El bombardeo de Gernika. El conflicto historiográfico y Gernika como simbolo

July 17, 2017 | Autor: Naia Torrealdai | Categoría: GUERRA CIVIL ESPAÑOLA, Guernica, bombardeo de Gernika
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EUSKAL HERRIKO UNIBERTSITATEA

El bombardeo de Gernika El conflicto historiográfico y Gernika como simbolo Naia Torrealdai Mandaluniz 20/05/2015

Durante la Guerra Civil española, la legión Cóndor bombardeo la villa de Gernika. Dicha legión era unidad de aire perteneciente a la Luftwaffe Alemana. La destrucción causada, fue uno de los acontecimientos que mas consecuencias trajo durante la guerra, y después, en la posguerra; la polémica historiográfica (y política, a caso) ha llegado hasta nuestras fechas.

"Hacia el mediodía empezamos a ponernos nerviosos porque había mucho campaneo por el paso de aviones y, además, después de lo acontecido en Durango teníamos más miedo" Cava Mesa, Ma Jesús et Alii. 1 "Salir del refugio y ver aquello fue horrible. Todo el ferial ardiendo, todo era incendio. Todos temblando. ¡Cómo nos íbamos a imaginar que iba a suceder eso! ¡Todo un pueblo quemándose! ¡Ni hablábamos del susto que teníamos!" Cava Mesa, Ma Jesús et Alii.

Podemos decir que esta lucha teórica ha tenido diferentes etapas, y sobre todo, versiones. Al día siguiente del bombardeo, el lehendakari José Antonio Agirre denunció públicamente la autoría del bombardeo; los nacionales. “Ante Dios y ante la Historia que a todos nos ha de juzgar, afirmo que durante tres horas y media los aviones alemanes bombardearon con saña desconocida la población civil indefensa de la histórica villa de Gernika reduciéndola a cenizas, persiguiendo con el fuego de ametralladora a mujeres y niños, que han perecido en gran número, huyendo los demás alocados por el terror. Los aviadores alemanes al servicio de los facciosos españoles han bombardeado Guernica, incendiando la histórica villa, que tanta veneración tiene entre los vascos. Nos han querido herir en lo más sensible de nuestros sentimientos patrios, dejando una vez más de manifiesto lo que Euzkadi puede esperar de los que no vacilan en destruir hasta el santuario que recuerda siglos de nuestra libertad y de nuestra democracia(...)”.2 José Antonio Aguirre. Presidente del Gobierno de Euzkadi.

1

Cava Mesa, Memoria colectiva del bombardeo de Gernika, Gernika Gogoratuz, Gernika-Lumo, 1996 Solé i Sabaté y Villarroya, “España en llamas. La Guerra Civil desde el aire”, Temas de Hoy, 2003, pág. 83 2

La declaración hecha por el Lehendakari pero, fue contestada por la propaganda franquista cuya arma fue atribuir la destrucción de Gernika al propio ejercito de guradis vasco.

Son completamente falsas las noticias trasmitidas por el ridículo presidente de la República de Euzkadi relativas al incendio provocado por las bombas de nuestros aviones en Guernica. Nuestros aviadores no han recibido ninguna orden de bombardear esa población. Los incendiarios son los que, el verano pasado, incendiaron Irún y ayer Éibar. En la imposibilidad de contener el avance de nuestras tropas, los rojos han destruido todo y acusan a los nacionalistas de hechos que no son más que la puesta en práctica de sus criminales designios. ¡Miente Aguirre! Miente vilmente. En primer término no hay aviación alemana ni extranjera en la España Nacional. Hay aviación española. Noble, heroica aviación española que lucha constantemente con aviones rojos que son rusos, franceses y conducen aviadores extranjeros. En segundo lugar, Guernica no ha sido incendiada por nosotros, la España de Franco no incendia. La tea incendiaria es monopolio de los incendiarios de Irún, de los que han incendiado Éibar, de los que trataron de quemar vivos a los defensores del Alcázar de Toledo3

Esta versión fue oficial en España varias décadas, pero ha de decirse que la veracidad de esta postura fue imposible a la luz de las declaraciones que incluso los ex pertenecientes de la Legión Cóndor eran auto incriminatorias. A la luz de esto, “tanto Talón como otros autores , […] absuelven de toda responsabilidad a los dirigentes nacionales y, por supuesto, al propio Franco, tratando de demostrar que la destrucción de Gernika fue obra exclusiva de os aviones alemanes”4. Siendo esta postura la defendida por casi todos los autores políticamente favorables o pronacionales, incluso, hasta nuestros días. Hay que hacer gran referencia a las primeras notificaciones sobre el bombardeo que aparecieron en la prensa republicana. “Eran dos notas oficiales, una de Agirre y otra de la delegación gubernamental vasca ante el Gobierno de la República en Valencia […] se hacía recaer toda la responsabilidad única y exclusivamente sobre los alemanes, disculpando a las autoridades nacionales en lo relativo a su posible participación en la decisión de bombardear la ciudad”5. Tenemos como ejemplo la afirmación de Ricardo de la Cierva en 1976 que al mismo tiempo que confirmaba la acción unilateral de los

Solé i Sabaté y Villarroya, “España en llamas. La Guerra Civil desde el aire”, Temas de Hoy, 2003, págs. 83-84 4 Bernecker, Walther L., “Gernika y Alemania: Debates Historiográficos”, Historia Contemporánea ,35, 2007, pág, 515 5 Ibídem, pág. 508 3

alemanes, sin conocimiento de Franco ni de Mola, también atribuía la destrucción a “la acción simultanea de los comandos de incendio del Ejercito republicano en retirada”6.) Es importante también la presencia del periodista George Steer, que se encontraba como corresponsal de guerra en Bilbao. Su crónica, el 28 de abril de 1937, fue primera plana del Times y del New York Times. Conmocionó a la opinión pública mundial al revelar la participación secreta del nazismo en el devastador ataque aéreo de la ciudad, puso al descubierto que los aviones eran alemanes. Reveló al mundo la activa intervención en la guerra civil española de la Alemania nazi, que luchaba al lado de los nacionales.

"La declaración publicada por Salamanca según la cual Guernica ha sido destruida por los rojos es absolutamente falsa. Personalmente hablé con más de 20 refugiados de Guernica en los alrededores de la ciudad la noche de la destrucción. Excepción hecha del número de aviones que la bombardearon, todas las declaraciones coinciden en todos sus detalles. [...] La evidencia neta que Guernica ha sido destruida por la aviación se demuestra con lo siguiente: en toda la ciudad y en los techos que no habían sido destruidos por el incendio se veían innumerables huecos de bombas que no estaban a mediodía, cuando yo visité Guernica. árboles arrancados de cuajo o con las ramas peladas por la metralla...Un periodista recogió conmigo tres bombas, las tres alemanas, con fecha de 1936. Todo el mundo sabe que en el pueblo un gran número de mujeres y niños han sido atacados en un refugio contra las bombas y es evidente que éstos no habrían ido a refugiarse en un lugar que los rojos tenían intención de incendiar... Yo estuve en Guernica hasta la 1,30 de la madrugada y en ninguna parte podía sentirse el olor a petróleo... Una gran parte de Guernica no es un montón de cenizas, sino un montón de escombros." 7 George Steer, The Times, 6 de mayo de 1937

Basándose en los diferentes testimonios y acercándose a sus propias políticas, en la versión inglesa de los hechos (y en la alemana) la responsabilidad de la destrucción se reparte entre Richthofen y Vigón, esto es, entre los dos estados de Alemania y España, mientras que en la castellana la decisión de destruir Gernika recae exclusivamente en el teniente coronel alemán. Está claro que la clave en este tema es la gran diferencia de

Bernecker, Walther L., “Gernika y Alemania: Debates Historiográficos”, Historia Contemporánea ,35, 2007, pág, 512 7 George Lowther Steer, “The tragedy of Guernica town destroyed in air attack. Eye-witness’s account” The times, 27 de abril de 1937, Texto en castellano en El bombardeo de Gernika, http://www.eitb.eus/es/noticias/afondo/bombardeo-gernika/personajes/detalle/865246/george-l-steer/ 6

versiones que se imponen, entreviéndose las implicaciones políticas y geográficas (ligadas con la cultura histórica y teórica) al que cada uno responde.

Esta alteridad no solo se encuentra en la cuestión de la responsabilidad si no que llega más lejos cuando también se pone entre-dicho la forma en la que el bombardeo se efectuó y el número de víctimas que este causó. Salas Larrazábal afirmó, en 1981, que, en contra lo que se dice y repite, la permanencia de los Junkers sobre Gernika tuvo que ser de pocos minutos; según él, carece de fundamento la teoría de varias pasadas sucesivas, con lanzamiento de bombas explosivas en las iniciales y de incendiarias en las siguientes. Una de las fuentes más importantes del bombardeo es la descripción hecha por el teniente coronel Richthofen en su diario; bajo la fecha 30 de abril de 1937, son las cifras exactas, tanto de la población de Gernika como de las víctimas del bombardeo. Según testimonios altamente contradictorios, a principios de 1937 Gernika tenía entre 2.000 y 10.000 habitantes; la mayoría de los autores habla de unas 6.000 personas, a las que habría que añadir otras 4.000 entre refugiados y campesinos que acudieron aquel día al mercado, por lo que unos 10.000 civiles estuvieron expuestos al bombardeo. La población presente en la villa en el momento del bombardeo no podía haber excedido, según esta versión, en ningún caso las 4.000 personas, según Larrazabal. Castor de Uriarte, en su libro Bombas y mentiras sobre Guernica ha llegado a la conclusión de que «pueden calcularse los muertos en 250 y los heridos en muchos más»8. Debido a que los vencedores de la Guerra Civil nunca realizaron indagaciones serias sobre el número de muertos y tampoco permitieron investigaciones por parte extranjera, probablemente jamás se llegará a saber la cifra ni siquiera aproximada de las víctimas.

Hay que remarcar de todas formas, que aunque el discurso sobre las cuestiones ya mencionadas es muy diverso y chocante, el debate más intenso e interesante se da en torno al porqué del bombardeo. Siempre, presentado como “accidente” no intencionado, esta versión sigue siendo presentada por casi todos los alemanes que intervinieron en el bombardeo, así como por gran parte del periodismo conservador alemán y estadounidense. Según este argumento, la intención primordial consistía en destruir el puente de Rentería. “Pero, si verdaderamente la finalidad principal era «atacar el puente», cabe preguntarse si para destruir un puente era necesario ametrallar a la población civil, movilizar durante tres horas aviones y lanzar bombas incendiarias”9. Tras tres horas y media de bombardeo y tras haber lanzado entre 31 y 41 toneladas de bombas, el supuesto blanco principal del bombardeo, el puente de Errenteria, de 20 metros de longitud, no fue ni tan siquiera tocado. Más aún, algunos de los principales testigos del bombardeo se protegieron durante el bombardeo 8

Uriarte, Castor, Bombas y mentiras sobre Guernica: acusa su arquitecto municipal cuando la guerra, Gráficas Ellacuria, Bilbao, 1976, pág. 82 9 Bernecker, Walther L., “Gernika y Alemania: Debates Historiográficos”, Historia Contemporánea, 35, 2007, pág, 518

precisamente bajo este puente. Jesús Salas y Ferdinando Pedriali han apuntado que si bien el puente de Errenteria era en efecto el objetivo principal de la aviación nacional, debido a las limitaciones técnicas propias de los aviones de aquella época, no es extraño que los bombarderos erraran el tiro10. De hecho, de acuerdo con Salas, de un total de 32 impactos de bombas de gran tamaño registrados en Gernika, 27 distaban más de 250 metros del puente11. Estos autores afirman que los bombarderos lanzaron sus bombas desde las astronómicas alturas de 3.800 metros cuando el propio Richthofen afirmó en mayo de 1937 que Gernika se había bombardeado a una altura de entre 600 y 800 metros.Si bien las fuentes oficiales franquistas y alemanas negaron que Gernika hubiese sido bombardeada, algunos medios militares filtraron la noticia del ataque, haciéndolo pasar por un bombardeo estratégico cuyo objetivo sería destruir el puente de Errenteria, de alrededor de 20 metros de longitud y escasamente 10 metros de ancho12. Fue el historiador alemán Klaus A. Maier quien avivo el interés entorno a la pregunta acerca de la intención perseguida con el bombardeo, quien hizo uso exhaustivo del diario de campaña del teniente coronel Freiherr Wolfram von Richthofen. Según Maier, el ataque iba dirigido, en un principio, “a interrumpir las comunicaciones por carretera entre el noreste de la ciudad y el puente de Rentería; pero el mando alemán nunca desechó por completo la idea de bombardear la ciudad misma”13. La explicación de Maier sobre el porqué no dieron las bombas en el objetivo cae en el impedimento visual que por una parte causaron las primeras bombas, las malas condiciones atmosféricas y las desfavorables técnicas de tiro. “Maier acepta como verídicas las declaraciones de Richthofen relativas a la finalidad del ataque: la obstrucción de la circulación por las carreteras adyacentes o la interrupción de las comunicaciones con Gernika”14. Bien se advierte que el autor liga la destrucción de Gernika por una serie de malas condiciones. Se ha afirmado posteriormente que “las finalidades estratégico-militares del ataque […] fue la experimentación de un material de guerra nuevo”15; esto es, se basa en la hipótesis de que la finalidad más importante fue devastar moralmente a la ciudadanía, y esta forma de ataque o de guerra, dirigida a los civiles, la villa misma, era un tipo de guerra que después se emplearía en la Segunda Guerra Mundial, y posteriormente.

Lo que sí es evidente es el profundo trauma que causo el bombardeo de Gernika en el seno de la ciudadanía vasca. La via para una reconstrucción, recuperación y resolución moral comenzó finalizado el Franquismo, con los intentos de la Comisión de 10

Villa, Imanol, Gernika, el bombardeo, Idem4 & Expressive S.L., Bilbao, 2008, pág. 94. Salas Larrazábal, Jesús, Guernica, Rialp, Madrid, 1987, p. 158. 12 Uriarte, Castor, Bombas y mentiras sobre Guernica: acusa su arquitecto municipal cuando la guerra, Gráficas Ellacuria, Bilbao, 1976, pág. 44. 13 Bernecker, Walther L., “Gernika y Alemania: Debates Historiográficos”, Historia Contemporánea ,35, 2007, pág, 519 14 Ibídem 15 Ibídem. 11

Gernika en Alemania de conseguir una aceptación de la responsabilidad. Pero los intentos del delegado de la Comisión fueros vanos, al igual que el Gobierno socialista de Madrid no cooperó, el Gobierno de Bonn rehuyó de toda responsabilidad. A pesar de la respuesta negativa, la Comisión no se dejó desanimar. Se dirigió a gran número de organizaciones, recibió apoyo moral, pero también se encontró con reservas. Casi todos los que estaban a favor del proyecto recalcaban no sólo la culpa moral de los alemanes, sino además la importancia que una medida de apoyo de este tipo tendría que tener para el afianzamiento de la joven democracia española. “El carácter simbólico era evidente: Si la democracia de la Segunda República había sido destruida también (y sustancialmente) por la intervención alemana, la ayuda material a Gernika por parte de la nueva democracia alemana hubiera sido una señal de solidaridad política con la nueva democracia española”16. Fue en 1987, con motivo del 50 aniversario de la destrucción, lo que se conoció como “Gernika 37-87”, el tema Gernika se politizó definitivamente. En abril, el Aberri Eguna, con los actos del programa de cuatro días organizado por la plataforma “Gernika 37-87” donde La izquierda abertzale, en aquella época bajo las siglas de Herri Batasuna, organizó una Convención para la Soberanía y la Paz, a la que acudieron personalidades de todo el mundo, desde representantes sudafricanos, palestinos y saharauis hasta miembros de Sinn Féin. La indiscriminada carga de la Ertzaintza, que produjo varios heridos hizo evidente el malestar de la época.

Después de muchas polémicas entre los partidos en el Parlamento alemán, una declaración oficial del ministro de Estado Helmut Schäfer concluía el debate en mayo de 1988: “Debido a que existe el deseo del lado vasco de obtener ayudas financieras del extranjero, una aportación alemana sería bien venida. Losabemos. Hemos tomado nota de eso. Ahora vamos a esperar. No hay más que decir sobre este tema”17. 1994 que el Gobierno de Bonn finalmente garantizó una financiación parcial de doce millones de marcos para un centro de formación profesional; a Gernika, no llego nada de este dinero. Finalmente, en el sesenta aniversario del bombardeo de la villa vasca, después de varios negocios en desacuerdo, el presidente federal Roman Herzog envió al pueblo Gernika un mensaje asumiendo la culpabilidad y la empatía de Alemania hacia la villa. Al mismo tiempo insistieron en la reivindicación del alcalde de Gernika, Eduardo Vallejo, que exigía del Gobierno español de José María Aznar «que se desprenda oficialmente de aquella gran mentira del dictador por la cual los vascos hemos sido acusados de haber destruido nuestra propia villa».48 El Gobierno español, sin embargo, no hizo ninguna declaración ni con motivo del sesenta aniversario de la destrucción de Gernika ni después.

Bernecker, Walther L., “Gernika y Alemania: Debates Historiográficos”, Historia Contemporánea ,35, 2007, pág, 523 17 Ibídem, pág. 525 16

Se puede decir que el bombardeo de Gernika supone un antes y un después en el imaginario vasco; de la concepción de Gernika como sitio “de la libertad y la democracia vascas”18, la villa foral se convirtió “en la ciudad mártir que reflejaba las crueldades y atrocidades de la guerra […] y el sufrimiento de las victimas, así como el ansia de paz”19 Desde entonces, Gernika se ha convertido en un ingrediente imprescindible del universo simbólico vasco. La aprobación del proyecto de Estatuto de autonomía de 1979 en la villa foral confirmó y consolidó la presencia de este lugar de la memoria en la cultura política vasca. Se ha convertido en metonimia, en icono e imagen de las consecuencias de la Guerra Civil. Su expresión en el contexto artístico tanto nacional como internacional ha hecho que se vuelva centro de memoria histórica, eje simbólico e identificativo tanto de nacionalistas como republicanos. En palabras de Ludger Mees, “Gernika es probablemente el lugar de la memoria vasca par excellence”20; y esto se refleja claramente en la cita grabada en el Museo de La Paz de Gernika, donde dice; “Ahaztu ez da eiten, barkatu ein be izaten da, baia ahaztu…ez da eiten”.21

Mees, Ludger, “Gernika como símbolo”, Historia Contemporánea, 35, 2007, pág. 533 Ibídem 20 Ibídem, pág. 531 21 “No se olvida; perdonar, sí que se perdona pero olvidar…nunca se olvida” 18 19

BIBLIOGRAFÍA

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