El cardenismo y el Frente Popular de Léon Blum: dos proyectos de reforma social en el México y Francia de los años treinta.

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Descripción

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El cardenismo y el Frente Popular de Léon Blum: dos proyectos de reforma social en el México y Francia de los años treinta.

Mario Ojeda Revah CIALC-UNAM

En 1920, de los veintiocho estados europeos, veintiséis podían ser considerados como democráticos; 19 años más tarde, sólo doce eran democracias y dieciséis dictaduras. Para 1940, sólo cinco democracias sobrevivirían como tales en Europa: Finlandia, Irlanda, Reino Unido, Suecia y Suiza1. En América Latina, el año de 1930 marcó la interrupción violenta del proceso constitucional en la mayor parte de los países de América Latina, como resultado directo de la gran crisis económica mundial desatada por la quiebra del mercado de valores de Wall Street de octubre del año anterior. Así, por ejemplo, el gobierno del radical Hipólito Yrigoyen fue derrocado en 1929 por el general Agustín Pedro Justo, dando inicio a la llamada Década Infame de la Argentina, y, un año más tarde, la Vieja República oligárquica brasileña sucumbía ante el golpe militar que daría pasó al Estado Novo de Gétulio Vargas. Procesos similares ocurrirían en Perú, Panamá, El Salvador y Guatemala El avance del fascismo, a partir de la Marcha sobre Roma en 1922 y, especialmente, la toma del poder por el Partido Nacional Socialista de Adolf Hitler, en enero de 1933, agudizaron la sensación de retroceso general de la democracia liberal y del adelantamiento de las causas de la clase obrera en el mundo. En ese periodo turbulento de la historia contemporánea, dos gobiernos coincidieron no sólo en el tiempo, sino, además, en su voluntad compartida por mejorar la suerte de la clase trabajadora-lo que los estableció como precursores del Estado interventor, que habría de prevalecer en el mundo occidental en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial- y por haber intentado tender un dique ante el avance, aparentemente inexorable, del fascismo en marcha. De una parte, el fugaz, pero vanguardista gobierno del Frente 1

Michael Mann, “The Struggle between Authoritarian Rightism and Democracy, 1920-1975”, en, Centro de Estudios Avanzados en Ciencias Sociales, Madrid, No. 45, 1993, p. 6.

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Popular francés (junio de 1936-abril de 1938), cuyo legado sobrepasó a su tiempo, y, por otra, el de Lázaro Cárdenas (1934-1940) en México, que sigue siendo recordado como el más trascendente del Siglo XX mexicano. Pese a las evidentes diferencias, en términos culturales, políticos y económicos, hubo entre ambos gobiernos paralelismos y afinidades notables, dignas de ser estudiados en profundidad, especialmente por el hecho de que ambos representaron experimentos de transformación social a contracorriente de su tiempo, en una época por demás oscura.

Relaciones franco-mexicanas, 1936-1938. Las conexiones entre ambos gobiernos fueron intensas y estrechas, tal y como dan cuenta los archivos diplomáticos, tanto del Quai D’Orsay, como de la Cancillería mexicana.2 En 1933, Henri Goiran (1881-1972)3, había sido nombrado Ministro Plenipotenciario de Francia en México, cargo que ocuparía hasta 1939, cuando fue trasladado por el Quai D’Orsay como embajador concurrente ante los estados bálticos, con sede en Riga, Letonia. Por su parte, Adalberto Tejeda (1883-1960), ex gobernador de Veracruz, fue nombrado por

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Véase, Correspondencia entre el Ministro de México en Francia, Adalberto Tejeda y el Secretario de Relaciones Exteriores, Eduardo Hay,1936-1937, en, Archivo Histórico Genaro Estrada de la Secretaría de Relaciones Exteriores, exp.III-764-1 ; Henri Goiran , ministre plénipotentiaire de France au Mexique à Yvon Delbos, ministre des Affaires Etrangères, Ministère des Affaires Etrangères, Direction des Affaires Politiques et Commerciales, Sous-Direction d’ Amérique, Série B, Carton 25, Dossier 1, 1er juillet 1936 au 31 mai 1938, Mexique, Correspondance générale politique. 3

Henri Goiran asistió a la Sorbona, y se graduó con un título en derecho y ciencias políticas. Ingresó al Servicio Exterior en 1907 y en 1919 trabajó en los consulados de Nueva York y Chicago. De 1920 a 1923 fue Cónsul General en Liverpool, y desde 1924 hasta 1928, ocupó el mismo cargo en Johannesburgo. De 1929 a 1932 se trasladó a Londres con la misma función. En 1940 se retiró de la diplomacia y se dedicó a la investigación y la docencia. De 1946 a 1960 trabajó y enseñó en la Universidad de Fordham, Universidad de Columbia y en la New School de Nueva York. Goiran publicó obras históricas y encabezó durante varios años la French Folklore Society de Nueva York. Fue incluido en la Legión de Honor y condecorado con la Cruz de Guerra, la Gran Cruz de la Orden mexicana del Águila azteca. Véase, Henri Goiran, Papers, 1827-1952, Tufts University. Medford/Sommerville, Mass.

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Cárdenas como Ministro en 1936, cargo en el que se desempeñó hasta fines de 1937, cuando fue trasladado a Barcelona, como Embajador ante la República española.4 De dichos vínculos destaca la efímera colaboración entre ambos gobiernos para enviar armamento al gobierno de la asediada República española, en los primeros días de la Guerra Civil de ese país. En efecto, el gobierno republicano había solicitado ayuda militar por parte de su contraparte francés, invocando un acuerdo de 1935 por el que se estipulaba en una cláusula secreta que España compraría armamento francés por un monto de 20 millones de francos. Inicialmente, Francia pareció honrar dicho convenio; no obstante, las desavenencias al interior del gabinete de la coalición-entre quienes, como el Ministro de Aviación, Pierre Cot, insistían en hacer válido el convenio con España y aquellos que, como el Ministro de Defensa, Édouard Daladier, querían mantener a Francia al margen de una nueva guerra-;la campaña artera de la prensa de derecha francesa y las presiones del gobierno británico del conservador Stanley Baldwin, llevaron a Blum a retractarse de su compromiso. Fue entonces que el gobierno de Cárdenas intervino. Se aparentó la cancelación de la operación, al tiempo que se enviaban los cargamentos de manera secreta, vía México. En dicha operación jugaron un papel destacado Cot y el Ministro de México en Francia, Adalberto Tejeda5. Se dieron también una serie de iniciativas bilaterales, sobre todo en el ámbito cultural, no así en el económico, espacio en el que Francia prácticamente había desaparecido de la escena mexicana, subordinada, como estaba, a sus alianzas anglosajonas.6 De una parte, se estableció el Liceo Franco-mexicano en 1937. Un año más tarde, la Alianza francesa patrocinó once cursos de lengua gala en México, a los que se inscribieron más de 2 mil estudiantes; el gobierno de Blum hizo importantes donaciones de libros, tanto al Colegio

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Véase Romana Falcón y Soledad García, La semilla en el surco, México, El Colegio de México, 1986, pp. 376383. 5 6

Mario Ojeda Revah, México y la Guerra Civil española, Madrid, Editorial Turner, 2004, pp.140-141.

Para 1939 Francia representaba apenas un 3% de las importaciones mexicanas; en contraste, 26% provenían de EE.UU. y 16% de Alemania. Véase, Jean Meyer,” Dos siglos, dos naciones: México y Francia, 1810-2010, en, Documentos de Trabajo del CIDE, No.72, México, Centro de Investigación y Docencia Económica, abril de 2011, p.23.

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Militar y la Universidad Nacional, como a la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística.7 Al mismo tiempo, el gobierno francés concedió becas a militares y civiles mexicanos para realizar estudios de posgrado en Francia. Ese mismo año, nueve académicos franceses viajaron a México, donde pronunciaron 31 conferencias, más de dos por mes. Uno de los grandes éxitos de la diplomacia cultural francesa de los años treinta fue que el gobierno de Cárdenas proclamaase el 14 de julio como un día festivo en México, declarándosele como “Día de la Democracia”, en el que todas las escuelas permanecían cerradas y el Secretario de Educación presidía una ceremonia en el Estadio nacional frente a 5,000 estudiantes, misma que cerraba con estos cantando el Himno Nacional mexicano y La Marsellesa. Se estableció una Sociedad Franco-mexicana de Amistad, dividida en diez secciones, encargadas de organizar actos culturales de música, literatura, economía, arquitectura, teatro y cine8 Tras la expropiación petrolera de 1938, el director del Banco de México, Eduardo Villaseñor (1886-1978), viajó a Francia en un intento por romper el boicot decretado por las empresas anglo-holandesa y norteamericana contra México en un intento por dar salida a la producción nacional de hidrocarburos. En un principio el general Maurice Gamelin (18721958) accedió a adquirir petróleo mexicano para la acumulación de una reserva estratégica de cara a una inminente guerra con Alemania. No obstante, el Canciller Georges Bonnet (1889-1973) desautorizó la operación, temeroso de que un acuerdo con México pudiera poner en peligro los suministros británicos de petróleo a largo plazo.9 Otros representantes mexicanos de la CTM y del gobierno mexicano viajaron a Francia para contrarrestar la campaña de difamación montada por las compañías petroleras, que tuvo eco en los principales diarios europeos y norteamericanos, y para dar a conocer la

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Discurso del Excmo. Sr. Ministro de Francia Henri Goiran en el CVI Aniversario de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, en la reunión de la Agrupación Cultural de Acción Social. México, 1938. 8

Friedrich Schuler, México between Hitler and Roosevelt: Mexican Foreign Relations in the Age of Lázaro Cárdenas, 1934-1940. Albuquerque, University of New Mexico Press, 1998 pp. 138-139. 9

Ibíd., pp.97-98.

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posición de México. Tal fue el caso de Alejandro Carrillo Marcor y del propio Lombardo Toledano.10 De parte francesa hubo interés también por las transformaciones experimentadas en México. En 1937 hizo su arribo a México, René Marchand (1888-1962), pedagogo y escritor francés, invitado por el general Cárdenas y como corresponsal de "La Fleche", órgano oficial del frente social que dirige Gastón Bergery11, para llevar a cabo una exhaustiva investigación sobre el país. Fruto de tales pesquisas, será su libro, L'Effort démocratique du Mexique, publicado en 1938, en el que no sólo hizo un panegírico del gobierno cardenista, sino que defendió con tenacidad la expropiación petrolera llevada a cabo por éste contra las compañías anglo holandesa y norteamericana, además de encomiar la transformación del PNR en PRM, comparando su nueva estructura orgánica con la coalición de fuerzas políticas progresistas que habían dado vida al Frente Popular francés.12 Dos años más tarde llegaría a México, Léon Jouhaux (1879-1954)13, principal dirigente de la Confederación General de Trabajadores de Francia, central sindical de orientación socialista y artífice del ya para entonces extinto Frente Popular francés, para apoyar a Lombardo Toledano en la fundación

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Luis Javier Garrido, El Partido de la Revolución Institucionalizada. Medio siglo de poder político en México.: La formación del nuevo estado (1928-1945), México, Siglo XXI Editores, 1995, p.256. 11

Gaston Bergery, 1892 -1974, Político y diplomático francés. Fundador del movimiento antifascista, « Frente común contra el fascismo, contra la guerra et por la justicia social », cercano al movimiento pacifista de lucha contra la guerra y el fascismo, Amsterdam-Pleyel, fundado en 1933 y de la Liga de los Derechos del Hombre, y luego, en diciembre 1933, de la revista bimestral frentista La Fleche. Alarmado por la crisis del 6 de febrero de 1934, Bergery intentó captar las capas medias de la sociedad a la lucha contra el fascismo en sus propios términos, es decir, el de la propaganda a través de fórmulas simplistas. El Frente común se fusiona con la Tercera Fuerza de Georges Izard y toma el nombre de Partido Frentista. El nuevo partido participa como socio de la coalición en las elecciones legislativas de 1936. Bergery es electo como diputado del Frente popular 12

René Marchand; L'Effort démocratique du Mexique: Préface de M. Léon Jouhaux, Paris, impr. Dreyfus et Charpentier; Fustier, 1938. 13

En 1951 Jouhaux recibió el Premio Nobel de la Paz por su lucha a favor de los sindicatos y los trabajadores. Más tarde, siguió trabajando a favor de los trabajadores y el sindicalismo, y su labor fue crucial en la creación fundación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y fue designado líder de la Federación Sindical Mundial. Véase, Gérard Da Silva, Léon Jouhaux: Une vie de combat pour le syndicalisme libre et indépendant - Secrétaire général de la CGT, 1909-1947; Président de la CGT-FO, 1948-1954, París, Editions L'Harmattan, 2014.

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de la Central de Trabajadores de la América Latina (CTAL) y para impartir conferencias a sindicalistas mexicanos .14 En México, el triunfo de la coalición provocó una honda impresión en los círculos políticos y en los mentideros intelectuales, especialmente aquellos de izquierda, en los que se percibía al Frente Popular como una auténtica oleada del futuro y como una indicación de las cosas por venir. Tal fue el caso de diversos artículos aparecidos en publicaciones tales como la revista Futuro, dirigida por Lombardo Toledano; Síntesis del escritor Francisco Monterde (1894-1985); Frente a Frente, publicación de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR); Universidad Obrera; Eurindia: revista de asuntos sociales, políticos y económicos dirigida por José Muñoz Cota (1907-1993), entonces jefe del Departamento de Bellas Artes de la Secretaría de Educación Pública, o la propia Revista de la Universidad de México.15 El Frente Popular francés (febrero de 1934-enero de 1938). La década de 1930 fue una época volátil para la política francesa y europea: los socialistas y los comunistas se enfrentaban contra los fascistas en las calles y la guerra civil entre izquierdistas y derechistas estaba a punto de estallar en España. Para conjurar los amagos de la extrema derecha, Blum alentó a los diversos grupos de izquierda en la política francesa a unirse en una coalición conocida como el Frente Popular. Sus afanes unificadores coincidirían con el cambio de línea operado en el seno de la Internacional Comunista, (Comintern) en 1935.

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Patricio Herrera González, “Vicente Lombardo Toledano y el Congreso Obrero Latinoamericano (19351938)”, en, Relaciones. Estudios de historia y sociedad, Zamora, Michoacán, El Colegio de Michoacán, 2014 Vol. XXXV, No. 138, pp. 109-150. 15

Véase, por ejemplo, Rafael Heliodoro Valle, “Diálogo con Rene Marchand”, en Revista de la Universidad de México, no. 10, noviembre de 1936; André Gide, Un artista, Jefe de Gobierno, en Revista de la Universidad de México, no.21, octubre de 1937; Para un análisis de las revistas culturales mexicanas de la época, ver, Guillermo Sheridan, Poeta con paisaje: Ensayos sobre la vida de Octavio Paz, México, Ediciones Era, 2014 y Guadalupe Nettel, Octavio Paz. Las palabras en libertad, México, Penguin Random House Grupo Editorial México, 2014. Sobre la Revista Frente a Frente, véase, Javier Durán, “México, la guerra civil española y el cardenismo: la Revista Frente a frente”, en, La Palabra y el Hombre, Universidad Veracruzana, enero-marzo 1999, no. 109,

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La estrategia del Tercer Periodo del Partido Comunista de "fascismo social", que se llevó a cabo desde 1928 hasta 1935, había demostrado ser desastrosa. Con su rechazo a aliarse con los socialdemócratas, a los que tildaban de “social-fascistas”, y al enfrentarlos, en ocasiones, en alianza con los nazis, los comunistas habían abierto la puerta a Hitler. Además, la fulminante conquista del poder político por los nazis pareció hacer próxima la posibilidad de una guerra alemana contra la Unión Soviética, lo que obligó a Stalin a buscar nuevos amigos para preservar su naciente estado burocrático. En concreto, ambicionaba una alianza con Francia e Inglaterra. En Francia, como en otros países en los que el fascismo aún no había llegado al poder, la ultra-derecha y los grupos fascistas comenzaron a ser cada vez más atrevidos y a salir a las calles. La clase trabajadora, en particular, pero también los sectores progresistas de las clase medias, estaban alarmados ante la perspectiva de que los fascistas llegaran al poder en Francia, tal y como lo habían hecho en Italia y Alemania. Tal posibilidad pareció materializarse en febrero de 1934. Al anochecer del día 6, las ligas de extrema derecha16, que se habían reunido en diversos puntos de París, convergieron hacia la plaza de la Concordia, apartada de la Cámara de Diputados sólo por el río Sena. Los policías y guardias consiguieron defender el puente de la Concorde, a pesar de los lanzamientos de todo tipo de proyectiles. Hubo alborotadores que portaban armas de fuego, y las fuerzas del orden acabaron por responder a los tiros disparando a su vez contra la

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La más antigua de las llamadas ligas, Action Française (Acción Francesa), fue fundada en 1899 por Charles Maurras, con el objetivo de derrocar las instituciones republicanas (despectivamente denominan «la gueuse» a la República) y lograr la restauración monárquica. Se apoya en los Camelots du Roi, los cuales, a pesar de sus muy pocos miembros, son muy activos en las calles. De fundación más moderna (1924), las Jeunesses patriotes, que reivindican la herencia de la Ligue des patriotes, cuentan con 90.000 miembros de los que 1.500 forman parte de los «grupos móviles». Creadas por Pierre Taittinger, diputado por París, mantuvieron estrechos vínculos con políticos de derecha, y contaron entre sus filas a varios concejales de la capital. Por lo que respecta a Solidarité Française, fundada en 1933 por el acaudalado perfumista François Coty, carece de objetivo político preciso y su número de efectivos es marginal. Los Croix-de-feu. Creados en 1926 bajo la forma de una asociación de antiguos combatientes, su reclutamiento se abrió a otras categorías sociales bajo el impulso de su nuevo jefe desde 1931, el coronel François de la Rocque, y para 1934 pueden ser equiparadas a una de las ligas de extrema derecha, siendo en realidad la primera por número de militantes. También están provistos de grupos de asalto y autodefensa. Véase, Danielle Tartakowsky, Les manifestations de rue en France, 1918-1968, París, Publications de la Sorbonne, 1997, p. 297.

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multitud. Los disturbios se prolongaron hasta las 2:30 de la noche. Al final, de la violenta jornada hubo 17 muertos y 2.309 heridos, la mayoría, militantes de Action Française. La izquierda interpretó los acontecimientos del 6 de febrero como la confirmación de una conjura fascista para hacerse con el poder en Francia. Socialistas y comunistas organizaron entonces una contramanifestación como respuesta el 9 de febrero. Los incidentes que les enfrentaron a las fuerzas del orden se saldaron con nueve víctimas. El 12 de febrero, las centrales obreras, CGT (socialista) y CGTU (comunista) decidieron la convocatoria de una huelga general y la SFIO y el Partido Comunista Francés llamaron a una manifestación en las calles de París sin la intención de que fuese conjunta pero en la que, finalmente, ambas comitivas confluyen y se unen por iniciativa de los propios manifestantes. Esa jornada marcaría un primer acercamiento, si bien modesto, entre socialistas y comunistas franceses, constituyéndose de este modo en el germen de la unidad antifascista entre ambos partidos, enemigos desde 1920, y que desembocará en 1936 en el Gobierno del Frente Popular, conformado por radicales y socialistas con apoyo externo de los comunistas. En el verano de 1935 tuvo lugar un cambio de rumbo en la estrategia de la COMINTERN, tras el debate -en el marco del Séptimo Congreso de la organización, celebrado en Moscú en agosto de 1935- entre Dimitri Manuilski (1883-1958), quien propugnaba por la alianza exclusiva de las fuerzas proletarias en la lucha contra el fascismo y Georg Dimitrov (1882-1949), Secretario General de la COMINTERN, quien propuso hacer extensiva dicha lucha a las fuerzas progresistas de la burguesía, al margen de su ideología. Ese giro coincidirá con los cálculos de Stalin, que pide a los jefes de los partidos comunistas integrados en la COMINTERN una política de alianzas con el resto de partidos de izquierda, incluyendo socialistas o socialdemócratas, para evitar el contagio a toda Europa de los regímenes fascistas y anticomunistas.17 Tan ambiciosa estrategia habría de prosperar en tan sólo tres países: España, Francia y Chile.

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Eric Hobsbawm, Age of Extremes. The Short Twentieth Century, 1914-1991, Londres, Michael Joseph, 1994, pp.146-147.

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El 3 de mayo de 1936 una coalición de izquierdas, el Frente Popular, que englobaba al Partido Radical Socialista, la Sección Francesa de la Internacional Obrera (SFIO) y el Partido Comunista francés, amén de otras agrupaciones menores, ganó las elecciones en Francia con 380 diputados (149 socialistas, 111 radicales, 72 comunistas y 48 de otros partidos) contra 237 de la derecha; aunque la diferencia en votos fue más bien escasa.18 La candidatura socialista, por primera vez en la historia de Francia fue la más votada; el Partido Comunista (PCF) duplicó su apoyo, al alcanzar cerca del millón y medio de votos. Con ésta victoria, Blum se convirtió en primer ministro-, marcando un hito en la historia de aquel país, al ser el primer socialista y el primer judío en ocupar el cargo. Lo primero, ciertamente, no debió de gustar a Stalin o al PCF, los cuales hubieran preferido un gobierno encabezado por un miembro del Partido Radical con el fin de no alarmar a la burguesía, Al igual que su equivalente en España (elegido tres meses antes), el Frente Popular francés alcanzó el poder con un programa poco ambicioso, que buscaba proyectar mesura; ningún comunista formó parte del gabinete, lo cual no fue óbice para que la burguesía francesa reaccionase a su triunfo con una fuga masiva de capitales. Paralelismos entre el Frente Popular francés y el cardenismo. Pese a las muchas y evidentes diferencias entre ambos proyectos: cultural, social, de desarrollo económica y de tradición política democrática, los gobiernos de Cárdenas y Blum muestran notables similitudes, dignas de un estudio de mayores alcances, al haber emprendido ambiciosas reformas que llevaron al mejoramiento y dignificación de las clases trabajadoras y populares. En Francia, destacan la introducción de vacaciones pagadas para los trabajadores, la participación de la mujer en el gobierno, o la reducción de la jornada de trabajo a 40 horas semanales. En México, la política social del cardenismo se manifestó claramente a través de sus acciones en materia obrerista, agrarista e indigenista. Por otra parte los dos gobiernos llevaron a cabo nacionalizaciones de empresas o sectores estratégicos de la economía, hasta entonces en manos de la iniciativa privada y, en el caso de México, de

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Danielle Tartakowsky, Le Front populaire. La vie est à nous, Paris, Gallimard, 1996, pp. 46-47.

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empresas extranjeras. Tal fue el caso de los ferrocarriles y del petróleo en México y de los ferrocarriles, y las industrias aeronáutica y armamentista en Francia. Los partidos obreros presentaron el fin de las ocupaciones de las fábricas como una victoria. La victoria de la izquierda despertó en seguida una inmensa ilusión entre los trabajadores. Desde principios de mayo de 1936, nada más conocerse los resultados de las elecciones y antes de que se formase el gobierno, un amplio movimiento de huelgas se propagó por toda Francia, llegando a desbordar al nuevo gobierno desde su flanco izquierdo. Hubo unas 12.000 huelgas, 9.000 de las cuales incluyeron la ocupación de fábricas, tanto grandes (Renault, Citroën), como pequeñas, movilizando cerca de 2 millones de huelguistas. Ante el temor de una revolución comunista, los empresarios no se atrevieron a emplear la fuerza, y bajo presión del gobierno optaron por la negociación. La noche del 7 al 8 de junio de 1936, la organización patronal, la Confederación General de la Producción Francesa (CPGF), y los representantes obreros de la Confederación General de los Trabajadores (CGT) suscribían los Acuerdos de Matignon, por los que acordaron un aumento generalizado de los salarios, la implantación de los convenios colectivos y el derecho a la libertad sindical, entre otros.19 Una de las reformas más interesantes del gobierno de la coalición fue la creación dentro del ministerio de Sanidad de una Subsecretaría de Estado de Deportes y Organización del Ocio, encomendada al socialista Léo Lagrange (1900-1940). Sus actividades no se restringen a la juventud, sino que incluyeron al conjunto de las clases populares, dentro de una política que establecía por vez primera el ocio como un derecho de los ciudadanos. Así, el 11 de junio de 1936, el parlamento acordó la reducción de la jornada de trabajo, fijándola en 40 horas semanales y el 21, el derecho a 15 días de vacaciones pagadas al año. Para facilitar los desplazamientos estivales de los trabajadores, Lagrange acordó con la compañía de ferrocarriles la creación de un "boleto de vacaciones anuales" con un 40% de descuento.

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Olivier Dard, Les années trente, Paris, Le Livre de Poche, 1999 pp.112-113.

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En 1936, seiscientos mil obreros salieron de vacaciones; al año siguiente serían casi dos millones, en lo que, sin duda, constituyó una auténtica revolución cultural.20 A partir del mes de julio, se inicia una política de nacionalizaciones que incluirá las industrias aeronáutica, armamentista y los ferrocarriles que pasarán a manos del Estado (la SNCF, sociedad estatal de los ferrocarriles franceses, se crea en 1938). El Banco de Francia no fue nacionalizado, pero se extendería el derecho de voto a todos sus accionistas. Se crea también la Oficina Nacional Interprofesional del Trigo (Office National Interprofessionnel du Blé) para detener la caída del precio de los cereales y proteger así a los agricultores gravemente afectados por la crisis con precios de garantía.21 A pesar de sus muchos logros, el gobierno de Blum apenas duró un año, durante el cual se vio obligado a devaluar el franco y a introducir una congelación general de los salarios, al sucumbir ante los embates de una oposición virulenta y multiforme, que halló su más eficiente canal de expresión en la prensa de derecha y por la radicalización e impaciencia demostrada por algunos sectores de la izquierda.22 Blum fue remplazado por un gobierno del Partido Radical presidido por Camille Chautemps, que a su vez cedió el testigo a un gobierno del centro-derecha. En el otoño de 1938 el Frente Popular se auto disolvió. El parlamento de 1936 sería, paradójicamente, el mismo que en 1940 votó dar plenos poderes al mariscal Pétain, que encabezaría el régimen colaboracionista durante la ocupación nazi. Con el control de las fábricas otra vez en manos de la patronal, las mejoras conseguidas en 1936 fueron poco a poco revertidas. Desde 1938 las subidas en los precios habían eliminado los incrementos salariales. El nuevo gobierno decretó excepciones a la semana de 40 horas en ciertas industrias y a mediados de 1938 ya casi no existía. De los avances concretos solamente quedaron las vacaciones pagadas. En México, la política social del cardenismo se expresó mediante sus iniciativas en materia laboral, agrarista e indigenista y de educación. La movilización obrera estuvo 20

Danielle Tartakowsky, op, cit, pp. 107-111.

21

Olivier Dard, op, cit, pp. 116-117.

22

Ibid, pp.127-141.

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encauzada a promover las huelgas que en principio sirvieron a Cárdenas para imponerse a Calles, y luego para dar forma al Estado intervencionista y promotor del desarrollo económico nacional. La culminación de dicho proceso fue la creación de la CTM en 1936, constituyendo el frente único de trabajadores, uno de los pilares de la política cardenista. Cárdenas desplegó una intensa actividad obrerista durante los primeros cuatro años de su gobierno; hacia 1939, cuando su política de masas había fructificado, limitó la movilización con el fin de apoyar al sector empresarial, cuya organización también fue auspiciada por su gobierno.23 En el Noreste, consumó la Reforma Agraria, concebida originalmente por Emiliano Zapata. Este reparto es considerado como el más grande del siglo en la historia de México. Durante el sexenio fueron repartidas 18 millones de hectáreas a las comunidades y ejidos. Así, aumentó a 25 millones de hectáreas la cantidad de tierras en el sector social. El reparto agrario promovido durante el gobierno de Cárdenas perseguía no sólo la satisfacción de una demanda popular, plasmada en la constitución de 1917, sino la formación de pequeñas unidades productivas, con capacidad de autosuficiencia alimentaria.24 Frente a las comunidades indígenas se buscó su incorporación a la cultura y a la economía nacionales y terminar con siglos de olvido y marginación, pero, a diferencia de programas anteriores, el nuevo enfoque planteaba la necesidad de brindarle al indio los elementos de la ciencia y de la técnica para que aprovechara los recursos que su medio le proporcionaba, sin desarraigarlo de éste, con respeto a sus costumbres y tradiciones. Tal proyecto no era tarea fácil, pues el México indígena no era una entidad homogénea, sino un universo de comunidades rurales disgregadas y separadas entre sí por la geografía y por sus distintas lenguas y costumbres. Dicho aislamiento dificultaba enormemente su integración a la Nación; además había que luchar contra el analfabetismo, el alcoholismo y las enfermedades, males endémicos causados por siglos de segregación. Para ello, el gobierno creó el Departamento de Asuntos Indígenas y dio impulso a la investigación etnológica, al

23

Luis González y González, Los días del Presidente Cárdenas, Volumen 15 de la Historia de la Revolución Mexicana, México, El Colegio de México, Centro de Estudios Históricos, 1981, p.66. 24

Ibid, pp. 92, 95, 161-163.

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fundar el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Los avances fueron significativos, mas no suficientes para resolver la marcada desigualdad en que vivían las comunidades indígenas del país.25 Al iniciar Cárdenas su gobierno ya se había reformado el artículo 3º constitucional, que establecía que la educación impartida por el Estado sería socialista, excluyente de toda doctrina religiosa y adversa al fanatismo, para lo cual la escuela debía imbuir en la juventud una educación racional. La reacción popular fue arrebatada y no sólo por parte de la Iglesia: un amplio sector se opuso a su implantación; tal y como demuestran los diversos artículos publicados en la prensa de la época, así como las manifestaciones, a menudo violentas en varios estados. Tan virulento fue el antagonismo que suscitó, que la reforma sería desechada en 1945. La alianza establecida por Obregón con las clases populares alcanzaría su apogeo en la política de masas del cardenismo, fortaleciendo de manera definitiva al Estado, lo que le permitiría llevar a cabo una serie de acciones destinadas a lograr el crecimiento económico y el desarrollo social de México. De la conciliación y el equilibrio entre clases antagónicas, se pasa al Estado rector de la actividad económica y social, buscando mejorar el nivel de vida de la clase trabajadora con acciones contundentes, que excitaron la oposición del capital nacional y extranjero. La relación con las clases trabajadoras no tuvo sólo miras políticas, hubo también proyectos económicos que exigían la participación de la clase trabajadora; así Cárdenas buscó concientizar a los trabajadores acerca de su importancia como agentes de cambio económico y social, para dar cabal cumplimiento a las reivindicaciones de la Constitución de 1917. El 23 de junio de 1937, Cárdenas decretó la expropiación de los intereses minoritarios de los Ferrocarriles Nacionales de México, pertenecientes hasta entonces al capital foráneo, con lo que pasaron al completo control gubernamental.26 Un año más tarde,

25 26

Adolfo Gilly, El cardenismo, una utopía mexicana, México, Editorial Era, 2001, pp.328-329.

Lázaro Cárdenas, Apuntes, Vol. I, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Dirección General de Publicaciones, 1986, p.371.

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tendría lugar la expropiación de la industria petrolera, hasta entonces en manos de intereses norteamericanos y anglo-holandeses. Finalmente, pero no por ello, menos importante, el gobierno cardenista, a diferencia del de Blum, obligado por su alianza con Gran Bretaña a la humillante política del appeasement, desplegó una activa política exterior de corte netamente anti-fascista, que lo llevaría a condenar las agresiones de las potencias del Eje contra Abisinia, Albania, Austria y Checoeslovaquia, así como a apoyar abiertamente, con armas, dinero, apoyo material y moral a la República española frente al embate del fascismo.27

¿Hacia el Frente Popular mexicano? Esperanzas, tropiezos y desilusión. Entre los anhelos más optimistas de la CTM destaca la voluntad de recrear en México un Frente Popular, semejante al que funcionaba en Francia. Dicha aspiración corrobora la orientación marxista-leninista original de la central fundada por Lombardo Toledano. En el VII Congreso de la COMINTERN se había propuesto la unidad de acción, por medio de la creación de centrales únicas en cada país y de centrales internacionales igualmente únicas. Además, se expresó que el éxito de toda lucha del proletariado iba ligado a la creación de la alianza con el campesino trabajador y con las masas más importantes de la pequeña burguesía urbana. De acuerdo con estos lineamientos, la CTM convocó a los principales organismos obreros y campesinos y a los partidos políticos para formar el Frente Popular Mexicano. La Confederación Nacional Campesina, la Confederación General de Trabajadores, la Confederación Regional Obrera Mexicana, fueron invitadas, así como el Partido Comunista Mexicano (PCM) y el PNR. Las pugnas inter-gremiales y el inevitable choque de ideologías e intereses hicieron que fracasara el intento del Frente Popular Mexicano. La decisión de la CTM de participar en las elecciones fue "criticada por los miembros del PCM, que pertenecían al Comité 27

Mario Ojeda Revah,” La dimensión internacional de Lázaro Cárdenas”, en Adolfo Gilly y Mario Ojeda Revah, Iconografía de Lázaro Cárdenas, Madrid, Turner, 2007, pp. 31-56.

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Nacional de la Confederación, lo mismo que por algunos sindicatos que veían en esta decisión el regreso a los errores que había cometido la CROM". Esta alianza con el gobierno por medio de su vinculación con el PNR para participar en las elecciones para diputados en 1937, significó para el partido la posibilidad de contar con bases populares, de las cuales carecía, y, a su vez, limitaba la posición de los callistas dentro del partido. Con esta actitud, Lombardo Toledano fortaleció su posición dentro del gobierno, aunque también el movimiento obrero lombardista perdió autonomía frente al Estado, ganando terreno a los comunistas. Durante la realización del V Consejo Nacional, en mayo de 1937, la CTM sufrió la pugna entre los comunistas y los fidelistas y provocó el enfrentamiento con el mismo grupo que se opondría a la participación electoral. El resultado de este conflicto fue que los sindicatos controlados por los comunistas y otros que se oponían a las maniobras de Fidel Velázquez, abandonaran la CTM. Esta crisis significó, para Lombardo, la pérdida del control del movimiento; por lo tanto, su alianza con los cardenistas era indispensable para conservar su liderazgo. Pese a los deseos "unificadores" de Lombardo, las crisis de la CTM de 1936 y 1937 tuvieron repercusiones en la unidad lograda por la Confederación, pues el sindicato minero abandonó la CTM y, en 1937, el Sindicato Mexicano de Electricistas, así como el Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana, hicieron lo propio. Los petroleros permanecieron en ella, debido a que la inminencia de la huelga contra las compañías petroleras los obligó a mantener su relación con la CTM y con ello asegurar su apoyo. Así pues, la posición del PNR -fortalecido con el pacto electoral- tuvo como consecuencia no aceptar ser incluido en el Frente Popular, en igualdad de condiciones con otras organizaciones sindicales y con el PCM. El 18 de diciembre de 1937, el presidente dirigió un manifiesto a la nación sobre la transformación del PNR, poniendo fin al proyecto comunista y lombardista de formar un frente bajo su dirección.28 En marzo de 1938, pocos días después de la expropiación petrolera, se celebró la Convención Constituyente del Partido de la Revolución Mexicana (PRM), el cual quedó formado por cuatro sectores: el obrero, el campesino, el popular y el militar. En el sector 28

Víctor Manuel Durand, La ruptura de la nación, México, UNAM, 1986, p. 23.

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obrero participaron la CTM, la CROM, la CGT, el SME y otros; es decir, la CTM tuvo que compartir su posición con organizaciones que le eran opuestas, como la CROM y la CGT, así como los sindicatos independientes de la industria. El frente popular quedaba finalmente constituido a la mexicana, sin embargo, estaba muy lejos de asemejarse a lo que sus precursores se habían planteado. El 8 de septiembre de 1938, 37 delegados latinoamericanos se reunieron en una asamblea celebrada en Ciudad de México, convocados por Lombardo Toledano, para constituir solemnemente, la Central de Trabajadores de la América Latina. Esta, fue recibida con gran entusiasmo por la mayoría de los dirigentes sindicales de la región, los cuales aceptaron sumar fuerzas bajo el espíritu del Frente Popular. El congreso contó con la participación de John L. Lewis de la CIO norteamericana y, de manera destacada de Léon Jouhaux, secretario general de la CGT francesa.29

Cárdenas, Blum y las oposiciones de derecha. Tanto Blum como Cárdenas enfrentaron los embates tanto de las prensas conservadoras de sus respectivos países, como el desafío de los grupos de ultraderecha surgidos al calor de sus gobiernos. En Francia, el primer ministro debió de padecer acusaciones tan delirantes como la de ser espía al servicio de los “boches”, así como violentas diatribas antisemitas por su origen judío y de modo más alarmante las consignas que proferían: “mieux vaut Hitler que Blum” (antes Hitler que Blum)30. Charles Maurras a través de su periódico Action Française fue concluyente, al afirmar en su edición del 5 de junio de 1936: “El gabinete judío ha sido constituido (…) su existencia plantea el debate entre los nacionales y los apátridas”. En el curso de los meses siguientes los ataques habrán de multiplicarse, se le acusa de no haber nacido en Francia, sino en Besarabia, es decir de ser un judío oriental. El semanario de ultraderecha Gringoire, acusó al Ministro del Interior del Frente Popular, Roger Salengro de desertor en la Gran Guerra y de haber pasado 29 30

Patricio Herrera González, óp. cit.

Ralph Schor, L'antisémitisme en France dans l'entre-deux-guerres: prélude à Vichy, Editions Complexe, 2005, p.158.

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información al enemigo, esto es, de traidor a la patria. Dicha campaña culminaría con el suicidio de Salengro, en noviembre de 1936.31 Más allá de los ataques ad hominem, la prensa conservadora y extremista francesa recurrirá al espantajo del comunismo.32 Bajo el cardenismo hubo una libertad de prensa virtualmente irrestricta, lo que permitió que la prensa diera rienda suelta contra el Presidente y sus políticas. La totalidad de la gran prensa, con excepción de El Nacional Revolucionario, órgano oficial del PNR y su sucesor el PRM, eran profundamente conservadores y adversos a las políticas del régimen. Tal fue el caso de El Universal y Excélsior, principales diarios de la época. Se publicaban, además, pasquines y revistas de abierta orientación fascista como El Hombre Libre u Omega, o bien la revista Timón de José Vasconcelos, cuyas exaltadas diatribas nunca fueron objeto de censura. Dichos medios, junto con los arriba citados, desataron campañas abiertas contra el presidente.33 A mediados de los años treinta surgieron en México varias organizaciones semejantes en muchos aspectos a la derecha radical religiosa, excepto en la orientación religiosa general de su ideología. Aunque coincidían con ella en su ultranacionalismo, antiparlamentarismo y anti marxismo, su oposición al gobierno mexicano no estaba del todo motivada por la persecución religiosa.34 Así por ejemplo, sobresaldrían las Camisas Doradas o Acción Revolucionaria Mexicanista (ARM), grupo abiertamente fascista y antisemita encabezado por el General Nicolás Rodríguez, o la Unión Nacional Sinarquista (UNS), creada en 1937, auténtica organización de masas de base campesina, vinculada ideológicamente a la Iglesia católica, que se había radicalizado contra las medidas "socializantes" del cardenismo. Una de las críticas más duraderas a los regímenes emanados de la Revolución Mexicana fue la que se organizó en torno al Partido Acción

31

Jacques Rouvière, L'Affaire Salengro ou les bas-fonds de la politique, Paris, Belfond, 1982.

32

Olivier Dard, op, cit, pp. 135-136.

33

Mario Ojeda Revah, op, cit, pp. 245-248.

34

Hugh Campbell, La derecha radical en México.1929-1949, México, Sepsetentas, 1976.

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Nacional (PAN), fundado en 1939 por Manuel Gómez Morín, como reacción de las clases medias urbanas a las políticas cardenistas.35 Si Blum sucumbió al embate de la derecha, Cárdenas consiguió sobrevivir a la embestida lanzada por los sectores conservadores en México. No obstante se vería obligado a moderar sus políticas y a efectuar un cambio de rumbo, poniendo con ello término a la era de las reformas revolucionarias en México, tal y como testimonia la designación de Manuel Ávila Camacho como su sucesor, en vez de Francisco Múgica. Cárdenas terminó su periodo presidencial en medio de una notoria, que no generalizada, impopularidad. Más temprano de lo que hubiera querido, en 1939, se desató la carrera de la sucesión presidencial y con ella un alud de críticas virulentas provenientes de la derecha. Muchas de ellas eran absurdas o inverosímiles. Basta leer las opiniones de Carlos Pereyra, entre muchos otros: «El Estado Mayor bolchevique, compuesto de mexicanos enviados a Rusia... la colectivización de la tierra. Rusia en todo». La iracundia de los círculos clericales los llevó a creer que Cárdenas había sido tan fanático como Calles. Incluso personajes de otro modo tenidos por sensatos, como Manuel Gómez Morín criticaron «la conducta absurda» de México en Ginebra... y la que siguió, ante la llegada del exilio español «permitiendo que los funcionarios mexicanos se convirtieran en agentes... de facciones que nos son extrañas». Las clases altas lo llamaron despectivamente «El Trompudo», entre otras lindezas.

35

Véase, John Sherman, The Mexican Right: The End of Revolutionary Reform, 1929-1940, Westport, Connecticut, 1997.

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