DESHUMANIZACIÓN DEL TRABAJADOR: EL PAPEL DE LAS ORGANIZACIONES EN LA MAQUINIZACIÓN OBRERA. DEHUMANIZATION OF WORKER: THE ROLE OF THE ORGANIZATIONS IN LABORING MECHANIZATION

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DESHUMANIZACIÓN DEL TRABAJADOR: EL PAPEL DE LAS ORGANIZACIONES EN LA MAQUINIZACIÓN OBRERA. DEHUMANIZATION OF WORKER: THE ROLE OF THE ORGANIZATIONS IN LABORING MECHANIZATION. JUAN E. CANO Estudiante Ingeniería Química, Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, [email protected]

RESUMEN: A lo largo de la historia, se ha mirado desde diferentes posturas ideológicas el papel del trabajo en la sociedad, así como el del trabajador. Miles de años de humanidad han marcado de diferentes maneras las condiciones de las clases obreras. Infortunadamente para estos, muchos de los enfoques han olvidado la condición humana del trabajador y se han inclinado ya sea por la sobreexplotación de sus cualidades o por la restricción de las mismas para enfocarse en tareas demasiado específicas, buscando con esto maquinizar la figura humana y así mismo la imagen organizacional. PALABRAS CLAVE: Deshumanización, trabajo, trabajador, organización, máquina, mecanización.

ABSTRACT: Along the history, it has been shown from different ideological perspectives the role of the work on society, as well as the worker role. Thousands of years of humanity have marked in different ways the laborist class conditions. Unfortunately for them, several approaches have forgotten the worker human condition and have tended either by overexploitation of their qualities or by restricting them to focus on too specific tasks, looking for the mechanization of the human figure as well as the organizational image. KEYWORDS: Dehumanization, work, worker, organization, machine, mechanization.

1. INTRODUCCIÓN A lo largo del tiempo, las organizaciones y todo lo que éstas enmarcan han sufrido cambios respecto al modo de operar y lograr sus objetivos. Es entonces coherente pensar que la forma en que se trata a los trabajadores no ha sido ajena a dichos cambios. Sin embargo, la forma en que las empresas están modelando su administración ha llevado a que hoy en día se presente lo que se puede denominar como deshumanización laboral. Esto entendido como el desprecio de las condiciones humanas del trabajador en su campo de acción. A continuación, se dará un breve repaso de lo que ha significado el trabajo a lo largo del tiempo, llegando a su perspectiva actual,

donde se analizarán algunas causas y consecuencias de la problemática en cuestión. 2. EL TRABAJO Y SU PASO POR EL TIEMPO: UNA BREVE RESEÑA HISTÓRICA. El trabajo, entendido sociológicamente como la acción humana física o mental que requiere de un esfuerzo para obtener un bien, es una de las actividades más ancestrales que ha realizado el hombre (Sanchis, 2011). Como lo cuentan los datos históricos y las investigaciones hechas por historiadores, biólogos, arqueólogos y antropólogos, cuando la raza humana apenas daba sus primeros pasos sobre la tierra, tenía comportamientos característicos de sus parientes los primates: El instinto mandaba por encima de

la razón y la creación de ideas, la comida se buscaba en los árboles o se cazaba, pero sólo cuando la necesidad de la comunidad o del individuo así lo requiriesen. Sin embargo, con el paso del tiempo, el ser humano fue implementando técnicas que le permitieron tener una ventaja sobre sus pares taxonómicos, y fue así como se fueron diseñando herramientas que permitieron facilitar el acceso a los recursos vitales, a lo que posteriormente se le agregaron técnicas para la cosecha y almacenamiento de los alimentos, lo que conocemos hoy como agricultura. Desde ahí, el hombre se dio cuenta que ayudado por su esfuerzo y una serie de procedimientos, podría obtener aquello que le satisficiera en cualquier periodo de tiempo, sin necesidad de desplazarse continuamente de un lugar a otro como lo hacían los primeros pobladores. Se puede pensar que fue éste el origen de todas aquellas actividades que podemos definir como trabajo. A partir de esto, la humanidad ha atravesado por una serie de paradigmas que definen y enmarcan el trabajo según la perspectiva de las civilizaciones de turno. En la edad aristotélica, por ejemplo, se valoraba más el ocio que el trabajo mismo, y se le designaban a los esclavos las actividades consideradas como necesarias para la sociedad, permitiendo que los hombres libres se dedicaran a sus labores políticas o recreativas. Más adelante, sobre la edad media, el trabajo no representaba una actividad de valor, sino una justificación a la creencia cristiana de que el ocio debía evitarse a toda costa. Era entonces considerado más como un deber o incluso un castigo. No fue sino hasta la edad moderna, con la aparición de pensadores como Weber y Karl Marx y a sus teorías sobre el capitalismo, que se concibió al trabajo como una actividad desligada de la libertad o aprehensión del ser humano, y se consideró que cualquier actividad sea física o mental, se puede considerar como una forma de trabajo.

Toda esta reseña histórica es útil para observar cómo en el trascurso del tiempo, la humanidad ha vislumbrado el trabajo desde muchas perspectivas diferentes, que son las que han ido construyendo el modelo laboral que se tiene en la sociedad contemporánea. 3. PERSPECTIVA ACTUAL. Como se puede observar en la manera en que se organizan las sociedades contemporáneas, predominantemente en los países con economías capitalistas, el trabajo ha ocupado un puesto de honor, no sólo en la construcción del proyecto de vida personal y familiar del trabajador, sino en la elaboración de los planes territoriales y el ordenamiento de las ciudades. Se evidencia esto en la forma en que los tiempos de actividad laboral son los que esquematizan el diario vivir de los trabajadores, adaptando su día a día según el horario que dedique a su empleo; así, los tiempos destinados a compartir en familia o a la diversión en general, son organizados en los tiempos que no se tienen destinados a actividades laborales. Pero no sólo eso. Es evidente también que antes de embarcarse en proyectos familiares, las personas buscan tener una estabilidad laboral y a partir de esto idear la manera de mejorar su calidad de vida con lo que el trabajo les genera. De forma paralela, se puede observar que en las ciudades, la mayor densidad de trabajo se concentra en el corazón o centro de éstas, donde la población de trabajadores es más alta; los impuestos se cobran según los ingresos y propiedades de quienes trabajan e incluso algunos trámites gubernamentales tasan su valor según el trabajador a quien se le esté cobrando. Es evidente entonces que se ha llegado a un paradigma de trabajo en el que éste se convierte en el motor de desarrollo y dignificación, no sólo personal, sino social. El trabajo se ha ubicado en un lugar de privilegio para la humanidad. No obstante, a pesar de la predilecta posición del trabajo en la actualidad, al trabajador no se le ha brindado el mismo trato al interior de las organizaciones. Para las sociedades basadas en el capitalismo, donde la adquisición de utilidades es

más importante que cualquier fin dentro de las empresas, el trabajador tiene una relación de subordinación ligada a los intereses propios del capital. Es decir, el trabajador es explotado, su función es la de producir, generar ingresos. Pero para lograr que el sistema funcione bajo este modelo y evitar bochornosos escándalos o revoluciones, se hizo necesario educar a los trabajadores en una llamada “ética del trabajo”, donde se les enseña a cumplir sus obligaciones con sumisión y disciplina. El trabajador se limita a cumplir, a hacer su trabajo. Es su misión, para lo que ha sido contratado. Además de esto, la maquinización de los procesos industriales y el continuo surgimiento de nuevas tecnologías ha traído dos consecuencias importantes de éste problema: Primero, la estructuración organizacional ha tendido a trabajar como una gran máquina, cuyas partes se especializan en unas funciones específicas, lo que conlleva a la segunda consecuencia: la excesiva especialización de la mano de obra en una labor específica (Morgan, 1996). Bajo este modelo, el mundo actual ha ido ahondando una problemática que se convierte en el tema central de este ensayo y en una de las problemáticas sociales con mayor repercusión en la calidad de vida de la población contemporánea: La deshumanización del trabajo y por consiguiente del trabajador. 4. ¿ESTÁN SIENDO LAS ORGANIZACIONES ACTUALES FACILITADORES DE LA DESHUMANIZACIÓN LABORAL? Como se mencionó en el título pasado, se viene evidenciando una postura muy marcada en las economías capitalistas a enaltecer el trabajo como la capacidad de adquirir bienes, pero a despreciar al trabajador como persona. Esta problemática se viene evidenciando en las industrias desde hace ya un tiempo. Ilustrándolo de una manera jocosa, el actor y director Charles Chaplin (1889-1977) se basó en los problemas de la industrialización y la relación trabajo-capital

para la dirección y producción de su célebre largometraje “Tiempos Modernos” de 1936. Como se puede apreciar en éste film, la intención de quien lleva las riendas de la compañía es únicamente la de aumentar y agilizar su producción, exigiendo demasiado rendimiento a sus trabajadores. Tanto es el interés por hacerlo de esa manera, que pretende eliminar la hora del almuerzo con una máquina que le permita al trabajador seguir en su labor mientras la máquina le provee el alimento. Quizás la forma en que Chaplin plantea la situación se vea algo exagerada (hay que tener en cuenta que las películas de éste famoso actor pretenden mostrar realidades de manera jocosa), pero en el fondo de lo gracioso que pueda parecer, se puede encontrar en la película una fina crítica al sistema de producción, que no piensa en el trabajador, que lo obliga a trabajar como si se tratase de una parte más de una gigantesca máquina, como si soportara cualquier cantidad de vejámenes y aun así siguiera operando con la misma eficiencia. En el largometraje, también es evidente el problema de especialización del trabajador, que se acostumbra a hacer sólo una acción y la repite miles de veces al día. Esta especialización trae sus consecuencias, primero en la salud mental y física del trabajador, pues el hecho de que se esté desempeñando durante más de 8 horas al día en una sola función, atrofia las capacidades de innovación y creatividad de la persona, además de los múltiples padecimientos a causa de la postura corporal, los movimientos repetitivos o los ruidos estruendosos en algunos casos. La mecanización de la industria de manufactura, la avaricia desmesurada de los burócratas al interior de los sistemas económicos, sumado a problemáticas de índole político-social, como los desfalcos en los sistemas pensionales y de salud o la persecución sindical en determinados países, han llevado a volver a los trabajadores en meras partes útiles y removibles de un sistema que funciona a la perfección mientras sus piezas no vayan más allá de lo que se supone deberían

hacer. Es decir, mientras el trabajador se limite a hacer su parte, sin opinar (pues atenta contra la “ética del trabajador” y quien se atreve a hacerlo es tildado de revoltoso), sin quejarse, haciendo una y otra vez lo mismo, y esté relativamente protegido por un régimen de salud (por más deficiente que sea) el sistema operará tal como los capitalistas esperan que lo haga. Sintetizando lo anteriormente expuesto y resaltando que la extensión del tema es tal que se podrían tocar otra cantidad de argumentos más para hablar de éste, se puede evidenciar que desde hace ya varios años, las organizaciones se han adaptado parte por parte a la metáfora de la organización como máquina, expuesta por Morgan en su libro “Imágenes de la Organización”, donde el sistema se acopla de tal manera que todos funcionan encaminados a un objetivo común, pero la funcionalidad de cada parte se ve absolutamente limitada a lo que le corresponde, ni más ni menos (Morgan, 1996). En consecuencia, al trabajador de la actualidad se le ve de la misma manera que a un tornillo dentro de un complejo trasbordador espacial. Más allá de sus necesidades como persona, de su capacidad de innovar y opinar, el sistema sólo necesita una pieza que desempeñe hasta el cansancio su labor y sea fácil de remover y cambiar cuando ya no presente todas sus condiciones. Es entonces indudable que, bajo esta metáfora en la que operan la mayoría de las organizaciones hoy en día, se crea un ambiente favorable para que existan rasgos de deshumanización de los trabajadores, principalmente de aquellos que cumplen funciones netamente operacionales, como operarios de máquina, técnicos de laboratorios, almacenadores o bodegueros, entre otros. 5. CALIDAD DE VIDA LABORAL: UNA ALTERNATIVA A LA DESHUMANIZACIÓN A pesar de que muchas compañías siguen implementando técnicas y operaciones que van en contra de la humanidad del trabajador, algunas otras han querido ir dejando atrás este paradigma,

para embarcarse en nuevos modelos organizacionales que permitan el crecimiento tanto del empleado como de la compañía. Remitiéndose nuevamente al trabajo de Morgan, existen metáforas organizacionales que permiten al trabajador tener una flexibilidad muchísimo mayor a la que tiene en empresas que funcionan como máquinas. Una de estas metáforas es la que habla de organizaciones como cerebros, con capacidad de aprender y adaptarse al entorno. En estas, los trabajadores tienen la posibilidad no sólo de hacer una tarea específica, sino de aportar en otras labores dentro de su empresa, lo que crea no sólo sentido de pertenencia en el trabajador, sino que lo invita a usar sus capacidades físicas e intelectuales en pro de mejorar las condiciones laborales (Morgan, 1996). Un claro ejemplo de organización bajo este modelo lo da la empresa Coca Cola Amatil, en Sydney, Australia, donde tras identificar disgustos entre los trabajadores con algunas políticas internas de la firma, se determinó un plan estratégico en el que se implementaran las técnicas necesarias para darle a los trabajadores una mejor “Calidad de vida laboral”, entendiendo dicho concepto como la “favorabilidad o no favorabilidad de la totalidad del ambiente laboral y las condiciones de trabajo para ser excelentes tanto para las personas como para la salud económica de la organización” (Ouppara y Victoria, 2012). Así, se busca darle al empleado una posibilidad de adaptar su ambiente laboral de la mejor manera en que le sea posible, dándole además capacidad para tomar algunas decisiones sobre el funcionamiento de la empresa, teniendo siempre fijados unos límites y conservando alguna forma de supervisión sobre este. De esta manera, se logra que el ambiente laboral permita el crecimiento personal del trabajador, dándole la libertad de usar sus cualidades humanas para hacer su trabajo, lo que conlleva a alcanzar e incluso superar las metas empresariales, pues de esta manera se tiene una motivación adicional para realizar el trabajo.

Así, es apreciable que varias organizaciones enfocan su trabajo en cambiar la concepción mecánica de la organización, para darles a sus trabajadores y por consiguiente a sus finanzas, una nueva forma de alcanzar los objetivos.

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6. CONCLUSIONES Hablar de deshumanización laboral es hablar de un tema que lleva ya mucho tiempo en boca de pensadores, economistas y trabajadores. Se vuelve entonces difícil ahondar con suficiente profundidad en todos los temas que competen a dicha problemática. Sin embargo, es evidente que el modelo mecánico organizacional adoptado por muchas industrias a lo largo y ancho del planeta es quizás el más influyente en éste asunto. Las empresas que funcionan bajo este modelo facilitan la deshumanización del trabajador, sometiéndolo a actividades mecánicas, monótonas y repetitivas que le reprimen de utilizar sus cualidades humanas para el mejoramiento de la empresa y el crecimiento personal. A pesar de todo esto, varias firmas están implementando nuevos paradigmas organizacionales, que con seguridad llevarán a disminuir el problema de la deshumanización y darán resultados favorables tanto para el trabajador como para la compañía que lo contrate.

REFERENCIAS: [1] ALVAREZ, J. El trabajo a través de la historia. Cuaderno de Materiales – Revista de Filosofía. Madrid, España. V. 9. Disponible Online: http://www.filosofia.net/materiales/num/ numero9a.htm [Consultado el 24 de Mayo de 2013] [2] SANCHIS, E. Trabajo y paro en la sociedad postindustrial. Valencia, España. Editorial Tirant lo Blanch. 1ra Ed. 2011. [3] OUPPARA, N. y U. VICTORIA. Quality of Work Life Practices in a Multinational

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Company in Sydney, Australia. Procedia - Social and BehavioralSciences V. 40p116 – 121. 2012. VILLAMIZAR, C. Aproximación al concepto de trabajo en Max Weber, En: Lecturas Clásicas y Actuales del Trabajo. (Editor: CELIS, J.C.). Medellín, Colombia. Editorial Escuela Nacional Sindical (ENS). 2003. Disponible Online: http://www.ens.org.co/apc-aafiles/45bdec76fa6b8848acf029430d10bb 5a/LECTURAS_CLASICAS.pdf. [Consultado el 22 de Mayo de 2013] MARTINEZ, M.E. La Situación de los trabajadores en la sociedad flexible. Memorias X Jornadas de Economía Crítica. Barcelona, España. 2006. Disponible Online: http://pendientedemigracion.ucm.es/info /ec/jec10/ponencias/608martinezdeita.pd f. [Consultado el 25 de Mayo de 2013] MORGAN. G. Imágenes de la organización. México D.F. Editorial Alfaomega. 1997. SCHUMACHER, E.F., Lo pequeño es hermoso. Madrid, España. Editorial Orbis. 6ta Ed. 1983. Modern Times. Dirigida por: Charles Chaplin. 1936. Archivo de Video. Disponible Online: http://www.youtube.com/watch?v=wGN YyG8F7WY [Consultado el 24 de Mayo de 2013]

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