Don Carlos Pizarroso y Belmonte. Personaje ilustre.

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Carlos Pizarroso y Belmonte (Cádiz 1841-La Laguna 1916). La Generación Científica de finales del S. XIX. . Era hijo del célebre actor dramático Antonio Pizarroso, de Jerez de la Frontera, y de Inés Belmonte, hija del famoso artista Blas Belmonte. Don Carlos Pizarroso, político, historiador, literato y filósofo peninsular se afincó en Santa Cruz de Tenerife. Católico conservador entronca con las raíces canarias de la familia de los Corvalán. En su época de juventud fue colaborador literario junto a su padre, el dramaturgo reconocido, Antonio Pizarroso.

Antonio Pizarroso y García Corvalán, su padre y actor preciado de la escena española de su época.

Don Carlos, fue licenciado en Derecho civil y canónigo por la Universidad Central, entre los años 1857-18641. Ejerció como abogado de la capital llegando a ser Secretario de la Diputación Provincial de Canarias y cronista de Tenerife. Así mismo miembro del Gabinete Científico Insular junto a Don Juan Bethencourt Alfonso y profesor de la escuela libre de Derecho, Académico Profesor de la Matritense de Jurisprudencia y Legislación. Fue propuesto como Caballero de la Real y Distinguida Orden de Carlos III , cuando contaba escasos 30 años por su trayectoria personal en 18713. 2

Por encargo del Presidente de la Diputación provincial, D. Santiago de la Rosa León, fue autor del manuscrito redactado como la “Breve reseña Histórica de las Islas “que sirve de guía a la visita regia de Alfonso XIII, del 26 al 29 de marzo en 1906. Esta publicación, que consta de 47 hojas, contiene muchas fotografías y reproduce grabados en madera del artista isleño Cirilo Romero (primer presidente de El Recreo).

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Archivo Histórico Nacional (Universidades 4602) La Real y Distinguida Orden Española de Carlos III fue establecida por el rey de España Carlos III, mediante Real Cédula de 19 de septiembre de 1771 con el lema latino «Virtuti et merito», con la finalidad de condecorar a aquellas personas que se hubiesen destacado especialmente por sus buenas acciones en beneficio de España y la Corona. 3 Leg. 7.413 nº 27 2

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Ejemplar que se haya depositado en la Casa Lercaro Breve noticia con motivo de la visita de Alfonso XIII a Tenerife4

La Generación Cientifista de 1880 y el primer poblamiento de Canarias.5 El debate sobre el primer poblamiento de Canarias se desarrolló en la inserción científica de finales del siglo XIX, donde se daba la lucha entre evolucionistas contra tradicionalistas católicos. Los discursos marcadamente reaccionarios y tradicionales y el comportamiento constatado entre los anti evolucionistas europeos, consistente en la aceptación de los postulados difusionistas como único modelo explicativo posible, estaría presente en este autor. En este contexto, en septiembre de 1877, se funda el Gabinete Científico en Santa Cruz de Tenerife, una institución que será pieza clave del desarrollo de la antropología y arqueología en las Canarias occidentales, y cuyo principal responsable será Don Juan Bethencourt Alfonso. No debemos tampoco perder de vista la propia extracción social burguesa de los miembros del Gabinete y de El Museo Canario, como órganos de expresión de la producción científica insular, así como la rivalidad política entre las islas, los prejuicios religiosos, ideológicos e insulares por la lucha de la capitalidad de Canarias, en la cual destacaron los personajes como Bethencourt Alfonso, Pizarroso y Belmonte o Manuel de Ossuna y Van den Heede, Chil y Naranjo, Agustín Millares Torres, Domingo J. Navarro Pastrana, Juan de León y Castillo y Felipe Massieu y Matos, entre otros que fueron los que acabaron condicionando el enfoque teórico adoptado a la hora de explicar el primer poblamiento de Canarias y, en última instancia, la procedencia de los primeros habitantes de las islas. Si el Museo Canario estuvo familiarizado con los esquemas del evolucionismo cultural, cohesionándose con el tiempo en torno a la estrategia 4

MHA (Casa Museo Lercaro) Nº de Inventario: 12.1995.338 5 Farrujia de la Rosa, Jose: AB INITIO. La teorización sobre el primitivo poblamiento humano de Canarias. Fuentes etnohistóricas, historiografía, arqueología (1342–1969)

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de investigación de la Antropología física; en Tenerife, los distintos eruditos que se ocuparon de la Arqueología también lo hicieron a partir de las ciencias materiales, pero apoyándose más en la filología, en un mayor idealismo, si cabe, y en un menor positivismo. Así, por ejemplo, en el caso de los autores tinerfeños, la realidad política el pleito por la división provincial, así como el mayor conservadurismo y el menor positivismo de que hicieron gala, fueron factores que acabaron condicionando, sobremanera, las hipótesis de poblamiento vertidas entre positivistas y los tradicionalistas católicos.

D. Carlos Pizarroso y Belmonte. (1841-1916)

A partir de las conclusiones de los estudios de Quatrefages y Hamy (1874) y de René Verneau (1878), Pizarroso reconoció la presencia en Canarias de dos tipos raciales: el cromañoide y el semita. Asimismo, sostuvo, la superioridad cultural del tipo semita frente al cromañoide, que no ha dejado tras si monumentos de ninguna clase y que sólo tenía cuevas por viviendas. Por tanto, frente a la unidad racial defendida por Chil y Naranjo, Pizarroso abogaba por una dualidad racial representada por los semitas o cananeos, quienes poblarían Lanzarote, Fuerteventura, La Palma y El Hierro; y por los guanches, quienes ocuparían Tenerife y La Gomera, es decir, las dos islas donde precisamente Verneau había detectado una mayor presencia de la raza de Cro-Magnon. En 1880, y como respuesta al debate generado tras la publicación del primer tomo de los estudios históricos de Chil y Naranjo, salía a la luz, en Santa Cruz de Tenerife, la obra de “Los Aborígenes de Canarias”. La obra se había ido publicando por entregas, durante 1879 y los primeros meses de 1880, en los periódicos El Memorandum y El Constitucional. En su obra en cuestión, y al igual que Chil y Naranjo, Pizarroso reconocía lo necesario que era incorporar los estudios arqueológicos, geológicos y paleontológicos al estudio de la historia del hombre, es decir la aplicación del concepto de multidisciplinariedad en las investigaciones modernas. Don Carlos Pizarroso era un representante del eclecticismo, una de las grandes corrientes filosóficas de la España del siglo XIX que trataba de recoger los distintos sistemas, creyendo que todos tenían algo de verdad, y seleccionando como fuente primera la corriente espiritualista. Esta corriente, a

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su vez, era pluralista y procuraba armonizar distintas doctrinas con posiciones concordantes, oponiéndose a todo radicalismo en nombre de la tolerancia y la conciliación. Aceptando y desarrollando este eclecticismo, Pizarroso escribió diversos ensayos en el campo de la filosofía, caso de “Sistemas de la Idea” (1904), donde se declara católico ferviente, “Ultramontanismo” (1905), “Contra la corriente” (1905), “Las ideas modernas y el mundo antiguo” (1906) y “La antigüedad creyente” (1907). Todo parece indicar, por tanto, que estas dos directrices, eclecticismo y tradicionalismo católico, fueron las que dieron sentido a su obra “Los Aborígenes de Canarias”, que si bien es anterior a todos sus ensayos, ya plasma la condición filosófica y religiosa del autor. No obstante, a pesar del evidente distanciamiento teórico-metodológico existente entre los miembros de El Museo Canario y Pizarroso, éste autor compartió con Chil y Naranjo, un mismo leitmotiv: la inserción de los indígenas canarios en la historia universal a partir de su relación con razas o pueblos de primer orden. Esta postura conciliadora observada en Pizarroso la encontramos en otros autores españoles contemporáneos, quienes, sin ser eclécticos, estaban insertos igualmente en este clima de mutuas intransigencias que terminaron acabando con la separación insular en dos provincias en 1927, también se esforzaron en propugnar fórmulas de tolerancia entre la ciencia y la religión. “Anales de Canarias en la era contemporánea” obra de dos Tomos realizada en Santa Cruz de Tenerife en 1911, este documento es considerado de gran importancia como identitiario de Canarias. La obra es un conjunto de escritos varios, actas de la Diputación Provincial, folletos, opúsculos, memorias, hojas sueltas y documentos públicos, llenos de datos históricos, políticos, comerciales, económicos, sobre la milicia, la agricultura y el fomento que nos describen la época en la que se redactaron.

Expositiva de cráneos en antiguas vitrinas de museo.

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