\"Desarrollo de la Excavación\", Excavaciones Arqueológicas en el Albaicín. I. El Callejón del Gallo

May 23, 2017 | Autor: A. Adroher Auroux | Categoría: Iron Age Iberian Peninsula (Archaeology), Iliberri, Florentia Iliberritana, Roman Archaeology
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Descripción

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EXCAVACI ONE S ARQUEOLOGI CA S EN ELALBAICÍN (GRANADA). I. EL CALLEIÓN DEL GALLO

Andrés M. Adrolrcr Autottx y Atttottio López Marcos (E dit or e s

Cientifico s )

EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS EN EL ALBAICfN (GRANADA). r.

CALLEJÓN DEL GALLo

(Estudios sobre la ciudad ibérica y romana de lliberri)

Andrés Marla Adroher y Antonio López Gditores

GRANADA, 2OOI

I¡.

cimtífico)

@ de Ia edición: Fundación Patrimonio Albaicln-Granada @ de los textos e ilustraciones: autores correspondientes

Edit* Maquetación

Fundación Patrimonio Albaicín-Granada A. Adrohe¡ y A.López.

Tiaducción al Inglés: Gracia Palma Diseño de Poraü: Manuel lópez I.S.B.N.: 84-607-2313-5 Dep. Legal: GR-828/2001 Imprcsión:

Proyecto Sur de Ediciones, S.L. e-mail: [email protected]

Tlf./Far 958 55 03 81

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I

CAPÍTULO 3. DESARROLLO DE LA EXCAVACIÓN. Antonio López, Andrés M" Adroher Juan A. Saluadnr, Francisco J. Brao

El primer problema que se planteó durante la redacción del proyecto de actuación arqueológica eru determinar qué posibilidades ofrecía el solar y hasta dónde queríamos llegar en cuanto a un avance real del conocimiento histórico de la ciudad. Desde ese punto de vista, empezamos por analizar qué se sabía de la misma, y cuáles eran las preguntas que deberíamos ser capaces de responder durante la excavación en el Callejón del Gallo. Sabíamos que

la ciudad tenía, al menos en la zona del Albaicín, una ocupación ininterrumpida desde, al parecer, el Bronce Final hasta la actualidad. Algunos autores, sin embargo, consideraban que no existía ciudad ibérica ni ciudad romana de entidad (Malpica, 2000) previa a la existencia de una Garnata Zirí. Las numerosas excavaciones realizadas durante la década de los años 90 no han servido apenas para aYanzar en el conocimiento de la evolución urbanística. Era evidente que existían problemas esrructu-

rales para reconocer realmente qué restos de entidad guardaba el Albaicín en el subsuelo. La mayor parte de las excavaciones realizadas durante ese tiempo se han realizado siguiendo una merodología que no necesariamente era consciente de esa serie de problemas. Hace tiempo que conocemos la estrati-

grafia del Albaicín, pero seguimos sin conocer la estructura de la misma. Paia ello, la mejor solución era realizar una excavación en extensión, reduciendo al máximo el número de sondeos, y ganando en superficie en cada uno de ellos. De esta forma, optimizando rentabilidad, extensión y seguridad en el trabajo, se plantearon tan sólo dos cortes en la zona donde estaba prevista la consrrucción de un zoco de artesanía, que tras una serie de ampliaciones quedaron definitivarnenre como se ve en la fig. 3. 1. (el corte 2, al norte del solar, orientado norte-sur y con una extensión de 260 m' y el 3, al sur del anterio¡ con una superficie de 210 m2 con una ligera variación respecto al eje anterior. Todas las excavaciones que nuestro equipo realiza bajo las mismas directrices metodológicas van numeradas consecurivamente al considerar que son sondeos realizados sobre el mismo yacimiento arqueológico; a una anrerior excavación hecha en Horno del Vidrio en el Albaicln se le había asignado el número 1, de ahí que

estasea2y3. La idea primaria era realizar un único corte, pero los problemas inherentes a la exrracción de tierras del solar hacía necesario un pasillo entre ambos sondeos cuyas dimensiones mínimas eran de nueve metros de anchura, para permitir el acceso de todo tipo de maquinaria al interior, tanto durante la excavación como en los posteriores trabajos de remodelación del solar.

Con el modelo de excavación en extensión lográbamos alejarnos de las incomodidades de los sondeos pequeños, donde no se optimiza el trabajo, y donde, finalmente, sólo se exrrae información sobre

la estratigrafta, dificultando una lectura de la evolución urbanística de la ciudad, que era desde nuestro punto de vista la principal prioridad arqueológica de esta excavación.

Corte 2.

Uno de los principales problemas con los que nos hemos enfrentado en la excavación de este corre ha sido la casi total ausencia de niveles de uso o de circulación, lo que nos ha impedido establecer subfases o reinstalaciones de estructuras que hubieran podido ayudar a comprender de forma más especlficala evolución de los distintos momentos de ocupación en el conjunto del corte.

CALLEJÓN DEL GALLO

La excavación del mismo se inició con una planta completamenre recrangular, ampliándose posreriormente con un añadido oriental que nos permitió determinar en planta ia totalidad de una pileta romana de opus signinurn (DP233) y la occidental que, inicialmente, se ideó para conocer la extensión de un suelo romano de opus caementicium (5L220) que parecía extenderse hacia el oesre más allá de los límites iniciales del sondeo. La excavación comenzó con el levantamiento de dos niveles superficiales consecurivos, con la finalidad de determinar la existencia de una serie de estructuras que nos ayudaran a definir los últimos niveles ocupacionales en este sector del solar y que consideramos deberían estar relacionados con la fibrica de lona y cárñamo conocida con el nombre de Casa de la Lona, en cuyas proximidades nos enconrrábamos, y que debería haberse construido hacia la mitad del siglo XVI según los datos escriros con los que contábarnos. La aparición de un muro en lazona central del corte, atrayesándola en sentido esre-oeste nos indicó el primer nivel a seguir; se trataba de un conjunto muy alterado que, por la cronología de los materiales que aparecían, debía ser algo posterior al siglo XVI; en el conjunto del sondeo no fue posible localizar ningún otra estructura de entidad que funcionase con ese muro (MR201). La aparición de parte de varias tinajas enterradas, tanto al norte como al sur del mismo, indicaba que los niveles de suelo que debieron funcionar con este muro habían sido completamenre arrasados.

A partir de este punto, nos encontramos con una diferencia notoria entre los dos sectores, al norte y al sur del muro. El MR201 había sido construido encima de otro muro anterior, el MW77, el cual seguía exactamente la misma orientación pero con aparejo de mejor calidad, al margen de ser 10 cm. más ancho que aquél. Interpretamos que la construcción del más moderno de ellos se habían reurilizado las piedras que pudieron extraer del MR277, bien al haberlo derribado volunrariamente, bien al haber aprovechado el derrumbe, aunque consideramos más probable la primera opción. Como comentamos con anterioridad, el MR201 lo utilizamos para definir dos secrores, al norte y al sur del mismo. Mientras que en la zona norte los rellenos eran algo más potentes, y sobre todo en la zona central ya documentábamos niveles de época nazarí (UE 2004), en el sector sur apareció un importante conjunto de muros que empezaban a definir claramente una serie de espacios, el más completo de los cuales se situaba junto al perfil oriental, yes 1o que hemos definido como Esrancia2}l, compuesta de cuatro muros que se construyen al mismo tiempo que el MR277. No obstante, al igual que sucedía con la fase más moderna, los niveles de suelo no aparecieron en ningún punto, a excepción hecha de un complejo de estructuras que parecían definir una letrina; se traraba de un conjunto de dos pequeños muros (citaras de ladrillo) que saliendo de la parte central delMR277 se dirigían hacia el norte. Entre ambos muretes se hallaba un suelo de ladrillo, con una clara pendiente hacia el norte y que se trataba, como acabamos observando, de una canalización que corría en zigzag hasta una fosa cuya base estaba excavada en la roca. Todos estos elementos, datados en el siglo XVI gracias al relleno de la fosa de la letrina, han sido definidos como Estan cia 202. Siendo de suponer que la letrina debiera situarse a un nivel por debajo del suelo de ocupación del conjunro que correspondíaaJMR277 y a la Estancia 201 (Fase 2B1), era lógico pensar que dichos niveles de suelo habían sido, al igual que para la fase anteriormente descrita (Fase 2B2), completamente arrasados. Mientras tanto, en el extremo situado al sur del corte, apareció una gran estructura de cantos de micaesquisto, serpentina y cuarcita, de tamaño medio-grande (diámetro medio de 35 cm.). Más tarde, al limpiarla, pudimos comprender que se trataba de un muro (MR240) que conservaba el paramento sólo en la cara norte, mientras que el sur estaba menos definido; asimisrno la base meridional del muro

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estaba más alta que la septentrional: parecía que nos encontrábamos ante un muro de terraza, notablemente más antiguo que las otras estructuras que teníamos visibles de las fases 2Bl y 282.

En la esquina NE del corte 2 aparecieron algunos muros que formaban igualmenre una estancia (la número 203), mrry alejados delMR277, pero que debieron funcionar con é1, a juzgar por la datación de los niveles correspondientes.

Unavez levantamos todas las estructuras que correspondían a estas fases modernas (2B1 y 282) el corte 2 quedaba dividido en dos zonas: la primera, con estrucruras básicamente medievales y concentradas en la zona más septentrional, mientras que en el resto nos encontrábamos con varias fases de la antigüedad que afloraban casi a la misma cota. En la parte medieval la base geológica se enconrraba a mucha más profundidad que en el resto del corte, por lo que suponíamos que en la Edad Media se habla recortado la roca con alguna finalidad; curiosamente, la mayor parre de las construcciones que aparecieron en esa zona más profunda se relacionaban con estructuras hidráulicas: se rraraba de tres canalizaciones que se superponían una a Ia otra con sistemas constructivos completamente diferentes, siendo, de más antigua a más moderna, las CN243, CN227 y CN232,la primera de piedra, la segunda de cal grasa y la tercera construida con arenisca de La Malaha. Esta superposición del mismo tipo de estructuras durante la Edad Media hace presuponer que la funcionalidad de este espacio en dicho perlodo debió variar muy poco. Mientras, en el resto de la excavación aparecían un importante conjunto de fosas que alteraban profundamente la mayor parte de las .rtr,.r.turas ¡ lo que era más importante, gran parte de ,.r, .o.r."iones. Esto parecía indicar que entre la fase constructiva más tardla de época romana y la primera medieval debió existir un período durante el cual la zona podría haber estado completamente deshabitada, sufriendo el expolio y la recuperación de material de construcción lo que explicarla, en primer lugar que no existan derrumbes y, en segundo lugar, que los niveles de arrasamiento de las diversas esrrucruras estén muy equilibrados desde un punro de vista topográfico.

lJna vez documentados los niveles medievales, se precisó desmonrar algunos de los muros para poder comprender lo que había sucedido con anterioridad, como los muros MR241 y MF042, ambos de época medieval, y que amortizaban distintas esrructuras anreriores. Nos encontramos, de esta forma, con cuatro elementos fundamentales: 1. Un aterrazamiento en el sector norte que se mantiene, al menos, hasta época zirl, como se observa Por la reconstrucción del MR249, muro paralelo al perfil norre que separa claramente dos cotas de profundidad, con una diferencia de casi 1,20 merros. 2. Un sistema hidráulico que se compone de una pileta (DP233) alaque se asociaba una canalización (CN234) que transcurrla por todo el sondeo dos, primero hacia el sur y posteriormente hacia el oeste, en paralelo con el muro de ternaza.l,a aparición de la pileta romana nos llevó a realizat una ampliación para lograr documentarla completamente, ampliación que supuso una anchura de dos metros y una profundidad de 4,50 m. y que permitió estudiar esra estruoura en su totalidad. 3. Un suelo de opus caernenticium (SL220) que se extendía por la parre cenrral y occidental del corte. Al no relacionarse con ninguna oüa estructura, nos vimos obligados a ampliar hacia el oeste con Ia esperanza de encontrar algún muro asociado, pero resulto decepcionante que el suelo se encontraÍaya.arfasado en la mayor parte de esta ampliación occidental. 4. Un segundo muro de teÍraza, más al norte que el MR240, y que denominamos MR239, que indica una reforma profunda de una fase anterior, romana, en la que esruvo funcionando tanto el suelo 5L220 como el conjunto del sistema hidráulico.

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CALLEJÓN DEL GALLO

En este Punto, la mayor parte de las estructuras estaban asentadas directamente sobre la roca natural. El terreno aflorante se asocia a un depósito aluvial que rellena la Depresión de Granada, formado por unos conglomerados que constan de gravas, gravillas y bolos de canto redondeados en marriz areno-arcillosa, de compacidad densa. En esta zona, este conglomerado se encuentra cementado en la zona de techo tal y como se pudo descubrir en la sección delarcrrazaque encontramos en la zona norte del corte 2 o en el 51316 (corte 3). Unavez excavados los distintos sedimentos y habiendo levantado algunos muros tardo-romanos que impedlan una buena lectura de relaciones estructurales de fases anreriores, dimos por concluida la excavación del corte 2.

La propuesta de conservación adjuntada al informe técnico elaborado como consecuencia de los hallazgos recuperados en este corte hacía explícita referencia a la necesidad de conservar en los futuros trabajos de construcción del solar, la pileta.romanaDP233 y, a ser posible técnicamente, al menos pa6e de la canalización que se le asociaba, si bien ésta se enconffaba fuertemente erosionada en distintos puntos.

Corte 3. El corte 3 se enfrena alamisma problemática que nos encontramos en el corte 2,la casi total ausencia de niveles de uso o circulación. La mayoría de los niveles se encuenrran aislados sin la clara definición de fases o subfases que nos determinen tajantemente la función de esta parte del solar en su historia., aunque, al menos en las fases miís antiguas, la situación se invierte favorablemente para este sondeo. Se

encuentra en la zona sur del solar con unas dimensiones más reducidas que el anterio¡ de 13'5m. a las fisonomía del solar.

x 16m, y con un trazo irregular (trapezoidal) causado por tener que amoldarse

El corte 3 se inicia cuando los trabajos del corte 2 están más o menos avanzados en la documentación de estratigrafia y estructuras, ya que se pretendía tener una idea de antemano sobre cuál era el potencial arqueológico de la zona sur antes de iniciar cualquier tipo de actividad y, sobre rodo, conocer la profundidad en la que se encontraba la roca natural para, de esa forma, poder hacer un cálculo de costes de inversión en tiempo y personal. La excavación se inició con la retirada del nivel superficial constiüido por materiales de revuelto; este nivel se encontraba bajo una vivienda de principios del siglo )C( que fue derribada para la adecuación del solar, antes del inicio de los trabajos arqueológicos. Tias la extracción de este nivel superficial aparecen los primeros dos muros: el MR301 que atraviesa el sector de norte a sur en la parte c.ntral del corte y con la cara visible al oeste ¡ el MR303 junto al perfil sur que aunque presenra mayor anchura y diferente sistema constructivo podría haber estado funcionando conjuntamenre con el anterior durante cierto tiempo. Sin ninguna relación estructural ylo deuso con esros muros renemos, junro al perfil meridional, el suelo SL302 construido de ladrillo con caserones vidriados a cuerda seca muy típicos del siglo XVI y XVII. La extensión que debió presentar no la conocemos pues hacia el nome se encontraba profundamente alterado por fosas y remociones posteriores. La presencia central del MR301 determinó la sectorización del corte: el 1 al este y el2 aloeste del mismo. Estos dos sectores tendrían un comportamiento estructural y estratigráfico netamente distinto durante la mayor parte de la excavación, sobre todo a partir del momento en que reriramos los segundos niveles de superficial.

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DESARROLLO DE LA EXCAVACIÓN

En el sector oriental (sector 1), este segundo nivel de relleno presenra una porencia media de 10 a 15 cm. y se caracterizarápor la presencia de un conjunto de pozos y/o silos junto a los muros MR301 y MR303, siendo claramente posteriores los construidos junto al primero como 1o demuesrra el hecho de que parte del paramento oeste está ligeramente alterado por la construcción de los mismos, mientras que los existentes junto al segundo bien pudieron funcionar coeráneamenre. Todas estas construcciones (tanto muros como los pozos anteriormente definidos) cimentan directamente sobre la roca base. La alteración estratigráfica que ello conlleva dificulto enormemente la interpretación de los niveles antiguos, especialmente los romanos. En lo que a su cronología, sólo podemos decir que los materiales de los rellenos de los pozos presentan poca variación cronológica de uno a orro, siruándose normalmente entre los siglos XVII y XWII. En el sector 2, al este del MR301, nos encontramos con un primer nivel de revuelto que mantiene una estructura muy semejante a la del nivel superficial, aunque de cronología ligeramente más antigua. Bajo este segundo estrato superficial encontramos el substrato natural que presenraba una superficie muy irregular, con cierta tendencia a inclinarse desde el norte hacia las cotas más inferiores en el sur, 1o que ha provocado que sólo se hayan conservado aquéllos elemenros que han precisado de excavaciones en negativo. Nos referimos, básicamente, a la serie de tinajas de distintos ramaños y tipologías que aparecen en el conjunto de este sector. Así pudimos localizar una tinaja de reducidas dimensiones y muy mal conservada (TN315), excavada en un substrato de marcado color rojizo y que después definirá parte de la estructura de la muralla MR321. Latinajade mayor ramaño (TN307) esrá roralmente asentada sobre un negativo recortado sobre la roca natural; en su interior encontramos un coniunto homogéneo de vasos casi completos fechados en el siglo XWII-XIX. Volviendo al muro que supuso la separación en dos sectores, el MR301, éste se asienra en algunos puntos sobre la foca y en otros sobre niveles arcillosos. Asociado a este muro encontramos indicios de lo que podría haber sido un nivel de circulación, pero al estar profundamente arrasado parece poco probable que podamos determinar la funcionalidad así como la probable conexión enrre ambas esrrucuras. Asimismo, en la zona sur del sector aparecieron algunos elementos de uso como el SL311 y estructuras hidráulicas, en forma de canalizaciones, todos ellos muy destruidos, y que parecen orientarse hacia la esquina sudoeste, donde se documentó una gran cavidad artificial cuya funcionalidad desconocemos pero que, provisionalmente fue definida como una cueva (CU330). La excavación de la cueva no se llegó a consumar en su totalidad debido a que la continuación de los trabajos en el interior había sido totalmente desaconsejada por los técnicos de seguridad, pues en los mismos rellenos se observaban frecuentes derrumbes de la techumbre; no obstante, mediante un complejo sisrema logramos realizar un pequeño sondeo, de 3 x 3 metros, en la parte central (la más segura), que nos permitió determinar algunos problemas en relación con su funcionalidad y con la cronología de algunos rellenos, aunque no pudimos llegar al nivel de suelo de la misma. De la cueva sólo pudimos certificar que parte de sus rellenos, sobre todo en la zona más profunda del sondeo, contenía una gran cantidad de granos de uva. Respecto a la esrrucrura de la misma, aunque no pudimos ver las paredes, sí podemos decir que su planta debió ser circular, presentando una cubierta de media naran)a, y una abertura a modo de linterna que serviría de acceso. En la llnea de que sólo se han conservado estructuras en negativo renemos también el silo (SI316) datado en época zirí según se desprende del material recuperado en el relleno de base.

En la misma cota pero en el sector opuesto (el 1) aparecen elemenros estructurales que difieren mucho de los hallazgos realizados en el sector 2, talvez como consecuencia de las alteraciones diferen-

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ciales producidas en este espacio en distintas épocas y

por la funcionalidad del central MR30l que en época moderna funcionó como aterrazamiento razón por la que los niveles del sector I quedaron "mejor" preservados. Los sedimentos aparecen muy alterados, dejando constancia parcial de los momentos modernos, medievales y romanos pero sin aportar estructuración funcional alguna al no existir una relación secuencial clara entre ellos. Dentro de este complejo fueron localizados los muros MR319 y MR320 con la misma orientación noroeste asociados a niveles romanos (bien pudiera rratarse del mismo muro que ha desaparecido por completo en su rramo central). LJna vez dlsmontados los muros romanos pudimos comprobar que por primera vez existía cierta homogeneidad en la totalidad del corte 3. En gran parte del sondeo aflora la roca natural y en algunos puntos parece conservarse un Paquete de tierra rojizo al que se asociaban un conjunto de estructuras concentradas en la esquina suroriental así como el gran muro MR321 que atravesaba al norte el corte de este a oesre. La excavación y documentación de este paquete rojizo fue objeto de especial interés dada la cronología de los niveles (siglo MI a. C.) y a que hasta ahora siempre que aparecieron había sido de forma meramente testimonial en la profundidad de algún pequeño sondeo. La muralla MR321 que se ha ido despejando conforme avanzabala excavación dejó ver un estado de conservación muy pr..ario, prácticamente arrasada al oeste de la puerta de entrada donde ya sólo se conservaba una o, a lo sumo, dos hiladas de alzado. Se distinguían claramente dos niveles de circulación: uno interno y oüo exrerno comunicados por una puerta en la parte central de la muralla. Ladiferencia entre el exrerior y el interior es notable, ya que fuera de la muralla los niveles de circulación presentan un empedrado, mienrras que en el interior son solamente niveles cenicientos. La excavación de todo este conjunto ha permitido establecer una seriación cronológica que como veremos en el apartado de urbanismo ocupa casi todo el siglo MI a. C.

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Fig. 3. 1. Plano del solar con la situación de los cottes.

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