Diversidad cultural, convivencia y políticas públicas en Benicarló (Castellón). Una aproximación desde el proyecto \"SENDAS hacia la integración\" (2015)

June 12, 2017 | Autor: Albert Mora Castro | Categoría: Políticas Públicas, Convivencia, Diversidad Cultural, Benicarló
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Descripción

DIVERSIDAD CULTURAL, CONVIVENCIA Y POLÍTICAS PÚBLICAS EN BENICARLÓ (CASTELLÓN). UNA APROXIMACIÓN DESDE EL PROYECTO “SENDAS HACIA LA INTEGRACIÓN”.

Albert Mora Castro Vicenta Santonja Pérez Laura Campos Gargallo

Diversidad cultural, convivencia y políticas públicas en Benicarló (Castellón). Una aproximación desde el proyecto "Sendas hacia la integración", por Albert Mora Castro, Vicenta Santonja Pérez y Laura Campos Gargallo, se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional. Diciembre 2015.

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DIVERSIDAD CULTURAL, CONVIVENCIA Y POLÍTICAS PÚBLICAS EN BENICARLÓ (CASTELLÓN). UNA APROXIMACIÓN DESDE EL PROYECTO “SENDAS HACIA LA INTEGRACIÓN”. CULTURAL DIVERSITY, CONVIVENCE AND BENICARLÓ (CASTELLÓN): AN APPROACH “PATHWAYS TO INTEGRATION”. Albert

Mora

(Trabajador

social

y

sociólogo,

PUBLIC POLICIES IN FROM THE PROJECT

Universidad

de

Valencia,

[email protected])1, Vicenta Santonja (Psicóloga, especialista en inmigración, [email protected]) y Laura Campos (Educadora, responsable de la Agencia AMICS del Ayuntamiento de Benicarló, [email protected]). Equipo técnico del proyecto “SENDAS hacia la integración” del Ayuntamiento de Benicarló.

RESUMEN En este trabajo nos acercamos a la realidad de la inmigración en el municipio de Benicarló a través del estudio diagnóstico efectuado desde el proyecto “SENDAS hacia la integración”, desarrollado por el Ayuntamiento de Benicarló, con financiación del Fondo Europeo para la Integración de Nacionales de Terceros Países, durante el año 2013. Poniendo un énfasis especial en las cuestiones relacionadas con la integración y la convivencia, y atendiendo a las peculiaridades de este municipio, donde el colectivo marroquí tiene una presencia especialmente relevante, se recogen las voces de algunos actores centrales de los procesos de integración y se exponen las experiencias más significativas desarrolladas en el marco del proyecto. El artículo pretende contribuir al debate sobre las claves de la integración en el ámbito local y el papel de las políticas públicas en la articulación de la convivencia intercultural.

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El autor desarrolla este trabajo en el marco del proyecto “Derechos Humanos, sociedades multiculturales y conflictos” (DER 2012-31771) financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España dentro del VI Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica (Plan Nacional de I+D+i).

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ABSTRACT In this paper, we do an approach to the reality of immigration in the municipality of Benicarló through a study made in the context of the project “Pathways to integration”, carried out by the city council of Benicarló, with the support of the European Fund for the Integration of third-country nationals, during 2013. With special emphasis on issues related to integration and coexistence, and considering the peculiarities of this town, where Moroccan community has a particularly strong presence, the voices of some key players in the integration processes are collected and the most significant experiences of the project are also exposed. The article aims to contribute to the debate on key questions related to integration at the local level and the role of public policy in the articulation of intercultural harmony.

1. INTRODUCCIÓN Durante la conocida como “década prodigiosa” (1999-2008) de la inmigración en España (Arango, 2012), diversos municipios de la Comunidad Valenciana se han visto radicalmente transformados por la llegada repentina de importantes contingentes de población extranjera. Es el caso del municipio de Benicarló, donde la llegada de inmigrantes ha supuesto cambios importantes en diversos órdenes y ha forzado la necesidad de trabajar por incorporar de manera normalizada esa nueva realidad a la vida cotidiana en el municipio. La creciente diversidad cultural ha creado nuevas oportunidades de intercambio y enriquecimiento cultural, pero también ha despertado miedos, recelos e incomprensión entre los diferentes grupos étnicos que coexisten en la localidad. Como en todos los municipios con una elevada presencia de personas venidas de fuera, la gestión de esta realidad requiere del estudio detallado de la situación de la inmigración y la diversidad y de la puesta en marcha de acciones (políticas y sociales) encaminadas a la promoción de la convivencia. En este texto detallamos parte de la experiencia de trabajo del proyecto “SENDAS hacia la integración” que se llevó a cabo desde el Área de Bienestar Social del Ayuntamiento de Benicarló durante el año 2013 con financiación procedente del Fondo Europeo para la Integración de Nacionales de Terceros Países (FEI) y con el objetivo general de “proporcionar herramientas que faciliten el proceso de integración 4

de las personas inmigrantes, contribuyendo a fomentar la participación y la convivencia ciudadana y a prevenir riesgos derivados de la exclusión social”2. En

un

primer

apartado,

resumimos

las

principales

características

sociodemográficas de la población extranjera en Benicarló en el momento en el que se implanta el proyecto (año 2013). Seguidamente, exponemos el diagnóstico que, sobre la integración y la convivencia, realizaron los principales actores de los procesos de integración en la ciudad. Por último, planteamos algunas reflexiones a partir de la experiencia adquirida durante el desarrollo del proyecto.

2. CONTEXTO DE PARTIDA: LA REALIDAD SOCIODEMOGRÁFICA DE LA INMIGRACIÓN EN BENICARLÓ El “boom inmigratorio” que se produjo en España entre los años 2000 y 2010, se ha manifestado también en Benicarló que, en ese periodo, multiplicó por ocho su volumen de población extranjera, pasando de 773 personas en el año 2000 (el 3,9%% de la población del municipio) a 6198 en el 2010 (el 23,3%). Tal y como puede observarse en la gráfica 1, los extranjeros crecen especialmente en el municipio entre los años 2004 y 2008 produciéndose, a partir de ese último año, un claro estancamiento del crecimiento (desde entonces hasta 2013 supondrán alrededor del 23% de la población). En el año 2009 se alcanza la cifra más alta de extranjeros hasta el momento (6274, el equivalente al 23,5%). En el año 20133 residen en el municipio 6238 extranjeros, el 23,1% del total de la población, mientras que la media en la Comunidad Valenciana es de un 16,8% y en la provincia de Castellón de un 18%. Esto da cuenta de la especial incidencia que la inmigración ha tenido en el municipio de Benicarló durante los últimos años.

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Se trata de un proyecto que da continuidad a otros anteriores que han venido trabajando para la promoción de la integración de la población inmigrante en el municipio (Programa Aproximándolos y Programa Contacto (2007); Programa Entre Dones y Programa Aproximándolos II (2008); Programa Nexes (2009), los tres financiados por el Gobierno de España y Proyecto HADA, Proyecto Enlaces, Proyecto Drassana (2010), Proyecto HADA II (2011) y Proyecto Vías, acciones para la integración (2012), financiados por el FEI). 3 Siempre que no se especifica lo contrario, las cifras que se utilizan proceden del Padrón Municipal de Benicarló con fecha 1 de enero de 2013. Aun disponiéndose, en el momento de redacción de este trabajo, de cifras más actualizadas, aquí se detallan aquéllas que reflejan la situación que atraviesa el municipio en el momento de la puesta en marcha del proyecto.

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Gráfica 1: Evolución de la población extranjera en Benicarló 2004-2013. 25,0%

23,5% 23,1%

20,0% 18,3%

23,2%

23,1% 23,4%

23,3%

20,0%

15,7%

15,0% 13,3%

10,0%

5,0%

0,0%

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

2011

2012

2013

La pauta de crecimiento exponencial en un breve periodo de tiempo ha sido característica de la mayor parte de las regiones receptoras de inmigración en España y en la Comunidad Valenciana, como también lo ha sido ese estancamiento del crecimiento que se produce alrededor del año 2010. En Benicarló, el descenso del número de extranjeros es prácticamente imperceptible y tan solo puede hablarse de estancamiento poblacional, pero no de reducción4. Esto es debido, en buena parte, al hecho de que el principal grupo, el marroquí, ha incrementado su presencia en el municipio en estos años de crisis, aumentando su población entre los años 2009 y 2013 en un 19,7%. En este periodo, sin embargo, el peso de otros grupos ha disminuido considerablemente, especialmente en el caso de los colombianos (-15,1%) y los ecuatorianos (-13,5%)5. Otro de los grupos importantes en la ciudad, el de ciudadanos rumanos, se ha mantenido prácticamente estable durante estos años de crisis, habiéndose reducido ligeramente (-2,2%) en el periodo contemplado.

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En términos absolutos, Benicarló alcanza la cifra más alta de extranjeros (6274) en 2009. En el año 2013 esta cifra es de 6238, lo que implica una reducción no significativa de tan solo 36 personas. 5 Debe tenerse presente que estas conclusiones se extraen a partir de los datos del padrón que, si bien apuntan tendencias y ofrecen una información aproximada de la realidad, no la reflejan con exactitud. Así, la reducción del número de empadronados de una determinada nacionalidad no puede atribuirse exclusivamente al retorno al país de origen, pues algunos extranjeros desaparecen como tales de las estadísticas al adquirir la nacionalidad española. Igualmente, el padrón en sí mismo no recoge toda la realidad ya que algunos extranjeros pueden residir sin empadronarse o seguir empadronados aunque ya no residan en el municipio.

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Sin embargo, si se observan las cifras procedentes de la Estadística de Variación Residencial 20126, del Instituto Nacional de Estadística (INE), se observa cómo en ese año son más los extranjeros que abandonan el municipio que aquellos que llegan a él. Así, en el año 2012 son 1065 extranjeros los que abandonaron Benicarló, 764 con destino a otros países y 301 hacia otros municipios del Estado. Por contra, llegaron al municipio 718 extranjeros, 251 procedentes de otros países y 467 desde otros municipios españoles. El saldo migratorio fue, por tanto, negativo (-347), pues fueron más los extranjeros que se marcharon que los que llegaron7.

La población extranjera en Benicarló es mayoritariamente de origen extracomunitario (un 71,2% de los extranjeros proceden de fuera del territorio de la Unión Europea), con una escasa incidencia de la inmigración residencial característica de otros territorios valencianos y protagonizada por personas de edades avanzadas procedentes de algunos de los países más desarrollados de Europa. De hecho, si a la población extracomunitaria se le añade la procedente de Rumanía y Bulgaria (que suele estar conformada en su mayoría por inmigrantes económicos), el conjunto de esta población supone el 89% de los extranjeros residentes en el municipio en el momento del estudio.

Entre los diferentes colectivos de extranjeros se da un alto predominio del marroquí (2659 personas que suponen el 46,2% del total de los extranjeros). Esta alta presencia de población marroquí es característica de Benicarló en un contexto provincial en el que la nacionalidad predominante habitúa a ser la rumana. El colectivo rumano (1082 personas) es el segundo más numeroso en el municipio, aunque a bastante distancia de la población marroquí. Les siguen los ecuatorianos (632) y, ya a mucha distancia, los colombianos (231).

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La Estadística de Variación Residencial se elabora a partir de la explotación de los datos relativos a las altas y bajas en el padrón municipal por cambio de residencia y no contempla otro tipo de movimientos como los derivados de las altas por nacimiento. Mientras que las altas y bajas interiores (dentro del territorio del Estado) quedan registradas en su conjunto, no todas las altas y bajas exteriores se registran. 7 Se trata de una realidad que se da en la mayor parte de la provincia de Castellón. Si se atiende al saldo migratorio completo (contabilizando no solo a los extranjeros, sino también a los españoles) el saldo migratorio es negativo en el 76% de los municipios de la provincia de Castellón y especialmente en la ciudad de Castellón (-929), Burriana (-871) y Benicarló (-212). En el municipio de Peñíscola el saldo también es negativo (-146), mientras que en Vinaròs es positivo (+238). Véase “Castellón cambia la dinámica y ya emigra más gente de la que viene”, El Periódico Mediterráneo, 14 de agosto de 2013, http://bit.ly/13FxmsS.

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MOLDAVIA ; 1,4%

Gráfica 2: Distribución de la población extranjera por nacionalidad. 2013.

URUGUAY; 1,3%

FRANCIA; 1,6% ALEMANIA; 1,9%

OTROS; 14,4%

ITALIA; 2,0%

UCRANIA; 3,6%

MARRUECOS; 42,6% ECUADOR; 10,1%

RUMANÍA; 17,3% COLOMBIA; 3,7%

Considerando la variable sexo, se aprecia que el 54,1% de los extranjeros son hombres, aunque la distribución de hombres y mujeres varía significativamente en función de las nacionalidades. Algunas de ellas se encuentran masculinizadas, como es el caso de la marroquí, conformada en un 60% por hombres, mientras que otras están feminizadas, destacando entre ellas la población colombiana con un 57% de mujeres.

La inmigración recibida durante estos últimos años ha sido mayoritariamente laboral, una inmigración que ahora se ve afectada por la disminución de las ofertas de empleo y que ve incrementados de manera significativa sus niveles de desempleo. Así, según los datos del Servicio Público de Empleo Estatal, en junio de 2013, 895 extranjeros se encontraban registrados como desempleados en Benicarló, destacando el colectivo marroquí (462), el rumano (165) y el ecuatoriano (62). Teniendo en cuenta que el total de desempleados en esa misma fecha era de 2637, según datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, puede afirmarse que el desempleo de los extranjeros supone el 34% del total y que el desempleo de los marroquíes equivale al 18% del total. Estas cifras apuntan a unas tasas de desempleo comparativamente más altas entre los extranjeros que entre los autóctonos. Por nacionalidades, el colectivo marroquí sería, entre los más representados en el municipio, el que tendría una tasa de desempleo más elevada, pues se encuentra registrada como demandante de empleo el 25,4% de su

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población en edad económicamente activa8. En el caso de los rumanos, este porcentaje desciende hasta el 18,5% y para los ecuatorianos el porcentaje de desempleados se sitúa en un 12,6%.

Sin embargo, y probablemente debido al alto nivel de arraigo de buena parte de esta población, las solicitudes de reagrupación familiar no han sufrido un descenso considerable9. Entre los años 2008 y 2012 el número de solicitudes parece que se ha mantenido estable (en torno a 55), con un repunte significativo en el año 2009 (83 solicitudes). Durante cada uno de esos años, el principal colectivo reagrupante ha sido el marroquí, seguido del ecuatoriano. A lo largo de los cinco primeros meses de 2013 se han contabilizado 19 solicitudes, el 68% de las cuales corresponden a población marroquí.

Como se ha visto, una de las características más significativas de la inmigración en Benicarló es la elevada presencia de personas nacionales de Marruecos. Se trata, como ya se ha referido, de un grupo masculinizado (aunque cada vez en menor medida), que dispone ya de una trayectoria relativamente larga de asentamiento en el municipio. El marroquí es el primer colectivo procedente del extranjero que comenzó a instalarse, hace ya más de una década, en la localidad, por lo que su presencia no es tan novedosa ni reciente como la de otros colectivos. A diferencia de lo que podría pensarse, los datos indican que una mayoría de los integrantes de este colectivo han recalado en Benicarló procedentes de otras ciudades españolas. Tan solo el 44% llegó directamente desde Marruecos. Los municipios de procedencia abarcan diversos territorios del Estado con predominio de municipios valencianos (el 24% de los marroquíes proceden de alguno de ellos, mayoritariamente de Peñíscola) y catalanes (el 23%, con predominio de los municipios de Alcanar y Tortosa).

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La cifra de población económicamente activa (entre 16 y 65 años) se calcula a partir de los datos del padrón del Ayuntamiento de Benicarló con fecha 1 de enero de 2013, mientras que las cifras de desempleo son referentes al 30 de junio de 2013. 9

Dado que no existe un registro de solicitudes de reagrupación familiar que contenga datos accesibles desagregados a nivel municipal, se ha tomado como referencia el número de solicitudes de informes de adecuación de vivienda, trámite de obligado cumplimiento para iniciar un proceso de reagrupación. La información se ha obtenido de la revisión del registro de la Oficina de Urbanismo del Ayuntamiento de Benicarló.

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Si tomamos en consideración la variable edad, se observa en la población marroquí una elevada presencia de población joven: cerca del 45% de sus miembros tienen menos de 26 años. Hombres y mujeres se encuentran distribuidos de manera equitativa hasta esa edad pero, a partir de ahí, el peso de los hombres es significativamente superior al de las mujeres. De hecho, entre los 26 y los 50 años el número de hombres prácticamente dobla al de mujeres y entre los 51 y los 90 casi lo triplica.

3. ENTRE LA ACEPTACIÓN Y EL RECHAZO: EL DIAGNÓSTICO DE LOS ACTORES SOBRE LA INTEGRACIÓN EN BENICARLÓ La primera fase del proyecto SENDAS se centró en la elaboración de un diagnóstico comunitario a partir de las opiniones de aquéllas personas más conectadas con la realidad de la inmigración en el municipio y con las necesidades, retos y oportunidades que ofrece la diversidad cultural. Se trataba de construir, con los actores centrales de los procesos, un relato que permitiera, en el corto plazo, orientar las acciones a desarrollar en el marco del proyecto y que, al mismo tiempo, y ya en el medio y largo plazo, permitiera conducir mejor las políticas públicas de integración y ofrecer las claves adecuadas para la renovación del Plan de Integración Municipal. Para ello, se contó con los tres protagonistas de los procesos comunitarios: la administración local, la ciudadanía y los recursos técnicos. Este diagnóstico se elaboró para permitir una planificación de acciones y programas que se insertara “en el cuerpo vivo de la comunidad, teniendo en cuenta la demanda social que esta comunidad realmente expresa y en función de prioridades claramente advertidas tanto por los administradores como por los técnicos y profesionales y también por la comunidad misma” (Marchioni, 1997: 53). La construcción de este diagnóstico se hizo mediante reuniones del equipo técnico con las diferentes asociaciones de inmigrantes implantadas en el municipio, los técnicos municipales de los servicios educativos, sanitarios y culturales, las entidades sociales presentes en el municipio (asociaciones de mujeres, personas mayores, ONG…) y la responsable política del área de bienestar social. Estas reuniones exploratorias se utilizaron también para facilitar el diseño de una serie de grupos focales que serían conducidos por los técnicos del equipo y que, una vez transcritos, permitirían 10

analizar con detenimiento los diferentes discursos en torno a las formas de mejorar la convivencia multicultural en el municipio. Así, se llevaron a cabo, durante los meses de junio y julio de 2013, cinco grupos focales, tres con profesionales, uno con miembros de colectivos de inmigrantes y otro con representantes de las entidades sociales10. Los grupos se desarrollaron en el Centro Social Municipal “la Farola” y tuvieron una duración media de 70 minutos. Se trató de grupos escasamente dirigidos en los que se intentó facilitar, dentro de un esquema general de temas a tratar, la emergencia de un discurso espontáneo y sincero no condicionado por los moderadores11. El papel de éstos se limitaba a plantear los grandes ejes del debate: la realidad actual de la inmigración en el municipio, la calidad de la integración y la convivencia entre grupos culturalmente diversos y las propuestas para una mejor gestión de la realidad derivada de la llegada e instalación de inmigrantes en Benicarló. Debido al enfoque intercultural del proyecto, se puso énfasis en la realidad de la interacción entre los diferentes grupos, atendiendo a que, sin una interacción positiva entre ellos, y siguiendo las aportaciones de Carlos Giménez (2012), es imposible construir una integración plena y efectiva. Recogemos a continuación es una síntesis de los principales discursos obtenidos mediante los grupos focales.

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En el primero de ellos participaron seis personas: dos trabajadoras sociales de Servicios Sociales de Benicarló, las técnicas responsables de la Agencia AMICS de Benicarló y de Vinaròs, y la orientadora y el encargado del programa INTEGRA del IES Ramón Cid; El segundo grupo de profesionales se conformó con siete personas: un trabajador social de los Servicios Sociales de Benicarló, la trabajadora social del Centro de Salud, el jefe de estudios y el vicedirector del IES Coromines, la directora del Colegio La Salle, la responsable de la gestión del servicio de ludoteca municipal y una integrante del Equipo de Atención al Inmigrante de la Guardia Civil de la provincia de Castellón. El tercer grupo de profesionales lo integraron tres trabajadoras sociales y una psicóloga de los Servicios Sociales de Benicarló y las responsables de las Agencias AMICS de Benicarló y Peñíscola. En cuanto al grupo conformado por colectivos de inmigrantes, en él participaron dos miembros de la Peña Ecuatoriana País Amazónico, dos integrantes del colectivo de personas colombianas, una representante de la asociación rumana, tres miembros de la Asociación Centro Islámico Al Salam y dos miembros de la Comunidad Islámica de Benicarló. En el quinto grupo, de entidades sociales del municipio, participaron un técnico y una voluntaria de Cáritas, el presidente de la Asociación Club de la Tercera Edad, la presidenta de la Asociación de Mujeres Progresistas y el presidente de la Asociación Cristiano Evangélica de Apoyo a las Minorías Étnicas (CREAME). 11 La técnica empleada se aproxima más a un grupo focal que a un grupo de discusión, aunque mezcla características de ambas técnicas, si atendemos a la definición que de las mismas hacen autores como Valles (2003: 279-335) y Domínguez y Davila (2008). Así, la discusión se pretende abierta y escasamente dirigida e interesa el contraste de discursos y la generación de narraciones colectivas (características más propias del grupo de discusión) pero, al mismo tiempo, la mayor parte de los integrantes se conocen previamente y se definen tres ejes temáticos a trabajar con los participantes, velando los moderadores por el abordaje completo de cada uno de ellos (enfoque más propio de los grupos focales).

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Durante estos años en los que Benicarló ha acogido a una importante cantidad de inmigrantes, los actores entrevistados coinciden en señalar que no se han dado problemas importantes de convivencia. Sin embargo, la integración no puede decirse que sea una realidad completa y se señala al colectivo marroquí como aquél en el que se concentran los problemas. De los discursos recogidos se desprende que es con esta población con la que no se está consiguiendo la integración deseada, mientras que con el resto de grupos no estaría habiendo especiales dificultades. Se señala que otros colectivos sí están más presentes en los espacios comunes y se relacionan más con la población local, cosa que habitualmente no ocurre con la población marroquí. Se aprecia que, a pesar de que no haya problemas, “cada uno va a la suya” y no hay demasiada interacción entre los diferentes colectivos. Algunas personas afirman que la relación sí se da a nivel de comunidad, en las fincas de vecinos, pero no tanto en el espacio público. La mayoría de los participantes manifiestan que la interacción con el colectivo marroquí es prácticamente nula. El hecho de que esa interacción no se dé, combinado con la existencia de cuotas de rechazo nada despreciables, hace que algunos actores alerten de la posibilidad de que, en un futuro no demasiado lejano, estalle el conflicto interétnico tal y como ha sucedido en otros territorios europeos con mayor trayectoria de recepción de inmigrantes.

La participación, como instrumento clave en la construcción de la integración que genera sentimientos de pertenencia a la comunidad (Mora, 2011), se da de manera diferenciada entre los distintos colectivos. Los agentes consultados dividen a la población inmigrante, básicamente, en dos grupos: el de aquéllos que se encuentran encerrados en su grupo, sin ningún afán de participación en el municipio (claramente identificado con los inmigrantes marroquíes) y el de los que sí participan en asociaciones o eventos y buscan relacionarse también con personas que no sean de su misma nacionalidad. En general, se aprecia una escasa participación de los inmigrantes en las asociaciones locales, aunque también se afirma que en las actividades destinadas al público infantil es más frecuente que éstos acudan. Por otra parte, se pone de manifiesto también la escasa implicación de los padres marroquíes en los centros escolares y se contrasta con el hecho de que las familias latinas y las rumanas sí suelen participar activamente en la vida escolar.

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Los inmigrantes que han participado en los grupos relatan cómo al principio todo les resultó más complicado, por las dificultades del idioma, porque algunos eran muy jóvenes, porque sentían, en ocasiones, el rechazo de los vecinos. Creen, eso sí, que se ha ido avanzando en la integración a lo largo de estos años, aunque aún quede mucho por conseguir. Son varios los que afirman que muchas veces son ellos mismos los que no se integran o se aíslan, agrupándose por nacionalidades. También reconocen que a veces son los mismos padres inmigrantes los que no permiten a sus hijos que se integren más en la sociedad de acogida. Creen que algunos inmigrantes no han hecho el esfuerzo necesario. Pero también reconocen la existencia de historias de integración positiva, de inmigrantes que guardan buenas relaciones con sus vecinos y han entablado amistad con algunos benicarlandos. La escuela y las actividades y relaciones que se promueven en torno a ella se señalan como un vector importante de interacción que facilita la relación y el encuentro, especialmente entre las madres.

Algunos de los inmigrantes entrevistados expresan que entienden que deben de adaptarse a las costumbres más frecuentes en el municipio y se identifican ya como unos vecinos más. Refieren incluso cómo, cuando regresan a sus países, se llegan a sentir allí como extraños y añoran cosas de aquí que ya han asumido como propias. Esto es algo que aún se da más en los menores. Ellos están habituados a convivir con diferentes nacionalidades dentro de la escuela. Los que ya han nacido aquí se sienten unos vecinos más, aunque a veces los benicarlandos no les vean así. Incluso los padres marroquíes entrevistados afirman que sus hijos se encuentran plenamente integrados, hablan castellano en casa, no sienten apego a su país de origen... y manifiestan cierta preocupación, por ejemplo, por el hecho de que no sepan hablar en árabe. En cualquier caso, se refiere cómo en los primeros años de escolarización es frecuente que los menores de diferentes grupos culturales se relacionen entre sí pero, una vez llegada la adolescencia, se despiertan necesidades identitarias que separan a unos grupos de otros y disminuyen la relación entre ellos. En esa etapa vital, hay una necesidad de identificarse y reafirmarse, buscando la diferenciación, que se traduce en un mecanismo de defensa en cuanto a replegarse y protegerse con los propios. Si esta situación no genera dificultades de convivencia, si los adolescentes son capaces de continuar relacionándose con personas de otros grupos, estos procesos de reafirmación identitaria no tienen por qué ser negativos. Sin embargo, varias personas han manifestado que son muchos los jóvenes inmigrantes que, sintiéndose vecinos del municipio, no mantienen 13

relaciones con personas de otros grupos culturales (y tampoco con la población “autóctona”), idea que queda bien reflejada en las palabras de una de las integrantes de los grupos focales integrados por profesionales: “los hijos de la inmigración yo creo que pasa un poco que sí se identifican con nuestra cultura, pero se relacionan con la suya”. Se destaca, además, que el proceso se complica aún más cuando los menores son reagrupados en edades avanzadas, pues el proceso de integración (social, escolar y familiar) se dificulta tanto por las necesidades de adaptación cultural como por los problemas propios de las edades adolescentes.

Pero en los contextos de multiculturalidad manifiesta también suelen emerger diversas formas de rechazo que obstaculizan la interacción positiva entre los grupos. Entre las diferentes personas consultadas se sostienen diversos puntos de vista en relación al rechazo y la xenofobia que puede existir en el municipio. Algunos opinan, en sintonía con lo que han establecido Santonja y Mases (2009), que los recelos eran mayores antes y que ahora la presencia de los inmigrantes se ha normalizado más y ya no despierta tanta alerta ni animadversión. Otros señalan al contexto de crisis económica como un motor que aviva la xenofobia, al tiempo que sitúa a los inmigrantes como chivos expiatorios sobre los que descargar la culpa de algunos de los problemas que vive la sociedad. Esto, que ya venía produciéndose antes, se intensifica con la crisis haciendo el rechazo más visible. El hecho de que escasee el empleo también hace que se sienta menos necesidad de aceptar a los foráneos y la sensación de que estos copan las ayudas económicas, en un momento en el que apenas existen fondos, incrementa aún más el recelo. En este contexto de dificultades, que hace aflorar lo peor de cada uno, la diversidad cultural pierde aún más su posible atractivo para la gente que se pregunta por qué los inmigrantes siguen viviendo aquí y no retornan a sus países.

Se aprecia que el grupo que sufre una mayor discriminación o rechazo es el conformado por las personas marroquíes, representado como el grupo más cerrado y con menos interés por integrarse a la vida en la ciudad. Algunos benicarlandos que han participado en los grupos focales, apuntan a la necesidad de exigir un mayor esfuerzo de integración a esta población. En algunos de sus discursos se puede llegar a apreciar un claro rechazo que se vincula, en parte, a la ocupación del espacio público que hace este colectivo. Una ocupación muy visible en los alrededores de las mezquitas, cuando confluyen muchos musulmanes en las horas de los rezos preceptivos, en algunas plazas 14

del municipio, donde se concentran los menores por las tardes para jugar, o en el espacio público en general, donde la presencia numéricamente significativa de mujeres con velo también genera un rechazo nada desdeñable.

Las estrategias de criminalización del Islam afectan a la forma en la que los musulmanes son vistos por los autóctonos. Algunos de los marroquíes entrevistados manifiestan que la imagen de su grupo se ha deteriorado como consecuencia de la asociación que hace la sociedad entre árabes y terrorismo, vinculación alimentada por los medios de comunicación. Manifiestan que se ofrece una imagen “no moderna” de los marroquíes que también acrecienta el rechazo. En este contexto, algunos profesionales señalan que la comunidad marroquí también ha acentuado en los últimos años sus diferencias en la forma de vestirse, relacionarse, moverse, haciéndose más patente la distancia respecto de la población benicarlanda.

Algunos inmigrantes atribuyen el rechazo al hecho de que sus culturas son desconocidas en el municipio, lo que despierta el miedo y la desconfianza entre la población local. Afirman que en ocasiones los medios de comunicación presentan a sus países como “atrasados” y creen que siempre están “en el punto de mira” a causa de su diferente nacionalidad. Algunas madres inmigrantes expresan que sus hijos, especialmente los que llegaron hace más tiempo, han sufrido el rechazo de sus compañeros (insultos, agresiones físicas...) debido a su origen o color de piel, lo que dificulta el apego de los menores a la escuela. Educadores de los IES afirman que siempre, incluso en los tiempos de bonanza, han detectado cierto rechazo hacia los inmigrantes (reproduciéndose los estereotipos asociados al “moro” o al rumano o la idea de que los que vienen de fuera quitan el trabajo a los de aquí).

Al tratar el asunto de la integración en los diferentes grupos convocados, la atención se ha centrado espontáneamente en el colectivo marroquí y, especialmente, en las mujeres. Se aprecia, por lo general, que su nivel de inserción en el municipio es incluso menor que el de los hombres, debido a que están menos presentes en el espacio público común, a la vez que se hacen visibles como grupo segregado, y tienen más dificultades para participar (a veces porque se lo impiden los varones). Algunos hombres marroquíes entrevistados afirman que el hecho de no dominar el castellano contribuye al aislamiento de las mujeres marroquíes y expresan que el poco respeto que 15

se tiene por el velo (que es visto como un símbolo de atraso cultural más que como un símbolo religioso) también las aleja del resto de la población. Y algunas personas manifiestan que en los centros educativos se debería aceptar mejor el uso del hiyab pues el hecho de que las chicas se lo quiten para entrar al instituto transmite el mensaje de que es algo negativo y no hace posible la normalización. También se manifiesta que las estrategias prohibicionistas en este campo no resultan útiles para reducir el uso del velo, suponen una limitación a la libertad y pueden desembocar en el no acceso a los centros de algunas estudiantes que utilizan este símbolo12.

Sin embargo, con el avance de la crisis, muchas mujeres que hasta ahora trabajaban en el espacio doméstico han comenzado a buscar empleo, haciéndose más visibles en el municipio. Aun así, se cree que ellas se encuentran cada vez más cerradas en su propio grupo de referencia, sin mantener relaciones con personas ajenas.

Algunas de las mujeres marroquíes con las que se ha hablado en el transcurso del trabajo de campo explican que para ellas resulta complicado relacionarse con la gente del municipio ya que su cultura es muy diferente y bastante incomprendida. Expresan que el uso del velo o la celebración del Ramadán son cuestiones que la gente no comprende y que dificultan la relación.

Se aprecia, especialmente a raíz de la guerra de Irak, un incremento del uso del hiyab que ha pasado de ser algo minoritario a convertirse en la norma. Algunos interpretan que esto se debió a la separación y/o enfrentamiento creciente entre el mundo “islámico” y el “occidental” y a la necesidad de marcar la identidad en ese contexto de hostilidad. Algunas educadoras señalan como las menores, a partir de alrededor de los 16 años, son comprometidas o casadas, dejan de asistir a los centros educativos y cambian su manera de vestir para adecuarla a la que se entiende que corresponde a una mujer marroquí casada o comprometida. Algunas incluso viajan a sus países para conocer a sus futuras parejas o para casarse y se quedan finalmente residiendo allí.

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Sobre los dilemas que plantean algunas expresiones de la diversidad cultural en el espacio público, como el uso del velo o los símbolos religiosos en la escuela, atendiendo a la garantía de los derechos, véase Solanes (2013).

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Varios técnicos explican que, aunque a veces las mujeres son las primeras que reproducen los roles machistas imperantes en su grupo, algunas adolescentes marroquíes tratan de romper con algunos de ellos, lo que les lleva a tener importantes enfrentamientos con sus padres. Aun así, se valora que la gran mayoría de las chicas acaban siguiendo las pautas marcadas. Alguna educadora resalta el hecho de que chicas que no tenían ningún interés, por ejemplo, en hacer uso del velo, cuando cumplen cierta edad comienzan a utilizarlo presentándolo como un signo de belleza.

Una vez más, se considera que es la escuela el espacio en el que más intercambios se provocan y se hace notar que las estudiantes marroquíes se relacionan con compañeros y compañeras de diferentes nacionalidades, pero apenas mantienen relación con los compañeros marroquíes varones. Se destaca cómo, en edades tempranas, las chicas marroquíes suelen jugar un papel de control y cuidado de sus hermanos menores en la escuela pero, una vez alcanzada cierta edad, son los varones los que ejercen un efecto de control sobre las chicas y éstas buscan la aprobación de sus hermanos a la hora de decidir si participan o no en determinadas actividades.

En los centros educativos la integración fue más sencilla en un primer momento, cuando el volumen de inmigrantes que se recibía no era tan elevado. Más tarde, con la incorporación de una cantidad muy elevada de inmigrantes, han comenzado a aparecer guetos conformados por personas de la misma nacionalidad que no se relacionan con los demás. Se hace notar que esta situación se ha dado, como ya se ha comentado, especialmente con el colectivo marroquí, un colectivo con el que también ha habido algunos conflictos puntuales en los centros educativos. Como ya se ha explicitado, el repliegue no se da en edades tempranas, sino una vez alcanzada la adolescencia.

En el contexto actual, la multiculturalidad es una realidad bien palpable en los centros educativos (en algunas aulas los alumnos marroquíes superan ya al 50% del alumnado total), pero se han reducido mucho las nuevas incorporaciones de extranjeros13 y la mayoría de las que se producen son protagonizadas por personas que se trasladan desde otras ciudades o Comunidades Autónomas y, especialmente, desde 13

La intensa disminución del número de extranjeros que se incorporan a las aulas es una realidad en toda la provincia. En el curso 2012/2013 las aulas en Castellón perdieron 403 alumnos extranjeros. Véase, “La cifra de estudiantes inmigrantes cae por primera vez en la provincia”, El Periódico Mediterráneo, 20 de agosto de 2013, http://bit.ly/16t3ttY.

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Barcelona y sus alrededores.

Uno de los temas recurrentes en el discurso de los responsables de los centros educativos es el bajo rendimiento de los chicos marroquíes. Apenas ninguno de ellos, ni siquiera los que ya nacieron aquí, consiguen cursar bachillerato y es habitual que repitan cursos durante la etapa de la ESO. El problema del fracaso escolar de los varones marroquíes, que se relaciona con situaciones diversas, como la escasa conciencia que en ocasiones tienen los padres sobre la importancia de la escuela, lleva a pensar que cada vez tendrán menos oportunidades de trabajar debido a su escasa formación, lo que conllevará mayores tasas de desempleo y exclusión.

Una queja frecuente entre el profesorado y los responsables de los centros se basa en el hecho de que en ocasiones los alumnos escolarizados retornan a sus países sin dar parte al centro educativo. Además, respecto al colectivo marroquí, se comenta que hay menores que se marchan a su país por largas temporadas (a veces en las vacaciones, a veces por algún evento vital) y lo hacen sin tener en cuenta los plazos educativos. Pueden irse sin haber acabado los exámenes, sin matricularse para el curso siguiente, aparecer una vez comenzado el curso escolar o cuando ya se han realizado los exámenes... Esto implica que no recogen sus notas, no gestionan la documentación necesaria… Es difícil intervenir en estas situaciones porque muchas veces afirman que se van para quince días y después tardan dos meses en regresar. Hay alumnos en estas circunstancias que podrían promocionar, pero como no acuden a los exámenes repiten curso sucesivamente por lo que no pueden obtener el graduado escolar. Estas situaciones disminuyen el interés de los menores por el estudio.

4. REFLEXIONES DESDE LA EXPERIENCIA DEL PROYECTO “SENDAS HACIA LA INTEGRACIÓN”

La realización del diagnóstico presentado permitió trazar unas líneas centrales de trabajo en el marco del proyecto. De este modo, a las acciones encaminadas a ofrecer orientación y formación a las personas extranjeras residentes en el municipio y a

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promover acciones de sensibilización entre la población en general 14, contempladas ya desde el inicio en el programa de acciones, se sumaron líneas concretas de trabajo sugeridas por las personas que participaron en la primera fase de estudio de la realidad en la que intervenir. En este apartado final del texto, incluimos algunas reflexiones sobre las líneas de actuación que se mostraron más útiles en el contexto analizado, con ánimo de que puedan servir también de posible orientación para equipos que diseñen intervenciones en municipios con características similares a las que hemos venido exponiendo en este texto.

Así, en primer lugar, se consideró fundamental trabajar sobre la integración de y con el colectivo marroquí en varios frentes, estableciendo actuaciones para contar con personas que pudieran funcionar como enlaces con este grupo. Debe tenerse presente que la transformación que la inmigración ha producido en Benicarló ha venido, principalmente, de la mano de este colectivo. Como se ha estudiado ya en otros muchos contextos, y como se ha apreciado también en algunos de los grupos focales, las poblaciones locales suelen percibir a los inmigrantes magrebíes como especialmente diferentes y amenazantes, sujetos sin voluntad de integración que suponen una amenaza a las costumbres predominantes en los municipios en los que se asientan 15. Esta imagen también está presente en Benicarló donde, además, diversos testimonios afirman que la separación de esta población del resto de vecinos es uno de los problemas fundamentales para la buena convivencia y la integración en la diversidad.

Habida cuenta de la necesidad de estrechar los lazos con los colectivos marroquíes, se decidió trabajar por afianzar cauces de interlocución directa con los representantes de las asociaciones islámicas implantadas en la localidad. La trayectoria de trabajo previa en la localidad, de la mano de los Servicios Sociales y la Agencia

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Entre estas acciones, cabe destacar la utilización del cine como medio para promover reflexiones colectivas sobre integración, respeto y convivencia. Se desarrollaron dos ciclos de cine que consiguieron llegar a la población común y no solo a aquélla que ya se encuentra motivada por estas cuestiones y que suele ser la que asiste habitualmente a estas convocatorias. Decenas de personas, de ideologías, condición social y edades diferentes, asistieron a las distintas proyecciones y a los foros de debate posteriores. 15 Esta imagen se ve alimentada por el hecho de que a estos inmigrantes se les percibe como musulmanes, activándose los estereotipos y prejuicios asociados a la práctica del Islam. En la última encuesta del Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (OBERAXE) y el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) se da cuenta, por ejemplo, de cómo el 42% de los españoles ven muy aceptable o bastante aceptable que la gente proteste contra la edificación de una mezquita en su barrio y el 38% se muestra favorable a excluir de la escuela a una alumna por portar el velo islámico (Cea y Valles, 2014: 163).

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AMICS, había permitido constatar que las mezquitas y las asociaciones a ellas vinculadas eran espacios de referencia para buena parte de la comunidad marroquí. Se inició, por tanto, una ronda de contactos con los líderes de las dos asociaciones vinculadas a las mezquitas instaladas en el municipio y se trató de implicar al máximo a sus responsables en el diseño y desarrollo de las acciones que se emprendieron en el marco del proyecto. Se trabajó, además, por acercar las mezquitas a la población en general, de modo que dejaran de ser vistas como un lugar ajeno y amenazante y empezaran a entenderse como espacios de culto de una población que está ya plenamente instalada en la ciudad y forma parte de ella. La organización de una jornada de puertas abiertas a la principal mezquita de la ciudad, donde los vecinos pudieron entrar en contacto directo con una realidad muy desconocida para ellos, se mostró especialmente útil para erosionar estereotipos y prejuicios y hacer posible el acercamiento y comprensión entre culturas. Sin embargo, en un municipio como Benicarló, con tanta población de origen marroquí y de confesión musulmana, y a la vista de lo que está aconteciendo en otros países con mayor tradición en la recepción e instalación de población musulmana, éste debería ser considerado un trabajo de fondo, sostenido, no vinculado a un proyecto con fecha de finalización sino a un compromiso permanente y necesario por la buena convivencia.

Por otra parte, se consideró fundamental planificar acciones de educación intercultural y fomento del respeto en las aulas y se abrió una línea de trabajo con algunas familias procedentes de la inmigración. Con miembros de algunas de ellas, y en coordinación con el Servicio de Atención a la Familia y la Infancia (SEAFI), se llevó a cabo un taller vivencial dirigido a trabajar cuestiones relacionadas con la integración social y escolar, la vida familiar y el proceso migratorio. Cabe destacar la importante implicación de los padres marroquíes (participaron ocho varones), a pesar de que, habitualmente, es la mujer la que suele implicarse más en las actividades relacionadas con la educación de los hijos en el municipio. Se considera que la especial implicación de los varones fue posible gracias a los enlaces establecidos entre el colectivo marroquí y el equipo técnico del proyecto.

Por último, se decidió poner en marcha diversas actuaciones para fomentar la participación de los nuevos vecinos en la vida de la ciudad y en la promoción del encuentro intercultural. A partir de los contactos establecidos con los diferentes 20

colectivos de inmigrantes, se consiguió reunir a un grupo de personas motivadas por iniciar un proceso de participación intercultural en el municipio. Con ellas, se inició un proceso de formación en el campo de la participación y la ciudadanía y se diseñaron diferentes acciones encaminadas a la generación de espacios de intercambio cultural y el re-conocimiento mutuo, en una dinámica de trabajo grupal intercultural que se reveló como especialmente útil por sí misma. Desde este grupo de trabajo se organizó el ciclo “Conociendo nuestra diversidad” que fue un instrumento especialmente útil para la promoción del diálogo intercultural en la ciudad. El proyecto SENDAS es la culminación de una serie de acciones de promoción de la integración y la convivencia, muchas de ellas ahora suspendidas a raíz de la eliminación de los fondos procedentes del FEI16, que han sido posibles gracias al compromiso de la Unión Europea y el Ayuntamiento de Benicarló. La implicación política, profesional y asociativa ha resultado clave para el buen desarrollo de todos estos proyectos y es fruto de una sensibilidad hacia este temática que no existe en otros municipios con características similares donde incluso, desde los propios equipos de gobierno, se aviva el odio hacia los extranjeros con fines puramente xenófobos o electoralistas. La implicación de los poderes públicos en este tipo de proyectos, se ha mostrado como imprescindible para la aprobación y buen desarrollo de los mismos y ha facilitado en Benicarló que la convivencia, a pesar de los altos índices de inmigración, no sea conflictiva. El reto, ahora, es construir la interculturalidad para impedir que esa sensación de falta de conflicto no paralice los deseos de vivir juntos, compartiendo la ciudad y sus espacios y creando proyectos colectivos que integren las diversidades presentes en la ciudad. A raíz de la implementación de acciones dirigidas a la población inmigrante, en el marco de los diferentes proyectos llevados a cabo estos años, se ha desarrollado toda una experiencia de trabajo que ha facilitado la incorporación de los nuevos vecinos afincados en Benicarló. Esto ha distinguido también a este municipio frente a otros donde los servicios que pretendidamente deben trabajar estas cuestiones apenas tienen incidencia. Se ha creado también una importante red de complicidades entre personas

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Las subvenciones para proyectos de integración de las personas inmigrantes, cofinanciados por el FEI, se destinan desde la convocatoria de 2013 a entidades sociales, organizaciones no gubernamentales y organismos internacionales, quedando excluidos los ayuntamientos.

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diversas y se ha conseguido atraer a un proyecto de tolerancia, intercambio y reconocimiento a toda una serie de ciudadanos que, voluntariamente, y apoyados por el proyecto SENDAS, se han implicado en la causa de la interculturalidad porque comprenden que merece la pena estar juntos y que, a pesar de los vientos de individualismo, egoísmo y violencia que hoy en día nos sacuden, podemos, unidos, contribuir a hacer de nuestros municipios unos lugares más habitables.

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