“Dinero gratis para todos: Por qué la implementación de la renta básica universal conduciría a la libertad real”
Descripción
Martín Emilio Rosana Universidad de Buenos Aires
“Dinero gratis para todos: Por qué la implementación de la renta básica universal conduciría a la libertad real”
Resumen: En el presente escrito presentaremos el concepto de renta básica, recuperando dos líneas argumentales proporcionados por Philippe Van Parijs, en vistas de mostrar por qué es relevante su discusión en el marco de la actualidad. Señalaremos muy brevemente algunas de las problematizaciones económicas y políticas que se han ensayado en contra de la implementación de la misma, concentrandonos en la discusión con la tradición libertaria y analizaremos el argumento ético de la “propiedad común de la tierra” que brinda Philippe Van Parijs en respuesta principalmente a la posición de Robert Nozick. Señalaremos por último la repercusión que la implementación de la renta básica universal tendría sobre uno de los sectores más vulnerados de la sociedad, el de las mujeres.
Consideramos pertinente comenzar esta presentación haciendo explícito de qué estamos hablando cuando nos referimos a la “renta básica” o “ basic income ”1 . La renta básica es un ingreso básico que está garantizado incondicionalmente a todos los individuos, sin ningún tipo de requerimiento, sea este de trabajo o evaluatorio. Esta forma de ingreso mínimo difiere principalmente de las garantizadas en ciertos países principalmente en tres aspectos: Es pagada directamente a los individuos y no al “sostén” del hogar; es pagada independientemente de cualquier otro ingreso proveniente de otras fuentes y por último, es pagada sin el requerimiento de realizar trabajo alguno o incluso manifestar la voluntad de aceptar un empleo si este fuera ofrecido.2 Es decir, tomando el lenguaje específico de las teorías de justicia
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Siendo este el nombre particular que la misma recibe en la teoría propuesta por nuestro autor. En vista de que el mismo concepto, en sus diversas traducciones si bien mantiene un núcleo común, ha recibido diversos nombres en las distintas experiencias que se han realizado, en el marco del presente escrito mantendremos la traducción al español de “renta básica” con fines más que nada prácticos pero sin perder de vista que principalmente estamos aludiendo a la formulación de Van Parijs, compartida por los miembros del comite fundacional de la “ Basic Income Earth Network” . 2 Van Parijs, P.(1992)p.10. Definición recuperada por el sitio web oficial: www.basicincome.org .
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distributivas: Se le pagaría incluso al surfista que no pretende hacer otra cosa más que practicar surf en las playas de Malibú. Proponemos comenzar el análisis de la misma citando las palabras que el mismo Van Parijs[1992] elige para señalarnos que la renta básica es una propuesta que ha sido reivindicada por una muy amplia variedad de argumentos:
Libertad e igualdad, eficiencia y comunidad, común propiedad de la Tierra e igual participación en los beneficios del progreso técnico, la flexibilidad del mercado laboral y la dignidad de los pobres, la lucha contra el desempleo y contra las condiciones laborales inhumanas, contra la desertificación del campo y contra las desigualdades interregionales, la viabilidad de las cooperativas y la promoción de la educación para adultos, la autonomía frente a los jefes, maridos y burócratas. Todos estas razones han sido invocadas en favor de lo que lo que aquí será llamado, en concordancia con el prevalente uso del idioma inglés: Basic income .3
Cómo vemos, pareciera que nuestro autor deliberadamente no duda en utilizar una bella y grandilocuente prosa para de alguna forma tratar de hacernos comulgar con su propuesta, la cual ha sido sintetizada cómo: “dinero gratis para todos”, una forma de presentarla que es sumamente atractiva para el ciudadano de a pie y siendo sinceros, realmente la renta básica descrita de esta forma pareciera ser la panacea. Pero sería no sólo injusto, sino también falso decir que la única apelación a favor de esta simple pero radical reforma es retórica. Justamente lo que nos interesa tratar aquí, y que será lo que haremos a continuación es explicitar algunas de las justificaciones que Van Parijs nos brinda para su postulación. Tras admitir, que la idea de un ingreso universal básico, el cual en sus diferentes teorizaciones ha orbitado en mayor o menor medida cerca del monto necesario para cubrir las necesidades básicas, viene de larga data, y puede ser rastreado incluso hasta el utopismo humanista de Tomás Moro en el s.XVI, nuestro autor nos propone un argumento que busca explicar el por qué justamente ahora se ha vuelto de mayor relevancia.4
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Idem 3. Cfr.Van Parijs, P.(1992) p.5
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La primer premisa es el hecho de que uno ya no puede asumir que la mayoría de los hogares puede satisfacer sus necesidades básicas gracias al salario que percibe uno de sus miembros, o incluso al salario que uno de sus miembros solía percibir. Esta presunción que ya no podemos realizar, era la que justificaba el hecho de que en los modernos estados bienestaristas europeos existiera la seguridad social, la cual estaba principalmente circunspecta a un pequeño y marginado sector, el cual se esperaba que con el paso del tiempo, se fuera achicando aún más. La segunda premisa parte del punto de que justamente esto último no fue lo que sucedió, sino que por el contrario, en toda Europa, un número cada vez mayor de hogares tuvo que hacer uso de la seguridad social y así fué que quedaron atrapados en la supuesta red de contención que esta les proveía. Sostiene luego que esto es debido principalmente al impacto conjunto del cambio tecnológico y a la internacionalización de los mercados, factores ambos que hacen que cada vez sea más difícil, incluso para las avanzadas economías capitalistas, poder generar un número suficiente de empleos rentables que a su vez provean a sus empleados un salario mínimo y vital. Nos dice que ya no estamos hablando de capitalistas y trabajadores, sino que la división se da ahora entre aquellos que poseen empleos adecuados y el resto de la población. Al afirmar luego que no hay en el horizonte cercano una forma clara de combatir esta tendencia, nos dice conjuntamente que se ha vuelto imperioso que la antigua red de contención provista por la seguridad social, en la cual los individuos más débiles o menos afortunados habían quedado atrapados, sea reemplazada por una renta básica universal, sea cual fuera el esquema o estrategia por la cual se busque ir en contra del desempleo sistemático. Como claramente enuncia Roberto Gargarella 5, los presupuestos subyacentes a partir de los cuales se genera la propuesta de la renta básica, o como él elige categorizar “ingreso básico universal”, pueden ser sintetizados de la siguiente forma: Por un lado el hecho de que nos enfrentamos a una situación de desempleo estructural
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Gargarella, R. (1999)pp.116117
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y no sólo coyuntural; y por otro, quizás el más problemático, la presunción de que las sociedades han llegado a un nivel de abundancia, tal como el que se pretendía para que se pudiera dar el comunismo. Se enunció problemático este segundo hecho, porque en todo caso sólo podríamos pensarlo para sociedades plenamente desarrolladas, y aún así no es del todo fácil admitirlo. Sobre esta objeción volveremos más adelante. Luego de proveer esta línea argumental, la cual en pocas palabras podríamos caracterizar de socioeconómica, se sostiene que hay otra gran razón para comenzar a pensar seriamente la implementación de la medida propuesta en los tiempos que corren. Esta otra razón tiene que ver con aspectos que podríamos decir, remiten más a lo ideológico. Tras el rotundo fracaso de las experiencias socialistas de Europa del este, y trás convertirse el “socialismo” o al menos algún tipo de acercamiento al mismo, en algo que difícilmente se llegue a dar en la Europa occidental, han quedado defraudadas todas las personas afines a esta concepción, reducidas a cómo mucho soñar con la supervivencia del estado del bienestar6 .Van Parijs sostiene que este no es el caso para los defensores de la renta básica, ya que entiende a esta no meramente como una medida reformista, sino que la considera una medida tan radical como lo fue la abolición de la esclavitud o la implementación del sufragio universal, definiendola hábilmente como: “un ruta capitalista hacia el comunismo”. E incluso, buscando hacer su propuesta más atractiva para la izquierda, sostiene que si el socialismo volviera a ser una alternativa factible en algún país, la renta básica no dejaría por ello de ser relevante. Nos parece importante señalar aquí cuáles son los elementos del marxismo tradicional, que esta lectura analítica abandona, puesto que no son sólo dejados de lado por ser demasiado radicales, sino que no cuestionar estos puntos, hace a toda la propuesta un poco más atractiva para los liberales. Ya no hablamos aquí de una igualdad estricta de la renta, puesto que por definición, la renta básica universal es 6
Algo que desde la publicación de su artículo, y en concordancia con todas las medidas de austeridad tomadas por las naciones europeas podemos afirmar que no sucedió.
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“apilable” sobre cualquier otra fuente de ingresos, pudiendo ser también articulada como una especie de deducción impositiva, pero a posteriori. No se trata tampoco el tema de la socialización de los medios de producción, y se descarta de raíz la planificación de la economía. En resumen, lo que termina estando detrás de la enumeración de estas concesiones al sistema capitalista es el hecho de que el socialismo se ha mostrado como un paso inviable para la generación de la abundancia que el comunismo necesita para poder desarrollarse.7 Pasaremos a continuación a enunciar brevemente las principales objeciones que se han realizado a la renta básica. La primera crítica, que el lector probablemente ya en este punto de alguna forma la habrá intuido, se formula como una pregunta: ¿Seguirán los trabajadores teniendo incentivos para trabajar, luego de que sus necesidades más básicas se hayan visto satisfechas, o simplemente abandonarían sus trabajos y se convertirían en freeriders ? Si bien esta sóla pregunta pareciera ser un gran problema, nos parece muy pertinente recuperar aquí la respuesta que articula el historiador holandés y miembro de B.I.E.N. ( Basic Income Earth Network ), Rutger Bregman, el cual en una presentación realizada en el marco de una conferencia TED, frente a esta objeción, sosteniéndose justamente en el carácter universal de la renta básica, y para que su auditorio encuentre la respuesta por sí mismo y confronten sus propios prejuicios, simplemente les repregunta: “¿Qué es lo que ustedes harían?” Obviamente esto busca fundamentarse en una gran cantidad de ensayos que se han realizado y se siguen realizando en lugares muy diversos. Se han realizado experimentos desde Alaska hasta la India, desde Uruguay hasta Namibia. Si bien no es el objeto de este escrito meternos con las justificaciones netamente empíricas, proponemos al lector analizar el informe “Basic Income: Programs and Pilots” realizado por el analista de políticas públicas canadiense Chandra Pasma 8.
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Idem 6. Pasma, C.(2014) en www.biencanada.ca .
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De la mano de este este primer cuestionamiento, aparece otro, a primera vista bastante más complejo: La pregunta acerca de si los capitalistas seguirán teniendo motivaciones para invertir luego de que se realicen las retenciones a sus ganancias para sostener la renta básica. Pero aquí también hay algo bastante truncado, y es el hecho de que no necesariamente todo el esquema impositivo habría de aplicarse sobre los capitalistas. Por un lado la reorganización y reducción de la burocracia del welfare state sería uno de los factores para despejar capitales, y por otro, el esquema impositivo en varias teorizaciones recaería principalmente sobre la especulación financiera. Siguiendo esto encontramos también una crítica mucho más general, que es la realizada por Jon Elster, de carácter bastante “hayekiano”, puesto que sostiene que la sociedad humana, en sus palabras, jamás podrá lograr el consenso político suficiente para aceptar una reforma de semejante tamaño.9 Se podría decir que lo que está detrás de estos cuestionamientos es algo más simple que no termina de mostrarse, y es el hecho de que los grandes monopolios y capitales concentrados simplemente jamás podrían admitir por vía política esta reforma. Aunque con algunos matices, Van Parijs nos deja entrever10 que en última instancia es contra esto último que se desarrolla su argumentación en “ Competing justifications of basic income ”. A continuación pasaremos a presentar la discusión con la tradición Libertaria, la principal crítica que esta realiza y el llamado argumento de la propiedad común de la tierra, reconstruido por Van Parijs a partir de una argumentación previa realizada por Thomas Paine, quién es reconocido por él como uno antecedente a la formulación de la renta básica, que se presenta como respuesta a la crítica libertaria. Van Parijs, al igual que la mayoría de los suscriptores a la tradición igualitaria e incluso a los de la izquierda en general, señala que para los libertarios (discutiendo
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Gargarella, R. (1999) Cfr. Van Parijs, P. (1992) Introducción.
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más que nada con teorizaciones como la de Robert Nozick11) su profunda devoción por la libertad atañe solamente a la llamada “libertadnegativa”, es decir, al hecho de que se debe prevenir que la libertad obtenida por derecho natural, según la postulación de los mismos, sea limitada en forma alguna. En vistas de introducir la crítica de los libertarios, la cuál rápidamente podría ser formulada de la siguiente manera: “Es una coerción a mi libertad el hecho de que parte de mi patrimonio sea expropiado en vistas de sostener a otros”12, juzgamos necesario primero explicitar cuál es la forma en la cual es recuperado el concepto de “libertad” por nuestro autor. La “libertad” para Philippe Van Parijs, al igual que para la gran parte de la tradición socialista y por qué no decirlo, para la “izquierda” en general, es principalmente la capacidad que tiene una determinada persona de realizar acciones acordes a sus deseos y no solamente estar libre de interferencias en las mismas. Para Van Parijs la “verdadera libertad” consta principalmente de tres condiciones13 : 1. Seguridad: Entendida como una estructura de derechos debidamente protegidos. 2. Autopropiedad: La anterior estructura deberá garantizar que cada persona es dueña de sí misma. 3. Oportunidad leximin : La estructura es tal que cada persona tiene la mayor oportunidad posible de hacer lo que ella quiera hacer. Es justamente esta tercera propiedad la que la renta básica más se preocupa en garantizar. De acuerdo con este criterio, en una sociedad que se precie de llamarse libre, la persona con menos oportunidades, debe tener oportunidades tales que no puedan ser menores que las poseídas por ella en cualquier otra estructuración posible. El problema inicia con la objeción por parte de la tradición libertaria de por qué la parte productiva de una sociedad debería proveer a los improductivos, la misma 11
Nozick, R., Anarquía Estado y Utopía, Buenos Aires, FCE, 1991, cap. 7. Argumento que en sus distintas variables, ha sido esgrimido contra prácticamente todas las posiciones redistributivas de tinte más o menos igualitario. 13 Mack, E. & Gaus, G.F. (2004) pp.126. 12
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objeción que se le realiza al igualitarismo rawlsiano. Apelando obviamente como suelen hacer, al argumento de la autopropiedad, simplemente sostienen que se estaría tomando a los “productivos” como medios para la satisfacción de los deseos ajenos, es decir estarían siendo “explotados”, alienando su dignidad, en favor de los improductivos, se les estaría expropiando el fruto de su labor. Lo que debe mostrar entonces Van Parijs es el por qué un esquema como el de la renta básica, respeta la autopropiedad14 de los industriosos y no los explota. Su argumentación comienza recuperando una cita del activista político anglo americano Thomas Paine(1796: 612): ”No se trata de caridad, sino de un derecho, no de tomar un botín, sino de hacer justicia, eso es a lo que estoy invocando.” Podemos empezar diciendo que no sólo es un movimiento hábil por el hecho de que está planteando su posición en los mismos términos a los cuales sus interlocutores apelan, lo que buscará realizar es basar la justificación de la renta básica en un esquema de “derecho”, incluso un esquema de derecho preexistente a las instituciones, tomando distancia así de propuestas redistributivas como la rawlsiana. Dirige luego su mirada hacia la apropiación original sostenida por los libertarios, manteniendo la clausula lockeana que sostiene que toda apropiación privada de bienes naturales debe dejar “suficiente” y “tan bueno” para el resto. Frente a esto introduce una afirmación de Fourier, la cual nos dice que la mera existencia de una civilización se debe a la violación de derechos naturales. A la violación del derecho natural a cazar y pescar, a recolectar frutos, o a dejar que el ganado de uno paste libremente. Por lo tanto cualquier persona cuyo nivel de bienestar sea menor al que hubiera tenido en estado de naturaleza, debido a las apropiaciones privadas, y que no se haya apropiado de nada, tiene derecho a una compensación, que lo lleve al menos a ese nivel de bienestar. Este parece a primera vista un buen razonamiento, sin embargo no contento con esto Van Parijs continúa argumentando que para determinar cuál hubiera sido el nivel de bienestar en el estado de naturaleza, uno debería dividir los recursos entre todos los
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Puesto que este es un principio con el cual obviamente él también se compromete.
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pobladores que se encontraban en la apropiación original. Pero si tomo la cantidad de personas de hoy estoy arbitrariamente abstrayendo siglos de un gigantesco e injusto impacto demográfico debido a la apropiación privada de la tierra. Aunque si bien podríamos hablar de una cierta justificación a partir de este argumento, que en última instancia Nozick podría aceptar, tan sólo estaríamos justificando una “compensación”, la cual obviamente no se realizaría universalmente. Nos presenta para extender esto un escenario hipotético15: Si alguien robara todas las manzanas de nuestro jardín e hiciera mucho dinero vendiendo el jugo que produce con las mismas, ¿uno no podría de forma legítima pedir una participación en las ganancias? Partiendo de que en realidad la propiedad de la Tierra es común a todos, si ponemos el ejemplo anterior en analogía con la violación a nuestro derecho inalienable de usar en forma común los recursos naturales, por parte de los apropiadores de la Tierra, deberíamos exigirles mucho más que solamente la compensación que nos permitiera llegar al mismo nivel de bienestar que tendríamos en estado de la naturaleza. Por una gran cantidad de razones que van desde discapacidades naturales hasta genocidios, muchísima gente no ha podido utilizar su parte común de recursos, los cuales fueron injustamente apropiados por otros. Volviendo a la argumentación de Paine, nos dice que se desprenden de todo esto dos cosas: Que la situación de cualquiera que halla nacido luego de la civilización, debido a que ya no se puede subsistir sólo de la pesca, no debe ser peor a la que tendría de haber nacido antes de este período. Vemos en esta premisa de Paine, la operación del criterio leximin adoptado por Van Parijs, quién luego nos introduce una segunda premisa de Paine y es el hecho de que de haber permanecido la Tierra en su estado natural e incultivado, necesariamente debería haber continuado siendo propiedad común de toda la humanidad. Por lo tanto si ésta se cultiva, es el valor de la mejora lo que es propiedad del individuo y no la tierra misma.
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Van Parijs, P. (1992)
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De esto se sigue que se todo propietario le debe a cada persona una “rentade suelo”, por la introducción de su sistema de propiedad de la tierra. Que deberá ser pagada a cada individuo, rico o pobre, por cada uno de los años que exista. Si bien este planteo es solamente uno de los tantos que Van Parijs y el resto de los teóricos de la renta básica ensaya, nos ha parecido pertinente recuperarlo principalmente porque lo que busca es justificar aquello que hace a la renta básica diferente de otras medidas que pueden ser llamadas “subsidiarias” y es justamente su universalidad. A su vez nos permite también entender un poco mejor por qué se había caracterizado previamente a la renta básica como una medida tan radical como la abolición de la esclavitud o la instalación del sufragio universal. Siguiendo con esto, a continuación ofreceremos otra razón por la cual la implementación de la renta básica universal puede ser tomada como una medida de gigantesco poder emancipatorio. A modo de conclusión nos interesa simplemente señalar por qué la implementación de una renta básica universal, en sentido de momento necesario para el desarrollo de una libertad “real” por parte de los individuos, es también una medida emancipatoria para uno de los sectores que más oprimido en las sociedades actuales: Las mujeres. Traeremos a colación algunas notas expuestas por Daniel Raventós16 . La primera de ellas y probablemente la más obvia, es que le brindaría a este gran y heterogéneo grupo una mayor independencia económica. Siendo que una gran cantidad de las mujeres trabaja sin recibir remuneración alguna, esta medida no sólamente aliviaría esa situación, sino que no sería excluyente, es más, podría montarse sobre cualquier subsidio que ya recibieran o en el futuro fueran candidatas a recibir, como por ejemplo una asignación universal por hijo. Por otro lado, el carácter universal, y el pago individual de la renta básica estaría siendo sensible a las nuevas instituciones familiares que han emergido en las últimas décadas, como los hogares monoparentales sostenidos por una mujer. A su vez otorgaría mayor independencia económica a aquellas mujeres casadas o en
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Raventós, D. (2011)p.234
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concubinato con una pareja de otro sexo, en especial a las pertenecientes a sectores marginados. Esta suma definitivamente haría mucho en favor de la ecualización de la terrible asimetría de poder que se da entre los sexos, posibilitando una negociación intrahogareña más justa. Pero lo que juzgo más importante es que de aplicarse una renta básica la cual permitiera la satisfacción de las necesidades básicas, todas aquellas mujeres que se encontraran en una situación de violencia de género, verían subsanado uno de los grandes problemas (aunque no el único) que no les permiten terminar con esa situación. Para concluir nos interesa llamar la atención sobre una reflexión que está subyacente prácticamente en todas las argumentaciones en favor de la renta básica, las aquí tratadas y las que no, no para tomarla como verdad inobjetable, sino porque nos parece que su tratamiento, problematización y posibles ensayos de respuesta son a nuestro juicio realmente una directriz que puede llevarnos a una humanidad más justa, igualitaria y emancipada: Si queremos comenzar a pensar el camino hacia la erradicación de la gran mayoría de los casos de injusticia y discriminación presentes en las sociedades actuales, en pos de lograr mujeres y hombres realmente libres, debemos dejar de pensar que el aspecto visible de las injusticias son las desigualdades económicas que supuestamente generan, y más bien empezar a preguntarnos si no es al revés, si no son en última instancia las desigualdades económicas mismas las que son causa de la marginación y la injusticia. De aquí que entendemos necesario que las medidas que se ensayen en pos de este ideal, no deban ser entendidas como retributivas, conciliatorias o regularizadoras, sino que deberán partir de la afirmación más profunda y fuerte del carácter universal de la igualdad de los individuos de la especie humana. 11
Bibliografía: Van Parijs, P. (1992) Competing justifications of basic income, ed. Verso, Lóndres. Van Parijs, P. (2003)” Basic Income : A simple and powerful idea for the 21st century Philippe van Parijs” en Redesigning Distribution: basic income and stakeholder grants as alternative cornerstones for a more egalitarian capitalism The Real Utopias Project Volume V. pp.440 Van Parijs, P. (1991) “Qu'estce qu'une société juste?” en Van Parijs, P. Qu’estce qu’une société juste? Introduction à la pratique de la philosophie politique , Paris: Seuil, 1991, pp. 241280. Raventós, D. (2011) “De que hablamos cuando decimos que la renta básica es o no justa ” en Revista Internacional de Pensamiento Político I Época Vol. 6 2011, Barcelona. Gargarella, R. (1999) Las teorías de la justicia después de Rawls, ed. Paidos. Cap.4 pp.113122. Gaus, G. and Mack, E., 2004, “Libertarianism and Classical Liberalism,” A Handbook of Political Theory, G. Gaus and C. Kukathas (eds.), London: Routledge, págs. 115– 129. Nozick, R.(1991), Anarquía Estado y Utopía , Buenos Aires, FCE, cap. 7. 12
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