DESCRIPCIÓN DE LAS PLAÇAS DE ORAN Y MAZARQUIVIR, EN MATERIA DE FORTIFICAR DE LEONARDO TURRIANO

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Descripción

ingeniero del rey

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JUANELO

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ALICIA C Á M A R A M U Ñ O Z . Profesora de Historia del Arte en la U N E D . Su investigación se ha centrado en el arte, arquitectura y urbanismo de la época moderna, con especial atención a la obra de los ingenieros militares. Entre sus libros cabe destacar Arquitectura y sociedad en el Siglo de Oro. Idea,Traza y Edificio (1990), Fortificación y ciudad en los reinos de Felipe II (1998) y De la fortificación de Yvifa (2008, con F. Cobos). Asimismo, ha sido coordinadora de los libros Castillos, fortificaciones y recintos amurallados de la Comunidad de Madrid ( 1993) y Los ingenieros militares de la monarquía hispánica en los siglos XVII y XVIII (2005). RAFAEL D E FARIA MOREIRA. Profesor asociado del departamento de Historia del Arte de la Universidade Nova de Lisboa. Ha centrado sus investigaciones en la arquitectura del Renacimiento en Portugal, así como en el arte colonial portugués y la arquitectura militar. Es autor de la História das Fortificagóes Portuguesas no Mundo (1986), de monografías sobre ciudades y fuertes como Arcila, Mazagán o Bahrein, de capítulos relativos a las artes en la História da Expansao Portuguesa, vols. 1-3 (1998) y de más de ochenta artículos especializados. Ha sido profesor visitante en las universidades John Hopkins, en la de Roma y de Toulouse. M A R I N O V I G A N O . Profesor asociado del Laboratorio di Storia delle Alpi de la Università della Svizzera Italiana (Lugano). Sus investigaciones abarcan la historia contemporánea y moderna, las relaciones internacionales y la arquitectura militar Entre sus últimos libros destacamos: «El fratin mi ynginiero». I Paleari Fratino da Morcote ingegneri militari ticinesi in Spagna (XVI-XVII secolo) (2004); aPetrvs Morettinvs - tribvnvs mil'itvm». Un ingegnere della valle Maggia all'estero Pietro Morettini (1660-1737) (2007); Leonardo a Locamo. Documenti per una attribuzione del «rivellino» del castello 1507 (2009).

FUNDACION JUANELO TURRIANO

FUNDACION JUANELO TURRIANO

Leonardo Turriano ingeniero del rey

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Leonardo Turriano ingeniero del rey

Autores Alicia Cámara Rafael Moreira Marino Vigano T r a n s c r i p c i ó n y notas d e la Descripción

de las Plaças

Mazarquivir Daniel

de Oran

y

a cargo de

Crespo

Delgado

FUNDACION JUANELO TURRIANO FUNDACION JUANELO TURRIANO

La Fundación JuaneloTurriano lia realizado todos los esfuerzos posibles por conocer a los propietarios de los derechos d e todas las imágenes q u e aquí aparecen y por obtener los permisos de reproducción necesarios. Si se ha producido alguna omisión inadvertidamente, el propietario d e los derechos o su representante, p u e d e dirigirse a la Fundación J u a n e l o Turriano.

AGRADECIMIENTOS Luca Boscolo Caporale, Leandro Cámara M u ñ o z , M a r í a Josefa J i m é n e z Albarrán, Metair Kouider, Leocadia Pérez G o n z á l e z , H C H M o d e l , Isabel V e l á z q u e z Soriano.

CRÉDITOS FOTOGRÁFICOS A c a d e m i a das Ciencias de Lisboa, Alicia Cámara M u ñ o z , Archivio di Stato (Mantova), Archivo General de Indias, Archivo General de Simancas, Archivo Histórico Nacional, Arquivo Nacional Torre do Tombo, Biblioteca N a c i o n a l d e España, Biblioteca N a c i o n a l de Portugal, Biblioteca N a z i o n a l e C e n t r a l e di Firenze, B i b l i o t e c a N a z i o n a l e M a r c i a n a , D a n i e l C r e s p o D e l g a d o , Galleria degli Uffizi, Istituto Storico e di Cultura d e l l ' A r m a del G e n i o , M a r i n o Vigano, M u s e o N a c i o n a l de Ciencia yTecnología, M u s e o de Santa Cruz, Österreichische Nationalbibliothek, Patrimonio N a c i o n a l , Photoaisa, Rafael Moreira, Real A c a d e m i a d e Historia, Universidad de Coimbra. Todas las fotografías del manuscrito Descripción

de las Plaças de Oran y Mazarquivir,

en

materia de fortificar han sido realizadas por Pablo Linés. C o o r d i n a c i ó n de la edición: D a n i e l Crespo D e l g a d o Begoña Sánchez-Aparicio G a r c í a

Diseño, edición y producción; Ediciones D o c e Calles S.L. © D e la edición. Fundación J u a n e l o Turriano © D e los textos, sus autores © D e las fotografías y dibujos, sus autores I S B N : 978-84-920755-9-1 Depósito Legal: M . 23.420-2010

FUNDACION JUANELO TURRIANO

Estrepsíades.

(Va señalando algunos objetos).

- ¡ P o r los dioses!, ¿qué es esto? D i m e . Discípulo.

-Esto d e a q u í es astronomía. E. - Y eso otro, ¿ q u é es? D. - E s geometría. E. -Y, ¿para q u é sirve? D. -Para medir la Tierra.

E. - ¿ L a q u e se a d j u d i c a en parcelas? D . - N o , toda la Tierra

Aristófanes, Las nubes,

200-205

FUNDACION JUANELO TURRIANO

Fundación Juanelo Turriano Patronato: Presidente

Victoriano Muñoz Cava Vicepresidente

Javier Goicolea Zala Secretario

Pedro Navascués Palacio Vocales

José María Aguirre González Carmen Becerril Martínez José Calavera Ruiz David Fernández-Ordóñez Hernández Javier Rui-Wamba Martija José Manuel Sánchez Ron Presidente

de

Honor

Francisco Vigueras González

FUNDACION JUANELO TURRIANO

Presentación

Desde su creación en 1987 por el ingeniero y erudito José Antonio García-Diego, la Fundación Juanelo Turriano ha venido desarrollando distintas actividades que permitan profundizar en el conocimiento de la historia de la ciencia y la tecnología. Consciente de que la promoción y difusión de la investigación de más alto nivel es un aspecto ineludible de su debida tarea, nuestra Fundación siempre se ha mostrado atenta a patrocinar y apoyar trabajos como el que aquí presentamos. Con un claro objetivo: poner en valor y difundir desde la mayor exigencia un patrimonio no siempre suficientemente conocido, pero que es parte indisoluble de la trama que conforma nuestra historia y nuestro presente. Este libro, pues, encarna una de las razones de ser de la Fundación Juanelo Turriano. Con más razón si cabe porque su protagonista, el ingeniero Leonardo Turriano, fue pariente, tal como se demuestra documentalmente en esta obra, del célebre Juanelo, que da nombre a nuestra institución. Leonardo Turriano fue uno de los ingenieros más sobresalientes de la Europa a caballo entre los siglos XVI y XVII. Nacido en Cremona, en la Lombardia española, Leonardo Turriano se vincula a la corriente de ingenieros y científicos de la Italia renacentista que, contando con hitos tan significativos como Francesco di Giorgio Martini, Leonardo da Vinci, Galileo o el propio Juanelo, supuso una profunda renovación que abrió las puertas a la ciencia moderna. Con una trayectoria vital que no fue excepcional en su época, en la que estos profesionales eran requeridos por los más poderosos gobernantes, Leonardo Turriano entró al servicio de Felipe II. Tanto este rey como su hijo, Felipe III, buscaron ingenieros y técnicos que recorrieron, defendieron y articularon los inmensos territorios bajo su soberanía. Leonardo Turriano, que llegó a ocupar puestos tan relevantes en la administración filipina como el de Ingeniero Mayor de Portugal, trabajó, entre otras fronteras de los reinos hispánicos, en Galicia, Canarias, Orán y por supuesto Portugal. Desarrolló proyectos de defensa pero también de ingeniería hidráulica y hasta industriales. Su afán por entender, describir para el rey y sus Consejos y transformar el territorio, con una nueva actitud empírica, se enmarca en las coordenadas que hicieron de los ingenieros del rey unos profesionales imprescindibles para el progreso y la defensa de los reinos. Fruto de su permanente ver y proyectar fueron los informes, los dibujos, los libros que escribió, y los atlas militares. El de las Islas Canarias es conocido, pero hasta ahora permanecía inédito el atlas que realizó sobre Orán y Mazalquivir, del que se mostraba muy orgulloso. El lector comprobará que tenía razón para e l l o . La Descripción

de la Plaças

de Oran

y Mazarquivir

en materia

de

fortifi-

car se publica ahora por primera vez, y constituye un excelente testimonio de lo que era o podía llegar a ser un ingeniero en el siglo XVI, tanto de sus conocimientos FUNDACION JUANELO TURRIANO

y curiosidades como de su decisivo papel en la vertebración territorial de las primeras monarquías absolutas. Se reproducen todas sus imágenes, se transcribe su texto y se ofrecen estudios sobre Leonardo Turriano, su vida y la ciencia de los ingenieros a cargo de renombrados especialistas internacionales, que han realizado expresas investigaciones para elaborar los trabajos que aquí se publican y que, sin duda, serán una contribución ineludible al estudio de los individuos y las obras que fueron dando forma a la historia de la ciencia y la técnica en la Europa Moderna. Fundación

Juanelo

Turriano

FUNDACION JUANELO TURRIANO

Indice Alicia

Cámara

LEONARDO TURRIANO AL SERVICIO DE LA C O R O N A DE CASTILLA

I. «hombre entendido y de servicio»

15

il. «Persona de mucha teórica y experiencia»

49

III. Descripción de las Plaças de Oran i Mazarquivir, en materia de fortificar

75

Rafael

Moreira

LEONARDO TURRIANO EN PORTUGAL

«Partiréis para Lisboa, donde hallaréis orden mía de lo que se hubiese de hacer» Marino

-121

Vigano

«PARENTE ET ALIEUO DEL GIÀ MESSER JANELLO». PRIMERAS NOTAS SOBRE BERNARDO Y LEONARDO TURRIANO

Daniel

Crespo

203

Delgado

DESCRIPCIÓN DE LAS PLAÇAS DE O R A N Y MAZARQUIVIR, EN MATERIA DE FORTIFICAR DE LEONARDO TURRIANO

Transcripción y notas

227

233

11

FUNDACION JUANELO TURRIANO

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Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

Alicia Cámara

a

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«hombre entendido y de servicio»

E h 6 de mayo de 1597 llegaba a Lisboa para hacerse cargo de sus defensas Leo-

Página anterior

nardo Turriano, que fue Ingeniero Mayor del reino de Portugal, uno de los inge-

Anton Van den Wyngaerde,

nieros que mejor definen lo que fue esta profesión en el Renacimiento. Con las palabras que titulan este capítulo se refería a él el comentarista de la explicación que Turriano dio de los significados del programa iconográfico del torreón del palacio real de Lisboa. Fue sin lugar a dudas uno de los mejores ingenieros de su tiempo, que llegó a España a trabajar para Felipe II cuando, como se recordaba

Vista de Madrid, hacia 1562. Österreichische

Nationalbibliothek, Ms.

Min. 41, f. 35

TIZIANO,

Retrato de Felipe II con

muchos años después, la monarquía española estaba en su cénit, pues «se cerró

armadura, 1551.

el cerco de la corona y Imperio de toda ella, avien-

Prado

Museo Nacional del

do tomado la possessión del Reino de Portugal», con lo que Felipe II «con sus bragos y Imperio abragó toda la redondez de la tierra y tuvo subditos y vasallos en todas las quatro partes del mundo». Se había superado así a todas «las monarquías que celebra la Antigüedad: medos, ' Baltasar PORREÑO, Dichos y hechos del Señor Rey don Felipe Segundo, el prudente, potentissimo y glorioso monarca de las Españas y de las Indias ( 1628). Ed. de Antonio ÁLVAREZ OSSORIO y Paloma CUENCA, Madrid, Sociedad Estatal para la conmemoración de los centenarios de Felipe II y CarlosV 2001, p. 126.

persas, babilonios, griegos ni romanos»^ Resumamos en primer lugar lo que sabemos de su vida y su trayectoria profesional. Sabemos por múltiples documentos que Leonardo Turriano era milanés, natural de la ciudad de Cremona. La «Escritura de recibo de dote y donación de arras de Leonardo Turriano, Ingeniero Mayor de S.M. en los Reinos de Portugal, natural de Cremona, desposado con Juana de Herrera» del 29 de julio de 1600 en Madrid, deja claro que no era hijo de otro cremonense, Juanelo Turriano, como tantas veces se ha dicho, sino del capitán Bernardino Turria-

' Luis CERVERAVERA, Documentos biográficos de Juanelo Turriano. Madrid, Fundación Juanelo

no y de Juana Carral Pese a ello, la idea de que el padre de Leonardo era el famoso ingeniero del

Turriano, 1996, pp. 267-270 y 272.

emperador se pudo convertir incluso en algo inte-

Juana de Herrera tenía entonces

riorizado por algunos coetáneos, ya que no pare-

más de veintitrés años y menos de veinticinco.

ce muy probable, aunque por supuesto es posible, que la persona que comenta la explicación dada por Leonardo Turriano a las pinturas citadas, se refiera al capitán Bernardino Turriano cuando habla de su padre también ingeniero: FUNDACION 15

JUANELO TURRIANO

Alicia Cámara

«LeonardoTurriano es hombre entendido y de servicio criado a los principios a la escuela y doctrina de su padre que fue muy buen ingeniero,

el discurso de Leonardo Turriano,

letras que le ayudan»^ Sabemos que al Consejo de Guerra le constaba

palacio de Lisboa y las empresas

des, Alemania e Italia". El texto deViganò en este libro aclara, con documentación inédita, el parentesco entre Juanelo y Leonardo Turriano, tantas veces objeto de especulaciones.

pintadas». El documento fue publicado por Rafael MOREIRA, « O torreào do Pa

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las fortificaciones destos reynos de Italia y de las

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Qceyncyioßa/ficia C^bediafi,

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^O'yiiií&o ß'^ ObaJdeÜ^eiaJ yv¡eíciija dtconAde-yiy. • cin qu.iyVxy?ca/nli> JíAñáciía^rpen èe ^'^¿/¡ftt/nmíX^Jju.rdñfr c^s ¿Jfípct^M ¿t/^a^u^'í^J'f^' ymuaita H/fi^ua yirn^i //ew-»

48

Indias». Sin embargo, el 30 de noviembre de 1627 llevaba ya seis meses en la corte y no se le había ocupado en nada. Sabemos que «se halla

AGS, Guerra y Marina, leg. 7 ! 2, s.f El consejo de guerra decidió el 24 de julio de 1609 que se le pagasen a Leonardo Turriano los 3500 ducados que se le debían de su sueldo, y los 400 de ayuda de costa que también se le adeudaban. En esa sesión del Consejo, de 24 de julio de 1609, estaban solamente Diego de Ibarra, marqués de San Germán, Esteban de Ibarra y don Alonso de Sotomayor IHCM, Coiecdón Aparid, torno VII, ff 343 y 344. Colección de Documentos inéditos para la Historia de España (CODOIN).TomoV. Madrid, Imprenta de la viuda de Calero, 1844, pp. 189-192. '^'Véase la edición facsímil de José Antonio GARCÍA-DIEGO de Los Veintiún Libros de los Ingenios y Máquinas de Juanelo Turriano. Madrid, Fundación Juanelo Turriano y Ediciones Doce Calles, 1996, María Cruz DE CARLOS, «ElVI Condestable de Cas^LÍlla, coleccionista e intermediario de encargos reales ( 1592-1613)». En José Luis COLOMER (Dir), Arte y Diplomacia de la Monarquía Hispánica en el siglo XVII. Madrid, Fernando Villaverde Ediciones, 2003, p. 249, En este artículo (pp, 247-273) la autora recoge otros documentos sobre la importancia de la ingeniería en las villas y quintas de la nobleza española. En el caso del condestable, en su alcázar en Berlanga de Duero, el ingeniero Roque de Falqui, «ingeniero de Su majestad en el Reino de Sicilia», construyó en 1613 un ingenio para subir el agua desde el río Duero al alcázar para el regadío de unos jardines que debieron ser de gran belleza AGS, Guema y Marina, leg 954, si

en hedad crecida y enfermo» por lo que no se le puede mandar a hacer Jornadas'^®, así que regresó a Portugal, donde murió.

FUNDACION) JUANELO TURRIANO

II

«Persona de mucha teórica y experiencia» N o soy solamente historiador; ni exclusivamente geógrafo, ni tampoco simple arquitecto militar'

' L.TORRIANI, Descripción de las Islas Canarias. Alejandro ClORANESCU (traducción y edición). Santa Cruz deTenerife, Goya Ediciones, 1978, p. 2. ' IHCM, Colecdón Aparid. tomo VII, f 370v. ' Susana MATOS ABREU, «Livros e saber pràtico de um arquitecto do século XVII: a biblioteca de Fr Joáo Turriano e o mosteiro novo de Santa Clara em Coimbra». Ciencias e técnicas do Patrimonio, Revista da Faculdade de Letras, voi 2.2003, p. 810. Hace pocos años han sido atribuidos aTurriano unas apostillas a una edición de los Oposculi Morali de Alberti, libro que no está entre los que señala S. Matos. Diego SUÁREZ QUEVEDO, « D e escultura y pintura en los Oposculi Morali de Alberti editados por Cosimo Bartoli ( 1568) con apostillas de

Con las palabras que abren este capítulo definió él mismo la complejidad de una profesión que hoy parece estar limitada a un saber técnico, colocándonos sin posibles vías de escape ante la complejidad de saberes de un ingeniero del Renacimiento. Sus conocimientos teóricos y su experiencia fueron -también seguimos sus palabras- los que le llevaron desde la corte de Rodolfo II a la de Felipe IP. La corte de Rodolfo II fue uno de los centros artísticos, culturales y científicos más productivos de su tiempo. Incluso el hecho de que en su fantástico dibujo de las islas Canarias bajo el signo de cáncer integre la geografía con un signo zodiacal, nos puede hacer recordar la pasión de Rodolfo II por la ciencia, y que en esa corte un astrónomo de la talla de Kepler (a quien Turriano no conocería, puesto que Kepler llegó a Praga en 1602, donde sustituyó como Matemático imperial a Tycho Brahe) hizo horóscopos, lo que se consideraba una ciencia, cuando las fronteras entre astronomía y astrologia eran todavía difusas. Su interés por la astronomía lo pone de manifiesto el que entre los libros que poseyó se encontrara la obra de Aristarco De magnitudinibus, et distantiis solis et lunae en su edición de 1572, y el Discorso delle Comete de Galileo y Mario Guiducci, publicado en Florencia en 1619^ Y si las constelaciones se representaban

Leonardo Torriani». Ano/es de

MARIO GUIDUCCI (y

Historia del Arte. n ° 16,2006,

GALILEO GALILEI), Discorso

pp. 185-228.

delle Comete, Florencia,

Nella Stamperia di Pietro

Cecconcelli, 1619

FUNDACION 49

JUANELO TURRIANO

Alicia Cámara

LEONARDO TURRIANO, Canarias bajo el signo de cáncer, Descrittione e l-iistoria del regno de l'Isole Canarie...Di Leonardo Torriani, cremonese, Universidad de Coimbra, Ms. 314, f. 8

O V I . R O

F O R T V I S Í A T E . 1

con la forma de los animales y figuras que les daban nombre, tal como vemos en la citada obra de Guiducci y en otras muchas anteriores, ¿por qué no se iba a hacer lo mismo con la tierra utilizando una figura astrológica, en este caso uno de los signos del zodiaco? Quizá nos sea útil para aproximarnos a la figura de este ingeniero, reproducir el texto en el que explica la imagen de las islas bajo el signo de cáncer: Estas islas están situadas casi en medio del tercer clima, frente al Atlas Menor y en la parte occidental de Mauritania (la cual, a partir del cabo Bojador, da la vuelta en dirección del estrecho de Hércules) en la zona templada, a cuatro grados y medio de distancia del trópico estivo. Se extienden hacia poniente 350 millas, y 170 del sur al norte, formando el signo del Cáncer, debajo del cual están colocadas. Este Cáncer, vuelto hacia donde se pone el sol, tiene en la pinza derecha La Palma, en la izquierda El Hierro, en el codo (pero un poco hacia fuera) La Gomera. En la cabeza tiene a Tenerife, la cual, con dos puertos y con una punta, casi le forma la boca y los ojos; y en el vientre tiene a Gran Canaria. Después, volviendo la cola hacia el Septentrión, de manera que sesgadamente sigue la costa del África, tiene la larga isla de Euerteventura, la de Lobos, Lanzarote y al final a las tres menores. Graciosa, Santa Clara y Alegranza. Este signo pasa por el cénit de las islas, y es frío y húmedo y templado; el cual, por poseer humedad sustentativa y templada, tiene la fuerza de alimentar y procrear apaciblemente todas las cosas que le están sometidas, sin grandes lluvias ni excesos de los elementos". 50

••TORRIANI, trad, de CIORANESCU, p.26.

FUNDACION) JUANELO TURRIANO

Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

^ Eddy STOOLS, y WernerTHOMAS, «Flandes y las Islas Canarias en la primera apertura al mundo 14501550». En Lumen Canariense. El Cristo de La Laguna y su tiempo. Vol. I, San Cristóbal de La Laguna, Tenerife, A. Romero, 2003, p.33. ' Bartolomé ANTIST, A/monoche, o pronóstico de los efectos que se espera, según las configuraciones de los Planetas, y Estrellas que han de suceder en diversas partes del mundo, y particularmente en el Horizonte desta insigne ciudad de Valencia en el año 1581 .Valencia, Viuda de Pedro de Huete, 1580. Prólogo al lector Antist dice que su maestro fue Jerónimo Muñoz, también valenciano, matemático, geógrafo, hebraísta... y cuya obra matemática era conocida por Tycho Brahe y por Galileo, Sobre la proyección europea de la obra de Muñoz, ver Félix GÓMEZ CRESPO, Un astrónomo desconocido. El debate copernicano en El Escorial. Salamanca,Junta de Castilla y León, 2008, p. 19.

Por otra parte, y mirando sólo a la tierra y no al cielo de los cosmógrafos, astrónomos y astrólogos, cuando Leonardo Turriano realizó su fantástica imagen de las Canarias convertidas en un todo único, y extraordinariamente coherente en su disposición geográfica, merced al signo zodiacal del cangrejo, de alguna manera estaba utilizando un recurso ya empleado por el cartógrafo flamenco Michael Eitzinger en 1583 en el grabado que representaba a los Países Bajos c o m o Leo Belgicus y Leo Hollandicus,

para «abarcar y unificar gráficamente este conglome-

rado de una forma más impresionante y defensiva»=. En relación con las creencias astrológicas y los signos del zodiaco, podemos citar, entre otros muchos, un libro p u b l i c a d o en V a l e n c i a en 1580 que c o l o c a a España b a j o el signo de Sagitario, y a Portugal bajo el signo de Piscis. Son obras en las que la astrologia conlleva un c o n o c i m i e n t o astronómico, q u e a v e c e s se a c o m p a ñ a n c o n la descripción de fenómenos como el del gran cometa de 1577 que hace el autor de esa obra, Antist, y que admiró a todos los astrónomos europeos"". Abordando la figura de Leonardo Turriano nos movemos en lo que hoy llamaríamos «campos de conocimiento» poco definidos, si pretendemos ajusfar lo que sabemos de él a la c o m p a r t i m e n t a c i ó n científica actual. Este ingeniero del rey se consideraba más que arquitecto militar, historiador y geógrafo, por lo que no a c a b a n ahí nuestras posibilidades de estudio. Su profesión de ingeniero le llevó

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Pala para dragar. Dos discursos de Leonardo Turriano el primero sobre el fuerte de San Lourengo de Cabega Ceca en la boca del Taxo el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, f. 46v

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FUNDACION JUANELO TURRIANO

Alicia Cámara

el atlas de las Canarias el castillo de San Nicolò en Sebenico, obra del ingeniero Gian Girolamo Sanmicheli, sobrino del famoso arquitecto veneciano Michele Sanmicheli'". Quizá el conocimiento no fuera directo, ya que esta fortaleza de Sebenico fue alabada por Vasari, y reproducida en el Ovitats Orbis Terrarum. Por supuesto conocía los tratados de la época, y algunos formaron parte de la biblioteca que heredará su hijo Fray Joao. Uno es el de Giacomo Lanteri del año 1557^', en el que aparece como interlocutor el ingeniero y tratadista Girolamo Cataneo, que fue uno de los más leídos en España^ quizá por su relación con el experto Vespasiano Gonzaga y la construcción de la modélica muralla de Sabbioneta. Fue admirado por Turriano como comprobamos cuando lo cita en su manuscrito sobre la fortificación de Orán y Mazalquivir, por no hablar de la cantidad de veces que cita a Girolamo Cataneo el tratadista español Cristóbal de Rojas cuando habla de la evolución de las medidas de las cortinas en las fortificaciones a lo largo del siglo xvi. El otro tratado que sabemos que tuvo Turrriano es el de Giovan Battista Belluzzi, llamado el Sanmarino, Nuova inventione di fabricar fortezza di varie forme..., publicado en 1598, cambiando el nombre de Belluzzi por el de Belici, muchos años después de que muriera este ingeniero en 1554 en la guerra de Siena, un tratado del que una gran parte se debe a un soldado ingeniero veneciano, Giovan Tommaso Scala". Pese a ello, ambos tratados -publicados en Venecia, entonces centro impresor por excelencia- se asemejan en su pretensión de recoger experiencias, aunque en el caso del segundo algunas de las cuestiones se planteen con contradicciones debido a su carácter de suma de textos de dos autores distintos. Turriano sin duda tuvo una gran formación científica, pero aprendió tanto de la experiencia a lo largo de su vida, que cuando cita Dalmacia se explaya con el hecho de que uno de los lugares que hay que fortificar en Arrecife es muy parecido a tres lugares de Dalmacia, Muralla de Sabbioneta (Lombardia, Italia). Fotografia de Alicia Cámara

sobre el mar Adriático, que pertenecen a los llustrísimos Señores venecianos... el uno es el castillo de San Niccolò, frente a Sebenico; el otro

® A. DEANOVIC, «Architetti veneti del Cinquecento impegnati nella fortificazioni della costa dalmata», En L'architettura militare veneta del Cinquecento, Milán, Electa, 1988, pp, l25-l34,Andrej Zmegac,«La fortalezza di San Nicolò presso Sebenico, Un'opera importante di Giangirolamo Sanmicheli», Mitteilungen des Kunsthistorischen Institutes in Florez, 49,2005, pp. 133-151,

'' L. MATOS ABREU, op, cit, p, 811, Se trata de la obra de Jacomo de LANTERI, Due Dialoghi di N\. lacorno de'Lanteri da Paratico, bresciano:ne i quali s'introduce Messer Girolamo Catania Novarese, et messer Francesco Trevisi ingegnerò Veronese, con un Giouane Bresciano,« ragionare del modo di disegnare le piante delle fortezze secondo Euclide; et del modo di comporre i modelli, et torre in disegno le piante delle Ottà,Venecia,Vincenzo Valgrisi y Baldesar Costantini, 1557 Cristóbal de Rojas lo utiliza en su tratado de fortificación, que resume el conocimiento que debían tener los ingenieros de la monarquía española a finales del XVI, ya que es fi-uto de las lecciones impartidas por Rojas en la Academia de Matemáticas de la corte fundada por Felipe II, Más significativo de esta gran difusión, que atribuinnos a la relación con Gonzaga, nos parece que sea el tratadista militar recomendado por Castillo de Bobadilla en su Política pora corregidores para ser leído por los corregidores que deben saber de fortificación urbana,

es la ciudad de Dulcigno, y el tercero es la Cur-

" Sobre Belluzi es fundamental el

zola, ciudad e isla, la cual, estando sitiada por

Sanmarino. Giovan Battista Belluís

gran parte de la armada turca, año de 1521, fue vergonzosamente abandonada por los hombres y defendida por las mujeres; el valor de las cuales fue igualado por éstas de Lanzarote...^".

estudio de Daniela LAMBERINI,I

architetto militare e trattatista del Cinquecento. 2 vols. Cita di

Castello, Leo S, Olschi Editore,

2007, En concreto sobre este

tratado impreso, ver vol, I, pp- 31 317, El tratado

lleva

siguiente: Giovan Battista

Ese valor que siempre confiere al conocimiento histórico y a su propia experiencia es una de las características de su trabajo. Cuando se ocupó, ya como ingeniero en Portugal, de la limpieza de la barra del Tajo, además 58

y Giovan Tommaso

el título

BELLUZZI

SCALA,

Nuovo

inventione di fabricar fortezze é varíe forme. In qualunque sito« piano, di monte, in acqua, con dive disegni, et un trattato del modo, ài si hà di osservare In esse, con le sue misure, et ordine di levar le pianti' FUNDACION) JUANELO TURRIANO

Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

tanto in fortezze reali, quanto no reali. Di Giovan Battista Belice. Con un discorso in fine intorno al presidiar e guardar esse fortezze, e quanto fa bisogno peri I loro mantenimento.Veneda, Roberto Meietti, 1598. L.TORRIANI (traducción y edición de A. ClORANESCU), op. dt, p. 56. ^^ Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. I2892,f.46v AGS, Guerra y Marina, leg. 289, f. 293. Sobre estas y otras cuestiones de la fortificadón del siglo XVI y su evolución, ver el excelente estudio de Fernando COBOS GUERRA, «La formulación de los prindpios de la fortificación abaluartada en el siglo XVI. De la Apología de Escrivá ( 1538). al Tratado de Rojas ( 1598)». En Manuel SILVA SUÁREZ (ed.). Técnica e ingeniería en España. I. El Renacimiento. Zaragoza, Real Academia de Ingeniería, Institución «Fernando el Católico», Prensas Universitarias de Zaragoza, 2004, pp, 401 -438.

de sus espléndidos dibujos, en su escrito recordaba lo útil que había sido la gran avenida del ríoTíber para limpiar el río, y lamentaba no saber cómo fue la del Tajo en 1531, «de las quales avenidas (sigun la naturaleza de las cosas humanas que siempre dando vueltas en círculo se parecen a las passadas) se puede esperar algún buen sucesso»^=. Esa conciencia del devenir histórico, y su capacidad de integrarlo en el avance de la ciencia, incorporando además la experiencia es una de las cualidades de este ingeniero. Como ingeniero de fortificación integró igualmente la experiencia ajena a la propia, así que no fue un ingeniero que se limitara a construir mediante baluartes, sino que las tenazas, tijeras, el aprovechamiento de torreones y murallas antiguos cuando las circunstancias así lo requerían fue una constante en su obra. Eso sí, el baluarte era fundamental en las fortificaciones, el lugar más fuerte según explica en la Descripción

de Canarias. También eso le venía de su experiencia antes de lle-

gar a España, porque creemos que el triunfo del baluarte en la escuela veneciana de fortificación, es lo que llevaría aTurriano a considerarlo base de la fortificación, aunque en la práctica supiera aplicar siempre que era el sitio el que imponía sus reglas, utilizando tijeras y tenazas cuando la orografía así lo requería. Como ejemplo de lo que decimos, nos puede servir lo que el 8 de octubre de 1590 escribe al rey (en italiano, firma todavía «LeonardoTorriani») desde Gran Canaria. Se planteaba la posibilidad de añadir cuatro baluartes a la fortaleza del puerto, pero sin capacidad para grandes piezas de artillería. La razón era que la fortaleza del puerto, que ya estaba hecha, sí tenía esa capacidad para la artillería, y no había razón para gastar más dinero. Nosotros añadiríamos que ya para entonces se sabía que los arcabuces y mosquetes eran más eficaces que

Plomos para dragado. Dos discursos de Leonardo Turriano el primero sobre el fuerte de San Lourengo de Cabega Ceca en la boca del Taxo el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, f. 56

las grandes piezas de artillería en la defensa de una fortaleza. La vieja fortaleza quedaría más alta que los baluartes, a modo de caballero, con lo que la defensa quedaba asegurada. Los nuevos baluartes obedecían a dos razones, «Tuna dalla necessita, l'altra da non far cosa superflua et fuori di giuditio». Su proximidad al mar impedía hacer baluartes mayores sin grandísimo gasto y trabajo. Se defenderían con arcabuces, mosquetes y pequeñas piezas de artillería, y los baluartes serían en ángulo recto, porque si no las puntas serían demasiado largas, y el mar «non dava anco luogo per poterlo fare; la cui inventione sendo nata della necessità è digna d'essere stimata». Calculó un coste de dos mil quinientos ducados^"^. Esta capacidad para hacer de la necesidad virtud, de que la invención naciera de la necesidad como dice lapidariamente, de ahorrar gastos superfluos sin escatimar en la eficacia de la defensa, fue una constante en su trayectoria como ingeniero de fortificación. 59

FUNDACION JUANELO TURRIANO

Alicia Cámara

Sabemos que en 1595 este añadido seguía sin hacerse, porque tras el ataque inglés a la isla, que tan detalladamente narró el ingeniero Próspero Casóla, éste recomendaba que «se hagan los quatro baluartes que turriano dexó tragado y la traça tengo en mi poder firmada del mesmo turriano porque este castillo no tiene ninguna defensa»". En los informes de Próspero Casóla hay frecuentes referencias

' ' AGS, Guerra y Marina, leg, 432, í 59,

a la actividad de Turriano en las islas Canarias años antes de que él se hiciera cargo de las fortificaciones. Así, cuando Casóla escribe su Discurso sobre la fortificación de la Isla de Fuerteventura, en la descripción se refiere a un llano, que a sido visitado y señalado por todos los ministros deV. Magd. que an venido a esta Isla como fueron el Ingeniero Amadeo, Tomás de Cangas el maestro mayor de Canaria Bartolomé Dias, Leonardo Turriano y don Luis de la Cueva y de Benavides governador y capitán general que fue destas Islas y antes dellos por los naturales y señores passados de aquella isla de ochenta años a esta parte^''.

' ' AGS, Guerra y Marina, leg 432, f 60,

Efectivamente, Turriano en su Descripción de las islas Canarias, cuando se refiere a la fortificación de Fuerteventura, considera que el mejor lugar es «la meseta que está encima de la villa», y proyecta una fortaleza de forma cuadrada para ella, aún sabiendo que el cuadrado tiene «mil imperfecciones»^', que detalla y

Descripción... Canarias... p,8é.

a las que nos referimos en el capítulo dedicado a sus teorías acerca de la fortifiProyecto de FRANCÉS DE

ÁLAVA reformardo por

cación. Casóla cuenta más: de todo ello, la meseta, y suponemos que las casas cercanas, Leonardo Turriano llevó un modelo a la corte realizado por el mismo

LEONARDO TURRIANO,

Casóla"". Aquí vemos otra constante de su obra, que fue la credibilidad que sus

Garachico dell'isole di

trazas inspiraban en cuanto a su eficacia defensiva.

Planta del forte di

Tenerife con l'aggiunta,

En su informe sobre las fortificaciones de La Coruña de 13 de enero de 1597,

1590. España. Ministerio

de Cultura. Archivo

demuestra su capacidad y experiencia, puesto que de nuevo no se pone a innovar,

M P D 18, 43

sino que se limita a contar con lo que era la fortificación y sus posibilidades, siem-

General de Simancas,

° AGS, Guerra y Marina, Ieg432,í 60.

pre sin generar grandes gastos. Y eso que era una de esas fortificaciones «a lo antiguo, que carecen de buenos traveses,

UCHWO CÍHCT'.!

MSllUSM

terrapleno, i estrada cubierta». Como urgía repararla sólo había que atender a lo más necesario: mejorar los traveses de los torreones pequeños para que sirvieran para arcabucería ya que para artillería resultaban estrechos, y además resultaban más eficaces en esa plaza los arcabuces, de «tiros pequeños i menudos, más fáciles de cubrir», lo que está plenamente integrado en las teorías sobre fortificación del Renacimiento, una vez demostrado que las potentes armas de artillería con sus retrocesos en el momento del disparo, su dificultad para la movilidad y otros inconvenientes, servían para el ataque, pero no para la defensa, que «se ha reducido ahora a tiro de mosquete, y arcabuz», salvo en los 60

FUNDACION) JUANELO TURRIANO

Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

Plano de Garachico,

Tenerife, con el castillo antes del incendio, plataformas con

cañones, puerta del mar, iglesia de Santa Ana,

puerto y fondeadero.

España, 1698. Ministerio

de Cultura. Archivo

General de Simancas,

M P D 62,57

•"C.deRojAS,op.dt,f32

cañones de la casamata según escribía Rojas"'. Sigamos con el informe sobre La Coruña, porque para la artillería había que hacer nuevo terraplén, en lugar de foso y estrada cubierta, que obviamente era lo que las normas decían, y se podía hacer tan sólo una «trinchea en derredor de los muros que fuesse del mismo efeto, y entre ella i ellos unos fossi líos de trecho en trecho que hiziessen través a todo el espacio que pudiera ocupar un buen fosso». Con esos fosillos el enemigo se mantendría lejos de las murallas y, como se comunicarían entre sí, prevendrían un ataque mediante minas. Esto sin duda no hubiera sido posible en otra fortificación, pero ahí se ve a un buen ingeniero, que estudia el terreno, y en este caso, sabe que al haber muy poca tierra sobre las rocas que hay cerca de las murallas, las minas son prácticamente imposibles. Eso sí, en los lugares en los que hubiera más tierra había

AGS, Guerra y Marina, leg. 481, f 55. " A . MARTÍNEZ SAIAZAR, El cerco de La Coruña en 1589 y mayor Fernández Pita. La Coruña, Andrés Martínez Editor; 1889. Sobre la situación política que acabó generando estos ataques ingleses, ver M.J. RODRÍGUEZ SALGADO, «Paz ruidosa, guerra sorda. Las reladones de Felipe II e Inglaterra». En La monarquía de e'ípe Ho debote. Madrid, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los centenarios de Felipe II y CarlosV, 2000, pp, 63-II9. D e la misma autora, «La guerra hispano-inglesa 1585-1589». En Memoria Centenario María Pita. La Coruña, 1989, pp. 21 -29.

que cavar de manera que nunca quedara «grossor bastante a la mina». Con ello, con alguna salida cubierta y «reforjando algunos parapetos con cestones de tierra», la ciudad quedaría defendida con muy poco coste. No sabemos si gustó mucho esta práctica solución, porque se estaba intentando hacer obras costosas y que llevarían un tiempo, pegadas a los muros antiguos, que según Turriano iban a servir para poco, como también iba a ser perjudicial derribar un torreón redondo, que era mucho mejor conservar por contribuir a la defensa''^ Como podemos ver, acabó con sueños de modernización de una ciudad a través de sus murallas, sencillamente porque en ese momento lo que había era una verdadera urgencia de que se pudiera defender del enemigo. Y recordemos que en 1589 La Coruña había sufrido el ataque de la armada inglesa al mando de sir Francis Drake, quien ya había atacado las costas gallegas en 1585, con unas fortificaciones inoperantes''^ FUNDACION 61

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LEONARDO TURRIANO,

Planta de O r á n con traza

superpuesta de un

proyecto de fortificación de "incierto autor". Descripción

de ias Plaças

de Oran i Mazarquivir materia de fortificar,

en

1598, Academia das

Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n ° 1 0 6 5 , f 21

Su obsesión por el coste de las obras le llevó, por un lado a alabar pero por otro a criticar a Vespasiano Gonzaga, que cuando estuvo en 1574 en Mazalquivir ordenó ensanchar y ahondar el foso para que en él entrara el mar lo que «a mi parecer era cosa buena, sí, pero de grandísima y ecessiva costa»"". En cualquier

Descripción... Orán... í 48v.

caso, la experiencia de este ingeniero iba creciendo, e iba aprendiendo nuevas cosas de la práctica de su profesión. Así, cuando en 1600 le consultaron de nuevo sobre las fortificaciones de Canarias, su respuesta obedeció a lo que había aprendido en Orán, ya que explicó que debían hacerse de «argamasa de cal y tierra» como las de Orán y Mazalquivir, porque así eran más fuertes y se hacían con mayor rapidez"^ Un ingeniero en constante aprendizaje. LEONARDO TURRIANO,

A . CÁMARA, Fortificación y dudad en los reinos de Felipe II. I^adrid, Nerea, I998,p.34.

Planta del castillo de Rosalcázar con los

cambios propuestos por

Leonardo Turriano en los

bastiones de la

Encarnación y San Francisco,

Descripción

Mazarquivir

en materia

de las Plaças de Oran i de fortificar, 1598,

Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n° 1065, f 24

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A l g u n a s d e sus a f i r m a c i o n e s m e r e c e n ser reseñadas por el carácter q u e él mismo les da de máximas sobre fortificación. N o suponen una novedad, porque responden a lo que se sabía entonces sobre la fortificación, una arquitectura para ' D. L^MBERINI, Il Sanmarino. ...op. dt.,vol.ll,pp. 186 y 187.

la que eran precisas la «especulativa» y la «operativo»""^. Podemos hacer dos capítulos uniendo algunas de sus afirmaciones, una referente a la arquitectura militar, en qué consiste y sus elementos, y la otra referida a la práctica de la profesión, sobre todo a la experiencia en la elección del lugar y en la guerra que ha de tener un ingeniero. A m b a s las vamos a confrontar con lo que dicen otros tratadistas de la época, pero basándonos en varios, y no sólo en los que sabemos que poseyó Turriano. Teniendo en cuenta que se m o v i ó en los círculos científicos próximos al monarca, pensamos por ejemplo que no desconocería lo que Cristóbal de Rojas había escrito en su tratado, y c o m o a su vez este ingeniero recoge experiencias propias y a j e n a s para sus l e c c i o n e s en la A c a d e m i a de M a t e m á t i c a s , se p u e d e concluir que había ya unos principios generales definidos en la arquitectura mili-

LEONARDO TURRIANO,

tar, de los que Leonardo Turriano se hace también eco. A l fin y al cabo, a todos se

traveses de la cortina

lo había ido e n s e ñ a n d o la experiencia, a u n q u e disintieran unos de otros sobre

Encarnación y San

Propuesta para los

entre los baluartes de la Francisco en el castillo de

c ó m o plasmar en la práctica ese corpus teórico que se iba formando.

Rosalcázar,

Descripción

de las Plaças de Oran i

La arquitectura •

Mazarquivir

militar:

en materia

de fortificar, 1598,

«La ragón de fortificar no sólo consiste en materia forma i sitio, que son las tres

Academia das Ciencias

cosas principales desta Architectura», también hay que saber si es conveniente

n° 1065, f f . 2 6 , 2 7 y 2 8

de Lisboa, Ms. Azul,

invertir recursos en fortificaciones que no se puedan sustentar fácilmente, c o n lo q u e a l u d e al debate q u e se dio sobre las fortificaciones de '' Descripción...Orán...

O r á n y Mazalquivir*'.

f.49.



«El baluarte, c o m o principal miembro de toda la defensa de la fortificación, se hace él más fuerte, más dotado c o n artillería y c o n instrumentos de guerra, y mayor q u e todos los demás, c o m o verdadero combatiente y defensor de la

63

FUNDACION JUANELO TURRIANO

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contraescarpa, del foso, de las cortinas y de sí mismo; de m o d o que justamente lo llamaron los latinos propugnaculum»"®. C o m o ya i n d i c a m o s anteriormente, la r e a l i d a d es q u e pese a esta rotunda

'"TORRIANI, Ed. de CIORANESCU, op.dt„p. 158.

a f i r m a c i ó n sobre el protagonismo del baluarte, él m i s m o utilizó otras posibilidades d e fortificar un lugar en función del sitio. N o obstante es interesante porque en una fortificación regular el baluarte define la fortificación d e la é p o c a moderna. También Cristóbal de Rojas consideraba el baluarte la esencia de la fortificación «porque en el valuarte están las casasmatas, y traveses, y las espaldas, y orejones, que en efeto está allí todo el arte de la fortificación»"®.

Cristóbal de ROJAS.Teóncoy

Las «aspilleras» de una fortificación «se harán oblicuas y cada vez más anchas,

práctica de fortificación, conforme

para q u e la una pueda ayudar a la otra y sus tiros c o m b i n a d o s se crucen»^".

tiempos, repartida en tres partes.

A q u í está planteando lo mismo, que en el sistema interrelacionado q u e constituye una fortificación, en el que cada parte defiende a las otras y todas deben estar cubiertas por las trayectorias de tiro, si el baluarte es fundamental, no lo son menos las troneras de las casamatas, o los ángulos de tiro de los parapetos desde los q u e se abre fuego, y q u e efectivamente d e b í a n tener la progresiva abertura perfectamente medida para poder cubrir cortinas y flancos de baluartes sin que los defensores quedaran al descubierto de los enemigos. «Los modernos ingenieros, teniendo en cuenta la v i o l e n c i a de la artillería, le

las medidas y defensas destos Por el capitán Christoval de Rojas, Ingeniero del Rey nuestro Señor. Dirigida al Príncipe nuestro señor Don Felipe III. Madrid, Luis Sánchez, I598,f,39v. ^TORRIANI, Ed. de CIORANESCU, op. d t , p. 61. Se está refiriendo a ¡as troneras de la fortaleza de Guanapay, de las que hace un dibujo para que quede muy darò lo que pretende.

opusieron el terraplén, c o m o cosa que mejor y suavemente, sin ruina, recibe y v e n c e la fuerza de las balas»''. Pensamos que no hace falta detallar que todos los tratadistas de arquitectura militar se o c u p a n de los terraplenes, indicando

''TORRIANI, Ed. de CIORANESCU, op.cit.,p. 159-1

c ó m o construirlos, la inclinación que deben tener, la materia de la que deben hacerse etc., porque fue uno de los grandes cambios que transformaron las fortificaciones desde el Renacimiento al compás de la e v o l u c i ó n de la artillería.

La profesión •

del

ingeniero:

«Es cosa evidente que el sitio q u e defiende muchas partes d e b e ser fortfsimo en sí, no sólo por efecto del arte, imitador de las cosas más poderosas que él, sino

Cuadrante geométrico, 1605, en LEVINUS HULSIUS,

Diccionarium

Teutsch-Italiänisch,

Italänisch- Teutsch.

und

Frankfurt, 1605

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L e o n a r d o T u r r i a n o al s e r v i c i o d e la C o r o n a d e C a s t i l l a

por la naturaleza, verdadera y perfecta maestra. Y, si ocurre que tal lugar no se pueda obtener tan fuerte de la naturaleza, entonces debe también intervenir el "TORRIANI, Ed. de CIORANESCU, op. cit., p. 246

arte, que en medio de tales cosas puede conseguir algo casi perfecto»". Lanteri, ese tratadista cuyos Due Dialoghi... del modo di disegnare... poseyó Turriano le daba una enorme importancia (como otros, no lo olvidemos) a la necesidad de adaptar la fortificación a los distintos sitios, que sólo podía llevar a

" Sobre este tratadista y otros del XVI, ver Alessandra COPPA, Galeazzo Al essi Trattato di Fortificazione. Milán, Guerini Studio, 1999. Sobre Girolanno Cattaneo y Giaconno Lanteri, pp. 44-46.

cabo un buen ingeniero con sus instrumentos para trazar sobre el terreno". ' «Porque la forma del sitio a veces es de tanta más importancia que la fortificación, quanto es la ofensa de la defensa, dejando agora a parte murallas i baluartes, digo que lo más principal que tiene de advertir quien ha de fortificar un sitio, es entender bien todos los modos con los quales el enemigo puede ofender la fuerça que tiene imaginada de hazer en el, i destruillos. Esto comúnmente se suele hazer con la mesma fortificación, acudiendo al efeto i no a la causa; ni por esto se libra la fortificación de los defetos que la hazen flaca, ni de las ofensas del enemigo. Esto entendí en el libro de la historia i descripción de las islas, en la fortificación de la montaña de San Francisco de la isla de Canaria, quando dije que siendo la traça de la fortificación bien entendida que antes se

'' Descripción... Orón... f i 53v y 54.

debe de acomodar el sitio a ella, que ella a el mudándola»". Como escribía Belluzzi, la inteligencia necesaria al ingeniero de fortificación difícilmente se podía enseñar, «perché la diversità de' siti è tale che è imposibile l'uno assomigliarsi a l'altro, ancor che siano tutti piani, o colili, o monti et sempre vi si scorge qualche difficoltà, che l'uno è diferente da l'altro, di modo che le cose

Sanmarino...,

si farano in un luogo non serviranno interamente nel'altro»". Por su parte Rojas

op.dt,vol. Il,p. 207.

consideraba que la capacidad para reconocer y elegir el sitio era fundamental

' D. LAMBERINI, Il

para el ingeniero, «porque aunque sean de bronce las murallas, y tengan las defensas y medidas con mucha proporción, si le falta el sitio, será cuerpo muer' C. de ROJAS, op d t , f. 3.

to, porque ei alma del consiste en el buen conocimiento del sitio»"^. «La fortificación de cualquier isia, reino y provincia, se debe considerar de dos modos, es decir: contra los de dentro y contra los de fuera». Contra los de dentro «se hacen los castillos y las fortalezas al interior de las ciudades», con lo que se está refiriendo claramente a las ciudadelas, y contra los de fuera «la for-

"TORRIANI, Ed. de CIORANESCU, op. cit, p. 86. Es una reflexión al hilo de las posibilidades de fortificar el valle de Santa Mana de Betancuria

tificación se pone en la frontera y a la entrada de algún paso o puerto»". «Pocos fortificados resisten a muchos que acometen»^''. Este era ya un principio universal. Más o menos por los mismos años en que escribía Turriano, en

en Fuerteventura.

Padua, un joven Galileo escribía su tratado de fortificación, y en él se puede

Descripción... Orán. ..f. 7.

leer lo mismo, que el hacer fortificaciones tiene como finalidad «che pochi

"A.PELUCANÒ,op.dt,pp.84y 100. " LTORRIANI, Ed. de CIORANESCU, opcit, p. 54.

possano difendersi da molti «Me parece que la fortificación... se debe hacer con dos consideraciones, es a saber, según las fuerzas del enemigo, y el número de los defensores... trataremos de las fortificaciones... según lo requieren el sitio, las fuerzas del enemigo y el número de los que las deben defender»"^". La referencia a la necesidad de que la fortificación se adapte al tipo de enemigo que la puede ofender FUNDACION 65

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lo encontramos en Galileo'^', pero también en Rojas, que diferencia entre las fortificaciones que se deben hacer frente a ios turcos, frente a los luteranos o en tierras amigas'^^ «Las plaças que tienen ei socorro cerca i ei enemigo lejos, no tienen necesi-

" A. PELLICANO, Op. dt, p. 100, «Bisogna, oltre a ciò, sapere a quali sorte d'offese si debe resistere», " C , d e ROJAS, op, dt,í38v,

dad de tener de contino (sic) tan gran número de soldados de presidio, ni ser

" Descripción,,,Orón,,, f,5l,

tan fortificadas i tan fuertes como las que tienen el socorro iejos i el enemigo

D, LAMBERINI, Il Sanmarino....

cerca»". Esto también era algo comúnmente admitido, y lo encontramos for-

op, d t , voi. Il, p 379,

mulado ya a mediados de siglo en Belluzzi: si los habitantes de la tierra están

"TORRIANI, Ed, de CIORANESCU,

dispuestos a la defensa, hacen falta menos soldados, así que la cercanía de ios

op,dt,p,57,

enemigos y la hostilidad o amistad de los que viven cerca de la fortaleza con-

«TORRIANI, Ed, de CIORANESCU,

diciona sus necesidades". «Es cosa consabida, cuán peligroso es dar tierra al enemigo, por poca que sea,

op,dt„p 159, "C,deROJAS,op,dt„f,3,

donde pueda desembarcar y asaltar»'^^ Y bien que lo comprobó, ya que uno de los problemas con los que se encontró años después en Mazalquivir fue que Antonelli había dejado espacio para desembarcar al enemigo, y una de ias cosas que alabó de las hechas por Vespasiano Gonzaga fue precisamente la fortificación de la punta del Calvario. Hay que «huir lo más que se pueda de gastos excesivos, y de aquellas cosas

BAUTISTA ANTONELLI,

Cartagena de Indias,

que sólo se pueden terminar a lo largo de muchos años»'^'". Todos estaban de

España. Ministerio de

acuerdo, y Rojas consideraba «que es lo que ha de mirar siempre el Ingenie-

1594. G o b i e r n o de

ro, de ahorrar lo más que pudiere en la fábrica, no quitándole su fortaleza»'"'.

Cultura. Archivo General de Indias, MP-Santa Fe y Quito, 10

:

FUNDACION 66

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Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

Uno de los elogios que recibió Turriano del Consejo de Guerra en 1595, cuando solicitó un aumento de sueldo -si a los ingenieros les hubieran pagado siempre bien y a tiempo tendríamos mucha menos información sobre ellos- era que todo lo que se le había encargado lo había hecho satisfactoriamente, mostrando «tanto I " IHCM, Co/ecoon Aparid, t o m o VII, f.3l8. I " Sobre esta palabra en España se puede ver A. CÁMARA, « L a arquitectura militar / los ingenieros de la monarquía española: aspectos de una profesión ( 1530-1650)». Revista de la Universidad Complutense, n° 3, 198l,p.255,y Manuel SILVA SuÁREZ, «Sobre Técnica e I Ingeniería: en torno a un excursus llexicografico». En M. SILVA SUÁREZ |(ed.), Técnica e ingeniería .. .op. d t , pp. 23-37. ™ C . d e ROJAS, op.dt.f. Iv.

talento y plática que su persona sería y era de mucha utilidad»'^''. Tenía lo que se le exigía a un ingeniero: talento, es decir, ciencia e inteligencia, que podríamos llamar ingenio'^®, y práctica, es decir, experiencia. La necesidad de los conocimientos de matemáticas por parte del ingeniero, unida a la experiencia de quien Rojas llama «soldado viejo», es decir un militar experimentado™, llevó en los territorios de la monarquía española a que fuera muy frecuente, por no decir constante a partir de los años setenta del siglo xvi (y por eso lo recoge Rojas), el que los grandes proyectos de fortificación fueran decididos por un militar experimentado y un buen ingeniero viajando juntos para elegir el sitio, dar la traza, informar, etc. Eso llevó a desencuentros como el de Vespasiano Gonzaga y Juan Bautista Antonelli en Mazalquivir, a las disputas interminables entre ingenieros y militares de las que tanto supo Spannocchi (y los que discutieron con él), a la colaboración de Pedro de Velasco y Jacome Palearo Fratín en la fortificación de Ibiza, o a ese proyecto que hoy se nos antoja titánico de fortificar los puertos del Caribe por Bautista Antonelli y el maestre de campo Juan de Tejada.

C i e n c i a y e x p e r i e n c i a d e un i n g e n i e r o del R e n a c i m i e n t o Como buen científico del Renacimiento, la observación de los procesos de la naturaleza apasionó a Turriano, y tuvo ocasión de describir uno excepcional: la erupción de un volcán, probablemente el deTiagua, en la isla de La Palma. Este acontecimiento, sucedido en 1585, le fascinó de tal manera, que lo describe en su obra sobre las Canarias, sintiéndose un nuevo Plinio, quien había muerto durante la erupción del Vesubio que sepultó a Pompeya y Herculano. Turriano no olvi"TORRIANI, Ed.de CIORANESCU, op dt, p, 237-238,Tras el relato detallado de cómo fue la erupción, verdaderamente impresionante, dice «Las cuales cosas las vi yo mismo y para verlas, me metí en empresas

da dejar constancia de que por tres veces había estado en tanto peligro de perecer como el famoso historiador de la Antigüedad, y por la misma causa: la curiosidad por observar el fenómeno^'. Su capacidad como escritor se pone de manifiesto en párrafos como uno de los muchos de la larga descripción del nacimiento del volcán, porque «¿qué mayor

peligrosísimas, en las cuales por

horror y maravilla, que la tierra que tiembla y se sacude, aullando como un ani-

tres veces estuve a punto de

mal acongojado, de modo que no podía uno estar en pie, ni soportar en los oídos

padecer la misma muerte del imprudente Plinio». "TORRIANI, Ed. de CIORANESCU, op. dt, p. 233.

el horroroso bramido y estrépito?»". Su capacidad científica de deducir conclusiones de la observación se pone de manifiesto tanto en esta ocasión como en muchas otras, pues si bien recuerda que otros volcanes como el Etna y el Vesubio ya eran montañas antes de que se produjeran las erupciones, en el caso de La Palma no fue así, de lo que extrae la conclusión de que no sostenemos que sólo en esta isla haya nacido un monte, causado por los incendios subterráneos, sino que puede nacer en cualquier parte. FUNDACION 67

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donde se produzcan similares efectos en el interior de la tierra... fue tan horroroso y digno de admiración que, si apenas creíamos a nuestros ojos, a la inteligencia parecía imposible. Fue tanta la conmoción que le supuso el haber observado, medido y descrito ese fenómeno tan admirable, que anuncia que está escribiendo «un tratado sobre los volcanes», que desgraciadamente hasta la fecha no conocemos ni sabemos si llegó a acabarlo".

'^TORRIANI, Ed. de CIORANESCU, op.dt, p. 239-241.

De su pasión por los fenómenos que acontecían en la tierra y en el cielo nos habla también que este hombre, que puso en peligro su vida para medir y observar el nacimiento de un volcán, tuvo entre sus libros el Discorso delle comete de Mario Cuiducci quien describe el gran cometa que se pudo ver en el cielo a finales de noviembre de 1618, para maravilla y terror del pueblo que imaginaba catástrofes asociadas a ese fenómeno celeste, a la par que provocaba la atenta observación de los astrónomos. En este caso, y pese a que el discurso fue pronunciado por Mario Cuiducci en la academia florentina y publicado en 1619 con su nombre, se ha puesto de manifiesto que en gran parte lo que en él se dice se debe a Galileo Galilei, matemático y filósofo del gran duque de Toscana tal como le define el mismo Cuiducci en su dedicatoria de la obra a Leopoldo, archiduque de Austria'". El estudio de los cometas, como el llevado a cabo porTycho Brahe en 1577", fue siempre apasionante para los científicos. Sus intereses eran amplísimos, y en este caso se correspondían con su capacidad, lo que muchas veces no sucedió con otros que se llamaban a sí mismos ingenieros, o al menos se consideraban expertos en todo lo referido a esa profesión y que por ello fueron ridiculizados en los tratados porque no conocían ni siquiera el especializado vocabulario que era necesario. Así, unos caballeros no sabían que pitipié era lo mismo que escala, o hablaban de «architetero» y «cos-

Galileo GALILEI y Mario GUIDUCCI, Discorso delle comete. Ed. de Octavio BESOMI y Mario HELBING. Roma-Padua, Editrice Antenore, 2002.Véase para esta utilización de ¡deas de Galileo por Guiducd la introducción, pp. 1522. La dedicatoria en p. 113. Giorgio STRANO, «Copérnico e Tyciio: le due facce della reforma dell'astronomia». En Pa '

mografeo» sin saber que las palabras eran «Architecto» y «Cosmógrafo»"^. Podrí-

GALLUZZI (Dir:), Galileo. Irrìrnagini

amos seguir con ejemplos de caricaturas del ingeniero en la España del Siglo

Telescopio. Florencia, Giunti, 2009,

dell'Universo daliAntIchitò ai p.232.

de Oro, pero como estamos hablando de un verdadero ingeniero, sólo queremos hacer notar que tanto poder en manos de unos profesionales llevó a que muchos

"C.de

ROJAS,

op.dt,i30v.

quisieran presumir de conocimientos que no tenían, lo que acabó en caricatura. Leonardo Turriano se movió en un mundo en el que la ciencia era tan necesaria para el poder que todos los gobernantes tenían a sus matemáticos, algunos de ellos además filósofos, otros también arquitectos, ingenieros, historiadores, cosmógrafos, geógrafos... Turriano es un muy digno ejemplo de esa generación a caballo entre el siglo xvi y xvii que tan definitiva fue para los cambios de la ciencia moderna. De sus intereses nos habla, además de su obra conocida, el que escribió también un «libro sobre la cifra»". Suponemos que fue sobre la manera de cifrar escritos que debían permanecer secretos cayeran en las manos que cayeran,

" AGS, Guerra y Marina,

.513,1

172. Lisboa, 26 de marzo de

y lo pensamos guiándonos por el significado que da Covarrubias en su Tesoro de la lengua castellana o española publicado en 1611 de «CIFRA. Escritura enigmática FUNDACION 68

JUANELO TURRIANO

Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

con caracteres peregrinos, o los nuestros trocados escritos de ios ingenieros al rey y a su Consejo de Gue-

11""

rra fueron cifrados, con las letras convertidas en números, para evitar que la información cayera en manos

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del enemigo pensamos que de eso trataba el libro, y no era cuestión baladí, porque lo hacían los ingenieros, pero también los embajadores, representantes del rey, espías... en un mundo plagado de enemigos de la monarquía hispánica. N o conocemos este libro,

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pero demuestra que nada estaba fuera del interés de Turriano, desde la erupción de un volcán, la geogra-

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fía, la astrologia, o la posibilidad de normalizar un

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sistema de comunicación a salvo de miradas ajenas a las del poder. En la Descripción

de las islas Canarias incorporó,

como lo hace en la de Orán, los informes enviados al rey, que se conservan en el Archivo General de Simancas. La Descripción

de Canarias, acabada en 1592,

sería entregada al rey en 1593, pero no conocemos '' A, RUMEU DE ARMAS, op. dt, p. 359.

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ese ejemplar, sólo el de Coimbra'®. Lo que no había en los informes al rey, que

TIBURZIO SPANNOCCHI,

conocemos por la investigación en el archivo citado, era la descripción de la socie-

Aljafería, 1592. España.

dad, o las costumbres de los habitantes de esos lugares, que en cambio sí apa-

Archivo General de

recen en los atlas. No era al Consejo de Guerra a quien podían interesar en prin-

Informe cifrado sobre la

Ministerio de Cultura. Simancas

cipio esos datos, más atento a las cuestiones defensivas en todos sus aspectos, arquitectónicos, económicos, jurídicos, geográficos, etc., era a un monarca curioso y muy poderoso, sentado en su despacho, al que se destinan las páginas de

GUALTERIUS ARSENIUS,

Ballestilla, 1563. Inv.

estos manuscritos, nacidos ya como pieza de colección.

85/4/478. M u s e o

Desde un punto de vista científico, en ambos manuscritos Leonardo Turriano da longitudes y latitudes, utilizando en ocasiones

N a c i o n a l de Ciencia y

Tecnología, M a d r i d

a Ptolomeo. Así por ejemplo, la ciudad de Orán está a 13 grados y 20 minutos de longitud según Ptolomeo «i mi osservación», y a 35 grados y 33 minutos de lati" Descrípdón... Orán... f. 13v. L. CABRERA DE CÓRDOBA, op. dt, p. 76.

tud'^ También Cabrera de Córdoba la sitúa a «treinta y cinco grados y medio de altura del polo»™, lo que se aproxima bastante a los 35°, 41 ' y 28" que dan los mapas actuales, y la isla de Euerteventura según

L H

•/'J/í'."•f.í.

unos por otros». Como sabemos que algunos de los

"TORRIANI, Ed, de CIORANESCU,

Turriano está entre los 5.23 y 4.8 grados de longitud, y los 28 grados y 55 minutos y los 28 de latitud"'. La tierra estaba siendo medida cada vez con más precisión mientras se aceptaba que no era el centro del universo. 69

FUNDACION JUANELO TURRIANO

Alicia Cámara

Las matemáticas y la geometría euclidiana eran la base de los conocimientos de los ingenieros, y no está de más recordar queTurriano se refiere a Juan de Herrera no como arquitecto, sino como matemático, cuando alude a la obra de San Lorenzo de El Escorial''^ La historiografía española ha venido considerando a Herrera como un gran arquitecto, que además fue director de la Academia de Matemáticas fundada en la corte por Felipe II, y sin embargo, si escuchamos a sus coetáneos. Herrera fue en primer lugar un gran matemático^^ que lógicamente y gracias a esa formación científica y a su experiencia, puedo ser el artífice de la gran obra del monasterio de El Escorial. No nos extraña que así lo vieran Turriano o Cristóbal de Rojas, quien en el prólogo de su tratado se refiere a «luán de

"TORRIANI, Ed. de CIORANESCU, op. dt, p. 100. El monasterio es « o b r a del excelente matemático Juan de Herrera». " U n a primera aproximación a la relación de Herrera con los ingenieros en Alicia CÁMARA, «Juan de H e r r e r a y la arquitectura militar». En Miguel Ángel

Herrera, criado de su Majestad, varón en las ciencias matemáticas tan excelente,

ARAMBURU-ZABALA (D¡r),JUAN de

que no menos puede España precierse de tal hijo, que Sicilia de Archímedes, y

Fundación O b r a Píajuande

Italia de Vitruvio, elegido por el Rey nuestro Señor para tragar sus grandes fábricasx^^pero es que también uno de los historiadores que glosaron los grandes

Herrera y su influenda. Santander H e r r e r a y Universidad de Cantabria, 1993, pp. 91 -104, Sobre las matemáticas, la Academia Real

hechos de Felipe II, Baltasar Porreño, se refería a Herrera, en primer lugar como

Matiiemática, su evolución y las

«matemático insigne», para añadir después que fue «tragador mayor y aposenta-

ocupaban a los matemáticos, va-

dor de Palacio»''^ Y si seguimos poniendo el foco de nuestra atención en criterios

«Instituciones para la formación

ajenos a la tradicional historia de la arquitectura como una historia de arquitectos, entendidos como lo que fue esta profesión desde el xix, nos vamos a encontrar a un Juan de Herrera «ingeniero», como lo nombra otro ingeniero especialista en puertos, Fabio Borsoto, quien en 1587 había llevado a la corte y mostrado al Consejo de Guerra un «retrato» y un «modelo» del muelle que había proyectado para Málaga. Pudo con esta ocasión besar las manos al rey «estando su yngeniero Juan de Herrera delante», viendo ambos «el retrato del muelle y planta de la ciudad y costa»°^ Al fin y al cabo, la geometría era «maestra casi de todas artes, sirviendo con sus medidas a matemáticos. Arquitectos, diestros en armas. Cosmógrafos, artífices, metalarios, carpinteros, pintores, escultores, agricultores, soldados, y otras gentes»®'. En este sentido no podemos olvidar el Discurso de Juan de Herrera sobre

distintas profesiones que Mariano ESTEBAN PIÑEIRO, de los técnicos». En M, SILVA SUAREZ (Ed,), op. dt, pp, 165-201 C, de R O J A S , op, dt, prólogo (s,t), ' ' Baltasar PORREÑO, Dichos Y hechos del Señor Rey don Felipe Segundo, el prudente, potentissimo f glorioso monarca de las Españas f de las Indias (1628). Edde Antonio ÁLVAREZ OSSORlOy Paloma CUENCA, Madnd, Sociedad Estatal parala conmemoración de los centenarios de Felipe II y CarlosV

2001,pili.

AGS, Guerra y Marina, leg, 213,( 92, Sobre este muelle de Málaga

LUIS COLLADO, Compás

de artillería, 1584. Inv.

se puede v e r Alicia CÁMARA, «De

99/21/1. Museo

Palermo a Málaga Fabiano

Nacional de Ciencia y

Bursotto y la ingeniería de

Tecnología, Madrid

p u e r t o s en el Renacimiento». Lexicon. Storia dell'architettura In Sicilia, ri" 7,2008, pp. 7-22. ® Christoval SUÁREZ DE FIGUEROA Plaza Universal de todas derKiasf artes, parte traducida de Toscano... Madrid, Luis Sánchez, 1615, Í329V Ed su mayor parte esta

obra

traduce la

deThomaso GARZONI, Lo pioz« universale di tutte le profesión de^ mondo,,, Venecia, 1589.

FUNDACION

70

JUANELO TURRIANO

Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

Uso de instrumento de

triangulación, 1607, en LEONHARD ZUBLER,

Novum

Instrumentum

Ceometricum rerum

Quo

mensurabilium

Longitudo, Latitudo & mensurantur.

Altitudo, Profunditas... Basilea,

Impensis Ludovici Regis,

Bibliopolae Basilensis, 1607

Discurso del Sr Juan de Herrera aposentador mayor de S.M. sobre la Figura cúbica. Ed. de Edison SIMONS y Roberto GODOY. Madrid, Editora Nacional, 1976. '' Alicia C Á M A R A , «La arquitectura military los ingenieros de la monarquía española...», op. dt,

la figura cijbica®®. La geometria de Euclides circulaba en todos los centros científicos europeos, y no sólo por los tratados de los arquitectos militares como Cristóbal de Rojas que se definía como «architecto y geómetra»"', o por las lecciones que se impartían. En España, los seis primeros libros habían sido traducidos al castellano en 1576 por el astrólogo y matemático Rodrigo Zamorano™, y a partir de entonces sin duda fue más fácil acceder a todo lo que Euclides enseñaba.

p.26l.

Pero todo había avanzado desde Euclides, así que la necesidad de usar instru-

" Los seis primeros libros de la

mentos cada vez más precisos para medir lo que la vista alcanzaba no hace falta

geometría de Euclides.Traducidos en lengua Española por Rodrigo . En Enrique MARTÍNEZ RUIZ (Ed.), A4odrid, Felipe II y los ciudades de la Monarquía. Vol. II, Madrid, 2000, pp. 289-305.

da del rey, pero con su utilidad más viva que nunca. Cabría una reflexión en este punto relacionada c o n los retratos de los reyes y de sus familias, celebrando la continuidad dinástica, cargados de utilidad política, porque si, como se ha dicho^.

TIBURZIO SPANNOCCHI,

1594, España. Ministerio

de Cultura. Archivo

General de Simancas,

M P D 15, 84 Derecha

TIBURZIO SPANNOCCHI, Planta de Catania,

Descripción

de las

marinas de todo ei Reino de Sicilia, 1596.

Biblioteca Nacional de España, Mss. 788, f 29

Ifv

&.•!i Ai-an.^x.í ¡ ^ inU-iJrawa «.-níai.ni-i^ 6a >íl W o gíi.-o.io. y rf/ río

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FUNDACION 77

JUANELO TURRIANO

Alicia Cámara

i

un

Izquierda Castillo de San Felipe de Setúbal. Calleria degli Uffizi, Gabinetto Disegni e Stampe, Sign. 4251-A Derecha Castillo de Cascaes, Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze, Ms. 11.1. 281. Por concesión del Ministero per i Beni e le Attività Culturali della Repubblica Italiana/Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze

la representación de los territorios llegó a sustituir al retrato (o a compartirlo con él) como eficaz representación del poder e imagen de la monarquía, tan difícil hubiera sido introducir historiográficamente en las colecciones regias a unos y a otros, y sin embargo, retratos y descripciones geográficas en pintura y dibujo fueron «coleccionados» por los monarcas europeos como expresión de su poder. En ese marco se inscribirían los atlas de Leonardo Turriano. Seis años median entre los dos atlas deTurriano, puesto que la dedicatoria al rey de la obra sobre Orán está fechada en Madrid, el 4 de noviembre de 1598. Es una obra espectacular como celebración del poder militar y del control de las fronteras de la monarquía, y está dedicada al rey Felipe III, muy poco después de morir Felipe II. No debemos de dejar de señalar que Turriano no duda en solicitar ya en la dedicatoria los favores del nuevo rey, basándose en que ninguno de los ingenieros enviados antes de él a ver esas fortificaciones se dieron cuenta de cosas en cambio advertidas por él en un lugar que debe «hazer espalda a España, i facilitar la impresa de tantos Reynos de África»". Como dice el mismo ingeniero en esa dedicatoria, el manuscrito refleja el esta-

" Descripción...Orán... Dedicatoria al rey.

do en que se hallaban las plazas de Orán y Mazalquivir, y sus fortificaciones, en el año 1594.Tiene por lo tanto una finalidad de información para el rey, pero a la vez creo que, al igual que el de Canarias, habría pasado a formar parte de la biblioteca o de la colección personal del rey. La coincidencia cronológica de los dos atlas deTurriano y el de Sicilia de Spannocchi, acabado en 1595 si bien realizado en gran parte en Sicilia antes de llegar a España en 1580', nos lleva a la conclusión de que en los años noventa se incrementó un gusto especial por este tipo de obras en la corte española. Ese interés, manifestado ya en el reinado de Felipe II, se convertirá en pasión durante el reinado de Felipe 111. Quizá por ello es a este monarca al que dedica Turriano su obra sobre Orán y Mazalquivir. De hecho Felipe III encargó en 1602 a Spannocchi una descripción de las fortificaciones españolas'", en la que este ingeniero, ya con el título de Ingeniero Mayor 78

' Alicia C Á M A R A , «Chorographie et fortification. Spannocchi au service de la monarchie espagnole». En I s a b e l l e W A R M O E S , Emilie d'ORGEIXyCharlesVAN DEN HEUVEL (Dirs.),A!iffi militaires... pp.S?-^''' A . C Á M A R A , « C h o r o g r a p h i e . . •» p.

69.

FUNDACION JUANELO TURRIANO

Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

de los Reinos de España, se esmeró si, tal como pensamos, algunos de sus dibujos como el del valle de Arán, pudieron estar destinados a celebrar con un espléndido atlas el dominio de las fronteras de este monarca. También fue Felipe III el que encargó un año antes, en 1601, a Bautista Antonelli que realizara «una discription de todos los puertos y fuergas de las Indias muy particularmente», una vez que este gran ingeniero hubo regresado del Caribe y estaba con licencia en • AGS, Guerra y Marina, leg. 580, f. 330. Madrid, 28 de abril de 1601. Alicia CÁMARA, «Retratos urbanos para la guerra». En V MÌNGUEZ. I. RODRI'GUEZ y V Zuriaga (Eds.) El sueño de Eneas. Imágenes utópicas de la ciudad. Castello. Generalitat Valenciana, 2009, pp. 65-88. Sobre esta cuestión de las distintas manos que intervienen en el proceso de elaboración, y sobre todo en las copias de los atlas y las recopilaciones de dibujos de fortificaciones hechas por los ingenieros al servicio de los estados italianos a fines del XVI y la primera mitad del XVII, como AscanioVitozzi, Ercole Negro de Sanfront o Michel Angelo Morello, ver MicaelaViGLINO DAVICO, «Aijtentidtá e copia nei disegni di architettura militare». En Angela MARINO (Din), L'Architettura degli ingegneri. Fori:ificazioni in Italia tra •500 e'600. Roma, Gangemi editore, 2005, pp. 9-26.

Madrid''. Su capacidad para hacer espléndidos dibujos de lo que fortificó en el Caribe lo podemos apreciar, por poner dos ejemplos firmados por él, en la traza de la ciudad de Cartagena, y en la de las dos fortalezas, la del Morro y la de la Punta, que guardaban la entrada a la gran bahía de La Habana. Tampoco ésta, que sepamos llegó a convertirse en un libro, salvo que algún día un archivo o biblioteca nos depare la sorpresa. Quizá estos dos encargos respondan a un deseo generalizado en diversas cortes por sistematizar los diseños de las grandes fortificaciones de la época, y agruparlos unificándolos, aunque en origen procedieran de manos y territorios diversos, convirtiéndolos en objeto de colección. Es decir, que uno de los procesos que se fue generalizando fue el de unificar el sistema de representación de un conjunto de planos por la mano de un artista, aunque en origen el modelo para esas plantas procediera de distintas manos'^ Un ejemplo de ello sería el magnífico álbum de Matteo Neroni que se conserva en la Biblioteca Nacional de Florencia, realizado en 1602 por encargo del gran duque Fernando 1 de Mèdici y estudiado por Lamberini'\ Los grandes atlas del xvii continúan y amplifican lo iniciado en los años finales del siglo xvi, aunque en realidad ya en la segunda mitad de ese siglo hay colecciones de plantas fortificadas como las de Belluzzi para Cosme I de Medici'".

" Daniela LAMBERINI, Il Sanmarino Giovan Battista Belluzzi...

BAUTISTA ANTONELLI,

op cit.,

Fortificación del Morro y

vol.Lp. 127.

fuerte de La Punta en la

Habana, 1593. Gobierno

Ibidem, pp. 128 y ss.

de España. Ministerio de

Cultura. Archivo General de Indias, MP-Santo Domingo, 13

FUNDACION 79

JUANELO TURRIANO

Alicia Cámara

H a b l a m o s de manuscritos, no sólo los dos deTurriano, sino de los encargados a otros ingenieros, y c o m o manuscritos iban a seguir, puesto que en el encar-

dibujos, vertambién de la misma

de fortificaciones se sacarían las copias que fueran necesarias, y en ningún momen-

«Funzione di disegni e rilievi delle

to se habla de darlos a la imprenta. Salvo por la c i r c u l a c i ó n de modelos de for-

fortificazioni nel Cinquecento». En

tificaciones q u e se dio entre cortes aliadas a c o m i e n z o s del siglo X V I I " , quizá

Cinquecento. Milán, Electa, I988,pp.

estaban destinados a la colección regia y la información que daban era demasiado secreta c o m o para darlos a la imprenta. C o m o a ello se añadía la belleza de sus imágenes que eran de la propia m a n o de los ingenieros, en este caso Spannocchi y Turriano-años después lo hará T e x e i r a " - y no pasadas por el filtro de un pintor c o m o otros atlas que conocemos, el del marqués de Heliche por e j e m p l o " ,

de Sicilia, 1596.

Biblioteca Nacional de

España, Mss. 788, f. 67v

48-61, Amelio FARA, li sistema e la città.Architettura fortificata dell'Eumpa moderna dai trattati alle realizazioii 1464-1794. Genova, Sagep Editnce, I989.0nonzo BRUNETTI, L'ingegno delle mura. L'Atlante Lemos dello BIbliothèque Nationale de France. Florencia, Edifii;2006. " Sobre la relación diplomática yd intercambio de obsequios entre t

estaba desactivada en sus dibujos.

de ias

marinas de todo ei Reino

L'Architettura militare veneta nel

c a c i ó n de las cuestiones claves de una fortificación, sino todo lo contrario. Eran añadían que la potencia de las máquinas de guerra que eran las fortificaciones no

Descripción

autora, Daniela LAMBERINI,

el valor de estas obras aumentaba, porque no había en ellas nada de la simplifiun objeto preciado de c o l e c c i ó n y conocimiento científico, porque a su belleza

Vista de Palermo,

sabe sobre estas colecciones de

go a Spannocchi se deja claro que de los libros que hiciera sobre todas las trazas

m e z c l a d o s c o n el intercambio incesante de regalos diplomáticos"^, estos atlas

TIBURZIO SPANNOCCHI,

Además de la obra citada, que es la última puesta al día de lo que se

corte medicea y la española, que quizá explique la presencia de plantas de fortificaciones españolas en ese atlante Neroni y en los dibujos que le sirvieron de modelo,

Describían un territorio, sus ciudades y fortificaciones, con una descripción cien-

ver el trabajo ya clásico de Edgard GOLDBERG, «Artistics relation

tífica tanto geográfica como corogràfica, así como los debates y propuestas sobre las

between the Medicis and the

fortificaciones y los territorios de la monarquía. Los dibujos y las palabras buscaban

Burlington Magazine, CXXXVIII,N°

la exactitud, para las palabras necesitaban conocer la historia y hablar con los habi-

1115,1996,pp. 105-114y 1121,

»^TRATT O BA

O-N TE1*XI.I.E GHXWO

Spanish Court, I587-Í62I».

pp 529-540. " Felipe PEREDA y Fernando MARIAS. El atlas del Rey Planeta. La «Descripción de España y de la¡ costas y puertos de sus reinos» de PedroTexeira (1634).Hondarribia, Nerea, 2002 Rocío SÁNCHEZ RUBIO, Isabel TESTÓN N Ú Ñ E Z y Carlos M. SÁNCHEZ RUBIO, Imágenes

de m

imperio perdido. El Atlas del marqués de Heliche. Plantas de diferentes Plazas de España Italia, Flandes y las /ndíos. Badajoz, Junta de Extremadura, 2004

FUNDACION 80

JUANELO TURRIANO

Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

tantes de esas tierras, y para el dibujo recorrer esas tierras con los instrumentos en la mano. Valga la cita de Belluzzi en este sentido: «per voler levar le piante è de bisogno saper bene la prattica degl'istromenti et haver un poco di disegno et di pintura. La pratica degli stromenti s'impara mediante le mathematiche, perché da quelle si cava l'uso loro», y la pintura se aprende sabiendo dibujar y colorear. Sin embargo Belluzzi apunta algo que resulta clave para entender las diferencias entre la imagen que crea el pintor y la que debe crear el ingeniero: el pintor hace una única vista, desde una posición determinada mientras que para la profesión de ingeniero es preciso ver completo lo que se pinta, aislado y medido con escala y uso del compás, por eso hay " D, UMBERINI, II Sanmarino. ...op. dt„vol.ll,pp. 188 y 189.

que saber pintar, pero también usar los instrumentos de medición". Por eso, los instrumentos para medir son descritos por los ingenieros en sus tratados. Rojas incluso se burla de aquellos que sólo saben medir sobre el papel, recordando a uno a quien, «sacándole al campo, a donde yo le avía pedido que pusiesse por la obra todo lo que m e avía dicho, y quebrado la cabega, en aquel punto se le fue toda la ciencia a los pies... y de allí adelante comengó a ejercitar-

'°C.de ROJAS, Op.DT.FF

se en la esperiencia»^". Por supuesto Rojas describe c ó m o se usa el cuadrante para medir las distancias, también el instrumento que usaba el ingeniero Spannocchi, además de otros ingenieros, para sacar las plantas de las ciudades midiéndolas

C. de ROJAS, op. dt, FÍ 80-84V

sobre el terreno c o n todos sus ángulos para luego pasarlas a papel, y no falta el nivel «para encaminar las aguas»^'.

Leonardo Turriano historiador y geógrafo Turriano funde en su obra la ciencia del ingeniero que describe territorios, ciudades y fortificaciones, c o n la c a p a c i d a d de impacto visual del pintor. N o sólo hay una vista de Orán digna de competir con cualquier representación corogràfica urbaRichard KAGAN (dir). Ciudades del Siglo de Ora Las vistas españolas de Antón Van den Wyngaerde. Madrid,

na de la época c o m o fueron unos años antes las de Van den W y n g a e r d e " en lo que se refiere a belleza y precisión, y unos dibujos de fortificaciones científicamente

Edidones El Viso, 1986.

81

ANTÓN VAN DEN

WYNCAERde, Vista de Barcelona, 1563. Österreidiiscfie Nationalb¡bliotliel-

Cuando don Álvaro de Bazán fue en socorro de O r á n y Mazalquivir además de las cuatro galeras que él mismo llevó desde Sevilla,«.. - i de Málaga , i Cartagena en barcos i bergantines enviaron como

Los moros de paz dan sus frutos forçados con esclavitud de sus hijos y mujeres, para cuyo rescate, que sacan necesariamente de su labrança y criança, porque no tienen oro ni plata, se acercan a Orán como amigos,

pudieron cuatrocientos soldados,: otros muchos que voluntariamente se embarcaron...»-

y no lo son en rescatando ni aun de los moros... Castígalos la colonia de Orán; aquieta la tierra con cabalgadas para el sustento propio y FUNDACION 86

JUANELO TURRIANO

Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

» L. CABRERA DE CÓRDOBA, op. d t , pp. 76-77. " AGS, Guerra y Marina, leg. 218, f. 198. Carta al rey de don Pedro de Padilla de 15 de marzo de 1589. El dinero impuesto como multa a dos monos que habían cometido un delito se iba a emplear en construir ese almacén para trigo y cebada, de dos pisos, el de abajo para trigo y el de arriba para cebada, trazado por los maestros mayores de la ciudad, en la puerta deTremecén, por la comodidad para que allí descargasen los moros de la tierra esos cereales de que se abastecía la c¡udad,ya que a Padilla le parecía que «los dichos moros rreçebian daño y molestia en andar con su trigo y çebada por las calles y plaças». Además así se iba a acabar con el gasto de alquilar almacenes fuera de la ciudad, tan ruinosos, además, que el trigo se estropeaba. Ahora el pan iba a estar dentro de la ciudad y en un buen almacén. Sobre el control que se tenía del trigo y la cebada se puede ver AGS, Guerra y Marina, leg 516, f 30, en el que el veedor Cristóbal de Herrera, y el contador Diego Jiménez deVargas certifican la cebada que hay en junio de 1598. ® AGS, Guerra y Marina, leg. 218, í 209. Carta del rey a don Pedro de Padilla, Madrid, 21 de febrero de 1588. Responde a los informes que le ha ¡do enviando Padilla sobre el estado de las plazas de Orán y Mazalquivir Este tema de los moros de paz lo aborda en esos términos de cuánto hay que protegerlos porque se han ido a Mostagán nueve casas de monos. N o se debe castigara los que sabían de la partida y no lo dijeron, y hay que dejarles claro cuánta protección tienen quedándose.Además las cien cabras y otras cosas que dejaron los que se fueron se repartirán entre los que quedaron, avisándoles que lo mismo se hará con las haciendas de los que se marchen. Sobre los moros de paz véase Beatriz ALONSO ACERO, Orán-Mazalquivir, 1589-1639. Una sociedad española en la frontera de Berbería. Madrid, CSIC, 2000, pp. 249-262. "" Descripción... Orán... f I Iv. '"Descripción...Orán...

f. 12.

" L. CABRERA DE CÓRDOBA, op. cit, p. 76. '^Descripción...Orán...

i 10.

" Descripción... Orán... f 10.

hacienda del Rey, y en cabalgar doscientos soldados, y conviértanse fácilmente los muchachos y mujeres cautivas a la santa Fe católica. Por eso los moros procuraron recuperar diversas veces a Orán con ayuda de los de Argel, Fez, Tremecén, para quitar de sí el ordinario yugo". La comparación de estas palabras con lo que Leonardo Turriano, y otros que habían vivido allí transmiten, pone de manifiesto discrepancias entre la historia oficial de un cronista del rey como Cabrera de Córdoba, y la historia que transmite el historiador Turriano. Éste no deja de hacer notar cómo ha mejorado la ciudad con los españoles tanto en edificios como en fortificaciones, y como sabemos por otras fuentes que tenía un buen almacén para trigo y cebada desde 1589 en la puerta deTremecen", no nos extraña que el gobernador don Pedro de Padilla señale que gracias a él los «moros de paz» descargarían con mayor comodidad sus mercancías, y que esas «cassas de moros» había que cuidarlas mucho, ya que gracias a ellos se mantenía la ciudad, a cambio de lo cual eran «defendidos y amparados en qualquier necessidad».^® Aparte del relato de la vida en la ciudad y su territorio, la Antigüedad clásica y el modelo imperial romano no deja de asomar por sus páginas. Segtjn Turriano, la estrategia de la monarquía española en el norte de África heredaba los mismos fines que la de los cartagineses, que después de su conquista «fortificaron i guardaron todos los lugares marítimos de importancia», entre los cuales los más importantes eran «Mazarquivir por la comodidad del gran puerto, i Orán para la conservación de Mazarquivir... a fin de impedir la extensión de la grandeza turquesca, limpiar el mar de corsarios, asegurar a España de los Moros, i sujetar a los Bárbaros»^®. Sin embargo, la estrategia de dominio es lo único que les une, porque Turriano considera que la monarquía es heredera de la antigua Roma y por lo tanto los turcos «son nuestros nuevos cartagineses», a los que hay que echar del norte de África, como hizo Escipión, y Argel es la «Cartago de nuestros tiempos»"". Cabrera de Córdoba en cambio afina mucho menos en la comparación, y la establece simplemente comparando el funcionamiento de Orán con respecto al territorio circundante con el de «las colonias romanas, griegas y cartaginesas»"'. La «reputación» que se perdería y que llevó a la monarquía española a no abandonar ni Orán ni Melilla, no era considerada por Turriano una actitud exclusiva de esta monarquía, y recuerda que también a Hascen Baxa, que fue gobernador de Argel, después del asedio a Orán y Mazalquivir que nos relata detalladamente, una de las razones que le pesaban para no cejar en su intento de apoderarse de ellas, pese a los socorros que estaban llegando desde España, era la de «la reputación»"^ Tampoco las comparaciones con Alejandro Magno se reservaban sólo a los gobernantes cristianos, pues Turriano recuerda cómo Hascen Baxa quiso dar ejemplo a los suyos, cuando éstos ya se consideraban vencidos, peleando como un soldado más «como Alexandro magno sobre la Ciudad de Tiro», aunque no le sirviera de nada"^ FUNDACION 87

JUANELO TURRIANO

Alicia Cámara

Era tan importante el puerto de Mazalquivir para la defensa de la monarquía, que afirma Turriano que si el Turco se hubiera apoderado del puerto, «se oviera echo ia señor de todo el Reyno de fez y Marruecos, y estendido por toda el África Mauritania hasta sobre el mar Océano, i a las Islas de Canaria, con esperanza de passar a las Indias», aliándose con otros enemigos, «que fuera una de las mayores afliciones que pudiera venir a la República Christiana»"". Así que,

' Descripción... Orán.., í. 12.

nada menos que a las Indias defendía el puerto de Mazalquivir, lo que explica la importancia que para este ingeniero tenían sus fortificaciones y como consecuencia el atlas que realiza para el rey. Era, en palabras deTurriano, que coinciden con las de todos los que escribieron sobre él, «uno de los mayores puertos de Affrica (sic)», abrigado por las montañas que le rodean de los vientos de tierra salvo el poniente"'.

" Descripción... Orán... f. 32.

Para completar su eficacia considera, como lo hizo Vespasiano Gonzaga, lo conveniente de hacerse con el puerto de Arceo, antigua colonia romana, que usaban los corsarios para poder ir hacia poniente, hacia el cabo de San Vicente y las islas Canarias"''. Desde luego la admiración por el puerto de Mazalquivir formó

' Descripción... Orán... í 13.

parte del bagaje de los historiadores de la época, pues era «puerto grande, limpio, fondable, con buenos surgideros, y con todos tiempos se entra en él con facilidad, y sólo con nortes no se puede salir, rico de pescado de morada y de paso»"'. ¿Qué más se le podía pedir a un puerto que llegó a a ser considerado protector

' L. CABRERA DE CÓRDOBA, op. ciL, p. 265.

de lo peor que le podía pasar a las indias, es decir, que el Turco, aliado con otros enemigos de la monarquía española pudiera hacerse con ellas? La ciudad de O r á n Su manejo de los textos históricos sobre lo que está describiendo es tan preciso como en la Descripción de las Canarias, con la diferencia de que, al ser menos los autores que puede consultar para Orán, hace menos alardes de erudición y es menos apabullante la relación de textos antiguos y modernos citados. Por supuesto utiliza a Ptolomeo, que habla de la población romana, y su admirado Plinio, del que constata que «tratando de Mazarquivir la passò en silencio»"", pero sobre todo

Descripción...Orán... f. I6v,

la fuente que más utiliza y con la que contrasta sus propias opiniones es León el Africano, de quien probablemente conocería la edición de Venecia del año 1550, y que es una de las fuentes fundamentales y pioneras del Renacimiento en el conocimiento de África. No faltan tampoco citas de Mármol Carvajal,llamado «el Mármol historiador Africano»"' a quien utiliza continuamente tal como ha estudiado

Descripción... Orán.. • f. 32v.

Daniel Crespo en sus anotaciones a la transcripción del manuscrito. El gran viajero que fue León el Africano escribió que en Orán hubo seis mil vecinos, de lo cual disiente Turriano por las características de la ciudad, que no hubieran permitido tal número de habitantes, ya que está en «sitio estrecho», sus calles son «estrechíssimas a lo morisco e incomodas», y nada demuestra que antes fue más grande, ya que sus «muros viejos... representan no poca antigüedad», y no hay señales de que hubiera habido antes otros que permitieran suponer que en algún FUNDACION JUANELO TURRIANO

Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

Túmulo para las exequias

/

por el rey Felipe IV en la

catedral de Orán.

España. Ministerio de

Cultura. Archivo General de Simancas, M P D 61, 50 ' La descripción de León Africano dice, además de que tenía seis mil hogares, que estaba «provista de todos los edificios y establecimientos que caracterizan una ciudad civilizada: mezquitas, colegios, hospicios, baños, hostales. Está rodeada de altas y bellas murallas».Juan León AFRICANO, Descripción general del África y de los cosas peregrinas que allí hay Edición de Serafín FANJUL. Barcelona, Lunv\^erg editores, 1995, p. 217. Africano escribe que «la mayor parte de sus habitantes eran artesanos y tejedoresy muchos ciudadanos vivían de sus rentas.

momento su extensión fue mayor. Por explicarse el error de una autoridad como

Pero no era una ciudad donde

León el Africano, piensa que quizá contara entre sus habitantes las «cinco mil torres

remase la abundancia y allí sólo se

que uvo al derredor della por guardia i comodidad de las haziendas, en tiempo que

comía pan de cebada. C o m o quiera que sea, la población era

los Moros seguramente cultivavan la tierra i se estendían con sus abitaciones sobre

amable, benévola y amiga de los

el mar, que oi dia muchas dellas se ven en el valle desta ciudad i por el campo».

extranjeros y muy frecuentada la ciudad por los negociantes catalanes y genoveses» (AFRICANO, op. dt, p . 2 l 7 ) , y Turriano escribe «la mayor parte de los abitadores fueron oficiales mecánicos, labradores, texedores, i principales que de su hazienda vivían, toda gente mediana i no mui rica, por contentarse con poco, enemiga de trabajan i de romper la tierra solo para un poco de cevada para su sustento.

También le parece una exageración de León el Africano el que diga que tiene «todos los edificios i cosas que pertenecen i son menester a la humana urbanidad, como de templos, colegios, hospitales, estufas, i osterías, altos i vistosos muros»=°, y de nuevo intenta acomodar la fuente de autoridad a la realidad que está viendo, pues piensa que se debe referir al «Givel i la Alcagava». En cómo eran sus antiguos habitantes sigue también a Africano^', pero añade a los venecianos entre los comerciantes que llegaban hasta ella y contribuían a enriquecer a sus reyes «de la casa de Beni Habdulguad, casta del pueblo de Magra-

Fue gente mansa i amiga de

za, que después fueron llamados Beni Zeieen, de quien fue siempre esta ciudad

forasteros, por la frequentación de

antes de los romanos, i después que sacaron el pie del». En cómo se gobernaba

los mercaderes catalanes, genoveses, venecianos, i de otras muchas partes que aquí acudíancon grandes mercadurías para el trato deste Reyno de Tremecén, i para la Arabia i Etiopía tierra de negros». Descripción...Orán...

f. 17.Estas

descripciones se pueden comparar con la de Alvar G ó m e z de Castro cuando narró la conquista de la ciudad p o r Cisneros. A. GÓMEZ DE CASTRO, op. cit, p. 252. ^'Descripción...Orán... AFRICANO,

f I7,y

op.dt,p.2l7.

la ciudad, y en que se convirtió antes de la conquista en nido de corsarios que saqueaban las costas españolas vuelve a seguir a León Africano". La conquista de Orán fue también religiosa, así que la ciudad llegó a tener varios templos, el de San Francisco, Santo Domingo, Nuestra Señora de los Remedios y la iglesia mayor. Esa iglesia mayor estaba acabándose en 1597, pero con dificultades de financiación. Años antes, el rey había ordenado al duque de Cardona permitir «sacar y embarcar» cuatro mil fanegas de trigo para utilizar el importe de su venta en acabar la iglesia. Como no se había podido llevar a cabo por la falta de pan de aquellos años, la orden del rey quedó sin efecto, pero el año anterior hubo abundancia, por lo que a la iglesia recibió del propietario del trigo dos mil escudos para la obra. El problema era que el rey tenía prohibido sacar trigo de esas plazas, por lo 89

FUNDACION JUANELO TURRIANO

Alicia Cámara

5. '

" AGS, Guerra y Manna, leg. 502,ff 241 y 242. Carta fechada en Orán el 11 de octubre de 1597, dirigida al rey en manos de Andrés de Prada, secretario del Consejo de Guerra.

-l-íg . 3 0 ) . - » 1

" A G S , Guerra y Marina, leg. 502, f 242. Finalmente,al parecerse sacaron de Orán doce mil fanegas, que compró un mercader de Cádiz llamado Pedro Liguardie.De ellas debía entregar a la ciudad de Cádiz cuatro mil a un precio de veinticuatro reales la fanega. El ingeniero Cristóbal de Rojas informaba de todo ello desde Cádiz el IO de marzo de 1598, y pedía al rey que obligase al mercader a dar cuatro mil, de las ocho mil que le quedaban, para cubrir las perentorias necesidades de la «gente de guerra y fortificación». Ibidem, leg 513, f 91.

í^sí«—

que ese propietario no podía hacerlo, así que el licenciado Pedro Rodríguez, cura de la iglesia mayor, o «vicario y provisor de Orán» como se le llama también, solicita en 1597 que el rey vuelva a dar orden al conde de Alcaudete de que lo permita porque se trata de acabar la iglesia, «y lo que está hecho no venga a menos por no poderse dar las corrientes a las bóvedas pues están al servicio de dios nro.señor y de V.Md. mayormente estando entre ynfieles»'^ El rey en diciembre del año anterior volvió a ordenar al conde de Alcaudete que permitiera sacar las cuatro mil fanegas porque eran de un propietario

Traza de JUAN DE CUESCAR MELGAR y firma de PEDRO DE PADILLA, Planta de la capilla mayor y sacristía del monasterio de Santo Domingo el Real de Orán, 1598. España. Ministerio de Cultura. Archivo General de Simancas, M P D 12,131

que había comprado el trigo por su cuenta y había llegado a un acuerdo con la iglesia para esa financiación. El trigo se vendería en los reinos de España «o otros de la cristiandad» y el permiso se hizo efectivo en 1597, algo que parecía fundamental por estar esa iglesia «a los ojos de ynfieles»". El mismo argumento, el de la presencia de la iglesia católica en una ciudad llena de infieles, es el que dio el duque de Cardona en 1590 cuando escribió al rey para informar del estado de las obras del convento de Santo Domingo el Real que tenía paradas las obras de la capilla mayor, de lo cual adjuntaba un dibujo. Era importante acabarlas por dos razones: que era el monasterio más antiguo de la ciudad, fundado por los Reyes Católicos, y porque además estaba «en parte y sitio donde los moros y judíos que están en ella más trato tienen»''. La presencia de la iglesia 90

AGS, Guerra y Marina, leg. 310, fí. 75 y 76. Los mil ducados que el rey había concedido por real cédula al convento en 1580, «librados en el servicio que los moros de paz hazen aV Magd, en cada un año, por sembrar y pastar en los confines de estas plaças» no se habían llegado a dar en d año 1586. Solamente se les había dado a cuenta trescientos cuarenta ducados. En este año de 1590 sí parece por la carta del duque que se había cumplido la orden dada en 1586 de que completar los mil ducados prometidos era «primero que otra cossa alguna» del dinero que se sacaba de esos moros de paz por el «servicio de los arados y ervaje de los ganados que suelen y acostumbran pagar los moros». La traza de la capilla era de Juan de Guescar Melgar maestro mayor de la fábrica de la obra de la iglesia mayor quien había hecho la planta y montea. Siguen todas las condiciones para la obra: materiales, tipos de arcos, la bóveda, los pilares, la decisión de dar la obra a destajo y no a jornal, etc. Además de Juan de Guescar la obra la había visitado también el maestro mayor Jorge deTorres, que era maestro mayor de las fortificaciones, y un tercer maestro mayor de apellido Cañas, Ellos habían calculado el coste de la finalización de la obra FUNDACION JUANELO TURRIANO

Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

en estas plazas africanas era exquisitamente cuidada, y sus fortificaciones no quedaban al margen, sino más bien al contrario, en ese microcosmos militar no podían faltar las armas de la religión, por lo que había un sacerdote para decir misa en

Maqueta de Orán y Mazalquivir en el siglo XVIII. H C H Model

Mazalquivir, otro en el castillo de Santa Cruz, otro en el de San Gregorio, y se pedía un capellán para el castillo de Rosalcázar, al que había que proveer de cáliz y pate" AGS, Guerra y Marina, leg. 282, f.

332. Carta del duque de Cardona al rey de 24 de febrero de 1590.

na. Todos ellos servían como sacerdotes con plazas de soldados^"". Resultan de especial interés, por la mentalidad que manifiesta, y en este contexto de una ciudad rodeada de «infieles» muchos de los cuales habitaban en ella, las observaciones de Leonardo Turriano sobre la judería. Estaba compuesta por más de treinta casas con su sinagoga junto a las murallas, que podía quedar cerrada -es «una fuerça de por sí»- y en ella esconder enemigos para apoderarse de la ciudad. Y eso ¿por qué?, pues según Turriano porque ya traicionaron una vez a sus habitantes entregando la ciudad a los cristianos y ahora podían hacerlo a la inversa, ya que no eran nada de fiar, y cuando los soldados salían a las cabalgadas se quedaban solos en la ciudad con las mujeres y los quinientos o seiscientos esclavos que solía haber en la ciudad. Turriano demuestra esa animadversión generalizada en la España de la época hacia los judíos por su control de la economía, ya que tienen usurpado todo el trato i crédito a los Moros i Cristianos, i con sus engaños i astucias tiran todas las riquezas assi, las sacan destas plaças

Fuerte de Mazalquivir. Fotografía de Metair Kouider

para con su granjeria darlas a los Moros i Turcos, comen lo mejor i más grasso dellas, ocupan los mejores lugares, regalando a toda gente principal que les ' Descripción... Orán...

f.l7v.

puede dar favor i nombre". Dueños de la riqueza y nada de fiar, así eran los judíos para este ingeniero, pero también para el conde de Alcaudete, gobernador que intentó expulsarlos de Orán en 1598, si bien Felipe II dió contraorden.

ION JUANELO TURRIANO

Alicia Cámara

Ciertamente los judíos en Orán eran un grupo bien asentado, que nunca perdió su identidad, súbditos del monarca español hasta que finalmente fueron expulsados de Orán en 1669. Basaban su poder en las actividades comerciales que desarrollaban, pero sobre todo en su labor como intérpretes y traductores entre españoles y árabes, y fueron un grupo de población necesario para el man-

" Sobre los judíos de Orán ver B. ALONSO ACERO, op. dt, pp. 202-249, y jean-Frederic SCHAUB, Les juifs du roi d'Espagne. Orán, 1509-1669. Pan's, Hachette Literaturas, 1999. Descripción...Orán... f. 18.

tenimiento de esa plaza durante mucho tiempo, que sin embargo despertó una fuerte desconfianza y hostilidad entre los cristianos'", tal como refleja el texto deTurriano. En esta ciudad de Orán vivían seiscientos o setecientos soldados según nos cuenta'", además de mujeres, niños y los esclavos citados, así que los judíos podían ser una amenaza, pero sólo porque podían entregar la plaza a los árabes, de los que por supuesto hablaTurriano. Si su opinión de los judíos no era buena, no la tenía mucho mejor de los árabes, como comprobamos cuando plantea las vicisitudes recientes por las que pasaron Orán y Mazalquivir, con las discusiones que hubo acerca de la conservación de Orán en los Consejos de Guerra y de Estado. Recuerda cómo antes de hacer los castillos de Santa Cruz y San Gregorio, y ampliar el de Rosalcázar, se planteó la posibilidad de abandonar Orán por la dificultad de defenderla, de lo que eran partidarios tanto Vespasiano Gonzaga como el duque de Alba"^". Sin embargo, relata cómo se impuso el criterio del marqués don Martín de Córdoba, gobernador de estas plazas entre 1575-80 y 1581 -85"^', en el sentido de que Mazalquivir no se podía defender sin Orán, pues era en ella donde se daba «el trato i comunicación de los Moros» vasallos que aprovisionaban a las plazas. Había nada menos que «más de setenta mil Moros Alaraves que sirven a estas plaças i les son vasallos». Y aquí narra cómo son y cómo viven estos vasallos, «gente movible e inconstante de ingenio como sus adarves i moradas», que pelean y se roban unos a otros, «gente belicosa, pero mui medrosa del fuego i enemiga de

Sobre esta polémica, ver Alicia CÁMARA, «Imágenes de la Orán y Mazalquivir de Vespasiano Gonzaga en un manuscrito inédito de LeonardoTurriano». En Vespasiano Gonzaga nonsoiosabbioneta. Giornata Internazionale di Studi in onore di Humberto Maffezzoli. Modena, Il Bulino edizioni d'aite, 2008, pp. 9-28. " B.ALONSO ACERO, op.dt.,p. 25.

PEDRO MOREAU, Vista de los castillos de Santa Cruz y de San Gregorio de Orán, 1732. España. Ministerio de Cultura. Archivo General de Simancas, M P D 63, 61

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Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

" Descripción... Orón... f. 18v.A

hacer sangre ». H a b l a de sus escaramuzas, que lógicamente le recuerdan al juego

continuación explica los seis linajes

de cañas, ya que el origen de este juego de tanto éxito en la corte española es árabe,

en que se dividen. " Descripción... Orón... f. 16. La descripción que antecede a estas

y sobre todo alaba maravillado su dominio del caballo en el que se ejercitan desde niños, y que les permite arrojar las lanzas, cubrirse con la adarga e inclinar el cuer-

palabras justifica la observación,

po hasta ponerse d e b a j o del caballo, c o n una habilidad tal q u e los soldados d e

puesto que en la parte de levante

O r á n y M a z a l q u i v i r h a b í a n d e j a d o hacía t i e m p o de retarles, ya q u e eran capa-

tiene «un mui gracioso valle lleno de guertas, i verdes arboledas de naranjos, limones, cidras, granados

ces de vencer «en la gineta» tanto a cristianos c o m o a turcos''^

ecelentissimos, i duraznos, el qual

Su interés por la etimología de las palabras se p o n e varias veces de manifies-

con algunas torres altas antiguas, i

to, y así el nombre de O r á n tendría su origen en « G u a h a r a n que en Arábigo lagu-

aguas del río con que lo parten y riegan, desde la ciudad o de

na de d e m o n i o s quiere decir, que es lo propio q u e en la H e b r e a Cafarnaun». La

cualquiera parte de la montaña

razón era que el lugar, «de los antiguos Africanos fue estimado de tanto deleite y

haze mui linda vista. N o es poco el recreo de este valle, con tantas

v i c i o (respeto d e la sequedad de Africa) q u e por mui viciosos y regalados tenían

frutas i ortaligas, pues sin el, tengo

a todos los hombres que aquí v i v í a n » " . En realidad G u a h a r á n era el nombre del

por casi imposible poderse aquí sustentar los soldados». " B.ALONSO ACERO, op. dt, pp. I 4 y 15 ® L. CABRERA DE CÓRDOBA, op. dt, p.76.

río q u e dio n o m b r e a la c i u d a d según autores c o m o M á r m o l C a r v a j a l o S u á r e z M o n t a ñ é s " , y por su parte Cabrera de Córdoba se refiere a ella c o m o « G u a h a r á n d e los R o m a n o s . . . p o b l a c i ó n antiquísima d e naturales africanos, sin noticia de sus f u n d a d o r e s » " . La ambiciosa c o n c e p c i ó n de la historia deTurriano, y su c a p a c i d a d para relac i o n a r unos hechos c o n otros, le llevó a c o m p a r a r las destrucciones de las fortalezas del norte de África a lo largo de la historia, c o n lo q u e había sido la conquista y c o l o n i z a c i ó n de A m é r i c a , pues si se pudiese sustentar tantas ciudades i fuergas ganadas en Berbería a costa del propio R e y n o sin q u e costassen cosa ninguna, antes dellas se sacasse provecho como sacaron los emperadores de Roma y saca el turco, m e pareciera mui bien el sustentarlas i poblarlas de colonias c o m o se a hecho en las Indias Orientales i Occidentales, i pues esto no pudo ser por

Entrada del fuerte de.

Santa Cruz. Fotografía de Metair Kouider

Fortaleza de Rosalcázar. Fotografía de Metair

Kouider

ftlON JUANELO TURRIANO

Alicia Cámara

que los tiempos de agora (llamo de unos siglos acá) corren más conforme a la declinación de la Monarchia Romana que al crecimiento della, hay que mantener las plazas del norte de África como Mazalquivir y Orán''^ De nuevo

' Descripción... Orán... ff! 50 y 50v.

Roma se nos muestra como modelo del que aprender, aunque en este caso lo que ve el ingeniero es un declinar y no un crecimiento, y este recurrir a la historia de Roma y de otros imperios fue constante por parte de los historiadores de la época, haciéndose eco de ello ingenieros tan cultos como Juan Bautista Ántonelli, Spannnocchi o Turriano quienes, en algunos de sus escritos, hacen una exaltación de la monarquía para la que trabajan comparándola con el poderoso Imperio Romano. En lo referente a la polémica suscitada años antes, en tiempo de Vespasiano Gonzaga y el duque de Álba, que como acabamos de decir apoyaban el que Orán se abandonase, junto con Melilla, por no defender puertos, conservándose sólo Mazalquivir"', Leonardo Turriano opina que fue un acierto conservar Orán, con los mismos argumentos que en 1575 escribió el capitán Sancho de Leyva, que eran que

A. CÁMARA, «Imágenes de la Orán y Mazalquivir de Vespasiano Gonzaga,,,», op. cit, pp, 9-28,

Orán favorece en infinitas cosas a Mazalquivir, de muy mucha importancia, porque les dan ánimo, avisos, provisión a tiempo, estorba a los fuertes, a los cuales ya que hiciesen algunos, no la pueden sustentar sin tener más gente en campo de la que hubiere en Orán, de a donde se hacen señales a Mazalquivir, ni sustentarse Orán si se desmantela"". Turriano a su vez argumenta de manera similar cuando escribe que «Orán fue

® Citado en el prólogo de Miguel Ángel de BUNES al libro de Beatriz ALONSO ACERO, OrdfiMazalquivir,... op cit, p,XV,

siempre de mucho provecho en tiempo de guerra, i en las treguas de mucha reputación, i buena escuela de soldados, i fue mui acertado no tratar de asolar estas plaças o alguna de las doss'^ Ásí pues, la reputación aparece también en las palabras deTurriano como argumento para mantener Orán, una palabra que ya dijimos que fue pronunciada muchas veces en el Consejo de Guerra y el de Estado cuando se discutió la conveniencia de su abandono.

" Descripción... Orán... f. 50v,Así se debían mantener «hasta ver al Turco i a su secta por el suelo, i a tener tantas fuenjas por marque del, i de la costa de Berben'a se pueda ser señor absoluto»

Las fortificaciones de O r á n y Mazalquivir Turriano resume muy bien la estrategia defensiva en la que se basaban estas fortificaciones: se venía considerando que el enemigo primero tomaría Mazalquivir para controlar el puerto, después tomaría los tres castillos que defendían Orán, y que eran Rosalcázar, Santa Cruz y San Gregorio, y sólo al final tomaría la ciudad de Orán, un planteamiento que había llevado a descuidar en exceso ias fortificaciones de la ciudad. Leonardo Turriano disentía poniéndose en lo peor, que era que se uniesen «el poder Costantinopolitano, ei de Árgel, i de los Moros», con lo que podrían atacar todo de manera simultánea, y es más, también podían llegar hasta la ciudad de Orán eludiendo las defensas de sus castillos. Desmontaba así la base de la defensa mantenida hasta entonces y aconsejaba encarecidamente fortificar la ciudad, para lo cual daba una traza'". 94

Descripción...Orán... FUNDACION JUANELO TURRIANO

Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

LEONARDOTURRIANO, Planta de

Orán y cambios propuestos para su fortificación

Descripción de las Plaças de Oran i Mazarquivir

en materia de

fortificar, 1598, A c a d e m i a das Ciencias de Lisboa, M s . Azul, n" 1065,f.22

LEONARDOTURRIANO, Planta del

castillo de Rosalcázar c o n la

traza superpuesta de los c a m b i o s propuestos por Leonardo

Turriano, Descripción

de las

Plaças de Oran i Mazarquivir

materia de fortificar, 1598,

en

Academia das Ciencias de

Lisboa, Ms.Azul, n° 1065, f. 25

LEONARDOTURRIANO, Planta del castillo de San Salvador y

perfil de dicho fuerte y de Mazalquivir, Descripción

Plaças de Oran i Mazarquivir

de las

en materia de fortificar, 1598,

Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n ° 1065, f. 42

FUNDACION 95

JUANELO TURRIANO

Alicia Cámara

" Descripción... Orán... f. 23, «el

CRISTÓBAL O BAUTISTA (?)

castillo primero de Arazalcager a

ANTONELLI, Fortaleza de

lo antiguo con cinco torreones

Rosalcázar España.

señalado de verde (se refiere al

Ministerio de Cultura.

dibujo que lo acompaña) fue echo

Archivo Histórico Nacional,

por el conde Pedro Navarro». Por

Vil..

Universidades, 713

su parte L. CABRERA DE CÓRDOBA, Op. d t , p. 76. «Para conservar y defender la fortificación fundó Diego de Vera el castillo de Arrezalcágar al levante...».Según la documentación dada a conocer

3' •f.

iti;

jsl

p o r J J , de Castro, fue Diego de Vera quien trazó el castillo de

'

V.

Rosalcázar durante su estancia en Orán en 1514-15IS.JoséJavier DE CASTRO FERNÁNDEZ, «Los

«'-1

ingenieros reales de los Reyes

-.1.

Católicos. Su nuevo sistema de fortificación». En Aurelio VALDÉS

« í -l -i

SÁNCHEZ y Antonio SÁNCHEZ CLJÓN (Coords.), Artillería y fortificaciones en la Corona de Castilla durante el reinado de Isabel la Católica. Madrid, Ediciones del Umbral, 2004 pp. 321-383. La informadón, con los dibujos de Rosalcázar atribuidos a Cristóbal Antonelli del Archivo Histórico

Hagamos un brevísimo resumen de la historia de las fortificaciones antes de la llegada deTurriano. El primer castillo, el de Rosalcázar lo había hecho según Turriano el c o n d e Pedro Navarro, que a c o m p a ñ ó al cardenal Cisneros en la c o n q u i s t a , y la m e m o r i a de sus obras se c o n s e r v a b a en este final de siglo, si bien hay fuentes que atribuyen este castillo a otro experto en fortifi-

Nacional, en pp. 377-381. Estos dibujos de Rosalcázar son atribuidos en cambio a Bautista Antonelli por Mikel de EPALZA y Juan Bta.VitAR, Planos y mapas hispánicos de Argelia. Siglos XVI-XVIll. Madrid, Instituto Hispano-Árabe de Cultura, 1988, pp. 224-227.

caciones de comienzos del xvi c o m o fue Diego de Vera''. Se conservan unos dibujos atribuidos por unos a Cristóbal Antonelli, sobrino de J u a n Bautista y

" Descripción... Orán.,. f 23 y 23v

por otros a su h e r m a n o Bautista del c a s t i l l o de R o s a l c á z a r . T u r r i a n o h a c e

" Descripción... Orán... f 34v y 54,

constar que ese castillo «después que ingenieros pasaron a estas plaças, pare-

Este fuerte no estaba acabado

c i ó de poca sustancia, por la pequeñez i forma a lo antiguo, i por no descubrir la rambla a levante». Efectivamente la fortificación c a m b i ó m u c h o a lo largo del siglo, así que los ilustres nombres de Pedro Navarro o Diego de Vera ya no garantizaban la eficacia defensiva. O t r o de los mejores ingenieros al servicio de la monarquía española en los años cincuenta, que c a m b i ó la fortificación de fronteras c o m o la catalana, las Baleares, o Cádiz, también intervino en O r á n . Se trata de Juan Bautista Calvi, responsable según Turriano de haber a m p l i a d o ese castillo de tal manera que o c u p a b a un espacio casi tan grande c o m o la ciudad. U n a traza que fue reformada después por el capitán j a c o m e Fratín'^ Rasando a lo que durante mucho tiempo fue lo verdaderamente importante, que

siquiera cuando los turcos «lo batieron». D e Calvi escribe Turriano que fue «el primer yngeniero que vino aquí», y que ya se dio cuenta del peligro que la montaña entrañaba para Mazalquivir lo que le llevó a hacer ese fuerte de San Salvador «el qual fortificó de modo que después fue de gran provecho quando los turcos vinieron sobre él, porque ay perdieron el tiempo i las fuerzas», pese a lo cual realmente no servía de nada una vez tomado, ya que los turcos tenían sitio de sobra para plantar sus baterías abajo, y el fuerte de San Salvador era bastante inútil al

fue la defensa del puerto de Mazalquivir, para proteger su fortificación, Juan Bautista

estar en la montaña tan lejos de la

Calvi hizo sobre la montaña o padrastro que lo dominaba el fuerte de San Salvador",

fortaleza.Lo que había que hacer

96

I FUNDACIÓN JUANELO TURRIANO

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LEONARDO TURRIANO, Baluarte de Santiago de Mazarquivir, Descripción de ias Plaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n° 1065, f. 61

FUNDACION JUANELO TURRIANO

LEONARDO TURRIANO, Perspectiva de Mazalquivir desde el puerto, Descripción de ias Piaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n° 1065, ff. 44v-45

FUNDACION JUANELO TURRIANO

FUNDACION JUANELO TURRIANO

f t

- - -•

LEONARDO TURRIANO, Perspectiva de Mazalquivir desde el Bermejal, Descripción de ias Plaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n° 1065, ff. 46v-47

FUNDACION JUANELO TURRIANO

FUNDACION JUANELO TURRIANO

LEONARDO TURRIANO, Perspectiva de Orán con la subida de la ciudad al castillo de Santa Cruz, Descripción de las Plaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n° 1065, f. 1 ;

FUNDACION JUANELO TURRIANO

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LEONARDO TURRIANO, Traza de las intervenciones proyectadas por Leonardo Turriano en Mazarquivir, Descripción de las Plaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n° 1065, f. 56

FUNDACION JUANELO TURRIANO

Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

era un nuevo foso en el lugar

CRISTÓBAL O BAUTISTA (?)

correcto, algo más abajo en la

ANTONELLI, Fortaleza de

jMr-

montaña, aprovechando «una vena de tierra amarilla arenisca», lo que detendría ahí a los enemigos. " B.ALONSO ACERO, op. dt,

Rosalcázar. España.

Ministerio de Cultura. Archivo Histórico Nacional,

Universidades, 713

pp. 31 y 32. " J u a n deVERZOSA,/Anotes del reinado de Felipe II. Edición de José Mana MAESTRE MAESTRE. Alcañiz, Instituto de Estudios Humanísticos, Laberinto, CSIC, 2002, pp. 133 y 135. nota del editor: «Erancisco de Mendoza y Vargas fue hijo de Antonio de Mendoza y Pacheco, virrey y capitán general de Nueva España y después del Perú». Sobre Verzosa es fundamental el estudio de Isabel AGUIRRE LANDA, «El fondo Juan de Verzosa en el Archivo de Simancas». Calamus Renascens. Revista de Humanismo y tradidón dásica. n° 4,2003, pp. 7-21. 4 '.-.í-.

' ' L. CABRERA DE CÓRDOBA, op. dt, p. 280. Después del ataque turco a Mazalquivir; «Luego envió el Rey a Francisco de Valencia, de la gran cruz de la religión de San Juan, con el ingeniero Antonely a ver el estado en que Marzaelquivir quedaba para rehacella y emendar los defetos de su fortificación, según la prueba mostraba de la baten'a del enemigo, y con nueva fábrica hacer el sitio inexpugnable. Derribaron tres torres del castillo antiguo y barbacana y antemuro, que sirve hoy de cortina a la cara del campo incorporada con los terraplenes y casasmatas, de manera que se perdió del sitio todo la villa vieja, y hicieron cuatro baluartes irregulares, acomodados al sitio que abracaron para evitar que el enemigo ocupase más el puesto de Puerto Llano ni impidiese la comunicación de Orán por la mar con las barcas, que se cubría con la altura del sitio, donde ahora está el baluarte de la Cruz sin ser ofendida desde la villa, y llegó la obra hasta descubrir y señorear este sitio y el de la trinchea y bien el Peñón, y se apartaron del monte».

que se perdió en el sitio de 1563", y a partir de entonces, escribe Turriano, ni Vespasiano Gonzaga, ni ningún ingeniero tuvieron el más mínimo interés en reedificarlo, por lo que quedó abandonado por completo. El humanista Juan de Verzosa, archivero en Roma del rey Felipe II para quien recogió una ingente documentación, escribía sobre este ataque de 1563: «Orán es sitiada con tropas de tierra y mar por el rey de Argel, hijo de Ariadeno Barbarroja. Principalmente la fortaleza de Mazalquivir, que atacaron con ímpetu y durante largo tiempo con cañones y que acometieron con asaltos, es defendida por Martín de Córdoba». Llegaron en su ayuda las galeras de Perafán de Ribera, virrey de Nápoles y las de Andrea Doria, «bajo la capitanía general del indiano Francisco de Mendoza»". Obviamente a la corte romana habían llegado las noticias de un ataque que había puesto en peligro uno de los enclaves más importantes para el dominio del Mediterráneo Occidental frente a la amenaza turca. Esta situación de peligro explica el trabajo en estas fortificaciones de Juan Bautista Antonelli en ese mismo año de 1563. Fue entonces, en esa primera visita, hecha con Francisco de Valencia, caballero del hábito de San Juan, cuando se derribaron las antiguas fortificaciones, se destruyó la vieja villa y se hicieron «cuatro baluartes irregulares acomodados al sitio», pretendiendo convertirla en inexpugnable y facilitar la comunicación por barco con Orán''\ Estas obras serán duramente criticadas por Turriano.

FUNDACION

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JUANELO TURRIANO

Alicia Cámara

" Fernando BouZA,/mögen y propaganda. Capítulos de historia cultural del reinado de Felipe II. Madrid,Akal, I998,p.2l6.

LEONARDO TURRIANO,

Detalle de perspectiva de Orán con la subida de la ciudad al castillo de Santa Cruz, Descripción de las Plaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n° 1065, f. 15

J u a n Bautista A n t o n e l l i regresó años después c o n V e s p a s i a n o G o n z a g a , un h o m b r e q u e sabía d e m u c h a s profesiones, «pero la p r i n c i p a l suya es la matemática y la historia»", dando lugar a una de las más interesantes polémicas sobre el terreno de la c i e n c i a de la fortificación en el R e n a c i m i e n t o , c u y o s términos conocía Turriano perfectamente. Fue después de la toma de La Goleta por los turcos en 1574, c u a n d o el Mediterráneo occidental vio reforzadas todas sus defensas por parte de la monarquía española. C o m o escribía Cabrera de Córdoba, refiriéndose a este v i a j e de G o n z a g a c o n Antonelli, «El Rey, temiendo que el turco, cebado en la victoria de La Goleta, sitiase a O r á n , envió a ver la defensa en que estaba a Vespasiano Gongaga, visorrey de Valencia, registrar sus obras y examinar fuertes, y ordenar su mayor perfeción y fortaleza». Según este historiador, a G o n z a g a le correspondería «la resolución» de lo q u e se hizo, y a J u a n Bautista

L CABRERA DE CÓRDOBA, op. cit, p. 689. «Fundóse por su resolución (de Vespasiano Gonzaga) y modelo de Juan BaptistaAntoneli en lo alto del monte, que dicen la Silla, al maestre tramontana de Orán en gran aspereza el castillo de Santa Cruz, al cual se sube desde la ladera del en decisiete vueltas de camino distancia de una milla, descubre la playa de Orán y la de Marzaelquivir Es el homenaje de todas las plaças por la altura de sitio que no se puede batir; sitiar ni ganar sino con grandesima dificultad, de piedra y cal fabricado, sin ofensa en su largo de levante a poniente hasta descubrir el castillo de San Gregorio, que está más baxo en la mitad del monte. Los moros con su edificio desesperaron de recobrar las plaças. Acabóse y cercóse el fuerte de San Gregorio, llamado de los morosTorre del Hacho, puesto sobre la punta la Mona, poco menos que la mitad de altura de todo el monte de la S¡lla,y sei-vía de señalar los navios y atalaya desde Orán, y hoy sirve de que en la playa no haya enemigos, asegurado del fuerte de la Silla El castillo de Rezalcazán fundado al levante de Orán en la cordillera que viene sobre el no la rambla en medio, trecientos pasos de la puerta de Canastel, se ciñó desde la obra vieja hasta descubrir la playa de la rambla honda y caleta del Morillo. Es plaça fuerte por sitio y forma bien asentada, con malos arremetederos, muy fragosa por el levante, poniente y norte, y sobre el mar eminente quinientos pasos en alto, segura de mina por estar en piedra tosca, y bastante para hacer depósito de un exército y recuperar un reino o conqu¡starle,y poner freno para que nadie le emprenda Fortificóse la torre de los Santos también, y todo con tanto gasto, que llegó a millón y medio».

Antonelli, que iba c o m o ingeniero c o n el virrey, «el modelo» de la obra del castillo de Santa Cruz, y parece atribuirle también la finalización del fuerte de San Gregorio o torre del H a c h o , la ampliación de Rosalcázar, y la fortificación de la torre de los Santos'", cuando sabemos que estas obras en su mayor parte se deben 106

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L e o n a r d o Turriano al s e r v i c i o d e

la Corona de Castilla

Perspectiva de Mazalquivir, 1574. España. Ministerio de Cultura. Archivo General de Simancas, M P D 7, 103

a J a c o m e Palearo Fratín, aún c u a n d o fueran decididas por G o n z a g a . D e todas maneras Cabrera de Córdoba, o había visto dibujos, quizá del mismo Turriano, o conocía descripciones escritas detalladas, porque se refiere a las diecisiete «vueltas de camino» por las que hay que subir hasta el castillo de Santa Cruz, y en el manuscrito deTurriano, esas revueltas del empinado camino (aunque sólo vea" Descrípdón... Orán... f. 52v. «El mejor parecer que dio Gonzaga fue de meter dentro el Calvario, i de arrimarse bien con los muros a la orilla de la peña sobre el agua, aunque el Antoneli fue de diferente opinión, pareciéndole a él que estando los muros algo desviados, estarían más seguros de la ofensa de las gabias de los navios: que en estos tiempos, por causa de la artillería es de poca consideración, i fue más acertado (como dijo el Gonzaga) no dexar sitio entre los muros y el mar adonde los enemigos pudiessen hazer pie. Esta ragón quadrò también al capitán Eratín...». Alicia CÁMARA, «Giovanni

Battista Antonelli... op. dt, pp. 163-218.

mos diez) están perfectamente descritas mediante el dibujo. Pero antes de llegar a ello, resumamos la virulenta polémica desatada entre el ingeniero y el gobernante a la vez que experto militar, en la que llegaron casi al insulto. Defendía el sabio Vespasiano que había que aprovecharse de la naturaleza, y que la punta de M a z a l q u i v i r debía defenderse mediante tijeras que pegaran la fortificación al contorno de la costa, lo que aTurriano le pareció años después una idea excelente, como le pareció también a Fratín", y a ello se oponía Juan Bautista Antonelli, que consideraba al baluarte la única forma posible. Obviamente las razones de Gonzaga se impusieron, y Juan Bautista Antonelli sufrió unos años de cierto ostracismo por parte del Consejo de Guerra, que prefería a Fratín, hasta que el duque de Alba le recuperó para la Jornada de Portugal, haciendo a continuación el proyecto para la navegación del río Tajo desde Lisboa a Madrid, que le haría definitivamente famoso en la historia de la ingeniería española"". P o r s i no fuera bastante la agria polémica entre Juan Bautista Antonelli y Vespasiano G o n z a g a , quien por cierto formó a un excelente ingeniero de fortificación como fue el hermano de Juan Bautista, Bautista Antonelli, responsable de las fortificaciones del Caribe, también LeonardoTurriano se muestra crítico, incluso cruel, al dar su opinión sobre c ó m o hizo Juan Bautista la fortificación de Mazalquivir, ya que 107

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los antiguos supieron mejor elegir el sitio para su fortificación que los modernos ingenieros, como fue Juan Batista Antonelli, el qual pudiendo valerse del propio sitio antiguo tan bien elegido, i de los propios muros, añadiendo sus baluartes en las esquinas principales... se retiró atrás dexando toda la villa antigua fuera... que fue añadir plaça al enemigo'". LEONARDO TURRIANO,

Planta del antiguo castillo de Mazalquivir y planta nueva realizada por Juan Bautista Antonelli, Descripción de las Plaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n°1065,f.36v-37y f. 38v- 39

U n desastre de la ingeniería de fortificación que sólo generó gasto inútil e hizo más débil la fortaleza, de lo cual hace traza para demostrarlo. Lo remediaron primero Vespasiano Gonzaga y luego el capitán Fratín®^ C o m o vemos, las fortificaciones de Orán y de Mazalquivir contaron con los mejores ingenieros®^ entre ellos el gran rival de Juan Bautista Antonelli, el capitán Fratín, antes de que se hiciera precisa la presencia en esas obras de Leonardo Turriano.

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" Descripción...Orán... f 34yf.5lv. La verdad es que, segúnTurriano, Juan Bautista Antonelli parece que no hizo nada a derechas como ingeniero de fortificación; dejó fuera de la nueva fortificación el sitio de la vieja, con lo que dejó más terreno al enemigo para colocar sus baten'as, e hizo el foso en lo más alto de la peña «que ha sido lo más costoso de todo lo que se ha hecho», a pesar de lo cual había quedado muy pequeño, no había sitio para la artillería por lo que la fuerza se debía defender sólo con arcabuces... " Descripción... Orán... í. 34v. A. CÁMARA, «Imágenes de la Orán y Mazalquivir de Vespasiano Gonzaga ...» op.cit,pp.9-28.

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Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

Fratín hizo mucho en estas fortificaciones, aunque en Mazalquivir por ejemplo no hizo el foso propuesto por Vespasiano Gonzaga, sustituyéndolo por un revellín que ocupara ese lugar vacío que había dejado Antonelli en el que se podía instalar el enemigo®". El castillo de Santa Cruz o de la Silla, trazado también por Fratín'", era según Turriano «la llave de toda la defensa destas plaças», y lo explica muy claramente: «por aver de tomar la Ciudad i tenerla, primero combiene tomar al Cas" Descripción...Orán.,. f,48v. AGS, Guerra y Marina, leg. 218, f. 49. Así lo deja claro el gobernador Pedro de Padilla en su informe al rey de septiembre de 1587, diciendo que se ha seguido exactamente esa traza. " Descripción... Orán... í 20.

tillo de la Silla, que es el camino derecho, i con ella sin pelear se toma el de San Gregorio, con estos dos plantando la batería sobre la Alcaçava se puede entrar por

LEONARDO TURRIANO,

Planta de Mazalquivir con la fortaleza del Calvario de Vespasiano Gonzaga y el revellín de Jacome Fratín, Descripción de las Plaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de LislDoa, Ms. Azul, n° 1065, f

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el G i v e l , q u e es el que después rinde a la Ciudad, i a A r a z a l c a ç e r (Rosalcázar) sin batirla ni ofenderla por otra parte»"". Es decir, que caería todo tan fácilmente c o m o un castillo de naipes si el enemigo se apoderase de Santa Cruz. La torre del H a c h o o castillo de San Gregorio, se trazó «conforme a lo que dio lugar la dispusiçiôn del sitio, y es fuerça de gran ynportancia» según la opinión

LEONARDO TURRIANO,

Planta del castillo de Santa Cruz o de la Silla con las defensas (A y B) que Leonardo Turriano propone, Descripción de las Plaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n° 1 0 6 5 , f

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Alicia C á m a r a



del gobernador don Pedro de Padilla®'. Este castillo, defendido a su vez por el de Santa Cruz que estaba

HX-ÍK^:^.;. :

" AGS, Guerra y Marina, leg. 218, f 49. 18 de septiembre de 1587,

sobre éi, era muy necesario para la defensa de Orán a pesar de su pequeño tamaño, porque estaba «a cañón raso de los términos de la tierra y cerca de la marina y pueblo»™. El autor de estas palabras decía que incluso era más útil que el castillo de Santa Cruz"', lo que delata a un hombre que no era experto en fortificación, ya que ninguna debía ser vulnerable desde un sitio más elevado o padrastro desde el que ser atacada, y proteger a San Gregorio era la función del castillo que estaba por encima. En realidad, todo el sistema defensivo de Orán se basa en proteger a una ciudad que está en una hondonada rodeada de montes, mediante fuertes que van

" B. ALONSO ACERO, op.dt, citando a Diego Suárez Montañés, p. 23. " Las obras del castillo de San Gregorio las había continuado Padilla sin la presencia de ningún ingeniero, y fue felicitado por ello por el rey en 1588. AGS, Guerra y /Marina, leg. 218, f. 209. AGS, Guerra y Marina, leg 398, f 147. Carta del marqués don Martín de Córdoba al rey desde Pamplona el 22 de enero de 1594.

ocupando esos lugares altos hasta crear un sistema defensivo de enorme coste económico y de hombres, IWP>./IS, J S I

PEDRO MAUREL, Planta del castillo de Santa Cruz en Orán, 1675. España. Ministerio de Cultura. Archivo General de Simancas, M P D 16, 159

prácticamente inexpugnable, que acabó convirtiendo a esta ciudad en una verdadera escuela de fortificación

de la época moderna, en la que poder estudiar los sistemas empleados y probados en su eficacia a lo largo del tiempo por los mejores ingenieros. La llegada deTurriano vino precedida por la intervención en estas obras de Jerónimo Marqui, que después se hizo cargo de las obras de la ciudadela de Pamplona como maestro mayor. De él escribía el marqués don Martín de Córdoba,, en

Izquierda Fuerte de Santa Cruz. Fotografía de Metair Kouider Derecha Restos del fuerte de San Gregorio. Fotografía de Metair Kouider

1594, que le conocía desde hacía muchos años, «porque le tube en Orán ocupado en aquella fábrica y siempre dio muy buena quenta de lo que le encomendé», y desde entonces le tenía «por ombre de mucha abilidad y suficiencia en lo que professa»'". Efectivamente, Marqui había trabajado como maestro mayor de las obras de Orán y Mazalquivir y luego el marqués don Martín de Córdoba le llevó con él a la corte, donde estuvo desde el 16 de agosto de 1585 hasta el 21 de marzo

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LEONARDO TURRIANO,

Planta del castillo de San Gregorio (superior) y planta de Orán y las fortificaciones de Rosalcázar, San Gregorio y Santa Cruz (inferior). Descripción de las Plaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n'-IOeS, f 31 y f 14



" AGS, Guerra y Marina, leg. 387, f 589. Pide su sueldo por ese tiempo pasado en la corte, a razón de los quince escudos al mes que cobraba. Dice que intentó irse «a otras partes» y el marqués se lo impidió diciéndole que debía regresar con él a Orán. Siguen las explicaciones de porqué no se le ha pagado, y el Consejo resuelve que se le pague lo que se le debe. En esta fecha de ortubre de 1593 ya era maestro mayor de las obras de Pamplona

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de 1588, para informar sobre esas fortificaciones y hacer «modelos y relaciones dellas» que envió al rey"". Desde que se fue Marqui, las obras continuaron, en manos ahora del maestro mayor Jorge de Torres. La opinión más autorizada era la del gobernador interino don Pedro de Padilla, comendador de Medina de las Torres, a cargo de esas plazas entre 1585 y 1589, hasta que llegó como gobernador don Diego Fernández de Córdoba, marqués de Comares y duque de Cardona, gobernador desde 1589 a 1594. Pues bien, el gobernador Pádilla se atrevió a enmendar la plana a los ingenieros que habían trabajado en las fortificaciones, opinando que la de Mazalquivir se tendría que 111

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Alicia C á m a r a

LEONARDO TURRIANO,

Traza de las intervenciones proyectadas por Leonardo Turriano en Mazalquivir (superior) y baluarte de Santiago de Mazalquivir (inferior), Descripción de las Plaças de Oran i IVIazalquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n-IOeS, f 5 6 y f 61

haber hecho más pegada a la montaña, y que la ubicación de la puerta que había proyectado Juan Bautista Antonelli, mirando al puerto y en la que se hizo el cuerpo de guardia, era tan mala como la que proyectó el Fratín, en la cortina que miraba a la sierra, siendo precisa la presencia de un ingeniero, para decidir lo más conveniente «al pie de la obra». Tampoco estaba conforme con la traza que se seguía 112

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en el castillo de Rosalcázar en Orán, opinando que dos de los baluartes debían avanzar más de manera que «señorearan algo más del campo». Pedía ya entonces, en 1587, lo que tardó en producirse seis años, con la llegada deTurriano, que era que el rey enviara a esas plazas a un ingeniero «para que entre los dos tratásemos lo que fuese más conveniente, que luego se podría volver»'^ " AGS, Guerra y Marina, leg. 218, f. 49. Carta de don Pedro de Padilla después de haber revisado el estado de todas las fortificaciones el 18 de septiembre de 1587. En esa fecha se estaba acabando el llamado baluarte real en Mazalquivir Leg. 251, f 281. El 28 de septiembre de 1589 informaba don Pedro de Padilla desde Orán que se trabajaba en las obras de Mazalquivir en concreto en los fosos, / en al aprovisionamiento de materiales, como la cal y la piedra, para las rafas de los caballeros o baluartes. " AGS, Guerra y Marina, leg. 282, f 330.3 de marzo de 1590. AGS Guerra y Marina, leg. 282, f 331.9 de febrero de 1590, y f 334, carta de 29 de mar20 de 1590 en la que el duque se extiende más sobre las obras que se hacen: «se an comengado a sacar las rafas en el cavallero de santiago por la punta del que caya hazla la mar loca conforme a la orden del yngeniero Jorge Fratín... y como aquel cavallero se fundó en la ladera a sido menester llegar con lo que se a abierto hasta la peña y sacar el fundamento de hormigón a piso hasta ponerlo llano y a nibel para que el terrapleno no haga vigió en la qual obra se a gastado y va gastando mucha cal, y es de suerte, que con la que aquí, y en magarquivir se puede hazer no se da el recaudo que conviene» por lo cual pide ui . i -«í JB. rpHAi, C, r íwyw, I>. C*^ MP«*«

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diseñados en 1590 por Spannocchi, y

por construir y, seguramente, también diseñar, la importante fortaleza de San Antonio de la

Rafael MOREIRA y Migud SOROMENHO, «Engenheiros Militares Italianos e m Portugal (Sáculos XV-XVI)», e n Ibidem, pp. 109-31.

Barra en Estoril (1590-93), cuya misión fue la de TT^,

entrecruzar el fuego con la de Nuestra Señora de la Luz, de Cascaes. Sin embargo, su muerte FUNDACION'

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JUANELO TURRIANO i

L e o n a r d o Turriano en Portugal

prematura, acaecida en 1593 en Coimbra, durante un viaje de inspección a la Vila do Conde en la desembocadura del río Ave, en el norte del país, le impidió realizar poco más que mediciones y estudios para un proyecto global (algunos de los cuales nunca se llevaron a cabo, tal como -afortunadamente- la modernización de la Torre de Belém). Sería el gran Tiburzio Spannocchi, futuro Ingeniero Mayor de España y el más " Es el ingeniero mencionado en más ocasiones en la excelente síntesis de Alicia CÁMARA, Fortificación y Ciudad en los reinos de Felipe IL Madrid, Nerea, 1998, con diez líneas de citas en el «índice», frente a ocho de Fratín, siete de Rojas, seis de Antonelli, cinco de Calvi, cuatro de Vespasiano Gonzaga y sólo tres de LeonardoTurriano.

prestigioso de los ingenieros de la monarquía española", quien llegaría en febrero de 1590 rápidamente a Lisboa para ocuparse de tan urgente cuestión. Todo hace pensar que él fue el verdadero creador del nuevo concepto de estrategia sistemática de defensa de la desembocadura del Tajo. Durante una estancia de pocos meses, vio e hizo todo. Gracias a su celebridad y a sus impresionantes conocimientos científicos, impuso sus soluciones personales, que recibieron elogios prácticamente unánimes, con algunas excepciones (la principal de las cuales provino precisamente de LeonardoTurriano), y dejó establecidas no sólo las grandes opciones, las líneas maestras de una estrategia coherente y madura, sino también puntos menores, pero esenciales: desde el trazado de las fortificaciones hasta la gestión y jerarquía de los astilleros, y desde el escalonamiento de los proyectos hasta el abasteci-

Falta un estudio de conjunto sobre Spannochi.Véase Gen. Leone Andrea MAGGIOROTTI, «LOpera del Genio Italiano all'Estero». En Gil Architetti Militari Italiani nella Spagna, nel Portogallo e nelle loro colonie.Vol. III. Roma, I939,pp. 152-72; y Alicia CÁMARA, «Tiburzio Spannocchi, Ingeniero Mayor de los Reinos de España». Espacio, tiempo y forma, n° 2, 1988, pp. 77-91.

miento de materiales^". De este modo, resolvió de un plumazo el problema de la construcción de la fortaleza de Cabeza Seca, que se venía arrastrando desde diez años atrás, trazando su plano definitivo y que sería ejecutado por Casale más adelante en 1592 y, después de su muerte, por Gaspar Ruiz (sin embargo, sólo fue concluida en 1647, por Fray Joao Turriano, hijo de Leonardo); corrigió la obra de Casale en San Antonio de Estoril; diseñó los planos (por cierto, enviados previamente desde Madrid) del fuerte de Nuestra Señora de la Luz en Cascaes; llevó a efecto otras obras aún no identificadas y, todavía, tuvo tiempo para ejecutar las pinturas de paisajes en la bóveda del Salón de Embajadores del «Fuerte», el torreón de Terzi en el extremo sur del Palacio Real de la Ribera, en Lisboa, construido en 1582 sobre el agua,

" Obsérvese que también Turriano realizó pinturas alegóricas para el mismo lugar; superpuestas a las vistas de ciudades de Spannochi (Rafael MOREIRA, «OTorreáo do Pa^o da Ribeira: arquitectura e decoragao». Mundo da Arte, n° 14, 1983, pp. 42-48), lo que refuera la idea de una rivalidad personal entre los dos ingenieros.

una obra paradigmática de Felipe II en la capital portuguesa'^ Su talento genial queda de manifiesto en la simplicidad del esquema que adoptó para la defensa de la desembocadura del Tajo: una línea vertical de norte a sur (Bugio-Sáo Juliao da Barra) que corta una horizontal de este a oeste (Estoril-Lisboa) destinada a alcanzar el mayor ángulo de cobertura... Es en este contexto exacto donde debemos situar la intervención de Leonardo Turriano a partir de 1598. Son frecuentes las alusiones a su trabajo en las fortificaciones de la barra del Tajo durante los doce primeros años de su estancia en Portugal, hasta 1609 más exactamente, en el que parece haberse producido un corte en su vida y la interrupción o suspensión de esos trabajos; faltan, sin embargo, referencias a las obras concretas y a lugares precisos. Las fuentes más fidedignas son su abundante correspondencia con el Consejo de Guerra y la consulta de su enorme memorial con un «curriculum vitae» incluido, que envió ya cerca del 141

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Rafael M o r e i r a

final de su vida, en 1628, después de «45 años de servicios hechos a esta Corona y 31 a la de Portugal», en el que afirma que «han corrido por su mano las (fortificaciones) de Cascaes, Caveza seca, Belen, y Castillo de San Antonio (Estoril), y todas las demás partes con mucho ahorro de la Real hacienda, y muy a satisfacción de todos los que al li han governado»^°. El resto está formado por alusiones genéricas a las obras de fortificación «en la Ribera de Lisboa» sin especificar ninguna de ellas: por ejemplo, un memorando

IHCM, Colección Aparid, tomo

Vll,f. 371 : «Consulta de el Consejo de 26 de Mayo de 1628 sobre

admisión en un convento de

del 17 de junio de 1609, realizado en Madrid, en el que pide recibir en esa ciudad

Portugal de sus dos hijas, en

los 3000 ducados de sueldo que se le adeudan, más 400 como ayuda para pagar el

" Ibidem, ff. 348-54

atención a sus servicios».

viaje de regreso, en el que se lamenta de «haber venido quatro veces a la Corte a su costa sobre esta materia de la Barra, y fortificaciones de la rivera de Lisboa»; un despacho de agosto de 1609 en el que se le concede lo que solicitaba, porque «ha estado por acá ambas veces, sobre la materia de la Barra por mandado de Vuestra Magestad»; u otro del 3 de diciembre de 1609 en el que se le abonan 200 ducados a cuenta de los 3000, y en el que se reconoce que lleva cinco meses en la corte «aguardando la resolución de la Barra, y fortificaciones de Lisboa» Vemos, por consiguiente, que se desplazaba con frecuencia a Madrid a las órdenes del rey con el fin de rendir cuentas y discutir sus trabajos y esperar las correspondientes decisiones, por lo que tenía elevados gastos que le obligaban a endeudarse y a quedarse sin dinero para regresar a Lisboa. Probablemente, esas opciones habrán sido negativas, no sólo por el tiempo que duraron, sino también porque, de hecho, no se hizo nada de las obras a las que hace referencia. En relación con Cascaes, hemos visto ya en el punto anterior que sus planos fueron, aparentemente, aceptados en principio en Madrid, pero fueron rehusados en la práctica en Lisboa, porque las órdenes venían redactadas en castellano y los maestros de obra portugueses no las cumplieron. En cuanto a la fortaleza de San Lorenzo de Cabeza Seca, o del Bugio, iniciada en 1592 por el Padre Casale según diseño de Spannocchi, Turriano se limitó a realizar duras críticas, más de orden filosófico que propiamente táctico, y a escribir un libro que analizaremos más adelante. La torre de Belém escapó afortunadamente a los proyectos de modernización con baluartes planeados por Casale, conservándose en la actualidad tal como en los tiempos de D. Manuel: su prestigio era tal que incluso tuvo una fuerte influencia sobre el mismo Bugio. Y San Antonio de Estoril estuvo siempre bajo la responsabilidad y, seguramente también el proyecto, de Casale. Lo que se desprende de todo esto es una enorme desorganización del poder de decisión de la corte, que tenía otros frentes abiertos y otras prioridades, y una muy deficiente articulación entre el poder central y el reino de Portugal, con profundas brechas de contacto entre Madrid y Lisboa -aquélla decidiendo una cosa y ésta haciendo otra- así como el dispendio de recursos financieros, humanos y de tiempo. Los 12-13 años de intervención de LeonardoTurriano en la estructura defensiva de la barra del Tajo se saldaron, por tanto, con una larga serie de idas y venidas a la corte, en vano, en las que aprovechaba para entregar al rey sus memorias 142

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Leonardo Turriano en Portugal

y sus libros de dibujos, sus prolongadas y terriblemente costosas estancias en Madrid (en una ocasión, estuvo quince meses seguidos, desde enero de 1599 hasta marzo de 1600, para tratar asuntos relacionados con la duplicación de sus sueldos en Portugal y Castilla, que finalmente fue aprobada el 3 de marzo de 1600), si bien la duración media era de dos a seis meses, las inspecciones y mediciones que realizó, y el control de obras llevadas a cabo por otros ingenieros. Sin embargo, tal vez esas fueran exactamente las funciones de un Ingeniero Mayor. En este sentido, la expresión «han pasado por su mano» que utiliza en la consulta del 26 de mayo de 1628, refiriéndose a las fortificaciones de Cascaes, Bugio, Belém y Estoril, se deberá entender como que han sido vistas, analizadas y criticadas por él, con la posibilidad de que hubiera sugerido alteraciones del proyecto inicial, pero sin la certeza de que serían efectivamente aceptadas y ejecutadas: es decir, una función exclusiva de supervisión. Al contrario que Casale y Spannocchi, no debe haber sido autor de ninguna obra en concreto, sino el responsable o supervisor mayor de todas ellas. Sin embargo, seguridad no sólo significa protección contra enemigos humanos, ya fueran armadas o ejércitos, corsarios en rápidas incursiones o simples aventureros, sino también contra los enemigos de la naturaleza: vientos, corrientes, tempestades o sedimentaciones. El Ingeniero Mayor luchó también contra ellos con gran ahínco y dedicación durante muchos años, poniendo toda su ciencia y fabuloso talento al servicio de la seguridad natural y de la navegabilidad de la entrada del Tajo. La seguridad de los «navios de Indias» —una flota de cinco a ocho galeones enormes y pequeñas naves y carabelas, que partía todos los años desde Lisboa por primavera (por lo general, la última semana de abril) siguiendo la Ruta del Cabo transatlántica hasta Coa y Cochim, en donde cargaban las especies y otras maravillas de Oriente, para regresar a finales del otoño del año siguiente, todavía a tiempo para aprovechar los monzones favorables del índico, en la que fue la más prolongada y duradera carrera marítima de largo recorrido de toda la historia (¡desde 1497 hasta 1889!)- parece haber sido, además, una de sus principales preocupaciones, siguiendo estrictamente las directrices de la corona para que el comercio oriental (sólo después del brasileño) fuera la primera fuente económica del imperio. El empeño deTurriano en pos del cumplimento de esta misión es uno de los aspectos más positivos, y sorprendentes, de su carrera portuguesa. La entrada del río Tajo es una barra segura, uno de los mejores puertos abiertos del litoral europeo: lo fue durante toda la edad media y el siglo xvi, y lo ha sido desde el siglo xviii. Por aquella época, estaba considerada por «la más perfecta del mundo», sólo comparable a la de Constantinopla... En realidad, la barra se componía de tres entradas diferentes: tres canales o «carreras» como se decía entonces. La más estrecha, abrigada por la margen sur del río, era la Carrera de Alcácer, un curso de agua o pequeño canal entre la restinga de las zonas deTrafaria a San Sebastián de Caparica y los bancos de arena, movedizos e inestables, de Cabeza Seca, sumergidos, pero visibles porque las olas reventaban 143

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\1\C

Plano de las entradas del Tajo desde Cascaes a la Torre de Belém, Dos discursos de Leonardo Turriano el primero sobre el fuerte de San Lourengo de Cabega Ceca en la boca del Taxo el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, M s . 1 2 8 9 2 , ff. 7 9 V - 8 0

A

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X

contra ellos. Lo frecuentaban principalmente simples pescadores (de los que aún permanece una curiosa colonia en el sitio denominado Cueva de Vapor, en el extremo de la punta deTrafaria, y que es objeto de estudios antropológicos) y la navegación de cabotaje de menor calado con destino al estuario de Sado y a las costas del Alentejo y el Algarve. H o y día, sólo navegan por este canal barcos pequeños y yates". La más frecuentada, y la preferida para el paso de grandes navios, era la llamada Carrera de la Alcágova, designada así por tener como punto de referencia de

'^VER Cap.Joaquim A. MARTINS, Roteiro das Barras de Lisboa e do Rio Tejo até Valada. T ed. Lisboa, 1995.

mayor distancia el castillo de San Jorge, en Lisboa, visible en línea recta: de gran anchura, pero con una profundidad variable, y ocupando el centro del río, se sitúa entre la Cabeza Seca y los fondos rocosos invisibles a ras del agua, donde las olas al reventar provocan un efecto constante e irregular de espuma en movimiento 144

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continuo, que le proporcionó el nombre vulgar de Cachapas (semejantes a los niños inquietos, la otra acepción en portugués). Por último, la Carrera de San Gian, cuyo nombre proviene de su paso apoyada sobre la zona de fondo rocoso sólido y aguas profundas, muy próximo a los riscos de la ermita -posteriormente, fortaleza- de San Julián de la Barra. Era la más segura para la navegación de largo recorrido de barcos comerciales de gran calado y proporciones impresionantes, que pasaban constantemente por ella, al alcance de la vista, e incluso de la voz, desde tierra. Fue este el sistema hidrográfico, establecido oficialmente tal vez desde finales del siglo xiv, reglamentado por normas acerca de los procedimientos náuticos y sanitarios, y por la práctica de siglos ei verdadero punto de partida de la Ruta de la India, en la ensenada del Restelo en Belém, el que vio pasar las armadas del descubrimiento y de la expansión, cuyos navios aguardaban fondeados en el centro del río, o atracados en puertos fluviales, el tiempo propicio para hacerse a alta mar. Repentinamente, en la última década del siglo xvi, como consecuencia imprevisible de la construcción de los baluartes de San Felipe y San Pedro en la punta de la fortaleza de San Gian (1582-84), que obligó a cortes de piedras y la obstrucción de una pequeña caverna rocosa y, sobre todo, del depósito mediante barcazas de grandes rocas sueltas sobre la Cabeza Seca para formar un islote artificial sobre la que se construiría la fortaleza de San Lorenzo o de Bugio (1590), se dio un fenómeno natural totalmente inesperado e inexplicable: el lecho del Tajo comenzó a subir de nivel y la arena empezó a acumularse en los lugares más imprevistos. Esto dio lugar inmediatamente a la formación de bancos de arena y de playas, así como al rápido estrechamiento de los tradicionales canales de navegación, ante el temor y la más absoluta impotencia de los pilotos y prácticos de la barra. En opinión de algunas personas, ese proceso de sedimentación, que se agravaba día a día, se debía a causas remotas, cuyo origen eran las grandes inundaciones provocadas por el terremoto de 1531; o a los efectos de las obras de desvío del curso del río cerca de Santarém, en 1571; por la negligencia en la eliminación de residuos y basuras, o por la explotación intensiva de los areneros próximos al estuario. Cualquiera que fuese la causa (que todavía no ha sido establecida con certeza), el fenómeno no cesaba de aumentar, obligando a modificar las rutas tradicionales y al cambio constante de las balizas visuales en las márgenes que servían de referencia a los navegantes. Más que una simple alteración de los hábitos, lo que estaba en juego era la metodología de toda la navegación en la desembocadura del Tajo, lo que era causa de preocupación entre las autoridades y de ansiedad entre marineros, capitanes y pilotos. No se trataba solamente de la seguridad en la sección final -o inicialde la Carrera de la India, que situaba a las naves en el riesgo absurdo de naufragar a la vista de Lisboa; era la confianza en la seguridad del puerto lisboeta, considerado uno de los mejores del mundo, y elegido por el rey Felipe II como base de la red de comunicaciones fluviales en el interior de la Península Ibérica, y que 145

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unía la capital portuguesa con Madrid, Aranjuez y hasta el Escorial (estudiada y realizada en parte por Giovanni Battista Antonelli en 1581-2). Todavía más: era el ideal de convertir a Lisboa en el gran puerto transoceánico de Europa, en sustitución de su gran rival Sevilla, y de transformarse en la capital de los reinos filipinos desde los Países Bajos hasta Méjico, desde la Amazonia hasta Manila, como una «Nueva Roma» de ese imperio universal soñado por Francisco de Holanda. Por lo tanto, estaban en juego no sólo la dignidad y la propia supervivencia de la ciudad, sino importantísimos fines estratégicos y de geopolítica mundial, puestos en peligro de la noche a la mañana por razones misteriosas de las fuerzas de la naturaleza. Fue el desafío de la vida deTurriano. La reacción oficial no se hizo esperar. El 2 de febrero de 1590, Felipe II pedía informes seguros, a los que el día 25 el Padre Casale respondía enviando una planta de la barra del Tajo, con sus pasos, distancias, cotas, profundidades y el número de navios capaces de atravesarlo de un lado a otro y sus correspondientes tonelajes. No existían todavía motivos de alarma, que Casale consideraba exagerados, o que, tal vez, prefería creer que no sucedía nada anormal. Pero el hecho fue que en sólo cinco años el corredor de entrada pasó de una anchura de 300 brazas (530 metros) a 190, llegando a alcanzar un mínimo de setenta en los primeros años del siglo xvii, mientras el fondo elevó su nivel en casi dos metros. Lisboa estaba en grave riesgo de transformarse en una «ciudad muerta» como Rávena o Brujas, bajo el avance imparable de las arenas. Se llegó a dar la visión de una ciudad asfixiada, en la que sería posible ir caminando de una orilla a otra, como profetizó Turriano antes de 1617... La situación estalló con una tragedia que ocurrió en 1594. La única nave de apoyo de la armada de ia India de la campaña del año anterior que regresó intacta, cargada con joyas y bienes, además de 400 pasajeros, encalló en el arenal de Cachopos junto a San Julián y se hundió en cuestión de minutos, salvándose sólo sesenta pasajeros. Por su parte, a mediados de septiembre de 1606, la «Nuestra Señora de los Mártires», llegada de Cochin cargada con pimienta en grano y numerosas joyas y porcelanas pertenecientes a la tripulación (y que han sido recuperadas por la arqueología subacuática), y que transportaba al virrey Aires de Saldanha y a un pionero de la misión jesuíta en Japón, el Padre Francisco Rodrigues, naufragó al chocar contra una roca en un extremo del baluarte de San Felipe de la fortaleza de San Julián de Barra. Según las investigaciones, se trató de una maniobra de alto riesgo en un día de mal tiempo, realizada para evitar un choque contra un banco de arena de los Cachopos". Se hicieron innumerables diligencias, mediciones, planos, propuestas y sugerencias -del Padre Joáo Delgado, famoso ingeniero y profesor de matemáticas del Colegio de San Antonio, junto con el proveedor de las obras reales. Congalo Pires de Carvalho, en el verano de 1595'"; hubo por lo menos cinco sondeos en 1607, por parte del ingeniero de Bugio, António SimSes, el Consejo de Hacienda, geómetras, maestres y pilotos...- pero no se hizo nada concreto. 146

" V e r Nossa Senhora dos Mártires.A última viagem. Lisboa,Verbo/Expo •98,1998, " Acerca de la figura de Joào Delgado, SJ, véase Henrique LEITÀO, A Ciéncia na «Aula da Esfera» no Colegio de Santo Antdo. 1590-1759. Lisboa, 2007 y Ugo

BALDINI, «Linsegnamento della Matematica nel Collegio di 5, Antào a Lisbona, 1590-1640». En

Luis

SARAIVA

(Ed.), History of

Mathematics. Portugal and East Asia. Lisboa, Fundagao Oriente. 2000, pp. 49-104 Joào Delgado fue discípulo de Cristoforo Clavio en Roma, FUNDACION' JUANELO TURRIANO i

L e o n a r d o Turriano en Portugal

Es precisamente ese ambiente tenso de incertidumbre oficial y pánico generalizado, con la opinión pública traumatizada, el que se encuentra Leonardo Turriano a su llegada a Lisboa en 1597. Con un gesto enérgico y amenazador, unas opiniones poco frecuentes y siempre originales, viene a introducir el elemento que faltaba en el debate: su componente físico y tecnológico. Posteriormente, en 1598 efectuó medidas en el Tajo por cuenta propia, pero sólo entraría en a c c i ó n en 1607, «como Su Magestad me ocupó en esta materia» un cambio de escena difícil de entender si se tienen en cuenta sus ocupaciones en el campo de la defensa. Más tarde, organiza un proceso diferente de sondeo, y acude a Madrid a presentar un memorando en el que pone en cuestión todo lo anterior y propone medidas radicales. Pero, una vez más, se enfrenta a la opinión pública. Antes de via-

Largo y fondo de la barra de San Clan en la parte más estrecha, Descrigao e plantas da costa, dos castelos e fortalezas, desde o reino do Algarve até Cascais, da ilha Terceira, da praga de Mazagáo, da ilha de Santa hielena, da fortaleza da Ponta do Palmar na entrada do rio de Coa, da cidade de Argel e de Larache, Casa Cadavai, n°28, Planta 86. Documento cedido por el Arquivo Nacional Torre do Tombo

jar, escribe en Lisboa el 7 de noviembre para avisar que tiene preparadas las plantas de la barra del Tajo, pero que «porque tienen muchas menudencias, que sin la viva voz de quien la hizo, y de quien es tan platico de la Barra y destos términos como yo, no serán tan entendidas como conviene, si le pareciere a Vuestra Merced ... se me da licencia, y ayuda de costo, las llevaré». El rey contestó: «Que se le responda que venga y traiga las trazas y de lo de la ayuda de costa no ha lugar»; el 3 de enero de 1608, el Consejo de Guerra le hizo entregar 200 ducados "AGS, Mar/Tierra, leg. 707y 712; y Registro del Consejo, leg. 102, f. 48.

para el viaje". Una nueva exploración de sondeo emprendida ese año por el Padre joao Delgado intentó establecer un consenso y anular las hipótesis de Turriano -«que es lo que contraría este negocio», tal como dice por carta al rey- afirmando que el canal de San Julián seguía siendo seguro: era la forma de tranquilizar los ánimos y de decir lo que el gobierno ansiaba escuchar, procurando dar la cuestión por zanjada. Una nueva inspección oficial, dirigida por Alexandre Massai en 1517, 147

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Rafael Moreira

p^.;'..

previa a la anunciada visita de Felipe 11, demos-

' •

traría ei peligro. La catástrofe ecológica seguía siendo una amenaza. Turriano comienza entonces a redactar un memorando ilustrado, que sería la base del libro manuscrito Discurso limpiar

de Leonardo

Turriano

la barra del Taxo y otras barras

sobre

de otros

rios, que finaliza en 1621 o 1622, y que estudiaremos más adelante, que presenta de viva voz en Madrid, adonde regresa en 1608-9 (esta vez, para una estancia de cinco meses). Sin embargo, su resultado parece haber sido nulo. Existía una fuerte complicidad de intereses hostiles, tanto centrales como locales... y personales. En este contexto, el recurso al Ingeniero Mayor surge menos como un intento de superar el pesiExcavadora con tracción animal, Dos discursos de Leonardo Turriano eì primero sobre el fuerte de San Lourengo de Cabega Ceca en la boca del Taxo el segundo sobre limpiar ia barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, f 62

mismo anímico -puesto que su carácter arrogante era conocido por todos- que como una nueva forma de encarar el problema. Su texto constituye un momento crucial (hasta ahora no reconocido por la historiografía) de la «leyenda trágicomarítima» lisboeta, así como de la propia historia de la cultura portuguesa. Al convocar aTurriano para que interviniera personalmente en el caso, dejando fuera a los más importantes burócratas y altos cargos militares, autoridades portuarias, pilotos y maestres expertos en la barra, se pretende, de forma especial, ensayar una nueva filosofía. El conocimiento empírico de los «prácticos» se sustituye por el saber teórico del hombre de ciencia equipado con otros instrumentos, y procedente de un universo intelectual muy diferente. Lo que era una simple cuestión particular, un accidente de la naturaleza, pasa a ser considerado como un problema de carácter general, encuadrado en las leyes de la mecánica hidráulica que comenzaba a consolidarse como disciplina científica en Europa, en las lecciones de la tratadística norte-europea e italiana. Turriano es muy claro, casi irónico, cuando exhibe la superioridad de sus conocimientos y demuestra que no existe ninguna solución posible salvo la suya. Por consiguiente, una cuestión administrativa y estrictamente náutica, tal como era la sedimentación de la barra del Tajo, se convertiría en un problema que sólo se podría resolver en el marco más amplio de la cultura técnico-científica de la edad moderna. Hasta la fecha, no existía ningijn tratado de ingeniería (Bartolomeo della Valle, Vierlingh, Agrícola, Sittoni, Lastanosa, Giraba...)" que se ocupara de la problemática marítima esencial: los medios naturales y mecánicos para dominar el elemento acuático por excelencia, que es el mar. Por esta razón, el memorando pre-

'' Nicolás GARCÍATAPIA, ingemena /Arquitectura en el Renacimiento Espono/. Valladolid, 1990.

parado en Lisboa y presentado en Madrid (1607), y el Discurso que lo amplía y sistematiza en 1622, constituyen los textos pioneros de una disciplina en plena creación, la oceanografía. 148

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Al intervenir en el tema de la sedimentación de la barra del Tajo -que terminó por resolverse por sí mismo, como por milagro, una vez estabilizado, en 1620, el régimen de corrientes y del flujo marítimo con el fin de desplazar las rocas sueltas en Cabeza Secael Ingeniero Mayor sabía que se hallaba frente a la más importante disputa de su vida y a punto de chocar con la opinión pública. Pero los sesenta dibujos de máquinas que propone para dragar el río, a pesar de estar inspiradas en Leonardo da Vinci y en la tradición de la escuela de Siena de Taccola o Francesco di Giorgio Martini, reflejan la mentalidad nueva y sólida de la ciencia moderna de Kepler y Galileo, de quienes fue uno de los " Rafael MOREIRA, «As máquinas fantásticas de LeonardoTurriano: a tecnologia do Renascimento na barra do Tejo». En cat. Nossa Senhora dos Mártires.A última viagem... op. dt, pp. 50-67.

primeros seguidores en Portugal". En nuestra opinión, esta delicada misión explica un rasgo esencial de la vida en Lisboa .—./

de LeonardoTurriano: su mala relación con una gran mayoría de portugueses, especialmente con los de su entorno profesional, en el que siempre fue un inadaptado, tal como lo demuestra el hecho de haber decidido trasladar su domicilio a Madrid. Ya desde su llegada, hace referencia a su gran admirador y protector, el conde de Portalegre, joáo da Silva, gobernador encargado de los asuntos de la Guerra, cuando en la carta del 17 de marzo de 1598 solicita a Felipe II que le conserve el sueldo que recibía en Castilla, pese a i r a residir en Portugal como Ingeniero Mayor: el motivo que argumenta es que «pueda vivir cómodamente», para que - agrega

' IHCM, Colecdón Aparid, tomo VII, f 333.

profèticamente- «los portugueses no se rebelen contra él»'". Es decir, un salario

Red con anillos para arrastrar las arenas. Dos discursos de Leonardo Turriano el primero sobre el fuerte de San Lourengo de Cabega Ceca en la boca del Taxo el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, f 48

de alto funcionario y un tren de vida de prestigio, capaz de elevarle socialmente e introducirlo en su nuevo ambiente, para no ser desautorizado. Incluso así, Turriano pasó gran parte de su tiempo solicitando subsidios, ayudas económicas y aumentos de sueldo, alegando que sus gastos eran superiores a lo que recibía, y tal vez fuera cierto, dado el elevado nivel de vida del que disfrutaba en Lisboa. Pero la presión hostil a su personalidad relativamente difícil parece haber sido tanta en su ambiente de trabajo, y probablemente en la esfera política de creciente anti-castellanismo en Portugal, que en carta de 1627, se declara dispuesto a i r a vivir a España, tal como le había solicitado el rey: «en

" Ibidem, f 366: «Memorial en que dice haber sido mandado residir

en la corte y solicita varias gracias para si y para sus hijos.»

Madrid ha de poner casa de nuevo, y ha de traer su familia...»''. Si la muerte no lo hubiera impedido, quizás Turriano habría terminado sus días en Madrid, pero continuando como Ingeniero Mayor de Portugal. 149

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La defensa del litoral Además del trabajo centrado en la desembocadura del Tajo, a lo largo de sus tres décadas de vida en Portugal, LeonardoTurriano tuvo ocasión de inspeccionar otras obras, todas ellas en el litoral. En ese período de Unión Real con España, no había nada que temer por el lado de la frontera terrestre. Por el contrario, el peligro venía del mar: la constante amenaza de los ingleses, las incursiones de piratas bereberes y de corsarios franceses... Desde el punto de vista geopolítico, era fundamental que el país estuviese bien defendido en su cara atlántica, tal como se puso de manifiesto con el desembarco inglés de 1589 en Peniche bajo las órdenes de D. Antonio, Prior do Crato, y su rápido avance hasta el Tajo, donde fue detenido y derrotado más por las bodegas de Arruda dosVinhos que por ias tropas nacionales. Un episodio que no se podía repetir. En el verano de 1597, antes de ser designado para el alto cargo de ingeniero Mayor, Turriano había trabajado en Viana do Lima (actual Viana do Casteio), próxima a la frontera gallega, preparando cuarteles y visitando las obras de ampliación llevadas a cabo en la fortaleza de Santiago, según diseño de Spannocchi. Sin embargo, sería después de concluir su misión en la desembocadura del Tajo cuando tendría ocasión de visitar otras fortificaciones, cumpliendo con los encargos oficiales y las órdenes reales, pero caso por caso, nunca siguiendo un plan sistemático. En invierno de 1605-06, lo encontramos en Peniche, con el objetivo de reforzar un baluarte en las murallas de la villa para defender las embarcaciones que atracaban en su excelente puerto: ei rey manda al conde de Atouguia que «ordenéis que mi Ingeniero, LeonardoTurriano, vaya a ver personalmente el fuerte y sitio donde se encuentra Peniche...y que dicho LeonardoTurriano realice los planos»"". En ese punto ya existía un fuerte, situado sobre las rocas extramuros; se trataba de un curioso fortín circular de 1557, atribuido a DiogoTeles, llegado a Portugal en 1549, y que había trabajado muchos años en Inglaterra-donde en 1540-43 construyó los fuertes circulares de Enrique VIH en el canal de la Mancha (en particular, el fuerte Pendennis, en Falmouth), pasando después ai servicio

® Carta real para el virrey D. Pedro de Castilho, de 3 de noviembre de 1605 (Biblioteca Nacional de Ajuda, 5 l-VIII-7,fol.

201 ). Cf. Mariano CALADO, Peniche na história e na lenda. 3' ed. Lisboa, I984,pp, 105-21

de CarlosV en Alemania-y fue ei «portuguese architect» que, en 1541, realizó el bello dibujo del Cuines Castle en el Paso de Calais, en la costa francesa, que se conserva en el Museo Británico"'. A ella se unió, en 1563-77, una grandiosa fortaleza cuadrada con 4 baluartes, construida por Congalo deTorralva, según dibujo tal vez de Afonso Alvares, que sería finalizada por Filippo Terzi en 1589. En

' Rafael MOREIRA, «La arquitectura

militare. En História da Aite em

Portugal. O Maneirismo.Vol.Vll Lisboa, Alfa, 1986, pp, 144-145,

esencia, es el núcleo de la actual fortaleza de la ciudad (hasta hace poco, una prisión de alta seguridad). No obstante, no hay nada en ella que pueda haber sido realizado según los pianos deTurriano. Las murallas de defensa del istmo y de la ciudad son de ia época de la Restauración: datan de 1642 y su autor es el Ingeniero Mayor de origen francés, Carlos Lassart.

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L e o n a r d o Turriano en Portugal

LEONARDOTURRIANO, Caleta de Sines, Descrigao e plantas da costa, dos castelos e fortalezas, desde o reino do Algarve até Cascais, da ilha Terceira, da praga de Mazagáo, da ilha de Santa ¡Helena, da fortaleza da Ponta do Pa¡mar na entrada do rio de Coa, da cidade de Argel e de Larache, Casa Cadaval, n"28. Documento cedido por el Arquivo Nacional Torre do Tombo

El año de 1605 fue particularmente activo para el Ingeniero Mayor; en una carta al rey del 23 de mayo de ese año, el virrey Pedro de Castilho (sobrino del gran arquitecto Joào de Castilho) le encargó constituir una junta de la que él formase parte para la consolidación del monte de Santa Catarina, en Lisboa, con el fin de estabilizar la iglesia parroquial y las 110 casas destruidas por el corrimiento de tierras que se había producido ocho años antes, en una tragedia que hizo desapaBiblioteca Nacional de Ajuda

(en adelante B N Ajuda), 51 -VIII-2

(cartas de el-rei para o vice-rei D.

Pedro de Castilho).

•"Antonio M.QUARESMA,A/exondre MossaiA «Escola Italiana» de engenharia militar no litoral alentejano (Sécalos XVI e XVII). Sines, Centro Cultural Emmerico Nunes, 2007.VerBNL,Cod. I0835,f. I,

recer tres calles"^ En febrero de 1627 polemiza con el ingeniero encargado de las obras de la ciudad de Lagos, en el Algarve, el italiano Alexandre Massai, sobrino de Casale"'. La muralla abaluartada -la primera del Algarve y una de las más antiguas del paísfue comenzada en 1559 (diseñada probablemente por Afonso Alvares) y sólo se terminó después de la Restauración. Turriano critica con saña su dibujo de los baluartes del lado de tierra, a los que llama «quimeras». Pero se ve que el verdadero blanco de sus críticas no es la fortificación, sino Massai. También contra Massai elaboró, en 1606, su proyecto de «callejero» del puerto de Sines, en el centro del litoral del Alentejo. Estaba formada por una calle de acceso, un muro de protección que formaba una plataforma para siete piezas de artillería, y cerca del agua, un muelle complementario, del que realizó tres dibujos con leyendas en castellano -una vista general de la costa y de la ciudad de Sines, y una planta y un perfil detallado de la Caleta, todos ellos firmados- que han llegado hasta nuestros días incluidos en el «Códice Cadaval». Fueron aceptados, pregonados y se satisficieron las correspondientes contratas. Sin embargo, y de forma progresiva, el Consejo de Hacienda fue introduciendo alteraciones, tras escuchar las opiniones locales y de los prácticos, y finalmente, tras intentar rebajar los costes, se acabaría por anular en 1617-19, ante el proyecto más expedito de Massai. Tal como señala António Quaresma, el pragmatismo empírico representó «el triunfo de Massai frente a la consistencia de la preparación teóri-

•"AM.QUARESMA,op,dt„p.23.

ca y de los conocimientos de los que alardeaba Turriano»"". De esta forma, el Ingeniero Mayor terminaría por quedar fuera del proceso de construcción de las calles de Sines. Lo mismo ocurrió con otros planos de los que fue autor, como el que

á.

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hizo en 1604 para eliminar los sedimentos en la barra del Sado en Setúbal, que nunca fue ejecutado''^ El número y la frecuencia de esas visitas son extrañamente escasos. Visitó y

® Carta de septiembre de ! 604: BNAjuda,5l-VIII-l 7,fF. I24-I24v.

estudió Viana, Peniche, Setúbal, Sines, Lagos, los principales puertos marítimos, los puntos clave del litoral portugués, pero sin alcanzar ningún resultado práctico. Poseedor de una ciencia teórica superior, al servicio de unas obras perfectas, la realidad financiera acababa siempre por imponerse. De una frustración a otra, es natural que el carácter irascible, aunque genial, deTurriano se convirtiese en exasperación y constantes polémicas. La d e f e n s a del I m p e r i o Como Ingeniero Mayor del reino de Portugal, su área de jurisdicción se extendía también a las múltiples zonas del mundo dominadas por los portugueses, con la excepción del «Estado de la India», del cabo de Buena Esperanza a M a c a o , Nagasaki en japón y las islas Molucas en la actual Indonesia, en donde existía desde 1583 otro Ingeniero Mayor, el también milanés Giovanni Battista Cairati, o joao Baptista Cairato, ingeniero de la ciudad de Milán desde 1561, llamado a Madrid en 1578 por Felipe II. LeonardoTurriano desempeñará esa función en los territorios de África y Brasil. De este modo, le vemos proyectar en 1607 la nueva fortaleza de Árguim (Mauritania), al sur de Marruecos, en una zona desierta de una costa poco frecuentada por el eventual comercio tuareg, pero de gran importancia estratégica como apoyo a los navios. En 1592 el «castillo» (que databa de 1514) fue entregado al conde de Átouguia con un territorio que se extendía hasta el río Senegal, pero en un estado semi-ruinoso, con la obligación de mantenerlo y restaurarlo. De hecho, en una carta del virrey al rey, del 7 de abril de 1607, el primero anuncia: «Junto con ésta, se adjunta un plano del Castillo de Árguim, realizado por Leonardo Turriano, y una Relación suya... tal como lo requiriera el Conde de Átouguia» -que, recordemos, había colaborado con él en los planos para su villa de Peniche dos años antes. Y en una recapitulación de noviembre de 1609 y la donación al nuevo conde, con fecha 9 de junio de 1630, se hace referencia a su encargo de mantenerlo en estado de defensa, «de acuerdo con los planos de LeonardoTurriano y su informe»"". Se trataba de una pequeña batería semicircular sobre un banco rocoso a la orilla del mar, con dos medios baluartes por el lado de tierra (hoy en día, un montículo de ruinas en el Parque Nacional de Árguim, en Mauritania)-

Théodore MONOD, L'Ile d'Arguii) (Mauritanie). Essai historique. Lisboa, 1983, pp. 29-30 e 151

pero que más tarde, en 1633, sería capturada por los holandeses. Es posible que en 1617 haya tomado parte en una junta sobre la fortificación de Luanda (Ángola), junto con el supervisor de las obras, Gongalo Pires de Carvalho, y los arquitectos Luís de Frias, Pedro Nunes Tinoco y Mateus do Couto"'. Sin embargo, no sabemos nada sobre su continuación: las primeras fortalezas abaluartadas de Luanda datan de 1685 y su autor fue el ingeniero francés Pedro de Sainte-Colombe. 152

BNAjuda,5l-IX-20,fF.2l4yss. Debo esta información aia cortesía de Miguel Soronnenho, del Instituto Portuguese Patrimònio Arquitectónico (Ministério da Cultura). FUNDACIÓN JUANELO TURRIANO

Leonardo Turriano en Portugal

Turriano evitó participar en la importante expedición de don Fadrique de Toledo (1625) contra los holandeses que ocuparon la ciudad de Salvador en Bahía, capital de Brasil, que culminó con su triunfo. Por carta del 23 de septiembre de 1624, aducía achaques y enfermedades varias: de hace quince años a esta parte es muy enfermo de gota, por la cual no es libre de su persona antes muy impedido a pie y a cavallo, y que en lugares húmedos está de continuo muy malo, além do que padece de una enfermedad ipocondriaca... y tiene más que yendo al viento le dá convulsion de ventosidades en la caveza, con acidentes de apopleIHCM, Colecdón Aparid, tomo VII, f. 362,

gia, y vive con fuentes y fístula penosamente, con edad de 63 años"». No obstante, llevó a cabo una serie de proyectos de defensa para Salvador y Recife, en el noreste de Brasil, en 1604-5, que conocemos en parte a través de un dibujo incluido en el Livro de Razao do Estado do Brasil de Diogo Campos

Rezoo do Estado do Brasil

Moreno (c. 1616)"'. Así mismo, su trazado de un largo foso para aislar a modo de

(el616). Ed.facs., Lisboa, Sá da

ciudadela el extremo sur de la ciudad, que por razones de la topografía local era

do Salvador».

impracticable, demuestra que no estuvo en el lugar y que se dejó llevar por la

Costa, 1999: «Franta da Çidade

imaginación. Finalmente, la fortificación fue llevada a efecto por Spannocchi. A b a s t e c i m i e n t o de agua a Lisboa Encontramos el mismo espíritu de rivalidad en los trabajos que realizó sobre la conducción de agua potable a Lisboa desde sus alrededores, con lo que se pretendió resolver el problema crónico de abastecimiento de agua a la capital. Después de estudios que debemos imaginar detenidos y concienzudos, se escogió el nacimiento de «Água Livre» en Belas, a 14 kilómetros de la ciudad, como fuente principal desde donde llevar el caudal de agua; este emplazamiento ya había sido citado por Francisco de Holanda como la mejor opción y la misma que, según sus investigaciones personales, eligieron los romanos por medio de un acueducto desaparecido, del cual la arqueología actual ha hallado vestigios. Los días 2 y 3 de septiembre de 1618, una junta puesta en marcha un año antes, compuesta por arquitectos, observadores y medidores, realizó las mediciones. Entre sus componentes, podemos citar al cosmógrafo mayor y cronista joáo Baptista Lavanha, el ingeniero mayor LeonardoTurriano, los arquitectos reales Pedro Nunes Tinoco, Teodósio y Luís de Frías, el ingeniero André Moreri (probablemente, un perito italiano), además de los medidores de la ciudad, un constructor en piedra y un carpintero. El resultado figura en un volumen de más de cien páginas, redactado y diseñado por Pedro Nunes Tinoco: el Roteiro da Água Livre e Água de Montemor e mais fontes junto a ellas (Biblioteca Nacional de Lisboa, Reservados Cod. " Irisalva MoiTA (Din), D.Joào Veo abastecimento de água a Lisboa. Lisboa, Cámara Municipal de Lisboa, 1990, pp. 15-22.

427), que incluye también otras «diligencias» efectuadas el 25 de septiembre de ese mismo año. Los trabajos que llevó a cabo este equipo de profesionales aparecen descritos con todo detalle en ese manuscrito™. 153

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En su visita a Portugal (1619), Felipe III solicitó pasar por la fuente de Água Livre, pero en su entrada habían sido gastados los 600.000 cruzados del impuesto destinado a la construcción del acueducto. En 1620, la Cámara insiste todavía en la aprobación real del trazado, pero deja de hacerlo después de que Felipe IV, arrinconada la tarea, desvía el dinero hacia otros objetivos de la corona española. Solamente sería construido en 1732 por D. Joao V, con los arcos de Alcántara, que constituyen una de las «maravillas» de Lisboa, de obligada visita para los turistas ingleses del siglo xix. En un momento de desánimo que sigue a la visita de Felipe III es cuando LeonardoTurriano lanza su golpe de efecto. Con la afirmación de «haber descubierto cerca de Syntra» fuentes mejores, el Ingeniero Mayor acude a Madrid «solapadamente, a costa de otros elementos del equipo....» a presentar un proyecto propio, al que el soberano español presta, o finge prestar por conveniencia, todo su apoyo, a pesar de haber sido avisado por la Cámara, en su momento, que había desenmascarado la conducta incorrecta de este arquitecto - ordenándole que lo reciba y analice los planos que había presentado, de manera abusiva, como exclusivamente suyos". Muy en su papel propone cuatro nuevos caminos alternativos, de los cuales el más interesante es el último, que seguiría el recorrido del antiguo acueducto romano (una idea que debió haber recogido de Holanda) y que sería más alto, irguiéndose en Benfica sobre arcos de treinta palmos hasta finalizar junto a la iglesia matriz de los jesuítas. Desconocemos cómo acabó la historia, pero con certeza el Ingeniero Mayor sufrió una derrota más para su moral.

" Ibidem, p. 22 y docs. XCVlll a C. La carta deTurriano está firmada de Madrid, el 24 de septiembre de 1620: en agosto de ese año, presentó al rey una solicitud «en consideración de sus servicios», de un sueldo para sus dos hijos, uno de 20 y otro de 17 años (IHCM, Colección Aparíd, tomo vil, Í360)

Proyectos industriales Entre la diversidad de intereses de LeonardoTurriano debemos incluir también, y en un lugar muy relevante, la industria. Sostenía la visión económica de la Praga de los Habsburgo, asociada a su actividad en la industriosa Milán, que se encontraba en conflicto manifiesto con la timorata tradición artesanal que todavía prevalecía en Portugal. Turriano soñó inaugurar una nueva tradición, compuesta de ingenio e industria. Desaparecido el «cinturón industrial» de Val do Zebro en la margen sur, donde entre aproximadamente 1450 y 1530 se cocía el bizcocho -un pan circular y seco que era la base de la alimentación de los navegantes de las flotas del descubrimiento oceánico-y en cuyos altos hornos se fabricaban en serie piezas de cerámica -moldes para panes de azúcar, bases de bizcocho, platos, copas, etc., destinados a la armada- donde Andrea Sansovino pensó abrir una industria de porcelanas vidriadas a modo de Della Robbia, el principal centro obrero en los alrededores de Lisboa era Barcarena, entre Sintra y Oeiras, un extenso y profundo valle con un río cuya agua movía, desde los tiempos de D. Joao II, la maquinaria de las Ferrarías de el-Reí (Herrerías del Rey), con producción de pólvora, fundición de hierro y fabricación y pulimentado de espadas, armaduras y cañones. El retraso tecnológico del país era evidente -todo debía ser importado- y el 154

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L e o n a r d o Turriano en Portugal

Rueda hidráulica para la fábrica de pólvora de Barcarena, Dos discursos de Leonardo Turriano el primero sobre el fuerte de San Lourengo de Cabega Ceca en la boca del Taxo el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, f. 84

campo de iniciativas, inmenso, pero con predominio agrícola. La falta de mentalidad empresarial y las responsabilidades derivadas de la expansión del imperio constituían un obstáculo infranqueable que se oponía a cualquier intento de innovación tecnológica. Uno de los aspectos más simpáticos en la carrera del primer Ingeniero Mayor de Portugal es que intentó modificar este panorama con iniciativas concretas. La principal de ellas, y la única que conocemos con cierto detalle, tuvo como objetivo precisamente Barcarena. Incluso, fue él quien llamó la atención del rey Felipe III sobre esa instalación fabril. Recibió el encargo real de modernizarla. Los planos y propuestas debieron haber salido para Madrid en octubre de 1517. La remodelación de la Casa de la Pólvora fue aprobada de inmediato, construyéndose los cuatro nuevos ingenios previstos; la ampliación de las Herrerías, excesivamente costosa, se sustituyó por su restauración; y la nueva Cordelería no se llevó a cabo. En junio de 1619, cuando llegaba a Lisboa, antes de entrar en la ciudad, Felipe III visitó, acompañado por nuestro protagonista, «los ingenios de armas y pólvora de Barquerena (Lavanha)»^^ Sus propuestas figuran en el libro que escribió en 1521 -2 -los Dos Discursos de Leonardo Turriano... que analizaremos más adelante-en los que ocupan dos páginas de texto y siete dibujos a página entera, en forma de anexo. De ellos se desprende que sostuvo la opción de conservar las edificaciones manuelinas 155

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ya existentes (de las que nos proporciona un análisis más que un proyecto) y reformar la maquinaria, con la instalación de un pisón adicional para taladrar y esmeri lar-básico para aumentar la producción de clavos, que eran de vital importancia para la construcción naval de las «naves de la India», y que se importaban por toneladas desde Vizcaya, así como de armamento defensivo y armas de fuego: mosquetes y arcabuces- movido por una rueda hidráulica montada sobre un eje vertical en un plano elevado, por encima del nivel del pavimento; un banco de taladro con dos versiones (de las que la técnicamente más avanzada es un mecanismo de tres brocas dispuestas verticalmente, a las que se transmite el movimiento mediante ruedas dentadas, con el fin de obtener mayor velocidad); y un potente dispositivo de «galgas» o ruedas, capaces de moler grandes cantidades de pólvora, que era la mayor necesidad de las armadas de guerra y de las fortalezas coloniales, cuya rotación se transmitía por un sistema de engranajes subterráneos, asentados sobre grandes platos de bronce macizo para evitar la posibilidad de que se produjeran chispas. El dispositivo para amolar clavos parece haber sido construido de inmediato, en 1618. El sistema para la pólvora tardó algo más, debido a su complejidad y a que presentaba deficiencias por la fragilidad de las vigas de madera: en enero de 1623, LeonardoTurriano se trasladó a Barcarena con el objetivo de analizarlas en presencia del maestro polvoVITTORIO ZoNca, Novo teatro di machine et edifica, Padua, Pietro Bertelli, 1607 NVOVO

rista y proponer soluciones para las quejas que planteara éste. En cuanto a las herrerías, trabajaban ya a pleno rendimiento a comienzos de 1630. Todo este complejo industrial se mantuvo en funcionamiento, sin THEATRO

modificaciones significativas, hasta el final del siglo xviii". El principio de la utilización de las ruedas en la molienda de salitre no es original: existe, incluso, una ana-

" A . QUINTEU\yJoào Luís CARDOSO.A Fábrica da Pólvora de Barcarena e os seus sistemas hidráulicos. Oeiras, 1998.

logía evidente en la misma forma de representar el dibujo, con la propuesta del ilustre ingeniero italiano Vittorio Zonca (1568-1602), «Architetto Onorario della Città di Padova», en su tratado pòstumo de mecánica e hidráulic a , Novo

Teatro

di macchine

et edifìcii

( P a d u a , 1607) - e n

el que con «edificii» Zonca (o su editor, Pietro Bertelli) quiere decir siempre máquinas- que aparece, de este modo, como una de las fuentes esenciales deTurriano. De las treinta y nueve máquinas que el ingeniero paduano ilustra y describe, muchas fueron utilizadas como copias casi literales. Las diferencias se detectan en los detalles, tales como las dimensiones de las ruedas dentadas, o el uso de platos de bronce, en lugar de las bases de albañilería en la carpintería de Zonca, con el fin de evitar los efectos de la fricción de la piedra o del hierro. Por esta razón, resultan sorprendentes las lamentaciones y quejas a las que se entrega Turriano por no 156

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L e o n a r d o Turriano en Portugal

Rueda liidráulica para la fábrica de pólvora de Barcarena, Dos discursos de Leonardo Turriano el primero sobre el fuerte de San Lourengo de Cabega Ceca en la boca del Taxo ei segundo sobre limpiar ia barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, t. 84

haber sido d e b i d a m e n t e a p r e c i a d o . Según refleja en sus Discursos,

el pisón y

los fuelles q u e instaló en la herrería «ahorran treinta ducados cada día. Pero su uso no fue acertado y las personas que los tienen a su cargo han e c h a d o todo a perder por extraer agua para sus molinos». En cuanto a la máquina para pulir arcaD. DIogo da Silva y Mendonga, hijo del príncipe de Éboli, Rui Gomes da Silva, fue nombrado virrey de Portugal y I (y único) marqués de Alenquer por Felipe III en 1616, entrando al país con luna pompa extravagante en 1617. Protegido del valido duque de Uceda, gobernó el país entre protestas generales por la mala administración financiera y su carácter arrogante. A la muerte del rey Felipe III y el acceso al poder del conde-duque de Olivares, fue destituido como virrey el 8 de agosto de 1621, y abandonó el país entre insultos y acusaciones de corrupción en I marzo de 1622. Murió en Madrid. a.VERÍssiMO SERRÀO, História de Portugal, IV, Governo dos Reis Espanhóis ( 1580-1640). Lisboa, 1979, pp, 84-6 y 91-5).

buces y mosquetes, «no tuvo efecto, porque con el cambio de gobernadores, cambian los gobiernos; y los que sucedieron al marqués de Alenquer no siguieron sus buenos pensamientos...». El marqués de Alenquer, aunque portugués castellanizado, fue un personaje odiado en Portugal'". Esa era la persona e l o g i a d a por L e o n a r d o T u r r i a n o , q u e c o n sus lamentos expresaba, sin duda, más la pena por la pérdida de su protector y amigo - y una clara actitud de adhesión a la política castellanista- que la realidad de los hechos desde el punto d e vista portugués. Por lo tanto, una constante de las posiciones que le son c o n o c i d a s es su completa - y casi acritica- filiación ideológica al centralismo de Castilla y su antipatía por los más mínimos aspectos de la causa n a c i o n a l lusa, e x c e p c i ó n hecha de su culto por la poesía de C a m ó e s (quizás, incluso, no c o m p l e t a m e n t e desinteresado). Su f i d e l i d a d estaba d e d i c a d a por c o m p l e t o a su rey, del q u e recibía constantes manifestaciones de aprecio y un s u c u l e n t o salario. La propia Italia no le p r o v o c a b a más q u e un distante sentimiento de nostalgia, de amor por su literatura y su cultura, pero totalmente inmune a cualquier idea de patriotismo. 157

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Ingenio para pulir arcabuces y mosquetes y hacer clavos para las naves de la India. Dos discursos de Leonardo Turriano el primero sobre el fuerte de San Lourengo de Cabega Ceca en la boca del Taxo el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, f 87

Ingenio para la fábrica de cordelería. Dos discursos de Leonardo Turriano ei primero sobre ei fuerte de San Lourengo de Cabega Ceca en ia boca dei Taxo el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, f. 88

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L e o n a r d o Turriano e n Portugal

Ingenio para la fábrica de cordelería. Dos discursos de Leonardo Turriano el primero sobre el fuerte de San Lourengo de Cabega Ceca en la boca del Taxo el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, f 89

La más interesante de sus preocupaciones por el fomento industrial fue, sin ninguna duda, el proyecto de una fábrica de aparejos para barcos, que comenzó a desarrollar todavía en Barcarena-con la idea, por cierto, de transformar el lugar en un gran polo fabril- pero cambió la localización, para crear la Cordelería de Belém. A ella se refieren los dos dibujos finales de sus Dos Discursos, así como la ijitima frase del texto. Los planes preveían fabricar en el reino los aparejos que se adquirían en el extranjero, piezas fundamentales de la construcción naval y para el equipamiento de las grandes naves y galeones de la India. El proyecto debe de haber sido concebido en torno a 1621 o 1622, cuando finalizó su libro (y no en 1617, cuando recibió la encomienda real para la Herrería y la Casa de la Pólvora de Barcarena -sugeridas por él mismo- tal como suponen J. L. Gomes y J. L. Cardoso). El primero de los dibujos muestra una rueda hidráulica que hace mover, a través de un sistema de transmisión de dos ruedas dentadas, una biela conectada a cuatro ganchos, en donde otros tantos operarios trabajan enrollando las cuerdas. En el segundo son siete los cordeleros que se ocupan, a distintas velocidades obtenidas por medio de un mecanismo insertado en la pared, de la ejecución de las cuerdas, de diferente grosor y compresión, con uno o dos trípodes de sustentación. Con un toque final de optimismo y vanidad, Turriano dice que los gobernadores que en agosto de 1621 sucederían al marqués de Alenquer como virrey-Nuno Alvares de Portugal, el obispo de Coimbra, Martim Afonso de Mexia, y Diogo de Castro, conde de Basto, que gobernaron hasta 1630- prescindirán de sus servicios, «excepto para fabricar los aparejos en este Reino y no comprarlos podridos en Alemania»; y, de hecho, sabemos que a hacia 1620 la cordelería de Belém fue sometida a importantes obras de remodelación que, seguramente, aprovecharon sus planos. Él mismo afirma, lamentándose, en la ijltima frase del libro «...pero 159

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no ejecutaron las máquinas, que continúan funcionando con la misma agua que la pólvora y los clavos».

De manera indudable, dado su espíritu e iniciativa ...se ofreció LeonardoTorreano, ingeniero mayor de estos Reinos, a preparar los planos de un ingenio en el que se fabricase toda la pólvora necesaria, con menos gastos y gran utilidad para la hacienda real, la cual envía a Su Majestad con este primer correo

escribía el Consejo de Hacienda el día 21 de octubre de 1617; dados también su entusiasmo, dedicación y grandes conocimientos teóricos y técnicos, Leonardo Turriano merece ocupar un lugar importante en la historia de la industria de Portugal de comienzos del siglo xvii. La biblioteca El Ingeniero Mayor debe de haber poseído una buena colección de libros, traídos del extranjero o adquiridos en Portugal. Serían tratados técnicos de ingeniería, arquitectura militar, mecánica o hidráulica, publicaciones teóricas sobre física, astronomía, ciencias naturales y matemáticas, libros de literatura, poesía o romances, en latín y castellano. Libros modernos o antiguos, que a falta de un descubrimiento inesperado o el hallazgo casual de algún ejemplar que permita ir esclareciendo poco a poco la extensión y el contenido de su biblioteca, debemos contentarnos con imaginar. En su casa no podría faltar un ejemplar del De Re Aedificatoria de Leon Battista Alberti -quizás, en la edición ilustrada deVenecia de 1565, publicada bajo el título de L'Architettura que le fuera dado por su traductor al italiano, el florentino Cosimo Bartoli- o de los dos Cataneo, Girolamo (Dell'Arte Militare libri cinque, Brescia, 1584 y 1608) y Pietro (L'Architettura, Venecia, 1567)"; o del célebre V i g n o l a : la Regola delle Cinque

Ordini

d'Architettura

( R o m a , 1562), probable-

mente en su buena traducción española de 1593. Resulta difícil imaginarlo sin tener a mano una de las innumerables ediciones de Sebastiano Serlio, así como

John BURY y Paul BREMAN, Writings on Architecture Civil an Military c 1460 to 1640. A cheklist of printed editions. Goy-Houten, Hes & D e Graaf Publishers, 2000.

algunos de los múltiples tratados de arquitectura militar, impresos en Italia durante la segunda mitad de siglo xvi (solamente en Venecia, más de 250). Eso por no hablar de obras sobre ciencias naturales, astronomía, física o matemáticas, en italiano y alemán, que seguramente leía; además de libros de poesía y ficción, de Dante y Petrarca a Francesco Colonna o a Torquato Tasso. De hecho, es tarea imposible reconstruir la biblioteca del Ingeniero Mayor, ni siquiera a modo de «retrato-robot», dada la enormidad de su cultura enciclopédica y las posibilidades de que dispuso para su adquisición en el curso de sus constantes viajes desde la juventud. ¿Leería francés y tendría acceso a autores franceses? Y en español, ¿qué libros pudo haber comprado durante sus numerosas - más de diez - estancias de varios meses en Madrid? Son preguntas que 160

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Leonardo Turriano en Portugal

nunca tendrán respuesta. Podemos tener la seguridad de que poseyó un libro, que manejó con familiaridad: la Historia Naturalis del latino Plinio el Viejo (en algunas de sus múltiples traducciones al italiano), dadas la frecuencia y precisión con que alude a él. En su primer escrito, la Descrittione

et historia de l'isole Canarie,

d e 1595 (con-

cluido sólo en 1598 en Madrid), cita a Alberto Magno, Anaxágoras, Anio de Viterbo, Apiano, Ariosto (9 veces, contra 6 de) Aristóteles, Avicena, Daniele Barbaro, joào de Barros, Beda, Beroso, San Buenaventura, Cadamosto, Cardano, Bartolomé de las Casas, Buridán, Castiglione, Cicerón, Claudiano, Carolus Clusius, el músico Fabricio Dentici, Diodoro Siculo, Dionisio de Halicarnaso, Eratóstenes, Estrabón, Marsilio Ficino, Gemma Frisio, Gerardo de Cremona, Hesfodo, Higino, Hipócrates, Homero (nueve citas), Horacio, San Isidoro, Flavio Josefo, León Africano, Tito Livio, Ramón Lull, Moisés, Sebastian Münster, Paulo Orosio, Ovidio, Petrarca, Pigafetta, Pindaro, Platón, Plinio (el más citado: cuarenta referencias, frente a sólo ocho del anterior y cinco del siguiente). Plutarco, Pomponio Mela, Ptolomeo (diecisiete citas). Sacrobosco, Jacopo Sannazaro, Séneca, Cayo Julio Solino, Tácito, Torquato Tasso (¡dieciséis citas!), Teofrasto, Cneo Pompeyo Trogo, Tucid¡des,Varrón, Virgilio y Vitrubio. Es de destacar que, siempre que hace referencia a Ariosto, Horacio, Ovidio y Tasso (dos antiguos y dos modernos) lo hace incluyendo versos o citas del original. En su o b r a Discurso

sobre

el Fuerte

de Cabega

Ceca,

d e 1602, cita a A l b e r t o

Durerò, Aristóteles, Arquimedes, Boecio, Claudio, Cristóbal Clavio, Dante, Dionisio Areopagita, Euclides, Juan Magno, Josefo, Marco Antonio Sabélico, Mercurio Tri megisto, Moisés, Nicomedes, Ovidio, Pausanias, Pergeu, Pitágoras, Platón, a los platónicos, a Plinio, Sacrobosco, Suetonio, San Agustin, San Isidro, Suetonio y Vitruvio. En la obra siguiente, el Discurso

sobre limpiar la barra del Tajo (1617-

21), más experimental que basado en autoridades, cita en seis ocasiones a Papo Alexandrino; tres al moderno Guidobaldo del Monte y al antiguo Arquimedes; dos a Vitrubio y Euclides; y sólo en una ocasión a Julio César, Polibio, Tácito y a «los Matemáticos Griegos y Latinos». Habria que verificar el contexto de cada una de estas citas, encontrar los autores ocultos que utiliza sin nombrar, ver qué ediciones utilizó (por ejemplo, en el caso de Juan Magno remite a su traducción), es decir, todo un trabajo de crítica bibliográfica que todavía está por realizar. Tenemos la certeza de que estuvo en posesión de un libro, el más lógico de todos: De Architectura de Vitrubio, porque en la Biblioteca General de la Universidad de Coimbra hemos encontrado un ejemplar de la edición canónica de Daniele Barbaro (Venecia, 1567) con el ex-líbris «De LeonardoTurriano» que confirma su propiedad. Como éste, creemos que quedan por encontrar todavía muchos otros libros suyos en nuestras bibliotecas. La librería personal del Ingeniero Mayor pasó a su hijo, el fraile y arquitecto Sao Joao Turriano, quien a su muerte (1679) la legó al Colegio de Sáo Bento 161

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de la Universidad de Coimbra, de donde saldría en el siglo xix hacia la Biblioteca Cenerai. Recientemente, se ha identificado en ella una parte de la colección'", en la que figuran tres obras, encuadernadas juntas en fecha posterior, con la firma autógrafa Leonardi Turriani antecediendo a la de su hijo, provenientes, por lo tanto, de la biblioteca de LeonardoTurriano.

Susana MATOS ABREU, «Livros e saber pràtico de um arquitecto do século XVII: a biblioteca de Fnjoào Turriano e o mosteiro novo de Santa Clara em Coimbra». Patrimònio. Revista de la Facultad

Son el tipo de libros que cabría encontrar en sus manos, sobre todo hacia el final de su vida: tratados de arquitectura militar y de astronomía, seguramente

de Letras de la Universidad de Porto, n ° II, 2003, pp. 802-22.

adquiridos ya en Portugal (no contienen indicación alguna del lugar de compra). El primero es el interesantísimo Due dialoghi di M. lacorno Lanteri da Paratico, bresciano, nei quali s'introduce

Messer Girolamo

Catanio Novarese,

& messer

Francesco Trevisi ingegnerò Veronese, con un Giovene Bresciano, à ragionare del modo di disegnare le piante delle fortezze secondo Euclide; e del modo di comporre I modelli, & torre in disegno le piante delle Città (Venecia, 1557; pero reeditado en 1559 y, posteriormente, en Roma en 1583) cuyo autor es el ingeniero militar Ciacomo Lanteri. En los márgenes del texto incluye algunas notas garabateadas en italiano, lo que demuestra que fue una obra extensamente utilizada por Leonardo: se trata de dos diálogos con Girolamo Cataneo sobre la mejor forma de diseñar fortalezas y ciudades de acuerdo con métodos matemáticos. Del mismo autor, tuvo los Due libri del modo di fare le fortificationi di terra (Venecia, 1559), que no han sido encontrados. Otra de las obras son De magnitudinibus et distantiis solis et lunae del gran astrónomo griego Aristarco, uno de los exponen-

ARISTARCHI

tes de la Escuela de Alejandría, publicado por Federico Com-

DE M A G N I T V D I N I B V S , ET DISTANTirS SOLIS, KT LVNAE, LIBER CVM. PAPPI ALEXANDRltft cxplicationilius quìbttjìiam.

mandino (Pésaro, 1572): detrás de la firma que acredita su posesión, en latín «Leonardi Turriani», aparece escrita con otra letra la acotación ay de su hijo Fr. Joao Turriano». En este libro. Aris-

A' F E D E R I C O COMMANDING Vrbinatc in latinum conucrfus, ac commciitarijs illuñratus.

tarco de Samos (310-230 a. C.) -el primer científico que propu-

Cut» 'Priui/e^h Pont. Max. In annes X.

so la teoría heliocéntrica de Copérnico, y antecesor de Arquímedes- aborda cuestiones astronómicas relacionadas con las J

dimensiones y distancias relativas entre la tierra, la luna y el sol, formulando dieciocho proposiciones que él mismo tendría que corregir más adelante: por ejemplo, que el diámetro del sol

PISAVRh ApudCaml//umFrtTícl/cíjwf/itt. (¿WD L X X 1 I. rff I w » , * JIM«««.

es dieciocho veces mayor que el de la luna que, en obras posteriores, aumenta hasta veinte. El otro de sus libros, el Discorso delle Comete, de Mario Cuiducci (Florencia, 1519) es un testimonio de su profundo interés por las teorías astronómicas de

Portada del D e

magnitudinibus

su época y de la adquisición de libros italianos en Lisboa, pocos

et

distantiis solis (1572) de Aristarco, con los

nombres de Leonardo y su hijo Fray Joao

años antes de su muerte. Los restantes libros, encontrados un poco por casualidad en las estanterías de la Biblioteca Juanina de Coimbra y cuyo dueño es Fray Joao Turriano, no deben

Turriano, que indican su

haber pertenecido al padre, puesto que no sólo son ediciones posteriores a su falle-

de Coimbra

cimiento, sino que no muestran ninguna señal que indique que fueran suyos. Son

propiedad. Universidad

162

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L e o n a r d o Turriano en Portugal

muchos, pero dos de ellos presentan el interés inesperado de que el Ingeniero Mayor no los tuvo en su poder: se trata de L'Architettura de Andrea Palladio (en la edición veneciana de 1642); y el Tercero y Quarto Libro de Architectura de Sebastiano Serlio, en la traducción de Villalpando, publicada en Toledo en 1573 - l o q u e no excluye que tuviese cualquiera de las múltiples y corrientes ediciones serlianas, tales como la de los Libros i-vii Tutte le opere... (Venecia, 1584, reimpr. 1600 y 1618) o su versión latina De Architectura Libri Quinqué (Venecia, 1566 y 1572). Gomes y Cardoso llevaron a cabo un valioso descubrimiento, como es el hecho de que algunos de los diseños de máquinas y dispositivos de molienda para Barcarena, realizados por el Ingeniero Mayor en su último trabajo, en 1621, derivan literalmente del tratado postumo de mecánica hidráulica del ingeniero Vittorio Z o n c a (1568-1602), Novo Teatro de Machine

et Edificii per varie et sicure

operatione (Padua, 1607, con una reedición de 1656 de la que existe un ejemplar en la Biblioteca Nacional de Lisboa). Las diferencias «son apenas en cuestión de detalles, dictadas por la necesidad de adaptar el principio mecánico a las condi" J. L. GOMES e J. L. CARDOSO, op.

dt,,p.4l e ilustraciones de 12 a 14,

ciones pretendidas.»"Turriano tuvo, por lo tanto, en sus manos el popular tratado de Zonca, lo estudió con atención, apreció la perfección de los métodos de funcionamiento de los ingenios, y copió sus bellos grabados lo que podemos con-

I " Piero GlANGASPRO,í.'Arch/tetturo delle Macchine. Il Rinascimento. Milán, Mazzotta, 1982,

firmar plenamente comparándolos con los de la primera edición'». El técnico y tratadista paduano, fallecido prematuramente tal vez en un desastre, retoma la tradición de Agostino Ramelli, ingeniero del rey de Francia {Le diverse et artificiose machine, fóris, 1588) en el sentido de un mayor pragmatismo. De su Novo Teatro están totalmente excluidas fortificaciones, armas o aparatos bélicos, reflejando los problemas cotidianos de mecánica e hidráulica, con referencias ocasionales muy concretas a lugares y circunstancias. En lugar de elucubraciones intelectuales, se atiene a lo que existe realmente tales como máquinas útiles y operativas, bombas e instalaciones hidráulicas, estableciendo una correlación entre sus intereses técnico-científicos y la realidad productiva de la región: una visión de futuro y una analogía de métodos que explican la semejanza entre sus grabados y los de la Encyclopédie de Diderot. Es original, por ejemplo, la recomendación del uso del bronce como metal anti-fricción, que será seguida por Turriano, en oposición a los grabados del propio Zonca, que prefiere la piedra. Extraña la ausencia de tratados de arquitectura militar: sin embargo, en su manuscrito sobre las Islas Canarias, da a conocer su opinión sobre una fortificación de Las Palmas «insieme con il Tetto», que puede ser una alusión (cap. 45) a los muy conocidos Discorsi delle fortificationi de Cario Tetti oTheti (Venecia, 1575 y 1588; Roma, 1585 y 1589; y Vicenza, 1617). Otros libros que tuvo con seguridad, puesto que los cita en distintas ocasiones mencionando la página exacta, fueron el Ars Magna (1545) del célebre profesor de mecánica, astrólogo, inventor y médico Girolamo Cardano (1501-1576) -tales como las «Questiones Mechanicae» en el 5° Libro de las D e proportionibus Aristotiles, sobre el movimiento de círculos de diferente diámetro sobre un 163

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mismo eje - y el reciente de Guidobaldo del Monte (1545-1607), protector de Galileo, cuyos Mechanicorum Libri (Pesaro, 1577) le sirvieron para complementar el viejo Papo de Alejandría con la fuerza de una «auctoritas». Manejó también con frecuencia tratados de balística-seguramente, la Scientia Nova (Venecia, 1537) de Nicolás Tartaglia, al que no menciona, pero cuyas coincidencias son evidentes- y de artillería: probablemente, la obra Pirotechnia (1540, pero con dos ediciones latinas, tres francesas y cuatro italianas) de Vanoccio Biringuccio".

® Paolo Rossi, La Nascita della

Sería especialmente interesante estudiar su familiaridad con Guidobaldo del

Scienza Moderna in Europa. RomaBari, Laterza, 1999,

Monte, cuya obra Perspectiva libri sex (Pésaro, 1600) contiene un apéndice «De Scenis» con invenciones sobre la práctica de escenarios con perspectivas virtuales «de toute première importance pour l'histoire des idées»"^", que abriría un nuevo campo teórico a las actividades de LeonardoTurriano: el de las escenografías teatrales y decoraciones para fiestas y espectáculos públicos, que jugaron un papel

Françoise SIGURET, L'oeil surpris. Perception et représentation dans la I e moitié du XVIIe siècle. Pans, 1993,

fundamental en la Entrada de Felipe III. Sin embargo, sólo una investigación profunda en las bibliotecas portuguesas -o lo que se encuentre en su posible inventario- permitirá valorar en su totalidad el perfil cultural de lector insaciable de nuestro Ingeniero Mayor.

Los escritos La faceta más importante de la obra de LeonardoTurriano es, sin ninguna duda, la que está formada por sus numerosos informes, memorias y tratados manuscritos, por no mencionar su producción poética, que parece haber tenido un cierto peso propio."' De esos tratados, algunos se han perdido o todavía no han sido hallados: uno sobre cifras, que concluirá en 1598 en Lisboa; una «opinión» sobre el puente del río Mondego en Coimbra, cuya sedimentación estaba siendo deba-

" Giacinto MANUPPELLA, Camoniana italica. Subsidios bibliográficos. Coimbra, 1972.

tida desde años atrás, y en la que analiza la posibilidad de «separar los arenales»"^; unas pinturas alegóricas en el Torreón del Palacio de la Ribera, sobre lo que hablaremos más adelante; «otro tratado» más técnico sobre un invento suyo -una

" Dos Discursos de Leonardo Turriano...

( B N R vide infra),f. 141.

«campana» metálica con espacio para cuatro o seis operarios, que desciende desde un barco mediante cuerdas hasta el fondo del mar- en el que analiza extensamente el «modo o industria como los hombres puedan bajar abajo i caminar sobre el arena, i estar debajo del agua buen rato i espacio de oras resollando (respirando), hablando, comiendo i trabajando: cosa curiosa, ingeniosa i de grandísimo provecho»"'; u otro más, de vulcanologia -una ciencia tan original y pionera como la oceanografía, que desarrollará durante sus trabajos sobre la barra del Tajo- al que se refiere en su obra sobre las Canarias"". a la imprenta, además de su traducción manuscrita al portugués. La firma autógrafa deTurriano -quizás una copia del original que entregó al rey- de su Descritdel Regno

de l'Isole

Canarie,

già dette le Fortunate,

con il

parere

della loro fortificationi, iniciado antes de 1590 en Las Palmas y terminado en 1595 en Madrid"', formó parte de la biblioteca particular de Fray Joáo Turriano, que lo 164

diseños de la «campana, ..»de

bronce),

'"'«.. .trattato deVolcani che noi

Esta última es la que ha alcanzado mayor difusión hasta nuestros días gracias

tione & Historia

''DosD)scureos,..f 141 (con dos

concedente Iddio daremo in luce» (Descritobne et historia del regno de l'isole Canarie, cap. 69 - o mayoí dedicado a la erupción de Palma en 1585). Este tratado no se conoce.

" J , M.AZEVEDO E SILVA,op.at, p.XXVII. FUNDACIÓN JUANELO TURRIANO

L e o n a r d o Turriano en Portugal

LEONARDOTURRIANO,

Ceremonia de duelo entre aborígenes, Descrittione e Historia del regno de l'isole Canarie... Di Leonardo Torriani, cremonese, Universidad de Coimbra, M s . 3 1 4 , f 37v

>

heredó de su padre, de donde pasó en 1679 a la del Colegio de San Bento en Coimbra, y de ahí, en el siglo xix, a la Biblioteca General de la Universidad de esa ciudad, en la que se encuentra en la actualidad (Reservados, 314). En 1795, el fraile benedictino Francisco de Santo Tomás, lo encontró, lo copió y tradujo al portugués en 1799, con la intención de publicarlo (Biblioteca Nacional de Lisboa, Reservados, 892); sin embargo, frustrado el intento con la muerte del Superior del convento, que había sugerido dicha publicación, pretendió hacerlo a través de la Academia Real de Ciencias, de la que era miembro, y que tampoco llegó a buen término. El manuscrito se halla o inacabado o se truncó ya que termina súbitamente en la mitad de una frase en la descripción «Della costa di Barbaria» del apéndice, al final de 71 largos capítulos, lo que puede llevar a pensar que, por algún motivo, no llegó a entregarlo al rey, con lo que este manuscrito sería el propio original de " Ibidem, p. 241, nota 248. El autor señala que el proemio se dirige al rey Felipe II, pero más tarde, pasa a dirigirse a los lectores, «lo que nos lleva a pensar que este trabajo de Torriani dejó de ser un simple informe... y pasó a estar festinado a su publicación en letra de imprenta», opinión que no compartimos.

su puño y letra"". Igualmente, a lo largo del texto se observan algunas inconsistencias y diferencias de estilo, que indican varias interrupciones y sucesivos reinicios de una redacción intermitente: en 1590 escribió el capítulo 36, en 1592, el capítulo 49, en 1594, el capítulo 68. Pero toda la obra está impregnada de su muy erudita pasión por la historia, que le lleva a recoger los recuerdos y los escritos de los naturales de las Islas Canarias; la intensidad con la que intenta conciliar todos los datos de la geografía y la poesía clásicas con los «modernos» que tenía a su alcance; una extrema atención prestada a los vientos, medidas, descripciones y elementos cartográficos, siempre a la luz de su experiencia directa de las condiciones locales, medidas por él mismo con ayuda de un astrolabio y cuadrantes; la meticulosa observación y relatos de índole etnográfica, que le convierte en un precursor de la etnología en su estudio de los habitantes originales de las

165

FUNDACION JUANELO TURRIANO

Rafael Moreira

Canarias, y que le lleva a incluir un glosario de palabras guanches. Destaca, sin embargo, una visión algo utópica de la sociedad canaria y de los intereses de aquella época por un comunismo primitivo, del que es ejemplo el astrólogo Tommaso Campanella {La Città del Sole, 1602). También cabe reseñar su pasión por teorías singulares sobre los misterios de la naturaleza, como el de que los vientos tendrían su origen en el centro de la Tierra, dando lugar a los movimientos telúricos, o su absoluta adhesión a los secretos de la astrologia, que le hacen diseñar un mapa del archipiélago en forma de cangrejo -es decir, su signo dominante, que explica el carácter de los habitantes y del país...- y las alusiones reverenciales y un tanto esotéricas al «Principe degli Astrologi» (probablemente. Cardano). La obra tuvo una primera edición parcial, por Dominik Josef Wolfel, en 1940"', y otra, completa, traducida al español, por Alejandro Cioranescu en 1959, basa-

" LeonardoTORRIANl.Die ihre

Kanarischen Inseln und

Urbewohner, eine unbekannt Bilderhandschrift

vom

Jahre 1590,

da en fotocopias"». Más recientemente, se publicaron reediciones en 1978 y 1999;

im italienischen Urtext und in

una versión lujosa de los dibujos; y una traducción al portugués con el texto ita-

herausgegeben. Leipzig, 1940.

liano, extensamente comentada"': adicionalmente, existen diversas ediciones parciales, capítulos aislados, traducidos al francés e italiano, y abundante bibliografía.™ Podemos afirmar que el enorme éxito pòstumo que alcanzó este libro -cuya preparación menciona ya en 1594 un autor canario"- compensa en gran medida el silencio en que ha estado sumido el resto de la obra de Leonardo Turriano. Tanto para el gran público como, incluso, para los especialistas, Turriano es, básicamente, el autor del primer estudio a fondo sobre las Islas Canarias. Se han perdido los numerosos -más de una decena- informes, discursos, memorias y «papeles» que envió o entregó personalmente en Madrid al Consejo de Guerra sobre asuntos precisos, de los que sólo se conservan en Simancas un Discurso

sobre

la fortificación

de la isla de La Palma,

e l Informe

sobre

el

muelle

deutscher Uebersetzung

Leonardo TORRIANI, Descripción e Historia del Reino de las Iste Canarias, antes Afortunadas, con e! parecer de sus fortificaciones. Santa Cruz deTenerife, Goya, 1959, N u e v a edición ampliada. Cabildo deTenerife, 1999, " Fernando G, MARTÍN RODRÍGUEZ, La primera imagen de Canarias. Los dibujos de Leonardo Torriani Colegio Oficial de Arquitectos de Canarias. I986;y José Manuel de AZEVEDO SILVA. Leonardo Torriani. Descrif® e Históría do Reino dasllhas

Lan-

Canarias. Lisboa, Cosmos, 1999,

zarote, y otros pequeños textos, todos ellos publicados por Cioranescu. Debían

™ Podemos citar a título *

de la isla de La Palma,

Relación

de la fortificación

de la isla de Tenerife,

Sobre

de ser del mismo género los también muy numerosos trabajos que escribió sobre las fortificaciones y la sedimentación del río Tajo, todos también desaparecidos simples comentarios de carácter técnico, pero en los que encuentra la forma de unir a un contenido práctico un estilo literario, incluso poético, característico Sus obras de mayor extensión, en las que da amplias muestras de ser un consumado escritor, tienen un espíritu diferente: la Descrittione et historia del regno de Tisole Canarie già dette le fortunate (1595), que hemos analizado brevemente con anterioridad, y que dispone de una larguísima bibliografía; la Descripción de las Plaças de Oran y Mazarquivir...

(1598), que se presenta aquí por primera

vez, bien estudiada por Alicia Camara; los Dos discursos de Leonardo Turriano el sobre

el fuerte

segundo

sobre limpiar

que da Leonardo

de San Lorenço la barra del dicho

Turriano

sobre

de Cabeça

Ceca

en la boca

rio y otras diferentes

la navegación

del Taxo el

(1622); y el

de el río Guadalete

a

Parecer

Guadalqui-

vir y a Sevilla (1624), escrito por orden del rey Felipe IV. En estos cuatro libros, 166

su obra», En La vision del

mundo

clásico en el arte español. Madrid, CSIC, 1993; y Joào ROCHA PINTO, «Reflexöes e m torno do códice de Leonardo Torriani

siempre de su literatura.

primero

ejemplo: Diego SUÁREZ QUEVEDO, «LeonardoTurrianiy

Cremonese». En Actos do I Coloquio de Históría da Madeim. Lisboa, CNCDP, 1990. " «LeonardoTurrian, ingeniero, que con sutil ingenio y mucho arte escribe la descripción destas islas...» (Fray Alonso de ESPINOSA Del origen y milagros de la santo imagen de Nuestra Señora délo Candelaria. Sevilla, 1594;

escrita en

1591). La noticia es repetida por Juan NÚÑEZDELAPENíConquista y antigüedades de lasßfci de la Gran Canaria. Madrid, FUNDACIÓN JUANELO TURRIANO

L e o n a r d o Turriano en Portugal

el ingeniero se revela como un autor completo, dotado de una cultura enciclopédica y extensos recursos de redacción y expresión intelectual y gráfica. El Parecer... sobre el río Cuadalete, fechado en Madrid el 17 de julio de 1624, es el más corto de todos: redactado bajo la presión del tiempo (tenía casi 65 años y no gozaba de buena salud), narra la secuencia de un atribulado viaje a Cádiz " «.. .está de continuo muy malo ... y lo estubo en Cadiz de que son testigos todas las personas que le conocieron alia, especialmente Don Fadrique de [foledo que lo mandó curan y Don Diego Brochero,y Don Joan Fajardo» (Memorial en que manifiesta no poder ir a la expedición de el Brasil por los nales que le ciercan y que detalla, 23deNovembro 1624): IHCM, Coiecdón Aporid, tomo VII, f. 362. Vuelve a referirse al viaje en una Consulta de 13 de octubre de 1626: «por las ausencias que ha hecho de Portugal, acudiendo á Cadiz, á esta Corte, y á otras partes que se le ha mandado» (Ibidem, f 364). ' IHCM, Colección Aparíd, tomo VII,

|f. 365: cédula de 14 de septiembre de 1626.

que realizó en verano de 1624'^ Era el momento en que la nueva política centralista de Olivares parecía querer apartarlo de sus deberes propios del cargo de Ingeniero Mayor de Portugal y atraerlo a la realización de trabajos en Andalucía -otro lugar «periférico»-y Castilla, y que acabó enviándole a residir, desde 1626, permanentemente en Madrid «para tratar de las fortificaciones de estos Reinos, de las deYtalia é Indias»". Era uno de los ijitimos supervivientes de la generación heroica de ingenieros italianos de Felipe II (Spannocchi había muerto, cargado de honores, en 1606, Cristoforo de Rodas en 1614, Battista Antonelli en 1616...) y ahora, como ingeniero hidráulico, especialista en la limpieza y navegación de ríos, sus servicios se hacían imprescindibles en España. Se trataba de estudiar todo el vasto y complejo sistema hidrográfico constituido por las cuencas de los ríos Cuadalquivir-Cuadalete, con sus centros naturales localizados en Sevilla y en la bahía de Cádiz. El objetivo concreto era la apertura de un canal, uniendo el puerto de Cádiz (donde las flotas de la plata americana atracaban al abrigo de fuertes seguros) hasta Sevilla, con diversos recorridos hipotéticos. Turriano se inclina por la más sencilla y económica: un canal de doce pies de fondo, treinta a cuarenta de largo y cinco de escarpa, con un dique o esclusa «como son los de Flandes y de Italia» en el centro, a lo largo de la «cañada de Borujena», que es 24.000 pies más corto y evita el corte de la montaña de Moría, reduciéndolo de 1536 pies a sólo 420. Averiguó los precios de la mano de obra en jerez de la Frontera, donde finalizaría, alcanzando una suma total de 800.000 ducados, con lo que «se ahorrará mucho dinero y se facilitará la obra». No hay en el informe ninguna mención de autores o autoridades, sino solamente el resultado de sus experiencias prácticas: la altura de la pleamar en el Cuadalete y el Cuadalquivir, que son simultáneas e iguales (»a las seis horas tomándolas en un mismo dia con dos relojes del sol de una misma altura»), salvo una diferencia de tres pies más alta en el Cuadalete que en el Guadalquivir, debido al nivel de la superficie de la tierra; la altura de la montaña de Moría, que calcula en 174 pies; y a la ausencia de señales de rocas ni de aguas subterráneas en su trayecto. Como alternativas todavía más económicas, propone el aprovechamiento del río Salado para comunicar directamente con el Cuadalete por barco desde el Puerto de Santa María; o que «V. M. podria mandar hacer un camino bien empedrado desde el puente de Santa María á San Lucar» (de Barrameda); o entonces «desde el dicho puerto de Santa María subir los barcos por el rio Cuadalete hasta la barca de Porto Franco, y de allí llegar al dicho rio á Xerez por un canal de media legua, y de Xerez en carretas a Sevilla, que son quince leguas», pero con un coste superior. «El último remedio es pasar la contratación de Sevilla á Xerez», tal como había pensado Felipe II. 167

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Pero este rápido Parecer -que como casi todo lo que hizo Turriano, no tuvo resultados prácticos- aparece como el último testimonio de un ingeniero viejo y enfermo, pero siempre activo y útil. Además, fue el primero de sus escritos en ser publicado, por Martín Fernández Navarrete en 1844". Sobre las Descripciones de las Islas Canarias y de Orán, ya hemos visto suficiente. Fue un indudable tour de force en plena madurez, verdaderas obras maestras de una escritura culta y pintoresca, en la que unió la topografía con la cos-

" En Coiecdón de Documentos Inéditos pora la historia de España. CODOIN.Tomo v, í^adrid, 1844,

pp. 189-92, copiado de la

Biblioteca Real de Madrid, Cod.

57, f 443 y ss.

mografía, la poesía y ia historia con la geografía y la arqueología, la etnografía a ia geología, yendo mucho más allá de su objetivo simple y puro, que era la fortificación. Los dos libros son, por lo demás, muy similares tanto en estructura -básicamente, son manuales de historia y ciencias de la naturaleza- como en contenido, variadísimo y con la intención de abarcar los conocimientos completos de setenta y cincuenta autores e informantes citados, respectivamente. Tal como observó Cioranescu, «los poetas gozan para él de una credibilidad muy superior a la de los historiadores»". A cada paso, se confunde la leyenda y la mitología con la realidad vivida, sin distinguir la ficción poética de la historia o, mejor

" A l e j a n d r o CIORANESCU,op.dt. (I999),p.39.

aún, dando a aquélla el prestigio, el peso y el aura de la verdadera historia. De su apasionado «método poético», basta notar que en su Descripción de las Islas Canarias, cada vez que cita a un gran poeta antiguo o moderno -las Metamorfosis de Ovidio, Virgilio, Torquato Tasso (al que considera el Homero de los tiempos actuales), ei Orlando Furioso de Ariosto, Horacio y Petrarca- no se resiste a acompañar la referencia con un par de versos citados de memoria, a veces con errores de transcripción, señal de que lo hace de memoria, sin tener a mano el texto original o tomarse la molestia de consultarlo... Fue seguramente él quien indujo al canónigo canario Bartolomé Cairasco de Figueroa a traducir al español la obra Gerusalemme Liberata (1581) de Torquato Tasso, su ídolo, para lo cual contribuyó con un poema en italiano de homenaje al traductor'". Sin haber sido un gran poeta, LeonardoTurriano fue con seguridad ei más «poético» y literario de los ingenieros militares italianos que sirvieron en la España de finales del siglo xvi. Un estilo idéntico, con algo más de ensayismo, lo encontramos en el escrito que

" Ibídem, «Bartolomé Cairasco de Figueroa, traductor deTorcuato Tasso». En Anuario de Estudios Americanos, vol. IV, 1958. pp 4 1 9-447,

se considera el más profundo, maduro, complejo y caótico de toda su producción. Su obra Dos Discursos... constituye una enciclopedia de estudios sobre los ríos, mares y océanos, que en Lisboa tenía a simple vista, y de sus formas de acción, de limpieza y de dragado: es un auténtico tratado precursor de la oceanografía física que, cuando fue conocido en la corte, debe haber consolidado su reputación como especialista en hidrografía. Analiza en la obra los distintos tipos de dinámica de las olas y los mares, flujos de corrientes y movimientos acuáticos; los grados de salinidad, de composición y acumulación de impurezas y de transmisión de la luz, dónde se encuentran y la presión del agua del mar; la formación geológica de los fondos y relieves submarinos a distintas profundidades y sus cambios, todo ello basado en incontables experiencias y «diligencias» que llevó a cabo con sondas, recogida de muestras y observaciones regulares y continuas a lo largo de veinte años. 168

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L e o n a r d o Turriano e n Portugal

Ingenio para la draga de fondos marinos. Dos discursos de Leonardo Turriano el primero sobre el fuerte de San Lourenço de Cabeça Ceca en la boca del Taxo el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, f. 64

r. Vii

El manuscrito, que se encontraba en el Archivo de la Casa de Mouronho, cerca de Coimbra (residencia familiar dei Ingeniero Mayor Reinaldo Oudinot, 1787-1803), fue adquirido a través de nosotros por la Biblioteca Nacional de Lisboa en 1988, donde ha quedado depositado (Reservados, Cod. 12892). Consta de 162 páginas, con 91 dibujos, algunos de ellos iluminados a la acuarela, escrito en castellano con una excelente caligrafía única y autografiado, es decir, no parece provenir de la mano de un escribano profesional. A pesar de su carácter unitario y de presentar un título común para tres obras diferentes, recoge lo más fundamental de diversos informes y «papeles» que entregó en Madrid a partir de 1602, y las observaciones personales hechas desde 1598 en la desembocadura del río Tajo; sin 169

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embargo, sólo fue terminado y redactado en 1622 -después de la caída política del virrey, el marqués de Alenquer, en marzo-finalizando con un apéndice de ocho páginas acerca de sus propuestas para la fábrica de Barcarena realizadas el año anterior Por lo tanto, se trata de una obra compuesta, que reúne un discurso sobre la polémica construcción del fuerte de Bugio (páginas 2-69), otro «Sobre la limpieza de la barra del Taxo y otras barras de otros rios» (páginas 70-153) y los estudios sobre Barcarena (páginas 154-162); sin embargo, su nueva redacción de manera continua y ampliamente revisada, le da el aspecto de una obra única, elaborada de una sola vez. A sus avisos o discursos parciales y concretos, realizados en función de cada ocasión, LeonardoTurriano consigue imprimirles un tono uniforme general, con lo cual eleva unos meros conocimientos pragmáticos y empíricos a la categoría de una verdadera ciencia, que constituye una disciplina que todavía carece de nombre". Comienza con una feroz crítica en respuesta al trazado y a las razones de Tiburzio Spannocchi a favor de la forma circular que se dio a la fortaleza de San Lorenzo de Cabeza Seca, «nueva maravilla destos tiempos», escrita en 1602, para decir, a continuación, que hacía doce años que Gaspar Ruiz había empezado a lanzar «piedras perdidas» al Tajo -lo que tuvo lugar en 1590- hacía cuatro que había ini-

" El Institute of Oceanography ( 1871 ) de Southampton y la Scripps Institution of Oceanography ( 1892) de San Diego, California, fueron los primeros en utilizarla denominación, acuñada porF. MAURY, Physical Geography of the Sea. Londres, 1855.

ciado su construcción, y en anticipación a sus contra-críticas, da por vivo a Spannocchi (moriría en noviembre de 1606). A ese diseño, opone su propia propuesta de una planta ovalada, escogida por Felipe III en 1600-siguiendo, seguramente, sus sugerencias-, argumentando con una compleja serie de «demostraciones Matemáticas» y razones de «decoro y simetría» y ¡«filosofía poética»! En la base, se encuentra el cuadro aristotélico de los cuatro elementos, con sus «humores», «enemistades» y «simpatías», y una original clasificación de los tipos de mareas -fruto de observaciones personales y de ejemplos seleccionados de la geografía actual y clásica- y de sus efectos sobre lo edificado: «en todas las mareas que tienen flujo y reflujo se consideran cinco términos...», sobre lo que se extiende en amplias consideraciones teóricas sobre los materiales y técnicas de construcción, recurriendo a una avalancha de autoridades: desde Moisés, San Isidoro de Sevilla y San Agustín a Ovidio (con versos). Plutarco, Suetonio, Nicomedes, Clavio, Juan Magno, Marco Antonio Sabélico, Josefo y Pausanias (dos veces), Aristóteles (dos veces, con citas), Vitruvio y Plinio (tres veces) y Euclides (cuatro veces). En un texto bien estructurado, trata, en primer lugar, de la planta de la fortaleza, para discutir, seguidamente, la artillería, es decir, la cuestión de los ángulos de tiro, su alcance e intervalos, y finalmente la elección del sitio, en donde da preferencia al lugar donde «Don Antonio hiso un fuerte de madera terraplenada en la punta del levante de Cabeça Seca para defender la entrada a la Armada castellana» en 1580. Finaliza su razonamiento con un apéndice especulativo acerca de la superioridad de la forma ovalada sobre la circular, de donde se deduce que comparte la opinión reciente de Kepler {Astronomia

Nova, 1609) sobre

la órbita ovalada del sol y los planetas («...diré que el ouado {óvalo) es mas 170

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L e o n a r d o Turriano en Portugal

perfecto que el redondo y mas necessario por la conservaçion de la misma naturaleza...»), y, una vez más, aporta una impresionante colección de autores antiguos y modernos: Euclides (citado seis veces), Arquímedes y Sacrobosco (cuatro veces), Hermes Trimegisto, Clavio, Moisés y Dante (dos veces, el último con una transcripción de versos), Boecio, Dionisio Areopagita, Durerò, Jacopo Raleón, Oroncio Fineo, Ovidio (con versos). Papo de Alejandría, Pedro Nunes, Pitágoras. Platón y Ramón Lull. No obstante, no deja de advertir que «esta figura del circulo parece tener en si cierta divinidad que ninguna persona es capas de su dimension», y que los platónicos la identifican con el propio Dios a lo que opone su opinión personal «por la neçessidad de la Naturaleça». E n s u s e g u n d o Discurso

sobre

cómo

limpiar

la barra

del Tajo « y o t r a s b a r r a s d e

otros rios», el Ingeniero Mayor es, al mismo tiempo, más técnico y minucioso, y más generalista y teórico: en una palabra, más científico. Fue escrito en 1607, como lo demuestra la referencia al «tupimiento de arena» del canal de San Julián de la Barra provocado por el lanzamiento de las «piedras sueltas» en Cabeza Seca iniciado en 1592, «de quinze años a esta parte», y la alusión a documentación oficial a la que tuvo acceso, tales como los documentos de Fray Giovanni Vincenzo Casale, de 1590-93, y a «tres cosas propuestas el año 1596 en la relación de los Governadores de Portugal» pero revisado y ampliado en 1622 (el informe sobre ei que se basa parece haber sido escrito en Madrid, dado que habla «de las traças y relaciones que vinieron de Portugal»...). Comienza con una introducción genérica sobre la formación de las barras e islas de arena en las bocas de los ríos, desde las «grandissimas corrientes» del Marañen (Amazonas), Madanela (?) y de la Plata, a los de

Excavadora. Dos discursos de Leonardo Turriano el primero sobre el fuerte de San Lourengo de Cabega Ceca en la boca del Taxo el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, f. 61

menor profundidad como el Danubio y el Mar Negro, hasta los de menor corriente tales como el Meandro, el

h¡ S3-

Aqueloos, el Cefiso, el Nilo, el istros, la playa de Las Palmas, el Po, ei Reno, el Ródano,el indo, el Fula y el Rubicón, en una muy interesante clasificación geomorfológica. Sin embargo, acepta que «...el mar, o por corriente natural o accidental de los vientos, o por fluxo i refluxo, tiene mucha parte, demás de la resistencia que natural-

- j " yt'

ir

M

mente le hasse o por tranquilidad, o por contrario movimiento». Solamente en la página ochenta inicia la discusión sobre el tema concreto: «Para limpiar y desarenar la boca de un rio hai quatro modos...», que estudia minuciosamente, acabando por fijarse en el segundo modo: las «muchas suertes de Machinas que yo llamo rastillos o Arados mecánicos». Llama ia atención la cantidad de veces que usa la palabra «Machinas», de las que ofrece cuarente y nueve dibujos, muchos de ellos a página entera, y la correspondiente explicación. 171

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Sobre esos mecanismos, que ya hemos estudiado detalladamente con anterioridad'", baste decir aquí que su inspiración se basa en dibujos de Leonardo da Vinci y de Francesco di Giorgio Martini (ambos bien conocidos en la corte de Lisboa desde los tiempos del rey D. Joao II), así como en tratados más recientes de mecánica tales como el de Jacques Besson {Theatrum Instrumentorum et Machinarum, Lyon, 1578), el «clásico» de Agostino Ramelli {Le diverse et artificiose machi-

™ Rafael MOREIRA, «AS máquinas

fantásticas de LeonardoTurr¡ano:a

tecnologia do Renascimento na

barra doTejo». En cat. Nossa

Senhora dos Mártires. A última viagem. Lisboa, Ed.Verbo, 1998, p p . 58-67,

ne, Paris, 1588) y del ya citado Vittorio Zonca. Además, evidentemente, de su propio ingenio y su extraordinaria imaginación creativa... La presencia del mar portugués, con sus olas, mareas, movimientos, flujos y corrientes, actúa como telón de fondo de todo cuanto piensa y escribe y es el verdadero protagonista de toda la obra. Una señal inequívoca del elevadísimo potencial intelectual deTurriano es el Excavadora. Dos discursos de Leonardo Turriano el primero sobre el fuerte de San Lourenço de Cabeça Ceca en la boca del Taxo el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, f. 61

hecho de que haya sabido conciliar el método sistemático de Ramelli, de base esencialmente matemática, con la visión más pragmática, casi simplista, de Zonca. El libro de Ramelli -«el más famoso tratado de ingeniería del '500» ''-parece haber servido, además, de modelo para los escritos de nuestro ingeniero, con sus 195 proyectos de máquinas «de enorme especulación», alternando con textos explicativos

" Piero GIANGASPRO, LArchitetturú delle Macchine. Il Rinascimento... op. cit., p. 78,

al lado, en que «la sicura base di questa miracolosa scienza e di tutte le altre arti liberali et mecaniche consiste nella vera inteligenza dell'honorate Matematiche» (como afirma el autor en el prefacio de su obra DelTeccelenza delle matematiche), en donde al riguroso detalle de los componentes de cada mecanismo, cuyo repertorio va desde molinos a máquinas de asedio, desde bombas hidráulicas a la célebre bomba rotativa de engranaje excéntrico, superpone una extensa serie de problemas relacionados con las correspondientes fuerzas de la energía (agua, viento, fuerza muscular), tal como lo hace Turriano. De Zonca deriva, por el contrario, su mayor atención analítica al trabajo y a las técnicas de los artesanos locales, por ejemplo, molinos para triturar, martillos, prensas de uvas y tejidos, torniquetes, o tomadas directamente de la tradición de Francesco di Giorgio Martini, que va a buscar principalmente en la agricultura y la navegación, tales como molinos de viento y un arado submarino («de los agricultores aun podemos sacar dotrina para nuestro proposito...»), a modo de los molinos del río Po, hasta los esquís «la manera de deslizarse sobre el hielo» o la barca excavadora movida por caballos. 172

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L e o n a r d o Turriano en Portugal

Los paralelismos con la escuela sienense-florentina son demasiado numerosos para poder analizarlos en estas páginas, pero bastará con algunos ejemplos. El primer dibujo con que abre el Discurso, una gran pala de manejo manual, dispuesta en la proa de una nave baja, es una copia casi exacta de la excavadora articulada para la limpieza de canales representada por Leonardo da Vinci entre 1495 y 1505 en el Códice Forster, quien, a su vez, perfeccionó un «elevatore d'acqua» de Francesco di Giorgio Martini, de alrededor de 1480. También de Martini procede la colocación de ruedas de palas entre dos barcazas, y de Mariano Taccola deriva la idea del uso de plataformas fluctuantes para la circulación de caballos o esclavos. Más interesante resulta la barca plana con dos pares de ruedas, que aparece casi idéntica en una copia cinquecentista de un original perdido de Leonar• Paolo GALLUZZI, Gli Ingegneri del Rinascimento, da Brunelleschi a Leonardo do Vinci. Florencia, 1996.

do®", y debe estar inspirada en una gabarra inventada por Brunelleschi en 1421 para transportar por vía fluvial bloques de mármol desde Carrara hasta Florencia; y la draga («cavafango») estudiada por Francesco di Giorgio para la limpieza del fondo de los ríos y canales, accionada por un sistema de manivelas y bielas, situado entre dos barcos, que sería copiada y perfeccionada por Leonardo da Vinci y, en el ámbito del Arsenal deVenecia -al queTurriano hace referencia- por Cósimo Bártoli {Raccolta di Varie Macchine, 1555). De la misma forma, procede de Martini ia única draga de plano inclinado verdadera, que ilustra en su capítulo dedicado a los diversos «modi per elevare l'acqua». Resulta curioso queTurriano, sin modificar la idea central del mecanismo, intente eliminar su carácter de máquina, camuflándolo bajo la apariencia de un simple molino de viento, más aceptable para la opinión portuguesa. Finalmente, se trata de las mismas ideas del «Quatrocento» que encontramos con ligeras variantes, es decir, «la fuente más habitual de su tiempo, las máquinas de tradi-

I " Daniela LAMBERINI, «La fortuna delle machine senesi nel Cinquecento». En Prima di iLeonardo Cultura delle Macchine a fieno nel Rinascimento. Milán, 1991, pp. 135-147.

ción martiniana»"'. Por lo tanto, sería injusto negar a LeonardoTurriano lo que, dentro de su extenso panorama intelectual, representó su mayor originalidad. De manera indiscutible, y por mucho que nuestros historiadores no lo hayan reconocido aún, le cabe el inmenso mérito de haber adaptado tales esquemas a la teoría de Da Vinci sobre la física hidrodinámica, y aplicarlos a un campo absolutamente nuevo, el de las profundidades marinas. En ese terreno, fue un pionero -o, como da Vinci, un visionario- que no puede seguir siendo ignorado. Baste con recordar, una vez más, su recurso a las «autoridades» al lado de la «esperiencia de la Naturalesa». Menciona, como ejemplos históricos de la Antigüedad, a Polibio, Julio César y Tácito; y como fuentes científicas con respecto a las proporciones de los diámetros, a Papo de Alejandría nada menos que en cinco ocasiones, en sus Collectiones Mathematicae traducidas del griego al latín (Venecia, 1575) y, posteriormente, ampliadas con un extenso comentario a cargo del académico Commandino (Venecia, 1588), seguramente, la edición que utilizó. Cita todavía dos veces al gran Arquímedes, más concretamente, su jactancia crítica; a Guidobaldo dal Monte en su opúsculo «De Axe in Peritrochio», parte del 173

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Planos con los principales corredores para la entrada y salida de la barra de Lisboa y la evolución de la carrera de San Clan: Antes de las obras (Izq. superior), en 1595 (dcha. superior), en 1604 (izq. inferior) y en 1608 (dcha. inferior). Dos discursos de Leonardo Turriano, el primero sobre el fuerte de San Lourenço de Cabeça Ceca en la boca del Taxo, el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes. Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, ff. 81 v-82

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L e o n a r d o Turriano en Portugal

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Mechanicorum

Líber (Pesaro, 1577; traducción italiana: Venecia, 1581 ); y ai gran

Girolamo Cardano «De Proportionibus Aristotiles» en sus Questiones

Mechani-

cae de la Opus Novum de Proportionibus (Basilea, 1570). Vitruvio sólo aparece en una ocasión. Finalmente, se producen dos incorporaciones. Una (páginas 143-5) sobre la estrategia de rebajar las rocas frente al baluarte de San Felipe en la fortaleza de San Julián de la Barra, como medio para reabrir ei canal que existía hasta 1582, cuando se construyó el baluarte, y que está escrita, indudablemente, en 1622. «Comuniqué este pensamiento con el Sr. Rey don PhelippeTercero, que está en gloria, y estando su Mag. en la gorita de ia mesma (sic) punta mucho espacio de tiempo considerando ios effectos de la corriente le pareció el remedio bastante y que se podria escusar cortar el castillo, y que baxar la dicha peña costaría menos de 1000 ducados. Esto quedó resuelto, mas no se ha puesto en execucion hasta ahora.» La visita del rey Felipe Ili (il de Portugal) tuvo lugar en junio de 1619, falleciendo en marzo de 1621. La otra incorporación es un conjunto de bellos dibujos cartográficos: una planta de San Julián de la Barra; un mapa desplegable y pintado a ia acuarela con una vista de la entrada de Lisboa y de toda la costa desde Cascaes hasta la Torre de Belém, con las líneas de puntos determinantes por las que se guiaban los pilotos (entre ellas «la quinta de Baltasar Alueres», el gran arquitecto de Sao Vicente de Fora, entre Sao Domingos de Rana y Carcavelos); y otros cuatro de menores dimensiones, que muestran las diversas fases de sedimentación de las carreras de entrada al río una en 1594 (año en el que afirma que se realizaron 4 «deligencias»), otra en 1595, basada en los apuntes recogidos de las consultas con los pilotos, una tercera, de 1604, ya medida por él, y una última en 1608 (según una diligencia efectuada el 12 de septiembre), con el fin de ilustrar cómo la barra pasó de 300 brazas de largo a apenas sesenta y a sólo treinta brazas de fondo limpio de piedras, «que no podrán passar ñaues {naves) grandes, ni aun pequeñas». Es la representación de la catástrofe. El libro finaliza, de manera algo abrupta, con el apéndice sin título sobre sus planes industriales para Barcarena, escrito en 1622, y una frase melancólica «mas no hexecutaran las machinas que siguen de hazerlas con la misma agua, como la polvora y los clavos». Un lamento pesimista de abandono del que fuera el proyecto aprobado de una fábrica de cuerdas y que, finalmente, sería realizado en la Cordelería de Belém, poco antes de su muerte, y para el que deja siete dibujos muy detallados. Estas son, por lo tanto, las piezas temporalmente distintas -van desde 1602 a 1622- de una construcción más amplia y global, que reescribió (sin duda tras su revisión y corrección) a los 62 o 63 años de edad, proporcionándole coherencia y una perfecta articulación interna. Basada en varias obras menores, de carácter anticipatorio, redactada con motivo de circunstancias concretas, desarrolla una concepción homogénea de las ideas que supo superponer, con interpolaciones y 176

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L e o n a r d o Turriano en Portugal

asociaciones actualmente imposibles de verificar, creando una unidad lógica y de expresión escrita rara en obras carentes de un nexo de unión. Cohesionados entre sí por una grafía única y por el inteligente uso de los dibujos (rehechos con seguridad en 1622), estos temas variados se transforman en una obra sistemática. De este modo, los saberes particulares se elevan a la altura de una ciencia general. A partir de un leitmotiv recurrente -la referencia constante a las «naves de la India», cuyo viaje anual desde Lisboa a Coa garantizaba la prosperidad o la propia supervivencia financiera del país- surge la figura, ora serena y transparente, ora tumultuosa, del gran protagonista: el océano. De este modo se puede comprobar, a lo largo de la turbulenta carrera del Ingeniero Mayor, una continuidad de fondo en lo que se refiere a su producción escrita. Dicha producción se desarrolla a lo largo de cuatro períodos bien diferenciados, que coinciden «grosso modo» con los grandes momentos de su agitada biografía, que está marcada por dos fechas personales y públicamente determinantes: en 1598, su designación como Ingeniero Mayor de Portugal, cuando comienza a escribir en castellano e inicia su serie de visitas periódicas a la corte en Madrid, dejando atrás el prolongado período de aprendizaje en el que sirvió como ingeniero «de fuera», de la periferia; y 1607-8, la época de madurez, cuando empieza a recibir encargos de obras no reales por parte de clientes privados (conde de Atouguia, don Pedro de Castilho, su propia Quinta de Estoril...), y recibe el encargo oficial de supervisar los trabajos de limpieza del Tajo; se produce un cambio radical en su metodología de trabajo y conceptos científicos, y ya se encuentra plenamente integrado en la vida social portuguesa. De hecho, desde el 2 de abril de 1605 se convirtió en cofrade de la Hermandad de San José de Carpinteros y Albañiles, el gremio profesional más imporI Grande Enciclopedia Portuguesa e Brasileira, 33, p. 265. Información del ProfVítor Serrào, basada en los Archivos Notariales de Oeiras, en donde se hallaron otros diversos datos Tienores relativos a la vida social y familiar del Ingeniero Mayor

tante''^ y en 1608, pasa a ser miembro de la Cofradía del Santísimo Sacramento en la iglesia matriz de Oeiras". En la primera fase, redactó un número incontable de informes estrictamente profesionales, y preparó libros ilustrados con vistas urbanas y de fortalezas que inspeccionó o proyectó, sin que jamás fueran construidas (Canarias), dando rienda a sus intereses por la historia, la poesía, la magia y la «filosofía natural». En la segunda, desde 1598 hasta aproximadamente 1608, produce textos de gran responsabilidad política -asuntos financieros, la decoración simbólica del Palacio de la Ribera para la visita del rey Eelipe III, la defensa y limpieza del Tajo, el puente sobre el Mondego en Coimbra, en la mayor carretera portuguesa, es decir, temas cruciales para el país. Y su obra maestra de descripción y dibujo, un libro dedicado a la fortificaciones de Orán y de Mazarquivir; en la tercera época, hasta 1622, escribe libros con mapas y dibujos mecánicos complejos, menos descriptivos y más teóricos, en abierta polémica con todo y contra todos. Escribe sobre la fortaleza de Bugio, sobre las máquinas para dragar y limpiar la barra del Tajo, sobre la reforma industrial del reino de Portugal. Finalmente, en los últimos cinco o seis años de vida, anciano y enfermo, además de un extemporáneo desplazamiento 177

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a Madrid y del estudio del sistema de canales y de navegabilidad entre Cádiz y Sevilla -al que consigue dar, no obstante, estatuto de verdadero tratado tecnológico- inicia la labor de pasar a limpio y reeditar sus «obras completas», quizás con la vista puesta en una futura publicación. De esta trayectoria se desprende el perfil bien definido de un verdadero escritor y hombre de letras tanto como de ciencias: la mente poderosa y enciclopédica de un lector incansable, atento y puesto al día, cuya curiosidad estuvo abierta a todo tipo de conocimientos. Destacan, también, unas cuantas líneas de intereses bien delimitados, que aparecen constantemente a lo largo de sus escritos y en el conjunto de su obra. De esta forma, se nos revela la auténtica personalidad intelectual de LeonardoTurriano, con rasgos procedentes de su formación italiana y de su estancia en la corte de Rodolfo II de Praga. El más sorprendente de estos intereses -o por lo menos y seguramente, el más inesperado- es su seducción por la astrologia. El Ingeniero Mayor de Portugal tenía una vena de astrólogo, como otros muchos sabios de la época -Cardano, Giordano Bruno, Campanella, el mismo Kepler", e incluso Galileo-, y con frecuencia, realizaba horóscopos y pronósticos de astrologia judiciaria. Para nuestra visión actual, parece casi una broma que interpretara el mal carácter de los

Véase la interesante obra de Gérard SIMON, Kep/erostronome astrologue. París, Gallimard, 1979,

habitantes de Canarias por el ascendente de Cáncer (capítulo 42), o explicase la fundación de la Audiencia de Las Palmas «por la exaltación de Júpiter en el signo de Cáncer» y la conquista española de las islas por la conjunción del mismo planeta con Sagitario. El hecho de que haya ido disminuyendo, al menos en sus escritos, estas referencias a la «disposición del movimiento del cielo y de las influencias de las estrellas», con el paso del tiempo, nos sugiere que provenían de un ambiente impregnado de creencias astrológicas en el que vivió en Praga alrededor de 1580, del que el propio emperador Rodolfo II estaba firmemente convencido. Sus posteriores lecturas deben haberle infundido esa certeza, de la que, sin embargo, su profundo apego a la realidad y las experiencias vividas le fueron apartando poco a poco. No obstante, siempre conservó esa tendencia como un rasgo constitutivo d e su forma

mentis.

El extenso uso de las fuentes literarias y poéticas, históricas y técnico-científicas -tanto las antiguas como las modernas, que procura conciliar y confirmar las unas con las otras- es otra constante de su mentalidad un tanto compleja y contradictoria. En un primer momento, recurre a ellas de modo realista, casi literal; más adelante, intenta captar previamente su sentido simbólico, sirviéndose de ellas como base para sus «especulaciones» personales. La influencia de la l-listoria Naturalis de Plinio el Viejo (23-79 d.C.) -la gran enciclopedia del mundo antiguo- es especialmente evidente: la cita de memoria, a propósito de todo y de nada, tal como hace con los poetas Virgilio, Horacio y Ovidio, Dante y Petrarca, y los modernos Ariosto y el venerado Torquato Tasso (1544-1595), contemporáneo suyo. No existe pasaje alguno en el que lo cite que no vaya acompañado de uno o varios 178

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versos de la épica Cerusalemme Liberata (Ferrara, 1581) y que le habrá llevado al culto de Os Lusíadas de Luis de Camoes (Lisboa, 1572; traducción al castellano: 1580), que debe de haber leído como introducción a su vida en Portugal. Es preciso, sin embargo, adentrarse más profundamente para conocer la intimidad del espíritu de LeonardoTurriano. Lo fundamental es la permanente tensión entre la visión histórica y la perspectiva geográfica, entre la Antigüedad y la actualidad, entre la realidad y la idea. Si es aristotélico en el gusto por la observación particular y por una mentalidad sistemática, tal como la teoría de la atracción de los elementos, es platónico en la búsqueda de las formas ideales y bellas del trazado de la fortaleza de Bugio... Un soplo generalista contra la visión reducida a los hechos singulares le lleva a intentar establecer «leyes» generales, como lo hicieran Galileo y Kepler. Su método científico -que no excluye una cuidadosa observación empírica (como los instrumentos agrícolas o el movimiento de las olas y las mareas)- estaba basado en el experimentalismo y en una visión de amplitud universal: es necesario conocer todo para explicar el aquí y ahora. De ahí proviene su actitud de mirarlo todo con intensidad, de atento observador de los fenómenos de la naturaleza y de escrutador de sus enigmas y misterios ocultos, de sus fuerzas escondidas, cuyo dominio servirá para domesticarlas y emplearlas en beneficio humano. Podemos hablar de un semi-animismo o pan-psiquismo, que le lleva a establecer originales interrelaciones entre los hechos y crear nuevas disciplinas científicas. Los instrumentos que inventa son máquinas «cifradas» -como las del ingeniero del quattrocento Giovanni Fontana"', ' Eugenio BATTISTI, Le machine cifrate di Giovanni Fontana. cuyo Bellicorunn Instrumentorum Líber de 1419 puede haber leído en la biblioMilán, 1984. teca real portuguesa, en la que había manuscritos de obras suyas, adquiridos quizás por D. Joao II (un inventario de 1943 de la Biblioteca Nacional de Lisboa cita algunos, desgraciadamente desaparecidos). Esto quiere decir que esconden su mecánica y sus objetivos reales bajo una apariencia ilusoria (como la excavadora disfrazada de molino de viento) como medio para engañar y controlar mejor el alma de la naturaleza. En este sentido, Turriano es todavía un científico del Renacimiento Tardío, en el momento de su transición hacia el Barroco. Sin embargo, por lo que hace y escribe, abre las vías a algo que es absolutamente innovador: la ciencia moderna. Lo que representa uno de los aspectos más singulares de su lenguaje gráfico y literario, es decir, sus dibujos, merece unas palabras finales. Turriano fue un dibujante notable y, tal como veremos, también un pintor destacado. En los sesenta y cinco dibujos distribuidos a lo largo de los setenta y siete capítulos de su Descripción de las Islas Canarias se revela como un excelente cartógrafo, muy meticuloso y enormemente riguroso en las mediciones, así como un magnífico dibujante de plantas de ciudades y sus alrededores; sin embargo, es un tanto esquemático, casi brusco, en sus apuntes etnográficos sobre los primitivos habitantes. Sus dibujos de fortificaciones son prácticamente los de un principiante, infinitamente inferiores a las soberbias ilustraciones de Spannocchi. Pero en su obra 179

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LEONARDO TURRIANO,

Detalle de la perspectiva de Mazalquivir desde el Bermejal, Descripción de las Plaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n° 1065,ff.45v-47

desarrolla un género nuevo, los perfiles y perspectivas de las islas o costas vistas desde el mar, sobre una línea de horizonte trazada a tres cuartos o media página, en consonancia con la distancia. Se trata de un proceso de irá perfeccionando progresivamente en sus obras posteriores. Los setenta y nueve diseños que ilustran sus Dos discursos, ya al final de su vida, son obras de gabinete que retoman los modelos fijados por la tratadística sobre mecánica y máquinas desde el tercer cuarto del siglo xvi; plantas y perfiles de fortificaciones a las que no les falta el elemento pintoresco del paisaje alrededor; y buenos ejemplos de cartografía marítimo-fluvial, que más parecen fotografías aéreas gracias a la minuciosidad de los detalles y a los matices del colorido. Alcanzó la perfección de las obras maestras en las vistas urbanas y de fortalezas en su libro sobre Orán y Mazarquivir, terminado ya en Lisboa en 1598. En la técnica del dibujo, se introduce un elemento nuevo: la visión a través de instrumentos científicos de observación, fácilmente visible en el redondeado de las nubes y de las formas más próximas de los bordes, así como la ligera curvatura de la línea del horizonte. Si nuestras suposiciones son correctas, fue un precursor notablemente precoz, probablemente el primer artista europeo que produjo paisajes con el uso de instrumentos ópticos. ¿Qué instrumentos podía haber usado en una fecha tan remota como 1594? Podría haber sido una luneta astronómica o «prismáticos», el precursor del telescopio, divulgado por Galileo sólo en 1609, pero conocido desde mucho antes (Giovanni Battista della Porta, Magia Naturalis, 1589); o una cámara oscura portátil con espejo''^ Más probablemente, se trataría de un catalejo con un conjunto de lentes biconvexas pulidas (a lo que las ciudades de Middelburg en Flandes y Milán, en el norte de Italia, se dedicaban casi en monopolio) articuladas de manera que era posible obtener visiones en «gran angular» - con un ángulo de hasta 180 grados - con una gran nitidez de contornos, y que anuncia un tipo de investigación

" V é a s e David HOCKNEY, Secret Knowledge. Rediscovering the lost techniques of the Old Masters. NuevaYork,200l yVincent ItARDi, Renaissance vision from spectacles to telescopes. NuevaYork, 2007.

que iba a ser corriente entre los pintores holandeses del siglo xvii, como, por ejemplo, el discípulo favorito de Rembrandt, Carel Fabritius, oVermeer»'. Dado que no se han llevado a cabo más estudios sobre la difusión y extensión en la Península Ibérica de los conocimientos de óptica en el siglo xvi, no podemos más

" Benjamin BINSTOCK, Vermeer's Family Secrets. Genius, discover:/ and the unknown apprentice. Nueva York-Londres, 2009.

que especular. Pero, de cara a los intereses científicos de LeonardoTurriano, a sus 180

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L e o n a r d o Turriano en Portugal

™ Rafael MOREIRA, «A Escola de AI-qultectura do Pago da Ribeira e a Academia... op.dt,p.69. " ANTT, Mss. da Livraria, n° 1770, ff. I35-I35V. Henrique LEITÀO, « O s primeiros telescopios em I Portugal». En Actos do 1° Congresso Luso-Brasileiro de Históría da Ciéncia e da Técnica. Évora, Universidade de Évora, 2001, pp. 107-1 18; e ìbidem, «Galileo's telescopic observations in Portugal». En José MONTESINOS (Ed.), Largo Campo di Filosofare. Euro-Symposium Galileo 2001. La Orotava, Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia, 2001, pp. 903-913. " V e r U g o BALDINI, «L'insegnamento della matematica nel Collegio di S. Antào a Lisbona, 1590-1640». En Nuno da SILVA GONCALVES (Coord.), A Companhia de Jesus e a Missionagao no Oriente. Lisboa, 2000, pp. 275-3 IO; e Henrique LEITÀO, A Ciéncia na «Aula da Esfera» no Colégio de Santo Antào. 1590-1759. Lisboa, 2007.

contactos con Italia y, en particular, con Milán, o al carácter experimental que otorgaba a sus viajes de exploración por los confines del Imperio, la hipótesis resulta especialmente atractiva, casi una certeza, a la vista de los dibujos en cuestión. En Portugal, el Ingeniero Mayor tendría amplias oportunidades de adquirir instrumentos de este tipo, dado el carácter cosmopolita de Lisboa (con más de medio centenar de comercios de mercaderes flamencos de toda clase, y el éxito del centro de alta cultura del «Aula de la Esfera» en el Colegio Jesuíta de San Antón, después de 1590), y de incrementar sus conocimientos en este campo. Además, desde aproximadamente 1600, en la cátedra de matemáticas de la universidad se efectuaban observaciones astronómicas con un catalejo de gran alcance en el Palacio de Geria, en los alrededores de Coimbra"». En un manuscrito que descubrimos en la Torre do Tombo, un Tractado de Mathematica proveniente de monasterio de la Cartuja de Évora que contiene las clases dictadas en 1515 en el Aula de la Esfera por el célebre profesor jesuíta, el Padre Giovanni Paolo Lembo (1570-1518) -que, en 1610, construirá el primer telescopio en el Colegio Romano-, puede leerse en la página 135 una información que enseña a fabricar un «vidro de longe mira», o instrumento para ver a lo lejos.™ «Longemira» era el nombre dado entonces en Portugal al telescopio, cuyas primeras observaciones habían sido efectuadas por el Padre Lembo a comienzos de 1615 en Lisboa, con un gran éxito de público'"'. Se trata de la referencia documental más antigua que conocemos, en la que se atestigua la realización de observaciones telescópicas en Portugal''^ Ahora bien, el empleo de lunetas o catalejos de larga distancia es algunas décadas anterior al uso del telescopio, por lo que podemos admitir su utilización desde 1594 en Orán para realizar los esbozos que Turriano pasaría a limpio y colorearía en Lisboa tres o cuatro años más tarde.

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LEONARDO TURRIANO,

Caleta de Sines, Descrigao e plantas da costa, dos castelos e fortalezas, desde o reino do Algarve até Cascais, da ilha Terceira, da praga de Mazagáo, da ilha de Santa Helena, da fortaleza da Ponta do Palmar na entrada do rio de Coa, da cidade de Argel e de Larache, Casa Cadaval, n°28. Documento cedido por el Arquivo Nacional Torre do Tombo

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Quizás, el mejor ejemplo de ejercicio gráfico de LeonardoTurriano sean los tres dibujos «de trabajo» que ejecutó en mayo de 1617 para acompañar su proyecto de la Calheta o puerto de la villa de Sines, en la costa del Alentejo, compitiendo con los planos de Alexandre Massai, que acabarían por ser puestos en práctica gracias a su menor coste (a pesar de haber sido aprobado el proyecto deTurriano), y que constan de tres hojas de papel de gran formato-la mayor de ellas, de 42,6 x 106,7 cm, en dos hojas pegadas, que se conservan separadas en el archivo del Consejero de Estado, el duque de Cadavai, y que el secretario Luís de Figueiredo Falcào incluyó en el «Códice Cadavai» (ANTT, Cod. 29, páginas 61-64) en 1641, ofrecido al rey D. Joao IV, con numerosas copias y algunos originales de los planos de fortificaciones de la costa portuguesa, entonces en guerra contra España. Se trata de una vista de la «Costa y villa de Sines», y del plano y el perfil de la caleta proyectada, con leyendas en portugués y castellano, y que muestran en un lugar destacado la firma «LeonardoTurriano» realizada en una bella caligrafía'^ La ejecución de los pianos es regular, iluminados a la acuarela de dos colores, azul y castaño para marcar el relieve, las sombras de las rocas y el caserío,

Excelentes fotos y estudio en

Antonio M. QUARESMA.A/exondre Mosso/... op.dt,n° 11-13.

realizados rápidamente pero de forma muy pormenorizada. Los bellos dibujos policromados de Massai y de otros ingenieros incluidos en ese álbum, de realización mucho más cuidada en cuestión de colorido y sombras algo artificiales ganaron en la presentación. Pero los planos deTurriano se diferencian de los presentados por su atención a los detalles topográficos, la localización exacta de los distintos barrios de casas y ermitas, y por el extraordinario cuidado prestado a los elementos de construcción, registrados en dos niveles mediante la superposición de tiras de papel recortadas y pegadas. Es precisamente lo esencial lo que interesa al Ingeniero Mayor, mucho más que la belleza del conjunto o la falsa impresión de las apariencias y efectos artísticos en perspectiva... La familia LeonardoTurriano se casó dos veces, tuvo ocho hijos y varias residencias y fue, por lo que parece, un hombre de vida completa, a pesar de estar siempre atormentado por constantes polémicas, enfermedades (probablemente, sobre todo, imaginarias), muchos desplazamientos y viajes, y lamentos continuos (exagerados, evidentemente) de falta de dinero. Un ambiente familiar sólido y saludable habría contribuido en gran medida a esa existencia feliz que, según todos los indicios, fue la suya. Debemos imaginarlo perfectamente integrado en la alta sociedad lisboeta, conviviendo no sólo con los grandes funcionarios y cortesanos y sus colegas de profesión, o de los medios literarios y culturales, sino también con ciudadanos corrientes, en especial con los de la abundante colonia italiana que residía entonces en la capital portuguesa. De hecho, en una denuncia presentada ante la Inquisición con fecha de 6 de junio de 1618 se dice que, «presentes otras personas, escuchará a Luís Vieira, juez de la Casa do Porto, que afirma que un arquitecto 182

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L e o n a r d o Turriano e n Portugal

del rey, al que llaman el Turriano, residente en Lisboa, le informó de que un médico cristiano nuevo, llamado Estévao Roiz, residente que fue en la misma ciudad y que ahora se halla ausente en Florencia, con quien hablaba y conversaba en muchas ocasiones, le dejó algunas veces por entender que no aceptaba la inmortalidad del alma, y así lo entendía y adivinaba en dicho médico, puesto que no se declaraba del todo convencido y de aquí se da a entender lo que decía el citado médico y el dicho Turriano intentaba disuadirle y sacarle de su error; lo que agrega que también fue oído por Manuel da Costa, de la casa del conde da ANTT, «Cadérne N ° 6 Prinnitivo

do Promotor da Inquisigào de

Lisboa», 5-141 -4, ff. 506-506v.

Sortelha»'\ A través de este minucioso registro burocrático, que no tuvo consecuencias, de un escribano, en el mejor estilo inquisitorial, podemos llegar a conocer chismes cotidianos, pero importantes: que el Ingeniero Mayor, «al que llaman el Turriano» -detalle exquisito en su familiaridad- sostenía en 1618 conversaciones habituales con un grupo de amigos y vecinos, entre los cuales se encontraba un médico cristiano nuevo, residente en Florencia, en las que discutían sobre la inmortalidad del alma (y seguramente otros muchos temas) y él argumentaba contra su falta de fe. Turriano vivía entonces cerca de la Acera de Combro -una calle larga que salía del barrio de Chiado en dirección a Alcántara- «junto al Pozo Nuevo ... a mano derecha en la calle que conduce a Sáo Bento», en algún lugar próximo al palacio renacentista de los Proveedores de la Casa de la India (el viejo Rui Fernandes de Almada, amigo y coleccionista de Durerò): entre Boavista y las Mercés, en una zona aristocrática recientemente creada. Probablemente, su casa, la primera que tuvo en Lisboa desde que se mudara, a finales de 1614, del barrio periférico de Oeiras, donde residía con su mujer, natural de la zona, estuviera situada en la denominada posteriormente calle Directa de la Cruz, «junto al monasterio de Nuestra Señora de Jesús» (la actual parroquia de las Mercedes), donde su viuda

" ANTT, Cartório Notarial de Lisboa, n° 11,1, l83,fr.93v-94 «Escritura de renunciagao de legítima de Joào Turriano, filho de LeonardoTurriano, falecido, em àvor de sua màe D. Maria Manuel, porter gastado com ele a mor parte da dita legítima em prover Jas cousas necessarias para entrar na dita religiào». Cartório de iNotas de Leào Ricardo, Lisboa, 28 de noviembre de 1629.

seguía residiendo en 1629'"', -entre el monasterio de Sao

Casa de Leonardo Turriano en Lisboa

Bento y los palacios de época seiscentista de los condes de las Alcágovas y de Mendía- si es que no se trataba, como sospechamos, del núcleo original de alguna de estas grandiosas casas nobles que, en su aspecto actual, son anteriores a mediados del siglo xvii. Fue en esta casa donde su viuda vivió con su hijo Luis después de su muerte. También residió en Azeitáo -el centro de veraneo más noble, junto con Sintra, de todos los alrededores de Lisboaen donde adquirió el 10 de octubre de 1617 y por un elevado precio una quinta con casas de un caballero hidalgo de la Casa Real, «las cuales están sobradadas con sus locales inferiores y su quintal cercado, lagar de vinos y bode-

" ANTT, Cartório Notarial de Lisboa, n° I 1,1. 135,ff. 33v-36.

ga»''. Sin ninguna duda, un lugar de descanso y reposo. Sin embargo, fue su quinta de Estoril por la que más se preocupó. Podemos afirmar que fue él quien descubrió, 183

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corno el pionero que siempre fue, las virtudes del clima y del paisaje de ese lugar situado sobre el océano y próximo a la entrada del Tajo, entonces un sitio yermo, poblado por pescadores o algunos pocos campesinos, que se convirtió en el suburbio más lujoso y exclusivo de Lisboa en los siglos xix y xx, centro de reunión de la aristocracia y la realeza europeas: en ese enclave pasaron su juventud o su vejez el rey Humberto de Italia, el rey Simeón de Bulgaria, el conde de Barcelona, el rey Juan Carlos de España, y otros muchos... La casa que perteneció a la familiaTurriano, construida para albergar a su enorme familia, desapareció, pero probablemente estuvo situada en alguno de los sitios privilegiados por las vistas y la exposición al sol como el del actual Casino, al abrigo del convento solitario de San Antonio, al lado del mar, y de la fortaleza de la playa de Estoril. Q u e Turriano fue el primero en atreverse a i r a vivir tan lejos y aislado, en un sitio de belleza única y aires óptimos (que le merecerían la designación turística de «Costa del Sol») y terrenos fértiles, se ve por los mapas que diseñó para su Discurso sobre la barra del Tajo -situándola en un lugar destacado- y porque su ejemplo fue seguido por los más importantes arquitectos de la época: Baltasar Alvares (con una quinta en la parte superior de Carcavelos) y Mateus do Couto (en Oeiras, al pie del puente)"^. Lisboa crecía y daba inicio al fenómeno, tanto urbanístico como social, de la extensión a lo largo de la margen norte del Tajo, es decir, la más abrigada y expuesta al sol, y de cara al Atlántico, que vemos incluso en nuestros días. Todo permite suponer queTurriano fue el precursor de ese

" Memorial, ou Colecfdo de Memórlas sobre Oeiras desde seu

Principio, como Lugar e Cabe(a de Julgado, e depois Vila, (séc, XIX), leit. J. C . Awouters Lopes, Cámara i^unidpal de Oeiras, 1981

movimiento, sólo precedido por su compatriota Bartolomeu Marchione, el cónsul de Florencia en tiempos de D. Joao II y D. Manuel, en el siglo xv: pero él, en la margen sur, en Caparica. Frente a estas residencias tan agradables y en lugares tan bien situados, no disponemos de ninguna información sobre dónde residía cuando acudía a Madrid, donde vivió durante algunos años. Probablemente, se alojó en fondas o posadas temporales, y muy caras según afirmaba, o en casas de conocidos o amigos de profesión. Lo que conocemos de la vida diaria en Madrid bajo los primeros Austrias, caótica, sucia y corrupta, contrasta fuertemente con la vida apacible que debía llevar en Lisboa. Sus idas a la corte debían ser, cada vez más, un verdadero sacrificio. En verano de 1600, acudió, una vez más a Madrid (quizás, aprovechando los cincuenta días de licencia que le concediera Felipe II algunos años antes en El Ferrol para descansar) pero para casarse. La novia era «una noble señora de quien tuvo descendencia»"". El 29 de julio firmó la escritura de la dote y de donación de las arras, ya casado, por un total de 1.274.362 maravedís- ¡una suma respetablel-

" F. SousAVITERBO, I992,op.citi Lisboa, 1922, p. 145.

y vendió una parte por «haver de partir con la dicha mi espossa a la ciudad de Lisboa»'". Ella era D^ Juana de Herrera, de 24 años de edad, tal vez de A l c a l á de Henares, hija de un antiguo regidor de la villa de Madrid, de quien el mismísimo

" Luis CERVERA VERA, l996,op.ai-. does. 142 y 113.

Cervera Vera no logró averiguar si estaba emparentada de alguna forma con el arquitecto de El Escorial (lo consideramos probable, porque una de las rentas 184

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Leonardo Turriano en Portugal

de •''Juana fue adquirida en 1594 a la viuda de un tal «Francisco Gutiérrez, aparejador de la ovra del Escorial»). Turriano se declara «yngeniero mayor de su magestad en los reynos de Portugal, natural que soy de la ciudad de Cremona en el estado de Milán»: tenía entonces 40 años, y el idilio comenzó durante los 15 meses que debió pasar en la corte «esperando cierta resolución en assunto de for" IHCM, Colección Aporia, tomo VII,ff.337-341. Es el momento en que logra la duplicación de los sueldos en España y Portugal.

tificación», de enero de 1599 a marzo de 1600''. Más tarde, regresó a Lisboa (porque, debido al posterior embarazo de D" Juana, no obtuvo autorización para permanecer en Madrid más de un año, durante el que, de hecho, se produjo un vacío en su actividad portuguesa); y, en breve, su mujer dio a luz a su hijo Diogo. Su mujer falleció seguramente de parto, después de abril de 1601, y fue enterrada, con certeza, en la capital española. El Ingeniero Mayor no permaneció viudo durante mucho tiempo, porque a finales de ese mismo año o comienzos de 1602 volvió a casarse, esta vez con la rica propietaria lisboeta D® Maria Manuel Cabeia de Faria, «heredera de un mayo-

° ANTT, Genealogías Manuscritas, L 1652,f. 333.

razgo en Oeiras»'™. Originaria de una importante familia de esta localidad, en donde residía y Turriano fue a vivir, D" Maria era hija del almojarife local y nieta de un caballero hidalgo de la Casa Real, dueña de varias propiedades, casa y fincas en la región heredada de sus tatarabuelos, «naturales de Oeiras» en los tiempos del rey D. Joáo II, todos ellos almojarifes locales, y de una dama de compañía de la reina D" Leonor, la esposa del rey D. Manuel (y de Francisco I de Francia), e hija de los Reyes Católicos, Fernando e Isabel. Por lo tanto, hidalgos ricos. La vida matrimonial de LeonardoTurriano fue cuidadosamente reconstruida por el periodista e investigador de asuntos militares Carlos Callixto, en el opúsculo «OsTurrianos, engenheiros de el-rei» de su hermosa monografía Sáo Juliao

" Carlos R CALLIXTO, 1989, op. dt, pp. 201 -230: para simplificar no I citamos las fuentes (casi todas del Archivo de Oeiras), remitiendo a su excelente obra.

da Barra. Os Primeiros WOAnos'°\ Cruzando pacientemente los datos del Memorial de Oeiras con los de fuentes parroquiales, consiguió identificar los ocho hijos que tuvo y sus respectivos padrinos, los muy numerosos bautizos que apadrinó -reveladores de su elevado nivel social- y aportó abundante información sobre su descendencia, que seguiremos en estas páginas. La impresión general que se desprende de estos estudios es la de una familia numerosa y feliz, que vive bien y hasta con una cierta opulencia, muy alejado de los constantes lamentos y quejas financieras (o, en cierto modo, que las explican...) del Ingeniero Mayor, pero no exentas de tensiones internas, hábilmente gestionadas por la figura tutelar de la madre. Se trata de una vida paralela o, incluso, dividida en tres: la del padre de familia atento al futuro y educación de sus hijos, la del intelectual absorto en sus lecturas e intereses científico-literarios, y la del alto cargo oficial. El hijo del primer matrimonio, Diego o Diogo, sólo sería bautizado el 21 de noviembre de 1605, en la iglesia de Oeiras: una clara señal, en nuestra opinión, de que su madre falleció a consecuencia del parto y, seguramente, también de un cierto descuido religioso por parte del padre, más volcado a la filosofía natural que al misticismo. D" Maria, por el contrario, parece haber sido una sincera devota, considerando la profundísima formación religiosa que transmitió a sus hijos. 185

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En la misma iglesia había sido bautizado ya, el 5 de julio de 1604, su nuevo hijo, Leonardo, como su padre. Su padrino fue un personaje de relieve, nada menos que D. Manuel Ponce de León, el capitán de la guarnición castellana de la fortaleza de San Julián de la Barra. El 28 de abril de 1609, nuevo bautismo, esta vez el de Mateus, «hijo del Señor LeonardoTurriano y de D" Maria Manuel, residentes en el lugar de Oeiras» sin la presencia de su padre, que se encontraba en la corte, apadrinado por su tío Cosme Saraiva, casado con D" Leonor de Paria, hermana de la madre. Probablemente, se han extraviado los datos de algún hijo entre estos dos, porque en un memorando presentado en junio de 1609 al Consejo de Cuerra, Turriano se declaraba «cargado de muchos hijos y familia»'°^ Leo-

^ AGS, Mor y Tierra, leg. 702.

nardo y Mateus murieron pronto, antes de 1617. Pero vendrían otros, con una periodicidad casi matemática: Joana, de la que se ignora la fecha de nacimiento; JoSo, o Joao Baptista, bautizado el 28 de septiembre de 1610, que llegaría a ser en el futuro fraile e ingeniero militar; y Carlos, el 7 de febrero de 1612. En la iglesia parroquial de Santa Catarina en Lisboa -donde se había mudado la pareja alrededor de 1614- recibirían el bautismo Catarina, el 23 de noviembre de 1615, y Luis, el menor, el 12 de agosto de 1617. Estos son los hijos conocidos, que seguían vivos a la muerte del padre en 1629'". Un total de

Mbídem, leg. 1006.

ocho (pero seguramente más...), de los cuales seis superaron la infancia. Una familia a la que parecen estar especialmente unidos por lazos de compadrazgo es la de los Mendoga o Mendoza, nobles de origen castellano, condes de Val-de-Reis: en octubre de 1604, el Ingeniero Mayor apadrinó, junto con D" Maria de Mendoga, un bebé que recibió el nombre de Simao, hijo de Pedro de Mendonga, tal vez el alcalde mayor de Mourao, quien llegaría a ser en 1640 uno de los nobles aclamadores de D. Joao IV. La mujer de éste, D^ Clementina de Mendonga, sería al año siguiente la madrina de Diogo. Este niño, su hijo mayor, tuvo una educación especial -Callixto se pregunta, incluso, si el niño no habría nacido en Madrid y hubiera sido criado allí por la familia materna hasta los 4 o 5 años de edad- así como una vida muy aventurera, como resultado de su nacimiento separado y de su condición de hijastro y de primogénito. Educado por el Ingeniero Mayor para que le sucediera en el cargo, recibió una formación esmerada. De hecho, en 1629 escribió personalmente al Consejo de Cuerra sobre la situación de los hermanos y de su designación para el cargo, que fue confirmada mediante cinco cartas reales de Felipe IV, desde 1631 a l 633. Sin embargo, según mandaba la tradición del reino, para serlo «había que desempeñar el puesto en Flandes, o donde hubiere una guerra, y vivir durante cinco o seis años», lo que llevó a cabo, recibiendo 172.000 reales de sueldo. Fue desplazado para allá sólo en 1637 (cuando todavía aparece ei 29 de abril, apadrinando junto a su madre una niña en la iglesia de Oeiras); pero «por no haber ido a su destino, fue apresado y mandado soltar por un decreto del Consejo de Hacienda; tras abonar la fianza exigida, habría de partir hacia Flandes desde donde enviaría al cabo de seis meses un certificado de que se encontraba prestando servicio»'"". No 186

Memorial Histórico... sobfs Oeiras, op. dt. I, p. 64 (el autor anónimo se basaba en documentación perdida). FUNDACION' JUANELO TURRIANO i

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lo hizo o, mejor dicho, desapareció, ante la perspectiva de pasar seis años en la guerra de Flandes, el campo de mortandad más terrible de todo el siglo xvi-xvii. Se ignora dónde se refugió. Sólo se sabe que en 1645 se hallaba «ausente en reinos Cartório Notarial de Oeiras, L. I O, ff. 49-50: carta de obligación de Luís Turriano, de 25 años de edad, soltero, en cualquier momento que viere a su hermano Diogo, «de darle los alimentos conforme con su cualidad».

extranjeros»'"', con lo que perdió cualquier derecho a ocupar su cargo. Engañó al poder durante diez años, durante los que recibió los respectivos sueldos, y terminó por abandonar el país hacia un lugar desconocido, ¡probablemente Italia! El destino de su hermano Joáo (o Joáo Baptista, como pasó a firmar después de la muerte de su padre, hasta profesar como fraile), fue muy diferente, un modelo de virtudes y de dedicación al deber Nueve o diez años más joven que Diogo, recibió también una exquisita educación, de la que su padre se mostraba muy orgulloso, solicitando al rey ya en 1620 -Diogo tenía 19 años y Joáo poco más de 10- una «merced a sus hijos de sueldo con que puedan servir pues tiene dos, el

' AGS, Mor y 7/erro, leg. 858.

uno de 20 años y el otro de 17»'"", tal como afirmaba, exagerando un tanto en las edades (si es que no se refiere a Leonardo, fallecido poco antes), lo que le fue concedido por decreto real el 7 de agosto de ese año. Volvió a la carga en un memorial de 1627: «Que a dos hijos que están estudiando se sirva Vuestra Magestad de mandar se les den a cada uno una pension en Portugal, o Castilla, y a su hijo menor Vuestra Magestad le haga merced de los vinte escudos que gozava su hijo mayor que Vuestra Magestad le mandó quitar por haber dejado el estudio de la fortifica-

'"Ibidem, leg. 954.

ción.»"" Según Carlos Callixto, esos dos hijos serían Joào y Carlos; pero éste no había alcanzado todavía los 14 años, cuando seguidamente el Ingeniero Mayor solicita «a Diego Turriano, su hijo, la futura plaza de Ingeniero Mayor de Portugal (...) siendo como es tan capaz». Por consiguiente, la solicitud era para los dos mayores, que ya habían alcanzado la mayoría de edad. En otro informe dirigido al Consejo de Guerra en 1628, cuyo contenido conocemos por la respuesta positiva del 9 de enero siguiente, hace otra petición: «Vuestra Magestad le tiene hecha merced de una pension de cien ducados, para su hijo que estudia, y suplica» que la misma le sea pagada en Portugal, y que «se le con-

' Ibidem, leg. 994.

signasse en uno de los Obispados de aquel Reyno»'"®. Este «hijo que estudia» sólo puede haber sido Joào, a punto de iniciar ya su carrera religiosa. Esto lo confirma el memorial redactado por Diogo después de la muerte de su padre, cuando esperaba el nombramiento de Ingeniero Mayor: «DiegoTurriano dice que para que conste, que la persona para quien Vuestra Magestad hizo merced de la pension es Juan Baptista, que por servicios de su padre LeonardoTurriano se le dió para un hijo suyo que era Juan Baptista Turriano; presenta el consentimiento de su Madre y hermanos en el dicho, por ser estudiante y que está muy

' Ibidem, leg. 1006.

adelantado en la Filosofia»'"''. En ese momento, Joáo tenía 19 años y es seguro que estudiaba en Coimbra. En una Vida e Morte do Padre Mestre Frei Joào Turriano, lente de

Mathematica

nesta Universidade de Coimbra que descubrimos en la Torre do Tombo en 1987, incluida en un manuscrito que contenía biografías de padres fallecidos en el Colegio de Sáo Bfento hasta 1724, se relata minuciosamente la vida del hijo de Leonardo 187

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Turriano. Tomó los hábitos benedictinos en el monasterio de Sao Bento da Saúde, en Lisboa, el día 29 de noviembre de 1629, estudió cuatro años de teología en Coimbra y «en los dos años siguientes, se ocupó en este Colegio y estudió Matemáticas y Arquitectura por las lecciones de libros que tenía su padre, y por su natural inclinación al arte de la Ingeniería», y fue llamado en 1641 al servicio del rey D. Joao IV en las fortificaciones del reino, en particular en Cabeza Seca. Desde 1654 fue profesor de matemáticas en la universidad hasta 1677, en que se retiró de la villa de Cascaes, o de una quinta que se llama Estoril, próxima a ese lugar, en donde ayudaba a una cuñada viuda, que dejó su hermano Luis Turriano, y de un sobrino menor de edad, por tener ya en el Monasterio de Santa Clara en compañía de las hermanas dos sobrinas, hijas del mismo Luis Turriano; tras lo cual se retiró al monasterio de S. Bento da Saude de Lisboa cuna de su vocación y último descanso de su vida. donde falleció el 10 de febrero de 1679 y fue sepultado en la capilla mayor"". En la actualidad, el monasterio es la sede de la Asamblea de la República, y el lugar del enterramiento desapareció en el curso de las reformas del siglo xix.

'

ANTT, Santa Cruz de Coimbrú «Livro dos Defuntos» (Maçoé, Livro 2),

La relación de obras que trazó o realizó es impresionante, «por lo que era solicitado de muchas partes... para lo cual tenía singular genio e inventiva, aun cuando algunos criticasen la excesiva grandeza de sus ideas...». Incluso por haber sido el heredero de sus libros, y haber estudiado en ellos el arte de la arquitectura, el genio del Ingeniero Mayor parece haber pasado por completo a este segundo hijo, que contaba 18 años cuando falleció su padre, y que durante un tiempo pareció haber heredado también el título (o, por lo menos, fue conocido por él). Pero no es este el lugar para extendernos en el hijo. Sólo destaquemos ia alusión a la biblioteca del padre que, como hemos visto anteriormente, debió ser considerable, y a la quinta de Estoril, donde vivió con la familia de su fallecido hermano Luis, comisario de la Orden Terciaria de San Francisco. Otro hermano suyo, seguramente, Carlos, fue fraile franciscano de la Orden de ia Arrábida, de la que llegó a ser Provincial; y las dos hermanas, monjas clarisas en Santa Clara de Coimbra, de la que la más joven, Catarina, falleció centenaria poco antes de 1724"'. De esta forma, prácticamente se extinguía la familia por la varonía legítima. El último hijo que quedaba, Luis Turriano-niño de 12 años de edad que, todavía en 1645, con 25 años, vivía soltero con su madre (fallecida el 26 de febrero de 1666) en Estoril-, se casó con Isabel de Faria, probablemente prima suya, con la

' " E n dos ocasiones, en I627y 1628, LeonardoTurriano rey «le haga merced lugares para dos hijas en un (Monasterio de Vuestra Magestad en Lisboa» (AGS, Ador/Tierra, leg954 e 972).

que tendría el único descendiente varón del Ingeniero Mayor: Leonardo Torreano de Faria, que recibió el nombre en homenaje al abuelo, pero adaptando el apellido al portugués a «Torreano», y adoptando el uso de poner el apellido materno al final del nombre por imposición del mayorazgo. Vivían en Oeiras, donde 188

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D^ Isabel falleció en agosto de 1709. LeonardoTorreano de Faria, nieto deTurriano, se casó en 1597 con D"" Isabel Francisca da Rosa, con la que tuvo solamente hijas: Joana, bautizada el 18 de noviembre 1598; Maria, el 15 de agosto de 1703; y Claudia, que se casaría con Manuel da Serra, con quien tuvo alrededor de 1720 a Leonardo Torreano de Faria, «que fue el 7° administrador de la capilla instituida por Mécia Dias», de Nuestra Señora de la Piedad en Oeiras, fundada en 1530. Este tataranieto del Ingeniero Mayor fue persona de gran consideración en la villa, cuyo nombre sirve para apadrinar ahijados de renombre. También fue una persona de buena situación, gracias al mayorazgo heredado de los Cabeia de Faria: en tiempos de su hija D" joana Manuel Torreano de Faria, en 1755, sus bienes ascendían a 700 «alqueires» (medida propia de Portugal y Brasil) de trigo y 150.000 «reis» (unidad monetaria portuguesa) de intereses. Aún en 1821, otra administradora del mismo nombre pagaba las cuentas • Memorial Histórico de Oeiras... op. dt, II, p. I 17-8.

de esta capilla"^ Con la llegada del liberalismo los herederos se dispersan y muchos emigraron a lo largo de los siglos xix y xx. Hoy en día, se apellidan «Torreano» algunos de los más conocidos artistas contemporáneos de Nueva York y Chicago: el pintor John Torreano (nacido en 1941 ), la escultora Joanna Torreano... Hace mucho que se olvidaron de su antepasado, pero conservan su nombre y la sangre del artista corre por sus venas.

"Agradezco a la Señora Imarquesa de Mendía y a sus hijos, |lng. Eduardo de Mendía y Antonio de Mendía, la extraordinaria entileza con que me acogieron en el Palacio Mendía (Rua da Cruz, n° 72), permitiéndome realizar todas las fotografías hecesarias así como reproducirlas.

La casa de LeonardoTurriano en Lisboa"^ En 1514 el Ingeniero Mayor se mudó con su numerosa familia, mujer y 5 hijos (más tarde, nacerían otros dos más), más los criados y esclavos, desde la villa de Oeiras, 14 km al oeste de Lisboa, junto al Tajo y a San Julián de la Barra, en donde siempre residirá el mayorazgo de la mujer, a la capital. Por una feliz coincidencia hemos descubierto en el discurso de las investigaciones para el presente libro, exactamente dónde estaba situada esta nueva casa de los Turriano (que conservaron la anterior, el mayorazgo de la mujer, en Oeiras). La denuncia a la Inquisición en que figuró como testigo, de junio de 1518, declara que vivía cerca de la Calzada do Combro -una amplia calle que va desde Chiado y que era la continuación de la carretera hacia Alcántara y Oeiras- «junto al Pozo Nuevo» (una fuente abierta en tiempos del rey D. Manuel, de la que se sirvieron los habitantes, especialmente esclavos, por lo que el lugar era y es conocido con el nombre de Pozo de los Negros), en la calle Directa de la Cruz «junto al Monasterio de Nuestra Señora de Jesús» (el convento de la Orden Tercera de San Francisco, fundado en 1585 y finalizado en 1532, con su hospital y librería), «a mano derecha en la calle que conduce a Sáo Bento» (el grandioso monasterio benedictino de San Bento de la Salud, erigido entre 1598 y 1515, en la ladera del valle frente a él, y actual Asamblea de la República o Palacio de las Cortes). La topografía e, incluso, la toponimia han variado poco. En el centro del caserío modesto de comienzos del siglo xviii, todavía se abre la plaza con el Convento de Jesús (o de las Mercedes), cuya iglesia destruida en el terremoto de 1755, fue 189

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sustituida por una monumental fachada rococó (1769), y el edificio del hospital original; la calleja que baja hacia San Bento; y, por detrás, la Calle de la Cruz. Con la fachada orientada hacia ésta, a los lados de la Plaza de Jesús, se levanta una imponente casa seiscentista de tres pisos, que ocupa toda la manzana, de arquitectura sólida pero simple. Sin ninguna duda, se trata de la casa de los Turriano. De paredes de piedra muy gruesas y columnas angulares de mampostería de 1,5 m de lado, está compuesta por tres cuerpos bien definidos, separados en el interior por muros gruesos: el del frente, o zona noble, algo modificada a finales del siglo xix; la zona familiar con habitaciones; y las posteriores, más bajas de una sola planta. Esta estructura, cuidadosamente estudiada, fue lo que le permitió escapar intacta, como una construcción antisísmica, al desastre de 1755. Las nueve ventanas en cada uno de los lados principales, de molduras lisas (sólo arquitrabadas en el piso superior), permiten vislumbrar un interior bien iluminado y muy dividido. La entrada, a través de un portal largo para carruajes, se realiza por un atrio con una escalera de piedra de dos tramos, que conduce a un balcón interior, con columnas de mármol y a una amplia galería, por donde se efectúa la distribución de los espacios. En el centro del edificio, un pequeño patio -mejor sería llamarlo conducto de aire y luz- garantiza la ventilación, bajo el cual existen dos grandes cisternas, actualmente tapiadas. El interior, con la excepción del gran salón y las cámaras de la planta noble, es un laberinto de salas, salitas, corredores, dormitorios y pequeños huecos entre los muros, que tienen un carácter multifuncional. Ahí tendría Turriano su gabinete de trabajo, mesas de dibujo y cámaras para los libros y papeles, además de los dormitorios para los hijos y la servidumbre. Sin embargo, lo más interesante y original es el último tercio de la casa, asentado sobre las caballerizas y las cocheras: la terraza. Se trata de una amplísima superficie de 30 x 40 m, con una hermosa fuente de líneas curvas en el centro de la pared, rodeada en tres de sus lados por gradas y pilares sobre los que había seguramente pequeñas pirámides o esferas de piedra, como en El Escorial (hoy día, todas desaparecidas). Lo más extraño es que carece de vistas sobre la ciudad o el Tajo, pero sí permite una visión total del cielo y de la salida del sol... Es un lugar ideal para un magnífico observatorio astronómico, sin igual en ninguna otra casa de Lisboa. Esto asegura la pasión deTurriano por la astronomía y los horóscopos. El hecho comprobado de que estuviera en posesión de un ejemplar del Discorso delle Comete (Florencia, 1619), una pequeña obra del alumno de Galileo, Mario Cuiducci, enfrentado a los jesuítas del Colegio Romano, es prueba de que observó y siguió de cerca una de las más violentas polémicas científicas de comienzos del siglo xvii en Europa: la aparición del cometa Palma, que en noviembre de 1618 recorrió el cielo de Lisboa y fue visible en otras zonas, provocando decenas de escritos, entre ellos de Kepler, Grassi y Galileo (el célebre II Saggiatore, 1623). Al proyectar su casa, Turriano concedió a la astronomía un lugar de privilegio. 190

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LeonardoTurriano en Portugal

En la actualidad, el palacete pertenece a los marqueses de Mendia, que lo adquirieron en 1861. Según un manuscrito del siglo xix con la historia de ia casa,

Casa de Leonardo Turriano en Lisboa

el siglo anterior -que es lo más antiguo que se ha logrado remontar- perteneció al Patriarcado de Lisboa: y conviene recordar que todos los hijos del Ingeniero Mayor fueron frailes y monjas, excepto el más joven, Luis, también él miembro de la Orden Tercera de San Francisco. La viuda todavía residía allí en 1666, y su nieto sólo tuvo hijas, todas ellas monjas, la última de las cuales falleció en 1724. Debe de haber sido ella quien dejó la casa familiar al Patriarcado, que la ocupó con servicios administrativos, la cerró y terminó por abandonarla en la década de los 80, siendo incorporada a los bienes de la Corona en 1801. Después de pasar a un comerciante suizo y ser heredada por su hijo, cónsul de Suiza y Prusia en Lisboa, fue alquilada en 1833 al conde de Bobone, cónsul de Cerdeña y, en 1840, se convirtió en residencia del ministro del Brasil; finalmente, fue vendida al hispano-portugués D. José Mateus de Mendía y Elorza, que se convirtió en marqués de Mendía tras su matrimonio con una noble portuguesa, familia en cuyas manos todavía se mantiene. Su hijo es quien promueve las obras monumentales en 18951900, pero sin alterar lo esencial. Siempre en manos de la Iglesia («Cámara Eclesiástica de Lisboa») y de extranjeros comerciantes o diplomáticos, resulta llamativo el rechazo que una casa tan bella despertó entre la nobleza portuguesa, lo cual sólo se puede explicar por el hecho, evidente para cualquier lisboeta, de que no disponga vistas hacia el Tajo... Esta es una prueba adicional de que su fundador

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sólo pudo haber sido un extranjero, más preocupado por la visión del cielo que de la del río: Turriano.

El final Al alcanzar sus últimos años de vida, anciano y enfermo, LeonardoTurriano tenía todo para considerar que dejaba asegurado el futuro de su familia. Pero sus trabajos todavía no habían acabado. En 1626, con 65 o 66 años de edad, fue llamado por el rey, o antes, por el conde-duque de Olivares, a residir en la corte, en Madrid. Como de costumbre, no pudo oponerse a la orden de los Austrias que tanto le habían protegido. El objetivo era pasar al servicio de la nueva Junta de Fortificación, compuesta por los consejeros Pedro de Toledo, Fernando Girón y Bartolomeo AnayaVillanueva, para lo cual se le ordena que «venga a la Corte de assiento, para tratar de las fortificaciones de estos Reynos, de las deYtalia, y Indias»: la orden emitida en Madrid el 18 de septiembre de 1626 fue respondida por él después del 1 de octubre, diciendo que «está muy pronto para cumplirlo asi», y el día 13 siguiente, se inició el breve proceso de su transferencia. El último ingeniero militar italiano de Felipe II dejaba así su último cargo, sin abandonar por ello el título ni los honores del cargo de Ingeniero Mayor de Portugal, a cambio de una vaga promesa o expectativa de ir a servir a un nivel más alto al conjunto del Imperio. Era la nueva política centralizadora de Castilla a pleno rendimiento. Como era de esperar, Turriano vio en el cambio la oportunidad de obtener más beneficios económicos. Además de solicitar «mercedes» para sus hijos e hijas mayores, a los que iba a dejar desamparados, de «ayudas» de 50 ducados para cada hija soltera y de una «pensión» de 100 ducados para «el hijo que estudia» que sabemos que era Joao Turriano, entonces estudiante de filosofía en el monasterio benedictino de Rendufe, en los alrededores de Braga - inicia su acostumbrada lista de quejas y reclamaciones por falta de dinero: que se halla tan necessitado y empeñado por las ausencias que ha hecho de Portugal, acudiendo á Cadiz, á esta Corte, y á otras partes que se le ha mandado, que no podrá salir de aquel Reyno si Vuestra Magestad no se sirve de mandar se le dé alguna ayuda de costa, ó se le pague lo que se le deve de su sueldo. La Junta, teniendo en consideración sus buenos oficios («para tratar de las fortificaciones es muy necessaria su persona, por ser de tal esperiencia, y platica que se save»), y «con la asistencia en Madrid también se le ha de aumentar gasto», decide que el rey ordene a los gobernadores de Portugal que con el dinero de las tergas - un impuesto dedicado a la defensa - le sean abonados los pagos ordenados sin falta y «que el tiempo que risidiere en Madrid le vayan pagando» cada mes a quien él designe procurador, «pues de otra manera no lo podra hacer, ni 192

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LeonardoTurriano en Portugal

asistir en la Corte». Como de costumbre, sus lamentaciones tuvieron resultados y obtuvo todo lo que había solicitado. Una cédula real del 14 de octubre de 1626, es decir, al día siguiente, prueba de " En el original, figura la rúbrica de Felipe IV con su decisión: «Así lo he mandado» (AGS, Ibidem, leg. 929).

que Felipe IV se implicó personalmente en el caso"", mandó entregarle 500 ducados «para el viage», y que sucesivamente le fueran pagados las cantidades ordenadas necesarias para su «entretenimiento» en España. Turriano lo consideró escaso. Lo pensó mejor, y a finales de ese mismo año envió al rey un informe más detallado para la contabilización de sus gastos e incrementando las solicitudes. Ya no era sólo la «pensión» para los dos hijos «que están estudiando» (antes era uno solamente...) sino también los 20 escudos de «merced» de la que disfrutaba el mayor, retirados por haber abandonado el estudio de la fortificación -debía de referirse a Diogo, siempre problemático- que debían serle pagados al más joven (Joáo con toda seguridad: no menciona nombres para evitar dudas) y, además, dos plazas en conventos de Lisboa para sus dos hijas, «casarle la una con alguna renta para poderse sustentar»; y garantizar a Diogo la futura sucesión a su cargo. Y aun pide más: como «en Madrid ha de poner casa de nuevo, y ha de traer su familia», recibir una ayuda de gastos de 400 ducados; y conservar no sólo los títulos y rendimientos en Portugal, sino también su «casa de aposento» para que algún ayu-

IHCM, Colección Aparid, tomo Vll.ff, 364-366. Su primer salario en Canarias en 1584 fue de I ducado (= I I reales) por día de trabajo.

dante o hijo puede ir allí cuando quiera hacerlo"'. El prestigio y la fama deTurriano eran tan importantes en la corte, que le fueron concedidas todas sus peticiones. ¡Lejos quedaban ya aquellos tiempos en los que tenía que suplicar le fueran pagados los gastos ya realizados, con un retraso de dos años! La contabilidad reforzaba sus argumentos. Cuando ganaba 1500 ducados mensuales -900 de sueldo por Portugal y 500 por Castilla-, afirmaba gastar en Lisboa una media de 2.000, pero en Madrid «para sustentarse honradamente con su familia» necesitará 4.000, es decir, más del doble del salario... Esa cuantía exorbitante permite deducir lo elevado, casi lujoso, que era su tren de vida. Se actuó con la mayor rapidez: el 8 de enero de 1527, el ingeniero Mayor desig-

'"ANTT,Chañe.de Filipe II, Doa;5es, leg 25, f 83; e Cartório llotarial de Oeiras, leg. 5, ff 103-11 I.

naba procurador al ingeniero António Simoes""-quien había empezado a trabajar en 1611, como asistente en las obras de la fortaleza de la Cabeza Seca, y que vivía en Oeiras: por consiguiente, un colega de profesión, vecino y amigo de toda confianza- para en su nombre «arrendar las casas que posee en Leiáo, en CassiIhas y todas las demás propiedades...todo lo que le parezca bien a su juicio». Antes de mayo había partido, con su mujer e hijos, y en junio, António Simòes alquiló las citadas propiedades. Sin embargo, la realidad fue muy distinta. Acosado en varios frentes por guerras sucesivas y un elevado esfuerzo económico y humano, el Imperio español iniciaba su declive y el rey prácticamente se olvidó de la presencia deTurriano. En respuesta a un extenso memorial de quejas y preguntas, en el que dice «ha seis meses que está aqui, y no se le ha ocupado en ninguna cosa», solicitando al rey «se sirva de mandar se tome resolución con su persona, y si es menester que assista aqui ... o darle licencia que se buelva á su casa», la Junta decide que «no es 193

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tratable lo que suplica». Por una parte, «no está para hacer jornadas, por hallarse viejo»; por otra, «si se le muestran las trazas ha de servir de embarazo, pues ha de mudar, y quitar de ellas como lo hacen todos los Yngenieros. Y la decisión final de la Junta es que, «pues él inclina á bolverse, y pide licencia para ello, siendo Vuestra Magestad servido se le podria conceder», y que se

IHCIM, Colección Aparíd,tomo

Vil, fF. 368-369: decisión de la junta de Fortificaciones de 30 de noviembre de 1627,

le paguen los 400 ducados que solicita y 300 o 400 más para los gastos de viaje de regreso, con los 100 ducados de pensión para un hijo. Por lo tanto, la tan preparada estancia deTurriano en la corte se saldó con un fracaso que no duró más que seis meses, y del que no sabemos a quién culpar: si a la Junta de Fortificaciones, que cambió de ideas y programa a mitad de camino, o a él mismo, con sus manías y exigencias, en suma, su falta de voluntad. Fue un triste episodio, casi un equívoco propio de una tragicomedia, al final de su carrera. Menos de un año después de su partida, estaba de regreso en Portugal. El 26 de mayo de 1628 la Junta estudia un informe que envió ya desde Lisboa, con un extenso currículo, para insistir en la solicitud de dos plazas en un convento de monjas para sus dos hijas, cuyo resultado fue positivo. Se trata del canto del cisne del Ingeniero Mayor, su auténtico testamento. Muy revelador de los verdaderos intereses que le movían, se muestra preocupado únicamente por el futuro de la familia y por asegurar a las hijas una buena posición en la sociedad lisboeta (que finalmente sería en Coimbra). Regresa, con toda seguridad, a su querida quinta de Estoril. Y ahí debemos imaginarlo durante su último año de vida, cansado, aquejado por las enfermedades, frustrado por su obra escrita interrumpida o inconclusa, en contacto directo con la madre Naturaleza, rodeado de hijos, algunos todavía niños -Luis, el más joven, debía tener 11 o 12 años, Catarina 14 o 15-, quizás, antiguos amigos; y la presencia frente al que siempre fue su principal compañero, el tesoro de sus secretos: el mar. No conseguimos imaginarlo con casi 70 años de edad, habiendo roto prácticamente cualquier relación con ese poder que tanto le mimó y que ahora le había vuelto la espalda, con la amargura de las numerosas enemistades que se fue creando durante toda su vida, conviviendo con la familia y servidumbre, ayudantes y criados, cómodamente instalado en el centro de una ciudad cosmopolita y dinámica como Lisboa. Sí en Estoril. Al fin y al cabo, esa era «su casa», más que la otra de Lisboa. Un rasgo de la cultura familiar demasiado intenso para ser coincidencia, nos confirma esta idea: la profunda devoción franciscana que impregnaba todo y a todos, explicable sólo por una convivencia prolongada e íntima con el modelo de vida del Poverello, gracias al contacto diario con los frailes del pequeño convento de San Antonio de Estoril que todavía existe actualmente, intacto, al lado del mar (fue fundado en 1527 por los religiosos reunidos de San Francisco). Fue tan estrecha esa relación que, incluso, al mudarse al centro de la gran ciudad, escogió un lugar al lado de la magnífica iglesia de la Orden Tercera de San Francisco o de Nuestra Señora de Jesús, que es, como creemos, el núcleo inicial de 194

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las casa buenas, casi un palacio que ocupa toda una manzana, que pertenece desde finales del siglo xix a los marqueses de Mendia, situado sobre el Chiado, con su amplia y fabulosamente bien situada terraza lateral, apropiada para realizar observaciones astronómicas: su casa de trabajo. El último documento que se conoce, indirectamente, sobre él es una consulta del Consejo del Rey en Madrid, fechada el 9 de enero de 1629, relativa a un memorial enviado por LeonardoTurriano con respecto a la gracia de una pensión de 100 ducados prometida a su «hijo que estudia».- solicita que le sea concedida «en Portugal á donde ambos viven». Por lo tanto, a mediados de 1628 ya había vuelto a su costumbre de intentar garantizar el pan de sus hijos menores: el convento para las niñas (abandonada la idea de una dote para una de ellas) y una buena pensión para el estudioso Joào, que parece haber estado muy apegado a su padre, al que aseguró la sucesión de un cargo que pudo haber conservado, pero que perdió debido a la ineptitud de su hijo Diogo. Los niños pequeños quedaron al cuidado de su madre, que poseía bienes. No deja de ser curioso que la mayor crítica que más tarde se lanzaría contra los numerosos proyectos arquitectónicos concebidos por Fray Joào Turriano, fuera precisamente la de su excesivo tamaño y coste: la «grandeza de sus ideas, cuyos gastos y dispendios impidieron en muchas ocasiones el final de las obras», que establecía por el placer que le proporcionaban y no «por el coste y dispendio que habían que llevar a cabo los dueños de las que se habían ejecutado». Se trata de una observación que los actuales historiadores no hacen con respecto a sus obras más grandiosas tales como la capilla mayor de la catedral de Viseu, el convento de Santa Clara-a-Nova de Coimbra o los monasterios benedictinos deTibáes, Santo Tirso y el nuevo dormitorio de Alcobaga, que se considera de una escala normal para su época. Esa era una apreciación condicionada por haber estado acostumbrado a vivir en casas muy grandes y, sobre todo, por la imagen de magnificencia del padre, de quien heredó no sólo el talento, el gusto artístico, la ciencia y los libros, sino también el espíritu de grandeza. Según J. Aparici García, el Ingeniero Mayor falleció «en 1628, en Lisboa, a los "JoséAPARici GARCIA, I Continuación del Informe sobre los Adelantos de la Comisión de I Historia en el Archivo de Simancas. Vol.lili.Madrid, I85l,p.87.

69 años de idad»"»; pero la mayor parte de los autores sitúa su muerte el año siguiente. Si falleció en la quinta de Estoril, será muy difícil, por no decir imposible, encontrar alguna comprobación documental irrefutable. La verdad es que el día 8 de noviembre de 1629 ya había muerto, porque ese día su viuda, D" Maria, estableció la distribución de su hacienda con los hijos y, días más tarde, Diogo Turriano, en su condición de jefe de familia, escribió al rey reiterando las solicitudes hechas por su padre a la Corona de Castilla, y pidiendo su sucesión. El hijo predilecto, Joáo, renunció a su parte de la herencia el 28 de noviembre de 1629, y el día 29 profesó en el monasterio de Sáo Bento de la Salud en Lisboa, cerca de su casa. Y el 13 de diciembre, su madre y hermanos daban su «consentimiento»

"' ANTT, Cartório Notarial de Lisboa,n° II,L. 184,ff.63v-64.

a favor del joven Carlos, seguramente para poder ingresar como novicio en la orden de los Franciscanos Arrábidos"'. 195

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Esta acumulación de sucesos durante los dos últimos meses del año nos lleva a pensar que su muerte debió de ser reciente, puesto que todavía en enero no se había producido (o al menos, no se conocía en Madrid). Si la situamos en septiembre o más probablemente en octubre -por ejemplo, a comienzos de octubre de 1629- no estaremos demasiado alejados de la realidad. Queda, para finalizar, analizar algunas cuestiones genéricas que se desprenden de la figura y la personalidad del Ingeniero Mayor, por más que le sean externas y póstumas. Son lo suficientemente interesantes como para merecer cierta atención. Una de ellas es su forma de ser, o su «genio», que sabemos fue polémico sin haber sido sanguíneo, más bien «saturnino» en los términos astrológicos que tanto le gustaban. Sería injusto juzgarlo según la opinión de sus enemigos y detractores -que eran numerosos- y no considerarle capaz de tener buen humor, aprecio por la calidad de las personas, simpatía, incluso amor. Sus constantes quejas, especialmente referidas a asuntos de dinero, le hacían antipático, pero ¿no era una característica común de los ingenieros de su época? Un buen ejemplo de ese temperamento más positivo nos viene dado por un informe que envió a Madrid probablemente en 1617, del cual no sabemos ni una palabra, pero que conocemos por la crítica de la que fue objeto, a solicitud de Felipe III, por parte de un teólogo de la corte. Se trataba de un escrito suyo, de los muchos que se perdieron, sobre las pinturas que pretendía realizar (o que ya había terminado: el texto no lo aclara) en el techo del Torreón de Felipe II en el Palacio de la Ribera en Lisboa y más exactamente, en la cara interior de la cúpula de la famosa Sala de Embajadores^'". Éste ya estaba decorado con alegorías alusivas a la fama de la Casa de los Habsburgo y con escenas de paisajes, ejecutadas en 1590 por Tiburzio Spannocchi, al que ahora quería agregar nuevas imágenes simbólicas. El censor anónimo comienza por criticarle el prólogo, en el que habla de la Santísima Trinidad y asuntos relacionados con el tema, y donde afirma que al

AGS, Estodo, leg. 435, f l95:«Lo que se ofrece en el Discurso de LeonardoTurriano sobre la Sala Real de laTorre del palacio de Lisboa y las empresas que están en ella repartidas y pintadas» (si l.n.d.).

ser los señoríos del rey más extensos que los del emperador Augusto, mayores razones tendría éste que aquel para decir que Júpiter tenía dividido su poder con él: lo cual sólo le perdona por haberlo dicho sin malicia y por el fervor de la intención. Turriano parece haber hecho, en una faceta de experto en heráldica que le desconocíamos, una historia de las proezas emprendidas por los príncipes de la Casa de Austria, empezando por las columnas de CarlosV con la divisa «Plus Ultra» -que tacha de latín incorrecto, porque bastaría sólo con « U l t r a » - a las de Felipe II: un carro de sol con la leyenda «Tam illustrabit omnia» y un sol sobre el globo terráqueo con su lema «Mihi nunquam occidit» alusivo al hecho de que nunca se ponía; y describe las empresas pintadas en la Sala. Todo esto no merece más que reparos y comentarios irónicos al erudito teólogo (que parece haber acompañado al Rey Prudente en las cortes de Tomar en 1581). Pero todavía peor es la crítica demoledora a las tres empresas propuestas por el Ingeniero Mayor: dos figuras humanas portadoras de la leyenda «Prudentia 196

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maior» y «Benignitas, Religio et Virtute», otra, la de un globo terráqueo abrazado por una serpiente, con lo que quiere simbolizar la extensión de la monarquía hispana, y que considera imperfectas y desproporcionadas. Concluye con la recomendación al rey de que no considere estas divisas como suyas, sino sólo como Rafael MOREIRA, « O Torreäo do Pago da Ribeira: arquitectura e decoragäo». Mundo da Alte, ri° 14, Junho 1983, pp. 43-48.

un elogio de terceros para su agrado"^ Este hecho revela que los proyectos fueron realizados para ser vistos por el soberano, a la espera de su anunciada visita a Lisboa, que sólo efectuaría en 1519. También esto nos lleva a pensar que él fue el responsable de los festejos públicos previstos para la solemne entrada de Felipe 111 en Lisboa, el 29 de junio de 1519 -el mismo día que su padre, Felipe 11- con sus trece arcos de los oficios y de las colonias de extranjeros con sede en la ciudad, cuando se daba por segu-

George KUBLER, Portuguese Plain Architecture between spices anddiomonds. Middletown, 1972, cap. VII. Memorial Histórico ... sobre Oeiras, op cit, vol. II, Oeiras, 1982, p. 58.

ro que el rey cambiaría la capital a Lisboa desde Madrid"'. Este triunfo halagó tanto a Felipe, que llegó a declarar públicamente «haber sido Rey sólo ese días''^ Kubler propone como autor y escenógrafo de esas festividades al pintor real Domingos Vieira SerrSo; pero éste estaba muy lejos de poseer la cultura clásica y visual sobre las que se basan, y que, por el contrario, Turriano dominaba de forma excelsa. Le vemos, pues, implicado en un complejo programa de propaganda real, dueño de un sentido lúdico y de júbilo, y participando en fiestas y celebraciones cívicas expresadas en el lenguaje alegórico de la época: una imagen muy diferente de la que estamos acostumbrados a ver en la figura circunspecta del Ingeniero Mayor. Después de diez años, la situación era muy distinta; de la alegría había pasado a una profunda depresión y melancolía. En el informe dirigido al rey en 1629, Entrada triunfal de Felipe III en Lisboa. Dibujo de DOMINGO VIEIRA.

Grabado de IOAN

SCHORQUES

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tras la muerte de su padre y en el que renueva la solicitud de dos plazas en conventos de Lisboa para sus hermanas, Diogo Turriano sólo tiene palabras llenas de amargura: «no hay dinero de ninguna suerte, y por que la pobreza de sus hermanas es la mayor del Mundo por la estrecheza en que las dejó su padre... porque no pueden sustentarse, ni tienen con que pasar por su pobreza...». Nos describe una situación calamitosa. ¿Sería LeonardoTurriano realmente pobre o su hijo había aprendido bien las reglas del juego? Nada hace pensar que lo fuese, antes al contrario. Además de un salario exorbitante para la época, poseía bienes -tanto los que había dejado en manos de António Simòes al partir hacia Madrid como, sin duda, otros- y era propietario de al menos tres magníficas residencias, las de Estoril, de Lisboa y de Azeitáo, cada una para una estación del año. Y contaba, además, con la fortuna de su mujer, una rica hacendada de Oeiras, con derecho de mayorazgo. Por supuesto, debemos considerar la devaluación de la moneda y las subidas de precios en aquellos años que, de hecho, fueron enormes. Pero, en nuestra opinión, se deben tener en cuenta, más que nada, los gastos desmesurados a los que estaban acostumbrados los Turriano, con sus hijos, secretarios, criados y demás servicios (y los esclavos), en su «casa», y para conservar el elevado nivel de vida al que se veía obligado en Lisboa. Leonardo se encontraba lejos de ser un hombre pobre, ni tan siquiera necesitado. ¿Cómo podemos explicar, entonces, las constantes lamentaciones de miseria y las continuas reclamaciones de auxilio a los reyes? Necesitaríamos extensas consideraciones, que no tienen cabida en estas páginas, sobre la mentalidad de los técnicos e ingenieros militares italianos al seni/icio de otros países para poder comprenderlo. Era una práctica común, casi un hábito...o una obligación.Turriano no escapó a la regla más vulgar de pedir, pedir siempre y cada vez más a cambio de sus buenos servicios. El saco sin fondo al que recurría una y otra vez era la propia corona a la que servía por un buen precio, como resulta evidente y del que se consideraba merecedor. Lo que nos lleva a plantear una última cuestión: finalmente, ¿cuál era el grado de fidelidad y patriotismo que mantuvo el Ingeniero Mayor con un poder que le sustentó con tanta prodigalidad? ¿Qué tipo de relación política unió aTurriano con la monarquía de los Felipes y la Casa de Austria o los Habsburgo? Y ¿qué especie de lazos afectivos y mentales lo unieron a España, con la fuerza suficiente para amoldar una identidad? Este es un punto crucial. Sin querer entrar en discusiones que nos llevarían muy lejos sobre las teorías políticas y jurídicas del Renacimiento, es preciso señalar que la relación que le unía a su rey era un vínculo de naturaleza eminentemente personal, un contrato profesional que adquiría visos casi de vasallaje. La figura concreta de «Vuestra Magestad» -al que seguramente no vio personalmente más que en media docena de ocasiones- era el centro alrededor del que giraba todo lo demás. Un episodio ocurrido muchos años después de su muerte nos ayuda a visualizar mejor la esencia del problema. Se trata de la carta enviada por un tal François 198

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Lanier, agente diplomático de Francia, y puntual informador del cardenal Riclielieu, fecliada en Lisboa a 7 de noviembre de 1642, en la que relata las últimas novedades de la corte portuguesa en el período inmediatamente posterior a la Restaura"" Paulette DEMERSON, «Correspondance diplomatique de François Lanier resident de France à Lisbonne ( I ère partie, année 1642)». Arquivos do Centro Cultural Calouste Gulbenkian, vol. m, 1994, pp. 739-822, ver p. 786.

ción, desde su último mensaje del 19 de octubre anterior''". Después de narrar cómo el nuevo rey D. joáo IV le había «tesmoigné grand contentement d'ung papier qui m'avoit esté donné par ung religieux de l'ordre de Sr Benoit, filz d'un gentilhomme milanez nommé LeonardoTurriano, qui est mort il y a 12 ans, ingénieur mayor de Portugal et de Castille, grand mathématicien et fort renommé en toute l'Espagne» -de este breve encuentro con Fray joào Turriano no sólo se confirma la fecha de la muerte del padre en 1629, sino el hecho de que su hijo alardeara de la posesión de «papeles» suyos, relativos, por cierto a las defensas del reino, uno de los cuales, de los que remite copia, le fue entregado al rey por medio de Lanier (desgraciadamente perdido)- relata una conversación muy curiosa que había mantenido algunos días antes del día 30 de octubre con su viuda, D^ Maria Manuel, que transcribimos en su integridad: Et depuis, la vefve du diet ingénieur m'a mandé que son mary luy avoit toujours diet qu'il ne voulloit point s'habituer en Castille pour les misères qui s'y debvoient voir inimaginables et que si Dieu n'en disposoit autrement qu'il voyoit par ses spéculations, on y verroit des changements estranges, et pour cest effect, en avoit retiré son domicile des auparavant da mort. Es decir: Turriano no se adaptaba a vivir en Madrid, debido a las «inimagina-

f Sobre el Madrid de los Austrias, la bibliografía es inmensa. Sobre I los aspectos urbanísticos y de la historia de la ciudad, cabe destacar la obra reciente y I excelente de jesús ESCOBAR, La Plaza A4oyory los orígenes del Madrid barroco Madrid, Nerea, 2008. Prefacio de Fernando MARÍAS.

bles miserias» que había allP",y se entrega a «especulaciones» -indudablemente, de carácter astrológico- que hacían prever la aparición de «cambios extraños», por lo que se había retirado a su domicilio poco antes de su muerte; como hemos visto antes, era la realidad. Por lo tanto, el Ingeniero Mayor quiso ir a morir a Portugal, decepcionado del rumbo que estaban tomando los acontecimientos en Castilla y horrorizado por las miserias indescriptibles que allí se veían, y que confirmaban sus horóscopos. Es una lástima que no nos diga, o que no se lo hubiese dicho a su mujer, cuáles eran esos «cambios extraños» que preveía, ciertamente de índole política y social. Una vez más, el anciano Ingeniero Mayor tenía razón. Ante la crisis que se avecinaba, cambió pues su absoluta fidelidad a Felipe IV por el apego a Portugal y el cariño de la familia y los amigos, cambiando nuevamente de domicilio y regresando a Lisboa. Falta por saber que habría hecho si la Restauración, o «aclamación» de los Braganza, se hubiese producido antes o si hubiese vivido algunos años más: ¿se habría adherido al movimiento anti-castellano de 1640, o su dedicación a los Habsburgo hubiera sido más fuerte y se habría retirado a España, tal como ocurrió con tantos otros? Es una cuestión académica y en gran medida, inútil, pero los datos de los que disponemos nos llevan a preferir la primera hipótesis. En este sentido, LeonardoTurriano hubiera sido 199

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Campana para el trabajo de cuatro hombres en el fondo de un río (izq.) y Gran arado de hierro, inspirando en los agrícolas, para la limpieza del río Tajo (dcha.).

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Dos discursos de Leonardo Turriano el primero sobre el fuerte de San Lourengo de Cabega Ceca en la boca del Taxo el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, ff 76 y 58

completamente opuesto a su colega, compatriota y predecesor, Filippo Terzi, con medio siglo de diferencia. De esta forma, se cierra una existencia de casi setenta años, en que más que un hombre, nos ha interesado su obra, tecnológica, literaria y gráfica, y la personalidad sin igual que ella nos revela. «Hombre del Renacimiento», sin duda alguna, como muchas veces ha sido considerado: por su cultura humanística, su amor por la poesía clásica, sus intereses por la historia y la geografía no solamente de Europa, sino de todo el mundo. Y también un hombre moderno, capaz de vivir las dudas y las angustias de su tiempo, como Camóes o Cervantes; y, sobre todo, una gran figura del Renacimiento Tardío europeo en su transición hacia el Barroco, por el enciclopedismo, la verdadera pasión científica, su gusto por las lecturas eruditas, la seducción de la experiencia y las curiosidades y misterios de la naturaleza. LeonardoTurriano fue mucho más que un gran científico: fue un precursor del nuevo método matemático de interpretación sistemática de los hechos naturales por su estricta medición, cálculo y reducción del universo a «leyes generales». El mundo inmediato de la experiencia cotidiana le sirvió de base, como a Kepler o a Calileo -contemporáneos exactos suyos- para la rigurosa observación y comparación de los fenómenos del cosmos, para establecer un conjunto de principios 200

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físicos universales, capaz de fundamentar, explicar y prever la totalidad de la naturaleza, y que en ese momento era único y casi milagroso de superación de la ciencia renacentista. Gracias a una sólida instrucción en geometría y en la mecánica, a su insaciable curiosidad, a la pasión por la realidad concreta, a un enorme talento natural, y a su genio innato-como un nuevo Leonardo Da Vinci- supo elevar los conocimientos empíricos y particulares de los sentidos a una visión teórica del mundo, y volver a él transformándolo con la tecnología. Las múltiples máquinas e ingenios que inventó, las experiencias que llevó a cabo en su industria, el aumento de potencia de los instrumentos de visión y de medida que utilizó, lo llevaron a «especulaciones» capaces de cambiar la faz de la tierra. Pionero de nuevas disciplinas tales como la vulcanologia o la oceanografía, que sólo verían aumentar su importancia tres siglos más tarde, fue, por encima de todo, un profeta de la nueva era. Por lo tanto, merece ser rescatado del olvido al que su ambiente histórico lo relegó y pasar a ocupar de pleno derecho el lugar que debe en la galería de grandes personajes, junto con esas figuras de gigantes que fueron Tycho Brahe, Stevin, Kepler, Galileo, Bacon, hasta Descartes: es decir, los héroes que crearon y fundaron la ciencia moderna.

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«Parente et alìeuo del già messer Janello». Primeras notas sobre Bernardo y LeonardoTurriano

Marino Vigano

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H.NDACION JUANILLO TURRIANO

*Traducdón a cargo de Daniel Crespo Delgado y Luca Boscolo Caporale

Dos ingenieros y un parentesco a debate* «El considerar a Leonardo Torriani, personaje interesante en la Historia de Canarias, pero de la familia aristocrática De laTorre, como pariente y aún protegido de Juanelo -cuando el pobre siempre lo que necesitó fue protección para sí mismo- es erróneo»'. Hace poco más de treinta años, esta afirmación de José Antonio Carcía-Diego parecía dar por cerrada de manera definitiva la tradición, nunca bien comprobada, de un parentesco entre los dos célebres técnicos, ambos «criados» de la casa española de los Habsburgo. Uno, LeonardoTurriano (Cremona ±1559-Lisboa ±1628), reputado ingeniero mayor en el Portugal filipino de finales del siglo xvi; el otro, Juanelo Turriano (Cremona ±1500-Toledo 1585), renombrado relojero, astrónomo e ingeniero de Carlos V y Felipe II en el ducado de Milán y en España'. A partir de José Aparici y Carcía, para quien Leonardo «pertenecía indubitablemente a la familia del célebre maquinista Juanelo Turriano» (1851

varios autores españoles se han referido a

dicha consanguinidad. Un siglo después, en 1942, Dominik Josef Wólfel, comentando la notable Descripción e historia del reino de las Islas Canarias de Leonardo Turriano, señala sobre la cuestión: TIBURZIO SPANNOCCHI, Proyecto de fortificación para Cremona, 1595 y 1596. España. Ministerio de Cultura. Archivo General de Simancas, M P D 7, 117

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[...] SO benissimo che si potrebbe trovare di più se si facessero in Italia ricerche su Gianello Torriani, il più illustre parente, e forse il padre di Leonardo. [...] Forse io stesso o uno dei miei discepoli farà queste indagini; forse le farà un italiano bramoso di rintracciare le orme di Gianello e Leonardo Torriani. [...] Potrebbe darsi che egli sia stato il padre di Leonardo, ma siccome non sappiamo quanti anni aveva quest'ultimo quando dimorava nelle Canarie, non possiamo dirlo con sicurezza. Nel capitolo 26 del manoscritto Leonardo menziona la canonizzazione di Fray Diego de San Nicolás fatta dal papa Sisto V due anni prima; nel cap. 41 dice che l'anno precedente era il 1595. Poi egli riferisce tutta una serie di eventi di cui fu testimonio oculare o contemporaneo che conosciamo anche da altri autori, eventi di cui egli stesso o questi ultimi ci forniscono le date. Ne risulta che Leonardo dimorò nelle Canarie almeno negli anni 1582-1597 e che probabilmente verso la fine di questo periodo compose la sua «Descrittione» delle isole Canarie. Le illustrazioni, col loro testo talvolta molto abbondante e riproducente quanto si dice nel racconto, sono indipendenti e forse hanno preceduto di molto tempo la composizione dell'opera stessa. Se Gianello è veramente il padre di Leonardo, questi non può esser nato a Cremona o altrove in Italia, ma probabilmente a Toledo, ove Gianello dimorò nel secondo periodo della sua vita. Purtroppo non potei fare ricerche nei registri di battesimo di Toledo ed ora le devastazioni dell'ultima guerra civile le avranno forse rese impossibili. In ogni modo è molto probabile che Leonardo sia stato almeno un parente di Gianello, nato a Cremona e venuto in Ispagna per suo invito. Se si parla di Milano come luogo di nascita, ciò si deve al fatto che lo si crede appartenere all'antica e celebre famiglia dei Torriani". Se retoma, portante, el hilo de una relación parental. La afirmación de García Diego también pretende refutar una nota de tipo biográfico introducida por Antonio Rumeu de Armas en una historia de los ataques navales a las Canarias, donde subraya: Pero el que sí debió ser, con casi absoluta certeza, tío de Leonardo, fue el famoso ingeniero, natural de Cremona, Giovanni o Gianello Torriani o de laTorre, conocido en España como Juanelo Turriano. [...] Desde el momento en que sabemos que Leonardo Torriani se hallabaen Alemania al servicio del emperador Rodolfo V de Habsburgo y que Felipe II, apremiado por el problema de la fortificación del reino de Portugal, recién incorporado, reclamó los servicios de Leonardo haciéndolo venir de tan lejanas tierras, no hay que ser zahori para presumir que fue JuaneloTurrianoquien propuso al Rey la incorporación de su sobrino 206

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«Parente et alieuo del già messer Janello»

al cuadro de los ingenieros extranjeros reclutados para tal menester. Además, desde el arribo de Torriani a Portugal se le empieza a apellidar invariablemente Turriano, como a Juanelo, y no con otra variante cualquiera de su apellido, y hasta más lógica, comoTorriano, lo que prueba que se le consideró desde un principio pariente del famoso relojero de Carlos Tras páginas similares de otros biógrafos y conclusiones más o menos matizadas, Leonardo ha sido definido recientemente como «filho-embora natural, pois nao figura entre os herdeiros- do célebre mecánico e relojoeiro de Carlos V, o cremonés Juanelo Turriano» (1988)^ y poco después como «natural de Cremona e filho natural de Juanelo Torriani» (1999)'. Se perfilan, pues, tres posibilidades: un parentesco de carácter indefinido entre Juanelo y Leonardo, afirmado desde principios del siglo xix hasta mediados del xx; o bien una negación de cualquier tipo de vínculo; o, en años recientes, la afirmación de la existencia de una relación estrecha, padre-hijo. ¿Cuál sería la interpretación que más se aproxima a la realidad? No es fácil contestar, porque aunque la bibliografía sobre LeonardoTurriano ya es amplia, no precisa sus orígenes. Incluido por Prospero Peragallo entre los italianos en Portugal (1904)", es citado por Francisco Sousa Viterbo (1922)" y Guido Battelli (1939)'°. Su manuscrito sobre las Canarias es editado por Dominik Josef Wólfel (1940)" y seguidamente por Alejandro Cioranescu (1959)'^ Por otra parte, LeonardoTurriano también es conocido como ingeniero por sus proyectos de defensa de las Filipinas, estudiados por María Lourdes Díaz-Trechuelo (1961)". Rafael Moreira asume el presumible vínculo de filiación con Juanelo (1983)'". El perfil de cartógrafo y naturalista retorna en el trabajo de Fernando Gabriel Martín Rodríguez (1986)", el de «ingeniero mayor» en Livio da Costa Guedes (1988)"'y Carlos Pereira Callixto (1989)''; y en España en Fernando Checa (1989)'". Fernando Jesús Bouza Alvárez señala su presunta filiación respecto a Juanelo (1989)'^ Margarida de Magalhaes Ramalho publica diseños para la defensa de Cascaes (1990)^", Joao Rocha Pinto expone su relevancia para la historia de la isla de Madeira (1990)^', Alicia Cámara Muñoz analiza su proyecto de navegación del río Cuadalete (1991)^^ A continuación, Rafael Moreira edita dos discursos: el primero sobre la fortaleza de San Lorenzo de Cabeza Seca, el segundo sobre la limpieza de la desembocadura del Tajo (1992)". Su influencia en la ingeniería española es abordada por Diego Suárez Quevedo (1993)^", su obra como cartógrafo en Canarias es retomada por José María Pinto y de la Rosa (1996)". Rafael Moreira'" y Alicia Cámara Muñoz (1998)" se refieren a sus opiniones sobre la navegación del Tajo, sus inquietudes naturalistas se reencuentran en los estudios de José Manuel Azevedo Silva (1999)2" y Alicia Cámara (2000)". Diego Suárez Quevedo (2004)^" y David Buisseret (2005)^' reconsideran la contribución de LeonardoTurriano a la cartografía «canaria». Alicia Cámara pone de 207

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relieve la innportancia del filón de los ingenieros de Felipe III, menos explotado hasta la fecha por los estudiosos que el de Felipe II (2006P. Diego Suárez Quevedo analiza la marginalia de LeonardoTurriano en un texto de escultura y pintura renacentista (2006)" y sus propuestas de canales y fortificaciones en la Península Ibérica (2007)^"; Salvenrico Massa vuelve sobre el álbum de las Canarias (2007)^'; Alicia Cámara publica sus proyectos para los presidios castellanos en África septentrional (2008)^'. En algunos de estos estudios, Leonardo se relaciona con la familia del celebérrimo Juanelo, cuya biografía, a su vez, presenta lagunas y merece profundizarse.

Elementos historiográficos sobre Juanelo Turriano Para clarificar en lo posible la cuestión de la presunta consanguinidad padre-hijo entre Juanelo y Leonardo, abordaremos en este momento un perfil del primero. Tal esbozo será necesariamente sintético, ya que la vida del relojero y mecánico conocido como Juanelo (en la documentación italiana Giannello o Leonello sin más) «Torriani» resulta difícil de reconstruir. A pesar de las investigaciones llevadas a cabo en Italia - nación de origen - y en España-tierra a la que emigró - las fuentes se han revelado parcas de noticias. Así, la vasta bibliografía disponible - una setentona de títulos entre libros, ensayos, artículos - y las pocas cartas conservadas, deben acompañarse de las referencias que realizaron autores coetáneos. Identificadas la fecha de su nacimiento en Cremona, retrasada hasta 1500 por la historiografía reciente", y la de su muerte en Toledo e l i 3 de junio de 1585, segtjn una nota de Esteban de Caribay y (^amalloa^®, su trayectoria entre CreBusto de Juanelo Turriano, hacia 1560. Museo de Santa Cruz, Toledo

mona y Milán está jalonada por contados hitos documentados con certeza. En actas oficiales se ha hallado su apellido verdadero, «Torresani», y quién fue su padre. Dos protocolos del notario cremonense Giovanni Maria Ariberti de 23 de junio de 1520-en concreto una Carta emptionis^^ y una Carta /ocaí/on/s""-confirman el patronímico del ingeniero, hijo de «Girardus de toresanis fq. Jannelli», y, por tanto, la transmisión familiar del nombre «Giannello». Otras dos actas Ariberti registran, el 23 de abril de 1523, la donación de una porción de terreno con casa a «girardo de Toresanis fq. Jannelli»"', y el 13 de mayo de 1523 la venta del mismo de parte de «ghirardo de torexanis fq. Jannelli»"^ Segijn otros tres protocolos Ariberti, el 12 de marzo de 1524 «Girardus de toresanis fq. Jannelli» adeuda el alquiler de un molino"^; el 11 de marzo de 1529, «gherardus de Toresanis fq. Jannelli» promete pagar una cierta suma de dinero""; y el 21 de mayo de 1529, «Girardus de Toresanis fq. Janelli» resulta haber saldado su deuda de marzo de 1524"'. En cuanto a nuestro Juanelo, en dos actas Ariberti, el 14 de marzo de 1530 aparece la declaración de la constitución 208

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de la dote de «d[omina] Antonia de Segiella fq. B[er]nardini», mujer de «Janelli de toresanis filij separati gherardi»"^; con la consiguiente certificación de recibo de la misma dote, con el encabezamiento «Janellus de toresanis filius Separatus gherardi»"'. Otras dos escrituras, de Giovanni Pietro Allia, comprometen el 25 de julio de 1535 a «mjagiste].'Janellus de Toresanis orolog[iar]ius fq. gherardi» a instruir en su arte a un aprendiz durante dos años""; y el 10 de abril de 1537 a suspender el aprendizaje durante seis meses, para retomarlo en octubre por los nueve meses sucesivos, disponiéndose que el aprendiz «ad standujm] et habitandu[m] cum d[ict].° m[agist]."'Janello»"^ En el ámbito profesional, los Libri Provisionum de la catedral registran cuatro disposiciones: el pago de 15 liras imperiales al «mjagistj.'"Janello de toresanis» por «adaptandi seu reforman[d].', oroloia existentjes] sup[er] turratio» de Cremona (6 de julio de 1529)™; 22 libras al «s[upra]s[crip]to M[agist].'° Janello» expedidas «ad b[e]n[e]ficium p[redic].'=fabrice» (25 de febrero de 1534)='; 22 liras y 16 sueldos y 22 liras en favor de «s[upra]s[crip]ti Janelli», por «faciendi vsidos seu portellos ad baptismum positjum] ijnj baptisterio» (4 de abril de 1534)"; la gracia de 40 sueldos a «Janello de toresanis», última orden, por su obra «adaptandi orologiuím]» (22 de septiembre de 1534)". Hacia 1539 se traslada a Milán, apareciendo en otras órdenes de pagos: el 1 de abril de 1544 por «star' presso l'exercito de s.[ua] m[aes].'= in Piemonti»'"; el 19 de junio de 1545 por «vna sua andata alla Corte di Sua M[aes].'"»"; el 19 de abril de 1547 «à bon cjonjto del horologio, q[u]al ha da fare p[er] la mlaes].'" Ces[are].=»'"; el 12 de agosto de 1547 «à bon cjonjto del' horologio, che gli com[mIandamo fare»"; el 11 de febrero de 1548 por «l'oro de indorare, et l'argento che va al horologio»'®; el 30 mayo de 1548 por «l'horrologio fa per la M[aesJ.''^ Cesjare]."»'^; el 11 de octubre de 1548 por la «fattura del horologio fatto per Soa m[aes]."'»''°. En relación a un reloj, el gobernador Ferrante Gonzaga escribe el 20 de febrero de 1549 que lo «racconcierà MjaestJ.'^" Giannello»"^'. El 22 de enero de 1550 fue elegido abate del paratico, esto es, máximo responsable del gremio de herreros {Fabbri Ferrai), tal como se deduce de una escritura del notario Giovan Antonio Crivelli"'; por otro lado, de una escritura, actualmente perdida, de Dionigi Allegranza fechada el 23 de mayo de 1550" -con copia, así mismo perdida, en la BibliotecaTrivulziana- «Magister Janellus deTorrianis» resultaba tener en su taller de Porta Nuova un discípulo «ad adiscendum artem, et exercitium conficiendi orologios, et ad laborandum in apotheca dicti domini lanelli»"". El 12 de agosto de 1550, se emite una orden para proporcionarle una suma adecuada por el viaje «per conferirse Jn augusta, et portar l'horelogio, che gl'hauemo fatto far per la M[aes]." Ces:[area]»"', y otra el 3 de octubre de 1550 para «ritornare Jn mii]l[an]o co' l'horologio et finirlo»"". El contrato de alquiler de una casa en Porta Romana, encabezado por «D. leonelly deTorrianis fq. d. girardi p[orte] njoue] p[arochie] sjanctij benedicti», aparece en una escritura de Giacomo Antonio Carcani del 10 de noviembre de 1550"'. Del mismo modo, se documenta un pago seguido del nuevo domicilio «a dlomijno leonello deTorrianis fq. 209

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ANTOINE LAFRÉRY, Vista de Milán, 1573. Biblioteca Nacional de España

d. girardi p[orte] r[omane] plarochie] s[ancti] nazarij jn brolio» el 13 de febrero de 1551 en una acta del mismo Carcani"». Dos pagos, el 22 de noviembre de 1550 por «finir' l'orologio di Sua m[aes]."'»''' y el 20 de mayo de 1551 por «portar il Relogio a S.[ua] M[aes].'=»™, anteceden a un diploma con el cual el emperador le concede, desde Innsbruck, el 7 de marzo de 1552, una pensión anual de 100 escudos de oro a pagar en cuotas trimestrales; pensión confirmada por el Senado de Milán y por Carlos V mediante decreto de 7 de abril de 1552''. «M[aest]." Cianello» aparece en una carta de 30 de marzo de 1552 de Leone Leoni a Antoine Perrenot, obispo de Arrás y presidente del Consejo de la Corona". El 5 de diciembre de 1552, en las actas del notario Battista Rozzi se anota una venta y alquiler de una propiedad de Battista Mazenta aTorresani". En un despacho dirigido al gobernador de Milán, Ferrante Gonzaga, el 31 de diciembre de 1552, el emperador Carlos V ordena que se satisfaga a «Mfagistj.™ JanelloToriano» la pensión de 100 escudos de oro que le fue asignada en marzo'": siguen dos órdenes de pago del 28 de febrero de 1553 «per soa penslionj." del anno pjresejnte»", y del 23 marzo de 1553, «p[er] la detta sua pensione d[e]l anno pjresejnte ch[e] finirá al vlt[im].° xbre pjrojssimo anuenir'»'". En carta a Gonzaga fechada el 22 de agosto de 1553, el responsable de las Entradas ordinarias, Francesco Crasso, le comunica con insistencia que «uoglia Solecitar' M[agist]."JaneIlo orologiero, ad andar a la corte, con certo altro officiale, et vn orologio p[er] 210

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Sua M[aes]."», señalando la necesidad de que «se le diano denari p[erj el viaggio, a conto de la sua pensione ancor' anticipatam[en]te»''. Sin tardanza, el 25 de agosto de 1553, el gobernador dispone respecto al viaje de «Mjagist]." Gianello horologgiero à la corte dimandato da sua MlaesJ.'"» que «si le dijno i cento scuti per lo viaggio»'®, firmando el 26 de agosto de 1553 la orden «di pagar à mlaest].™ Janello Orologiaro» los 100 escudos citados"; otra manda, del 21 de enero de 1554, certifica el pago de su «pensione del anno p[resejnte che finirá al' vitimo xbre pross[im].° auenire»"". El emperador Carlos V se dirige entonces a Franceso Crasso, el 13 de febrero de 1554, «embiando à mandar à maestre Juannello Turriano nos trayga el relor grande que el hizo» y de «proueerle de dinero para ello»®'; Crasso comunica a Gonzaga el 24 de febrero de 1554 que «per hauersi di partire Mjaes]."" Janello frà doi ò tre giorni», y puesto que «con esso m[aestj/° Janello hauerà d'andar ancora m[aestl/° Jacobo da trezzo che hà fatto la balla di Cristallo», debe pagaHes 150 escudos®'; y el 27 de febrero de 1554, «circa il particolare di l'horologgio», el gobernador aprueba un anticipo en efectivo, «et l'ordine, et prouisione anchora»®^ Una carta de Marco Antonio Patanella a Antonio Perrenot de Granvelle, fechada en Milán el 3 de marzo de 1554, confirma que «M[aest].'° Giannello e Mjaest].'" Jacomo Trezzo» habían partido el día antes®". En la envoltura de un despacho real, perdido, del 3 de octubre de 1555, aparece la orden de Felipe II, desde Bruselas, dirigida a Fernando Álvarez deToledo, 111 duque de Alba, para que «venghi soddisfatto Mastro Genelo di quanto risulterà andar creditore pier] la pensione di cento scudi annui»®', mientras que un despacho real sucesivo, más largo, de Felipe II fechado el 29 de diciembre de 1555, adjunto a una orden, prueba que «M[agistI.'°JanelloTorriano» se encuentra en Milán con licencia, se le reclama en Bruselas junto a Leoni y «todas la p[ro]uisiones q.[ue] hara hecho assy de cristallo, como délo demás q.[ue] es neceSlariJ." para acabar sus obras», concediéndosele «todo lo que se les deuiere de sus pensiones», además del «dinero necel?i[arij.°» para un viaje confortable. La orden adjunta del 10 de febrero de 1556, le asigna 75 escudos para el trayecto®", otras dos, una del 15 de enero de 1556,100 escudos por el «pagamento ijnjtegro di tutto l'anlnjo 1555»"', y la segunda, del 17 de enero de 1556, otros 25 por el «pagamento di ottobre Noue[m]bre et Decembre pross[im].° passato», esto es, de 1555®®. El 10 de enero de 1556, con escritura del notario Battista Rozzi, adquiere una propiedad a Battista Mazenta®'; el 12 de febrero de 1556, el condottiero Giovanni Battista Castaldo cita juntos a «lione aretino et mast[rj.° gianello» en una carta a Antoine Perrenot de Granvelle''"; el 9 de marzo de 1556 nombra procurador, con acta de Battista Rozzi, a su yerno Orfeo Diana, marido de su hija Bárbara Medea". Parte, pues, para los Países Bajos dejando todas sus ocupaciones precedentes si el 16 de mayo de 1556 Gonzaga debe insistir a Annibale Litoifi, embajador de Mantua en Bruselas, que «tórnate à ricordare à m[aestj.™ Gianello la risposta de la Ijettejra, che io gli scrissi», o «quel che egli si risolue di fare intorno à quel mio 211

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horologio»''^ Leoni se ocuparía de recordar aTurriano el encargo de Ferrante Gonzaga, según manifiesta una carta de aquél al gobernador, fechada en Bruselas el de 13 junio de 1555, en la que el escultor afirma que «subito trouato il tanto obligato a V.[ostra] Ecc[ellenz].= Janello lo feci capace che ogni altra cosa eccetto quel che usa con lei far douerebbe»'^ Leoni, el 1 de agosto de 1555, lamenta a Gonzaga que «questo bue in forma humana mi odia», si bien, señala, «la placai qua[n]do un tratto quella lo uoleua far por prigione, et morendogli il figliuolo gli ma[n]dai vinticinq[ue] scudi che no[n] ui era doue sepelirlo»'"; en su respuesta, Gonzaga bosqueja el carácter de Juanelo, una firme e inflexible obstinación: «gl è vn' homo, ch[e] vi vorrebbono b[e]n de i ricordi, et de gli sproni, p[erj farlo far cosa di ch[e] egli no[n] habbia voglia»''. El resto de su trayectoria biográfica se deduce a partir de 150 documentos castellanos ya publicados"", mientras que las notas reunidas por los biógrafos modernos se refieren más bien a antiguas tradiciones no documentadas, aunque recogidas en obras desde mediados del siglo xvi a principios del xix. Luis de la Escosura y Morrogh (1888)", Francisco Rodríguez Marín (1917)'», Luis Montoto y Rautenstrauch (1922)", Miguel Herrero García (1928)'°°, José Cristóbal Sánchez Mayendía (1958)"" proporcionan breves reseñas de dichas fuentes. La obra mecanografiada Fonti antiche per Janello Tornano, de Francesco Maria Liborio (1981), en la Biblioteca Statale di Cremona, aunque incompleta, resulta indispensable para, al menos en parte, revisar dicha corriente hi storiogràfica ya clásica"'^ Cotejando las escasas fuentes primarias, las tradiciones publicadas durante la vida de nuestro protagonista y tras su muerte, y algunas conclusiones extraídas de la historiografía mejor documentada, se pueden resumir algunos elementos biográficos verificables del periodo «italiano» de Juanelo, a la espera de hallazgos archivísticos posteriores, harto dificultosos pero no imposibles. JuaneloTurriano o Giannello Torresani nace, hacia 1500, en Cremona -y no en el condado como ha deducido alguno- de Gherardo di Giannello, de la vecindad de San Silvestro, un pequeño propietario de tierras y arrendador de molinos, de bienes modestos aunque no exiguos. Manifestando un ingenio precoz, el joven Juanelo aprende, probablemente de su conciudadano Giorgio Fonduli -físico, matemático y astrólogoalgo más que simples rudimentos teóricos aplicados al trabajo de ingeniero, herrero, constructor de astrariums, esferas armilares, relojes, autómatas y máquinas. D e 1529 a 1534 es citado con el título de «magister», esto es, artesano formado, en los libros de obra de la catedral de Cremona, siendo pagado por su intervención en dos relojes situados en el célebre «Torrazzo» y por su realización de las puertas de la pila bautismal. En 1530, viviendo en el barrio de Santa Ágata se casa en edad ya no juvenil -tal vez por sus rasgos «rudi, informi atq[ue] agresti»'°^ seguramente compensados por una fama y una prosperidad económica creciente- con Antonia de Segiella, citada con el título de «domina», hija de Bernardino y Tommasa de Restelli, recibiendo primero como dote 50 liras, luego otras 212

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150 de las cuales 50 en efectivo y 100 en bienes («in rebus et robi»); hacia 1531 nace su hija Bárbara Medea, a la que sigue un «figliuolo», al que hace referencia Leoni, fallecido en Milán. En 1536, habiendo muerto en el Ínterin su padre y habiéndose mudado al barrio de San Próspero, se compromete a tomar como aprendiz por dos años a Giovan Francesco Botti, hijo de Marsilio, para enseñarle el arte de la relojería; en 1537, y de acuerdo con éste, suspende el aprendizaje por seis meses para retomarlo durante los nueve siguientes. El encargo que lo llevará a la corte -restauración y copia del reloj astronómico o astraríum de Giovanni Dondi- se produce en este momento'". Francesco II Sforza regala el instrumento, «per incuriam marcescentem» en la biblioteca del castillo de Pavía, a Girolamo Cardano, quien lo vende, «viginti talentis aureis venditum fuerat ab authore», a Carlos V, siendo conocida la maníaca pasión que el monarca sentía por los relojes. Este traspaso coincide con su estancia en Bolonia (5 de noviembre de 1529-23 de marzo de 1530) para su coronación imperial: «Anni Millesimi & quingentesimi, circa annum Vigesimum nonum, quo Carolvs Qvintvs B o n o n i ^ Imperialem Coronam suscepit», apunta el historiador Bernardo Sacchi"". Según los indicios que proporcionan Cardano y Willem Snouckaert, biógrafo de Carlos V, el emperador lo adquirió en ese momento, no posteriormente a su visita de Pavía en 1533, y ordena repararlo, comprometiendo a Turriano a estudiar el antiguo mecanismo, por él efectivamente recompuesto- «Janelli Cremonensis industria instauratum», «lanellus in integru[m] eam restituit» -explicado en detalle a su amigo Cardano- «illius structuram diligentissime litteris mandauit» -y restaurado después con varias mejoras- «Cuius exemplo aliam Carolo Quinto Caesari ita construxit».

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LUIS MASSON, Ruinas del artificio de Juanelo Turriano (antes de 1868), fotografía. Real Academia de Historia

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De este modo, en 1538, Carlos V, ciertamente, se deshizo del antiguo astrarium: «cum instrumentum nobile motus omnium Astrorum affingens, illustrissimus Princeps emisisset»""". El periodo de siete años de recomposición del reloj astronómico de Dondi (1530-1537) vendría confirmado por las notas sobre Carlos V de Snouckaert, acerca de la obra «quod lanellusTurrianus Cremonensis illi faberrimè septenniò confecit»"". En este punto, los apuntes concernientes a 1538 de Cardano, aparecidos en el Libellus De libris propriis (1544) e inéditos en el Liber de libris propriis (1550), resultan fundamentales; tanto más significativos porque provienen de un testimonio directo, de un erudito en contacto con Turriano. De hecho, tras su traslado a Milán en torno a 1539, alcanza por vez primera la corte imperial en Worms en 1545 y a su vuelta Ferrante Gonzaga, gobernador de Milán desde 1546, le incita a acabar el astrarium que sustituya al de Dondi. De ahí, por tanto, los pagos de 1547 y 1548, su viaje previsto a la corte en 1549, sin duda para entregar el reloj y, liberado del gravoso encargo del astrarium, su dedicación a la realización de una esfera armilar, conservada, con la inscripción «lANELLVS * 1549 * MEDIOLANI»""'. Encontramos otros indicio de su cambio de acti-

vidad en Cardano: si en la edición de 1551 de su De Svbtilitate Libri xxi, apenas se refiere a la actividad de relojero de Juanelo"", en la de 1554, fechada «xi. Calendas Maij, anno M.DLII. Lutetiae, in itinere», esto es en 1552, no sólo describe a grandes rasgos el astrarium sino que hace mención a su «Sera que sub quocunq[ue] nomine claudi potest», cerradura con una combinación de siete letras del alfabeto, con toda probabilidad elaborada entre 1550 y 1551 ción como abate delparatico,

Le sigue en 1550 su elec-

o sea, justamente presidente del gremio de herre-

rros -en lo que puede verse un reconocimiento indirecto a la excepcional empresa del astrarium- el viaje a Augsburgo para presentar el reloj a Carlos V, ansioso de verlo, aunque incompleto, tras cuatro años de haberlo comisionado, su vuelta a Milán para finalizarlo, su traslado de Porta Nuova a Porta Romana y su tercer viaje a la corte en 1551, donde se le gratifica con la pensión anual de 100 escudos de oro a principios de 1552, Vuelto a Milán ese año, adquiere una propiedad, trabaja en el reloj conocido como Cristalino, realizado en 1552-53, parte para Bruselas en 1554 con el escultor y orfebre milanés Jazopo Nizzola, «Jacopo daTrezzo», autor de la «palla di cristallo di montagna che u'andaua in cima in forma del mondo, tutto cosmograficamente intagliato, diuiso, compartito, & segnato», según el testimonio de Gasparo Bugati; un ingenio tan extraordinario como para ser presentado «prima che lo portasse in Ispagna» a personalidades relevantes, mostrándolo, por ejemplo, «ad alcuni Ambasciatori»"'. Tras una breve estancia en Milán con licencia, es vuelto a llamar a finales de 1555 a Bruselas, y allí se dirige -habiendo regularizado sus propios asuntos, hecho testamento y nombrado procurador - en los primeros meses de 1556. Y según anota el condottiero Giovanni Battista Castaldo a quien su mujer Santippa martiriza con reproches por no haber obtenido el Toisón de Oro-también Turriano parte acosado por los lamentos de su consorte: «mi 214

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trouo uenirmene co[n] lione aretino et mast[r].° gianello ch[e] sfugono anchor loro lire delle moglie». El 8 de agosto deja con el emperador la capital de los Países Bajos, el 15 de septiembre se embarca en el puerto de Vlissingen, el 26 arriba a Laredo; el 6 de octubre se detiene en Burgos, alcanza Valladolid el 13, el 21 Barco de Ávila, el 10 de noviembre Jarandilla de la Vera. Ahí permanece del 12 de noviembre hasta la finalización de los trabajos en el palacio de San Jerónimo de Yuste, en el que el emperador vivirá del 3 de febrero de 1557 al 21 de septiembre de 1558; aquí Carlos V inicia su último viaje, y Juanelo Turriano su trayectoria «española».

Tres parientes de una «famiglia allargata» ¿Qué datos familiares nos proporcionan estas notas? ¿En qué momento la biografía de LeonardoTurriano (Torriani) pudo haberse entrecruzado con la de Juanelo? Hemos visto que Juanelo, aproximadamente, vivió en Cremona entre 1500 y 1538, en Milán de 1539 a 1556, exceptuando sus estancias en la corte en Alemania. Marchó a Yuste, y muerto el emperador en 1558, se estableció en Toledo. Un parentesco paterno-filial, por tanto, debe excluirse incluso por mera lógica. Nacido hacia 1559, Leonardo ni siquiera lleva el apellido de Juanelo «Torresani». Ciertamente, Juanelo, tal como resulta del despacho de Castaldo, al partir hacia Flandes, deja a su mujer en Milán, huyendo con Leone Leoni del enfado de las respectivas consortes. Antonia de Segiella, por otro Jado, no tiene menos de cincuenta años en ese momento, y los cónyugues - siempre según la documentación - únicamente han tenido dos descendientes directos: Bárbara Medea y el «figliuolo» fallecido antes que el propio Juanelo y enterrado con el dinero prestado por Leoni. ¿Sería, pues, Leonardo un «filho natural de Juanelo Torriani», tal como escriben algunos autores? ¿Pero nacido dónde? ¿En Milán, de una mujer desconocida, entre 1539 y 1556? ¿En Toledo después de 1558? La segunda opción parece improbable ya que significaría haber sido concebido por un anciano de sesenta años. En el primer caso, hubiese alcanzado en Castilla en 1583 a su decrépito padre natural a las puertas de su fallecimiento. Difícil, pero no imposible. Sin embargo, ¿descendiendo de un personaje defama europea como Juanelo Turriano, por qué no utilizar su apellido? ¿Por qué no reivindicar su ascendencia, en una época en la que la filiación natural no era, ni mucho menos, inconveniente desde un punto de vista social? Por fortuna, la cuestión se resuelve gracias a un documento en el que Leonardo acredita su verdadero linaje. El 1 de junio de 1588, en La Laguna (Tenerife), registra ante el notario Benito Ortega un acto por el que autoriza a «Geronimo rresta ytaliano rresidente en la uilla de Madrid y a fran[cis]." de cueuas V[e]z[inJ.° de la Ciudad de Burgos» para recibir los bienes que «pertenecían a Berinar].''" toríany mí p[adr].= díf[unct].° V[eIz[ínJ." q[ue] fue de Milan y a mi me pertenecen como Su hijo leglitimj." y Vniuersal hered[er].°»"'. El ingeniero de Felipe II, por tanto, se proclama hijo y único heredero de Bernardo Torriani o Turriano. No nació «presso Milano», como puede leerse en una 215

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sorprendente introducción al libro de Leonardo'": es sabido que «vezino» significa «ciudadano», con pleno derecho de ciudadanía. Lo que plantea otra pregunta: el título d e su tratado d e las C a n a r i a s es Alia maestà ne et Historia

del Regno

loro fortificationi

del Isole Canarie

di Leonardo

Torriani

del Re catolico

già dette le Fortvnate

Cremonese''*.

Descrittio-

con il parere

delle

A p a r e c e , por consiguiente,

una contradicción entre la ciudadanía del padre, Bernardo, «vezino que fue de Milan», la propia declarada en el mismo documento «yo Leonardo toriani yngeniero De su maglesta].''. Natural milanes Ríresident].® al pres[ent].= en la ysla de ten[erif].=» -y la indicada en el tratado- «Cremonese». Alejandro Cioranescu ya intentó poner remedio a tan equívoca cuestión: Lo más probable es que haya nacido en Cremona, dada la calidad que afirma en el mismo título de la obra que aquí publicamos. La calidad de milanés, con que consta en el documento que más arriba se menciona, así como en otro documento, publicado por

SOUSA VITERBO,

Dic-

cionario, vol. Ill, pág. 147, no es contradictoria con la anterior. La ciudad de Cremona pertenecía, en efecto, al dominio de Milán; y una persona natural de Cremona, como suponemos lo era Leonardo Torriani, era milanesa para efectos jurídicos, como los que se persiguen en los documentos mencionados. Sin embargo, el hecho de que el padre de Leonardo haya vivido y fallecido en Milán no excluye de plano la segunda posibilidad"'. La interpretación, sin embargo, no parece del todo correcta a la luz de las fuentes y de los usos de la época. La explícita calificación de «Cremonese» nos remite, sin duda, a un origen, si no a un nacimiento, en Cremona. La ciudadanía de Bernardo, transmitida también al hijo Leonardo, alude más bien a una concesión mediante decreto real, transmisible a los descendientes. Lo probaría, por poner un ejemplo, la coetánea al célebre ingeniero militar Giorgio Paleari Fratino, nativo del arrabal de Morcote, bailía de Lugano, una de las ocho jurisdicciones de los Cantones de la Confederación Helvética en Lombardia: también en este caso, desde luego, el derecho es requerido para «eiusqjue] filios», con ei objetivo que «ipse supplicans etfilij contrahere, distrahere acquirere, emere uendere alienare, et caetera ojmnjia facere, agere, et exercere possint, tam in iudicio quam extra, quemadmodum ueri incolae Ciues, etoriginarij predictae Ciuitatis possunt»"". No debió ser distinto el caso de Bernardo Turriano, evidentemente cremonense si el hijo se define como tal, aunque recompensado con la ciudadanía hereditaria milanesa. En este punto, resta resolver el enigma planteado por Cioranescu: «No podemos afirmar si hubo algún parentesco entre Juanelo y Bernardo. Esta relación es naturalmente posible, y hasta cierto punto probable; pero también es posible que este parentesco sea muy lejano, dada la gran cantidad de Torriani o Turianos que encontramos en Cremona y en Milán, a partir del siglo xiii»"'. Pues 216

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bien, sí existe una relación. En el curso de las investigaciones llevadas a cabo para la confección de este trabajo, se han examinado diversas fuentes para certificar la existencia aun de las más tenues relaciones, y una nota de Ercolano Marani nos ha encaminado hacia dos documentos decisivos e inéditos"". El 28 de agosto de 1578 muere en Mantua el arquitecto Giovan Battista Zelotti y los Gonzaga buscan reemplazarlo. El 24 de septiembre la cancillería ducal se dirige a Ludovico Ferrari y a GiulioTrecco, en Cremona: 1578: 24: 7bre Jlljustrissi].'"" SíignJ.""" mio oss[eruandissi].'™ Essendo stato proposto à S.juaJ Alt[ezz]." per suo Architetto et ingegniero ms. Bernardo Torriano Cremonese parente et alieuo d[ell già ms. janello la Altjezzj." S.[ua] mi hàcom[m]esso ch'io scriua àV. jostra] S.[ignoria] p[er] hauer minuta ¡nformat[ion].'' dà lej circa tutte le qualità Sue, però p[re]goV.jostra] S.[ignoria] ad auisarmi ch[e] homo egli sia di ch[e] ualore et isperienza di chje] età s'è sano, s'è rico ò, pouero, chi hà s[er]uito sin hora, s'è di buoni costumj, et seV.jostra] S.[ignoria] non n'è informata à pieno di gra[zia] ella se ne informi et me ne dia minutiss[im].° raguaglio, con che p[er] fine àV.[ostra] S.[ignoria] bacio le mani racc[omandando].''= in gra[zia] Di Gonzaga à 24 di 7bre 1578"". La carta es explícita: antes de contratarlo como su «Architetto et ingegniero», el duque Guillermo I Gonzaga desea noticias de «BernardoTorriano Cremonese parente et alieuo del già ms. Janello». Bernardo no sólo es definido como pariente, sino también como discípulo del célebre Juanelo; y cremonense, ya que la información es solicitada a Cremona y no a Milán. Tras dos días, el 26 de septiembre, Giulio Trecco contesta a la cancillería ducal: 1578. 26. 7b[r].= JII[ust]."=S[igno].' mio oss[eruandissi]."™ Questa mattina per tempo ho receuto la gratissima de V. [ostra] S.[ignoria] Jll[ust]."-" delli 24 del corrente et uisto quanto in essa mi comanda circa al pillar informatione de Ms. bernardoToriano qual dice esser statto proposto p[er] ingegniero a S[ua] A[ltezza] il qual p[er] quanto mi uiene significato dal S[igno].' Gio' battista lamo qual era maestro di casa della bona memoria del Conte brocardo persico il qual lo ha conosciuto in Spagna in casa de Ms. Janello et fori in altri luochi dice che no[n] e homo di eseguir le cose che propone si p[er] la sua poca esperienza nel suo esertitio si ancho p[er] la instabilita sua ne ho poi dimandato il S[igno].' Ciò' battista persichello et S[igno].' Gio' battista ali quali pratticauano intrinsechame[n]te in casa di detto Conte il qual uolse far proua se costui li bastaua l'animo di far una balissa come fece Janello il qual tolse il carico di farla ma nojn] riusi p[er] quello mi dicono detti il S[igno]." ho poi parlato ad altri artefici parenti di Già Ms. Janello li quali 217

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Marino Vigano

in summa mi concludeno che no[n] e di tanto ualor quanto egli si presume et che e instabile che no[n] ha fatto riusita alcuna ne a turino ne a parma ne piacenza in Cremona egli no[n] e statto adoperato in cosa alcuna saluo in far una fontana dal S[igno]/ Ciò' fran[ces]." Stanga la qual no[e] e riusita e uen che e cosa di poca spesa et p[er] concluder breuemente il tutto dico a V.[ostra] S.[ignoria] che l'amico e de etta de qua[ra]nta in quarantacinque anni bello parlatore instabile et no[n] molto sufficiente superbo et pouero et di presente sta a monticelli nel piacentino questo e quanto sin hora ho potuto trouare se trouaro cosa in contrario ne hauisaro subito V.[ostra] S.[ignoria] p[er] homo a posta et si mi conose atto in cosa alcuno p[er] seruitio di S[ua] A[ltezza] et di lei la prego a comandarmi senza alcuno mio risparo con che aV.[ostra] S.[ignoria] di core basio le mani et le prego da N[ostro] S[igno]/felicita et co[n]tento como desidera da Cremona il di 26 Settembre 1578. D[i] V.[ostra] S.[ignoria] Jll[ust].'= Affett[ionatissi]seruit. [ore] Giulio treccho'^" Este despacho también resulta de interés para establecer las relaciones entre Bernardo -y por consiguiente Leonardo- con Juanelo. Las noticias remitidas desde Mantua se deben a Giovanni Battista Lami, «maestro di casa della bona memoria del Conte brocardo persico il qual lo ha conosciuto in Spagna in casa de Ms. Janello et fori in altri luochi», a Giovan Battista Persichello y a Giovan Battista Ala, amigos del antedicho Broccardo Persico, quien habría encargado a Bernardo «far una balissa come fece Janello», pero sin resultados. Por «altri artefici parenti di Già Ms. Janello» se sabe, además, que Bernardo no habría adquirido notoriedad Vista de Toledo con el puente de Alcantara y el Artificio de Juanelo. Hacia 1650. Grabado. Fundación Juanelo Turriano

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FUNDACIO^ JUANELO TURRIANO

«Parente et alieuo del già messer Janello»

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ni enTurin, ni en Parma, ni en Piacenza; en Cremona únicamente se recurrió a él para «far una fontana» -guiño evidente a los proyectos hidráulicos de Juanelopara Giovan Francesco Stanga, pero también sin éxito. A Trecco sólo le queda precisar, en su misiva, que Bernardo, «de etta de qua[ra]nta in quarantacinque anni bello parlatore instabile et no[n] molto suffi-

Carta de CiulioTrecco a la cancellería del ducado de Mantua informando sobre Bernardo Turriano, 26 de septiembre de 1578, Arciniviodi Stato, Mantova, C, E XLIX-3, b. 1694, fase lll/3,n. 518

ciente superbo et pouero», reside en Monticelli di Ongina, en el Piacentino. Según estas noticias, el arquitecto nace entre 1533 y 1538 y vive algún tiempo «in Spagna in casa de Ms. Janello », donde lo conoce Persico. Consejero secreto en el estado de Milán, comisario general del ejército, Broccardo Persico se encuentra, en efecto, en Toledo en agosto de 1561, siendo enviado después por Felipe II en embajada a Pío IV para tratar sobre los donativos a la familia del cardenal Garlo Borromeo. Nada más fácil que entonces visitase a su famoso compatriota Juanelo Turriano, encontrando en su casa a su «parente et alieuo» Bernardo Turriano, aprendiz de una edad comprendida entre los 23 y los 28 años. El conde Persico lo reencontró, ya adulto, «fori in altri luochi» en los que recibió encargos. 219

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Bernardo, portante, se trasladaría a Toledo tras el nacimiento, hacia 1559, de su hijo Leonardo, para aprender de su consolidado pariente juanelo, tecnico de confianza del difunto emperador y en ese momento del rey Felipe II, los secretos de un oficio que anhelaba cultivar con el mismo éxito y, probablemente, para ser introducido en la corte. Senda por la que no logró encaminarse como revela la manifiesta incapacidad demostrada después en la corte de Emanuele Filiberto, duque de Saboya de 1553 a 1580, y en la de Ottavio Farnese, duque de Parma y Piacenza de 1550 a 1586. Un éxito que sí obtuvo el hijo, que llegó a ser nombrado, como sabemos. Ingeniero Mayor. Ciñéndonos a esta cronología, Leonardo -sin duda hijo único de Bernardo, en cuanto se presenta como su «Vniuersal heredlerj."»- nace cuando el padre tiene una edad comprendida entre los 21 y 26 años, algo compatible con las costumbres de la época. Se puede sospechar que Bernardo lo recomendase a Juanelo, vinculado por una relación familiar, tal vez no estrecha pero segura; es posible que Juanelo, que acogió a Bernardo en Toledo y que en ese momento hospedaba a su hija Bárbara Medea, hiciese llamar a España o recomendase a la corte al joven Leonardo, quien con aproximadamente 24 años tendría la misma edad que el padre cuando había emprendido dicho camino. Leonardo, en definitiva, todavía debe investigarse más a fondo: el Archivo de Estado de Milán no ha proporcionado documentación sobre nuestro protagonista; mientras que las actas del Archivo de Estado en Cremona, un océano de legajos, deberían ser registradas de manera sistemática. D e este modo, podríamos contar con los detalles de las relaciones entre las distintas ramas de lo que parece una única familia. Por ahora deberemos contentarnos con la referida vindicación de su ascendencia cremonense y de su indudable parentesco con Juanelo. Sea como fuere, la afirmación de la ausencia de vínculos entre Leonardo y Juanelo está ya rebatida, mientras se confirma la intuición de Wolfel: «è molto probabile che Leonardo sia stato almeno un parente di Gianello, nato a Cremona e venuto in Ispagna per suo invito». Finalmente, la alusión en la carta deTrecco a «altri artefici parenti di Già Ms. Janello» se revela verdaderamente significativa: el relojero de Carlos V cuenta pues, entre Cremona y Milán, con otros familiares más o menos cercanos, activos en las ciencias o las artes. Es conocido el caso del pintor Girolamo Torriani, «pronipote» de Juanelo según los apuntes manuscritos del cremonense Giambattista Biffi, autor de la época de la Ilustración (1780/90), publicados recientemente. Vivió en la segunda mitad del siglo xvi, discípulo de Gamillo Procaccini, activo al servicio de la comitencia pública en Milán, y luego de la privada, aquejado de una depresión «maliconica», se retiró hacia 1600 a la vida religiosa, en la orden de los capuchinos'"'. Todavía podrían aparecer otros parientes de Juanelo entre los Torriani.

220

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«Parente et alieuo del già messer Janello»

Siglas de archivos AHP

Archivo Histórico Provincial, Santa Cruz de Tenerife fondos: AP = Archivos pública;

N = Notariales; ASCM

Públicos;

ose = Distrito

PN = Protocolos

M¡BA

D =

Dicasteri

= IVIiscellanea

Jurium

Bresciani-Arisi;

N

Notarile

Archivio Storico Diocesano, Cremona f o n d o s : FC = Fabbriceria

Cattedrale;

RP = Registri

provisionum

Archivio di Stato, Milano f o n d o s : AN = Archivio

Notarile;

pacci

Lombardi;

Reali;

Registri ASMN

Judiciales;

Archivio di Stato, Cremona =

ASM

DFP = de la Fe i =

notariales

Trivulziana;

fondos: c = Comune; ASDCR

régimen;

de la Laguna;

Archivio Storico Civico, Milano f o n d o s : BT = Biblioteca

ASCR

AR = Antiguo

de San Cristóbal

IL = Indice

della Cancelleria

cs = Cancelleria

di Stato;

di Stato;

N = Atti dei Notai RN = Rubriche

DR = Dis-

dì Milano;

dei

Rcs =

Notai

Archivio di Stato, Mantova fondos: c = Gonzaga

ASP

Archivio di Stato, Parma f o n d o s : ES - Epistolario

BEUM

scelto

Biblioteca Estense Universitaria, Modena f o n d o s : AC = Autografoteca

Campori

BGUC

Biblioteca Cerai da Universidade de Coimbra,

BNM

Biblioteca Nacional, Madrid fondos: M = Manuscritos

BSLCCR

Biblioteca Statale e Libreria Civica, Cremona fondos: M = Manoscritti

PAM

Pinacoteca Ambrosiana, Milano

RAHM

Real Academia de la Historia, Madrid f o n d o s : c c = Colección

RBM

Caribay

Real Biblioteca, Madrid f o n d o s : c c c = Cartas

del Cardenal

Granvela

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giugno», por; BARBISOTTI, «Janello 'Torresani"...», op. cit, p. 258. * ASCR, N, fil. 641 -690 (Giovanni Maria Ariberti 10/4/1508-3/3/1564), fil. 645 (26 marzo 152013 marzo 1521 ), ff. 278v-279. Carta locatlonis facta pfer] díaos D.fominum] Bapt[ist]am de fabagrossis s[upra]s[cript]um

Gherardo de

finis facta pfro] ut Jnfra, « 1529 Jndict[ione] t[er]tia die lune quartodecimo m[en]sis M[ar]tij» [recte 1530], citada en; BARBISOTTI, «Janello "Torresani"...», op. cit, p, 262, ASCR, N,fil,641 -690 (Giovanni Maria Ariberti 10/4/1508-3/3/1564),fil,655 ( r octubre 1529-24 mai7;o 1530), Carta obfliga]t[ion]is

torexanis et M[ar]chlno de cisijs ibi

dfomine] Antonie de Segielia vxorJanelli de

A n [ n ] o Mill[esi]mo

toresanis facta p[ro] ut Jnfra, «Eisd[e]m A u t o r

p[rese]ntibfus],«Eisdem

Jnd[ictione] m[en]sis die et loco factib.» [« 1520 Jnd[ictione] octaua die Sabbati vigésimo t[er]tio m[en]sis Junij»], citado, pero

an[n]oJnd[ictione] m[en]se die et loco ac p[rese]ntib[u]s sub not[ar]io testib[u]s s[upra]s[crip]tis qui dixamus uts[upra]», sólo citada en; BARBISOTTI, «Janello

con fecha errónea «28 giugno», por;

"Torresani".,,», op. cit, p. 262.

BARBISOTTI, «Janello "Torresani",.,», op. cit, p, 258, ASCR, N, fil, 641 -690 (Giovanni Maria Ariberti 10/4/1508-3/3/1564), fil, 648 (23 mai^o 152324 marzo 1524), Carta donationisJntfer]

uluos

Jrreuocabilis facta p[ro] utjnfra, « 1523 Jndpctione] vndecima die Jouis viginti te[r]tio m[en]sis aprilis», sólo citada en; BARBISOTTI, «Janello "Torresani",,.», op. cit, p, 258, ® ASCR, N, fil, 641-690 (Giovanni Maria Ariberti 10/4/1508-3/3/1564), fil, 648 (23 marzo 152324 marzo 1524), Carta cessionis titulo venditions facta pfro] ut Jnfra, «Jn christi No[m]i[n]e...Anno ab Jncarnationem

ASCR, N,fil.699-728 (Giovanni Pietro Allia 12/12/1508-10/10/1560),fil,708 ( 1536-1537), reg,« 1536», foli, 135-136. Corto cfon]uentionu[m] et pactorfum] p[ro] ut Jnfra pfarjtes Jnfrasfcriptas], « 1536 Jndpctione] nona die m[er]curij vig[esim].'' sexto Julij», citada y en parte copiada en; BARBISOTTI, «Janello "Torresani"...», op. cit, p, 262. ASCR, N,fil.699-728 (Giovanni Pietro Allia 12/12/1508-10/10/1560),fil.708 ( 1536-1537), reg. « 1537», ff 20 y v. Carta c[on]vencionu[m] p[ro] et Jnter pfarjtes jnfrasfcriptas],

Aprilis», citada en; BARBISOTTI, «Janello "Torresani' '...», op. cit, p, 263,

eiusdem mill[esi]mo quing[entesi]mo vigésimo t[er]tio Jnd[ictione] vnd[eci]ma die t[er]tiod[eci]mo mensis Maij C r e m o n e » , citada en; BARBISOTTI, «Janello "Torresani",,,»,op. dt, p, 258, ® ASCR, N, fil, 641-690 (Giovanni Maria Ariberti 10/4/1508-3/3/1564),fil,648 (23 marzo 152324 mar20 1524), Carta c[on]uentionu[mJ transactionufm] in paaor[umJ faaor[umJ p[ro] ut Jnfra p[er] Ipttejras Jnfrasfcriptas], « 1523 Jnd[ictione] duodecima die Sabbati duodecimo m[en]sis m[ar]tij» [recte 1524], citada en; BARBISOTTI, «Janello "Torresani",,,», op, cit, pp, 258-259, ASCR, N,fil.641 -690 (Giovanni Maria Ariberti 10/4/1508-3/3/1564),fil. 653 (28 marzo 152824 marzo 1529). Carta p[ro]miss[ionis]

&

obi[ation].° pfro] ut Jnfra v[ideli]z[et], « 1528 Jnd[ictione] s[ecund].' die Jouis vndecimo

" ASDCR, FC,RP

op. cit, p. 259. ® ASCR, N,fil.641 -690 (Giovanni Maria Ariberti 10/4/1508-3/3/1564), fil. 654 (26 marzo 152930 settembre 1529). Carta Confessions et finis facta pfro] ut Jnfra, « 1529 Jndict[ione] p[rim].' die Sabbati vigesi[m]o p[rim].° m[ensi]s Maij», sólo citada en; BARBISOTTI, «Janello "Torresani"...», op. dt, p. 259. ASCR, N,fil,641-690 (Giovanni Maria Ariberti 10/4/1508-3/3/1564),fil.655 ( I ° octubre 1529-24 marzo 1530). Carta c[on]fessionis et

1-2(1519-1538/1538-1552),

reg, I (Liber Provisionum Fabrice Maioris

Ecclesie 1519-1538), f 159, PfroJ

mfagistjr

Janello de toresanis, [Cremona], « D i e

s[upra]s[crip]to» [ « D i e 6 Julij 1529»], sólo en parte y con grafia actual en; E RIGHI, «Janello Torriani, genio del Rinascimento». Sti-enno

dell'A.D.A.RA. per l'anno /995,n°xxxv, 1995, pp. 81 -102, aquí p. 83, LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento,,,», op, dt, p, 131, y BARBISOTTI,

«Janello "Torresani",.,», op. cit, p, 260,

" ASDCR,FC,RP 1-2

(¡519-1538/1538-1552),

reg. I (Liber Provisionum Fabrice Maioris Ecclesie 1519-1538), f 185. PfroJ

Mfagist]."

Janello de toresanis, [ C r e m o n a ] , «die 25 febr[uarij] 1533» [recte 1534], señalado; LEYDI, « U n c r e m o n e s e del Cinquecento...», op. cit, p, 131, en parte y con grafía actual en; B A R B I S O T T I , «Janello "Torresani",,,», op. cit, p, 261,

m[en]sis m[ar]tij» [recte 1529], citada en; BARBISOTTI, «Janello "Torresani"...»,

« 1537

Jnd[ictione] decima die m[ar]tis dec[im].°

"ASDCR,FCRP 1-2

(1519-1538/1538-1552),

reg. I (Liber Provisionum Fabrice Maioris Ecclesie 1519-1538), f 186. Pfro]Janeiio de toresanis, [Cremona], « 1534 die 4 Aprilis», señalado; RIGF-II, «JanelloTorriani...», op. cit, p. 83, sólo en parte con grafía actual en; LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...»,op.dt, p. 131 ; B A R B I S O T T I , «Janello "Torresani"...», op. dt, p. 261. ^^ A5DCR, FC.RP

1-2(1519-1538/1538-1552),

reg. I (Liber Provisionum Fabrice Maioris Ecclesie 1519-1538), f 188. P[ro]Janello de toresanis, [Cremona], «die 22 Sep[tem]bris» FUNDACION

223

JUANELO TURRIANO

Marino Vigano

quingen[tesim],° quinquagessimo primo

[ 1534], en parte y con graffa actual en: LEYDI,

35, fol. [3]. Torriani Leonello q. Gerardo. Elezione

« U n cremonese del Cinquecento...», op. dt, p.

in Abbate delI'Vniversità de Ferrai da Alessandro

Jndictione nona die veneris xiy mensis

Coppa qfuondoj."" Rertino, e Giacomo Vimercati

feb[rua]rlj», citada en: ASM, IL, reg. 213 («Topia-

131 ; BARBISOTTI, «Janello "Torresani"...», op. dt, p. 261. " ASM, RCS, s. XXII, Mandati, r 4 (7 gennaio 154218 dicembre 1545), f. I 17. [/Mondo], « À di p[rim].° d'ap[ri].'° 1544 Jn Ast», con graffa actual en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...», op. dt, p. 133, nota 26. ^^ ASM, CS, b. 57, fase, «aprile-giugno 1545», n. 158. Al mag[ls]trato Donna Maria D'Aragona Marchesa di Vasto, «]n M[i]l[an]o alli 19 di Giugno 1545», en parte y con grafia actual en: LEYDI,«Un cremonese del Cinquecento...», op. dt, p. 133, nota 26. " ASM, RCS, s. xxil, Mandati, r 7 (3 gennaio 154719 aprile 1548), fol. 72. [A4ondo], [Milano], « A xvillj d[ett].°» [aprile 1547], con grafia actual: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...», op. dt, p. 134. " A S M , RCS, s. xxil, Mandati, r 7 (3 gennaio 154719 aprile 1548),fol. I 16v. [Afondo], [Milano], « A xij Agosto 1547», con graffa actual en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...», op. dt, p. 134. ASM, RCS, s. XXII, Mandati, r 7 (3 gennaio 154719 aprile 1548), fol. 203v. [Mando], «A xj feb[rar].° I548jn Mil[an].°», con graffa actual en: LEYDI. « U n cremonese del Cinquecento...»,op.dt,p. 134.

qfuonda]." Donato, [Milano], «22 Gen[nai].° 1550», citada en: ASM, :L, reg. 213 («TopiaTorrizzi»), sin pág. (Torriani Leonello q. G e r a r d o sub notaio Crivelli Gio[va].'" Ant[oni].° q. F[rances].'^°), [Aao], [Milano], 1550.22. Gen[nai].' Elez[ion].' dell'univ[ersi]."

de'Ferrai da Alessland]."

«Mediolani die 30 Maij 1548», con grafia actual en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...».op.dt, p. 134. "ASM.RCS.S.XXII,Mandator8 (18 aprile 154826 novembre 1549), fol. 63. [/Mondo], [Milano], « A di xj ott[obr].''» [ 1548], con graffa actual en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...», op. dt, p. 134.

4.710. y: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...», op. dt. p. 138,

Musis mio seg[reta].'° et Agente carpssi]."",

«Da

Milano à x x di Febr[ar].° 1549», sólo en parte y con graffa moderna en: G. CAMPORI, Lettere artistiche inedite. Pubblicate per cura di G. Campori. Módena,Tipografia dell'Erede Sallani, 1866, p. 49, y LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...», op.dt, p. 135. ® ASM, N,fil. 8.394-8.41 I (Crivelli Giovan Antonio q. Francesco 1514-1562), fll. 8.407 (1/8/1548-17/3/1550), n. 4.710. Electio, [Milano], «Jn N o m i n e D[omi]ni A n n o à Natiuitate Eiusde[m] mill[es]imo quing[entesi].'™' quinquag[esi].'™' Jndictpon]." nona die Jouis xxij m[en]sis Januarij», citada: ASM, AN, RN, cart. 1.830 (Rubrica di Crivelli Giovan Antonio q. Francesco C.341:1 :), fase.

224

G e r a r d o sub notaio Crivelli Gio[va],' Ant[oni].° q. F[rances]."). [Acto], [Milano], 1551.13. Febfrai].' Pagfamen]." V Med[e} • 2.826, y LEYDI,«Un cremonese del Cinquecento... », op. dt, p. 138, nota 40. " ASM, RCS, S. XXII. Mandati, N 9 ( 19 novembre 1549-13 aprile 1552), foli. 130v. [/Mondo],«Alli xxij nouembre 1550 In m[i]l[an]o», citado en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento..,», op. cit., pág. 137, nota 34,

" ASM, N,fil. 8.775-8.783 (Allegranza Dionigi q. Ambrogio 21/12/1517-1/12/1559),acto infra las actuales fil. 8.780 y 8.781 (a 17/9/1531 y de I /6/1551 ), desaparecido antes de 1939, citado en ASM, AN, RN, cart. 137 (Rubrica di Allegranza Dionigi q.Ambrogio C.324:l:),s.fol.

™ ASM, RCS, s. XXII, Mandati, r 9 ( 19 novembre 1549-13 aprile 1552), foli. 175v [Mando], «Ali x x Maggio [ I 5 5 l ] j n M[i]l[an]o»,citadoen: LEYDI,«Un cremonese del Cinquecento,,,», op.dt, pág 140, nota 45,

Convenzioni tra Giacomo Toriani q.fuondam] Girardo, e Gio. Dom[eni]co Badlerio di Ferrara q. Sigismondo, [Milano], « / 550 23 Maggio», sólo citado en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento... », op. d t , p. 152, nota 82. ASCM, BT, cod. 1.824 (Apocalypsis Mediolanensis), f 81 I. [Rogito del notarlo Dionigi Ai/egronzo], [Milán], 23 de malo de 1550, perdido en los bombardeos de 1943, citado en: Appunti e notizie, «Archivio Storico L o m b a r d o » [Milano] s. ili, xxvil ( 1900), voi. xill, fase, xxv, págs. 201 -202, aquí pág. 202, y: L E Y D I , « U n cremonese del Cinquecento...», op, dt, p. 138. ASM, RCS, s. xxil, Mandati, r 9 ( 19 novembre 1549-13 aprile 1552), f 102 y v [Mando], « D a t [ u m ] M[edio]l[an]i Die xij aug[ust]i

'' ASCR, c,/vysA, t o m o x (1437-1659), doc 149. [D/p/omo],«Dat.[um] in Oppido Œniponte ComitatusTyrolis, Die septimum mensis Martij.Anno Domini Millesimo Quingentésimo Quinquagesimo secundo»,/ [Decreto], « D a t . [ u m ] Mediolani Die Séptimo Aprilis,Anno Domini Millesimo Quingentésimo Quinquagesimo Secundo», " RBM, CCG, cod. 11-2.270. Al Jllfustrissi].'" et Monsfigno].' d'Aras Presf/dent].'

Rfeuerendissi].""

del Consiglio di Sua Maesta mio S[ignor].'et

" ASM, RCS, s. xxil. Mandati, r 9 ( 19 novembre 1549-13 aprile I552),f: I 17. [/Hondo], [Milano], «Alli ilj ott[obr].' 1550», con grafia actual en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...», op. d t , p. 137. " ASM, N, fil. 10.759-10.790 (Carcani G i a c o m o Antonio q. Francesco 31 /1 /1533-25/10/1571 ), fil. 10.768 ( I I/4/1550-8/5/155 l),n. 1.755. Jnuest[iti].° simplex, [Milano], «Jn N o m i n e d[omi]ni I550jndictione 9 die lune decimo mensis 9bris», citada en: ASM, IL, reg. 213 («Topia-Torrizzi»), sin pág. (Torriani Leonello q. G e r a r d o sub notaio Crivelli Gio[va]." Ant[oni].° q. F[rances]."). [Acto], [Milano], 1550.10.9>**Jn[uestitur].'l.755,y:

V. Brambfil]."

fr[at]elli

LEYDI, « U n cremonese del

Cinquecento...»,op.dt, p. 138. " ASM, N, fil. 10.759-10.790 (Carcani G i a c o m o Antonio q. Francesco 31 /1 /1533-25/10/1571 ), fil. 10,768 ( I I /4/1550-8/5/1551 ), n. 2.826. Confessio, [Milano], «Jn N o m i n e d[omi]ni anno a Natiuitate eiusdem millesimo

«Data Miljan],^

Patrone osserufandissim].'.

1552 il 30 di Marzo», con grafia moderna en: E. PLON, Leone Leoni sculpteur de Charles-Quini et Pompeo Leoni sculpteur de Philippe it par Eugène Plon. Paris, Librairie Plon E Plon, N o u r r i t et C . " Imprimeurs-Éditeurs, 181 " págs. 367-368, a 35

1550», con grafia actual en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...», op. dt, p. 136.

" BEUM, AC, b. «Gonzaga, Ferrante l, Duca di Guastalla», fase, v, cc. 5-8. Al Mag[nifi].'° Natale

Coppa

q. Bertino e Giac[om].° Vimercati q. Donato

ASM, RCS, s.xxil, Mandati, r 8 (18 aprile 154826 novembre 1549),fol. 18. [/Mondo],

inAb[ba].''

Torrizzi»), sin pág. (Torriani Leonello q,

" ASM, N, legajos robados antes de 1939 (Rozzi Battista q. A n t o n i o 15 1 2-8/1/1558/ I 1/6/1559-1568), residua fil, 14.845 (9/1 /1558-12/6/1559), citada: ASM, AN, RN. cari, 4.263 (Rubrica di Rozzi Battista q.Antonio C.405:3:), s. fol. Ven[diti].° facto p[erl Spectfabilem]

Bapt[ist]am de

D[omi]n[u]m

mazenta D[omi]no Janello de turrianis Cr[eJm[onensiJ, allegata laJnuestfiturJ libelflarij." Baptfistjam

S[uprajs[cripjtum

D[omi]n[ti]ni

jn S[uprajs[cripjtum

Dfom/JnfuJm

JoanellufmJ, [Milano], « 1552 de[cem]bris é S[upra]s[crip]ti», citada en: LEYDI, «Un c r e m o n e s e del Cinquecento...»,op.ci, pág. 152 nota 82, "ASM,RCS,s.I, Privilegi,r8 (25 aprile 1551-6

giugno 1554),f \.M[agist]."}anelloToriono,

« D a t [ a ] en el C a m p o sobre Metz de lorena,

a, vitimo d e xbre 1552», sólo citado en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...», opàt

pág. 142, nota 50.

" ASM, RCS, S. XXII, Mandati, n 10 ( 15 aprile 155210 giugno 1555), f 50. [/Mondo], «Allo vlt[im].Febri:ar].° 1553, In Casal», sólo citado en:

FUNDACIO^ JUANELO TURRIANO

«Parente et alieuo del già messer Janello»

LEYDI,«Un cremonese del Cinquecento...»,

op. cit, p. 143, nota 54.

"ASM,Ra,s.XXII, Mandati,r IO (15 aprile 1552-10 giugno 1555), f i 54 y v. [Mondo], «Dat[a] in Casale 23 Martij 1553», sólo citado en: LEYDI, « U n cremonese del

ed altri.Appendice documenti tizianeschi inediti tratti dall'Archivio Generale di Simancas. Madrid, Istituto Italiano di Cultura, 1977, p. 83. ASM, DR, b. 7 ( 1554-1555). [Camicia vuota], « 1555.3.8bre»,

cremonese del Cinquecento...»,op. cit, p.

Cinquecento... », op. cit, p. 142, nota 50.

145, nota 60.

"ASM,A,b. 166, fase. «16-31 agosto 1553».

"ASM,RCS,s.XXII, Mandati, r I I (8 luglio 1555-

All]ll[ustrissi].'"° et Eccfellentissi]."" S[igno].' mio S[igno].' osser[uandissiJ.""JI Spgno].' Don Fernando Gonzaga Principe di Molfetta \Cap[itan].'g[e]n[er]aie et luog[otenen]." di Sua I M[aes]." Cesfare].' in jtalia, « D e M[i]l[an]o allj xxij de agosto 1553», citado en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...», op. cit, pág. 144, nota 56.

13 luglio 1558), ff. 2-3v. [Corto con mando], «dat[a] en Bruselas à xxix de deziembre MDLV» y « D a t u m in Saluzo à x di febbr[ai]o 1556», en parte y con graffa actual en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...»,op. cit, p. 145, nota 62, y p. 152, nota 86. "ASM,RCS,s.XXII, Mandati,r I I (8 luglio 155513 luglio 1558),F I.[Mondo],«1556,dieXV

Prespdent].' Crasso, « A l campo Ces[are].° a I Montefer[rato] Jl 25 di Agosto 1553», citado en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento,..», op.dt, pág. 144, nota 56. " ASM, RCS, s. XXII, Mandati, r 10 ( 15 aprile

Januarij M[edio]l[an]i». ® ASM, N, legajos robados antes de 1939 (Rozzi Battista q.Antonio 1512-8/1 /1558 y 12/6/1559),acto notarial citado en: ASM, AN,

citado en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento,,,», op,dt, pág, 143, nota 54, " ASM, a , b, 177, fase. « I -15 febbraio 1554»,

RN, cart. 4.263 (Rubrica di Rozzi Battista q. Antonio C.405:3:), s. fol. Ven[dit¡].° faaa p[er] Spect. D[omi]n[u]m Bapt[ist]am magentam D[omi]no Janello de turrianis Cr[eJm[onensiJ, [Milano], « 1556 Januarij Die S[upra]s[crip]to» [ « D i e X S[upra]s[crip]ti»], sólo citado en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento.,.», op. cit, p. 152,

I Mfogn/g" n[ost]ro etJmpenj Sacri fideii dileao Fronfces]." Crasso p[re]sidi

intratar[um]

J ordinariar[um] Status m[edio]l[an]i. «Dat[a] en iBruxellas àxilj de Hebrero M.D.UIIJ», en parte y fon grafia artual en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...», op.cit, pág. 144, nota 57. ® ASM, cs, b. 178, fase. « 16-28 febbraio/1 -10 mara

1554». AII]H[ustrissi].""

et

lEccfe/tentissiJ"» Sig[no].'JI Sig[no].' Don Ferante Gonzagha Capptan].' g[e]n[er]ale di Sua Mfaes]." Ces[are].' in Jtalia, et luogoten[en]te

Battista Castaldo a Antoine Perrenot de Granvelle], «da milano a xil de febr[aro] 1556», citada en: A, PÉREZ deTUDEIA,, la escultura en su juventud a la luz de nuevas cartas entre el obispo de Arrás y Leone Leoni». ArchiVo Español de Arte, n° 291,2000,

" ASM, N, legajos robados antes de 1939 I I /6/1559-1568), residua fil. 14845 (9/1/1558-

" ASM, CS, b 178, fase. « 16-28 febbraio/1 -10 lara 1554». A/ Prespden]." Crasso, « D i Asti à

12/6/1559), citado en: ASM, AN, RN, cart. 4.263 (Rubrica di Rozzi Battista q. Antonio C.405:3:), s. fol. Protestano et Promissio faaa Dfomijnfujm

orfeum de diana Dfomijno

Janello de turrianis, [Milano], « 1556 Martij Die villj° S[upra]s[crip]t¡», sólo citado en: LEYDI,

27 di Febirar]." 1554», en parte y con graffe

« U n cremonese del Cinquecento...», op. cit,

actual en: LEYDI, « U n cremonese del

p. 152, nota 85.

I Cinquecento...», op. dt, pág. 144 y nota 57. " RBM, CCG, cod. 11-2.270, fol. 244. [Corto de

MMara Antonio Patanella a Antoine Perrenot de Granvelle], Milán, 3 de mar^o de 1554, en parte y con grafia actual en: C . GREPPI (coord.). Lettere di artisti italiani ad Antonio ^'^"^^-Tiziano,

Giovan Battista

•Mantovano, Primaticcio, Giovanni Paolo I

ii Sfign]." Don

ferando Gonzaga etc. Mantoua / 56-leone Aretino xilj di Giugno Che parlò à MfaestJ." Giannello de gl'oroiogij Che in breue madrà la medaglia di V.fostra] e.fcelienza] De le sue spese, «Da Bruseles il xiil de Giugno 1556», con graffa moderna en: A. RONCHINI, Leone Leoni d'Arezzo, «Atti e Memorie delle RR. Deputazioni di Storia Patria per le Provincie Modenesi e Parmensi» [Modena] 1865, voi. ili, pp. 9-41, aquí pp. 36-37, n ° xxi, citada en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...»,

Jllfustrissi].""

Et EccfellentissI]."" S.fignoreJ Mio

ossferuandissi].""

BEUM,AC, b. «Gonzaga, Ferrante I, Duca di Guastalla», fase, ii, cc. 52-53. Del s. D. Ferrfante] GonzfagJ." dai Monastiero dfejiia Fraglia à xvj di Maggio dfeJI 56 RficeuJ." al pfrimj." di Giugno/Al molto MagfnifiJ." SfignJ.^Annibal iitolfl DucalAmbfasdatJ." di Mantoua, « D a l Mon[aste],"' di Fraglia xvj di Maggio del tvj», con grafía moderna en: CAMPORI, Lettere

il SfignJ." Don Ferando

Gonzaga etc. Mantoua / 56-leone Aretino pfrim].° dIAgfost].' che la medaglia di V.fostraJ E.fcellenzaJ è placcluta à tutti InfInitamfenJ.", et che Arras ne hà uoluto la copla-De la mala uolufnjta di Gianello et degli aitri-si duci che ijmpferatoj."

lo uuol condur inJspagna, « D a

Bruseles 1556 il p[rim].° Agosto», con graffa moderna en; RONCHIMI, Leone Leoni, op. cit. pp. 37-38, nota xxil, citada en; LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento... », op. cit. p. 128, nota 4, y p. 137, nota 37. " ASP, ES, b, 23, fase, 18 (Leoni, Leone), n, 29, A leone Aretino, «56

16 di Ag[ost],°», con grafia

moderna en; P L Ö N , Leone Leoni, op. cit, p, 379, nota 59, sólo citada en; LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento,,,», op. cit, p. 137, nota 37. " L. CERVERA VERA, Documentos biográficos de Juanelo Turriano. Madrid, Fundación Juanelo Turriano, 1996.

pp, 249-266, aquí p. 251, nota 11.

osserfuondissi]."', « D i M[i]l[an]o alli XXllij" en: LEYDI, « U n cremonese del

Et EccfellentissiJ."" S.fignoreJ

«Algunas notas sobre el gusto de Felipe li por

(Rozzi Battista q. Antonio 1512-8/1 /1558 y

Cinquecento...», op. cit, pág. 144.

tu

BNM, M, caja 7,906, n. 124, [Corto de Giovanni

nel Stato di M[i]l[an]o mio S[igno].' |febraro M,D,uif», en parte y con grafia actual

Jllfustríssi].'"

S.fignoreJ mio ossferuandissi].'"

'•'A5P,ES,b.23,fasc, 18 (Leoni, Leone), n, 2 4 A/

13 luglio 1558), f I, [Mando], « 1556. die xvij

Boteghera a 26 de Agosto» [ 1553],

I «Dat[a] Jn Casale alli 21 Genaro 1554», sólo

" ASP, ES. b. 23, fase. 18 (Leoni, Leone), n. 12. Al

"ASM,RCS,s,xxii,Mandati,r I I (8 luglio 1555-

I I /6/1559-1568), residua fil. 14.845 (9/1/1558-

1552-IO giugno 1555),fol, 125, [Mondo],

Cinquecento.,,», op, dt, p, 153.

op. cit, p. 137, nota 36.

1552-10 giugno 1555), fol. 88, [Mando], « A

™ ASM, RG, s, XXII, Mandati, r 10 ( 15 aprile

grafía actual en: LEYDI,«Un cremonese del

Genaro M[edio]l[an]i»,

I"ASM,CS,b. 166,fase.«16-31 agosto I553»./A/

I

citada en: LEYDI, « U n

artistiche inedite, op. cit, p, 49, en parte y con

" L de la ESCOSURA y MORROGH, El Artificio de Juanelo y el Puente de Julio César por Don Luis de la Escosura y Morrogh ingenero de minas.Memoria

publicada porla Real

Academia de Ciencias Exaaas, Físicas y Naturales de Madrid. Madrid, Imprenta de D o n Luis Aguado, 1888 [«Memorias de la Real Academia de Ciencias Exactas Físicas y Naturales de Madrid», xill ( 1888), parte 2.', pp. I-I l3],pp.53-59. F RODRÍGUEZ MARÍN, Prólogo, en La ilustre fregona novela de Miguel de Cervantes Saavedra-Edición crítica por Francisco Rodríguez Marín de la Real Academia Española. Madrid, Impr de la «Revista de Arcb., Bibl. y Museos», 1917, pp, xix-L aquípp, xix-xxill. " L MONTOTO y RAUTENSTRAUCH, Personajes, personas y personajillos que corren FUNDACION

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LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...»,

georgij Palearij appfellaj.' Frotíní, «Dat[um]

"" G. Cardano, Hieronymi Cardani Medid Mediolanensis De Svbtilitate Libri

Mediolani die sexto Julij 1588».

xxi.Ad

"'TORRIANI, Descripción e historia del Reino de

pp. 358-360.

illustriss. Prindpem Ferrandum Conzagam,

" " J . C . SÁNCHEZ MAYENDÍA, «El artificio de

Norimbergae, apud loh. Petreium, M.D.L, p. 7 y

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Mediolanensis prouincis

318-319, y: G. CARDANO, Hieronymi Cardani Medid Mediolanensis, De Svbtilitate Libri

xxi.Ad

illustriss. Prindpem Ferrandum Conzagam, Mediolanensis prouincise Pnefectum. Lvgdvni, A p u d Gulielmum Rouillium sub scutoVeneto, 1550, pp. I I -12 y 532, después: G. CARDANO, Hieronymi Cardani Medid Mediolanensis, De Svbtilitate Libri xxi.Ad illustrlB.

Prindpem

Ferrandum Conzagam, Mediolanensis prouincise Prsfectum. Paris, A p u d lacobum Dupuys,sub insigna Samentanse, 1551, ff. 6 y v y 267v-268. G. CARDANO, Hieronymi Cardani Mediolanensis Medid De Svbtilitate Libri xxi. Nvnc demum recogniti otqfuje perfeai. Basilea, Per Lvdovicvm Lvcivm, 1554, pp. 9,452-454 y 472-473, depués G. CARDANO, Hieronymi Cardani Mediolanensis Medid De Svbtilitate Libri XXI.Ab authore plus quàm mille locis illustrati, nonnullis etiam cum additionibus.Addita insuper Apologia aduersus calumniatorem, qua uis horum librorum aperitur Basilea, per

Populorum vetustate, dominio, & mutatione.

Lvdovicvm Lvcivm, 1557, pp. 9,

Item de Prouinciarum proprietate, & Ro,

452-454 y 472-473.

Ecclesia amplificatione. Cum Indice Capitulorum in fine Operis. Papiffi,Apud

las Islas Canarias, op. dt. pág.xvi,

Prsefectum,

" ' G . BUCATI, Historia Vniversale di M. Gasparo

Hieronymum Bartholum,Anno MDO
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