Diferenciación entre el razonamiento humano y animal

Share Embed


Descripción

Diferenciación entre el razonamiento humano y animal
Existen similitudes entre los animales y los humanos, éstas no son solo morfológicas y anatómicas sino también cognoscitivas. A continuación nos dispondremos, a partir de la sección IX de la "Investigación sobre el entendimiento humano" por David Hume, a trazar aquellas líneas que dividen los razonamientos propios del hombre y de los demás animales. Defenderemos la tesis de que a pesar de que tanto los hombres como las bestias somos capaces de realizar inferencias causales, existen diferencias entre sus razonamientos debido a los grados de observación, atención y memoria que las diferentes especies e incluso individuos de las mismas, poseen.
En primer lugar es posible establecer que los animales siguen los principios de causa/efecto, semejanza y contigüidad temporal a partir del siguiente ejemplo. Cuando un perro orina dentro de la casa de su amo, a no ser de que el segundo guste de estas sustancias dentro de su hogar, buscará castigar a su animal para que el primero empiece a entender que la consecuencia de depositar sus desechos en un recinto cerrado, es un castigo. De esta manera el perro verá que cada vez, el efecto de su acción es recibir unos cuantos golpes con un periódico u otro objeto. Progresivamente, tras ver que la consecuencia de su actuar siempre es la misma, el animal inferirá que no debe orinar dentro de la casa de su amo ni dentro de un espacio cerrado, puesto que al notar la semejanza en los espacios, el perro podrá inferir que el castigo aplicado a él será similar. En este sentido, tanto los animales como los hombres realizamos inferencias causales de forma mecánica o instintiva. Tras ver que causas similares causan efectos similares, tanto animales como hombres creamos la concepción de aquello que Hume denomina como creencia; creencias sobre lo que sucederá.
Ahora bien, es importante reconocer que tenemos límites para conocer exactamente lo que ocurre dentro del pensamiento animal. Sin embargo, podemos establecer que "[E]s imposible que la inferencia que realiza el animal esté fundada en un proceso cualquiera de argumentación…"(pag.138) Dentro de la gran cantidad de acciones realizadas diariamente por un individuo animal o humano, no resulta concebible la idea de que cada una de éstas sean realizadas tras un proceso de razonamiento o argumentación interno que lleva al ente a guiar su actuar de un modo y no de tal otro. Esto no quiere decir que los seres humanos jamás hagamos una línea argumentativa para tomar una decisión, sino que por lo general tanto las bestias como nosotros somos guiados en nuestro actuar por condiciones o máximas – en términos Humenaos – que predisponen nuestras acciones. Es de este modo que podemos establecer que existe algún principio instintivo dado por la naturaleza que permite que todos los seres del reino animal, realicemos inferencias causales sin apelar a la argumentación o a la razón.
Ya establecidas nuestras similitudes, empezaremos a delinear aquello que nos diferencia. En el caso del ser humano, su razonamiento puede ser clasificado en dos clases: "el razonamiento demostrativo que concierne a la relación entre ideas, y el razonamiento moral referente a cuestiones de hecho y existencia." A diferencia de nosotros, los animales solo razonan mecánicamente sobre cuestiones fácticas, mientras que los hombres podemos establecer relaciones necesarias para crear conceptos: que el cuadrado del lado más largo de un triángulo recto sea igual a la suma del cuadrado de sus otros dos lados y que el primero se denomine como hipotenusa, significa que nuestro razonamiento va más allá que el animal. Es cierto que inicialmente estas asociaciones de ideas surgen de las impresiones sensibles sobre cuestiones de hecho, pero a diferencia de los demás animales, los seres humanos podemos reflexionar deliberadamente sobre estas impresiones y a través de nuestra capacidad interpretativa, crear conceptos que necesariamente son verdaderos, pues solo tienen sentido dentro de una lógica creada por el hombre. No hay más de una respuesta a la pregunta: a qué es igual la hipotenusa de un triangulo recto.
En esencia, la diferencia que Hume traza entre el razonamiento de los diferentes seres humanos y los demás animales se basa en la profundidad interpretativa a la cual puede llegar cada ser. "…un hombre puede superar por mucho a otro en atención, memoria y observación, esto da lugar a una gran diferencia entre sus respectivos razonamientos." En otras palabras, existen diferentes grados a los cuales desarrollamos nuestras habilidades cognoscitivas. Entre mayor sea el grado de desarrollo de atención, memoria y observación, que constituyen la capacidad de interpretar, más lejos podremos "…llevar un encadenamiento de consecuencias…" que determinen X efecto.
Por otro lado, resulta de gran importancia fijarse en el tiempo en que un individuo es capaz de concentrarse en una tarea específica. De hecho, los sistemas educativos se basan ampliamente en este aspecto. El tiempo de duración de una clase raramente excede la hora y media, y si lo hace permite un breve receso para que los estudiantes dispersen su atención y vuelvan a la sesión de aprendizaje. Resulta evidente en animales como los perros, que su atención es muy inestable ya que fácilmente cambian de la persecución de una bola, a la cacería sexual por una hembra o al desesperado ruego por un pedazo de comida. De esta manera queda a la luz que "[P]ocos hombres son capaces de pensar durante largo tiempo sin confundirse y tomar unas ideas por otras…"(pag.140)
Adicionalmente, hay que tomar en cuenta que los efectos que percibimos de la interacción de ciertos objetos, no ocurren siempre por causas únicamente ligadas a estos. Con frecuencia "[L]a circunstancia de la que depende el efecto se halla…combinada con otras circunstancias ajenas…" lo que implica que debe existir un alto grado de atención, observación y memoria para no plantear conclusiones que se establezcan como universales y que apenas sean producto de observaciones particulares. La extensión de la cadena causal que un individuo animal y humano puede hilar, es un factor determinante en la diferenciación del razonamiento de ambas partes. Con seguridad, los seres humanos podemos crear conexiones más complejas para establecer las causas de un efecto.
Finalmente, es de gran importancia tomar en cuenta el complejo desarrollo lingüístico que ha tenido el hombre a lo largo de los años. A decir verdad, el leguaje es un arma de doble filo, pues nos permite ampliar nuestro conocimiento y experiencia a través de diversas fuentes como libros, testimonios, videos, fotografías, etc… pero simultáneamente instaura en nuestro razonamiento una serie de sesgos propios de muchas instituciones como la educación y la religión, que impiden un entendimiento más amplio de los diversos fenómenos que ocurren diariamente. A modo de conclusión, afirmaremos que la diferencia entre el razonamiento humano y animal se basa en el alto grado de atención, memoria y observación que permite al hombre, mediante la comparación de ideas - y a diferencia de otros animales - operar más allá del mero instinto mecánico que conduce a todos los miembros del reino animal, a realizar inferencias causales.

REFERENCIA
D. Hume, Investigación sobre el entendimiento humano, 1748. Editorial Norma S.A 1992, Bogotá.
1



Juan Sebastian Cabrera Rueda – 201422140 – Antropología


D. Hume, Investigación sobre el entendimiento humano, 1748. Editorial Norma S.A 1992, Bogotá. Página 138.
D. Hume, Investigación sobre el entendimiento humano, 1748. Editorial Norma S.A 1992, Bogotá. Páginas 47-48
D. Hume, Investigación sobre el entendimiento humano, 1748. Editorial Norma S.A 1992, Bogotá. Página 140, al pie de página.
D. Hume, Investigación sobre el entendimiento humano, 1748. Editorial Norma S.A 1992, Bogotá. Página 140, al pie de página.
D. Hume, IEH. Página 140.



Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.