Desarme y reconversión de la industria militar

Eira Massip Junio 2014

Desarme y programas de reconversión de la industria militar en civil. El imperativo de la conversión económica La actual crisis económica global pone en relieve la necesidad reestructurar los gastos públicos y de reorientar la economía hacia la búsqueda del bienestar colectivo. Por otro lado, la escalada armamentística, el aumento de la industria militar y del comercio de armas, juntamente con las crisis y conflictos internos, interestatales, e interregionales, deben llevar a plantearnos la concepción actual de la seguridad. El aumento de armamento y la búsqueda sinfín de mayor seguridad nacional a través de la militarización no resolverá nunca las raíces de los problemas de la humanidad. Y así seguimos en una lucha contra las consecuencias mismas de nuestros errores. Así además de la cuestión de si alguna vez han tenido justificación los enormes presupuestos militares, es inconcebible que se pueda justificar el mantenimiento de estos gastos militares actualmente. Las increíbles cifras de los presupuestos militares de los diferentes países no hacen más que aumentar. Y, como sabemos, todos los recursos que se utilizan para la partida militar representan una desviació de prioridades de necesidades civiles de todo tipo. La inercia del complejo militar industrial, su extraordinaria concentración en pocos países y pocas compañías, y su ambición de poder aumenta las posibilidades (y las necesidades) de que estallen conflictos armados alrededor del mundo. Estados Unidos es el ejemplo más llamativo de hasta que punto puede militarizarse un país. Por otro lado, la excesiva militarización de la economía ha ido consumiendo la industria civil de diferentes países, como es el caso de los Estados Unidos, y que explica la decaencia de la competitividad de su producción industrial. La economía de guerra produce peligro de guerra, bajos niveles de vida, sistema sanitario insuficiente, sistema educativo fracasado, etc. Y es que el presupuesto militar es un gasto y no una inversión. La reconversión de la industria militar en civil, podría responder a esta doble problemática. Por un lado descender (y/o hacer desaparecer) el complejo industrial militar, y por otro, invertir en la industria civil como forma de resolver los problemas que causan los conflictos. Se dice que el complejo militar industrial no puede ser disuelto de golpe, ya que la economía se paralizaría por el auentno del paro, el cierre de las fábricas y las bancarrotas. “La mayoría de los políticos entiende que la producción de armas es el principal producto de exportación industrial de Estados Unidos, y que una parte muy importante de creación de empleo proviene del Pentágono. Así, la mayoría de políticos de ambos partidos quieren seguir apoyando el negocio del complejo militar industrial”1. Eso explica por qué el país parece estar permanentemente en guerra. Si tuviéramos la paz, la máquina de guerra estaría sin trabajo. Cada año desde la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos han estado en guerra en algún lugar. Se ha dicho que si no tuvieramos una guerra para pelear, habría que crear una sólo para mantener en marcha el

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Bruce Gagnon, coordinador de la Global Network Against Weapons and Nuclear power. Disponible en: http://warisacrime.org/node/22546

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Eira Massip Junio 2014

negocio. Tenemos un imperio militar de más de 800 bases alrededor del mundo. ¿Qué será de ellas cuando el león repose junto al cordero y la paz reine en todas partes?

Los problemas surgidos de las políticas de desarme y conversión. Desde mi punto de vista, los programas de desarme logran pacificar siuaciones de conflicto armado, pero mientras sigan existiendo los complejos industriales militares, la disponibilidad de material bélico, y los incentivos para realizar guerras seguirán siendo fuertes. Por otro lado, economías como las de los Estados unidos, Reino Unido, o China entre otras, con un gasto militar tan elevado, y por tanto, una parte importante de la economía estructurada alrededor de los bienes y servicios militares, no pueden ser cerrados de un día para el otro sin consecuencias económicas. Por otro lado, descender el gasto militar afecta a los intereses de los distintos miembros del complejo militarindustrial que ven peligrar sus privilegios. Los directivos de las empresas (las operaciones de los cuales son de bajo riesgo) los trabajadores, las instituciones militares, y los mismos habitantes, creyentes de diferentes mitos, pueden considerar la reducción de gasto militar o la conversión como una amenaza. Estos intereses están tan imbricados con la estructura política y socioeconómica existente que es extremadamente difícil de desenredar ellos. No se trata de pasar dinero de una partida a otra, sino que es una cuestión de cambio estructural fundamental.

Las aportaciones de Seymour Melma y Lloyd J. Dumas

Mis aportaciones

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