DESCONEXION DE LA NOCION DE SUJETO Y LA ACTUALIDAD

DESCONEXIÓN DE LA NOCIÓN DE SUJETO Y LA ACTUALIDAD

"La noción de sujeto es una noción extremadamente controvertida. Desde el principio, se manifiesta en forma paradoja: es, a la vez, evidente y no evidente. Por un lado es una evidencia obvia, dado que en casi todas las lenguas existe una primera persona del singular; pero también es una evidencia a la reflexión, tal como lo ha indicado Descartes: si dudo, no puedo dudar de que dudo, por lo tanto pienso, es decir que soy yo quien piensa. Es en ese nivel donde aparece el sujeto" (Edgar Morin, 1992).
Lo anterior deduce que la noción de sujeto se encuentra inmersa en miles de controversias, y aún más en los cambios de la cultura humana atravez de la cotidianidad; la sociedad señala a alguien como "sujeto" a partir de unos ideales y comportamiento impuestos y adaptados a la sociedad, dejando de lado que la humanidad se encuentra integrada con la capacidad de raciocinio suficiente para no querer seguir las normas que impone la sociedad para ser reconocidos como sujetos.
El individuo desordenado, lejos de arrastrar debilidades, cuenta con varias ventajas a su favor. En tiempos cambiantes, como los actuales, se adapta mejor, de forma más drástica y con mucho menor esfuerzo. En cambio, los sistemas o las personas ordenadas son muchos más rígidos, lentos, tienen que seguir protocolos establecidos y los cambios que introducen suelen ser lentos y pequeños.
Es a partir de allí que la cuestión controversial del término emerge, por un lado sujeto es aquel que sigue los patrones de comportamiento establecidos, y por el otro, sujeto es todo aquel que tiene la capacidad de pensar y dudar por sí mismo. La duda, afecta la validez y la verdad sobre lo ya establecido, colocándolo en una posición de peligro a ser reemplazado.
En cada era existe un noción de sujeto diferente, en la actualidad, la noción de sujeto se encuentra esparcida, se vive en una época en donde toda cambia de forma contigua, y lo que llamamos sujeto, viene a convertirse desde el comportamiento a alguien que es capaz de adaptarse a los cambios sin cuestionar cuales fueran, en el presente esos cambios giran alrededor del consumismo. Esta disposición de la sociedad para establecer vínculos complejos genera una presión al yo que lo desaparece al saturarlo plenamente (Gergen,1992).
El "yo auténtico" como fuente de individualidad desaparece y se convierte en un yo de tipo colectivo, en donde no interesa demasiado si se sostiene opiniones y pensamientos sediciosos, deben girar en torno al contexto actual el cual dejara una huella sobre la historia de la humanidad, es decir que la noción de sujeto en estos días sirve para dejar una marca de lo que transcurrió en estas épocas.
Por la anterior se podría deducir que el reconocimiento al dialogo y a la construcción social, como se encuentra establecida atravez de la presencia física a comenzado a cambiar, aun no se puede deducir con certeza si la tecnología sea un factor de riesgo para que las relaciones humanas disminuyan; de todos modos, lo seres humanos de una manera u otra necesitaremos de otro, para la supervivencia como especie.
La tecnología se encuentra generando grandes cambios en las relaciones humanas, y como en todo acontecimiento existen pro y contras que afectan directamente a los individuos, y en esa dinámica de cambios buenos y malos se da paso a la evolución de la especie humana.
La crisis social de hoy, determinada por la noción de sujeto como ente de consumo, y manipulado por el mercantilismo y afectado por las miles de consecuencias que esto conlleva, cabría pensar que a la noción de sujeto en cualquier época, siempre ha hecho falta el reconocimiento de los sentimientos, las emociones y motivaciones de los seres humanos, las cuales son reacciones asociadas subjetividad.
Es entonces que cuestiones como la solidaridad, el respeto, la dignidad, lo derechos entre muchos otros factores asociados a "valores humanos" en Colombia no son reconocidos como tal, solo se encuentran escritos en un papel, y reconocidos por un pequeño número de personas, en cambio para un número cada vez mayor de personas, el mundo se percibe como un lugar en el que crece el caos y esto se ha acentuado junto con el aumento del ritmo de los cambio. Para otros, el caos no existe y el caos que se manifiesta en el orden natural de las cosas, como en el otoño, lo perciben como el deterioro natural y ordenado del ciclo de la naturaleza. Pero siempre es posible encontrar el caos dentro del orden, aunque para ello debamos informar a nuestra percepción con nueva indagación del entorno o con un conocimiento más profundo de la naturaleza humana, y con ello, poder percibir el orden dentro del caos aparente.
Lo social es aplastado y se ve sometido a un orden (control) interno que ejerce el Estado y en el que puede existir. Un cierto margen de tolerancia respecto al comportamiento individual, a condición de que las relaciones de fuerza esenciales no se alteren. De igual manera, la participación es tolerada e incluso estimulada, pero solamente si no rebasa ciertos límites sobre los cuales no se cede, que encubren la realidad profunda del poder.
La vigilancia de la sociedad justificada por la necesidad de seguridad interna y externa; por lo demás, un sistema de información computarizada eficaz y sin fallas garantiza el control social. Sin embargo, esta vigilancia se ejerce de manera suave y poco perceptible, por lo que los ciudadanos rara vez son conscientes de ella. La sociedad, por lo general, reacciona pasivamente, impotente frente a mecanismos de control tan complejos.
En cuanto a la escuela, a ésta también le compete un papel fundamental en la constitución de dichos perfiles pues, más allá de su función en la apropiación del conocimiento, es un espacio donde se construyen formas de interacción social, al interior de las cuales los jóvenes se van constituyendo como sujetos productores de conocimiento y consumidores de sabiduría y bienes simbólicos.