El análisis fenomenológico del “objeto literario o literatura” en Sartre y Derrida

Share Embed


Descripción

Revista Zétesis, no. 2, enero de 2065, pp. 92 - 102 Escudero, El análisis fenomenológico del “objeto literario o literatura” en Sartre y Derrida

EL ANÁLISIS FENOMENOLÓGICO DEL “OBJETO LITERARIO O LITERATURA” EN SARTRE Y DERRIDA Alejandro Escudero Morales [email protected]

Resumen La literatura ha sido un fenómeno difícil de esclarecer desde la filosofía. Sartre ha sido acaso el primer filósofo que se ha preguntado por ella, marcando un hito en la disciplina. Posteriormente Derrida también tuvo la misma interrogante. Cada filósofo recurre a la fenomenología para tratar de estudiar y determinar la literatura, siendo la concepción fenomenológica lo que diferencia y hasta enfrenta a los dos pensadores franceses.

Palabras claves: Sartre, Derrida, literatura, fenomenología. Abstract The literature has been a difficult phenomenon to clarify from the philosophy. Sartre has perhaps been the first philosopher who asked for it , marking a milestone in the discipline. Later Derrida also had the same question. Each philosopher uses phenomenology to try to study and determine the literature, being the phenomenological conception what differences and until faced with the two French thinkers

Keywords: Sartre, Derrida, literatura, phenomenology. 1. Introducción Sabemos que a lo largo de la historia de la filosofía ha habido distintas maneras de ocupar la fenomenología, sea como herramienta para determinar fenómenos o propiamente como método. Aquí el énfasis lo ponemos en la manera en como ocupan la fenomenología para examinar la 92

Revista Zétesis, no. 2, enero de 2065, pp. 92 - 102 Escudero, El análisis fenomenológico del “objeto literario o literatura” en Sartre y Derrida

“literatura” o el objeto literario. Si fuera el caso que los dos la utilizan, estaríamos en presencia de un proceder no problemático, empero esto no es así, precisamente porque la manera de entender el “método” –si es posible llamarlo así- difiere respecto de Edmund Husserl. Sabemos que los dos filósofos franceses se interrogan sobre la literatura, en otras palabras, en señalar qué es lo que hace que la literatura sea efectivamente un fenómeno. Cabe destacar que el problema al que se enfrentan no ha sido examinado desde la filosofía exhaustivamente, a excepción de Sartre en una primera instancia y posteriormente por el mismo Derrida. Evidentemente es una pregunta propiamente filosófica que se hacen los dos pensadores sobre lo que se podría llegar a considerar por “literatura”, no hallando mejor manera de responderla que recurriendo a Edmund Husserl pero, ¿de qué manera ocupan la fenomenología para determinar la literatura? y asimismo, ¿es la fenomenología la “herramienta” que podría dar respuesta a la pregunta por la literatura? Para analizarlo, necesariamente debemos examinar con los filósofos ya sea su manera de proceder y así también el contenido de su propuesta. Consideramos para efectos del trabajo como bibliografía primordial la obra de Sartre ¿Qué es la literatura? quizás el punto inicial del abordaje sobre la literatura desde la filosofía y una entrevista que dio Derrida en EE.UU llamada This strange institution called literature1.

2. El proceder autónomo de Sartre Sartre para abordar el fenómeno literatura, comienza por preguntarse qué es, haciéndolo un objeto en un sentido filosóficamente tradicional, es decir, que sigue una línea histórica respecto a cómo se deben cuestionar la cosas, objetivándolas. En cada uno de los tres capítulos el filósofo propone interrogantes; en el primer capítulo ¿qué es escribir?, en el segundo ¿por qué escribir? Y por último ¿para quién se escribe? Nosotros seguiremos el mismo camino para observar detenidamente y no alejarnos de su exposición. ¿Qué es escribir?: El escritor escribe con la información que sabe, sin apelar a una búsqueda que va más allá de lo experiencial, en tanto se hallaría en la experiencia lo que es posible de “escribir”. Independiente de esto, habría una diferencia del tipo de escritura, que el mismo filosofo distingue de parte a parte. Se distingue la poesía y la prosa; “El escritor trabaja con significados. Y todavía hay que distinguir: el imperio de los signos es la prosa; la poesía está en el lado de la pintura, la escultura, la música (Sartre, 1962: 65)”. Queda claro, que la poesía pareciera ser una manifestación artística, bastante cercana a lo que se entiende tradicionalmente por arte. Con la poesía no habría una necesidad nominal, de nombrar tal o cual objeto, sino que autónoma a éste nivel, se expresa tomando al lenguaje como un objeto del “mundo”. En este sentido no alude a un lenguaje de significaciones, tomado como instrumento para revelar la realidad; al contrario, en el dominio de la palabra, la determina como una cosa, no dependiente del hombre, sino que en estado salvaje, o sea, es parte del mundo exterior. En vez de ser un dominio donde el hombre tiene una potestad de expresar el mundo, el lenguaje, en el poeta es exterior, con una suerte de cualidad material, tomada como una substancia. 1  Ocupamos la traducción hecha por el profesor Carlos Contreras Guala para uso en los seminarios y cursos de la Universidad de Chile, 2014.

93

Revista Zétesis, no. 2, enero de 2065, pp. 92 - 102 Escudero, El análisis fenomenológico del “objeto literario o literatura” en Sartre y Derrida

Asimismo, el lenguaje ahora opaco, utilizado por el poeta, una vez hecha la poesía, pareciera ser un “microcosmos (Sartre, 1962: 48)”. Cabe destacar que aquel que hace una poesía tendría en sí mismo, un esquema de la frase en el espíritu, donde las palabras pasan y se vuelven objetos artísticos. Por otra parte, la prosa trabaja con signos, tal y como lo menciona Sartre en la cita de más arriba. La prosa sirve para algo, para comunicar alguna cosa que al prosista conmueve, es decir, es utilitaria, es un útil en manos de un escritor que designa objetos, en vez de ser uno. En este sentido es una acción, en la medida que revela el mundo, a propósito del cambio de sentido que le provoca, es decir, desde una inocencia a un objeto designado. Ahora bien, si hablamos de acción, Sartre sugiere a modo de aclaración, que se la empate con la noción de compromiso, en la medida que exista tal revelación. El compromiso remite a los otros, al prójimo, los que deben ser tenidos en cuenta por el escritor revelador de mundo; “[…] el escritor ha optado por revelar el mundo y especialmente el hombre a los demás hombres, para que éstos, ante el objeto así puesto al desnudo asuman todas sus responsabilidades (Sartre, 1962: 54)”. No es el trabajo del escritor como el de cualquier otro, si es capaz de intervenir las decisiones de las personas, de poder hacer a los demás responsables en la medida que entrega en sus escritos un mundo expuesto que no es ignorado. Ahora bien, en su calidad de escritor, se debe a ciertas exigencias impuestas o con las que se encuentra, para lo cual debe encontrar cierto lenguaje acorde a lo demandado, esto quiere decir que de algo se habla y un mensaje tiene que ser entregado. Es menester mencionar que el mensaje entregado, la mayoría de las veces es de parte de un muerto, de un escritor que dejo de vivir y que uno revive cuando lo lee2. Es claro el hecho que el muerto habla de un mundo que dejo de existir, que ya no es contemporáneo al lector. Ahora bien, no le deja de llamar la atención a Sartre que los críticos analizan las obras muertas porque cuando se trata de abordar obras de sus tiempos les es complicado3. Existen de todas maneras autores contemporáneos a los cuales Sartre hace un llamado, para que escriban mostrando su subjetividad, la cual hecha mensaje, se convierta en un objeto. “El mensaje es en fin de cuentas, un alma hecha objeto. Un alma […] ¿y que se hace con un alma? Se la contempla a distancia, respetuosa (Sartre, 1962: 60)” ¿Por qué escribir?: Para Sartre el escritor es, en tanto revelador, un detector del ser, más no su productor. En este sentido nos encontramos a nosotros mismos como inescenciales, tratando de encontrar la esencia, nos entregamos al mundo detectando el ser. Ésta sería la definición de la creación artística, es decir, una búsqueda de esencialidad de parte de quien produce una obra, que en este caso dice relación con la literatura. El escritor en la obra escrita se encuentra a sí mismo, de modo que no podría, en estricto rigor objetivizar su producción4. La objetividad 2  Derrida también alude a esta definición de la escritura, a la escritura de aquellos que no han nacido aun. Para más detalle véase. “Corría muerto” en Papel máquina. 3  Derrida también se refiere a los críticos. Les concede cierta importancia a su trabajo, en cambio Sartre es peyorativo. Revisamos tal noción en la parte III dedicada a Derrida. 4  Sartre aquí utiliza el ejemplo del zapatero: una vez que el zapatero hace un zapato lo puede utilizar, esto quiere decir que lo objetiva, se hace un objeto para los otros pero también para el propio zapatero. Esto el escritor no lo puede hacer respecto de su obra, ya que en ella siempre se encuentra a sí mismo.

94

Revista Zétesis, no. 2, enero de 2065, pp. 92 - 102 Escudero, El análisis fenomenológico del “objeto literario o literatura” en Sartre y Derrida

se define como una espera, como una ignorancia previa a ser captada. La relación que tiene el escritor con su obra –objeto- es todo lo contrario ya que siempre es su proyección. En este sentido, se puede llegar a pensar que el autor no escribe para sí mismo o por lo menos no existe la posibilidad que su obra sea captada objetivamente y sí bajo una cuasi-objetividad. Se puede concluir junto con Sartre que existe la necesidad de una dialéctica en donde se encuentran dos agentes distintos: por una parte el escritor que escribe una obra para los “otros” y por otra parte el lector que lee la obra del escritor. En términos generales, el arte es para los demás, determinación que se clarifica una vez que el filósofo francés considera la “dialéctica del arte”. En este sentido, el lector tiene un papel preponderante cuando hay literatura, no dejando la tarea sólo en manos de quien escribe, de hecho es consciente de ello; “[…] el lector tiene conciencia de revelar y crear a la vez, de revelar creando, de crear por revelación (Sartre, 1962: 69)”. De modo que la subjetividad del lector es primordial, o mejor aún esencial, cuando hablamos de objeto literario. El escritor necesita de éste y hace un llamamiento para que le confiera objetividad a su obra. Le hace un llamado a su libertad para que se materialice su obra; sin ella no hay obra, de modo que la requiere, para lo cual debe reconocer y también confiar en ella. La llamada obra de arte es un fin y en tanto tal, tiene un valor a propósito del llamamiento a la libertad a la cual apela el escritor. De tal manera que el lector, o aquel que observa cualquier tipo de obra de arte la concibe siempre y cuando exista credibilidad, ya sea de la obra como de la autor. En cuanto a éste, una vez vuelta la subjetividad objeto, se concibe el objeto como intencional, es decir, objeto en su finalidad. La relación dialéctica entre el autor y el lector se determina gracias a la generosidad de las dos partes. En este sentido debemos citar lo siguiente. “La lectura es un pacto de generosidad entre el autor y el lector; cada uno confía en el otro, cuenta con él y le exige tanto como se exige a sí mismo. Porque esta confianza también es generosidad: nadie puede obligar al autor a creer que su lector hará uso de su propia libertad y nadie puede obligar al lector a creer que el autor ha hecho otro tanto.” (Sartre. 1962: 77) Por consiguiente, no habría en cada uno de los agentes una obligatoriedad de llevar a cabo su “tarea”, al contrario, todo se basa en el principio de la libertad. Cada uno en su libertad decide si lee o no una obra. Por otra parte, respecto del arte mismo, Sartre afirma que la obra no se limita a lo dicho o a lo mostrado, sino que persigue otra cosa. Trataría de mostrar la totalidad del ser, es la búsqueda de lo absoluto lo que propone el filósofo francés. Habría una suerte de intención de recuperar el mundo, en su totalidad entera, afirmando permanentemente la fuente que es la libertad. A propósito de lo expuesto, no debemos dejar pasar el planteamiento sobre la estética que sostiene el filósofo francés, y que reproduce en la siguiente cita. “Si queremos ir más lejos, tenemos que recordar que el escritor, como todos los otros artistas, quiere procurar a sus lectores cierta emoción a la que la costumbre denomina placer estético y que por mi parte, llamaría más a gusto alegría estética; 95

Revista Zétesis, no. 2, enero de 2065, pp. 80 - 90 Escudero, El análisis fenomenológico del “objeto literario o literatura” en Sartre y Derrida

y que esta emoción, cuando se manifiesta, es señal de que la obra esta lograda.” (Sartre, 1962: 79) La alegría estética a la que alude Sartre dice relación a los lectores, pero no al autor respecto de su obra. La emoción se da cuando existe el contacto con el ser que se trata de materializar, cuando hablamos en términos de valor –que más arriba explicamos. Cabe destacar que tal alegría estética tiene un modo de ser en la conciencia, es decir, el modo de ser posicional, pero en tanto conciencia imaginante5. No habría un contacto con el mundo al modo de la actitud natural sino bajo otra condición, es decir, la imaginación. Cabe destacar, a propósito de la libertad de la que ya hablamos, que la literatura sólo es posible en un “contexto” demócrata6. No se escribe para esclavos, dice el mismo Jean Paul Sartre. No se escribe para quien no tiene una libertad a la cual apelar o llamar –en el modo del llamamiento. ¿Para quién se escribe?: Destaca Sartre que se escribe en un marco determinado, en un contexto, donde las palabras utilizadas dicen relación con la sociedad contemporánea de cada autor. El medio en el que se encuentra el autor lo crea. Asimismo es el lector quien, en una suerte reciprocidad, llama al autor para que refleje la realidad, o la revele. El autor tiene el compromiso con su época y en tanto tal, además de asumir su posición de autor, es un mediador, entre el mundo y el público. En este sentido, habla para una sociedad, bajo un condicionamiento social que se le confiere, una vez que es mediador del mundo y los demás. Por lo tanto, debe hablar para una y otra posición –mundo polarizado-, en vez de dirigirse a un público determinado, se dirige a un público virtual donde estaría presente cada fuerza enemiga7. De todas maneras hay un tipo de literatura donde el escritor, denuncia el papel de la clase dirigente. En este sentido, se debe a una intención crítica respecto de lo que encuentra en la sociedad, de aquel que tiene el poder. La burguesía no ve con buenos ojos este tipo de literatura denunciante, sino que estima de buena gana aquella que describe el corazón de los hombres8. Para finalizar su examen sobre la literatura, Sartre reafirma el hecho que se escribe en una circunstancia histórica y depende de las exigencias que el público le confiere, de un determinado público que cambia constantemente, “en pocas palabras, la literatura es, por esencia, la subjetividad de una sociedad en revolución permanente (Sartre, 1962: 148)”

3. La fidelidad fenomenológica de Derrida. 5  Respecto de la conciencia posicional, remitirse al Ser y la nada, sección primera y la conciencia en tanto para-sí; asimismo en La trascendencia del ego cuando se habla del segundo grado del cogito. Por ahora podemos decir que la conciencia posicional, es posible cuando se da el par reflejo-reflejante de la conciencia. Cuando deja de estar el sujeto en la actitud natural y pasa a ser consciente de lo reflejado. 6  Derrida también habla de democracia y la literatura, obviamente en otro sentido. Más adelante nos referiremos a ello. 7  Si bien menciona esta posibilidad, no ve que exista en estricto rigor ese tipo de literatura. 8  La literatura burguesa habla en términos de idealismo, psicologismo, determinismo, utilitarismo, espíritu de seriedad

96

Revista Zétesis, no. 2, enero de 2065, pp. 92 - 102 Escudero, El análisis fenomenológico del “objeto literario o literatura” en Sartre y Derrida

En la entrevista llamada, This strange institution called literature, Derrida proporciona una serie de posibles desarrollos respecto del fenómeno “literatura”. Nosotros consideramos lo que respecta a la fenomenología, sin embargo no dejamos de lado reflexiones del propio filósofo que quizás nos aleje de nuestro propósito principal, precisamente porque implican la revisión hecha desde una óptica propiamente “fenomenológica”. Jacques Derrida comienza esclareciendo lo que es para él una posible determinación respecto de lo que puede concebirse por literatura y filosofía. Considera que habría en la autobiografía un punto de encuentro entre una y otra, un espacio de convergencia, en estricto rigor sin frontera. De hecho, en sus comienzos el filósofo se debía a las confesiones, con tal de inscribir y por ende escribir el “polílogo interior”. En la medida que avanza la entrevista, vemos que cada vez se acerca más a la definición de literatura. Es la literatura, tal como dice el título, una extraña institución, la que a diferencia de la definición tradicional de institución que remite a una legalidad, la literatura es ella misma sin ley, donde se podría decir todo. Cuando se habla de literatura, se habla también de escritura, dice Derrida. Entendiendo los conceptos, cada uno por su parte, debemos decir que aquella institución que en estricto rigor no es, refiere como es de común opinión, a una ficcionalidad pero que a ojos de Derrida, puede ser también comprendido como un espacio político, donde la democracia se hace presente ya que es posible hablar de todo; “La institución de la literatura en occidente, en su forma relativamente moderna, está vinculada a una autorización a decir todo, sin duda también al devenir de la idea moderna de la democracia. (Derrida. 2014: 3)”. Se tiene libertad de decir todo, se determina la literatura como un espacio esencialmente político, si hablamos de la libertad. Si bien es cierto, el escritor puede ser considerado como irresponsable, lo hace en términos de una escritura referida a una democracia porvenir, es decir, de aquello que no es y que quizás no sea, en otras palabras, lo que no es “estrictamente” presente. Con tal de ser transparentes citemos al filósofo francés. “Ese deber de irresponsabilidad, de rehusar dar respuesta de su pensamiento o de su escritura ante poderes constituidos es quizás la más alta forma de la responsabilidad. ¿Ante quién, ante qué? Es toda la cuestión del porvenir – o del acontecimiento prometido por o a tal experiencia, lo que yo llamaba hace un momento, la democracia por venir.” (Derrida. 2014: 4) Su escritura no concierne a lo constituido sino que lo no presente aun. De todas maneras es responsabilidad a la que se apela acá si hablamos del porvenir. Por otra parte, dice que el escritor no se hace el mismo la pregunta sobre la esencia de la literatura, como lo haría Sartre –pregunta sobre la literatura propiamente filosófica. Es necesaria una reflexión al modo sartreano que Derrida en sus comienzos sostuvo. De todas maneras señala que si la consideramos como una pregunta filosófica se le confiere un carácter político9. Ahora bien, le llaman la atención autores como Kafka, Artaud, etc., que expresan en sus textos literarios la pregunta por la literatura, en una especie de retorno para elucidar de qué se trata la literatura desde la literatura. Son textos 9  Quizás en este sentido se refiere expresamente a Sartre.

97

Revista Zétesis, no. 2, enero de 2065, pp. 92 - 102 Escudero, El análisis fenomenológico del “objeto literario o literatura” en Sartre y Derrida

que expresan la crisis de la literatura en el sentido de que no habría, en estricto rigor, un objeto literario y si lo hay es en el modo de la ruina sin historia. Respecto de la fenomenología, Derrida considera que quizás nos sirva para responder a la pregunta por la literatura. Haría la pregunta sobre la “esencia”, es decir, va en busca de la literalidad de la literatura, que se expresa posiblemente como un objeto intencional al sujeto. En este respecto, sostiene lo siguiente: “No hay texto que sea en sí mismo literario. La literareidad no es una esencia natural, una propiedad intrínseca del texto. Ella es el correlato de una relación intencional con el texto, relación intencional que integra en sí, como un componente o una capa intencional, la conciencia más o menos explícita de reglas convencionales o institucionales, sociales en todo caso.” (Derrida. 2014: 8) La literalidad se da gracias a la relación intencional que tiene el sujeto con el objeto literario. La literatura estaría inscrita como objeto intencional, específicamente en el modo de ser del nóema10, constitutivo de la subjetividad, independiente de la experiencia. Ahora bien, respecto de una posible pregunta “filosófica”, Jacques Derrida, afirma que se trata de dos actos: ya sea el acto de inscribir y el acto lectura. Cuando hablamos de lectura, el objeto literario es víctima de la filosofía (fenomenología) cuando tratamos de buscar la tesis, de aquello que se trata la obra literaria. De todas maneras, en términos esenciales, la literatura no es idéntica a sí misma, no tendría una esencia, no es como los demás tipos de discurso definible, se excede al no ser idéntica, es decir, no responde a una legalidad. Derrida condiciona su mirada hacia la literatura cuando habla en términos de “experiencia literaria”, es más, hace un llamado a desconstruirla en la medida que busque su esencialidad. Asimismo, habrían presupuestos metafísicos presentes en cada obra, los que pueden ser considerados en la medida que se siga una línea de lectura, teniendo en cuenta que se trata efectivamente de un objeto suspendido o reducido. Por último, el filósofo francés se apresta a diferenciar lo expuesto respecto del trabajo que tiene el crítico literario. Éste trabajo tiene relación con la contrafirma que le imprime el lector a lo leído, es decir, se trata del momento de lectura, de una impresión de parte del público lector, o sea, de algo suyo. De todas maneras se presenta en Derrida la crítica como algo positivo de abordar, como posible de analizar, “la crítica literaria es quizás estructuralmente filosófica.” (Derrida, 2014: 12)

4. Divergencias filosóficas y la literatura. Si consideramos que los dos ocupan la fenomenología para proponer su concepción de la literatura, llama la atención que difieran tanto en su propósito, de hecho Sartre crítica todas las manifestaciones filosóficas y literarias posteriores a él que tomaban el nombre de “nueva novela” y asimismo a todos aquellos que participaban en la conocida revista Tel quel 10  El nóema es un objeto irreal, constitutivo de la subjetividad del sujeto. Su correlato es la nóesis, que contiene los modos de ser de la conciencia. Para más detalle, véase Ideas 1 de Husserl, cuarta sección

98

Revista Zétesis, no. 2, enero de 2065, pp. 92 - 102 Escudero, El análisis fenomenológico del “objeto literario o literatura” en Sartre y Derrida

donde efectivamente contribuía el propio Derrida. De hecho Sartre señala en una entrevista lo siguiente. “La «nueva novela», que es muy variada, por otra parte, me parece, a título de experiencia, algo interesante. Pero, precisamente, creo que cae fuera de la literatura. De la misma manera que las últimas manifestaciones del grupo de la revista Tel quel y de todo positivismo del lenguaje. Se trata de hacer, con la literatura, experiencias de lenguaje, se trata de estudiar los poderes del lenguaje y de escribir por escribir. O sea, lo contrario de lo que hay que hacer, en mi opinión. Todo ello se basa en algunas teorías lingüísticas no bien interpretadas; todo eso me parece una manera de remover la literatura, y finalmente, de renegar de ella.” (J-P. Sartre, entrevista personal. Octubre-noviembre de 1965) A pesar que los dos filósofos utilizan la fenomenología para dar respuesta a su pregunta, no debemos olvidar que los dos se enmarcan en distintos modos de comprender la filosofía, en otras palabras, de pensar filosofía y junto con ello, la política y obviamente la literatura. Queda claro cuando seguíamos al pie de la letra las posturas, donde podíamos enmarcar a cada filósofo dentro de un tipo de procedimiento, situándose respectivamente a Derrida en lo que respecta a la lingüística y a Sartre en el estado previo a este “giro epistemológico” que ocurrió en aquellos años. Así lo ilustra el destacado filósofo argentino Juan Pablo Feinmann: “Como vemos, la primacía del lenguaje es la que se instala. Creo, adelantándome tal vez, que los filósofos del giro han hecho del lenguaje el ser. Han reemplazado la capacidad constitutiva del sujeto por el lenguaje. La disciplina que pasa a primer plano es la lingüística. Los filósofos del giro no se remiten a Hegel o a Marx. Se remiten al lingüista suizo Ferdinand de Saussure. Así, la filosofía se transforma en lingüística y también en literatura. O más exactamente en teoría crítica.” (Feinmann, 2000) No era posible seguir sin hacer alusión a esta diferencia primordial entre estos filósofos, sabemos de todas maneras que quizás es difícil encasillar a Derrida, pero aun así tenemos claro que hizo sus contribuciones al tipo de pensamiento señalado por Feinmann. Ahora bien, no nos era posible dejar de lado ciertas concepciones que tienen los dos filósofos respecto de la literatura. Efectivamente nos detuvimos en nociones tales como, derecho, democracia, libertad, compromiso, crítica, etc., pero precisamente porque cada una de estas cuestiones implicarían propiamente la búsqueda de la “definición” de literatura. Sentado esto, es nuestro interés examinar cómo ocupan la fenomenología para examinar la “literatura” o el objeto literario, y esclarecer si efectivamente es una búsqueda “fenomenológica”. En Sartre, uno entra en la duda cuando a medida que avanza en la lectura, se encuentra con cuestiones que quizás nos remitan a dominios propiamente políticos, como lo menciona Margarita Rojas11: 11  Escribe “Ideas precursoras de Jean Paul Sartre sobre la literatura en el marco de las teorías contemporáneas”

99

Revista Zétesis, no. 2, enero de 2065, pp. 92 - 102 Escudero, El análisis fenomenológico del “objeto literario o literatura” en Sartre y Derrida

“en el simultáneo entrecruzamiento de estas y otras teorías sobre la literatura, además de la secular tradición histórica y filológica, se presenta el ensayo de Sartre ¿Qué es la literatura? En este seguramente se podrán rastrear varios postulados de diversas fuentes, lógicamente del marxismo y probablemente de la fenomenología (Rojas, 2005: 164)”. Esto quiere decir que no habría motivos para pensar que se trata de un procedimiento propiamente fenomenológico, de hecho la propia autora del artículo le da un valor relativo a si considerarlo bajo postulados que se enmarcan en la filosofía elaborada por Husserl. Quizás porque la manera de ejecutar la fenomenología no dice relación al modo en que lo propone el filósofo alemán, posiblemente por la influencia que ejerció probablemente Heidegger en su razonamiento12, o también por el devenir del pensamiento del propio filósofo. De todas maneras sabemos el rol primordial que ha ejercido la filosofía de Husserl en el pensamiento sartreano, predominando sobre todo en el primer periodo de su prolífica obra filosófica. La pregunta por la literatura, sin embargo, no la lleva a cabo sino hasta 1948, es decir, a cinco años de su tratado capital, El ser y la nada. Indudablemente uno consideraría el hecho de un giro en su pensamiento, en el cual no estaría presente la fenomenología. Pero existen distintas señales que nos hacen pensar lo contrario. Obviamente cada relectura o interpretación de una filosofía se aleja de lo que alguna vez quiso decir tal o cual filósofo creador de un tipo de procedimiento, en este caso Husserl. Tengamos en cuenta que la conciencia en Sartre es un ser-para-sí y todo aquello que no es propiamente la conciencia, es un ser-en-sí. La realidad se reduciría a la relación dialéctica entre estas dos estructuras de ser13. Como se deduce, el ser-para-sí o la conciencia es en Sartre la subjetividad, por consiguiente la objetividad es el ser-en-sí. En un pasaje del libro ¿Qué es la literatura? el propio filósofo afirma que en una obra literaria habría un “mensaje”, que es, “[…] un alma que se hace objeto [...] (Sartre, 1962: 60)”, en otras palabras, una subjetividad que deviene objeto, o mejor aún, un ser-para-sí que se hace un en-sí. Evidentemente estamos ante un tipo de fenomenología que podríamos llamar sartreana14 la que respondería a la pregunta por la literatura. Sería la manera de ejecutar de una forma particular la fenomenología lo que nos hace pensar que efectivamente daría respuesta a la pregunta por la literatura. Como vemos en Sartre el proceder es autónomo a diferencia de Derrida que se maneja en un sentido fiel respecto de Husserl. Esto porque el objeto literatura u objeto literario se aborda siguiendo la línea fenomenológica propiamente tal. El argelino, cuando se interroga sobre la literatura en ningún caso cuestiona la fenomenología en tanto método, al contrario, la utiliza como herramienta, en el mismo sentido que lo trató de establecer Edmund Husserl15. Por ende, en la revista de filosofía de la Universidad de Costa Rica. Destaca el hecho que Sartre es el precursor de la teoría semiótica posterior o contemporánea 12  Para más detalle, véase El ser y la nada, específicamente la parte V de la introducción: la prueba ontológica. Allí se señala el ser de la conciencia, en tanto ser-para-sí, distinto al ser-en-sí 13  Junto con el ser-para-otro, que es a la vez ser-en-sí y ser-para-sí. Véase la tercera parte del Ser y la nada: “el para otro” 14  En mi tesis de licenciatura propongo que Sartre desde un comienzo, propone la fenomenología ontologizada y que se puede leer en la misma clave de lectura que El ser y la nada. La tesis lleva por nombre: Sartre y La trascendencia del ego: un estudio sobre el desarrollo de principios fenomenológicos y ontológicos. 15  Cabe destacar que efectivamente Jacques Derrida en ocasiones sostiene diferencias respecto de la

100

Revista Zétesis, no. 2, enero de 2065, pp. 92 - 102 Escudero, El análisis fenomenológico del “objeto literario o literatura” en Sartre y Derrida

si la literatura se somete a un análisis desde la fenomenología, se encuentra con la “literalidad de la literatura”, que no es intrínseco a la obra literaria, al contrario, se fundamenta en términos ideales, es decir, la esencia sólo es posible esclarecerla en tanto idealidad y esto porque al someterla a una reducción o epojé, el objeto, en este caso la literatura, se hace “presente” como objeto irreal en la conciencia. Esta manera de conducirse se enmarca en la fenomenología pura o eidética y por consiguiente trascendental, en donde el objeto irreal sería el correlato noemático de la conciencia. Derrida sobre la base de su primer encuentro fenomenológico tuvo alguna vez en mente desarrollar su interés relativo al pensamiento de Husserl, reflexiones que pretendía desplegar en su tesis “la idealidad del objeto literario”, que no pudo llevar a cabo. Así lo menciona en la cita siguiente. “Para mí se trataba entonces de plegar, más o menos violentamente, las técnicas de la fenomenología trascendental a la elaboración de una nueva teoría de la literatura, de ese tipo de objeto ideal muy particular que es el objeto literario, idealidad encadenada, habría dicho Husserl, encadenada a la lengua, a la lengua llamada natural, objeto no matemático o no matematizable, pero diferente, sin embargo, de los objetos de arte plástico o musical, es decir, de todos los ejemplos privilegiados por Husserl en sus análisis de la objetividad ideal. Pues, tengo que señalarlo un poco toscamente y simplemente, mi interés más constante, diría que anterior incluso al interés filosófico, si es posible, iba hacia la literatura, hacia la escritura llamada literaria.” (Derrida, 1997: 3) Podríamos llegar a concluir que efectivamente en Sartre la pregunta se hace en tanto objeto, es decir, en tanto el objeto literatura, en cambio en Derrida el proceder dice relación con el nóema, es decir, con la irrealidad del objeto literario, en tanto intencionalidad. Pareciera ser que en Sartre se hace la pregunta en un sentido ontológico más no estrictamente fenomenológico, lo que nos hace pensar que su proceder es autónomo respecto de la fenomenología entendida bajo condicionamientos husserlianos. Tengamos en cuenta que Derrida no se pregunta qué es la literatura, sino qué es el objeto literario, que consecuentemente se determina como una idealidad. Se señala bajo el proceder fenomenológico (eidética) “como si” y no como el “ser” que respondería a la pregunta ¿Qué es?

BIBLIOGRAFÍA Derrida, Jacques (1997) El tiempo de una tesis: desconstrucción e implicancias conceptuales. Barcelona: Anthropos Editorial fenomenología, no con un afán crítico, distinguiéndose por ejemplo de Sartre, pero sí examinándolo desde su discurso. Esto es evidente en el texto llamado La voz y el fenómeno, donde se alude a la teoría del signo en Husserl y asimismo al hecho que la conciencia fenomenológica es la phone.

101

Revista Zétesis, no. 2, enero de 2065, pp. 92 - 102 Escudero, El análisis fenomenológico del “objeto literario o literatura” en Sartre y Derrida

Derrida, Jacques (2014) “Esa extraña institución que llamamos literatura”. Traducción de Carlos Contreras Guala para uso en los seminarios y cursos de la Universidad de Chile, 2014. Derrida, Jacques (2003) Papel Máquina. Madrid: Editorial Trotta. Feinmann, José Pablo (2000) Sartre y la literatura. Obtenida el 28 de junio de 2015, de http://www.jpfeinmann.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=82:sartre-y-laliteratura. Husserl, Edmund (2013) Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica. México: Fondo de cultura económica Rojas, Margarita (2005) Ideas precursoras de Jean Paul Sartre sobre la literatura en el marco de las teorías contemporáneas. Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLIII Número doble (109/110), 163-167, Mayo-Diciembre 2005 Sartre, Jean Paul (1962) ¿Qué es la literatura? Buenos Aires: Editorial Losada. Sartre, Jean Paul (2008) El ser y la nada. Buenos Aires: Editorial Losada.

102

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.