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May 19, 2017 | Autor: Juan Oyuela | Categoría: Educacion Sexual, Honduras, Aborto
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Descripción

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10 MOMENTOS EN DEFENSA DE LA VIDA Incursiones en la opinión pública de Honduras

Juan Carlos Oyuela Pavón @jcoyuela

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Dedicatoria A los lectores de www.eticaysociedad.org

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Índice Introducción ..................................................................... 9 CARTA

ABIERTA

DIPUTADOS

DEL

A

LOS

HONORABLES

CONGRESO

NACIONAL

DE HONDURAS ............................................................ 11 LA EDUCACIÓN SEXUAL EN LAS AULAS NO FUNCIONA .................................................................... 18 LA

GENERACIÓN

MÁS

PROVIDA

DE

LA

HISTORIA ..................................................................... 22 RESTRICCIONES AL ABORTO EN ESTADOS UNIDOS.......................................................................... 26 EL ABORTO TE CAMBIA ......................................... 30 EDUCAR EN LA AFECTIVIDAD .............................. 36 EL ABORTO Y EL AÑO JUBILAR DE LA MISERICORDIA .......................................................... 42 EL ARREPENTIMIENTO DEL DÍA SIGUIENTE .. 47 EMBARAZOS EN ADOLESCENTES ....................... 51 SEXO PREMATRIMONIAL MARCHITO ............... 56 Indice de términos ......................................................... 63

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Introducción

Honduras es uno de los pocos países en el mundo en que el Aborto está penalizado. En los últimos treinta años, ha sido escenario de frecuentes debates sobre temas como la educación sexual impartida en escuelas públicas, los anticonceptivos o los embarazos en adolescentes. Los siguientes artículos muestran intervenciones en los medios de comunicación escritos intentando dar algunas reflexiones relacionadas con estos temas. Representan el ensayo de un ciudadano, como cualquiera, de estudiar y pretender difundir datos y fuentes que sirvan para aclarar criterios sobre asuntos de bioética. Este folleto recoge reflexiones en diez momentos concretos de la realidad mundial y de mi país, Honduras. Están ordenados cronológicamente. De esta forma, queda reflejado también, la sexualidad humana y el respeto a la vida son de aparición recurrente en la opinión pública.

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Razón de más para informarse y ayudar a otros a tener convicciones claras. Con seguridad seguirán apareciendo estas cuestiones en los medios de comunicación social. Quise reunir estos escritos ahora, en medio de un intenso debate sobre la despenalización del aborto. Gracias a la movilización de muchas personas, esta vez, es posible que continúe prevaleciendo la causa provida. Al final, más que en debates parlamentarios, la cuestión es que la sociedad cuente con criterios claros sobre la defensa de la vida. Escribo sobre todo para los jóvenes, ellos habrán de hacerse cargo, con responsabilidad, de una defensa que tan bien han hecho muchas personas que tengo la suerte de conocer.

Tegucigalpa, 26 de abril de 2017

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CARTA ABIERTA A LOS HONORABLES DIPUTADOS DEL CONGRESO NACIONAL DE HONDURAS En abril de 2017, el Congreso Nacional de la República se encuentra deliberando sobre la aprobación de un nuevo Código Penal. Se pretende despenalizar el aborto que está incluido en el artículo 126 del actual Código de la siguiente forma: “… El aborto es la muerte de un ser humano en cualquier momento del embarazo o durante el parto”. Las deliberaciones en torno al nuevo Código Penal en el Congreso de la República y la discusión sobre el aborto que se ha suscitado en los días recientes, abre el debate por las soluciones adecuadas a una problemática profunda. Los que proponen la legalización del aborto como una solución parecen no contemplar la triste experiencia de otros países que ya han recorrido este camino. En España, por ejemplo, desde que se aprobó el aborto, se han realizado casi dos millones cien mil abortos quirúrgicos. El aborto en ese país tuvo en los últimos años una evolución vertiginosa: según

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el informe “El aborto en España (1986–2013) 1 ” ha aumentado un 140 por ciento en los últimos veinte años. El aborto quirúrgico

se

ha convertido,

junto a las

enfermedades cardiovasculares, en la principal causa de mortalidad en ese país. Los que defienden el aborto lo proponen como medio de garantizar la igualdad e independencia de las mujeres, como solución definitiva a diversos problemas: los de las madres solteras, los malos tratos a los niños y el aumento de la pobreza entre las mujeres. La triste verdad es que la despenalización del aborto, en todos los países donde se realizó, ha resultado ser un desastre para las mujeres, los niños y las familias. En España, país de los juristas asesores del nuevo Código Penal, llevan más de treinta años de aborto prácticamente libre. Sin embargo, en el mismo periodo se ha extendido sin cesar la pobreza entre las mujeres y los niños. La insistencia de los partidarios del aborto libre en que sólo se debe dejar nacer a los “niños deseados” no ha servido para mejorar la tasa de mortalidad infantil, que sigue siendo una de las más

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Puede verse la evolución del número de abortos en España en: http://www.msc.es/profesionales/saludPublica/prevPromo cion/embarazo/tablas_figuras.htm#Tabla%202 12

altas de los países industrializados; tampoco ha ayudado a disminuir los casos de malos tratos a niños, que, por el contrario, se han hecho más frecuentes y graves. El aborto no ha satisfecho ninguna verdadera necesidad de las mujeres, ni les ha devuelto la dignidad. De hecho, ha producido justamente lo contrario. Ha estimulado a los hombres irresponsables o rapaces, que tienen en el aborto una excusa fácil para eludir sus obligaciones, y ha extendido enormemente la explotación de las mujeres por parte de la industria del aborto. Los defensores del aborto agitan el fantasma del incremento de los abortos clandestinos, siempre que se intenta regular de algún modo la industria del aborto; pero la verdad es que treinta años de aborto no han eliminado esta tragedia. Todavía siguen muriendo o sufriendo graves lesiones mujeres y jóvenes a consecuencia de abortos legales. Ahora sabemos lo que sucede cuando la sociedad hace de la eliminación de la vida no nacida una cuestión de “elección” personal. La planificación familiar responsable y de mutuo acuerdo se ha devaluado. Ya no es sólo que la mujer afronte sola el aborto; la mayor parte de las parejas se separan a consecuencia de él. La licencia para abortar no ha proporcionado libertad ni seguridad a las mujeres. Más bien, ha traído una nueva era de irresponsabilidad -que 13

ahora empieza antes del nacimiento- hacia las mujeres y los niños. Hace falta un planteamiento nuevo, un planteamiento que no enfrente madre contra hijo. No hace falta legalizar el aborto para instaurar la justicia y promover el bienestar social. Lo que se necesita son políticas responsables que protejan y favorezcan los intereses de las madres y de sus hijos, antes y después del nacimiento; políticas que den la máxima protección legal posible al no nacido y la máxima atención y ayuda posibles a las mujeres embarazadas. Nuestra tradición de valores y nuestra historia política coinciden en el respeto a la dignidad de la vida humana. Así, nuestras tradiciones y nuestro derecho prohíben matar excepto en caso de legítima defensa. Análogamente, todas las leyes actuales protegen al no nacido, también la vida de la madre, que afortunadamente hoy, el embarazo rara vez es una amenaza para su vida o la salud del niño. Tal como lo manifestaron más de mil médicos en la “Declaración de Dublin sobre salud materna” 2 de septiembre del el año 2012. Nuestras leyes actuales, ya prevén esos casos excepcionales y autorizan las acciones médicas necesarias 2

http://centrodebioetica.org/2014/07/declaracion-dedublin-sobre-salud-materna/ 14

para salvar la vida de la embarazada, incluso cuando de ellas se siguiese inevitablemente la muerte del no nacido. Hace falta una política que responda más adecuadamente a las costumbres y convicciones del pueblo hondureño. Tendrá que tomar en serio las necesidades de las mujeres que por sus circunstancias sociales y económicas podrían estar tentadas a optar por la “solución” fácil y equivocada del

aborto.

Tendrá

que

reconocer

nuestra

común responsabilidad, tanto en la vida pública como en la privada, de facilitar a esas mujeres alternativas realistas al aborto. Tendrá que ayudar a esas mujeres a cuidar de sus hijos, si deciden hacerse cargo de ellos, así como a encontrar hogar para los que ellas no puedan cuidar. Tendrá que procurar que la madre y el hijo tengan una vida digna antes y después del nacimiento. En resumen, podemos y debemos adoptar soluciones congruentes con la dignidad y el valor de todo ser humano, y que partan de que la sociedad tiene el deber de poner en práctica políticas que favorezcan verdaderamente a las mujeres y a los niños. Lo que queremos es una sociedad y unas políticas que ayuden a las mujeres que tienen dificultades para llevar a término el embarazo eliminando las dificultades, no al hijo.

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La retórica abortista contiene una verdad que muchos abortistas olvidan. El aborto es una cuestión de elección. Pero no es una “elección” a la que se enfrenta una mujer sola en el ejercicio de sus derechos individuales. Es una elección a la que nos enfrentamos todos los ciudadanos de Honduras. Y la opción que tomemos, deliberada y democráticamente, será una respuesta elocuente a estas dos preguntas: ¿qué clase de sociedad somos?; ¿qué clase de sociedad seremos? Si abandonamos el principio del respeto a la vida humana, haciendo depender el valor de una vida a que alguien la considere valiosa o deseada, nos convertiremos en un determinado tipo de sociedad que tal vez no es la que deseamos la mayoría de los hondureños. Al igual que la esclavitud, el aborto plantea las más elementales cuestiones sobre la justicia, que no se pueden eludir, ni se pueden resolver mediante una decisión personal: ¿Quién merece ser protegido? ¿A quién se reconocen sus derechos? ¿A quién se respeta su dignidad humana? ¿Del bienestar de quién se responsabiliza la sociedad? Estas preguntas entrañan profundos temas de moralidad personal y pública. Su solución -y el modo como se debatan- definirán la Honduras de los próximos años.

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Podemos optar por reafirmar nuestro respeto a la vida humana. Podemos optar por volver a extender nuestra protección a todos los miembros de la familia humana, incluidos los no nacidos. Podemos optar por prestar atención efectiva a madres e hijos. En sus manos, estimados representantes del pueblo, está la decisión de optar por promover una sociedad con justicia inclusiva para todos. Tegucigalpa, 23 de abril de 2017

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LA EDUCACIÓN SEXUAL EN LAS AULAS NO FUNCIONA La Secretaría de Educación de Honduras, en enero de 2017, comunicó que utilizará unas guías de educación sexual en el sistema de educación pública. Asociaciones de padres de familia y entidades como la Iglesia Católica, manifestaron que no conocían dichas guías de educación sexual. Ya en el pasado, se intentaron aprobar guías de educación sexual centradas únicamente en impartir información de carácter “biológico” sin abordar el tema en todas las dimensiones de la persona humana. He leído con atención las noticias recientes sobre las guías sobre educación sexual que está promoviendo el Ministerio de Educación: “Cuidando mi salud y mi vida”. Tengo en mis manos cuatro de los cinco manuales propuestos para este polémico programa. No dudo de la buena intención de estas guías preparadas para los docentes y padres de familia. Aunque en este tema, como en todos los referentes al tema educativo, es importante partir de documentación científica, para no caer en el riesgo de secundar intereses ajenos al verdadero bienestar de nuestros jóvenes. 18

Entre el abundante material y experiencias de otros países me

encontré

con

un

estudio

interesante.

Cuatro

investigadores de universidades inglesas y sudafricanas publicaron recientemente un informe científico “Cochrane Database of Systematic Reviews”3 que deja en evidencia la ineficacia de los cursos programáticos de educación sexual en las aulas. En este análisis, escogieron ocho estudios de diversos países que analizan la efectividad de cursos de educación sexual impartidas por docentes. Contrario

a

otros

análisis,

estos

investigadores

fundamentaron su estudio en parámetros objetivos de la influencia de los programas en los estudiantes: la tasa de embarazo y la incidencia de enfermedades de transmisión sexual. La población estudiada superaba los 50.000 adolescentes de varios países de África y Europa, con lo que me parece que la representatividad y seriedad están de alguna forma respaldadas. La mayoría de estudios similares evalúa la efectividad mediante cuestionarios realizados a los propios jóvenes acerca de su “concienciación” sobre conductas de riesgo, o

3

https://www.sciencedaily.com/releases/2016/11/16110807 3411.htm 19

en función del comportamiento seguido en materia sexual después de que terminaran los cursos. Pero los investigadores resaltan la falta de seriedad científica de estas encuestas al contrastarlas con los resultados objetivos. La evidencia manifiesta que este tipo de campañas obtienen resultados negativos: ninguno de los programas de educación

sexual

mejora

significativamente

los

indicadores. La tasa de embarazos adolescentes, por ejemplo, entre los participantes fue prácticamente igual a la del grupo de control: 0,99, siendo 1 la de los que no recibieron estos cursos. En cuanto a las infecciones de sida y herpes genital, la prevalencia fue incluso ligeramente superior: 1,03 y 1,04 respectivamente. Sí bajó la de la sífilis en un 0,81 por ciento. En cambio, los estudios manifiestan que tienen más éxito programas que incentivan la permanencia escolar de los jóvenes. Por ejemplo, el efecto relativo sobre la tasa de embarazo fue de 0,76. Ya otras investigaciones apuntan la relación

inversamente

proporcional

entre

nivel de

escolarización –sobre todo, de las jóvenes– y tasa de embarazo o Enfermedades de Transmisión Sexual. Con lo anterior, no digo que haya que permanecer de brazos cruzados. Se puede hacer mucho en la educación de nuestros jóvenes. Mi interés es señalar que cualquier 20

iniciativa en temas escolares ha de pasar necesariamente por los padres de familia que son los actores ineludibles del trinomio educativo sobre el que cualquier pedagogo fundamenta su labor. En todos los estudios serios que he consultado, se mencionan la importancia de la labor de los padres en evitar embarazos en adolescentes. Si se les deja a un lado, aún con la excusa de su bajo nivel de escolaridad, cualquier iniciativa bienintencionada de educación sexual no tendrá ningún resultado. Sencillamente porque no se trata solamente de dar información sino de cambiar conductas. Tegucigalpa, 29 de enero de 2017

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LA GENERACIÓN MÁS PROVIDA DE LA HISTORIA Participé en un curso de bioética en la Casa Montecillos de Zambrano, Francisco Morazán. Conversé con el Dr. José Mario López Saca, experto salvadoreño en bioética, para aclarar algunos conceptos sobre el embrión humano. Tengo en mis manos un documento titulado: “La realidad del embrión humano en los primeros quince días de vida”4 de la Dra. Natalia López Moratalla, Directora del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra. En este documento científico se afirma que desde el mismo momento de la concepción, el óvulo fecundado es un organismo diferenciado. Un ser humano con estructura genética propia distinta a la del padre y la madre. El Dr. José Mario López, experto salvadoreño en bioética me decía hace unos días que actualmente existe el siguiente consenso en el mundo científico: “desde el primer instante

4

https://www.bioeticaweb.com/wpcontent/uploads/2014/07/embrion15.pdf 22

del cigoto (fase unicelular del individuo) ya podemos hablar de la realidad maravillosa de un niño no nacido”. El avance de las técnicas de imagen incluso permiten verlo con nuestros propios ojos. El Dr. Francisco J. Contreras dice que: “si el vientre materno fuera transparente, ninguna mujer sería capaz de abortar”. El avance vertiginoso de los medios de comunicación hace ver más claro para las nuevas generaciones el asunto del aborto. Cada vida humana es intrínsecamente valiosa. Dignidad que no admite mayor o menor grado en función de su desarrollo físico, sexo, salud o raza. Este es uno de los pilares fundamentales de la democracia. Cuando en una sociedad, el destino de unos (vida o muerte) está en las manos de otros, esa sociedad está condenada a desaparecer. La historia lo confirma en diversas ocasiones; cuando existen relaciones de dominio de unos sobre otros, tales como en la época de la esclavitud, por ejemplo, a la larga se establecen

injusticias

tan

profundas

que

minan

radicalmente las condiciones básicas de convivencia. La paz y la justicia se vuelven bienes cada vez más inalcanzables. En los países en donde se aprobó el aborto, en lugar de significar

una

conquista

de libertad para

la

mujer

(argumento llevado y traído por los promotores de las leyes 23

a favor del aborto) en realidad resultó ser un arma más para el dominio y abuso de los hombres sobre las mujeres. Basta con ver el invierno demográfico de países como España, donde la población mayor de cincuenta años será más numerosa por primera vez en la historia, o la proliferación de otros atentados a la vida como la eutanasia, en la que se descartan de forma caprichosa a los ancianos, o la eugenesia, en la que unos deciden -como hicieran los nazis en su momento- los supuestos criterios válidos para venir a la existencia. Desde todo punto de vista, abrir la puerta al aborto, es dar paso a toda clase de abusos y desequilibrios. Termina imponiéndose, de forma privada y unilateral, el criterio desacertado de unos pocos. Leía recientemente en una publicación Norteamericana: “Todavía existe un lugar en América donde la gente puede ser asesinada por su raza, y los asesinos quedan libres. Eso es una clínica abortista”5. Cuando no se ve el rostro de quien sufre, es fácil suprimir la reacción de la humanidad compasiva. En los últimos años las estadísticas de los países del primer mundo muestran un aumento constante, duradero y elocuente, de la oposición al aborto, especialmente entre la gente joven. El acceso a los 5

Declaraciones de la sobrina de Martin Luther King, Alveda Scott King, en el Wall Street Journal 24

avances científicos ha convertido a los “millenials” en la generación más provida de la historia. Zambrano, 7 de enero de 2016

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RESTRICCIONES AL ABORTO EN ESTADOS UNIDOS

La noticia de la sentencia del Tribunal Supremo de Estados Unidos me animó a investigar sobre la realidad del aborto en ese país.

El lunes 27 de junio de 2016, el Tribunal Supremo de Estados Unidos declaró inconstitucionales, por cinco votos contra tres, varias disposiciones de una ley de Texas para regular la actividad de las clínicas abortistas en el estado: que los médicos tengan credenciales para remitir pacientes a hospitales cercanos, y que las instalaciones cumplan con los estándares de equipamiento, personal y construcción exigidos a otros centros de salud. Los partidarios del aborto presentaron la decisión del Supremo como una gran victoria; en los medios de comunicación de todo el mundo aparecieron fotografías de sus festejos. La realidad es que la sentencia invalida algunas restricciones de las muchas que están en vigor en gran parte de Estados Unidos. Según un informe del Guttmacher

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Institute6, una organización abortista, solo entre el año 2011 y 2015 se aprobaron 288 medidas restrictivas en todo el país: límites a la financiación pública, restricciones a la prescripción de determinados medicamentos, limitaciones a la cobertura del procedimiento por seguros privados, o al acceso por parte de menores. Entre otros límites, 27 estados exigen un tiempo de espera mínimo desde que se manifiesta la intención de abortar hasta que el procedimiento se lleva a cabo. En algunos de ellos, la gestante debe someterse a una ecografía (o, al menos, ser informada sobre esta posibilidad). Este tipo de leyes casi siempre recibieron en el pasado el respaldo de los tribunales cuando han sido apeladas, y no parece que el fallo reciente del Supremo suponga ningún peligro para ellas. Según la opinión mayoritaria de los jueces, las exigencias derogadas en la ley de Texas, provocaron que la mitad de clínicas abortistas del estado hayan tenido que cerrar sus puertas. A su juicio imponían una carga excesiva sobre las mujeres que deseaban abortar. Por tanto, la ley de Texas entraba en contradicción con las dos grandes sentencias del Tribunal sobre el aborto: Roe vs Wade (1973) y Planned Parenthood vs Casey (1992). La primera respalda el 6

https://www.guttmacher.org/laws-affecting-reproductivehealth-and-rights-2015-state-policy-review 27

“derecho” de la mujer a abortar el feto antes de la semana veintitrés, e incluso después si peligraba la vida o la salud de la madre. La segunda permitió a los estados limitar este derecho siempre que las reservas no supusieran una “carga excesiva” para la madre. Estas restricciones a la ley que aprobó el aborto en 1973, responden en buena parte a la impopularidad creciente del aborto en Estados Unidos. En un estudio de opinión hecho por Gallup, al inicio de 2015 solamente el 34 por ciento de los estadounidenses apoyan las actuales políticas de interrupción de la maternidad. La disminución inició en el 2012 cuando la aprobación llegaba al 39 por ciento. Es significativo que entre el 2002 y el 2008, este mismo indicador estaba en el 43 por ciento. Hoy en día, el 24 por ciento de los entrevistados indica que desean leyes más rigurosas, mientas que el 12 por ciento expresa que quiere más libertad. Pareciera que cada vez menos personas comparten las declaraciones de Hillary Clinton que calificaba esta sentencia de: decisión “valiente” y “estupenda” y que es una “victoria para las mujeres en Texas y en todo Estados Unidos”. La realidad, cada vez más confirmada, es que el aborto es un terrible atentado en contra de los derechos de

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la mujer. Al final, facilitar el acceso al aborto, redunda en perjuicio de las más vulnerables de la sociedad. Tegucigalpa, 8 de julio de 2016

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EL ABORTO TE CAMBIA Cae en mis manos un documento que explica el itinerario estratégico recorrido, en estos últimos cuarenta años, por los promotores del aborto en Estados Unidos. En esta campaña orquestada meticulosamente, ya no se apela a la razón. El mundo actual postmoderno, recurre más al sentimiento, los casos concretos, las historias y las anécdotas. Hago un experimento publicando esta historia para luego escuchar las reacciones. En efecto, los comentarios no tardaron en llegar.

Fue el 13 de enero de 2016 cuando decidí hacerme una prueba de embarazo. Tenía un mes de retraso y pensé que había sido porque se me habían acabado mis pastillas anticonceptivas después de mi último periodo en noviembre. Me sentía cansada y con nauseas, así que finalmente me decidí y me hice la prueba. Resultó positiva. Compré dos más para estar segura, y así confirmé que estaba embarazada. Lloré muchísimo, más porque estaba asustada. No sabía cómo iba a reaccionar mi novio. Le llamé después de la tercera prueba y vino enseguida. Estaba tan amoroso y cariñoso. Me dijo que iba a apoyar cualquier decisión que yo tomara. No sabía qué hacer, pero 30

más tarde ese día me dijo claramente que no quería ese bebé. Me sentí miserable. Yo quería a ese bebé. Mi novio me dijo que no quería volver a verme si seguía con mi embarazo. No sabía qué hacer. Fuimos a la clínica de aborto ese fin de semana para que me hicieran un ultrasonido y quizá seguir con el procedimiento. No quería tener el aborto y traté muchas veces de convencer a mi novio. Soy una estudiante extranjera y trabajaba como nana 45 horas a la semana. Siempre he batallado con el dinero porque mi colegio es muy caro, y aun así estaba convencida de quedarme con el bebé y dejar la escuela si tenía que hacerlo. O regresar a casa. Fue muy difícil porque a pesar de que mi novio no quería el bebé, fue paciente y me cuidó cuando me sentía mal o se me antojaba algo. Después regresamos a la clínica y me asusté, no podía hacerlo. Pero en el carro mi novio empezó a llorar y a golpear el volante. Me sentí fatal de hacerle eso y decidí regresar y terminar con esto. Ya tenía ocho semanas y no podía tomar las pastillas, y no había una enfermera en ese momento para hacer el aborto quirúrgico. Así que tuvimos que reprogramar la cita. Después hubo una nevada y tuvimos que reprogramar de nuevo. Tuve esperanza. Pensé que Dios estaba haciendo algo para ayudarme a quedarme con mi bebé. Mi novio vio como estaba sufriendo y me 31

empezó a prometer que tendríamos un gran futuro y seguía con el procedimiento. Caí, y al final terminé teniendo el aborto cuando mi bebe tenía 10 semanas. ¡Inmediatamente después me arrepentí! Ha pasado poco más de un mes y todavía lloro. Extraño a mi bebé. Extraño que mi bebé me haga sentir mal o haga que coma a las dos de la mañana. No sé cómo seguir adelante. Claro que mi novio cambió de opinión sobre todas las promesas que me había hecho. Me sentí estúpida y vacía de haberlo escogido a él en vez de a mi bebé. Nuestra relación está a punto de terminar. No podemos tener sexo, no podemos dejar de pelear. Y parece que no puedo ser capaz de perdonarme por lo que hice. Incluso tenía esperanzas que mi bebé hubiera sobrevivido al aborto, pero me desilusioné cuando regresé a la clínica tres semanas después para cerciorarme de que todo estaba bien y mi útero había sanado. Me sentí perdida, Me sentí desesperada. Si pudiera volver el tiempo atrás jamás hubiera ido a esa clínica. Definitivamente me hubiera quedado con mi bebé. Me siento como un monstruo. Siento que merezco todas las cosas malas que me pasan. He pensado en el suicido, al menos estaría con mi bebé otra vez (tal vez). No sé qué hacer. No sé cómo seguir adelante con mi vida y ser feliz de nuevo. 32

Esta es una de las historias del sitio “El aborto te cambia”7. Tuve mis dudas de compartirlo por su crudeza. Leer dos relatos de ese sitio me cambió (reconozco mi debilidad, solamente pude leer dos). Siempre supe de la crueldad de este tremendo crimen. Pero ahora, esta historia me cambió la óptica. No porque haya alterado mi opinión. Reflexiono sobre este tema con un lente de aumento que casi me hace sentir en carne propia el drama real de tantas mujeres y sus familias. Por supuesto que el aborto es una realidad compleja. Alguno podría hablar de casos de violación, de posibles malformaciones del feto y de tantas elucubraciones que pueden darse. Si vemos las estadísticas representan un fenómeno minoritario. En realidad son la puerta falsa usada en tantos sitios para justificar el crimen perpetrado a un inocente. Para los que ven el aborto como algo descarnado y ajeno puede resultar fácil hablar de datos y de daños colaterales. Al fin y al cabo, no se trata de sus propias vidas ni, probablemente, de ninguno de sus familiares. Si hacemos el experimento de acercarnos a estas historias les aseguro que ya no resulta tan fácil. Para una persona

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http://www.abortionchangesyou.es/testimonios 33

normal, tal vez signifique afianzarse en el propósito de defender la vida de tantos niños no nacidos. Tal vez signifique hacer el propósito de tender la mano a tantas madres necesitadas de verdadera ayuda. Tegucigalpa, 20 de mayo de 2016

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EDUCAR EN LA AFECTIVIDAD Un padre de familia me pregunta sobre la forma adecuada de hablar con su hijo sobre la sexualidad. Estudié varias fuentes para organizar y actualizar mis ideas. Luego las puse por escrito para compartirlas. Como siempre, pero ahora especialmente, es importante dar una adecuada educación sexual a los jóvenes. Esta formación no debería reducirse a brindar información sobre las partes del cuerpo humano o hablar de los procesos biológicos o físicos en el origen de una nueva vida. Tampoco debería centrarse exclusivamente en diversos métodos para evitar enfermedades de transmisión sexual. Ni siquiera en como eliminar o esquivar a los hijos indeseados. Tristemente por un enfoque equivocado, muchas veces la educación sexual, en lugar de dar una adecuada visión de la persona y su vocación al amor, más bien coloca a los jóvenes en ocasión de comenzar su vida sexual de forma irresponsable. La educación sexual, más bien, la educación de la afectividad, es cometido directo de los padres. Comienza desde la más temprana edad en el niño. Inicia desde que se 36

le ayuda a forjar las virtudes que facilitarán el verdadero amor en el matrimonio cuando sea adulto. El don de sí, completo y exclusivo que comporta el matrimonio no se improvisa. Aprender a adquirir la lealtad necesaria, el espíritu de servicio, la generosidad, no son cosas que se adquieran con una charla en la adolescencia. Requieren un empeño diario de muchos años para que cuando llegue el momento de dar el SÍ, el joven tenga las herramientas para entregarse por completo a la persona amada. Hace

años

positivamente

leí 8

una

noticia

que

me

impactó

. En el pueblo de Siroki-Brijeg en

Herzegovina, no se reportó ningún divorcio en muchos años. Ni uno solo. Al parecer, un factor muy importante para esto se debía a un ritual en la ceremonia de matrimonio. Cuando los novios van a la iglesia llevan un crucifijo. El sacerdote lo bendice. Cuando llega el momento de intercambiar sus votos, la novia pone su mano derecha sobre el crucifijo y el novio pone su mano sobre la de ella, de manera que las dos manos están unidas a la cruz. El sacerdote cubre las manos de ellos con su estola mientras 8

http://es.catholic.net/op/articulos/4074/cat/256/ni-unsolo-divorcio.html 37

proclaman sus promesas, según el rito de la Iglesia, de ser fieles el uno al otro, en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, hasta la muerte. Acto seguido los novios no se besan sino que ambos besan la cruz. Los que contemplan el rito pueden comprender que si uno de los dos abandona al otro, abandona a Cristo en la Cruz. La educación en la afectividad abarca a la persona completa. No solamente la genitalidad. Incluye la educación de los afectos, de la voluntad y todas las facetas de la persona. Como debe estar orientada al amor, toma en cuenta las características propias de cada uno. Por eso y otras razones más, los padres son insustituibles en la tarea de impartirla de manera adecuada. Un maestro, un médico o un psicólogo podrán dar algunas ideas. A veces más o menos acertadas. Si se dan de forma general y en grupo, serán desacertadas siempre. Ya que cada niño o joven tiene conocimientos y necesidades distintas. La educación en la afectividad se realiza en el diálogo natural entre padres e hijos. No en un solo momento. Es un proceso que tiene diferentes etapas. Muchas veces se tratará de escuchar y resolver dudas de los hijos. En otros momentos será el padre o la madre atentos que deberán saber provocar estas conversaciones.

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La familia es el lugar preferente para que los padres hablen con cada hijo o hija. Uno a uno. De acuerdo a sus necesidades. Es importante hablar de la belleza de la virtud de la castidad que han de vivir todas las personas: solteras o casadas. Virtud importantísima para mantener el corazón y el amor limpios y fuertes. Para aprender a respetar una de las dimensiones más sagradas que posee la persona humana. La falta de información detallada en las cuestiones biológicas no incapacita a los padres para poder brindarla. Interesa sobre todo hablar con lenguaje sencillo, claro y natural de cómo vienen las personas al mundo. Esto por supuesto que lo sabrán los padres. De manera gradual, con lenguaje adecuado y de acuerdo a la edad del niño. Será necesario conversar, sin miedo, de la verdad de las cosas. Sin inventar cigüeñas o cuentos parecidos. Se deberá hablar también de las precauciones a tener en el mundo supersexualizado en el que vivimos. Una parte primordial será enseñar a vivir el pudor y la modestia- en la forma de vestir y en las conversaciones-. Ayudar a ser delicados en el trato con las personas de otro sexo. Enseñar a evitar la pornografía y los comportamientos que ridiculizan a las personas y los ven solo como instrumentos de ínfimo valor para satisfacer el egoísmo. 39

De la parte biológica y de los peligros de enfermedades de transmisión sexual claro que también se deberá hablar. Con la ayuda de un médico amigo de la familia, seguramente se sabrá abordar en la edad adecuada, estos temas. En una sociedad machista, plagada de desviaciones en materia sexual, ¿no sería mejor saltarse a la familia? Sin duda existirán casos en que tal vez no convenga que un padre o una madre poco ejemplares participen en la educación sexual de sus hijos. Aun en estos casos, tal vez de forma más necesaria, casi siempre habrá una persona de confianza en el entorno familiar que podrá abordar estos temas con los hijos. El ambiente de afecto y confianza familiar resulta insustituible, solamente en él se podrá acertar en el modo y en las palabras para hablar como corresponde. La sexualidad no es algo malo en el hombre. Tampoco un tema que deba evitarse con vergüenza. Todo lo contrario. Hablar de ella es hablar de la grandeza de la vocación al amor. Es un gran don concedido por Dios. Impartir una educación adecuada en la afectividad es absolutamente imprescindible para que los jóvenes alcancen la necesaria madurez y así aprendan a entregarse incondicionalmente a otra persona.

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Hace falta ayudar a los padres a acompañar a sus hijos en esta educación de forma completa. De esta educación dependerá que sus hijos aprendan a amar de verdad. Al final de cuentas es la asignatura más importante a cursar en esta vida. Tegucigalpa, 28 de septiembre de 2015

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EL ABORTO Y EL AÑO JUBILAR DE LA MISERICORDIA Escuché de pasada una conversación en la que hablaban de la reciente decisión del Papa Francisco sobre conceder la facultad de absolver el aborto a todos los sacerdotes. Otro día, mientras camino por el colegio donde trabajo, un joven trata de orientar a un compañero suyo sobre el mismo tema. El fin de semana siguiente, después de preguntar a personas más informadas, envié al periódico el siguiente escrito. Hace pocos días, salió a la luz pública la decisión del Papa de facilitar el perdón del pecado del aborto. Durante el año jubilar de la misericordia, que inicia el próximo 8 de diciembre, concederá a todos los sacerdotes la facultad de absolverlo. En la Iglesia Católica, esta facultad está normalmente reservada al obispo o al sacerdote que el obispo haya autorizado. Se trata de dar más facilidades para que el pecador arrepentido pueda obtener el perdón de Dios, reconciliarse con la Iglesia sin retrasos, confesándose con cualquier sacerdote.

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Con esta medida el Papa desea conjugar la acogida con la conversión. Claramente el aborto es uno de los dramas más profundos de nuestra sociedad actual. Es un atentado atroz en contra de la vida de un inocente. La Iglesia no ha dejado de decirlo fuerte y claro a lo largo de sus más de dos mil años de historia. Además de la muerte de un inocente, con frecuencia, fruto de la ignorancia o de muchas presiones, también convierte en víctimas a muchas personas. Condenados muchas veces a cargar con la pesada carga de la culpa. Juan Pablo II en su encíclica de 1995, Evangelium vitae, dedicada al respeto a la vida decía: “Es cierto que en muchas ocasiones la opción del aborto tiene para la madre un carácter dramático y doloroso, en cuanto que la decisión de deshacerse del fruto de la concepción no se toma por razones meramente egoístas y de conveniencia, sino porque se quisieran preservar algunos bienes importantes, como la propia salud o un nivel de vida digno para los demás miembros de la familia”. Estos condicionantes, decía Juan Pablo II, “nunca pueden justificar la eliminación deliberada de un ser humano inocente”. Esta noticia dejó la impresión en algunos de que la Iglesia está rebajando su doctrina en relación con este delicado tema. Más bien se trata de acercar la misericordia a quien 43

más lo necesita. Ya Juan Pablo II en el año 2000, con motivo del año jubilar, promulgó la misma medida. Dejando clara la primacía de la misericordia con el pecador arrepentido. De acuerdo con la normativa vigente en la Iglesia, quien comete el pecado del aborto incurre en excomunión latae sententiae, es decir, automática. Asociando una pena de excomunión a este pecado. El fin de la Iglesia no es hundir más al culpable. Sino más bien de hacerle consciente de que su acción es grave y así favorecer su conversión. Perdonar el aborto, no significa quitarle importancia. Lo deja claro la carta que el Papa escribe a Mons. Rino Fisichella –presidente del Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización, del que depende el Año Jubilar– el Papa Francisco se refiere, entre otros aspectos, a lo que califica de “uno de los graves problemas de nuestro tiempo”: “Una mentalidad muy generalizada que ya ha provocado una pérdida de la debida sensibilidad personal y social hacia la acogida de una nueva vida. Algunos –dice– viven el drama del aborto con una consciencia superficial, casi sin darse cuenta del gravísimo mal que comporta un acto de este tipo”. El Papa desea avivar esa sensibilidad, estimulando el arrepentimiento y facilitando el perdón. Por eso pide a los 44

sacerdotes que sepan “conjugar palabras de genuina acogida con una reflexión que ayude a comprender el pecado cometido, e indicar un itinerario de conversión verdadera para llegar a acoger el auténtico y generoso perdón del Padre”. La Iglesia no cambia para nada la doctrina sobre el aborto. La repercusión mediática que ha tenido esta noticia, señal clara de la influencia del Papa en la sociedad actual, puede servir para que las mujeres que han abortado sientan que la Iglesia está deseosa de acogerlas. El Papa Francisco es consciente de las dificultades que muchas veces sufren las mujeres que abortan. “Sé que es un drama existencial y moral. He encontrado a muchas mujeres que llevaban en su corazón una cicatriz por esa elección sufrida y dolorosa. Lo sucedido es profundamente injusto; sin embargo, solo el hecho de comprenderlo en su verdad puede consentir no perder la esperanza”. Esta muestra de actitud misericordiosa y acogedora no exime del arrepentimiento y cambio de vida. Lógicamente la pérdida de una vida no es reparable, pero tampoco es un callejón sin salida para el que es consciente del mal cometido. “El perdón de Dios no se puede negar a todo el que se haya arrepentido, sobre todo cuando con corazón sincero se acerca al Sacramento de la Confesión para 45

obtener la reconciliación con el Padre”. De esta manera, el Año de la Misericordia será también el año de la conversión. No solamente en faltas tan graves como el aborto. Tegucigalpa, 12 de septiembre de 2015

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EL ARREPENTIMIENTO DEL DÍA SIGUIENTE En Honduras se debate en la opinión pública sobre la aprobación de la venta de la pastilla RU-486. Escucho comentarios a favor y en contra, de algunos amigos médicos que me dejan intrigado. De nuevo, aprovecho esta coyuntura para investigar y enviar al periódico el siguiente artículo. No soy médico, ni de profesión relacionada con la salud, pero no puedo dejar de escribir unas líneas en torno al tema que ha saltado a la tarima de los debates como es el de los llamados “anticonceptivos de emergencia” o “píldora del día después”. Uno de los primeros postulados éticos es el de informarse para dar con la verdad. Gracias a Dios, en los tiempos actuales tenemos tal acceso a la información que hasta neófitos como yo, en temas médicos, podemos buscar y encontrar lo que otras personas estudiosas han escrito. Es precisamente la ignorancia y la duda una de las mejores armas que esgrimen los que están en contra de la vida y que proponen eufemismos como “planificación familiar”, “sexo seguro” o en este caso “Anticoncepción de emergencia”. Se proponen en los debates como defensores progresistas de lo 47

“científico” cuando muchas veces lo que les anima son posturas “dogmáticas”, movidas por intereses no del todo claros. Tristemente detrás de estas posturas anticonceptivas no está el bien integral de la persona cuya vocación natural es al amor y a la donación dentro del matrimonio. Se podría decir que este nuevo debate nos da ocasión para hablar de temas como los valores, la ética y el respeto de la vida humana desde el inicio. Expresiones como “soy dueño de mi cuerpo”, “hago con mi sexualidad lo que quiero” exaltan un valor tan noble como el de la libertad pero ignoran nociones tan importantes como el respeto a la vida, el amor, la delicadeza y la entrega. Me gustaría que examinaran si encuentran estas palabras en el vocabulario de las personas que defienden el aborto y la anticoncepción. ¿Qué pensarías de una persona que por actuar con falta de dominio de sí y de virtudes se dejara llevar por la gula comiendo todo lo que encuentra a su paso y luego resolviera el problema con una pastilla que le hiciera vomitar su irresponsabilidad? ¿No sería más correcto, en este caso, educarle para que fortalezca su voluntad? Ante este argumento alguno podría mencionarme casos de violaciones, de menores embarazadas etc. y me pregunto, ¿no será mejor hacer una movilización nacional para educar 48

a los padres de familia y a los profesores en los valores correctos y que han sido tradicionales en nuestro país? ¿Por qué hemos de tomar de fuera medicinas que se han comprobado que son peores que la enfermedad? Podríamos preguntar

a

los

defensores

de

la

pastilla

del

“arrepentimiento del día siguiente” que nos hablen de los efectos secundarios de esa gran cantidad de hormonas en las mujeres, que nos muestren dónde se han reducido los embarazos en menores o cómo ayudar psicológicamente a las mujeres que llevarán toda su vida la pesada carga de no saber si lo que hicieron fue aborto o no. Tristemente no nos podrán responder muchas de estas preguntas porque es de elemental filosofía que la irresponsabilidad

no

engendra responsabilidad,

que

irrespeto no engendra respeto, que fomentar la violencia y la muerte contra un indefenso nunca engendrará una vida mejor para nadie. Obviamente se nos plantea una tarea grande pero urgente: educarnos y educar a padres de familia, profesores y jóvenes en los auténticos valores, en la importancia de la sexualidad, de esto depende buena parte del futuro de nuestras familias y de la sociedad. Escribo, haciendo eco de lo que me han dicho amigos y conocidos, que no consideramos que el hombre es un ser 49

sin razón, movido únicamente por los impulsos del sexo a los que no pueden resistir, que se incapaz de una vida humana virtuosa. Escribo para dejar patente, a los que quieren tratarnos de modo paternalista, que somos capaces de educarnos y formar familias en donde prime la dignidad y el respeto de la vida. Tegucigalpa, 7 de abril del 2014

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EMBARAZOS EN ADOLESCENTES Publican en el periódico algunas estadísticas sobre embarazos en adolescentes. En esa misma semana, había asistido a una conferencia con más de doscientos jóvenes en la que escuché afirmaciones con las que no estaba de acuerdo. Decidí buscar información y luego compartí el siguiente escrito con los participantes. “En Honduras una de cada cuatro adolescentes ya es madre”. Cuando leí este titular de periódico meses atrás no dejé de inquietarme. La primera reacción fue poner en duda esta afirmación. No nos distinguimos precisamente por la veracidad de las estadísticas. Después me pregunté ¿Dónde están los padres de estas jóvenes? Olvidaba que estoy en un país donde la familia está herida desde hace años. Otro dato alarmante que encontré es que seiscientas mil mujeres son cabezas de familia. En este caso cabría preguntarse ¿Qué está pasando con esos miles de hombres irresponsables? Una respuesta rápida sería recurrir al tan usado tema de la falta de valores. Si vemos con más detenimiento otros

51

estudios, descubriremos que no necesariamente es la única respuesta. El primer estudio consultado es un extenso documento llamado “Motherhood in Childhood: Facing the Challenge of Adolescent Pregnancy”9. Corresponde al año 2013. Me llamó la atención que el (FNUAP), abanderado de la contracepción y la píldora del día siguiente, reconoce que las campañas de “sexo seguro” no han sido suficientes. Una de las conclusiones del documento no deja de ser interesante:

los

programas

centrados

solo

en

la

contracepción no funcionan porque las jóvenes no pueden decidir. Me dio la impresión de que la preocupación de FNUAP es que los embarazos juveniles acaben en nacimientos. Entre los múltiples factores que influyen en la maternidad de adolescentes me pareció interesante la referencia a la escolaridad en las jóvenes. Si se logra aumentar los índices de asistencia escolar de las muchachas menores de catorce años los embarazos disminuyen considerablemente. El estudio da la impresión que trata a las jóvenes únicamente como víctimas pasivas. La educación en comportamientos sexuales saludables resultó ser una 9

http://www.unfpa.org/publications/state-worldpopulation-2013 52

experiencia positiva en varios países. Aunque lógicamente influyen en cierta manera, es de suponer que no todos los embarazos juveniles responden a una conspiración de fuerzas sociales, escolares y familiares. Otro documento interesante, a mi parecer un poco más equilibrado, es el informe del año 2012 de la agencia estadounidense Centres Prevention

(CDC)

10

for .

Disease

Aunque

métodos anticonceptivos, menciona

no

Control descarta

como

and los

primera

recomendación “la promoción continuada del retraso en el inicio de las relaciones sexuales”. Este factor me parece sumamente significativo tomando en cuenta que en ese año la tasa de embarazos juveniles en Estados Unidos obtuvo el nivel más bajo en décadas. El comportamiento y la educación en los jóvenes para decidirse por la abstinencia jugaron un factor primordial en este logro. En la misma dirección parece apuntar el número de la revista Archives of Pediatric & Adolescent Medicine (2-022010)11 presenta un estudio hecho por investigadores de la Universidad de Pensilvania. En él se refuerza la idea que los

10

https://www.cdc.gov/mmwr/preview/mmwrhtml/mm611 7a1.htm?s_cid=mm6117a1_w 11 http://jamanetwork.com/journals/jamapediatrics/fullarticl e/382798 53

programas de educación sexual centrados en la abstinencia persuaden a muchos jóvenes para retrasar el inicio de su actividad sexual. En este estudio, realizado durante cuatro años, se siguió estadísticamente el comportamiento sexual de 662 adolescentes afroamericanos de clase media. Por un lado se hizo énfasis en educar en la abstinencia y por otra parte en los programas “tradicionales” que promueven el “sexo seguro”. Dos años después de impartirlo se encontró que la probabilidad de mantener relaciones sexuales en los adolescentes que habían participado en los programas centrados en la abstinencia era un 33% más baja que en los otros. En unos y otros estudios, de diversas maneras, se menciona la importancia de los padres en evitar los embarazos en adolescentes. Otro documento difundido por la Heritage Foundation remarca la influencia positiva de los padres sobre el comportamiento sexual de sus hijos. Sobre todo son importantes la fortaleza de la estructura familiar, la existencia de una comunicación fluida entre padres e hijos y la claridad con que los progenitores desaprueban las conductas sexuales promiscuas. A mi parecer en los programas basados en la distribución de anticonceptivos entre los jóvenes parten de una base 54

equivocada. Asumen que los adolescentes son incapaces de posponer el inicio de su vida sexual activa. En este último informe menciona: “estos presupuestos no solo son erróneos sino que además no tienen en cuenta factores importantes relacionados con la reducción de la actividad sexual de los adolescentes”, entre los que se encuentra la influencia paterna y materna: “Los padres son los que más influyen en las decisiones de sus hijos sobre el sexo, pues dos tercios de todos los adolescentes comparten los valores de sus padres sobre este tema”. Sin duda la influencia paterna ofrece una fuerte protección frente a la actividad sexual precoz. “Para aumentar la eficacia de los programas y medidas políticas dirigidas a retrasar la actividad sexual o a prevenir los embarazos y las enfermedades de transmisión sexual entre adolescentes, se debería reforzar la estructura familiar y la implicación de los padres”. Seguramente se pueden sacar muchas conclusiones más de estos documentos. Fortalecer la familia, como institución insustituible en la sociedad, debería ser uno de los primordiales. Sobre todo porque a los padres compete en primer lugar la protección y educación de nuestros jóvenes. Tegucigalpa, 26 de julio de 2015

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SEXO PREMATRIMONIAL MARCHITO Impartí una charla sobre el noviazgo a unos jóvenes. Uno de los folletos que usé como referencia me deja sorprendido por la claridad y contundencia de sus planteamientos. Con ocasión de este escrito, converso con varios amigos sobre el tema. Uno de ellos me dice que le sirvió a una amiga suya para cortar una relación inconveniente en la que llevaba más de cuatro años. Sexo prematrimonial marchito12 Una joven contó a su amiga que había tenido relaciones prematrimoniales con su novio. Ella le respondió: -«te has convertido en una esclava». Con los ojos muy abiertos, la joven reaccionó: «tienes razón. Él no está comprometido, pero yo sí. No quiero salir y conocer a nadie más después

12 Varias ideas del artículo están tomadas del libro Noviazgo Cristiano en un Mundo Supersexualizado de T.G. Morrow 56

de lo que hemos hecho, pero él sí. ¡Basta de sexo!». Otra joven tenía miedo de decir a su novio que ya no tendría más relaciones con él. Temía que rompiera con ella. Por fin se lo dijo y él no rompió. ¡Después de algunas citas más, ella decidió que no le amaba y terminó la relación! Mientras tenían relaciones, ella no veía lo malo que era su “noviazgo” porque intentaba salvarlo por todos los medios. Cuando dio marcha atrás y fue capaz de mirarlo objetivamente, se dio cuenta de lo desgraciada que era. La sexualidad bien vivida y ordenada a su fin natural dentro del matrimonio es uno de los valores más altos y sagrados de la persona. La castidad es la virtud que nos permite ordenar el deseo del placer sexual. En la sociedad actual es mal entendida y tristemente impopular. Sin ella es imposible hablar de auténtico amor. Donde falta, se crea el clima propicio para que se den todos los vicios y deslealtades, incluidas las formas más variadas de violencia. Cuando no se guarda se acaba ciego, incapaz de percibir los valores más altos. La sexualidad es un factor humano importantísimo. Por eso es muy conveniente que esté rectamente conducida. Por un lado, ser hombre o ser mujer no es sólo una diferenciación fisiológica, sino que afecta a todos los estratos de la personalidad. Por otro lado, la relación matrimonial de un 57

hombre y una mujer es muchísimo más que una relación sexual. La sexualidad es sólo un aspecto de aquella relación. Porque un matrimonio no es sólo una relación entre dos cuerpos, sino sobre todo entre dos seres inteligentes, unidos por una amistad peculiar. En el seno de esa relación es donde se originan ordinariamente las nuevas vidas, y donde encuentran los recursos materiales y humanos para poder crecer y desarrollarse hasta la madurez humana (que también es mucho más que la madurez fisiológica). Circunscribir las relaciones sexuales al matrimonio es dotarlas de su sentido más profundo de entrega plena. Descubrir el valor sagrado de la sexualidad es aprender la complementariedad natural entre el hombre y la mujer. Cuando no se vive la castidad en el noviazgo es muy difícil no comprometer la felicidad del futuro matrimonio. Es bien conocida la relación entre el sexo prematrimonial y el divorcio. Según un estudio publicado en 1992 por la Universidad de Chicago, los hombres que han mantenido relaciones sexuales prematrimoniales tienen un 63% más de probabilidades de divorciarse. Las mujeres, un 73%13.

13

Edgard O. Laumann, The Social Organization of

Sexuality: Sexual Practices in the United States (Chicago: U. de Chicago Press, 1994): la encuesta reciente más 58

Cuando un hombre vive castamente, se capacita para valorar más a las mujeres haciéndolas sentirse seguras, atractivas y misteriosas. Cuando ellos ceden en tener relaciones prematrimoniales, adquieren una actitud de superioridad y se sienten extremadamente decepcionados al comprobar que sus esposas suelen convertirse en unas mujeres apocadas. ¡Muy pocas veces se dan cuenta de que han sido ellos mismos los que han creado a esa clase de mujer! Aquellos que respetan la virtud de la mujer la ayudan a ser una persona auténtica, con criterios auténticos, con auténtica voluntad. El maltrato ocasionado por una sexualidad mal vivida en el noviazgo suele producir luego una reacción de rebeldía en ellas que a largo plazo se traduce en mujeres desencantadas e irritables. La mujer que ha sabido darse a respetar en el noviazgo estará en paz con su identidad, con su marido y con su mundo. Por su parte, un hombre casto puede vivir en paz con sus apetitos y evitar el egoísmo que acompaña al libertinaje sexual; podrá

autorizada sobre el sexo, según Bridget Maher en The Familia Portrait, Washington, DC: The Family Research Council, 2002. 59

educar a sus hijos en la auténtica valoración de la dignidad de la mujer. Todo eso muestra algo que la sabiduría popular ha repetido durante siglos: las mujeres y los hombres pierden mucho con

las

relaciones

prematrimoniales.

En

términos

modernos, la llamada revolución sexual ha sido mala para todos, pero especialmente para las mujeres. ¿Por qué ha sido tan dañina la revolución sexual para las mujeres?

Cuando

una

mujer

tiene

relaciones

prematrimoniales establece con el hombre unos lazos afectivos muy fuertes. Se siente comprometida con él porque es más equilibrada. En el caso del hombre sucede algo distinto, este no se siente necesariamente tan comprometido. Se establece por tanto una relación desbalanceada en la que una persona está comprometida y la otra no. La mujer tiende a sobrellevar su mal comportamiento porque no desea dejarle y encontrar a otro. El hombre, si cede a su peor carácter, tiende a ser más y más despreocupado e irrespetuoso en el modo en que trata a su pareja, porque se da cuenta que ella lo aceptará, como aceptó los irrespetos anteriores. El resultado suele ser el maltrato de las mujeres antes del matrimonio, y tristemente de forma más acentuada después.

60

En términos generales, en los años sesenta con la mal llamada “revolución sexual”, las mujeres comenzaron a estar más de acuerdo con las proposiciones inmorales de los hombres

y así comenzaron a ser peor tratadas.

Posteriormente, a inicios de los años setenta se hartaron e iniciaron una revolución feminista. Sus líderes hicieron un buen trabajo identificando el problema, pero sus soluciones resultaron peores que el problema mismo. Propusieron una mal entendida igualdad con los hombres, cediendo al irrespeto

de

estos

y

permitiéndose

el

mismo

comportamiento “liberal” en materia sexual. Tristemente esto no hizo sino aumentar de forma exponencial los problemas, llegando incluso a verse obligadas a abortar para ocultar sus errores. La experiencia muestra que las mujeres no pueden disfrutar de relaciones sexuales ocasionales sin hacer violencia a su naturaleza. Buscando la igualdad se llegó a profundizar un abismo de desigualdad y maltrato. «la mujer de buena edad descubre hoy rápidamente que disfruta de (…) una garantía de «igualdad sexual»; el derecho de tener relaciones sexuales con un hombre y no volver a verle; el derecho a verse insultada y rebajada si se niega a las insinuaciones de un hombre; el derecho de sufrir una enfermedad de transmisión sexual que, como gratificación, la dejaría 61

estéril; el derecho al aborto cuando las cosas van mal o, como puede ocurrir, el derecho a cargar con un hijo fuera del matrimonio. Por supuesto, de todas las promesas que nos hicieron sobre nuestra capacidad para alcanzar la libertad y la independencia como mujeres, la promesa de la emancipación sexual ha sido la más ilusoria»14. Para enmendar estas desavenencias y errores generalizados hace falta una auténtica revolución. Devolver al sexo la importancia y dignidad que le corresponde. Valorar este don y educar en el auténtico amor. Enseñar el delicado arte del respeto mutuo en el noviazgo. Hablar más de autodominio y de saber esperar. De esta forma saldrá ganando la familia y la sociedad. Saldremos ganando todos. Tegucigalpa, 18 de abril de 2015

14

Danielle Chrittendon, What our mothers didn’t tell us:

why happiness eludes modern woman 62

INDICE DE TÉRMINOS aborto, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 30, 31, 32, 33, 42, 43, 44, 45, 46, 48, 49, 63 aborto quirúrgico, 12, 31 abstinencia, 53, 54 adolescentes, 9, 19, 20, 21, 51, 52, 54, 55 afectividad, 36, 38, 40 afectos, 38 África, 19 amor, 36, 37, 38, 39, 40, 48, 58, 63 anticoncepción, 48 Anticoncepción de emergencia, 47 anticonceptivos de emergencia, 47 bioética, 9, 22 castidad, 39, 58, 59 clínica abortista, 24 crucifijo, 37 Declaración de Dublin sobre salud materna, 14 democracia, 23 desigualdad, 62 Dignidad, 23 divorcio, 37, 59

don de sí, 37 Dr. José Mario López Saca, 22 ecografía, 27 educación sexual, 9, 18, 19, 20, 21, 36, 40, 54 embarazo, 11, 12, 14, 15, 19, 20, 30 embarazos, 9, 20, 21, 49, 51, 52, 53, 54, 55 embrión humano, 22 enfermedades de transmisión sexual, 19, 36, 40, 55 esclavitud, 16, 23 España, 11, 12, 24 Estados Unidos, 26, 28, 30, 53 ética, 48 eugenesia, 24 Europa, 19 eutanasia, 24 excomunión, 44 familia, 17, 36, 39, 40, 43, 51, 55, 63 FNUAP, 52 genitalidad, 38 herpes genital, 20 hijos, 14, 15, 17, 36, 38, 40, 41, 54, 55, 61 63

hijos indeseados, 36 Hillary Clinton, 28 Honduras, 3, 16, 18, 47, 51 HONDURAS, 11 Iglesia Católica, 18, 42 igualdad sexual, 62 invierno demográfico, 24 jóvenes, 10, 13, 19, 20, 21, 36, 40, 49, 51, 52, 53, 54, 55, 57 Juan Pablo II, 43, 44 legítima defensa, 14 libertad, 13, 23, 28, 48, 63 maltrato, 60, 61, 62 maternidad, 28, 52 matrimonio, 37, 48, 58, 59, 61, 63 medios de comunicación, 9, 23, 26 millenials, 25 modestia, 39 mujer, 13, 16, 23, 28, 29, 58, 59, 60, 61, 62 mundo supersexualizado, 39 padres, 18, 21, 36, 38, 39, 41, 49, 51, 54, 55 padres de familia, 18, 21, 49 Papa Francisco, 42, 44, 45 perdón, 42, 44, 45

persona, 18, 33, 36, 37, 38, 39, 40, 48, 58, 60, 61 píldora del día después, 47 planificación familiar, 13, 47 pornografía, 39 provida, 10, 25 PROVIDA, 22 pudor, 39 reconciliación, 46 relaciones prematrimoniales, 57, 60, 61 relaciones sexuales, 53, 54, 59, 62 respeto a la vida, 9, 16, 17, 43, 48 respeto de la vida, 48, 50 responsabilidad, 10, 15, 49 Sacramento de la Confesión, 45 sexo prematrimonial, 59 sexo seguro, 47, 52, 54 sexualidad, 9, 36, 40, 48, 49, 58, 59, 60 sida, 20 Universidad de Chicago, 59 Universidad de Navarra, 22 violación, 33 64

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