Educacion y television guia para padres

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Descripción

Educación y televisión: Guía para padres 2009 Introducción Los medios de comunicación son parte integral de nuestras vidas. El mundo digital-audiovisual no es sólo diversión. Su influjo es enorme y a la vez presenta peligros que es necesario prevenir y retos que es urgente afrontar. Es necesario hacer un uso responsable y enriquecedor de ellos. Los padres se enfrentan ante un dilema: o son padres preparados o acaban siendo unos padres superados. Ha cambiado la forma de ver la televisión. Ha disminuído la forma convencional de verla pero no el consumo final: ahora el lema es “anytime and anywhere”( en cualquier sitio y a cualquier hora). Además, se ha dado una evolución de los gustos de la audiencia: los espectadores son cada vez más exigentes y reclaman mayor calidad, más técnica y mejores tramas. Esto ha hecho que el género estrella para jóvenes y adultos en las pantallas ( TV, ordenador, iPod, móvil, cine) sean las series y sus derivados (sitesodes, productos de marketing..) I. El mensaje audiovisual Características de ese mensaje: 1. La percepción audiovisual. Es selectiva. Hay un filtro cultural y emocional en la vista y en el oído. Es activa pero no consciente. Se produce por la vía emocional y no por la racional. Utiliza la seducción como argumento, por eso se convierte en un escaparate de modelos plásticos, estéticos y roles sociales. 2. La limitación del medio hace que no se pueda entrar de lleno y en profundidad en los temas que se tratan. La naturaleza audiovisual de la televisión ha llevado a sublimar la imagen, la apariencia y lo sensible por encima de lo intelectual, lo relevante y lo permanente. Se valora más el impacto que el argumento racional. El cambio es el rasgo más destacado. Por ejemplo, las relaciones humanas que ofrecen los medios, y sobre todo la televisión, se construyen sobre la acción, lo caduco y el contacto físico, en lugar del diálogo, la estabilidad y el compromiso. Las relaciones amorosas se expresan en términos de conquista, poder y satisfacción de un placer, por encima del sacrificio y la entrega. 3. Nuestra actitud mientras vemos la TV es de pasividad, relajación. Es el llamado “momento feliz”: el espectador se construye un mundo aparentemente neutro que supuestamente es más agradable que el real en el que no existen los problemas y dificultades propias, sólo las ajenas. II. Impacto de las series El estudio del impacto de la TV habitualmente se ha centrado en 3 aspectos:

1. La violencia. Existe una relación entre el aumento de los miedos infantiles, la indiferencia a la violencia real y el aumento de conductas agresivas en los niños y jóvenes sometidos a programas con excesivas escenas violentas. 2. La salud. La pasividad y el sedentarismo son las consecuencias físicas que se derivan de muchas horas ante la pantalla. Pero también es importante para la salud psíquica el excesivo consumismo que se transmite, y una cierta saturación de “conocimiento”: “¿es necesario saberlo todo de todo el mundo en todo momento?” 3. Sexo. Este es un aspecto que se utiliza como arma de doble filo: pretenden enseñar-educar pero consiguen el efecto contrario: frivolidad-superficialidadsexo trivial y perversión de la sexualidad. Otra perspectiva a tener en cuenta en el estudio del impacto de las series es su propia estructura. Las series de televisión se forman sobre unos personajes, unas historias y unas acciones. A partir de ahí se intentarán conseguir los objetivos previstos por creadores-guionistas-productores-programadores: llegar al corazón de la audiencia, ofrecer una cierta dosis de realismo, lograr un producto que ayude a la evasión de una forma inteligente.. aunque no siempre se llegue a conseguir. Las acciones La ficción modela hábitos, en primera instancia, pero es verdad que los hábitos llevan a conductas, que acaban siendo justificadas por unas teorías, y que al final arraigan en unas ideas. La influencia de lo que se ve puede manifestarse, según el área de acción, en el comportamiento, en la voluntad y en la inteligencia. A veces se buscan temas sociales con intención pedagógica. El tema está en el acierto o no al tratarlos y en quién es el personaje que lo transmite, en qué situación, etc. Se habla de la verdad primaria: la de la serie en sí, y de la verdad secundaria: la de la serie en relación a la realidad. Dos verdades que no siempre siguen una lógica. Según la temporalidad, los efectos de esas acciones pueden ser mediatos o inmediatos, por ejemplo, un efecto inmediato sería una canción o una prenda que se pone de moda. Según sus consecuencias, podemos hablar de efectos positivos y efectos negativos. Y según su intensidad, pueden llegar a producirse cambios profundos , por ejemplo en las mentalidades y cambios superficiales, por ejemplo, determinadas expresiones o formas de hablar Es importante señalar que entre el público infantil y pre-adolescente hay una absorción total de los contenidos televisivos y sus acciones, en la crisis de identidad de la adolescencia se produce un cierto escepticismo, que se traduce en un proceso de negociación donde el joven construye su identidad a través de los modelos que le llegan y lo que él experimenta.

Por otro lado, el consumo de las series no se limita sólo al tiempo de duración de la emisión, sino que se extiende también al momento de hablar de ellas. Los personajes ¿Qué transmiten esos personajes para conseguir la identificación inmediata con su audiencia? Un estilo de vida: un modo de vivir que se distingue por la forma en que la gente emplea el tiempo libre, por el tipo de actividades sociales, profesionales o personales que realiza y por las opiniones que le merece todo aquello que considera importante. Un estilo de vida influye de verdad cuando deja de ser algo superficial (lifestyle) y se convierte en algo profundo (mindstyle) Los personajes de las series pasan a formar parte del universo afectivo y de referencia de los jóvenes. El ídolo nace de una continua exhibición de sus virtudes, tras ella, los defectos se idealizan o se pasan por alto. Se da una identificación cultural e individual con esos personajes. En ocasiones, buscan en sus personajes preferidos la personalidad que ellos tienen ó la que les gustaría tener, de esa forma ven aumentada su autoestima, como un medio de autoafirmarse en su rebeldía. Los jóvenes deben aprender a descifrar los mensajes que emite cada personaje, y eso no lo pueden hacer solos, se requiere la experiencia y un desafío mental propio de un adulto. Las historias La ficción construye un mundo aparentemente neutro y que supuestamente representa al mundo real. La mayoría de las veces, la ficción da una visión de la vida más agradable y con menos problemas de los que existen en la realidad. Por ejemplo, la ficción postula que la felicidad se consigue con el éxito, y el éxito significa únicamente bienestar económico y social, los mayores deseos de las personas son a cambio de dinero. La ficción siempre cuenta historias comunes que generan emociones y con las que el espectador se identifica: son universales y paralelas a su vida, pero utiliza la realidad de acuerdo a sus fines dramáticos, narrativos o de entretenimiento. Por ejemplo, la escuela se convierte en una estilizada idealización de lo que es la adolescencia, sin esfuerzo, ni estudio. El amor se identifica con el sexo, existe una gran promiscuidad y la infidelidad es habitual.. Algo es bueno o malo en relación a otro. Los personajes están marcados por el destino, pocas veces son libres. Nadie es quien dice ser: se crea un ambiente de desconfianza común.. III. Algunas tendencias sociales e ideológicas de las series

Las tendencias ya están en la calle, las series únicamente las catalizan, las generalizan y les dan carta de valor. Las series no son educativas pero forman a las personas, en el sentido de que moldean sus actitudes, sus comportamientos, establecen modas… La televisión actúa como un espejo porque refleja los valores de la sociedad que nos rodea, pero es un espejo que a la vez que ayuda a dar forma a la realidad que refleja, algunas veces ofrece una imagen de la misma deformada. Los programas de televisión aportan un conjunto de valores compartidos que van conformando la cultura de los ciudadanos, transmiten una visión concreta del hombre y del mundo. Algunas de las tendencias más comunes en la ficción televisiva y que influyen en el lifestyle y el mindstyle de los jóvenes y adultos en los últimos años son: 1. Snack culture. Se trata de coleccionar cuantas más historias y experiencias mejor, hay que vivirlo todo, consumir todo rápidamente. Un estilo de vida que va a saltos, pero que produce adicción. 2. La devaluación de lo trascendente. A base de mezclar exorcismos, zombies, ángeles, monstruos, brujas y robots se elimina el significado real de cada uno de ellos. Demonios bromistas, ángeles absurdos, brujas simpáticas, vampiros buenísimos. Frivolizar lleva a trivializar y lo trivial es lo que no tiene importancia. 3.Han aparecido dos “nuevas edades”: Adultescentes (los adultos que viven sin responsabilidades, madres y padres inmaduros) y los kidadults ( niños consejeros de sus padres, niños de vuelta de la vida) 4. Lo antisocial es norma. Se llega a una esquizofrenia entre los roles models y lo personal. Se separa lo profesional de lo personal: es mala persona, pero es un buen gestor; es un cretino, pero es un buen médico. 5. El líder es un gran hombre, es distinto, y por eso muchas veces está solo y amargado. 6. El fin lo justifica todo. La pregunta del bien y del mal se acaba reduciendo a una elección entre sobrevivir o morir. 7. Las familias no se definen por las relaciones genético-biológicas de sus miembros, sino por las relaciones afectivas que se establecen entre ellas: vale todo. Junto a unos padres ausentes en la vida familiar aparece una nueva parentocracia: padres excesivamente controladores. IV Conclusiones Los medios reproducen valores sentidos, mientras que la educación debe seguir apostando sobre todo por los valores pensados. Son los valores razonados y lógicos, impregnados de sentido común los que pueden permitir al

sujeto elegir, seleccionar, reaccionar y entender lo que ve. Ahí está la clave de una educación para el buen uso de lo audiovisual. La sabiduría consiste en poder decidir autónomamente, desde valores pensados, cuándo nos conviene ver algo y cuándo no. Por eso es necesario educar en una visión inteligente con un espíritu crítico razonado: 1. las series de televisión no son telebasura. El contenido puede serlo, pero el formato no lo es. 2. su función es entretener no educar 3. debemos estar alerta cuando: 3.1. Lo habitual se acabe convirtiendo en normal (lo normal es lo que sigue la norma. Lo habitual es lo que sucede de forma repetida) 3.2. Los contravalores no se distingan de los valores (amistad y amor, responsabilidad, vida fácil, belleza y juventud, esfuerzo, violencia y agresividad) 3.3. La ausencia de modelos de referencia en la vida real lleve a crear estereotipos televisivos excesivamente artificiales, por exceso o por defecto. Entretener es una de las actividades más difíciles, y hacerlo con acierto es un arte, que requiere ingenio y entendimiento profundo de las preocupaciones, intereses y móviles de los destinatarios. La ficción trata sobre las acciones libres y reclama la certeza del referente real para cumplir su función. Por eso, conocer con profundidad la naturaleza humana y las razones que fundamentan la dignidad del hombre es necesario para los guionistas y productores. Por tanto, aquellas historias, donde se resuelvan tensiones y conflictos, incluyan la autoestima, aparezcan cuestiones donde se reflejen relaciones de jerarquía y modos de alcanzar la paz interna y la felicidad siempre serán recibidas con agrado por el público. Los padres deben ver y hablar, estar abiertos al debate (diálogo y discusión) y ofrecer alternativas válidas frente a los estereotipos. Hay que admitir que en muchos programas se presentan soluciones irreprochables a nivel moral y formativo. Por ejemplo, la comprensión mutua después de diversos malentendidos, el regreso al diálogo entre los amigos, el triunfo de la unidad familiar, de la amistad, etc. Pero a veces, durante el transcurso de esos programas se han presentado situaciones negativas, generalmente muy impactantes (escenas eróticas, crímenes, rebeldías…) que se graban más en la mente que la misma solución final. Los padres deben ofrecer orientaciones claras y precisas en cuestiones morales. Las situaciones claras para el adulto pueden ser confusas para el joven. Lo audiovisual tiene sus puntos positivos: el poder de cautivar, las posibilidades de comunicarse, el sentido crítico y razonable, las oportunidades para el debate.

Por eso, los programas de televisión buenos: • Entretienen y descansan • Favorecen la fantasía y pueden contribuir a ampliar la visión del mundo. • Son un vehículo imprescindible para la economía • Contribuyen al civismo y a la solidaridad. Algunas sugerencias de planes de acción concretos: 1. Conocer y ver los programas que ven los hijos, dándoles la opinión y el consejo oportuno 2. Si dedican muchas horas a ver la tv, equilibrar sus horarios, con más deporte y más tiempo dedicado a sus amigos 3. Entusiasmarles con la lectura ( muchos productos audiovisuales están basados en obras literarias, es una buena forma de enseñarles el por qué de lo que ven)

Bibliografía VARIOS AUTORES, Series de televisión. Yumelia Textos. Ediciones Internacionales Universitarias. Madrid 2008 MERCEDES MEDINA, Calidad y contenidos audiovisuales. EUNSA. Pamplona 2006 CHARO LACALLE, El espectador televisivo de los programas de entretenimiento. GEDISA. Barcelona 2002

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