Disciplinar en la época del caudal como medida del Ser

September 14, 2017 | Autor: J. Santiago-Lucerna | Categoría: Cultural Studies, Political Economy, Philosophy
Share Embed


Descripción

DISCIPLINAR EN LA ÉPOCA DEL CAUDAL COMO MEDIDA DEL SER* Javier Santiago-Lucerna "There must be some way out of here" said the joker to the thief "There's too much confusion", I can't get no relief Businessmen, they drink my wine, plowmen dig my earth None of them along the line know what any of it is worth. All along the watchtower Bob Dylan, 1967

I Ocurrió en el momento en que el tecnócrata confundió la leche y la magnesia, procurando celebrar la efectividad del recién implementado dispositivo de vigilancia a la hora de subsanar el déficit que afecta su agencia. Mientras, alguien en la audiencia (presumiblemente una periodista bien intencionada) le recordaba el “verdadero” norte del dispositivo de vigilancia: disciplinar a los ciudadanos. He aquí entonces un cortocircuito en el orden semántico que apunta a una progresiva mutación del código que opera en el ámbito de lo político. Se adelanta ya no una cosificación (como en los tiempos de Lukács) sino una cuantificación de la voluntad como ejercicio. Se termina entonces de introducir una nueva medida: el cero como valor absoluto. O sea, la ausencia de ser. ¿Tener o no tener? Bajo una economía de concentración de capitales producto del despojo sistemático de los bienes públicos (como sugiere Picketty), aparece el delirio de querer reemplazar la endémica inconmesurabilidad del diario vivir posfordista con una nueva axiomática del valor basada en la ausencia absoluta de ser (o, parafraseando a Descartes: se es en la medida en que se tiene). Fondos de cobertura, acciones, inversiones, etc.; son todas formas de ser basadas en acumulación de bienes. No se trata de modos de valor predispuestas al consumo; aquí no parece haber cabida para términos como “poder adquisitivo,” “estilo de vida” ni tampoco “clase media.” Se tiene en la medida en que se acumula y no se dispone de lo acumulado. Dicho de otro modo: el tener es vida en sí misma.

*

Publicado originalmente en la revista electrónica Cruce en su edición del 17 de noviembre de 2014. http://revistacruce.com/politica-sociedad/disciplinar-en-la-epoca-del-caudal-como-medida-de-ser.html

Ocurre así que el disciplinamiento bajo esta nueva axiomática del valor ya no acontece bajo los parámetros de la biopolítica ni de la ética. Si ambos suponían de antemano la existencia de un cuerpo sobre el cual operar, aparece ahora otro “cuerpo” constituido en el razonamiento cuantitativo. Nada nuevo, se pensará. Pero allí donde lo matemático sirvió como aquiescencia de un futuro previsible (como en el positivismo decimonónico), hoy sirve como evidencia de indeterminación. O sea: si en el presente se acumula es porque el futuro aparece como algo repleto de contingencias, indeterminantes, azar. El eje principal de esta nueva axiomática del valor lo es el caudal. Una rápida revisión de sus raíces etimológicas permite comprender las formas en que éste articula una nueva medida: caudal remite a capitalis, que a su vez hace referencia a capital, bienes, abundancia. De caudal, a su vez, se derivan términos como capacidad y capitulación; pero también otros como caudillo y capo. No se está lejos, entonces, de palabras como acaparar, almacenar, retener, etc. De ello que el ser sea efecto de la acumulación de bienes. Por tanto, disciplinar bajo esta axiomática, se traduce a un acto de atentar: o bien contra lo que se tiene, o quizás contra la capacidad del sujeto de poder acumular. Restar se constituye como disciplina en la medida en que ello atenta contra el caudal. Es de esta manera que se terminan produciendo efectos de verdad específicos. Esto lo que quiere decir es que las consecuencias éticas que le acompañan son mero efecto ulterior, pues el axioma fundamental de esta acción es atentar. Cuando se atenta se interpela, subsumiendo de este modo la conducta del sujeto a una serie de parámetros de los cuales posteriormente, si se desea, se pueden suscribir valores éticos. No debe perderse de perspectiva que la disciplina se ejerce directamente sobre el caudal o la capacidad del sujeto de poder acumular. El problema radica en quién atenta contra quién, puesto que aquel que ostente el poder de imponerse sobre los demás será quien pueda fijar la medida. Se podrá debatir si en efecto existe una medida. Pero lo que le presente parece subrayar es que la inconmesurabilidad es solo un “after taste” del ejercicio de imponer una nueva medida. Quizás la dificultad en poder localizar la medida comience por su carácter abstracto y/o la escala global que este nuevo ejercicio de disciplina asume.

II Si la estafa es el crimen más común en el mundo del capital financiero en la actualidad, es porque tanto el Estado como los demás entes policíacos del Imperio carecen de una medida a través de la cual dar cuenta de su magnitud y alcance. Por tanto, las medidas disciplinarias que se imponen en estos casos casi nunca están a la par de la estafa cometida. Se termina recurriendo a la multa (a la que llaman simpáticamente penalidad) en un intento por equiparar cantidad con privación de libertad, pero de ningún modo la pena impuesta corresponde a la magnitud de la violación. Puede que la razón por la cual no se adjudican acusaciones esté supeditada a la imposibilidad de determinar el grado de responsabilidad de los directivos (¡hablando de la falta de una medida!) y lo quimérico que puede resultar acusar a un ente jurídico corporativo; prevalece, en ambos casos, la falta de una medida. Por tanto: cualquier acción, multa, o penalidad termina irremediablemente circunscribiéndose a una acción directa sobre el caudal. De acuerdo a ello, el Estado francés se propone multar en $4,900 millones al banco suizo UBS por haber asistido a sus clientes en el proceso de defraudar el fisco. La multa, de acuerdo a la información provista, es equivalente a la mitad del total de fondos que fueron depositados (por sus clientes y con asistencia del banco) en otras jurisdicciones, ello con el expreso objetivo de evadir el pago de impuestos. Si bien esta cantidad equivale al 40% de las ganancias obtenidas por el banco suizo en el último año, las autoridades han insistido que la misma no supone peligro de liquidez para la institución. † Existe otra cifra que permite contextualizar el peso de la penalidad. Ella supone una pérdida, en términos de activos, de alrededor de un .04% para la institución. Puede que $4,900 millones resulte una cifra terriblemente espantosa para muchos, pero en la escala global donde UBS opera es una cantidad ridículamente ínfima. He aquí, entonces, evidencia de la asimetría intrínseca del terreno global donde opera el capital financiero líquido. La relación de Francia, como Estado nacional soberano con respecto a UBS es de un pequeñísimo David frente a un todo poderoso Goliat. Pero sobre todo, los franceses †

Benedetti-Valentini, F. Fouquet, H. (2014, September 18). UBS in $1.4 billion test for French tax-evasion crackdown. Tomado de: http://www.bloomberg.com/news/2014-09-18/ubs-in-1-4-billion-test-of-frenchtax-evasion-crackdown.html

solo pueden dar cuenta de aquellas faltas cometidas contra su persona jurídica. Esto le impide pasar juicio sobre UBS como un todo: no puede decir que opera como crimen organizado (aunque una suma de sus faltas a escala global brinde evidencia de ello); ni tampoco como una pandilla de extorsionadores (aunque en más de una multa se evidencia sus prácticas fraudulentas). Sólo puede atentar contra su caudal. De aquí que observar detenidamente el monto de multas impuestas al capital financiero por la maraña de escándalos recientes es admitir, nuevamente, lo exiguo que resulta cualquier medida. Las palabras oficiales del banco luego de que se filtrara a la prensa la posibilidad de la penalidad multimillonaria: “The base for any calculations in this matter are completely artificial, speculative, and not based on facts. This matter is currently still in the stage of a formal investigation, and we will continue to defend ourselves strongly.”‡ Se desprende de esta declaración otro asunto cardinal: quizás UBS tenga razón en cuestionarla: ¿cuál es la base, el cálculo, que permite equiparar la cantidad con el daño provocado? Si bien la racional empleada por el Estado francés pudiera justificarse en la forma en que las prestaciones sociales se vieron comprometidas por la magnitud del fraude, éste reduce la acción a la emisión de un mensaje (al aire, debería añadirse). De acuerdo a un investigador francés, la multa está suscrita al interés, por parte del Estado, de avisarle a las demás instituciones que pueden o pudieran estar realizando este tipo de actividad, sobre las consecuencias de sus acciones.§ Se subsume de esta forma la acción del Estado a la lógica del disciplinamiento por medio de la resta de caudales, a una medida. Por ello la comunicación carece de cualquier rastro de ajusticiamiento o de valoración ética y/o moral. Es cierto que, a modo de poder transar, UBS o cualquier otra institución financiera que haya cometido semejante estafa debe declararse culpable. Gesto que evoca (a medias, debe añadirse) algún ejercicio de reflexión ética y/o moral sobre las acciones perpetradas. Pero la imposibilidad de poder cuantificar la ética y la moral, abre las



Matlack, C. (2014, October 3). Swiss bank UBS could face a record-breaking tax-evasion fine. Tomado de: http://www.businessweek.com/articles/2014-10-03/swiss-bank-ubs-could-face-a-record-breaking-taxevasion-fine. § Ibid.

puertas tanto al cuestionamiento (como hace el oficial del banco) como a la conclusión de la inexistencia de alguna medida. El impasse que surge aquí, entonces, tiene todo que ver con la asimetría implícita de la situación: no sólo se trata de la inconmesurabilidad de la ética y la moral; también quedan de por medio los principios imperiales del capital financiero. Este requiere la producción de un discurso uniforme cuyo alcance sea verdaderamente global. De aquí la necesidad de rechazar ineludiblemente cualquier imposición de una lectura particular, venga de donde venga. Por ello, nuevamente, el acto de disciplinar debe incidir sobre el caudal implícito del banco (o su capacidad). Claro, del otro lado, es diferente. Los fondos de cobertura buitres que acechan a la Argentina no solo saben cuál es su medida; intentan por todos los medios posibles (e imposibles) de imponerla como medida del ser. Interesante el caso, en cuanto se instiga a las estructuras jurídicas de los viejos Estados soberanos a ampliar su radio de acción y dominio, e infligir la capacidad de acumular otro Estado. Es como si pretendieran cubrir con cariz de legitimidad jurisprudencial su medida, al tiempo que refrendan su despiadado ataque sobre el caudal argentino sobre bases de una disciplina ética (y hasta moral) enraizada en las viejas bases del colonialismo europeo.

III No debe quedar duda de que el caudal es sustancia del ser hoy día. En él convergen no sólo formas específicas de ser, sino también maneras de ejercer disciplina e inclusive de vigilar. Encierra otro tanto que quizás sea más apremiante revisar: en el caudal como medida concurren debates sobre lo que debe ser el futuro inmediato. A través de él se configura el poder del capital financiero y se impone una lectura cuantitativa basada en la incertidumbre del futuro inmediato. A través de ésta, el capital subsume estructuras imperiales específicas, buscando cimentar su dominio al amparo del marco jurisprudencial que les fundamenta. Es de allí donde se encontrará una nueva “genealogía del bien y el mal.”

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.