Diez tesis en favor de la piratería de bienes culturales [Ten theses in favor of free download of cultural goods (piracy) on the Internet]

July 18, 2017 | Autor: Enrique G. Gallegos | Categoría: Cultural Studies, Internet Studies, Open Source and Free Software Studies, Piracy
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Descripción

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Diez tesis en favor de la piratería de bienes culturales inglés / english alemán / deutsch francés / français checo / čeština

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Diez tesis en favor de las descargas libres (piratería) de bienes culturales en Internet de Enrique G. Gallegos, 2015 La Rueda Cartonera, 2015 [email protected] laruedacartonera.blogspot.mx A cargo de la edición Sergio Fong Diseño editorial: Marco Antonio Gabriel [email protected]

Impreso y hecho en Guanatos, Xalisco, Mégico



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Diez tesis en favor de la piratería de bienes culturales inglés / english alemán / deutsch francés / français checo / čeština

Enrique G. Gallegos

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Indice

Diez tesis en favor de las descargas libres (piratería) de bienes culturales en Internet

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Ten theses in favor of free download of cultural goods (piracy) on the Internet. Traducción de Gunnar Wolf

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Zehn Argumente für das kostenlose Herunterladen (Piraterie) kultureller Güter im Internet. Tradución de Jania Kudaibergen

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Dix thèses en faveur des téléchargements libres (piraterie) des biens culturels dans Internet. Traducción de Sheila Hermelinda Hernández Álvarez

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Deset tezí ve prospéch volného stahování knih a kulturních statku z internetu. Traducción de Dita Aguilera G., Julie Marešová y Mar n Micka

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Diez tesis en favor de las descargas libres (piratería) de bienes culturales en Internet

1. El legado histórico Quienes cri can y promueven la persecución de la piratería y las libres descargas de obras culturales de Internet, argumentan violación de los derechos patrimoniales; parten del supuesto que una obra cultural se produce a par r de un vacío histórico, como si primero hubiera nada y luego surgiera algo. Nada más falaz: todo producto cultural ene sus antecedentes y gracias a éstos genera parte de sus mejores impulsos y contramovimientos.

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2. Apertura al futuro Los seres humanos están proyectados al futuro. Como han explorado las principales filoso as del siglo XX, uno de los rasgos singulares del hombre es la posibilidad de pensar e imaginar el futuro. Los productos de la cultura son los mejores medios para pensar y proyectar la sociedad, la polí ca, el amor, la esperanza, las necesidades, los fracasos... Una canción, un poema, un ensayo, pueden desencadenar mundos imaginarios con un potencial transforma vo. Privar de esto a la humanidad con el argumento del daño patrimonial es mu lar la naturaleza temporal del hombre.

3. Reconocimiento del presente Las obras culturales generan momentos de reflexión, crí ca y placer; pueden desencadenar acciones de compromiso, de solidaridad y de indignación frente a las injus cias. Si toda obra cultural se adscribe de alguna manera a una tradición histórica y si los productos culturales son necesarios para imaginar otros mundos posibles y nos abren el futuro, no menos cierto es que también posibilitan reconocer nuestro presente al hacernos más sensibles a las ideas, sensaciones y emociones de los otros. Sin cultura no hay presente ni presencia de los otros.

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4. Divulgar el patrimonio cultural Si la cultura es patrimonio de la humanidad, entonces se le debe difundir por todos los medios posibles. Pero no sólo difundir, sino también buscar que el mayor número de personas acceda efec vamente a ella. En un mundo potencialmente interconectado, Internet es el medio más adecuado para ello (a pesar de sus limitaciones). Por tanto, penalizar las descargas libres significa evitar su divulgación y restringir el acceso a aquellos grupos que no cuentan con suficientes recursos económicos.

5. Preservar el patrimonio cultural Si aceptamos que las obras culturales son un legado de la humanidad, entonces es necesario hacer todas las acciones necesarias para preservarlos. Pero preservar la cultura no se reduce a guardar sus productos en museos, galerías o cajones incontaminados; significa, más bien, resguardarlo en la memoria colec va y en el flujo de las constantes interpretaciones y apropiaciones. Dicho de otra manera, la genuina forma de preservar la cultura es permi r un acceso universal a los bienes culturales. Por ello, sostener que las copias y las descargas libres de libros, música, videos, etcétera, en internet son dañinas, resulta un argumento incompa ble con la obligación de preservar el patrimonio cultural.

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6. No son mercancías Los productos culturales son manifestaciones materiales y espirituales del hombre, son concreciones de su historicidad; son, además, expresiones de emociones, ideas y proyecciones de otras vidas y otros mundos. Por ello, no pueden equipararse con mercancías ni insertarse en la lógica patrimonialista. El mercado podrá querer engañar tasando en tal precio un cuadro de Orozco o subastando un manuscrito de Baudelaire, pero jamás podrá aprehender su verdadero significado como obra cultural. Y no es que la cultura no sea valorable, sino que sus criterios de es mación no obedecen a las reglas del mercado, sino a las de lo imponderable e ilimitado.

7. La desproporción en los precios Suponiendo que se acepte la posibilidad de que los intermediarios cobren por los servicios que prestan, el valor de un libro, disco o película nunca debería exceder el jornal de un día de salario de un obrero o empleado. Pero esta elección sólo será una opción más dentro de la efec va posibilidad de que las personas opten por descargar o copiar libremente el bien cultural. La decisión final de a cuál medio acudir debe ser una resolución soberana de la persona interesada en la cultura.

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8. El principio del mayor beneficio Aun cuando las copias y descargas libres en Internet pudieran generar un daño patrimonial a terceros, el beneficio cultural que se ob ene con ello siempre será mayor en la medida en que se cumple con intensidad con el principio de fomentar, divulgar y acceder al patrimonio cultural de la humanidad. Pensar de otra forma es privilegiar a los pocos por encima de los muchos.

9. Los verdaderos males son otros El homicidio, la trata de mujeres, el tráfico de niños, la pobreza y la miseria son los verdaderos males que aquejan a la humanidad. Según la ONU, en 2010 hubo 468 mil homicidios en el mundo; se es ma que 3 mil 500 millones de personas viven en la pobreza; en su informe de 2009 la ONU localizó más de 2 mil 400 víc mas de la trata de personas secuestradas como esclavas sexuales; en algunas zonas de África, 30 por ciento de los niños sufre desnutrición aguda y seis personas (entre niños y adultos) mueren de hambre al día. Por ello, resulta un discurso tramposo y encubridor pretender que la libre descarga o copia de bienes culturales es un mal.

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10. Contra el intermediario-comerciante La cultura no necesita de intermediarios que reducen los bienes culturales a mercancías. La cultura es demasiado importante para dejarla en manos de los comerciantes que equiparan simplistamente los bienes culturales con los gansitos. Un intermediario de esta naturaleza nunca comprenderá la diferencia entre una obra de arte y un rastrillo desechable. Lo que el mundo necesita es mayor apoyo de los gobiernos de todos los países para los ar stas, creadores y poetas, así como instaurar las condiciones para la absoluta libertad en la movilidad de los bienes culturales.

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Ten theses in favor of free download of cultural goods (piracy) on the Internet1

1. Historical legacy Cri cists who promote the persecu on of piracy and free downloads of cultural works from the Internet argue that the patrimonial rights have been wronged; they start off supposing that a cultural work is formed from a historical void, as if there was a “nothing” to begin with, and then a “something” appeared. Nothing more fallacious: All cultural products has its precedents, and thanks to these it generates part of its best forces.

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Traducción de Gunnar Wolf.

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2. Opening towards the future Human beings are projected into the future. As the main philosophies of the 20th century have explored, one of the singular characteris cs of mankind is the ability to think and imagine the future. Products of culture are the best ways to think and project society, poli cs, love, hope, needs, failures… A song, a poem, an essay, can trigger imaginary worlds with a transforma ve poten al. To deny this to humanity with “patrimonial damage” as an argument is to mu late man’s temporal nature.

3. Recognition of the present Cultural works generate moments of reflec on, cri cism and pleasure; they can trigger ac ons demanding commitment, solidarity and strong indigna on against injus ce. If every cultural work is adscribed in some way to a historic tradi on, and if cultural products are necessary to imagine other possible worlds and open our future, it’s not less true that they also allow us to recognize our present by making us more sensi ve to others’ ideas, sensa ons and emo ons. Without culture, there is no present nor others’ presence.

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4. Divulgation of the cultural heritage If culture is “heritage of mankind”, it should be also spread by any possible way. But not just spread, but ac vely sought for the biggest number of people to be able to effec vely have access to it. In a poten ally interconnected world, Internet is the most adequate world for it (despite its limita ons). Therefore, penalizing free downloads means avoiding spreading it and restric ng access to those groups who don’t have enough economic resources.

5. Preserving cultural heritage If we agree that cultural works are heritage of mankind, we need to take every ac on needed to preserve them. But preserving culture does not only mean keeping the products in museums, galleries or never-polluted drawers; it rather means to keep them in the collec ve memory and in the flow of constant interpreta ons and appropria ons. Said in other words, the genuine way to preserve culture is to allow universal access to cultural goods. That’s why, holding that free copies and downloads of books, music, videos, etc. over the Internet are harmful, is an incompa ble argument with the obliga on to preserve cultural heritage.

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6. They are not goods Cultural works are material and spiritual manifesta ons of mankind, concre ons of its historicity; they are, also, expressions of emo ons, ideas and projec ons of other lives and other worlds. That’s why they cannot be equated to goods or inserted in patrimonialist logic. The market might want to cheat by giving a certain price to a pain ng by Orozco or auc oning a Baudelaire manuscript, but it will never be able to apprehend their true meaning as cultural works. And it’s not that culture is not valuable, but that its es ma on criteria do not follow the rules of market, but those of the imponderable and unlimited.

7. Price disproportion Assuming we accept the possibility that intermediaries charge for the services they perform, the value of a book, record or movie should never exceed the daily wage of a worker or employee. But this elec on would only be one more op on within the effec ve possibility that people opt to download or freely copy the cultural work. The final decision as to which media to go to should be a sovereign resolu on of the culture-interested person.

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8. The principle of the most benefit Even when copies and free downloads over Internet could generate a patrimonial “wrong” to third par es, the cultural benefit obtained by it will always be greater in as much that it carries out intensely the principle to foster, spread and access the cultural heritage of mankind. To think otherwise is to privilege the few over the many.

9. The real evil is elsewhere Murder, women- and children-trade, poverty and misery are the real evils that ache mankind. According to the United Na ons, in 2010 there were 468 thousand murders in the world; the es ma on is that 3500 million people live in poverty; in their 2009 inform, the UN found over 2400 vic ms of “people trade”, kidnapped as sex slaves; in some regions in Africa, close to 30% of children suffer acute malnutri on and six people (between children and adults) die every day from hunger. That’s why pretending that free download of cultural works is an evil is clearly a tricky and decep ve speech

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10. Against the intermediary-salesman Culture does not need intermediaries that reduce cultural works to goods. Culture is too important to leave it in the hands of salespeople that simplistly equate cultural goods with cakes. An intermediary of this kind will never understand the difference between a work of art and a disposable razor blade. What the world needs is more support from the government from every country to ar sts, creators and poets, as well as ensuring the condi ons for the absolute mobility freedom for cultural works.

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Zehn Argumente für das kostenlose Herunterladen (Piraterie) kultureller Güter im Internet2

1. Das historische Erbe Diejenigen, welche die Piraterie und das kostenlose Herunterladen kultureller Werke im Internet kri sieren und die Strafverfolgung dieser befürworten, argumen eren mit der Verletzung des Urheberrechts; sie gehen von der Annahme aus, dass ein kulturelles Werk von einem historischen Vakuum aus produziert wird, als wenn es zuvor nichts gegeben habe und später etwas entstanden sei. Nichts trügerischer als das: jedes kulturelle Produkt hat seine Vorgänger, dank derer es einen Teil seiner besten Impulse erzeugt.

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Tradución de Jania Kudaibergen.

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2. Öffnung zur Zukunft hin Die Menschen sind auf die Zukun hin ausgerichtet. Wie die wich gsten philosophischen Strömungen des 20. Jahrhunderts erforscht haben, gehört die Fähigkeit, sich die Zukun vorstellen zu können, zu den einzigar gen Eigenscha en des Menschen. Kulturprodukte sind die besten Medien, um sich ein Bild von Gesellscha , Poli k, Liebe, Hoffnung, Bedürfnissen und Misserfolgen zu machen. Ein Lied, ein Gedicht, ein Essay können Vorstellungswelten mit einem transforma ven Potenzial auslösen. Der Menschheit dies mit dem Argument der Urheberrechtsverletzung zu entziehen, gleicht einer Verstümmelung der vergänglichen Natur des Menschen.

3. Anerkennung der Gegenwart Kulturelle Werke ermöglichen Momente der Reflexion, der Kri k und des Genusses; sie können von Engagement, Solidarität und Empörung geprägte Handlungen angesichts von Ungerech gkeiten auslösen.

Wenn jedes kulturelle Werk auf gewisse Weise einer historischen Tradi on zugeschrieben wird, und wenn sich die kulturellen Produkte als notwendig erweisen, um sich andere mögliche Welten vorstellen zu können und uns die Zukun zu eröffnen, ist es nicht weniger

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wahr, dass sie es uns auch ermöglichen, unsere Gegenwart anzuerkennen, indem sie uns für die Ideen, Empfindungen und Emo onen der Anderen sensibler machen. Ohne Kultur sind weder die Gegenwart, noch die Anderen präsent.

4. Das Kulturerbe verbreiten Wenn die Kultur das Erbe der Menschheit ist, muss sie dementsprechend über alle möglichen Medien verbreitet werden. Doch man muss sie nicht nur verbreiten, sondern auch gewährleisten, dass die größtmögliche Personenzahl Zugang zu ihr hat. In einer Welt mit dem Potenzial, sich untereinander zu verbinden, ist das Internet (trotz seiner Begrenzungen) das am besten geeignete Medium dafür. Deswegen bedeutet die Bestrafung kostenloser Downloads, die Verbreitung von Kultur zu verhindern und jenen Gruppen den Zugang vorzuenthalten, die nicht über die nö gen finanziellen Mi el verfügen.

5. Das Kulturerbe erhalten Wenn wir akzep eren, dass kulturelle Werke zum Erbe der Menschheit gehören, muss man dementsprechend alle nö gen Handlungen vollziehen, um sie zu erhalten. Die Kultur zu erhalten beschränkt sich jedoch nicht auf die Verwahrung ihrer Produkte in Museen, Galerien oder in unverschmutzten

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Kästen, sondern bedeutet vielmehr, diese im kollek ven Gedächtnis und im Fluss konstanter Interpreta onen und Aneignungen zu bewahren. Anders ausgedrückt: die wahre Art, die Kultur zu bewahren besteht darin, einen allgemeinen Zugang zu den Kulturgütern zu erlauben. Aus diesem Grunde erweist sich das Argument, die Vervielfäl gung und kostenfreien Downloads von Büchern, Musik, Videos, etc. seien schädlich, als unvereinbar mit der Pflicht, das Kulturerbe zu erhalten.

6. Kulturprodukte sind keine Ware Sie sind materielle und geis ge Äußerungen des Menschen, Konkre sierungen seiner Historizität; sie sind außerdem Ausdruck von Emo onen, Ideen, Abbilder anderer Leben und Welten. Deswegen können sie weder mit Waren gleichgestellt, noch in die patrimonialis sche Logik eingefügt werden. Der Markt will vielleicht betrügen, indem er für ein Gemälde von Orozco einen bes mmten Preis festlegt oder ein Manuskript von Baudelaire versteigert, doch niemals wird er deren wahre Bedeutung als kulturelles Werk auffassen können. Denn es ist nicht so, dass die Kultur nicht wertvoll wäre – vielmehr folgen ihre Kriterien der Wertschätzung nicht den Regeln des Marktes, sondern denen des Unschätzbaren und des Unbegrenzten.

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7. Das Missverhältnis der Preise Wenn wir davon ausgehen, dass die Bezahlung der Zwischenhändler für ihre Dienste akzep ert wird, dür e der Wert eines Buches, einer CD oder eines Films niemals den Tageslohn eines Arbeiters oder Angestellten übersteigen. Doch diese Wahl ist nur eine weitere Op on innerhalb der tatsächlichen Möglichkeit, sich dafür zu entscheiden, ein Kulturgut kostenlos herunterzuladen oder zu vervielfäl gen. Die letztliche Entscheidung, auf welches Medium zurückgegriffen wird, muss ein selbstständiger Entschluss der an Kultur interessierten Person sein.

8. Das Prinzip des größten Nutzens Selbst wenn das Kopieren und kostenlose Herunterladen aus dem Internet gegenüber Dri en einen Vermögensschaden auslösen könnte, wird der daraus gewonnene kulturelle Nutzen immer von größerem Ausmaß sein, insofern das Prinzip strikt eingehalten wird, das kulturelle Erbe zu fördern, zu verbreiten und den Zugang zu diesem zu gewährleisten. Darüber anders zu denken bedeutet, wenige Menschen über Viele zu privilegieren.

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9. Das wahre Übel liegt woanders Mord, Frauen- und Kinderhandel, Armut und Elend sind die wahren Übel, die die Menschheit bedrücken. Laut UNO hat es im Jahr 2010 468.000 Morde auf der Welt gegeben; es wird geschätzt, dass 3,5 Milliarden Menschen in Armut leben. In ihrem Jahresbericht 2009 hat die UNO mehr als 2400 Opfer des Menschenhandels ausgemacht, die als sexuelle Sklaven verschleppt wurden; in einigen Gebieten Afrikas leiden 30% der Kinder an akuter Unterernährung und 6 Menschen (Kinder und Erwachsene) erleiden täglich den Hungertod. Aus diesem Grunde ist es ein betrügerischer und heuchlerischer Vorwand zu behaupten, das kostenlose Herunterladen kultureller Güter sei ein Übel.

10. Gegen den Zwischenhändler Die Kultur braucht keine Zwischenhändler, welche die kulturellen Güter zu Waren reduzieren. Die Kultur ist viel zu wich g, um sie den Händlern zu überlassen, welche die kulturellen Güter grob vereinfachend mit Gänsen gleichsetzen. Ein Zwischenhändler solcher Natur wird niemals den Unterschied zwischen einem Kunstwerk und einem Einwegrasierer verstehen. Was die Welt braucht, ist eine größere Unterstützung der Regierungen aller Länder für die Künstler, Schöpfer und Poeten, sowie das Schaffen der Bedingungen für die absolute Freiheit des Verkehrs kultureller Güter.

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Dix thèses en faveur des téléchargements libres (piraterie)3 des biens culturels dans Internet

1. Le patrimoine historique Ceux qui cri quent et promeuvent la persécu on de la piraterie et les téléchargements libres d’oeuvres culturelles d’Internet, ils argumentent une viola on des droits patrimoniaux; ils partent de la supposi on qu’une œuvre culturelle se produit à par r d’un vide historique, comme si d’abord il n’y avait rien et tout de suite il surgissait quelque chose. Plus rien fallacieux: tout produit culturel a ses antécédents et grâce à ceux-ci les œuvres culturelles génèrent une par e de ses meilleures impulsions.

3 Traducción de Sheila Hermelinda Hernández Álvarez.

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2. Une ouverture à l’avenir Les êtres humains sont projetés à l’avenir. L’un des traits singuliers de l’homme est la possibilité de penser et d’imaginer l’avenir, selon des explora ons de philosophies principales du XXe siècle. Les produits de la culture sont les meilleurs moyens pour penser et pour projeter la société, la poli que, l’amour, l’espérance, les nécessités, les échecs Une chanson, un poème, un essai, peuvent déchaîner des mondes imaginaires avec un poten el transforma onnel. Priver de cela à l’humanité auprès de l’argument du dommage patrimonial est de mu ler la nature temporelle de l’homme.

3. Une reconnaissance du présent Les oeuvres culturelles génèrent des moments de réflexion, de cri que et de plaisir; elles peuvent déclencher des ac ons d’engagement, de solidarité et d’indigna on en face des injus ces. Si toute œuvre culturelle est assignée d'une manière à une tradi on historique et si les produits culturels sont nécessaires pour imaginer d'autres mondes possibles et elles nous ouvrent l'avenir, pas moins certain c'est qu'elles perme ent aussi reconnaître notre présent après être devenus plus sensibles aux idées, les sensa ons et les émo ons des autres. Sans culture il n'y a pas de présent et de présence des autres.

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4. Divulguer le patrimoine culturel Si la culture est patrimoine de l’humanité, alors il faut le répandre par tous les médias possibles. Mais non seulement répandre, mais aussi chercher que le plus grand nombre de personnes accèdent effec vement à elle. Dans un monde poten ellement interconnecté, Internet est le milieu le plus approprié à cela (malgré ses limita ons). C’est pourquoi, pénaliser les téléchargements libres signifie éviter sa divulga on et restreindre l’accès à ces groupes qui ne disposent pas d’assez de ressources économiques.

5. Préserver le patrimoine culturel Si nous acceptons que les œuvres culturelles sont un legs de l’humanité, donc il est nécessaire de faire toutes les ac ons nécessaires pour les préserver. Néanmoins préserver la culture ne se réduit pas à garder ses produits dans des musées, des galeries, ou des caisses non contaminées; ça signifie, plutôt, le défendre dans la mémoire collec ve et dans le flux des interpréta ons constantes et d'appropria ons. En d'autres termes, la forme authen que de préserver la culture est de perme re un accès universel aux biens culturels. Par cela, soutenir que les copies et les téléchargements libres de livres, de musique, de vidéos, etc., dans Internet sont nuisibles, un argument incompa ble résulte avec l'obliga on de préserver le patrimoine culturel.

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6. Ce ne sont pas des marchandises Les produits culturels sont manifesta ons matérielles es spirituelles de l'homme, ce sont des concré ons de son historicité; ce sont, de plus, des expressions d'émo ons, des idées et des projec ons d'autres vies et d'autres mondes. En conséquent, ils ne peuvent pas être comparés avec marchandises non plus s’insérer dans la logique patrimoniale. Le marché pourra vouloir tromper en taxant dans tel prix un tableau d’Orozco ou en vendant aux enchères un manuscrit de Baudelaire, mais il ne pourra jamais appréhender son vrai signifié comme œuvre culturelle. Et ce n’est pas que la culture n’est pas évaluable, mais ses critères d’es ma on n’obéissent pas aux règles du marché, mais plutôt aux règles de l’impondérable et illimité.

7. La déproportion dans les prix En supposant qu'on accepte la possibilité de que les intermédiaires touchent par les services qu'ils prêtent, la valeur d'un livre, d'un disque ou un film ne devrait jamais excéder la journée d'un jour de salaire d'un ouvrier ou un employé. Mais ce e élec on sera seulement encore une op on à l’intérieur de la possibilité effec ve de ce que les personnes choisissent de télécharger ou de librement copier le bien culturel. La décision finale d’à quel milieu arriver doit être une résolu on souveraine de la personne intéressée à la culture.

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8. Le principe du plus grand bénéfice Même si les copies et les téléchargements libres dans Internet pouvaient générer un a einte au patrimoine de troisièmes, le bénéfice culturel qui serait obtenu de cela sera toujours plus grand dans la mesure dans laquelle ça s'accomplit avec intensité avec le principe de promouvoir, de divulguer et d'accéder au patrimoine culturel de l'humanité. Penser à l’autre forme est privilégier certains au-dessus de beaucoup de gens.

9. Les vrais malheurs sont autres L’homicide, la traite de femmes et des enfants, la pauvreté et la misère sont les vrais malheurs qui peinent à l’humanité. Selon l'ONU, en 2010 il y a eu 468 mille homicides dans le monde; on es me que 3 mille 500 millions de personnes vivent dans la pauvreté; dans son rapport de 2009 a trouvé plus de 2 mille 400 vic mes de la traite de personnes séquestrées comme esclaves sexuelles; dans quelques zones de l'Afrique 30 pour cent des enfants souffrent de dénutri on aiguë et six personnes (entre enfants et des adultes) meurent de faim par jour. Voilà pourquoi il est désormais qu'un discours tricheur et receleur résulte prétendre à ce que le téléchargement libre de biens culturels soit un malheur.

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10. Contre l’intermédiaire-commerçant La culture n’a pas besoin des intermédiaires qui réduisent les biens culturels aux marchandises. La culture est trop importante pour la laisser aux mains des commerçants qui sous-comparent les biens culturels avec les gansitos (pain sucré commercialisé). Un intermédiaire de ce e nature ne comprendra jamais la différence entre une œuvre d'art et un rasoir jetable. Ce dont le monde a besoin c'est de plus grand appui des gouvernements de tous les pays pour les ar stes, les créateurs et les poètes, ainsi qu'instaurer les condi ons pour la liberté absolue dans la mobilité des biens culturels.

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Deset tezí ve prospéch volného stahování4 knih a kulturních statku z internetu

1. Historický odkaz Ti, kdo kri zují pirátské stahování knih a kulturních děl z internetu a prosazují jeho pos h, argumentu-jí porušením majetkového práva. Vvycházejí z pfedpokladu, že kulturní počin vzniká na základé jakéhosi historického prázdna - jako by nejprve nebylo „nic” a najednou se objevilo „néco”. Velmi klamná teze - každé kulturní dílo má své pfedchüdce a díky nim vytvá část svých nejlepších impulzü.

4 Traducción de Dita Aguilera G., Julie Marešová y Mar n Micka.

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2. Otevfení se budouenosti Lidské bytos jsou naprogramová-ny na budouenost. Dle hlavních flozofckých smérü dvacátého stole je jedním z jedinečných rysü človéka jeho možnost myslet na budouenost a pfedstavovat si ji. Kulturní počiny jsou nejlepší-mi pros edky, které máme k projekci společnos , poli ky, lásky, nadéje, po eb, neúspéchü... Píseň, báseñ nebo esej mohou roz-poutat imaginární svéty a mají potenciál pfetváfet. Okrást o toto lidstvo s argumentem „majetkové újmy“ znamená mrzačit podsta-tu človéka.

3. Poznání přítomnosti Kulturní díla plodí momenty refexe, kri ky a požitku, mohou vyvolat pocity závazku, solidarity nebo rozhofčení tvá v tváf nespravedlnostem. Pokud se všechna kulturní díla néjakým zpüsobem dají pfipsat historické tradici a pokud jsou kulturní počiny po ebné k tomu, abychom si mohli pfedstavovat další možnos , a k otevírání budouenos , pla m víc, že nám umožñují poznat naši p tomnost m, že nás činí citli-véjšími k myšlenkám, pocitüm a citüm ostatních. Bez kultury není p tomnost ani účast ostatních.

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4. Šífení kulturního dédictví Pokud je kultura „dédictvím lid-stva“, je nutné šíf it ji všemi možnými zpüsoby. Nejen šíf it, ale také usilovat o to, aby se k ní s konečnou platnos dostalo co nejvíce lidí. V potencionálné propojeném svété je k tomu internet (i píes svá omezení) nejadekvátnéjší. Proto trestat stahování zdarma znamená omezovat šífení kultury a p stup pro ty, kdo nemají do-statečné fnanení zdroje.

5. Zachování kulturního dédictví Pfipus me-li, že kulturní díla jsou dédictvím lidstva, je eba učinit vše po ebné k jejich zachování. Zachovat kulturu ale neznamená zav t její výplody do muzeí, galerií nebo nekontaminovaných pouzder, jde spíše o zachování kultury v kolek vní pamé a v proudu nepfetržitých interpretací a určování. Řečeno jinými slovy, ryzím zpüsobem zachování kultury je povolit k jejím plodüm univerzální p stup. Proto trvat na tom, že kopie a zdarma stažené knihy, hudba, videa, atd. jsou špatné, pfedstavuje argument neslučitelný s povinnos zachovávat kulturní dédictví.

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6. Nejde o zboží Kulturní díla jsou materiálním a duchovním vyjádfením človéka, jsou uskutečnéním jeho historičnos , navíc jsou vyjádfením emocí, myšlenek a projekcí jiných životü a své-tü. Proto se nemohou srovnávat se zbožím ani nemohou být na-roubovány na logiku majetkového vlastnictví. Trh nás müže zmást m, že odhadne cenu Orozcova obrazu nebo vydraží Baudelairüv rukopis, ale nikdy nedokáže pos hnout jejich skutečný význam coby kulturního díla. Nejde o to, že by se kultura nedala ohodno t, jde o to, že kritéria jejího ocenéní nepodléhají pravidlüm trhu, ale pravidlüm všeho nepos žitelného a neomezeného.

7. Disproporce cen Pfedpokládáme-li, že by byla pfijata možnost, aby zpros edkovatelé dostávali zaplaceno za své služby, kniha, deska nebo flm by svou cenou nikdy nemély pfesáhnout denní mzdu délníka nebo zaméstnance. Tato volba je nieméné jen jednou z dalších možnos v rámei efek vní možnos , že by lidé zvolili volné stahování kulturních statkü. Konečné rozhodnu , k jakému zpüsobu se uchýlit, musí být svrchovaným fešením každé osoby se zájmem o kulturu.

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8. Princip nejvétší prospésnosti I kdyby kopie a volné stahování z internetu mohly pfivodit majetkovou „újmu“ e m osobám, kulturní prospéšnost takového počínání bude vždy vétší, jelikož je intenzivné naplñován princip podpory, šífení a pfiblížení kulturního dédictví lidstvu. Kdo smýšlí jinak, dává menšiné privilegia, kterým se netésí vétšina.

9. Skutečné zlo leží jinde Vraždy, zneužívání žen, obehod s dét-mi, chudoba a bída jsou skutečná zla sužující lidstvo. Podle OSN bylo v roce 2010 na svété spácháno 468 síc vražd, odhaduje se, že i a půl miliardy lidí žije v chudobé, ve zprávé OSN za rok 2009 se uvádí 2400 obé „obchodu s lidmi“ za účelem sexuálního otroc-tví, v nékterých částech Afriky trpí 30 % dé vážnou podvyzivou a denné zahyne hlady šest osob (dé i dospélých). Proto označovat volné stahování kulturních statkü za zlo pfedstavuje nepoc vý a pravdu zakrývající projev.

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10. Proti zprostfedkovateli-obchodníkovi Kultura nepo e-buje zpros edkovatelé, kte kulturní statky redukují na pouhé zboží. Kultura je p liš düležitá na to, abychom ji nechali v rukou obchodníkü, kte umélecká díla jednoduše ovésí cenovkami, jako by šlo o koláče. Takový zpros edkovatel nikdy nepochopí rozdíl mezi uméleckým dílem a hfebenem na jedno použi . To, co svét po ebuje, je vétší vládní podpora pro umélee, tvürce a básníky v jednotlivých zemích, stejné jako nastolení naprosté svobody v pohybu uméleckých děl.

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Diez tesis en favor de las descargas libres (piratería) de bienes culturales en Internet de Enrique G. Gallegos se terminó de imprimir en marzo de 2015 en Guanatos, Xalisco, Mégico Tiraje 100 ejemplares Libro número ___________________

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