\"El afán de resucitar a una mujer\": Isabel Prieto y Alfonso Reyes

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Descripción

Primera edición: 2004

© Pol Popovic Karic y Fidel Chávez Pérez (coordinadores) © Tecnológico de Monterrey ©Plaza y Valdés, S.A. de C.V. Derechos exclusivos de edición reservados para Plaza y Valdés, S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin autorización escrita de los editores. Plaza y Valdés, S.A. de C.V. Manuel María Contreras, 73. Colonia San Rafael México, DF. 06470. Teléfono 5097 20 70 editorial@plazayvaldes .com Francesc Carbonell, 21 -23 Entlo. 08034 Barcelona, España Teléfono: 9320 63750 Fax: 9328 04934 pyv [email protected] ISBN: 970-722-343-X Impreso en México / Printed in Mexico

Alfonso Reyes íntimo: Oración del 9 de febrero. Materialidad verbal discursiva. Biografía y autobiografía Rogelio Arenas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Novela para la historia e historia para la novela. Propuesta para la aplicación de El deslinde en el estudio de la novela histórica Rubén Lozano Herrera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Itinerario de Alfonso Reyes en la revista Universidad de México (1930-1959) Raquel Mosqueda Rivera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Alfonso Reyes y Juan Ruiz de Alarcón Dalia Hernández Reyes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Letras de la Nueva España y Poetas novohispanos en la historiografía literaria colonial Dalmacio Rodríguez Hernández . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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América como historia y narración. Crítica de la utopía americana de Alfonso Reyes José Eduardo Serrato Córdova . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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"El afán de resucitar a una mujer": Isabel Prieto y Alfonso Reyes Lilia Granillo Vázquez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Alfonso Reyes y las maravillas de la prosa breve Beatriz Espejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Ecos del pasado no tan inmediato: Alfonso Reyes y el siglo XIX Alejandro García y Lilia Vieyra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Rey es Homero en la literatura (Acercamiento al poemario "Homero en Cuemavaca") José Antonio Sequera Meza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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"El afán de resucitar a una mujer": Isabel Prieto y Alfons o Reyes Lilia Granillo Vázquez En el Ateneo. La sala está llena y hay más mujeres que hombres, como sucede ya siempre en este mundo. ¿Por qué amigos míos, por qué? Alfonso Reyes 1

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uando me di cuenta de la riqueza y variedad de la poesía femenina mexicana del siglo XIX, llamó mi atención el hecho de que Alfonso Reyes, gran lector y gestor del concepto de literatura mexicana, hablara solamente de una poetisa, como si sólo esa escritora hubiera existido. Bien mirado, su acercamiento a la escritura de mujeres revela, como toda su obra, una concepción literaria singular, una manera personal en el deslinde. Y aparece, para mis intereses profesionales -la historia documental de las mujeres escritoras-, una óptica de género alfonsina que vale la pena conocer. Nos hablará del escritor tanto como del hombre, y, con ello, del ser humano que impulsó la universalización de la propuesta cultural de mi país. En 1911, Alfonso Reyes escribió, ciertos "Apuntes varios" que quedaron fuera de la célebre conferencia titulada "El paisaje en la poesía mexicana del siglo XIX". 2 Por

1 Humberto Martínez, "Mujeres", en Alfonso Reyes, Abecedario de autores e ideas, Homenaje en el centenario de su nacimiento, México, Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco, 1989, p. 73 . 2 Alfonso Reyes, "Apuntes varios", para El paisaje en la poesía mexicana del siglo XIX , en Obras Completas, v. l., México, Fondo de Cultura Económica, 1955, pp. 256 y ss.

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razones que explicaré luego, el maestro deCidió entonces eliminar de la inm~ mente posterior publicación un estudio de seis páginas -extenso- acerca de Prieto de Landázuri. Cupo a esta poetisa del siglo XIX el honor de ser la única es.: tora romántica digna de ser considerada como parte de la literatura nacional. Re: la reconoce como "inteligente y sensible", categoría de mujeres creada por Jacobo''. Cuarenta años después, en 1955, mientras preparaba la edición de sus O Completas, se decidió a incluir el apunte, justificándolo con palabras enig1u.a.'.___ muy atractivas para los estudios de género: "Probablemente -dice- me arras;:;-: afán de resucitar a una mujer''. De hecho, tres veces en su vida literaria don Alfonso resucitó a Isabel. La p raen 1911, la segunda en 1955 y la tercera, al año siguiente, en el segundo ca¡r. de otra historia literaria, el "Resumen de la literatura mexicana, siglos XVI a . Ahí sí menciona a Isabel, con el epíteto "la dama poetisa ... nuestra primera r ~ tica, noble y sensible .. ."; y la ubica entre "El longevo Roa Bárcena" y "Juan el poeta precoz".3 Para explicar la dubitación inicial de nuestro sabio del sigl que acaba en rendición total ante una figura femenina desconocida por much sus contemporáneos, habrá que saber quién era Isabel Prieto de Landázuri. ¿ = en la Capilla Alfonsina ha oído hablar de ella? ¿Por qué ella y no otras? ¿ pudo haberla conocido el sabio, dónde la leyó? ¿Por qué la resucitó tres veces Nacida en marzo de 1833, en el Alcázar de San Juan, provincia de Ciudad: España, Isabel llegó a México a los tres años de edad y, junto con sus padre . radicar a Guadalajara. Como correspondía a una mujer de su alcurnia, recib. esmerada educación. Aunque recluida en el domicilio paterno, adquirió unz = cultura y aprendió francés, inglés y alemán. Luego traduciría al español p mántica de esas lenguas. En su momento, cumplió con el deber ser de su gén su clase y, como diría Guadalupe Loaeza, "se casó bien", con Pedro Landán=' liberal de Jalisco (n. 1832, m. ciudad de México en 1905). El esposo de I - mostró inclinaciones literarias - su primo político sí, el escritor Jorge Landáz= más bien estudió matemáticas en el Colegio de Minería y luego viajó al Col ~ Friedeberg, en Alemania, donde se graduó de ingeniero de minas. Cuando e~_ Pedro regresó a México, combatió con las tropas de Maximiliano y fue hecho _ nero por los franceses en 1864. Al triunfo de la República fue diputado local. _ federal. Más tarde, en 1872, ocupó el cargo de secretario particular del p C01.....c;:;..Sebastián Lerdo de Tejada. En 1874 fue nombrado cónsul en Alemania. H~-~--T

3 Alfonso Reyes, "Resumen de la literatura mexicana, siglos t. xxv, México, Fondo de Cultura Económica, 1955, p. 421.

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XVI

a

XIX",

en Obras

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partió con Isabel, quien murió al poco tiempo de residir en Hamburgo, en 1876. Ya viudo, Pedro regresó a México a ocupar una diputación federal. En 1882 fue gobernador de Jalisco y años después llegó a ser senador de la República. Coinciden los meses de la candidatura del gobernador Landázuri con la decisión del polígrafo José María Vigil de realizar un estudio de la vida y la obra de la señora Landázuri. En ello, además de las resonancias políticas, existen criterios de autoridades según la teoría de la recepción. En diciembre de 1881, dedica su discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua a la poetisa jalisciense. 4 Isabel es la primera y única romántica merecedora de un estudio de la mayor envergadura académica; dos años después, saldrían a la luz las Obras completas de Isabel, en volumen de casi 500 páginas, editado por Vigile Ireneo Paz. Que un reconocido literato escoja a una escritora, y no a un escritor, es ya una cuestión de género. Para la historia de la literatura mexicana constituye un hecho que ha trascendido pues cuando menos dos grandes historiadores de la misma, don Alfonso Reyes primero, y luego, en 1963, el crítico José Luis Martínez, ponderan la elección. Mientras que a Reyes le brinda ocasión para unos "Apuntes" que luego mostrarán el "afán de resucitar una mujer", de no olvidarla, de homenajearla, a Martínez, perteneciente a otra generación, la ocasión deriva en demérito. Del discurso de Vigil, que tanto Reyes como Martínez leyeron, dice este último que es: " ... sobre todo un homenaje algo desproporcionado a la amistad ... la amistad que en este caso llevó demasiado lejos a José María Vigil al parangonar desproporcionadamente la vida y la obra de Isabel Prieto de Landázuri con la de Sor Juana y al advertir incluso un signo de paralelismo en la coincidencia de la edad en que ambas murieron".5 Y es que la señora Landázuri no murió de tisis ni de tuberculosis, enfermedades muy apropiadas para primeras románticas, sucumbió ante alguna complicación ginecológica. Muerta en el desempeño de su maternidad, cabe notarlo pues más que referirse a trivialidades extraliterarias, tal desempeño constituye la clave para expliar la tradición de esta poetisa, la recepción poética en términos de género. El asunto

4 José María Vigil, La señora Doña Isabel Prieto de Landázuri, estudio biográfico y literario, leído en la Academia Mexicana por el individuo de número José M. Vigil, Director de la Biblioteca _ acional, Profesor de Lógica en la Escuela Nacional Preparatoria, Miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, Socio fundador de "Las Clases Productoras", Honorario de la Sociedad Agrícola Jalisciense, Activo de la Alianza Literaria de Guadalajara, de número de la Compañía Lancasteriana, Individuo correspondiente de las Reales Academias Española y de la Historia de fadrid, etc., México, Imprenta de Francisco Díaz de León, Calle de Lerdo núm. 2, 1882. 5 José Luis Martínez, "El amigo de las poetisas", en "José María Vigil" (febrero de 1957), La expresión nacional, México, Oasis, 1984, p. 329.

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de la maternidad de una escritora mexicana queda ligado a la ponderación de la obra como se verá. En la necrología vigiliana consta el parangón que se establece entre la biografiad:: y Sor Juana como grandes figuras femeninas y de las letras mexicanas: ... la vida de ambas poetisas nos muestra un dechado de piadosa abnegación que coronó _ existencia con una muerte prematura. Sor Juana Inés sucumbió a los 43 años, víctima amor con que se dedicó a asistir a sus compañeras en la epidemia que invadió el convenr de San Jerónimo en 1694; Isabel prieto, a la misma edad de 43 años, dijo un adiós eterno mundo a consecuencia de la enfermedad contraída en el cumplimiento de sus sagra deberes de madre; así las dos más bellas y simpáticas figuras de nuestra historia literaI'. aparecen, con diferencia de siglo y medio, recorriendo órbitas paralelas, derramando so sus respectivas épocas, los tesoros inagotables de sus almas inspiradas ... 6

¿Quién es esta semejante a Sor Juana? Las primeras composiciones poéticas " Isabel fueron publicadas en 1851, anónimamente, en la Aurora Poética de Jali Una nota del editor Pablo J. Villaseñor aclaraba que: " .. . esta colección de ensay _ líricos eran producción de una señorita cuyo talento poético había admirado sie pre, esperando que le dispensase haber dado sin su consentimiento aquellos verso: la estampa .. .". 7 A esta irrupción desautorizada, Isabel, que tenía entonces 18 añorespondió publicando otros poemas oculta bajo el seudónimo "Zelima". Pero co viera la aceptación social de sus aficiones poéticas, pronto se decidió a firmar con __ nombre. En 1852, el español avecindado en México, Niceto de Zamacois, publi en El ensayo literario, también de Guadalajara, un artículo, "Poetas y poetisas Ellos y Ellas", en que da cuenta de las románticas mexicanas y critica la moda poetizar sin ton ni son. Pondera como ejemplar la escritura de la señorita Prieto, -quien llega a decir "Esto es ser poetisa": ... Muy dignas de elogio son las jóvenes que se dedican al estudio de las bellas le Porque dotada generalmente la mujer de sensibilidad, de virtud y de imaginación \·i puede hacer muchos bienes a la sociedad, porque el hombre siempre está dispues seguir las máximas de ese sexo encantador. Pero para esto es preciso, como antes di_ que estén dotadas de instrucción y de talento; de lo contrario sólo serán unas marisabid. insoportables. 6 José María Vigil, Obras Poéticas de la Señora Doña Isabel Prieto de Landázuri, coleccia:. das y precedidas de un estudio biográfico y literario . .. , primera parte, México, Composiciones ' cas, Imprenta y litografía de Don Ireneo Paz, 2ª de la Independencia núm. 2, 1883, p. cxvi. 7 Pablo Villaseñor, cit. por Vigil, en op. cit., p. XI.

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Las obras revelan la instrucción y el talento de sus autores, y hasta sus inclinaciones. or Juana Inés de la Cruz, poetisa mexicana, manifiesta una instrucción y un talento no omunes, aunque sus obras adolecen del mal gusto del siglo en que vivió .. . Mención no menos honorífica merecen las poetisas que hoy se dejan ver en varios puntos de la República, honrando la literatura del país donde nacieron. ¡Guadalajara!, ese suelo encantador, cubierto por un cielo siempre limpio; ese país hospitalario y religioso, cuya grata memoria ni el tiempo ni la distancia borrarán de mi orazón; ese país donde tan buenos y verdaderos amigos he dejado, cuenta en su seno apreciables e instruidas jóvenes como la señorita Ignacita Cañedo, doña Josefa Sierra y doña Isabel A. Prieto, bajo cuyas composiciones no titubearían en poner su nombre icomedes Pastor Díaz y Bretón de los Herreros.8

Zamacois encuentra material suficiente que certifica la existencia de una escritu_ femenina en México. Incluso eleva la calidad de las poetisas nacionales, las rescadel rincón coterráneo y las coloca a la altura de los románticos españoles. Testimonio - la existencia de escuelas y tendencias incipientes, que son notables al tomar en _ enta que esta producción femenina era bien acogida en los escasos ambientes culales, a salvo de la inestabilidad social y de gobierno. Más aún, encuentra en ellas _madigmas poéticos, modelos y estilos magisteriales en otras regiones, y no sólo en capital tapatía, lugar donde se publica su estudio: "Si orgullosa debe estar Jalisco :ior haber producido poetisas tan distinguidas como la Prieto, la Sierra y la Cañedo, ;;,o lo debe estar menos Zacatecas por tener por hija a doña Josefa Letechipía de González, cuyas composiciones pueden servir de modelo a los que se dediquen al :ultivo de la dulce poesía". Cuando Isabel contrae matrimonio, se aleja de la escena literaria sólo temporalmente. Hacia 1860, declara su adhesión al arte, dedicando un poema "A la sociedad de Bellas Artes de Guadalajara" en el que reitera el origen divino de la poesía: ¡Honor y gloria al genio! Reverente, ante su augusta faz la frente inclino: almo destello del poder divi no, chispa de la grandeza del Creador. Al contemplar sus nobles concepciones acelerado el corazón palpita; entusiasmo vivaz el alma agita .... ¡Gloria al genio y honor!

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Niceto de Zamacois, El ensayo literario, Guadalajara, Jalisco, 1852, pp. 108 a 115.

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¡Cuán grande es el artista! ¡Cuánta dicha, debe llenar su mente enajenada, cuando de inspiración arrebatada, osa hasta el cielo la mirada alzar; y elegido de Dios que ha derramado sobre su frente la celeste llama, animado del fuego que le inflama, Logra, como Él, crear!9

Tras proclamar la voluntad literaria, Isabel publica lo que escribió durante =retiro debido al matrimonio y resulta ser una gran dramaturga. En 1861 aparece · primera obra romántica escrita por una mexicana: Las dos flores. 10 Y a los poc meses su primera obra se lleva a escena nada menos que en el Teatro Principal -= Guadalajara: Los dos son peores. La jubilosa recepción del ambiente literario no : hace esperar y José María Vigil e Ireneo Paz publican una Corona poética dedic a la Señorita doña Isabela Angela Prieto, en la noche de la representación de comedia intitulada "Los Dos son Peores". Arrobados ante el estro de Isabel, ex man: "Canta pues, tierna amiga, canta" y "Sigue cantando; pues tu voz impera .. En total, esta "dama poseedora de una inteligencia superior" (palabras de \ ! =escribió quince piezas dramáticas. Aparte de las ya mencionadas, y de otras do no llevan título, se tiene noticias de Oro y oropel, Abnegación, La escuela de cuñadas, Un lirio entre zarzas, El ángel del hogar, ¿Duende o serafín?, Un cora.;-. de mujer, Espinas de una flor y Un tipo del día. Dueña de una gran vena líri _ escribió la mayoría de sus obras en verso. En Una noche de carnaval y En el pecad:. penitencia, se percibe esa disposición a la rima y al ritmo. También escribió al · con Enrique de Olavarría y Ferrari una ingeniosa pieza de magia que combina pro verso, de título muy sugerente: Soñar despierto o la maga de Ayodoric. Si bien no su obra ha sido llevada a escena, sí pudo ver la puesta de cuatro piezas, dos más Guadalajara, Oro y oropel y La escuela de las cuñadas. Un lirio entre zarzm estrenado en el Teatro Principal de la capital de la República. Dice su editor del = XX que tanto la producción dramática como la lírica son de una "factura impecab ~ De los años anteriores al Imperio data la polémica entre poetisas que a atención de Reyes. La "Contestación" de Isabel a Dolores Guerrero sigue la t · de lo que sería comparable con un incipiente "Manifiesto Poético", una jugu admonición que invita a las poetisas a "cantar cosas oportunas, alegres": José María Vigil, Obras poéticas de Isabel Prieto de Landázuri ... , 1883, p. 4 Luis Rojo, estudio y selección, Teatro mexicano: historia y dramaturgia, XIX, dra1 románticas, México, Conaculta, 1995, p. 28. 9

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Tú, cuya voz tan pura y melodiosa, sabe expresar la dicha y la alegría, no cantes de dolor, amiga mía, canta ilusión, amor, felicidad . No pintes el amargo desaliento que el delirante corazón devora, cuando despierta en desdichada hora a una dura, inclemente realidad. Sienta mejor a tu armonioso acento, cantar los sueños de la mente inquieta, que arrebatan el alma del poeta a esas regiones de ventura y luz. Cantas con fuego del amor la dicha; de la esperanza las fragantes flores, y es más hermosa la ilusión, Dolores, pura, radiante, cual la cantas tú (Vigil, p. 17).

-o Reyes habla de Isabel, reconoce su categoría de mujer "inteligente y sen::::>istingue entre la poesía sentimental y la sensiblería y argumenta que Isabel - de la primera, mientras que su predecesora, Dolores, se abandona al segun. on lo cual pierde toda estatura poética. Dice don Alfonso: - no es de ese género el sentimentalismo de esta poetisa; y si alguna vez cayó en esta =rra romántica -sobre todo en sus primeras poesías-y, según sus propias palabras,

-o contar una ilusión perdida por ensayar un canto de dolor"; si alguna vez cedió a la ·a y a la actitud obligada, llorando dolores que solamente presentía, que imaginaba ~nec esitaba tal vez), no fue ello sino un descarrío pasajero de que pronto la alivió su entido ...

ores fue una de las pioneras de la poesía femenina mexicana y también actilítica. Esta poetisa, 11 nacida en Durango en 1833, era hija del senador FerGuerrero, y en 1848 se trasladó con él a la capital de la República. Sus ensayos -Poetisa" es el femenino de poeta, mujer que escribe poesía. Durante el Coloquio de Doctorandos (Facultad de Filosofía y Letras, UNAM, mayo de 1996) se discutió mi elección del término. _ - la doctora Elena Beristain, "solamente quienes no conocen morfología española pueden pensar ,-ocablo 'poetisa' indica menor calidad literaria en la escritura de las mujeres"; sin embargo, o González Acosta refirió que cuando los literatos cubanos se enojaron con Pablo Neruda ~

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poéticos atrajeron, entre otros, a Zarco, a Luis G. Ortiz y a González Bocanegra, padrinos literarios. Alcanzó gran popularidad. Se dijo que "murió de amor no corre:pondido" a los 25 años. Encarnación de la vida romántica femenina, sigue siendo misterio la identidad del "Luisi" amado, aunque tal vez se trate de Luis. G. Ortiz.. Murió en Durango, el 1º de marzo de 1858. Isabel, en su "Contestación .. ", que bi pudo haber sido escrita en vida de Dolores, expone su itinerario expresivo que, extensión, propone a todas las de su oficio. Destaca la descripción de un alma poé ca que pasa de enunciar la imaginación a expresar la experiencia. Los términos y tono de Isabel hablan de madurez en la poesía, más que de exaltación del sentirnier:.to; de sinceridad en la elocuencia y no de simple animación en la voz. Isabel Prieto y su amiga Esther Tapia, otra gran poetisa, participan en 1867 en fundación de "La Alianza Literaria", sociedad y publicación de Guadalajara. Y en órgano de esa sociedad aparecen sus poemas y los de otros distinguidos vate Jalisco. Al año siguiente, Isabel ocupa su justo lugar en el proyecto nacionalista Altamirano y aparece en El Renacimiento. En 1869, en la "Introducción" al primer tomo, el "Presidente de la república las letras" nacionales elabora un recuento de la creación literaria en el país, y me ciona la creatividad femenina: -1

Pero si Ja historia nacional puede ajusto título envanecerse con esos momentos (Ja re= ma y las guerras de intervención), Ja bella literatura no cuenta con fortuna semej Escasas eran las producciones de aquella época, y eso apenas conocidas en círculos cidos ... Apenas de nuestro lado solía suavizar las páginas fogosas de los periódico que otra composición fugitiva que no fuese un canto de guerra. En esta parte sí pod contar las magníficas odas de Prieto, los admirables cantos del ciego Valle y las sub ·inspiraciones de Isabel Prieto, la Corina jalisciense, y de Esther Tapia, esa Safo cu} ha enmudecido no por la desgracia en amores, sino por la felicidad conyugal. Pero esas excepciones, los demás discípulos de las musas habían colgado sus liras de los ces extranjeros, o las habían arrojado para empuñar el sable. Hondo silencio reinaba república de las letras.12

pues asistió a un congreso del Pen Club estadounidense (disputa entre Neruda y Guillén), pre insultarlo llamándolo "poetisa". A nivel de lengua, "poetisa" no implica menosprecio; el ténni;;.:: tenía connotación despectiva en el siglo XIX. Cf. la explicación de J. G. Moreno de Alba en "La en el Diccionario", en Minucias del lenguaje, México, FCE, 1992, p. 240 y ss, que además posee perspectiva de género. 12 Ignacio Manuel Altamirano, Introducción, El Renacimiento, Periódico Literario, tomo 1, .\[ 1869, p. 3.

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El siguiente cuadro muestra la poesía femenina que Altamirano publicó en el -orno I del Renacimiento: Autora

Título

Soledad Manero María 13 María del Pilar Moreno Isabel Prieto de Landázuri

Delirios A una niña

El tiempo que ya pasó El ángel y el niño La abuela A ... (trad. de Víctor Hugo) Una Noche en el mar. (trad. de Víctor Hugo) La pobre flor (trad. de Víctor Hugo) A Víctor Hugo

El promotor del "renacimiento de la literatura en México" se muestra feliz de contar con la poesía femenina entre sus páginas. Promete con júbilo "la colección inestimable de las obras de Isabel Prieto que ya hemos anunciado otra vez" (Altamirano, t. I, p. 5). Incluso Justo Sierra, quien afirmaba acusador: "La niña mexicana no ama la literatura nacional" 14 en sus célebres Conversaciones del domingo, reconoce que ha "habido pocas, pero brillantes poetisas". Y menciona a Dolores Guerrero, Isabel Prieto ("Acento no lujoso, pero sí más delicado que el de George Sand"), Isabel Pesado, Esther Tapia (a quien compara con Gertrudis Gómez de Avellaneda y Carolina Coronado), Susana Masson y Gertrudis Tenorio. Como correspondía a semejante carrera literaria, en 1869 Isabel recibió una "Corona de reconocimiento" de una de las mejores sociedades de escritores del país. El Liceo Hidalgo le concedió el honor de ser la primera escritora premiada. Ella continuó publicando en Jalisco y también en la capitalina Ilustración Mexicana. En 1872 aparece el primer tomo de la colección Flores del Siglo, donde el editor, Juan E. Barbero, reúne la obra de escritoras de ambos lados del Atlántico. Junto a

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Seudónimo. Altamirano aclara que la remitió " ... una bella señorita, suplicándonos que ocultemos su nombre ... ". 14 Justo Sierra, 1868, en Obras completas, t. II, ed. de Francisco Monterde, México, UNAM, 1977. (Originalmente en El Monitor Republicano, México, 5 de abril de 1868.)

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poetisas de España y Cuba como la Baronesa de Wilson, Carolina Coronado, Gertrudi Gómez de Avellaneda y Luisa Pérez de Zambrana, aparecen más de 15 mexicanas: ¡Josefa Heraclia Badillo, dos poemas Refugio Barragán de Toscano, tres poemas Rita Cetina Gutiérrez,16 cinco poemas María del Carmen Cortez (sic), cuatro poemas Dolores Cándamo de Rosa (sic), un poema Rosa Carreto, un poema Cristina Farfán, dos poemas Dolores Guerrero, dos poemas

Soledad Manero de Ferrer, once poemas Luisa Muñoz Ledo, cuatro poemas Carolina O'Horan, un poema Josefina Pérez, 18 poemas Julia Pérez Montes de Oca, cuatro poemas Isabel Prieto de Landázuri, tres poemas Getrudis Tenorio Zavala, ocho poemas Esther Tapia de Castellanos, dos poemas Manuela L. Yema, cinco poemas

También en 1872 aparece -domingo 7 de enero- la Edición Literaria de E Federalista, cuyo director y redactor en jefe era Alfredo Bablot. Encabezan la página legal de "Redactores", las "Señoras" Carmen Cortés, Pilar Moreno, Isabel Prietc de Landázuri, Gertrudis Tenorio Zavala y Rita Zetina Gutiérrez. Entre los "Señore estaban Manuel Orozco y Berra, Manuel Payno, Francisco Pimentel, y también 1.cente Riva Palacio y Francisco Para 1875, Isabel y varias de las poetisas del siglo XIX trascendían las fronteras nacionales y eran recibidas por instituciones literarias de otros países, lo cual dota su obra de dimensiones universales. En ese año, José Domingo Cortés publica e París sus Poetisas americanas, 17 que incluye a Dolores Guerrero, Isabel Prieto, Esth Tapia y una falsa Mercedes Salazar de Cámara, 18 como representantes de la poe í2 femenina mexicana. La Sociedad de Escritores Dramáticos "Manuel Eduardo de Gorostiza", cuy primer presidente fue José María Vigil, con Juan de Dios Peza, Juan A. Mateo Vicente Riva Palacio y Agustín Cuenca como socios, distinguió a Isabel como un_

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Juan E. Barbero, 1872, en Flores del Siglo, Imprenta de Ignacio Cumplido, México, t. 1, p.: Hay errores en algunos nombres. El "Índice" de Flores ... nombra a esta poetisa yucateca co "Rita Celestina Gutiérrez". 17 José Domingo Cortés, Poetisas americanas, Ramillete poético del bello sexo hispano-americano, París, abril de 1875, 18 Algún gracioso le mandó a Cortés el poema "A Ofelia Plissée" escrito por Altamirano y se , adjudicó a la tal Mercedes, que no existió. Francisco Sosa así lo expone en carta abierta publicada El Federalista el 4 de octubre de 1875. Cf. la carta Rep. en Ignacio M. Altamirano, Obras literaria! completas, México, Oasis, 1959, pp. 609-611. 16

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' de los "miembros honorarios". Fue elevada a la altura de Víctor Rugo, AlejanDumas, Octavio Feuillet y Juan Eugenio Hartzenbusch. En 1878, a los dos años de muerta, su obra poética era bien conocida dentro y "ra de México - lo cual no puede decirse de todos los poetas románticos, ni de os los escritores aquí citados- . Entonces, su amigo, el español Enrique de _, avarría y Ferrari, decide que su nombre encabece una célebre colección, las Poelíricas mejicanas de Isabel Prieto, Rosas, Sierra, Altamirano, Flores, Riva Pala';O, (Guillermo) Prieto y otros autores. 19 Isabel ocupa el primer lugar no sólo en el mio, y sus composiciones van precedidas de una biografía de dos páginas y me- a donde se da noticia de los dos tomos de poesías líricas y las más de catorce ras dramáticas que escribió, y se hace referencia a cuán ponderada fue por otras tituciones literarias: Todas ellas (obras dramáticas) se representaron con un éxito verdaderamente extraordinario, valiéndole envidiables obsequios, entre ellos una medalla de oro expresamente acuñada en honor suyo. No ha habido periódico alguno mexicano que no la haya consagrado entusiastas elogios, ni círculo literario que no se honrase colocando el nombre de la poetisa entre los de sus socios de mérito, ni mexicano que no rinda a su memoria el respeto debido a la que será siempre para aquella República una gloria nacional (p. 10).

Al homenaje que Martínez cree exclusivo de Vigil, se añade, en este recuento de menciones a Isabel, la ponderación de Juan de Dios Peza, quien escribe en 1884: -Yiéxico no ha sido fecundo en poetisas, pero si no tuviera ya las bastantes para =nvanecerse, le sobraría con Sor Juana Inés de la Cruz, con Dolores Guerrero y con abel Ángela Prieto".20 Para los festejos del IV Centenario y la Exposición Colombina, la Academia _ fexicana de la Lengua presentó a quienes deberían representar a nuestro país en la 4ntología de poetas líricos castellanos, que la Real Academia Española de la Lengua pensaba publicar. En la selección de Casimiro del Collado, José María Roa Bárcena y Vigil, entre otros, figuraban cinco poetisas del siglo: Isabel Prieto de

!9 Enrique de Olavarría y Ferrari, Poesía líricas mejicanas de Isabel Prieto, Rosas, Sierra, Altamirano, Flores, Riva Palacio, (Guillermo) Prieto y otros autores, coleccionadas y anotadas para a "Colección de los mejores autores, antiguos, modernos nacionales y extranjeros", t. XLV, 2a ed. ~1adrid, 1882. La primera edición data de 1878, consta en "al Lector" , p. 3, fechada el 3 de septiembre de 1878. 20 Juan de Dios Peza, "Una Poetisa Mexicana, Biografía de Dolores Guerrero", en El álbum de la Jfujer, México, núm. 22, junio 1 de 1884, pp. 319-320.

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ALFONSO REYES: PERSPECTIVAS CRÍTICAS

Landázuri, Laura Méndez de Cuenca, Isabel Pesado, Josefina Pérez de García T~ rres y Esther Tapia de Castellanos. En España, la máxima autoridad de la época, do Marcelino Menéndez y Pelayo, era el encargado de la antología española, y elimina de la propuesta mexicana sólo a Isabel Prieto de Landázuri por considerarla "española". La réplica mexicana no se hace esperar. Debaten Roa Bárcena y Luis González Obregón: "Don Marcelino Menéndez y Pelayo advirtió que no figura en su Antología de poetas mexicanos muertos la poetisa de quien hablamos, por haber nacido er España. Nosotros creemos que Isabel Prieto de Landázuri y Casimiro Collado n pertenecen, por la misma razón que Colón pertenece a España". 21 Ello explica por qué Reyes, que escribía una historia literaria nacional, se apre ra a declararla mexicana ("Esta señora española sólo en el nacimiento"). De la última década decimonónica datan las menciones que Francisco Pimen "" hace de Isabel en su notable Historia Crítica ... , edición de 1892: aparece junto Josefa Heraclia Badillo, Dolores Guerrero, Josefa Letechipía, Teresa Vera y Ju ~ Ocampo. 22 Ni duda cabe de su presencia en el libro clásico de la historia de las mexic escrito en el siglo XIX. He aquí la lista de poetisas y escritoras que Laureana Wri_ de Kleinhans juzgó dignas de ser biografiadas en su Mujeres notables mexican enseguida sus lugares de nacimiento e iniciación literaria. 23 Cristina Farfán de García Montero, Yucatán Rosario María Rojas, Jalisco Guadalupe Rubalcaba, Jalisco Balbina González, Coahuila Guadalupe Gómez de Suárez, Coahuila Refugio Barragán de Toscano, Jalisco Adelaida Martínez, Tepic Isabel Prieto de Landázuri , Jalisco

Adelaida Martínez, Tepic Concepción Peralta, México Dolores Mijares, Coahuila Dolores Guerrero, Durango Ignacia Padilla de Piña, Tamaulipas Mateana Murguía de Aveleyra, Jalisco Esther Tapia de Castellanos, Michoa

Tras una estancia en nuestro país, el literato peruano Carlos G. Amézaga pu en Buenos Aires un largo ensayo literario con el título Poetas mexicanos, e in _ 21

José María Roa Bárcena y Luis González Obregón, "Antología de poetas mexicano ··. _ Renacimiento, periódico literario , 2ª época, 1894, rep. en Jorge Ruedas de la Serna (organi= presentación), La misión del escritor, ensayos mexicanos del siglo XIX, México, UNAM, 1996. p _ 22 Francisco Pimentel, Historia crítica de la poesía en México, México, Oficina tipográfi Secretaría de Fomento, 1892, pp. 388 y ss. 2 3 Laureana Wright de Kleinhans, Mujeres notables mexicanas, México, Secretaría de In Pública y Bellas Artes, 1910.

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"EL AFÁN DE RESUCITAR

A UNA MUJER": ISABEL PRIETO Y ALFONSO REYES

= -'as, noticias

históricas, citas críticas de instituciones literarias mexicanas, ntos y aun versos completos de poetas y poetisas.24 Dedica a las poetisas canas el capítulo XII:

Juana Inés de la Cruz, abrió un surco demasiado profundo en el campo de las letras de _' xico para que nuestra curiosidad deje de empeñarse buscándola sucesoras. Muy iluslas ha tenido, en efecto, y no me parece extraño al lugar, decir algo, antes, en general, bre la mujer mexicana, cuyas dotes morales e intelectuales nos son casi desconocidas _ Sud-América . . . . No puedo fijar el número de poetisas contemporáneas de México; pero, a Dolores .':iuerrero e Isabel Prieto de Landázuri, tan celebradas, y que bajaron a la tumba hace gunos años .. . 2s

;::n 1900, Adalberto Esteva incluye la poesía de Laura Méndez de Cuenca y de 1 Prieto en su México poético. Y cuatro años después, a casi 25 años de su ~rte, la poesía de Isabel sigue trascendiendo. Aparece un artículo en la Unión roamericana, periódico de Madrid, con el siguiente comentario: L
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