EASTPHALIA: ASIA EN LA GEOPOLÍTICA GLOBAL

October 12, 2017 | Autor: Andrés Moral | Categoría: Geopolitics
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Descripción

EASTPHALIA: ASIA EN LA GEOPOLÍTICA GLOBAL. DESPLAZAMIENTO DE LOS CENTROS DE PODER HACIA LA REGIÓN

1. EL DESPLAZAMIENTO DE LOS CENTROS DE PODER La región asiática se ha mantenido relativamente al margen de los enfrentamientos de poder de la historia reciente como consecuencia en primer lugar del subdesarrollo y en segundo lugar de los conflictos regionales que dejó tras de sí el colonialismo del siglo XX. Durante los últimos 50 años, los países asiáticos han basado sus esfuerzos en resolver sus propios conflictos y han dejado de lado los balances de poder que se estaban disputando entre diversas potencias mundiales. Sin embargo, la región está siendo testigo de un crecimiento económico asombroso que de alguna manera está alterando el sistema internacional que surgió tras el final de la Guerra Fría. El autor del artículo que estamos sometiendo a análisis sostiene que este crecimiento económico sostenido que han experimentado diversos países de la región, los comúnmente conocidos como tigres asiáticos, gracias a la aplicación de los métodos industriales que favorecieron el milagro japonés, está provocando un desplazamiento de los centros de poder hacia la región asiática. Como consecuencia, el eje vertebrador en torno al cual se desarrollaban las relaciones políticas, económicas y comerciales del sistema internacional, que se ha ubicado en torno a la región atlántica desde que naciera el sistema internacional moderno o westfaliano, se pudiera estar desplazando hacia el Pacífico, especialmente gracias al crecimiento que últimamente están experimentando la India y China. Este desplazamiento del eje vertebrador del sistema internacional pudiera estar confiriendo un carácter cada vez mas influyente a los países asiáticos en detrimento de otras regiones que ostentan en la actualidad un papel protagonista en la política internacional, como pudiera ser el caso de los países europeos.

 

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Esta vertebración del sistema de poder en torno al Pacífico se atribuye a la revalorización del elemento demográfico en un momento clave en el que las economías asiáticas se han introducido en el mercado global tras haber llevado a cabo una serie de transformaciones internas. Estas reformas, lideradas por Deng Xiaoping en China y Manmohan Singh en el caso de India, resultan determinantes para el crecimiento económico que han experimentado estos gigantes asiáticos, y ha supuesto un auténtico punto de inflexión en la historia económica, política y social de la región asiática. Esos cambios hicieron posible que se generara un sector industrial muy valioso como fuente primordial de riqueza. El traspaso de una abundante mano de obra de una economía de subsistencia hacia esos sectores mas productivos ha generado un tejido industrial altamente cualificado y enormemente abundante que se ha convertido en la base de una economía productora de artículos manufacturados. Este fenómeno explica, aunque no por sí solo, el enorme crecimiento económico que han experimentado los países de la región asiática desde la década de los 60. Para terminar de comprender los causas que han hecho posible este crecimiento hay que prestar especial atención al contexto histórico en el que sucedieron estos acontecimientos. La transferencia de mano de obra del campo a la ciudad, favorecida por los cambios políticos y económicos de determinados países asiáticos, se produjo en un momento clave de desregularización de los mercados comerciales mundiales. Este fenómeno favoreció tanto la entrada de las materias primas, tan necesarias para la producción industrial, como la salida de la ingente cantidad de productos manufacturados en la región asiática. A pesar de esta dependencia de las exportaciones el férreamente controlado sistema financiero, especialmente de China e India, ha impedido que la crisis económica mundial de 2008 afectara a sus economías. Mas bien al contrario, estos gigantes asiáticos han salido reforzados de este proceso.

2. IMPLICACIONES DEL CRECIMIENTO ASIATICO Las repercusiones que estas transformaciones pueden tener a nivel regional y en el resto del mundo son extensas y variadas. El traslado de los centros de poder a la región asiática, además de tener un impacto directo sobre la economía mundial, también supone un reto en el ámbito político y de la seguridad al que las principales potencias actuales deberán hacer frente.  

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En primer lugar nos encontramos con una demanda creciente de varios gigantes asiáticos por entrar a formar parte de los principales órganos de decisión e instituciones internacionales. El peso que tienen sobre la realidad económica mundial difiere en gran medida de la autoridad que ostentan en el ámbito político, situación que los principales actores de la escena política internacional están tratando de mantener para contener las aspiraciones de poder de los países asiáticos. Sin embargo, al margen de estas instituciones, China está desarrollando una autoridad cada vez mayor sobre el conjunto de sus países vecinos, lo que contrarresta en gran medida la influencia que venía ejerciendo hasta la actualidad EEUU en la región. Por su parte, los países europeos, a pesar de su fortaleza económica, corren el peligro de quedar relegados a un segundo plano si no desarrollan una estrategia de conjunto en el ámbito político internacional y en sus relaciones con los países asiáticos. De momento, los esfuerzos se han orientado hacia el ámbito económico, dejando a un lado las políticas de contención como las que está llevando a cabo EEUU en la región. El conjunto de los países tanto sudamericanos como africanos están desarrollando la misma estrategia que Europa, basando sus relaciones fundamentalmente en la exportación de las materias primas tan necesarias para los países asiáticos y permitiendo la entrada de importantes inversiones en la región. Esta actividad comercial está diluyendo de manera creciente la influencia de EEUU sobre el sur de América y está levantando temores de neocolonialismo entre algunos países africanos. Es precisamente esa ingente demanda de materias primas que lleva a los países asiáticos a buscar mercados lejos de sus fronteras lo que está provocando, además de un cambio sustancial en las relaciones internacionales, una subida de los precios y un enorme desafío para las industrias manufactureras de materias primas de transformación, energéticas y alimentarias.

3. AUN LEJOS DE LA HEGEMONÍA MUNDIAL Bien es cierto que el auge económico que están experimentando determinados países asiáticos está situando esta región en puestos privilegiados del sistema internacional. Determinados índices económicos dan buena fe de ello. El crecimiento del PIB de algunas economías nacionales es un fiel reflejo del avance que está experimentando la región especialmente en los últimos 30 años. Sin embargo, bien merece la pena discutir hasta que punto este fenómeno está produciendo una  

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transformación del sistema internacional y un desplazamiento de la vertebración de las relaciones internacionales desde el eje Atlántico hacia el eje Pacífico. 3.1 Solidez del sistema internacional actual Desde finales del siglo XX se ha venido configurando un sistema internacional que, si bien ha sufrido diversas variaciones y modificaciones, aún perdura en nuestros días. Con una crisis económica de consecuencias globales de por medio, conviene tener extremo cuidado a la hora de enunciar hipótesis sobre el futuro de la escena internacional

que

pudieran

verse

excesivamente

influenciadas

por

este

acontecimiento, dando por sentado que la situación actual es un preludio de lo que está por venir. Para intentar hacer una predicción lo mas certera posible del futuro sistema internacional, vamos a hacer un breve repaso de cómo era este a principios del siglo XXI, para posteriormente analizar cómo sería la situación en el hipotético caso de que este acontecimiento (la crisis) no hubiera sucedido, o cómo será en el supuesto de que el conjunto de países europeos salgan reforzados tras las reformas llevadas a cabo para hacer frente a la crisis. A partir de la Segunda Guerra Mundial, y especialmente en los últimos veinte años del siglo XX, se han producido una serie de procesos de cambio que han favorecido la intensificación de las relaciones políticas, económicas, sociales, culturales, y sobre todo comerciales y comunicacionales, entre Estados y demás agentes internacionales. El efecto recíproco que tienen estas relaciones para las diversas partes que las desarrollan va generando una progresiva y creciente interdependencia entre ellas y como consecuencia, una progresiva transformación de la naturaleza del sistema internacional en todos sus ámbitos. En este nuevo sistema internacional fuertemente interdependiente, los centros de poder se distribuyen entre aquellos Estados que, al margen de su capacidad militar, son capaces de ejercer autoridad y controlar las dinámicas del sistema en virtud del carácter asimétrico de las relaciones que mantienen con otros países1. A raíz de la caída del Muro, se evidenció el papel de EEUU como única potencia con capacidad de controlar las dinámicas de este sistema internacional en el que los Estados estaban fuertemente interrelacionados y a la vez enormemente constreñidos. Sin embargo, con la creación de la Unión Europea en el Tratado de                                                                                                                 1http://www.maec.es/es/MenuPpal/Ministerio/EscuelaDiplomatica/MasterenD iplomaciayRelacionesInternacionales/Documents/2012TEMA1RR.II.pdf    

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Maastricht del 7 de febrero de 1992, la región experimentó un enorme auge en los ámbitos económico, político y social que le llevó a tener un mayor peso en la escena internacional2. Los ya existentes lazos históricos y culturales que unían a ambas orillas del Atlántico, basados en unos principios democráticos comunes, se fueron reforzando progresivamente con el desarrollo de dinámicas de cooperación y la creación de instituciones y organizaciones para fomentar tanto el desarrollo mutuo y la seguridad común, como para gestionar de manera conjunta los asuntos de la esfera internacional. Desde entonces, EEUU y la UE se han convertido en los mayores socios recíprocos en numerosas áreas, pero muy especialmente en el ámbito económico3. Si bien es cierto que estas relaciones han sufrido diversos altibajos como consecuencia de diferencias de criterios en el tratamiento de determinados asuntos, las relaciones entre ambos actores se han mantenido siempre dentro de un margen relativamente estrecho. Con la crisis financiera de consecuencias globales de 2008 que situó en una difícil posición a las economías estadounidenses y europeas, EEUU se ha visto obligado a buscar apoyo financiero en China y a mantener una estrecha relación comercial con el fin de asegurarse un mercado donde exportar sus productos4. Este fenómeno, unido al crecimiento que han experimentado un grupo de países asiáticos especialmente desde la década de los setenta, está sirviendo como pretexto para justificar el desplazamiento de los centros de poder hacia aquella región. Pero lo cierto es que EEUU sigue viendo en Europa, en virtud de sus relaciones de larga data, al fiel aliado con el que prosperar conjuntamente, y a China como el actor incómodo al que hay que tratar de contener para evitar sus ascenso en la escena de la política internacional. En este sentido es de prever que, al contrario de lo que pueda pensarse, este crecimiento asiático no hará sino afianzar las relaciones políticas, económicas y comerciales entre Estados Unidos y sus socios europeos. Independientemente de la mayor o menor fortaleza de esta alianza, existen no obstante una serie de condicionantes regionales que limitan la vertebración del sistema internacional en torno al eje Pacífico.

                                                                                                                2  http://europa.eu/about-­‐eu/eu-­‐history/2000-­‐2009/index_es.htm   3  http://eeas.europa.eu/us/docs/infopack_06_es.pdf   4  http://www.noticias24.com/internacionales/noticia/46507/dpa-­‐estados-­‐ unidos-­‐necesita-­‐a-­‐china-­‐y-­‐no-­‐solo-­‐como-­‐prestamista/    

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3.2 El poder económico: necesario pero insuficiente Para presenciar un cambio en el sistema internacional es preciso que los centros de poder se desplacen con respecto a la posición que ocupan. Según Waltz, la estructura del sistema internacional viene definida por la distribución del poder entre los diversos actores, ya sean países u organizaciones transnacionales o subestatales5. Este reparto se produce de manera espontánea en función del conjunto de capacidades que estos poseen, ya sea el poder militar o económico, la dimensión territorial (cada vez menos) o poblacional, recursos, etc. De entre todo este conjunto de capacidades, ha tomado especial relevancia lo que Joseph Nye denominó soft power, es decir, la capacidad que tiene un actor de influir en la escena internacional y ejercer autoridad sobre el resto de actores, sin necesidad de ejercer coacción o soborno como medios de persuasión. De esta manera se evidencia que el poder militar resulta cada vez menos decisivo a la hora de analizar los posibles balances de poder. Del mismo modo, un elevado desarrollo económico difícilmente puede provocar un desplazamiento de los centros de poder si no va acompañado de una firme capacidad de ejercer autoridad en la escena política internacional. Si analizamos otras regiones que puedan estar experimentando un crecimiento parecido al de los países asiáticos nos encontramos con que el continente sudamericano pudiera llegar a ocupar puestos privilegiados del sistema internacional, en base al desarrollo económico que vienen experimentando en los últimos tiempos. Si el crecimiento económico fuera suficiente, entonces podríamos hablar de un posible desplazamiento de los centros de poder a lo que se denominan los tigres latinos6. No cabe duda de que existen además otra serie de factores, ajenos a la línea de este trabajo, que sitúan a esta región todavía demasiado lejos de una posición aventajada en la esfera internacional. El caso de la región asiática es muy diferente al que acabamos de exponer, pero aún así existen todavía demasiados impedimentos que ralentizan su escalada hacia el poder y demasiados actores que tratan de impedir que eso se lleve a cabo. Mediante la exclusión de los países asiáticos de las principales instituciones internacionales que dirigen las relaciones internacionales y la falta de voluntad del                                                                                                                 5  Waltz,  Kenneth.  Theory  of  International  Politics.  McGraw  Hill.  New  York,  1979.   (Pag  193)   6  http://www.dw.de/alemania-­‐am%E2%88%9A%C2%A9rica-­‐latina-­‐es-­‐nuevo-­‐ centro-­‐de-­‐poder/a-­‐15553587    

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propio hegemón chino, por motivos estratégicos, de permitir el acceso de sus vecinos asiáticos a estos órganos de decisión, Occidente se asegura seguir manteniendo la balanza de poder a su favor. Esa imperiosa necesidad de incrementar su influencia en la política internacional la puso de manifiesto en 2007 el entonces Secretario General del Partido Comunista Chino, Hu Jintao, en el XVII Congreso Nacional del PCCh7. 3.3 Limitaciones regionales Además

de

los

factores

enunciados

anteriormente,

existen

otros

condicionantes de carácter interno que contribuyen a limitar el auge de la región asiática. La heterogeneidad que caracteriza al conjunto de sus países es sin duda uno de ellos. Esta región, que representa aproximadamente el 30% de la extensión total de tierras emergidas, está constituida por 48 Estados cuyos sistemas político-económicos difieren radicalmente los unos de los otros. Así podemos encontrarnos con sistemas políticos tan diferentes como los gobiernos autoritarios y paternalistas de las sociedades centroasiáticas, de China o Corea de Norte, frente a los sistemas democráticos liberales de Japón, Corea del Sur o la India. De igual forma, las diferencias existentes entre países en determinados índices de desarrollo son una muestra clara de las grandes diferencias existentes a lo largo y ancho del continente asiático. Si echamos un vistazo al Índice de Desarrollo Humano en la región podremos observar que países como Japón, Hong Kong, Singapur y Corea del Sur se sitúan entre los primeros treinta países en el ranking mundial, frente a Indonesia, India y Pakistán que ocupan los puestos 110, 127 y 135, respectivamente. Una última muestra de esta heterogeneidad es la enorme diversidad de religiones que coexisten en la región (budismo, hinduismo, islamismo y el cristianismo). Esta situación de enorme heterogeneidad representa un auténtico reto a la cooperación e integración regional, tanto para gobernantes como para el resto de actores de la escena política, económica y social. De entre las numerosas iniciativas por alcanzar dicha integración, la interdependencia económica entre los países asiáticos se presenta como una de las posibles soluciones, aunque no la única. Sin embargo, la que está alcanzando una mayor proyección es la institucionalización de las relaciones internacionales en el ámbito regional, mediante la creación de organismos que regulen el comportamiento de sus miembros. A pesar del enorme                                                                                                                 7  http://www.nytimes.com/2012/01/18/opinion/why-­‐china-­‐is-­‐weak-­‐on-­‐soft-­‐ power.html?_r=0    

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esfuerzo dedicado a estas iniciativas, la politización de las mismas está amenazando con socavar estos procesos, en detrimento de la región8. Por último, existen una serie de confrontaciones que amenazan, no solo con evitar la vertebración del sistema internacional en torno a la región asiática, sino además con poner en peligro la propia estabilidad regional. Una de las mas importantes, de carácter geoestratégico, es la que está enfrentando por la jurisdicción del Mar del Sur de China a Vietnam con China por un lado, y a esta con Filipinas, Malasia, Taiwan y Brunei, por otro. El enfrentamiento entre los países ribereños por el control del tráfico marítimo mercante que circula por sus aguas, que representa mas del 50% del total mundial (del cual un amplio porcentaje está destinado al transporte del petróleo que tiene destino en los países del Asia-Pacifico) y de los recursos naturales que existen en el subsuelo (gas natural y petróleo), está provocando un aumento de la tensión militar, política y diplomática en la región9. La divergencia que caracteriza las relaciones entre los países asiáticos aleja a esta región de erigirse como una zona de influencia que desplace los centros de poder de manera definitiva hacia el Pacífico. Esta situación, además, la están sabiendo aprovechar muy bien diversos actores internacionales mediante el desarrollo de estrategias que colaboren a la desvertebración de las relaciones regionales. Los EEUU por ejemplo, están llevando a cabo una política de alianzas tanto económicas como comerciales con diversas potencias regionales, como puedan ser Japón, India y Filipinas, con el pretexto de darles cobertura frente al peligro que supone el crecimiento chino. A falta de ver como evoluciona la situación regional en los próximos años, seguimos teniendo serias dudas de que el conjunto de capacidades de los países asiáticos deriven los centros de poder en aquella dirección. Una alternativa posible que se nos presenta es que esta escalada en el poder la lleve a cabo China en solitario. Veamos brevemente que elementos en contra se le plantean al hegemón y si estos son lo suficientemente relevantes como para frenar su ascenso.

                                                                                                                8  http://www.project-­‐syndicate.org/commentary/can-­‐east-­‐asians-­‐cooperate-­‐ /spanish   9  http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_analisis/2012/DIEEEA33-­‐ 2012_TensionesMarChina_MLI.pdf    

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3.4 Algunos matices nacionales A pesar de la ventaja que representa ser el cuarto país del mundo en extensión geográfica, China se encuentra enormemente constreñido tanto por el hecho de compartir frontera con otros 12 países, como por tener una única salida al mar. Si bien se trata de una de las costas mas largas del mundo, este único acceso le condiciona en exceso y le obliga a luchar por el control de las aguas regionales con sus países vecinos. Un reflejo de ello lo vemos en el conflicto que hemos observado mas arriba, el que mantiene con otros países del Asia Oriental y del Sudeste Asiático por la jurisdicción del Mar del Sur de China. Otra de las características que definen los centros de poder es la demografía. Como bien indica el artículo, China “ha sabido devolver el valor a la riqueza que supone la población”. Sin embargo, la inversión de la pirámide poblacional supone hoy en día una inquietud que en unos años representará un verdadero problema no solo para el crecimiento económico sino además para la estabilidad social. El ya de por sí limitado acceso a la asistencia sanitaria y los servicios sociales, lo cual constituye uno de los principales motivos de preocupación social en la actualidad, puede llegar a verse enormemente perjudicado como consecuencia de este fenómeno demográfico. Pero sin duda, lo que mas preocupa a la sociedad china y que puede representar un auténtico problema para la estabilidad social, e incluso para el futuro del propio gobierno chino, es la corrupción que envuelve a sus políticos y funcionarios, siendo esta una de las principales causas de las ya de por sí, y cada vez mayores, diferencias sociales que fracturan a la sociedad china. Así lo expreso Hu Jintao en su discurso de despedida en el XVIII Congreso Nacional del PCCh del pasado noviembre. El riesgo de posibles revueltas sociales obligará por lo tanto a evolucionar hacia regímenes menos autoritarios y mas eficientes en su gestión, no sólo de la economía, sino de la política y la sociedad. Esta apertura puede provocar sin embargo que conflictos locales que han permanecido aletargados durante décadas a consecuencia de la fuerte represión estatal salgan a la luz, con la consiguiente amenaza a la seguridad y estabilidad que representan estas disputas. Este pudiera ser el caso del conflicto étnico que enfrenta a las minorías uigur contra las autoridades gubernamentales en la provincia de Xinjiang. De esta manera se pone de manifiesto que el gobierno chino se enfrenta todavía a una serie de retos en todos los ámbitos de la escena nacional e internacional  

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a los que debe hacer frente si quieren mantenerse en la lucha por las primeras posiciones de la hegemonía mundial.

4. A MODO DE CONCLUSIÓN No cabe duda del crecimiento que vienen experimentando en las últimas décadas el conjunto de países de la región asiática, y en concreto China. Muchos indicadores posicionan a los gigantes asiáticos en las primeras posiciones del escalafón mundial. Sin embargo, al analizar las posibilidades de un país o región se corre el peligro de pasar por alto determinados factores, tanto internos como externos, que pudieran llegar a ser decisivos en el transcurso de los acontecimientos. Aquí se han comentado tan sólo algunas de ellas, pero la realidad está llena de ejemplos que confirman esta postura. Ciertamente las grandes potencias actuales no se van a quedar de brazos cruzados esperando a ver como se desarrolla la región asiática. Por otro lado, las limitaciones tanto regionales como nacionales (en el caso de China) van a suponer un pesado lastre al que tengan que atender irremediablemente los países asiáticos. Por último, una visión excesivamente negativa de la situación de Occidente en al actualidad, condicionada por la crisis global que afecta al conjunto de economías capitalistas, puede llegar a sesgar el análisis sobre la situación geopolítica global.

Andrés Moral Correa Máster Universitario en los Retos de la Paz, la Seguridad y la Defensa IUGM

 

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