El Carácter asintomático y a-histórico de las crisis políticas del capital

June 19, 2017 | Autor: L. Millán Chacón | Categoría: Marxism, Venezuela, Ciencia Politica, Ciencias Sociales
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El Carácter asintomático y a-histórico de las crisis políticas del capital Desde que comenzamos un análisis en las perspectivas o campos políticos de la sociedad, saltan a la vista elementos que carecen de conciencia o de reflexión y cuya causa parece ser la nada. Esto, un tema de conexiones que no se disponen a dar a partir del desconocimiento, sino que, tras ser una composición de la consciencia, es que se hacen posibles. En el presente artículo es necesario tener en cuenta dos elementos fundamentales: 1) El carácter mediocre de la política sin el hecho económico como base (fundamento capital del marxismo), y 2) La consecuencia directa de esto, es decir, el hecho moral como explicación del fenómeno político. Error clásico de la izquierda descuidada. Desde unos años para acá sorprende la cantidad de problemas que en el mundo se desenvuelven con nada más que una premisa en un diario local y una entrevista como finalización del conflicto, desde temas olvidados como el golpe parlamentario en Honduras hasta revueltas "anticuadas" como la de Egipto y la posterior conformación de su gobierno "palurdo" y a-político. Desde afirmaciones severas como la que realiza Galeano sobre el tema de palestina hablando de que, con respecto del pueblo palestino, "le tocó pagar por el holocausto que no cometió" y de cómo este crimen del cual por años se han quejado (y mediante el cual justifican sus acciones) los lideres sionistas no ha sido más que un deporte practicado por toda Europa desde la expulsión de los moros de España. Hemos tenido serios problemas, la izquierda nacional, para analizar estos materiales en conjunto, y los seguimos teniendo. Actualmente se desarrollan elementos de la política que no son más que el "efecto dómino" (que no por ello sea simple) del movimiento del capitalismo mundial, ahora: ¿Cómo explicar y asumir este fenómeno? dicha sentencia genera, en la coyuntura venezolana actual, mas dudas que respuestas y eso es así por la falta de bases teóricas que se han construido respecto, no solo al análisis coyuntural (que demasiado de coyuntura tiene) sino al análisis como totalidad, como síntesis y resultado del proceso de abstracción político legado por Marx como herramienta fundamental de la crítica al capitalismo en su obra cumbre "El Capital". La razón de ser de este artículo radica en otro de recomendada lectura: La entrevista a Éric Toussaint titulada “¿Podemos aprender algo del ejemplo griego?” y publicada en Aporrea.org el día 10 de noviembre del corriente año. Este es un ejemplo de señalamiento de lo que aquí llamaremos el carácter enfermo del capitalismo para ocultar sus síntomas. A simple vista estos parecen estar. Lo difícil, diría el ojo poco entrenado, radica en determinar la enfermedad del sistema. Eso yerra de desorganizado. El sistema posee en niveles básico aquellas características que percibimos en su forma acabada, y que muchas veces estudiamos de esta manera ¿Por qué? Marx diría que porque “resulta más fácil estudiar al organismo desarrollado que a la simple célula”, y esto tiene un sentido metodológico si lo comparamos con la forma desde la cual construyó “El Capital”, a su vez tiene un origen propio en el tema social: Las actuales relaciones políticas a nivel internacional, las formas que van surgiendo en términos sociales como movimientos y el carácter mismo de las protestas son formas de desarrollo de la estructura básica avistada en la mencionada obra del gran pensador alemán. La enfermedad tiene nombre, tiene forma y tiene tratamiento. El presente artículo no se trata de darle una “reivindicación” a esta teoría, pero si es necesaria dicha forma para llegar a lo siguiente: la división del trabajo, divide a su vez todas las formas superiores y supeditadas a esta, por ejemplo la conocida división de disciplinas en una universidad o de labores en una oficina; la forma de trabajo asalariada repercute en los niveles superiores no necesariamente relacionados con el trabajo obrero o trabajo productivo; las relaciones de explotación entre capitalista y obrero han desarrollado una fuerza y una estructura que Lenin correctamente estudió y que no hace sino llevar esta forma a su superlativo internacional conforme el desarrollo capitalista. El capital se reproduce a si mismo doblemente: 1) en el espacio físico

donde crece en potencia, y destruye creciendo, y 2) en el espacio mental donde crea destruyendo, conciencias y tabúes, interesantísimas en el estudio del psicoanálisis (y que le dan vida a esta ciencia) y peligrosísimas de descubrir y de socializar, la llamada ideología ya tiene en el sistema capitalista su propio analista, el psicólogo psicoanalista. Lo fundamental de analizar en conjunto esta serie de elementos que se van desarrollando en ambos campos es, en parte, lo que intenta hacer Éric Toussaint con respecto del caso de la UE y su particularidad griega. Mencionamos un dato fundamental de esta entrevista: se habla aquí, de un libro publicado por la editorial eslovena CF donde se cuestiona el “¿Quién debe a quien?” de la deuda pública griega con una foto de fondo de soldados alemanes izando la bandera nazi en la Acrópolis de Atenas en 1941. La conciencia histórica es lo que clama la editorial, la capacidad de poder vincular, la posibilidad de saber cambia totalmente las opciones a la hora de llegar a la praxis y en Venezuela eso es una necesidad: praxis con apoyo teórico y claro sentido político. Necesario es estudiar. Llevando el presente artículo a un campo más nacional hablamos entonces de un tema particular que toca a las universidades públicas y que se ejemplifica en mi particular caso como estudiante de la Universidad Bolivariana de Venezuela. Existe una urgencia, y es necesario debatirla entre camaradas y entre revolucionarios, existe la urgencia de ganar el espacio de la unión estudiantil para (o como) la unión para el estudio, buscando dar pie para el lugar de los intelectuales, o mejor dicho (atreviéndome un poco a corregir al camarada Gramsci) el lugar de la teoría en la revolución, no necesariamente de los “intelectuales”, que podrían llegar a ser cualquiera, sino de un común de conceptos y de elementos para la construcción de la conciencia de clase; ya no podríamos hablar del sector “intelectual”, sino del proletario como Marx y Engels le definirían en el Manifiesto del Partido Comunista, es decir, como el pueblo con conciencia de clases. En mi particular creencia manejo la idea de que para el estudiante el estudio es lo que para el trabajador el trabajo, es decir, su punto de conexión con el prójimo y con la práctica revolucionaria. De este conflicto dialectico que surgiría de la unión entre estudiantes para el estudio el producto más clásico y fundamental seria la teoría política con bases, fundamental para el análisis y las conexiones que se necesitan en la actual coyuntura y en la guía de la revolución. No digo, desde luego, que el estudiante sea la vanguardia, ni el líder, ni nada parecido, digo sencillamente que la labor del estudiante revolucionario con la revolución es la labor que sigue la consigna cuba de “quien no sabe que estudie y quien sepa, que enseñe” la masificación del estudiantado tiene que enfocarse en la práctica revolucionaria, contra el capitalismo, y no debe ser enfocada en particularismo banales. Sin embargo esto es un proceso gradual en el cual el estudiante debe ponerse en contacto con dos puntos: 1) El vínculo con trabajo concreto y voluntario (en apoyo al “Che” Guevara y a Fidel Castro, así como a Martí y al mismo Marx), y 2) el vínculo con la teoría y la revolución de las relaciones de trabajo. El estudiante debe estudiar el trabajo, la producción, desde la conciencia de clases y con ella como meta. Así, el tema que tocamos, como el capitalismo cual sistema del olvido y del desinterés, se halla fuertemente afianzado para producir la confusión. Nos da a entender que lo que ocurre, en Grecia, en Portugal, en Siria, lo que ocurrió en Libia, así como miles de aspectos históricos, no tienen conexión alguna. Nos muestra sus razones como hechos asintomáticos, como elementos sin historia, sin principios históricos y no como lo que es. Para esto, para desafiar este orden, para atinar en la praxis, para continuar y globalizar el proceso venezolano y lograr la revolución mundial, necesario es el estudio, el ensayo, la discusión, pero sobretodo el debate con buena base teórica. Hoy más que nunca necesario es vencer y hoy más que ayer un

fantasma recorre Europa, América, África, Asia, Oceanía… El mundo, el fantasma del comunismo.

Bibliografía Galeano, E. (2008). Espejos, Una Historia Casi Universal. Mexico D.F.: Siglo XXI. Marx, K. (1971). El Capital, Tomo I. Mexico D.F.: Fondo de Cultura Económica. Toussaint, É. (09 de noviembre de 2015). La deuda pública, ¿quién debe a quién? (M. Podkrižnik, Entrevistador)

Luis Enrique Millán Chacón C.I: 26152799 Estudiante de la Universidad Bolivariana de Venezuela

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