Economía ética en Cervantes (libro)

Steven Hutchinson

ECONOMÍA ÉTICA EN CERVANTES

CENTRO DE ESTUDIOS CERVANTINOS

ALCALÁ DE HENARES, 2001

A Mercedes

Ediciones del Centro de Estudios Cervantinos Palacete de Laredo Paseo de la Estación, sin 28807 Alcalá de Henares (Madrid) Teléf.: 9188313 50. Fax: 9188312 16 Impresión: Nuevo Siglo, S.L. © Steven Hutchinson ©Centro de Estudios Cervantinos, 2001 I.S.B.N.: 84-88333-57-9 Depósito Legal: M-50849-2001 Impreso en España/Printed in Spain

ÍNDICE

Prefacio .......................................................................................................... 13 Introducción: La noción de economía ética ................................................... 19 Parte 1: Valor .................................................................................................. 43 l. Criterios ...................................................................................... 45 2. Valor y estimación ....................................................................... 59 3. Propiedades y propietarios de valores ........................................ 69 4. Cautivos, esclavos ....... ;............................................................... 81 5. Crédito personal .......................................................................... 95 6. Carnila ....................................................................................... 103 7. Preciosa ..................................................................................... 109 Parte 11: Deudas y pagos .............................................................................. 123 l. Promesas ................................................................................... 127 2. Penitencias ................................................................................ 135 3. Venganzas ................................................................................. 147 4. Castigos ..................................................................................... 163 5. Casamientos .............................................................................. 171 6. La dimensión pública del amor ................................................. 179 Bibliografía .................................................................................................. 187 Índice de autores y temas ............................................................................. 201

PREFACIO

Prefacio Quem recitas meus est, o Fidentine, libellus; sed male cum recitas, incipit esse tuus. Marcial 1 My poetry and my econ are

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separate or opposed. Essential unity. Ezra Pound (carta a Louis Zukofsky)

Al iniciar este proyecto, me propuse como reto intentar sacar a luz, desde el lenguaje mismo de los personajes y narradores, lo que percibía como un sistema de pensamiento y conducta que llamo «economía ética» -no porque se trate de economía como tal sino que, al margen de ésta, funciona según principios que pueden considerarse «económicos» en sentido amplio. Quede claro ya desde el comienzo que no se trataba de imponer a las obras cervantinas ningún esquema ajeno a ellas sino más bien poner de manifiesto aspectos clave identificables en ellas y que a mi juicio podrían obligamos a repensar algunos de nuestros planteamientos y prejuicios teóricos con respecto a estos inagotables textos. Aunque, según decía Heráclito con mucha razón, no se puede pisar dos veces el mismo río, también acertaba lbn Jaldún cuando afirmaba que el pasado se parece al presente como el agua se parece al agua. Quiero decir que, mutatis mutandis, los principios de «economía ética» discernibles en las novelas cervantinas, por no decir los poemas de Homero, siguen afectándonos de manera fundamental en todas nuestras relaciones sociales. ¿Cómo nos valoramos a nosotros mismos y cómo valoramos a los demás? ¿Qué modalidades de «deudas» y «pagos» motivan nuestro pensamiento y nuestra acción? En el presente libro he procurado descifrar estos enigmas tal y como se manifiestan

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para designar-siempre en sentido favorable- toda clase de obligaciones, todo tipo de intercambio, de cooperación, de

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reciprocidad, de circulación de bienes y favores. Las «deudas» son el medio por el cual funcionan la sociabilidad, la ética, la economía, y el cuerpo mismo. Quiero dejar claro dónde se pone el énfasis en este sistema. Se trata, en esencia, de obligaciones mutuas dentro de un conjunto. La circulación de cosas y favores puesta en marcha por prés!amos y deudas no se entiende principalmente en términos de compraventa, que suele anular toda obligación una vez finalizada la transacción. Las obligaciones imaginadas por Panurgo generan obligaciones no sólo recíprocas ya que se pone en marcha la necesidad indiscriminada de hacer favores. Todo lo que suponga intención, gesto y beneficio en un acto de prestar servicios o bienes daría origen en el deudor al deseo de complacer de forma semejante al acreedor, o a cualquiera, que a su vez se sentiría en deuda con él o con los demás. Así circula todo sin quedarse estancado en la posesión de ninguno: «Entre los humanos, paz, amor, delectación, fidelidad, descanso, banquetes, festines, alegría, contento, oro, plata, menudas monedas, cadenas, anillos, mercancías pasarán de mano en mano. Ningún juicio, ninguna guerra, ninguna discusión; ninguno será usurero, ninguno glotón, ningúno avaro, ninguno rehusará» (III,4,421). De este modo, lo que caracteriza la relación entre dos (acreedor y deudor) se extiende al conjunto entero donde todo el mundo contribuye a la causa común y todo el mundo se beneficia. Nótese que en tal sistema no existen aquellas deudas que nunca pueden pagarse; las obligaciones no se imponen sino que nacen como invitaciones a cumplir recíprocamente, y están concebidas según una escala humanamente factible. Hay más: los unos se relacionan con los otros a través de las cosas, los favores, las obligaciones. En última instancia, lo que nos hace humanos es la voluntad de reciprocar, el sentirse endeudados los unos con los otros. Las «deudas» mismas -que provisionalmente ponen nuestro balance ético en números rojos, y que son menos que nada- se califican como lo más positivo que tenemos porque son la esencia y sustancia de nuestras relaciones. Mediante las «deudas» nos valoramos unos a otros ya que el donante, el donar y el don mismo se unen en un solo gesto de buena voluntad y elicita movimientos recíprocos por parte del que recibe. Circulan divisas de diversa índole: palabras, conocimientos, sentimientos, bienes, esfuerzos, etc. Recordemos que, etimológicamente, debere es la otra cara de la moneda de habere. En el mundo de las «deudas» se nos presenta, en forma sumamente idealizada, lo que he dado en llamar economía ética. Podríamos imaginamos, en ese universo de Panurgo, otro mundo de «deudas» caracterizado por abuso del poder, injusticia, cautiverio, esclavitud, menosprecio, vergüenza, envidia, crueldad, odio, rencor, malicia, hipocresía, venganza, castigo, obligaciones impuestas, acusaciones, culpa, resentimiento, victimización, etc. Todo esto lo suprime Panurgo por razones obvias (o lo coloca

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en el mundo sin «deudas»), y sin embargo aquí también hay «deudas» y «pagos», aquí también está en pleno vigor la «economía ética». Tal mundo, que no distaría mucho de uno de los retratos más sombríos de nuestro ser esbozado por Montaigne 2, podría complementar la visión panurgiana de lo humano. Por economía ética me refiero a un sistema de valoraciones, obligaciones, reciprocidades, derechos, servicios, «deudas», «pagos», lealtades, pactos, traiciones, prestigio, menosprecio, agravios, reparaciones, perdón, venganza, culpa, disculpas, castigos, merecimientos, actos de agradar o desagradar... -un sistema que funciona dentro del núcleo de todo tipo de relaciones interpersonales y que configurara en gran parte sus modalidades de sentimiento y acción. Entiéndase «economía ética» como la economía de la ética, la ética como una especie de «economía». La economía ética se manifiesta casi por dondequiera que se mire, siempre con distintos tonos y colores, cpn diverso énfasis y dinamismo. Aunque todas las ciencias humanas contribuyen a ponerla en evidencia, ningún campo de estudio abarca su extensión y profundidad en la vida. Por supuesto, semejante sistema no se limita a lo que tradicionalmente se ha llamado «ética», aunque ésta sí ocupa d