El amate entre los otomíes de San Pablito Pahuatlán

July 9, 2017 | Autor: Libertad Mora | Categoría: Otomíes, Huasteca Poblana, Hñähñü
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Descripción


Miércoles, 13 de octubre de 2010

A punto de extinguirse, el árbol del amate en San Pablito Pahuatlán:
Libertad Mora

TANIA DAMIÁN JIMÉNEZ
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"En las imágenes Libertad Mora y "
"aspectos de la comunidad otomí de San"
"Pablito Pahuatlán durante la "
"elaboración de la artesanía / "
"Fotos Rafael García Otero y Libertad "
"Mora "
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La comunidad otomí de San Pablito Pahuatlán elabora la artesanía del papel
amate desde hace cuatro décadas, y esta actividad ha logrado reducir la
pobreza de los habitantes, así como fortalecer sus tradiciones; aunque
también ocasionó que hace 15 años se extinguiera el árbol del jonote, del
cual se utiliza la corteza para hacer esos pergaminos. Pese a ello, no
existe ningún programa gubernamental que reforeste este árbol, lo cual
puede ocasionar su desaparición total en detrimento de la economía de la
región.
Lo anterior es planteado por un estudio de Libertad Mora Martínez llamado
"Reconfiguraciones culturales y estrategias de sobrevivencia otomí en San
Pablito Pahuatlán", quien estudió la carrera de Antropología Social en la
UAP y ganó este año el premio nacional Noemí Quezada a la mejor tesis de
licenciatura sobre pueblos otopames, el cual es otorgado por el Instituto
de Investigaciones Antropológicas de la UNAM.
Este trabajo de investigación valora por primera vez la importancia sobre
la forma de vida de los otomíes de esta localidad, quienes pertenecen a la
etnia ñañu, mostrando los cambios que han habido desde que el papel amate
se empezó a comercializar y dejó de elaborarse sólo para fines rituales,
pero sobre todo demuestra la creatividad con la que estos indígenas han
logrado mejorar sus ingresos económicos sin cambiar su cultura, sino al
contrario, reforzándola.
El problema hasta ahora es el ecológico debido a que los otomíes de esta
comunidad ya no cuentan con jonote, a raíz de explotarlo por varios lustros
para obtener la fibra, y ahora tienen que acudir a municipios cercanos,
como el de Tlaxco, para conseguirla. Por ello la también estudiante de
posgrado del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en
Antropología Social (CIESAS) urgió a las autoridades a aplicar algún
programa de reforestación para lograr un uso sustentable de este árbol.
Libertad Mora mencionó que con la elaboración del papel amate, San Pablito
se ha vuelto la localidad más importante del municipio, aun más que la
propia cabecera, tanto en términos económicos como políticos. Agregó que
una muestra de ello es que hace tres trienios gobernó el municipio de
Pahuatlán un otomí, lo cual era impensable antes de que los pobladores
realizaran esta actividad.
En su tesis relata los cambios que surgieron en la comunidad con la
elaboración del papel amate. En primer lugar, dijo que ayudó a mejorar los
ingresos económicos de los habitantes que antes sólo se dedicaban al campo.
Con ello, de tener casas pequeñas de madera, las pudieron amplia y las
construyeron de concreto. 
El papel amate fortalece tradiciones
Otro cambio en la comunidad, con la elaboración del papel amate, fue el
reforzamiento de sus tradiciones, ya que los pobladores tienen más tiempo y
dinero para dedicarle a las mismas.
Sin embargo, con la crisis económica de los últimos años se ha reducido la
venta de esta artesanía hasta 50 por ciento, al ser un poco cara, y los
pobladores han tenido que emigrar hacia Estados Unidos, así como utilizar
la corteza del tule para la elaboración de sus pinturas y diseños. Antes de
la crisis, los habitantes de San Pablito llegaron a producir hasta 2 mil
pliegos diarios. Pese a lo anterior, Mora mencionó que el papel amate tiene
un gran potencial de venta en países europeos, asiáticos y americanos,
debido a su originalidad. Por ello, insistió, se debe cuidar la fuente que
lo provee, lo cual hasta ahora no se ha hecho.
La familia indígena otopame no es pequeña, pues incluye a las culturas
otomí, mazahua, ocuilteca, matlatzinca, chichimeca y pame, cuya presencia
es de las más antiguas en la zona centro del país, y en la actualidad estos
grupos habitan algunas zonas del estado de México, Querétaro, Hidalgo,
Michoacán, Guanajuato, San Luis Potosí, Puebla, Veracruz, Tlaxcala y el
Distrito Federal.
Libertad Mora sólo se centró en el pueblo otomí de San Pablito, y relató
que la elaboración del papel amate, como ahora se conoce, inició cuando
llegó un japonés a la comunidad y se llevó dicho artículo como curiosidad,
el cual aún no se pintaba y sólo era usado con fines rituales.
A raíz de ello se empezó a comercializar el papel en pequeños trozos en la
plaza de San Ángel de la ciudad de México. Ahí los otomíes platicaron con
nahuas de Olintla, Guerrero, quienes sabían pintar y les enseñaron.
Entonces, los pliegos comenzaron a ser pintados. Actualmente cada vez se
crean nuevos diseños para su comercialización.
Antes de la década de 1960, los únicos que podían hacer el papel amate eran
los curanderos, y era usado con fines rituales. Se recortaban figuras a
quienes los pobladores en ceremonias religiosas se encomendaban o hacían
peticiones. Ahora, además de que el papel amate continúa usándose con fines
litúrgicos, también se comercializa, y es la principal actividad económica
de la comunidad.
Los pobladores de San Pablito venden el papel amate en tiendas que abrieron
en la comunidad, en las calles siguiendo a los turistas y además, van a
comercializarlo en ciudades como Oaxaca, Tijuana, México, Guadalajara,
Monterrey y Puebla. Asimismo, hay habitantes que exportan el papel a
Estados Unidos, específicamente se vende en Miami.
Para Libertad Mora, la cultura indígena no puede verse con romanticismo y
agregó que la corriente antropológica que señala que las etnias no deben
comercializar los artículos que producen, sólo las condena a su
desaparición. Al contrario, al obtener un ingreso por lo que hacen, le
ayuda a las comunidades a revalorarlo y a seguir haciéndolo. "La única
cultura que no cambia es la muerta, las demás siempre están en movimiento",
señaló.
Para hacer esta investigación, Mora visitó el pueblo otomí de San Pablito
desde 2000, y al terminar su carrera en la UAP, vivió dos años en esta
comunidad, con el fin de conocer las tradiciones de los pobladores y para
que le mostraran el proceso de fabricación del papel amate.
http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2010/10/13/puebla/eco304.php
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