Dos republicanismos sin pueblo. La república bajo el radicalismo y la regeneración.

Este trabajo propone una lectura de los modelos de república en el radicalismo y la Regeneración. Sostiene que ambos se cimentan sobre ideas de república diametralmente opuestas y ello se explica por concepciones distintas del pueblo y de la función que asignaban a las instituciones. Las repúblicas imaginadas por los radicales y regeneradores no se diferenciaban por el grado de participación que concedían al pueblo en el gobierno. En ambos casos se buscó minimizar tal participación desde una perspectiva paternalista o tutelar. Para ambos proyectos el pueblo no era apto para acceder a grados considerables de libertad y participación, solo en el futuro lo sería por acción de las instituciones, en el caso de los radicales, o por el ejercicio del principio de autoridad, en el de los regeneradores. Sin embargo, el radicalismo tenía una visión negativa del pueblo, como un pueblo incivilizado, en contraste con una visión más tradicional y positiva de los regeneradores, como un pueblo dócil y católico. Por eso, mientras para los radicales el problema era cambiar el pueblo, civilizarlo y educarlo por efecto de unas instituciones que se consideraban las más aptas para este propósito, como paso previo para dotarlo luego de una mayor participación, para los regeneradores el problema era cambiar las instituciones para que fueran conformes a las formas de ser del pueblo. Para los radicales las instituciones, las leyes, debían moralizar, formar costumbres. Para los regeneradores las instituciones debían ser conformes a las costumbres y el carácter del pueblo, no debían ser importadas y prediseñadas, pues ello generaba desorden y obstaculizaba el progreso.