El archivo salesiano como productor de lugares subalternos para las mujeres y para los indígenas en el protagonismo y relato de la historia

August 31, 2017 | Autor: Celina San Martin | Categoría: Archival Studies, Indigenous Studies, Archives, Decolonization
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Descripción

El archivo salesiano como productor de lugares subalternos para las mujeres y para los indígenas en el protagonismo y relato de la historia1

Celina San Martin (Instituto de Arqueología-UBA) [email protected]

El archivo de las misiones volantes salesianas Durante el trabajo de escribir historias de vida indígenas, tehuelche y mapuche, desde fuentes elaboradas por misioneros salesianos fueron surgiendo algunos problemas. En el archivo confeccionado por las misiones salesianas2 los indígenas existen bajo borradura, atrapados bajo nominaciones, clasificaciones e interpretaciones que pertenecen a un régimen de subjetividad particular que describo como falocéntrico y etnocéntrico. Este archivo, en su afán de incorporar a un mismo dominio personas y eventos diferentes los somete a un tipo de régimen que los redefine con el objetivo de administrar un corpus único. En este proceso personas y eventos quedan atrapados bajo la imposición de una jerarquía violenta. El archivo al que hago referencia no es sólo un lugar físico donde se agolpan los papeles escritos sino que se caracteriza por la presencia de una actividad humana permanente que desde hace tiempo se encuentra oprimiendo el ser de los indígenas con motivo de orientar sus conductas. Si hoy por hoy en Santa Cruz, provincia ubicada al sur en la Argentina, los indígenas no cuentan con historias de vida, o si las historias de vidas que tenemos disponibles no han sido necesariamente escritas por ellos mismos, es porque el acceso a hacerlo, a historiar sus propias historias ha permanecido de alguna manera fuera de su alcance. Esto no quiere decir que los indígenas “no tengan historia” sino que así como las formas de referirse a sí mismos fueron progresivamente impuestas desde diversos dispositivos colonizadores así también los modos propios de referirla y de contarla y transmitirla fueron borroneados, marginalizados, segregados y silenciados. Como señala Ranahit Guha (2002) la historia nacional es escrita por una serie de instituciones interesadas en el poder de Estado. Desde estas instituciones los indígenas como objeto de incorporación a la vida nacional no han quedando fuera de estos relatos. El archivo particular, al 1

Este trabajo forma parte de una investigación enmarcada dentro de mi proyecto doctoral financiada a través de becas doctorales tipo I y tipo II suministradas por la ANPCyT y el CONICET durante los años 2009 y 2014. 2 La Congregación de San Francisco de Sales fue fundada por Juan Bosco (Don Bosco) en Turín (Italia) el 18 de diciembre de 1859.

que me refiero, tiene su origen en el despliegue de misiones volantes como dispositivo de vigilancia y de control3 sobre los indígenas iniciadas en el contexto de delimitación del Estado nación durante la “Conquista del Desierto” (1878-1885). Las misiones fueron parte de los dispositivos montados por el Estado para atraer a los indígenas a la “civilidad y civilización” que contribuyeron a través del registro permanente a la creación y mantenimiento de un sistema de juicio (sentido común) sobre los indígenas. La articulación entre la iglesia católica y el Estado para estos fines puede rastrearse claramente en la articulación jurídica constitucional.4 Desde 1872, la iglesia a través de monseñor Federico Aneiros comienza una serie de negociaciones con el entonces Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública y posterior Presidente, Nicolás Avellaneda, en torno a la realización de misiones católicas para favorecer la incorporación de los indígenas. En este contexto, hacia 1879, mientras que los misioneros lazaristas no aceptaron la realización de misiones con el ejército expedicionario de Julio Argentino Roca, los salesianos si accedieron (Copello, 1944). En el proceso de trabajar contra este borramiento noté que el archivo salesiano para construirse a sí mismo, para construir su dominio, no sólo se apoyó sobre los indígenas sino también sobre las mujeres. En el primer caso encuentro que la jerarquía instalada fue en términos raciales o racializados, por eso refiero a un etnocentrismo, y en el segundo caso en términos falocéntricos. En ambos casos la jerarquía construyó subalternidad, es decir, posiciones desde las cuales se vuelve difícil acceder a ciertos lugares (físicos y sociales). En este trabajo principalmente indago el modo en que este archivo restringe el acceso a mujeres e indígenas a la expresión de la propia subjetividad, fundamentalmente restringiendo el acceso a la historia como sujeto activo. De este modo, el archivo se expande ejerciendo un control sobre el futuro impidiendo que se organicen otros regímenes subjetivos en torno a la idea y la materia, en torno a la vida.

Teorizaciones sobre el archivo He seguido fundamentalmente las teorizaciones de Jacques Derrida y Michel Foucault a la hora de conceptualizar el archivo. Siguiendo a Derrida (1995), entiendo el archivo no como un mero reservorio, caracterizado por la quietud o pasividad, sino como un lugar donde la actividad humana es constante, rigurosa y precisa. El archivo se ocupa principalmente a través de sus organizaciones y archivistas, sus guardianes, de preparar y delimitar su disponibilidad y accesibilidad. El cuidado es sobre las clasificaciones, las nominaciones y las interpretaciones, que resultan fundamentales a la hora de restringir y controlar el acceso y el modo de acceso. El archivo se protege a sí mismo de sus 3

Entiendo un dispositivo como un conjunto heterogéneo de elementos que incluye: “discursos, instituciones, reglamentos, leyes, medidas administrativas, enunciados científicos, proposiciones filosóficas y morales” (Foucault, 1995: 128). 4 Diversos investigadores (Lenton, 2007) han señalado la contradicción y desigualdad inscripta por el ámbito jurídico de la época en la Constitución que estipulaba la libertad de culto para los inmigrantes que quisieran venir a poblar el país mientras convocaba a la incorporación forzada de los indígenas a través de las misiones católicas.

principales enemigos las heterogeneidades y los secretos que amenazan con destruirlo. De acuerdo con Michel Foucault (2010) el archivo es el sistema de enunciabilidad disponible, son las visibilidades y enunciabilidades que tenemos disponibles para referir eventos, personas, cosas. El archivo disponible, es el relato histórico que colonizó el espacio y hoy se mantiene hegemónico en Santa Cruz para orientar las conductas de los indígenas. Si tenemos problemas con y entre los indígenas, a la hora de evocar el pasado, de recordarlo, se debe principalmente a que a través de la creación y uso de este archivo sus escribientes y sus usuarios produjeron un borramiento, un reemplazo, de una forma de referir a una realidad sensible por otra, que hoy es una forma de referir al pasado por otra.5 No se encuentran las palabras para referir al pasado, ya que el archivo disponible, que se impuso, el relato histórico a mano, no sirve inmediatamente para describir esas vivencias, ese pasado. Durante este trabajo a la hora de historiar con y junto a los indígenas son frecuentes, lagunas de silencios, indecibilidades. Entiendo que para que los textos que conforman este archivo nos sirvan eventualmente en la reelaboración de historias de vida indígenas una solución es practicar una deconstrucción de la subjetividad que comanda este archivo que ha borrado y desplazado continuamente a otras formas de acceder a la materia y referirla. La lectura deconstructiva de este archivo, no es necesariamente una metodología de trabajo sino un gesto. El trabajo con el archivo implica –siguiendo a Derrida (1977)– un trabajo doble, en dos fases, que no son consecutivas sino permanentes. Durante la primera se trata de invertir las jerarquías violentas bajo las cuales los indígenas y las mujeres están atrapados. Durante la segunda, rodear de tal manera la huella o el rastro encontrado, de manera de aportar nuevos datos y crear nuevos contextos para que esta pueda significar de un nuevo modo. Este trabajo, comienza y sigue siempre doblemente. La primera fase, denominada inversión, implica el reconocimiento de una jerarquía violenta [siguiendo a Walter Benjamin, Derrida entiende que el archivo no es nunca sin la imposición de una jerarquía violenta, sin represión, supresión, no hay nunca archivo] durante la cual un término se encumbra o impone sobre el otro. En la segunda fase, se atiende a la emergencia de un nuevo concepto que no se ha dejado comprender por el régimen anterior. En esta segunda instancia el texto se trabaja a partir de huecos o marcas que Derrida identifica como “lo indecible”, unidades nominales o semánticas que no se dejan comprender por la oposición pero la habitan, la resisten y desorganizan sin llegar a constituirse nunca en un tercer término. Este trabajo deconstructivo esta realizado entre las paredes de dos archivos físicos, el Archivo Histórico Central Salesiano y el Archivo de la Misiones de la Patagonia. Sin duda, vamos al archivo 5

En el lenguaje la metáfora hace factible una apropiación del sentido primero, siempre sensible y material, y el uso de esa nueva palabra (metafórica) borra a su vez lo metafórico y pasa a convertirse en algo propio. Esta doble borradura (del sentido sensible y del sentido metafórico) mantiene oculto aquel sentido primero (Derrida, 2010: 265).

para encontrar material, huellas de las prácticas ocurridas en el pasado, por ende, trabajar con esas marcas internas en el archivo físico es un modo de trabajar también con las huellas externas, que aún funcionan por fuera del archivo. Como los mismos archivistas enfatizaron el archivo físico fue construido para reflejar la historia de su constitución. Afán que también se ve reflejado en el cuidado puesto sobre las clasificaciones, las nominaciones y las interpretaciones que resguardan dicho material. Las secciones de este trabajo fueron organizadas de acuerdo con estos aspectos. Inicialmente rastree la genealogía de este archivo, su origen y su institucionalización. El segundo paso ha sido indagar en las clasificaciones del archivo. El cuidado del lugar de cada cosa. El tercero fue trabajar con las nominaciones. El cuidado de cómo se dice cada cosa. El cuarto paso fue concentrarme en la interpretación. El cuidado respecto de quién accede, hasta dónde, quién lee, quién dice, quién interpreta, quién escribe. En las cuatro secciones, me interesó señalar la forma en que las clasificaciones y las nominaciones construyen un relato histórico organizado según un triple clivaje de clase, de raza o racializado y de género, que estructura relaciones jerárquicas entre clases sociales, entre indígenas y no-indígenas, entre hombres y mujeres, y a partir de esto, distribuye en forma desigual el acceso a la historia, a su protagonismo y a su relato; inhibiendo –como analizo por último– el acceso a la interpretación del texto histórico. Como adelanté lo que encuentro es que el archivo misional construyó y construye lugares subalternos en la historia para indígenas y para mujeres a través de la imposición de una jerarquía violenta que los subalterniza en términos raciales y falocéntricos condicionando su participación de la proyección de futuro.

Entre el archivo y la memoria En los viajes a Santa Cruz, durante el encuentro con los indígenas, lleve parte del archivo digitalizado para intentar una lectura en conjunto. Lo que intentaba era ver si este encuentro podría estimular el trabajo de la memoria indígena, la evocación de recuerdos. Referiré brevemente a uno de estos momentos. Durante los encuentros con las familias en sus hogares al ver fotos de sus familiares y de sí mismos las personas han sentido que parte de ellos había permanecido por un largo tiempo encerrada lejos. “Cómo es que hemos ido a parar tan lejos”- expresó Doralisa Ranguinao de la comunidad Limonao de Las Heras (Santa Cruz) al verse en una fotografía junto a su madre- “Dónde nos han llevado”. Esta serie de interrogaciones da cuenta de una historia desconocida, para ellos, pero también de otra historia borrada u olvidada por el mismo archivo. Una historia, que según advierte Doralisa es de desmembración, distanciamiento que se hace evidente en su frase en la que da cuenta que una parte de ellos ha permanecido por un largo tiempo encerrada lejos, fuera de su propio alcance.

Esto contrasta notablemente con el poder que tienen los archivistas en el archivo sobre estas representaciones. En el archivo, comandado por archivistas masculinos, más de una vez, uno de ellos ha hecho referencia a su orgullo por haber destruido todas las fotografías que de él se guardaban en el archivo. Mientras que para el archivista, resulta tan fácil controlar y/o eliminar el rastro y la forma de su presencia, en cambio para Doralisa, este control sobre la representación de sí misma le ha sido arrebatado y puesto totalmente fuera de su alcance, de sus decisiones, su participación. La historia oficial, los agentes de esta historia han decidido de acuerdo a su propio interés que figura como el del Estado y la Congregación Salesiana (el interés paternalista) que las enunciabilidades y visibilidades de los indígenas hayan permanecido administradas por agentes particulares, en este caso los misioneros salesianos y no por los mismos indígenas. En cambio, la lectura que las familias indígenas hacen de las fuentes construidas por los misioneros abre otro régimen de signos que permanece invisible a primera vista en el archivo. La desposesión, la poca o nula participación, la no elección. Los indígenas clasificados y representados según el archivo salesiano, al igual que las mujeres, no son considerados sujetos históricos. Sin embargo, pese a los esfuerzos del archivo por querer hacer desaparecer la heterogeneidad propia de los eventos históricos, ésta nunca ha sido posible de borrar del todo, ya que la otredad es parte sobre la cual se apoya todo intento de sistematicidad (Derrida 1995). La posibilidad de leer otros signos borroneados surge de estos márgenes, en relación con experiencias y subjetividades particulares que reclaman otros signos, que recogen otros signos de la materialidad, aquella que luego de enmascarada como bien expresan les ha sido sustraída, les ha sido arrebatada de las manos, sin posibilidad de participar de la misma. La frase de Doralisa, también da cuenta que estas representaciones sobre sí mismos construidas por los agentes hegemónicos, los constituyen como lo que son y han sido, no sólo para sí mismos, sino para los demás. El trabajo deconstructivo con el archivo facilita su apertura a la otras interpretaciones. Fuerza su apertura y disponibilidad a otras subjetividades que no necesariamente estarán dispuestas a reproducirlo. De algún modo avecinan un principio de no reproductibilidad, porque postulan construir una historia nueva. En mi caso particular, durante el trabajo con los indígenas, propiciar esta apertura es un trabajo colectivo, comienza en la medida que hay trabajo de la memoria, trabajo que implica un compromiso con el presente, un compromiso político con la propia voz y un riesgo como anticipa Elizabeth Jelin (2002)- ante lo que podría interpretarse como una posible traición. Las resistencias a las apropiaciones del archivo aguardan en los márgenes. Ir a buscarlas no sólo involucra el hallazgo de la huella o la marca sino también la inversión de un trabajo imaginativo, ya que como dice Gayatri Spivak (1997), durante el acceso al pasado no se trata nunca de un rescate, no accedemos a lo que era, a lo que fue, sino a lo que sigue siendo de eso, se trata de un nuevo

involucramiento creativo hacia el futuro. Justamente cuando las mujeres nos proponemos hablar desde un archivo tan patriarcal y paternalizante florecen los problemas vinculados a las formas de hacerlo y a los fondos disponibles entre ellas y yo para que lo que decimos se vuelva significativo. Hay que crear algo nuevo, volver a nombrar, entre el trabajo con las heterogeneidades que encubre el archivo y entre lo no dicho, lo nunca capturado que propone el trabajo de la memoria indígena.

Bibliografía Copello, Santiago L. (1944) Gestiones del Arzobispo Aneiros en favor de los indios hasta la conquista del desierto, Difusión, Buenos Aires. Derrida, Jacques (2010) “La mitología Blanca” en Id. Márgenes de la filosofía, Cátedra, Madrid. Derrida, Jacques (1995) "Archive Fever: a Freudian Impression" en Diacritics 25(2), pp. 9-63. Derrida, Jacques (1977) “Entrevista con Jean-Louis Houdebine et Guy Scarpetta” en Posiciones, Pre-Textos, Valencia, pp. 51-131. Foucault, Michel (1985) “El juego de Michel Foucault” en Id. Saber y Verdad, La Piqueta, Madrid. Foucault, Michel (2010) La Arqueología del Saber, Siglo XXI, Buenos Aires. Guha, Ranahit (2002) Las voces de la historia y otros estudios subalternos, Crítica, Barcelona. Jelin, Elizabeth (2002) Los trabajos de la memoria, Siglo XXI, Madrid - Buenos Aires. Lenton, Diana (2007) De centauros a protegidos. La construcción del sujeto de la política indigenista argentina desde los debates parlamentarios (1880 – 1970, Buenos Aires, UBA. Tesis Doctoral. Spivak, Gayatri (1997) “Prefacio” en Derrida, Jacques De la Grammatologie, The Johns Hopkins University Press, Baltimore.

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