Disa Holmlander. Estrategias de atenuación en español L1 y L2. Estudio contrastivo en hablantes españoles y suecos

September 2, 2017 | Autor: A. Cestero Mancera | Categoría: Atenuación
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Descripción

Book Reviews Disa Holmlander. Estrategias de atenuación en español L1 y L2. Estudio contrastivo en hablantes españoles y suecos. Lund: Lunds Universitet, 2011, 288 pp. Reseña de Ana M. Cestero Mancera

Estrategias de atenuación en español L1 y L2. Estudio contrastivo en hablantes españoles y suecos recoge un trabajo de investigación de gran envergadura e interés, realizado como tesis doctoral por la autora, Disa Holmlander, cuyo fin es analizar y describir el funcionamiento como atenuantes de ciertos marcadores y determinados movimientos concesivos y la incidencia en su uso de varios factores (tipo general de atenuación, nivel discursivo en el que funcionan, partes del discurso en las que inciden o circunstancias formales que los motivan). En el estudio se contrastan producciones de dos modalidades discursivas –discusión y negociación–, en interacciones con tres tipos de interlocutores diferentes: entre hablantes nativos de español peninsular y hablantes no nativos suecos (conversaciones interculturales en español), entre hablantes nativos de español (conversaciones intraculturales en español) y entre hablantes nativos de sueco (conversaciones intraculturales en sueco). Dado que se trata de la presentación de un trabajo de investigación, la organización del libro es la propia de este tipo de textos. Así, comienza con una introducción general, tras la cual se expone, en el capítulo segundo, el marco teórico; continúa con la descripción de la metodología de la investigación, en el capítulo tercero; sigue con la presentación y discusión de los resultados, en los capítulos cuarto y quinto, y termina con un capítulo, el sexto, de conclusiones finales y con el listado de la Bibliografía manejada, que es abundante y adecuada, y está completamente actualizada. En la introducción, D. Holmlander establece, de forma clara y precisa, los objetivos del estudio que recoge en su libro, así como su importancia en el marco general de la sociopragmática, en este caso concreto, aplicada a la enseñanza y el aprendizaje de lenguas extranjeras, y detalla la estructuración de la obra. El capítulo segundo, como hemos mencionado con anterioridad, está dedicado a la presentación del marco teórico general. En él se revisan conceptos y teorías básicos y se ofrece un estado de la cuestión amplio y bien enfocado. La autora comienza aludiendo a las disciplinas desde las que se ha atendido la atenuación y deja claro, aunque comienza tratando la cortesía como una disciplina, Spanish in Context 11:2 (2014), 267–274. doi 10.1075/sic.11.2.06ces issn 1571–0718 / e-issn 1571–0726 © John Benjamins Publishing Company

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que la pragmática y la sociolingüística son los enfoques que han posibilitado la profundización en el conocimiento del uso de la atenuación lingüística. En la primera parte del capítulo, se revisan cuestiones de terminología y conceptos básicos (imagen social y cortesía, actos amenazantes de la imagen, cortesía mitigadora y valorizante, derechos de sociabilidad y actividades de imagen), se destaca y explica el modelo de cortesía más influyente, el de Brown y Levinson, y se alude a la polémica consideración del valor universal que los conocidos investigadores dan a la dualidad cortesía positiva-cortesía negativa, que lleva a la autora a optar por la división de D. Bravo entre imagen de autonomía e imagen de afiliación. La segunda parte del capítulo está dedicada a tratar el concepto de atenuación y a presentar la posición de la autora con respecto a diferentes aspectos relacionados con él. Holmlander, haciéndose eco de las propuestas de A. Briz, N. Hernández, D. Bravo y M. Albelda, entiende la atenuación como categoría pragmática que puede funcionar como estrategia de cortesía o como táctica para buscar aceptación de lo dicho o hecho por el hablante, y establece que los marcadores y movimientos de atenuación que se tratan en este trabajo, que sirven de actividades de autoimagen, pueden tener orientación alocéntrica (con cortesía) o autocéntrica (sin cortesía).1 Dado que, en su investigación, Holmlander contrasta producciones en L1 y L2 (español), es plausible que, en la tercera parte general del marco teórico, trate algunos conceptos relacionados con la adquisición de la pragmática de una lengua segunda o extranjera que le sirven para interpretar los resultados del estudio realizado. Así, alude a los conceptos de interlengua, de transferencia y de fallo pragmático, pragmalingüístico y sociopragmático, deteniéndose en los conceptos de transferencia pragmalingüística y sociopragmática y sobregeneralización pragmática, que son los más directamente relacionados con el estudio que aquí se describe. La penúltima sección de este capítulo está dedicada a las variedades diafásicas que posibilitan el contraste de las modalidades discursivas en la investigación y resulta de gran interés. El concepto de variedad diafásica que en él se maneja está extraído de la sociolingüística, y los rasgos que le sirven a la autora para la caracterización de las modalidades discursivas con las que trabaja –discusión y 1. En relación con los temas tratados en este apartado, cabe mencionar aquí que, con posterioridad a la investigación realizada por D. Holmlander, se ha abordado el estudio de la atenuación en el marco del “Proyecto para el estudio sociolingüístico del español de España y América (PRESEEA)”, y, para ello, se ha elaborado una ficha de análisis que contempla 45 variables, comenzando por el tipo de atenuación, variable en la que se distinguen, en avance sobre las propuestas de A. Briz, tres variantes -clases de atenuación: del dictum, del modus y del dictum y modus); además, se ha comprobado que no es operativa la distinción entre atenuación monológica y dialógica y que es más conveniente atender a funciones generales de la atenuación (Véase Albelda 2011, 2012 y 2013, Albelda y Cestero 2011, 2012a y 2012b, Cestero y Albelda 2012).

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negociación– se basan en las propuestas del grupo Val.Es.Co (Briz 1998). En realidad, estas modalidades solo son comparables si hacen referencia a dos tipos de actividades interactivas diferentes, que es como se entienden en este trabajo, pues, de lo contrario, serían secuencias discursivas que podrían aparecer en cualquier tipo de actividad interactiva, y los rasgos caracterizarían las actividades interactivas, no las secuencias discursivas. Por otro lado, con respecto a los rasgos manejados, dado el desarrollo actual del tema, hubiera sido aconsejable que se distinguiera tres tipos básicos de actividades interactivas (interacción institucionalizada, transaccional y conversacional) en base a las finalidades y, especialmente, al dinamismo y la distribución de turno. El capítulo termina con la revisión de los estudios previos realizados sobre interacciones entre hablantes suecos y españoles, tanto en contexto intra como intercultural, y, de forma específica, sobre “los rasgos culturales de estos hablantes que pueden influir en su uso de atenuantes” (p. 68). Una vez que ha establecido, de forma magistral, el marco teórico, D. Holmlander, en el capítulo tercero, titulado Materiales y método, expone y explica, en detalle, la metodología de la investigación, empezando por la descripción del corpus sobre el que se trabaja (discusiones y negociaciones) y siguiendo por la especificación de los tipos de análisis realizados (cuantitativo y estadístico), la caracterización de los recursos de atenuación elegidos (marcadores de atenuación y movimientos concesivos) y el establecimiento de las hipótesis de partida. El corpus sobre el que trabaja la autora para realizar la investigación es el corpus AKSAM (Competencia discursiva y sociocultural en hablantes nativos del español), recogido, bajo la dirección de L. Fant, en los años 1995–1996. Se trata de un material excelente, del que Holmlander selecciona 34 interacciones (5 discusiones intraculturales suecas, 8 discusiones intraculturales españolas, 10 discusiones interculturales y 11 negociaciones interculturales), con lo que resulta un corpus de grandes dimensiones para el tipo de estudio que nos ocupa, si bien los resultados de las comparaciones realizadas serían más significativos si se hubiera controlado el equilibrio en el número de interacciones de los distintos tipos –y su duración, así como en el número de hablantes pertenecientes a diferentes grupos (nativos– no nativos). Los recursos de atenuación seleccionados por D. Holmlander para su estudio han sido elegidos, de manera muy acertada, por su frecuencia de uso y su función primordial como atenuante en interacción, a partir de varios estudios piloto, y son los que denomina marcadores de atenuación –atenuantes epistémicos y atenuantes aproximativos, generalizadores y limitativos– y movimientos concesivos (en construcciones con pero). Las hipótesis de partida que establece Holmlander son, sin lugar a duda, de gran interés. En ellas se postula que los hablantes de español como lengua

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extranjera (ELE) mostrarán mayor frecuencia de marcadores de atenuación y movimientos concesivos, tanto alocéntricos como autocéntricos, que los hablantes de español como lengua materna en las conversaciones interculturales y en ambas modalidades discursivas, por transferencia pragmalingüística y/o sociopragmática del sueco y de rasgos culturales suecos; que se producirá mayor uso de atenuantes en las negociaciones que en las discusiones, tanto en los hablantes nativos como no nativos, pues no hay razón para pensar que los hablantes de sueco no hacen la misma distinción entre contextos de diferentes grados de formalidad que los españoles, y que se utilizará más marcadores de atenuación y movimientos concesivos atenuantes en interacciones interculturales que en intraculturales (pp. 100–102). El capítulo cuarto está dedicado a describir y explicar el estudio realizado de los marcadores de atenuación, definidos por la autora como atenuantes que no traspasan los límites de la palabra, locución o expresión verbal y seleccionados, como hemos mencionado con anterioridad, por su frecuencia de uso e importancia en el corpus manejado (p. 103). Holmlander comienza presentando el análisis cualitativo de los marcadores, para pasar, después, al cuantitativo y llegar a conclusiones que permitan comprobar o no las hipótesis de partida. Describe el análisis cualitativo realizado a partir de ejemplos contextualizados y el cuantitativo, teniendo presente los tres contrastes recurrentes en el trabajo: la comparación de los hablantes de español nativos (EL1) y suecos (EL2), de las modalidades discursivas (discusión y negociación) y del contexto (intra e intercultural). D. Holmlander caracteriza los atenuantes epistémicos2 como “operadores estrictamente pragmáticos que expresan duda, creencia, opinión o evidencialidad, atenúan la fuerza ilocutiva de los actos asertivos, y sirven para eludir la responsabilidad de lo dicho y para proteger las imágenes de los hablantes” (p. 119). Como es habitual en el estudio actual de la atenuación, la autora separa la evidencialidad como categoría distinta, lo que parece bastante acertado, pues los marcadores evidenciales no funcionan de la misma manera que el resto de elementos epistémicos. Los verbos léxicos epistémicos que han resultado de uso significativo en el corpus analizado y que Holmlander trata en profundidad son creo/creemos, no sé, (me/nos) parece, pienso/pensamos. Es de gran importancia, en nuestra opinión, el hecho de que la investigadora distinga claramente entre los dos valores existentes de este tipo de verbos: creencia o incertidumbre y opinión o actitud y que 2. En los trabajos que se están realizando en el marco del proyecto PRESEEA, los atenuantes epistémicos no son considerados marcadores propiamente dichos, sino un recurso determinado consistente en “expresar las aserciones en forma de duda o probabilidad, mediante el empleo de verbos y/o adverbios modales de pensamiento, duda, probabilidad… Por otro lado, en dichos estudios se considera un recurso diferente cuando los elementos léxicos epistémicos acotan la opinión como medida cautelar, utilizándose entre comas o pausas (Albelda y Cestero 2011).

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reconozca que hay una zona intermedia en la que es difícil establecer un corte claro y que, en su corpus, son muchos los casos que entran en tal zona. Por el tipo de muestra que se maneja, puede pensarse que la mayoría de los ejemplos encontrados son atenuantes, pero es un problema general distinguir entre la función de atenuante o no de estos elementos léxicos, que la investigadora resuelve adecuadamente. Por otra parte, los adverbios (y locuciones adverbiales) modales epistémicos registrados en el corpus manejado de forma significativa y estudiados en profundidad por la investigadora son quizá(s), a lo mejor e igual. Para clasificar y caracterizar los atenuantes aproximativos y generalizadores,3 Holmlander, a partir de la bibliografía que maneja, se hace eco de una cierta identificación entre los dos tipos, a pesar de que, en atención a su función, son categorías diferentes, más acordes, a nuestro modo de ver, con la denominación de cuantificadores aproximativos y difusores significativos, que permite distinguir entre elementos diferentes sin mezclar forma y función.4 Por último, la autora atiende con detenimiento a los adverbios de cantidad limitativos, atenuantes prototípicos minimizadores (un poco) y aproximativos (bastante). La sección cuarta del capítulo está dedicada a presentar los análisis cuantitativos y estadísticos y la quinta, a interpretar y discutir los hallazgos. Sin lugar a duda, los resultados obtenidos en esta investigación son muy reveladores y llevan a la autora a proporcionar una información de gran valor sobre el uso y funcionamiento de los recursos de atenuación tratados en la interlengua de los aprendices de EL2 suecos, lo que supone un avance considerable en la sociopragmática aplicada a la enseñanza de ELE. Según Holmlander, no hay diferencias significativas en la frecuencia de uso de atenuantes epistémicos en EL1 y EL2, aunque, por influencia de la lengua materna, en EL1, se usa más supongo/se supone, a lo mejor e igual, y en EL2 creo/creemos y quizás y, por tratarse de una lengua extranjera –mecanismo de sobregeneralización pragmática–, los informantes suecos prefieren un verbo atenuante (creo) y un adverbio (quizás) para cada función; por otro lado, los hablantes de EL2, por transferencia de la lengua materna y como estrategia habitual en una interlengua, usan más frecuentemente, en sus producciones, atenuantes 3. Estos atenuantes se clasifican en los estudios enmarcados en el PRESEEA como recursos de atenuación a través de modificación morfológica externa, mediante cuantificadores minimizadores y aproximativos o difusores significativos. 4. D. Holmlander incluye, entre los apéndices aproximantes, un elemento como digamos, en parangón con por decirlo así, por llamarlo de alguna forma, etc., que no funciona de forma similar a como lo hacen los modificadores a los que se alude en esta parte del trabajo, ya que no tiene valor aproximativo ni es marcador en el mismo sentido, cuando funciona como atenuador (con valor correctivo no tiene por qué funcionar como atenuador), sino más bien justificador o excusador (cuando tiene la función de por así decirlo, es un decir…) e impersonalizador, por lo que, en nuestra opinión, no entraría en esta categoría. Véase Albelda y Cestero 2011.

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aproximativos, generalizadores y limitativos que los hablantes de EL1. Al contrastar las modalidades discursivas con las que trabaja -la discusión y la negociación, Holmlander no ha encontrado diferencias significativas con respecto al uso de atenuantes epistémicos en los subcorpus manejados, lo que no confirma la hipótesis de un uso más frecuente en las negociaciones que en las discusiones; además, debido a la transaccionalidad y planificación propias de la negociación, en donde se requiere más precisión, se utilizan más atenuantes aproximativos, generalizadores y limitativos en la discusión, lo que contradice la hipótesis de partida al respecto. Finalmente, los análisis realizados por Holmlander le han permitido comprobar que los atenuantes aproximantes se producen más frecuentemente en las discusiones interculturales que en las intraculturales, lo que, según la autora, puede atribuirse a mayor inseguridad psicológica y mayor distancia social favorecida por la situación. Por último, el capítulo 5 está destinado a presentar los análisis realizados con otro recurso de atenuación de uso frecuente en el corpus manejado: movimientos concesivos con pero, elegido por la investigadora, una vez más, por su frecuencia de aparición y por la escasez de estudios empíricos que se han realizado sobre el tema. Sin duda, se trata de un recurso de atenuación de uso frecuente y está bien elegido y tratado, en nuestra opinión, en esta investigación, que quedaría más completa si se hubiera atendido, también, aunque no sea de uso frecuente, el resto de movimientos concesivos con función atenuadora (con sin embargo o aunque). Para organizar el capítulo, la autora, de forma general, distingue dos tipos de movimientos concesivos: alocéntricos y autocéntricos, y trata cada uno de ellos y sus categorías con detalle, primero, presentando los análisis cualitativos realizados y, después, los cuantitativos. Tras una enmarcación teórica, D. Holmlander se centra, en la segunda sección del capítulo, en los movimientos concesivos alocéntricos, de uso frecuente en el corpus analizado. La autora identifica cuatro categorías de concesiones alocéntricas e ilustra su funcionamiento con ejemplos extraídos de las interacciones de los distintos subgrupos que conforman el corpus: pseudoacuerdo, acuerdo parcial, acuerdo condicional y pseudovaloración. Los análisis realizados permiten constatar que no se dan grandes diferencias cualitativas en el uso de los movimientos concesivos alocéntricos entre los hablantes de español como lengua materna y los hablantes de español como lengua extranjera y que las diferencias significativas parecen hallarse, más bien, en la distribución de ciertas categorías y, especialmente, entre las modalidades discursivas con las que se ha trabajado (discusiones y negociaciones). El segundo tipo de concesiones, las autocéntricas, es presentado y explicado en la tercera sección del capítulo quinto, en el que Holmlander presta atención a cuatro categorías, que ordena por frecuencia de uso: pseudorrefutación, refutación

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parcial, concesión epistémica y concesiones que van destinadas a la anticipación de una característica personal negativa. En este caso, las diferencias halladas por la investigadora entre lo que acontece en los distintos subgrupos de hablantes son, sobre todo, de carácter cuantitativo, y lo que más llama la atención es la escasa producción de movimientos concesivos autocéntricos, en general, en negociación. De la misma manera que se hace en el capítulo anterior, el apartado cuarto está dedicado a presentar los resultados cuantitativos y estadísticos y el quinto, a discutirlos. Una vez más, los datos que proporciona D. Holmlander, en los que se basa para evaluar las tres hipótesis de estudio, y las conclusiones que extrae de ellos son de gran interés y nos permiten conocer que los movimientos concesivos alocéntricos son más frecuentes que los autocéntricos en el corpus manejado; que, por transferencia pragmática y cultural, los hablantes suecos de español como lengua extranjera emplean más movimientos concesivos alocéntricos que los nativos, en negociación intracultural; que las concesiones alocéntricas se emplean más en las negociaciones que en las discusiones y las autocéntricas, por el contrario, se usan en mayor medida en las discusiones que en las negociaciones, y que no hay diferencias significativas con respecto a la incidencia, en la utilización de movimientos concesivos alocéntricos y autocéntricos, del tipo de interacción –intracultural o intercultural–, en la discusión. Creemos conveniente resaltar, de nuevo, la importancia que los hallazgos y las explicaciones que se dan en este capítulo tienen para la lingüística aplicada a la enseñanza y aprendizaje de español como lengua extranjera, pues, aunque no es objetivo primordial de la autora, nos informan, a través de un estudio científico, acerca del funcionamiento de la interlengua. Confío en que, en sus próximos estudios, D. Holmlander trabaje en una línea aplicada y muestre las repercusiones que los datos obtenidos con respecto al uso de movimientos concesivos (y de marcadores de atenuación) tienen en la enseñanza de español como lengua extranjera, de manera que podamos conocer en qué medida los estudiantes extranjeros (suecos), de determinado nivel, usan, por ejemplo, los movimientos concesivos, de qué estrategias o categorías carece su interlengua, etc., con el fin de mejorar la enseñanza de la lengua y los materiales didácticos especializados. El último capítulo del libro que aquí reseñamos, Síntesis y conclusión, como su título indica, está dedicado a presentar un resumen y las conclusiones más destacadas de la investigación realizada. D. Holmlander cierra su obra recordando los objetivos, el marco teórico y la metodología de investigación –junto con la delimitación del estudio y las hipótesis de partida–, apuntando los resultados más destacados y exponiendo las conclusiones generales del estudio y las perspectivas de investigación futura que, tras leer con detenimiento este excelente trabajo, la animamos a emprender sin dilación.

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Referencias Albelda Marco, Marta. 2011. “Estudio sociolingüístico (piloto) de la atenuación en el corpus PRESEEA de Valencia”. En Actas del IX Congreso Internacional de Lingüística General, 35– 55. Valladolid: Universidad de Valladolid. Albelda Marco, Marta. 2012. “Variación sociolingüística en las estrategias de atenuación del corpus PRESEEA-Valencia del sociolecto alto”. En La lengua, lugar de encuentro. Actas del XVI Congreso Internacional de la ALFAL, ed. por A. M. Cestero, I. Molina y F. Paredes, 1857–1866. Alcalá de Henares: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Alcalá. Albelda Marco, Marta. 2013. “La atenuación: tipos y estrategias”. En El español de Valencia. Estudio sociolingüístico, coordinado por José Ramón Gómez Molina, 315–343. Frankfurt am Main: Peter Lang. Albelda Marco, Marta y Ana M. Cestero Mancera. 2011. “De nuevo, sobre los procedimientos de atenuación lingüística”. Español Actual 96: 121–155. Briz, Antonio. 1998. El español coloquial en la conversación. Esbozo de pragmagramática. Barcelona: Ariel. Cestero Mancera, Ana M. 2011. “Las estrategias de atenuación: estudio sociolingüístico”. En Actas del IX Congreso Internacional de Lingüística General, 525–542. Valladolid: Universidad de Valladolid. Cestero Mancera, Ana M. 2012a. “Estudio sociolingüístico de la atenuación en el corpus PRESEEA-Madrid”. En La lengua, lugar de encuentro. Actas del XVI Congreso Internacional de la ALFAL, ed. por A. M. Cestero, I. Molina y F. Paredes, 1897–1906. Alcalá de Henares: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Alcalá. Cestero Mancera, Ana M. 2012b. “Recursos lingüísticos de atenuación en el habla de Madrid. Estudio sociopragmático”. En Cum corde et in nova grammatica. Estudios ofrecidos a Guillermo Rojo, ed. Por Tomás Jiménez Juliá, Belén López Meirama, Victoria Vázquez Rozas y Alexandre Veiga, 233–246. Santiago de Compostela: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Santiago de Compostela. Cestero Mancera, Ana M. y Marta Albelda Marco. 2012. “La atenuación lingüística como fenómeno variable”. Oralia 15: 77–124.

Datos de la recensora: Ana M. Cestero Mancera Universidad de Alcalá Departamento de Filología, Comunicación y Documentación Colegio San José de Caracciolos Calle Trinidad, 5 28801 Alcalá de Henares Madrid (España) Tel: 918854422 [email protected]

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