Después de la tecnofilia y la tecnofobia. Recorridos reflexivos y curriculares para la comprensión de las mediaciones digitales.

Share Embed


Descripción

Congreso Latinoamericano de Comunicación Preguntas, abordajes y desafíos contemporáneos del campo comunicacional 30 años de recorridos en Buenos Aires Carrera de Ciencias de la Comunicación. Facultad de Ciencia Sociales. Universidad de Buenos Aires 18 al 21 de agosto

Nombre y apellido: Gabriela Sued Afiliación institucional: Facultad de Ciencias Sociales- Carrera de Ciencias de la Comunicación Social. Máximo título alcanzado o formación académica en curso (estudiante de grado, graduado, estudiante de maestría o doctorado, posdoctorado, etc.): Magister en Ciencia, Tecnología y Sociedad, Universidad Nacional de Quilmes. Correo electrónico: [email protected] Grupo de trabajo propuesto: Tecnología, cultura y política

Después de la tecnofilia y la tecnofobia. Recorridos reflexivos y curriculares para la comprensión de las mediaciones digitales. Palabras clave: cultura digital, big data, analítica cultural, algoritmos. Abstract

Este trabajo tiene como objeto realizar un recorrido teórico reflexivo sobre las diferentes perspectivas conceptuales para el abordaje de los medios de comunicación surgidos en el paradigma de la comunicación digital adoptadas en los últimos años para el dictado de contenidos de la materia Taller de Introducción a la Informática, Telemática y Procesamiento de Datos. Siempre tendiendo a superar las miradas desde la tecnofobia y la tecnofilia, que no pueden evitar ya desde sus designaciones, el juicio de valor sobre los dispositivos técnicos y sus proyecciones en el imaginario social, deseamos enfocarnos en las perspectivas que nos permitan realizar un análisis de las mediaciones con el objeto de desmontarlas, deconstruirlas y encontrar sus roles en el ecosistema de medios actual. Como objetos dinámicos y cambiantes, las mediaciones digitales pueden ser abordadas desde diferentes perspectivas. Por ejemplo, en relación a las prácticas tecnoculturales de los

usuarios, teniendo en cuenta sus usos para la construcción de identidad y sociabilidad, o en relación al posicionamiento de los usuarios como productores de cultura. Pero también podemos situarnos en relación a la deconstrucción sociotécnica de las grandes plataformas de datos y sus procesos de subjetivación y desubjetivación, a través del diseño de algoritmos y software social. Estos particulares procedimientos automatizados de procesamiento y caracterización de información relevante llevan a cabo constantes negociaciones entre construcciones de subjetividades, por un lado, y construcción de ingentes bases de datos con información totalizadora sobre los consumos y las preferencias de aquellos usuarios que usan las tecnologías para su propia cotidianeidad pero también para su empoderamiento y expresión. En este sentido, considerando la gran escala del flujo de producción, circulación y consumo de información que conllevan las mediaciones digitales, se introducen las dimensiones del análisis cuantitativo de datos culturales, a través de conceptos relativamente nuevos, como el big data, la analítica cultural y los estudios del software. Los treinta años de la Carrera de Comunicación por un lado, y la inminente reforma del plan de estudios por otro, nos parece una excelente oportunidad para una revisión reflexiva de perspectivas teóricas que componen los recorridos curriculares de nuestra asignatura. Tecnología, conocimiento, crítica tecnológica Desde hace veinte años la Cátedra Taller de Introducción a la Informática, Telemática y Procesamiento de Datos viene abordando temáticas de investigación y docencia universitaria vinculadas a la digitalización de información y sus relaciones con la producción del conocimiento, así como su interrelación con las prácticas culturales. Pero en la medida que la digitalización de información aumenta en cantidad e incide más profundamente en las prácticas de producción, consumo y circulación de significados, así como también en la construcción de las subjetividades propias de nuestra época (Turkle, 1997) pero también de procesos de desubjetivación según algunos autores por ejemplo Agamben (2015), surgen nuevas perspectivas para el abordaje analítico y la comprensión conceptual de los objetos culturales producidos digitalmente. La producción de metodologías analíticas y crítica tecnológica es dinámica y cambia constantemente, al tiempo que la constitución de los objetos digitales también lo es, y la interrelación entre la vida on line y la vida off line se

vuelve cada vez más estrecha. Tal vez más que nunca en otros momentos de la sociedad y la cultura, vivimos un interesante momento de cambios acelerados en los modos en que se relacionan información, tecnología, cultura, conocimientos y subjetividades. Aprovechando los treinta años de la Carrera de Comunicación, nos gustaría en esta oportunidad, reflexionar sobre el recorrido epistemológico realizado durante veinte años, y exponer nuestras líneas de trabajo teórico-analíticas más recientes. Durante los años emergentes de la Web, la poca investigación producida en un área recientemente surgida, la carencia de instrumentos metodológicos para el análisis empírico, pero también una conformación sociotécnica de la red Internet muy diferente de la actual, han resultado en una producción bibliográfica con fuertes tonos de juicio de valor a favor o en contra sobre aquellas “nuevas” tecnologías. Pero más allá de todas las variantes tecnofílicas o tecnofóbicas, polarizaciones extremas que no tardan en aparecer si tratamos a la técnica como discurso y no como hecho (Sfez, 2005)

la crítica tecnológica tiene

importantes vertientes en el ámbito local, y conforma un campo interesante en cuanto a debates y pluralidad de enfoques. Dentro de este ámbito, el campo “Ciencia, Tecnología, Sociedad” es especialmente importante, ya que desde sus centros de investigación y difusión de conocimiento ha brindado importantes herramientas conceptuales para comprender las relaciones mutuas entre tecnología y sociedad, tales como el abordaje Construcción Social de la Tecnología (Pinch, Bijker, 1989), que aporta no sólo un modelo teórico sino herramientas analíticas para el abordaje empírico de los sistemas socio-técnicos, o los más vinculados con la política científica y tecnológica, relacionados con el rol de la innovación científico tecnológica en las sociedades post industriales. Por otro lado, las líneas críticas abordan la actual como una época donde el predominio técnico habilita una revisión de las líneas históricas, filosóficas y ontológicas que tratan de las relaciones entre técnica y sujeto. La técnica actual es fundamentalmente digital, y este cambio de paradigma producido en las últimas tres décadas demanda repensar la planificación, la regulación y la relación de los medios digitales con la política. El análisis de esta relación ocupa también buena parte de la reflexión local sobre relaciones entre sociedad y tecnología. Sin negar y en general retomando muchas de estas corrientes al plantear nuestros objetivos de trabajo académico y docente, nos ha distinguido la convicción de que la técnica modela el

modo en el que el hombre conoce. Esta hipótesis ampliamente aceptada en el mundo de la cultura actual, no lo era hace diez o quince años, donde en el terreno del análisis cultural el sujeto que conocía era considerado un observador objetivo, impávido, lejos de toda experiencia práctica en el mundo. La experiencia del conocimiento se encontraba en ese momento mediada por la palabra escrita, que se asumía como vínculo transparente entre sujeto y objeto cognitivo (Olson, 1998). Pero ya en ese entonces, inmersos en las conceptualizaciones del grupo de Toronto, nosotros sosteníamos lo contrario: el surgimiento de la Ciencia moderna no sólo tenía que ver con el método científico, sino con la aparición de la imprenta (Einsenstein, 1983). La subjetividad moderna no sólo era producto de la vida burguesa, sino también de la posibilidad de la lectura interior e individual, los medios de comunicación masiva no sólo servían al aparato político, sino que proclamaban el regreso a una aldea oral pero global (Mc Luhan, 1962) , más auditiva que letrada, pero a la distancia y transmitida por televisión. El advenimiento de los medios eléctricos, como le gustaba llamarlos a Mc Luhan, llevó las pantallas a los hogares y los tubos de vacío a las universidades. Como un jardín de senderos que se bifurcan, la historia de las pantallas se abre hacia el camino de la televisión y los medios masivos de comunicación por un lado, y hacia los desarrollos de la Inteligencia Artificial y la creación de computadoras en los laboratorios formados por alianzas entre el gobierno, los ejércitos y las universidades por otro. Pero en los años noventa, las dos avenidas convergerían en el desarrollo de la computadora personal y la World Wide Web. A partir de ese momento, las perspectivas que consideraban a las tecnologías como interfaces que modelaban formas posibles de conocer el mundo, comenzaron a ser aceptadas, frente a la tecnofobia imperante que igualaba a la tecnología con el dispositivo material, acusándola de alienar y manipular a los sujetos, como si fuera posible algún modo de ser en el mundo a-tecnológico. Para ese entonces, comenzando el nuevo siglo, estábamos seguros de que las prácticas tecnológicas modelaban a las prácticas cognitivas, y nos propusimos investigarlo a partir de un trabajo de campo sobre prácticas tecnocientíficas en laboratorios. Lo que allí descubrimos fue que había múltiples maneras en que las prácticas científicas modelaban los modos de producir ciencia, pero también nos volvimos a encontrar con que las instituciones sociales jugaban un papel no precisamente revolucionario respecto de los cambios tecnológicos: los modos cotidianos cambiaban, pero

las instituciones seguían siendo las mismas. Sin embargo, el uso de tecnologías digitales reducía el aislamiento local de la ciencia. A la vez, la World Wide Web se había consolidado como medio de comunicación, y también de conocimiento. Los buscadores de información, como Yahoo, trabajaban indizando páginas en categorías creadas a priori que no eran ni más ni menos que formas de ver el mundo y clasificarlo. Para ese entonces Piscitelli (2002) ya intentaba mirar a los buscadores con ojos epistemológicos, diferenciando las categorías top-down de las folksononomías bottom-up para fenómenos que parecían ajenos a los ojos de casi todos, todavía buscando el conocimiento en productos impresos que hoy en día comienzan a mostrarse si no obsoletos, insuficientes para la obtención de conocimiento relevante (conocimiento que por otro lado, no parece estar atrapado en ningún dispositivo, sino circulando continuamente por redes a las que a veces se nos hace fácil y a veces muy difícil acceder, según el lugar que ocupemos los mismos observadores en el objeto que nos interese observar). El surgimiento de la cultura de la convegencia Pero solamente unos años después de que los “cibernautas” o los “navegantes” comenzaran a la WWW como espacio de consulta no lineal de información archivada, dos importantes cambios modelaron la Web como la conocemos: la Web 2.0 (O’ Reilly, 2005) y Google (Vaidhyanathan, 2010). La primera surgió como respuesta entrópica al desmoronamiento de las grandes empresas proveedoras de contenidos que en 1999 cotizaban en la bolsa de Nueva York, y depositó la producción de contenido en manos de los usuarios finales. La World Wide Web se reinventó a sí misma cambiando al gran portal concentrador de audiencia por la larga cola de audiencias atomizadas, sustituyendo al usuario navegante por el usuario productor de blogs, wikis y fotologs, “padres fundadores” de las actuales redes sociales. Desde nuestro grupo de trabajo observamos con atención el pasaje de la lectura a la producción, andamiada sobre una economía de la atención diferente, donde tal vez por primera vez en la historia de las mediaciones, la oferta de contenidos superaba a la demanda, y donde la autopublicación volvía simple el proceso de escribir, y complejo el de encontrar lectores. Las primeras formas de audiencias productoras tuvieron lugar en el periodismo participativo, impulsado además por la difusión de las tecnologías móviles, algunos

movimientos sociales aislados, coordinados por móviles, y por la participación de fanáticos de ficciones en foros ad-hoc. Ese movimiento de atomización de la Web fue acompañado consecuentemente por la emergencia de un nuevo gigante: el buscador Google. Google inaugura dos prácticas conectadas en la web que aún no pierden su vigencia: la cultura de la búsqueda, que sustituye a la práctica de la navegación (Hillis et al, 2012) cambiando la metáfora de la navegación por la del oráculo, y la alianza entre búsqueda de información y oferta de publicidad, a través del reemplazo de los incómodos banners por los casi invisibles ad-sense. Durante algunos años estuvimos metidos allí, o dentro de las culturas participativas en general: exploramos muy de cerca las narrativas confesionales, multimediales, egocéntricas, descentradas, persuasivas y transmediales de las audiencias digitales. Nos guiaron la teoría de las audiencias participativas de Jenkins (2008), las teorías de la inmersión de Murray (1999), las de la subjetividad mediadas por tecnologías de Turkle (1997). Pero las redes sociales ponían en foco un problema que hasta ese momento no habíamos abordado más que en la develación de datos cuantitativos: el problema de la escala de la información producida cotidianamente en la Web, presionaba fuertemente sobre varios aspectos: las prácticas socioculturales de repente devinieron prácticas virtuales móviles, dinámicas, en tiempo real y cuantitativamente gigantescas. De repente, la cultura no podía pensarse sin software, sin móvil y sin escala (Manovich, 2011). El software cultural A diferencia de los generados por otros períodos culturales, los objetos digitales tienen dos particularidades: son producto de la convergencia entre la acción

de

corporaciones

mediáticas con sede total o parcial en la red Internet, y la participación activa y colectiva de los usuarios de tecnologías digitales. Pero además son producidos mediante lo que Manovich (2013 ) denomina “software cultural”: “en el sentido de que es usado por cientos de millones de personas y que acarrea “átomos” de cultura (medios e información, además de interacción humana en torno a estos medios e información) - es sólo la parte visible de un universo de software mucho más amplio.” Las participaciones de los usuarios en las redes sociales biográficas como Facebook, de microblogging, como Twitter, de producción audiovisual, como YouTube, de fotografía,

como Instagram, o las recurrentes prácticas de búsqueda en plataformas como Google son paradigmáticas de la convergencia cultural, y constituyen prácticas habituales y significativas para los propios usuarios, para otros destinatarios y hasta para los medios masivos de comunicación, que recurren a ellos para producir noticia de varios modos. Siendo que los múltiples espacios de la comunicación individual y social se encuentran atravesados por prácticas de este tipo, su análisis y comprensión se hacen necesarias. Pero dada la gran escala y la velocidad con que se concretan estas prácticas, las miradas cualitativas e interpretativas sobre estos fenómenos suelen ser insuficientes a la hora de su análisis. En los últimos años surgieron abordajes trans-disciplinarios que tienen en cuenta tanto el problema de la cantidad de la información producida como el significado de las prácticas culturales que puede atribuirse a esa producción. Resultado del uso intensivo de las tecnologías informáticas en el análisis de objetos culturales y humanísticos, cuya investigación fue tradicionalmente conferida a los instrumentos propios de la escritura textual, abordajes los de las humanidades digitales (Berry, 2011; Hayles, 2012 ), la analítica cultural (Manovich, 2007) y la culturomía (Michel et al, 2013) han avanzado en la construcción de instrumentos teóricos y prácticos, basados en software, para el procesamiento, el análisis y la interpretación de grandes cantidades de datos culturalmente significativos, combinando elementos como el procesamiento informático de datos, nuevas formas de visualización de información y nuevas modalidades de lectura (Moretti, 2007; Piscitelli, 2011, 2013a) Humanidades digitales, analítica cultural: nuevas perspectivas para el análisis de la cultura del software Fue así que en 2013 accedimos al andamiaje teórico conceptual que podía abordar grandes cantidades de objetos culturales, fueran éstos primariamente digitales o no, a partir del uso intensivo de tecnologías digitales para su procesamiento, presentación e interpretación. Así, incorporamos nuevos autores a nuestra vieja epistemología. Leímos a Lev Manovich, a quien veníamos ya siguiendo en su caracterización de los lenguajes digitales, a Franco Moretti con su metodología de Distant Reading, a David Berry y Kathie Hayles con el trazado de una genealogía del conjunto de actitudes, prácticas, y conceptos para el análisis de objetos culturales a escala, y nos dispusimos, mediante ese sistema recientemente incorporado, a elaborar algunas investigaciones junto a nuestros alumnos, que tocaban puntos centrales de

la analítica cultural y las humanidades digitales, por ejemplo, el trabajo con corpus amplios de información, la visualización de información como artefactos de presentación de resultados pero a la vez como posibilitadores de la develación de información no evidente, del surgimiento de nuevas interpretaciones de viejos fenómenos, o de la comprensión de objetos “nativamente” digitales sobre los que poco se había trabajado, al menos en esta dirección. En este sentido, en el año 2014 empleamos nuevamente la mirada de las humanidades digitales para centrarnos en la comprensión de la plataforma YouTube como espacio de producción de objetos culturales y por ende, significantes (Burgess and Green, 2009) . Considerando, además que YouTube no sólo almacena productos significativos, sino que ella misma es un objeto significante, con un lugar significativo en la ecología de los medios de comunicación, construida a partir de actores sociales heterogéneos, interfaces simples y prácticas tecnológicas complejas, en proceso de construcción socio-técnica donde la plataforma que pertenece a Google termina enrolando tanto a las grandes empresas del entertainment a partir de contratos y negociaciones que las cubren de las violaciones de copyright, como a los usuarios productores de contenido, así resulten personajes famosos y exitosos que salten al mainstream gracias a su exposición masiva. De la analítica cultural a la crítica analítica Habiendo culminado un proceso que nos permitió entender el lugar activo que juegan los usuarios en las redes sociales, estaríamos viendo sólo el lado claro de la luna, mientras que el oscuro se nos perdería en un mar de selfies, remixes, mapeados y visualizaciones. La comprensión de la significación de la convergencia cultural entre plataformas y usuarios no es una cuestión simple ni es vista unívocamente por la crítica cultural. Por un lado, están las ya mencionadas perspectivas derivadas de los estudios ingleses de audiencia, que adjudican roles activos y significativos a audiencias y usuarios, considerando que sus producciones dejan huella y pueden ser abordadas como parte de una producción cultural colectiva. Por otro, las perspectivas más críticas miran con reserva estas prácticas, sea porque entienden en las prácticas de los usuarios una apropiación primitiva del trabajo cultural por parte de las plataformas (Fuchs, 2014), o porque ven en estos procesos la apropiación por parte de las grandes plataformas de la información producida por los usuarios para su almacenamiento en grandes bases de datos (Nissembaum, 2012) , que luego vuelven a los

usuarios como información de alto valor comercial y publicitario, como algoritmos de filtrado de información (Pariser, 2011) que ponen en riesgo el libre acceso a la información, o como algoritmos de recomendaciones que ponen en cuestión la libertad de elección de los usuarios (Steiner, 2012). Estos usos centralizados y cada vez más penetrantes en el mundo cotidiano de los usuarios son observados con preocupación por la crítica tecnológica actual. Por ejemplo, como antes mencionamos, para Agamben los dispositivos informáticos son desubjetivantes en tanto no existen usos apropiados de la tecnología si a todo usuario, dispositivo y uso le corresponde una marca a través de la cual el sujeto puede ser eventualmente controlado. Tanto la mirada sobre la libre expresión de los usuarios en las redes sociales, como la del control de la información conviven controversialmente en la crítica tecnológica actual, planteando dos modelos posibles para comprender los procesos socio-técnicos atravesados por Internet: por un lado el que la considera un sistema centralizado con escaso poder de los usuarios (Morozov, 2011) , y por otro, el que la considera como un modelo descentralizado, donde los usuarios se “empoderan” haciendo uso de nuevas herramientas para la producción y la gestión de la información (Johnson,2013 ) . Dada la estrecha relación de las prácticas que se realizan on line con las que se llevan a cabo en el mundo off-line, hay quienes ven en esos dos modelos de arquitecturas de información dos lógicas sociotécnicas y políticas opuestas, y se interrogan, a la luz, por ejemplo de los nuevos movimientos sociales, si las arquitecturas que organizan las prácticas en Internet pueden también organizar las de la vida off-line. Se preguntan, en suma, si los modelos de arquitectura de Internet pueden ser también modelos políticos de organización social. Salvo algunas excepciones, entre las que podemos nombrar el trabajo de Steven Johnson Futuro perfecto, la mirada de la crítica tecnológica actual es de preocupación (Carr, 2015) . Pero deberíamos cuidarnos de que esta preocupación desemboque en una mirada tecnofóbica, en tanto la tecnofobia, tanto como la tecnofilia, depositan sus miradas en los objetos, y no en la interrelación entre sujeto objeto, o entre práctica y producto. La opción entonces no es enjuiciar negativamente una relación constitutiva del modo de ser contemporáneo, es imposible que nos consideremos sujetos si no es en interrelación con los otros sujetos y con las mediaciones técnicas, abrir la caja negra de los dispositivos técnicos de control, desmontarlos, hacer visible su construcción sociotécnica (Deleuze,1991), y por qué no, reclamar mayor control de los usuarios sobre su

información y sobre el software social que la almacena, la procesa y la devuelve como imagen fantasmática de su propia vida. Observamos que en los últimos años la crítica tecnológica ha crecido certeramente en la comprensión de los medios digitales y su rol en sociedad, la política, la cultura, la política, el conocimiento. Se abren nuevas controversias, aparecen conceptos que se estabilizan en el campo: filtrados burbuja, arquitecturas de pares, post humanismo, big data, temáticas de discusión obligada: movimientos sociales y redes sociales, tecnologías de control y robotización de los sentimientos, algoritmización de la cultura y el entretenimiento, así como también movimientos totalitarios de las plataformas que esquivan los derechos y reclamos de los usuarios en relación al archivo o la supresión de sus datos personales de los buscadores. Pensar en la escala de la información no solamente como un punto de llegada para comprender, sino como una oportunidad para legarle nuestra vida a las grandes arquitecturas tecnológicas, erigidas como los

oráculos de la actualidad, es también tarea de las

humanidades digitales. Pensar el post humanismo pero en escala, deconstruir los algoritmos de búsqueda y de filtrado, proponer negociaciones entre los usuarios que producen y las plataformas que reutilizan, pensar alternativas donde la algoritmización contribuya al mejoramiento de la calidad de la información a la que los usuarios de las redes acceden, puede ser el próximo desafío de las humanidades digitales. Sin este aspecto, sólo seremos procesadores de información de discursos ya legitimados socialmente. En eso estamos.

Referencias bibliográficas Agamben, G (2015) ¿Qué es un dispositivo? : seguido de El amigo y de La Iglesia y el Reino Barcelona, Anagrama Berry D, (2011) “Digital Humanities: first, second and third wave” disponible en http://stunlaw.blogspot.com.ar/2011/01/digital-humanities-first-second-and.html 14 enero 2011 última fecha de consulta: 29/06/2015 Burgess J, Green J, Jenkins H and Hartley, J (2009) YouTube: Online Video and Participatory Culture Cambridge, Polity Press Carr, N (2015) Atrapados, cómo las máquinas se apoderan de nuestras vidas. Madrid: Taurus

Deleuze G (1991) Postdata a la sociedad de control en Christian Ferrer (Comp.) El lenguaje literario, Tº 2, Ed. Nordan, Montevideo, 1991. Eisenstein, E (1983) The printing revolution in early modern Europe. Cambridge UK, Cambridge University Press Fuchs C, Sandoval M (2014) “Digital Workers of the World Unite! A Framework for Critically Theorising and Analysing Digital Labour” tripleC 12(2): 486–563, 2014 http://www.triple-c.at

disponible

en

http://www.triple-

c.at/index.php/tripleC/article/view/549/604 última fecha de consulta: 29/06/2015 Hayles, K (2012) How we think. Digital Media and Contemporary Technogenesis Chicago, University of Chicago Press. Hillis K, Petit M , Jarrett K (2012) Google and the culture of search New York, Routledge. Jenkins, H (2008) Convergence culture: la cultura de la convergencia de los medios de comunicación. Barcelona, Paidós. Johnson, S (2013) Future Perfect: The Case For Progress In A Networked Age New York, Riverside Books Mc Luhan, M. (1962) La galaxia Gutenberg, Barcelona, Círculo de Lectores Manovich (2013) Software takes command New York, Bloomsbuy Academic Manovich, L (2011) From reading to pattern recognition disponible en http://manovich.net/content/04-projects/068-article-2011/65-article-2011.pdf última fecha de consulta: 29/06/15. Manovich ,L (2007) “Cultural Analytics: analysis and visualization of large cultural data

sets”

,

ublicado

el

30

septiembre

2007,

disponible

en

http://www.manovich.net/cultural_analytics.pdf Michel, JB, et al (2011) “Quantitative Analysis of Culture Using Millions of Digitized Books” Science 14 January 2011: Vol. 331 no. 6014 pp. 176-182 Moretti, F (2007) La literatura vista desde lejos Barcelona: Marbot Morozov, E (2011) The Net delusion: how to not liberate the world London, Penguin Books Murray, J (1999) Hamlet en la holocubierta Barcelona, Paidós

Nissembaum, H (2012) Privacidad amenazada: tecnología, política y la integridad de la vida social México, Océano Olson, D. (1998) El mundo sobre papel. El impacto de la escritura y la lectura en la estructura del conocimiento. Barcelona, Gedisa. O’Reilly, T (2005) “What is Web 2.0 Design Patterns and Business Models for the Next

Generation

of

Software”

URL

original

http://www.oreilly.com/pub/a/web2/archive/what-is-web-20.html Fecha de publicación: 30/9/2005, última fecha de consulta: 29/06/15 Pariser, E (2011) The Filter Bubble: What Internet is hiding from you London, Penguin Books Pinch T, Bijker W (1989) “The social construction of facts and artifacts: or how the sociology of science and the sociology of technology might benefit one of each other” en Bijker W, Hughes T, Pinch T The social construction of technological systems Cambridge, Ma., The MIT Press. Piscitelli, A (2002) Ciberculturas 2.0. En la era de las máquinas inteligentes. Buenos Aires, Paidós. Piscitelli, A (2011) El Paréntesis de Gutenberg. La religión digital en la era de las pantallas ubicuas. Buenos Aires: Santillana Piscitelli, A (2013a) “La interminable querella entre los los duros y los blandos, los antiguos y los modernos, los datos y la interpretación” , working paper, inédito. Piscitelli, a (2013b) “Humanidades digitales y el software como cultura” ponencia presentada en el capítulo Buenos Aires de ThatCamp, 22 de lulio de 2013, Facultad de Filosofía y Letras (UBA) http://conectarlab.com.ar/las-humanidades-y-las-tecnologiasemparentadas/ última fecha de consulta: 20/06/15 Sfez, L (2005) Técnica e ideología México, Siglo XXI Steiner (2012) Automate this How Algorithms Took Over Our Markets, Our Jobs, and the World London, Penguin Books Turkle, S (1997) La vida en la pantalla. La construcción de la identidad en la era de Internet. Barcelona, Paidós Vaidhyanathan, S (2010 ) La googlización de todo y por qué deberíamos preocuparnos. México, Oceáno.

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.