DIMENSIÓN PSICOJURÍDICA DEL TESTIMONIO JUDICIAL DE NIÑOS COMO TESTIGOS

September 14, 2017 | Autor: F. Díaz Colorado | Categoría: Victimology, Psicologia Juridica, DERECHO PENAL, Psicologia Forense
Share Embed


Descripción

DIMENSIÓN PSICOJURÍDICA DEL TESTIMONIO JUDICIAL DE NIÑOS COMO TESTIGOS Atendiendo a la necesidad de aportar al ejercicio psicológico forense en este tipo de problemas legales, se abordan de manera sucinta los hallazgos que se han realizado en países con una gran tradición en la investigación penal de los delitos sexuales. Inicialmente es importante considerar que ha sido de común ocurrencia el afirmar que los niños como testigos no son tan buenos como lo pueden ser los adultos y que sus observaciones y reportes del evento ocurrido no son tan precisos como en aquellos. Se cree que los niños son propensos a fantasear y que son fácilmente sugestionables; además se afirma que difícilmente diferencian la realidad y la fantasía y que son muy propensos a las confabulaciones, incluso que son propensos a la fantasía en asuntos relacionados con la sexualidad. La capacidad de los niños para dar testimonio En relación con la capacidad de los niños para dar testimonios precisos o exactos de lo ocurrido, Stern (1939)1, señala que la cantidad de información recuperada se incrementa inevitablemente con la edad. Goodman (1993)2, confirmó lo anterior realizando estudios con niños de 6 años de edad que recordaron menos información que los adultos; sin embargo eran capaces de dar descripciones precisas si la pregunta permitía el recuerdo libre. Además, pudieron dar descripciones exactas si se les preguntaba sobre un hecho que les impacto grandemente. Clifford (1993)3, reportó como resultado de sus investigaciones con niños entre 4 y 10 años de edad que la memoria se incrementaba con la edad. En 1990 Hamon y Fivush4 entrevistaron a un grupo de niños cuyas edades estaban entre 2 años y medio y cuatro, que habían visitado el parque de Disney World. Después de 18 meses de realizada la entrevista encontraron que los niños mayores tenían recuerdos más claros y más espontáneos. En 1986 Brigham, Van Verst and Bothwell5, encontraron en niños de cuarto grado, algunas deficiencias para recordar personajes que se les mostraron a través de fotografías, cosa que no ocurrió con los niños mayores quienes presentaron unos relatos más claros y espontáneos y que recordaron con mayor facilidad. Sin embargo los hallazgos de Fivush, concluyen que la evidencia empírica muestra que incluso jóvenes en preescolar son más exactos para narrar eventos experimentados por ellos mismos y que los recuerdos son más claros cuando hay sugerencias o motivaciones para que cuenten lo sucedido. De igual manera se notó que cuando al niño se le hacían preguntas en la Corte sobre un mismo evento su testimonio no tenía mucha validez, factor este que era explotado por la contraparte, argumentando que muchas de las preguntas eran inadecuadas. 1

Stern, L. W. (1939) The Psychology of testimony. Journal of Abnormal and Social Psychology. Washington. APA. 34. 3-20 2 Goodman, G. S. y Bottons, B.L. (1993). Child Victims, Child Witnesses: Understanding and Improving Testimony. New York, Gilford Press. p, 78 3 Clifford, B. R. (1993) Witnessing: a comparison of adults and children. Issues in Criminological and Legal Psychology, London. Wiley. 4 Hamond, N. y Fivush, R. (1990) Memories the Micky Mouse: young children recount their trip to Disneyworld. Cognitive Development. New York. Psychology Press. 5 Brigham, J.C.,Van Verst, M. & Bothwell, R. K. (1986) Accuracy of childrens eyewitness identifications in a field setting. Basic and Applied Social Psychology. London. Psychology Press. 7, 295306

El resultado de estas investigaciones también han mostrado que la exactitud de un niño y su grado de consistencia, caracterizado por el recuerdo de un mismo evento narrado en diferentes ocasiones, impacta favorablemente la consideración de la Corte sobre la veracidad del testimoniado. Tales inconsistencias pueden ser explicadas o atribuidas al hecho de que los jóvenes tienen limitadas sus estructuras para el proceso de recuperación. Incluso cuando se saturan de información tienen dificultad para recuperarla y pueden ser vulnerables a los efectos de múltiples entrevistas. El hecho de que un niño entre 3 y 6 años de edad sea preciso en contestar preguntas específicas es algo predecible. Sin embargo, cuando le hacen preguntas distintas en diferentes entrevistas y con preguntas diferentes pueden dar respuestas inconsistentes. Las investigaciones psicológicas han mostrado que la mente de los niños interactúa con su estado físico y su medio interpersonal; de esta manera da sentido conceptualizar que la exactitud de un niño como testigo está relacionada con la percepción del niño en el evento particular vivenciado. La presencia del abusador en los casos de niños entre los 3, 5 y 9 años puede afectar sus testimonios. Un estudio llevado a cabo por Peters, en 1991, con un grupo de niños que fueron testigos de un robo y que más tarde fueron entrevistados, unos con y otros sin la presencia del ladrón, mostró que aquellos que declararon en presencia del delincuente reportaron cinco veces menos de lo que habían visto en realidad. Estos resultados apoyan la teoría de los jueces y magistrados sobre la no conveniencia de enfrentar a los menores con el acusado en los procesos investigativos. Sin embargo, no se puede generalizar este hallazgo debido a que la situación es diferente a la que podría darse si el hecho es un abuso sexual y el que está presente es el abusador. De igual manera, así como los adultos, los niños también sufren las consecuencias de la violencia en la sociedad. El testificar en un juicio es evidentemente un evento estresante para muchos niños y generalmente impacta de manera negativa en su declaración testimonial. Un niño puede evidenciar miedo cuando sabe que debe declarar en un proceso judicial, hecho que debe ser tenido en cuenta por todos aquellos que están obligados a considerar los derechos que este tiene para no afectar su bienestar. Por ello, es válido balancear los derechos de los niños frente a los derechos de los implicados o defendidos. Se debe recordar que los niños son requeridos para testificar en calidad de víctimas o como testigos de eventos muy impactantes o traumatizantes como el maltrato, la violencia doméstica, el robo, el homicidio de uno de sus padres o de familiares, el abuso sexual, etc., que generan en ellos una evidente afectación. El grado de afectación del evento en los niños es otro de los aspectos de gran importancia en la exactitud o inexactitud de sus testimonios. En 1992 Warren y Swartwood6 encontraron que los niños que fueron muy afectados por el accidente del Trasbordador Espacial Challenger en Estados Unidos, recordaron más detalles del evento que aquellos que fueron afectados en menor medida. Sin embargo, la relación entre la ansiedad y la memoria en el contexto del testigo de un evento estresante es más compleja de lo que se supone. Esto se evidencia a través de las investigaciones

6

Warren, A. y Swartwood, J. N. (1992). Developmental issues in flashbulb memory research children recall the Challenger event. En: Winograd, E. & Neisser, U. (1995). Remembering Reconsidered: Ecological and traditional approaches To the Study of Memory. New York. Cambridge University Press. pp. 95-120.

realizadas por Goodman, Hirschman, Heeps, Rudy y Vandermaas (1991)7, quienes reportaron un impacto negativo en la ansiedad de los niños. Encontraron que los niños entre los 3 y los 8 años que participaron en su investigación, dieron respuestas incorrectas a preguntas específicas sobre los detalles de un evento estresante como la visita al odontólogo. No hubo diferencia entre los recuerdos del hecho central y los detalles periféricos debido al mismo nivel de ansiedad. La interferencia de la sugestión Kapardis (1997)8, señala en su obra que en 1995 Bruck y Cecis, presentaron un excelente resumen sobre los hallazgos investigativos relacionados con la sugestibilidad del recuerdo en los niños. Ellos identificaron nueve potenciales factores de generación de sugestibilidad que afecta los testimonios de los niños. Posteriormente estas apreciaciones iniciales fueron reforzadas por los investigadores mediante la presentación de evidencia empírica y son los siguientes: 1. Propensión o inclinación del entrevistador: Si un entrevistador cree que el niño fue realmente abusado, tiene la tendencia a utilizar preguntas sugestivas en orden a obtener del niño un reporte que sea consistente con su punto de vista y con los alegatos que debe hacer en el juicio. 2. Repetición de preguntas: Mostrarse reiterativo en preguntar sobre un mismo hecho durante el transcurso de una misma entrevista o a través de diferentes entrevistas, puede conducir a que los niños menores cambien las respuestas originales dadas inicialmente. 3. Repetición de información falsa o errónea durante la entrevista: Como resultado de esto, los niños pueden muy bien incorporar información equivocada que es agregada en los subsiguientes reportes o entrevistas y/o distorsionar su propia información. 4. El tono emocional del entrevistador: Los niños pueden ser conducidos a construir información si se les pregunta en un tono acusatorio: “¿Tiene miedo de contar lo sucedido?” (Temor, bloqueo), o en un tono amable: Si lo dice se va a sentir mejor. 5. Generar presión en la interacción: Decirle a un niño durante la entrevista que sus compañeros ya han contestado las preguntas que se le están haciendo, o decirle que otro niño víctima de abuso ya contó lo sucedido o acusó al sindicado o sospechoso, puede hacer que los niños quieran cambiar sus respuestas para acomodarlas a las manifestadas por sus pares. Esta circunstancia además de ser nociva e inadecuada es abiertamente contraria a las reglas de la toma de declaraciones tanto en adultos como en niños. 6. El tipo de entrevistador: Un niño puede ser entrevistado por un oficial de la policía, un investigador judicial, un trabajador social o un joven funcionario investigador de asuntos juveniles. En estos casos el niño puede afectarse por el tipo de persona que le pregunta e intentar acomodar sus repuestas a las preguntas que le hace esta persona y, que él considera tiene autoridad e intenta decir lo que el policía o el funcionario quiere oír.

7

Goodman, G. S., Hirschman, J., Heeps, D. y Rudy, L. (1991). Childrens memory for stressful events. Merril Palmer. New York. Springer-Verlag. 37, 109-57. 8 Kapardis, A. (1997). Psycholgy and Law. New York: Cambridge University Press

7. La utilización de estereotipos: La entrevista sugestiva puede construirse cuando el entrevistador le dice a un niño que esa persona o alguien en particular hace las cosas mal. Esta información puede ser incorporada por el niño y afectar los reportes posteriores que realice en torno a la interacción presentada con esa persona en la ocurrencia del evento investigado. 8. El uso de muñecos anatómicos: Las entrevistas realizadas a niños de tres años de edad con este tipo de ayudas, son generalmente imprecisos ya que tienen que utilizar sus manos y dedos para introducirlos en las cavidades anales o genitales de los muñecos, cuando no necesariamente alguien les ha hecho ese tipo de cosas. Su comportamiento es producto de su propia exploración sobre el muñeco. 9. Errores de atribución: Los niños menores de 6 años son vulnerables a la confusión entre lo que ellos han visto y lo que les han sugerido; como consecuencia de esto se generan falsos testimonios. Es por esto que la técnica de entrevista cognitiva no es adecuada para ser utilizada con niños menores de 6 años ya que contiene una alta probabilidad de generar sugestibilidad por parte del entrevistador. Esta técnica es aconsejable llevarla a cabo con los adultos. Es necesario traer a colación lo afirmado por Naylor (1997)9, “los niños pueden ser buenos testigos cuando sus especiales necesidades son comprendidas”. La importancia de soporte social a los niños en ordena a disminuir o atenuar el estrés durante la entrevista, un área bastante descuidada por la investigación psicológica, no puede ser descartada. La teoría del conocimiento sociológico sostiene que la investigación y los informes de esta no tienen lugar en una sociedad vacía; por el contrario, la investigación hace que la sociedad las acepte como válidas o las rechace. Por lo tanto, se necesita investigar más sobre estos aspectos con la intención de generar en la sociedad una mejor manera de enfrentar los problemas de los niños, más cercana y sensible a sus necesidades, y que por ende se aborden las situaciones en las que están involucrados de tal forma que se tengan en cuenta las dificultades inherentes a su condición de niños y de sujetos de derechos. El uso de muñecos anatómicos Finalmente, es de vital importancia abordar el campo relacionado con los muñecos anatómicos, ya que sobre ellos no hay suficiente claridad y se desconoce por una buena parte de los profesionales psicólogos las consecuencias de su uso inadecuado. En general, la mala utilización de esta herramienta de ayuda diagnóstica produce interpretaciones erróneas, daños en el proceso investigativo con graves consecuencias éticas y jurídicas. Como es bien sabido los muñecos anatómicos son utilizados como ayuda para la realización de entrevistas por parte de los psicólogos. Sin embargo, la preocupación consiste en la posibilidad de producir daño, debido a que su uso puede sugerir información de carácter sexual motivado por los falsos reportes de los niños que no han sido abusados. Estos errores se incrementan debido al escaso entrenamiento que los psicólogos han recibido o a la exagerada rigidez en la interpretación de los comportamientos observados durante la realización de la entrevista. 9

Naylor, B. (1989). The child in the witness box. Australian and New Zeland Journal of Criminology, 22, 82-94. En: Kapardis, p.111

De acuerdo con la revisión realizada por la doctora Katleen Coulborn (1998)10, la mayoría de la investigación disponible no da soporte a la posición de que los muñecos son muy sugestivos o sobre estimulantes para ser usados en investigaciones y evaluaciones sobre abuso sexual. Específicamente, existe poca evidencia científica sobre el hecho de que exponer los muñecos induce a los niños que tienen poco conocimiento sexual y a los que no son abusados sexualmente, a tener fantasías sexuales y a participar en juegos sexuales, lo que es probablemente mal interpretado como evidencia sexual. Aunque los estudios sobre la memoria y la sugestibilidad muestran que los niños menores de cuatro años son más propensos a ser sugestionados que los mayores, los muñecos anatómicos no han sido identificados plenamente como fuente importante de incremento de la sugestibilidad y en la producción de recuerdos erróneos. Los estudios que se han realizado utilizando muñecos anatómicos como herramienta de ayuda en la entrevista con niños entre 3 y 7 años, han encontrado que los muñecos incrementan la veracidad al recordar y que el incremento de reportes falsos sobre la presencia de caricias en las partes genitales, varía en un porcentaje muy bajo. En contraste otros estudios han reportado altas tasas de falsas afirmaciones y negaciones sobre caricias en las partes genitales en niños menores de tres años y medio. Al parecer estos resultados fueron debidos a que los muñecos fueron usados en conjunto con la realización de preguntas directas a los niños que pudieron guiar y desviar la entrevista. Las investigaciones también han mostrado que11: 1. La posición sexual explícita de los muñecos (introducción del pene en la cavidad vaginal, oral o anal) no son comunes en niños que no han sido abusados. Cuando se les ha permitido manipular los muñecos en ausencia de los adultos, un porcentaje pequeño de niños presumiblemente no abusados muestran acto sexual explícito entre los muñecos. En muy pocas ocasiones los niños muestran intentos de realización de actos sexuales entre ellos y los muñecos. Este comportamiento parece estar relacionado con prácticas sexuales anteriores o debidas a la exposición a estas prácticas, como también con la edad, género o condición socioeconómica. De hecho lo importante de estos hallazgos empíricos es que la presencia de demostraciones explícitas de los niños de coito sexual con muñecos anatómicos, requiere siempre una exploración más avanzada y cuidadosa. Esto es debido a que la presentación de este tipo de demostraciones con los muñecos anatómicos no es muy frecuente. 2. Entre los niños que presumiblemente no han sido abusados, la succión del pene de los muñecos, es de muy rara presentación en niños menores de cuatro años, pero no son infrecuentes en los niños mayores a esta edad. Estos hallazgos sugieren que los penes de los muñecos no motivan a los niños más pequeños a practicar o a buscar gratificación oral. La succión del pene indicaría que no es un comportamiento que indique necesariamente la presencia de actos sexuales anteriores en los niños.

10

Coulborn, F. K., Lamb, N. y Everson, M. (1998). El arte y la ciencia de la entrevista forense a niños quienes pudieron haber sido abusados sexualmente. Journal of Psychology, APA. Illinois. 34, 3 11 Ibíd., p, 3-7

3. Cuando un niño pone en posición sexual a los muñecos, indica que el menor tiene un conocimiento de la mecánica del acto sexual. En estos casos esto puede ser interpretado como un indicio de probabilidad de abuso sexual; por ende, se debe indagar sobre la fuente de conocimiento del niño sobre este tipo de comportamiento. Las investigaciones han mostrado que esto es probablemente cierto para niños menores de cuatro años que han mostrado además un conocimiento del acto sexual anal y oral. 4. La exploración manual de los genitales de los muñecos anatómicos, incluyendo la introducción de los dedos en la vagina y en la cavidad anal, es un comportamiento muy común entre los menores, que no han sido abusados. Sin embargo, si este comportamiento en los niños está acompañado de altos niveles de ansiedad, miedo o de reacciones estresantes o muestras de agresión o repetición obsesiva, no hay duda que se hace necesario ampliar la exploración. Usos apropiados12 1. Es básico contemplar que cada niño es único y quienes entrevistan deberán hacer uso de su propio criterio para determinar cuando, cómo y si deberán ser o no utilizados los muñecos anatómicos. 2. Es imprescindible que los entrevistadores conozcan el alcance y la naturaleza de las exposiciones anteriores, que los niños hayan tenido con los muñecos anatómicos. 3. El número de muñecos utilizados por el entrevistador depende fundamentalmente del uso específico que se le de a la entrevista y de su propio desarrollo. 4. Cuando existe sospecha de abuso en los niños, los muñecos pueden ser usados como parte del análisis en el proceso para: a. Modelo Anatómico. Los muñecos pueden ser útiles como modelos anatómicos para observar los nombres que el niño le puede dar a las partes del cuerpo, el entendimiento de las funciones del cuerpo y los posibles conocimientos de la mecánica sexual. El entrevistador podrá señalar las partes del cuerpo, tanto las sexuales como las demás y hacer preguntas sobre la denominación de cada una de ellas. Puede servir de ayuda visual para las preguntas acerca de las experiencias preliminares del niño con las partes sexuales. Cuando los niños utilizan palabras no convencionales para denominar los órganos sexuales, los muñecos son muy útiles para ubicar la parte del cuerpo a la que ellos denominan así, o qué es lo ellos quieren decir con algún nombre en particular. b. Ayuda demostrativa. Los muñecos pueden servir como soporte para ayudar al niño a indicar en lugar de que él diga lo que sucedió, especialmente cuando las destrezas verbales de los niños son limitadas o cuando el miedo, el temor, la vergüenza están presentes en el momento de conversar sobre las actividades sexuales e impide una adecuada descripción. También pueden ser utilizados para apoyar las descripciones verbales por parte del entrevistador, o para aclarar las afirmaciones de los niños luego de que el 12

Ibíd., p. 9-11

abuso haya sido plenamente aclarado. Si un niño experimenta una dificultad de comunicación acerca del abuso sexual, los muñecos son en ocasiones utilizados para ampliar el entendimiento del entrevistador y mejorar la comunicación entre el niño y el entrevistador. Se debe tener cuidado en la aplicación de los muñecos cuando se pretende utilizarlos con un criterio demostrativo, en niños con edades inferiores a tres años y medio. Esta precaución se basa en el cuestionamiento científico existente sobre la habilidad de los menores para usar los muñecos y representar a través de ellos el comportamiento sobre la reconstrucción de los hechos. Los niños menores de tres años pueden utilizar los muñecos para representar a alguien que no sea el mismo. c. Estimular la memoria. La exposición de los muñecos y especialmente para describir las partes del cuerpo, las características sexuales secundarias, los genitales y la ropa pueden ser de mucha utilidad para estimular o ayudar a recordar eventos específicos de naturaleza sexual, que son más efectivas que la utilización de claves o preguntas verbales. d. Selección del instrumento adecuado. Esta función implica la creación de un escenario no amenazante y puede proveer una oportunidad para aquel niño que espontáneamente revele su interés, preocupación o conocimiento relacionados con la sexualidad. Al niño se le permite que libremente examine y manipules los muñecos mientras que el entrevistador observa los juegos, reacciones y comportamientos en general. El entrevistador puede estar presente o ausente en la observación, ya que el niño puede ubicarse en una cámara de Gesell, de tal forma que el niño puede manipular libremente los muñecos, para que posteriormente el entrevistador pueda realizar las preguntas que considere convenientes relacionadas con el comportamiento del niño con los muñecos. e. Para romper el hielo. Pueden ser utilizados para crear una atmósfera de comodidad para los niños. Los muñecos pueden ser utilizados para iniciar la conversación sobre el tema de la sexualidad, enfocando la atención de los niños de una manera más amable. Esto es de suma importancia en el caso de los niños menores y niños con pocas destrezas en el lenguaje, los cuales pueden requerir claves muy directas para generar una adecuada comunicación con el niño que no desea o se le dificulta hablar. Los muñecos también pueden ser usados para ayudar a que el niño se sienta cómodo acerca de hablar sobre las partes del cuerpo, la sexualidad, etc. 5. Los niños abusados sexualmente no están siempre dispuestos a proporcionar una narración verbal coherente del abuso sexual debido a una variedad de razones que incluyen: el nivel de desarrollo, limitaciones del lenguaje, vergüenza y culpabilidad. Cuando las características de un niño lo permiten, los entrevistadores deberán inicialmente tratar de lograr una descripción verbal del niño antes de decirle que lo realice con los muñecos.

6. Presentar los muñecos vestidos es la práctica generalmente aceptada, pero existen excepciones que se pueden considerar. Por ejemplo, puede ser apropiado presentar los muñecos desvestidos cuando se usen como ayuda para la demostración, en un niño quien ha indicado en su relato que las personas que estaban con él estaban desnudas. 7. Dependiendo de las características individuales del niño, los muñecos anatómicos pueden ser apropiadamente usados en las entrevistas con niños, en un rango amplio de edades, incluyendo algunos adolescentes. Usos inapropiados13 1. El uso de muñecos anatómicos como medio para diagnosticar y explorar el abuso sexual, no está apoyado por la evidencia empírica. Específicamente no es apropiado plantear conclusiones definitivas acerca de la presencia del abuso fundamentados solamente en la interpretación del comportamiento de los niños con los muñecos. No se conoce ningún comportamiento de los niños con los muñecos, que pueda ser considerado como observación definitiva del abuso sexual, en ausencia de otros factores tales como el recuento verbal del niño o la evidencia médica. 2. Los entrevistadores deberán restringirse de hacer comentarios que puedan motivar al niño a ver los muñecos como juguetes u objetos para el juego y la fantasía. Esto incluye palabras como: Juegue, crea que, imagine que, etc. Quienes entrevistan también deberán ser cuidadosos en el uso de conjeturas en el momento de preguntar que conduzcan a la posibilidad de animar la fantasía. Se deben evitar preguntas del tipo ¿si alguien fuera a tocar a una niña de una manera que a ella no le guste, indíqueme cómo lo haría? Los entrevistadores deben considerar el darle al niño una instrucción clara de que los muñecos son usados para ayudarles a hablar y para mostrar cosas que en realidad ocurrieron. 3. La utilización por parte del entrevistador de colocar a los muñecos en posiciones sexualmente explícitas, para sugerirle al niño que relacione esta demostración con la experiencia vivida, debe ser evitada. Acompañar esta postura con preguntas como: ‘¿Te ha pasado esto alguna vez?’, son absolutamente inadecuadas y altamente sugestivas. 4. Como cualquier instrumento o técnica de entrevista los muñecos anatómicos pueden ser mal usados. Por ello, los entrevistadores deberán monitorearse ellos mismos para evitar el uso inapropiado o sugerente cuando se decide utilizar los muñecos como herramienta investigativa. Requerimientos para el uso por parte del psicólogo forense 1. Los profesionales que hacen uso de los muñecos anatómicos deben poseer un adecuado entrenamiento, conocimiento y experiencia para poder conducir 13

Ibíd., p. 11-16

investigaciones forenses o entrevistas de diagnóstico con niños de los cuales se sospecha que han sido sexualmente abusados. 2. Antes de hacer uso de los muñecos anatómicos los profesionales deberán adquirir las destrezas requeridas mediante el conocimiento actualizado de la literatura sobre la investigación científica de este tema, sobre las guías aplicables, consultar con sus colegas y una constante supervisión clínica. 3. La utilización de protocolos estructurados para detallar el uso de los muñecos durante las entrevistas, no es requerido, debido a la necesidad de atender de manera flexible cada uno de los casos en particular, lo que la rigidez del protocolo impediría. Las guías prácticas generales sobre el uso de muñecos anatómicos son de gran ayuda. 4. Por la riqueza de la información obtenida con los muñecos anatómicos la grabación en video de la sesión es muy aconsejable. De no ser posible la grabación, es importante que las preguntas de los entrevistadores y las respuestas verbales o no verbales de los niños relacionadas con las alegaciones sobre el abuso se deban fundamentar. Esto se puede hacer en el informe escrito o mediante la utilización de una grabación de audio apoyada con notas escritas. 5. Es adecuado presentar la grabación palabra por palabra de las partes de la entrevista, relacionando específicamente los temas atinentes del posible abuso sexual. Esto incluye una descripción del comportamiento de los niños con los muñecos, presentando la posición de los niños con respecto a los muñecos, las declaraciones verbales críticas y cualquier otro comportamiento afectivo verbal o no verbal con los muñecos, tales como el miedo, la irritabilidad o la regresión y el alejamiento. El protocolo de Michigan14 establece que dado que los niños pequeños a veces proporcionan poca información en las respuestas a preguntas abiertas, para realizar la entrevista los entrevistadores utilizan en ocasiones algunas ayudas como muñecos anatómicos, completar siluetas del cuerpo y cronogramas para conseguir información acerca del posible abuso. No obstante, puede haber serios problemas al usar estas ayudas con niños en edad preescolar, o en introducir estas ayudas demasiado pronto en una entrevista con un niño mayor. Un problema con las ayudas para la entrevista es que son modelos que representan algo más. Al usar un muñeco anatómico, por ejemplo, el menor debe darse cuenta de que el muñeco es no sólo un objeto en sí mismo, sino también la representación de él o de ella. Los menores en edades comprendidas entre los 2 y los 4 años pueden no tener la dimensión cognitiva suficiente para usar las ayudas para la entrevista figurativamente. En consecuencia, los muñecos a menudo no ayudan a los niños pequeños a aportar más información sobre los hechos o a informar con más precisión. Más aún, algunos menores en edad preescolar que no han sido abusados insertarán los dedos en los 14

Protocolo Modelo de Abuso al Menor. Metodología coordinada del equipo de investigación. Estado de Michigan. FIA, 2003, p. 32-41

muñecos anatómicos o mostrarán otra conducta sexual. Las investigaciones han mostrado que la presencia de muñecos anatómicos combinada con preguntas específicas y directivas puede llevar a falsas alegaciones15. De igual manera, los entrevistadores pueden ser acusados de sugerir temas sexuales a los menores si presentan ayudas para la entrevista antes de que el menor haya descrito o narrado el presunto abuso. Todas las guías recientes sobre el uso de muñecos anatómicos y siluetas ponen de manifiesto que la respuesta de los menores a estas ayudas no son diagnóstico de abuso16. Aunque las ayudas para la entrevista se deben evitar, los entrevistadores que estén autorizados y entrenados para utilizarlas, deben utilizarlas sólo después de que el menor haya hecho una alegación, o solamente para clarificar información que no puede aclararse verbalmente. Bibliografía A.I.P.J. (2001) Memorias IV Congreso Iberoamericano de Psicología Jurídica. Madrid. El Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid American Psychology Association. (1998) Ethical Principles of Psychologists and Code of Conduct. Washington: APA Bruck, M., Ceci, S.J., Francoeur, E., & Renick, A. (1995). Anatomically detailed dolls do not facilitate preschoolers’ reports of a pediatric examination involving genital touching. Journal of Experimental Psychology: Applied, 1, 95-109. Cantón, D. J., Cortés, A. y Justicia, D. (2002) Conflictos matrimoniales, divorcio y desarrollo de los hijos. Madrid, Pirámide Carreño, D. y CODCE

Piñeros, C. (2004) Reflexiones éticas sobre la Psicología. Bogotá.

Código Deontológico y Bioético del Psicólogo. Ley 1090 del Congreso de Colombia, de Septiembre 6 de 2006. Clawar,S., Rivlin, B.V. (1991). Children Held Hostage: Dealing with Progammed and Brainwashed Children. Chicago, American Bar Association. Clifford, BV.R. (1993) Witnessing: a comparison of adults and children. Issues in Criminological and Legal Psychology, No.20, 15-21 Conway, D. R. (1997) Periódico americano de psicología forense, Volumen 15, Número 3, 1997 Coulborn, F. K., Lamb, N. y Everson, M. (1998) El arte y la ciencia de la entrevista forense a niños quienes pudieron haber sido abusados sexualmente

15

Bruck, M., Ceci, S.J., Francoeur, E., & Renick, A. (1995). Anatomically detailed dolls do not facilitate preschoolers’ reports of a pediatric examination involving genital touching. Journal of Experimental Psychology: Applied, 1, 95-109.

De Gregorio, H. A. (2000) El abuso sexual infantil y la mala praxis psiquiátricopsicológica. Documento sin fecha Díaz, C. F. (2007) Psicología http://www.psicología jurídica.org

Jurídica

en

Colombia.

Disponible

en:

Díaz, C. F. (2003) El peritaje psicológico del testimonio: Ayudando o creando confusión. Traducción libre Díaz, C.F. (2006) Peritaje Forense en Delitos de Lesa Humanidad. Artículo publicado en: www.psicologíacientífica.com Dussel, E. (1998) Ética de la Liberación en la edad de la Globalización y de la Exclusión. Madrid. Trotta. Fisher, D. G. (1998) Characteristics of intrafamiliar and extra familiar child sexual abuse. Online. Disponible en: http://www. ingentaconnect.com/contents/els. Gardner, R. A. (1987). "The Parental Alienation Syndrome and the Differentiation Between Fabricates and Genuine Child Sex Abuse." Cresskill, NJ: Creative Therapeutics Gardiner, G. (2003) Construir puentes en Psicología Jurídica, JVE Ediciones, Buenos Aires. Goodman, G. S. y Bottons, B.L. (1993). Child Victims, Child Understanding and Improving Testimony

Witnesses:

Goodman, G. S. Hirschman, J., Heeps, D. y Rudy, L. (1991) Childrens memory for stressful events. Merril Palmer, 37, 109-57 Granados, J. (2005) La prueba pericial y la prueba novel en el marco del nuevo proceso penal colombiano. En Derecho Penal Contemporáneo. Revista Internacional. AbrilJunio 2005. N° 11. Legis Grimes, K. y Posada, O. (2006) Curso avanzado de entrevistas e interrogatorios. Bogotá. ICITAP Hamond, N. y Fivush, R. (1990) Memories the Micky Mouse: young children recount their trip to Disneyworld. Cognitive Development, 6, 433-48 Johnston, J. (1993). Children of divorce who refuse visitation, Nonresidential Parenting: New Vistas in Family Living. Edited Depner CE, Bray JH, London, Sage Publications.

in by

Jiménez, C. y Martín A. C. (2006). Valoración del testimonio en abuso sexual infantil (A.S.I.). Cuad med. forense. [Online]. no. 43-44 [citado 2007-07-27], pp. 83102.Disponible en: http://. ISSN 1135-7606. Jiménez, G. F. (2001) Evaluación psicológica forense. Salamanca. Amarú

Kapardis, A. (1997) Psychology and Law, New York, Cambridge Kuehnle, K. (1996). Assessing Allegation of Child Sexual Abuse. New York. Professional Resource Press. Náquira, J. El Psicólogo Forense: Campo de acción, formación y rol profesional. En: AIPJ (1995). Anales 1er Congreso Iberoamericano de psicología jurídica, Santiago de Chile, Septiembre, 1993 Ogloff, J. y Cronshaw, S. (2001). Expert Psychological Testimony ¿Assisting or Misleading the trier of fact? Traducción libre de Díaz, F. (2003) Padilla E. A. (1999). A propósito de los relatos de abuso sexual infantil. ALPJF (Curso de Violencia Intrafamiliar – post-grado en la Universidad de Córdoba). Perisini, D. M. (2008) A triangulacao Patológica do litigio na SAP. Ponencia Congreso Virtual de Psicología Jurídica, Marzo 2008. Protocolo Modelo de Abuso al Menor. Metodología coordinada del equipo de investigación. Estado de Michigan. FIA, 2003, p. 32-41 Ramírez, G. M. (2003) Cuando los padres se separan. Madrid, Biblioteca Nueva. Saunier, R. Clase I: Introducción a la Práctica psicológica forense. Documento sin fecha. Stern, L. W. (1939) The Psychology of testimony. Journal of Abnormal and Social Psychology. 34. 3-20 Tara, V.L. (2005) Preparar o entrenar a los clientes, para tomar pruebas psicológicas y Neuropsicológicas: Un conflicto de obligaciones éticas. Universidad de Michigan. Traducción libre de Díaz, F. Marzo de 2005 Torraca, L. M. (1991) Pericias psicológicas en el sistema penal. En: Jornal Pro-Psi, Agosto/ Septeiembre. Rio de Janeiro, Brasil, p. 3. Torres Pérez I. Aspectos éticos en las Evaluaciones Forenses. En: Revista de Psicología Universitas Tarraconenses Vol. XXIV (1-2/2002) Urra, J. (2002) Tratado de Psicología Forense. Madrid. Siglo XXI Varela, O. Sarmiento, A. y Maris, S. (2005) Psicología Jurídica. Buenos Aires. JCE Varela, O. Sarmiento, A. y Álvarez. H. (2003) Psicología Forense. Buenos Aires. Lexis Nexis Wagenaar, W.A., & Crombag, H.F.M. (2005). The Popular Policeman and Other Cases. Amsterdam: Amsterdam University Press. (Version fin, without bibliography notes, 8 May2005) Traducción libre realizada por: Fernando Díaz Colorado. Enero 2 de 2008

Warren, A. y Swartwood, J. N. (1992) Developmental issues in flashbulb meory research children recall the Challenger event. En: Winograd, E. & Neisser, U. (1995). Remembering Reconsidered: Ecological and traditional approaches To the Study of Memory. New York. Cambridge University Press. pp. 95-120.

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.