Discurso Crítico y Crítica del Discurso: Discusiones en torno al Discurso Político

Share Embed


Descripción

Discurso Crítico y Crítica del Discurso: Discusiones en torno al Discurso
Político

Lic. Ricardo Esteves (UBA) [email protected]
V Congreso de la Asociación Argentina de Semiotica.
Área Temática: 2. Crítica y Análisis del Discurso


Abstract:
El artículo trata de establecer una diferencia entre el análisis crítico
del discurso (CDA) y la crítica del discurso. En el primer caso encontramos
una corriente que se centraliza en aspectos de la gramática funcional
(Halliday, Thomson) en sus distintos niveles -como puede ser en algunos
casos la transitividad y los procesos verbales (Fowler, R., Hodge, B.,
Kress, G.). Aún así esta corriente no aporta necesariamente en su
metodología elementos que constituyan, aunque sí posibiliten la crítica.
Otro aspecto significativo de esta corriente es los criterios a partir de
los que se seleccionan las unidades de análisis, es decir los corpus (van
Dijk, T. Trew, T.). Incluso dentro de esta corriente es posible encontrar
esta distinción del discurso crítico en autores como N. Fairclough.
Por su lado, el discurso critico, más aún en relación al discurso político
presenta diferencias respecto a la postura anteriormente mencionada y con
lo que ya implicamos. En esta cuestión, el desplazamiento obligado de la
cuestión del análisis -del discurso propiamente si se quiere- nos podría
ayudar a reintroducirnos en uno de los problemas mencionados anteriormente,
la de como considerar político a un discurso. En este sentido la teoría
crítica desde Benjamin, W. Adorno T. y Horkheimer M. pueden servir de punto
de referencia.
Puntualmente, ¿Que es un discurso político? y dentro de esto, ¿Que es un
discurso crítico?
En este trabajo demostraremos que es posible un discurso crítica sin
necesariamente apelar a las herramientas del análisis crítico del discurso,
y que el discurso político, y la posición crítica que puede adoptar este
discurso puede escapar, por momentos, al modelo conceptual del análisis
crítico del discurso.

Una corriente que hoy aborda críticamente –entre otras- al discurso
político es el análisis crítico del discurso (CDA). Tal vez el elemento
crítico de esta corriente resida en como se establecen las relaciones entre
la estructura del lenguaje y las estructuras ó formas de dominación que se
dan en una dimensión ajena a lo exclusivamente discursivo. En otras
palabras las estructuras del lenguaje tienen un efecto sobre las formas de
dominación social. Esto implicaría que la crítica del discurso no es una
mera crítica de un material –o contenido específicamente- lingüístico, sino
que por el contrario, la crítica del discurso es una crítica a las formas
sociales de dominación.
Independientemente de todo esto podemos al mismo tiempo realizar una
crítica de esta misma crítica sin, por supuesto, ni desacreditar ni –mucho
menos- descalificar los logros y alcances de esta corriente. Por otro lado,
son más las virtudes que defectos que podemos encontrar en esta forma de
encarar el análisis del discurso. Aún así, considerando a la crítica como
una actividad esclarecedora y productiva más que de denigrante, existen
aportes que se pueden rescatar de esta para el caso que se presenta
específicamente aquí.
Las críticas que se pueden realizar aquí giran alrededor de dos cuestiones.
La primera tiene que ver con el método, mientras que la segunda está
relacionada con que es lo que es considerado discurso político para esta
corriente.
Tal vez a lo que queramos llegar con todo esto se pueda resumir que el
método del análisis crítico del discurso no asegura por sí mismo un
análisis crítico. Tampoco queremos decir que él método utilizado por esta
corriente tampoco logré efectivamente realizar análisis críticos, pero este
por sí solo no es garantía de una crítica genuina. Como podremos ver en
esta exposición, quienes –y esto claro está, es un mero juicio personal-
logran adoptar una posición más crítica son aquellos que asumen posiciones
más laxas frente a los principios de la gramática funcional, la cuál puede
ser considerada el fundamento y principio de esta corriente, que tampoco se
presenta como un frente cerrado y homogéneo.
La segunda cuestión, relacionada a los criterios a partir de los que se
considera el discurso político pareciera tan amplio –como hemos dicho, no
en todos los casos es así- que muchas veces pareciera que prácticamente
cualquier cosa puede ser considerada discurso político.
Esta segunda cuestión podría permitirnos extendernos brevemente y a forma
de ejemplo en que es lo que podría ser considerada una unidad de análisis
concreta para analizar dentro de los principios de esta corriente.
Por último, y aquí es donde encontraremos el aspecto más relevante de este
desarrollo, queremos destacar que una crítica del discurso político, e
incluso un análisis crítico del discurso se puede logran desde varias
posturas teóricas que no necesariamente tienen que coincidir con aquellas
del análisis crítico del discurso (CDA).
Por solo mencionar anticipadamente una de estas posibilidades, podríamos
hacer referencia a los trabajo realizados bajo la llamada teoría crítica,
la cuál contempla también una crítica del discurso política sin
necesariamente apelar ni a los métodos, principios y concepciones
sostenidas por el CDA. Esta no resulta ser la única forma alternativa de
crítica, o análisis crítico del discurso político. De alguna manera
exploraremos aquí esas posibilidades.

Aspectos Metodológicos del Análisis Crítico del Discurso (CDA)

Tal vez el aspectos metodológico que prima con mayor peso en esta corriente
de análisis sea la gramática funcional tal como es planteada por M.A.K
Halliday en su Introduction to Functional Grammar (1985, 1994). En este
caso la influencia de la obra Language as Social Semiotic (1978) del mismo
autor anticipa el vínculo que la corriente o variante crítica de esta
escuela establecerá entre las estructuras del lenguaje y las estructuras
sociales.
Sin la intención de entrar en una reseña detallada de los principios de la
gramática funcional podríamos decir que esta teoría se sostiene en tres
principios o funciones fundamentales que cumple el lenguaje y a partir de
las cuales se podrán establecer distintos tipos de niveles de análisis.
Estas tres funciones ó meta-funciones son el tenor, el campo, y el medio o
modo. Estos tres elementos constituyen –un elemento fundamental que incluso
brinda una ventaja dentro de esta corriente para establecer el criterio a
partir del cuál se puede establecer el discurso político- el registro. La
forma en que el registro se articula con estas tres funciones del lenguaje
es por que "los tipos de situación lingüística difieren entre sí por tres
conceptos: Primero, por lo que realmente ocurre; segundo, por quienes
participan, y, tercero, por las funciones que desempeña el lenguaje"
(Halliday, 1978: 48). El CDA no se agota exclusivamente en estos principios
sino que más bien parte de estos[1]. Dado que una de las principales
preocupaciones de esta corriente era descubrir la forma en que los procesos
lingüísticos afectan los procesos sociales el aspecto más utilizado de esta
teoría fue el campo o la transitividad, que es el nivel en el que el
lenguaje es concebido en su función de proceso, o la forma en que se
representan por medio del lenguaje las cosas en el mundo. Los recursos
teóricos y metodológicos del CDA no se agotan en la gramática funcional,
aún así, los desarrollos sistémicos de este tipo de análisis suelen
utilizar los recursos de la misma[2]. El CDA es genuinamente una corriente
crítica en términos de que se nutren de una amplia gama de principios
teóricos que cumplen un rol más bien auxiliar o complementario del análisis
funcional[3].
Concretamente y haciendo referencia a los casos más relevantes de esta
corriente como pueden ser el de Hodges y Kress, y –quien a juicio personal
presenta una perspectiva sumamente interesante y genuinamente crítica- N.
Fairclough. A partir de estos ejemplos podemos hablar de
transdisciplinaridad o interdisciplinaridad como principio metodológico del
CDA. N. Fairclough despliega este principio en análisis concretos de textos
que sin lugar a dudas pueden ser considerados políticos. Entre estos cabe
destacar "el lenguaje del gobierno" en "New Labour, New Language?"
(2000),"Blair's contribution to elaborating a new 'doctrine of
international community'" y "Critical Discourse Analysis in Researching
Language in the New Capitalism: Overdetermination, Transdisciplinarity and
Textual Analysis" (2003b) donde, no solo se presenta una posición
interdisciplinaria, sino que esta misma se aplica críticamente al análisis
de textos que tienen un efecto pragmático sobre el orden político y social.

Dentro de esta corriente también podemos considerar a T van Dijk quien en
varios aspectos resume algunos principios de este tipo de estudios[4].
A pesar de que CDA sostiene un amplio frente de posiciones respecto al
análisis de textos concretos en situaciones concretas, no se puede esperar
de esta corriente que asuma todas las posiciones críticas respecto de las
posibilidades que brinda el análisis del discurso, así como las
perspectivas de las ciencias sociales y la filosofía política que
consideran al lenguaje como un elemento de análisis privilegiado.
Esto es mencionado para poder establecer diferencias entre el análisis
crítico del discurso como corriente (CDA) y otras críticas posibles del
discurso, específicamente, el político.
La llamada teoría crítica desarrollada por los mentores de la Escuela de
Frankfurt –como W. Benjamín, Th. Adorno, M. Horkheimer, H. Marcuse (quien
es mencionado por Hodges y Kress), entre otros- aporta elementos que pueden
ser encontrados en algún caso en esta corriente, pero a pesar de esto
existen claras distinciones entre algunos aspectos del análisis de estas
corrientes. Está claro que si en ambos casos se habla del análisis de
discursos concretos en sus correspondientes contextos, encontraremos que la
dimensión histórica juega un papel fundamental. Mientras que el CDA estudia
los discursos de la democracia, la teoría crítica se preocupa por el
fenómeno del surgimiento del discurso totalitario. Incluso,
independientemente de este elemento –que por supuesto no es menor- hay
elementos críticos como las condiciones materiales y los soportes del
discurso. Esto permite analizar el discurso cuando adopta formas diversas a
partir del soporte de las nuevas tecnologías que dan origen a los medios de
comunicación de masas. Específicamente encontramos un abordaje interesante
al análisis del discurso de la imagen y los efectos políticos, tanto con
sus posibilidades revolucionarias –como sostendría Benjamín- así como su
neutralidad capitalizable por cualquier régimen, como el autoritario de la
Alemania nazi –sostenida por Adorno.
Quien presenta también aspectos interesantes respecto al abordaje del
análisis semiótico de la imagen es R. Barthes. En mitologías presenta un
esquema semiótico en el que constituye la imagen como unidad significante
análoga al signo lingüístico([1957]2003 pág. 206).
Hablar de Barthes nos llevaría a profundizar en una corriente que puede ser
caracterizada bajo el título de "pensamiento francés", que en alguna medida
puede estar implicada en la corriente crítica del análisis del discurso[5].
Aún así y a pesar de los lazos que se pudieran establecer entre estas
corrientes hay quienes –como D. Mainguenau y Mainguenau y Cosutta(?)- que
reconocen una marcada diferencia entre la corriente anglosajona
(identificada en parte con el CDA) y la francesa. Está claro, como hemos
mencionados que es difícil hablar de corrientes homogenias, incluso dentro
de la francesa, donde podríamos distinguir la posición estructuralista y la
post-estructuralista. Está última, contemplada a partir de los trabajos de
R. Barthes, M. Foucault y J. Derrida entre otros presenta una discusión
profundamente crítica respecto del lenguaje, la semiótica, la escritura y
el discurso. Incluso en estos casos estos autores escriben desde las dos
posiciones, incluso rompiendo con el estructuralismo desde esta misma
teoría. Un caso que vale rescatar es el del artículo de J. Derrida "Fuerza
y enunciación" en "La escritura y la diferencia" (¨[1963]1989)
En este sentido, y aunque los desarrollos del CDA puedan reconocer buena
parte de estos desarrollos, creemos que existen ciertas incompatibilidades
teóricas entre estas corrientes. Incluso la forma en que se apelan a
ciertos principios en cada caso es muy distinto. Concretamente Hodges y
Kress en su "Lenguaje como ideología" apelan –casi anecdóticamente, y más
como recurso argumentativo de los efectos del lenguaje en la estructura
psíquica que afecta sobre el comportamiento- a los desarrollos teóricos del
psicoanálisis Freudiano, que claramente se pueden encontrar muy distantes a
las posiciones de Derrida que se pueden encontrar en artículos como "La
escena de la escritura en Freud" ([1966]1989) "La carta postal Freud &
Lacan" () y hasta su lectura más tardía y politizada como la presentada en
"Políticas de la amistad" (1998). Respecto a esta cuestión particular, de
cómo son contemplados los desarrollos del psicoanálisis en estas corrientes
críticas podríamos decir que en cada caso encontramos lecturas muy
distintas. Podríamos incluir en esta discusión las lecturas de otros
postestructuralistas como las de S. Zizek, E. Laclau y hasta las de R.
Rorty.
En el caso de estos tres últimos autores mencionados, la reflexión en torno
a la política es tan central como para el lenguaje, o mejor dicho el
discurso. Estas corrientes, la del CDA y la filosofía política
contemporánea y postestructuralista no necesariamete comparten más que los
encuentros de las conferencias de teoría política que organiza la
Universidad de Essex. Esta anegdota solo sirve para señalar que estas
distintas corrientes críticas respecto al abordaje del análisis del
discurso, a pesar de mantener principios teóricos que parecieran que se
desplazan por carrilles independientes, no colisionan antagónicamente. Algo
que es aún más interesante, aquellas corrientes o teorias que no están
incluidas bajo el título de CDA, como pueden ser consideradas el
postestructuralismo en general, la teoría de la hegemonía, el pragmatismo y
la deconstrucción[6] no tienen pretensiones de ser clasificadas bajo este
título.
En este punto ya estaríamos en condiciones de comenzar a sintetizar lo aquí
dicho en una conclusión parcial. Comenzamos hablando del Análisis crítico
del discurso (CDA), de algunos de sus principales exponentes y obras para
extendernos en otras corrientes que pueden brindar elementos para una
crítica del discurso de características similares a las del CDA en términos
que los efectos del discurso no están restringidos al dominio de la
lingüística. Esto significa que de la misma manera que el análisis crítico
del discurso sostiene que las estructuras del lenguaje tienen un efecto
sobre las estructuras sociales y sus formas de dominación; otras corrientes
que no necesariamente comparten los mismos principios metodológicos
encuentran que la realidad se constituye discursivamente y que ciertos
antagonismos sociales son resueltos hegemónicamente a través de operaciones
discursivas.
El punto de toda esta discusión es que podemos encontrar una crítica del
discurso más allá del análisis crítico del discurso (CDA) sin negar que
esta sea genuinamente una corriente crítica.
Hablamos específicamente de los aspectos metodológicos de esta corriente.
En este sentido consideramos que el método de por sí –específicamente el de
la gramática funcional en su variante crítica- no es de por sí condición
suficiente de un genuino análisis crítico. Rescatamos ciertas obras y
autores quienes logran efectivamente estos resultados. Aún así vemos
proliferar análisis que pretenden alcanzar un carácter crítico por el mero
hecho de adoptar –en algunos casos- sistemáticamente algunos principios de
esta corriente.
La conclusión a la que aquí queremos llegar es que el método del CDA, que
de por sí es algo heterogéneo, aún manteniendo como foco la gramática
funcional, no garantiza una verdadera crítica del discurso, menos aún –y
como veremos en el próximo apartado- del discurso político. Es posible
alcanzar una crítica del discurso político que busque alcanzar efectos –o
al menos descubrirlos- pragmáticos que afecten el orden concreto de la
sociedad, sin apelar al CDA.
Esto significa que a pesar de que el CDA es genuinamente una corriente
crítica, y a juicio personal, los trabajos, especialmente los de N.
Fairclough, representan un gran aporte a la crítica del discurso y la
teoría social, hay ocasiones en las que nos podemos encontrar -como en
términos de E. Laclau-, que la sigla CDA es un significante vacío, una mera
etiqueta autoadhesiva anexable a cualquier análisis. Esta misma crítica
puede caer en el mismo defecto si se menciona tan generalizadamente. En el
próximo apartado podremos acotar el foco de esta crítica sobre trabajos
concretos para lograr una crítica eficiente de lo aquí presentado.

El discurso político como unidad de análisis.

El problema que aquí queremos tratar es a que se le llama discurso
político. La cuestión puede presentar más complicaciones de las que
aparenta a simple vista. El discurso político no es un mero género
discursivo, ni es algo que se pueda determinar con facilidad, ya sea por su
contenido o por su ámbito de producción y circulación. Esto sin duda puede
darnos importantes indicios de que es un discurso político, especialmente
si tenemos en cuenta el ámbito de producción discursivo del Estado. Sobre
esta cuestión no cabría mucha duda. El discurso producido en el ámbito del
Estado es sin lugar a dudas discurso político. Sin embargo el discurso
político no se puede circunscribir exclusivamente a este ámbito, menos aún
para el caso de las sociedades democráticas, donde uno de sus principios
fundamentales es la posibilidad de acceder al poder político a través de
elecciones limpias y abiertas. Esto no es un dato menor, ya que este
principio permite la proliferación de discursos generados en el ámbito de
la sociedad civil y que tienen como objeto o pretensión alcanzar el poder
política. Esto es, nada más ni nada menos, que los discursos de campañas.
Incluso es notable que en los trabajos sobre discurso político se considere
con suma regularidad los discursos de campañas políticas, y no justamente
aquellos que logran ganar las elecciones[7].
Hasta aquí nos hemos deslizado por los senderos menos resbaladizos de la
cuestión. Pareciera hasta aquí que el discurso político es aquel que se
desarrolla y circula por a través del Estado y los discursos producidos en
el marco de la sociedad civil con la pretensión de alcanzar el poder del
Estado. La pregunta aquí es ¿Esto es todo? El discurso político se
restringe solo a estas condiciones.
La respuesta es categórica, pero con algunas reservas. El discurso político
no se restringe exclusivamente a esta condiciones recién mencionadas. Aún
así, la línea divisoria entre lo que es y no es discurso político sigue
siendo sutil. Hay quienes indiscriminadamente consideran cualquier tipo de
discurso, discurso político. Concretamente el artículo de G. Seidel
publicado en el "Handbook of Discourse Analysis" titulado "Polítical
Discourse Analysis" (1985) donde reseña los trabajos en torno a esta
problemática menciona el caso de T. Trew quien analiza comparadamente los
titulares de los periódicos. Es cierto que no selecciona cualquier titular,
sino titulares que tratan cuestiones raciales en Rhodesia[8]. El caso
concretamente plantea lo siguiente:

" "Agent "Process"Affected "Circunstance "
"Times "Headlin"Police"Shoot "rioting "(as) ANC leaders Meet "
" "e " "dead "blacks " "
" "Report " "Shoot "eleven "(when) Rhodesian police "
" " " "dead "Africans "opened fire on a rioting "
" " " " " "crowd "
"Guardi"Headlin"Police"Shoot "11 "(in) Salisbury riots "
"an "e " "dead " " "
" "Report "Riot "Shoot "11 " "
" " " "and "Africans " "
" " "Police"Kill "demonstrat" "
" " " " "ors " "


Fuente: Trew. 1979ª, p. 100 en Van Dijk (1985).

Aquí podemos apreciar lo mencionado en el apartado anterior respecto los
procedimientos metodológicos del CDA. La cuestión aquí concierne a una
problemática de otro orden. ¿Es esto un discurso político? Esto despierta
aún otra pregunta más profunda ¿Qué es el discurso político? ¿Acaso,
cualquier cosa puede ser discurso político? En principio, pero
capciosamente, la respuesta es sí, cualquier cosa puede ser discurso
político, aún así, es nuestra posición considerar que esto, lo que Trew
analiza no es justamente discurso político; o por lo menos no
necesariamente. La pregunta fundamental aquí es ¿Por qué Trew considera
estos titulares discurso político? En el mejor de los casos nos encontramos
aquí con el discurso de los medios, como si esto no representara también un
problema, ya que en buena medida estos discursos, los de los medios y el
discurso político tienden a entremezclarse.
La posición que aquí presentamos y que creemos que justo en esto reside lo
novedoso y lo que amerita esta ponencia es que en muchos casos, como el que
estamos presentando aquí, se considera cualquier tipo de discurso como
discurso político cuando no lo es. Existe una tendencia en los llamados
estudios culturales y CDA a analizar los titulares de los periódicos bajo
la consigna de estar tratando discurso político.
Hasta aquí hemos hecho dos cosas. En primer lugar definir algunas
condiciones mínimas pero no suficientes ni excluyentes sobre el discurso
político, estas son, el discurso producido en el ámbito del Estado y de la
sociedad civil con vistas a alcanzar el poder político. La segunda cosa que
hemos hecho fue impugnar el análisis de los medios como análisis del
discurso político.
Ahora debemos afrontar lo inevitable: ¿Qué es el discurso político? Al
menos ¿A partir de que podemos determinar que es discurso político y que no
lo es?
Para resolver esta cuestión adoptaremos la posición de la pragmática que
define al discurso político no como un género, mucho menos aún a partir de
su contenido ni ámbito de circulación sino más bien por su efecto. Aquí
está la clave de la definición de discurso político. El discurso político
es aquel discurso que genera un efecto en el destinatario.
Un efecto concreto a partir del que se puede distinguir el discurso
político puede ser considerado lo llamado "efecto de destinación múltiple"
(E. Verón 1986, M. M. García Negroni 1988). En concreto podríamos decir que
el discurso político es aquel discurso que independientemente de su ámbito
de producción y circulación, como así de su contenido, puede generar una
destinación múltiple, o por decirlo de otra manera, la posibilidad de que
el destinatario adopte distintas posiciones frente al mismo, ya sea a
favor, en contra, o neutra. Esta distinción puede provocar inconvenientes y
confundir la esta categoría de discurso político con la de discurso
polémico. En tal caso podríamos decir que el discurso político es
necesariamente polémico, a menos que alcancemos la racionalidad
comunicativa prescripta por Habermas. En términos reales deberíamos asumir
que el discurso político, e incluso la política misma, más allá del
discurso y como categoría analítica de la filosofía implica de alguna
manera la polémica. Para el caso de esta categoría para la filosofía
política hablaríamos más bien del conflicto que de la polémica.
Regresemos un poco por los pasos que hemos andado en este punto. ¿Son
entonces los titulares analizados por Trew discurso político? A pesar de
que puedan generar polémica y tener un efecto de múltiple destinación en
sus receptores sostenemos que es más adecuado considerar este tipo de
discurso bajo el título de discurso periodístico o discurso de los medios.
En tal caso, si alguien, a partir de este discurso generara un nuevo
discurso que provoque un efecto de destinación múltiple, tal vez en ese
caso efectivamente estemos frente a un verdadero discurso político.
En el apartado anterior mencionamos a W. Benjamín. En tal caso apelando
aquí nuevamente a él a través del análisis de la cultura a partir de sus
producciones, ya sean de la "alta" o "baja" cultura, podríamos considerar
el film del Monty Pithon "La vida de Brian" (1979) como un caso interesante
para abordar esta cuestión. ¿Cuál es el alcance del discurso político? Sin
ánimos de contar o recrear aquí dicho film podríamos mencionar
sintéticamente que este trata de un hombre común y corriente de la Judea
del año 0 de nuestra era que por mera cuestión aleatoria es considerado el
Mesías. Él, Brian sabe con toda seguridad que el no es el Mesías. Aún así
encuentra muy dificultoso explicarle esto a la multitud, a los romanos, al
frente para la liberación de Judea y el frente de Judea para la liberación.
Este ejemplo nos muestra un emisor que ya no es dueño de su discurso y este
cae ya bajo el dominio arbitrario y tirano de sus receptores no
pretendidos.
Este ejemplo del arte nos muestra paródicamente los alcances del discurso
político. Este caso ilustrativo nos da una idea de los efectos pragmáticos
del discurso político.
Fuera del arte, esto es, en términos pragmáticos consideramos discurso
político aquel discurso capaz de provocar efectos polémicos o de
destinación múltiple. Aún así acotaríamos esta definición a partir de los
principios que enunciamos anteriormente que lo vinculan al Estado o de
alguna manera al poder –no a secas sino- implicado a la política. Para
aclarar esta cuestión, un padre puede tomar una determinación frente a su
hijo provocando este efecto pragmático de destinación múltiple dividiendo
las posiciones de la madre y hermanos y aún así, implicando esto una
cuestión de poder, no estaríamos en condiciones de afirmar que el discurso
de ese padre sea discurso político.
Creemos que de esta manera resolvemos en buena medida varios interrogantes
en torno al discurso político, aún así quedaría ligar muchas de estas
cuestiones con lo mencionado en el primer punto en relación al CDA.
Habíamos mencionado que el CDA posee un aspecto metodológico muy
conveniente para el análisis del discurso político. Esto es la noción de
registro. Como habíamos mencionado entonces el registro es el punto donde
convergen el campo, el tenor y el medio. Estos aspectos al mismo tiempo
definen las tres metafunciones fundamentales de la gramática funcional. El
registro puede ser de suma utilidad para distinguir el discurso político –a
pesar que este no es sensible al efecto pragmático de destinación múltiple
que mencionamos en este punto y que distinguiría al discurso político- al
permitirnos identificar quien habla, que medio utiliza y que dice. La
combinación de estas tres coordenadas nos permitirían identificar o al
menos darnos indicios claves para detectar si la naturaleza del discurso el
político o no.
Nos hemos esforzado en el punto anterior de demostrar que el CDA de por sí
no asegura la naturaleza genuinamente crítica del análisis y la cuestión de
que esta corriente ignore este principio pragmático del discurso político
es una pieza clave para nuestra argumentación.
De esta manera creemos haber resuelto si no al menos tratado la cuestión
que pretendíamos en el título de esta ponencia, el análisis crítico del
discurso y la crítica del discurso en torno al discurso político.

Conclusión.
El foco de este trabajo es claramente el discurso político y su abordaje
crítico desde el análisis crítico del discurso (CDA) y el análisis crítico
independientemente de esta perspectiva. Para ello nos detuvimos en un
comienzo a observar brevemente algunos principios metodológicos de la
corriente crítica del CDA y observar otras variantes críticas posibles como
la del postestructuralismo. A continuación intentamos establecer una
definición posible de discurso político. En este sentido se podría
considerar que el orden de los factores es inverso, aún así consideramos
que el orden de los mismos no alteran el producto.
En conclusión abordamos a que la corriente crítica del análisis del
discurso (CDA) a pesar de ser genuinamente crítica especialmente a partir
de los trabajos de autores como N. Fairclough, no garantiza por sí sola ni
una crítica del discurso, ni una definición apropiada de la noción de
discurso político.
El aporte aquí presentado intentó incorporar el principio pragmático de
efecto de destinación múltiple presentado por E. Verón y M. M. García
Negroni más la perspectiva de análisis postestructuralista para lograr una
genuina crítica del discurso.
De alguna manera el ejercicio aquí presentado es una suerte de crítica a la
corriente crítica de análisis del discurso, o en mucha menor medida, una
deconstrucción del CDA. No pretendemos haber logrado esto, sino más bien
haber planteado cuestiones fundamentales respecto al análisis crítico del
discurso político.

Bibliografía

Arendt H. (1985) [1979] "Como hacer cosas con palabras", Bs. As. Paidós
Althusser L. (1971) "Aparatos Idiológicos del Estado" en "La filosofía como
arma de la revolución", Bs. As. Nueva Visión.
Austin J. (1984) [1962] "Estética de la creación verbal", México, Siglo
XXI.

Bajtin, M.M. (1985) [1979] "Como hacer cosas con palabras", Bs. As. Paidós.

Benveniste, E. (1999) [1966] "Problemas de Lingüística General I y II",
México, Siglo XXI.

Derrida. (2000)"De la Gramatología", DF, SXXI.

Derrida. (1998)"Políticas de la Amistad", Madrid, Trotta.

Derrida. (1998)"Margenes de la Filosofía", Madrid, Cátedra.

Derrida. (1989)"Freud y la Escena de la Escritura", en "La escritura y la
diferencia" Barcelona, Anthropos.

De Sassure, F. (1995)"Curso de Lingüísitica General", Madrid, Akal.

Ducrot O. (1984) "El decir y lo dicho", Buenos Aires, Paidós.

Ducrot, O. y T. Todorov (2003) [1972] "Diccionario Enciclopédico de las
Ciencias del Lenguaje", Buenos Aires, Siglo XXI.

Fairclough, N. (2003b) "Critical Discourse Analysis in Researching Language
in the New Capitalism: Overdetermination, Transdisciplinarity and Textual
Analysis", Lancaster

Fairclough, N. (2000) "El lenguaje del gobierno", Cuadernos de
Sociolingüística FFyL

Foucault, M. (1998)"Las palabras y las cosas" Buenos Aires. Siglo XXI.

Foucault, M. (1982) "The Archaeology of Knowledge" NY, Pantheon.

Fowler, Roger (1985) "Power" en "Handbook of Discourse Analysis" Vol. IV,
van Dijk,

García Negroni, M.M. (1988) "La destinación en el discurso político: una
categoría múltiple" en lenguaje en Contexto I pp. 85-111.

García Negroni, M.M. y Tordesillas, M. (2001) "La enunciación en la lengua:
De la Deixis a la Polifonía" Madrid, Gredos.

Halliday, M.A.K, (1975) "Language as Social Semiotic: The Social
Interpretation of Language and Meaning". London. Edward Arnold Publisher,

Halliday, M.A.K, (1994) "An Introduction to Functional Grammar" Sydney,
Edward Arnold Publisher.

Hernanz, M.L. (1990) "En torno a los sujetos arbitrarios: la 2º persona del
singular" en Demonte, V. Y Garza Cuarón, B. (eds.) Estudios de lingüística
de España y México, UNAM, Colegio de México. pp.151-178.

Hodge, R. Y Kress, G. (1979)"El lenguaje como ideología" Cuadernos de
Sociolingüística FFyL

Kerbral-Orecchioni, C. (1980) "La Enunciación: De la subjetividad en el
lenguaje", Buenos Aires, Hachette.

Laclau E. & Ch. Mouffe. (2004)"Hegemonía y Estrategia Socialista: Hacia una
Radicalización de la Democracia", Bs. As., FCE.

Laclau E. (2000)"Nuevas Reflexiones sobre la Revolución de Nuestro
Tiempo", Bs. As., Nueva Visión.

Mainguenau, D. (1999) "Peut-on assigner des limites à l'analyse du
discours?" en Modeles Linguistics.

Mainguenau, D. (1980) "Introducción a los Métodos de Análisis del
Discurso", Buenos Aires, Hachette.

Marshall, G. (1998) "A Dictionary of Sociology" Paper Back, Oxford.

Rorty R. (1999)"Contingency, Irony and Solidarity", Cambridge U.K,
Cambridge U.P.

Sapir E. (1992) [1912] "El Lenguaje" México, FCE.

Seidel, Gill (1985)"Political Discourse Analysis" en "Handbook of Discourse
Analysis" Vol. IV van Dijk, T. A.

Verón, Eliseo (1986) "El Discurso Político. Lenguajes y acontecimientos"
Buenos Aires, Hachette.

-----------------------
[1] En palabras de T. Threadgold (2003), un contribuidor de los
principales autores de esta corriente una de las distinciones de este grupo
de autores se encuentra en que "They distinguished their approach from
sociolinguistics and from the then mainstream paradigm of linguistics
(which was Chomskeyan), refusing the oppositions form and content, and
system and process or use, insisting on analysing real texts and their
relations to real contexts" p.17).
[2] Hodges & Crees ([1979] 1993) "La gramática de una lengua es su
teor{ia sobre la realidad. La mejor teor{ia del lenguaje será aquella que
siga la forma de la gramática" (Cap.1 pag 14 en cuadernos de
sociolingüística y Lingüística Crítica FFyL)
[3] T. van Dijk sostiene "El análisis crítico del discurso (ACD)
presupone esas relaciones entre discurso y sociedad que acabo de resumir,
pero va más allá de una sociología o psicología social del discurso. En ACD
el enfoque es sobre relaciones de poder, o más bien sobre el abuso de poder
o dominación entre grupos sociales. El ACD tiene las mismas raíces que la
psicología social crítica: un movimiento en contra de los métodos, teorías,
análisis de la ciencia descontextualizada de sus condiciones y
consecuencias sociales y políticas." En:
http://www.bib.uab.es/pub/athenea/15788646n1a2.pdf
[4] T. van Dijk sostiene "Mi manera de ver el papel del lenguaje en las
ciencias sociales está probablemente más cerca de la perspectiva social que
de la lingüística en un sentido más tradicional. Me interesan menos, por
ejemplo, las lenguas como sistemas o como gramáticas. Tampoco me interesa
mucho un aspecto, estudiado mucho en sociolingüística, que sí es relevante
en las ciencias sociales, como las relaciones entre lenguas, cómo las
lenguas se hacen dominantes, o cómo se desarrollan lenguas minoritarias, y
otras relaciones globales entre lenguas y sociedades." En:
http://www.bib.uab.es/pub/athenea/15788646n1a2.pdf
[5] Concretamente N. Faircloug (1992) dedica un apartado de su
"Discourse and Social Change" a M. Foucault.
[6] Encontramos a los principales exponentes de estas tres teorías en
una compilación de Ch. Mouffe "Deconstrucción y Pragmatismo" (1998)
[7] Remitirse a las actas del V Congreso Nacional de Ciencia Política de
la SAAP (2003) y II Congreso Nacional de Sociología (2004).
[8] Languaje is a reality-creating social practice. Fowler en van Dijk
1985 pág 62.
"He is concerned with the theoretical process involved in the
reprentation and linking of particular events (like `race riots´ or the
shooting of Africans by the police in former Rhodesia) to a network of
causal relations that form part of our judment and perception. (...) Trew
is focusing on who (the principal participant) is reported to have done
what (the focal process) to whom or what (the affected), and, most
important, how these processes and participants are categorized, as this
marking agency and its mediation affects the way in wich we see social and
political relations. In doing so, he is applying a politically sensituve
philosophical framework shaped by Foucault, using linguistics concepts
derived from Halliday." Seidel, Gill "Political Discourse Analysis" en
"Handbook of Discourse Analysis" Vol IV. van Dijk, T. A., 1985. Pág.51

-----------------------
13


13
Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.