. II), con todos sus aditamentos: puentes, pontigos etc. (cap. XII). - la reconstrucción, usando piedra picada o ladrillo, de los pontigos, por donde se embocaban las avenidas de los barrancos214, y de los puentes preexistentes que fuese necesario derribar para realizar lo anterior (cap. XI). del partidero de la Serna (cap. XII), aunque el del puente que franquea el paso de ese barranco es asunto solo de Tauste (cap. XXI). Sin embargo, el buen estado del puente que se encuentra en la Serna de Fustiñana es competencia únicamente del señor del término (cap. XII). La misma regla se aplica al mantenimiento del presal de los Pozos, en tierras de Cabanillas (cap. XVI). Etc. 212 Esta pauta se reitera, aunque ampliando el supuesto a cualquier ocasión en que Cabanillas y Fustiñana no reciban completos sus cupos de agua, en el cap. XXII. 213 Lo que el documento pretende expresar es que en esos momentos se aspiraba a aprovechar la caja de la Acequia de Cabanillas y Fustiñana, convenientemente acrecentada, hasta donde se quería hacer el mencionado partidero, para, a partir de este punto, abrir un lecho nuevo más alto -hazia la parte del monte- y dejar lo que restaba del antiguo al servicio particular de los regantes de Fustiñana, como un cauce secundario paralelo al principal, a modo de contracequia. Esta provisión no se cumplirá, seguramente por insuficiencia de cota, y prácticamente todo el itinerario del caz primigenio será el del definitivo, lo que será considerado un incumplimiento doloso por parte de Fustiñana en 1557, vid. nota 265. 214 Las barrancadas han sido y son una de las principales amenazas para la conservación del Canal de Tauste, sobre todo en el trecho navarro, cf. VEGA MAS, Montse, y PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, óp. cit., p. 71 y ss.

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- la erección de tres puentes nuevos en el término de Fustiñana, aptos para el paso de carros y ganados mayores y menores, concretamente en el paraje denominado el Salobrar, en el partidero de la Serna, antes citado (cap. XII), y en el barranco de Santa Engracia, donde también había de hacerse un restillo de pie[dra en] el caldero del barranco (cap. XXI); la concordia dejaba abierta la posibilidad de otro puente, si fuere menester, en el Congosto, donde el rey tiene amugado el abebradero para los ganados (cap. XII)215. - igualmente, de un acueducto o gallipuente para salvar el barranco de Santa Engracia, en Fustiñana, tan grande que tome las dos cequias216, para que la crecida del dicho barranco no pueda echar agua, postura ni piedras ni otra cosa en las dichas cequias (cap. II), con su escorredero correspondiente hasta el río (cap. XIII). - asimismo, de todos los escorrederos y contracequias necesarios, hasta el Ebro, por donde liberar los sobrantes de la Acequia que pudiesen causar daños (cap. XIIII). - el pago de las indemnizaciones correspondientes a los dueños de los terrenos utilizados por cualquiera de estas obras y los desmontes y movimientos de tierras que por ellas sobreviniesen (caps. X, XIII y XIIII), así como por los desbordamientos y filtraciones de caudal desde la madre (cap. XIIII), salvo, evidentemente, cuando fueran consecuencia de las paradas interpuestas por los de Cabanillas y Fustiñana para sus usos (cap. XVI). - responder de los daños causados por cualquier barrancada que pudiese venir mientras, a causa de las obras, estuviesen desmontados los pontigos originales -sin duda, una medida de presión para que los repusiesen con celeridad- (cap. XI); del mismo modo, de cualquier quebranto causado por las excavaciones emprendidas por Tauste a las gentes y edificios de Cabanillas (cap. XXIIII), cuyo caserío se asentaba en un terreno que parece muy inestable y proclive a corrimientos. 215 En 1557 y en 1562 se insistirá en la conveniencia de su levantamiento y en el de otras pasaderas, vid. notas 260 y 280. 216 Se está refiriendo a la madre, que como acabamos de ver se pretendía llebar hazia la parte del monte, y al ramal que se ha desgajado de ella poco antes -que es el lo que queda del trayecto antiguo, vid. nota 213-, en el partidero de debaxo de la Serna, por donde estaba previsto se derivase el agua para las tierras de Fustiñana.

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Además, los trabajos no debían realizarse durante las temporadas de riegos de los navarros, para no interferir en la marcha de sus cosechas (cap. XXI), un convenio de muy difícil cumplimiento so pena de resignarse a eternizar la obra; el objetivo no debía ser otro que hacer viable la contingencia de que Cabanillas y Fustiñana pudiesen reclamar perjuicios, como de hecho harían. En todas estas obras los dos pueblos de aguas arriba no tenían otra obligación que ceder los terrenos que fueran necesarios en el monte comun de forma gratuita, a diferencia de los de propiedad particular (cap. X), y consentir que los taustanos se surtiesen libremente y sin pagar cossa alguna de materiales constructivos -piedra o lenya de romero… y tierra para hazer ladrillos y adobas- en los comunes de sus términos, así como hazer para ello alli hornos de calçina, y ladrillo, y yesso y los otros aparejos… para las dichas obras necesarias (cap. XXI). Las únicas construcciones en las que habían de contribuir directamente Fustiñana y Cabanillas eran el nuevo bocal principal, que se costearía entre las tres poblaciones conforme al principio ordinario y debía estar finalizado en un año y medio (cap. III)217, y en las construcciones desde donde tomasen sus partes de agua de la Acequia, cuyo número y localización no quedaban fijadas (caps. VI, VII e, implícitamente, XVI y XVII), lo que más tarde sería motivo de conflictos. La concordia solamente individualiza tres: una paradera o presal que alimente la fila de los Pozos, en Cabanillas, villa que será quien suministre la piedra, si bien la subvención de la hechura recae en Tauste (cap. XVI); el partidero de la Serna de Fustiñana, el más importante de ese municipio, que pagarán Fustiñana y Tauste en las fracciones acostumbradas (cap. VII)218; finalmente y también en ese último término, la embocadura de una fila abierta directamente en la cequia mayor, para regar el termino llamado la Confraria, que es lo postrero en su campo, que correrá a cuenta únicamente de Fustiñana (cap. VII). Todas estas captaciones debían estar provistas de marcas, como las piedras agudas y senyaladas de que se habla para los bocales de Cabanillas, para que se conozca que no puedan tomar ni llebar más agua de la debida (cap. VI). No obstante, lo cierto es que no es algo en lo que se insista gran cosa, lo que resulta extraño, pues la 217 La excepción es llamativa, lo que unido al establecimiento de un plazo -es la única vez en las capitulaciones que se hace- y además relativamente corto, induce a pensar que la embocadura original debía estar en muy mal estado y corría prisa renovarla. 218 Más tarde, en 1557, esta división de costas será revisada asimilándola a la establecida para la paradera de los Pozos, vid. nota 262.

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importancia que se concedía en la época a estos recursos de verificación de los lotes hídricos era, como es fácil de entender, capital219. Dentro de este entramado, el régimen de la paradera de los Pozos constituye una excepción, asentada en una tradición observada ya, como poco, en la etapa de la Acequia de Cabanillas y Fustiñana. Al parecer, independientemente de las cuotas establecidas, el término de los Pozos solamente riega en los momentos de mayor acopio hídrico, cuando la avenida de agua alcanza una altura determinada que se consignará marcando un senyal en la fila de los mesmos Pozos. Este acto, que debe efectuarse el anyo primero que principien a gozar (de riego) los de Tauste, en la primera crecida de Ebro, se envuelve de cierta solemnidad pues deberá ejecutarse a conoscimiento de los alcaldes de Fustiñana y Cabanillas y del señor de Canduero220. Solamente cuando el agua llegue hasta ese indicador y se mantenga -en el momento en que baje, la operación debe suspenderse- se podrá montar la parada, como lo tienen de costumbre, con tablas y manta. Terminada de regar la partida, el agua volverá a circular libremente, dentro de una ora y antes si se pudiere, so pena de 60 ss. js., restaurándose el orden general previsto (cap. XVI)221. Todas las filas más arriba de los Pozos, hasta el azud, pueden estar abiertas en todo momento, esté operativa dicha parada o trabiessa o no (cap. XVII). La pormenorizada regulación de la paradera de los Pozos contrasta con el escaso espacio que dedican las capitulaciones para describir las normas generales de riego y el gobierno de la Acequia. Tan solo hay referencias a la 219 En situaciones especialmente conflictivas se llegaban a hacer de hierro -algo históricamente muy raro-, buscando su máxima fidelidad y perdurabilidad. Como estableció en 1285 la madre del infante don Manuel para acabar con un áspero pleito entre el consell y la morería de Elche por causa de un partidero, HINOJOSA MONTALVO, José, La morería de Elche en la Edad Media, Teruel, Instituto de Estudios Turolenses, 1994, pp. 8586. En 1530 una sentencia arbitral que procuraba poner fin a los enfrentamientos entre Albalate del Arzobispo y los lugares del Ducado de Hijar por las aguas del río Martín, consentía a los de Albalate conservar cierto azud de nueva construcción que habían alzado, con la condición de que se hayan de hacer tres o cuatro o más partidores o almenaras con puertas de hierro guarnecidas, por las cuales haya de entrar y pasar el agua pesada y medida, RODRÍGUEZ LAJUSTICIA, Francisco Saulo, Historia del regadío en los dominios de la Casa Ducal de Hijar (Comarca del Bajo Martín), Zaragoza, I.F.C., 2011, p. 71. 220 Sorprendentemente, sin contar con las autoridades de Tauste, aunque debe tratarse de un lapsus pues cuando efectivamente se celebre la ceremonia, en 1561, los apoderados de esa villa estarán presentes. No así el señor de Canduero que se encontraba ausente del reino, aunque se designó sobre la marcha un sustituto que hizo sus veces. Vid. nota 289. 221 …Y del dicho termino de los Pozos avaxo puedan parar los dichos de Cabanillas y Fustinyana con tablas y mantas donde quiere y quando quiere que tubieren necessidad de regar o moler, donde tendran sus filas y bocales, para tomar sus partes de agua que esta capitulado han de haver, tomar y gozar (cap. XVI).

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forma de actuar en caso de emergencias y el modo de incrementar el caudal de la regadera cuando éste sea demasiado corto (cap. IIII), la elección de zabacequias (cap. XXIII) y el procedimiento a seguir y las penas a imponer en los casos en que Tauste o Cabanillas y Fustiñana -no se contempla la posibilidad de una actuación individual de las villas navarras- arrebaten o malbaraten la porción de aguada que corresponde a la otra parte (cap. XXIII)222. Desde su posición de predominio como titulares originales de la concesión, Cabanillas y Fustiñana acotan además para su beneficio exclusivo los ingresos por los derechos de paso de almadias por el azud y la arrendación de la pesca en el mismo (Cap. I), que no debían ser despreciables223. También se aseguran poder seguir utilizando la Acequia para abrevar sus ganados, donde quisieren y pudieren alcançar agua, y como fuente de suministro doméstico, para beber, lavar etc., como hasta aqui lo han siempre hecho y acostumbrado (cap. VIII). En relación con los usos y fines del agua, el cap. V resulta de sumo interés. Contempla la eventualidad de que Tauste disfrute de las cuotas de agua de Fustiñana y Cabanillas si éstas no tuvieren necesidad de ellas, previa petición. Pero es muy poco probable que tal cosa llegase a suceder. Es más, los vecinos de Cabanillas -no así, extrañamente los de Fustiñana-, a la hora de loar la concordia reniegan expresamente de este punto, pues en quanto a es[to] quieren ellos quedar en su libertad para poder vender su [par]te de agua y darla a quien quisieren y hazer de aquella a [su] voluntad. Ya hemos hablado anteriormente del imparable avance de la patrimonialización hidráulica desde la Edad Media, que convierten las ventas de agua en algo perfectamente asumido, como estamos viendo. No era otro el destino de buena parte de la cuota de Tauste. Juan Bautista Labaña, el conocido científico portugués, en los trabajos de reconocimiento del territorio previos a la confección de su famoso mapa del reino de Aragón, visita Tauste el 11 de noviembre de 1610 y anota que la villa utilizaba dos muelas del agua de la 222 Este vacío dará quehacer al comisario Victoria, delegado del Consejo Real de Navarra para los asuntos de la Acequia a partir de 1561, como veremos. 223 Aun hoy, la presa del Canal de Tauste recibe en ocasiones el elocuente nombre de la pesca, sin duda tradicional, FERNÁNDEZ ORDÓÑEZ, Fernando, óp. cit., p. 138. La pesca, ya no en el azud sino en el curso de la Acequia, era una actividad lo suficientemente importante como para que la concordia se ocupe de su regulación: solamente se consiente con linya y anzuelo y [no con] otro ingenio alguno, so pena de la pérdida de los aparejos y una multa considerable, dos ducados (cap. XV). Las mismas limitaciones se prevén para el tramo de Buñuel en la capitulación de 1553, que vemos a continuación. En cuanto al tráfico maderero, su paso por el vecino azud de la Acequia Imperial también se gravaba -y desde el principio-, signo evidente de su envergadura, aunque no tenemos datos cuantitativos hasta fechas muy tardías, vid. PÉREZ SARRIÓN, Guillermo, El Canal Imperial y la navegación…, óp. cit., pp. 93-94 y cuadro de p. 226.

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Acequia vendiendo el resto del suministro que de ella obtenía a las poblaciones limítrofes a un tanto por cahíz224, una práctica que también está documentada en el siglo XVIII225. La escombra del tramo navarro de la Acequia se aborda en el cap. XVIIII. Para proceder a la misma, cada año se cortará el agua de la conducción la víspera de la fiesta de Santiago (25 de julio), prolongando los usos de la vieja Acequia de Cabanillas y Fustiñana226. Idealmente, comenzará en el azud para, desde ahí, ir bajando. Debe estar finalizada, con la colaboración de todos los implicados en las proporciones de que ya hemos hablado, el 10 de septiembre, so pena para el contraventor del costo doblado; es la dobla, uso que se ha perpetuado en la administración de la Acequia hasta el presente. El 10 de septiembre es también el día en que los tres pueblos congozantes están facultados para elegir, cada uno, uno o dos zabacequias o alamines para regir y gobernar la[s dichas] aguas, con la misión de hazer verdadera relacion y dar a cada [uno su dre]cho de agua y no hazer ni consentir que se aga fraude, dan[yo ni en]ganyo a ninguna de las dichas tres villas ni a alguno de lo[s que en] ellas moran y moraran. Los nombramientos, que tienen una validez anual, serán comunicados a las otras villas a los dos días. Pero estos oficiales no juran su cargo más que ante el concejo que los nombra y tampoco actúan de forma coordinada, mientras que sus atribuciones son limitadas, pues los municipios retienen el control de la Acequia en sus términos, incluso a la hora de imponer ciertas penas (cap. XXIII). Dicho de otro modo: no existe una autoridad única en la Acequia, como es habitual por otra parte en la hidráulica intermunicipal de la región. La concordia se cierra con una serie de medidas a aplicar en el supuesto que Tauste no cumpla cualquiera de sus compromisos: sanciones pecuniarias e, incluso, la suspensión de su suministro (caps. XVIIII y XX), lo que testimonia tanto la incredulidad de fondo que inspira la empresa, como la posición de fuerza de los navarros, a los que la concordia habilita, si la abstención de Tauste 224 LABAÑA, Juan Bautista, Itinerario del Reino de Aragón, Zaragoza, Diputación Provincial, 1895, p. 13. Una advertencia: de esta obra hay una traducción de Lourdes Eced editada en Zaragoza por Prames en el 2006 que, en este pasaje en concreto (p. 18), se salta la palabra muelas (en el portugués original, môs) despojando a la frase de sentido. 225 ALCORISA, Joaquín, Memoria…, 1839, óp. cit., p. 57. 226 En tiempos históricos debió ser siempre a finales de julio, con pequeñas variantes. En 1615 comenzaba el día siguiente de Santa Ana (27 de julio), PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “Intervención de la monarquía en los asuntos municipales…”, óp. cit., p. 146. En la actualidad el corte de agua se realiza en febrero, VEGA MAS, Montse, y PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, óp. cit., p. 176.

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fuera reiterada, hasta a revertir el proceso y volverse a gobernar como antes d´este [c]apitulado se solia hazer y se solian regir (cap. XXII). Este escepticismo no es solo una impresión: la remisión a la Real Chancillería de Navarra de estas avenencias para obtener su confirmación por el rey, por tal que a perpetuo queden e finquen mas firmes e seguras e carezcan de todo bicio e nuledat, se demora hasta 1557, solamente cuando es palmario que el asunto va inequívocamente adelante227. Tras el concierto con Cabanillas y Fustiñana, el caz todavía tenía que pasar por el término de Buñuel antes de llegar al de Tauste, lo que hacía imprescindible llegar con este municipio a algún tipo de arreglo. Las negociaciones debieron comenzar inmediatamente a continuación del cierre de la concordia anterior. Cristalizaron en un acuerdo datado el 13 de septiembre 1553 que, no obstante, nunca llegó a ser formalmente loado por los concejos respectivos ni se escrituró de forma pública, lo que traería sus complicaciones, aunque más tarde los tribunales le otorgarán plena fuerza jurídica. No he podido dar con el texto completo pero sí con varios resúmenes, uno de ellos bastante generoso, en los escritos judiciales cien años posteriores que ya hemos utilizado más atrás228, material más que suficiente para hacernos una buena composición de lugar. Se trataba de un texto bastante prolijo229 organizado, como el precedente, en capitoles -14 en esta ocasión-, otorgado por los procuradores de las partes, previo compromiso de hacerlo aprobar por sus representados en el plazo de quince días, cosa que, como sabemos, nunca llegó a suceder. Los aspectos abordados son muy similares a los de las capitulaciones anteriores, como no podía ser de otra manera, aunque el tratamiento dado a los vecinos de Buñuel es muy diferente a causa, en expresión del jurista a sueldo de Tauste un siglo después, de ser meramente compradores y nuevamente acojidos en el agua y regadio de la dicha cequia230. 227 El 3 de mayo de 1557, el mismo día en que se formalizan unas segundas concordias entre Tauste, Cabanillas y Fustiñana que abordaremos oportunamente, los apoderados de Tauste y el concejo de Cabanillas nombran procuradores para ese fin, entre otros. A.M.T., Protocolo notarial de Rodrigo de Huarte, vecino de Tudela, 1556-57, pp. 716-718. Sobre la fecha efectiva de esa confirmación ha habido diferentes propuestas: 1553, 1561... La más razonable, a la vista del documento anterior, es el 26 de octubre de 1557 que sostiene, sin referente documental, las Cartas sobre riegos..., óp. cit., p. 54. 228 Vid. su referencia de localización en nota 190. Estos compendios se encuentran en los fs. 32r-34v, 47v-48r y 53v-53r. A ellos remito de forma general, de no mediar advertencia en contrario, para toda la exposición que sigue a continuación. 229 Ibid. introduce, en un momento dado, el documento en su discurso con el siguiente comentario: presenta la villa de Buñuel otra escritura que dize hubo de conbenios… que por ser tan larga es fuerca resumilla brevemente (f. 32v). 230 Ibid., f. 48r.

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Así, esta concordia autoriza a los vecinos de Buñuel el establecimiento de abrevaderos en su término, a la parte alta de la dicha cequia, procurando causar el menor daño posible (punto 11º), prohíbe la pesca en la Acequia a no ser con linea y ançuelo (punto 14º), igual que en la capitulación de 1552231, asienta las cautelas habituales acerca de la libre disposición de las cuotas de agua de cada parte sin estorbo de la otra (puntos 6º y 9º) y las penas para el que se apropie caudal indebidamente (punto 3º). Pero los asuntos más cruciales son, como antes, los constructivos y los relativos al mantenimiento de la infraestructura y al reparto del agua. En este sentido, las claúsulas más importantes son la 1ª y la 2ª, sobre todo ésta última, cuya redacción copia completa nuestra fuente del Seiscientos232. Por las mismas, el concejo de Buñuel autoriza al de Tauste a abrir la Acequia por su término, por donde más convenga, hasta la muga del Espartal, partida que linda con el territorio de Tauste. El suelo necesario será cedido sin contraprestación tratándose de comunales, pero satisfaciendo su justo valor en el momento en que se trate de heredades privadas, como se ha venido repitiendo desde el privilegio de 1529. La porción de agua que corresponde a cambio a Buñuel no se calcula exactamente, pero se establece un máximo: un séptimo del horizonte teórico del caudal total, es decir las cinco muelas y media atribuidas a Tauste en la capitulación de 1552; si así lo manifiestan los vecinos de Buñuel podrá ser menos, aunque esa decisión se posterga a cuando, una vez terminada la Acequia, estos regantes quieran participar de sus aprovechamientos. Pero esos derechos no serán efectivos hasta que los interesados paguen a Tauste, del total de los gastos de la construcción hasta el Espartal, la misma proporción en que, finalmente, quede fijada su parte de agua. Para prevenir malentendidos, la de Aragón comunicará previamente el monto total de esas expensas (punto 4º). Y para evitar dilaciones perversas, a la cifra anterior se sumará la alícuota de los gastos de conservación hasta ese mojón durante el tiempo que tarden los navarros en dar el paso descrito. El porcentaje del gozo del agua que finalmente se determine, es el que se aplicará a todos los demás conceptos: la división del caudal en caso de escasez, tomando como unidad de reparto el día con su noche233 (punto 2º); 231 Vid. nota 223. La única diferencia reside en el monto de la sanción imponible a los infractores, que si en 1552 era de dos ducados, aquí se rebaja a menos de la mitad, un escudo. 232 En loc. cit., fs. 33r-33v. 233 Es decir, suponiendo la asunción efectiva del séptimo, correspondería a Buñuel un día completo por cada seis a Tauste. La situación de carestía se acota al momento en que no discurran por el curso más que tres muelas o menos.

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la participación de Buñuel en los gastos de limpieza y manutención, desde el azud del Ebro hasta el Espartal (punto 13º); lo mismo, en el supuesto de que la dicha Acequia se viniere a perder y se hubiere de bolver a hazer (punto 10º); el pago de las indemnizaciones pertinentes a los particulares a los que se expropien terrenos para las excavaciones (punto 1º); finalmente, el costeamiento de todo tipo de obras complementarias al caz propiamente dicho: los escorrederos que sean precisos (punto 12º), los bocales desde donde los de Buñuel tomarán su agua (punto 5º), un puente de piedra en el Espartal, allí donde los navarros designen (punto 8º), más dos gallipuentes para poder reçevir el agua de los barrancos (punto 7º)234. Nótese que en esta ocasión se ha prescindido de incluir en el trato al conde de Lodosa, en su calidad de señor del Espartal, al contrario que en 1531. Sobre el papel no era imprescindible pues, como sabemos, esa partida se englobaba formalmente en el término de Buñuel, pero desde luego no era lo más aconsejable. En rigor, Tauste y el aristócrata sí mantuvieron algún tipo de contactos235, pero que no fructificaron en nada tangible. Constituiría otro motivo de futuras querellas judiciales.

12. La construcción de la conducción (1553-1556) Según nuestros informantes del siglo XVII, en 1553 se comenzó a fundar y cargar la… pressa y en 1554 se empezó a abrir el álveo236. Documentos contemporáneos confirman estas fechas como comienzo de la obras. Debieron arrancar tras la recogida de las cosechas del año 1553, en torno a septiembre, pues el 13 de dicho mes, en Tudela, Miguel de Anués, señor de Belver y vecino de Sangüesa, nombra procuradores para presentar ante la corte de Pamplona 234 Por el sentido de la frase, más parece referirse a pontigos que a acueductos o gallipuentes. El uso de estos términos, como el de puente -véase al respecto la nota 261-, es bastante ambivalente. 235 El 2 de agosto de 1554, en el termino llamado Almazan, termino de la villa de Cortes del Reyno de Navarra y dentro de lo de Navarra, cabo la muga de Aragon y de Navarra que esta entre Mallen y Cortes, Rodrigo de Mendoza y Navarra, señor de las villas de Lodosa y Buñuel, residente de presente en Mallén, nombra procurador a Lope de Antillón, infanzón domiciliado en esa villa aragonesa, para concordar con el concejo de Tauste del abrir y hacer por mi tierra, la dicha villa de Tauste, la cequia nueba que han principiado de abrir y sacar del Ebro, que principia encima y junto a Belber, para por ella poder llebar agua a la dicha villa y terminos de Tauste y regar aquellos, y sobre el agua que, de la que llebaren por la dicha cequia, me han de dar para regar todas las tierras que yo tengo en los terminos de la villa de Buñuel. A.S.R.C.T., caja 197, sin signatura, Azequia nueba. Tudela. Navarra. Año 1554. Poder para concordar en Tauste con la villa, su concejo y unibersidad… (en el dorso), s.f. Es copia de 1847. 236 Fs. 58r y 56r, respectivamente. La referencia de este documento en nota 190.

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una denunciacion de nueba obra en caso de que los vecinos de Tauste vinieren de hoy en adelante a intentar alguna obra y hacer alguna reparacion, o edificios, o alguna otra cosa en el azut, bocales y cequia que esta encima de Belber y son de Belber, y del comendador de Fustiñana, y del dicho lugar de Fustiñana y del de Cabanillas, impidiendo las dichas obras y edificios y reparaciones que los dichos de Tauste querran intentar en el dicho azut y cequia y bocales de ella… por el perjuicio que a mi me viene y se me puede seguir e interese que tengo en el dicho azut y cequia, como señor de Belber arriba dicho, y por el daño que recibira mi termino de Belber en razon de las dichas obras, edificios y reparaciones237. La denuncia será efectivamente interpuesta poco después238. Un año más tarde, el 2 de agosto de 1554, el señor de Lodosa y Buñuel, a la hora de delegar ciertos poderes, hará mención de la cequia nueba que han principiado de abrir y sacar del Ebro -los vecinos de Tauste-, que principia encima y junto a Belber239. No debieron escatimarse medios pues la obra, para los parámetros de la época, avanzó con gran celeridad. Debía de haber una voluntad decidida y una buena disponibilidad de numerario procedente de un mercado crediticio pujante y pleno de confianza, a tono con la amabilidad de los tiempos240. En este contexto, una de las muchas dificultades a las que los responsables debieron hacer frente fue la mano de obra. Las construcciones del Antiguo Régimen, en general, se ponían en pie a fuerza de brazos, requiriendo centenares, cuando no millares de trabajadores, normalmente muchos más que los que estaban disponibles en los contornos. Las obras deciochescas de los Canales Imperial y de Tauste, por ejemplo, llegaron a emplear puntualmente, en 1784, hasta 237 Como puede comprobarse el señor de Belver no ha olvidado la donación recibida por Juan II en 1474, si bien a estas alturas sus pretendidos derechos deben carecer de auténtico contenido pues ninguno de los demás implicados hace la menor alusión a ellos, ni ahora ni más tarde. 238 El 18 de septiembre se notificará a Cabanillas y Fustiñana una orden de hinibicion emanada por dicha corte, que será respondida por los concejos el 23 y el 24 de dicho mes con la designación de representantes ante la misma para apelar, con todo desparpajo, que lo único que hacen son las tareas de limpia acostumbradas de la cequia de Fustinyana y Cabanillas, en su calidad de señores directos y poseedores que son de la dicha cequia. Llama la atención que en estas dos procuras figura como testigo Lope de Longares, vecino de Tauste, al tiempo hallado tanto en Fustiñana como en Cabanillas. La Corte Mayor de Navarra abrirá la correspondiente causa y diputará un comisario para su instrucción, el doctor Martín Miguel de Munárriz, vecino de Tudela. Para tratar con él, los de Fustiñana escogerán un nuevo apoderado el 10 de noviembre. Ignoro cómo acabó el asunto. Los tres documentos reseñados más la procura del 13 de septiembre en A.S.R.C.T., caja 179, sin signatura, Azequia nueba. Tudela. Navarra. Año 1553. Dos procuras de la villa y vezinos de Fustiñana… (en el dorso), s.f. Son copias hechas en 1847. He conseguido localizar los originales de dos de esos textos, pero no de los otros dos, en A.M.T., Protocolo notarial de Nicolás Pérez del Calvo, vecino de Tudela, 1553, pp. 377-379 y 459-460. 239 Vid. nota 235. 240 Muchas iniciativas hidráulicas aragonesas de la época disfrutaron de una buena acogida similar por el sector financiero, cf. MATEOS ROYO, José Antonio, óp. cit.

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más de 6.000 personas. Y aunque lo habitual fueron cifras mucho menores, la demanda superó con mucho a la oferta obligando a echar mano, con el tiempo, de presidiarios, levas forzosas en las poblaciones cercanas y hasta el concurso del ejército241. Pero eso sólo fue posible porque Pignatelli estaba respaldado sin reservas por el Estado borbónico. A mediados del siglo XVI las obras de la Acequia de Tauste no contaban con ese sostén -aparte de que las posibilidades de la Administración austriaca eran otras- de forma que su poder de convocatoria debió ser mucho más limitado. Con todo, fue lo suficientemente importante como para atraer jornaleros desde tierras distantes, sobre todo en las épocas del año agrícola de menor demanda laboral. El 6 de diciembre de 1557 tuvo lugar en la casa del difunto Juan de las Eras, en Cabanillas, dedicada a hospedería por su viuda, Graciana Fernández, una riña con efusión de sangre entre dos de esos obreros. Al día siguiente el alcalde de Cabanillas abre la oportuna investigación. El herido es un tal Francisco Gómez, vecino de Mansilla, de tierra de Aguilar242, que había llegado al lugar de los hechos assi a las ocho despues de anochecido… juntamente con unos sus conpanieros que querian cenar, porque entonces benian de trebajar de la cequia que hace la billa de Taust. El agresor, que pertenecía a una cuadrilla diferente, es Juan Sánchez, alias el soldado, también de 24 años, vecino que dijo ser de Tordehumos, de tierra de Toledo, que con semejante sobrenombre y una procedencia tan distante es muy posible que se trate de un vagabundo profesional. Juan Sánchez declara que abia quatro o cinco meses de tiempo qu´estaba en la dicha villa de Cabanillas trebajando en la cequia que face la billa de Tauste con otros conpanieros. Entre los testigos que deponen ante el alcalde de Cabanillas hay tres compañeros de la víctima: Diego de Redezillas y Diego de Nieba, vecinos ambos de Nájera, de 23 y 20 años respectivamente, y Juan de Menjares, de Turio, de 25 años243; estos lugares, como el de Mansilla, se localizan en la comarca de Nájera, hoy englobada en la C.A. de La Rioja, a más de 100 kms. de distancia de Cabanillas. 241 PÉREZ SARRIÓN, Guillermo, Agua, agricultura y sociedad…, óp. cit., p. 63. El Conde de Sástago en su Descripción de los Canales imperial de Aragón i Real de Tauste…, óp. cit., p. 32, relata que entre 1786-1790, los años del mayor tesón, la plantilla rondaba los 2.000 operarios, incluyendo personal especializado, soldados y conscriptos. 242 Se está refiriendo al señorío de los condes de Aguilar que, efectivamente, ostentaban la jurisdicción del lugar en aquel tiempo. 243 El conjunto de la pesquisa en A.M.T., Protocolo notarial de Rodrigo de Huarte, 1556-57, pp. 623-632.

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En un tiempo record, en torno a tres años y medio del inicio de las obras, el agua fluía por la Acequia hasta Tauste244, aunque no tenemos ni el menor atisbo de hasta qué parte del término -o más allá- llegaba concretamente245. La de Aragón, que había sobrellevado todo el peso de la dirección y la financiación, agobiada sin duda por los costes, se apresuró a presentarse ante sus socios navarros para, pretendiendo cumplida su parte, revindicar que ellos cumpliesen la suya. Con este fin los jurados taustanos comparecieron ante el concejo de Buñuel el 30 de enero de 1557246; no mucho antes o después debieron realizar lo propio ante los de Cabanillas y Fustiñana. Todos se excusaron. Buñuel pretextó que la concordia de 1553 no fue otorgada ni consentida por la villa de Buñuel y si algunos la otorgaron seria sin poder y, por tanto, la impugnaba247, aparte de protestar por ciertos presuntos defectos técnicos248. No eran más que meras argucias legales y buena prueba de ello es que no mucho después, el 15 de junio de 1558, esta comunidad llega a un ajuste con Rodrigo de Mendoza y Navarra, dueño del Espartal -el interlocutor ignorado en los pactos de 1553sobre el aprovechamiento de la Acequia249. No es el modo más canónico de conducirse con una infraestructura presuntamente deficiente y regida por un 244 Hasta ahora, la única noticia que se conocía del avance de la Acequia era una acotación de la carta de población de 1560 de Novillas, que prohibía a los habitantes del lugar regar ni tomar el agua que yra y discurrira por la çequia de Tauste que por los dichos terminos de Nobillas pasa o pasara sin licencia del comendador sanjuanista, señor del lugar, SAN VICENTE PINO, Ángel, óp. cit., p. 169. Llama la atención sobre ella por primera vez COLÁS LATORRE, Gregorio, óp. cit., p. 526. 245 El límite de los aprovechamientos de la Acequia modernista fue la partida de la Cuadrina, que pertenece al término de Alcalá de Ebro y se encuentra junto a Remolinos. Entre la relación de pagos que se beneficiaban de ella, a fines del siglo XVIII, es el más alejado, PONZ, Antonio, óp. cit., p. 158. Ya recibía riego de la Acequia a principios del siglo XVII, PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “Intervención de la monarquía en los asuntos municipales…”, óp. cit., p. 148. 246 A los 30 de henero del año 1557, en nombre de la villa de Tauste, fueron sus jurados a la de Buñuel y les requirieron al alcalde, jurados, vezinos y concejo, estando juntos en la cassa de su ayuntamiento, y les hizieron saber como la Cequia estaba vien y perfectamente acavada y el agua corriente, de manera que con ella se podia regar, y que assi tenian nombrados alamines y cavacequias, que la viesen si querran gozar del agua, que ellos estavan prestos y aparejados de dalles la que estava concertado, acudiendo tambien ellos de su parte a pagar su parte de costas que se havian echo e hiziesen aldelante. Nuestra fuente de información es, una vez más, los argumentarios procesales de Tauste de mediados del siglo XVII -la referencia en nota 190-, fs. 38v-39r. 247 Ibid. f. 39r. 248 Se escussan de reçebir la Cequia ni agua d´ella y de pagar la porcion de gastos que les tocan por ella porque responden y dicen estas formales palabras: porque la dicha cequia no esta echa ni acabada y debiendola hacer alta y corriente y no perjudicial y que tal que por ella han de yr çinco muelas y media de agua, la han hecho muy baxa, sin corriente, de manera que la que se rebalssa en dicho rio es daño nuestro y de nuestro dicho termino, porque se ara todo manantio y no bienen por la dicha çequia ni pueden caber dos filas y media de agua y aquella se sobra debiendola hacer alta y corriente. Ibid. f. 56v. 249 A.S.R.C.T., caja 197, sin signatura, Azequia nueba. 4º. Tudela. Navarra. Año de 1558. Escritura de asiento, tratados, ajuste. capitulacion y concordia entre la villa de Buñuel y D. Rodrigo de Mendoza… (en el dorso), s.f. Es copia de 1847. Es con seguridad esta escritura la que hace pensar a Madoz que Buñuel y el conde entran en la empresa en 1558, como comentábamos más atrás.

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pacto en entredicho. Da toda la sensación de que los vecinos de Buñuel tuvieron la misma poca fe en el proyecto que los de Cabanillas y Fustiñana, aunque optaron por un cómodo dejar hacer, y que su conclusión, fuese competente o no, les cogió a contrapié. Por este nuevo convenio los lugareños acogen -siempre la misma palabraal conde de Lodosa en la Cequia nueba que la villa de Tauste ha sacado y lleba por los terminos de la dicha villa de Buñuel, compartiendo con él a partes iguales los derechos y deberes que poseen sobre ella, es decir, tanto el disfrute del séptimo de agua como la obligación de abonar la misma fracción de los costes250. Otras cláusulas del pacto preveían: la realización del partidero o partideros pertinentes a costas comunes, si bien, a partir de allí, las canalizaciones para llevar el líquido hasta las tierras de cada uno de los firmantes -la partida de Candepuerca los de Buñuel, la del Espartal el noble- corrían a la cuenta particular de cada cual; el reparto del agua en tiempos de carestía: toda la disponible los diez primeros días se destinaría a Candepuerca, los diez siguientes al Espartal; finalmente, la multa exigible por los escamoteos de agua de una parte a la otra, un ducado por cada vez. Pero tal vez lo más interesante es que Buñuel reconoce en este acto que, hasta el momento, no ha tomado ni goza su dicha septima parte de agua, y si alguna agua ha tomado y goza es pagando el nobeno a la dicha villa de Tauste -la Acequia funciona por lo tanto- y, en consecuencia, el presente tratado no puede ni debe surtir su efecto hasta que la dicha villa de Buñuel se determine de tomarla y haya tomado la dicha su septima parte de agua. No está claro que llegase a hacerlo nunca, lo que, aparte de dejar este acuerdo sin efecto, tal vez sea la causa del particular ensombrecimiento del papel de esta población en la historia del Canal. A mediados del siglo XVII no lo había hecho todavía, aunque ciertamente Tauste no se lo había puesto nada fácil, pues -al menos por entonces- pretendía haber gastado en la construcción, solamente entre 1553-1557, nada menos que más de 150.000 ducados, a los que había que sumar unos 1.000 ducados anuales de media por los mantenimientos251. Esta suma no es que sea exagerada, sino 250 Aunque hay visos de que Tauste no va a ver con buenos ojos esta componenda: por quanto los de la villa de Tauste pretienden que la dicha septima parte de agua no ha de ser libre de la dicha villa, sino que, acabado de regar los terminos de la dicha villa, ha de bolber a la cequia de Tauste sin que la puedan dar a otro y se teme que pondran pleito a la dicha villa de Buñuel sobre ello, diciendo que no pueden acoger al dicho termino del Espartal en el derecho de la dicha agua o en otras maneras… Ibid. 251 La procedencia de la noticia es, de nuevo, las tesis procesales taustanas del Seiscientos -la referencia en nota 190-, f. 48v. En ibid., f. 53r, la estimación aun es superior: más de 155.000 ducados.

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absolutamente desorbitada, y no cabe achacarla más que una hipérbole de litigante252. En cualquier caso es perfectamente comprensible que Buñuel se resistiese a aceptarla con todas sus fuerzas. Además, contradice otras valoraciones contemporáneas que cifran los gastos, hasta 1560, entre 35.000 y 40.000 escudos, una cantidad importante, por supuesto, pero mucho más razonable253. Con todo, es difícil dar una valoración siquiera aproximada del coste global de una obra como esta, sujeta a constantes revisiones y perfeccionamientos que, lógicamente, supusieron un incremento sucesivo de la cuenta final: algún tiempo después, el concejo escribiría una misiva, desgraciadamente olvidando consignar el año, a Felipe II -monarca reinante entre 1556 y1598- exponiéndole, que la villa esta cargada y empeñada por haber fabricado, sacado y construido la dicha cequia del rio Ebro, en la qual fabricar y construir ha gastado mas de setenta mil escudos254. Las controversias con Cabanillas y Fustiñana no debieron ser menos ásperas pero se solventaron, al menos momentáneamente, con una cierta rapidez mediante sendas nuevas concordias suscritas el 3 de mayo de 1557, a los pocos meses del requerimiento de Tauste255. Su justificación es muy expresiva: despues de ser echas las dichas capitulaciones y echa y ensanchada la dicha cequia, pretendian los de la billa de Taust aber echo y cunplido por su parte lo que la dicha billa hera obligada, iusta tenor de la dicha capitulacion, y las dichas billas de Cabanillas y Fostinyana, pretendiendo no abian los dichos de Taust cunplido conforme a la dicha capitulacion, de lo que se deriva lo presente256. No hay que dudar que estas conciliaciones 252 Ninguna de las importantes infraestructuras hidráulicas aragonesas contemporáneas se acerca a semejante presupuesto ni de lejos, cf. MATEOS ROYO, José Antonio, óp. cit. Y a nivel nacional muy pocas, véase Felipe II, los ingenios y las máquinas…, óp. cit., Anexo 1, p. 395 y ss., con abundante información, no solo de costes constructivos, sino de precios de bienes y servicios de todo tipo, que permiten apreciar lo que semejante importe significaba coetáneamente. Como anécdota, reseñar que, aun esta cantidad desmedida, palidece frente a los 300.000 escudos que ESTEBAN CHAVARRÍA, Juan P., óp. cit., p. 72, en nota, pretende -dando crédito a un desconocido informante- que el Arzobispo de Zaragoza, en solitario, prestó a Tauste para las obras, algo que entra ya en el terreno de la más desatada fantasía. 253 Vid. doc. 5 de nuestro Apéndice. El contraste de estas cifras con las manejadas para el Cuatrocientos no debe sorprender pues, como es bien sabido, la primera centuria moderna es una época inflacionaria. Por continuar con la comparativa que hemos utilizado para el siglo XV -vid. nota 76-, esos 35.000/40.000 escudos venían a suponer aproximadamente la mitad del precio anual de la arrendación del impuesto del General en la segunda mitad del Quinientos, cf. GÓMEZ ZORRAQUINO, José Ignacio, La burguesía mercantil en el Aragón de los siglos XVI y XVII (1516-1652), Zaragoza, Diputación General de Aragón, 1987, cuadro 18, pp. 276-277. 254 En el Archivo Municipal de Tauste se conservaba esta carta en los años 20, según nos transmite GIMÉNEZ SOLER, Andrés, óp. cit., p. 73. 255 Se localizan, la de Fustiñana, en A.M.T., Protocolo notarial de Rodrigo de Huarte, vecino de Tudela, 1556-57, pp. 643-656, la de Fustiñana en ibid., pp. 703-715. Ese mismo día los representantes de Tauste y el concejo de Cabanillas comenzaban los trámites para que las capitulaciones de 1552 recibieran el refrendo real, vid. nota 227. 256 Loc. cit., pp. 704-705. En términos prácticamente idénticos pp. 644-45.

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se alcanzaron bajo una cierta presión pues, en el calor de la confrontación, los navarros debieron esgrimir la facultad de cortar la Acequia que les fue otorgada en 1552: la contraprestación más habitual que consta en estos documentos para que Tauste acepte tal o cual reclamación es, precisamente, que no se pondrá impedimento para que el agua discurra libremente hasta su término. El momento lo requería: mayo es un mes crucial en la vital temporada de riegos de primavera. Básicamente, son un repaso de los puntos aprobados en 1552 cuyo cumplimiento estaba pendiente, que constituyen un soberbio testimonio del grado de ejecución de la obra. Representan a Tauste en estas nuevas capitulaciones Juan Íñiguez de Montagud, señor de Canduero, y Cristóbal y Salvador de Artieda, los dos primeros unos personajes con una participación reseñable en el proceso de gestación de la Acequia257. Los navarros echan en cara a Tauste que no ha cumplido con su obligación de reparar y fortifficar l´acut. Hay también escorrederos sin zanjar, como el la Zarzuela -o de la Laguna-, en Cabanillas258, o el muy importante del barranco de Santa Engracia, donde también faltan el puente y el restillo inicialmente previstos259. Por otra parte, los puentes y pontigos derribados para el ensanchamiento de la Acequia no se han reconstruido en la piedra o ladrillo convenidos, sino en madera, y la fundación de los nuevos se ha ignorado260, de lo que se han derivado 257 De Cristóbal de Artieda nos ocuparemos en la nota 289. Respecto al señor de Canduero, cabe señalar que, aparte de en esta ocasión, también debió tener un cierto papel en los tratos de 1552 pues figura como testigo del otorgamiento de la concordia el 10 de noviembre de dicho año por los concejos de Cabanillas y Fustiñana, junto con el licenciado tudelano Pedro Corella. El interés directo de este gran terrateniente en la Acequia es indudable. Ya lo vislumbrábamos en el Cuatrocientos. Y ya hemos visto que en las capitulaciones de 1552 se requería expresamente su presencia para la grabación de la marca con la que se dilucidaban los riegos de la partida de los Pozos de Cabanillas, en un palpable reconocimiento de su positiva incumbencia, aunque, llegado el momento, no compareció por causas de fuerza mayor, véase nota 289. Pero Juan Íñiguez de Montagud o Monteagudo no era solamente un señor dominial, sino una de las personalidades más prominentes del concejo y la vida local de Tauste, como seguramente buena parte de sus ascendientes y descendientes. Recogiendo solamente noticias de los sesenta años precedentes, Juan Íñíguez de Montagud fue uno de los comisarios del proceso de expulsión de los hebreos taustanos y también jurado en 1496, PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “Documentos notariales…”, óp. cit., doc. 431 y Anexo II, pp. 171-172 y 175 respectivamente; en 1538 se sentaba en el sitial del justicia local, PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “La Gabardilla y Mira…”, óp. cit., doc. 22, p. 78; en 1544, anualidad en que también fue jurado, fue insaculado como uno de los nueve únicos candidatos considerados hábiles para aspirar al justiciazgo de la villa y también incluido en la bolsa del jurado primero, SAN VICENTE PINO, Ángel, óp. cit., docs. 7 y 8, pp. 59, 83 y 85. Por supuesto los señores de Canduero son miembros de la Casa de Ganaderos de Tauste, FERNÁNDEZ OTAL, José Antonio, óp. cit., p. 134. 258 Loc. cit., pp. 706-707. 259 A realizar en el cahedero a donde a de caher el l´agua de dicho barranco, ibid., p. 649. 260 Los vecinos de Fustiñana piden que los dichos de Taust agan la puente del Sosar de piedra o de ladrillo, conforme a la capitulacion, y mas otra puente en el Congosto de lo mesmo, donde el rey tiene amugado el abrebadero, y en la paradera del Espartal agan otra de los mesmo, por que´s necesaria, e otra puente, que´sta de fusta, encima de la Confadria, lo agan de piedra o de ladrillo, ibid., p. 648. Los de Cabanillas, por su parte, declararon que se an deribado en la cequia el puente

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daños que no han sido compensados; en particular, a raíz de aber defecho el puente del Sosar -en Fustiñana- los dichos de Taust, asi car el moler como en la falta del regar y en la inmundicia que se a cargado en la cequia por el agua que cayo del barranco261. Igualmente, no se ha construido el partidero de la Serna, en Fustiñana262, y es preciso reformar la paradera de los Pozos, en Cabanillas, que es demasiado baja y no está enlosada263. Tampoco se ha resarcido a los terratenientes de los terrenos afectados por las obras ni, del mismo modo, a los que han sufrido daños en las cosechas por los manantios o filtraciones y los cortes de riegos durante las mismas. Por último, el recorrido del cauce más allá del partidero de la Serna, que se preveía abrir en 1552 sobre terreno virgen, dejando el tramo correspondiente de la antigua Acequia de Cabanillas y Fustiñana para uso de los regantes de esta última población264, se ha realizado finalmente de forma íntegra sobre el cauce de la conducción anterior, generando perjuicios265. Tauste nada niega, si bien también tiene sus reclamaciones, aunque son menos profusas: los navarros no han pagado lo que les compete de la obra de la embocadura principal y tampoco de una intervención sobrevenida, huna obra de piedra, para sostenimiento de la cequia mayor y muro a debaxo de Cabanillas266, y del Congosto y la puente del Juchidero y la puente de la Tegeria, ibid., p. 705. Sobre esta cuestión se llega al compromiso de que, una vez fijado el número de pasarelas a hacer, Tauste erigirá, de obra, una cada año, comprometiéndose entretanto a correr con el sustento de las lígneas en solitario. 261 Ibid., p. 647. Sobre este punto en concreto se llegará finalmente a una transacción: los de Fustiñana perdonan esos perjuicios a cambio de que la de Tauste linpie la cequia del dicho gallipuente a su costa, ibid., p. 648. Verificamos, una vez más, que el uso del término puente en nuestra documentación es laxo, pudiendo emplearse tanto en el sentido más familiar para nosotros como en el de pontigo o incluso el de gallipuente, de forma que en ocasiones es difícil saber a qué se están refiriendo exactamente. 262 Concluyen en que ha de realizarse antes del próximo día de Santiago, con que la piedra traiga la dicha billa de Fustinyana a su costa y que lo demas pague la dicha billa de Taust, y en lo demas se guarde el dicho capitulo por las dichas partes, ibid., p. 646. 263 Está obligada la billa de Taust a d´azer mas alta la paradera de los Pozos, porque quando se para el agua cahe por los lados de la paradera, y asi bien losarl´abaxo, porque el impetu y fuerca que el l´agua saca por debaxo de las tablas ahonda el suelo de la cequia, de tal manera, que podra llebarse la obra, como se llebo el primer bocal que yzieron en la dicha cequia, ibid., p. 707. Esta última acotación atestigua que la marcha de la obra, como es ineludible entonces y ahora, tuvo que lidiar con fallos e incidentes imprevistos. La fuerza de socavación de las caídas de aguas fue una de las principales causas de ruina de las obras hidráulicas históricas. De su extrema peligrosidad ya advertía, refiriéndose a los azudes, el contemporáneo que escribió los Veinte y Un Libros de los Yngenios y Maquinas, fs. 168-169; la referencia de esta obra en nota 80. 264 Véase nota 213. 265 Habiendo de abrir la cequia los de Taust del partidero de la Serna en baxo, por de fuera de su cequia, azia la parte del monte -la expresión es idéntica a la de la capitulación de 1552 (cap. II)-, an la hubierto los dichos de Tauste en perjuyzio d´ellos, por la mesma cequia de la dicha billa de Fostinyana, y l´an afondado y desanchado de manera que no pueden tomar el agua para regar su termino, de lo qual reciben un grande perjuizio, que a[l] yr la cequia, como dicho es, por de fuera de la mesma, quedara la suya para contracequia y gobierno de sus heredades, en la qual tenian sus presales conpetentes y tantos quantos abian menester, y agora por la mesma razon, pues les defizieron su cequia y presales, piden ser desagrabiados. Loc. cit., p. 645. 266 Ibid., p. 708. También en p. 650. Ya en la concordia de 1552 se daba a entender que el solar donde se asentaba el casco urbano de Cabanillas era inseguro y que la perforación de la Acequia podía afectarlo (cap. XXIIII).

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no han levantado los bocales para tomar su parte de agua de la Acequia como estaba estipulado, con lo que Cabanillas y Fustiñana disfrutan de ella sin ningún tipo de control, de forma abusiva267. La vía arbitrada para la resolución de todos estos problemas fue nombrar una comisión de representantes de las partes interesadas que, en un plazo breve -por lo común hasta el próximo día de Santiago-, tasaran o declararan lo que más procedente o conveniente, teniendo siempre presentes los acuerdos de 1552. Aunque en algunas ocasiones se pactaron medidas más directas268. Su labor no debió tener mucho éxito pues las fricciones continuaron. En conclusión, Tauste, en un gran esfuerzo, ha conseguido llevar el agua a sus heredades con inusitada celeridad, en un obvio deseo de comenzar la amortización de su inversión cuanto antes. Pero dando una prioridad absoluta a lo más esencial, es decir, a la realización de la conducción propiamente dicha y la erección de una boquera proporcionada y descuidando un tanto todo lo demás, hasta el mismo fortalecimiento del azud. El resultado está a la vista: hay promesas sin cumplir, daños por expiar y elementos en precario o con defectos, cuando no íntegramente por hacer. Y esto en el tramo de cabecera, donde existía la sujeción de unos compromisos formales; cabe imaginar que en el resto del recorrido de la Acequia la situación sería incluso peor. Así pues, en 1557 la Acequia cumple su función, desde luego, pero no puede considerarse, en sentido estricto, terminada, como bien argumentaban Buñuel, Cabanillas y Fustiñana, municipios que tenían muy pocos motivos para mostrarse transigentes.

13. El perfeccionamiento de la obra (1557-c. 1561) En la segunda mitad de 1557 se siguió trabajando en la Acequia, como veíamos más arriba, y seguramente en los años siguientes, aunque no tenemos forma de precisar con qué intensidad. Pero los resultados distaron de ser satisfactorios, al menos a criterio de los navarros. El 11 de septiembre de 1559, en el más escrupuloso cumplimiento de la avenencia de 1552, los jurados de Tauste, comparecieron ante el concejo de Cabanillas para presentar a los alamines, siquiere cabacequias, de la dicha villa de Tauste, para tener cuenta y razon por su parte de la hagua que por la cequia de la dicha villa de Tauste lleban. La corporación 267 La revindicación de estas boqueras por los taustanos no pretende otra cosa que sus socios no tomen mas de la agua que pueden tomar, loc. cit., p. 650. 268 En las notas anteriores pueden verse ejemplos.

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navarra no se dio por enterada, rechazando la presentación, so color de que las demandas de dos años atrás seguían totalmente vigentes269, lo que equivalía en la práctica a dejar el uso de la Acequia por los habitantes del lugar -como seguramente pasaría también con los de Fustiñana- sin ningún tipo de fiscalización externa, con el tipo de consecuencias de las que ya se quejaban los taustanos en 1557. Es imposible determinar si la justificación de Cabanillas era proporcionada o se trataba de una exageración interesada, pero lo que es más que presumible es que el ambiente entre las comunidades implicadas se debía estar agriando por momentos, degenerando hacia un escenario de enconos y porfías que, a juzgar por el sinfín de pleitos posteriores, se hará crónico. Pero la tensión también crecía en el seno interno de Tauste. La pesada carga de la financiación de la Acequia empezaba a quebrar su cohesión social, como sucedió en el Cuatrocientos y probablemente en términos parecidos. La situación fue degenerando lentamente hasta alcanzar a fines de 1560 la categoría de auténtico motín, desbordando las posibilidades de las autoridades municipales y motivando la intervención de las reales. El 3 de diciembre de ese año Juan de Gurrea, Gobernador de Aragón, se excusaba ante el rey por no poder atender de inmediato cierto mandato suyo, pues tenía que partir sin demora a Tauste, donde el reparto de los gastos de la Acequia era causa de tales divisiones entre los vecinos que -dice, muy gráficamente- estan cada hora y por cada negocio para matarse, y tanto, que ni temen la justizia ni aun osan ajuntar el consejo para tratar de lo que cumple para beneficio d´esto. A fines de ese mismo mes, el Gobernador vuelve a escribir al rey dándole cuenta del resultado de sus gestiones. Su informe no puede ser más expresivo. El núcleo del problema era el enfrentamiento entre ganaderos y labradores sobre quien havia de pagar treinta y cinco o cuarenta mil escudos que se habian tomado para la fabrica de ciertas fuente y çequia que an hecho estos dias. Como reacción, los labradores y la gente del pueblo, en número de mas de dozientos o trecientos, se habían juramentado y, unidos y bien organizados, habían acabado por intimidar a los ediles locales -¿representantes 269 Por quanto los dichos de Tauste no an cunplid[o] con todo lo capitulado como son obligados, ansi en reparar la presa y bocal y poner la cequia en devido estado, como en hazer las puentes y pagar las tierras ocupadas y danyo de manantiales, como son obligados por el capitul[ado], y que, cumpliendo los dichos de Tauste con lo sobredicho, ellos estan pre[stos] y aparejados de cumplir, conforme a lo que esta tratado y capitulado y ellos obligados de cumplir, y que entretanto que lo sobredicho no se cumple y efectua, que no admiten por alamines a los sobredichos. A.M.T., Protocolo notarial de Miguel de Agramont, vecino de Cabanillas, 1559, pp. 697-698. El documento completo en pp. 695-698.

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de los intereses del partido de los ganaderos?-, que no se atrevían ni a celebrar concejo ni a tomar resolución alguna, señaladamente sobre el asiento en las deudas y censales de la villa, de manera que no havia mas justiçia de lo que los amotinados querian. Juan de Gurrea consigue templar los ánimos asumiendo el papel de árbitro entre ambas facciones, las cuales dejan todas sus diferencias en su poder, pero la ruptura del orden establecido ha sido demasiado notoria como para pasarla por alto y 16 o 17 taustanos -de los cuales 12 están presos, el resto huídos- acaban procesados, lo que constituye un buen indicador de la gravedad que debieron alcanzar los acontecimientos270. Con todo, el resultado final fue contrario a los ganaderos, fuesen quienes fuesen los que se agrupaban bajo esa etiqueta que, más allá de su sentido económico y ocupacional, parece tener también un fuerte contenido social. A partir de 1564 el concejo taustano saca regularmente a subasta al mejor postor el grueso de los pastos comunales, las corralizas de Trasmontes (con una extensión de unas 10.000 hctas.) y las de Traslarba (unas 18.000), algo que, sin duda, debió ser vivido por los propietarios pecuarios locales como una agresión de primera magnitud pues, hasta ese momento, esas hierbas se habían mantenido, en palabras de un documento del siglo XVIII, sin coto y adhessamiento, de libre usso y pasto para los ganados y vezinos271. Es más que probable que fuera una medida impuesta por el Gobernador para aliviar los apuros de la hacienda local, resultado de la mediación prometida en 1560. Pero dejemos los asuntos internos de Tauste y volvamos a la Acequia. La salida de la espinosa situación en que se encontraba se realizó en 1561 por dos vías. Por un lado, la oficial. El Concejo Real de Navarra, al que llegan diversas quejas y denuncias, toma cartas en el asunto y dicta ciertas sentencias y, para supervisar su cumplimiento y poner orden, nombra un comisario, el licenciado Victoria, dotado de amplios poderes. Por otro, Tauste, en busca de un alivio para sus maltrechas arcas, entre otros motivos, renuncia a la gestión directa de la Acequia a favor de un arrendador, Pedro Gómez de Peralta, vecino de Tudela. 270 Docs. 4 y 5 de nuestro Apéndice. 271 GÓMEZ ZORRAQUINO, José Ignacio, “Los bienes de propios en Tauste en el siglo XVIII”, Tauste en su historia. Actas de las IV Jornadas sobre la Historia de Tauste (9 al 13 de diciembre de 2002), Tauste, Ayuntamiento, 2005, p. 63. La Casa de Ganaderos de Tauste consiguió en 1583 que las corralizas de Trasmontes -no así las de Traslarbano volviesen a salir a concurso, reservando su disfrute para los miembros de la asociación contra el pago de 500 libras anuales y el compromiso de ocuparse del mantenimiento de balsas y aguas, ibid.

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De la primera estamos bien informados pues el A.S.R.C.T. conserva una copia casi coetánea -de 1577- de las declaraciones hechas por este comisionado en dos periodos distintos, abril de 1561, y entre fines de octubre de 1562 y principios de enero de 1563272. Corresponden a varias encomiendas distintas del Consejo Real. Sabemos las datas de dos de ellas -22 de marzo de 1561 y 30 de octubre de 1562- aunque solamente nos consta el tenor textual de la última273, pero debió de haber alguna más. En la que conocemos, la intervención ha sido requerida por Tauste, que se lamenta de los daños irresponsables que los vecinos de Cabanillas y Fustiñana y otras partes causan en la Acequia, buen reflejo de ese ambiente enrarecido que se ha ido fraguando: que les an ronpido la cequia por dibersas maneras, y en cerrar las almenares (sic.) y abrir las puertas del bocal, y entran por encima de las paredes y hazen otros muy grandes daños, y los ganados granados y menudos hazen assi bien muchos daños en andar sobre los caxeros, apacentando, y le[s] hazen muchos caminos, que es caussa que se heche mucha tierra y caygan los ribacos y caxeros de la dicha cequia, que es caussa que se ciegue aquella y queste mucho la limpia d´ella y dexe la agua de difluyr. El licenciado Victoria cumple su misión con celo, contribuyendo -es de suponer- a que la situación se regularice poco a poco. Y aunque sus mandatos no siempre se van a cumplir con la presteza que sería deseable, teniendo que admitir aplazamientos y dilaciones, es muy patente que se comporta como la cabeza rectora del sistema, que es precisamente la falta de la que más adolece la Acequia. El abanico de cuestiones que aborda es muy amplio. Decide en 1561 el número y ubicación de las filas y paraderas, todavía pendientes, necesarias para regar los términos de Cabanillas y Fustiñana, donde mejor y mas comodamente y sin daño y perjuyzio de la dicha cequia principal se pueden hazer274, sin menoscabo del mandato de la apertura de nuevas fillas en 1562, ya 272 Se trata de un cuadernillo tamaño folio, de 30 hojas, que lleva por título Declaraciones hechas por el licenciado Vitoria, comissario por su Magestad para las discordias y pretensiones que entre las villas de Tauste, Fustiñana y Cabanillas havia sobre los drechos y demas cosas pertenecientes a la cerca de Ebro, en los años 1562 y 1563. Se trata de una copia simple que se localiza en A.S.R.C.T., col. facticia (despacho de secretaría), sin signatura. 273 Véase en ibid., fs. 20r-21v. La de 1561 la menciona SUPERVÍA LOSTALÉ, Mariano, óp. cit., p. 107, que la debió encontrar en el Archivo Municipal de Tauste. Este autor vio en ella, aparte del nombramiento del comisionado, la aprobación y ratificación por Felipe II de las capitulaciones de 1552, que nosotros creemos que más bien tuvieron lugar en 1557, vid. nota 227. 274 En el caso de Cabanillas la resolución se dicta el 24 de abril de 1561, en el de Fustiñana el 29, ibid., fs. 25r-26r y 28v-29v respectivamente. Las costas debían ser sufragadas por los pueblos interesados, conforme a lo establecido en 1552. Son relaciones muy prolijas, aunque de gran interés para el conocimiento de la microtoponimia y la articulación de las redes hidráulicas locales coetáneas. Pero la ejecución se retrasó mucho, probablemente

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con carácter más puntual275. Hace tasar tanto el año 1561 como el 1562 los daños recibidos en las heredades de Cabanillas y Fustiñana por los manantios, así como las tierras ocupadas… en abrir y ensanchar la dicha cequia y regadio276. Vela por la limpieza de los barrancos y de los escorrederos existentes y ordena la excavación de otros nuevos y de las correspondientes contracequias vinculadas277. Tutela los pases de cuentas entre las tres villas y su abono efectivo278. Resuelve la apertura de caminos279. Está pendiente del reforzamiento del azud y de la construcción de puentes280. Etc. porque fue interferida por el ahondamiento del cauce que tuvo lugar poco después. El 18 de diciembre de 1562 las de Cabanillas todavía seguían sin haberse hecho, pues el comisario autorizó su aplazamiento hasta agosto de 1563, atendido que la villa de Cabanillas no puede hazer sus fillas y paraderas en sus terminos en el presente tiempo, porque la obra no seria fixa, como son obligados conforme a las dichas sentencias y lo por el mandado, ibid., f. 10v-11r. Lo mismo se concedió a los de Fustiñana, ibid., f. 10v. 275 Como la que ordena hacer en la zona del barranco de Santa Engracia el 18 de noviembre de 1562, ibid., f. 8r. El 18 de diciembre establece que el huerto del vicario de Cabanillas deje de regarse hazia el rio de Hebro en instancia (sic.) de tierra de doze pasos, por razon que por remojarsse se caen las ribas del dicho huerto hazia el rio Ebro, y prescribe la construcción de una filla de piedra para el servicio de la finca por la que tomen la agoa muy limitadamente, ibid., f. 9r. Etc. 276 Las alusiones son muy abundantes, ibid., fs. 2r, 2v, 3v-4r, 5r-v etc. En el caso de las filtraciones, en una ocasión se precisa que el cálculo se realice d´estos dos años a esta parte, ibid., f. 27v, de lo que se deduce claramente que se trataba de una evaluación periódica. La cuenta total no era despreciable: el 19 de noviembre de 1562 los oficiales de Cabanillas presentan ante el licenciado el montamiento de los dichos manantios y tierras ocupadas que se eleva, para el segundo concepto, a un ducado y 49 tarjas y, para el primero, a 170 robos y un cuartal de trigo y un robo de cebada, que equivalen a 49 ducados y 3,5 tarjas, ibid., fs. 5v-6r. 277 El 11 de noviembre de 1562 el comisario es informado de que los escorrederos de los términos de Cabanillas estan bien señalados y que no ay que mudar ninguno d´ellos, sino linpiar y aondarlos, lo que dispone hagan los de Tauste inmediatamente, ibid., fs. 6v-7r. Al día siguiente, 12 de noviembre, organiza la limpieza del barranco del Sosar y manda varearlo; aceptando seha por esta bez desde la puente hasta la Mensana -por Mejana- de Fustiñana, debaxo el Sotillo, sin perjuysio del drecho de ninguna de las partes y de los capitulos y conbenios que ay entre ellos, resultan once varas a cargo de Tauste y cinco a Fustiñana, conforme al goco de la agua y usso antigo, ibid., f. 7r-v. El 18 de diciembre certificaba la correcta realización de esa tarea, ibid., f. 10r-v. El 13 de diciembre de ese año ordenó reconocer si había necesidad de correderas en la partida de la Marquesa de Cabanillas, de lo que resultó la conveniencia de hacer una nueva, que estaba ya comenzada, por toda la redonda de la pieca de la Marquessa, a[s]ta sacarlo al escorredero del Perillo, que dispuso hiciesen los taustanos, ibid., f. 8r-v. El 18 de diciembre decreta se hagan los escorrederos y las contracequias correspondientes del término de Fustiñana en el plazo de ocho días, siempre a cargo de los aragoneses, ibid., f. 8v-9r. Etc. 278 Como el que tiene lugar en Fustiñana el 24 de diciembre de 1562 en que, reunidos los procuradores de las tres villas, pasaron y abrigoaron (sic.) todas sus quentas, con un saldo final a favor de Cabanillas y Fustiñana de 57 ducados, 11 tarjas y 4 cornados que, a instancias del licenciado Victoria, fueron liquidados por Tauste el 2 de enero siguiente, ibid., fs. 14v-15r. 279 El 24 de diciembre, atendido que los regantes de cierto escorredero en el termino de Prado Cepero, en Cabanillas, pasan por una pieza de Pedro Aybar y le hazen camino por dentro de su dicha heredad causando daños, manda a los oficiales del lugar que aderecen un camino para evitarlo y que la villa de Tauste haga una puente en el dicho camino para serbicio de los vezinos de la dicha villa, ibid., f. 14v. 280 El 18 de diciembre de 1562 permite que el reforzamiento del azud con 1.500 carretadas de piedra, al que estaban obligados los de Tauste, se retrase hasta los meses de agosto o septiembre siguientes, cuando el río lo permita en mejores condiciones. El mismo día admite la misma prorroga para la obra del puente de piedra [o] rejola de Cabanillas, junto a la Texeria, y también para las puentes y ovras de la puente de piedra o ladrillo entre los dos vallipuentes, termino de la dicha villa de Fustiñana, digo del Gongosto (sic.), donde baxa la cañada del Rey, y la filla que se ha de azer en el termino de la Confraria, y el puente de fusta de la dicha Confraria, y la puente de los Otinares y la fila [o]

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Pero tal vez lo más notable es que certifica la terminación de obras que estaban siendo reclamadas desde 1557, lo que prueba que las carencias de la Acequia se van solucionando poco a poco. Señaladamente, la entrega por Tauste en noviembre de 1562 de la canalización del barranco de Santa Engracia, que ha sido guiada por la contracequia de la pieça nueba que los de Tauste abrieron y ba a dar en la Cequia, y el aderezamiento del camino que comunica Fustiñana y Tauste en ese punto, en cumplimiento de las dichas sentencias y lo por el dicho señor comisario mandado281. En la misma línea, la realización de reparaciones y mejoras en dispositivos ya en servicio, como las obras realizadas en el bocal, el puente de Belver y la almenara y pontigo de Cabanillas, que el 23 de diciembre de 1562 el comisario ordena tasar por tres peritos elegidos por las villas: los canteros Miguel de Aya -por Tauste- y Antón de Estrada -por Cabanillas- y el maestro de villa Juan de Jaso -por Fustiñana-282. La impresión resultante es que, aunque todavía hay compromisos pendientes283, las cuestiones constructivas están resueltas, en conjunto, de forma cuando menos aceptable. La labor del comisario tiene otra vertiente sustancial: el dictado de pautas generales que pongan coto a los excesos de los navarros los años pasados, lesivos para Tauste y para la conservación de la Acequia. Uno de los frentes partidero en el barranco de Santa Engracia. Ibid., fs. 10v-12v. Pero el 2 de enero de 1563 cambia de punto de vista y estatuye que, sin enbargo de lo por mi mandado que las puentes de Fustiñana se hagan por los de Tauste por todo el mes de agosto, mando que la puente d´entre los dos gallypuentes, que se ha de hazer de fusta para el serbicio del Suesso y de las Bardenas Reales, y la puente de junto a la filla de la Confraria se hagan dentro de quince dias. Ibid., f. 19v. 281 Ibid., fs. 7v-8r. 282 Se trata de la losado (sic.) de la parte de arriba del bocal con todos sus materiales y fundamento[s], l[a] losada de la parte baxa con su materiales e fundamentos, la parte del caxero amedido (sic.) hazia el monte, la pared drecha de la parte de Belber, de la puente de Belber, la obra d´encima de la almanera (sic.) de Cabanillas, la obra de la mesma almanera de Cabanillas y la obra anadida del pontigo de Cabanillas. El resultado de la valoración es: los losados 5 ducados y 11 reales y 11 ducados respectivamente, el cajero añadido 7, siempre ducados, la pared del puente 22, la obra de encima de la almenara 13 y medio, la de la almenara misma 34 y el complemento del pontigo 27. Ibid., fs. 12v-13r. Los tasadores parecen unos artífices relativamente modestos, con una proyección puramente local, en consonancia con la no excesiva envergadura de las obras evaluadas. De Juan de Jaso o Ichaso ya nos hemos ocupado en la nota 167. Antón de Estrada era un cantero de origen francés procedente de Saint Simon que en junio de 1553 contrajo matrimonio con Francisca de Agramunt, vecina de Cabanillas, localidad en la que pasó a residir desde entonces. Todavía activo en 1585, participa, junto con otros técnicos, en la supervisión de la cabecera de la parroquia de la Asunción de Murchante. TARIFA CASTILLA, Mª Josefa, óp. cit., pp. 277 y 281, en nota. Confirmando lo anterior, en la documentación del Archivo del Sindicato se rastrea a Antón de Estrada como uno de los miembros del concejo de Cabanillas en 1559 y 1564, aunque sin caracterización de oficio. También en textos de dicha procedencia se constata que Miguel de Aya fue concejante de Cabanillas en 1557 y 1559, aunque de nuevo sin indicación profesional. No he podido dar con más información de este último constructor, aunque es posible que descienda de Martín de Aya, cantero tudelano difunto en 1549 en cuyo inventario de bienes -más bien humilde- se consignaron diferentes herramientas del oficio y una caja con libros viejos, TARIFA CASTILLA, Mª Josefa, óp. cit., p. 61. 283 Véanse, por ejemplo, notas 274 y 280.

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más importantes, atendida la atención que se le presta, es el de las paradas que, lucrándose de la ambigüedad de la concordia de 1552 en este punto, han debido proliferar mucho en Cabanillas y Fustiñana dando lugar a todo tipo de inconvenientes e importantes sustracciones de caudales. Victoria estatuye que deben hacerse únicamente con manta y tabla o tabla sola y no con rama, tierra, piedras o otros aparejos, que quedan prohibidos; la parada, una vez terminada de regar, debe ser desmontada quedando el curso que sea -escorrederos incluidosexpedito; no deben realizarse paradas allí donde se pueda regar sin ellas, para evitar tomar mas agoa de la que les cabe por su drecho284... Finalmente, el 2 de enero de 1563, el comisario, al que la materia le ha debido colmar la paciencia, decide tajantemente cerrar el bocal durante tres días y desmantelar todos los presales existentes en la madre, desembarazándola, ata que las dichas villas de Fustiñana y Cabanillas quisieren regar y estonçes las paren con manta y tabla. Además veda que ningún vecino de las dos villas sanjuanistas pare en la dicha cequia principal para regar donde no hubiere paradera hecha e impone que se ahonden los brazales, tanto quanto el pesso diere lugar, pues ha llegado a la conclusión de que, de este modo, en muchas partes, los terminos y herededes de las villas de Fustiñana y Cabanillas se pueden regar facilmente sin hazer tantas paradas para sacar el agoa de la dicha cequia. También prescribe que las represas de las que se alimentan los molinos de Cabanillas y Fustiñana, que son muy perjudiciables a la cequia y al discurso del agoa, en especial la que se haze para el molino de Cabanillas, que restaña y entibia (sic.) el agua hazi´atras en grande manera285, se dejen abiertas en el momento en que las muelas dejen de trabajar286. 284 A.S.R.C.T., col. facticia (despacho de secretaría), sin signatura, Declaraciones hechas por el licenciado Vitoria, comissario por su Magestad…, fs. 13v, 14r y 16r-v. 285 Está haciendo referencia a que el embalsamiento de agua necesario para mover el mecanismo molinar, que siempre es significativo, provoca un reflujo tan potente que desborda los márgenes de la acequia provocando su deterioro. Fue un problema muy común y uno de los motivos típicos de enfrentamiento entre molineros y regantes en el mundo tradicional. Vid. ejemplos valencianos medievales en GLICK, Thomas F., óp. cit., pp. 106108. Pero el retroceso del dique del molino de Cabanillas debía ser especialmente fuerte. En 1564, Domingo de Alço, cantero vecino de Tudela, testigo en un proceso sobre el que nos extenderemos más adelante, declara bajo juramento que, cuando se cerraba el entibo de ese molino, la agua bolbia atras y llegaba el restaño d´ella asta Belber, A.M.T., Protocolo notarial de Nicolás Pérez del Calvo, vecino de Tudela, 1565, p. 96. 286 A.S.R.C.T., col. facticia (despacho de secretaría), sin signatura, Declaraciones hechas por el licenciado Vitoria, comissario por su Magestad…, fs. 16r, 17r-v, 18r-v y 19r respectivamente. La eficacia de todas estas medidas, en el momento en que el comisario abandonó la escena, debió ser relativa. En 1564, en el contexto de un proceso por la responsabilidad de los daños producidos por un corrimiento de tierras en Cabanillas, que los navarros achacan a las filtraciones de la Acequia, la defensa de Tauste rebate esa interpretación con el argumento de que si agua o remojamiento alguno obiera de ser causa del dicho undimiento y quebrantamiento de la dicha riba, lo obieran seido las paradas y detençiones de agua que los dichos adversos (los vecinos de Cabanillas y Fustiñana) han hecho este

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Pero el comisario también se ocupa de dar normas para proteger la caja y los cajeros del paso de caminantes y caballerías y de los rebaños, que decreta no pueden pacer ni abrevar en la Acequia, eceto en los abrebaderos y endreceras señaladas al efecto. De mismo modo, establece el régimen para regar con buen orden, filla enpues filla, respetando los turnos, de suerte que no se pierda agoa. Dispone que los zabacequias de Tauste cumplan sus funciones -sigan el agoa en las dichas villas de Fustiñana y Cabanillas y puedan hazer executar las penas que allaren-, sin que los amenacen ni atemoricen, y contando necesariamente con la colaboración de los oficiales navarros, lo que da idea de hasta qué punto llegó a degradarse la situación. Para terminar definitivamente con la manipulación incontrolada de las compuertas del bocal -abundamos en lo mismo- ordena que se contrate, a cargo de las tres poblaciones y a voluntad de las mismas, una persona expierta para hacerse cargo de su gobierno; en su poder quedarán las llaves de las puertas de la cassa del dicho bocal y todos los aparejos que ay en la dicha cassa para lebantar y cerrar las puertas del dicho bocal, cuyo manejo, así como el acceso a dicha casa, queda proscrito a toda persona ajena287. Etc. De todo este cúmulo de noticias extraordinariamente rico, vamos a destacar dos por la importancia que tienen para la historia de la construcción. Gracias también al comisario, tiene lugar, el 20 de abril de 1561, un acto previsto en la cap. XVI de la concordia de 1552 para el anyo primero que principien a gozar (de riego) los de Tauste, en la primera crecida de Ebro, pero que, ya fuese por lo defectos técnicos detectados en 1557 o por las discordias e inestabilidad vividas los años pasados, todavía no se había celebrado: la grabación de la paradera de los Pozos de Cabanillas -que ya debe estar rehecha- de la marca que señalaba cuando los campos de la partida de ese nombre podían recibir riego. Así, el dicho señor comisario mando a mastre Joan de Landerry, maestro en canteria e que presente estaba, hiziesse e señalasse en la dicha paradera de los Poços con que crecida de agua havian de regar sus heredades los de la dicha villa de Cabanillas, el qual, cumpliendo con el dicho mandato…, hizo cierta señal… d´esta manera: dos dedos mas baxo de la segunda año passado, las quales lebantan el agua continuamente y estante d´ellas ocho palmos, y d´ellas nueve, d´ellas seis, como son la parada que ha havido este año entre la almenarilla de encima de Cabanillas y la dicha riba contenciossa, y la parada del Cabeçuelo, y la de la Muga, y la de la Peña, y la del Spartal y otras muchas paradas que en los terminos del un lugar y del otro estan hechas con piedra y tierra y rama, fixas y continuas, no las podiendo hazer, por las capitulas y sentençias, sino con tabla y manta y, acabado de regar, quitarla[s], y assi essa fuera causa muy prinçipal y evidente, A.M.T., Protocolo notarial de Nicolás Pérez del Calvo, vecino de Tudela, 1565, p. 67. 287 A.S.R.C.T., col. facticia (despacho de secretaría), sin signatura, Declaraciones hechas por el licenciado Vitoria, comissario por su Magestad…, fs. 16v-17r, 18r-v y 22r-v.

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filada del cuchillo o puntera de medio de la dicha paradera, de la parte de baxo hazia Cabanillas, en la pared hazia el monte, a donde se hizieron quatro agujeros en la dicha piedra con un pico de yerro288. El hecho, por lo que comporta, es de gran trascendencia y se realiza, aunque bajo la tutela del comisario, en presencia y con la aquiescencia de representantes de todas las partes involucradas289. Tiene un componente utilitario y positivo muy cierto, por supuesto, pero también un relevante contenido simbólico, pues significa, implícitamente, la inauguración de las funciones de la Acequia de forma reglada; en cierto modo, el reconocimiento oficial -por fin- de su puesta en marcha. A este respecto, conviene llamar la atención sobre el ejecutor directo de la marca, Juan de Landerri, maestro de canteria, alguien que, considerando la gravedad de la ocasión, en una época tan obsesionada por la procedencia y las formalidades como es el Antiguo Régimen, no puede ser un operario vulgar. Con toda probabilidad se trata de uno de los responsables técnicos de la obra, tal vez el de máximo nivel, un tema sobre el que, más allá de conjeturas, no sabíamos hasta ahora absolutamente nada. Es perfectamente posible. Juan de Landerri -o de Landerrain, a veces290es el nombre de dos alarifes, padre e hijo, que sobresalieron en el panorama 288 Ibid., f. 24r-v. 289 Los onorables Miguel Sancho de Ayerbe y Miguel de Ayerbe, mayor de dias, Christobal de Artieda, procuradores de la villa de Tauste, Joan Mays, Jheronimo Cabero, procuradores de la villa de Fustiñana, y Pedro Verges, procurador de la villa de Cabanillas, y Pedro Milagro, alcalde al presente en la dicha villa de Cabanillas, y en lugar del señor de Canduero para el dicho efecto fue nombrado a Christobal de Artieda por el dicho comisario, a boluntad de todos los dichos procuradores, por quanto el dicho señor de Canduero estaba ausente d´este Reyno y no podia benir al presente a entender en el dicho negocio y por ebitar costas, y Joan de Aybar, teniente de alcalde de la villa de Fustiñana, por Pedro Nabarro, mayor, todos juntos, unanimes y conformes y presentes en la dicha endreçera, a una con el dicho comisario… Ibid., f. 24r-v. De todo este listado, destaquemos a uno de los apoderados de Tauste, Cristóbal de Artieda, que ha seguido muy de cerca el desarrollo de los acontecimientos y, probablemente, sea uno de los padres del proyecto: además de en esta ocasión, ha representado a Tauste en el otorgamiento de las concordias de 1552 y 1557 e incluso comparecido en 1559 ante el concejo de Cabanillas, en calidad de jurado de la aragonesa, en la fallida tentativa de presentación de los zabacequias taustanos. Véanse las referencias supra. Es más, su relación de complicidad con otro de los grandes implicados, el señor de Canduero -vid. nota 257-, es pública y notoria, como queda patente en el antedicho acto de 1561. Los Pérez de Artieda son una destacada familia de notables locales en los siglos XVI y XVII, PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “Intervención de la monarquía en los asuntos municipales…”, óp. cit., nota 70. 290 A no confundir con otra estirpe coetánea de canteros, también apellidada Landerrain, arraigada en el vecino pueblo de Los Arcos (Navarra) a partir de 1561, cf. PASTOR ABÁIGAR, Víctor, “Fábrica parroquial de Santa María de Los Arcos. Vicisitudes histórico-arquitectónicas de sus dependencias”, Príncipe de Viana 193 (1991), pp. 15-52. Pertenecen a ella algunos de los profesionales de la construcción más renombrados por entonces en el reino de Navarra, cf. ECHEVERRÍA GOÑI, Pedro Luis, y FERNÁNDEZ GRACIA, Ricardo, “Arquitectura”, en FERNÁNDEZ GRACIA, Ricardo, et alii, El Arte del Renacimiento en Navarra, Pamplona, Gobierno de Navarra, 2005, pp. 75-184. Cabe sin embargo reprochar a estos autores la atribución de obras a los Landerrain navarros que en realidad se deben a sus homónimos aragoneses, cf. ibid., p. 118.

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de la arquitectura aragonesa del siglo XVI como dos artífices especialmente competentes y afamados. El padre, natural de Rexil (Guipúzcoa), desarrolla su carrera en el segundo tercio de la centuria. Tras residir un tiempo en Zaragoza, se traslada a las Cinco Villas hacia mediados de siglo, donde lleva adelante sus obras documentadas más importantes. En 1550 contrata la erección del magnífico claustro de la iglesia parroquial de Santa María de Uncastillo. Más tarde trabaja en el del convento de las benedictinas de Jaca. Y desde 1554, año en que sabemos que está avecinado en Sádaba, dirige la ampliación y reforma del templo de San Martín de Uncastillo, que todavía le mantiene ocupado en diciembre de 1557, momento en que se declara morador de esta última localidad. Juan de Landerri, el joven, cuya figura se confunde con la de su padre al principio de su trayectoria, no es un profesional menos destacable. Nacido hacia 1531, mantiene la vinculación con las Cinco Villas heredada de su progenitor, apareciendo a lo largo de su vida en diferentes ocasiones como vecino de Sádaba y Uncastillo. Trabaja en diversos templos y edificios religiosos, como era casi inevitable en su época, y es el responsable de la factura de la esplendida casa consistorial de Uncastillo, que data de 1568. Pero concentra el grueso de su actividad en obras de ingeniería, sobre todo hidráulica, lo que resulta especialmente interesante para nosotros. En esta especialidad interviene, junto con otros maestros, en proyectos tan importantes como la fábrica del puente sobre el río Huerva, junto a la zaragozana Puerta Quemada (1575), la del de Burbáguena, en el Jiloca (1576), también la del puente de Monzón, sobre el Cinca (1577), y la de otro que pasaba el Gállego, en el término de Zaragoza (1578), la remoción del camino de Zaragoza a Fuentes de Ebro (1578) y la construcción de la estanca de Castiliscar (1580)291. Además, se da la circunstancia de que en la biografía de estos dos técnicos existía hasta hoy un vacío entre 1557-1566 que la noticia antes expuesta permite empezar a llenar. Seguramente no se trataría del hijo, que en 1561 tendría unos treinta años, una edad, en principio, demasiado temprana para que le fuese adjudicada una contrata de enjundia. Juan de Landerri, mayor, un 291 Una semblanza de estos dos personajes, junto con la relación detallada de las referencias documentales que hasta ahora se tenía de ellos, en MARTÍNEZ VERÓN, Jesús, Arquitectos de Aragón. Diccionario histórico, Zaragoza, I.F.C., 2000-2001, voces correspondientes. Para los negocios hidráulicos, véase, más específicamente, BLÁZQUEZ HERRERO, Carlos, y PALLARUELO CAMPO, Severino, óp. cit., vol. II, pp. 609-615.

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profesional maduro y con prestigio, es el candidato más idóneo. No obstante, desconociéndolo todo acerca de la entidad de las obras que se estaban llevando a cabo entonces, lo más prudente es no dar nada por sentado. Sí en cambio parece seguro que la participación de Landerri, fuese padre o hijo, tuvo lugar con posterioridad al arranque de la Acequia en 1553. La juventud del uno y la arduas ocupaciones del mayor hasta, como mínimo, 1557 así lo sugieren. Entre los dos tramos temporales de las declaraciones del licenciado Victoria que tenemos documentados -abril de 1561 y a partir de fines de octubre de 1562- se verifica un hecho de entidad: en algún momento a lo largo de este lapso Tauste pone la Acequia en manos de Pedro Gómez de Peralta, un infanzón vecino de Tudela. Si en 1561 no se le nombra ni una sola vez, en los apuntes de 1562 aparece de forma sistemática como procurador de Tauste y responsable plenipotenciario de sus derechos y obligaciones292. No es para menos pues, sobre el papel, ha comprado la Acequia. El 3 de enero de 1563 este personaje comparece ante el comisario y le solicita que, sin enbargo que de ante tenia presentada ante el dicho comisario su titulo de compra y venta, cession hecha en su favor por los dichos de Tauste sobre la dicha cequia y todas sus pertinencias anexas y conexas a ella, presento su pedido le admitiesse, en nombre propio y como señor de la dicha cequia, en todos los hussos y probechos que d´ella tenian y habian los dichos de Tauste, y no en mas ni allende, antes que fuesse hecha la dicha benta y cesion en favor del dicho Pedro Gomez293. Habida cuenta que de este cambio de titularidad no queda el menor rastro a los pocos años -ya en la década de 1570-, es evidente que no se trata más que de un acto formal, una garantía del verdadero trato al que ha llegado con el concejo de Tauste. No tengo noticia de su contenido exacto, pero cabe conjeturarlo con razonable verosimilitud. Ya hemos comentado en diferentes ocasiones que, históricamente, la inversión necesaria para la construcción o remoción de infraestructuras hidráulicas a nivel municipal o intermunicipal era excepcionalmente alta, un autentico handicap no siempre al alcance de las haciendas de los interesados. De ahí que en ocasiones resultase inevitable recurrir a los servicios de un inversor o promotor capaz de allegar los capitales necesarios a cambio de hacerse con la 292 La frase Tauste o en su nombre Pedro Gomez de Peralta se repite una y otra vez. 293 A.S.R.C.T., col. facticia (despacho de secretaría), sin signatura, Declaraciones hechas por el licenciado Vitoria, comissario por su Magestad…, fs. 15v-16r. El comisario admite la presentación pero no se compromete: le devuelve la escritura y se inhibe, evacuando al Consejo Real de Navarra la deliberacion y declaracion sobre si el dicho Pedro Gomez debe ser admitido por tal, en virtud de su dicho titulo.

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gestión directa de las instalaciones, lo que llevaba aparejada la obtención de sus márgenes de explotación, los cuales normalmente se incrementaban ex profeso para la ocasión. Este modelo, que surge en fechas tempranas, perdurará hasta fines del Antiguo Régimen. En la Alta Edad Media era un ámbito dominado por las Órdenes Militares, como veíamos al principio de estas páginas, pero a partir del ocaso medieval la primacía va a pasar a capitalistas y empresarios de extracción burguesa, a tono con la evolución general de la estructura socioeconómica. Para el siglo XVI aragonés contamos con un espléndido ejemplo de este tipo de convenios: en 1577 los vecinos de Pina de Ebro, que han sufrido importantes pérdidas en las cosechas en los últimos años a causa del mal servicio del azud con el que riegan su huerta, que está demasiado alto, careciendo de aquella inteligencia que conviene al caso -y seguramente tampoco de los medios precisos-, optan por arrendar a perpetuidad la administración de su red hidráulica a Martín Ruiz de Moros, infanzón domiciliado en Alcañiz, al que se comprometen a pagar una crecida alfarda, cuatro reales por cada cahizada de tierra; a cambio el arrendatario deberá impulsar las obras y reparaciones necesarias para satisfacer la única condición que se le impone: darnos… agua bastante y continua todo el año, perpetuamente, para regar dichas heredades de la guerta que agora estan en labor y las que rocaremos de aqui adelante en los sotos del dicho lugar… y assi mesmo el campo de Concejo del mesmo lugar294. El contrato de Tauste con Pedro Gómez de Peralta debió de ser algo parecido, aunque en esta ocasión se recurrió a la figura de la enajenación, impuesta seguramente por el tomador para dar más seguridad a una operación que debía comprometerle jurídica y pecuniariamente de forma importante; un expediente que, en aquel tiempo, no era inusual. El pacto debió de formalizarse a fines de primavera o principios de verano de 1561 pues para la escombra de ese ejercicio, que de acuerdo con la concordia de 1552, debía comenzar el día de Santiago (25 de julio), estaba ya vigente: el 3 de noviembre de 1562 Pedro Gómez reclama al licenciado Victoria haver linpiado al año de sesenta y uno en la cequia, a su costa, en los terminos de la dicha villa de Fustiñana, d´ende el molino que al presente muele hasta el partidero de la puente de la Serna, algo que no le correspondía -al menos por entero- y de lo que solicita la compensación apropiada295. A partir 294 SAN VICENTE PINO, Ángel, óp. cit., doc. 51, pp. 429-434. 295 A.S.R.C.T., col. facticia (despacho de secretaría), sin signatura, Declaraciones hechas por el licenciado Vitoria, comissario por su Majestad…, fs. 2v-3r. El comisario ordenará medir el tramo resultando 1.650 varas, algo menos de 1.300 ms.

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de ese momento el tudelano asume los compromisos de Tauste en relación a la Acequia en su totalidad. En esta calidad aparece en las declaraciones del comisario de 1562 y 1563 en relación a las obras y entretenimientos, tanto ordinarios como extraordinarios, que hemos repasado anteriormente. Pero, obviamente, el núcleo principal de su compromiso era otro de mayor calado. El cuadernillo de las declaraciones lo identifica perfectamente como ya realizado en los últimos meses de 1562: el aondamiento de la Acequia, que ha debido de ser muy importante, pues ha implicado el derribo de algunos anejos, como el de cierto juchidero o abrevadero en Fustiñana296, y obligado al comisario a estudiar la posibilidad de bajar la antedicha señal de la parada de los Pozos a una cota inferior297. Otra fuente que nos informa de este acontecimiento es la causa compromisal que se instruye en los dos últimos meses de 1564 a causa del hundimiento de cierta riba, cerca de Cabanillas, que ha provocado desperfectos en una casa y tres corrales situados sobre ella, propiedad de vecinos del lugar, y ha cegado parcialmente la Acequia 298. Los navarros imputan este desplome al reciente agrandamiento del curso -aquí se habla tanto de profundización como de ensanchamiento-, que ha socavado el pie de las peñas en que se apoyaba dicha riba299. En consecuencia, invocando el cap. XXIIII de la concordia de 1552, que preveía precisamente este tipo de incidentes, revindican que la aragonesa corra con todos los gastos del desescombro subsiguiente, la fortificación del cauce 296 Por el que ese concejo reclama a Tauste los 15 reales empleados en su restauración en un pase de cuentas que tuvo lugar a fines de 1562, ibid., f. 15r. 297 Aunque no llega a tomar la decisión. El 18 de diciembre de 1562, atendido que la dicha villa de Tauste, o en su nombre el dicho Pero Gomez de Peralta, an aondado la dicha cequia, el dicho señor comisario mando que la parada de los Poços del termino de la villa de Cabanillas por agora, quede assi, e si los dichos de Cabanillas no pudiesen regar [e] agoar dando a la señal que por el dicho señor comisario esta mandado hazer y hecha en los tiempos y crecidas que ellos acostumbran regar y suele subir la dicha agoa hasta la dicha señal, que en tal caso, se aya de baxar la señal un palma mas abaxo en la dicha paradera, ibid., f. 8v. 298 El original en A.M.T., Protocolo notarial de Nicolás Pérez del Calvo, vecino de Tudela, 1565, pp. 46-110. El Archivo del Sindicato custodia una copia de 1847 certificada, como siempre, por Francisco de Paula Anchorena, en caja 197, sin signatura, Azequia nueba. Tudela. Navarra. Año 1565, 5 y 6. Causa compromisal y sentencia arbitraria entre las villas de Tauste, en Aragon, Fustiñana y Cavanillas… (en el dorso), s.f. Según BLÁZQUEZ HERRERO, Carlos, y PALLARUELO CAMPO, Severino, óp. cit., vol. I, p. 338, pervive en estos mismos archivos otro proceso coetáneo por la misma razón, pero entre Tauste y Buñuel. No lo he encontrado por ninguna parte. Pienso que debe ser un error y tratarse de este mismo. 299 La acción de las acequias, combinada con la del propio río, debían hacer este tipo de sucesos relativamente corriente en la llanura fluvial del Ebro. En el propio proceso se recuerda el desplazamiento muchos años ha, mas hazia Tudela, (de) otro pedaço de riba, y el más reciente, de hace un par de años, de la riba del Congosto de Fustiñana, que huyo por falta de pie y por remojamiento de agua, que se escorrio y huyo mas de cinquenta passos hasta internarse en el Ebro, A.M.T., loc. cit., pp. 66 y 93.

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en este punto y el pago de las procedentes indemnizaciones. Pedro Gómez de Peralta, que como no podía ser de otro modo, representa a Tauste en la causa, declina toda responsabilidad. Desde su punto de vista, el derrumbe ha sido un fenómeno natural, agravado en todo caso por las malas prácticas de los propios vecinos de Cabanillas, que -según él- levantan paradas de forma incontrolada, hacen estercoleros cerca de la regadera y guían la evacuación de pluviales de su caserío de la peor forma posible, favoreciendo la propagación de humedades en detrimento de la preservación de la Acequia300. En el proceso testifican personas que han tenido conocimiento muy directo de la ampliación, como por ejemplo Pedro de Aibar, que es el casero de Belver, o Francisco Laporta, labrador de 34 años, vecino de Biel, pero de presente abitante en el bocal de la Cequia Inperial de su Magestad, el cual de siete años a esta parte, a andado y passado por el lugar de los hechos muchas y dibersas vezes. Algunas incluso participaron en la obra, como Pedro Vetalla, un cantero de unos cuarenta años de edad natural de Toulouse -Tolosa, que es en Francia-, Domingo de Alço, otro cantero de más de sesenta años, y el fustero cincuentón Martín Catalán, los tres residentes en Tudela301. Sus declaraciones son prácticamente unánimes en señalar que dichas obras tuvieron lugar hace unos tres años, coincidiendo con los artículos de la defensa de Pedro Gómez, que precisan que la Acequia se labro el año de sesenta y uno302. También ofrecen indicaciones estimativas de su entidad: según el casero de Belver supuso una profundización, al menos en la zona de la riba contenciosa, de asta una rudilla de pierna de honbre de hondo; de forma acorde, Francisco Laporta habla de dos palmos, poco mas o menos303. Considerando que en 300 La sentencia, promulgada el 30 de diciembre de 1564, se inclinará por la tesis de Tauste y decretará que las expensas se cubran entre las tres villas en los porcentajes acostumbrados, ibid., pp. 105-106. Los árbitros que la emiten son los licenciados Victoria -que ya conocemos- y Corella, ambos vecinos de Tudela. 301 Son personajes oscuros cuyo papel debió reducirse al de simples oficiales subordinados. De Pedro Vetalla no he podido localizar ninguna noticia adicional. Tampoco de Domingo de Alço, aunque sí de un posible descendiente suyo homónimo, vecino de Cabanillas y también cantero, que en 1589 fiscaliza la fábrica del hospital de Nª Señora de Gracia de Tudela y en 1591 es contratado para realizar ciertos trabajos en el monasterio de la Oliva, TARIFA CASTILLA, Mª Josefa, óp. cit., pp. 58, 150, 320 y 441. Sí en cambio he podido documentar al fustero ocupado en la carpintería y ensamblaje -que no la talla- de ciertos retablos de Tudela y Fustiñana en las décadas de 1540 y 1560, CRIADO MAINAR, Jesús Fermín, “Relaciones entre la Ribera de Navarra y Aragón durante la época del Renacimiento”, Cuadernos de la Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro 3 (2008), Presencia e influencias exteriores en el arte navarro, p. 225, y, del mismo, Las artes plásticas del Segundo Renacimiento en Aragón. Pintura y escultura, 1540-1580, Centro de Estudios Turiasonenses, Tarazona, 1996, pp. 282 y 479. Martín Catalán manifiesta en el proceso que, durante las últimas obras de la Acequia, intervino en la construcción de la parada del Espartal, por mandado del dicho Pedro Gomez; recuerda que tenía ocho o nuebe palmos de alto (p. 94). 302 A.M.T., loc. cit., p. 66. 303 Ibid., pp. 78 y 80.

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este tramo de la cárcava las paradas más altas -ya terminadas las obras- son de ocho o nueve palmos304, lo que indica que la cota total de la Acequia no debe ser mucho mayor, podemos calcular, grosso modo, que la iniciativa promovida por Pedro Gómez ha supuesto, solo por este concepto, un aumento de las posibilidades de captación potencial, como mínimo, en un 25 %305. En conjunto sería bastante más, pues a lo anterior habría que sumarle el incremento por el ensanchamiento de los márgenes, que no tenemos forma de cuantificar. El litigio, del mismo modo, nos confirma que la obra respondía única y exclusivamente a los intereses de Tauste y que, al respecto, la inhibición de Cabanillas y Fustiñana fue completa306. Finalmente, nos acredita un detalle, por desacostumbrado, muy interesante. La defensa de Pedro Gómez, para demostrar sus tesis, echa mano de todo tipo de elaborados razonamientos. Uno de ellos parte del hecho de que la Acequia, en el pasado, circulaba a un nivel tan bajo o más que el actual con lo que, en buena lógica, la avalancha, de obedecer a la acción del caz, tendría que haber sucedido mucho tiempo atrás y, si no lo había hecho entonces, es que la sangradera no había tenido nada que ver con la del día. Y para demostrarlo saca a colación que durante los recientes trabajos salieron a la luz, en el fondo de la angostura, antiguas construcciones hidráulicas soterradas y otras señales de un cauce más profundo, algo que es corroborado por dos de los testigos que participaron en las obras307. Podrían ser restos de la Acequia del Cuatrocientos. Es factible, incluso, que de la anterior y

304 Era la altura de la del Espartal, en Fustiñana, y la de otras en dicho término y en el de Cabanillas, vid. notas 285 y 301. 305 ¿A sumar a las 8 muelas en que se calculaba el caudal máximo en la concordia de 1552? Probablemente no lo sabremos nunca de forma segura. 306 Dice el procurador de los navarros: los dichos de Cavanillas y Fustiñana no son tenidos ha los dichos ensanches y afondamientos, ni han tenido ni tienen necessidad d´ellos, ni de que se hiziesse el de la dicha cequia… y aquello hizieron los de Tauste por su provecho, A.M.T., loc. cit., p. 70. 307 En sus propias palabras: porque clara y manifiestamente se ha visto en la dicha cequia, por los que la ahondaron y por los edificios que en ella se hallaron, haver estado mas honda la dicha cequia d´ende el bocal d´ella hasta Cabanillas y d´ende alli hasta el Congostillo, en el termino de Fostiñana, como consta por un partidero de aguas que se hallo en derecho de la viña de Belber, con sus regatas y cuchillos para poner tajaderas, y assi bien por la çequia que venia abierta por las Peñas, d´ende debaxo de los Poços hasta junto a la dicha riba contençiosa que, aunque no venia tan ancha, venia tan honda y mas que no ahora. Más adelante, añade que se encontraron en el término de Fustiñana, de forma similar, otros edificios de repartimientos de agua con regatas para tajaderas sumidos debaxo del suelo de la çequia, despues de hecho todo el ahondamiento de la cequia ultimo… en special, se hallo el dicho edifficio a sesenta passos, poco mas o menos, de la paradera del Spartal. Ibid., pp. 65-66 y 67-68. Los testigos que ratifican estos extremos son Martín Catalán y Domingo de Alço, en ibid., pp. 93 y 95-96.

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hasta más probable, a tenor del abandono que se insinúa308. De cualquier modo, queda patente que el recorrido de la Acequia debió de variar muy poco con el correr de los siglos, remitiéndonos a la particular persistencia y perdurabilidad de los itinerarios hidráulicos tradicionales, algo de lo que ya hemos tropezado con otras evidencias anteriormente: el bocal siempre entre Mosquera y el Congosto de Cabanillas, cerca de Belver, desde los orígenes más remotos, la asunción poco menos que íntegra del trazado de la Acequia de Cabanillas y Fustiñana en el de la taustana, denunciado en 1557 como un incumplimiento de lo convenido en 1552… Pero volviendo a la expansión de la conducción ¿Qué poderosa razón empujó a la villa de Tauste a considerar tan apremiante la necesidad de acrecentar el suministro de agua como para recurrir al concurso de este emprendedor tudelano, que no cobraría baratos sus servicios? ¿La cortedad de lo que ya recibía a causa de las, desgraciadamente, habituales lacras técnicas? ¿La ambición de dilatar el perímetro regado? Podría ser. Pero dentro de todas las posibles causas justificativas de un alza de la demanda de agua para estos años solamente contamos con indicios ciertos de una, aunque es imposible de momento aquilatar cual fue su influencia en la gestación del proceso, ni siquiera si fue realmente causa o más bien consecuencia sobrevenida del mismo: la instalación en Tauste de un molino de regolfo. Dentro de las construcciones históricas que subsisten hoy en día en el entorno del Canal de Tauste, una de las más impresionantes es el edificio del antiguo molino de Tauste, propiedad en la actualidad del Sindicato de Riegos. Se encuentra a poca distancia de la localidad, en la margen izquierda del Arba, junto a la carretera Tauste-Pradilla (véase Mapa 2). Aunque muy modificado posteriormente, Blázquez y Pallaruelo, a partir del análisis de su estructura y elementos, están seguros de que en origen fue de regolfo y que fue erigido durante el periodo renacentista, hacia la misma época que la Acequia de Tauste309.

308 La ruina de la Acequia de Tauste a fines del siglo XV no debió afectar al funcionamiento del tramo de Cabanillas y Fustiñana, y si lo hizo fue transitoriamente. El colapso del azud de la primera Acequia de Cabanillas y Fustiñana en torno al 1400 -o antes- sí implicó en cambio una inhabilitación prolongada del sistema, como mínimo de cuarenta o cincuenta años, hasta la toma del testigo por Tauste a mediados de la centuria, vid. supra. 309 BLÁZQUEZ HERRERO, Carlos, y PALLARUELO CAMPO, Severino, óp. cit., vol. I, pp. 298-299.

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El molino de regolfo es una invención técnica que surge, justamente, a mediados del siglo XVI y posiblemente en Aragón, donde su difusión fue rapidísima. En los veinte años siguientes a 1555 sabemos seguro que se obraron ejemplares en Pina, Huerto -sobre el Alcanadre-, Daroca, Zaragoza y Calatayud y, ya entrando en el terreno de las probabilidades, en otros lugares, entre los que se cuenta Tauste. Sus principales ventajas, con respecto a los mecanismos de molturación preexistentes, eran que permitían aprovechar pequeños desniveles totalmente inviables con los tipos tradicionales, lo que les hacía especialmente apropiados para las rasas llanadas de la Depresión del Ebro, y su gran productividad, que podía multiplicar, llegado el caso, varias decenas de veces la de los sistemas anteriores. Sus inconvenientes: que su construcción exigía una inversión importante y que requerían grandes caudales310, lo que nos conecta con el aondamiento taustano de 1561. Además, el molino de Tauste está situado lejos de la bocana de la Acequia, a más de 35 kms., lo que induce a potenciar la extracción de aforos, so pena de que el caudal, tras las pérdidas por capilaridad en un trayecto tan largo y los sucesivos sangrados de los brazales tributarios, no sea suficiente para accionar los rodeznos salvo, acaso, durante los periodos de grandes crecidas, que tal vez es lo que sucediese con anterioridad a 1561. La intervención de Pedro Gómez de Peralta dejó positivamente cabos sueltos. Era imposible no hacerlo en una obra tan compleja como ésta, sujeta además a circunstancias cambiantes, el azar de los caprichos del río y los barrancos, el clima y la erosión, cuando no los desasosiegos de los hombres. Pero, ciñéndonos a lo esencial, podemos afirmar que, tras ella, la Acequia de Tauste había adquirido, para mucho tiempo, su fisonomía definitiva.

310 Los costes del de Daroca, erigido entre 1564 y 1566, fueron calculados en un memorial de 1577 entre 140.000 y 160.000 ss. j., tal vez con cierta exageración. Solamente los gastos iniciales del encargado por el concejo de Zaragoza, que fue realizado entre 1566 y 1570, se elevaron a más de 106.000 ss. j. Para todo lo relacionado con los molinos aragoneses de regolfo del Quinientos véase ibid., pp. 249-307. Para el de Daroca vid. más específicamente MATEOS ROYO, José Antonio, “Política municipal y desarrollo tecnológico en el Aragón del siglo XVI: el Molino Nuevo de Daroca”, Llull 42 (1998), pp. 701-724.

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Esta es la historia de los orígenes del Canal de Tauste hasta donde dan de sí las fuentes disponibles. Hemos echado mano a materiales muy diversos para armarla, incluso algunos no fiables del todo, lo que nos ha obligado a autenticas disecciones para tratar de averiguar lo que había de verdad en ellos. Aun así, a nadie se le debe escapar que el relato tiene lagunas y que, en ocasiones, su urdimbre está meramente sujeta con deslavazados hilvanes. Con todo, es más que suficiente para dar testimonio de la pugna secular y titánica de unas comunidades ribereñas del Ebro, que pueden pasar por representativas, por conseguir el acceso al agua y del ardor de esa lucha. Los desmesurados sacrificios que implicó, las rudas pasiones que desató, las divisiones y rencores que generó, los inmisericordes oportunismos que inspiró, la superación de los obstáculos que se sucedían… Todo se justificaba y todo se soportó, sin desmayo, una generación tras otra, desde la más porfiada obstinación, denotando la importancia de lo que había en juego. Para terminar, una frase de Joaquín Costa que, aunque está dedicada a Tauste, pienso que bien puede aplicarse, de un modo u otro, a todos los actores que intervinieron en esta gran obra hidráulica histórica: la ejecución del Canal acredita a esta villa de heróica en el más alto grado y es un ejemplo de virilidad y fortaleza que la generación presente haría bien en emular311.

311 COSTA, Joaquín, Política hidráulica (misión social de los riegos en España), Madrid, Biblioteca J. Costa Martínez, 1911 (uso la reed. de Madrid, Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, 1975), p. 139.

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Apéndice documental 1 1458, mayo, 23.

Zaragoza.

Juan II, rey de Navarra, como lugarteniente del rey de Aragón, encomienda a Juan de Sada, habitante de Tauste, la terminación de la acequia de Tauste dotándolo de los poderes correspondientes. A.C.A., Cancillería, Registro 3317, f. 103r-v.

/103r/ Ville Thausti super reparanda çequia. Don Johan etc., al amado nuestro Johan de Sada, habitant en la villa de Tahust. Salut e dilection. Porque somos informados que´l no dar perfection a la çequia nuevament construyda por los hombres de la dita villa de Thaust, no sin grandes trabaios e despesas de la dicha villa, officiales e singulares de aquella, es dar occasion a la destruction, depopulation e irreparable danyo de la dicha villa e hombres de aquella, assi como dar perfection e acabamiento a la dicha cequia, haviendo consideracion a los fines e efectos por los quales se faze, es grant servicio del senyor rey e dar grandissima causa e avinenteza no solament a la conservacion de la dicha villa, mas encara en fazerla augmentar en vezinos e pobladores en assaz grant numero e encreçer los drechos e regalias que´l senyor rey ha e debe haver en aquella, a lo qual dan turbacion e storbo algunos singulares de la villa susodicha movidos por algunas proprias passiones, interesses e malos zelos, /103v/ lo que, como dicho es, grantment redunda en deservicio del dicho senyor rey e danyo de la dicha villa e hombres de aquella, nos, por aquesto, querientes obviar a tanto inconvenient e danyo, por respecto del servicio del senyor rey e beneficio de la dicha su villa, confiantes de la fe, lealdat e prohombria de vos, dicho Johan de Sada, vos dezimos, acomandamos e mandamos scientment e expressa que fagades acabar la dicha cequia compelliendo ad aquello fazer a todos los officiales e hombres, concello e universidat de la dicha villa e singulares de aquella por mandamientos simples e penales e en otra manera segunt visto vos sera, e si alguno o algunos ni havra

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contradictores, aquellos tales forçedes e compellezcades a contribuyr e pagar en l´acabament e perfection de la dicha cequia e puentes de aquella por exaction e exequcion de la dichas penas e encara por captiones de personas e por todos los otros remedios e compulsiones que vistas vos seran, por forma que el agua de Ebro passe sobre la Arba e riegue los terminos de la dicha villa, car nos en e sobre todas e cada unas cosas sobredichas e infrascriptas, con las incidientes, dependientes e emergientes de aquellas e ad aquellas annexas e connexas en qualquiere manera, vos acomandamos el poder e vezes del dicho senyor rey e nuestro plenament con la present, por la qual mandamos a los justicia, jurados e otros officiales, conçello e hombres buenos de la dicha villa de Tahust e a cada uno d´ellos, dius pena de mil florines, que en las sobreditas cosas obedezcan a vos, dicho Johan de Sada, e a vuestros mandamientos e aquellos cumplan e exsigan como los del senyor rey e nuestros, e no res menos vos den en la execution de las dichas cosas el concello, favor e ayuda que menester huvieredes e por vos les sera demandado, cada e quando por vos o por parte vuestra aquellos o alguno o algunos d´ellos requeridos ne seran. Dada en Caragoça a vint e tres dias de mayo en el anyo de la Natividat de nuestro Senyor mil CCCC LVIII. El rey Juan.

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2 1474, junio, 21.

Barcelona.

Juan II, rey de Aragón y de Navarra, concede a perpetuidad el azud realizado en el Ebro por la villa de Tauste, situado entre la partida de la Mosquera del término de Tudela y el barranco del Congosto, a Pierres de Peralta, condestable de Navarra y conde de San Esteban, para que pueda regar las posesiones de su casa de Belver. A.S.R.C.T., col. facticia (despacho de secretaría), sin signatura. Copia simple de mediados del siglo XIX firmada por Francisco Sepulveda como interventor, a partir a su vez de otra copia. Un bifolio. Sello de tinta del Distrito de Zaragoza. Caminos, Canales y Puentes (más otro posterior de Tauste. Sindicato de Riegos del Canal)312. Publ.: PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel, “Intervención de la monarquía en los asuntos municipales…”, óp. cit., doc. 3 (con algunas diferencias de transcripción).

Don Johan, por la gracia de Dios, rei de Aragon e de Navarra, de Sicilia, de Vallencia, de Mallorquas, de Cerdenya, de Corcega, conde Barcelona, duque de Athenas e de Neopatria i, encara, conde de Rosellon i de Cerdanya, a cuantos las presentes letras nuestras veran et oiran, salut. Digna cosa arbitramos, que la dignidat real sea libera e pronta a facer gracias e mercedes ad aquellos que meritos de v[ir]tudes adornan, mayormente que por servicio de su rei e senor, con pronto animo, ponen personas e bienes a todo p[er]iglo e arrisque, e nos, conociendo e avyendo en memoria los muy luengos, continuos e agradables servicios e grandes trabajos que con sincera boluntad el egregio noble, magnifico, fiel e bien amado nuestro mossen Pierres de Peralta, condestable de Navarra, conde de Sant Esteban, a fecho e face de cada dia e no menos co[n]ffiamos en adelante fara, queriendole los servicios tan grandes en alguna manera 312 La mención de autoridad es, textualmente: al folio 417 del copiador de reales ordenes -de la Administración del Canal Imperial de Aragón- se halla escrito el siguiente: real privilegio concedido por don Juan de Aragon i Navarra en 1474 al condestable mosen Pierres de Peralta, haciendole merced del azud i presa de Tauste, original que existe en el archivo de don Francisco Arnedo i Antillon: legajo 33, letra Nu, numero 18. Francisco Arnedo y Antillón era desde 1806 propietario de la casa de Belver, por compra a los Duques de Granada, YANGUAS Y MIRANDA, José, óp. cit., p. 72. La copia que manejamos no es de muy buena calidad, aunque esto probablemente no sea achacable tanto al autor del presente documento, como al responsable de la transcripción incluida en el copiador de reales ordenes. El contenido general es reconocible, pero se perciben fácilmente deficiencias: falta de desarrollo de determinadas abreviaturas, malas lecturas e incluso, en ocasiones, omisiones. No obstante, para facilitar la legibilidad y no perdernos en un mar en conjeturas, señalaremos solamente los defectos -y las propuestas de lectura correspondiente- más importantes y/o evidentes. No tengo noticia de que este copiador se conserve actualmente en el Archivo del Canal Imperial. Debió perderse a fines del siglo XIX o comienzos del XX. FERNANDEZ MARCO, Juan Ignacio, óp. cit., p. 84, en nota, menciona ciertas notas inéditas de Andrés Giménez Soler (1869-1938) que lamentaban la desaparición de ciertos tomos de ese Archivo donde se copiaron los privilegios hidráulicos de Zaragoza. A fines del siglo XVIII la prolongación de lo que hoy es la Acequia Real del Turia suscitó tantas dificultades (tumultos, destrucción de obras, pero, sobre todo, un sinfín de pleitos) que Casamayor, Juez especial de la misma, secuestró todo el Archivo de la Acequia, hoy totalmente ilocalizable, GUAL CAMARENA, Miguel, óp. cit., p. 76. Una curiosa coincidencia.

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remunerar, agradezer, dar galardon e premio d´ellos, a fin que en adelante aya mejor voluntad e otros tomen ejemplo e se animen e esfuerzen a bien serbir, por los respe[c]tos susodichos e otras evidentes e claras cosas que por servicio nuestro face e a fecho, con e por thenor de las presentes, de nuestra cierta sciencia e auctoridat real, a dicho mosen Pierres de Peralta, condestable, avemos fecho, otorgado e dado, facemos, otorgamos e damos, gracia e merced perpetua, p[ar]a´gora e p[a}ra siempre ja/mas, p[ar]a sus fijos legitimos herederos e p[ar]a los legitimos decendientes o causa ovientes d´el o d´ellos, en la mejor forma e manera que a utilidat, seguridat e probecho d´el o d´ellos, por drecho o fecho, se puede o debe decir o interpretar [e] conviene, a saber, de la propiedat entera e del azud llamada (sic.) de Taust, que a nos e a nuestros sucessores pertenece o pertenecer puede e deve o devera, no obstant que los del dicho lugar de Taust hayan fecho el dicho azud o presa, la avemos seydo bien informados e certificados como los del dicho lugar de Taust en manera nenguna pueden ni podrian gozar ni se aprobechar del dicho azud p[ar]a el fin que dada les fue gracia e permiso de lo fazer, es a saber, que mediante aquel dicho azut podiessen llevar agua p[ar]a regar los terminos e tierras del dicho lugar de Taust, e por tanto a vos, dicho mossen Pierres, condestable, e a vuestros successores e de vos causa avientes, otorgamos e facemos gracia e merced perpetua, para siempre jamas, de la dicha propiedat nuestra e azut fecha en el rio de Ebro, que afronta de una part con termyno de Tudela llamado Mosquera e de la otra cont (sic.) barranco del Congosto, para que mediante aquellas vos e vuestros legitimos herederos o causa ovientes, o a quien de vos o a ellos bien visto fuere, podais e puedan [regar]313 todos e cualesquiere terminos e posesiones que vos teneis en vuestra cassa de Velbeher, e aun mas, que para de la dicha propiedat e azut vos e vuestros legitimos herederos o succesores o causa ovientes podais gozar e aprovechar, trocar, vender, empeñar, transportar, cambiar, alienar y fuera (sic.)314 d´ellas de todas vuestras propias voluntades, como de cosa propia vuestra, e por thenor d´esta presente carta de gracia e merce perpetua le damos e entregamos la tenencia e posesion de todo lo sobredicho, para que el dicho mosen Pierres, condestable, e sus legitimos herederos, sucessores e causa ovientes, a perpetuo, lo hayan, tengan, posean e goarden, // tener, poseher, guardar e se aprobechar puedan, sin facer otro acto alguno de possesion, 313 La frase carece de sentido sin un verbo. El interpuesto es una deducción, especulativa sin duda, pero la más lógica. 314 Debería ser facer.

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e queremos e mandamos que esta nuestra carta de gracia o merced no aya menester otra insinuacion315 ante juez ni alcalde, ca nos, asi como rei e senor del dicho Reino de Navarra, la avemos por insinuada316 e publicada. E iniungimos e, con toda afeccion, exortamos a la mui ilustre, nuestra cara e bien amada fija, dona Leonor, princesa e logarteniente nuestra en el Reino de Navarra, e a los sucesores nuestros que despues de nos suceyran e seran reyes de Navarra, jus obtenimiento de nuestra gracia e benediccion, que la presente carta de gracia e merced perpetua e todas e cualesquiere cosas en ella contenidas al dicho mossen Pierres, condestable, o a sus legitimos herederos, succesores o causa ovientes a perpetuo tengan, serven e guarden, tener, servar e guardar fagan, firme e inviolablemente, e non contrafagan ni contrabengan o alguno contrafacer ni contravenir permetan por causa, razon o drecho que sea o ser pueda, posada (sic.), presente o futura. E por las metmas (sic.)317 presentes mandamos a los fieles e bien amados nuestros, las gentes de nuestro Consejo, [que] por agora son o por tiempo seran, que la presente nuestra gracia o merced perpetua, segun, por et en ella se contiene, tengan, gu[a]rden e observen, tener, guardar e observar fagan, inviolablemente, dexen i consientan perpetuamente sin contradiccion alguna al dicho mossen Pierres, condestable, e a sus legitimos herederos, sucesores e causa ovientes gozar todas e cada una de las cosas sobredichas, segun arriba mas especificadamente es notado, e non contravengan ni contravenir permetan en cualquiera manera, jus pena de tres mil florines de oro a nuestros cofres reales aplicaderos. En testimonio de lo cual mandamos facer las presentes, firmadas de nuestra propia mano e selladas con el sello de nuestro chanciller de Navarra en pendiente, con filos de seda. Dada en nuestra ciudad de Barcelona a vein/tiun dias del mes de junio, año del Nascimiento de nuestro señor mil CCCC L[XX]IIII318.

315 Probablemente sea una mala lectura por iusmision. 316 Vid. nota anterior. 317 Probablemente nuestras, o alguna variante, en el original. 318 La fecha de 1454 es inaceptable: en el documento Juan II aparece como rey de Navarra y Aragón, trono este último que no ocupó hasta la muerte de su hermano, Alfonso V el Magnánimo, en 1458. Por otra parte en la referencia de la copia se anota claramente que la data es 1474, vid. nota 312. Además está perfectamente documentado que el rey Juan II estuvo la mayor parte del año 1474 en tierras catalanas, sobre todo en Barcelona, organizando la defensa del Rosellón contra una invasión francesa, no así en 1454, en que se repartió entre Navarra y Aragón. El mes de junio de 1474 en concreto no se movió prácticamente de la ciudad condal aquejado de serios problemas de salud. VICENS VIVES, Jaime, Juan II de Aragón (1398-1479). Monarquía y revolución en la España del siglo XV, Barcelona, Teide, 1953 (uso la reed. a cargo de Paul H. Freedman y Josep M. Muñoz i Lloret, Barcelona, Urgoiti, 2003), pp. 364-365.

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3 1529, julio, 27.

Barcelona.

Privilegio del rey Carlos I a la villa de Tauste para que pueda llevar agua del río Ebro a su término mediante la construcción de un azud en el término de Novillas o Buñuel, o donde más convenga, y la canalización correspondiente. A. A.S.R.C.T, col. facticia (despacho de secretaría), sin signatura. Copia inserta en una confirmación de 1626. Pergamino. B. A.S.R.C.T, col. facticia (despacho de secretaría), sin signatura, s.f. Copia auténtica del privilegio original319 signada por José Estaregui y Germán, escribano público, vecino de Tauste, el 26 de enero de 1780. Papel sellado. Dos bifolios. Sello de tinta de Tauste. Sindicato de Riegos del Canal320.

Nos, don Carlos, por321 la divina clemencia y (sic.) emperador de romanos, siempre augusto, rey de Germania, dona Joanna, su madre, y el mesmo don Carlos, por la gracia de Dios, reyes de Castilla, de Aragon, de las Dos Sicilias, de Hierusalem, de Ungria, de Dalmacia, de Corcega, de Leon, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdenya, de Cordoba, de Corcega, de Murcia, de Jaen, de los Algarbes, de Algezira, de Gibraltar322, de las Islas de Canaria, de las Islas Indias y Tierra Firme del Mar Occeano, archiduque de Austria, duques de Borgonya y de Brabante etc., condes de Barcelona, de Flandes y de Tirol etc., senyores de Vizcaya y de Molina, duques de Athenas y de Neopatria, condes de Rossellon y de Cerdanya, marquesses de Oristan y de Goceano323, como, por diversos privilegios y otros documentos paresce, los serenissimos reyes de Aragon, de inmortal memoria, antecessores nuestros, haver otorgado y concedido a la villa de Tauste y a los habitadores d´ella muchos privilegios, exempciones, preeminencias, prerrogativas y gracias, assi de campos324, de montes y hierbas como de aguas, a fin que la dicha villa fuesse mas populosa y en todo augmentada, e nos, siguiendo los vestigios 319 Según la nota de validación del notario, el original fue exhibido por el Ayuntamiento de Tauste y, tras su copia, devuelto a su archivo donde se encuentra, por haora. No se conserva en la actualidad. Sería destruido en el incendio del Archivo de 1934. 320 Entre las dos versiones disponibles del texto existen numerosas divergencias ortográficas, de cuyo detalle, muy farragoso, prescindimos. A este respecto tomamos como punto de partida la versión A, la más cercana cronológicamente al original. 321 Las primeras palabras del texto, hasta este punto, se destacan con una letra de mayor tamaño que la del resto del documento. 322 Libul en B. 323 Lociano en B. 324 Amprios en B.

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de nuestros antecessores y havida consideracion a los muchos y senyalados servicios que la dicha villa ha fecho y hara a nuestra real corona, desseando que la dicha villa, pues es de las principales en el dicho nuestro Reyno y tan fidelissima, y como al presente, vos, el amado nuestro Jayme de Rada, a nos embiado por los justicia, jurados, concejo y universidad de la dicha villa de Tauste, nos haveys fecho relacion, de parte sua, que dessean y les325 convienen (sic.) mucho, por el bien universal de aquella villa, de sacar una cequia de agua del rio Hebro en el termino de Novillas o del termino de Bonell o326 donde mas commoda y perfectamente327 parescera, que se deve facer pora regar mucha parte de los terminos y montes de la dicha villa, que por falta328 de agua muchos anyos se os pierden los panes y agora estan por arar y culturar, e facer açutes, fuentes e abrevadores dentro y fuera de la dicha villa, lo qual seria aumentar y decorar la dicha villa y acrecentar en muy mayor numero de vecinos, suplicandonos fuesse nuestra merced concederles licencia para sacar y traher la dicha cequia y agua del dicho rio de Hebro. Y nos, vista la dicha suplicacion y queriendo acerca lo en ella contenido devidamente proveer al bien y augmento de la dicha villa, por tanto, con tenor de las presentes, espressamente y de nuestra cierta sciencia y real auctoridad, atorgamos e concedemos a vos, dichos justicia, jurados, concejo y universidad de la dicha villa de Tauste licencia, permisso y facultad bastante y cumplida que, libremente, sin impedimento ninguno, del dicho rio de Hebro, sin periuizio de los açut o açutes, cequia o cequias, fechos o fazederos de y por la ciudad de Çaragoça, en los dichos terminos de Novellas o de Bonel329 o do bien visto vos sera, podays façer una o muchas açut o açutes, cequia o cequias o almenaras, fuentes e abrevadores330, aquellos e aquellas reparar y de nuevo facer e mudarlas tantas quantas vezes sera331 menester, para sacar y traer del dicho rio de Hebro toda aquella agua que bien visto os sera y facer todas las obras y edificios que convendra, e de los 325 Las en A. 326 E en B mientras que A omite esta conjunción. Poco más adelante la frase se repite prácticamente de forma exacta introduciendo o ambas versiones. 327 Perpetuamente en B. 328 Faltando el agua sustituye a por falta de agua en B. 329 Terminos de Bunuel e de Novillas en B. 330 Cabrevadores en A en vez de e abrevadores. 331 Ser en A.

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açut o açutes tomar la cequia o cequias que sera menester y facer332 y pasar aquellas por qualesquiera tierras, terminos y montes, asi de realenco como de senyorio333 y de heredades agenas, pagando empero a los duenyos el justo precio por el danyo que se les podra seguir, y que podays traer la dicha agua assi por çequias abiertas como por minas [o] gallipuentes, faciendo para ella los reparos, boqueras, siquiere embocadores, receptaculos de agua y otras qualesquiere obras y edificios que necessarios e opportunos y necesario sera334, la qual dicha agua sea perpetuamente propria de la dicha villa de Taust335 para los riegos, abrevadores, usos d´ellos y d´ella336 y de sus terminos, sin que persona alguna pueda poner impedimento ni tomar para regar ni para otros usos la dicha agua ni alguna parte de aquella sin expressa voluntad de la dicha villa, ni damnificar en alguna337 manera los dichos açutes, boqueras, cequias, caxeros, minas338, gallipuentes, receptaculos de agua e otros reparos e obras o edificios que por la razon susodicha se faran por la dicha villa de Tauste, ca nos, con el mesmo tenor de las presentes, d´ende agora para siempre, los dichos açutes, cequias, embocadores, caxeros339, minas, receptaculos e otras340 cosas susodichas, e los laborantes341 e trabajantes en ellas, so nuestra salvaguarda y emparo real recebimos y ponemos. Y mandamos expresamente a todos y cada unos oficiales reales nuestros342, assi mayores como menores e a los lugartenientes d´ellos, que agora son o por tiempo seran343, e a qualesquiere344 subditos nuestros en el dicho nuestro Reyno de Aragon, constituidos y constituideros, so incorrimiento de nuestra yra e indignacion e pena de diez mil florines de oro de los bienes de los que el contrario hiziere exhigidores y a

nuestros cofres aplicaderos345, que en la execucion de todas y cada unas 332 Podais facer en B. 333 Asi realencos como de senyoria en B. 334 Y necesarios seran en B. 335 A omite de Taust 336 Y otros fosos de rios y d´ella en A. 337 Ninguna en A. 338 Maestries en A. 339 Caxereros en A. 340 Obras en B. 341 Labrantes en B. 342 Oficiales nuestros en B. 343 O que por tiempo seran en B. 344 Quales en B. 345 A nuestros cofres exigideros y aplicaderos en B.

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cossas susodichas no vos pongan, o poner permitan, impedimento, o impedimentos o empachos346, alguno, antes vos den todo el favor, consejo y ayuda que menester huvieredes. Y queremos que la presente nuestra licencia sea siempre entendida e interpretada a todo provecho de la dicha villa e de los vezinos de aquella e que aquella vos guarden y observen, tener y guardar fagan, en todo y por todas cosas, sinse contradicion, obstaculo o impedimento alguno e lo contrario no fagan ni facer permitan, si nuestra gracia tienen cara347 y en la pena susodicha desean no348 incurrir. En testimonio de lo qual mandamos dar las presentes con nuestro sello comun, que usavamos antes que fuessemos elegido al Sacro Imperio, como los otros no sean o son fabricados en pendiente sellados. Dattum en nuestra ciudad de Barcelona349 a XXVII dias350 del mes de julio del anyo de la Natividad de nuestro Senyor Jesuchristo de mil quinientos y veinte y nueve i de nuestros reynos, a saber es, de la eleccion del Sacro Imperio del anyo onze, de la reyna de Castilla, de Leon, de Granada etc. veinte y seys, de Navarra quinze, de Aragon y de las dos Sicilias, de Hierusalem y de otros catorze; nos, el rey de todos, catorze. Yo, el rey. Caesarea et catholica351 regia maiestas mandavit mihi, Joanni352 Ludovico Gonzalez de Villa simpliz visa Petri de Ferrera353, regentem cancellariam, Michaelem Sanchez Dalmau, locumtenentem generalis thesaurarii Ram eandem cancellariam regentem conservatorem et Petrum Garcia, pro contra relatori generali354. In itinerum sigilli comunis VIIIº folio CCXII. Locus sigilli (cruz).

346 Permitan impedimento o empacho alguno en B. 347 Tienen en cara en B. 348 B omite este no. 349 Barchinona en B. 350 A omite dias. 351 A repite dos veces seguida este et. 352 B omite este Joanni. 353 Visa de Ferrera en B. 354 De aquí en adelante, hasta el final, omitido en B.

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4 1560, diciembre, 3

Zaragoza

Fragmento de la carta de Juan de Gurrea, Gobernador de Aragón, dirigida al rey Felipe II donde le informa de ciertos problemas en Tauste. Biblioteca Nacional, Sección de Manuscritos, Ms. 784, f. 224r.

/224r/ La carta de V.M. de 23 del pasado reçebi a 28 del mesmo y por ella y lo que el comendador de la Fresneda me a dicho, entiendo en el estado en que estan las cosas de Ariza y su tierra para donde -y a entender en el remedio d´ellas- me uviera partido en la hora, como V.M. lo manda, si no lo estorvara el estar a pique de yr a la villa de Tauste, para donde me parto mañana, porque ay muy grande neçesidad de mi presencia en ella, a causa de aver entre ellos grandes divisiones sobre la paga de trenta o quarenta mil libras que an tomado para la fabrica de cierta cequia nueva que an sacado del rio Ebro, lo que a sido causa de dañar y alterar los animos de los vezinos de aquella villa, de manera que estan cada hora y por cada negocio para matarse, y tanto, que ni temen la justizia ni aun osan ajuntar el consejo para tratar de lo que cumple para beneficio d´esto y asi me an ynstado muchas vezes fuese personalmente a poner remedio, en todo lo qual a parescido hiziese a los del consejo, no embargante la nueva necesidad de Ariza, por ser mayor esta que digo…

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5 1560, diciembre, 31

Ariza

Fragmento de la carta de Juan de Gurrea, Gobernador de Aragón, dirigida al rey Felipe II donde le da cuenta de su actuación en Tauste. Biblioteca Nacional, Sección de Manuscritos, Ms. 784, fs. 229v-230r.

/229v/ …Yo fui los dias pasados a Tauste, como a V.M. [e] escrito, a poner asiento en ciertas disensiones y pasiones que havia entre los labradores y ganaderos sobre quien havia de pagar treinta y cinco o cuarenta mil escudos que se habian tomado para la fabrica de ciertas fuente y çequia que an hecho estos dias, sobre lo qual havia entre ellos tanta pasion y tan malas voluntades, que estaban a la puerta de seguirse grandes inconvenientes, y los uviera havido sino se remediaran con mi presencia, la qual fue tambien necesaria para castigar y poner orden en la gente del pueblo y labradores que, so color de defender la pretension que tengo dicha, se havian ajuntado mas de dozientos o trecientos y hechose unos a otros procuras, tratando entre si grandes y muchos ajuntamientos y conventiculos reprovados, estando tan en uno, que no daban lugar a que se hiziese determinacion ninguna en conçejo, ni aun el justiçia y jurados havia muchos dias que no lo osaban tener, por lo poco que los obedescian, antes bien se desacataban a ellos y a sus mandamientos, de manera que no havia mas justiçia de lo que los amotinados querian, y a mas d´esto

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no daban /230r/ lugar a que se tomase asiento en las deudas y censales de la villa. Y asi fue forçado, despues de haver hecho que dexasen todas sus diferençias en mi poder, como las dexaron, apellidar a instancia del procurador de la villa de 16 o 17 d´ellos, de los que fueron presos doze, a quien se haze proceso de presencia, y a los otros quatro o cinco de absencia, los quales seran castigados conforme a sus demeritos, y cierto que lo merescen porque an pasado su mala determinacion bien adelante y de manera que an traydo aquella villa en artos inconvenientes, pero confio en Dios que, con su castigo y con el asiento que en la paga de las deudas d´ella pondremos, quedaran con el sosiego que a su descanso y servizio de V.M. conviene.

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