Desafíos y propuestas para la política exterior colombiana en el siglo XXI (2010), con José Alejandro Cepeda

June 28, 2017 | Autor: F. Sánchez Cabarcas | Categoría: Colombia, Colombian Foreign Policy
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Descripción

Contenido Prólogo ..................................................................... :............

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Presentación Stefan Jost

PARTE

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l. LA AGENDA INTERNA

Los RETOS ECONÓMICOS

Crecimiento elevado, sostenido y equitativo: reflexiones .. . . . . . . . .

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César Ferrad Quine

Tenencia de la tierra y los retos de la agroindustria colombiana··························································~··················

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Gabriel Tobón Quintero

Los desafíos para la integración de Colombia en el sistema . t ernaciona . l ........................................................................ . in

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Edgar Vieira Posada

2. Los DESAFÍOS POLÍTICOS

Hacia el rescate de las instituciones de la Constitución de 1991..................................................................... .............

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Claudia Dangond Gibsone

Escenarios de negociación: la paz negociada como negación teórica y práctica de la guerra ................................................ .

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Manuel Ernesto Salamanca Rangel

Mecanismos de fortalecimiento de la sociedad civil...... ....... ..... 1O1 Fredy Andrés Barrero Escoba,r

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El camino hacia la reconciliación nacional en Colombia: avances y retos entre paradojas políticas....... .. ......................... 115 Diego Felipe Vera Piíieros

La justicia en Colombia . . .. . .. . . . . . . . .. .. . . . . . .. ... . .. . .. .... ... .. . .. .... .. ... .. 129 Claudia Dangond Gibsone

Democracia: producto renovable y reciclable........................... 139 Javier Sanín Fonnegra

3.

CONSTRUYENDO LO SOCIAL

Causas estructurales de la pobreza y la desigualdad: la necesidad de transitar hacia una economía social de mercado .. . . .. .. .. . . .. . . . . . . ...... . .. ... . .... . ...... . . . . .... .. ... . . . .. ... .. . ... . . .. . . 157 ]airo Núíiez Méndez

La agenda pendiente en salud ........... ~ ...................................... 189 Julio César Castellanos Ramírez

Los retos de la educación superior, ciencia y tecnología .......... .. . 203 Hebert Celín Navas

Responsabilidad social empresarial ............................... .. ......... 217 Ebert Mosquera Hurtado y Jorge Eliécer Olaya Garcera

Ciudadanías pendientes. El desplazamiento forzado por la violencia en Colombia. Un saldo en rojo para el país ................ 233 Martha Lucía Gutiérrez Bonilla

Presente y futuro de los derechos de las minorías étnicas en Colombia: perspectivas para el 2010-2014................................ 251 Sara Natalia Ordóñez Arce y Marco Antonio Macana

Caja de herramientas para el desarrollo de una política pública en diálogo con la equidad y el género ........................... 271 Diana Marcela Bustamante Arango

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4. ESPACIO Y GOBERNABILIDAD DEL TERRITORIO

Territorio y gobernabilidad: la inacabada construcción territorial en Colombia ........................... : ..... ;......................... 289 Alejandra Mqnteoliva Vilches

De un país rural a un país urbano ........................................... 299 Fernando Rojas Parra

' . y territorio . . .......................................... . 311 . ' . economicas D inamicas Jean-Franc;ois JoHy

C~iminalidad, territorio y gobernabilidad............................... 325 Mauricio Solano Calderón

Las relaciones entre el desarrollo económico, la conservación y la preservación de recursos naturales ........................................... 337 Diana Luda Maya Vélez y Pablo Andrés Ramos Barón

Descentralización en Colombia: ¿para qué y hasta dónde? ........ 349 Claudia Dangond Gibsone

Gestión ambiental urbana....................................................... 359 Gabriel Leal del Castillo

PARTE

11: LA AGENDA INTERNACIONAL

l. CUESTIONES GLOBALES Y REGIONALES

Estrategias de inserción empresarial en el mercado global ......... 377 Gabriel Rued,a Delgado

Internacionalización del conflicto, seguridad y justicia transnacional. Andlisis desde el caso ·colombiano ...................... 399 Henry Cancelado Franco

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Col~mbia y los actores no estatales en el escenario intern,acional.. 411 Davide Bocchi

La migración: de la agenda pública a una política pública ....... 421 Magda Catalina Jiménez Jiménez y Silvia María Trujillo Ordóñez

El narcotráfico en Colombia como tema de la agenda . internacional .............................. ............................................ 431 Mauricio Solano Calderón y Claudia Dangond Gibsone .

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2. RETOS GEOGRÁFICOS

Desafíos y propuestas para la política ex~erior colombiana en el siglo XXI................. :.; ...... :.... ........................................... 451 José Alejanoro Cepeda Jiménez y Fabío Sá~chez·Cabarcas

Algunas estrategias para recon;t~uir las relaciones con Venezuela .............:•...................."........ :............................... 465 '

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Martha Lucía Márquez Restrego ._

La proyección regional y mundiaJ de Brasil: un desafío para la política ex terior de/ Eftadó colombiano .................................... 481 Benjamín Herrera Chav~s

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Colombia y la diversificación de su p olítica exterior ¿profundización de sus relacio~es con la U'l!-ión Europea? .................................... 491 Eduardo Pastrana Buelvas -

Asia Pac!fico es mas que economía: la necesidad de una política _e:)C_teri(!! integ! al ...:-... !·:·!.!!.-·•·······-········...................................... 509 Eduardo-Velosa -Porras - - - ·--

Resumen de recomendaciones.............................................. :.... 523 Reseña editores ......... : .;.......................................... ... ................ 537

For academic citation: Cepeda, J., & Sánchez, F. (2010). Desafíos y propuestas para la política exterior colombiana en el siglo XXI. In E. Pastrana, S. Jost, & M. Márquez (Eds.), Más allá de la seguridad democrática. Agenda hacia nuevos horizontes (pp. 451–463). Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana.

Desafíos y propuestas para la política exterior colombiana en el siglo XXI José Alejandro Cepeda Jiménez, • Fabio Sánchez Cabarcas"

Introducción Este trabajo pretende explicar-sin querer agotar la discusión- cuáles lineamientos se debieran seguir en la política exterior colombiana en los próximos años, e incorpora una acotación especial hacia Estados Unidos. Para empezar hay que anotar que el actual sistema internacional es cada día más complejo, por el número de actores nuevos y poderosos que tratan de reconfigurar el equilibrio de poder. Con el paso del tiempo queda menos espacio o margen de maniobra para países débiles en su diplomacia. Los foros de multilateralismo, en donde se toman decisiones y se establecen las dinámicas de regímenes internacionales, son escenarios de pugnas entre Estados que tienen agendas sólidas, agendas que contemplan las problemáticas del ordenamiento internacional contemporáneo: medio ambiente, comercio, migraciones·, seguridad internacional y humana, desarrollo sostenible e inversión en investigación y tecnología. Colombia..ha sido una nación aislada del sistema internacional. Varios factores han incidido en esta realidad: los fracasos, como la pérdida de Panamá en 1903, y la constante subordinación a los lineamientos hemisféricos determinados en Washington. También son preocupantes las debilidades y '

--.- --• Comunicador social - periodista, Pontificia Universidad Javeriana; politólogo con Énfasis en Relaciones Internacionales, Pontificia Universidad Javeriana; especialista en Ciencia Política y Derecho Constitucion.al, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales de Madrid; estudios de doctorado, Universidad de Heidelberg; profesor de la Escuela de Política y Relaciones Inter: nacionales, Universidad Sergio Arboleda, Bogotá.

** Comunicador Social - periodista, Pontificia Universidad Javeriana; magíster en Relaciones Internacionales, Pontificia Universidad Javeriana; doctorando en Relaciones Internacionales, Universidad Autónoma de Barcelona; director del Departamento de Relaciones Internacionales, Universidad Sergio Arboleda, Bogotá.

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problemas que aquejan su diplomacia y servicio exterior, el cual es afectado por coyunturas particulares y de corto plazo que poco margen han dejado para una carrera diplomática y profesionalizada de largo aliento. A esto hay que agregar una opinión pública mal informada y que denota un interés mínimo en los asuntos cruciales del sistema internacional. Luego del fin de la Guerra Fría se pensó en un sistema internacional más tranquilo y alejado de la tensión bipolar entre Estados Unidos y la desaparecida Unión Soviética. Colombia, en su condición de país no -alineado, mantuvo una posición discreta pero acorde con los intereses propios de Washington. Y es en la década de 1990 -a pesar de su desarrollo moderno proveniente de los años 60, debido a la emergencia de los proyectos revolucionarios- cuando el conflicto interno colombiano empieza a ser visto como un problema regional e internacional, tanto para la opinión pública general como para algunos sectores del gobierno estadounidense. Las relaciones exteriores entre los dos países tendrán vaivenes debido a características particulares de los gobiernos colombianos. Durante la administración de Ernesto Samper, por ejemplo, existe un alejamiento crítico debido al llamado Proceso 8.000, alejamiento que disminuye posteriormente durante el gobierno de Andrés Pastrana, y que con la administración de Álvaro Uribe se invierte hasta el punto de convertirse en una alianza vital, en una región que cada día se presenta más hostil para los intereses de Washington. Pero esta alianza más que tranquilidad implica un desafío constante para quienes delinean la política exterior colombiana. Existe así una gran asimetría que desfavorece a Colombia, a tal punto que el país es relativamente poco importante en la agenda exterior estadounidense, a pesar de la constancia de variables como el comercio de drogas ilícitas y la presencia de guerrillas. Lo anterior se podrá comprobar en la sección pertinente de este trabajo, donde se analizan variables de estudio de algunos trabajos destacados sobre la política exterior de Estados Unidos que muestran cómo la presencia de Colombia es casi invisible, salvo para hacer referencia al tema recurrente, ya citado desde mitad del siglo XX, del narcotráfico y su correspondiente lucha. A continuación se presenta una breve contextualización histórica de la política exterior colombiana, y luego de ella se expone la revisión académica mencionada en el párrafo anterior. Posteriormente, se ofrece una propuesta de temas que se consideran importantes y se explica cómo éstos deben de abordarse en una política exterior sólida y concreta que mejore la posición de Colombia en el panorama internacional.

Un poco de historia La secesión de Panamá representa el suceso más traumático en la historia de la política exterior colombiana. Significó no sólo la pérdida de una zona que

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sería vital en la geoestrategia mundial del siglo XX, sino que también reflejó la falta de cohesión y direccionamiento político en un país que acababa de salir de una guerra civil (Guerra de los Mil Días, 1899-1902) y que tenía una muy limitada, casi inexistente, visión efectiva de su política internacional. Casi de inmediato la presencia-influencia de Estados Unidos determinó el desarrollo de una política internacional y un servicio exterior con más debilidades que fortalezas. En efecto, las políticas de los presidentes Roosevelt (1901-1909) yTruman (1945-1953) incidieron en la formulación de una política exterior centrada en mantener una relación especial, pero asimétrica, con Washington que continua vigente hasta la actualidad. Luego de la pérdida de Panamá, algunos sectores políticos colombianos se percataron de la supremacía política, económica y militar que consolidaba a Estados Unidos como una gran potencia. No obstante, lo consideraban como una opción cercana y segura para el comercio y la inversión. Luego de varios debates en torno a las pretensiones de Colombia en el Tratado UrrutiaThomson, la situación se agudizó, pues la opinión pública en Colombia se fragmentó, mientras que Roosevelt presionaba en contra de cualquier acuerdo. Sin embargo, en enero de 1916 el ministro de Relaciones Exteriores Marco Fidel Suárez advirtió al secretario de Estado William Jennings Bryan sobre la necesidad de ratificar el tratado para evitar la degradación de Colombia ante los ojos de Latinoa_mérica (Randall, 1992: 122). Posteriormente Suárez será una figura crucial en el acercamiento entre los dos países. Se inicia como miembro de la Comisión Asesora del Ministerio de Relaciones Exteriores y después continúa como canciller del presidente José Vicente Concha (1914-1917). Por haber sido unos de los elaboradores de la versión preliminar del tratado Urrutia-Thomson, conocía de antemano la necesidad de crear, fortalecer y mantener una relación sostenible con los Estados Unidos, "en vista de que el poderío imperial de EE.UU. no permitiría recuperar a Panamá" (Drekonja, 1982: 73). Como presidente Suárez acuña su famoso término respice polum, para hacer referencia a que el país debía guiarse por la "Estrella del Norte", metáfora que delinea en gran medida, y desde aquel entonces, la política exterior colombiana. Luego de la Guerra Fría los estudios sobre la política exterior colombiana han aumentado. El conflicto interno se ha hecho más complejo, a causa del entrecruzamiento del narcotráfico, el tráfico de armas y últimamente el terrorismo. Varios trabajos han abordado la "internacionalización" de la problemática colombiana y su posible efecto de expansión regional, más· aún luego de los atentados terroristas del 11-S en Nueva York (Tickner, 2002, 2003). No obstante, algunos autores han buscado interpretaciones desde una óptica en donde se reduce la incidencia de Estados Unidos, para buscar interpretaciones en donde aumenta el margen de maniobra del país en la

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Mas alla de la se gu r idad d em oc r át ica

elaboración de su política exterior y en la internacionalización del conflicto (Borda, 2007). A pesar de todo, el margen de maniobra de la política exterior del país fue reducido durante las administraciones de Bill Clinton y George W. Bush. Políticas como el Plan Colombia determinaron en parte las relaciones BogotáWashington, afectadas con anterioridad por el escándalo del Proceso 8.000 durante la administración de Ernesto Samper (1994-1998). Sin embargo, el período posterior del presidente Andrés Pastrana (1998 -2002) significó un avance positivo para la relación binacional, gracias al cambio de imagen y al lobby del equipo diplomático del embajador colombiano en Washington, Luis Alberto Moreno (1998-2005). Con la llegada al poder del presidente Álvaro Uribe (2002-2010) se inicia una relación estratégica, enmarcada bajo el concepto y los intereses de la seguridad nacional de Estados Unidos. En efecto, Colombia prestó un apoyo incondicional a la administración de George W. Bush en su lucha contra el terrorismo internacional, debido a que el conflicto interno agudo le permitió identificarse con este tópico y así continuar con el apoyo económico y político iniciado años atrás. A continuación se analiza qué importancia tiene Colombia en la literatura sobre política exterior estadounidense.

Presencia débil en los trabajos académicos sobre política exterior estadounidense En el ámbito académico varios trabajos relevantes sobre la política exterior estadounidense de la posguerra fría evidencian la baja prioridad que recibe Colombia, e incluso la región latinoamericana, en la toma de decisiones de Washington. Como ejemplos pueden tenerse en cuenta los siguientes: en el libro de Fraser Cameron, U.S. Foreign Policy After the Cold War (2005), se analiza el papel que ha cumplido Estados Unidos luego del fin de la Guerra Fría. En este trabajo el autor utiliza diversas variables tales como el papel del Congreso, el ambiente doméstico, los medios de comunicación y la opinión pública, el comercio exterior, la globalización y la lucha contra el terrorismo, y las prioridades políticas del país en cuanto a la política exterior. Lo relativo a la última variable mencionada es lo que interesa con mayor importancia en este trabajo. Sobre la región latinoamericana el autor manifiesta que Estados Unidos tiene una posición dominante respecto a ella, debido a que su economía es cinco veces mayor que la del resto de países en conjunto (Cox, 2005: 163). Sobre Brasil, el autor destaca su importancia comercial, mientras que Venezuela y México son vistos como simples proveedores de petróleo. Pero la percepción sobre Colombia es diferente: "Colombia provee más del 80% de la cocaína que inunda las calles americanas" (Cox, 2005: 163). Así mismo,

Desafíos y propuestas para la política exterior colombiana en el siglo XXI

continúa con una frase de Henry Kissinger: "Colombia es la amenaza más peligrosa para la política exterior de EE.UU. en América Latina". Y posteriormente describe la aprobación de 1.3 billones de dólares para asistencia de seguridad hecha en el 2001, la cual califica como "más grande que la de cualquier otro país en Oriente Medio" (Cox, 2005: 165). De la misma manera, destaca el apoyo al Plan Colombia, al que define como "un esfuerzo para derrotar al movimiento guerrillero que controla zonas del país en donde se fabrica la droga" (Cox, 2005: 165). En este sentido, el autor cita las críticas que hacían varios sectores del Congreso y la opinión pública estadounidense a dicha estrategia política por su énfasis militar, que dejaba en un segundo plano la asistencia al desarrollo del país y la protección de los derechos humanos. En otro trabajo, editado por Stewart Patrick y Shepard Forman, Multilateralism & U.S. Foreign Policy (2002), se exploran las causas y consecuencias de la ambivalencia estadounidense hacia la cooperación multilateral; esto en el marco de la posguerra fría, en donde la democracia y el mercado han ganado adeptos en el mundo, pero donde también la interdependencia global se ha profundizado de la mano de algunos problemas transnacionales que ningún país en solitario puede resolver (Patrick y Forman, 2002: 2). Los autores elaboraron una matriz en donde se revisan las siguientes variables: uso de la fuerza, peacekeeping, armas nucleares, armas químicas, la Organización de Naciones Unidas, sanciones extraterritoriales, la Corte Penal Internacional, derechos humanos, comercio internacional y relaciones monetarias, y c:aJen- . tamiento global (2002: 6). En este denso trabajo los autores que participan, aunque analizan la agenda internacional del momento, no hacen referencia a Colombia, a pesar de los hechos sensacionales y sobredimensionados que los medios masivos presentan a escala mundial sobre el país: narcotráfico, secuestro, delincuencia organizada, entre otros. De la región latinoamericana sólo se trata la importancia de Brasil y México como actores emergentes en el sistema internacional (2002: 450). Un último trabajo para referenciar es el del profesor Richard Falk, The Declining World Order: America's Imperial Geopolitics (2004), en donde el autor hace un análisis, desde una perspectiva ético-jurídica y moral, de la política exterior estadounidense luego del 11-S. En su disertación Falk brinda una visión clara sobre la hegemonía de Washington y las implicaciones de la misma para el ordenamiento del sistema internacional. Las variables de análisis son: regionalismo, instituciones globales, sociedad civil global, religión, patriotismo, derechos humanos y la Organización de las Naciones Unidas. El autor toma los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York como punto de pa~tida en su análisis. Manifiesta que el ordenamiento mundial ha cambiado debido a diferentes y divergentes agentes globalizadores que actúan en diferentes direcciones (Falk, 2004: vii). En las variables mencionadas con anterioridad la referencia hacia América Latina es bastante escasa, excepto

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Más allá de la seguridad democrática

para hacer una fuerte crítica a la justicia transicional aplicada en la región, sobre la que se argumenta: "ha causado un -pague por ver-, especialmente entre comunidades afectadas, las cuales han identificado y condenado el surgimiento de una cultura de la impunidad" (Falk, 2004: 111). Sobre Colombia no hay nada. Las referencias anteriores nos muestran la relativa -invisibilidad- de Colombia en los estudios sobre la política exterior estadounidense. Varios factores enunciados al principio de este trabajo lo pueden explicar. No obstante, el siglo XXI no parece un escenario pasivo que permita continuar en esa posición. Si el país desea insertarse de manera adecuada en la estructura internacional, debe hacer unos ajustes a sus lineamientos de política exterior; estructurar una agenda ordenada y sólida que priorice los aspectos más urgentes y relevantes, pero sobre todo que se proyecte a largo plazo y no sea víctima de los cambios coyunturales de política interna que posiblemente continúen durante los próximos años en el país.

Colombia-Estados Unidos: una relación más allá de la administración Uribe Vélez Como vimos anteriormente, la relación de Colombia frente a Estados Unidos, más allá de altos y bajos, de aislamiento o inclusión, se ofrece como uno de los tratamientos de mayor importancia tradicional de la política exterior colombiana, proveniente de su autonomía republicana en el siglo XIX y su desempeño como actor político autónomo en la comunidad internacional. Debido a variables geopolíticas, comerciales, en materia de seguridad, cooperación e interés hemisférico, Estados Unidos posee una relevancia exponencial a la hora de influenciar el diseño de la agenda internacional colombiana. Por cuenta de dicho recorrido histórico el país debe considerar el cuidado y mantenimiento de esta relación con Washington. Del mismo modo, la agenda de intereses de Estados Unidos hacia Colombia, a pesar de las diferencias implantadas con el actual gobierno de Barack Obama, trasciende las fronteras entre republicanos y demócratas en temáticas específicas como la seguridad hemisférica y la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo transnacionales. Por estas razones, Colombia debe esforzarse por mantener una política general hacia Estados Unidos que vaya más allá de la coyuntura de permanencia o cambio del presente gobierno, sosteniendo por lo tanto lineamientos válidos para cualquier candidato o tendencia política, sin importar necesariamente la coyuntura de reelección. Entre estos lineamientos se puede señalar:

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La continuidad de los vínculos comerciales entre las dos naciones. El apoyo en políticas de seguridad . La permanencia de la cooperación en la política contra el narcotráfico . La ayuda mutua en la protección de los derechos humanos. El diseño de políticas en el área de las migraciones . La formulación de políticas encaminadas a la protección del medio ambiente.

Para la realización de estas tareas, por la importancia de Estados Unidos, la política exterior colombiana debe enmarcarse en una acción estratégica, sin olvidar que la relación con la comunidad internacional, mucho más heterogénea y diversa en sus condiciones actuales, es conveniente que se desenvuelva a través una acción multilateral en la que se encamina el nuevo orden mundial tras el fin de la Guerra Fría (Barbé, 2009). Esta situación no implica que los Estados Unidos hayan perdido la importancia que merecen para la agenda colombiana, pero esta agenda debe enfocarse de una manera más proactiva y teniendo en cuenta la interrelación entre Colombia y Estados Unidos y las consecuencias directas e indirectas para otros actores nacionales, supranacionales y de iniciativa extragubernamental. La agenda puede orientarse teniendo en cuenta los siguientes aspectos: • . Coiombia debe contar con un actor unificado y profesional en torno a su cancillería, y por ende, no debe mantenerse una dirección diseminada para el diseño y mantenimiento de su política exterior. • La política hacia Estados Unidos debe evitar el excesivo personalismo de los gobernantes. º Las políticas entre ambas naciones deben realizarse dentro de marcos los más consensuados posibles. • Respecto a los lineamientos de esta relación, además de la búsqueda de consensos, conviene que cuenten con la participación de sectores externos al Gobierno, sectores tanto públicos como privados, para la obtención de una mayor legitimidad. º La política hacia Estados Unidos requiere análisis y una rendición de cuentas continua y proactiva que vaya mucho más allá de lascoyunturas mediáticas que actualmente la envuelven. Para estas tareas es necesario involucrar a la academia y a los grupos de investigación pertinentes, tanto nacionales, binacionales como de orden externo (para consolidar una comunidad epistémica que haga recomendaciones precisas sobre las diversas temáticas). Si se considera este marco se puede notar que la política de Estados Unidos, más que reconsideraciones, requiere redefiniciones, lo cual es válido.

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Más allá de la seg u ridad d emoná t ica

En este sentido, si el actual presidente resulta reelegido, el reordenamiento de su política frente a Estados Unidos lo puede relegitimar, mientras que si sube un nuevo gobernante, la distensión en los problemas de la actual agenda bilateral, en especial frente a Venezuela y otros países clasificados dentro de la izquierda regional, significaría un nuevo punto de partida.

La agenda de la política exterior de Colombia hacia Estados Unidos Los principales aspectos de esta temática pueden observarse en las siguientes esferas:

Seguridad I cooperación militar El concepto de seguridad clásica, si bien no puede prescindir de las definiciones tradicionales de la escuela realista, debe considerar una perspectiva más amplia que ofrezca una identificación con los lineamientos complementarios de la seguridad humana. Se trata de una visión de la seguridad incluso consecuente con varios de los preceptos defendidos por el actual gobierno demócrata de la a,dministra-. ción de Barack Obama, donde las consideraciones en planes de alimentación, educación y alfabetización comparten importancia con temas puntuales del realismo como el contrabando, las armas ligeras, la vigilancia de las fronteras, así como los programas de cooperación militar por medio del Plan Colombia y su continuación en el Plan Patriota. Si bien a Colombia le puede convenir la extensión de la seguridad clásica en su vínculo con Estados Unidos, con el fin de mantener una posición de cercanía y ayuda mutua, de disuasión y reforzamiento de su propio interés de defensa, no es recomendable que administre su estructuración solamente de esta manera. Por otro lado, así como la "desnarcotización" de la imagen de Colombia y la superación del estigma del conflicto son bienes deseables, la "deschavización" colateral de la relación con Estados Unidas vía Venezuela también es plausible. Si esto no parece del todo alcanzable mientras continúe desarrollándose el proyecto socialista bolivariano en Venezuela, bajo el liderazgo del presidente Hugo Chávez Frías, la compensación que ofrece una perspectiva de la seguridad humana es conveniente.

Desafíos y propuestas pa ra la política exterior colombiana en el siglo XXI

TLC - Comercio El TLC (Tratado de Libre Comercio) es uno de los temas más críticos en la agenda debido a la dilatación que presenta su aprobación. Para esto el Gobierno colombiano debe buscar relegitimar su proyecto frente a la administración Obama, ya que ésta cambió las condiciones de negociación definidas durante la administración republicana de Bush. La aprobación es una meta pendiente para el actual gobierno de Uribe; de no lograrse, será uno de sus fracasos, y no podrá extenderse a un tercer periodo o como una herencia difícil para un posible sucesor. De esta manera, la aprobación y la nueva fortaleza del lobby dependerán de una agenda más pública, que tome en cuenta a los círculos de decisión de la política y los revincule en un enlace definitivo, pero abierto a la opinión pública que corresponda a una aprobación o r~chazo definitivo.

Narcotráfico El tema de la lucha contra las drogas ilícitas lleva varias décadas profundizándose en la comunidad jnternacional, con el contradictorio resultado de que su expansión nQ ha ,sid9 frenada a pesar del esfuerzo realizado por Estados Unidos y·Colombia por combatirlo, resaltando los costos y los daños colaterales a nivel ambiental y de vidas humanas que conlleva. Colombia, si bien no puede tomar decisiones unilaterales en la materia, requiere abrir un debate internacional hacia los cultivos ilícitos; la subcartelización; la agenda microregional; el desplazamiento y la relación con México; la realidad de los , precursores químicos; los vínculos con los paramilitares y las guerrillas; y el real alcance del Plan Colombia/Patriota, además de las citadas consecuencias ambientales.

Derechos humanos La protección· de los derechos humanos es uno de los temas de mayor sensibilidad en la ag~nda._?':ra el_Partido Demócrata en Estados Unidos es una prioridad hacia la relación con Colombia, por lo cual se desprende que el manten,imiento de compromisos de protección real hacia la población vulnerable, más allá de la buena imagen que pueda tener Colombia, debe ser manejado al más alto nivel. De la relación Uribe/Bush se ha pasado a una relación Uribe/Obama que se diferencia de la primera en el contenido del discurso político, lo cual afecta no sólo los temas puntuales, sino también los que interfieren especialmente con aspectos como la aprobación del TLC. Un posible relevo en

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Más allá de la segurid ad democ r át ica

la presidencia colombiana en todo caso enfrentará el posicionamiento de Barack Obama como una figura política mundial que no sólo a través de su bancada demócrata, sino también por medio de su reciente reconocimiento como premio Nobel de la Paz, hace que el tema de los derechos humanos sea de la mayor consideración y condicionamiento. En este sentido, la política de seguridad democrática, y su posible continuación a través de Santos u otros líderes locales, no podrá ir en contravía de la protección a sindicalistas o de la mano de la ausencia de responsabilidades frente escándalos como el de los "falsos positivos" en la lucha de las fuerzas estatales contra la insurgencia, o teniendo una mala relación, aun de desprecio, con las ONG (organizaciones no gubernamentales).

Medio ambiente El tema del medio ambiente, más allá de las posturas que deba tomar Colombia de manera proactiva en la comunidad internacional, corresponde a su gran potencial ecológico y natural: ser uno de los cinco países con mayor biodiversidad en el planeta. Por lo tanto, Colombia debe establecer consensos en las consecuencias que tienen sus acuerdos con Estados Unidos, adoptando una posición mucho más "verde". Esto se expresa no sólo en la protección clásica ambiental en cuanto a reservas naturales y los recursos, o las consecuencias de la lucha contra el narcotráfico, sino también en los requerimientos de producción y certificación de productos bajo un posible TLC, sumándose a todo esto temas como el futuro comercial del etanol y los biocombustibles. Si bien Estados Unidos es un país apático al respeto ambiental, como lo demuestra su desdén hacia acuerdos como el de Kyoto (1997) o la agenda de Copenhague (2009), Colombia no puede seguir su ejemplo.

Política exterior regional / ONU, OEA, Unasur La política exterior regional puede visualizarse como un juego a dos o más bandas que se ve afectado por la importancia, pero también por la debilidad relativa que genera Estados Unidos, especialmente frente a los países del eje de "izquierda radical", Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia. En este juego tanto Colombia como Estados Unidos corren el riesgo de perder terreno y aislarse, Si bien América Latina y Colombia representan un interés bajo para la agenda internacional de Estados Unidos, no son una zona despreciable de influencia. Por el momento, la realidad es que escenarios como el de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) y la OEA (Organización de los Estados Americanos) han visto mitigados sus efectos conciliadores en las crisis democráticas o de seguridad en la región, mientras

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que plataformas nuevas como Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) o el papel mediador de Brasil se han visto potenciados. En esta nueva configuración Colombia debe ser un país que establezca consensos con las potencias medias regior:iales del continente (Canadá, México y Brasil), legitimando sus actuaciones y conteniendo a sus contendores, sin perder de vista el respeto por el marco democrático y las tradiciones de cumplimiento del derecho internacional que le caracterizan.

Migraciones En cuanto a esta temática Colombia requiere el cuidado de la política de vinculación de su población que vive en los Estados Unidos, para garantizar sus vínculos culturales, económicos y de capital cultural con el país. Esto pasa por fortalecer la atención del servicio exterior, los consulados, la imagen de Colombia y ekmentos del soft power como la venta de la marca nacional que representa Colombia es Pasión, o que generan redes como Conexión Colombia. Sin embargo, la simple imagen no es suficiente para contrarrestar los efectos del fenómeno migratorio forzado por el bajo desempeño económico o el generado por la violencia. La comunidad colombia,na debe posicionarse como una de las más importantes dentro del renglón latino en los Estados Unidos, por medio de la potenciación de sus mejores representantes y su trabajo en red con Colombia. En este mismo sentido, la cooperación y los apoyos que realizan entidades como Usaid para entender al país deben verse como programas de análisis y de bienvenida para personas y organizaciones norteamericanas que trabajan proactivamente en la agenda bilateral, es decir, en un diálogo lo más reciproco posible que favorezca a los dos países.

Multilateralismo Este es tal vez el fenómeno más importante de la vida internacional en los últimos tiempos. Es la forma más fácil y adecuada para que el país incremente su legitimidad ante otros Estados que pueden convertirse en inversores y socios estratégicos. En la región se debería de seguir con atención la estrategia de Brasil, país que se relaciona con Estados Unidos, Europa, Asia y África con el propósito de mantener un comercio positivo y una diplomacia activa que le posiciona cada día más en el panorama internacional. También está el caso chileno, que aprovechando al máximo su ubicación hacia el Pacífico y sus recursos, posee una intensa agenda económica multilateral. Para desarrollar una agenda multilateral se debe fortalecer y profesionalizar el servicio exterior, y se debe participar en todos los foros internacionales

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a los que el país sea invitado, asistiendo de forma organizada y con proyectos sólidos que atiendan las problemáticas que se pretenda revisar. Esto también implica la consulta y presencia de comisiones técnicas y de expertos que soporten a los equipos del servicio exterior. Estará prohibido dejar vacíos en los foros regionales, y mucho menos en los foros mundiales.

Conclusiones La política exterior colombiana de los próximos años será un campo de_constantes desafíos. Hemos visto unos antecedentes negativos que delinearon una visión limitada de la "acción exterior" del país. A pesar de la fuerte relación bilateral con Estados Unidos, las ganancias para Colombia han sido limitadas. Ni siquiera la actual coyuntura de aliado excepcional en una región hostil hacia los intereses de Washington ha cambiado esa dinámica, lo cual quedó demostrado en los trabajos académicos que se revisaron con anterioridad. Las diversas propuestas plasmadas acá no pretenden ser camisa de fuerza, sino sugerencias de lo que debería de ser una estrategia que inserte de forma más adecuada al país en el sistema internacional. Varios países asiáticos como Malasia y la misma Corea del Sur tenían indicadores de desarrollo parecidos a los colombianos 20 años atrás, y ahora, gracias a su apuesta por el multilateralismo y la diversificación de su agenda exterior, gozan de prestigio, bienestar y buenas relaciones con muchos actores del sistema internacional. Colombia, si se lo propone, también podría lograrlo.

Referencias Barbé, E. (2009). "Multilateralism matters more than ever". Global Society, 23 (2): 191-203. Borda, S. (2007). "La internacionalización del conflicto armado después del 11 de septiembre: ¿La ejecución de una estrategia diplomática hábil o la simple ocurrencia de lo inevitable?" Colombia Internacional, 65: 66-89. Cameron, F. (2005). US Foreign Policy After the Cold War: Global Hegemon Or Reluctant Sheriff? London: Routledge. Drekonja, G. (1982). Colombia. Política ex terior. Bogotá: Fescol, Universidad de los Andes, La Editora. Falk, R.A. (2004). The Declining World Order: America's Imperial Geopolitics. Global Horizons. New York: Routledge. Patrick, S., y Forman, S. (2002). Multilateralism and US.foreign policy: Ambivalent Engagement. Boulder, Co: Lynne Rienner.

Desafíos y propuestas para la política exterior colo111bia11a en el siglo XXI

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