Dionisos-Zeus/ Caos-Orden; El rito extático como mecanismo del orden social. Reflexión.
Descripción
Tonda Carratalà, Daniel
DIONISOSZEUS/ CAOSORDEN El rito extático como mecanismo del orden social El rito extático se presenta como una realidad independiente, un hiato en el devenir cotidiano y mundano de la comunidad, una práctica y conocimiento restringidos a individuos selectos, privilegiados de unas capacidades especiales para la traducción del Otro Mundo, del Orden cósmico. A primera instancia, puede parecernos una ruptura clara con el orden de las cosas; el consumo de ciertos alucinógenos, la realización de danzas y movimientos antinaturales, la exaltación de actitudes “anormales”, pertenecen a algo que escapa de la racionalidad y el orden. El éxtasis como caos es opuesto al orden del equilibrio, de la estabilidad cotidiana, sin exaltación. Esta diferenciación tan marcada, alberga, en mi opinión, una problemática doble: (1) Niega la concepción de una complementariedad opuesta, que se explica y concreta, únicamente, a partir de dos elementos interconectados en una ciclicidad y dinámica incorruptas; lo único que asegura el movimiento y evita el colapso. (2) Invita a una interpretación de las comunidades extáticas por estanques. Una presentación de escenas independientes, anecdóticas e, incluso, vulgares. La visión de una comunidad, su naturaleza, proceder y mecanismos socioculturales como un conjunto de fotogramas inconexos. Bajo el intento de dar una explicación “completa”, “redonda” o “comunitaria”, se acaban forzando esas conexiones entre fotogramas. Planteo otro enfoque, a mi entender, más lógico y justo que tenga en consideración la relevancia del éxtasis, como práctica, en la construcción del conocimiento y saber cosmogónico y metafísico, a modo de demiurgo del orden comunitario. Lo que podemos intuir como caos y desorden, anormalidad o hiato, propio de una interpretación rápida y apurada, es tan sólo aparente. El caos explica el orden. Es en la lucha entre Dionisos y Zeus donde germina el equilibrio. Es en el conflicto ininterrumpido entre ambos donde descansa el secreto, el misterio que dinamiza el Cosmos, evita su colapso y destrucción. El individuo extasiado es el orden personificado. Su aparente anormalidad, la extrañeza de sus movimientos y danzas, los efectos que tienen, sobre su cuerpo, los alucinógenos sacralmente consumidos, es tan sólo, aparente. Los ojos mundanos se percatan
Tonda Carratalà, Daniel
de “lo que rompe con el orden cotidiano”, cuando en realidad, el extasiado está, por decirlo de alguna manera, más ordenado que nunca. A través del viaje extático, el privilegiado conecta con un conocimiento críptico que traducirá a los individuos de su comunidad. El caos aparente, físico y orgánico, el daño autoinducido, es colateral y se explica por su naturaleza misma; la carne no está preparada para asimilar esos conocimientos cósmicos. El privilegiado, tan sólo, a través del “caos aparente” consigue conectar con algo superior, empaparse del Conocimiento, las pautas del Orden cósmico, y traducirlas al lenguaje propio de la comunidad para implantar esas mismas pautas divinas en el grupo, estableciendo así el orden social, garante de la vida en comunidad (Fig. 1) Por eso decía, en realidad, el privilegiado no abandona el marco del orden y el equilibrio, tan sólo que la carne es débil y fácilmente moldeable por lo divino. Por otro lado, el caos, el dinamismo explica el orden. La anormalidad de sus movimientos, de sus acciones, forman parte del proceso, y por otro lado, es la única manera de proceder y llegar al zenit del Conocimiento. El extasiado ha de aceptar ese desorden aparente, físico y terrenal, para conectar con el equilibrio, el Orden y lo esencial, que luego, transmitirá a los miembros de su comunidad. He huido así, de entender las estructuras socioculturales de las comunidades extáticas como fotogramas independientes. Existe una continuidad en sus expresiones culturales que están estrechamente ligadas y vinculadas las unas con las otras. Como en el caso de Dionisos y Zeus, uno no se explica sin el otro. Caos y Orden son dos caras de una misma moneda.
Fig. 1 Rito o viaje extático
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