\"Educación Religiosa Escolar Católica Aportes desde el contexto educativo chileno\" Artículo aprobado para su publicación en Revista Educación Hoy, Confederación Interamericana de Educación Católica (Colombia). No. , Julio 2015, pp. 22-35 ISSN 0-120-8446 (En prensa).

July 16, 2017 | Autor: J. Espinosa Arce | Categoría: Educación, Teologia, Educación religiosa Escoalr, Educacion Religiosa Escolar
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Educación Religiosa Escolar Católica Aportes desde el contexto educativo chileno 1 Juan Pablo Espinosa Arce2

Resumen El artículo pretende reseñar algunos elementos fundamentales de la Educación Religiosa Escolar Católica (EREC) correspondiente al sistema educativo chileno. Indagar en dichos aportes específicos pretende enriquecer la discusión actual sobre la relación educación – religión católica desde la experiencia chilena y en particular desde lo realizado por la carrera universitaria de la Pedagogía en Religión y Filosofía de la Universidad Católica del Maule, Talca – Chile, de la cual el autor es exalumno titulado.

1.0 Introducción La educación representa una de las actividades más desarrolladas por la Iglesia Católica. Lo podemos comprobar en la gran cantidad de congregaciones religiosas, masculinas y femeninas, cuya vocación ha sido la enseñanza integral de niños y jóvenes; también verificado en el nacimiento mismo de la Universidad medieval al alero de la Iglesia Católica. Se puede sumar a ello la reflexión teológica sobre el lugar de la educación cristiana en la totalidad del proyecto salvífico de Dios, lo cual es asumido por ejemplo en la Declaración Gravissimum Educationis del Concilio Vaticano II de la cual celebramos este 2015 sus 50 años de promulgación solemne. A nivel de Latinoamérica, la recepción continental del Concilio Vaticano II realizada por la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano celebrada en Medellín el año 1968, tuvo la audacia de introducir categorías educativas nuevas (que no están presentes en Gravissimum Educationis) como son las de educación/pedagogía liberadora la que se contrapone a la de educación/pedagogía formal o sistemática; la consideración de la relación entre escatología y educación desde la consideración antropológica del hombre nuevo como meta del proyecto educativo del continente o la presencia de la pedagogía de la liberación iniciada por Paulo Freire o Aníbal Ponce, representan el sustento teórico y de la praxis de buena parte de la educación cristiana auténticamente latinoamericana.

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Artículo aprobado para su publicación en Revista Educación Hoy, Confederación Interamericana de Educación Católica (Colombia). No. , Julio 2015, pp. 22-35 ISSN 0-120-8446 (En prensa). 2 Chileno. Licenciado en Educación, Profesor de Religión y Filosofía (Universidad Católica del Maule). ©Magíster en Teología con especialización en Teología Fundamental (Pontificia Universidad Católica de Chile). Email: [email protected]

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En cuanto al contexto chileno, la educación de la fe cristiana está manifestada, más visiblemente, en el Programa de Educación Religiosa Escolar Católica (EREC) el cual emana del Área de la Educación de la Conferencia Episcopal Chilena. Dicho programa tiene como gran objetivo el “aportar al crecimiento integral de los niños y adolescentes de nuestro país, por medio de la educación de la dimensión religiosa de sus personas, la más central de todo ser humano” (Conferencia Episcopal de Chile, 2005: 4). Este programa sumado a los Lineamientos mínimo común a Vicarías para la Educación y Departamentos de Educación Católica (2010) y al Decreto Supremo N°924 el cual reglamenta las clases de Religión en Establecimientos Educacionales del 12 de Septiembre de 1983 y a la Ley N°19.638 que establece normas sobre la constitución jurídica de las Iglesias y organizaciones religiosas con fecha 22 de Septiembre de 1999, representan el marco jurídico de desarrollo de la enseñanza religiosa en Chile. La misión de la formación de futuros profesores y profesoras de Religión ha sido asumida por varias Universidades en Chile. Algunos ejemplos: la Universidad Católica del Norte (Antofagasta – Coquimbo), llevan adelante la Pedagogía en Filosofía y Religión, la Universidad Católica de Valparaíso tiene la carrera de Pedagogía en Religión y Moral, la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Concepción) tiene la Pedagogía Media en Religión y Moral o la Universidad Salesiana Silva Henríquez (Santiago) la Pedagogía en Religión para la Educación Básica y Media. En este artículo presentaré la experiencia de mi primera Alma Mater, a saber, la Pedagogía en Religión y Filosofía de la Universidad Católica del Maule (Talca). En cada una de estas casas universitarias y en otras en las que se imparte la Pedagogía en Religión, el estudiante obtiene, al final del proceso educativo, el grado académico de Licenciado en Educación. Todas estas experiencias tanto magisteriales, pastorales, educativas y jurídicas, expresan un trabajo de instauración formal de la Educación Católica en el sistema educativo. Será nuestro trabajo presentar algunos elementos centrales del macro contexto chileno desde el Programa de Educación Religiosa Escolar Católica (EREC) para luego revisar el caso particular de la formación de profesores y profesoras de Religión y Filosofía de la Universidad Católica del Maule. 2.0 Programa de Educación Religiosa Escolar Católica (EREC) 2.1 Breve presentación del EREC y de su ordenamiento educativo-jurídico La Educación Religiosa Escolar Católica (EREC) constituye el espacio pedagógico y curricular por medio del cual la Conferencia Episcopal de Chile y ésta a través del Área de Educación, ofrece a Chile los lineamientos generales (dimensiones, objetivos, complementos con la catequesis, fundamentos bíblicos y pedagógicos) y las distinciones particulares (educación parvularia 5 a 6 años; primer ciclo básico 9 a 10 años; segundo ciclo básico 13 a 14 años; ciclo medio 17 a 18 años) para la realización de la clase de religión. La EREC tiene como objetivos centrales el desarrollo integral de la persona, el cual conlleva la “dimensión trascendente, espiritual y moral” (Conferencia Episcopal de Chile, 2005: 12). 2

La EREC posee algunos antecedentes históricos recientes que sirven para indagar tanto en su formulación actual como en su incidencia real en el escenario educativo chileno, lugar que ha sido asegurado por el aparato jurídico estatal. En relación a lo último, vale recordar lo que el Artículo 1 Inciso 4° de la Constitución Política de Chile de 1980 afirma: “El Estado está al servicio de la persona humana y su finalidad es promover el bien común, para lo cual debe contribuir a crear las condiciones sociales que permitan a todos y a cada uno de los integrantes de la comunidad nacional su mayor realización espiritual y material posible, con pleno respeto a los derechos y garantías que esta Constitución establece”3. Esto, y a juicio de Salinas, “no ha constituido ninguna novedad, sino que ha venido a reiterar una normativa que ya estaba vigente antes de la misma” (Salinas, 2010: 144). El autor hace referencia a lo que la Constitución de 1925 había afirmado en la ley de libertad de cultos. 2.1.1 Decreto Supremo N°924 Junto con el sustento jurídico de la Constitución Política, encontramos el Decreto Supremo N°924 de Educación del año 1983 que constaba de 14 Artículos y el cual viene a derogar el Decreto Supremo de Educación N° 776 del 18 de Octubre de 1977. De él podemos rescatar los siguientes aspectos: a) Existe una consideración antropológica por la cual la persona posee una dimensión espiritual, la cual viene de los valores morales y espirituales de la cultura occidental. b) Las clases semanales de religión serán dos y se realizarán durante el horario normal de la semana de clases (Artículo 1 y 2) c) Las clases tendrán el carácter de optativas para el alumno y su familia y esto deberá informarse en el momento en que se efectúe la matrícula (Artículo 3). Estas clases impartidas y libremente asumidas por la familia deberán circunscribirse a un “sano humanismo, la moral, las buenas costumbres y el orden público” (Artículo 4). d) Se podrán ofrecer distintos credos religiosos siempre y cuando se cuente con el personal idóneo para impartir dichas clases (Artículo 4) 4 y la evaluación del docente deberá realizarse por medio de conceptos (Artículo 8). e) Los programas de educación religiosa deberán ser aprobados por el Ministerio de Educación de la República de Chile vía Decreto Supremo (Artículo 6 y 7). 2.1.2 Ley N°19.368 Junto con el Decreto N°924 encontramos la Ley N°19.638 sobre la Constitución Jurídica de las Iglesias y Organizaciones Religiosas del 22 de Septiembre de 1999, presenta algunos aspectos a considerar en relación a la enseñanza de la religión en el sistema educativo chileno.

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La cursiva es nuestra. A nivel de la enseñanza de la fe católica se exige que el profesor (a) cuenten con el llamado Certificado de Idoneidad el cual debe ser completado por el docente para luego ser visado por el Párroco en conformidad con el Vicario para la Educación de cada Iglesia Particular o del encargado elegido por el Obispo. Esto lo expresa el Artículo 9 del Decreto N°924. 4

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En el Artículo 6 letra D, se lee que toda persona tiene el derecho a “recibir e impartir enseñanza o información religiosa por cualquier medio; elegir para sí la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”, lo cual está en sintonía con el Decreto N°924 y la Constitución Política de 1980. Por su parte el Artículo 8 letra A, establece los permisos para “fundar, mantener y dirigir en forma autónoma institutos de formación y de estudios teológicos o doctrinales, instituciones educaciones, de beneficencia o humanitarias”. Con esto, la religión figura como una asignatura o una disciplina fundamental y ordinaria, y con esto se establece que “ha de impartirse en igualdad de condiciones con las otras asignaturas obligatorias, especialmente en lo que se refiere a horarios, aspectos pedagógicos y materiales” (Salinas, 2010: 150). 2.2 Relación fe, cultura y vida Luego de esta breve revisión del ordenamiento educativo-jurídico en el cual se encuentra el Programa EREC revisaremos algunos de sus elementos transversales y que por tanto son comunes a todos los niveles educativos. El primero de estos aspectos es la llamada relación fe, cultura y vida. Asumir que la educación religiosa se encarna en un determinado contexto sociocultural, exige de parte de la Iglesia y en ella del profesor (a) de religión católica ser consciente de los desafíos que esta síntesis de fe, vida y cultura le impone. Esto aparece como un rol evangelizador, no en el sentido de condenar la historia presente, sino de efectuar una relación dialógica que apueste por la integración de la fe en la vida personal y social de los estudiantes y de sus familias, así como en la totalidad de la comunidad educativa. Esto además constituye el sentido mismo de nuestra profesión entendiéndola como una vocación eclesial específica. En relación a esto, del EREC se puede desprender que uno de los objetivos principales de la Educación Religiosa es lograr una especial integración y diálogo entre fe en el Dios cristiano, la cultura como espacio de desarrollo de esa misma fe y de las demás realidades terrenas y la vida del estudiante, del profesor y de toda la familia humana. Este diálogo debe cuidar una completa aunque fundamental comunicación de las grandes verdades que creemos y profesamos. Estas ‘verdades que creemos y profesamos’ fueron reconocidas en el Decreto N°924 como el sustento de la presencia de la clase de religión en el sistema escolar y ahora vienen a dar el sentido a la identidad específica de la educación religiosa. Es interesante comprender que el trinomio que estamos analizando constituya además un llamado al discernimiento cristiano en el sentido de evidenciar cómo Dios está actuando y llamándonos a actuar en nuestras respectivas y pluriformes realidades. La recuperación fraterna y dialógica de los relatos particulares y colectivos, de “los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo” (GS 1), exige que el profesor(a) de religión sea un creyente que escucha, entendiendo por esto el colocar nuestra vocación específica en la sintonía del querer de Dios y de la realidad de nuestros interlocutores. . 4

La síntesis de fe, cultura y vida además exige que al estudiante se le den las herramientas suficientes con las cuales pueda dar “razón de su esperanza” (1 Pe 3,15) en el actual y cambiante escenario sociopolítico, religioso y cultural. Estas herramientas deben necesariamente comprenderse en clave de multidisciplinariedad, es decir, desde el trabajo conjunto con las demás áreas del saber se debe lograr una enriquecedora complementariedad que asuma “todas las ciencias y las experiencias humanas que hacen crecer la persona en el saber, en vivir y el compartir” (Conferencia Episcopal de Chile, 2005:15). 2.3 Dimensión teológico-pastoral Junto con la dimensión pedagógico-curricular, encontramos la dimensión teológicopastoral del EREC. Ésta última se divide en tres partes, a saber, a) Identidad de la Educación Religiosa Escolar Católica en el Curriculum; b) Las dimensiones de la Educación Religiosa Escolar Católica; c) Los perfiles de egreso. En relación a la Identidad de la EREC se habla de que ella es una “forma original del ministerio de la Palabra cuyo fin es hacer presente el Evangelio como fermento dinamizador, en el proceso personal de asimilar la cultura de modo sistemático y crítico, proceso que se lleva a cabo en el ámbito escolar” (Conferencia Episcopal de Chile, 2005: 12). La consideración del lugar vital en el que se desarrolla la clase de religión, a saber, el ámbito escolar, permite distinguir a la EREC de la Catequesis de la comunidad cristiana, desarrollada generalmente en la Parroquia aunque también y en muchos colegios de Iglesia se ha desarrollado la Catequesis de Iniciación Cristiana, aunque también exige una complementación entre ambas. Mientras que la catequesis “trata de promover la maduración espiritual, litúrgica, sacramental y apostólica que se realiza en la comunidad eclesial local” (Conferencia Episcopal de Chile, 2005: 12), la clase de religión es una actividad educativa que responde a una dinámica propia del establecimiento educacional, a saber, planificación, metodologías propias y evaluación particular. En relación a la distinción entre Catequesis y clase de Religión es necesario también recordar el papel del catequista y su diferencia con el profesor de Religión. Sabiendo que ambos son un ministerio particular de la Iglesia para la educación de la fe, el profesor de religión posee una identidad que le es propia y que está avalada por un estatuto jurídico y eclesial, por ejemplo el llamado Certificado de Idoneidad. El educador de la fe presente en los establecimientos educativos es un pastor que tiene a su cargo el cuidado del conocimiento de la fe de sus estudiantes, además de ser el signo de la Iglesia y de su acción evangelizadora en los ambientes educativos propios. El testimonio que el profesor de Religión debe evidenciarse con su vida, su acción educativa y su relación con los demás estamentos, esto porque cada acción que él realiza debe tener una clara intencionalidad evangelizadora. Veamos ahora las Dimensiones de la Educación Religiosa Escolar Católica. Estas se dividen tanto en el ámbito cristológico como en lo eclesiológico. A nivel de lo cristológico se distinguen las acciones de Jesús de Nazaret, a saber, que es el buen pastor por cuanto conduce y educa a su pueblo y es también el profeta en relación al hablar en lugar de otro desde la práctica bíblica del anuncio y la denuncia. Junto con ello la 5

mención de los oficios de Cristo que se dan al creyente en el momento del bautismo, a saber, el ser sacerdote, profeta y rey. Estas actitudes y actividades de Jesús se deben desarrollar tanto en el profesor de Religión como en la globalidad de la EREC. Por su parte, la dimensión eclesiológica se fundamenta cuatro elementos, estos son Iglesia profética, Iglesia comunidad de hermanos, Iglesia servidora del mundo y finalmente la Iglesia sacerdotal. Estas dimensiones están relacionadas con la educación de la religiosidad en el ámbito escolar. Así - Jesús profeta – Iglesia profética están relacionadas con el área testimonial en donde “el alumno se dará cuenta de la necesidad de anunciar con su vida y su palabra el Mensaje del Señor Jesús” (Conferencia Episcopal de Chile, 2005: 21). - Jesús sacerdote – Iglesia sacerdotal se relacionan con el área celebrativa en la cual “el alumno cristiano descubrirá el paso salvador del Señor Jesús en su vida y que todo el devenir histórico tiene una meta llamada Reino de Dios (y que) es motivo de celebración y alabanza” (Conferencia Episcopal de Chile, 2005: 21). - Jesús servidor – Iglesia servidora están íntimamente relacionados con el área servicial, en donde “el alumno cristiano podrá descubrir las implicancias de saberse invitado a ayudar en la construcción de la Civilización del Amor en Cristo y como Cristo” (Conferencia Episcopal de Chile, 2005: 21). - Jesús rey – Iglesia comunitaria constituyen el fundamento del área comunitaria, por la cual “el alumno cristiano aprenderá de qué modo deben tratarse aquellos que se consideran hermanos en el Señor y miembros de una misma familia universal” (Conferencia Episcopal de Chile, 2005: 21). Veamos finalmente los Perfiles de Egreso. Por Perfiles de Egreso, la EREC entiende “las capacidades – habilidades – competencias que se desean propiciar en cada nivel, capacidades hacia las cuales estarán orientados posteriormente los Objetivos Fundamentales”5 (Conferencia Episcopal de Chile, 2005: 22). Los Perfiles de Egreso están relacionados con la síntesis fe, cultura y vida que persigue la EREC. En consecuencia encontramos Perfiles en el ámbito de la fe, la cual se divide en las áreas testimonial en cuanto a la interiorización del mensaje del Evangelio y poder proclamar la Buena Noticia, la dimensión celebrativa que permite la celebración de la vida y del proyecto del Reino de Dios, la dimensión comunitaria que busca el respeto mutuo y deseo de la vida reconciliada y finalmente la dimensión servicial buscando un nuevo modo de amar y servir a los demás. En relación al ámbito de la cultura, encontramos la relación del estudiante consigo mismo, con Dios, con los demás y su entorno. Finalmente encontramos el ámbito de la vida por el cual se busca indagar en las metas que el estudiante debe lograr desde la etapa evolutiva en la que se encuentra.

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Los Objetivos Fundamentales hacen referencia a los propósitos generales que la educación chilena posee. Los OF son compartidos por todas las áreas del saber. Los OF se pueden dividir en Objetivos Fundamentales Verticales los cuales son aquellos logros que se deben alcanzar en los dominios del saber y en el aspecto del desarrollo personal. También encontramos los Objetivos Fundamentales Transversales que son aquellos que son comunes a los subsectores o áreas del saber. Tienen que ver con lo ético y lo valórico.

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2.4 Dimensión pedagógica-curricular Por dimensión pedagógico-curricular entenderemos aquellos lineamientos que ubican a la enseñanza de la Religión en el marco de las disposiciones educativas de la Educación Chilena, y que “de acuerdo al Plan de estudios establecidos tanto para Enseñanza Básica como para Enseñanza Media se han de contemplar como mínimo 02 horas semanales” (Conferencia Episcopal de Chile, 2005: 27). No vamos a entrar en el detalle de los elementos jurídicos de estas determinaciones ya que ellos fueron presentados en la primera parte de este artículo. Lo que haremos en este apartado será presentar algunos elementos que el Programa de Educación Religiosa Escolar presentan como necesarios para poder desarrollar el trabajo educativo. Estas orientaciones se dividen en tres, a saber, a) Orientaciones para la Planificación de los Aprendizajes; b) Orientaciones metodológicas; c) Orientaciones para la Evaluación. En relación a las Orientaciones para la Planificación de los Aprendizajes se solicita que el docente prepare sus clases en fidelidad al programa que emana de la Conferencia Episcopal Chilena con aprobación del Ministerio de Educación. Para la planificación se debe considerar el tiempo real de la clase misma, a saber, dos horas pedagógicas (90 minutos). La clase, tradicionalmente se ha dividido en tres momentos: inicio, en el cual se presentan los objetivos a alcanzar en dicha sesión además de considerar los conocimientos previos bajo el concepto de un diagnóstico. El segundo momento es el desarrollo en donde el docente presenta el tema propio de esa clase además de las actividades que él/ella realizarán para evaluar los conocimientos adquiridos. En el tercer momento, llamado cierre o conclusión, se vuelve a revisar el objetivo propuesto para la clase de manera de evidenciar si se cumplió o no. El Programa de Religión exige además que exista “flexibilidad en la planificación, considerando que se pueden dar situaciones emergentes” (Conferencia Episcopal de Chile, 2005: 27). Estas situaciones emergentes generalmente son acordadas desde los estamentos Directivos de los establecimientos educativos y coinciden, en algunos casos, con la hora de la clase de Religión. En relación a las Orientaciones metodológicas el Programa EREC recuerda que estas son sólo “sugerencias mínimas que el docente tiene que enriquecer” (Conferencia Episcopal de Chile, 2005: 27). Aquí por tanto se apela a la creatividad, al conocimiento del grupo curso al cual se acompaña educativamente, al contexto general del Colegio o al lugar geográfico, sociocultural o económico en el que se encuentra. También la conciencia de los recursos que se pueden utilizar para implementar tal o cual clase o actividad. También deben considerarse los ritmos de aprendizaje, la dimensión cognitiva, afectiva o espiritual de los estudiantes. Para ello considerar diversas actividades que respondan de manera óptima a los requerimientos del establecimiento y de los mismos estudiantes. En relación a las Orientaciones para la Evaluación que corresponden a los índices de logros, es decir, al cumplimiento o no de los objetivos propuestos, el Programa EREC presenta una serie de elementos y propuestas de evaluación. No vamos a detallarlas todas, sino que a considerar los elemento genéricos y más relevantes de las mismas. Vamos a entender por evaluación en Religión como el proceso de “recoger información 7

sobre el desempeño de los alumnos y alumnas en las distintas áreas del aprendizaje del sector de Religión, como también el aspecto cognoscitivo, de manejo de procedimientos, de actitudes y valores, formas de trabajo; resultados obtenidos; cómo se sienten en el trabajo que están realizando, etc” (Conferencia Episcopal de Chile, 2005: 28). Esta evaluación pretende además que el trabajo conjunto entre educador-educando pueda “favorecer un crecimiento más íntegro, profundo y abierto al futuro, a partir del conocimiento de las necesidades y posibilidades de cada alumno y de su propio nivel de crecimiento en la fe” (Conferencia Episcopal de Chile, 2005: 27). Pero aquí aparece una dificultad. La evaluación de Religión se aplica en conceptos 6, y pareciera ser que el conocimiento de la experiencia religiosa responde a un momento de encuentro personal con Dios, en este caso con el Dios cristiano y difícilmente evaluable. Esto constituye en muchos casos un trabajo desafiante para el educador de la fe, y frente a esta problemática es que dicho Programa “ofrece un conjunto de orientaciones que hacen posible una evaluación sólida, amplia, apropiada y facilitadora de un desarrollo espiritual y cristiano más integral” (Conferencia Episcopal de Chile, 2005: 28). La evaluación debe considerarse siempre como un proceso continuo más que como una actividad esporádica. Siempre tenemos que estar evaluando, y para ello tenemos la llamada evaluación formativa la cual evalúa justamente el trabajo progresivo del estudiante. Junto con ella encontramos la evaluación sumativa que es por la cual el docente asigna una nota o un concepto a un producto final. Finalmente la evaluación diagnóstica que se realiza, generalmente, al comienzo de cada sesión para conectar lo aprendido clases anteriores o evidenciar los llamados conocimientos previos del estudiante. 3.0 Pedagogía en Religión y Filosofía de la Universidad Católica del Maule7 Luego de esta breve revisión del programa de Educación Religiosa Escolar Católica, entendiéndola como el marco general por el cual se desarrolla la clase de Religión en los colegios de Chile, revisaremos brevemente un caso particular de formación de futuros Profesores de Religión y Filosofía. Nos referimos a la carrera universitaria de la Pedagogía en Religión y Filosofía dependiente de la Facultad de Ciencias Religiosas y Filosóficas de la Universidad Católica del Maule, ubicada en Talca, Chile 8.

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Estos son: MB: Muy bueno; B: Bueno, R: Regular, S: Suficiente; NL N/O: No logrado o No observado. Agradezco la gestión del Dr. Marcelo Correa, Decano Facultad de Ciencias Religiosas y Filosóficas de la Universidad Católica del Maule, a la profesora Mg. Mónica Hernández, Directora de Carrera de la Pedagogía en Religión y Filosofía y a las Secretarias María Araya y María Antonieta Cerda de la misma Universidad por la gestión para trabajar con el Decreto de Rectoría sobre el Proyecto Formativo de la Pedagogía en Religión y Filosofía. 8 Talca es una ciudad chilena ubicada aproximadamente a 200 kilómetros al sur de la capital de Chile, Santiago. 7

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3.1 Algunos antecedentes Para poder conocer este y los demás antecedentes que siguen a continuación nos basaremos en el Decreto de Rectoría en el que la Universidad Católica del Maule aprueba el Proyecto Formativo de la Pedagogía en Religión y Filosofía (PRF). La PRF nace en 1992 en el entonces Departamento de Teología de la UCM. Un año antes, en 1991, nace la UCM como Casa Universitaria autónoma, esto porque se desmembró de la Pontificia Universidad Católica de Chile, de la cual era su sede en Talca. Posteriormente en 1994 nace la Licenciatura en Ciencias Religiosas y Filosóficas con el propósito de brindar la formación teológica y filosófica para los seminaristas del Seminario San Pablo de Rauquén de la vecina ciudad de Curicó. Será en el año 1998 cuando el Departamento de Teología pase a ser Facultad de Ciencias Religiosas y Filosóficas quedando compuesta por dos Escuelas, la PRF y la Licenciatura en Ciencias Religiosas. El año 2014 la Licenciatura en Ciencias Religiosa cesa sus funciones por el cierre temporal del Seminario San Pablo, esto por la escasez de seminaristas. A pesar de ello, la Facultad llega a la consolidación de la creación del Magíster en Ciencias Religiosas y Filosóficas el año 2013, año en que comienzan a dictarse las clases del postgrado. Dicho Magíster posee dos menciones, a saber, en Filosofía o en Teología. La Facultad de Ciencias Religiosas y Filosóficas además apoya al Departamento de Formación General de la Universidad con las cátedras de Introducción a la Fe cristiana y Ética Cristiana, las cuales son obligatorias para todas las carreras de la Universidad. En Chile, sólo dos Universidades poseen el programa de formación de futuros profesores de Religión y Filosofía. Una de ellas es la carrera que estamos reseñando y la otra es la Pedagogía en Filosofía y Religión la cual es impartida por la Universidad Católica del Norte ubicada en Coquimbo 9. La PRF tiene como propósito el “formar profesionales de la educación que favorezcan un diálogo entre razón y fe en el ejercicio de su profesión y que puedan hacer una síntesis significativa entre fe, vida y cultura para promover el desarrollo de la persona humana a partir de la concepción antropológica cristiana” (Facultad de Cs. Religiosas y Filosóficas, 2012: 20). En su objetivo, encontramos la búsqueda que el programa EREC busca con la realización de las clases de Religión en el sistema educativo, lo cual nos permite ver su consonancia con el macro interés evangelizador de la Iglesia. En relación a la Misión de la PRF, vemos que la carrera se propone “formar educadores católicos competentes para desarrollar un diálogo sistemático y efectivo entre fe y razón en el sistema educativo regional y nacional a través de la docencia en los sectores de aprendizaje Religión y Filosofía y otras actividades asociadas a su perfil profesional” (Facultad Cs. Religiosas y Filosóficas, 2012: 19). Por su parte, la Visión de la carrera, se divide en tres aspectos: primero ser un referente de calidad en la formación de profesores de Religión y Filosofía tanto en la región como a nivel país. En segundo lugar, promover el desarrollo de competencias que los egresados puedan desarrollar entre sus pares. Finalmente ser una contribución específica en la misión evangelizadora 9

Ciudad del norte de Chile ubicada en la IV Región a unos 400 kilómetros al norte de la capital de Chile Santiago.

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de la Iglesia por medio de la formación de Profesores de Religión y Filosofía (Cf. Facultad de Cs. Religiosas y Filosóficas, 2012: 19). La formación académica de la PRF se divide en tres ejes, el educativo, el teológico y el filosófico. A continuación veremos cuáles son las especificaciones de cada una de las áreas y cómo se articulan entre ellas para obtener el producto final de la totalidad de la PRF. 3.2 Dimensión educativa La dimensión educativa aparece como transversal a la formación de la PRF, es más, el grado académico que se obtiene al finalizar todo el proceso es el de Licenciado(a) en Educación. Las asignaturas que el área Educación brinda al Profesor en formación constituyen las metodologías propias para poder explicitar en el sistema educativo la verdad revelada (dimensión teológica) y los sustentos filosóficos (dimensión filosófica). Estas metodologías conllevan además la planificación de las clases, la enseñanza y la posterior evaluación. La reflexión de fe y razón sustentada en el diálogo entre Teología y Filosófica posee una consecución en la práctica pedagógica, la cual se realiza “de acuerdo a los estándares de desempeño del sistema educativo, así como de una transformación significativa, lógica y psicológica, del sentido del aprendizaje para los estudiantes” (Facultad de Cs. Religiosas y Filosóficas, 2012: 11). La actual malla educativa de PRF ha dado lugar de importancia al diálogo que la pedagogía establece con aquellos desafíos que el macro contexto educativo chileno le impone a los jóvenes que optan por formarse para ser profesores y profesoras. Desde la consideración de los niveles de significatividad de los procesos de enseñanza – aprendizaje, entendidos como lo propio del ámbito educativo, se promueven prácticas educativas desde el tercer semestre10 las cuales van desde la observación del quehacer educativo de un centro específico, pasando por la práctica en enseñanza de elementos básicos de la psicología para jóvenes de 15 a 16 años (Tercero Medio, enseñanza secundaria), la práctica en educación religiosa y filosófica. Finaliza todo el proceso con la Práctica Profesional en el décimo semestre. Junto con ello el lugar de la Tesis de Grado para optar a la Licenciatura en Educación la cual se realiza en alguna de las áreas de la PRF pero teniendo una clara orientación pedagógica la cual se hace patente en una propuesta educativa desde la teoría11.

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La PRF tiene una duración de 10 semestres, equivalente a cinco años. En el caso del autor de este artículo, su tesis llevó por título “El discernimiento como propuesta pedagógica a la luz del Misterio histórico de la Encarnación”, la cual se expresó en un artículo que lleva el mismo nombre y que fue publicado en la Revista Convergencia Educativa de la Universidad Católica del Maule. http://www.convergenciaeducativa.cl/principal/wp-content/uploads/discernimiento.pdf 11

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3.3 Dimensión teológica La enseñanza teológica de la PRF y ella en la Facultad de Ciencias Religiosas y Filosóficas, viene sustentada en los estatutos de la segunda. Así en el Artículo 3 se lee: “La Facultad cultiva la teología católica en tanto ciencia que tiene por objeto el misterio de Dios, con la finalidad de reconocer, interpretar y comprender la totalidad de la existencia del hombre y del mundo, en relación al acontecimiento salvífico de Dios en Jesucristo” (Facultad Cs. Religiosas y Filosóficas, 2012: 09). La orientación teológica de la Facultad y de la PRF es una que busca poner en diálogo el dato revelado y acogido por la Iglesia el cual es expresado por medio de conceptos propios del mundo de la educación. La formación en religión busca además ser crítica, en el sentido de asumir los desafíos que el contexto cultural al que se enfrentarán los futuros profesores. Las asignaturas que son propias del ámbito teológico, se pueden dividir en las siguientes áreas de reflexión, a saber, Teología Fundamental, Sagrada Escritura, Dogmática-Sistemática, Moral y Teología Práctica, en la que se pueden ubicar las Didácticas de la enseñanza de la Religión para la educación básica (primaria) y media (secundaria). Junto con ello la nueva malla ha propiciado que los estudiantes puedan cursar algún optativo teológico. La teología cultivada por la Facultad es expresada en términos de Educación Religiosa en la PRF, manteniendo como horizonte la Tradición y el Magisterio de la Iglesia y las Orientaciones Pastorales que la Conferencia Episcopal Chilena ha establecido para el mundo de la educación. 3.4 Dimensión filosófica Así como la dimensión teológica está sustentada en los estamentos jurídicos, de igual manera la Filosofía y su enseñanza está presente en los Estatutos de la Facultad. Así el Artículo 3 expresa que se “cultiva la filosofía en tanto ciencia que, atendiendo críticamente a su propia tradición, busca racionalmente la verdad que se muestra en todas las realidades: hombre, mundo y Dios” (Facultad Cs. Religiosas y Filosóficas, 2012: 9). Junto con ello, el Artículo 5 de los Estatutos expresa que la Filosofía en la totalidad del quehacer de la Facultad se expresa desde el “su autonomía metodológica y bajo la autoridad y discernimiento del Magisterio entre un diálogo mutuamente enriquecedor con la Revelación cristiana, y desde ahí contribuya a la misión evangelizadora de la Iglesia” (Facultad Cs. Religiosas y Filosóficas, 2012: 9). Así como la teología tiene su orientación hacia la Educación Religiosa, la Filosofía está en sintonía con los Programas de Educación propios de esta área y que emanan del Ministerio de Educación chileno, aunque ella posee una clara orientación cristiana. Las asignaturas propias de la dimensión filosófica se pueden agrupar en las siguientes áreas: Fundamentos de la Filosofía, Historia de la Filosofía, Ética Filosófica, Metafísica, Lógica y Teoría del Conocimiento y la Didáctica de la enseñanza filosófica. Junto con ello se da la oportunidad que el estudiante, al igual que en la enseñanza teológica, pueda escoger algunos optativos del área filosófica. La búsqueda de habilidades analíticas, hermenéuticas y discursivas pretenden lograr la síntesis entre la fe y la cultura de manera de ser una experiencia significativa para los jóvenes educandos. 11

4.0 Conclusión El propósito de nuestro artículo fue el reseñar algunos aspectos esenciales del Programa de Educación Religiosa Escolar Católica (EREC) del contexto educativo chileno. Junto con ello, dar cuenta del caso particular de la carrera universitaria de la Pedagogía en Religión y Filosofía (PRF) de la Universidad Católica del Maule, como experiencia concreta de la formación de futuros profesores que son enviados por la Iglesia como evangelizadores en el mundo de la educación de niños y jóvenes. La importancia de la síntesis fe, vida y cultura como elemento base del EREC a la vez que elemento aglutinador de la PRF, constituyen el desafío que la Educación Religiosa debe asumir en esta nueva época histórica. Por medio de la escucha de nuestros distintos contextos y de sus relatos (sociales, políticos, económicos, religiosos, educativos, culturales), de los posicionamientos críticos de aquello que contradice la visión cristiana del hombre y del mundo y de las propuestas concretas que la Iglesia desde la educación quiere realizar para formar integralmente a los niños y jóvenes, el contexto chileno ha ido desarrollando varias iniciativas por medio de las cuales los profesores y profesoras de Religión, y en el caso de PRF también de Filosofía, pueden desarrollar un trabajo pedagógicamente significativo y propositivo. Junto con ello valorar la consideración de los procesos psicoevolutivos, cognitivos y de relaciones sociales de los estudiantes. Ellos representan para el EREC un elemento constitutivo en el sentido de proponer los llamados “Perfiles de Egreso”, según los cuales el profesor va desarrollando estrategias de aprendizaje acordes a los requerimientos de sus interlocutores desde la planificación, la ejecución del proceso educativo y la posterior evaluación. El ministerio particular de los profesores de Religión aporta finalmente a la formación integral de los niños y de los jóvenes. Asumir los desafíos del macro contexto educativo, exige que la reflexión teológico-pastoral y educativa acentúe los elementos que puedan responder de manera creativa a la búsqueda de sentido del hombre y de la mujer. Lo que se propone nuestra particular educación es problematizar el mundo, es decir, pensarlo, crearlo y recrearlo continuamente. En este sentido, creemos finalmente que el caso chileno permite pensar la educación religiosa desde categorías que son transversales a la vez que potencialmente novedosas para realizar una mejor evangelización en el mundo de la educación. Sin duda como país nos quedan múltiples desafíos los cuales se van solucionando desde el trabajo conjunto e interdisciplinario.

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Referencias Bibliográficas CONFERENCIA EPISCOPAL DE CHILE – ÁREA DE EDUCACIÓN, Programa de Religión Católica Sector de Aprendizaje Religión, Santiago, Imprenta Salesianos, 2005. FACULTAD DE CIENCIAS RELIGIOSAS Y FILOSÓFICAS, Decreto de Rectoría: aprueba Proyecto Formativo Profesional de la Carrera de Pedagogía en Religión y Filosofía de la Universidad Católica del Maule, Talca, Universidad Católica del Maule, 2012, pp. 5 – 22 SALINAS, Carlos, “La enseñanza de la Religión y la Ley N°19.638 de entidades religiosas”, en: Derecho de la Libertad de Creencias, 2010, pp. 141-156.

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