Dos amuletos fálicos romanos del Museo Provincial de Lugo

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Descripción

Eusebio Rey Seara

DOS AMULETOS FÁLICOS ROMANOS D E L MUSEO PROVINCIAL DE LUGO

Separata del volumen I I de las ACTAS DEL X X I I CONGRESO NACIONAL DE ARQUEOLOGÍA VIGO 1993

ACTAS DEL XXÜ CONGRESO NACIONAL DE ARQUEOLOGIA

DOS AMULETOS FALICOS ROMANOS D E L MUSEO PROVINCIAL DE LUGO Eusebio Rey Seara

Desde hace algún tiempo venimos estudiando el tema de los amuletos romanos. Como adelanto de una parte de este trabajo, quisiéramos presentar aquí dos amuletos fálicos que, hasta hace poco, se encontraban depositados en el Museo Provincial de Lugo', donde tuvimos ocasión de verlos. Ambos son de bronce.

0,83 cm. Fue donado por José ViUaaiml y Castro y procede quizá de la parte oriental de Galicia, limítrofe con Asturias. Hasta ahora sólo había sido publicado por L. Carré: " U n falo alado en el Museo Provmcial de Lugo", Boletín de la Real Academia Gallega XXIV (1945), pp. 464-483.

Por razones de brevedad, no insistiremos aquí en el sentido apotropaico de este tipo de colgantes ni en su fundamento, aspectos ambos ampliamente tratados ya en otras publicaciones sobre estos objetos.

Los amuletos fálicos como los presentados, los llamados simples de perfil, forman probablemente uno de los conjuntos más nmnerosos dentro de estos objetos. Con todo, es -difícil encontrar una unidad en este tipo. La tipología es muy variada, dependiendo de caracteres como la longitud, la curvatura, la tbnna de representación de los testículos y el glande y el tamaño y la colocación de la anilla de sujeción en una posición central o retrasada.

El primero es un amuleto fálico simple de perfil, en bulto redondo, fomado por una pequeña barrita de sección más o menos cilindrica curvada hacia arriba. A ambos lados del extremo posterior, pero nítidamente separados de él, dos testículos fomiados por pequeñas esferiUas facetadas. En el extremo anterior, glande poco realista separado del resto del cuerpo por una muesca en la cara superior. Anilla de suspensión gruesa y grande hecha toscamente mediante otra barrita enrollada sobre sí misma y soldada al falo en su zona central. Pátina cobriza con puntos verdes. En la clasificación propuesta por Rollando corresponderia al tipo 2°, en la de Galvc al tipo A, en la de Zarzalejos- al B1 (Lám. 1).

Las tipologías propuestas hasta ahora, que hemos utilizado en la descripción, son, como dicen los propios autores, manifiestamente simples a fin de favorecer una catalogación de las modalidades conocidas más sencilla e inmediata. Pensamos, sin embargo, que esto lleva forzosamente a conjuntos demasiado amplios, piezas con aire de familia más o menos vago, cuya utilidad es, por el momento, meramente descriptiva para el propio arqueólogo, pero cuya generahdad nos oculta datos que podrían indicamos conjuntos más reducidos.

Longitud: 3,2 cm. Altura: 2,8 cm. con anilla. Grosor: 1,45 cm.

Uno de los problemas con que nos enírenlamos es que, dada la aún escasa cantidad de objetos conocidos y la ignorancia de todo lo relativo a su fabricación (por ejemplo, ¿cuántos tipos fabncaba un artesano? ¡js^aé significado espacial o temporal tienen los diferentes tipos?, etc.) nos movemos todavía casisiempre en la etapa de la recolección de materiales.

Su procedencia es desconocida y, hasta aliora, permanecía inédito. El segundo es otro amuleto fálico simple de perfil, en bulto redondo, formado por una pequeña barrita de sección más o menos cilindrica y muy ligeramente curvada hacia arriba. En la parte inferior del extremo posterior, bajo la barra y un poco adelantados hacia la punta, dos testículos separados por una muesca. En el extremo anterior, glande troncocónico muy marcado y realista. En la cara inferior, entre ambos extremos, el cilindro se apunta ligeramente. En el tercio posterior, por delante de los testículos pero en la parte superior, una pequeña ala a cada lado. Anilla de suspensión, de perfecta circunferencia, que pasa por un orificio hecho en sentido perpendicular al falo y situado en su tercio posterior. Huellas claras de retoque, sobre todo en el glande, donde se marcan hasta siete caras planas, en lados, alas y parte posterior. Pátina broncínea con zonas verdosas. Muy bien conservado. Pertenecería a los tipos 2°, A o B2 (Lám. 2).

Otro se refiere a los rasgos en que habría de basarse la clasificación. Obviamente tendremos que referimos a elementos descriptivos como los mencionados más arriba (tampoco sabemos qué rasgos eran relevantes para el fabricante). Si hubiéramos de primar unos sobre otros, pensaríamos quizá que los relacionados con la anilla habían de ser secundarios, toda vez que los demás dependen del molde en que el objeto fue fabricado, mientras que aquélla se suelda después y su colocación dependeria más o menos del trabajo o el capricho del artesano. Sin embargo, la aparición de colgantes prácticamente iguales en zonas de la Península apartadas entre sí nos demuestra que hay tipos, en las ocasiones en que podemos definirlos, prácticamente idénticos, al tiempo que se puede observar también que tal o cual forma o disposición de la anilla son

Longitud: 3,3 cm. Altura: 1,9 cm. con anilla. Grosor:

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característicos de tal o cual tipo.

Un tinlinnabulum semejante a éstos por tamaño y concepto, pero más cercano al amuleto por el tipo, lo encontraríamos en una pieza procedente probablemente de Falencia y actualmente en el Museo Arqueológico de León": un falo simple, terminado en una mano que hace la figa, con dos alas laterales y una anilla central y otras cinco ¿n la parte inferior, sin duda para colgar campanitas. "Animales" de este tipo se representan a veces en un contexto claramente apotropaico, en puertas, murallas, o casas, como un pájarofalo que ataca un ojo en Leptis Magna». Un camino intermedio entre unos y otros sería el representado por algunos colgantes de Rouen" o Arles", más complicados (un falo alado y con patas y falo propio) pero más pequeños. Otro amuleto con alas, pero completamente distinto (una placa frontal con falo, alas y ojos, quizá relacionado con la lechuza), se encuentra en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida". Objetos semejantes a los que estudiamos se encuentran también reproducidos en dos gemas del Museo de Viena fechadas entre los siglos n y I a.C." y en dos lucernas del Museo Británico fechadas entrefinesdel I a.C. y el I d.C."

Creemos, por Umto, que no debemos en este estadio primar unos u otros rasgos y que, si no la clasificación sí las descrípciones, deberían ser lo más detalladas posible a fin de poder comenzar poco a poco a individualizar conjuntos menores. Así, podríamos caracterizar nuestro piitner amuleto como de tamaño medio, proporcionado, defigeracurvatura, con glande redondeado poco diferenciado, testículos realizados mediante esférulas separadas del cuerpo y anilla soldada en posición central. No encontramos ningún paralelo exactamente igual, aunque algmios de ellos cumplen varias de las características. El más cercano quizá sea uno del museo de Mariemont' aunque menos curvado, de testículos menos destacados y aiúlla menor. Semejante es también uno del museo de Apt', de glande más marcado y anilla más retrasada. En la Península, dos encontrados en Tarragona: uno en la necrópolis paleocristiana', más recto y de aiúlla menor y otro en la calle de Colón', de anilla más retrasada. Como este último, para terminar, uno en Singilia Barba", si bien de factura distinta pues los testículos lúeron soldados posterionnente.

El aspecto y el significado de estas representaciones ha tratado de explicarse por varias vías: Para algunos se trata de mi aspecto más de la tendencia a la demonización del falo, dándole forma de pájaro, pero también de otros animales o humanas». Las alas serían así un "atríbuto de demonización, simple y eficaz imagen que sugiere con inmediatez la idea de su potencia, velocidad, rapidez y de sus efectos multiplicativos"". El poder del falo se vería incrementado además al asociarlo con animales considerados como de gran vitalidad y vigor sexual, a la vez que se incidiría en su naturaleza independiente, no siempre bajo el control del ser hmnano".

En cuanto a la cronología, tenemos por un lado el problema sempiterno de este tipo de colgantes: la mayoria no tienen contexto, por lo que ni por sí ni por sus paralelos, que están en la misma situación, pueden casi nunca datarse. Por otro, en cualquier caso los paralelos serían en esta ocasión de dudoso valor, toda vez que son aproximados y que nos movemos en la "familia'' más amplia dentro de los amuletos fálicos. El de Singilia Barba aparece en un ambiente datable a lo largo del siglo I y comienzos del n d.C. Otros "paríentes" están en uso en el Limes durante todo su período de existencia, sin que se vea todavía la posibilidad de distinguir detalladamente entre ellos'". A l gmios, quizá más lejanos, pueden encontrarse aún en el siglo H-in d.C." En resumen, nada claro podemos decir.

A través del estudio detallado de las representaciones se pueden proponer algimos maüces. Los falos alados aparecen por primera vez en cerámicas griegas a lo largo de los siglos V I y V a.C. para desaparecer después. En algunos casos, estas criaturas jx>seen además de las alas un cuerpo de pájaro. De su estudio, Boardman" deduce que su figura en esta época podría haber sido concebida a partir de la representación del cisne, animal de largo cuello ligado a Afrodita (como el ganso, relacionado también con Príapo») y Leda. La idea de dotarlo de alas podría haber surgido también del aspecto semejante a éstas que tiene el vello púbico. Las alas, además, tienen sus propias asociaciones eróticas y por ello se usan eufemlstícamente en la comedia ática. Del análisis de las escenas deduce que representaría "la satisfacción de la sexuahdad femenina a fravés de la actividad heterosexual, física o imaginada, sin la intervención de rm varón completo"", como paralelo a las escenas de sátiros, que expresarían los deseos sexuales masculinos.

El segundo amuleto sería de tamaño medio, recto, con glande troncocónico diferenciado, testículos diferenciados no separados, anilla retrasada perfectamente circular y alas. Dentro de su clase, los colgantes como éste no son precisamente los más comunes. Sin embargo sí pueden encontrarse algunos paralelos. Concretamente conocemos uno prácticamente igual, incluso en cuanto a sus medidas, depositado en el Museo Arqueológico Nacional, desgraciadamente sin datos de procedencia, registro, etc." Fuera de éste, los más semejantes son uno del museo de Mariemont" y otro del museo de Besan^on", si bien éstos poseen alas más desarrolladas, naturalistas y decoradas y los testículos son algo diferentes". Más habituales son representaciones aladas en los tintinnabula, piezas algunas de muy buena calidad entre las que citaremos por no extendemos las conocidas de Pompeya", Tríer', o Treviso".

Se ha relacionado también al ave-falo con Eros" pero, como indica Boardman, el dios adquirirá sus alas con posterioridad a nucsfra'' criatura''. Otios autores" indican que, si bien el falo-pájaro

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parece construido a partir de los caracteres de varias aves o especies, se trata básicamente de un animal semejante al gallo. Varias escenas en que éste aparece tendrían, ajuicio de Hoífinann, un significado relacionado con la virilidad que obtiene al vincular los caracteres propios del guerrero y el erotismo expresado por el falo.

el nacimiento de un varón si se toman al punto de concebir .

A partir del siglo IV a.C. tales representaciones ya no se encuentian en la cerámica pintada griega y apenas hay alguna aparición en piezas etruscas. Con el tiempo, el falo alado sí parece que irá tomando rasgos del gallo, animal asociado con Eros y teñido además de una connotación erótica. Es, por ejemplo, un frecuente regalo entre amigos, a menudo con significado amoroso». Tiene también im significado protector: ave solar», se relaciona con divinidades como Hermes, Helios, Apolo, Mitra o Hércules y, por tanto, tiene poder para expulsar al mal". Su vista espanta a animales como el león o el basilisco que, oyendo su canto, muere entre convulsiones". Promueve un parto feliz». No es tampoco ajeno a las operaciones mágicas, en las que a veces se le usa". En cuanto a su relación con el miembro viril, aparece a menudo junto a Príapo" y, por ejemplo, en un pavimento tunecino junto a un falo eyaculando"; una pieza de gran tamaño del Museo Arqueológico Nacional (n° 20326) procedente del Cerro del Minguillar (Baena, Córdoba), también con alas y mano haciendo laJiga, está cabalgada por un gallo. Es un animal "lascivo y belicoso"" por lo que sus testículos, nos dice Plinio, se consideran mi potente afrodisíaco, que garantiza

Es en estetiayectocuando se irá fonnando, o consolidando, su valor como amuleto.

De una manera más general, en época romana se docmnenta el uso de diversos nombres de aves para aludu metafóricamente al falo", algunas de ellas, al parecer, de origen griego.

En resumen, vemos que, excepto en alguna de las interpretaciones de sus más antiguas apariciones, el significado o relaciones que se postulan para el falo alado son congruentes con un valor amulético. Incluso las teorias que mencionamos referidas al deseo, no están tampoco lejos del carácter de símbolo de fertilidad que está en el fondo del valor apotiopaico del falo. En cuanto a su cronología, nada pueden decimos la mayoría de los paralelos hasta ahora aducidos, puesto que de casi todos ellos se desconoce. Las representaciones citadas tampoco son muy semejantes al objeto que nos ocupa. Sin embargo, las que podemos fechar, lucemas, gemas, tintinnabula, nos sitúan entre el cambio de Era y el siglo I d.C. Esto, de todas formas, no significa mucho: todos los datos son indirectos y su pertenencia a una "subfamilia'' de la más amplia de los amuletos de perfil no nos da más segurídad que la de su adscripción al mundo romano.

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NOTAS

^H. Oggiano-Bitar: Bronzesfiguresantiques des Bouches-ái-Rhóne, XUIIe Supplément á Gallia, Paris, 1984, p. 121, n° 263.

' Aprovechamos para agradecer aquí al personal del Museo lasfacilidades que nos brindaron para su estudio. T I Rolland: Brorces antiques deHaute-Prmerjce, áGattia. París. 1965. p. 176.

^J.L. delaBarrera.%itóny .A Velázquez Jiménez: "Amuletosromanos deMérida"",//ome«í9eaSam!íe/
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