Desvelando la Edad Media. La tecnología al servicio del estudio de la eboraria hispana del siglo XI

July 7, 2017 | Autor: N. Álvarez da Silva | Categoría: Medieval Art, Ivory and bone technology, Ivory Carving
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Descripción

ÍNDICE

Páginas

Prólogo.......................................................................................................................... Luis Vicente Clemente Quijada

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Métodos para el estudio del poblamiento y las comunidades rurales bajomedievales: etnografía, edafología y SIG............................................................ Luis Vicente Clemente Quijada

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El estudio del territorio y la problemática asociada: un ejemplo práctico de aproximación metodológica............................................................................... Mariña Bermúdez Beloso

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Frontier and settlement in S. Mamede’s hill from Middle Ages to the Modern Age................................................................................................................. Ana Santos Leitão

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Desvelando la Edad Media. La tecnología al servicio del estudio de la eboraria hispana del siglo XI.................................................................................. Noemi Álvarez da Silva

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A liturgia dos defuntos na arte funerária medieval da Pensínsula Ibérica... Marta Miriam Ramos Dias

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Sistema hidráulico na arquitectura gótica peninsular. Casos de estudo..... Ana Patrícia R. Alho

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La arquitectura palatina andalusí del siglo XI: entre la arqueología, la literatura y el arte...................................................................................................... Víctor Rabasco García Documentación para el arte de al-Ándalus......................................................... Lara Nebreda Martín

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Luis Vicente Clemente Quijada

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César Rina Simón

Aproximación metodológica al estudio de morfología urbana medieval. Llanes: 1225-1606........................................................................................................ Marta Álvarez Carballo

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Los registros del obispo de Barcelona Ponç de Gualba y el estudio de los scolares en la Cataluña bajomedieval. Aproximación y propuesta metodológica.............................................................................................................................. Oriol Murall Debasa

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El retorno a la Edad Media en la historiografía romántica española. Perspectivas metodológicas en la era digital.............................................................. César Rina Simón

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Desvelando la Edad Media. La tecnología al servicio del estudio de la eboraria hispana del siglo XI Noemi Álvarez da Silva Universidad de León

Resumen La Arqueta de las Bienaventuranzas, una pieza perteneciente al taller de marfiles que se desarrolla en León durante el siglo XI, sirve como pretexto para ejemplificar la utilización de programas informáticos, en este caso el CATIA, con la intención de mejorar y profundizar en el conocimiento de nuestro pasado. A través de esta herramienta se crea una imagen virtual de cómo pudo ser el objeto ebúrneo en su estado original. Palabras clave: CATIA, Arqueta de las Bienaventuranzas, innovación metodológica, inter­ disciplinaridad, eboraria hispana.

Revealling the Middle Ages. Technology in the Service of Hispanic Ivory Work from the 11th Century Abstract The Beatitudes Casket, from the ivory workshop developed in the city of León (Spain) dur­ ing the 11th century, serve as pretext to exeplify the use of computer programs, like CATIA, with the intention of improving and going deeper in the knowledge of our past. Through this tool an image of the ivory piece in his original state is created. Keywords: CATIA, Beatitudes Casket, methodological innovation, interdisciplinary, hispanic ivory.

La propuesta que presentamos a continuación tiene como objetivo la aplicación práctica de herramientas de diseño gráfico al análisis de edificios y piezas de épocas pasadas de los que solo se han conservado algunos vestigios. En la historiografía tra­ dicional, los intentos de reconstrucción se limitaban a dibujos hechos a mano a partir de los documentos y la comparación con otras obras semejantes. Con la llegada de los ordenadores y el surgimiento y desarrollo de la informática se produjo un cambio en este tipo de proyectos surgiendo así reconstrucciones de mayor perfección. En este caso, planteamos la aplicación del CATIA, un programa empleado por ingenieros para el diseño de piezas, como innovación metodológica para el estudio de un objeto

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de marfil perteneciente al taller que surgió en la ciudad de León durante el siglo XI: la llamada Arqueta de las Bienaventuranzas. 1.  UN ARTE DE CORTE. LA ESCULTURA EN MARFIL DE LA HISPANIA ROMÁNICA La idea de utilizar el CATIA para plantear una nueva hipótesis reconstructiva de la Arqueta de las Bienaventuranzas surge dentro del marco del estudio de la eboraria de la Península Ibérica durante el siglo XI, tema central de la Tesis doctoral que es­ tamos realizando. En ella se aborda principalmente el análisis de las piezas adscritas tanto al citado taller de León como al de San Millán de la Cogolla en la Rioja1. Incluye también aquellas englobadas, a pesar de la problemática que ello conlleva, bajo el término “mozárabe”2. De manera paralela se estudian objetos de los talleres europeos (carolingios, otonianos, bizantinos, italianos) de los siglos X, XI y XII intentando buscar influjos o pistas sobre la procedencia de los artistas que trabajan en los dos centros productores mencionados. Los marfiles islámicos del siglo X, cuyos resulta­ dos son de una elevada calidad tanto en Córdoba como en Cuenca, han permitido obtener algunas conclusiones interesantes a la hora de establecer los vínculos entre cristianos y musulmanes en el territorio hispano3.  1 BANGO TORVISO, Isidro G. (coord.). Maravillas de la España Medieval. Tesoro Sagrado y monarquía. León: Junta de Castilla y León, 2001; BRECK, Joseph. “Spanish Ivories of the XI and XII centuries in the Pierpont Morgan Collection”, American Journal of Archaeology 24/3 (julio-septiembre 1920): 217-225; CASTÁN LANASPA, Javier. “Artes aplicadas”. Historia del Arte de Castilla y León. Arte Románico, coord. Javier Rivera Blanco. Valladolid: Ámbito Ediciones, 1994. Tomo II, 293 y ss.; DODS, Jerrilyn D. (coord.). Art of Medieval Spain A. D. 500-1200. Nueva York: Metropolitan Museum of Art, 1993; ESTELLA MAR­ COS, Margarita M. La escultura de marfil en España. Madrid: Editora Nacional, 1984; FERRANDIS, José. Marfiles y azabaches españoles, Barcelona: Labor, 1928; FRANCO MATA, Ángela. “Liturgia hispánica y marfiles. Talleres de León y San Millán de la Cogolla en el siglo XI”, Codex Aquilarensis 22 (noviembre 2006): 97-144; FRANCO MATA, Ángela. “La eboraria de los reinos hispánicos durante los siglos XI y XII”, Codex Aquilarensis 13 (1998): 145-166; GABORIT-CHOPIN, Danielle. Ivoires médiévaux Ve-XVe siècle. París: Éditions de la Réunion des Musées Nationaux, 2003; GABORIT-CHOPIN, Danielle. Ivoires du Moyen Age. Friburgo: Office du Livre, 1978; GALLEGO GARCÍA, Raquel. La eboraria durante el reinado de Fernando I. La perspectiva de unas artes suntuarias europeas. Tesis doctoral (inédita), 2010; HERNÁNDEZ PERERA, Jesús. “Las artes industriales españolas de la época románica”, Goya 43-45 (1961): 98-112; LASKO, Peter. Ars Sacra. 800-1200. Londres: Yale University Press, 1972 (ed. esp.: Arte Sacro. 800-1200. Madrid: Altaïr, 1999); LOZOYA, Marqués de. Historia del arte hispánico. Barcelona: Salvat Editores, 1931. Tomo I, 261; MORALEJO ÁLVAREZ, Serafín. “Les arts somptuaires hispaniques aux environs de 1100”, Cahiers de Saint-Michel de Cuxa 13 (1982): 285-310; YARZA LUACES, Joaquín. Arte y arquitectura en España, 500-1250. Madrid: Cátedra, 2000; YARZA LUACES, Joaquín. Historia del Arte Hispánico. La Edad Media. Madrid: Alhambra, 1982. Vol. II.  2 Para más información sobre la polémica de lo “mozárabe” véase: BANGO TORVISO, Isidro G. “Un gravísimo error en la historiografía española, el empleo equivocado del término mozárabe”. El legado de al-Ándalus: el Arte Andalusí en los Reinos de León y Castilla durante la Edad Media, coord. Manuel Valdés Fernández. Valladolid: Centro Cultural Caja España, 2007. 73-88.  3 Para el estudio más especializado de los talleres islámicos y las relaciones entre norte y sur véase: DODS, Jerrilyn D. (ed.). Al-Ándalus. Las artes islámicas en España. Madrid: Metropolitan Museum of Art y El Viso, 1992; FERRANDIS TORRES, José. Marfiles árabes de Occidente. Madrid: Imprenta de Estanis­ lao Maestre, 1935, tomo I y 1940, tomo II. GALLEGO GARCÍA, Raquel. La eboraria nazarí. Sus raíces en el arte almohade y sus conexiones con los marfiles sicilianos y el arte mameluco. Granada: Fundación Ibn al-Jatib de Estudios de Cooperación Cultural, 2010; HOFFMAN, Eva. “Pathways of Portability: Islamic

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Sin embargo, nuestro proyecto no solo se encarga de los objetos sino que la ebo­ raria se enmarca en un contexto donde los mecenas tuvieron importantes papeles para el desarrollo de los talleres. El caso leonés, del cual forma parte la pieza que nos ocupa, no puede desvincularse de la monarquía y más concretamente del matrimonio conformado por el rey don Fernando I y doña Sancha4. Los soberanos leoneses ocupan un espacio relevante en nuestro proyecto de inves­ tigación ya que son los comitentes de las piezas. Este hecho puede afirmarse gracias al documento de donación del año 1063 que fue realizado para recoger la ofrenda de Fernando y Sancha a la iglesia de San Isidoro con motivo de su consagración y al que también le dedicamos atención en uno de los capítulos de la Tesis5. La vida del matrimonio por lo tanto ha de tener cabida en nuestro trabajo ya que permite no solamente contextualizar la pieza sino indagar en las motivaciones que llevaron a los reyes a promover un taller de marfil que se desarrolla en el ámbito cortesano que ellos gobiernan6. Hay que añadir que junto a estos temas de contextualización, se han tratado aspectos más genéricos del mundo medieval en relación con las artes suntuarias, las reliquias y el culto a los santos, los artistas, el patronazgo, los promotores y mentores, con las fuentes de la iconografía, los lugares en los que se desarrollan las tra­ diciones ebúrneas y los personajes que pudieron estar asociados con las piezas. and Christian interchange from the tenth to the twelfth century”, Art History 24/1 (febrero 2001): 17-50; KÜNHEL, Ernst. Die islamicen Elfenbeinskulpturen: VIII-XIII Jahrhundert. Berlín: Deutscher Verlag für Kunstwissenschaft, 1971; LEGUINA, Enrique de. Arquetas hispano-árabes. Madrid: Librería Fernando Fé, 1912; MIGEON, Gaston. Manuel d’art musulman, Les Arts plastiques et industriels. París: Auguste Picard, 1907; SHALEM, Avinoam. “The Second life of Objects: Ivory Horns in Medieval Church Treasuries”. Spätantike und byzantinische Elfenbeinbildwerke im Diskurs, coords. Gudrun Bühl, Anthony Cutler y Arne Effenberger. Wisbaden: Reichert Verlag, l, 2008. 225-236; SHALEM, Avinoam. “Trade in and the Availability of Ivory: The Picture Given by the Medieval Sources”, Journal of the David Collection 2/1, Copenhague (2005): 28 y ss.; VALDÉS, Fernando. “The Ivories of al-Andalus (10th-11th century). Some Thoughts on Arts and Crafts in the Caliphate of Córdoba and the Taifa Kingdoms”, Journal of the David Collection 2/2, Copenhague (2005): 197-203.  4 ANDRÉS ORDAX, Salvador. “El tesoro de la monarquía leonesa”. Real Colegiata de San Isidoro de León. Relicario de la monarquía leonesa, VV.AA. León: Edilesa, 2007; BANGO TORVISO, Isidro G. “La piedad de los reyes Fernando I y Sancha. Un tesoro sagrado que testimonia el proceso de la renovación de la cultura hispana del siglo XI”. Maravillas de la España Medieval. Tesoro Sagrado y monarquía, coord. Isidro Bango Torviso. León: Junta de Castilla y León, 2001. 223 y ss.; DÍAZ JIMÉ­ NEZ Y MOLLEDA, Juan Eloy. “San Isidoro de León y la monarquía leonesa”, Boletín de la Sociedad Española de Excursiones XXV (1917): 81-99; FRANCO MATA, Ángela. “El Tesoro de San Isidoro y la monarquía leonesa”, Boletín del Museo Arqueológico Nacional IX/1 y 2, Madrid (1991): 35-67 y GAL­ VÁN FREILE, Fernando. “Arte y monarquía en León”. Enciclopedia del Románico en Castilla y León, coord. José M. Rodríguez Montañés. Aguilar de Campoo: Fundación Santa María la Real, 2002. Tomo León. 53-65; RODRÍGUEZ MONTAÑÉS, José M. “Los promotores de las obras románicas”. Los protagonistas de las obras románicas. Aguilar de Campoo: Fundación Santa María la Real, 2008. 68 y ss.  5 Archivo de San Isidoro de León, ASIL, nº 125. MARTÍN LÓPEZ, Mª Encarnación. Patrimonio cultural de San Isidoro de León. Documentos de los siglos X-XIII. León: Universidad de León, 1995. 16-19, nº  6.  6 ÁLVAREZ DA SILVA, Noemi. “Indagando en los pensamientos de un rey medieval: Fernando I de León y la plasmación de sus preocupaciones espirituales sobre tres piezas de marfil del siglo X” (en prensa).

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Además se abordan dos temas comprometidos como son el debate de los inicios del románico establecido entre Francia y España y, tal y como se ha comentado previa­ mente, las relaciones entre el Norte cristiano y el Sur musulmán en la Hispania de la Reconquista. Otro de los capítulos esenciales y que además da comienzo a la Tesis es el que se dedica al material con el que están realizadas las piezas: el marfil. Se analiza su procedencia de diferentes especies, sus propiedades o características, la manera de trabajarlo y tallarlo que en ocasiones conllevaba la aplicación de productos químicos para facilitar su manejo, cómo conservarlo y su posible comercialización en época medieval. En relación a los artistas se analiza el poco peso que tienen los marfilistas en las fuentes para plantearse si tal vez compartiesen tarea con otros espe­ cialistas como los miniaturistas. En nuestra opinión, debido a las particularidades del material el tallista debe cumplir con unos requisitos bastante complejos y contar con una formación específica por lo que sería complicado que pudiera dedicarse a dos disciplinas tan dispares como la ilustración y la eboraria. En el centro productor leonés se produjeron una serie de piezas que hoy forman parte de diferentes colecciones y museos del mundo. Entre ellas destacan el Crucifijo de Fernando I y Sancha y el Arca de San Juan Bautista y San Pelayo, que junto a la Arqueta de las Bienaventuranzas, que centra esta investigación, configuran el grupo más relevante del taller románico isidoriano. No obstante, hay otros ejemplos de elevada calidad adscritos al mismo como el Cristo de Carrizo hoy, en el Museo de León; una placa con la Traditio Legis expuesta en el Louvre en París o un Portapaz conservado en San Isidoro. Existen además varias placas de principios del siglo XII que también han sido asociadas a León como la del Metropolitan Museum de Nueva York con los temas del Noli me tangere y Los discípulos de Emaús; el fragmento con la iconografía del Descen­ dimiento en la Colección Masaveu de Oviedo u otro pedazo en el que aparecen las tres mujeres ante el sepulcro y que se encuentra en el Hermitage de San Pe­ tersburgo. Estas cuatro escenas presentan rasgos que hacen pensar a los expertos que se trata de placas que pertenecían a un mismo conjunto cuya funcionalidad es difícil de determinar. Finalmente existen tres apóstoles, dos de los cuales se en­ cuentran en un museo en Glencairn, Bryn Athyn en Pensilvania y el otro en una colección privada en Providence, Rhode Island, que completan el elenco de piezas leonesas7. En el taller riojano se llevó a cabo, en torno al año 1076, la construcción de un arca para custodiar las reliquias del patrón, San Millán. La narratividad y el deta­ llismo son los rasgos característicos de las placas que plasmaban la vida del santo. Poco después se realizó otra de menor tamaño para su maestro, San Felices cuyos cánones estilísticos ya se engloban dentro de la pauta del Románico.  7 Al tratarse de piezas de gran relevancia en el mundo del arte medieval, éstas tienen cabida en muchos estudios. Con el fin de no sobrepasar los límites de este trabajo remitimos a la nota a pie de página número 3 en la que se recoge un listado de títulos genéricos que permiten una primera aproxi­ mación estos objetos y que dirigen, a su vez, a publicaciones más específicas.

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2.   LA ARQUETA DE LAS BIENAVENTURANZAS EN EL PRESENTE Una vez que el Museo Arqueológico Nacional reabra sus puertas, los visitantes podrán observar en sus vitrinas la conocida como Arqueta de las Bienaventuranzas que procede de la Colegiata de San Isidoro de León. En el año 1869, y con motivo de las comisiones de monumentos, fue requisada y pasó a formar parte de los fondos del museo madrileño8. Los especialistas han considerado que se trata de una de las piezas que se recogen en la carta de donación a San Isidoro firmada por Fernando I y Sancha en 1063. Se supone que era una de las “alias duas ebúrneas argento laboratas” y específicamente aquella que contenía otras tres pequeños cofrecillos también de marfil: “in unna ex eis sedent intus tres alie capselle in eodem opere facte”9. Esta identificación no ha sido fortuita sino que se relaciona con su apariencia actual un tanto peculiar. Sobre un alma de madera con forma prismática rectangu­ lar, se incrustan placas de marfil muy diferentes entre sí. Siete de ellas, repartidas en el frente y los dos laterales del arca, son de estilo románico y han sido datadas en el siglo XI. Son las que dan nombre al objeto ya que su iconografía es la de las Bienaventuranzas que aparecen inscritas en las roscas de los arcos en letra carolina (Beati qui lugent, Beati qui persecutionem, Beati pacifici, Beati Misericordes, Beati mundo corde, Beati papuperes spiritu, Beati mites). La número cuatro se ha perdido. Los otros siete fragmentos se ubican en la cara posterior y proceden de talleres islámicos, más concretamente de Cuenca y Sevilla. Pertenecieron a dos cajitas y se cree que tal vez fuesen dos de las tres que contuvo tal y como indica el documento. Se organizan en tres frisos horizontales irregulares porque sus dimensiones son muy distintas, al igual que sus decoraciones que en algunos casos se compone a base de animales y ataurique y en otros simplemente con inscripciones. No debe sorprender que estos cofres islámicos se custodiasen en tesoros eclesiásticos ya que los vínculos entre musulmanes y cristianos no siempre fueron violentos o bélicos. Su llegada a León tal vez se pudo producir con el traslado el cuerpo de San Isidoro a León que entró en la capital acompañado de un importante botín en el que podría haberse incluido alguna de estas cajitas, especialmente la sevillana10.  8 RADA Y DELGADO, Juan de Dios y MALIBRÁN, Juan de. Memoria que presentan al Exmo. Sr. Ministro de Fomento, dando cuenta de los trabajos practicados y adquisiciones hechas por el Museo Arqueológico Nacional. Madrid: Imprenta del Colegio Nacional de Sordo-Mudos y de Ciegos, 1871. 35.  9 Archivo de San Isidoro de León (ASIL), 125 y 126. 10 Para la traslación de los restos de San Isidoro véase: FLÓREZ, Enrique. “Actas de la traslación de S. Isidoro”, España Sagrada, de la provincia antigua de la Bética en común, y de la Santa Iglesia de Sevilla en particular IX (1860): 406 y s.; Historia Silense, eds. Justo Pérez de Urball y Atilano González Ruiz-Zorilla. Madrid: CSIC, 1959. 45, 198 y s.; MANZANO, Joseph. Vida y portentosos milagros de el glorioso San Isidoro, arzobispo de Sevilla. Salamanca: Imprenta Real, 1732, especialmente los capítulos 12, 13, 14, 15 del Libro I, 37, 38, 39 y 40 del Libro II, 4, 5 y 30 del Libro III; RISCO, Manuel. España Sagrada, Memorias de la Santa Iglesia esenta de León concernientes a los ultimos cinco siglos… Madrid: Oficina de Pedro Marín, 1736. Tomo XXXV, 86 y s.; LUCAS DE TUY, Milagros de San Isidoro, ed. facsímil. León: Isidoriana, 1992; VIÑAYO GONZÁLEZ, Antonio. “La llegada de San Isidoro a León”, Archivos leoneses XVII/ 33 (enero-junio, 1963): 65-111; VIÑAYO GONZÁLEZ, Antonio. “Cuestiones histórico-críticas en torno a la traslación del cuerpo de San Isidoro”, Isidoriana, colección de estudios sobre Isidoro de Sevilla, publicados con ocasión del XIV Centenario de su nacimiento. León: Centro de Estudios e Investigación San Isidoro, 1961. 285-297.

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No existen ejemplares conocidos semejantes a esta arqueta por lo que se ha de­ terminado que su estado actual se debe a una reconstrucción sufrida en un momento indeterminado. Para Amador de los Ríos o José Ferrandis, dos autores que dedicaron su atención a la pieza ya a finales del siglo XIX y principios del XX respectiva­ mente, la recomposición habría tenido lugar en el siglo XVIII ya que datan los herrajes en dicho momento11. Concepción Cosmen considera que a tenor de los daños sufridos por San Isidoro con los ataques de los franceses habría tenido que ser intervenida en el siglo XIX12. Sin embargo, ninguno se plantea que la operación hubiera sido reali­ zada ya en época medieval donde la iglesia leonesa también fue asaltada en varias ocasiones, por ejemplo, con Enrique de Borgoña (1069-1112)13 y Alfonso el Batallador, marido de doña Urraca desde 110914. En nuestra opinión es probable que pudiera haber sido dañada y reconstruida ya a finales del siglo XI o principios del XII poco después de su realización15. Debido a los múltiples interrogantes que surgieron al abordar el estudio de esta arqueta, se decidió intentar llevar a cabo una reconstrucción de la misma lo más fiable posible y siempre basándose en diferentes indicios que pudieran ayudar a deter­ minar cómo podía haber sido en el momento de su realización. Es entonces cuando entra en juego la propuesta de una innovación metodológica. 3.  CATIA COMO MEDIO TECNOLÓGICO PARA REHACER EL PASADO El CATIA es una herramienta empleada en el campo de la ingeniería industrial y aeronáutica especialmente, pero se convierte en un instrumento que puede apor­ tar nuevas visiones e importantes resultados en la investigación en el campo de la Historia del Arte16. El estudio de la eboraria hispana en el siglo XI supone la necesidad de acercarse a las piezas de marfil medievales desde diferentes puntos de vista. La historiografía tradicional, de manera genérica, se ha dedicado a analizarlas formal e iconográfica­ mente, pero en los últimos años hay tendencias que buscan dar un paso más. Existen algunos objetos que, con el paso de los años, han perdido algún fragmento o han sido recompuestos en época posterior al momento de su gestación originando obras de gran interés pero en torno a las cuales surgen numerosas preguntas difíciles de 11 AMADOR DE LOS RÍOS, José. “Arqueta de marfil de la Colegiata de San Isidoro de León hoy existente en el Museo Arqueológico Nacional”, Museo Español de Antigüedades II (1872): 549; FERRANDIS, José. Marfiles y azabaches…, 1928. 151. 12 COSMEN ALONSO, Mª Concepción. “La arqueta de las Bienaventuranzas: fuentes iconográficas”, De Arte 1 (2002): 21. 13 MANZANO, Joseph. Vida y portentosos milagros…, 1732. 385. 14 ESCALONA, Fray Romualdo. Historia del Real Monasterio de Sahagún. Madrid: Ediciones Leonesas, 1782. Vol. II, 311; HERRÁEZ ORTEGA, María Victoria (coord.). El patrimonio artístico de San Benito de Sahagún. Esplendor y decadencia de un monasterio medieval. León: Universidad de León, 2000. 83; Chronica Adephonsi Imperatoris, ed. Maurilio Pérez González. León: Universidad de León, 1997. 79. 15 Desarrollamos esta hipótesis en ÁLVAREZ DA SILVA, Noemi, “La arqueta de las Bienaventuranzas. Nueva hipótesis reconstructiva”. Imago Temporis (en prensa). 16 Se trata de un programa con una amplia difusión dentro del campo de las ingenierías y fue pre­ cisamente a través de un ingeniero industrial como nos llegaron noticias del mismo.

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contestar. Para poder abordar el estudio de las mismas, el investigador debe crearse una imagen mental de su estado primitivo pero… ¿Cómo plasmar sus teorías sobre el papel? Las nuevas tecnologías juegan un rol importante y desde estas líneas se propone la utilización de CATIA para la reconstrucción de la Arqueta de las Bienaventuran­ zas17. Debemos matizar que aunque lo hayamos aplicado al diseño de una pequeña pieza, éste puede ser empleado para reconstrucciones de mayor envergadura como partes de edificios o incluso edificios enteros. El programa presenta una grandísima complejidad. Por ello, a continuación pro­ cedemos a dar una perspectiva muy general sobre el mismo, comentando sus orí­ genes, funcionalidad, aplicaciones y remitiendo a numerosos manuales y enlaces en Internet donde el interesado puede encontrar información más técnica y específica. La página web más destacada es sin duda el sitio oficial de CATIA () donde, sin embargo, no se encuentran demasiados datos genéri­ cos sobre el mismo. En “Youtube” hay multitud de documentos visuales que pueden servir para enriquecer el conocimiento de dicho producto. CATIA V5 es un programa informático de diseño y fabricación en ingeniería asis­ tida por computadora que fue creado y comercializado por Dassault Systèmes, filial del grupo Dassault18. Sus siglas vienen del inglés donde significan Computer Aided Three Dimensio­ nal Interactive Application, sin embargo sus orígenes se remontan a Francia, más concretamente cuando Marcel Dassault, piloto de profesión, decide embarcarse en la empresa de fabricar sus propios aviones19. Diseña modelos tanto civiles como militares, entre los que cabe destacar el Mirage, un cazabombarderos. Además idea el Falcon Jet, para ejecutivos. Es el propio Marcel quien encarga a sus ingenieros el desarrollo de un software específico para el diseño de aviones. Surge entonces CATIA, un programa informático con un conjunto de aplicaciones que cubren todos los aspectos del diseño productivo: CAM (fabricación asistida por ordenador), CAE (ingeniería asistida por ordenador) y CAD (diseño asistido por 17 Debe realizarse una apreciación: al comenzarse este trabajo se había empleado el CATIA para la reconstrucción, pero al indagar en este campo se descubrieron otra serie de programas como ProEngineer o Unigraphics, Rinho zero, ZZ-Brus o Nx que también pueden resultar muy útiles y algunos de ellos más fáciles de manejar. Son destacables los vídeos del Grupo LFA (Laboratorio Fotográfico Arquitectura)-DAVAP (Documentación, Análisis y Visualización Avanzada del Patrimonio) sobre el Panteón de San Isidoro como: [12 de enero de 2013]; o [12 de enero de 2013]; o [12 de enero de 2013] ya que en San Isidoro, lugar donde se gestó la pieza que nos ocupa, se realizó un proyecto obteniendo unos resultados de gran interés como puede apreciarse en los vídeos. 18 Dassault Systèmes [12 de enero de 2013]. 19 Dassault Systèmes [12 de enero de 2013]; Dassault Systèmes [12 de enero de 2013]; Dassault Systèmes [12 de enero de 2013].

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ordenador)20. Aunque se creó para la industria aeronáutica, se emplea también en la industria automovilística siendo hoy en día uno de los instrumentos esenciales para el diseño de carrocerías. Asimismo, CATIA se ha hecho un hueco en la industria de la construcción en la que se crean edificios de gran complejidad formal. El ejem­ plo más carismático de la utilización de esta tecnología es el Museo Guggenheim en Bilbao. Se trata de un software “escalable”, en otras palabras, consta de módulos básicos pero pueden ir ampliándose a medida que crecen tanto las necesidades como el conocimiento del sistema21. De este modo se puede trabajar con módulos muy es­ pecíficos para un determinado tipo de industrias22. Cabe destacar por ejemplo el de cálculos ergonómicos, el de análisis de elementos finitos o uno para el mecanizado, entre otros. CATIA ha ido sufriendo una evolución a lo largo del tiempo que ha hecho que ocupe un lugar privilegiado dentro del campo profesional. Su expansión comercial se produjo sobre todo con la versión V4 cuya desventaja es que solo funcionaba en el sistema operativo UNIX por lo que se restringía demasiado al ámbito de la in­ dustria. La siguiente versión, V5 consiguió que su utilización fuese posible en todos los sistemas operativos (Solaris, IRIX y HP-UX) incluido Windows y se produjo su gran eclosión. A partir del V5, su nombre más conocido, surgieron dos variaciones (Catia V5 R17 SP4, Catia Versión 5 Release 17 Service Pack 4) que mejoraban algunos aspectos, añadiendo algunas funcionalidades o potenciando algunos de los módulos básicos a partir de herramientas pertenecientes a los más específicos. El CATIA V6 ha visto la luz en 2013 y con él se impulsa la innovación en compañías industriales de todo tipo23. Aporta nuevas soluciones para aumentar la productividad del diseño y la colaboración, uno de los intereses esenciales de este programa. Se encuentra inmerso en un proceso evolutivo continuo que permite ir aumentando su eficacia día atrás día. Actualmente es un software de los más potentes lo que permite crear piezas en 3D con muchísima rapidez. Frente a otros CAD de gama media (CATIA es de la gama 20 CAD son las siglas que se corresponden con Computer Aided Design o Diseño Asistido por Ordenador (DAO): “Se trata de una tecnología de software aplicada al diseño de geometrías, basada en las matemáticas y extensas bases de datos, y que dispone de múltiples herramientas o programas, para realizar el diseño de piezas y conjuntos (3D) y sus planos (2D). De esta manera se sustituyen las herramientas tradicionales del proyectista”. ARIAS, Israel. “¿Qué es el Catia?”, Cosmocax, mecánica dispersa, [12 de enero de 2013]. 21 ARIAS, Israel, “¿Qué es el Catia (o quien)?”, Cosmocax, mecánica dispersa, [12 de enero de 2013]. 22 Un panorama detallado sobre los diferentes tipos de módulos se puede encontrar en: MARTÍNEZ ÁVILA, Daniel. “Aplicación de metadatos Dublin Core a los principales módulos CAD de CATIA V5”, e-archivo. Madrid: Universidad Carlos III, enero de 2009. [12 de enero de 2013]. Se dice que algunos de los módulos, que se distribu­ yen en el CATIA en función de su finalidad, más empleados en el diseño son: Part Design, Assembly Design, y Wireframe and Surface Design. Cada uno de ellos es compatible con determinados tipos de archivo. 23 Dassault Systèmes [12 de enero de 2013].

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más alta) presenta una serie de prestaciones y aplicaciones informáticas para todos los aspectos del diseño ya mencionados previamente: CAD, CAM y CAE. Gracias al mismo se logra la funcionalidad necesaria para la realización de diseños industria­ les de modo más sencillo y también un apoyo continuo al proceso industrial de la empresa en su conjunto. Es por ello un importante soporte para la ingeniería de la producción y logra obtener ventajas competitivas en el campo de los mercados. De hecho, las diferentes versiones que han ido surgiendo del mismo buscan siempre la mayor rapidez y rentabilidad para las compañías. Además, es importante señalar que como permite una arquitectura abierta se puede personalizar el programa. Junto a su faceta de creación, cabe destacar que se enmarca en la categoría de gestores de ciclo de vida del producto (Product Lifecycle Management [PLM]). Es decir, engloba todas las herramientas necesarias para obtener el diseño de la pieza: concepción, el análisis, simulación, presentación, fabricación o producción e incluso mantenimiento. Utilizar este programa no es tarea fácil, pero existen tutoriales básicos en los que se va explicando cada uno de los pasos para manejarlo24. Son de cariz sencillo y muestran cómo crear piezas sencillas, como un cubo25. Para conocer más en detalle el CATIA existe un manual, El libro del Catia V5, muy completo que puede consultarse, al menos en parte, online26. Pueden verse también videos explicativos en los que se aprecia la complejidad que presenta pero a la vez la infinitud de po­ sibilidades que lo convierten en un instrumento muy atractivo para todo tipo de compañías. En definitiva, aunque en ocasiones se señale cómo las posibilidades de las apli­ caciones pueden pasar a formar parte de los secretos industriales y no ser accesibles al público o la comunidad investigadora27, creemos que en realidad este programa se puede convertir en un aliado del historiador del arte ya que se pueden obtener resultados no sólo innovadores sino también muy fructíferos para el avance del es­ tudio de nuestro pasado. En nuestro caso, a pesar de que no se trata de un proyecto tan ambicioso como el diseño de un avión o un coche, hemos aplicado este programa para plantear una reconstrucción hipotética de una de las piezas que forman parte de nuestro proyecto de investigación: La Arqueta de las Bienaventuranzas.

24 VÁSQUEZ ANGULO, José Antonio. Análisis y diseño de piezas de máquinas con CATIA V5. Barcelona: Marcombo, 2011 (2ª ed.). [12 de enero de 2013]. 25 Foro: La Talacha, “Tutorial Básico CATIA V5 R18”. 21 de julio de 2009, [12 de enero de 2013]. 26 RÍO CIDONCHA, María Gloria, MARTÍNEZ LOMAS, María Eugenia, MARTÍNEZ PALACIOS, Juan y PÉREZ DÍAZ, Silvia. El libro del Catia V5. Madrid: Tébar, 2007. [12 de enero de 2013]. 27 MARTÍNEZ ÁVILA, Daniel. “Aplicación de metadatos Dublin Core…”, enero de 2009, p. 1. [9 de enero de 2013].

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4.  RECONSTRUCCIÓN VIRTUAL DE LA ARQUETA DE LAS BIENAVENTURANZAS Una vez conocidos los principios básicos de este programa de diseño así como la pieza que se desea reconstruir es necesario explicar tanto la hipótesis de cómo pudo haber sido el objeto originariamente como el proceso de elaboración de su recons­ trucción virtual. Para poder plantear el aspecto primitivo de la arqueta se ha acudido a fuentes documentales y bibliográficas y a otras piezas de características semejantes que fueron realizadas en talleres de marfil, concretamente a el Arca de San Millán de la Cogolla y sobre todo al Arca de San Juan Bautista y San Pelayo de San Isidoro de León28. Esta última, que también se conoce como Arca de los Marfiles o Arca de San Vicente, ha sido definida como “el gran relicario leonés”29 y forma parte aún de la co­ lección del tesoro isidoriano (Fig. 1). Ambrosio de Morales en el siglo XVI realizó una descripción de la misma. Por aquel entonces aún contaba con la guarnición metálica de la que fue despojada por los soldados franceses en el siglo XIX y con una inscripción que permitía su datación en 1059 y su relación con Fernando I y Sancha, sus promotores30. Forma parte del elenco de obras del documento de donación del año 1063 donde se define como “capsam eburneam operatam cum aureo”31. Veinticinco placas de marfil se reparten por la superficie de madera de roble del arca. Doce, con la iconografía de los Apóstoles, se ubican en la propia caja. El resto ocupan la tapa creando una imagen del Paraíso Celestial en el que tienen cabida todos los miembros de las jerarquías angélicas: ángeles, arcángeles y serafines. En las placas triangu­ lares de las esquinas se han tallado las representaciones de los cuatro ríos mientras que en la placa central se hallan el Cordero Místico rodeado del Tetramorfos32. Parece que este objeto se convierte en uno de los posibles precedentes de la Arqueta de las 28 Hemos trabajado la reconstrucción de esta pieza en ÁLVAREZ DA SILVA, Noemi. “La Arqueta de las Bienaventuranzas. Nueva hipótesis reconstructiva”. Imago Temporis (en prensa), donde se plantean estos aspectos de manera más detallada. 29 ANDRÉS ORDAX, Salvador. “El tesoro de la monarquía…”, 2007. 176. 30 “Arcula Sanctorum micat haec sub honore duorum Baptistae Sancti Joannis, sive Pelagii. Ceu Rex Fernandus Reginaque Santia fieri iussit. Era millena septena seu nonagena”. AMBROSIO DE MORALES. Viage de Ambrosio de Morales por orden del rey D.Phelioe II a los reynos de León, y Galicia, y Principado de Asturias para reconocer las Reliquias de Santos, Sepulcros Reales, y Libros manuscritos de las Cathedrales, y Monasterios. Ed. facsímil. Oviedo: Biblioteca Popular Asturiana, 1977. 47. 31 ASIL, 125. 32 Esta pieza aparece citada en multitud de publicaciones. No obstante las más específicas son: ÁLVAREZ DÍEZ, Montserrat. El arca de los marfiles de la Real Colegiata de San Isidoro de León. León: Universidad de León, 1994; COSMEN ALONSO, María Concepción. “Arca de San Pelayo”. Maravillas de la España Medieval. Tesoro Sagrado y monarquía, coord. Isidro G. Bango Torviso. León: Junta de Castilla y León, 2001. 229, nº 87; WALKER, Daniel y WILLIAMS, John W. “Reliquary of Saint Pelagius”. Art of Medieval Spain A. D. 500-1200, coord. Jerrilyn Dods. Nueva York: Metropolitan Museum of Art, 1993. 236, nº 109; FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Etelvina. “Arca Relicario”. Obras maestras recuperadas, comisario José Manuel Cruz Valdovinos. Madrid: Ministerio de Educación y Cultura, 1998. 72-74; FRANCO MATA, Ángela. “El Tesoro de San Isidoro…”, 1991. 42 y s.; GALLEGO GARCÍA, Raquel. La eboraria durante el reinado de Fernando I…, 293 y ss.; VALDÉS FERNÁNDEZ, Manuel. “Arca de los marfiles”. Las Edades del Hombre. El arte en la Iglesia de Castilla y León. Salamanca: Caja de Ahorros de Salamanca, 1988. 186 y 187.

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Bienaventuranzas que pudo ser semejante al Arca de los Marfiles en su estado ori­ ginario. Esta idea fue propuesta ya por Ángela Franco Mata, en cuya investigación realiza una propuesta de reconstrucción de la arqueta que se convierte en un punto de partida para nuestra propia hipótesis que, no obstante, presenta algunos aspectos diferentes ya que consideramos que algunos de los puntos que sugiere Franco Mata deben ser modificados33.

Fig. 1.    Arca de los Marfiles. ca. 1059. San Isidoro. León.

Considera que la Arqueta de las Bienaventuranzas era de madera y con una co­ bertura metálica en la que se intercalarían tres placas con los enunciados evangélicos en las dos caras mayores y dos en un costado mientras que el otro estaría re­ servado para un Cristo en Majestad. Para ella sería el Cristo, hoy perdido, de la Colección Larcade (París) porque presenta varias similitudes con los relieves de la Arqueta y también con el Cristo de la Placa de la Traditio Legis34. La aparición de un 33 FRANCO MATA, Ángela. “La arqueta…”, 2009 y Arte leonés [siglos IV-XVI] fuera de León. León: Edilesa, 2010. 160. Para ver una imagen de su reconstrucción véase también: VV.AA. Real Colegiata de San Isidoro. Relicario de la monarquía leonesa. León: Edilesa, 2007. 146. 34 GOLDSCHMIDT, Adolph. Die Elfenbeinskulpturen aus der romanischen zeit, XI-XIII Jahrhundert. Vierter band. Berlín: B. Cassirer, 1975 (1ª ed. 1926). Vol. IV, nº 105, lámina XXXVI.

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Pantocrátor se vería afirmada al realizar la comparación con el Arca de San Millán de la Cogolla35 donde se encontraba el Cristo en Majestad de la Colección de Dum­ barton Oaks en Washington36. En cuanto a la iconografía considera que los motivos de la tapa serían el Agnus Dei y el Tetramorfos, siguiendo el modelo ya comentado del Arca de los Marfiles. También sostiene la posibilidad de que podrían aparecer los reyes Fernando I y Sancha emulando a Justiniano y Teodora en San Vital de Rávena37. Gómez Moreno ya había propuesto la aparición de los monarcas con sus séquitos en la cubierta del Arca argéntea de San Isidoro38. La reconstrucción que planteamos a continuación presenta varias modificaciones en relación al esquema planteado por Ángela Franco Mata. En primer lugar, pensamos que la estructuración de la Arqueta se haría en base no a tres sino a cuatro placas por cada uno de los lados mayores como ya había planteado Elena Gómez Moreno39. De esta manera seguiría el modelo del Arca de San Juan Bautista y San Pelayo40 (Fig. 2)41. 35 El Arca de San Millán de la Cogolla fue realizada en el monasterio del mismo nombre en torno al año 1076. A pesar de que sufrió destrozos con la Invasión Francesa, se ha realizado una recons­ trucción atendiendo a las descripciones de las fuentes históricas y literarias. Sobre un arca de madera de gran tamaño se insertan una gran cantidad de placas de marfil en las que se ha tallado con gran detallismo la vida de San Millán. Se trata por lo tanto de un relato hagiográfico ebúrneo. Para una aproximación a la pieza véase, entre otros: BANGO TORVISO, Isidro G. Emiliano, un santo de la España visigoda, y el arca románica de sus reliquias. Salamanca: Fundación de San Millán de la Cogolla, 2007; CAMPS Y CAZORLA, Emilio. “Los marfiles de San Millán de la Cogolla”. Adquisiciones en 1931, Museo Arqueológico Nacional. Madrid, 1933; HARRIS, Julie Ann. “Culto y narrativa en los marfiles de San Millán de la Cogolla”, Boletín del Museo Arqueológico Nacional IX, Madrid (1991): 69-85; HARRIS, Julie Ann. The Arca of San Millán de la Cogolla and its Ivories. Pittsburgh, 1989; HUICI, Serapio. Marfiles de San Millán de la Cogolla y esculturas de Santo Domingo de Silos. Madrid: Calpe, 1925; PEÑA, Joaquín. Los marfiles de San Millán de la Cogolla. Logroño: Ochoa, 1978; POZA YAGÜE, Marta. “El arca-relicario de San Millán de la Cogolla”. Maravillas de la España Medieval… 2001. 393-398; SENTENACH, Narciso. “Relieves en marfil del arca de San Millán de la Cogolla”, Boletín de la Sociedad Española de Excursiones tomo XVI (1908). 36 BANGO TORVISO, Isidro G. Emiliano, un santo de la España visigoda…, 2007. 142 y s.; GOLD­ SCHMIDT, Adolph. Die Elfenbeinskulpturen…, vol. IV, nº 85. 37 FRANCO MATA, Ángela. “El tesoro de San Isidoro…”, 1991. 52. También se aprecia esta idea en FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Etelvina. “El imago regis y de la jerarquía eclesiástica”. Monarquía y sociedad en el Reino de León, de Alfonso III a Alfonso VII, coord. José María Fernández Catón. León: Centro de Estudios e Investigación San Isidoro, 2007. 59 y s. 38 GÓMEZ MORENO, Manuel. “El arca de las reliquias de San Isidoro de León”, Archivo Español de Arte XLVIII (1940): 209. 39 GÓMEZ MORENO, María Elena. Mil joyas del arte español. Barcelona: Instituto Gallach de Libreria y Ediciones, 1947. Tomo I, Antigüedad y Edad Media. 163. 40 El argumento empleado por Franco Mata para justificar que habrían sido tres (la existencia de una cerradura en la placa central del frontal de la arqueta) ha sido rebatido por Galán y Galindo quien señala que el orificio habría sido realizado en el momento de la recomposición de la arqueta y que no formaría parte del proyecto original (GALÁN Y GALINDO, Ángel. Marfiles Medievales del Islam. Córdoba: Publicaciones Obra Social y Cultural Cajastur, 2005. Tomo II. 82). 41 Esta imagen se corresponde con la realización de la primera reconstrucción cuando aún no cono­ cíamos el funcionamiento del CATIA. Las mejoras producidas a partir de su utilización son evidentes. No obstante, no podemos dejar de agradecer a Juan y Diego Próspero la ayuda prestada en este primer esquema visual de nuestra teoría.

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Fig. 2.    Reconstrucción “inicial” de la Arqueta. Noemi Álvarez da Silva.

El orden de las placas no sería arbitrario como podemos observar hoy en día (1, 2, 7, 5, 6, 3, 842). Éste parece haber seguido pautas o criterios estilísticos para su coloca­ ción ya que las placas más semejantes entre sí aparecen agrupadas. Lo más probable es que, en realidad, hubiesen seguido el orden del Evangelio: Beati papuperes spiritu, Beati qui lugent, Beati mites, Beati qui esuriunt et sitiunt justitiam quoniam ipsi saturabuntur, Beati Misericordes, Beati mundo corde, Beati pacifici, Beati qui persecutionem43 y así es como aparecen ubicadas en nuestras ilustraciones (Figs. 3, 4, 5, 6 y 7). Al estructurarse de este modo, los dos costados tenían que estar ocupados por otro tipo de representaciones. En uno de ellos es muy probable que hubiera un Pantocrá­ tor como ocurría en el Arca de San Millán de la Cogolla y, de manera genérica, en multitud de relicarios en la Edad Media. Como ya dijo Franco Mata quizá se tratase del Cristo de la Colección Larcade (Fig. 3). El problema surge al intentar averiguar qué escena podía situarse en el otro lateral. Desde nuestro punto de vista existen dos posibilidades. La primera observa la aparición de los reyes como ocurría también en el Arca de San Millán. La representación de Fernando I y Sancha no sería de extrañar ya que sus nombres, y en algunas ocasiones, sus efigies, figuran en muchas de las obras que habían promovido44. Creemos que en lugar de situarse uno a cada lado de la tapa con FRANCO MATA, Ángela. “Liturgia hispánica y marfiles…”, 2006. 122. Debe decirse que tal como se plasma en el texto, aparecen ordenadas en la versión consultada de la Biblia (La Biblia, dir. Serafín de Ausejo. Barcelona: Herder, 1987. 1007) pero hay otras que colocan en segundo lugar Beati mites pasando Beati qui lugent a la tercera posición. 44 En ÁLVAREZ DA SILVA, Noemi. “La inscripción como imagen de poder en la Edad Media. El caso de Fernando I de León y su esposa Doña Sancha”. Actas del XIX Congreso Nacional de Historia del Arte CEHA, Castellón, septiembre 2012 (en prensa), defendemos que uno de los medios más empleados 42 43

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Fig. 3.    Reconstrucción de la Arqueta de las Bienaventuranzas (CATIA). Madera. Frente y lateral derecho.

sus respectivos séquitos tal y como propuso Ángela Franco Mata, estarían presentes en forma de cartela o inscripción45. La segunda es que existiese una placa con la escena del Sermón de la Montaña en la que Jesús recitó las Bienaventuranzas46. Esta hipótesis se basa en la idea de Galán y Galindo quien plantea que la placa perdida, la cuarta Bienaventuranza, presentaría precisamente dicha iconografía. Desde nuestro punto de vista y teniendo en cuenta que las siete placas conservadas son muy semejantes entre sí, nos parece curioso que precisamente la única que se ha perdido fuese la nota discordante en un conjunto homogéneo. Somos partidarios, por lo tanto, de que el costado fuese el lugar más oportuno para contar con esta representación (Fig. 4). Como no se ha conservado ningún vestigio, es aún más difícil precisar cuáles pudieron ser los motivos iconográficos de la tapa de la arqueta. Es probable que presen­ para dejar constancia material de su labor por parte de los monarcas leoneses es la utilización de una inscripción con sus nombres. 45 Ibidem, passim. 46 Mateo 5, 3-12.

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Fig. 4.  Reconstrucción de la Arqueta de las Bienaventuranzas (CATIA). Madera. Parte Posterior y lateral izquierdo.

tase el Agnus Dei y el Tetramorfos, temática que aparece no sólo en el Arca de San Juan Bautista y San Pelayo sino también en otras piezas del taller ebúrneo leonés como el Crucifijo de Fernando I y Sancha o la Placa de la Traditio Legis del Louvre. Para terminar de elaborar una imagen del estado primitivo del arca, hay que tener en cuenta que habría contado con una guarnición metálica que acrecentaría su magnificencia y suntuosidad. En el documento de donación del año 1063 se dice que sería de plata (“duas ebúrneas argento laboratas”), pero Ambrosio de Morales, en 1572, dice que sería de oro y plata47. Creemos que tal vez la cobertura sería de plata pero con detalles dorados (Fig. 5). A pesar de que los datos expuestos previamente buscan dar el mayor número de detalles para que el lector se pueda crear una imagen mental de nuestra hipótesis, es importante contar con figuras que permitan ilustrar esta teoría. Para conseguirlo, tal y como hemos comentado, se empleó el CATIA y durante el proceso de elaboración 47 “La otra Arca del lado del Evangelio tiene las Reliquias de S. Pelayo, y otros Santos, y es de oro y plata, y asi lo es también otra menor que está con ella, y tiene muchas Reliquias menudas”. AMBROSIO DE MORALES. Viage a los reynos de León…, 1977. 47 y 48.

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Fig. 5.  Reconstrucción de la Arqueta de las Bienaventuranzas (CATIA). Oro. Frente y costado izquierdo.

de la reconstrucción virtual surgieron algunas dificultades que hubo de solventar. A continuación procedemos a dar algunas indicaciones para comprender las imágenes de la Arqueta de las Bienaventuranzas presentadas en estas páginas (Figs. 3, 4, 5 y 6). Para poder realizar una reconstrucción virtual de la Arqueta fue necesario plan­ tearse primeramente cuales podrían haber sido sus medidas originales. Ante la im­ posibilidad de obtener cifras exactas, acudimos a la comparación con la Arqueta de San Juan Bautista y San Pelayo ya que teniendo en cuenta otras similitudes compartidas con la misma, sería posible que sus dimensiones fuesen relativamente semejantes. Optamos por hacer varias vistas de la reconstrucción para poder ver la pieza desde diferentes ángulos y jugar así con distintos elementos como por ejemplo las texturas. En las figuras 3 y 4 dejamos la madera vista tal y como se encuentra hoy en día el Arca de los Marfiles. Sin embargo en las figuras 5, 6 y 7 aplicamos un tono dorado para dar mayor suntuosidad a su aspecto. A pesar de que intentamos emplear una textura de plata dorada, por problemas con el programa informático utilizado dicha

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Fig. 6.  Reconstrucción de la Arqueta de las Bienaventuranzas (CATIA). Oro. Parte Posterior y costado izquierdo.

opción tuvo que descartarse. Por ello, hay que tener en cuenta que se aleja mucho de la realidad en la que el trabajo de filigrana y repujado acrecentarían mucho los valores de riqueza de la arqueta. Ya que no es posible determinar los motivos vege­ tales tallados en la superficie metálica, se utilizó una trama sencilla a base de roleos y en forma esquemática que ocupa los espacios de separación entre las placas de las Bienaventuranzas. En su estado original, el metal recrearía la vegetación de modo más naturalista y rellenando toda la superficie. El herraje que se ha situado en la cara anterior y las visagras de la posterior son modelos básicos y neutros que no persiguen la veracidad histórica sino lograr una imagen aproximada, crear el efecto de dicho cierre sobre la arqueta. En la cubierta se ha seguido al pie de la letra el modelo planteado por el Arca de San Juan Bautista y San Pelayo. Las letras A, B, C y D se corresponderían con las cuatro personificaciones de los Ríos del Paraíso. E y F serían escenas en las que los protagonistas serían arcángeles mientras que G y H serían dos serafines. Estos irían ubicados un escalafón por encima de los ángeles, I, J, K y L, igual que ocurre con la jerarquía celestial. Por último en la placa M estaría representado el Cordero divino rodeado del Tetramorfos de manera semejante, seguramente, al que aparece en la Placa de la Traditio Legis.

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Fig. 7.    Reconstrucción de la Arqueta de las Bienaventuranzas (CATIA). Oro. Frente y costado derecho.

Por último queda señalar que en el friso inferior de la cubierta hemos colocado una inscripción con el nombre de Fernando I y doña Sancha tal y como puede verse a los pies del Crucificado ebúrneo del Museo Arqueológico de Madrid. Creemos que este sería el método elegido por los monarcas para estar presentes en la Arqueta. (Figs. 3, 5 y 7). 5.  CONCLUSIÓN A lo largo de estas páginas se ha pretendido, a través de una presentación somera de nuestro proyecto y de los trabajos realizados hasta el momento, plantear una pro­ puesta de innovación metodológica en el campo de la Historia del Arte. Esta consiste en la utilización del CATIA para la plasmación de una imagen virtual del posible aspecto de la Arqueta de las Bienaventuranzas en el siglo XI. En relación al empleo de un programa informático propio de ingenieros y arqui­ tectos, cabe incidir en un aspecto muy en boga actualmente en los ámbitos académi­ cos: la interdisciplinaridad. Creo que con este ejemplo reconstructivo particular se ha demostrado nuevamente la importancia de contar con todo tipo de recursos, incluso procedentes de disciplinas a priori muy diferentes, para obtener resultados lo más acer-

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tados posibles. No cabe duda de que la búsqueda de novedades para profundizar en nuestro pasado permite enriquecer el conocimiento de la historia de arte y en este caso, de la eboraria románica hispana. 6.  FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA 6.1.  Fuentes AMADOR DE LOS RÍOS, José. “Arqueta de marfil de la Colegiata de San Isidoro de León hoy existente en el Museo Arqueológico Nacional”, Museo Español de Antigüedades II (1872): 549. AMBROSIO DE MORALES. Viage de Ambrosio de Morales por orden del rey D.Phelioe II a los reynos de León, y Galicia, y Principado de Asturias para reconocer las Reliquias de Santos, Sepulcros Reales, y Libros manuscritos de las Cathedrales, y Monasterios, ed. facsímil. Oviedo: Biblioteca Popular Asturiana, 1977. 47. Chronica Adephonsi Imperatoris, ed. Maurilio Pérez González. León: Universidad de León, 1997. 79. ESCALONA, Fray Romualdo. Historia del Real Monasterio de Sahagún. Madrid: Ediciones Leonesas, 1782, vol. II. 311. FLÓREZ, Enrique. “Actas de la traslación de S. Isidoro”, España Sagrada, de la provincia antigua de la Bética en común, y de la Santa Iglesia de Sevilla en particular IX (1860): 406 y s. Historia Silense, ed. Justo Pérez de Urball y Atilano González Ruiz-Zorilla. Madrid: CSIC, 1959. 45, 198 y s. La Biblia, dir. Serafín de Ausejo. Barcelona: Herder, 1987. 1007. LUCAS DE TUY. Milagros de San Isidoro, ed. facsímil. León: Isidoriana, 1992. MANZANO, Joseph. Vida y portentosos milagros de el glorioso San Isidoro, arzobispo de Sevilla. Salamanca: Imprenta Real, 1732, especialmente los capítulos 12, 13, 14, 15 del Libro I, 37, 38, 39 y 40 del Libro II, 4, 5 y 30 del Libro III. RADA Y DELGADO, Juan de Dios y MALIBRÁN, Juan de. Memoria que presentan al Exmo. Sr. Ministro de Fomento, dando cuenta de los trabajos practicados y adquisiciones hechas por el Museo Arqueológico Nacional. Madrid: Imprenta del Colegio Nacional de Sordo-Mudos y de Ciegos, 1871. 35.

6.2.  Bibliografía ÁLVAREZ DA SILVA, Noemi. “La arqueta de las Bienaventuranzas. Nueva hipótesis recons­ tructiva”. Imago Temporis (en prensa). — “Indagando en los pensamientos de un rey medieval: Fernando I de León y la plasmación de sus preocupaciones espirituales sobre tres piezas de marfil del siglo X” (en prensa). — “La inscripción como imagen de poder en la Edad Media. El caso de Fernando I de León y su esposa Doña Sancha”. Actas del XIX Congreso Nacional de Historia del Arte CEHA, Castellón, septiembre 2012 (en prensa). ÁLVAREZ DÍEZ, Montserrat. El arca de los marfiles de la Real Colegiata de San Isidoro de León. León: Universidad de León, 1994. ANDRÉS ORDAX, Salvador. “El tesoro de la monarquía leonesa”. Real Colegiata de San Isidoro de León. Relicario de la monarquía leonesa, VV.AA. León: Edilesa, 2007. BANGO TORVISO, Isidro G. “Un gravísimo error en la historiografía española, el empleo equivocado del término mozárabe”. El legado de al-Ándalus: el Arte Andalusí en los Reinos de

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