El arte del siglo XV, Jan Bialostocki

October 12, 2017 | Autor: Mai L | Categoría: Arte, Siglo XV, Jan Bialostocki
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Descripción

El arte del siglo XV,
De Jan Bialostocki
Capitulo IV: la nueva imagen de la naturaleza y del hombre


Mariana Lumi




Jan Bialostocki estudio literatura francesa, filosofía e historia del
arte en la Universidad de Varsovia. Lucho notablemente en la Resistencia
durante la Segunda Guerra Mundial, y luego por las libertades democráticas
en Varsovia. Publico numerosos textos relacionados con la teoría del arte y
la historiografía, reconocido por los varios doctorados honoris causa y por
su nombramiento como vicepresidente del Comité Internacional de historia
del Arte. Muere en 1988.


Durante principios de siglo XV comienzan notables cambios relacionados
con la escultura y la miniatura. Gracias a nuevos procedimientos técnicos,
los retablos pintados fueron adquiriendo unas dimensiones cada vez más
monumentales. Comienza sutilmente la representación tridimensional,
asimismo a la expresión de sus sentimientos, de sus deseos y sus pasiones,
por lo cual los pintores pintaban el mundo en su verdadera realidad.
Comienza así el arte flamenco, del cual el más representativo es Jan Van
Eyck, pintor de la corte del duque de Borgoña. Aquí vemos estos cambios,
por ejemplo la representación realista y vivaz, y mensajes ocultos bajo la
apariencia de lo habitual y cotidiano. Este simbolismo, presente desde la
edad media, se dice que es disimulado, ya que los portadores del mensaje
simbólico no aparecen como signos convencionales, por lo cual el
significado de los mismos s estaba limitado a una elite muy pequeña. Por
otro lado, estas pinturas permitían trasmitir a los devotos una gran fuerza
de fe hacia Dios, debido a su realismo y uso de los colores y luminosidad.
Se cree que estos pintores deseaban demostrar que eran capaces de crear con
los medios de la pintura solamente la impresión de una obra esculpida en
tres dimensiones.
Otro de los cambios que se pueden observar es la utilización de trípticos
pintados pertenecientes al altar. Estos trípticos conformaban un
microcosmos independiente en el corazón de la iglesia que atraía la
atención de los fieles a dos niveles distintos: como relicario sagrado y
como lugar desde el que emana la verdad religiosa y moral. Estos cambios
que fueron también sociales (el lento desarrollo de la burguesía) ampliaron
la base de la clientela de los artistas, a la cual pertenecían ahora
también las hermandades, cofradías o asociaciones gremiales. El autor hace
aquí, un análisis de dos polípticos que contienen importantes
características del arte flamenco de los Países Bajos: encontramos
diversidad de niveles de realidad, concepción de las figuras como
esculturas (por lo tanto con base octogonal), contraste entre los
personajes sagrados y los fieles, mientras los primeros tienen rostros casi
clásicos, los segundos tienen rasgos cuidadosamente representados, lo cual
les dan sensación de vida y personalidad. Los personajes tienen tal
expresividad que no es necesaria la representación de demonios en el
políptico del Juicio Final. Los polípticos usan además su dicotomía
interior-exterior: lo que se encuentra anunciado en el exterior, aparece
consumado en su interior.
Luego, Bialostocki analiza brevemente las características de los
principales artistas flamencos. Lochner, perteneciente a la última fase del
estilo cortesano, simboliza la riqueza e importancia de Colonia. Witz,
interesado por lograr una representación convincente del espacio de los
volúmenes y de las figuras humanas en movimiento.
Gracias a las relaciones comerciales, los Países Bajos ejercieron
notables influencias en Sicilia e Italia del sur, así como también en la
Península Ibérica. El arte flamenco contribuyo a determinar el carácter de
la pintura española, hasta entonce sometida a las influencias italianas. El
retablo español se diferenciaba de los italianos por encontrarse dividido
en un gran número de paneles relativamente pequeños, ocupados normalmente
por figuras individuales de santos. Encontramos numerosos pintores de la
Península Ibérica que recibieron las influencias de los Países Bajos:
Gallego, Bermejo y Gonsalves, entre otros.


Por otro lado, Bialostocki analiza el comienzo de los retratos. Van Eyck
es quien va a comenzar con estos retratos individuales, que generalmente
representan a miembros d los grupos sociales dominantes. Los retratos
estaban, además, rodeados de símbolos, en su mayoría religiosos. De esta
manera, el retrato conquista un espacio nuevo y se autonomiza, por lo cual
aparecen los personajes. El realismo y el retrato se encuentran atemperados
a su vez por una tendencia hacia lo decorativo, presente sobre todo en los
pintores alemanes.


Además, comienzan en el sur de Europa esfuerzos para representar la
realidad paralelos a un cercamiento científico de los problemas de la
representación. Este encuentro con la Antigüedad clásica y su arte
contribuyo a conseguir una representación convincente de la naturaleza.
Esto genero en Fouquet el efecto de una revelación, y adopto la perspectiva
y la decoración, así como también los temas, de inspiración clásica, que
indicaban claramente las inclinaciones humanistas de sus mecenas. Sin
embargo, durante la segunda mirad del siglo XV comenzó un proceso inverso:
el impacto de las artes graficas del norte sobre Italia.
El dibujo grafico se multiplico a través del grabado, técnica
desarrollada en Europa del norte que luego se convirtió enana de las formas
de expresión mas características e importantes. Estos dibujos estaban
presentes en las miniaturas que decoraban manuscritos pintados con oro y
con colores de precios elevados. Paralelamente, comienza la devoción
tardomedieval que apunta a algo emotivo, individualista y personal. Las
ceremonias pasan a ser intimas y privadas. Esta devoción se realiza
entonces en estas miniaturas, cuyo desarrollo se vio influenciado por la
aparición del papel y por lo tanto de las xilografías. Encontramos aquí
imágenes de santos populares, estampas para peregrinos, etcétera. Esta
nueva forma de arte fáciles de realizar y baratas, difundían los temas mas
solicitados. Eran además, simples y concisas, por lo cual asemejaban
símbolos. Comienza luego el grabado en cobre, atribuidos a individualidades
artísticas concretas. Estos grabados comienzan a ser acompañadas por un
texto tallado en un bloque de madera, por lo cual comienzan libros de
devoción como la Biblia pauperum. Con este desarrollo del grabado en cobre
y en madera, la xilografía se reservo a la ilustración de libros. El
negocio de la imprenta y del grabado se desarrolla muy deprisa y aparecen
grandes talleres con una sutil división del trabajo. Se trata de un proceso
colectivo en que la individualidad del artista queda fuertemente resentida.

Por otra parte, esta nueva técnica de medios de comunicación de masas
abrió a los artistas un nuevo campo de expresión y representación, por lo
cual se desarrollo fuertemente la iconografía. Con la imprenta nacen además
obras enciclopédicas que describían el mundo incluyendo historias de pecado
y ejemplos de virtud, para despertar la curiosidad del público. Tenemos en
segundo lugar, representaciones que retratan hechos contemporáneos, como
batallas o concilios. Esta función será importantísima en la Reforma, ya
que lentamente las artes graficas adquieren un peso en los debates
ideológicos de la época.
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