El aspecto físico de los dioses mayas. 2011. Arqueología Mexicana nov.

July 6, 2017 | Autor: Ana García Barrios | Categoría: Maya Art, Mayan Studies, Maya Iconography, Mayan Religion, Maya Gods
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Descripción

El aspecto físico de los dioses mayas modelado cefálico y otras marcas corporales Ana García Barrios, Vera Tiesler

El amplio repertorio de formas cefálicas que aparece en el registro esquelético y las representaciones de la gente del periodo Clásico encuentra sorprendentes paralelos en los semblantes de los dioses venerados por los antiguos mayas.

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n todas las culturas del mundo, los dioses son modelos a seguir o imitar por los humanos. Los católicos piensan que están hechos a imagen y semejanza de Dios. Seguramente, los mayas antiguos tenían una concepción similar y los distintos dioses que conformaban el panteón maya influyeron de forma decisiva en el aspecto físico de la población. Cada deidad se caracterizaba por rasgos propios, y el modelado de la bóveda craneana era uno de los atributos que las distinguía. En este sentido hay que resaltar que las variadas modelaciones cefálicas en el panteón de los dioses mayas del Clásico encuentran concordancia con el diversificado repertorio de las formas cefálicas logradas entre los antiguos pobladores, como se observa en los restos esqueléticos y en el registro iconográfico del área maya (fig. 1). La modelación cefálica era común entre los mayas prehispánicos y se lograba empleando tablillas libres o cunas compresoras sobre el cráneo, con lo que se alcanzaba una gran diversidad, sin precedente durante el primer milenio de nuestra era. Esta costumbre corporal maya ya ha sido tema de varias aportaciones anteriores en esta revista, por lo que en este ensayo se ofrece una visión complementaria, centrada en los dioses mayas. Para ello, se ha revisado una extensa base de datos de imágenes “sacras”, en las que se advierte la forma cefálica particular que las convenciones artísticas de antaño atribuían a cada deidad. Los dioses mayas Desde que a principio del siglo xx, Paul Schellhas y Eduard Seler, entre otros, realizaron los primeros estudios sobre los códices del Posclásico, mucho se ha dicho de los dioses de esta etapa final de la cultura maya antigua. En ese momento, al no estar descifrados sus nombres, fue cuando se les asignó a cada uno una letra del alfabeto para poder distinguirlos. Con el paso del tiempo, los hallazgos arqueológicos y el avance en el desciframiento de la escritura jeroglífica maya, se ob-

servó que los dioses del Posclásico eran los mismos que los del panteón maya del Clásico. Así, el dios E de los códices es el dios del maíz del Clásico. El D es Itzamnaaj, dios relacionado con el conocimiento, la sabiduría y la escritura y que lleva la frente adornada con un lirio con el signo de oscuridad. El dios K es K’awiil, dios de la abundancia, entidad asociada con la magia y la adivinación a través de su pierna serpentina (Valencia y García Barrios, 2010). El dios B es Chaahk, dios del rayo, la llu-

1. Los mayas del Clásico modelaban el cráneo de las personas con tablillas libres, un dispositivo que constaba de dos tablillas de madera: una comprimía el cráneo en la parte frontal, otra en la posterior, y se ajustaban con cuerdas o vendas conforme la calota craneana se reclinaba hacia atrás, forma conocida como tabular oblicua. Las personas con este tipo de modelado fueron sometidas a este procedimiento cuando eran niños. Esta figurilla femenina tiene cara prominente, la cabeza fuertemente reclinada y la línea de inserción capilar retraída, producto del modelado del cráneo. Jaina, Campeche. Foto: Jorge Pérez de Lara / Raíces

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2. Los mayas del Clásico representaban a sus dioses con aspecto antropomorfo, y una de sus característica era el modelado del cráneo de tipo tabular erecto. a) Chaahk, dios del rayo. Tumba 116. Tikal, Guatemala. b) K’awiil con el hacha flamígera clavada en la frente, una de las peculiaridades por las que se distingue esta deidad. c) K’inich, dios del Sol.

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Dibujos: Linda Schele, Karl Taube

via y la guerra, quien siempre se muestra blandiendo su hacha-rayo (García Barrios, 2009). El dios G es K’inich, dios del Sol, que se distingue principalmente por la mirada bizca, el diente en forma de T y el signo cuadrilobulado de Sol o día, k’in, en su frente, brazos y piernas. Pero aún faltan por conocer los nombres exactos de otros dioses relevantes del Clásico, en especial de aquellos que tienen rasgos físicos de ancianos, como por ejemplo el del dios N, quien está asociado con el interior de la Tierra a través de la caracola; o el dios L, quien viste una larga capa con los diseños llamados chevrones, cubre su cabeza con un amplio sombrero de plumas sobre el que se asienta un gavilán y se ayuda de un báculo para caminar. Este anciano siempre ha sido considerado el dios de los mercaderes. Todos estos dioses debieron desempeñar durante el Clásico un papel trascendental en la sociedad maya. Muchos de ellos formaban parte de importantes narraciones mitológicas, que sin lugar a dudas influyeron decisivamente en la vida de los mayas. Gracias a que los artistas del Clásico los representaban mediante convenciones y atributos físicos individuales, así como con una indumentaria distintiva, cada deidad del panteón maya puede reconocerse hoy con relativa facilidad. 3. Cráneo con modelado de tipo tabular erecto, norma lateral izquierda. Cráneo 19 (1967/68), Cenote Sagrado, Chichén Itzá, Yucatán. Dirección de Antropología Física, inah. Foto: Vera Tiesler

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Convenciones en la representación cefálica de los dioses Los maestros escribas-pintores mayas en general y los del Clásico en particular representaron tanto a los seres mortales como a los inmortales siguiendo unos cánones establecidos desde el Preclásico y comunes a toda Mesoamérica. Nos referimos a la predilección por

la representación del cuerpo de frente y la cabeza de perfil. ¿Por qué? Muchas veces se ha planteado que los artistas no dominaban suficientemente la técnica pictórica o escultórica como para pintar o representar un rostro de frente, sin embargo, parece más acertado pensar que resaltaban el perfil precisamente como silueta distintiva de cada individuo. Así, se puede decir que salvo el caso del anciano dios de los venados, que en ocasiones aparece retratado de frente en su lecho de muerte, todos los dioses del Clásico se muestran por lo general de perfil, característica importantísima que pensamos destacaban los artistas de manera intencional para resaltar e individualizar el contorno cefálico de cada dios. De esta manera, y como ya apuntaba Claude François-Baudez en Una historia de la religión de los antiguos mayas, los antiguos mayas reprodujeron principalmente dos modelos físicos de dioses. El primero es el aspecto antropomorfo, como en los casos de Chaahk y K’awiil, que presentan los labios superiores alargados y en ocasiones el cuerpo serpentino. De la misma manera, se tendría que englobar en esta categoría a Itzamnaaj, pues además de que puede tomar aspecto de ave, su apariencia es de anciano, así como a K’inich, quien pese a tener un perfil con nariz corta y roma, presenta el característico ojo desorbitado de los dioses antropomorfos (figs. 2a, 2b, 2c). Aunque cada uno de los dioses arriba citados muestran matices individuales que les convierte en seres únicos, todos ellos comparten una característica física: una bóveda craneana alta y achatada, es decir, con modificación tabular erecta, la cual los antiguos mayas conseguían colocando al recién nacido en una cuna con tablillas compresoras en la parte frontal y posterior de la cabeza durante los primeros meses de vida (fig. 3). Esta forma cefálica distingue al grupo de deidades arriba citada de otras, como el dios del maíz y los dioses viejos, de los que se hablará más adelante, o el dios A o de la muerte, a quien usualmente se representa con una morfología natural de la cabeza, es decir, sin ninguna modificación cefálica. De esta ma-

4. La práctica del modelado del cráneo con aplanamiento en el vértice está documentada desde la segunda mitad del Clásico en los litorales peninsulares y áreas aledañas mayas, y de forma notable en Jaina, San Gervasio y Chichén Itzá. La presencia de los cráneos modelados con aplanamiento superior perduró hasta siglos después del colapso maya del Clásico. Cráneo con aplanamiento superior. Jaina, Campeche.

Los distintos dioses que conformaban el panteón maya influyeron de forma decisiva en el aspecto físico de la población. Cada deidad se caracterizaba por rasgos propios, y el modelado de la bóveda craneana era uno de los atributos que las distinguía.

Foto: Vera Tiesler

nera, los de este primer grupo, clasificados como dioses antropomorfos, suelen representarse con la frente alargada hacia arriba y prominente, y a menudo apartada del resto de la bóveda, como es el caso del dios Chaahk, con el hueso frontal delineado, o el caso de la frente de K’inich. En algunas ocasiones, la frente, vista de perfil, es recta, y en otros cóncava y con la línea de inserción capilar retraída, como en el caso del dios K’awiil, simulando así los efectos que los instrumentos cefálicos compresores debieron tener en los humanos (fig. 2b). En tanto que la frente se realzaba visualmente, en las antiguas representaciones de los dioses se achataba la parte trasera de la cabeza o incluso se le eliminaba por completo. Así, el dorso cefálico adquiría un perfil recto o incluso cóncavo que se delineaba inmediatamente detrás del pabellón auricular, eliminando de esta manera la protuberancia occipital. Este aspecto, junto con la elevación general de la bóveda, recuerda el resultado obtenido en los humanos mediante la modificación cefálica en cuna, del tipo tabular erecto comentado arriba. Igualmente, los surcos pos-coronales interrumpen el contorno cefálico cercanos a la inserción capilar, recordando la antigua práctica cefálica que tanto acostumbraban los humanos (fig. 3). En el segundo grupo se encuentran los dioses representados con el semblante puramente humano. Éste es el caso de los dioses ancianos, especialmente el dios N, el dios de los venados, el dios L e Itzamnaaj en su aspecto humano. Sus rostros están definidos por las arrugas, muestran perfil con marcada nariz aguileña y barbilla prognata indicativa de la pérdida de dientes. Como dato curioso, estos ancianos siempre aparecen rodeados de voluptuosas y hermosas jovencitas. Los ancianos también lucen una forma cefálica reminiscente del tipo tabular erecto, aunque menos pronunciado que en el modelo anterior, sobre todo el dios L (y en menor grado el dios N), que muestra un aplanamiento adicional en la cima de la cabeza (figs. 4a, 4b). Este plano en el vértice del cráneo del dios L se marca en algunas de sus representaciones, tanto en las

que lleva la cabeza descubierta como en las que la cubre con un sombrero muy chato, de ala ancha de plumas. La silueta de su cráneo es de aspecto cúbico y se asemeja a los aplanamientos cefálicos que la literatura antropológica reconoce como variantes “paralelepípedas”, “aplanamientos obélicos” o “aplanamientos superiores”, y que deben haberse logrado al comprimir por un tiempo prolongado la parte superior del cráneo, probablemente usando el mismo aparato que servía para la compresión antero-posterior. Esta configuración es similar a la que Arturo Romano describió para los cráneos de un osario en el sitio de El Zapotal (Veracruz), que asocia con las esculturas de las cihuateteo del mismo estado, las cuales representan a las mujeres divinizadas muertas en el parto, sacerdotisas de la diosa Tlazoltéotl. Aunque de escasa frecuencia global en el área maya y notablemente ausentes en los territorios del Petén tierra adentro las modificaciones cefálicas con aplanamiento en su vértice se propagódesde la segunda mitad del periodo Clásico en los litorales peninsulares y áreas aledañas, y de forma más notable en Jaina, San Gervasio y en Chichén Itzá (fig. 4). La presencia de los modelados con aplanamiento superior perduró hasta siglos después del colapso maya del Clásico. La cabeza del dios del maíz en el arte maya del Clásico Uno de los dioses más representados en las narrativas del Clásico es el joven dios del maíz. Creemos que este personaje, que en ocasiones da la sensación de ser un dios de segunda categoría, desempeña un papel importantísimo en las modificaciones cefálicas de los mayas del Clásico, opinión compartida por muchos colegas. Durante mucho tiempo se ha pensado que Ju’n Ixiim, nombre atribuido al dios del maíz, era el padre de los héroes mellizos del Popol Vuj, pero según estudios recientes realizados por Craveri y Velásquez (en prensa) no existe argumento ni texto epigráfico que lo señalen como progenitor de estos hermanos. Al dios del maíz siempre se le muestra como un varón joven, El aspecto físico de los dioses mayas / 61

5. En los códices mayas se dibujó a los dioses con modelado de cráneo de tipo tabular erecto con un adicional aplanamiento la cima de la cabeza aplanada, lo que daba a esa extremidad una forma cúbica. a) Dios L o Ek Chuah, “estrella negra”, el dios de los comerciantes entre los mayas. Códice Madrid, p. 95b. b) Dios L. Vaso de Princeton

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Reprografía: j. Pérez de Lara / Raíces. digitalización: raíces

de rostro poco varonil, más bien dulce y femenino. Los maestros que pintaron las vasijas estilo códice del Clásico resaltan su mirada con una larga y ondulante pestaña, y muestran sus uñas largas y muy cuidadas. En ocasiones, el dios del maíz aparece realizando labores de escriba, pero por lo general se le muestra brotando de la tierra, representada por el caparazón de una tortuga, o bien siendo vestido por mujeres. Ambas escenas forman parte de la narrativa mitológica del dios, que experimenta varios episodios de muerte y renacimiento. En uno de ellos se dice que lucha contra un tiburón al que vence y da muerte. La representación de ese tiburón será colocada en la cintura del dios del maíz como señal de victoria y con esta intención será empleado como cinturón por las más poderosas reinas del Clásico, como las señoras de Calakmul o la madre de Pakal. Por todo lo anterior, el dios del maíz presenta una poderosa dualidad que debió tenerse siempre presente en la sociedad maya: por un lado, su aspecto esencialmente femenino, relacionado con la fertilidad, y por otro, su aspecto masculino, evocado en la lucha y derrota del tiburón. Esto le convierte en un dios de características plenas. Pero si hay un rasgo por el que destaca el dios del maíz es por la forma de su cabeza. Al igual que los otros dioses, aparece modelada, pero en este caso concreto su cráneo parece reproducir el más preciado alimento de Mesoamérica: el maíz. La cara prógnata de la deidad se corona con un volumen cefálico alargado y tabular y de orientación reclinada, que parece emular la forma de una mazorca, aspecto realzado en las representaciones donde se le muestra sin cabello o peinado hacia atrás (fig. 6). Su morfología particular se corresponde con una modificación muy popular entre los mayas del Clásico, la cual se lograba ajustando tablillas directamente sobre la calota infantil y combinando su efecto compresor con el de las vendas compresoras (modelación cefálica tabular oblicua en su modalidad pseudo-circular). Esta modificación cefálica fue aún más común entre los mayas de la cuen62 / Arqueología Mexicana

ca del río Usumacinta, donde la lucían la mayoría de sus pobladores, entre ellos los ilustres K’inich Janaab´ Pakal de Palenque y su consorte, conocida como “la Reina Roja” (fig. 7). La identificación humana con lo sagrado Ahora bien, nos preguntamos, por qué la estética del Clásico solía representar a los personajes de la elite con cabezas alargadas y reclinadas, al estilo del dios del maíz, si en realidad la variedad de modelados era independiente del estatus social en esa época, y una parte de los cráneos recuperados de tumbas dinásticas no presenta modificación alguna o sólo aplanamientos tenues. Aunque no podamos dar una respuesta en este momento para esta aparente contradicción, pensamos que la sociedad maya del Clásico y en concreto los personajes reales y de la corte –aquellos que suelen representarse en vasijas y monumentos– pretendían marcar de forma muy evidente su posición social respecto al resto de la población, recurriendo para ello a rasgos distintivos en su apariencia. También es posible que esa misma forma cefálica fuera una de tantas estrategias de poder y control sobre sus súbditos. Algunos mayistas han argumentado que las frentes reclinadas de los gobernantes evocaban el poder sagrado de los felinos, y otros autores argumentan que personificaban al dios del maíz. Como se ha comentado, no se conocen antropónimos que incorporen títulos o apelativos del dios del maíz, pues los nombres de los gobernantes reproducían aspectos del poder de los dioses, como el rayo celeste, en sus distintas advocaciones, de Chaahk o K’awiil, pero nunca incluyeron en sus nombres aspectos como “el maíz amarillo”, “el primer maíz”, etc. Sabían que frente a sus enemigos el nombre era el estandarte que representaba el poder del que lo portaba. Sin embargo, es bastante factible que el dios del maíz –como el que aparece en las vasijas de estilo Holmul (Naranjo, Petén), en las que varios perso-

6. Dios del maíz con cara prominente, cabello rapado en partes y la frente reclinada hacia atrás. Estas características expresan el modelado cefálico oblicuo del que fue objeto, al igual que el visible surco que divide la frente de la inserción capilar (surco poscoronal), que constituye un efecto secundario del proceso de compresión cefálica. Dibujo: M. Sánchez, modificado de Taube, 1992

7. Cráneo de un adulto con modelado del cráneo de tipo tabular oblicuo, variante pseudoanular. Palenque. daf / inah. Foto: Vera Tiesler

En el arte y de manera constante, todos los personajes sin excepción se presentan con la cabeza modelada como la del dios del maíz. Es probable que este diseño fuera la forma elegida para vincularse a un dios que era de vital importancia en la cotidianidad del pueblo maya, pues el maíz era y es la base de su alimento.

najes acompañados de enanos danzan ataviados como el dios, o el que, ante un gran público, debió brotar cíclicamente de la estructura con forma de tortuga situada al centro del Grupo de los Falos de Chichén Itzá– desempeñara un papel relevante en el control político de sus súbditos. Las diferentes narrativas sobre el dios reproducidas en diferentes estilos cerámicos, especialmente en las vasijas estilo códice –que resaltan de manera muy clara la importancia del dios del maíz dentro del panteón maya–, indican una relevancia no tangible del dios pero sí visual; por eso en el arte y de manera constante todos los personajes sin excepción se presentan con la cabeza modelada como la del dios del maíz. Es probable que este diseño fuera la forma elegida para vincularse a un dios que era de vital importancia en la cotidianidad del pueblo maya, pues el maíz era y es la base de su alimento. La cabeza tabular oblicua reproducida por los artistas del Clásico convertía a cada uno de esos individuos en potenciales dioses del maíz, con el correspondiente don de la fertilidad y la abundancia. También vale la pena detenernos en el caso del dios L, dios de los mercaderes, quien en muchos casos es representado cargando mercancías. Su presencia al final del Clásico se circunscribe especialmente al norte de la península de Yucatán, como se aprecia en las vasijas de estilo chocholá. Hemos apuntado líneas arriba que la conformación de la cabeza del dios L, que se caracteriza por su aplanamiento superior, encuentra semejanzas con las formas artificiales de la cabeza que lucían muchos habitantes de las franjas costeñas y áreas aledañas. Esta

similitud permite especular sobre la posible vinculación del dios L con los grupos que comerciaban por las costas mayas, quizá un séquito de familias devotas de mercaderes que se modelaban la cabeza a la imagen y semejanza de su deidad tutelar. Para concluir, puntualizamos que tras el ocaso del Clásico, entrando al segundo milenio de nuestra era, no sólo cambian las realidades políticas y económicas para los antiguos mayas sino también las formas cefálicas de sus dioses. Nuevos esquemas ideológicos y culturales transformarían y reemplazarían gradualmente a los modelos de antaño, un proceso que si bien fue gradual, era aparentemente irreversible y definitivo. A su término, la diversidad de modificaciones cefálicas del Clásico fue remplazada en los repertorios culturales mayas por una sola técnica: la tabular erecta. Ahora, tanto los dioses como los humanos lucen una cabeza alta y achatada. • Ana García Barrios. Licenciada en historia del arte y antropología de América. Doctora en antropología americana por la Universidad Complutense de Madrid. Profesora titular interina en la Universidad Rey Juan Carlos, Madrid. Se especializa en cuestiones políticas, religiosas y artísticas de la cultura maya. • Vera Tiesler. Licenciada y maestra en arqueología por la enah; doctora en antropología por la unam; estudios en historia, medicina y antropología física. Profesora investigadora de la Universidad Autónoma de Yucatán. Se especializa en bioarqueología, tafonomía y prácticas mortuorias entre los mayas. Para leer más… Taube, Karl. 1992. The Major Gods of Ancient Yucatan, Dumbarton Oaks Research Library and Collection, Washington D.C. Houston, Stephen, David Stuart y Karl A. Taube. 2006. The Memory of Bones. Body, Being and Experience Among the Classic Maya. University of Texas, Austin. Romano Pacheco, Arturo. 1987. “Iconografía cefálica maya”. En Memorias del Primer Coloquio Internacional de Mayistas, unam, México, 1413-1474. Sotelo Santos, Laura, y Carmen Valverde. 1992. “Los señores de Yaxchilán: un ejemplo de felinización de los gobernantes mayas”. En Estudios Mayas XIX. Centro de Estudios Mayas, unam, México, 187-214. Tiesler, Vera, Transformarse en maya. El modelado cefálico entre los mayas prehispánicos y coloniales, unam/Universidad Autónoma de Yucatán, México (en prensa). García Barrios, Ana. 2009. El dios Chaahk en el Preclásico maya. Universidad Complutense, Eprints Editores. Madrid.

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