Efectos de la televisión en alta definición sobre la atención y la selección de contenidos por los espectadores: Una aproximación experimental

June 24, 2017 | Autor: M. Barreda-Ángeles | Categoría: Media psychology
Share Embed


Descripción

Efectos de la televisión en alta definición sobre la atención y la selección de contenidos por los espectadores: Una aproximación experimental Miguel Barreda Ángeles (Departament de Comunicació Universitat Pompeu Fabra / Barcelona Media – Centro de Innovación) Albert Costa Martínez (Universitat Pompeu Fabra) Xavier Ferràndiz Bofill (Televisió de Catalunya, S.A.) Resumen En esta comunicación se presentan dos experimentos destinados a evaluar los efectos de la imagen en alta definición (HD) en los espectadores de televisión. Los resultados del primero de ellos muestran que la HD incrementa la atención visual (medida a través de los niveles de onda alfa cerebral), pero sólo en aquellos contenidos poco motivadores para los espectadores, y en el caso de espectadores suficientemente sensibles a dicha calidad de imagen. Los resultados del segundo experimento, por su parte, sugieren que, aun siendo poco conscientes de la diferencia entre calidades de imagen, los espectadores tienden a visionar más tiempo los canales en HD. Palabras clave: Televisión – Alta definición – Atención – Motivación A lo largo de los últimos años la televisión en alta definición (HD) se está convirtiendo en una realidad cada vez más presente en la vida de los espectadores, como indica el importante incremento tanto en el número de canales que la ofrecen (European Audiovisual Observatory, 2012), como en el número de hogares que cuentan con equipos adecuados para su recepción (Office of Communications, 2011). La imagen HD aporta entre 720 y 1080 líneas verticales (dependiendo de los diferentes estándares técnicos) frente a las entre 480 y 576 líneas de la

tradicional definición estándar (standard definition, SD). Este incremento en el número de líneas mejora la resolución de la imagen y es, en general, valorado positivamente por los participantes en test de calidad de imagen (p. ej. Keimel, Redl y Diepold, 2011). Sin embargo, los beneficios de la HD en la experiencia de consumo de televisión no han sido explorados en profundidad. Algunas evidencias, como el hecho de que los espectadores valoren mejor la imagen cuando se les dice que se trata de HD aunque realmente no lo sea (Joor et al., 2009), sugieren que a la hora de evaluar la HD las ideas preconcebidas podrían pesar más que sus ventajas reales. Por otra parte, algunos autores han apuntado que la implementación de la HD podría obedecer más a intereses de la industria electrónica que a una demanda real por parte de los usuarios (Walravens y Pauwels, 2011). En este contexto, y teniendo en cuenta los grandes esfuerzos económicos que las empresas de televisión realizan para la producción y emisión de contenidos en HD, se hace necesario analizar cómo ésta afecta a la experiencia de visionado. Dado que un objetivo indiscutible de la industria televisiva es atraer la atención de la audiencia, consideramos que una primera aproximación al análisis de los efectos de la HD debe centrarse en dos cuestiones: 1) cómo afecta la calidad de imagen a la atención prestada; y 2) cómo afecta la calidad de imagen al comportamiento de cambio de canal de los espectadores. Estas cuestiones no sólo tienen interés desde el punto de vista académico, sino que también pueden ser de utilidad para los profesionales de la industria a la hora de tomar decisiones relativas a la producción de contenidos en HD.

1. HD y atención Una gran parte de la investigación sobre la atención durante el visionado de televisión se ha basado en el modelo de capacidad limitada para el procesamiento de mensajes audiovisuales (Lang, 2000; 2006). De acuerdo con este modelo, la atención se conceptualiza como la asignación de recursos cognitivos, limitados, al procesamiento de los mensajes. En esta línea de investigación generalmente se distingue entre un nivel global de atención, que depende de la

voluntad del sujeto (de sus gustos, necesidades, preferencias, etc.), y variaciones en dicho nivel como consecuencia de respuestas automáticas de atención ante estímulos que contienen información novedosa o relevante. Diferentes estudios han mostrado que uno de los factores que se relaciona con la asignación de atención es la densidad de información, definida como la cantidad de información contenida en el mensaje por unidad de tiempo (Fox, Park y Lang, 2007; Lang et al., 2007). Así pues, generalmente, un incremento en la densidad de información se asocia con un aumento en la atención prestada. En este sentido, la mejor resolución de la imagen HD proporciona un nivel de detalles en la imagen mayor que en el caso de la SD, de forma que la densidad de información visual es más alta. Por lo tanto, parece lógico pensar que, en comparación con la SD, la calidad de imagen HD pueda incrementar la atención prestada por los espectadores. La asignación de recursos atencionales durante el visionado de televisión ha sido medida de diferentes maneras (Anderson y Kirkorian, 2006); una de ellas es la medición de los niveles de onda alfa cerebral. En concreto, la reducción en los niveles de onda alfa cerebral en la región occipital parece estar relacionada con el incremento de la atención visual (Smith y Gevins, 2004). Por lo tanto, nuestra primera hipótesis es: H1: Los espectadores prestarán más atención visual a los programas que ofrezcan calidad HD que a los que ofrezcan SD, lo que se manifestará en una reducción de los niveles de onda alfa occipital en los primeros en comparación con los segundos. No obstante, es probable que las preferencias de los espectadores puedan mediar dicho efecto. En primer lugar, el nivel general de atención prestado al mensaje depende en gran medida de las motivaciones de los espectadores (Perse, 1992). Así pues, parece lógico que aquellos mensajes que resulten más motivadores (es decir, aquellos que se ajusten mejor a los gustos, preferencias, necesidades, etc. de los espectadores) reciban una mayor atención que aquellos que resulten menos motivadores. Dado que los recursos atencionales son limitados (Lang, 2000), en el caso de los mensajes más motivadores quedarán menos recursos cognitivos disponibles que en el caso de los mensajes menos motivadores. Por lo tanto, al haber menos

recursos disponibles, es posible que el efecto de incremento de la atención debido a la HD sea menor. Así pues, podemos hacer las siguientes predicciones: H2: Los mensajes más motivadores para los espectadores recibirán una mayor asignación de atención, que se traducirá en niveles más bajos de onda alfa occipital. H3: El incremento en la atención como resultado de la HD, y la consecuente reducción en los niveles de onda alfa, será mayor en aquellos mensajes que resulten menos motivadores para los espectadores. Por otra parte, también parece lógico que las características visuales de los programas puedan incidir en la atención prestada. Aquellos contenidos visualmente más ricos, que presentan un mucha información visual, detalles, colores, etc. en la imagen (p. ej. planos generales de paisajes, escenas con muchos objetos o movimiento) probablemente recibirán más atención visual que los contenidos visualmente más pobres. Por lo tanto, podemos elaborar la siguiente hipótesis: H4: Los espectadores prestarán más atención a aquellos contenidos con mayor riqueza visual, lo que se traducirá en una reducción de los niveles de onda alfa cerebral en dichos contenidos.

2. HD y selección de canal Desde la perspectiva de usos y gratificaciones, en relación al consumo de medios habitualmente se distingue entre consumo instrumental y ritualístico (p. ej. Rubin, 2009). El consumo instrumental de televisión se dirige a objetivos concretos, como la búsqueda de información, e implica una alta selectividad en los contenidos y un nivel alto de atención prestada. Por el contrario, el consumo ritualístico conlleva niveles menores de selectividad y atención prestada, y motivaciones poco específicas, como pasar el tiempo. En este tipo de consumo, en el que no hay una motivación fuerte para escoger un determinado contenido, es posible que la HD juegue un papel en la selección de canal. Diferentes investigaciones muestran que la falta de interés por el programa que se visiona en ese momento lleva al espectador a

cambiar de canal; así, el cambio de canal habitualmente está relacionado con niveles bajos de atención y esfuerzo cognitivo (Perse, 1998; Lang et al., 2005; Wang, Lang y Busemeyer, 2011). Puesto que tenemos base para pensar que la HD incrementa la atención prestada, parece lógico suponer que también retrasará la decisión de cambiar de canal, y aumentará, por lo tanto, el tiempo de consumo de un determinado programa. En función de este razonamiento, nuestra quinta hipótesis es: H5: Una vez controlado el efecto de selección de canal debido a las preferencias de contenido de los espectadores, los canales que ofrecen HD serán visionados durante más tiempo que los canales en SD.

3. Percepción de la calidad de imagen En los test de calidad de imagen se suele pedir expresamente a los espectadores que evalúen la calidad de imagen de los contenidos presentados, por lo que los participantes focalizan su atención sobre dicho aspecto del mensaje. No obstante, en condiciones más naturales de consumo (cuando se mira un programa desde casa, por ejemplo), la atención del espectador no necesariamente se centra en esta característica de la imagen. Por ello, consideramos que merece la pena explorar si, en una situación en la que los espectadores desconocen la existencia de diferentes calidades de imagen, son capaces de percibir la diferencia entre ellas. Para ello, planteamos la siguiente pregunta de investigación: PI1: Cuando no focalizan su atención en este aspecto del mensaje, ¿en qué medida perciben los espectadores la diferencia entre calidades de imagen? Puesto que es un hecho conocido que un incremento en la atención aumenta la sensibilidad hacia los estímulos, parece probable que en los casos en los que el espectador se esfuerce voluntariamente en evaluar la calidad de imagen, su sensibilidad para detectar diferencias entre la HD y la SD sea más alta que cuando simplemente se limite a consumir un programa de televisión. Por lo tanto, nuestra última hipótesis es la siguiente:

H6: El hecho de focalizar la atención sobre la calidad de imagen incrementará la percepción de la diferencia entre HD y SD.

4. Experimento 1: Efectos de la HD sobre la atención visual En este experimento se pusieron a prueba las Hipótesis 1, 2, 3, 4 y 6, y la Pregunta de Investigación 1. 4.1. Metodología Diseño. Dado que es complejo encontrar contenidos que puedan resultar muy o poco motivadores para diferentes personas, para evaluar cómo la atención prestada se relaciona con el nivel de motivación del espectador, se decidió manipular esta variable en función de lo divertido o entretenido que podría resultar, en general, un determinado programa, partiendo de la base de que aquellos programas más entretenidos resultarán, en general, más motivadores. Así pues, el diseño experimental empleado contempla tres variables independientes bivalentes: calidad de imagen (HD/SD), interés del contenido (interesante-divertido/no-interesante-aburrido) y riqueza visual (alta/baja). Materiales. Ocho vídeos de ocho minutos de duración, producidos originalmente en HD, fueron seleccionados del archivo de Televisió de Catalunya. De ellos, cuatro fueron considerados interesantes-divertidos, y cuatro no-interesantes-aburridos. Los primeros incluyen una secuencia de acción de una película, un fragmento de un partido de fútbol, un documental sobre un asesino en serie, y un documental sobre un caballero medieval, mientras que los segundos incluían un programa de cocina, un programa sobre la vida de personas mayores, y dos documentales con vistas aéreas de diferentes áreas geográficas. Todos los vídeos interesantes-divertidos presentan acciones llamativas o hechos extraordinarios, y en ellos el tono de la narración tiene un carácter enfático, mientras que en los vídeos aburridos se presentan hechos o acciones poco llamativos, narrados con un tono neutro. Entre los cuatro vídeos de cada grupo se incluyen dos con riqueza visual alta (los vídeos con vistas aéreas, en el caso de los vídeos aburridos, y la secuencia de acción y el partido de fútbol, en el caso de los divertidos), así como dos vídeos con

riqueza visual baja (los restantes). Mediante un programa informático se obtuvo una versión SD de cada uno de los vídeos. Participantes y Procedimiento. Un total de 30 voluntarios (14 hombres y 16 mujeres), de edades entre los 18 y los 35 años, participaron en el experimento. Cada uno de los participantes, que realizaron el experimento de forma individual, visionó un conjunto de cuatro vídeos entre los que se incluían dos vídeos divertidos (uno en HD y el otro en SD) y dos aburridos (también uno de ellos en cada calidad de imagen). En la mayoría de casos –aunque no en todos- también se incluían entre los cuatro vídeos dos con alta riqueza visual y dos con baja riqueza visual. Para asegurar un correcto balanceado de contenido y calidad de imagen, los vídeos que fueron visionados por un participante en una calidad, fueron visionados por otros participantes en la otra. El orden de visionado de los contenidos por cada participante se realizó de forma pseudo-aleatoria, evitando en lo posible las repeticiones del mismo orden de presentación de las diferentes condiciones experimentales en diferentes participantes. Los vídeos fueron visionados en un televisor HD de 47’’, en una habitación a oscuras. Durante el visionado se registró la actividad eléctrica cerebral de los participantes mediante la realización de un electroencefalograma (EEG). Una vez finalizado el visionado, los participantes respondieron a un cuestionario en el que les preguntó, entre otras cuestiones, si habían notado diferencias en la calidad de imagen de los vídeos; esta variable fue denominada detección de la calidad (DC). Después se les pidió que valoraran en una escala de 0 a 10 la calidad de imagen de los cuatro vídeos que habían visionado, y a esta prueba se la denominó prueba de calidad recordada (CR). A continuación, se presentaron a los participantes cuatro fragmentos de 30 segundos (de los cuatro contenidos que no habían visto anteriormente), dos de ellos en cada calidad de imagen, y se les pidió que, tras visionar cada uno de los fragmentos, valoraran un una escala su calidad de imagen. A esta prueba se la denominó prueba de calidad valorada on-line (CVO). Análisis de la onda alfa occipital. Para el análisis de los niveles de onda alfa cerebral, se emplearon los siguientes criterios. En primer lugar, se aplicó un filtro band-pass entre 7 y 13 Hz (la frecuencia en que dicha onda se presenta) a los registros de EEG. A continuación, se

exploraron visualmente los registros, anotando la posición temporal en que se iniciaba y en que terminaba cada onda que cumpliera los siguientes criterios: 1) que se presentara en los electrodos en posición occipital, 2) que presentara al menos cuatro ciclos completos, 3) que no coincidiera con un parpadeo del participante (que también producen este tipo de ondas), y 4) que tuvieran una forma y amplitud similar a la onda alfa presentada por el participante al cerrar los ojos (para ello, se pidió al participante, al final del visionado, que cerrara los ojos unos segundos, y se registró su actividad cerebral durante este tiempo). De esta forma, se obtuvo un recuento del tiempo en que cada participante presentaba onda alfa en la región occipital, para cada uno de los vídeos. El recuento se realizó sin que el investigador que lo llevaba a cabo supiera a qué participante o vídeo correspondía cada registro. Este proceso se repitió dos veces, y sólo aquellos datos que coincidían en ambos recuentos fueron conservados para su análisis. Los resultados del recuento mostraron que dos de los participantes presentaban un nivel extremadamente elevado de onda alfa comparado con el resto de participantes; estos dos participantes fueron considerados outliers y sus datos excluidos del análisis, de forma que la muestra analizada incluye los datos de un total de 28 sujetos. 4.2. Resultados Hipótesis 1, 2 y 3. Las Hipótesis 1 y 2 predecían un mayor nivel de atención asociado con la presencia de imagen HD, y con la presencia de contenido más motivador, respectivamente. La Hipótesis 3, a su vez, predecía que el efecto de la HD sobre la atención sería mayor en los contenidos menos motivadores. Para poner a prueba estas hipótesis, se realizó un ANOVA de medidas repetidas con dos factores intra-sujeto: calidad de imagen e interés del contenido, tomando como variable dependiente los niveles de onda alfa. Los resultados (ver Figura 1) muestran un efecto significativo de reducción de la onda alfa cerebral asociado a los contenidos interesantes-divertidos, F(1, 27) = 14.17; p = .001, pero no un efecto de la calidad de imagen, F(1, 27) = 0.73; p = .4, ni de la interacción entre estos factores, F(1, 27) = 1.23; p = .28. Por lo tanto, los datos apoyan la Hipótesis 2, pero no las Hipótesis 1 y 3 (no obstante, ver el apartado Efectos de la HD en función de la detección de la calidad).

Figura 1. Tiempo de onda alfa por tipo de contenido y calidad de imagen

Hipótesis 4. La Hipótesis 4 predecía una mayor atención asociada a los vídeos con más riqueza visual. Dado que los dos niveles de la variable riqueza visual no estaban distribuidos a lo largo de todos los niveles de las otras dos variables independientes, la estrategia de análisis en este caso consistió en comparar los niveles de onda alfa cerebral que presentaron los participantes en los vídeos con riqueza visual alta y en los vídeos con riqueza visual baja mediante un t-test pareado. Además, dado que no todos los participantes visionaron vídeos con ambos niveles de riqueza visual, sólo se tuvieron en cuenta aquellos participantes que sí lo hicieron (20 participantes). Los resultados muestran que, si bien los vídeos con alta riqueza visual presentan un nivel menor de onda alfa (M = 29.86; SD = 20.79) que los vídeos con riqueza visual baja (M = 36.46; SD = 23.44), la diferencia no es estadísticamente significativa, t(19) = 1.4; p = .18. Por lo tanto, la Hipótesis 4 no encuentra apoyo en los datos. Pregunta de Investigación 1. Esta pregunta de investigación planteaba si los espectadores percibirían la diferencia entre HD y SD cuando no estaban centrando su atención en este aspecto del mensaje. Para explorar esta cuestión, en el experimento se emplearon tres herramientas: las pruebas de detección de la calidad (DC), calidad recordada (CR) y calidad valorada on-line (CVO)

Los resultados de la prueba DC muestran que, del conjunto final de 28 participantes, 18 manifestaron haber detectado diferentes calidades de imagen, lo que implica que un tercio de los participantes no percibió conscientemente una diferencia entre calidades. No obstante, algunos participantes podrían no haber sido sinceros en sus respuestas. Para explorar más a fondo esta cuestión, los promedios de puntuación dados a los vídeos en HD fueron comparados con los promedios de los videos en SD en la prueba CR, mediante un t-test pareado. Los resultados muestran una diferencia significativa, t(27) = 2.54, p = .02 entre las puntuaciones otorgadas para calidad. El mismo proceso se llevó a cabo con las valoraciones en la prueba CVO, y también se obtuvo una diferencia significativa, t(27) = 4.84. p < .001. Como se observa en la Figura 2, en ambos casos la puntuación fue más alta para los vídeos en HD, lo cual proporciona una respuesta afirmativa a la Pregunta de Investigación 1.

Figura 2. Valoraciones de calidad recordad y calidad valorada online

La gráfica sugiere, además, que la diferencia entre las valoraciones de las calidades de imagen fue mayor en la prueba CVO. Para comprobar si esto fue efectivamente así, se restaron los promedios de las puntuaciones otorgadas a los vídeos SD a las puntuaciones otorgadas a los vídeos HD en la prueba CR, y el mismo proceso se realizó con las puntuaciones de la prueba de CVO, de forma que se obtuvo una medida de las diferencias entre calidades en ambas pruebas. En la prueba CR, la diferencia promedio entre calidades de imagen es de 0.86 puntos (SD =

1.79), mientras que en la prueba CVO la diferencia es de 1.82 puntos (SD = 1.99), siendo la diferencia entre pruebas estadísticamente significativa, t(27) = 2.16; p = .04. Así pues, estos datos sugieren que la sensibilidad para evaluar la calidad de imagen se incrementa notablemente cuando los participantes focalizan la atención en dicho aspecto del mensaje, como predecía la Hipótesis 6. Efectos de la HD en función de la detección de la calidad. Dado que diez de los participantes afirmaron no haber notado diferencias entre calidades de imagen, es posible su menor sensibilidad para detectarlas dificultara encontrar efectos significativos de la HD sobre la atención. Para comprobar este asunto, se dividió al los participantes en dos grupos, en función de su respuesta en la prueba de detección de la calidad: el grupo detectan (N = 18) y el grupo no-detectan (N = 10). A continuación se realizó un ANOVA en el que tomó como variable dependiente los valores de onda alfa cerebral, y como variables independientes la calidad de imagen, el interés del contenido, y el grupo al que pertenecían los participantes. Los resultados del ANOVA, en la Tabla 1, muestran un efecto significativo del interés del contenido, y un efecto significativo de interacción entre la definición de imagen y el grupo; es decir, la definición de imagen incide de forma diferente sobre los niveles de onda alfa en función de si el participante ha detectado o no la diferencia entre calidades. Las comparaciones multivariadas por pares, con ajuste de Bonferroni, muestran que la única diferencia significativa en los niveles de onda alfa cerebral entre calidades de imagen se da en el grupo de participantes que detectan la diferencia, y en el caso de los contenidos aburridos (Tabla 2).

F

gl

gl error

p

Interés del contenido

15.55

1

26

.001

Calidad de imagen

0.26

1

26

.87

Grupo

1.03

1

26

.32

Interés * Calidad

0.97

1

26

.33

Interés * Grupo

1.24

1

26

.27

Calidad * Grupo

6.67

1

26

.02

Interés * Calidad * Grupo

0.04

1

26

.84

Tabla 1. Resultados del ANOVA de la comparación de niveles de onda alfa cerebral por interés del contenido, calidad de imagen, y grupo

Grupo No-detectan (N = 10) Detectan (N = 18)

Interés

F

gl

gl error

p

Aburridos

0.62

1

26

.44

Divertidos

2.51

1

26

.16

Aburridos

5.07

1

26

.03

Divertidos

1.41

1

26

.25

Tabla 2. Contrastes multivariados del efecto de la definición de imagen, basados en las comparaciones por pares, en función del grupo y el interés del contenido

Así pues, como se aprecia en la Figura 3, sólo en el caso de los vídeos aburridos y en el caso de los espectadores que detectan la diferencia entre calidades de imagen hay un incremento de la atención asociado a la HD, mientras que en el resto de casos no hay diferencias significativas. Por lo tanto, estos resultados apoyan parcialmente las Hipótesis 1 y 3.

Figura 3. Tiempo de onda alfa por grupo de participantes, calidad de imagen e interés del contenido

5. Experimento 2: Efectos de la HD sobre el cambio de canal 5.1. Metodología El objetivo de este experimento fue poner a prueba la Hipótesis 6, que predecía que, una vez controlados los efectos de selección de canal en función de la preferencia por el contenido, los espectadores visionarían durante más tiempo los contenidos en HD que los contenidos en SD. Diseño. El diseño experimental contempló una única variable independiente, la calidad de imagen (HD/SD), mientras que la variable dependiente empleada fue el tiempo de visionado. Materiales. Veinticuatro fragmentos de diferentes programas producidos originalmente en HD fueron seleccionados del archivo de Televisió de Catalunya. Cada uno de los fragmentos incluía los ocho primeros minutos de un programa diferente, pero todos los programas eran de género documental o reportaje, para reducir los efectos de selección de canal debido a la preferencia por un determinado género. Mediante un programa informático, se obtuvieron versiones en SD de cada uno de los vídeos. Diseño de los visionados. Del conjunto total de vídeos, se seleccionaron aleatoriamente 12 en HD, y las versiones SD del resto, hasta disponer de una muestra similar a

la original de 24 vídeos, pero con la mitad de ellos en cada calidad. Esta muestra se repartió en seis grupos de cuatro vídeos, agrupados de forma pseudo-aleatoria controlando que en cada uno de los seis grupos se presentaran dos vídeos en HD y dos en SD. Cada uno de estos grupos fue considerado como una parrilla de televisión, en la que cada vídeo se correspondía con un canal, del 1 al 4. La distribución de las calidades de imagen dentro de los cuatro canales fue balanceada, de forma que en tres de las parrillas, por ejemplo, el canal 1 incluía un vídeo en HD, y en las otras tres un vídeo en SD. Una vez obtenida esta serie de seis parrillas, se preparó otra serie igual pero en la que se invertían las calidades de los vídeos presentados. Este proceso se repitió diez veces, hasta obtener diez series y sus correspondientes series con las calidades de imagen invertidas. Así pues, a lo largo de todas las series, la única variable completamente balanceada es la calidad de imagen, mientras que el resto de posibles factores (vídeos que componen cada combinación, orden de presentación de las parrillas, etc.) están distribuidos de forma pseudo-aleatoria, intentando evitar repeticiones, por ejemplo, de los vídeos que forman una misma parrilla en diferentes series. Participantes y Procedimiento. Un total de 40 participantes (16 hombres y 24 mujeres) de edades comprendidas entre los 19 y los 34 años (M = 22.3; SD = 3.1) realizaron el experimento. Los participantes fueron informados de que se trataba de un experimento sobre “percepción de televisión”, y en ningún momento se mencionó la presencia de diferentes calidades de imagen. La instrucción que recibieron los participantes fue que deberían visionar la televisión de forma relajada, “como si estuvieran viendo la tele en casa”, y que podían seleccionar cualquier canal de entre los disponibles, así como cambiar libremente de canal tantas veces como quisieran. A cada participante, que realizó el visionado de forma individual, se le presentó una de las series de seis parrillas compuestas por cuatro canales cada una. Cada parrilla comenzó en el canal 1, y a partir de ese momento el participante pudo cambiar de canal, empleando un mando a distancia, durante los ocho minutos de duración de cada parrilla. Al finalizar una parrilla, tras unos segundos de descanso con la pantalla en negro, daba comienzo la siguiente. Una vez finalizadas las seis, se pidió a los participantes que respondieran a un cuestionario. En él se les

ofrecía una descripción de todos los programas que se habían presentado, y el participante debía responder cuáles de ellos recordaba haber visto (ya que no necesariamente tenía que haber visionado todos los canales), y se le pedía que indicara si el vídeo estaba en HD o SD. Finalizado el cuestionario, se explicó a los participantes el objetivo del experimento y se les entregó una pequeña gratificación. El conjunto de 20 series (diez originales y diez con las calidades invertidas) se repitió dos veces, hasta alcanzar el total de 40 participantes. Análisis de los datos. Debido a problemas técnicos, el visionado de ocho de las parrillas se vio interrumpido, por lo que los datos relativos a estas parrillas, así como a las correspondientes con la calidad de imagen invertida, fueron eliminados. Así pues, en total se descartaron los datos de 16 parrillas, por lo que la muestra final incluye los datos de 224 parrillas. 5.2. Resultados Hipótesis 5. Esta hipótesis predecía que, una vez controlado el efecto de selección por el contenido, los espectadores visionarían los canales en HD durante más tiempo. Esta hipótesis fue puesta a prueba siguiendo tres estrategias. En primer lugar, se comparó el porcentaje promedio de tiempo que cada participante había pasado visionando cada calidad de imagen, mediante un t-test pareado. Los resultados muestran que la HD fue consumida, de media, durante un 55% del tiempo (SD = 2.5), frente al 45% de la SD, siendo esta diferencia estadísticamente significativa, t(39) = 1.86; p = .04. En segundo lugar, se comparó el porcentaje de tiempo que cada programa había sido visionado en una u otra calidad, sobre el total de tiempo en que se había visionado dicho programa. La versión HD de los programas fue consumida, en promedio, durante un 53% (SD = 2) del tiempo en que cada vídeo fue seleccionado, aunque la diferencia es sólo marginalmente significativa, t(23) = 1.69; p = .06. Finalmente, se realizó una comparación por parrillas. En promedio, durante un 54% (SD =2.2) del tiempo de duración de cada parrilla se consumieron canales en HD, siendo también dicha

diferencia estadísticamente significativa, t(223) = 1.85; p = .03. Así pues, a la vista de estos resultados, podemos decir que se confirma la Hipótesis 5. Sensibilidad frente a las calidades de imagen. Dado que hay evidencias (Joor et al., 2009) de que los prejuicios en torno a la HD pueden influenciar su valoración, se consideró la posibilidad de que los participantes, al detectar la existencia de diferentes calidades de imagen, seleccionaran más los contenidos en HD a causa de algún tipo de sesgo psicológico, más que por las propios beneficios de la imagen. Para explorar este punto, se empleó el cuestionario posterior para analizar la sensibilidad de los participantes para detectar la HD, partiendo de la idea de que, si los participantes habían visionado más los programas porque detectaran que presentaban imagen HD, entonces deberían ser capaces de reconocer qué programas presentaban cada calidad de imagen. Para ello, se usó el índice d prima (d’), habitualmente empleado en el marco de la teoría de detección de señales como índice de la sensibilidad para la detección de estímulos. El valor de d’ se calcula como la diferencia en el porcentaje normalizado de aciertos y falsas alarmas. Así, en nuestro caso, cuando un participante había respondido en el cuestionario que un vídeo presentaba calidad HD, y había sido efectivamente así, se consideró como un acierto, mientras que si en realidad el vídeo había presentado calidad SD se consideró como una falsa alarma. El valor promedio de d’ para el conjunto de participantes fue de de 0.41 (SD = 1.21), un valor considerablemente bajo si se tiene en cuenta que un participante que hubiera tenido un 75% de aciertos y un 25% de falsas alarmas habría obtenido un valor en torno a 1.35, mientras que un participante que hubiera respondido completamente al azar hubiera obtenido un valor de 0. También se contempló la posibilidad de que los participantes sólo recordaran la calidad de imagen de aquellos vídeos que habían consumido durante más tiempo; para analizar esta cuestión se calculó el promedio de tiempo que debería haber sido visionado cada vídeo por cada participante si dicho participante hubiera dedicado el mismo tiempo a todos los programas que visionó en algún momento. A continuación, se volvió a calcular el índice d’ pero tomando en consideración, para cada participante, sólo los vídeos que habían sido visionados durante más tiempo del promedio. El nuevo índice d’ obtenido tuvo un valor de 0.96, lo que continua siendo

una sensibilidad notablemente baja. Por ello, podemos considerar que, en general, los participantes no seleccionaron más los vídeos en HD motivados porque detectaran conscientemente dicha calidad de imagen.

6. Discusión y Conclusiones Los resultados de esta investigación muestran que la HD incrementa la atención visual, aunque sólo en el grupo de espectadores más sensibles a ella y en el caso de los contenidos menos motivadores. Igualmente, en situaciones en las que no hay una preferencia clara por un programa concreto, la HD parece incrementar el tiempo de consumo de los programas. Así pues, estos resultados sugieren que los programas que resulten en principio poco motivadores para los espectadores se pueden beneficiar de una mayor atención de la audiencia si presentan calidad HD. Por otra parte, si bien los espectadores parecen, en general, ser sensibles a la alta definición, dicha sensibilidad se incrementa cuando se presta atención específicamente a este aspecto del mensaje. Esto sugiere que los resultados de los test de evaluación de la calidad de imagen podrían estar sobreestimando la percepción de las diferencias entre calidades de imagen en circunstancias reales de consumo, y subraya la necesidad de desarrollar nuevas metodologías que proporcionen una visión más realista de cómo la calidad de imagen es percibida por los espectadores. En el Experimento 2 los participantes visionaron más tiempo los canales en HD, pero su sensibilidad para detectar de qué calidad se trataba fue muy baja. Esto pone de manifiesto la escasa percepción consciente de los propios usuarios sobre aspectos psicológicos relacionados con el consumo de medios. Así pues, en relación a la metodología empleada, este investigación ilustra cómo el empleo de métodos experimentales puede ayudar a obtener información de la que los propios participantes no son conscientes, y que, por lo tanto, es inaccesible a través de otros métodos más comunes, como los cuestionarios.

Las limitaciones de estos estudios son varias. En primer lugar, el entorno de laboratorio siempre implica una reducción en la validez ecológica de los resultados obtenidos. En condiciones de consumo doméstico de televisión posiblemente interactúen muchas otras variables que también puedan producir efectos sobre la atención prestada y la selección de canal. No obstante, este tipo de cuestiones difícilmente pueden ser exploradas si no es en un entorno de laboratorio, por lo que una cierta pérdida de validez ecológica es un mal menor que es preciso asumir. La limitación a cuatro canales y a un único género de programas, algo que se aleja de la realidad de las parrillas televisivas, también puede ser considerado como una limitación del Experimento 2. Futuras investigaciones deberían explorar si los efectos de la HD sobre la selección de canal son extrapolables a diferentes tipos de contenidos y a entornos con una mayor oferta de canales, así como a diferentes contextos de consumo. A pesar de sus limitaciones, esta investigación supone un primer paso hacia una mejor comprensión de cómo las características físicas de la imagen de televisión inciden en su procesamiento psicológico y en el comportamiento de consumo de los espectadores. En un entorno en el que los desarrollos tecnológicos como la televisión estereoscópica o la ultra-alta definición prometen grandes cambios en la apariencia física de los contenidos de televisión, las aproximaciones experimentales como la expuesta aquí parecen tener un gran recorrido y utilidad para una mejor comprensión de los mecanismos de recepción televisiva.

5.3. Agradecimientos Los autores agradecen el apoyo prestado por Televisió de Catalunya S.A. y la Fundació Barcelona Media, en el marco de cuya colaboración se ha realizado esta investigación. 5.4. Referencias bibliográficas Anderson, Daniel R. y Kirkorian, Heather L. (2006): “Attention and television”. En J. Bryant y P. Vorderer (eds.): Psychology of entertainment. Mahwah: Lawrence Erlbaum, pp. 3554.

European Audiovisual Observatory (2012): “High Definition channels in Europe on the up” [http://www.obs.coe.int/about/oea/pr/mavise-miptv2012.html, consultado el 20/06/2013]. Fox, Julia R., Park, Byungho y Lang, Annie (2007): “When available resources become negative resources: The effects of cognitive overload on memory sensitivity and criterion bias”. Communication Research, 34, pp. 277-296. Joor, Dirkjan et al. (2009): “The emperor’s clothes in high resolution: An experimental study of the framing effect and the diffusion of HDTV”. Computers in Entertainment, 7, pp. 40:140:13. Keimel, Christian; Redl, Arne y Diepold, Klaus (2011): “Comparison of HDTV formats in a consumer environment”. Presentado en SPIE- Image Quality and System Performance VIII. 24 de enero de 2011 (San Francisco, California). Lang, Annie (2000): “The limited capacity model for mediated message processing”. Journal of Communication, 50, pp. 46-70. Lang, Annie (2006): “Using the limited capacity model for motivated message processing to design effective cancer communication messages”. Journal of Communication, 56s1, pp. 5780. Lang, Annie et al. (2005): “Wait! Don’t turn that dial! More excitement to come! The effects of story length and production pacing in local television news on channel changing behavior and information processing in a free choice environment”. Journal of Broadcasting & Electronic Media, 49, pp. 3-22. Lang, Annie et al. (2007): “Cognition and emotion in TV message: How valence, arousing content, structural complexity, and information density affect the availability of cognitive resources”. Media Psychology, 10, pp. 317-338. Office of Communications (2011): International communications market report 2011. [http://stakeholders.ofcom.org.uk/binaries/research/cmr/cmr11/icmr/ICMR2011.pdf, consultado el 20/01/2013]. Perse, Elizabeth E. (1992): “Predicting attention to local television news: Need for cognition and motives for viewing”. Communication Reports, 5, 40-49.

Perse, Elizabeth E. (1998): “Implications of cognitive and affective involvement for channel changing”. Journal of Communication, 48, pp. 48-68. Rubin, A. M. (2009): “Uses-and-gratifications perspective on media effects”. En J. Bryant y M. B. Oliver (eds.): Media effects: Advances in theory and research, 3a ed. New York: Routledge, pp. 165-184. Smith, Michael E. y Gevins, Alan (2004): “Attention and brain activity while watching television: Components of viewer engagement”. Media Psychology, 6, pp. 285-305. Walravens, Nils y Pauwels, Caroline (2011). “From high hopes to high deficits and back: A historic overview of Europe’s HDTV policy and reflections towards the future”. Telematics and Informatics, 28, pp. 283-294. Wang, Zheng; Lang, Annie y Busemeyer, Jerome (2011): “Motivational processing and choice behavior during television viewing: An integrative dynamic approach”. Journal of Communication, 61, pp. 71-93.

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.