Dos recientes ediciones en torno al mundo de Altamira y su arte rupestre: Cerrando círculos desde la sincronía de la cueva del Juyo y por las travesías diacrónicas en las culturas agrícolas y ganaderas del Holoceno

May 24, 2017 | Autor: V. Fernández Acebo | Categoría: Archaeology, Prehistoric Archaeology, Arqueología, Rock Art, Arte Rupestre, Prehistoria
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Descripción

GOBIERNO DE CANTABRIA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE

ALTAMIRA REVISTA DEL CENTRO DE ESTUDIOS MONTAÑESES

TOMO LXXXVII Santander AÑO 2016

DOS RECIENTES EDICIONES EN TORNO AL MUNDO DE ALTAMIRA Y SU ARTE RUPESTRE: CERRANDO CÍRCULOS DESDE LA SINCRONÍA DE LA CUEVA DEL JUYO Y POR LAS TRAVESÍAS DIACRÓNICAS EN LAS CULTURAS AGRÍCOLAS Y GANADERAS DEL HOLOCENO VIRGILIO FERNÁNDEZ ACEBO Resumen: Se resumen y comentan las dos últimas ediciones aparecidas en Cantabria este año

2016, de contenido centrado en la cultura de los tiempos de Altamira en la primera de ellas, firmada por Joaquín González Echegaray y Leslie G. Freeman bajo los sellos editoriales del Instituto de Investigaciones Prehistóricas y el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, y recorriendo las prolíficas y variadas líneas del arte postpaleolítico detectadas en el centro de la cornisa cantábrica en la segunda , edición ésta de la Federación Acanto de Asociaciones para la Defensa del Patrimonio Cultural y Natural de Cantabria que complementa el ciclo de estudio del arte rupestre en la región abierto en los años setenta del siglo XX por la Asociación Cántabra para la Defensa del Patrimonio Subterráneo (ACDPS), que colaboró en la publicación. Se trata, por otro lado, de dos obras de edición paralela nacidas a la sombra y en la sede del desaparecido Instituto para Investigaciones Prehistóricas de Santander. Abstract: The last two published editions in Cantabria this year 2016 are summarized and commented. The first book focuses on the culture of Altamira age, signed by Joaquín Goinzález Echegaray and Leslie G. Freeman under the imprints of the Instituto de Investigaciones Prehistóricas and the Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, and touring the prolific and varied lines of post-Paleolithic art detected in the center of the Cantabrian coast in the second, edited by the Acanto Federation of Associations for the Defense of Cultural and Natural Heritage of Cantabria complements the study of rock art in Cantabria opened in the seventies of the twentieth century by the ACDPS , which collaborated in the publication. Are two books of parallel edition born in the shade and in the headquarters of the Institute for Prehistoric Investigations , unfortunately disappeared of Santander.

El primero de los libros constituye la última obra editada por los extintos Instituto de Investigaciones Prehistóricas / Institut for Prehistoric Investigations (IIP / IPI, Santander y Chicago) acordado entre el citado IIP, el Centro de Estudios Montañeses y el Centro de Investigación y Museo de Altamira. Se trata de una edición digital, pendiente de imprimirse en papel de llegar a cumplirse lo decidido por los autores y acordado por las partes mencionadas. Nos hallamos ante una obra divulgativa sobre la excavación del yacimiento magdaleniense de la cueva del Juyo, situada en Igollo (Camargo), investigación que constituyó uno de los planteamientos arqueológicos más completos, complejos y ambiciosos realizados en la España del último cuarto del siglo XX, totalmente novedosos para su época, todavía vigentes hoy a pesar del largo tiempo transcurrido. Para insistir en los criterios de elección y excepcionalidad de este yacimiento, debe recordarse que fue también, junto a la de Altamira, la primera cueva española propuesta para su datación por 14C en 1959, lo que garantizaba a priori la sincronía entre los elementos arqueológicos y artísticos de ambas cavidades. Además de un breve resumen se ofrecen información y noticias sobre su azarosa edición, preparada a lo largo de varios años desde alejadas tierras divididas por el Atlántico . La posibilidad nada remota de que la esperada edición en papel no llegue nunca a consumarse, aun con la prudencia que exige el deber de leal amistad con los autores, pide alguna página de aclaraciones adicionales en la recensión. La segunda publicación de la que aquí tratamos, si bien de enmarque limitado al área central de la Cornisa Cantábrica, nace con vocación de referencia peninsular y europea, manteniendo el estilo a que nos tienen acostumbrados los trabajos de la Federación de Asociaciones Acanto y la Asociación Cántabra para la Defensa del Patrimonio Subterráneo. El vínculo conceptual de la materia recogida en el libro con la cueva de Altamira es en este caso la evidencia de las grandes distancias estilísticas observables entre el arte rupestre plasmado en los últimos tiempos del Pleistoceno - la obra utiliza de referencia el Magdaleniense de los polícromos de

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la cueva de Altamira como momento cumbre de las manifestaciones artísticas de la Edad del Hielo- y el desarrollado concluida esa etapa a lo largo del Holoceno, quizá caracterizable -con riesgo de excesiva generalización- por su esquematismo y por la extendida presencia de la representación antropomorfa en sus más variadas configuraciones. Diversas y coincidentes circunstancias han abocado a que ambos trabajos hayan coincidido en inicio, sitio, fecha y duración, además de su temática indirecta en torno a Altamira: Nacieron las dos ediciones en el local de la Avenida de Pontejos de Santander sede del Instituto para Investigaciones Prehistóricas, y al amparo intelectual de sus miembros, destacadamente de Joaquín González Echegaray. Igualmente arrancó su materialización en torno al año 2010 y tuvieron la larga gestación de un lustro cerrado, saliendo al público simultáneamente en los primeros meses de este año 2016, tras conseguirse superar no pocos contratiempos y obstáculos en ambos casos. Se trataría de dos obras dignas de recuerdo y de interés para bibliófilos y para la historiografía arqueológica aunque no fuera más que por el largo listado de circunstancias coincidentes -solo parcialmente esbozadasque compartieron , y por el empeño de sus editores en que no se disiparan en el limbo de los libros de imposible materialización. Aunque en ninguna de las dos publicaciones aparezca el sello del Centro de Estudios Montañeses , tanto por la importante nómina de autores o colaboradores que a él pertenecen como por haber respondido a la encomienda de los mismos en los trabajos preparatorios para la edición o por su participación en la puesta en público , debe otorgársele al C.E.M. el mérito que sin duda le corresponde en la larga singladura, casi odisea, que estos dos proyectos editoriales han experimentado hasta fondear en los tranquilos anaqueles de su biblioteca.

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Excavando la Cueva del]uyo: Un santuario de hace 14.000 años. Joaquín González Echegaray y Leslie G. Freeman. Edición del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira. 77 páginas, 21 x 29,7. Edición digital. Varias circunstancias concurrentes, bien expresadas en los textos de la publicación, otorgan a las excavaciones del Juyo importancia cronológica y cultural excepcionales: El yacimiento, en torno a tres metros de potencia, recorre y desglosa un tramo cronológico entre 15.300 y 13.900 años BP, coincidente con el Magdaleniense Inferior Cantábrico -equivalente al Magdaleniense III francés-, periodo correspondiente a los tiempos del trazado de los grandes bisontes plasmados en el techo de Altamira. No puede simplificarse en unos meros recuentos la importancia de un yacimiento como El Juyo, pero a lo largo de 1.500 años reunió 4.100 útiles líticos, 80 agujas para coser, 330 azagayas, 70 colgantes y 140 huesos decorados, entre otros elementos dignos de mención. En sus paredes existen además algunos grabados rupestres posiblemente trazados durante la acumulación del yacimiento. Este librito constituye el intento de los autores de reunir los resultados globales e ideas suscitadas por los mismos, pasadas tres décadas desde una edición que recogía los primeros trabajos especializados, publicada en 1985, como en este caso, por el Museo Nacional de Altamira, entonces con el número 14 de las Monografías. El trabajo editorial del que ahora nos ocupamos constituye una publicación póstuma debido, entre otras circunstancias y causas, a la propia ambición científica exigida al método de extracción y explotación integral de información utilizado, que hubiera exigido equipos de investigación numerosos para los materiales arqueológicos. Algunos de los lotes se encuentran pendientes aún de estudio en muchos de sus aspectos, tan importantes como el arte mueble y las decoraciones de elementos funcionales: Conociendo los materiales que se encontraban almacenados en el IPI y habiendo participado en las campañas, no resulta muy aventurado afirmar que seguramente sigan siendo objeto de análisis para varias generaciones de investigadores, como ocurrió en la cueva del Castillo, el Pendo y otros yacimientos excavados en distintas épocas del siglo XX, con razones más justificadas, por las caracte-

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rísticas y documentación de la metodología arqueológica, en este caso de la cueva del Juyo. Los propios directores se resignaron a aceptar esta circunstancia pasados algunos años tras concluir las extracciones. Volviendo al tema de la monografía, se puede decir que, sin hacer justicia a la metodología empleada y a la riqueza de las colecciones aportadas por el depósito, sí permite vislumbrar la importancia de los conocimientos que el yacimiento viene aportando para los tiempos de Altamira y de su arte rupestre más ostentoso. Dicho de otra manera, la monografía nos ubica en una estación Magdaleniense situada a una jornada de la Cueva de Altamira, llamando la atención sobre cuestiones que cualquier persona interesada en arqueología podría preguntarse. Una mirada rápida al expresivo contenido de su índice invita directamente a la lectura: El país de la cueva de El Juyo, el mundo de sus cazadores prehistóricos, cómo es la cueva, los mariscadores y artistas, una gran matanza de ciervos, el santuario de la máscara, y finalmente un capítulo que recoge «las otras cosas de El Juyo», es decir, su arte rupestre paleolítico y de tiempos posteriores y la existencia de distintas manifestaciones arqueológicas dejadas en la caverna por diversas culturas a lo largo de los tiempos prehistóricos e históricos. Estos capítulos que sintetizan los aspectos más representativos del conocimiento extraído de las excavaciones vienen complementados por apéndices que resumen apartados de utilidad u obligada cita, como la bibliografía, los patrocinios, el personal científico participante en las excavaciones, el diagrama polínico, los vestigios macrobotánicos, grandes mamíferos, restos diferenciales de ciervo en los niveles, la microfauna, desglose de industria lítica por estratos, estadísticas sobre la distribución de piezas y, finalmente, las variaciones en la industria lítica por niveles. Si los capítulos contienen literatura científica de cierto desarrollo y alguna extensión en los contenidos, los apéndices recién enumerados constituyen extractos de máxima compresión elaborados por los respectivos especialistas, que en una página plasman una visión integral del tema que desarrollan. Este es el concepto de alta divulgación diseñado por los autores y dirigido a enmarcar la continuidad de conocimientos que vayan ofreciendo los estudios de los materiales extraídos de la cueva del Juyo en el futuro. Comienza el libro con una brevísima presentación de los editores en la que se relata muy sucintamente la meritoria y difícil elaboración de este trabajo póstumo, la cual sin duda merece algunas aclaraciones adicionales.

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A estas alturas, extinguido el Institute for Prehistoric lnvestigations /Instituto para Investigaciones Prehistóricas, quizá proceda entrar en la esencia de lo que fue el otrora más fértil proyecto de investigación arqueológica que haya existido en Cantabria y firma editorial de sus miembros en trabajos de arqueología y arte rupestre. El IIP/IPI, por citarlo con sus siglas, castellanas e inglesas respectivamente, y que no debe confundirse con el IIIP de la Universidad de Cantabria con el que nunca tuvo relación, constituía un universo intelectual abierto que permitía a los arqueólogos profundizar en la mística del arte medieval o bucear los mundos literarios y las miniaturas de su apocalipsis, y al especialista en arte disfrutar en vivo de los últimos hallazgos para la Carta Arqueológica Subacuática de Cantabria. Constituido nuclearmente por Leslie Gordon Freeman, Joaquín González Echegaray y José Luis Casado Soto, a quienes apoyaba un equipo periférico destacable, sus miembros escribieron capítulos esenciales en la historia de la cultura, cuyo desglose adicional resultaría aquí prolijo. Al leer la mencionada introducción se pueden intuir solo muy superficialmente las grandes dificultades de gestación de un libro surgido del empeño y esfuerzo de sus dos principales elaboradores, que desde los Estados Unidos uno de ellos y desde Santander el otro, con una edad considerable y ambos con un ya deficiente estado de salud, generaban y se intercambiaban esbozos. Procede la aclaración, pues estas aseveraciones podrían invitar a pensar en que eran personas alejadas de las novedades tecnológicas actuales. Realmente, es difícil para alguien que no haya trabajado con Joaquín y Leslie hacerse una idea del conocimiento acumulado, profundidad intelectual, capacidad de trabajo, actualización técnica y disposición para el desarrollo de proyectos entrelazados que ambos poseían. Tan numerosos fueron esos proyectos compartidos que para algunos de ellos, cuando quisieron reaccionar pasados los años mientras se dedicaban a otros muy diversos, se les echó el tiempo encima y a punto estuvieron de no llegar a ver la luz los resultados de sus últimos esfuerzos. Es el caso de éste su libro final sobre una excavación que puede considerarse clave en el cambio de concepción de la arqueología moderna, afirmación aplicable a España de forma especial, que además se centraba, como se ha dicho, en cronologías coincidentes con el gran panel de polícromos de la Cueva de Altamira. Trato de justificar con los comentarios que anteceden, hechos a vuelapluma, la demora en la materialización de esta pequeña e interesante monografía, retraso del que me siento de alguna manera corresponsable por haber colaborado en ella desde su origen junto al resto de compañeros que por sus múltiples dedicaciones no

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pudieron atender con la premura requerida la materialización de la obra, hasta el punto que la misma se convirtió en póstuma para la mayor parte de los implicados en su edición. Algunas de estas circunstancias merecen una explicación en detalle, porque las no pocas personas que se mencionan a continuación participaron en el libro de forma directa hasta concluirlo y prepararlo para su publicación en vida, pero fallecieron antes de verlo culminado. No solo los autores, primero Leslie, que acabó su trabajo aunque nos lo transmitió su viuda el día de Navidad del año 2012, y luego Joaquín, que pudo hacer la lectura y corrección final a la maqueta realizada por el Centro de Estudios Montañeses antes de morir, sino también el grueso de los colaboradores directos, hasta el punto de convertirse en trabajo igualmente póstumo para los miembros del IPI fose Luis Casado Soto y José Antonio Lasheras Corruchaga, quienes participaban con distintos roles en el proyecto de edición. En total nos dejaron en el proceso cinco personas, incluyendo al presidente del C.E.M., Leandro Valle González-Torre, todos ellos envueltos en halo de titanes en su trayectoria personal y cultural o científica. Tras varios años de trabajo en este libro, retomado periódicamente en razón de las difíciles condiciones de salud de Joaquín y Leslie, enviadas desde Montana las correcciones finales del último citado coautor por su esposa Susan Tax poco después de su fallecimiento el día 14 de diciembre de 2012 e incorporadas al texto definitivo, quedaba la obra concluida y preparada para su publicación. Son de recordar aquí los párrafos redactados en homenaje a Freeman y a su viuda, merecidos por las grandes aportaciones que dejaron de su paso por Cantabria, que los editores decidieron retirar a la muerte de Echegaray, evitando una acumulación de necrológicas que alejaba la publicación del sentido dado por los autores. Este es el contenido de la justa y escueta nota, suscrita por «Los editores» , que llegó momentáneamente a incluirse en la maquetación del libro hecha por el Centro de Estudios Montañeses: Una vez ultimada la elaboración y a punto de concluir la edición del presente libro, ha llegado a Santander la noticia del fallecimiento del doctor Freeman, que ha tenido lugar en Portland el 14 de diciembre de 2012. Descanse en paz y sírvale esta obra como último homenaje a quien tanto trabajó a lo largo de su vida en favor del progreso de los estudios prehistóricos junto a su colega, amigo y coautor del presente libro, Joaquín González Echegaray.

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Sería injusto, llegados a estas explicaciones, olvidar desde Cantabria que mientras Leslie investigaba la antropología prehistórica de la región, su compañera, Susan Tax de Freeman, se esforzaba en realizar, entre otros trabajos de su especialidad, el que viene considerándose uno de los más relevantes estudios de antropología social sobre estas tierras del norte peninsular: The Pasiegos. Spaniards in No Man's Land (1979, University of Chicago Press, Illinois). A ambos un agradecimiento profundo. Sabemos también cómo se esforzó para que este libro saliera adelante en la última etapa de Leslie Gordon Freeman. Por ello y por todo, nuestro reconocimiento y agradecimiento a Susan.

Por disposición de los autores y demás miembros participantes del IIP se había puesto bajo responsabilidad de José Luis Casado Soto la búsqueda de recursos para su edición, que se llevaría a cabo -si las entidades lo asumían- entre el Instituto de Investigaciones Prehistóricas, el Centro de Estudios Montañeses -encargado de materializarla-, el Centro de Investigación y Museo de Altamira, la Universidad de Cantabria y quizá alguna otra entidad si resultara de interés compartido por las partes. Hubo contactos, sin que llegara a materializarse acuerdo ninguno, con la Real Sociedad Menéndez Pelayo y con la Universidad de Cantabria, que -aún en vida de Joaquín primero y tras su defunción después- declinaba la participación ante el riesgo de potenciales reclamaciones de derechos de autor por parte de las herederas de L. G. Freeman. Esta misma posición de cautela fue manejada inicialmente por parte de la directiva del Centro de Estudios Montañeses, retrasando la publicación. Avanzando el tiempo sin realizarse la encomienda de los autores, el 4 de marzo de 2013 se convocaba de nuevo reunión en el C.E.M. para tratar de concluir la publicación del libro, requerida reiteradamente por Joaquín, que esa misma tarde, como otras múltiples veces, había sugerido desde su domicilio instar al maquetador -Juan Antonio González Fuentes- a finalizar el trabajo; la propuesta manejada de disponer de la publicación para el evento de la concesión a González Echegaray del título de Doctor Honoris Causa por la Universidad de Cantabria -14 de marzo de 2013- tampoco pareció oportuna, habida cuenta, además, que los miembros que compartían su presencia en el IPI se encontraban todos en pleno apoyo organizativo en varios frentes. Se acordó concluir la preparación pasados los eventos, para

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presentarle a Joaquín la maqueta del Centro de Estudios Montañeses y cerrar ya la fase de correcciones. Esto se llevó a cabo la semana siguiente a la concesión del doctorado, devolviendo de inmediato los resultados José Luis Casado Soto al C.E.M., donde se incorporaron a la maqueta, que quedaba dispuesta para ser publicada entre los colaboradores comprometidos. Finalizaba con ello el principal esfuerzo del Centro de Estudios Montañeses, que había asumido desde el principio esta labor de premaquetado por disponer de amplia experiencia y de recursos. Nuevas dilaciones debidas a causas diversas, entre las que se mantenía alguna de las comentadas, siguieron posponiendo la publicación hasta las respectivas defunciones de Leandro Valle González-Torre, presidente del C.E.M., ocurrida el 7 de julio de 2014, y de José Luis Casado Soto, sobrevenida el 5 de septiembre siguiente, quienes nos dejaron sin haber llegado a materializar la encomienda de sus compañeros. Retomada la edición del libro, el Centro de Estudios Montañeses se coordinó con el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, cuyo director José Antonio Lasheras era además miembro del IIP, para concluir de la mejor manera posible el proyecto editorial compartido, acordándose entre las partes que el Museo publicaría la versión digital en la serie de Monografías, dejando para una posterior edición conjunta, asumida por las dos entidades, la versión en soporte de celulosa. Así las cosas, recién publicada esta obra en edición digital por el Ministerio de Cultura con el Nº 25 de la serie Monografías del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, el 27 de febrero de este año 2016 falleció también José Antonio Lasheras. Es de esperar que recurrentes causas dilatorias no sigan retrasando la malhadada edición pendiente, como vino ocurriendo durante los últimos años. Por si así no ocurriera y no hubiese oportunidad en el futuro, al autor de estas líneas, único superviviente de este proyecto editorial desde su origen, el protocolo le obliga, y lo hace aquejado de soledad y vivos recuerdos, a completar el homenaje ya dedicado a la memoria de los autores en la introducción del libro, ampliándolo personalmente a José Luis, Leandro y José Antonio. Obra disponible en: h ttp ://museodealtamira.mcu .es/web/docs/Prehistoriay Arte/MdA_Excavando _la_cue va_de_El_Juyo.pdf

Dos recientes ediciones en torno al mundo de Altamira y su arte ruprestre: 421 cerrando círculos desde la sincronía de la cueva del luyo y por las travesías .. . 1950N .W.192"dAve.,Apt.175 Hillsboro. OR 97006 USA (406) 490-0866 25.XII.2012 R.P. Joaquín Gonzalez Echcgaray Instituto para Investigaciones Prehisforicas Avenida de Pontejos (bajo) 39005 - Santander Spain

Querido Joaquín, Lo mas importante es saber que te estás mejorando despues de la caida y que por lo demás estás estable y que habeis pasado bien la Navidad. La paso yo con Sarah y mandamos deseos a toda la familia para u"n feliz año nuevo. Aquí tienes el manuscrito editado por mi y Les. Guardo una copia y te llamaré todos los sábados para intercambiar sobre el libro y otras cosas. Las correcciones están en lapiz azul. Creo que son comprensibles. Hay una nueva página 43 atada a la vieja: Les quiso clarificar como eran los silbatos - ya tu y yo podremos hablar de ellos por teléfono. En la bibliografia, todos los Master's Thesis y otros thesis marcadsos con estrella azul deben identificarse así: Unpublished Master' s Thesis. Department of Anthropology, University ofChicago, Chicago, Illinois.

Les añadió unos nombres de profesores visitantes y - al final - el de Barandiará.n para la Edad de Bronce. Piensa si ha olvidado alguno más, pues yo no tengo los datos. En este paquete (que enviaré el día 27) incluyo la foto de Les que usabamos en su memoria en el edificio donde vivimos y una copia de su currículum vitae. Creo que la única cita que falta es de este libro vuestro: González Echegaray, J., y Freeman, LG ., 2013. Excavando la Cueva del Juyo: Un Santuario de Hace 14.000 Años. Centro de Estudios Montañeses, Santander, Spain (an prensa). No podemos expresar suficientemente las gracias que te debemos Sarah y yo, y que sintió Les. por haber compuesto su último libro. Te mandamos fuertes abrazos; te llamaré antes de que recibes este envío.

Carta desde Oregón de Susan Tax, viuda de Freeman , a Joaquín González Echegaray, presidente del Instituto de Investigaciones Prehistóricas, acompañando a las últimas correcciones del libro Excavando la cueva del luyo ... , reali zadas por Leslie G. Freeman.

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Después de Altamira: Arte y grafismo rupestre postpaleolítico en Cantabria. Mariano Serna Gancedo, Antxoka Martínez Velasco y Virgilio Fernández Acebo (Coordinadores). Edita Federación Acanto de asociaciones para la defensa del patrimonio cultural y natural de Cantabria. 509 págs., 21 x 33. Copisan. Santander. Tras recorrer e investigar durante muchos años el territorio de Cantabria en busca de su esencia cultural, aportando conocimientos en varios campos, y después de haber estudiado y publicado el Arte Rupestre Paleolítico regional a lo largo de tres décadas largas hasta dejarlo en condiciones de valoración y tutela internacionales, a la vez que ponía a Cantabria en el podium de región mundial con elementos culturales de las cuevas y el karst mejor prospectados en el mundo, este equipo nuclear de investigadores autoorganizados en torno a entidades como la Asociación Cántabra para la Defensa del Patrimonio Subterráneo, el Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica y sociedades centradas en similares intereses culturales, integradas a su vez en la Federación de Asociaciones para la Defensa del Patrimonio Cultural y Natural de Cantabria (ACANTO), fue abordado el proyecto que quedaba pendiente en el centro de la Cornisa Cantábrica: El mundo gráfico sobre soporte pétreo emanado de las culturas que cogieron el relevo a los grandes artistas paleolíticos. El período que abarca el libro corresponde a los aproximadamente 12.000 años del interglaciar holocénico, en el que todavía nos encontramos. Recoge y trata estaciones con manifestaciones rupestres trazadas desde la conclusión del Magdaleniense hasta tiempos subactuales, ya en plena Segunda Revolución Industrial. Entre las etapas culturales cuyos vestigios destacan ostensiblemente por sus simbolismos, pueden citarse el clásico arte esquemático y el correspondiente al mundo de los primeros metales, que considerando razonables diacronismos pudieran pensarse en relación con emanaciones ideológicas de las grandes culturas imperiales asiatico-africanas y de las estepas europeas, con sus estructuras sociales que admirarían y tratarían de emular los estilos de míticos, poderosos y lejanos reyes y, a la vez, temerían a los terribles dioses que los sustentaban, aunque las culturas

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Ortostatos del Collado de Sejos . Fueron identificados como elementos prehistóricos en 1856 pot Ángel de los Ríos y Ríos, años antes del descubrimiento de las pinturas de Altamira por Sautuola, a quien D . Ángel mucho criticó. Tanto esta cronología tan tempranamente propuesta como el hecho de haberse realizado poco después una excavación, son factores que convierten a dicho sitio en uno de los más interesantes de los principios de la aqueología española. Por desgracia, los «menhires de Sejos» se mantuvieron abandonados durante más de un siglo y aún en la actualidad son lastimosas sus condiciones de conservación.

locales se limitaran a darles cuerpos adaptados al aullido del lobo o a los silbidos de cárabos y lechuzas, de suficiente profundidad para llenar el espacio de los pequeños valles del Cantábrico y servir de comunicación auditiva entre los vivos y los muertos, un lenguaje milenario que ha traspasado el dintel de la Historia y revive en algunas noches misteriosas en cualquier rincón del mundo. También del univer-

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Peña Tú. Descubierta a principios del siglo XX, es uno de los monumentos de la Edad de Los Metales más conocidos en el Norte de España.

so cultural de los metales prehistóricos parecen ser los petroglifos laberínticos y concéntricos o los grabados antropomorfos de trazo cruciforme, tan proliferantes en el ámbito galaico aunque conocidos en toda Europa y en el continente euroasiático, que empiezan a aparecer con cierta asiduidad en Cantabria y en otros diversos enclaves peninsulares.

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Cueva del Castillo (Puente Viesgo). Calcos del primer arte esquemático identificado en las cuevas de Cantabria a principios die siglo XX .

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Como alternativa y contraste al citado arte esquemático o a las sofisticadas manifestaciones antropomorfas del período Calcolítico/Bronce tan proliferantes en Valderredible, el libro recoge los grafismos denominados esquemático-abstractos, encontrados en numerosas cuevas de Cantabria y correspondientes a etapas históricas ya cristianizadas. Tras los varios capítulos introductorios y contextuales, a través de los cuales los diversos autores van abarcando desde los cambios climáticos del Holoceno y el contexto norteño del arte esquemático peninsular hasta el mundo de las estelas gigantes de Cantabria, la escultura de Salcedo y la semiótica y cronologías de los grabados cruciformes, el volumen se convierte en un extenso catálogo de más de un centenar de sitios a considerar y seguir estudiando en el futuro, cifra que aumenta considerablemente con las citas del meritorio y harto dificultoso capítulo dedicado a las representaciones rupestres atípicas en las cuevas cántabras, resultando una obra de conjunto que resume el conocimiento del medio centenar de investigadores participantes y que, sin dudarlo, debe considerarse como un germen que abre caminos hacia saberes en profundidad acerca de aspectos tan claves como la presencia y efecto de las culturas prehistóricas en el mundo gráfico postpaleolítico cantábrico o los resultados de la implantación del cristianismo sobre el universo imaginario y gráfico preexistente, por citar sólo dos aspectos Cueva del Cubular (Ruanales). Hallazgo en los años 80 del siglo XX de arte esquemático al aire libre esenciales en el ámbito regional en Cantabria que alertó sobre la relevancia de estas manifestaciones en el Norte penínsular. actual, testigo de la desaparición reciente de la ganadería tradicional y el paisaje que la ha sustentado y de los cambios ideológicos súbitos, sin parangón en toda la historia de la humanidad. De este libro debe resaltarse la generosidad del medio centenar de autores y colaboradores volcados con la coordinación de la obra, cuyas aportaciones permiten en estos momentos disponer del conocimiento suficiente para avanzar hacia el

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necesario cambio de paradigma en la visión del arte rupestre como fenómeno artístico universal emanado de la mente humana, esta vez visto desde el territorio que daba consideración de antigüedad a mediados del XIX a la estación del Collado de Sejos y un cuarto de siglo más tarde otorgaba al arte rupestre de Altamira cronología prehistórica, uno de los más profundos avances intelectuales concebibles en la segunda mitad de la centuria decimonónica.

Peña Portal, conjunto esquemático de reciente descubrimiento en Cantabria. En sus proximidades, en Alfoz de Bricia (Burgos) , acaba de hallarse uno muy similar a éste y al abrigo de Ruanales en los primeros meses de 2016. La nueva situación de conocimiento está promoviendo cambios importantes en las lecturas de estos fenómenos culturales.

Información adicional en: http://www.federacionacanto.org/noticias/archi vos/200520161035 .pdf

ÍNDICE

Los documentos reales y monásticos del cartulario de Santa María del Puerto de Santoña Carmen Grijuela Gil

Pág. 7

Recibir a una reina en las villas cántabras: la llegada de Ana de Austria (1570) Natalia Ganzo Galaz

29

Juan de Laredo: un cantero trasmerano en Zaragoza (1444-1474)) Manuel Gómez de Valenzuela

53

Evidencias del uso prehodiernal del pretérito perfecto compuesto en el habla de Santander (España) Jaime Peña Arce

69

Belisario Gayé, pianista y compositor Francisco Gutiérrez Díaz

97

Puentes arco en Cantabria Luis Villegas Cabredo

145

Ángel Herera y Santander Pablo Sánchez Garrido

179

El ingeniero y poeta Alberto López Argüello, presidente de la Diputación de Santander (1925-1928) durante la dictadura de Primo de Rivera. Paradigma del hombre nuevo en politica Jerónimo de la Hoz Regules

239

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Índice

Cosas de montañeses (I): bienes y derechos escriturados por miembros de nuestra familia en Cantabria (1581 -1805) Luis Bartolomé Marcos María del Pilar Díaz García

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En torno a los «emblemas» de la Real Sociedad Menéndez Pelayo Gerardo Bolado Ochoa

311

Antonio Vela Mendicuti (1904- 1967), a los 50 años de su muerte. Aproximación literaria a la vida y figura de El Tenor de Camargo Marino Pérez Avellaneda

337

Semblanzas de Enrique Menéndez Pelayo en De Cantabria: Amós de Escalante (Juan García) [2] Antonio Martínez Cerezo

349

La población del Valle de Cieza en el siglo XVII, según el Padrón de Moneda Forera de 1650 Alfonso de Ceballos-Escalera Gila

371

Descripción integrada de bienes culturales en archivos personales: propuesta metodológica Lucía Fernández Granados

389

VARIA

399

Don Conrado García de la Pedrosa y Campoy, bibliófilo, académico y mecenas (1931-2016) Marqués de la Floresta

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445

Índice

La «concepción enajenada». Notas sobre la narrativa de Enrique Álvarez Julio Díaz Díaz

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RECENSIONES BIBLIOGRÁFICAS

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Dos recientes ediciones en torno al mundo de Altamira y su arte rupestre: cerrando círculos desde la sincronía de la cueva del luyo y por las travesías diacrónicas en la culturas agrícolas y ganaderas del Holoceno Virgilio Fernández Acebo

411

MEMORIA CEM 2015

427

Revistas recibidas en el CEM por intercambio y donaciones (2016)

435

Normas de publicación de la revista Altamira

441

Índice

443

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