Discurso cultural y político del cristianismo evangélico de casa de Dios: una aproximación a la construcción y contradicción del discurso.

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Descripción

El avance tecnológico y su capacidad de atracción se han convertido en un aliado para exponer y generar ideas o persuadir emociones, en muchos espacios sociales se han utilizado para que impacten en las personas. Desde el momento en el que se ingresa a casa de Dios, la infraestructura, la bienvenida a los que llegan por primera vez (fundamental para el discurso), el escenario, los sonidos, las luces, la vestimenta y el aspecto de las personas que están cantando, el lujo del auditórium, todas juntas, buscan envolver a las personas que ingresan. No es sorpresa cuando se entiende que la intención es que se queden sin importar su origen.
Más que ser un espacio de oración parece que se tratara de un espectáculo que anima a los asistentes a ser partes desde ese día y para siempre de la gran familia del señor. Todo el espectáculo inspira un espacio de integración sociocultural y de fortalecer ese sentido de pertenencia en la medida en que el espectáculo continúa, logrando su máximo esplendor con la satisfacción gestual de las personas después de haber sentido por unas horas lo relajante que es aislarse de una realidad que hace convulsionar.
Después de la descripción se entiende que el culto refleja una necesidad de país, el deseo de ser y hacer junto a otros. De sentirse con amigos, en familia y en convivencia con el resto de personas. Por eso es sumamente curioso que la experiencia de las personas adentro del culto tampoco sea colectiva, la experiencia es personal pues no hay interacción palpable entre los asistentes. Los sonidos se convierten en la manipulación de las emociones de quienes están en el escenario y los fieles las reproducen. Se convierten en máquinas que repiten los movimientos y las emociones que ven en el prójimo.
El moderno sistema de audio y video no se queda con los sonidos, ubica y enfoca a las personas que están desbordando emociones, en una lógica de mostrarle al resto de personas quienes están siendo influenciados por Dios. El mejor respaldo (o ejemplo) para lo que viene después, un emocionado y convencido "Dios está aquí", "sus condiciones pueden cambiar por estar en la casa de Dios". La transformación de la vida y el alcance de la felicidad a causa de estar en la iglesia pero automáticamente ligado a una manipulación anterior que les sirve de argumento para evidenciar la supuesta presencia de Dios. Es decir que manipulan las emociones de los fieles para que sirvan de argumento para sembrar la idea que es por la presencia del señor que llegaron a la culminante expresión de sus emociones y entre más asistan a la casa de Dios, más cerca están de alcanzar la felicidad y mejorar su relación con Dios.
De la idea cultural de que Dios es el único digno y rey, la iglesia (católica y evangélica) ha auspiciado, promovido e idealizado desde tiempos remotos la forma de gobierno y de vida basada en la lógica monárquica y de subordinación. Fomentando la desigualdad, el servilismo y la inferiorización de la humanidad. De ahí que exista una justificación de las posiciones de poder de unos grupos étnicos-culturales sobre otros, por su condición de "pueblo elegido", "realeza" y "linaje". Acompañada de una visión de la vida religiosa, machista y homogenizante, encerrada en la frase, "la mujer es la tentación que envía el diablo para que el hombre caiga en pecado". La soberanía de Dios lo explica todavía mejor, "creer y someterse. El amor de Dios encima de cualquier cosa". Se condiciona el amor a Dios, pues hay que amarlo desde la castidad, la virginidad, la ofrenda y no desde la autenticidad de una persona para amar. Se menosprecian las pasiones humanas, ya no se habla de negar una parte étnica y cultural sino de negar la propia humanidad. Sería dejar de ser cuando se supone que al culto se llegar para poder ser y sentirse parte de un conglomerado sociocultural. Este apartado de toda la línea discursiva del cristianismo-evangélico también tiene otra contradicción porque inferioriza al hombre pero idealizan a un Dios que tiene características humanas. La personificación de Dios en el culto es constante, lo catalogan en características que son propias del ser humano (bueno, bondadoso, hermoso, amoroso y capaz de perdonar).
Más allá de pretender que sean partícipes de la glorificación a Dios parece que la intención es aumentar números monetarios, por lo constante que fue el diezmo durante todo el culto. Fue claro el pastor cuando beneficiado por la enorme capacidad de audio del auditórium mencionó "Lo que se promete se cumple. Si prometen dar el diezmo lo tienen que dar para que Dios los bendiga y así puedan cambiar sus circunstancias". Fácil es caer en la conclusión que la promesa de fe se compra, la oportunidad de que Dios cambie la vida de las personas pasa por prometer el diezmo y pagarlo. El desesperado deseo por cambiar circunstancias de vida termina en la lógica de mercado de la compra-venta, esperando ilusamente y en total ambiente de fe que Dios finalice el intercambio del servicio adquirido.
Las circunstancias negativas y desfavorables de la vida son las razones que producen el acto desesperado de hacer una promesa de fe (por medio del diezmo o no), el terror a que la adversidad dañe la fe, que las personas caigan en enfermedad, pobreza o maldición, todo aquellos que puede conducir hacia aquella vieja amiga que por el miedo que ocasiona han surgido todas las religiones del mundo (la muerte sin necesariamente morir). Para vencer a la muerte y poder pasar a la vida eterna es indispensable ser bendecido por Dios. Confuso, ilógico, contradictorio o curioso exclamar por los cuatro vientos que la vida terrenal es el tránsito hacia la vida eterna, renegando la primera por no ser esencial (pero aferrándose a ella) y deseando la segunda (pero huyendo de ella), y siendo la esencia de estar vivo la misma.
La campaña de criminalización hacía las personas que piensan distinto en el discurso del cristianismo-evangélico de casa de Dios es bagre, sencilla, sin profundidad filosófica y sin praxis en la realidad. Sin embargo es contundente y construida como un prejuicio aunque se base en una mentira rotunda, escenificando en la cotidianidad de la sociedad a dos personas: los buenos (los que tienen fe) y los malos (los que no tienen fe). Como si tener fe determinara las acciones cotidianas de los seres humanos. Hay que aclarar también que esos "malos" que no tienen fe, si tienen visión de mundo, metas, sueños, esperanzas y deseos. Por tanto, es una campaña de criminalización que no es acorde a lo que ocurre en la realidad, la bondad o maldad de una persona no es producto de un asunto de fe.
El discurso continúa y es claro, "se salva la persona cuando reconoce, cree y tiene fe en Dios". Es decir que las acciones cotidianas son irrelevantes en el juzgamiento de Dios. En el caso de plantear su existencia, ¿Cómo podría un Dios inmensamente perfecto salvar al creyente que actúo mal en vez de salvar al no creyente que realizó buenas acciones? El discurso invita a que las personas olviden sus acciones de la semana y cada domingo se renueven o transformen en las promesas de fe, porque al final, para ser salvado no importa lo que se hizo sino en lo que se creyó, a través de lo que se prometió y cumplió en las prácticas relacionadas al culto.
Como es lógico, se lleva a cabo un adoctrinamiento desde niños, la formación completa del discurso y las prácticas del cristianismo evangélico de casa de Dios para que sea una cuestión familiar-generacional y abierta a los amigos de los fieles, con la finalidad que el discurso y la religión cristiana evangélica se expanda. Existen dos espacios para materializar el aspecto generacional de esta identidad religiosa, la iglekids en donde se imparten clases y se explican las prácticas cristianas evangélicas, el temor a Dios y su incalculable misericordia. Y en el culto, el cual es más directo y práctico, puesto que un niño es vulnerable a repetir las prácticas y los gestos de sus padres.
El éxito del cristianismo evangélico en Guatemala se debe a que busca llenar los vacíos en la personalidad de sus integrantes que son esenciales para que la persona desarrolle su ser, estos son: la desintegración familiar, la necesidad de creer en algo o en alguien, el rechazo o la exclusión en grupos sociales, la falta de motivación, la necesidad de crear pasos a seguir para desarrollar su vida, aislarse de una realidad turbulenta e incluso por ser una fuente de negocios. El crecimiento de la iglesia cristiana evangélica se debe en gran parte a que en su discurso aborda la "solución" a los problemas de la sociedad guatemalteca desde una perspectiva individual, y si mucho, familiar. Satisfacer necesidades psicológicas a sus integrantes le otorga influencia y poder en las decisiones de sus miembros, no es extraño que por eso, en la tarima o en los asientos de casa de Dios desfilen personas con aspiraciones a ocupar los máximos cargos públicos. La dependencia de desfilar por casa de Dios para obtener votos, posiciona a la iglesia cristiana evangélica como una fuerza emergente para influir en las decisiones del Estado y su escenario político y electoral. Ha logrado un poder político mediante dominación carismática y sobre todo religiosa que hace menos de un siglo le correspondía única y exclusivamente a la iglesia católica.
La tecnologización de la conciencia de los integrantes de casa de Dios los hace sentir parte de una forma de vida que comparten con muchas otras personas, entre sonidos e imágenes los hacen vivir una experiencia espiritual que reafirma el compromiso con Dios, haciéndoles creer que lo sienten y lo escuchan, los pone en una misión de salvación y de expandir la palabra de Dios. Tan profunda es la influencia tecnológica y de persuasión que durante el culto proyectan publicidad en las grandes pantallas, al mejor estilo de las mejores escuelas de mercadotecnia, girando una invitación para la transformación de los fieles a una hora y día determinado, que es tan estructurada que pareciera que están vendiendo un producto de alto nivel que por su posición en el mercado tiene que ser atractivo e impactante. Hacen de las promesas de fe una love mark que le hace creer al fiel que obteniéndola alcanza la satisfacción de una necesidad, en este caso, al mismo y omnipotente Dios.
No se hubiese podido abordar el análisis del discurso cultural y político del cristianismo evangélico de casa de Dios, sino se hubiera relacionado al momento histórico que se vive, una era en que la tecnología y el mercado tienen gran influencia en la construcción del discurso político y en la justificación del discurso cultural. El espectáculo, la publicidad y la compra-venta son temas que integran el aspecto político desde hace tiempo y que no suelen ser abordadas. Al final, la iglesia cristiana evangélica tiene que agradecer su increíble crecimiento a los mercadólogos expertos que los posicionaron en la religiosidad de los guatemaltecos, emulando una competencia de marcas en la que ya están alcanzando a la marca líder (la iglesia católica).




Luis Guillermo Velásquez Pérez. Página 3
Escuela de Ciencia Política, Universidad de San Carlos de Guatemala.
Discurso cultural y político del cristianismo evangélico de casa de Dios: Una aproximación a la construcción y contradicción del discurso.

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