DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO EN LA PREVENCIÓN INTEGRAL DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN SAN FRANCISCO DEL RINCÓN, GUANAJUATO.

September 13, 2017 | Autor: J. Vargas Téllez | Categoría: Psicología Social
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Descripción

DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO EN LA PREVENCIÓN INTEGRAL DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN SAN FRANCISCO DEL RINCÓN, GUANAJUATO.1

Norma María Rodríguez Arvizu, Zara Beatriz Vargas Montelongo Y Juan Alberto Vargas Téllez 2 Resumen La presente investigación surge de la necesidad de crear programas integrales y transversales en todos los ejes de gobierno para prevenir la violencia hacia la mujer, es por ello que durante el último periodo del semestre del 2013 se llevó a cabo un Diagnóstico participativo en el municipio de San Francisco del Rincón, Gto. Palabras Clave: Violencia hacia la Mujer, Diagnóstico Participativo, Grupos de Enfoque. El Objetivo de la investigación fue elaborar un diagnóstico participativo llevado a cabo por la Universidad de La Salle Bajío, se propongan acciones a corto, mediano y largo plazo para prevenir y atender la violencia hacia la mujer en dicho municipio. La Metodología utilizada fue Investigación Participativa (IP). A través del diagnóstico participativo. El tipo del Diseño Narrativo, la técnica “Los Grupos de Enfoque” (Sampieri 2010). Lugar de estudio fue en el Municipio de San Francisco del Rincon, Gto. México; tipo de muestra fue no probabilística o dirigida (Sampieri, 2010) conformada por 10 grupos.

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   Este  proyecto  fue  realizado  con  financiamiento  del  programa  SUBSIDIO  PARA  LA  SEGURIDAD  EN  LOS  MUNICIPIOS  (SUBSEMUN)  2013,   a  través  de  la  Dirección  de  Seguridad  Pública  y  Vialidad  Municipal  de  San  Francisco  del  Rincón.   2  Todos  los  autores  profesores  e  investigadores  de  la  Universidad  De  La  Salle  Bajío.  

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El Desarrollo de la Investigación fue de la siguiente manera: 1) Identificar el problema central, 2) Elaborar un plan de trabajo diagnóstico, 3) Realizar el diagnóstico, 4) Elaborar un mapeo de actores y 5) Diseñar Programas de Prevención de la Violencia hacia la mujer en el municipio de San Francisco del Rincón, Gto. Los Resultados Obtenidos: Un 99% coincidió en definir a la violencia como aquella que se realiza de manera física, otras manifestaron que la violencia también se puede presentar de manera verbal o psicológica. La mayoría (un 80%) refirió conocer de algún caso de violencia hacia la mujer; al. La mitad de los participantes refirió que la violencia hacia la mujer se da en niveles socioeconómicos bajos; la otra mitad refirió todos los niveles. Dos terceras partes de los participantes refirieron haber presenciado al menos en alguna ocasión violencia hacia alguna mujer. El 99% de las personas refirió que en el Municipio de San Francisco del Rincón se vive violencia hacia la mujer, en una escala de likert del 1 al 10, obtuvimos un promedio de 8.7. Una tercera parte considera que la cultura machista como factor que generan la violencia hacia la mujer. Una quinta parte de los participantes desconoce que existen instituciones atienden el problema de la violencia hacia la mujer, sólo una cuarta parte reconoce a las autoridades como la Secretaria de Seguridad pública o policías como instituciones que atiendan la problemática, el 70% reconoce que el DIF, es la institución que atiende dicha problemática. Una cuarta parte consideró que es con la educación además de factores como una sana convivencia familiar, mejora la comunicación, denunciando los casos de violencia. Conclusiones: Existe mucho trabajo por hacer en especial cuando se trata de cambiar paradigmas, modelos de crianza, modelos de aprendizaje sobre los roles de género, el significado de relaciones afectivas sanas, de relaciones de pareja saludables, del concepto de mujer competitiva, etc. Como podemos observar en 2    

los resultados anteriores aún existe mucha desinformación, mitos y creencias sobre el tema. Por lo que se perpetúa más la idea de seguir proponiendo programas de prevención como una opción más de trabajo para la prevención de la violencia hacia la mujer. Bibliografía: Egg. Ezequiel Ander,( 2003). Repensando la Investigación-Acción Participativa; Ed. Grupo Lumen. Valle, Ferrer Diana, (2011) “Espacios de libertad: mujeres, violencia doméstica y resistencia”, Buenos Aires: Espacio Editorial.

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INTRODUCCIÓN

En la actualidad, a través de los medios de comunicación podemos darnos cuenta de todo lo que acontece en nuestra ciudad, estado, país, así como en el resto del mundo; impresionan la cantidad de violencia que se nos transmite por medio de robos, homicidios, fraudes, narcotráfico, ejecuciones por ajuste de cuentas, corrupción, violencia doméstica, etc., un sinfín de conductas antisociales, algunas catalogadas

ya

como

conductas

tipificadas

por

la

ley,

en

la

que

desafortunadamente es notable una tendencia preponderante respecto a la vulnerabilidad de daño causado hacia el género femenino. En efecto, a continuación abordaremos la problemática de la violencia de género como un fenómeno social que ha existido desde los inicios de la humanidad, sin embargo en nuestros días, toma cada vez más fuerza y lejos de erradicarla, presenta un crecimiento sostenido y progresivo.

La violencia contra las mujeres es una de las mayores barbaries cometidas contra los derechos humanos en nuestros tiempos. Desde que nacen hasta que mueren, tanto en tiempo de paz como en la guerra, las mujeres se enfrentan a la discriminación y la violencia del Estado, la comunidad y la familia. Cada año, millones de niñas y mujeres sufren violaciones y abusos sexuales a manos de familiares, hombres ajenos a la familia, agentes de seguridad o combatientes armados. Algunas formas de violencia, como los embarazos y los abortos forzados, la “quema de novias” y los abusos relacionados con la dote, son específicas de las mujeres. Otras, como la violencia en el ámbito familiar — conocida también como violencia doméstica—, tienen entre sus víctimas a un número desproporcionado de mujeres. Durante los conflictos armados, la violencia contra las mujeres suele usarse como arma de guerra para deshumanizarlas o para perseguir a la comunidad a la que pertenecen. (Beteta, 2005).

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Desde el punto de vista histórico podemos decir que la violencia ejercida contra la mujer obedece a estructuras jerárquicas patriarcales, que reproducen una cultura donde las mujeres son vistas como objetos. Prueba de ello es que las múltiples violaciones a los derechos de la mujer se desarrollan tanto en tiempos de paz como en tiempo de conflicto, ello en correspondencia a los diferentes contextos culturales que atentan contra la libertad femenina y el desarrollo de sus capacidades. La violencia contra las mujeres en mayor o menor medida se da en todas las sociedades de mundo y sin distinción de posición económica, raza o cultura. Por ello es que la violencia contra la mujer es un problema mundial, histórico y estructural. A lo largo de la historia se ha pedido contrastar que la mujer cumple con un rol determinado socialmente, es decir, se ha ido construyendo una realidad donde lo femenino es inferior a lo masculino. La violencia contra la mujer se inscribe en el plano de los significantes colectivos, desarrollándose en los imaginarios sociales, prácticas discriminatorias que violentan la integridad física y psicológica de las mujeres. Atendiendo a lo anterior podemos decir que el género es una construcción cultural e histórica, que nos da cuenta de la simbolización cultural de la diferenciación anatómica que se va reproduciendo a través de las prácticas, ideas, discursos y representaciones sociales que condicionan la conducta objetiva y subjetiva de las personas en función a su sexo, siendo por lo tanto un producto de una interpretación histórica y cultural. (Castañeda, 2012) La violencia contra la mujer por razones de género obedece a una lógica jerarquizada entre los sexos la cuales es instaurada dentro de la cultura y la sociedad y es trasmitida mediante discursos y representaciones; la constituyen todos aquellos comportamientos y acciones que violenten, dañen o perjudiquen la integridad de las mujeres, obedeciendo estas acciones a una racionalidad que discrimina a la mujer.

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ANTECEDENTES:

1.

Evolución histórica de la violencia de género

La violencia en tanto fenómeno social ha estado presente desde los primeros vestigios de la sociedad, transitando a través de las diferentes formaciones económicas y sociales que han sucedido a lo largo de la historia evolutiva del hombre. En algún momento de nuestra civilización el matriarcado pasó a mejor vida. El politeísmo inerte a la mayoría de civilizaciones antiguas dios pasó al monoteísmo y a los dioses masculinos, con lo que la devaluación de la figura femenina quedó revestida de argumentos divinos. Es motivo de preocupación, tanto para las sociedades del mundo moderno como para la comunidad profesional y estudiosos de las problemáticas sociales, que hoy en día, en este mundo tan actual y globalizado que ha ido en constante crecimiento en todos los ámbitos y que demuestra que el ser humano va adquiriendo mayor conocimiento y habilidades; la violencia contra la mujer, de igual manera, vaya en aumento y este tomando formas diversas de expresión. En el libro de la génesis de la biblia, argumenta que la creación de la mujer fue debida a que no era bueno que el hombre esté solo. La aparición de la mujer, entonces, no parece tener mayor relevancia que la de acompañar y servir al hombre. En este sentido también se apoya la idea de que la mujer por naturaleza es más débil e inferior a los hombres, inclusive Dios sitúa a Eva bajo la autoridad de Adán y San Pablo pedía a las cristianas que obedecieran a sus maridos. Inclusive podemos decir que desde la antigüedad se hayan referencias sobre la violencia, vinculada a los orígenes, evolución y desarrollo del hombre, prueba de ello en escritos de filósofos y pensadores como: Amoximandro, Heráclito y Sofos.

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La violencia es universal en tiempo y espacio, en el tiempo porque ha estado y sigue estando presente encabezando las causas de defunción en las mujeres, y en el espacio porque se infiltra en todas las sociedades, cualquiera que sea su grado de desarrollo. Todas las mujeres históricamente han vivido en mayor o menor intensidad formas de violencia, donde esta está presente en la mayoría de las sociedades, pero a menudo no es reconocida y se acepta como parte del orden establecido. El Suttee entre los hindúes (que exige que la viuda se ofrezca en la pira funeraria de su marido), el infanticidio femenino en la cultura china e india dominadas por hombres, los matrimonios concertados entre los musulmanes, que pueden llevar al asesinato o a la tortura de la mujer, y la esclavitud doméstica en el nuevo hogar indican la presencia endémica de sexismo y violencia doméstica masculina. En el matrimonio tradicional la mujer estaba destinada a dar hijos, principalmente varones, así como criarlos y ocuparse al mismo tiempo de las tareas del hogar. En la legislación romana base de la sociedad occidental, la mujer era una posesión del marido y como tal no tenía control legal sobre su persona, sus recursos e hijos. en la edad media bajo la legislación feudal, las tierras se heredaban por líneas masculinas e implicaban poder político, favoreciendo aún más la subordinación de la mujer. Según la historiadora Gerda Lerner la existencia de las relaciones patriarcales en nuestra sociedad, por las cuales el hombre domina sobre las mujeres en la familia y por tanto en la sociedad, se remonta a la antigua Mesopotamia, donde

la

autoridad absoluta estaba en la figura del padre (Lerner, 1990). Esta dominación se mantuvo de forma estable en la sociedad hasta que en los inicios de la revolución industrial la mujer comenzó a trabajar fuera del hogar, adquiriendo independencia económica y rompiendo así con esta larga tradición patriarcal.

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No obstante esta liberación se vería pronto confrontada por nuevos procesos patriarcales. a mediados del siglo XIX, los poderes políticos de las emergentes sociedades industriales inician diferentes procesos de reforma para aminorar las consecuencias de la industrialización en la ciudades y la sociedad, como el aumento de población, la insalubridad, la falta de vivienda, los movimientos obreros, etc. la posición que estas reformas sociales toman está dominada por una actitud patriarcal, entendiendo el lugar de la mujer en el hogar como base de la estabilidad de la sociedad. En la visión de los reformadores sociales de mediados de XIX el trabajo debe restringirse a educar a los hijos y mantener el hogar como complemento del trabajo masculino en la industria. Durante el transcurso del siglo XIX estas reformas sociales fueron divulgadas a la sociedad a través de sociedades filantrópicas, códigos morales y de conducta, modelos ejemplares a seguir, tomando forma física a través de la reconfiguración espacial de las ciudades industriales y la restructuración de la vivienda, cambios que afectaron directamente a las mujeres. Por un lado, debido al crecimiento de demanda de vivienda se activan las áreas periféricas convirtiéndolas en las primeras zonas suburbanas residenciales. Ciudades como Londres o Berlín incluyen en su configuración poblaciones circundantes para convertirse en metrópolis. Con esta reconfiguración territorial se rompe la relación entre trabajo y vivienda, que hasta el momento estaba estrechamente ligada, creando grandes distancias entre ambos lugares, y alejando por tanto a la mujer del trabajo remunerado. (Álvarez, 2010) La actitud patriarcal que impera en este momento histórico, fuertemente apoyado por reformadores sociales y la iglesia relegará a la mujer al hogar domestico periférico, alejándolas de los centros urbanos donde la vida activa diaria se desarrolla. Asimismo los poderes políticos deciden junto a reformadores sociales y planeadores urbanos reorganizar espacialmente sus ciudades industriales, como París o Barcelona para convertirlas en lugares salubres y estables políticamente. Relacionado con esta reorganización está la restructuración espacial de la 8    

vivienda,

donde

se

establecen

nuevas

relaciones

entre

sus

miembros

directamente dictadas por las nuevas normas sociales y de conducta. Esta nueva distribución espacial, en la que solo existirán espacios para actividades diarias de mantenimiento del hogar: la cocina para alimentar, el salón para las visitas, el dormitorio para dormir, etc; perjudica directamente a la mujer, al ser el hogar su único lugar de existencia. En su distribución no existe ninguna estancia en la que la mujer pueda desarrollar actividades o inquietudes personales, a diferencia del hombre que aparte de tener sus espacios de ocio en la ciudad suele tener un despacho propio. Como nos indica Virginia Woolf con el título de su libro, en la vivienda de la era industrial no hay “una habitación propia” para la mujer (Woolf, 1929). Esta actitud del planeamiento frente a la restructuración del espacio urbano y la vivienda se mantiene a principios del siglo XX. Entre los años 20 y 50 son los arquitectos del movimiento moderno relacionados con el CIAM quienes en su reflexión sobre la restructuración de las ciudades continúan con una segregación de las actividades diarias y una estructuración patriarcal de la vivienda. por un lado, las ideas desarrolladas por Le Corbusier en la Ville Radieuse (1924), y que son recogidas posteriormente en la carta de Atenas (1933), se promulga una diferenciación y separación espacial entre las distintas funciones que realizamos en nuestra vida cotidiana: habitar, circular, trabajar y recrear; lo que se conoce por zonificación. (Alonso, 2005) La distribución de usos en zonas especializadas tiene como consecuencia el aislamiento de zonas residenciales que perfila de nuevo a una mujer aislada y confinada en áreas de bloques de vivienda periféricos sin relación alguna con ningún otro tipo de actividades y especialmente las productivas. Posteriormente, tras la segunda guerra mundial y hasta los años 70 se repite la misma situación que ocurría en el siglo XIX. Durante la guerra las mujeres trabajaban en los países aliados sustituyendo la mano de obra masculina en una industria fordista. Sin embargo al acabar la guerra se plantea de nuevo un modelo 9    

suburbano periférico para dirigir el crecimiento de las ciudades. Las mujeres, tal y como nos indica por ejemplo Beatriz Colomina, volverían al hogar tras la guerra en un universo lleno de nuevos electrodomésticos y aparatos pensados para hacerle su trabajo más cómodo y llevadero (Colomina, 2007). Asimismo se apuesta por el coche como medio principal de transporte y estructurador de la ciudad, encontrándonos con una ciudad basada en las infraestructuras en la que la mujer se encuentra aislada en áreas residenciales sin forma de trasladarse. “En nuestro país, el primer paso que se dio en favor de erradicar la violencia contra la mujer fue la conferencia mundial del Año Internacional de la Mujer, celebrada en 1975 en Ciudad México, porque aunque no hizo hincapié en la violencia contra la mujer en la familia, adoptó un plan mundial de acción para que las mujeres disfrutaran de iguales derechos, oportunidades y responsabilidades y contribuyeran al proceso de desarrollo en pie de igualdad con los hombres.”(ONU, 2005). En el marco correspondiente a los derechos de la mujer encontramos como uno de los primeros signos de reconocimiento de la mujer es su derecho a votar y ser votadas, por ello ha sido largo y difícil el camino que las mujeres hemos recorrido para lograr el reconocimiento de nuestros derechos fundamentales entre ellos los derechos políticos y en consecuencia el derecho del sufragio. El 17 de octubre de 1953 apareció en el Diario Oficial de la Federación un decreto en el que se anunciaba que las mujeres tendrían derecho a votar y ser votadas para puestos de elección popular. Este decreto fue el producto de una larga lucha. En México los primeros antecedentes exitosos del voto datan de 1923 en Yucatán, aunque hubo peticiones desde 1916. Yucatán reconoció el voto tanto municipal como estatal en 1923, con tres mujeres electas para diputadas al congreso estatal: Elvia Carrillo Puerto, Raquel Dzib y Beatriz Peniche de Ponce; además Rosa Torre fue electa para regidora en el ayuntamiento de Mérida. Sin embargo, cuando el gobernador Felipe Carrillo Puerto murió asesinado en 1924, las cuatro tuvieron que dejar sus puestos. 10    

En San Luis Potosí, las mujeres obtuvieron el derecho a participar en las elecciones municipales en 1924 y en las estatales en 1925 pero este derecho se perdió al año siguiente. En Chiapas, se reconoció el derecho a votar a las mujeres en 1925. En 1937 Lázaro Cárdenas envió una iniciativa de reforma al artículo 34 de la Constitución, que permitiría votar a las mujeres. La iniciativa fue aprobada por ambas cámaras y por las legislaturas de los estados, sólo faltaba el cómputo y la declaratoria para su vigencia. Esta parte nunca se concluyó porque dentro del Partido Nacional Revolucionario, antecedente directo del PRI, se argumentó que el voto de las mujeres “podría verse influenciado por los curas”. Diez años después, el 17 de febrero de 1947 durante la presidencia de Miguel Alemán se publicó en el Diario Oficial la reforma al artículo 115 de la Constitución que concedía a las mujeres el derecho de votar pero sólo en las elecciones municipales. Esta medida se consideró como un gran avance ya que les daba un lugar a las mujeres en la vida política del país aunque fuera uno muy restringido. En una de las primeras jornadas electorales en Chiapas a finales de ese mismo año, la mujer mexicana finalmente ejerció éste derecho. (Galeana 2003).

2.

Conceptualización de la violencia de género

La violencia se expresa en múltiples manifestaciones, entre ellas, la violencia familiar, sexual y contra las mujeres, basada en la inequidad de género, afecta a todos los grupos de la población independientemente de sus características sociales, económicas, religiosas, educativas o étnicas. En el ámbito de la salud, concretamente, se constituye como un factor de riesgo que ocasiona numerosos y serios problemas en la salud física, mental, sexual y reproductiva de los individuos y de las sociedades, tanto en el plano de lo inmediato como en el largo plazo.

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En las últimas décadas se ha registrado un creciente reconocimiento del fenómeno de la violencia contra las mujeres y el tema se ha ubicado en un lugar destacado en la agenda internacional. Prácticamente todos los organismos multilaterales dedicados a la salud, a los derechos humanos y al desarrollo económico y social se han ocupado, cada uno desde los límites de sus propios mandatos y vocaciones, de este problema. Todos estos organismos coinciden en que la violencia contra la mujer es una de las variantes más perniciosas y expandidas de la violencia y subrayan que es consecuencia de la aplicación de estructuras sociales sexuadas de dominación. Desde 1993, año en que se aprobó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (ONU) y en la que se reconoció que este tipo de violencia constituye uno de los mecanismos sociales fundamentales por los que se fuerza a la mujer a una situación de subordinación con respecto al hombre, se ha ido fortaleciendo su abordaje. Más recientemente, la violencia contra la mujer fue objeto de atención como problema de salud pública y fue reconocido como tal por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Banco Mundial y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP), entre otros. Desde esta perspectiva, la violencia contra la mujer se traduce en muertes, enfermedad y disminución en la calidad de vida. El análisis parte de que se trata de un evento predecible y por lo tanto prevenible para controlarlo y contribuir a su disminución. Lo anterior implica la identificación de grupos con mayor vulnerabilidad y la elaboración de estrategias de prevención y atención. México, como parte de la comunidad internacional, reconoce que las mujeres tienen derecho a una vida digna y sin violencia, independientemente de su edad o condición social. (Programa de Prevención y Atención de la Violencia Familiar, Sexual y contra las mujeres, 2005)

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En el país, el propósito de combatir la violencia familiar, sexual y contra las mujeres representa para las diferentes instituciones un imperativo frente al cual tienen la obligación de responder. Sobre este particular, la Secretaría de Salud a través del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, se ha propuesto desarrollar un programa específico, que considera: •

El diseño y conducción de las estrategias y acciones que desde el sector

salud se desarrollen para prevenir, atender y limitar el daño asociado a casos de violencia familiar, sexual y contra las mujeres. •

El establecimiento de los mecanismos de coordinación con el resto de las

instituciones, de gobierno o de la sociedad civil, responsables o capaces de proporcionar otro tipo de servicios a las víctimas de violencia tales como asesoría legal, refugios, asesoría y apoyo laboral y procuración de justicia, entre otros.

a)

Marco conceptual – definiciones

La violencia familiar, sexual y contra las mujeres no podría comprenderse si se la separa de las pautas culturales que sitúan a la mujer en una posición subordinada con respecto al hombre y de la estructura social que le da legitimidad y ayuda a perpetuarla. Las normas y los valores relacionados con los géneros mantienen y refuerzan la violencia contra la mujer. De acuerdo a la Asamblea General de las Naciones Unidas, la violencia contra las mujeres se define como “Todo acto de violencia basado en el género que resulte o tenga probabilidad de resultar, en daño físico, sexual o psicológico o de sufrimiento de la mujer e inclusive la amenaza de cometer esos actos, la coerción y la privación arbitraria de la libertad sea que ocurran en la vida pública o en la vida privada”. (ONU, 1993:444)

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La violencia familiar, como problema que atañe, entre otros, a la salud de las personas y al desarrollo de la familia, se define, para el actuar del sector salud en la Norma Oficial Mexicana NOM-190-SSA1-1999 Criterios para la atención médica de la violencia familiar., como "el acto u omisión único o repetitivo, cometido por un miembro de la familia, en relación de poder -en función del sexo, la edad o la condición física-, en contra de otro u otros integrantes de la misma, sin importar el espacio físico donde ocurra el maltrato físico, psicológico, sexual o abandono". Es de señalar que en este marco conceptual, se establecen cuatro aspectos básicos de violencia familiar, que pueden presentarse aislados o simultáneos, mismos que para la prestación de servicios de salud deben entenderse como (Programa de Prevención y Atención de la Violencia Familiar, Sexual y contra las mujeres, 2005): Abandono: “al acto de desamparo injustificado hacia uno o varios miembros de la familia con los que se tienen obligaciones que derivan de las disposiciones legales y que ponen en peligro la salud”. Maltrato físico: "el acto de agresión que causa daño físico". Maltrato psicológico: "la acción u omisión que provoca, en quien lo recibe alteraciones psicológicas o trastornos psiquiátricos". Maltrato sexual: "la acción u omisión mediante la cual se induce o se impone la realización de prácticas sexuales no deseadas o respecto de las cuales se tiene incapacidad para consentir". Esta norma es de aplicación obligatoria para todas las instituciones del Sistema Nacional de Salud e incluye la promoción, protección y restauración de la salud física y mental a través del tratamiento, tanto de las víctimas como de los probables agresores.

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b)

Enfoque de género y violencia

La violencia familiar es legitimada por las normas y estructuras que establece cada grupo social y que ayudan a perpetuarla. En este sentido, las ciencias sociales desarrollaron el enfoque de género, con el fin de lograr mejores y más adecuadas herramientas para conocer y analizar la desigualdad social entre hombres y mujeres, con ello aportan elementos de análisis para impugnar la inequidad como “algo natural”. El enfoque de género es, básicamente, la observación analítica de los hechos y procesos sociales con énfasis en asimetrías, desigualdades, inequidades y exclusiones resultantes de concepciones y valores de las condiciones femenina y masculina. Este enfoque implica diferenciar entre sexo, como la condición biológica o lo “natural” y género como la construcción aprendida o lo “cultural. El estudio de condicionantes como temperamento, habilidades, papeles sociales, derechos y responsabilidades como productos de la construcción cultural, rebasa las diferencias biológicamente determinadas y genera la posibilidad de que las discrepancias entre ser hombres o mujeres, sean revisadas y modificadas para disminuir inequidades. Pero aún más, permite la ubicación de la identidad de género en una estructura social jerarquizada con predominio masculino que da lugar a la discriminación, opresión y violencia contra las mujeres, para ofrecer alternativas en busca de relaciones más equitativas. La violencia contra la mujer es una clara manifestación de abuso sustentado en el poder y control, que se manifiesta en diferentes ámbitos: Doméstico, ejercida comúnmente por un familiar o una pareja íntima; Institucional donde los puestos de mayor importancia son asignados, mayoritariamente a los hombres, las remuneraciones son menores para las mujeres aun cuando tengan idénticas responsabilidades, y en donde ellas viven acoso sexual con mayor frecuencia, y Comunitario en el que los usos y costumbres de las comunidades atentan contra la salud mental y o física Efectos de la violencia familiar, sexual y contra las mujeres en la salud. 15    

De acuerdo con un reciente informe de la Organización Panamericana de la Salud, (OPS) independientemente del tipo de violencia, los efectos del maltrato persisten mucho tiempo después que éste ha cesado, y con el transcurso del tiempo el daño que ocasiona se va acumulando y produce considerables padecimientos y consecuencias negativas para la salud En la salud física, la violencia familiar y/o sexual produce en las mujeres daños importantes que van desde heridas y hematomas hasta lesiones graves que pueden causar incapacidad transitoria, permanente y hasta la muerte. Sin embargo las lesiones físicas inmediatas no son las únicas consecuencias que sufren las mujeres, a estas hay que añadirles los múltiples padecimientos que esta situación puede ocasionar. Cuando se analiza como factor de riesgo, se puede comprender con mayor claridad la presencia de patologías relacionadas con abandono, desgaste físico y mental. El antecedente de vivir o haber vivido en situaciones de violencia aumenta el riesgo de sufrir una amplia variedad de enfermedades y afecciones, en comparación con quienes no la han padecido, y favorece comportamientos nocivos, como el hábito de fumar, abuso de alcohol y uso de drogas, lo que provoca un daño físico directo en la salud. Comprender la fisiopatología en estos casos y sus múltiples consecuencias, permite conocer el impacto real que tiene la violencia en la salud y en la vida de las mujeres. Otro aspecto que se encuentra especialmente afectado en estos casos es la salud sexual y reproductiva, la violencia durante el embarazo se asocia con abortos, muerte fetal, parto prematuro y lesiones fetales o del recién nacido y con bajo peso al nacer. En México, un estudio en el Hospital Civil de Cuernavaca, mujeres maltratadas, comparativamente con hijos de mujeres sin maltrato durante el embarazo (Valdez y Sanin, 1996). En cuanto a trastornos ginecológicos, estudios sobre el dolor pélvico crónico en mujeres, muestran que estos casos tienen más probabilidad de contar con

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antecedentes de abuso sexual en la niñez, agresión sexual, y abuso físico y sexual por parte del compañero. En lo referente a la prevención de las infecciones de transmisión sexual, la violencia se constituye como factor ya que la capacidad de las mujeres para practicar o negociar el sexo seguro y/o protegido, se encuentra obstruida y las coloca en riesgo de embarazos no deseados y de contraer infecciones de transmisión sexual, incluyendo el VIH/SIDA.. El carácter permanente y crónico de la violencia hace que sus consecuencias en la salud mental sean de gran magnitud. Cuando la agresión es cíclica, como suele ser la de pareja, sus efectos en la salud mental son aún más serios que los efectos físicos. La experiencia del abuso suele destruir la autoestima de la mujer y la pone en mayor riesgo de problemas como: depresión, trastorno de estrés posttraumático, abuso de alcohol, de drogas y suicidio. Depresión. Como problema de salud cada vez más reconocido en todo el mundo, es importante señalar que de acuerdo con estudios en Australia, Nicaragua, Pakistán y los Estados Unidos, las mujeres que sufren abuso infligido por la pareja sufren más depresión, ansiedad y fobias. Trastorno de estrés post-traumático. Trastorno de ansiedad agudo que puede ocurrir cuando una persona atraviesa o presencia un acontecimiento traumático en el que siente una impotencia abrumadora, amenaza de muerte o lesión; algunas de las causas más comunes de este desorden, especialmente en mujeres, son: la violación, el abuso sexual en la niñez y la violencia en el hogar. Uso de alcohol y de drogas. Las víctimas de violencia por parte de su pareja o que han sufrido agresión durante la niñez, tienen más probabilidades de abusar del alcohol y las drogas, aún después de controlar otros factores de riesgo como uso anterior de drogas, ambiente familiar violento, o alcoholismo de los progenitores.

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Suicidio. Investigaciones efectuadas en los Estados Unidos, Nicaragua y Suiza, muestran que las mujeres víctimas de violencia familiar corren un riesgo mayor de intento de suicidio, como consecuencia de las limitadas opciones de que disponen algunas mujeres para resolver su situación.

c)

Indicadores más relevantes

Las estimaciones más precisas de la prevalencia de la violencia de pareja y la violencia sexual en entornos sin conflictos son las proporcionadas por encuestas poblacionales basadas en el testimonio de las víctimas. En un estudio de la (OMS, 2012) sobre la salud de la mujer y la violencia doméstica contra la mujer (WHO multi-country study on women’s health and domestic violence against women) realizado en 10 países, en su mayoría en desarrollo, se observó que en las mujeres de 15 a 49 años: •

Entre el 15% de ellas en el Japón y el 70% en Etiopía y el Perú referían

haber sufrido a lo largo de su vida violencia física o sexual perpetrada por su pareja; •

Entre un 0,3% y un 11,5% referían haber sufrido violencia sexual

perpetrada por alguien que no era su pareja después de cumplidos 15 años; •

La primera experiencia sexual había sido forzada en muchos casos (17%

en la Tanzanía rural, 24% en el Perú rural, y 30% en zonas rurales de Bangladesh). La violencia de pareja y la violencia sexual son perpetradas en su mayoría por hombres contra mujeres y niñas. El abuso sexual infantil afecta a niños y niñas. En los estudios internacionales realizados, aproximadamente el 20% de las mujeres y el 5%-10% de los hombres refieren haber sido víctimas de violencia sexual en la infancia.

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Los estudios poblacionales sobre la violencia en las relaciones entre los jóvenes indican que este problema afecta a una proporción considerable de la población joven. Por ejemplo, en un estudio realizado en Sudáfrica entre personas de 13 a 23 años, el 42% de las mujeres y el 38% de los hombres refirieron haber sido víctimas de violencia física en el noviazgo. (OMS, 2012). Diversas encuestas mundiales sugieren que la mitad de todas las mujeres que mueren de homicidio son asesinadas por su esposo o pareja actual o anterior. • En Australia, Canadá, Israel, Sudáfrica y los Estados Unidos, entre el 40 y 70 por ciento de las mujeres víctimas de asesinato fueron matadas por sus parejas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2012). • En Colombia, cada seis días se reporta una mujer asesinada por su pareja o pareja anterior. La violencia psicológica o emocional por parte de parejas íntimas también es muy extensa. La violencia psicológica o emocional por parte de parejas íntimas también es muy extensa. • En la República Democrática del Congo se reportan aproximadamente 1,100 violaciones al mes, con un promedio de 36 mujeres y niñas violadas cada día. Se cree que más de 200,000 mujeres han sufrido de violencia sexual en ese país desde que inició el conflicto armado.

3.

La problemática en México

Estudios hechos en 35 países indican que de una cuarta parte a la mitad de todas las mujeres han experimentado violencia física de parte de su pareja actual o anterior. Las investigaciones demuestran sistemáticamente que una mujer tiene mayor probabilidad de ser lastimada, violada o asesinada por su compañero actual o anterior que por cualquier otra persona36. En distintas partes del mundo, según

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la OMS, por lo menos una de cada cinco mujeres ha sido violada o agredida sexualmente (OMS, 2012). En América, las causas externas (traumatismos, envenenamiento, accidentes, suicidio, homicidio) son las responsables de 51.7% de las muertes de hombres y 24.5% de las de mujeres. En los primeros, la causa externa más importante es el homicidio, que representa 39.5% del total, mientras que los “feminicidios” (homicidios femeninos) constituyen la segunda causa externa de muerte, con 23.2% del total (OPS, 1998). Al respecto se sabe que, el homicidio de mujeres se asocia con antecedentes de violencia familiar y una elevada proporción son ocasionados por sus parejas o personas con quienes habían tenido intimidad39, sucesos que en su mayoría ocurren en torno al momento en que la mujer decide buscar ayuda o abandonar a su agresor. Con la finalidad de obtener un panorama más amplio y preciso sobre la magnitud del problema de la violencia contra las mujeres en México, se aplicó la Encuesta Nacional de Violencia contra las Mujeres (2003), estudio representativo a nivel nacional realizado con mujeres de 15 años y más que solicitaron servicios preventivos o curativos de salud en clínicas o centros de primer nivel de atención así como en hospitales generales de las tres principales instituciones del sector (Secretaría de Salud, IMSS e ISSSTE) y que aceptaron participar en el mismo., La encuesta presentó los siguientes resultados: El 37% de las mujeres usuarias de los servicios de salud, manifestó haber sufrido violencia por parte de su pareja en algún momento de su vida. El 22% de las mujeres usuarias de los servicios de salud, declaró estar viviendo una situación de violencia por parte de su pareja en el momento de aplicarse la encuesta. El 16.8% declaró haber sufrido abuso sexual en algún momento de su vida.

20    

El 25% de las mujeres maltratadas nunca lo comentó con el personal de salud, principalmente porque no sintió confianza. a)

Problemática de la violencia de género

Al margen de un nuevo sexenio político de nuestro país y en Guanajuato podemos presumir que hemos asumido compromisos sociales y de salud pública en el tema de la violencia contra las mujeres como es el caso de la firma y la ratificación de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres (CEDAW 1979) y la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer (Belem Do Pará 1994). Respondiendo a estos mecanismos internacionales de derechos humanos de las mujeres y aún compromiso político, en México se han promulgado las siguientes leyes: Ley General para la Igualdad entre las mujeres y hombres, Ley General de Acceso a una Vida Libre de Violencia, y la Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas, Ley General de Víctimas. Derivado de ello en el estado de Guanajuato contamos con Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia Para el Estado de Guanajuato, Ley de Atención y Apoyo a la Víctima y al Ofendido del Delito del Estado de Guanajuato, Ley para la Igualdad entre mujeres y hombres en el estado de Guanajuato, Ley para Prevenir, Atender y Erradicar la Violencia en el Estado de Guanajuato. Además del siguiente marco jurídico que nos brinda protección a este tema y otros en general como lo son: •

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos



Código Penal Federal.



Código Penal Federal.



Código Penal del Estado de Guanajuato.



Ley del Proceso Penal para el Estado de Guanajuato.



Ley para la Protección de los Derechos Humanos en el Estado de

Guanajuato. 21    



Ley para la Protección de los Derechos Humanos en el Estado de

Guanajuato. •

Norma Oficial Mexicana NOM--046-SSA2-2005. Violencia Familiar, Sexual y

Contra las Mujeres. Criterios para la Prevención y Atención. Aún con todo este blindaje jurídico la violencia en contra de las mujeres no cesa y sigue presente dentro de ámbitos privados como es la familia, el lugar donde laboran las mujeres, así como lugares públicos como son sus propias comunidades que lejos

de poder significar espacios donde la mujer logre su

máximo desarrollo humano, son espacios que las privatizan de sus derechos, violan sus garantías y violentan día con día desde cualquier modalidad su género. Ahora bien, desde el punto de vista internacional y partiendo de las múltiples dimensiones del problema; en nuestro país se ha adoptado la siguiente definición de violencia contra las mujeres, de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer: “La violencia contra la mujer es cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado”. Por su parte, UNIMEM establece que la violencia contra las mujeres: “Es consecuencia del orden de género que se establece en la sociedad, orden socialmente construido que determina una jerarquía y poder distintos para ambos sexos. La discriminación y la violencia hacia las mujeres es aceptada socialmente porque forma parte del sistema social establecido”. Por lo tanto, es importante destacar que la violencia contra las mujeres constituye un obstáculo para la igualdad y un problema de justicia que debe ser considerado como una prioridad por sus graves implicaciones físicas, emocionales y sociales; por lo tanto para este trabajo la violencia de género la entenderemos como: “ Una violencia estructural que se dirige contra las mujeres con el objetivo de perturbar el sistema de jerarquías impuesto por la cultura hegemónica, con el objeto de mantener o incrementar la subordinación de las mujeres al género masculino” 22    

De tal forma, la violencia de género se puede manifestar de diversas formas y nunca se da de forma aislada. A continuación hare una breve exposición de los diferentes tipos de violencia que viven las mujeres. b)

Tipos de Violencia

I. Violencia psicológica: cualquier acto u omisión que dañe la estabilidad psicológica o emocional de la mujer consistente en negligencia, abandono, descuido reiterado, celotipia, insultos, humillaciones, devaluación, marginación, indiferencia, infidelidad, comparaciones destructivas, rechazo, restricción a la autodeterminación y amenazas, las cuales conducen a la víctima a la depresión, al aislamiento, a la devaluación de su autoestima e incluso al suicidio; (Art. 5 LAMVLV, Cap. II). II. Violencia física: cualquier acto material, no accidental, que inflige daño a la mujer a través del uso de la fuerza física, sustancias, armas u objetos, que puede provocar o no lesiones, ya sean internas, externas o ambas; (Art. 5 LAMVLV, Cap. II). III. Violencia patrimonial: cualquier acto u omisión que afecta la supervivencia de la víctima. Se manifiesta en la transformación, sustracción, destrucción, limitación, retención o distracción de objetos, documentos personales, bienes, valores, derechos patrimoniales o recursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades, y puede abarcar los daños a los bienes comunes o propios de la víctima; (Art. 5 LAMVLV, Cap. II). IV. Violencia económica: es toda acción u omisión del agresor que afecta la economía de la víctima. Se manifiesta a través de limitaciones encaminadas a controlar el ingreso de sus percepciones económicas, así como la percepción de un salario menor por igual trabajo, dentro de un mismo centro laboral; también se considera como tal el incumplimiento de obligaciones de asistencia familiar; (Art. 5 LAMVLV, Cap. II).

23    

V. Violencia sexual: cualquier acto de contenido sexual que amenaza, degrada o daña el cuerpo o la sexualidad de la víctima, o ambas, que atenta contra su libertad, dignidad, seguridad sexual o integridad física, que implica el abuso de poder y la supremacía sobre la víctima, al denigrarla y concebirla como objeto; (Art. 5 LAMVLV, Cap. II). VI. Violencia laboral: la negativa ilegal a contratar a la víctima o a respetar su permanencia o condiciones generales de trabajo; la descalificación del trabajo realizado, las amenazas, la intimidación, las humillaciones, la explotación y todo tipo de discriminación por condición de género; (Art. 5 LAMVLV, Cap. II). VII. Violencia docente: aquellas conductas que dañen la autoestima de las alumnas con actos de discriminación por su sexo, edad, condición social, académica, limitaciones o características físicas, que les infligen maestras o maestros; (Art. 5 LAMVLV, Cap. II). VIII. Violencia obstétrica: es todo acto u omisión intencional, por parte del personal de salud, que dañe, lastime o denigre a la mujer durante el embarazo y parto, así como la negligencia en su atención médica; (Art. 5 LAMVLV, Cap. II). IX. Violencia feminicida: es la forma extrema de violencia de género contra las mujeres, producto de la violación de sus derechos humanos, en los ámbitos público y privado, conformada por el conjunto de conductas misóginas que pueden conllevar impunidad social y del Estado y puede culminar en homicidio y otras formas de muerte violenta de mujeres; y (Art. 5 LAMVLV, Cap. II). X. Cualquier otra forma análoga que lesione o sea susceptible de dañar la dignidad, integridad o libertad de las mujeres. c)

Ámbito de violencia

I. Familiar: es cualquier tipo de violencia que se ejerce contra la mujer por personas con quien se tenga o haya tenido relación de parentesco por consanguinidad o afinidad, de matrimonio, concubinato o análoga o aún no teniendo alguna de las calidades anteriores habite de manera permanente en el 24    

mismo domicilio de la víctima, mantengan o hayan mantenido una relación de hecho; (Art. 6 LAMVLV, Cap. II). II. Laboral y docente: es la que se ejerce por las personas que tienen un vínculo laboral, docente o análogo con la víctima, independientemente de la relación jerárquica. Puede consistir en un solo evento dañino o en una serie de eventos cuya suma produce el daño. También incluye el acoso y el hostigamiento sexual; (Art. 6 LAMVLV, Cap. II). III. En la comunidad: es cualquier tipo de violencia contra la mujer cometida en el ámbito público; y (Art. 6 LAMVLV, Cap. II). IV. Institucional: es cualquier tipo de violencia contra la mujer consistente en actos u omisiones cometidos por los servidores públicos de cualquier orden de gobierno. (Art. 6 LAMVLV, Cap. II).

Otras definiciones relevantes para este trabajo son: Agresor: la persona que inflige cualquier tipo de violencia contra las mujeres (Art. 2 LAVLV). Derechos humanos de las mujeres: los derechos que son parte inalienable, integrante e indivisible de los derechos humanos universales contenidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, la Convención sobre los Derechos del Niño, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de Viena y demás instrumentos y acuerdos internacionales en la materia firmados por el Presidente de la República y ratificados por el Senado. (Art. 2 LAVLV).

25    

Perspectiva de género: la visión científica, analítica y política sobre las mujeres y los hombres, que propone eliminar las causas de la opresión de género como la desigualdad, la injusticia y la jerarquización de las personas basada en el género. Promueve la igualdad, la equidad, el adelanto y el bienestar de las mujeres; contribuye a construir una sociedad en donde las mujeres y los hombres tengan el mismo valor, la igualdad de derechos y oportunidades, para acceder al desarrollo social y la representación en los ámbitos de toma de decisiones. (Art. 2 LAVLV). Víctima: la mujer de cualquier edad a quien se le inflige cualquier tipo de violencia, así como sus familiares o personas que tengan o hayan tenido relación o convivencia con la misma y que sufran, hayan sufrido o se encuentren en situación de riesgo por motivo de la violencia ejercida en su contra; (Art. 2 LAVLV).

26    

JUSTIFICACIÓN

FINALIDAD DEL PROGRAMA La finalidad del programa es integrar acciones para prevenir la violencia contra la mujer en San Francisco del Rincón, Guanajuato. OBJETIVO DEL PROGRAMA El objetivo será que a partir del diagnóstico participativo llevado a cabo por la Universidad de La Salle Bajío, se propongan acciones a corto, mediano y largo plazo para prevenir y atender la violencia hacia la mujer en dicho municipio.

1.

DIAGNÓSTICO DE LA PROBLEMÁTICA

a)

Marco contextual

El municipio de San Francisco del Rincón, debido a su actividad económica, se le considera la capital mundial del sombrero y la capital nacional del calzado deportivo; se encuentra ubicado en la parte oeste u occidental del Estado de Guanajuato; con sus 517.70 km2 representa el 1.69% de la superficie total del Estado; colinda al norte con Purísima del Rincón y León, Guanajuato; al oriente con León y Romita; al sur con Romita y Manuel Doblado, y al occidente con Purísima del Rincón. Se encuentra a 1,750 metros sobre el nivel del mar. Más del 90% de sus habitantes practican la religión católica; la oferta educativa está prácticamente cubierta al 100 % con 213 escuelas, desde inicial hasta profesional. El municipio está ampliamente comunicado a través de carreteras, vías férreas y los modernos sistemas de enlace satelital.

27    

El presente trabajo de investigación se realizó en convenio con las autoridades municipales y la Universidad De La Salle Bajío, recibiendo apoyo financiero del programa SUBSEMUN 2013 de la Secretaría de Gobernación.

METODOLOGIA b)

Metodología de trabajo: Investigación Participativa

La principal herramienta metodológica fue la Investigación Participativa (IP). El diagnóstico participativo basado en esta metodología, es el proceso social a través del cual se promueve la participación directa de los diferentes actores y sus familias, en la identificación, caracterización, y jerarquización de los problemas económicos y sociales, que afectan a sus comunidades como un todo y que se requiere intervenir en un momento determinado, con la participación de los ciudadanos y las comunidades organizadas. (Rivas y Donovan, 2001)

La IP se define como una propuesta metodológica inserta en una estrategia de acción definida, que involucra a los/las beneficiarios/as de la misma en la producción de conocimientos. Según Gajardo (1985), las bases operativas y conceptuales de la IP, son: a)

El punto de partida es la realidad concreta de los grupos con que se trabaja.

b)

La lucha por establecer relaciones horizontales y antiautoritarias.

c)

La prioridad de los mecanismos democráticos en la división del trabajo.

d)

El impulso de los procesos de aprendizaje colectivo, a través de los grupos.

e)

El reconocimiento de las implicaciones políticas e ideológicas subyacentes

a cualquier práctica social.

28    

f)

El estímulo a la movilización de grupos y organizaciones para la

transformación de la realidad social, o para acciones en beneficio de la misma comunidad. g)

El énfasis a la producción y comunicación de conocimientos.

En síntesis, el objetivo de la IP es la transformación de la realidad social y mejora del nivel de vida de las personas inmersas en esa realidad, a través de la implicación y la participación de la propia comunidad beneficiaria. (Gajardo, 1985)

Un diagnóstico participativo permite: •Conocer mejor la propia realidad, los problemas y sus causas, dando especial relevancia al punto de vista de quienes viven esa realidad. •Seleccionar áreas de intervención de acuerdo a criterios comunes de priorización. •Motiva a la comunidad hacia la búsqueda de soluciones viables. •Levanta propuestas de solución compartidas entre la comunidad

y las

instituciones públicas y privadas El procedimiento general para llevar a cabo un diagnóstico basado en la investigación participativa consiste, de manera general, en los siguientes pasos: Primer Paso: Identificar el problema Central Extracción de información a través de fuentes primarias y secundarias, considerando la gravedad y urgencia del problema, la cantidad de personas afectadas y el grado de disposición de la comunidad a movilizarse para la búsqueda de soluciones al problema (recursos disponibles).

29    

Segundo Paso: Plan de Trabajo del Diagnóstico 1.-Constituir un equipo de trabajo que conducirá todo el proceso de diagnóstico. 2.- Delimitar el área geográfica de la intervención que se va a diagnosticar. 3.- Definir los objetivos generales y específicos de la investigación participación 4.- Definir las técnicas que se usaran para recolectar la información. 5.- Establecer un cronograma de trabajo con plazos específicos. 6.- Cuantificar, en un presupuesto, los costos que significaran, desarrollar el diagnóstico. Tercer Paso: Realizar el diagnóstico Elaboración como tal del diagnóstico considerando los efectos, problemas y causas. Cuarto Paso: Mapeo de Actores Se realiza el mapeo de actores con instituciones y programas que atienden la problemática bajo estudio. Quinto Paso: Diseño de programa Diseño de Programa de intervención para atender la problemática detectada. El Diseño Narrativo es donde el investigador recolecta datos sobre historias de vida y experiencias de ciertas personas para describirlas y analizarlas. Resulta de interés el individuo y su entorno. (Sampieri 2010). La técnica “Los Grupos de Enfoque” técnica de estudio empleada en las ciencias de humanidades y en trabajos comerciales que permite conocer y estudiar las opiniones y actitudes de un público determinado. Su método de trabajo consiste en la reunión de un grupo de entre seis y doce personas, más un moderador que será el encargado de hacer las preguntas y 30    

dirigir el encuentro. Para que el trabajo del Focus Group sea eficaz el moderador jamás deberá permitir que el grupo se aleje del tema de estudio. (Sampieri 2010). Lugar de Estudio: El Municipio de San Francisco del Rincón, Gto. México; se encuentra ubicado en la parte oeste u occidental del Estado de Guanajuato; con sus 517.70 km2 representa el 1.69% de la superficie total del Estado; colinda al norte con Purísima del Rincón y León, Guanajuato; al oriente con León y Romita; al sur con Romita y Manuel Doblado, y al occidente con Purísima del Rincón. La Muestra fue No probabilística o dirigida, tratándose de un subgrupo de la población en la que la elección de los elementos no depende de la probabilidad sino de las características de la investigación (Sampieri, 2010) conformados de la siguiente manera: A.

Órgano colegiado intermunicipal de educación media superior de San

Francisco del Rincón. B.

Dos comisiones del H. Ayuntamiento

C.

Consejo de Consulta y Participación Ciudadana en materia de seguridad.

D.

Reunión de instituciones paramunicipales, IMUVI, DIF, COMUDAJ, SAOAF,

UAIP. E.

Polígono uno, conformado por las colonias Santiaguito, La esperanza,

Niños Héroes, Lázaro Cárdenas, Infonavit del Valle y Zona Centro. F.

Asociación civil “Lupe Gómez de la del Moral.

G.

Polígono dos, conformado por la colonia El Llano, Santa Rita, Hidalgo,

Morelos, Santa María, Nva. Santa María. H.

Polígono tres, conformado por las colonias Santiaguito, La Esperanza,

Niños Héroes, Lázaro Cárdenas, Infonavit del Valle y Zona Centro. I.

Secretaria de Salud: C.A.T.A. Probanda, CAIRES

31    

RESULTADOS Resultados del Diagnóstico Participativo De acuerdo a los resultados obtenidos de los Grupos de Enfoque llevados a cabo en el municipio de San Francisco del Rincón con un total de 10 grupos identificados fueron los siguientes: En estas reuniones participaron en total 95 personas; a continuación se presentan una síntesis de las ideas más relevantes que se expresaron a lo largo de las sesiones de trabajo: 1.

Concepto de Violencia

Dentro de las preguntas de exploración la mayoría

coincidió en definir a la

violencia como aquella que se realiza de manera física, es decir “que se ve”, como son “los golpes”; pocas personas manifestaron que la violencia también se puede manifestar de maneras no físicas, como verbal o psicológicamente. 2.

Tipos de Violencia

Algunos lograron reconocer que la violencia se puede manifestar de manera no física, pero sólo hacía referencia a expresiones verbales; muy pocos se refirieron a sus variantes psicológicas, sexual, económica, etc. 3.

Identificación de casos de violencia

La mayoría (un 80%) refirió conocer de algún caso de violencia hacia la mujer; al respecto, algunos participantes comentaron que preferían no hacer nada, ni siquiera reportar el caso por temor a las represarías. 4.

Nivel socioeconómico de la Violencia hacia las mujeres

Aproximadamente la mitad de los participantes refirió que la violencia hacia la mujer se da en niveles socioeconómicos bajos; la otra mitad incluyó, además del nivel bajo, el nivel medio y/o en todos los niveles.

32    

5.

Sobre haber presenciado caso de violencia hacia la mujer

Dos terceras partes de los participantes refirieron haber presenciado, al menos en alguna ocasión, violencia hacia alguna mujer. 6.

Experimentación de la Violencia hacia la mujer en el municipio

Prácticamente el 100% de las personas refirió que en el Municipio de San Francisco del Rincón se vive violencia hacia la mujer, de los cuales en promedio califican a su municipio en una escala del 1 al 10, con 8.7 en este rubro. 7.

Posibles causas de la Violencia hacia las mujeres

Aproximadamente una tercera parte considera que la cultura machista es uno de los factores que generan la violencia hacia la mujer. Otra tercera parte mencionó que el alcoholismo y la drogadicción son otros de los factores que favorecen la violencia hacia la mujer. En menor grado, también se mencionaron aspectos como la economía familiar, la mala educación o el bajo nivel educativo y la mala comunicación. 8.

Acciones que se llevan a cabo ante actos de violencia

Aproximadamente una quinta parte de los participantes desconoce que existen instituciones atienden el problema de la violencia hacia la mujer, sólo una cuarta parte

reconoce a las autoridades como la Secretaria de Seguridad pública o

policías como instituciones que atiendan la problemática, el 70% reconoce que el DIF, es la institución que atiende dicha problemática. 9.

Consideraciones sobre la erradicación del problema de la Violencia

Más de dos terceras partes tienen confianza de que el problema puede ser erradicado algún día. 10.

Factores que pueden contribuir a eliminar el problema

Aproximadamente una cuarta parte consideró que es con la educación como puede erradicarse el problema; el resto mencionó de manera dispersa otros 33    

factores

como

una

sana

convivencia

familiar,

mejora

la

comunicación,

denunciando los casos de violencia, etc. Estas son las ideas más relevantes que se manifestaron durante este programa de diagnóstico y sensibilización, que permite obtener una radiografía aproximada de la problemática que vive actualmente San francisco del Rincón respecto a la violencia de género.

34    

DISCUSIÓN Queda a manera de discusión las siguientes acciones como propuestas de trabajo preventivo en el tema de la violencia hacia la mujer: METAS DEL PROGRAMA ACCIONES

METAS

SELECCIÓN DE LAS ZONAS DE CAPACITACIÓN.

3 ZONAS A CAPACITAR

REALIZAR UN DIRECTORIO DE INSTITUCIONES Y PROGRAMAS A NIVEL ESTATAL Y LOCAL QUE PODRÍAN APROVECHARSE PARA FACILITAR EL ACCESO A LA POBLACIÓN RECEPTORA DE VIOLENCIA

1 DIRECTORIO DE LOS TRES NIVELES, NACIONAL, ESTATAL Y MUNICIPAL

REALIZAR UN DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO SOBRE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES, DESDE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN POLÍGONOS SELECCIONADOS.

1 DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO

CAPACITAR PARA LA SENSIBILIZACIÓN A FUNCIONARIOS QUE ATIENDEN LA PROBLEMÁTICA.

3 SESIONES

REALIZAR UN ANÁLISIS DE LOS GENERADORES DE VIOLENCIA PARA A PARTIR DE ELLO PROPONER UN PROGRAMA PARA SU ATENCIÓN.

1 PROPUESTA DE ATENCIÓN.

DISEÑAR E IMPARTIR UN CURSO ESPECIAL A POLICÍAS.

1 CURSO

ORGANIZAR EL COMITÉ INTERINSTITUCIONAL

1 CARTA CONSTITUTIVA DE LA FORMACIÓN DEL COMITÉ

REALIZAR UNA CAMPAÑA DE DIFUSIÓN PARA LA PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA HACIA LA MUJER.

AUMENTAR EL CONOCIMIENTO QUE LA POBLACIÓN TIENE SOBRE EL PROBLEMA

DISEÑAR UNA ESTRATEGIA INTERINSTITUCIONAL DE PREVENCIÓN (CON INFRAESTRUCTURA Y RECURSOS HUMANOS)

1 DOCUMENTO QUE CONTENGA LA ESTRATEGIA DE ATENCIÓN CONJUNTA

ELABORAR UN PROYECTO EN CONVENIO CON LA UNIVERSIDAD Y OBTENER FINANCIAMIENTO INTERNACIONAL

1 DOCUMENTO QUE CONTENGA EL PROYECTO

ESTABLECER UN CONVENIO DE ATENCIÓN A VÍCTIMAS CON EL CENTRO DESARROLLO HUMANO PARA LA COMUNIDAD DE LA SALLE

1 DOCUMENTO QUE CONTENGA EL CONVENIO DE ATENCIÓN A VICTIMAS

ACCIONES

METAS

MANTENER CONVENIOS CON INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR PARA REALIZAR INVESTIGACIONES E INTERVENCIONES DE MANERA PERMANENTE EN LOS DIFERENTES NIVELES

1 DOCUMENTO QUE CONTENGA LOS DOCUMENTOS ESTABLECIDOS

35    

FORMAR GRUPOS DE AUTOAYUDA

DISEÑAR PROGRAMA DE EMPRENDIMIENTO PARA MUJERES VÍCTIMAS QUE LES PERMITA INDEPENDENCIA ECONÓMICA

FORMACIÓN DE UN GRUPO CON 20 PARTICIPANTES

1 PROGRAMA DE EMPRENDIMIENTO

DISEÑAR PROGRAMA DE ATENCIÓN A VICTIMARIOS

1 PROGRAMA DE EMPRENDIMIENTO PARA UN GRUPO DEL AL MENOS 20 HOMBRES

IMPLEMENTAR PROGRAMA DE EMPRENDIMIENTO PARA MUJERES VICTIMAS QUE LES PERMITA INDEPENDENCIA ECONÓMICA

GRUPO DEL AL MENOS 20 MUJERES

IMPLEMENTAR EL PROGRAMA DE ATENCIÓN A VÍCTIMAS

GRUPO DEL AL MENOS 20 MUJERES

ATRAER RECURSOS PARA EL FORTALECIMIENTO DE INFRAESTRUCTURA Y DEL CAPITAL HUMANO EN TODOS LOS NIVELES

1 DOCUMENTO QUE CONTENGA EL CONVENIO DE FORTALECIMIENTO A LA INFRAESTRUCTURA Y EL CAPITAL HUMANO

CREAR UN CENTRO DE ATENCIÓN A GENERADORES DE VIOLENCIA

ATENCIÓN DE AL MENOS EL 50% DE LOS GENERADORES DE VIOLENCIA DEL MUNICIPIO

BENEFICIARIOS Los beneficiarios directos serán las mujeres de San Francisco del Rincón, y los beneficiarios indirectos será la ciudadanía en general de dicho municipio.

PRODUCTOS A ENTREGAR Los productos a entregar será un manual de capacitación en temas de prevención de la violencia hacia la mujer, con cartas descriptivas, encuestas de entrada y de salida, y folletos informativos a entregar a la población en general y material audiovisual para la capacitación.

36    

Así mismo se entregará un programa de acciones a realizar a mediano y largo plazo. PLANEACIÓN DE ACCIONES: a)

A corto plazo ACCIONES EN EL PRIMER NIVEL: PREVENCIÓN Y DETECCIÓN

Acción 1: Selección de las zonas de capacitación. Se tuvo a bien coordinarse con el municipio, detectando las siguientes zonas de alto riesgo en la problemática de la Violencia contra la Mujer: Zona 1 Colonias que la componen: Purísima Concepción, Renovación, Jardines de San Miguel, Santa Cecilia, El Pípila, Fracc. San Miguel. Zona 2 Colonias que la componen: El Llano, Santa Rita, Hidalgo, Morelos, Santa María, Nva. Santa María. Zona 3 Colonias que la componen: Santiaguito, La Esperanza, Niños Héroes, Lázaro Cárdenas, Infonavit del Valle, Zona Centro. Acción 2: Directorio de Instituciones y programas a nivel estatal y local que podrían aprovecharse para facilitar el acceso a la población receptora de violencia. (Ver anexo 3) Se realizó una ruta crítica sobre la atención a la violencia contra las mujeres, incluyendo instituciones como son el DIF municipal, la dirección de salud, Instituto de la mujer del municipio, la dirección de seguridad pública del municipio y la procuraduría general del estado, interviniendo en los tres niveles de prevención y atención de la violencia. 37    

Acción 3: Mapeo de actores, instituciones y programas que atienden la problemática en el ámbito local. (Ver anexo 4) Se estudió los programas a nivel nacional y estatal que impactan a nivel municipal, así mismo se revisó la vigencia de los mismos. Acción 4: Elaboración de un manual para la capacitación en temas para prevenir la violencia hacia la mujer. (Ver anexo 10) Se realizó un manual que contiene presentaciones, videos educativos, cartas descriptivas y encuestas de entrada y de salida para la capacitación a funcionarios y población en general. ACCIONES EN SEGUNDO NIVEL: ATENCIÓN A LA VIOLENCIA Acción 1. Diagnóstico participativo sobre la violencia contra las mujeres, desde la perspectiva de género en polígonos seleccionados. (Ver anexo 8) Se detectó por medio de la participación social de los polígonos la problemática que se vive respecto a la violencia contra la mujer buscando sensibilizar a la población sobre dicho tema. Acción 2. Capacitación para la sensibilización a funcionarios que atienden la problemática. (Ver anexo 4) Se llevó a cabo diferentes reuniones con la dirección de salud, DIF municipal y el Instituto Municipal de la Mujer a fin de sensibilizar sobre la problemática de la violencia hacia la mujer. ACCIONES EN TERCER NIVEL: REHABILITACIÓN Única. Realizar un análisis de los generadores de violencia para a partir de ello proponer un programa para su atención. Se llevó a cabo un análisis de las faltas administrativas cometidas durante el 2013, que pudieran desencadenar violencia hacia la mujer, para de esta manera se ubicara un aproximado del tipo de población que genera la violencia en el 38    

municipio, para de esta manera proponer el programa de atención a generadores de violencia. (ver anexo 9) b)

Acciones a mediano plazo ACCIONES EN EL PRIMER NIVEL: PREVENCIÓN Y DETECCIÓN

Acción 1. Curso especial a policías. Se llevará a cabo una capacitación de sensibilización y actualización a policías para prevenir y canalizar la atención de la violencia hacia la mujer. Acción

2.

Diseñar

una

estrategia

interinstitucional

de

prevención

(con

infraestructura y recursos humanos). Considerando los diferentes programas y recursos disponibles en el municipio, diseñar una estrategia interinstitucional de prevención de la violencia en la mujer. Se sugiere que la instancia coordinadora sea el Instituto Municipal de la Mujer; a partir de un documento integrador de toda la información disponible en todos los niveles de gestión, proponer la estrategia que unifique recursos y esfuerzos, para que en su conjunto tengan un mayor impacto en la prevención de este problema. Acción 3. Elaborar un proyecto en convenio con la universidad y obtener financiamiento internacional. Teniendo en cuenta que la falta de recursos es una limitación muy frecuente en la operación de los proyectos sociales, existe la posibilidad de obtener apoyo financiero de las instituciones y fundaciones que apoyan este tipo de causas (ver anexo X). Una de las mejores maneras de obtener estos recursos es a través de convenios con instituciones académicas, que cuentan con los investigadores experimentados para el diseño de los proyectos y llenado de los protocolos, a veces muy complejos, que demandan estas organizaciones.

39    

Acción 4. Establecer un comité que dé continuidad a los programas entre una administración y otra; que dé seguimiento a convenios, que involucre a empresas, etc. Para evitar la interrupción de los programas entre una administración y otra, así como velar por el buen uso de recursos y la operación efectiva de éstos, se sugiere la integración de un comité ciudadano, integrado por representantes de diversas esferas sociales, como empresarios, académicos, profesionistas, OSC, asociaciones

no

lucrativas,

etc.

Este

comité

deberá

ser

establecido

normativamente y reconocido por las autoridades municipales. Acción 5. Diseñar una campaña participativa e interactiva sobre equidad de género y la No-Violencia (Gobierno, escuelas, OSC, etc.). Con la finalidad de apoyar los programas emprendidos para la atención y prevención de la violencia de género, se sugiere diseñar e instrumentar una campaña

que

abarque

las

diferentes

esferas

sociales:

instituciones

gubernamentales, empresas, escuelas, comités ciudadanos, etc. La campaña deberá realizarse a través de todos los medios de comunicación disponibles (radio, televisión, prensa, etc.).

ACCIONES EN SEGUNDO NIVEL: ATENCIÓN A LA VIOLENCIA Acción 1. Establecer un convenio de atención a víctimas con el CEDEHC de La Universidad De La Salle. Existen instituciones que atienden jurídica, médica y psicológicamente a las víctimas de la violencia; sin embargo, la atención psicológica generalmente no es suficiente, por lo que se propone canalizar a las personas que así lo requieran, al Centro de Desarrollo Humano para la Comunidad (CEDEHC), de la Universidad De La Salle Bajío, que ofrecen apoyo emocional y acompañamiento psicológico, terapia familiar y psicodiagnóstico. Habría que establecer el convenio con las organizaciones directamente responsables de la atención a víctimas, a fin de 40    

delimitar adecuadamente los criterios y requisitos que deben cumplir las personas que pueden ser canalizadas a este tipo de centros. Acción 2. Mantener convenios con IES para realizar investigaciones e intervenciones de manera permanente en los diferentes niveles. Las Instituciones de Educación Superior (IES) reconocidas y certificadas, cuentan con personal académico de alto nivel para realizar investigación, por lo que es conveniente acercarse a ellas y establecer convenios para llevar a cabo investigación en este campo; existe diversas fuentes de financiamiento para este tipo de proyectos que pueden adecuarse muy bien a las necesidades sociales de la comunidad en este tipo de problemas. Además, los alumnos de licenciatura y posgrado de diversas carreras pueden realizar intervenciones sistemáticas, a través sus prácticas profesionales, servicio social, actividades de solidaridad social, etc. Acción 3. Formar grupos de autoayuda. Se propone formar grupos de autoyuda, especialmente para quienes han sido víctimas de la violencia. Estos grupos pueden ser conducidos, en primera instancia, por psicólogos especializados en el tema y de manera gradual capacitar y formar a ciudadanos voluntarios que hayan estado participando en estos grupos, para reproducir el modelo de autoayuda y hacer extensivo el apoyo a más personas.

ACCIONES EN TERCER NIVEL: REHABILITACIÓN

Acción 1. Diseño de programas de emprendimiento para mujeres víctimas que les permita independencia económica.

41    

Uno de los factores que limitan a una víctima de la violencia, es su incapacidad para hacerse cargo de la economía del hogar; por tal motivo, una acción fundamental en su rehabilitación, es dotarla de las habilidades y recursos para emprender alguna actividad remunerada que le ayude a ser independiente del victimario. De hecho ya existen varios programas que promueven la actividad empresarial de la mujer, por lo que habría que buscar su vinculación a estos programas de rehabilitación.

Acción 2. Diseñar programas de atención a victimarios o agresores. Generalmente se dedican todos los recursos y esfuerzos en prevenir, atender y rehabilitar a las víctimas, pero poco se hace por quienes las agreden, más allá de ponerlos bajo la supervisión jurídica. Varios países han llevado a cabo programas exitosos para estas personas, lo que contribuye de manera importante a erradicar el problema. Entre las recomendaciones que consideran fundamentales quienes han implementado este tipo de programas, están las siguientes (Guía de Buenas Prácticas para paliar los efectos de la Violencia contra las Mujeres, 2002) •Los programas para los agresores no deben ser utilizados como sustitución de las medidas penales. •En el trabajo a realizar con los agresores, se deberán incluir los mecanismos necesarios para asegurar que, en ningún momento, se pone en peligro la seguridad y el bienestar de las víctimas, objetivos a los que hay que dar prioridad. •De acuerdo con las prioridades expuestas en el punto anterior, la financiación de los programas para los agresores no debe recaer sobre el coste de los servicios para las víctimas, sino sobre otras partidas presupuestarias. Dichos programas sólo podrán llevarse a cabo, si están suficientemente cubiertas las necesidades de las víctimas (servicios de ayuda, casas residentes independientes, etc.)

42    

•Las víctimas de la violencia deben recibir información sobre la estructura del programa y los cambios en el agresor, garantizando siempre la seguridad y confidencialidad de dichas víctimas. •Es preciso establecer mecanismos que garanticen que, si, en algún momento del desarrollo de los programas con los agresores, se produce o se conoce algún riesgo para la confidencialidad o seguridad de las mujeres y sus hijas/os, se informe, con la máxima celeridad, a los organismos implicados, así como a las fuerzas de seguridad. •La conceptualización de la violencia contra las mujeres, por parte de quienes trabajen en estos programas, deberá reconocer que incluye agresiones físicas, psicológicas, sexuales y económicas, así como la conexión que existe entre dicha violencia y otro tipo de comportamientos que se aproximan a ella, como el excesivo control y otros antecedentes del abuso emocional que, a veces, son interpretados,

erróneamente,

como

exageraciones

de

comportamientos

aceptables, dentro de la relación de pareja. •Los programas deben buscar la reeducación de los hombres violentos, a través del cambio de la mentalidad que les condujo a la violencia, enseñando que no tienen derecho a controlar ni agredir a sus (ex) compañeras, objetivo prioritario de la intervención, por encima de otros cambios que pueda necesitar el agresor, como, por ejemplo, el tratamiento contra el abuso del alcohol. •Los programas deberán tener una duración máxima de doce meses, a razón de una sesión semanal, como mínimo, puesto que los programas de corta duración no son suficientes, pudiendo resultar, incluso, peligrosos. Han de comprender tanto trabajo individual como grupal. Este último componente resulta fundamental, para la eficacia del programa. •Es preciso que los programas se basen en investigaciones adecuadas, en función de las cuales se establecen los métodos que pueden ser eficaces, que han sido desarrollados y evaluados en programas anteriores.

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•Se debe llevar a cabo un seguimiento y evaluación de los programas, para asegurarse de que mejoran la seguridad de las mujeres y que son eficaces para cambiar la mentalidad de los hombres. La citada evaluación debe llevarse a cabo utilizando, además del informe personal del agresor, otras fuentes de información, incluyendo, siempre que sea posible, las versiones aportadas por las víctimas y otros tipos de evidencia del cambio que se haya podido lograr. •Los programas para los agresores deben formar parte de una acción coordinada, en la lucha contra la violencia hacia las mujeres, que involucre a la policía, a la justicia, a los servicios que trabajan con las víctimas y a los organismos de bienestar social, para lo cual conviene establecer acuerdos formales de colaboración entre dichos organismos.

c)

Acciones a largo plazo

ACCIONES EN EL PRIMER NIVEL: PREVENCIÓN Y DETECCIÓN

Acción 1. Atraer recursos para el fortalecimiento de infraestructura y del capital humano en todos los niveles.

Una acción que se sugiere para fortalecer los programas de prevención y detección de la violencia en las mujeres, es atraer recursos para el fortalecimiento de infraestructura y del capital humano en todos los niveles. Además del financiamiento de las actividades de investigación, que ya se ha sugerido.

Diversas fundaciones, especialmente internacionales, pueden brindar importantes apoyos económicos para este fin. (Ver anexo 6) 44    

ACCIONES EN TERCER NIVEL: REHABILITACIÓN

Acción 1. Crear un centro de atención a generadores de violencia El Centro de atención a los generadores de violencia estará conformado por un equipo multidisciplinario, integrando profesionistas en la rama de la criminología, psicología y derecho, lo anterior, tendrá consigo una nueva forma de contrarrestar el problema de violencia hacia la mujer, no tratando a la víctima, sino al victimario viéndolo desde un enfoque bio- psico- social, estudiando los factores que lo llevaron a ejercer la violencia contra la mujer y de esta manera disminuir considerablemente la violencia hacia la mujer. LA

ESTRUCTURA

ORGANIZATIVA,

GESTIÓN

DEL

PROYECTO,

INDICADORES DE EVALUACIÓN Y CÁLCULO MATERIALES. El programa se organizará por medio de la dirección se seguridad pública del municipio de San Francisco del Rincón en colaboración con los diferentes actores importantes de la sociedad, en donde la universidad de La Salle Bajío, colaborará de manera estrecha con el programa. Así mismo se tiene pensado que podrían generarse nuevas fuentes para gestionar el proyecto de violencia ya que generalmente las instituciones sociales cuentan con algún presupuesto para llevar a cabo ciertas acciones de prevención y atención de los problemas relacionados con la violencia, pero es evidente que una de las limitaciones más frecuentes para instrumentar proyectos de intervención comunitaria como los aquí propuestos, es la falta de recursos económicos. Por tal motivo, como parte de las propuestas realizadas en estos trabajos, estamos sugiriendo la búsqueda de financiamiento alterno o complementario. En el anexo 6 se presenta una amplia lista, si bien no exhaustiva, de instituciones nacionales e internacionales que podrían brindar apoyo a proyectos para la prevención y atención de la violencia de género y en la juventud.

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De igual manera en el anexo 6 se presenta una tabla que contiene los indicadores de evaluación del programa, el cálculo de costos en horas, los recursos materiales y el perfil de los recursos humanos necesarios para llevar a cabo el programa integral ROSA, para prevenir la violencia hacia la Mujer en San Francisco del Rincón, Gto.

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CONCLUSIÓN Existe mucho trabajo por hacer en especial cuando se trata de cambiar paradigmas, modelos de crianza, modelos de aprendizaje sobre los roles de género, el significado de relaciones afectivas sanas, de relaciones de pareja saludables, del concepto de mujer competitiva, etc. Como podemos observar en los resultados anteriores aún existe mucha desinformación, mitos y creencias sobre el tema. Por lo que se perpetúa más la idea de seguir proponiendo programas de prevención como una opción más de trabajo para la prevención de la violencia hacia la mujer.

En nuestro programa llamado MUJER R.O.S.A. buscamos que las mujeres franciscorinconences, se identifiquen con las siglas que significa Mujer como primer foco a tratar durante el programa Integral, Oportunidad porque se busca que la mujer logre un empoderamiento no sólo emocional sino también económico involucrando importantes actores dentro del municipio, Salud, buscando que la mujer pueda acceder a una salud no solo física sino emocional libre de violencia y Acción, ya que el presente programa requiere de la participación directa de ciudadanos y ciudadanas así como de los principales actores de instituciones públicas y privadas.

ROSA, ofrece al municipio una nueva forma de atender la problemática de la violencia hacia la mujer, buscando que la atención se brinde en los tres niveles de prevención, buscando en todo momento educar en genero para la equidad entre hombres y mujeres, que la imagen de la mujer se dignifique y la empodere, dejando de lado la imagen de la mujer víctima de las circunstancias, y por otro lado atendiendo también el problema de los generadores de violencia, ya que se busca que a largo plazo estos sean atendidos.

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El programa que se presenta ofrece una cantidad de actividades a mediano y largo plazo, que atiende la verdadera problemática de la violencia hacia la mujer en San Francisco del Rincón, que va desde homologar a las instituciones creando un comité interinstitucional, pasando por capacitación a funcionarios y ciudadanos en general sobre el tema de género, hasta crear grupos de autoayuda, realizar convenios con instituciones y campañas informativas sobre la educación en igualdad de género.

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última reforma publicada en el periódico oficial del gobierno del

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