\"Dictadura de la forma perfecta: crítica canónica, narrativa contemporánea y desautorización de lo narcoliterario en México\" (2015)

July 22, 2017 | Autor: Heriberto Yépez | Categoría: Narcoliteratura, Literatura Y Frontera, Literatura mexicana, LITERATURA CONTEMPORANEA MEXICANA
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Descripción

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Dictadura de la forma perfecta: critica canonica, narrativa contemporanea y desautortzacion de 1o narcoliterario en Mexico Heriberto Martinez Y 6pez Uniuersitg of California, Berkeleg, US En contraste con cierto interes del Ambito acad€mico globa1 y de lectores en general, la narcoliteratura ha sido desautorizada por la critica literaria mexicana. La literatura del norte de Mexico se hizo visible a partir de los anos noventa junto con la llamada narcoliteratura, ocupada del narcotrafico a nivel de contenido y forma. Actualmente la narcoliteratura mexicana tambien se escribe en otras regiones pero ha quedado asociada a la literatura del norte, por haber tenido su primer impulso durante el mismo periodo y geografia. Pero los valores que fundamentan el rechazo hacia ambas se consoiidaron decadas atrAs en el centro del pais. Mostrare la construccion de esta deslegitimacion, concentrandome en dos grupos: protagonistas de la critica literaria y de la nueva narrativa mexicanas. A1 analizar su discurso, podremos comprender la desautorizacion de 1o narcoliterario dentro de la actual literatura mexicana. Primero abordare el proceso largo de formacion de una vision de lo literario por parte de la critica mexicana canonica y, posteriormente, como fue transmitida esa concepcion a un sector central de la narrativa mexicana contemporAnea.

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Hispanic Journal Mediante este caso particular, ademAs, podremos entender 1a transformacion de una vision de criticos literarios en una postura de productores y, en general, explorar como criticos v escritores construyen (restringen) 1o iiterario. Tras exponer este escenario, presentare algunas conclusiones acerca de la reaccion contra la narcoiiteratura como parte de un proceso mayor de crisis de Io literario-moderno en Mexico. 1. La critica canonica g lo narcoliterario Hacia finales de siglo, Christopher Dominguez Michael 1962) se perfilaba como el nuevo critico iiterario canonico mas [n. influ,yente en Mexico. Dominguez era parte de la revista Vuelta d.e octavio Paz. Esta posicion de Dominguez explica su co-autoria del tomo canonico La literatura mexicana del siglo XX (1995) junto a Jose Luis Martinez (1918-2007), uno de los criticos mas reconocidos del periodo anterior. Esta obra simbolizo un pase de estafeta. I A1 corresponderle anaiizar la segunda mitad del siglo, Dominguez decidio que la literatura fronteriza no podia ser "parte cabal" de tal panorama. "En la frontera con Estados Unidos se escribe ya otra literatura, a veces dubitativa en su eleccion linguistica, que no forma parte cabal de un estudio como e1 nuestro" (Martinez, Literatura 257). Como veremos, las desca-lificaciones de 1o frontenzo y lo nortefro fueron el antecedente inmediato de las desca-lificaciones de 1o narcoliterario, al compartir regiones, esteticas v tematicas. La postura de Dominguez era predecible; ese periodo apenas atestiguaba la aparicion de otras literaturas dentro del territorio mexicano. Dos decadas despu€s, su opinion cambio (aunque de modo mu1, ambivalente): ...uno encuentra que lo mas estimulante (pero no siempre 1o mAs perdurable) ha venido, durante ar1os,d6cadas ya, del norte... No es la primera vez que la tormenta se desplaza desde esos lares: ya habia sucedido con Vasconcelos, con Reyes, con Torri... A la ciudad de Mexico, entonces como ahora, le ha tocado, privilegio burocratico de capital literaria, civllizar a los bArbaros y administrar el canon. ("Una poetica") Dominguez establece tres aspectos claves: 1) en los anos noventa, las literaturas norteflas cobraron protagonismo; 2) existen precedentes y 3) la ciudad de Mexico decidird el destino de este

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le toca "privilegio burocrAtico d'e capital literaria" cambio, ya que por icivtlizai alos bhrbaios y administrar el canon'" y administrativa sobre Como p^ra. i" tui funcion civilizadora l a" tormenta" nortefla, Dom inguezsent encio: "acasollego'par ala l i teraturad.el norte deM €xico, elcant oclelcisne"( 2012\ 'Ent r ela pero hay un cambio de valoracion opinion de 1995 y la de 2OI2' es norte norteia: en ambos casos el no del destino de Ia iiteratura considerad o barbane d'esechable'2 norte es incompetente debido Para Doming""' i" fit"iatura de1 Segun este con la oralidad y cultura popular' a su marcaa^ ."r"^i.i" por recursos estilisticos que criterio, la calidad literaria se incrementa Dominguez' por 9je1n19, considera se distancian de lo orj-popuiar. solucion intermedia' la obra de Yuri Herrera (n' fqZO) "orno "ta tematicas y formas utiliza pais) Herrera (nacido en el centro del fuerte mediacion una con pero afines a ras de ia literatura del norte reconocibles a mas y lengua3es mund,os *tts estilistica, qr" *.i,r" A proposito de la novela criterios canonicos, como ei de Dominguez-' comenta: Dominguez irabajos d'el reino (2004) de Herrera' le toco ser ...desde su nacimiento' a la novela sieruqdelaactualidad.social,peroliberandose es como de esa seruidumbre' sublimandola' como critica de Io ganO su autonomia un balsamo' moderno"' Herrera nos ofrece de 1o oprobioso que l' esa poetizaa6n ctnula sustraeiel horror bruto de la noticiav producido' est6tico el convencionalismo Lo ha logrado indignacion' la por fatalmente, destilando --1a tecnica pareciera.tt]*t]:y tradlclones una y otra vez varios modos hasta (io vernaculo, 1o coloquial' lo culto) adelgazada ae.1ar a su lengua literana tan iimite de 1o insaboro (sic)"' que aparec" "tt "1 el habla de Herrera mezcla y depura /insislo) (Cursivas ia frontera y los chilanguismos' mias) ("Una nueva" 2) hecho de metAforas de clase: El discurso de Dominguez esta la narco-novela) deja de ser "sierva" la novela (desde Ia moderna hista la libera de la..servidumbre,' y..anula,' mediante una..sublimacion,, que que se atribuye ala "indignacion" social' el,,convencionalismo esteticoi incumplir la funcion y descalifica Ia narcoliteratura en particular por adelgaLantiento' depurqcion de "literaria" definida como destilaci6n'

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modos, tradiciones, indignaciones v hablas. Esta definicion de lo literario es la canonica mexicana. Cuando tal depuracion no ocurre, el producto cuitural es senalado como esteticamente inadecuado y socialmente indeseable (y perecedero). El recltazo a 1onarcoliterario a fines del siglo y principios del nuevo sigue un paradigma que se fue imponiendo paulatinamente. Para ver este proceso, volvere a Jose Luis Martinez y su definicion -en su discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Lenzua en 1960* de la novela v la violenciaen Mexico:

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Esta continuidad intergeneracional ideologica sobre como lo literario debe excluir la protesta social y enfocarse en la estetjzacion se relaciona con politicas gubernamentales. Emmanuel Carballo (n. 7929), otro critico literario hegemonico, diferencia entre "los reposados monumentos literarios" que son "autenticas obras de arte" y 1as "consumadas muestras de propaganda." Dice Carballo: A partir del termino del periodo de C6rdenas las ietras mexicanas se levantan de su postracion y comienzan a dar lentamente frutos esmerados y valiosos. Vueive a ondear la literatura imaginativa... De aqui en adelante el escritor mexicano que no cree en el PRI, aunque tampoco en los partidos de oposicion, se comporta como un verdadero creador. No le dictan cuAles deben ser los propositos que persigan sus obras: actua con absoluta libertad... Las ietras mexicanas, de entonces a ahora, se manifiestan sin ninguna traba que pongan candados a su libertad de expresion. (29-3Ol

...sigue persistiendo en nuestra novela -y se ha recrudecido recientementecierta aficion hipnotica por la violencia, por la denuncia social y por una truculencia con resabios de cronica policiaca, como si para atraer e interesar a los lectores solo se confiara en la eficacia de este "tremendismo" morboso. Es decir, que una parte de nuestra expresion literaria se ha detenido en esta funcion pnmana de compensacion emotiva, de testimonio de las luchas primordiales de ia existencia humana v de excitacion patetica; que aun no ha podido desa,tarse del campo de las urgencias individuales y cotidianas y de1 recurso de los contrastes uiolentos, para volver los ojos a1 exterior humano, a su secreto e intimidad y al r,uelo de la imaginacion y especulacion libres... (Cursivas mias) (De la naturaleza 54-55)

Para Carba-llo los limites de libertad expresiva-literaria se vinculan directamente con la ideoiogia y censura del gobierno pero sin daiar la forma literaria. Esta contradiccion emerge en su discurso y evidencia qu€ se convierte en "obra de arte" en la era del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que formo a 1a literatura mexicana moderna:

Segun Martinez, hay una division entre lo exitosamente literario y un primitivismo y deficiencia estetica-civiiizatoria. A pesar de mas de medio siglo de separacion, las posiciones de Dominguez y Martinez hacen eco. Para Martinez la presencia de la violencia social en la iiteratura es "aficion hipnotica" y "truculencia"; denosta la reiacion con 1os lectores, caracterizandola como perjudicial a la "imaginacion y especulacion libres." Segun Martinez, "las notas distintivas de la literatura mexicana son la sobriedad, la discrecion, el tono menor I' el sentimiento melancolico y crepuscular" (De la naturaleza 48). Dicotorniza entre literatura "libre" -no derivada de crisis social- y otra a la que primitiviza. Esta vision fue retomada por la critica mexicana posterior.

El PRI y el gobierno... permiten expresarse a los escritores con absoluta libertad, sin ninguna cortapisa. Es mAs: el escritor puede, si asi lo desea, atacar el sustento ideologico de1partido en el gobierno. Parece que tampoco tendria problemas si su literatura 11egaa1 limite de lo erotico y se convierte en pornografia o si se propone demoier las creencias religiosas del pueblo mexicano. Todo se puede intentar no con los ojos puestos en la creacion de un panfleto, sino en 1a redonda perfeccion de la obra de arte. (30)

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Este texto es revelador de la critica canonica mexicana: facilita comprender que la "redonda perfeccion de ia obra de arte" es un valor propiciado por e1 Estado mexicano. Un gobierno autoritario transformado en buena literatura. En tal modelo politico-po€tico, a la funcion estetica corresponde depurar descontentos y obedecer los parametros de libertad de expresion establecidos por un gobierno que no desea narrativas o enunciaciones literarias que considere revoltosas, panfletarias, testimoniales o vulgares. Esta obediencia y conformidad estetico-politicas se manifiestan como criterio de gusto-juicio lectory producci6n de forma literaria. Esta vision oficialista es una de ias fuerzas naturalizadas que todavia forman a la iiteratura mexicana. Ahi la supuesta calidad o innovacion de 1o est€tico-literario es determinada por su seguimiento a estos principios de lo postrevolucionario. La obra artistica no debe manifestar -a nivel afectivo o linguistico- marcas directas o frecuentes de1 descontento popular. La funcion de esta forma destilatoria es construir una literatura afin al regimen autoritario mexicano, asociado a1 partido q u e m ant uv o 1a p re s i d e n c i a d e s d e 1 9 2 9 h a sta 2OOO,l a perdi o dos sexenios 1' la recupero en 2012.3 Mario Vargas Llosa denomino a este r€gimen "dictadura perfecta" y noto que parte centra-l de su legitimacion es la colaboracion de intelectuales: Mexico es la dictadura perfecta. La dictadura perfecta no es el comunismo, no es la Union Sovietica, no es la Cuba de Fidel Castro: es M6xico, porque es una dictadura de tal modo camuflada que llega a parecer que no 1o es... Una dictadura, ademAs, que ha creado una retorica que la justifica... No creo que haya en America Latina ningun caso de sistema de dictadura que haya reclutado tan eficientemente al medio inteiectual. (Paz v K r auz e 1 6 0 -1 6 1 ) Segun Vargas Llosa la dictadura mexicana requeria de 1os intelectuales "mas bien una actitud critica, porque 6sa es la mejor manera de garantizar la permanencia de ese partido en el poder" (Pazy Krauze 161). Pero si la critica inteiectual sirve a la dictadura perfecta, acual es la forma de la narrativa y la tecnica escritural concreta que corresponde a la dictadura perfecta? La escritura como destilacion del descontento v depuracion de los subalternos v 1a violencia.

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Hemos escuchado en Martinez, Carballo y Doming-rez urla misma politica de la forma literaria. Veamos ahora su continuidad en Rafael Lemus (n. 19771,un critico canonico de una cuarta generacion. Lemus cobro prominencia por sus publicaciones en Letras Libres,la revista sucesora de Vuelta de Paz. En un texto c61ebre, Lemus definio a la literatura nortena como "costumbrismo docil" y "abulia formal" y la enlisto asi: "Federico Campbell, Gabriel Trujillo Munoz, Elmer Mendoza, Luis Humberto Crosthwaite, Juan Jose Rodrigaez, Eduardo Antonio Parra, Luis Felipe Lomeli... E1 Barrio" ("Ba1as de salva" 39). Como sus antecesores, Lemus no oculto su desprecio al otro-norteno: ...las novelas sobre el narco. felizmente. no denuncian. Los autores no proceden a manera de jueces sino de oyentes. Escuchan y registran. Escuchan y mitifican. Escuchan y rien. Puede decirse cualquier cosa de esta narrativa salvo que sea solemne. Casi cua-lquiera de estos autores posee humor y talento para la caricatura... Seamos sinceros: ninguno de estgs autores denuncia porque ninguno desea el fin de la narcocultura. De ella se nutren sus novelas, de ella depende su imaginario. MAs aun: el norte, su identidad, cuelga, en buena medida, del mismo gancho. El narco ha delineado una identidad regional antes mAs difusa: su cultura recorta y aglutina. Ah, eI norte. Ah, el narco. Sonrisa. ("Balas de salva" 40) Lemus retoma las metaforas centralistas-civilizadoras. Anade otras: 1o narcoliterario como moda mercantil ("Toda mesa de novedades estd sitiada por el narco") y exceso ("...relatos v novelas sobre el narco, demasiados, demasiad."..."); algo que debe ser inscrito en la genealogia canonica y es desautorizado ("Hijos bastardos de Rulfo'). Reitera que una literatura debe ser descalificada si no destila el descontento popular: "la prosa es, intenta ser, voz, rumor de las calles... La intencion es solo una: retratarlo todo, la politica 1, la violencia, los espectaculos y los deportes, el norte y el otro lado..." ("Balas de salva" 39). A las xenofobias de 1a critica previa se suman nuevas, originadas tras e1 apogeo de Iiteraturas norteri.as. Asi, al no ser depurativo, lo narcoliterario "no es... tanto un estilo como un vaho, una mania, de nuestra narrativa" y entonces io narco en general es definido como barbq.rie'.

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;Que es el narco? En principio, el puto caos. O eso. Un elemento anarquico, desequilibrante, destructor. Una Organizacion en contra de 1o organizado. El desgobierno. Antes de fijar su propio orden, mina otro. Sus lecciones son las del nihilismo: el dominio de la vioiencia, la futilidad de la vida, la victoria de ia muerte. Iisas y esta otra: la incoherencia. ("Balas de salva" 42) Esta caracterizacion del otro-narconorteflo va unida al restablecimiento del centralismo. Despu€s de decir que la finalidad de 1a "narcoliteratura" es "probar que el norte es distinto al centro" Lemus no solo niega cualquier diferencra sino re-subordina los nortes al centro: "Es tan obvio como esto: el norte se define a partir del centro. Es norte porque entre el y el sur hay un punto medio. Mientras mas se insista en la particularidad de la region, mAs se escribe para el centro" ("Balas de salva" 42). Ei texto de Lemus fue seialado por ei narrador Eduardo Antonio Parra como "reduccionista y centralista" (61). Su respuesta aparecio tambien en Letras Libres, pero los editores decidieron colocar un comentario previo: "Como el de tantos otros t6rminos, el origen de la palabra 'polemica' es militar: asediar y defender una ciudad. Estamos, entonces, ante un ejercicio antiguo y civilizatorio: sitiar y proteger nociones como 'norte', 'iiteratura', 'realismo"' (61). En este paratexto editorial, 1a revista ironiza como "civilizatorto" lo que, en realidad, caracteriza como "violento" al definir e1 texto de Parra como "defensa" "militar" de "una ciudad" y, por 1o tanto, descalificdndoio como otra reaccion violenta del "norte" y el "realismo" de su literatura. P. L. Goldberg toma la entrada antagonica del equipo editorial de Letras Libres como si fuera ei inicio del texto de Parra, y dice: "Parra takes up the defense of narcoliteratura couched in an unsubtle language of interregional agression" (51). Resuita significativo que el paratexto de Letras Libres haya conseguido determinar la lectura del texto de Parra. Goldberg coincide esteticamente con Lemus: "Parra's rejoinder fails to engage Lemus' arguments at the level of literary achievement. The contention that literaturct nortena boasts a diverse range of voices, styles, devices, themes, etc., does not cha-ilengeLemus'central charge that these works uncritically attempt to replicate reality" (51). Goldberg emplea "boasts" para caracterizar la enunciacion de la "literatura nortefi.a." Si bien en Mexico los criterios de qu€ es "literary

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por el gobierno post-revolucionano' achievement" fueron influidos activo internacionalmente' sin embargo' son un valor destiiador en la contrarr6plica Algunas ideas del paratexto reaparecieron de Ciudad de critico su posicion como de Lemus, donde reafirma esta ahi no critica to-o h"g"monica: "La Mexico y a Letras iii'"" en crisis"' otras sino para poner solo para gua-recer una tradicion aguarda' critica la ventaja decisiva: Esa es, seflores del jurado, su de sentencia La de despedida" 59)' dird la ultima purtuiu;; f'tt'tt'"i"u poder un ejerce aitfta desde et poder central' Lemus no es gratuiti efectivo. Ii t e ratur a ? Nueuo s nar r a do r e s A nar co . lPu- e d e et nar co - altemo c allar s e 2 una --vguarecer para mexicana E1 juicio de la critica canonica 1as (desautorizar crisis poner otras en tradicion (ia centnpeta) y componente un sido ha que incluso norteflas) ha sido tan persistente deformaci ondet endenciaslit er ar iasneo- t r adicionalist as. Lacr it ica funciona como grupo de hegemonicosdesde o;;;;;" -emitidos influye la lectoescritura literaria' presi6n ideologica, ?"V" f"#a i'narcoliteratura'i es una d'icotomia que ha Hacer vs. ,ro-r,.""' siglo' literarias mexicanas del nuevo determinado for-t L identidad pl-,"p^:l: ejempio' por Chimal' Alberto narrador El Generacron de nombre "El asi: literaria conceptualizar su gettt'aciOt' '"i""o grupo de escritores mexicanos' no tiene p",. Z, pensado Es un juego mas que una marca nada que ver con er narc-otrafico. (13)' Chimal hace esta aclaracion y tiene que con f* 'o-ti"s"'" lelra "2" M6xico agrupar mediante la porque en ese momento en droga) de ,,r-or zetas" (irn cartel mexicano u referia inmediatame"i" literaria en esta enocl-slvinculaba y porque la idea at tg*pttion y 10 norteno como identidades estrechamente a la nlrcoliteratura generacion literaria' Chimai una literarias colectivas' Al definir lo narco' un estigma' intenta hacerlo separAndose de son motivo constante de Estas diferencias identitarias y norte' Muchos agentes centrales conflicto entre escritores del centro Muchos torrro indiuiduo (aislado o cosmopolita) ' conciben af colectirtidad' ""c,itoi en pertenecer a una nortenos, en cambio, insisten norteflos se identifican asi' Cuando ciudad, cultura, f'^Uta o region' evidencia de su indole literaria agentes centrales 1o seflalan como manifiesto anti-norteno ha "ibd""u.ttollada. Una posicion que funge :-o11o (n' 1978) en "La condicion posnortena" sido la de Carios Yeltaquez y que' como "Ni ficcion ni no ficcion" (2008), un texto tf""Gi"a" norteno personaje de un concretamente, es un relato caricaturesco 6xito entre la critica' tuvo relato El obsesionado .o,t t-t"t' botas'

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YelAzquez ha ironizado que "la narco novela es una estupidez.,' A diferencia de ia mayoria de los detractores de la narcoliteratura, nombra a quienes condena: "Hay novelas estupidas como Mala suerte en Tijuana [Hilario Pena] o \a Reina del sur que es un turistazo terrible escrita por un espa_flol idiota (Arturo perez-Reverte) que escribio una obra intrascendente e inutil" (Gutierrez. ,'La narco novela"). Velazquez es uno de los nuevos narradores preferidos por la critica mexicana, porque ridiculiza y "supera" el habla e imaginario norteflos. Velazqwez provee de obras (hechas por un norteno) que cumplen las expectatirras ideologicas de un centro que solo admite 1o norteno si esta representado mediante estilo depurador o ironia anti-regionalista. Un argumento frecuente de los literatos mexicanos contra obras y autores de narcoliteratura es que es "moda" o "marketing,,. para el destacado narrador -y ex editor de Letras Libres y ex funcionario de Conaculta- Alvaro Enrigue (n. 1969) el "narcoestruendo,' resulta "una discreta plaga" $2 y afl. Las metaforas de fuerzas animales, barbaras o naturales con que se representa a los norteios varian de acuerdo al valor que desee otorgArseles. De ahi que pasen de "tormenta" a "discreta plaga" en distintos anatemas. En otra variante de la descalificacion, segun Enrigue, novelas como las de Eduardo Antonio Parra o Elmer Mendoza son hechas "para la elite literaria y academica del pais" (44). La desautorizacion de 1o norteflo se formula desde distintos Angulos porque 1o relevante es clasificarla como ma_la literatura, y para tal efecto se pueden esgrimir alegatos no solo carentes de evidencia sino incompatibles entre si. Decir que el escritor del norte escribe para elites (academicas o extranjeras) es parte de una estrategia pol€mica general, ya que si en una de ias variantes de la desautortzacion al escritor del norte se le desprecia por gregaio (o populista), en otra variante para despreciarlo mas (o exaltar esteticamente a alguno de ellos) hay que segregarlo de ese norte. En ambos casos, separarlo de su region o poblacion es clave para desarticularlo. La escritora Cristina Rivera Garza (n. 196a) relaciona las descaiificaciones con tensiones entre c/ases soclales:

Con el adjetivo norteiia se designo en la literatura mexicana a la irrupcion de un grupo social subalterno en el quehacer cultural de Mexico de finales del siglo XX. Si el grueso de la produccion literaria habia sido dominada hasta entonces por aquellos

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ligados tanto cultural como geograficamente con la capital de una nacion eminentemente en su conformados grupos centralista, magorta aunque no ilnicamente por hombres pertenecientes a. los estratos mas pnuilegiados del pats, los bArbaros que vinieron del norte fueron desde el inicio una gama bastante amplia de hombres y mujeres uinculados tanto economica como culturalmente c esos amorfos grupos populares que cierta teoria progresista ha caiificado de subalternos. Educados en su mayoria en escuelas publicas y careciendo de los legados y conexiones que animaron por tantos a-fr,os las actividades de sus contrapartes del centro, los noftenos trajeron consigo, a cambio, una cierta uision perifdrica que trastoco ios femas y 1as /ornzas y Ias practlcas de la tradicion dominante de las letras. ICursivas mias) ("Norteia") El panorama social de las discrepancias entre agentes dei canon centralista y de literaturas del norte raramente aparece, a no ser como alusion ironica. (Recordemos la frase de Lemus para denominar a escritores nortenos: "El Barrio"). Pero parte significativa de la retorica sobre lo narco-norteio tiene relacion con fricciones de clase y region. En el contexto de estos combates, el escritor Rogelio Guedea (n. 19741 escribio sobre la "clase literaria": Una sociedadclasistacomo lamexicana (edificada a partir de asperos binomios: civilizado-bArbaro, superior-inferior, dominador -dominado, centromargen)... no se saiva lo iiterario... Con ia clase literaria mexicana... los grupos de escritores no son identifi.cados por las tematicas que escriben, o los generos que abrevan, ni siquiera por los estilos que practican... sino por... la forma de vestir, el modo de hablar, el estilo de vida y el uso esnob... Entre mas alejado del falsete indigena (lo inferior, lo barbaro, lo marginal) y sus derivados (1onaco, 1o nero, lo cholo): mejor. Asi legitiman su superioridad Y, Por tanto, su dominacion.

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En esta "clase literaria" de la que habla Guedea, los sujetos de las literaturas del norte son inferiores (socio-esteticamente). y segun Rivera Garza, los norterios "no solo interrumpieron la hegemonia cultural del centro de 1a Republica de las Letras sino que tambien vinieron a contar cosas bastante incomodas sobre el pais en su conjunto." Ademas, Rivera Garza sugiere que la desautorizacion de la literatura del norte tambien se debe a la comDetencia: La competencia entre tradiciones literarias no es abstracta o esencialista. A los que tuvieron que compartir lectores, ventas de libros, becas, premios, viajes, espacios culturales, prestigios y mas, todo esto ies resuito molesto, por decir 1o menos, y asi 1o seflalaron tanto en reserias como en comentarios de sobremesa. ("Nortefla") A pesar de su claridad (y poner sobre la mesa un tema tabu del Mexrco literario), el texto de Rivera Garza evito mencionar autores o textos, limitandose a aludirlos ("A los que tuvieron que compartir lectores, ventas... becas...") Esta falta de relacion directa entre interlocutores es otra caracteristica notoria de la discusion en torno a la literatura norteria y la narcoliteratura asociada a ella. Se trata de un campo de bata-lla en donde la regla es la alusion indirecta. En su libro Los muertos ind6ciles. Necroescitura"s A desapropiacion(2o I3) aunque se esperaria que bajo "necroescrituras" discutiera a la narcoliteratura, Rivera Garza omitio por completo discutir este corpus, sin duda el mas numeroso y sistemd.tico del periodo del que se ocupa su libro; asi que "necroescritura" funciona ahi como sublimacion o destilacion mas respetable que "narcoliteratura", un termino y practica de bajo status para el campo literario mexicano. A pesar de su posicion otrora progresista, en el libro de Rivera Garza 1o narcoliterario es invisibilizado -e incluso estigmatizad.o, no nombrado-, quedando fuera tanto del archivo canonico como del archivo alternativo. El libro no provee de una definicion crara o suficientes ejemplos concretos de "necroescrituras" precisamente, porque no desea nombrar ias obras de la narcoliteratura y por esa laguna su concepto de "necroescritura" se mantiene abstracto. Lo narcoliterario queda en zona de nadie, coleccion que puede ser margen o centro pero, en todo caso por problematico deviene anonimo, invisible.

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Los muertos ind6ciles solo parece aludir a 1a narcoliteratura de "mafi.osos cuando describe (negativamente) "novelas historicas" narcoliteratura 1a de acaudalados" (1OO). Esta invisibilizacion narcoliterario como tendencia alterna reitera que asociarse con 1o con lo simpatizar es descalificatorio incluso para quienes dicen de margen se r,rrelve subalterno o a1ternati,,o. Lo narcoliterario de centro el otro margen; y condenado por haberse colocado en linguistica discusiones. Lo narcoliterario no es "respetable" temdtica, Lo o tecntcamente para el consenso de 1os escritores mexicanos' la donde en narcoliterario pareceria estar funcionando como el limite que forma identidad o status del letrado se borra; es concebido como hace peligrar 1o est6tico. Los sujetos que practican la narcoliteratura pueden llegar a ser vistos como poseedores de vicios esteticos' morales o economicos. otro nuevo narrador importante en Mexico es Antonio ortuno (n. 1976).Como en otros casos citados' Ortuno ha sido un colaborador texto de activo de Letras Libres. Respondiendo directamente al "orgullosos Rivera GaTza, Ortuno comenta en tono burlesco sobre los a sus nortefros": "Todo mundo tiene derecho a exigir reconocimiento es cierto Lo m6ritos. Pero tambien deberia ponderarios con realismo' letras las en que 'el norte' podrd ser. si se quiere, el sabor del mes ha1' mexicanas, peio de ahi a decir que el centralismo ha retrocedido un abismo."o El texto de ortuflo es crucial: concentra lugares comunes "los selios sobre 1a literatura del norte. Por ejemplo, afi'rma que no son autores editoriales que han dado a conocer a todos estos meras casos' muchos de Tijuana o Culiacan, sino capitalinos y, en que ia que soslaya sucuisales d.e sellos ib6ricos" (un dato falso, mayori adel aproducciondeinor t esehaedit ador egionalm ent e, algo que probablemente facilite que ortuno desconozca esa realidad). ,,los criticos que han mirado con interes sus obras i.r"go afirma que son, y llamado la alencion de los lectores y los medios sobre ellas prosigue Ortutlo iambien, abrumadoramente defenos o extranjeros." Se trata el discurso de que el otro-norteno no existiria sin el centroy creible atractiva como de una caracterizacion tan cuestionable de gesto a un otro-norteno para una vision que desee reducir 1o transnacional' o tondescendencia centra-lista, mercantil Otro enunciado significativo ocurre cuando Ortuno afirma por el que "las instituciones culturales que"' han becado y paseado planteamiento Este mundo" (a los literatos del norte) son "defenas." federales (y otros) las instituciones muestra que para Ortuio Mexico' de Ciudad de posesiones (nacionales) son vistas como instituciones que e stas reconociendo asi -quizttinvoluntariamente-

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son dirigidas por funcionarios (y muchas veces editores o escritores mismos) identificados con el canon administrado desde dicha capital. Ortuflo en lugar de reconocer que esta circunstancia centralista es un problema, la convierte en motivo de satira contra las comunidades literarias del norte, que el caracteriza con la frase ironica (y reminiscente del orden colonial) "Provincia en marcha" (es decir, "provincia" tratando de progresar-civilizarse) . De modo sistematico, los narradores mexicanos protagonicos retoman los tropos con que la critica previa y contemporanea ha definido lo narcoliterario o 1o nortefr.o. Pabio Raphael (n. I97O\, otro influyente narrador mexicano actual, asevera: "Todo aquello que en su portada contenga las palabras llijuana', 'AK47', 'reyes del', 'reina del' o 'norte' esta sustentado en un estudio de mercado" (154). Raphael no provee las cifras que darian sustento a esta afirmacion. Siguiendo la linea de defi.nir a 1a narcoliteratura en t6rminos de barbarie, mercadotecnia o patologia, dice que "a peticion del publico", la narcoliteratura es una "me tAs t as is " ( 1551. Los prejuicios de la critica literaria canonica del siglo XiX mexicano se transformaron en la propuesta estetica de la nueva narrativa del siglo XXI, es decir, los escritores literarios se volvieron voceros de 1a critica del siglo anterior al buscar desautorizar a los colegas que rompen con dicho paradigma y con quienes compiten. Este proceso nos permite entender el panorama trazado por la narradora y ensayista Valeria Luiselli {n. 1983), donde comienza caracterizando -sin dar mayores referenciasa los "criticos" de literaturas perifericas mexicanas: -anietos y Estos criticos bisnietos intelectuales de la inteligente pero ininteligible y por ende mal leida Spivak?-, revisarAn la obra de las generaciones de comienzos de sigio con ojos paternales y satisfechos, atesorandolos como abono fertil para las teorias sobre las identidades conflictivas del tercer mundo, la marginalidad, la diferencia, dejar habiar ai subalterno -en fin, la peor cara de 1a critica academica estadunidense-. Como bien respondio a-lguna vez una brillante critica literaria, a la vieja pregunta spivakiana "aPuede el subalterno hablar?": "Por piedad, diganle al suba-iterno que ya se calle".

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Si Spivak planteaba que el subalterno no podia hablar sin asumir 1oscodigos del dominante, los criticos y narradores mexicanos hegemonicos, sin embargo, nos permiten preguntar si acaso su peticion frecuente de que el "subalterno" ya se calie no se deberA a que a veces en la literatura se logra escuchar el (para muchos) insoportable eco de Io otro. 3. Lo narcoliterano y Ia ciudad letrada mexrcana Eiste un continuum intergeneracional entre el discurso de la critica literaria canonica y narradores contemporaneos mexicanos acerca de 1o narcoliterario. Este caso nos permite conocer como se construye /o nnqliteraria. Ver como el rechazo de la critica a cierto tipo de literatura puede triunfar y transformarse en principios de poetica que generaciones posteriores utilizan para producir literatura. El consenso entre estos dos sectores letrados debe ser entendido considerando 1oque Carballo nos informo: la forma literaria en Mexico se construye escuchando la politica del Estado, que desea modular las voces del descontento ciudadano urbano y rural, y hoy mediAtico-r,irtua1. La mediacion artistica edita y estabiliza aJ pais dentro de textos: construye una imagen depurada de la nacion. Esto no es exclusivo de Mexico: es una condicion estructura,l de otras literaturas modernas. La tradicion literaria mexicana es una variante del modelo global. El Estado mexicano es una de las fuerzas mAs intensas que dan forma al sujeto literario, que 1o interpelan como pertinente o impertinente. Ese reconocimiento gubernamental -que se traduce invitaciones, premios, empleos, contratos, en publicaciones, prestigio, etcetera- es concedido si la forma de su obra obedece a los principios de censura/autocensura de voces de descontento o violencia que reflejan inestabilidad politica en e1 pais. El gobierno no requiere ejercer su presion directamente: puede ejercerse por medio de las autoridades de la critica literaria y otros protagonistas de la produccion estetica. Funciona como una dictadura cultural disimulada que requiere que los artistas J- autores deseen una obra estilisticamente "perfecta": desocralizada, hiperliteraria, refinada, formalista, donde, estrategicamente, no aparece la turbulencia social o aparece debilitada o nulificada por la alta cultura de1 lenguaje o tecnica estetica. Esta censura se convierte, al mediano y largo p\azo, en preceptiva y gusto, po6ticas y habitus, en donde se desdibuja el rol de1gobierno en esta configuracion, y el ciclo parece cerrarse: la forma que el gobierno identifica como adecuada, "est€tica" se convierte en el patron cultural normativo e internalizado, y que establece -

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para jueces, t6cnicos y consumidoreslos criterios para producir o identificar la "redonda perfeccion de la obra de arte." A pesar de esta politica estetica, aparecio el corpus de la narcoliteratura. En este proceso particular de formacion de lo literario (nacional-moderno) podemos constatar que los narcoliteratos no gozan de respeto por la critica canonica o sus colegas mexicanos reconocidos. La narcoliteratura mexicana se escribe, publica y lee en un contexto de estigmatizacion, ironia, rechazo o desprecio, ya sea por considerarla mal hecha o mercantil. E1 claro recltazo de muchos criticos y narradores permite ver el lugar periferico-abyecto que posee lo narcoliterario dentro del campo literario. Se trata de un corpus hecho por escritores emergentes o ya posicionados con los lectores pero en un lugar ambivalente ante la critica canonica y los narradores mas jovenes. (Este es el caso, por ejemplo, de Elmer Mendoza) . es rechazada de modo abstracto. Los La narcoliteratura nombres de los autores no son mencionados, las obras no son analizadas o descritas por ia critica iiteraria mexicana, que define a la narcoliteratura mediante generalidades y estereotipos. El otro convertido en espectro. Se invoca al mercado como su causa. Este repetido serlalamiento sugiere que los agentes de la tradicion consideran peligrosa ia participacion de una fuerza ajena a ellos o el Estado. son deficientes Tambien insisten que las obras narcoliterarias esteticamente, sin cuestionar que 1o "est6tico" es reducido a gustos que ya de antemano excluyen formas como lo narcoliterario. En el caso de narradores, sus posicionamientos sugieren que su propia obra narrativa es elaborada en contraposicion al. narcoalterno. Mediante el espectro de 1o narcoliteratura, en las ultimas dos decadas la tradicion literaria mexicana ha confirmado su preceptiva destilatoria de descontentos o afectos populares. Inciuso cuando se utilizan voces ciudadanas deben ser "poetizadas." A1 no destilar las voces del narco, la critica canonica y los narradores contemporaneos rechazan esas obras, las consideran no-literarias. Al tratarse de una literatura no tradicional, estas obras son percibidas como /ibros, que si no tienen relacion con la tradicion literaria, entonces, la tienen con el mercado. Ninguno de los criticos de la narcoliteratura, sin embargo, ha dado cifras que muestren que Lrn numero representativo de narconovelas tenga ventas inusuales para libros de narrativa. Ninguno tampoco ha explicado por que publicar narco-novelas en editoriales comerciales es est6tica o rSticamente invAlido o inferior a publicar novelas literarias tradicionales en editoriales privadas (comerciales o no) o gubernamentales, como hacen los literatos tradicionales mexicanos.

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3Puede el narco-literato callarse? Si la critica l, los narradores contemporaneos consiguen que su posicion gane ante el periodismo' los editores e incruso er gobierno y los rectores, no seria imposible que la produccion y circulacion de narcoriteratura disminuya significativamente ante la fuerza de la presion de los grupos tradicionales. Pero aunque podrian lograr mermar el momentum _ de la narcoliteratura, y afectar las oportunidades de publicacion y difusion de los narcoliteratos, dificilmente podria anuLar la produccion o ei interes en la narcoliteratura si el narcotrafico mexicano se mantiene como un fenomeno social crucial. Si el fenomeno der narco continua o incrementa -o desaparecees probable que comunidades de escritores y lectores curturalmente vinculados a este fenomeno -por padecerlo directa o indirectamentedeseen exprorar como ra forma literaria puede interactuar con ra narco-experiencia historica: conzo puede ser escito lo netrco. El caso de la narcoliteratura mexicana, ademAs, nos permite ver que el rechazo a 1onarcoliterario no es solo el rechazo de una forma no-depurativa sino rechazo a ciertas pobraciones, rechazo a otos: comunidades atipicas a ras que tradicionalmente han conformado ra Republica de las Letras. Es tambien una negacion a escribir o escuchar el disgusto y descomposicion social, o incruir en la imagen de la nacion sujetos "narcos" (capos, pandilleros, funcionarios J adictos). En la figura literaria del narco son fusionados narcotraficante y narcoescrttor. El narco-escritor es visto como parte de un problema que desea ocultarse. Se reunieron demasiadas fuerzas de alteridad: escritores salidos de otras regiones v clases sociales; y que desearon que un "monstruo" hablara en sus obras, incluso daiando o desactivando Ia "redonda perfeccion de la obra de arte.,' como si estas alteridades no fueran suficientes, la narcoliteratura involucra otra alteridad: el mercado, es decir, un nuevo juego de relaciones entre editores (v sus gustos y alianzas literarias), ros intereses comerciares de la empresa y los lectores. Esta serie de arteridades define la reaccion ante ra narcoliteratura. Ademas, con la emergencia v boom de ra narcoriteratura, ni editores gubernamentares ni criticos canonicos influyentes o escritores bien posicionados conservaron su poder previo. La produccion, circulacion y reconocimiento (extra-riterario) de la narcoliteratura depende de otros agentes, y el poder parecen tenerio, finalmente, los lectores. Er consumo de narcoliteralura podria ser una de las fuerzas que han hecho que su produccion ." u pesar de ser estigmatizada. -'rrrr".rn.

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Podria ser que el fenomeno de la narcoliteratura sea indicio de una transicion hacia una nueva forma literaria en M6xico o el resto de Latinoamerica. Pensemos en esa forma no como un producto sino como una serie de fuerzas que producen formas, algunas de las cuales se r,rrelven productos o sujetos literarios. En Mexico lleva tiempo operando un juego no-tradicional de relaciones co-productoras de otra forma literaria. La anterior forma literaria narrativa mexicana puede comprenderse como un proceso morfo-poiitico de un gobierno rep r esiu o conuertido (silencio sam entel en forma est€tica. Este proce so morfo-politico no tiene por qu6 ser permanente. La fonnacion de lo podria alterarse en Mexico en literario -en este caso 1o narrativoeste siglo. La intensa campana contra la narcoliteratura parece sugerirnos que el juego de relaciones de la ciudad letrada ha entrado en crisis irreversible, aunque sus agentes tradicionales -criticos y autores literariosdesean restablecer el viejo orden e incluso se ufanen de haber conservado la administracion del canon. Las ideas, enunciados y relaciones de la critica y la literatura contemporanea en Mexico podrian comprenderse desde la perspectiva de una resistencia a un cambio ya en marcha, donde las fuerzas tradicionales han sido desafiadas o, a1 menos, deben interactuar con otras. Si la dictadura de 1a forma perfecta peligra, 1o que finalmente nos reveia el caso de la narcoliteratura y su recepcion es que podriamos estar presenciando un nuevo proceso en la historia de la forma estetica-literaria en Mexico o un restablecimiento del poder de 1a dictadura de 1a forma perfecta, tras un periodo de crisis dentro de la propia ciudad letrada. Los mecanismos, contextos, limites y agentes de este proceso, por otra parte, no deben ser tomados como peores o mejores a los anteriores. Nuestro deber radica en identificar y analizar esta lucha de morfo-politicas. que historicamente Terminare recordando la "redonda perfeccion de la obra de arte" ha estado entrelazada con el partido oficial mexicano y su "dictadura perfecta". Quiza la pervivencia de esta forma dependa dei exito del retorno del Partido Revolucionario Institucional a la presidencia. Pero tambien podria ser que la Republica de ias Letras mexicana se reajuste. La historia de la dictadura de la forma perfecta sigue escribiendose.

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NOTAS 1 La obra fue pu bl i c ada, en edi c i on de l uj o, por el c ons ej o N ac i onal para l a c ul tura y l as A rtes (C onac ul ta) en 1995. C onac ul ta fue fundado en di c i embre c l e 1988 por -carlos Salinas de Gortari, en el contexto de gran agitacion social por el lraude el ectoral que res ul to en s u el ec c i on pres i denc i al { que des emboc ari a en el Tratado de Li bre comerci o de A meri c a del N orte y e1es tai l i do z apati s ta en c hi apas ). ;\ partrr de este sexenio, Conaculta fue el 6rgano gubernamental designado para administlar privilegios editoriales, simbolicos y economicos para 1os sectores letrados rle Mexico. La negociacion de Octavio Paz con Salinas de Gortari fue central en la conformaciot'r y futuro de1 organismo 2 C uando D ani el S ada muri 6 (2011), D omi nguez s ubordi no toda l i teratura del nortc a S aday caracteri z o di c ha regi on c omo i nc ul ta: "S ada... c reo una v ers i on v eros i mi l de un Mexi co i magi nado v erbal mente en l os des i ertos del norte del P ai s que, antes de S ada (y de Jes us Gardea...), no ex i s ti a... S ada fundo una v as ta ti erra propi a, quc sin dl hubiera parecido condenada sin remedio a la obsolescencio prouinciana. a la ntsticatio cursilona, al interes selectivo de los recolectores de corridos ]'bclrbansmos" (Cursivas mias) ("trI mas poeta"). 3 E l texto de C arbal l o fue es c rl to en 1990 I' publ i c ado en el 2O12 en una rev i s ta can6nica mexicana. a Ortuio enumera como postnorteios a "Carlos Yelazquez, Ju[5rn Herbert o Daniel E spartaco, l os mas des tac ados de entre el l os ." Los tl es autores s on c ol aboradores regulares de Letras Libres y ,l{exos, las dos revistas literarias hegemonicas en M6xico.

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