Dilemas y Respuestas Nacionales ante el Medio Ambiente y los Recursos Naturales

June 13, 2017 | Autor: S. Briones Razeto | Categoría: Environmental Studies, International Security, Chile, Environmental Security
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DILEMAS Y RESPUESTAS NACIONALES ANTE EL MEDIO AMBIENTE Y LOS RECURSOS NATURALES Sebastián Briones Razeto*

Introducción Podría parecer razonable creer que relación entre medio ambiente y recursos naturales, por una parte, y la economía, por otra, es armónica en principio. Economía proviene del griego οἶκος o “casa” y νέμω “orden”. Y la disciplina que estudia el medio ambiente proviene del mismo οἶκος y de λóγος “conocimiento”. Así, dado que ambas dimensiones dicen relación con recursos podría esperarse cierta compatibilidad entre ellas. Pero en realidad ambos términos se emplean para designar cuestiones diferentes. La Economía, aunque como disciplina se enfoca en el estudio de los recursos, lo hace desde el punto de vista de las ganancias a un plazo que nunca supera un par de décadas. No obstante los economistas reconocen la existencia de ciertos daños al medio ambiente, producto de la actividad económica, y los denominan “externalidades negativas” pero rara vez se enfocan en cuantificar o corregir. Los sistemas de contabilidad no le asignan un valor a algo hasta que ha sido ingresado a un mercado. El informe “Los límites del crecimiento”1 tuvo escaso impacto en cuanto a resultados directos. Recién los protocolos multilaterales vinculantes2 han tenido un impacto, aunque aún limitado.

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Bachiller y Licenciado en Ciencia Política, y Magíster en Ciencia Política por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Doctor (c) de la misma universidad. Encargado de la Cátedra de Ciencia Política de la ANEPE. THE LIMITS to Growth: A Report to The Club of Rome por Donella Meadows et al. Universe Books 1972. Por ejemplo, la eliminación de los clorofluorocarbonos, responsables del debilitamiento de la capa de ozono fue resultado del “Montreal Protocol on Substances that Deplete the Ozone Layer” o los primeros intentos globales

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La tensión entre actividad económica y medio ambiente pudo ser absorbida durante siglos por la naturaleza. Pero se ha llegado a un punto en que los efectos de esa tensión han dañado la capacidad del medio ambiente para absorber contaminación y proveer recursos naturales (y los seguirán haciendo en el futuro previsible). De ahí que la respuesta al dilema difícilmente puede provenir desde la economía y requiere más probablemente la intervención de actores con capacidades coercitivas: los Estados. No es casual entonces que las respuestas a los dilemas medioambientales descansen más en lo que puedan hacer los gobiernos mediante políticas públicas y legislación de lo que puede hacer el libre intercambio de bienes y servicios3. Así, en términos ambientales nuestro país enfrentará dos retos fundamentales: el problema de los recursos y el problema del cambio climático. Cada uno de ellos en niveles diferentes, de los cuales al menos es necesario distinguir dos: uno nacional, respecto a los específicos daños o emergencias que pueden producirse en zonas determinadas del país; y otro a nivel global referido a los acuerdos internacionales en materia de emisiones contaminantes que afectan al planeta como un todo. El cambio climático o cambio global ya es asumido como un hecho por varios gobiernos a la hora de planificar y preparar sus

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por reducir las emisiones de carbono son producto del “Kyoto Protocol to the United Nations Framework Convention on Climate Change”, a su vez promovidos y organizados por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP por sus siglas en inglés). Por ejemplo, el trabajo de Martha Nussbaum ofrece un enfoque comprensivo de cómo tratar esos dilemas: NUSSBAUM, Martha. Human functioning and social justice: In defense of Aristotelian essentialism. Political Theory 20 (2): 202-46, 1992.; NUSSBAUM, Martha. Aristotle on human nature and the foundations of ethics. En: ALTHAM, J. E. G. & Harrison, Ross (eds.). World, mind, and ethics: Essays on the philosophy of Bernard Williams,. Cambridge: Cambridge University Press, 1995; NUSSBAUM, Martha. Women and human development: The capabilities approach. New York: Cambridge University Press, 2000.; NUSSBAUM, Martha. 2006. Frontiers of justice: Disability, nationality, species membership. Cambridge, MA: Belknap Press of Harvard University Press: o los trabajos de Warren sobre los conflictos específicos entre bienes medioambientales: WARREN, L.M. Habitats, birds, renewables and tidal power energy versus species. Environmental Law and Management 22(5) 2010: 233-239, 2010.

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respuestas. Se lo considera uno de los “4 conductores del cambio que afectarán las vidas de todos en el planeta”4, junto a la globalización, la inequidad global y la innovación5. Asimismo, el informe afirma que la dimensión ambiental y de recursos es donde “la aspiración para lograr mayores estándares de vida, o sostener los niveles existentes, estará restringido por el nexo entre disponibilidad de recursos y limitaciones ambientales”. A final de cuentas, la situación económica y ambiental global es similar a la de la Unión Soviética. Un sistema productivo totalmente divorciado de sus costos o de las necesidades y deseos humanos más íntimos, acostumbrado a hacer las cosas como las ha hecho hasta entonces e incapaz de modificar sus patrones de conducta, ni siquiera ante el peligro de su propia extinción. Las diferencias centrales entre ambos casos es que la economía global de hoy carece de un modelo a imitar, pero al mismo tiempo dispone de la capacidad creativa para buscar soluciones al problema.

Una primera aproximación al fenómeno Una actividad determinada y su estudio académico no son campos idénticos. La actividad económica dice relación con el uso de recursos, mientras la Ciencia Económica se enfoca en el estudio de los mismos. Del mismo modo, mientras el medio ambiente es el entorno natural en el que se desenvuelven los sistemas vivientes, la ecología es la rama de la Biología que estudia ese espacio. El problema central está en la desconexión entre el reconocimiento académico del impacto de la actividad económica, por una parte, y las medidas efectivamente aplicadas para reducir, prevenir o mitigar los efectos que la actividad económica produce, por otra. La noción económica de externalidad da cuenta del fenómeno, pero la existencia de medidas de compensación de esas externalidades es rara.

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REINO UNIDO. Ministerio de Defensa. Strategic Trends Programme - Out to 2040. Wiltshire, United Kingdom, s.n. 2011. p. 5. Ibid. p. 3.

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El Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) ya estableció al cambio climático como un hecho. Sus esfuerzos han estado apuntando entonces a cuantificar la magnitud de ese cambio. La interacción entre la actividad económica pasada, presente y esperable en el futuro, impactará entonces en al menos cuatro grandes áreas: energía, agua, recursos no renovables, y recursos biológicos. Energía: La demanda por energía se duplicó en los últimos 30 años6 y es altamente probable que siga creciendo. La mayor parte de esa demanda es satisfecha mediante combustible fósiles que son altamente contaminantes (tanto en sus efectos inmediatos como en su impacto en el cambio climático), así como escasos (disponibles solamente en algunas regiones del mundo) y cuya cadena de suministro es frágil (incluso pequeñas alteraciones en su oferta alteran sustancialmente sus precios lo que a su vez repercute en la economía global). Su reemplazo por otras fuentes de energía, aunque posible tecnológicamente, impone costos económicos que pocos países están dispuestos a asumir. Más aún, los costos de realizar ese reemplazo recaen sobre el país en cuestión mientras sus beneficios se extienden a todo el globo, generando un problema de comportamiento polizón. Esto último se da cuando los esfuerzos individuales de Estados por reducir sus emisiones de gases efectos invernadero (principalmente dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O) y halocarbonos7), puede simplemente estimular a otras naciones a no hacer una reducción en sus propias emisiones. Agua: El agua es fundamental en diversos procesos: es vital para el consumo e higiene humana, en la producción de alimentos y en una serie de otras industrias (en Chile notablemente en

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Ibíd. p. 106. INTERGOVERNMENTAL Panel on Climate Change. Contribution of Working Groups I, II and III to the Fourth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change. Pachauri & Reisinger, A. (Eds.) IPCC, Geneva, Switzerland. 2007. p. 37.

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la minería). Sin embargo el crecimiento económico y el aumento en los estándares provocarán una presión sobre el uso de los recursos hídricos8. Pero no solamente habría un incremento en la demanda por agua, la oferta natural de la misma se verá afectada también. La mayor parte de los modelos de cambio climático predicen una reducción entre el 10% a 20% de las precipitaciones entre Santiago y Puerto Montt, respecto al período 1980-19999. Recursos no renovables: Los recursos no renovables por definición están destinados a agotarse. El problema no radica tanto en su desaparición, como en la dislocación súbita de modos productivos y de vida, que pueden generarse producto de agotamiento brusco de esos recursos. La transición de empleos, asentamientos e inversiones desde un área productiva súbitamente interrumpida no será fácil ni barata, si es que siquiera es posible. La migración masiva desde el norte y el abandono de las oficinas salitreras es un ejemplo patente de ello en el siglo XX: “para 1931, la situación se tornó delicada: hubo una fuerte disminución del poder adquisitivo, una gran cesantía y la necesidad de suspender el pago de la deuda externa por falta de capital”10. Descartando los hidrocarburos (que fueron mencionados en el acápite sobre energía) los recursos minerales y el espacio físico son las principales preocupaciones en este sentido (minerales como el Cobalto, Cromo y Platino; y en menor medida el Antimonio, Uranio, Tungsteno y Manganeso11) provienen de fuentes inseguras o en riesgo. La amenaza para nuestro país no está tanto en la interrupción o alteración brusca de su suministro, como en los efectos que tendría en la economía global, de la cual es altamente dependiente tanto en importaciones como en exportaciones.

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MINERAS multiplican proyectos de desalinización para enfrentar la escasez hídrica en el norte. La Tercera, Santiago de Chile, domingo 12 de febrero de 2012. Sección Negocios pp. 10 y 11. INTERGOVERNMENTAL Panel on Climate Change. 2007. Ob. cit. p. 47. BIOGRAFÍA de Chile. Historia de Chile: Desarrollo Industrial. Inicios del presidencialismo [en línea] http://www.biografiadechile.cl/ [fecha de consulta 14 de mayo de 2012]. Reino Unido, ob. cit. p. 117.

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El espacio físico representa otro problema ambiental y de recursos relevante en esta dimensión. Las zonas habitables y económicamente explotables no son un recurso infinito. Valparaíso ya se debate entre la presión entre incrementar el espacio disponible para usos portuarios12, por una parte, y el uso que el mismo espacio tendría para mantener las condiciones de vida y el carácter turístico y patrimonial de la ciudad13. La presión demográfica sobre ciudades y la rivalidad entre diversas actividades económicas, por ejemplo entre la salmonicultura y el ecoturismo14. Recursos biológicos: Los ecosistemas proveen de una gran cantidad de recursos útiles para el ser humano: alimentación, madera y otras sustancias de origen biológico que no pueden producirse de manera sintética. Estos sin embargo están amenazados por varios factores. Primero, muchas especies son explotadas al punto que dejan de ser viables como tales. Segundo, muchos ecosistemas son desplazados para hacer espacio para actividades humanas en vivienda, industria o transporte. Tercero, la contaminación ambiental altera los ecosistemas reduciendo la capacidad de subsistencia de especies o incluso del ecosistema completo. Contra la idea bíblica de que dos especímenes de sexo opuesto bastan para mantener una especie, la variabilidad genética de apenas un par de ejemplares es muy pequeña para mantenerla viva. Las enfermedades genéticas, a menudo recesivas, se multiplican en pequeñas comunidades hasta hacerlas inviables.

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ANGULO Phillips, Fernando. Asesor Técnico de ASONAVE. El Borde Costero es inviable porque bloquearía la ampliación y acceso al Puerto por el lado norte [en línea] Asociación Nacional de Agentes de Nave de Chile A.G. [fecha de consulta: 14 de mayo de 2012]. ASPILLAGA P,. Óscar. Mall Plaza y Puerto Barón: “Nosotros venimos para quedarnos” [en línea] El Matutino [fecha de consulta: 14 de mayo de 2012]. ESCOFET, Horacio. Competitividad, Gobierno y Organizaciones Locales. [en línea] Banco Interamericano de Desarrollo. [fecha de consulta: 12 abril 2012]. Disponible en: http://idbdocs.iadb.org/wsdocs/getdocument. aspx?docnum=917347. p. 17.

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Solamente en Chile el ciprés de la cordillera15, la palma chilena16, la raya trompa de cristal17 están en condición vulnerable, y otras tantas como la Zostera chilensis18 se hallan en condición vulnerable según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales.

Un fenómeno multinivel Analizar el problema del medio ambiente y los recursos naturales no es simple. Primero porque el problema no está ligado a un par de fenómenos puntuales, sino al modo de producción y vida de los países desarrollados, estándar al que incluso las naciones no desarrolladas desean alcanzar. En segundo lugar, la cantidad de variables a modificar para responder al problema es tan grande, que la responsabilidad por hacerlo se difumina a lo largo y ancho del globo. Por ejemplo, las mayores exigencias en términos de emisión de contaminantes en países desarrollados puede no reducir la contaminación total, sino solo desplazarla a países con estándares menos exigentes. En ese sentido la respuesta gubernamental tradicional a ese desafío es la prohibición y regulación, a nivel de Estados, de ciertas actividades productivas. Para responder al problema se requieren políticas que den cuenta de los fenómenos en su totalidad, sean estas regionales (como en el caso de protección de cuencas hídricas compartidas) o globales (como es la emisión de gases de efecto invernadero).

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CONIFER Specialist Group Austrocedrus chilensis. 1998. [en línea] En: IUCN 2011. IUCN Red List of Threatened Species. Versión 2011.2. . [Fecha de Consulta 15 de mayo de 2012]. GONZÁLEZ, M. Jubaea chilensis. 1998. [en línea] En: IUCN 2011. IUCN Red List of Threatened Species. Versión 2011.2. . [Fecha de Consulta 15 de mayo de 2012]. ZEARAJA chilensis. [en línea] por P.M. Kyne “et al” 2007. En: IUCN 2011. IUCN Red List of Threatened Species. Versión 2011.2. . [Fecha de Consulta 15 de mayo de 2012]. SHORT, F.T. & Waycott, M. Zostera chilensis. 2010. [en línea] En: IUCN 2011. IUCN Red List of Threatened Species. Versión 2011.2. . [Fecha de Consulta 15 de mayo de 2012].

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El esquema de cuatro grandes áreas introducido al comienzo (energía, agua, recursos no renovables y recursos biológicos) responde a ámbitos cognitivamente fáciles de aprehender, pero que abarcan elementos más complejos entrelazados entre sí de múltiples maneras. Si queremos entender el problema de una manera más comprensiva, requerimos de al menos tres niveles de análisis: tendencias actuales y pasadas, impactos y efectos sobre el medio ambiente y efectos sobre la vida humana. 1.

El primero de esos niveles es el de las tendencias actuales y pasadas. Ello comprende a su vez tres aspectos centrales. Primero está la industria productiva actual, que en su mayoría no asume las externalidades que genera, porque no paga el precio real de muchos recursos que emplea (agua, aire y energía por mencionar algunos), ni la contaminación que produce (sea sólida, líquida, gaseosa, auditiva o de otro tipo). En segundo lugar los medios de transporte contemporáneos privilegian aún el consumo de combustibles de origen fósil, que por una parte dependen de recursos no renovables y, por otra, contribuyen al cambio climático. En tercer lugar, la urbanización y el estándar de vida de país desarrollado producen efectos que son insostenibles en el largo plazo, especialmente si esos niveles de vida se extienden a toda la población del planeta (ver Figura 1, columna izquierda).

2.

El segundo nivel de análisis es el del impacto de esas tendencias actuales y pasadas en el medio ambiente y los recursos. Entre esos impactos podemos identificar cuatro aspectos. a.

El primero es el cambio climático, es decir el hecho de que el clima actual del planeta se está modificando notablemente en sus patrones térmicos e hídricos. Ello implica que las condiciones sobre las cuales determinados asentamientos humanos, actividades productivas e infraestructura se instalaron o construyeron, ya no permanecerán igual.

b.

El segundo es el agotamiento de recursos no renovables. De ellos el más notable es el petróleo, pero dicho 96

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problema afecta también a otros recursos de origen mineral y cuyo stock disponible es relativamente limitado para las necesidades de consumo, actuales o previsibles. En ese sentido, si bien el hierro es un recurso no renovable es lo bastante abundante en el planeta, y a la vez es reciclable, y que su explotación no presenta un desafío en términos de su agotamiento.

3.

c.

El tercer impacto es el de la explotación de recursos naturales renovables. Si bien estos pueden explotarse de manera continuada, el límite de lo que pueden producir en un período de tiempo dado es a menudo sobrepasado, poniendo en peligro su capacidad para autosustentarse en el tiempo. Los recursos biológicos son los representantes centrales de esta categoría. En Chile recursos como la centolla, el loco, o el centollón están sometidos a vedas sobre su captura, precisamente para evitar que las especies bajen en número hasta un umbral que haga insostenible su reproducción.

d.

El cuarto impacto sobre el medio ambiente y los recursos es la incapacidad de absorber ciertos niveles de contaminación. Todo ecosistema puede y ha absorbido contaminación de diversos tipos: los meteoritos, los desechos orgánicos e incluso la actividad humana primitiva imponía una carga de elementos exógenos que los diversos ecosistemas han podido tolerar y seguir existiendo. Pero la imposición de la contaminación actual por actividades productivas y estilos de vida, simplemente sobrepasa la velocidad a la cual los ecosistemas pueden descomponer y absorber esos desechos. (Ver Figura 1, columna central).

El tercer nivel de análisis es el de los efectos esperables sobre la vida humana de continuar los otros dos niveles en sus tendencias actuales o proyectadas. El primero de esos efectos es la escasez de recursos vitales para la vida humana, entiéndase alimentos, agua potable y aire suficientemente puro para respirar. Siguiendo los principios de la economía esa escasez es relativa. Esto es, personas o países de alto ingresos podrán 97

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compensar mediante más recursos económicos la provisión de esos recursos vitales. Son las regiones y personas más desposeídas las que sufrirán gravemente por esta escasez, ya que gastan hasta un 75% de su ingreso en alimentos19. El segundo efecto será la alteración de diversos ecosistemas alrededor del mundo. En Chile, entre 1970 y 2004, la temperatura media se incrementó entre 0,2º y 1º Celsius, salvo en zonas cordilleranas o aquellas ubicadas al sur de Puerto Montt, donde la variación fue de entre -0,2º y -1º.20 El porcentaje de agua disponible en la superficie se reducirá en nuestro país hasta en un 40% en las zonas de clima mediterráneo en los próximos 80 a 90 años21. El nivel del mar subirá entre 0,18 y 0,59 m en promedio a nivel global22. El resultado de ello será un cambio en los ecosistemas; habrá una menor producción agrícola en regiones cálidas y una mayor producción en áreas frías, un incremento de las plagas de insectos, erosión de suelos e incendios forestales23. Algunas zonas experimentarán inundaciones permanentes24, y la superficie total disponible para habitación se reducirá25. Ello también redundará en un incremento de los eventos extremos, volviendo a los desastres naturales26 más graves y frecuentes. El tercer efecto será un incremento en los costos de producción a nivel global. Sean cuales fueren los impactos que ocurran sobre el medio ambiente, estos habrán de incrementar los costos de producir bienes y servicios en la medida que alterarán drásticamente la disponibilidad de insumos baratos.

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IVANIC, Maros & MARTIN, Will. Implications of Higher Global Food Prices for Poverty in Low-Income Countries (April 1, 2008). World Bank Policy Research Working Paper Series, 4594. pp. 1-2. INTERGOVERNMENTAL Panel on Climate Change. 2007, ob. cit. p. 32. Ibídem p. 49. Ibídem p. 45. Ibídem p. 53. REINO UNIDO, ob. cit. p. 21. Ibídem. Un desastre natural puede definirse como “un rápido, instantáneo o profundo impacto del ambiente natural sobre el sistema socioeconómico” ALEXANDER, David. Natural Disasters. Springer. p. 4.

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El cuarto efecto será la inestabilidad política resultante de cambios y vulnerabilidad. La sola alza de precios de combustibles fósiles ha suscitado debates en torno a los impuestos que los gravan; han impulsado a gobiernos a subsidiarlos y/o han impedido la remoción de los subsidios27. Dadas las esperables transformaciones a los ecosistemas marinos, por ejemplo, es altamente esperable una mantención o reducción del total de recursos alimentarios disponibles para la pesca28, lo que a su vez obligaría a una reducción en las cuotas de captura de al menos algunos sectores. Si ya la distribución actual de dichas cuotas en Chile produce conflictos políticos29,30, es esperable una tensión aún mayor al respecto. (Ver Figura 1, columna derecha).

Figura 1 Niveles de análisis del problema del Medio Ambiente y los Recursos

Fuente: elaboración propia.

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NIGERIAN anger heats up as petrol prices rocket. Reuters. Abuja, Jan 2, 2012 3:49 pm EST. REINO UNIDO, ob. cit. p. 112. PESCADORES se enfrentan con Carabineros tras bloquear accesos a Constitución. Cooperativa.cl. Región del Maule. 19 de abril de 2012. MINISTRO Longueira llama a terminar con las consignas y entender los beneficios de la Ley de Pesca. Biobiochile.cl, Concepción. 24 abril 2012 7:40 hrs.

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Respuestas Frente a todos los fenómenos antes mencionados, directos e indirectos, la literatura ofrece una serie de respuestas. Estas a su vez dependen radicalmente del nivel al que vayan apuntadas. Cualquiera sea la respuesta del sistema internacional, el país debe necesariamente tomar algunas medidas. Estas se verían coadyuvadas por una respuesta global coordinada, pero no es posible depender de un cambio de paradigma de desarrollo económico que aún no ha ocurrido, pese a la evidencia acumulada hasta ahora de lo no sustentable que es nuestro actual esquema de contaminación y consumo de recursos. Los efectos sobre el medio ambiente y los recursos naturales serán patentes en nuestro país y tarde o temprano algún gobierno deberá tomar medidas para mitigarlos, prevenirlos o repararlos, de una forma tanto o más drástica que hasta ahora. Cualquier sea el origen de los efectos que el medio ambiente y la escasez de recursos tenga sobre el país, las personas demandarán algún tipo de respuesta por parte del gobierno (ver tabla 1).

Tabla 1 Obligaciones del Gobierno y reducción de desastres. Obligaciones.

Directa: obligación ante cualquier evento.

Contingente: obligación si un evento particular ocurre

Explícitas: Responsabilidad gubernamental reconocida por ley o contrato.

Deuda soberana interna y externa, gasto por ley de presupuestos y gastos presupuestarios.

Garantías estatales por deuda no soberana y entidades del sector público y privado, reconstrucción de infraestructura pública.

Implícita: Una obligación “moral” del gobierno.

Costos futuros recurrentes de proyectos de inversión pública, pensiones y gasto en salud.

Moratoria de gobiernos subnacionales como proveedor de reducción de desastres públicos o privados.

Fuente: INTERGOVERNMENTAL Panel on Climate Change31.

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INTERGOVERNMENTAL Panel on Climate Change. Managing the Risks of Extreme Events and Disasters to Advance Climate Change Adaptation. A Special Report of Working Groups I and II of the Intergovernmental Panel on

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Una manera de enfocar las líneas de acción consiste en dividir la mitigación de los efectos ambientales del manejo de catástrofes particulares (ver figura 2). Bajo ese esquema, podemos diferenciar los efectos de largo plazo y escala global que se producirán por las tendencias actuales y pasadas, de los impactos que tendrá sobre la población y la forma de vida de las distintas regiones. Figura 2 Interacción entre clima, desarrollo y desastres naturales.

Fuente: INTERGOVERNMENTAL Panel on Climate Change. Managing the Risks of Extreme Events and Disasters to Advance Climate Change Adaptation32.

Así, la mitigación sobre el cambio climático es algo sobre lo cual nuestro país tiene escaso o nulo control dentro de su territorio, y solo puede contribuir como parte del sistema internacional a su corrección. En este sentido, mitigación es reducir “los factores causales (emisión de gases de efecto invernadero por com-

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Climate Change [Field, C.B., V. Barros, T.F. Stocker, D. Qin, D.J. Dokken, K.L. Ebi, M.D. Mastrandrea, K.J. Mach, G.-K. Plattner, S.K. Allen, M. Tignor, and P.M. Midgley (eds.)]. Cambridge University Press, Cambridge, UK, and New York, NY, USA, 2011 p. 361. Ibíd. p. 31.

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bustión fósil, agricultura, cambio en uso de suelo, producción de cemento, etc.)”33. Dado que nuestro país solamente es responsable por una ínfima fracción de esas causas, las vías de acción demandan esfuerzos a dos niveles: internacional y nacional. A nivel internacional requiere un apoyo decidido a las iniciativas por reducir el cambio climático, pero también por fomentar el paso hacia una economía ambientalmente más amigable. A nivel nacional demanda un compromiso interno con esa medida, en cuanto a establecer la legislación que corrija el daño ambiental; un sistema de incentivos económicos que asigne costos reales a los procesos productivos, distributivos y de consumo; y una educación que contribuya a un cambio cultural respecto al modo de vida insostenible que actualmente se asocia con un nivel de vida desarrollado. Este compromiso a nivel nacional responde más a reforzar el esfuerzo a nivel internacional que a reducir el impacto que (como ya se señaló) a escala global es relativamente pequeño. Tendrá sin embargo un impacto en ecosistemas locales cuya subsistencia es vital para actividades económicas como la pesca, el turismo, la agricultura y la industria que exporta a países con altos estándares medioambientales34. La otra línea de acción central es principalmente a nivel nacional y se refiere a cinco procesos diferentes: la reducción de la vulnerabilidad, disminución de la exposición, distribución del riesgo, la administración de emergencias (o preparación, recuperación y reconstrucción)35 y resiliencia. 1. Reducción de la vulnerabilidad: La vulnerabilidad es la propensión a verse afectado, y por lo tanto la reducción de la

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Ibíd. p. 36. Acuerdos de libre comercio que nuestro país ha firmado, como el Acuerdo de Asociación Económica entre Chile y la Unión Europea, o el tratado de libre comercio entre Chile y Estados Unidos imponen requerimientos medioambientales para nuestro país. U.S. National Committee for the Decade for Natural Disaster Reduction, National Research Council. A Safer Future: Reducing the Impacts of Natural Disasters. 1991. p. 29.

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vulnerabilidad es el conjunto de políticas y planes orientados a disminuirla. Ello puede deberse a múltiples factores, como la exposición o el grado de preparación de personas afectadas. Los sistemas de alerta de tsunamis, por ejemplo, operan como reductor de la vulnerabilidad porque aunque no modifica las condiciones básicas de exposición, sí provee una respuesta de emergencia ante quienes se encuentran en esa condición. Pero medidas más claras de reducción de vulnerabilidad se centran en identificar fuentes de peligro o desastres potenciales, como fuentes de contaminación, industrias o actividades potencialmente tóxicas o explosivas e imponerles regulación y fiscalización que reduzca el potencial daño que pueden producir, sea mediante aislación, separación, monitoreo, control o prohibición de parte de sus procesos. 2. Disminución de la exposición: La exposición es la “presencia de personas; viviendas; servicios ambientales y recursos; infraestructura; o bienes económicos, sociales o culturales en lugares que podrían verse adversamente afectados”36. Así, la disminución de la exposición implica alterar esa condición mediante la creación de zonas de exclusión, la evacuación permanente, la construcción de barreras o medios de protección u otros mecanismos. 3. La distribución del riesgo: Esa medida apunta al uso de mecanismos que puedan amortiguar el riesgo mediante recursos comunes que mitiguen el impacto de un desastre: el establecimiento de fondos de reserva, la creación de sistemas redundantes en caso de pérdida de uno de ellos, la construcción de redes que descentralicen recursos, el establecimiento de redes de capital social, entre otros. Se diferencia de la reducción de la exposición en que ciertos tipos de efectos pueden darse a lo largo de todo el país y otros pueden afectar a las estructuras más resistentes, pero nunca dañar por completo a todo el Estado. Por ende, a diferencias de las medidas que buscan prevenir sus efectos, estas apuntan a disminuir la dependencia de un solo sistema, ubicación, reserva o centro.

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INTERGOVERNMENTAL Panel on Climate Change. 2007. Ob. cit. p. 5.

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4. Administración de emergencias: Dice relación con la disciplina de administrar los riesgos razonablemente previsibles que pueden afectar a una entidad (organización, comunidad, ecosistema u otra) para asegurar su continuidad como sistema. Aquí, la idea es proveer de una diagnóstico localizado de riesgos, así como de de las respuestas ante los mismos. Posee cuatro fases esenciales: mitigación, preparación, recuperación y reconstrucción. a)

La primera de ellas es un sentido más acotado de mitigación que los esfuerzos por reducir el cambio climático, y apunta concretamente a “Los intentos de prevenir la transformación de riesgos en desastres en su totalidad o de reducir los efectos de esos desastres”37. La segunda, se refiere a “el ciclo continuo de planificación, administración, organización, entrenamiento, equipamiento, ejercicio, creación, monitoreo, evaluación y mejora de las actividades para asegurar la efectiva coordinación y perfeccionamiento de la capacidades de las organizaciones concernientes para prevenir, proteger contra, responder a, recuperarse de, crear recursos para y mitigar los efectos de desastres naturales”38. La tercera fase, es la “movilización de servicios de emergencia necesarios y primeras respuestas en el área de desastre”39. Finalmente, la reconstrucción es la fase en que se debe “restaurar el área afectada a su estado previo”40. Estas medidas apuntan a fin de cuentas a las fuerzas de seguridad (fuerzas armadas, policías, guardias interiores), al sistema de protección civil, y a los servicios

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Tripathy. Emergency Management: Conceptual Framework. (Industrial Emergency Preparedness). [en línea] Dr.D.P.Tripathy, Professor & Head, Dept. of Mining Engg., NIT, Rourkela-769008. p. 2. Ibídem. Ibídem p. 3. Ibídem.

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de urgencia de cada país en cuanto a su capacidad de operar como un todo. 5. Resiliencia: “La habilidad de un sistema y sus componentes para anticipar, absorber, acomodar o recuperarse de los efectos de eventos riesgosos en una manera oportuna y eficiente, incluyendo asegurar la preservación, restauración o mejora de sus estructura básicas y funciones”41. La resiliencia es, entonces, el resultado de una administración de emergencias efectivas, pero es útil mantener separados ambos conceptos de la misma forma útil diferenciar entre defensa y seguridad.

Conclusiones Finalmente podemos señalar que estamos ante una serie de desafíos ambientales y de recursos. La temperatura podrá cambiar drásticamente, las precipitaciones volverse escasas o extremas y muchos ecosistemas verse dañados; sin contar con que los eventos extremos pueden provocar consecuencias difíciles de predecir en su conjunto. La capacidad de nuestro país para evitar el cambio climático por sí solo es simplemente escasa o nula. Aún si se adoptaran e implementaran todos los tratados ambientales vigentes, los efectos de nuestro modo de vida sobre el medio ambiente se seguirán sintiendo durante décadas. Moralmente podemos discutir cuánta de esta responsabilidad le cabe a los principales contaminantes del mundo, así como a los mayores usuarios de recursos naturales. Pero sería entonces irresponsable no adoptar medidas frente a los impactos ambientales, aun cuando los efectos completos de esos riesgos no puedan ser determinados con plena certidumbre. Por ello será necesario no solamente prepararse para los cambios negativos y las catástrofes esperables (como sequías, inundaciones o nevazones), sino también hacerlo con suficiente flexibilidad como para poder responder a súbitas alteraciones en las condiciones de vida nacional y global como puede ser el cambio total de los

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INTERGOVERNMENTAL Panel on Climate Change. 2007. Loc. Cit.

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ecosistemas que conocemos y que sustentan nuestra agricultura, nuestra alimentación y constituyen nuestro hábitat.

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