El Alcázar andalusí de Córdoba. La olvidada sede de los gobernantes de al-Andalus.

June 29, 2017 | Autor: A. Montejo Córdoba | Categoría: Medieval Archaeology, Al-Andalus archaeology
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Descripción

SUMARIO

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PORTADA:

La princesa Anjesempaaton, futura esposa de Tutanjamon, ofreciendo panes. Relieve de Hermópolis. Museo Metropolitano de Nueva York. Foto: Teresa Armijo.

LAS CIUDADES FENICIAS: EL PAISAJE FEN/C/0. Víctor Manuel Sanz Bonel (Universidad

de Zaragoza).

at...=:!J

PRODUCCIONES CERAMICAS DE EPOCA ROMANA: Los alfares de la Venta del Car-

men. Da río Bernal Casasola y Lourdes Lorenzo Martfnez {U niversidad Autónoma de Madrid).

a~ ciudad

EL HORIZONTE DEL SOL: La de Ajenaton y Nefertiti {y 11). Teresa Armijo {Asocia-

ción Española de Egiptología).

CONTRAPORTADA:

Detalle de la Cista Fioorini. Museo Etrusco de Villa Giulia, Roma. Foto: M.V.G.

M

AROUEOASTRONOMIA EN EL AFRICA

~ PROCONSULAR.

José Juan Jiménez González, Césa r Esteban López y Juan Antonio Belmonte Avilés.

{ ~~ t Francisco Santos y Felicita Ruiz {Museo Nacional de EXPOSICIONES: Nómadas de Mongolia.

Antropología).

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NOTICIAS DE ACTUALIDAD

164 1LIBROS

drid. Fl;DERICO EU;RNALDO DE QUIRÓS: Ca· tedráticodePrehi.storiade la Universidad de león.

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Edición conmemorativa

QUlNTO CENTENARIO DEL AJEDREZ MODERNO El Luccna es el primer trat.a.do

de ajedrez impreso que existe. Representa el jalón más importante en la lireran•ra ajed recistk-a de Occidence. Es la obra capital de la histOria del ajedre:~. pan emender la transición del juego antiguo al moderno .

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ro----------------------Esm cuid:tdosisim:t edición consta de dos ,·olómcnes en un estuche: E l fa csimil del incunable "Repetición amores r Arte de ajedrez. con CL juegos de partido" de Lucen:~, editad() en Salamanca c. oroño 1497. de

E l estudio histódco }' ajedrecistico " El incunable de Luccna. Prim er arce de ajedrez moderno " de Joaquín Pél·ez de Arriaga.

16.500 ptas. lnduido

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v.stor. de chas metálicas que cubrlan sus hojas. Se encontraba en el muro Sur. junto a la avenida o explanada y al arrecife. y cercana al puente. Para su emplazamiento resultan harto elocuentes. por ejemplo, los pasajes referodos a las numerosas ejecuciones llevadas a cabo junto a ella en época de Abd ai-Rahman 111 y a la restauración del puente ordenada per ai-Hakam 11. Si aceptamos en parte la propuesta de Pavón. basada en su denominación. deberfamos situar la Bab ai-Sudda más o menos frente al molino de la Albola· fia'. En el grabado que Anton van den Wyngaerde realizó unos años antes de que comenzara la construcción del Seminario de San Pelagio' se observa. precisamente en este mismo entorno. un tramo de muro almenado y una poten te torre cuadrangular que quizás pudieron mante· ner alguna relación con los vestigios de dicha puerta . La Bab ai-Yinan se abría también en el muro Sur del palacio. SBl¡ún los textos. aunque a pontente de la Puerta de la Azuda. Tal vez estuviera fosilizada en una puerta bajomedieval representada en los planos de la ciudad de 1811 y 1851 yen el grabado de Wyn· gaerde junto al Alcázar de los Reyes Cristianos. La existencia de una canalización hispano-musulmana bajo la actual calle SantaTeresa Jornet. podrla confirmar la presencia de una calle a la que presumtble-

dos últimas se abrlan en el muro Sur del recinto. situándose la Puerta de los Jardines a poniente de la Puerta de la Azuda . Por esta razón creemos que el asalto del Alcázar se produjo por su sector meridional y en sentido OesteEste': y que la Bab ai-Siba se

~ar. de modo que la Bab lsb•hya actuaba como verdadero acceso directo a la ciudad: y que pos teriormente dicha puerta fue conocida, según lbn Baskuwal, como Bab al· Attarin (Puerta de los Drogueros o Perfumistas), a causa de la proximidad al zoco de éstos.

A la izquierda: Aspecto

de los baños del Alcázar en la actualidad. Abajo: Vestigios

de los baños mudéjares excavados en los jardines de la Biblioteca Pública; muy próximos, curiosamente, a los

baños califales del Campo Santo de los Mártires.

mente darla acceso esta puerta. A los pies de la Bab ai-Yinan - separada según nues· tros cálculos unos 100m tanto de la Bab ai-Sudda como de la Bury al-Asad (Torre del León}- se extendería también la explanada. de cuyos restos tal vez formase parte un pavimento de losas de calcarenita documentado durante la in· tervención arqueológica que efectuamos en 1993 en el Alcázar de los Reyes Cristianos. En cuanto a la Bab ai-Adl, a partir de los textos de lbn Ha· yyan. lbn Baskuwal e lbn ldari, de la propia situación de la Mezquita A ljama. del sabat construido por el emir Abd Allah que unla a la Mezquita con el Alcázar y de una calle pavimentada con losas de piedra. paralela y m uy cercana a su lienzo septentnonal, documentada por F. Hernández. podemos afirmar que en la zona Norte del muro oriental del palacio. y cerca de su esquina Noreste, existió al menos una puerta designada con ese u otros nombres (¿ Puer· ta de la Aljama y/o del sabat?l. Es muy posible que un poco más al Sur. en concreto a la entrada de la actual calle Amador de los Ríos y en el lugar en el que hasta 1864 estuvo s 1amado Arco de Gura. se LJb1ese abierto otra puerta del Alcázar. pues, como veremos más adelante, por esta :ona pudo discurrir una de las calles pnncipales del Alcázar. La Bab ai-Hamman aparece mencionada por lbn ldari en la segunda parte del Bayan 11, aunque sin especificar su lo· calización concreta en el recinto del Alcázar. Sin embargo, los baños descubiertos en el Campo Santo de los Mártires nos conducen a ubicarla en la muralla Norte del palacio, y más concretament e en algún

punto comprendido entre el citado Campo Santo de los Mártires y los jardines de la Biblioteca Pública . En este solar fue documentada una pequeí'la puerta en el transcurso de las excavaciones realizadas por A. Marcos y A. M' V•cent. que tal vez correspon· diese con la Bab ai·Hamman, aunque las reducidas dimensiones de su vano nos obligan a ser cautos a este respecto. La Bab ai-Siba es mencionada por ai·Nuwayri al narrar la toma del Alcázar por Muhammad ai-Mahdi: "el 16 de yumada /139911 5 de febrero de 10091. un bisnieto de Abd al· Rahman 111 que, después. al ocupar el trono se llamó Mu· hammad 11 ai-Mahdi, asaltó con sus partidarios el alcázar cordobés. y tras de aportillar· lo por las puertas de ai·Siba (de Jos Leones) y de al-Yinan fde los jardines!. entró por la Bab ai-Sudda y depuso a Hisam 11, proclamándose en su lugat'. En el relato de ai Nuwayri se c itan sucesivamente tres puertas del Alcá· zar ·la de ros Leones. la de ros Jardines y la de la Azuda·, de las cuales sabemos que las

abría en las proximidades del ángulo suroccidental del palacio y de la medina, lugar en el que. según Ocaña, se hallaba. curiosamente, la Bury ai·Asad (Torre del León). Esta Torre del León hispano-musulmana. situada rusto en la esquina Suroeste de la cerca. habría originado un topónimo que se ha mantenido hasta nuestros días en la denominación de la cercana Torre de los Leones del Alcázar de los Reyes Cris·

tianos. Teniendo en cuenta, por otro lado. la hipótesis de un único muro para el Alcázar y la medina en su flanco suroccidental. nada tiene de extra· ño situar una puerta con nom· bre de ciudad. la Bab lsbiliya (Puerta de Sevilla) en el propio recinto del Alcázar andalusi. en concreto en su lado occidental y al Norte de la Bab af.Siba; y más aún si conside· ramos que esa denominación de Puerta de Sevilla se encuentra. fundamentalmente. en los textos referidos a los primeros momentos de la presencia musulmana en Córdoba, cuando el palacio andalusi aún no llegaba hasta este lu-

ORGANIZACION INTERNA DEL ALCAZAR En la zona más antigua del Alcázar. ocupada hoy día por el Palacio Ep1scopal y la m itad oriental del Seminario de San Pelagio. es decir, frontera a la Mezquita Aljama, cercana a la Puerta del Puente y en conexión con la Bab ai-Sudda, se habría localizado el área residencial y de representación. Es probable que algunos de los pabellones mencionados en las fuentes escritas o los capiteles epigrafiados estudia· dos por M . Ocaña procedie· sen de este sector del Alcá· zar. en el cual se habría ubicado también el harem del que nos habla lbn Hayyan. Para la localización de la Rawda, la famosa necrópolis emirar y califal. resulta de gran ayuda un interesante texto de lbn Hayyan, reproducido por ai-Maqqari, que narra la visita a Córdoba del destronado rey astur-leonés Ordoño IV: "pasaron ante la Puerta del Alcázar y al estar Ordoño entre las Puertas de la Azuda (...) y de los Jardines( .. .), preguntó por el enterramiento de a~Nasir Hdin Al/ah IAbd ai-Rahman 1111. Le indicaron el sitio en el que al interior del Alcázar. en la Rawda, estaba su tumba. y entonces Ordoño se quitó el gorro, se inclinó ante e/ lugar de la tumba, oró. tras de lo cual volvió a ponerse el gorro en la cabeza· . En función de la ubicación que hemos propuesto para las dos puertas citadas en este pasaje (la Puerta de la Azuda y la Puerta de los Jardines), la Rawda hubo de localizarse. aproximadamente, en la mitad occidental del Seminario de San Pelagio y la calle Amador de los Ríos. lugar donde desde fina· les del siglo XVIII han apareci· do numerosos vestigios pertenecientes al Alcázar anda fusí. Por esta razón no pudo descubrirla Castejón en el sector central de los jardines de la Biblioteca Pública. Los baños del Alcázar co· rresponden a los restos exhu-

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INFORME mados en el Campo Santo de los Mártires desde principios de nuestro siglo, motivo por el cual su localización queda clara y fuera de toda duda . Finalmente. a través de las re-

Hipótesis de restitución del sabat de Abd Allah, según Golvin.

ferencias suministradas por lbn Hayyan e lbn Baskuwal, conocemos la existencia de un sector militar o alcazaba en el interior del Alcázar. No obs· tanta, aun cuando no poseemos ninguna evidencia relativa a su emplazamiento. creemos que la 'alcazaba' del Alcázar se encontraba en el ángulo suroccidental del palacio - solar ocupado en la actualidad por el Alcázar de los Reyes Cristianos y parte de sus jardines- . ya que esta posi· ción gozaba de un enorme valor estratégico por ejercer un indudable dominio visual sobre dos importantes vías de comunicación: el rlo Guadalquivir y el camino que se diriw gía hacia Sevilla por su margen derecha. EJES VARIOS De momento proponemos la existencia de, al menos, dos vías en dirección Este-Oeste y otras dos en dirección Norte-Sur. Por lo que respecta a las primeras. debemos señalar que una gran calle recorrería todo el Alcázar desde la calle Amador de los Ríos, en el extremo oriental. hasta la calle Caballerizas Reales, en el occidental. Dicha calle sería la fosilización parcial de un decumano romano que uniría la puerta abierta casi en el extremo Sureste de la ciudad - la llamada Puerta de Zaragoza o de Hierro. en época andalusr-. con la Puerta de Sevilla, localizada en el extremo contrario. Otra calle, de dimensiones más reducidas y pavimentada con pequeñas losas, corría paralela a la muralla Norte del Alcázar. de la cua l la separaban t an sólo unos metros. Las calles de dirección Norte-Sur resultan más difíciles de trazar, aunque una vía importante debió di scurrir aproximadamente entre el Campo Santo de los Mártires y la Biblioteca Publica. hasta enlazar con la aetual calle Santa Teresa Jornet, bajo la cual se encuentran los restos de una alcantarilla hispano-musulmana y de una puerta bajomedieval que pudo mantener la ubicación de la Bab aiYinan andalusí. A manera to-

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{:pu:e:s;c:a:re:-~~p;,e~r~o~t;a~m~b~ié~n~~¡t,~;f;p;.ó~t;es~i;s~q~uCe

davía de hipótesis cemos de evidencias), es posible que la Bab ai-Sudda se imbricara en otro eje NorteSur, paralelo al comentado y a la fachada occidental de la Mezquita. EL ENTORNO URBANISTICO DEL ALCAZAR Al Este del Alcázar se ubicaba la Mezquita Aljama, con la cual el palacio estaba comunicado mediante un pasadizo elevado o sabat. Un primer sabat fue construido por el emir Abd Allah y más tarde derribado por ai-Hakam 11 al ampliar la Mezquita hacia el Sur. Para sustituirlo, este califa erigió un segundo sabat que se mantuvo en pie hasta el siglo XVII. Asimismo. entre la Mezquita y el Alcázar discurrfa al-mahayya al uzma. o calle mayor, que desemboca· ba en la Bab al-Cantara {Puerta del Puente) y cuyo trazado vendría a coincidir, a grandes rasgos. con el de la actual calle Torrijos. En la zona meridional se encontraba. según ros textos, la avenida o explanada {hasa1. o la ' pradera' {al-mar)'l. donde tenían lugar las ejecuciones públicas. las paradas militares y los desfiles. Esta avenida se habría extendido desde la muralla Sur del palacio (y de la ciudad), delante de la Bab ai-Sudda y la Bab ai-Yinan, hasta ai-Rasif {arrecife). ca m~ no ribereño paralelo a la margen derecha del Guadalquivir y situado previsiblemente a una cota más baja que aquélla. El arrecife pasaba justo entre la Puerta del Puente y el propio Puente, y permitía ir de un extremo a otro de la ciudad sin necesidad de entrar en ella. El entorno meridional del Alcázar gozaba. pues. de un elevado valor monumental,

que los textos en ocasiones al placer que producía en emires y califas la contemplación del río y sus riberas•. Según nos informan las fuentes literarias. al Oeste del Alcázar {y podemos suponer que a cierta distancia del mismo) se hallaban la Dar aJ.burud {casa de Correos) -construida por Abd ai-Rahman l. destruída por un incendio en 936, restaurada de inmediato por Abd ai-Rahman 111 y trasladada más hacia poniente en el año 971 por ai· Hakam 11- ; y a continuación el bullicioso Zoco mayor, algunas de cuyas tiendas llegaban a inundarse durante las fuertes crecidas del Guadalquivir. lo cual indicarla su proximidad al arrecife y al río. También a poniente del Alcázar pudieron localizarse la casa, el puente y el barranco de los leones, aludidos por lbn Hayyan. Por último, es muy probable que entre la muralla septentrional del Alcázar y las primeras edificaciones situadas al Norte del palacio existiera un mfnimo espacio de separación (posiblemente una calle). En este sentido la aetual Calleja del Arco {reflejada ya en el plano de Córdoba de 1811) y parte del antiguo Corral de los Cárdenas -donde en el siglo XVI se levantó el Hospital de San Sebastiánpodrfan haber fosilizado dicho espacio. Por otro lado, la presencia de los baños en el sector noroccidental del Alcázar implicaría la existencia en di· cho entorno de un sistema de conducciones de agua para abastecer el consumo requerido por aquéllos. Así, sabemos que ya el em ir Abd aiRahman 11 había abastecido de agua al Alcázar. Hasta aqul las distintas hi-

• por • el momento, defendemos con relación al Alcázar andalusi de Córdoba. Nuestro siguiente objetivo es el de continuar profundizando en el conocimiento del mismo a través de las fuentes históricas y, especialmente, del estudio de las estructuras y los elementos de cultura ma· t erial descubiertos en las excavaciones realizadas en los jardines de la Biblioteca Pública durante los años 70 y 80. y aún sin publicar. Esperamos que esta se9unda fase de nuestro traba¡o permi ta ofre· cer pronto nuevos e interesantes datos sobre el Alcázar cordobés.

NOTAS ' A la hora de referirnos al Alcázar cordobés preferimos emplear el término ·andalusr en lugar del de 'califal' con el que ha sido designado frecuentemente en la literatura científica. y ello porque el primero es aplicable a todo el periodo durante el cual estuvo en uso dicho palacio hispanomusulmán. mientras que el segundo alude únicamente a una etapa histórica muy concreta, el Califato Omeya. No obstante, también podemos denominarlo simplemente Alcazar de Córdoba. tal y como aparece generalmente citado en las propias fuentes literarias árabes. ' Asi. se ha inteNenido en los Baños del Campo Santo de los Mártires {1903, 19611964; 1993), en el patio del Palacio episcopal {1922) y en sus antiguos jardines, hoy pertenecientes a la Biblioteca Pública {1962, y décadas de los 70 y 80). Desgraciadamente, en m uchos casos no se han publicado estas excavaciones. mientras que en otros se dispone tan sólo de una

Alzado de la mur·alla andalusí hallado en el Patio de Mujeres del A lc.átar de los Reyes Cristianos.

sucinta relación de los restos hallados. • Los primeros resultados de dicha i nvestigación han sido dados a conocer por nosotros en dos recientes congresos celebrados respectivamente en Algeciras y Córdoba. • Entre ellas puede incluirse la intervención arqueológica que llevamos a cabo en el Alcázar de los Reyes Cristianos en el año 1993, con motivo de su restauración. Dicha

excavación estuvo centrada en el edificio bajomedieval cristiano, aunque también do-

cumentamos interesantes niveles y estructuras de crono· lo~ía medieval islámica. A dicho recinto. sobre el cual serta necesario efectuar un estudio en profundidad. pertenece la torre de Belén. • El molino de la Albolafia fue construido por el emir almorávrde Tasufin en 11361137. ' El magnífi co dibujo de Wyngaerde data de 1567. mientras que el Seminario de San Pelagio comenzó a edificarse en 1583 frente al Palacio Episcopal. aunque no alcanzó su actual configuración hasta finales del siglo pasado. e incluso en la presente centuria ha conocido algunas reformas. ' Una impresión m uy similar es la que nos produce la versi ón de estos mismos

acontecimientos transmitida por lbn ldari en el Bayan 11 . • A este respecto resulta muy significativo un texto de lbn Hayyan referido al emir Abd ai-Rahman 11. BIBLIOGRAFIA ARJONA, A. {1982): Anales de Córdoba Musu lmana (711 -1 008). Córdoba. AZORIN, F. (1961-621: 'El alcantarillado árabe de Córdoba', AI-Mulk 2, 192-194. BOSCH VILA, J. (1956): Los Almorávides. Tetuán. CASTEJON, R. (1929): ' Córdoba califal", Boletín de la Real Academia de Córdoba 25, 2!»339. CASTEJON, R. {1961-1962): 'Excavaciones en el Alcázar de los calífas·. A~Mulk 2. 240-253. CASTEJON, R. {1963): ' Excavaciones en Córdoba para localizar las tumbas de los califas', Noticiario Arqueológico Hispánico 7, 229-235. ESCRIBANO, V. (1972): Estudio histórico-artístico del Alcázar de los Reyes Cristianos de Córdoba. Córdoba . GARCIA GOMEZ, E. (1965): 'Notas sobre la topografía cordobesa en los 'Anales de ai-Hakam 11' por lsa Razi', Af.Andalus 30. 319-379. GARCIA GOMEZ, E. (1967): El Califato de Córdoba en el ' Muqtabis' de lbn Hayyan.

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